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Mujeres Rurales en Chile Región Metropolitana
INFORME ELABORADO PARA EL SERVICIO NACIONAL DE LA MUJER (SERNAM) Y PARA LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN (FAO)
Este estudio fue realizado por la Sra. Carolina Díaz Rojas Las denominaciones que aparecen en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene, no implican, de parte de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, como también las de la Secretaria Nacional de la Mujer , SERNAM , juicio alguno sobre la condición jurídica de países, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.
Índice
PRINCIPALES ASPECTOS SOCIODEMOGRÁFICOS ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓ
N
RURAL EN LA REGIÓ
2 N
HOGARES R URALES Y JEFATURA DE HOGAR C A R A C T E R ÍS T I C A S S O C I O D E M O G R Á F I C A S
DE
LA S M UJERES R URALES
LAS OPORTUNIDADES Y LAS BRECHAS EDUCACIÓ
19
N
TRABAJO C ONDICIONES DE A CCESO, C ONDICIONES DE V IDA
72
SALUD VIVIENDA BIENES
Y
T E C N O L O G ÍA S
PARTICIPACIÓ
N
INTERSECCIONES S INGULARES
92
M U J E R E S , R U R A L E S , I N D ÍG E N A S MUJERES, RURALES, EN SITUACIÓ ANEXO GLOSARIO B I B L I O G R A F ÍA
N
DE POBREZA 117
2
Principales Aspectos Sociodemográficos
LA
S
MU
J E RE S
RU
R A L E S
D E
L A
REG
IÓ N
ME
T RO P O L I T AN A
3
Estructura de la población rural en la región
De acuerdo a los datos emanados a partir del Censo de Población y Vivienda realizado en abril del año 2002 en Chile, la Región Metropolitana concentra el 40.1% de la población nacional, con un total de 6.061.185 habitantes. De ellos, el 51% corresponde a mujeres y el 49% a hombres; el 97% reside en zonas urbanas y el 3% restante, en el área rural. De este modo, la población rural de la región corresponde a 182.172 personas. Las provincias que concentran un mayor número de ellas son Melipilla y Maipo, en tanto que las comunas que destacan en el mismo sentido son Melipilla, Paine y Colina. Del total de habitantes rurales de la región, el 47% corresponde a mujeres y el 53% restante, a hombres. Si bien dicha distribución varió levemente en el período intercensal (en 1992, el 46.3% de la población rural correspondía a mujeres y el 53.7%, a hombres), al analizar la pirámide poblacional es posible advertir una modificación de su estructura por edades. La base de la pirámide, formada por los menores de 5 años, se estrecha a causa del descenso de la fecundidad y, tanto la parte media como la superior, se ensanchan debido al retroceso de la mortalidad adulta y al paso a edades superiores de los nacidos en períodos anteriores de fecundidad alta. Las pirámides poblacionales que siguen a continuación permiten visualizar lo antedicho*:
Todos los gráficos y tablas en los que no exista una fuente expresamente citada, son de elaboración propia. En adelante, y a fin de simplificar la lectura, se omite esta indicación. *
4
PIRÁMIDE DE POBLACIÓ N ÁREA RURAL REGIÓ N METROPOLITANA - CENSO 1992
90 y más 85 - 89 80 - 84 75 - 79 70 - 74 65 - 69 60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 5-9 0-4 12000 10000
8000
6000
4000
2000
Mujer rural Hombre rural 0
2000
4000
6000
8000
10000 12000
PIRÁMIDE DE POBLACIÓ N ÁREA RURAL REGIÓ N METROPOLITANA - CENSO 2002
90 y más 85 - 89 80 - 84 75 - 79 70 - 74 65 - 69 60 - 64 55 - 59 50 - 54 45 - 49 40 - 44 35 - 39 30 - 34 25 - 29 20 - 24 15 - 19 10 - 14 5-9 0-4 12000
10000
8000
6000
4000
2000
Mujer rural Hombre rural 0
2000
4000
6000
8000
10000
12000
Si se evalúan los cambios experimentados en la región en el decenio transcurrido entre las ultimas dos mediciones censales, es posible apreciar que el crecimiento poblacional de la región alcanzó una mayor magnitud que el registrado a nivel nacional, con tasas anuales de crecimiento intercensal de 1.43% y 1.25%, respectivamente.
