MUJER DOMINICANA EN CIFRAS

MUJER DOMINICANA EN CIFRAS 2000-2012 RESUMEN EJECUTIVO En las últimas décadas, en la medida que crecen sus derechos, las mujeres dominicanas ganan m

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MUJER DOMINICANA EN CIFRAS 2000-2012

RESUMEN EJECUTIVO En las últimas décadas, en la medida que crecen sus derechos, las mujeres dominicanas ganan mayor participación en los sectores económicos, sociales y políticos. Sin embargo los esquemas tradicionales enraizados en la cultura dominicana, refuerzan las relaciones desiguales en las parejas, en la familia y en el trabajo; afectan los comportamientos, expectativas y oportunidades de las mujeres y se convierten en obstáculos para su avance en los sectores indicados. El progreso del país es responsabilidad de los hombres, pero también de las mujeres; por ende, las barreras que impiden el avance de estas últimas, se convierten también en barreras para el desarrollo económico, social y político del país. Principales características demográficas La posición de la mujer dominicana en los datos de población, jefatura de hogar y acceso a la tecnología es, en general, desfavorable: En una población de 9 millones 445 mil 281 personas, el tamaño del segmento de mujeres decreció, situándose en el 48.3% de la población total. Sólo en la relación de defunciones mujer/hombre se registra una considerable reducción, a favor de las mujeres; en el 2010, las muertes de mujeres se redujeron a 58 por cada 100 hombres. La cantidad de hogares dirigidos por mujeres se ha incrementado considerablemente en los últimos años, un 40% del total de hogares (2007) y consecuentemente aumenta también la vulnerabilidad ante la pobreza. Los hogares mono parentales de jefatura femenina registran una tasa de pobreza de 20.1%, mientras que en los demás, ésta es de 12.9%-. En lo que respecta al acceso a las tecnologías de información y comunicación (TIC), la única diferencia relevante está en el tipo de uso que se da a las mismas: mientras las mujeres, por ejemplo, utilizan la computadora e internet para estudiar, los hombres las usan mayormente para trabajar. Posición de las mujeres en la educación Se mantiene una tendencia hacia la prevalencia de una paridad de género, vale decir, la escolaridad promedio es mayor en la población femenina, la cual, en comparación con la masculina, ha cursado un grado más (8.7 y 8.1, respectivamente, para el 2011). Tanto los estudiantes varones como las hembras se matriculan de manera preferencial en algún centro educativo del sector público (73%). La paridad entre los sexos en la matriculación es mayor en los colegios privados, respecto a las escuelas públicas en los tres niveles educativos. Las cifras por zona y sexo revelan ligeras diferencias en la matriculación, más alta en las mujeres que habitan en zonas urbanas respecto

a los estudiantes del sexo masculino, mientras que en las rurales la proporción de hombres matriculados excede ligeramente a la femenina. Respecto a los indicadores de cobertura y escolaridad, el déficit mayor se ubica en el nivel inicial de la enseñanza, siendo ligeramente menor entre las niñas, mientras que en la educación básica para el año 2011 la tasa pasa a ser superior en las mujeres y, aventajan en 11 puntos porcentuales a los varones con tasas netas de matriculación de 66.5% y 55.5% en el nivel medio. La tasa neta de asistencia de las mujeres es de 56.4%, frente a la de los varones que es de 45.9%, para diferencia de 10 puntos porcentuales. En general, la población femenina reporta tasas menores de analfabetismo y, la tasa de repitencia es más elevada entre los varones que entre las mujeres. La extraordinaria presencia femenina en la Educación Superior, no guarda relación con su participación en los ámbitos de toma de decisiones. El índice de feminidad, calculada a partir de los datos del primer semestre del cuatrienio 2009, es de 179 mujeres por cada 100 hombres, para el total de las instituciones, para la universidad pública de 193 y para el conjunto de los centros privados de 169. Es notable la baja proporción de mujeres en la totalidad del cuerpo docente y la pobre representación femenina en la Rectoría de Instituciones de Educación Superior. Trabajo y seguridad social Con el aumento en la tasa de participación laboral de las mujeres, la brecha de género tiende a achicarse en el país. A pesar de ello, continúa la segregación ocupacional de las mujeres, las desigualdades en los ingresos laborales y en las tasas de desempleo. La tasa de actividad de las mujeres pasó de 40.8% en el 2000, a 44.0% en el 2011, sin embargo, la tasa de desempleo femenino continúa en niveles muy superiores a la de los hombres (23.2% contra 9.8%). La brecha se reduce ligeramente, en mayor medida entre las mujeres con educación secundaria, y entre las jóvenes de 15-24 años de edad. La tasa de ocupación femenina se mantiene siendo dos veces menor que la de los hombres (31.0% contra 60.8%, en el 2009). Las mujeres están sobre representadas en ocupaciones de servicio y secretarial, lo que explica el predominio creciente del empleo femenino asalariado. En 2011, casi dos tercios (66.3%) de las mujeres ocupadas se encontraban desempeñando un puesto de trabajo asalariado, contra el 43.0% de los hombres.