5
DISTRIBUCIÓ N DE LA POBLACIÓ N REGIONAL POR SEXO Y ÁREA DE RESIDENCIA. REGIÓ N METROPOLITANA. CENSOS 1992 Y 2002
URBANA Y RURAL
AÑO
Ambos sexos
URBANA Hombre
Ambos sexos
Mujer
Hombre
1992 5.257.937 2.734.560 2.523.377 5.074.681 2.649.675 2.425.006
183.256
84.885
98.371
2002 6.061.185 3.123.992 2.937.193 5.875.013 3.036.403 2.838.610
186.172
87.589
98.583
Mujer
Hombre
Ambos sexos
RURAL
Mujer
Como se aprecia en el cuadro, si bien el incremento de la población en el período intercensal alcanzó tanto al área urbana como a la rural, la diferencia en términos de su magnitud absoluta es bastante significativa: mientras la población urbana se incrementó en cerca de 800.000 habitantes, la rural lo hizo en algo menos de 3.000 personas. El siguiente gráfico ilustra dicha situación diferenciando a las personas por sexo y área de residencia. EVOLUCIÓ N DEL TAMAÑO DE LA POBLACIÓ N REGIÓ N METROPOLITANA CENSOS 1992 Y 2002
Habitantes 3.500.000 3.000.000 2.500.000 2.000.000 1.500.000 1.000.000
CENSO 1992
500.000
CENSO 2002
Hombre urbano
Mujer urbana
Mujer rural
Hombre rural
Aunque la distribución urbano – rural se mantiene prácticamente inalterada en el período, es interesante destacar que mientras el número de hombres rurales casi no registra variación, en el año 2002 existían 2.704 mujeres rurales más que en 1992. En consecuencia, el incremento absoluto de la población rural de la región metropolitana se debe, principalmente, al mayor número de mujeres.
6
Esto explica que el índice de feminidad en el área rural haya variado positivamente en el período intercensal, pasando desde 86 a 89 mujeres por cada 100 hombres. Al analizar la situación atendiendo a la edad de mujeres y hombres en uno y otro año, se observa que si bien este índice cae en algunos grupos de edad (5 – 9; 15 – 19; 90 y más años) es persistentemente más elevado en el caso de los restantes tramos etáreos. ÍNDICE DE FEMINIDAD DE LA POBLACIÓ N POR GRUPOS QUINQUENALES DE EDAD REGIÓ N METROPOLITANA - CENSOS 1992 Y 2002
160 131
140 113
120 100
96 92 95
80
88
101
97 97 93 88 85 83 81
73
82 80 80 82
60 40
Mujer rural 1992
20
Mujer rural 2002 Hombre rural
90 y más
85 - 89
80 - 84
75 - 79
70 - 74
65 - 69
60 - 64
55 - 59
50 - 54
45 - 49
40 - 44
35 - 39
30 - 34
25 - 29
20 - 24
15 - 19
10 - 14
5-9
0-4
0
Grupos quinquenales de edad
Tal y como lo indica el gráfico, el índice de feminidad alcanza su menor valor entre los 15 y 19 años y su valor máximo en el grupo mayor de 89 años, con 131 mujeres por cada 100 hombres. Es del caso poner de relieve que sólo a partir de los 80 años, las mujeres rurales que viven en la región metropolitana -y también en el resto del país- exceden en número a los hombres rurales. Esta situación difiere de la que caracteriza la relación numérica entre mujeres y hombres que residen en zonas urbanas: a partir de los 25 años (y en forma cada vez más acentuada conforme se avanza en edad), la población femenina supera en cuantía a la población masculina. De este modo, el índice de feminidad en el área urbana alcanza su menor valor entre los 5 y 9 años, se incrementa hasta llegar a 102 entre los 25 y 29, para alcanzar su máximo valor también en el segmento de 90 y más años, pero, esta vez, con 262 mujeres por cada 100 hombres. El panorama descrito, expresa, por una parte, la tendencia a la feminización de la vejez y, por otra, las características de género que acompañaron el proceso de urbanización vivido en el país.