Mujer y salud Según las proyecciones del CELADE para la República Dominicana, la esperanza de vida en las mujeres muestra tendencia a aumentar con los años y es mayor a la esperanza de vida de los hombres, esto así, debido a un mayor acceso de las mujeres a los servicios de salud. Violencia contra la mujer La violencia familiar, intrafamiliar o doméstica es una de las variantes más dañinas y expandidas de la violencia contra la mujer. En la República Dominicana, constituye el delito más frecuente, según las estadísticas publicadas por la PGR para el año 2009, que sitúan en 24 de cada 100 los hechos delictivos clasificados dentro de ese tipo. Además de favorecer la reproducción de patrones de conductas violentas, y de ocasionar daños a la salud y al desempeño educativo de niñas/os en el hogar, produce la privación de derechos humanos y un impacto negativo en la salud física y psicológica de la víctima, el cual puede llegar a tener consecuencias extremas como la muerte de la misma. Las personas jóvenes son las principales víctimas y victimarias de la violencia homicida. Esta situación constituye un serio problema social, económico y de salud para la sociedad dominicana. Estudios e investigaciones realizados lo relacionan directamente con el déficit de oportunidades, altas tasas de desempleo y reconocidos problemas de inversión, eficiencia y calidad en el sistema educativo dominicano, particularmente en el nivel secundario. En un periodo de poco más de siete años se han producido y registrado 1, 449 feminicidios, para un promedio anual de 198 casos. El análisis de los últimos tres años indica una tendencia creciente (60%) y en particular los casos de feminicidios íntimos, --asesinatos cometidos por hombres contra una mujer con quien tenían o tuvieron una relación íntima, familiar o de convivencia- los cuales representan el 57% del total; en general, la mayoría de feminicidios se comete con armas de fuego (68%) seguidos de armas blancas (20%) y, considerando el área geográfica, la mayor proporción (27.2%) ocurrió en la Provincia de Santo Domingo, siguiendo Santiago (10.6%) y San Cristóbal (7.5%). De igual forma, el porcentaje de mujeres que ha experimentado alguna forma de violencia conyugal es sustantivamente menor cuando la mujer participa en las cuatro decisiones del hogar analizadas (24%) que cuando participa en tres o menos decisiones (33-34%).

Mujer y toma de decisiones Los hallazgos y conclusiones más relevantes sobre el acceso y participación de la mujer dominicana a posiciones de poder en los ámbitos del Estado y de los partidos políticos son los siguientes: la tasa de participación electoral de las mujeres es más alta que la de los hombres. Los datos registrados sobre participación electoral de hombres y mujeres son, pues, concluyentes, y permiten afirmar que en República Dominicana las mujeres tienen mayor tasa de participación electoral que los hombres y, por contrapartida, la tasa de abstención de los hombres es mayor que la de las mujeres. El número más alto de senadoras electas se registró en las elecciones del 1970, cuando fueron electas cuatro (4) mujeres para igual número de puestos en la Cámara Alta. Es la misma cantidad de mujeres, actualmente (2012) en el senado, al incorporarse, a las tres (3) senadoras electas, una mujer designada en el escaño correspondiente a la provincia de El Seybo. No obstante la importancia que para el desarrollo del sistema político, económicoadministrativo y social del país tienen los temas tratados en las comisiones bicamerales, la participación femenina estuvo excluida de las comisiones bicamerales que sesionaron durante el mes de junio del 2012. En las elecciones generales de 2012, la diáspora dominicana eligió, por primera vez, a sus representantes en el exterior, cargo que fue incluido ante el Congreso nacional en la modificación de la Ley Constitucional del 26 de enero de 2010. En total fueron electas siete (7) diputaciones, seis (6) de ellas son hombres y sólo una (1) es mujer, para un 14.2%. Los diputados/a electos sesionarán junto a los 178 diputados/as provinciales y nacionales. Lo que lleva a un total de 190 diputaciones en la Cámara Baja del Congreso Legislativo, con lo cual las mujeres alcanzan el 20.5% de representación en la misma. La participación y representación de las mujeres en los gobiernos locales está condicionada por una cultura política y códigos de conducta masculina en los partidos políticos, que discriminan a las mujeres. Así, la cantidad de mujeres postuladas para alcaldesas por los partidos políticos es extremadamente reducida y en la postulación para el puesto de directoras de distritos municipales (DM), en ningún caso la cantidad de mujeres alcanza el 13% del total de las candidaturas. Si bien la proporción de mujeres que militan en partidos políticos dominicanos es igual a la masculina y la mayoría de ellas tiene más de 10 años afiliada a sus respectivas organizaciones políticas (64%), los hombres triplican a las mujeres en la dirección de los partidos, como lo demuestran los hallazgos de la Encuesta de Opinión sobre Mujer y Política (SEM-2008).

La información disponible describe, en la judicatura, lo mismo que en otras esferas del Estado: pese a la amplia participación en el campo social, académico y laboral, prácticas de orden cultural restringen el acceso de las mujeres a ámbitos institucionales de toma de decisiones. De ahí que, al revisar las categorías de la judicatura, las mujeres representan el 52.11% del total. Al igual que en la Judicatura, en el Ministerio Público se observa una total o elevada feminización de los cargos que se ocupan de atender los casos de niños, niñas y adolescentes (NNA): Procurador General de Corte de Apelación de NNA (86%), Procurador General Adjunto de Corte de Apelación de NNA (100%), Procurador Fiscal de NNA (74%), y Procurador Fiscal Adjunto de NNA (74%). En general, como en otros ámbitos del poder público, a mayor rango del puesto, menor es la frecuencia de participación de las mujeres. Para ilustración, de los siete (7) cargos directivos de más alto rango, ninguna lo ocupa una mujer: Ministros sin Cartera, Contralor General de la República. Tesorero Nacional, Jefatura de FFAA y PN, Consultor Jurídico del Poder Ejecutivo, Gobernador del Banco Central, y altos puestos de Administración; de los 22 Ministerios que forman parte del Gabinete Presidencial tres (3) están ocupados por mujeres, a saber: Ministerio de la Mujer, Ministerio de Educación y Ministerio de Educación ciencia y Tecnología. Y, una (1) mujer ocupa uno de los 22 Ministerios sin cartera, cargos cuyas funciones son el resultado de la absoluta discrecionalidad de la Presidencia de la República.  

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