7
ÍNDICE DE FEMINIDAD DE LA POBLACIÓ N POR GRUPOS QUINQUENALES DE EDAD REGIÓ N METROPOLITANA - CENSO 2002 300 250 200 150
Mujer urbana
100
Mujer rural
50
Hombre
Grupos quinquenales de edad
85 - 89
90 y más
80 - 84
75 - 79
70 - 74
65 - 69
60 - 64
55 - 59
50 - 54
45 - 49
40 - 44
35 - 39
30 - 34
25 - 29
20 - 24
15 - 19
10 - 14
5-9
0-4
0
8
Hogares rurales y jefatura de hogar
Los datos del Censo 2002 indican que, de los 1.656.558 hogares identificados en la Región Metropolitana, el 97% corresponde al área urbana y el 3% restante, al área rural. En consecuencia, el número de hogares rurales ascendería a 47.334. En la mayor parte de los hogares de la región -y también del país- se reconoce1 a un hombre como “jefe de hogar”, cuestión que se ve especialmente acentuada en el área rural: si la proporción de hogares con jefatura femenina en el área urbana llega al 34%, en el área rural equivale sólo al 21%, esto es, 9.865 hogares. A estos antecedentes debe adicionarse la constatación de que en el área rural, la declaración de jefatura femenina se ve estrechamente asociada a la ausencia de pareja, esto es, a hogares monoparentales o “incompletos”. En efecto, los datos aportados por la CASEN 2003, indican que entre las mujeres rurales jefas de hogar el 35% es “viuda”, el 29% “soltera”y el 13%, “separada”o “anulada”, perfil que se diferencia del de sus congéneres urbanas especialmente por la mayor proporción de viudas (dado que las mujeres rurales jefas de hogar suelen ser, además, mujeres de edad avanzada), pero también, por la menor proporción de separadas, anuladas y solteras. Los hombres jefes de hogar, en cambio, mantienen un perfil bastante similar, independientemente de cuál sea la zona en que residen. En promedio, 9 de cada 10 jefes de hogar están en pareja, la mayor parte, producto de una unión legal.
Se considera “jefe de hogar”al miembro del hogar (hombre o mujer) reconocido como tal por las otras personas del hogar, ya sea por razones de dependencia económica, parentesco, edad, autoridad o respeto. 1
9
ESTADO CIVIL DE LOS JEFES DE HOGAR, SEGÚN SEXO Y ÁREA DE RESIDENCIA REGIÓ N METROPOLITANA- CASEN 2003 Porcentaje 100%
5
80%
15
4 23
29
14
28
60%
No contesta
35 40%
75
20% 0% Hombre urbano
31
Soltero(a)
77
Viudo(a)
13
Separado(a),anulado(a)
6
6 11
16
Mujer urbana
Mujer rural
Conviviente Casado(a)
Hombre rural
Los datos del Censo 2002 permiten construir una tipología de hogares de acuerdo a la presencia o ausencia de determinados miembros en el hogar. En los cuadros siguientes2, se grafica cada uno de los tipos de hogares así definidos:
HOGARES FAMILIARES
MIEMBROS QUE LO COMPONEN3 Jefe
Cónyuge
Nuclear completo
Hijos
Parientes
No parientes
Con o sin
Nuclear incompleto Extenso completo
Con o sin
Extenso incompleto
Con o sin
Compuesto
HOGARES NO FAMILIARES
Con o sin
Con o sin
MIEMBROS QUE LO COMPONEN Jefe
Cónyuge
Hijos
Parientes
No parientes
Unipersonal Sin núcleo
Adaptado de “Mujeres Chilenas. Tendencias en la última década. Censos 1992 – 2002”Pág.14. Para simplificar la presentación las categorías se exponen de manera resumida. La categoría “cónyuge” incluye la de esposo(a) y conviviente; “Hijos” incluye hijo(a) e hijastro(a); Parientes incluye yerno, nuera, nieto(a), hermano(a), padre, madre y suegro(a).
2
3
10
Los siguientes gráficos ilustran la primacía que en el ámbito rural adquieren los hogares familiares, (especialmente los nucleares) y la mayor importancia relativa de los hogares “incompletos”cuando le es reconocida la jefatura a una mujer: TIPOLOGÍA DE HOGARES RURALES REGIÓ N METROPOLITANA - CENSO 2002
5%
Nuclear completo
11%
Nuclear incompleto Extenso completo
3%
Extenso incompleto
4%
Compuesto 56% 15%
Unipersonal Sin núcleo
6%
TIPOLOGÍA DE HOGARES RURALES CON JEFATURA FEMENINA REGIÓ N METROPOLITANA - CENSO 2002
9%
Nuclear completo 28%
12%
Nuclear incompleto Extenso completo Extenso incompleto
4%
Compuesto Unipersonal 15%
Sin núcleo 22% 10%
11
Por otra parte, los datos de la CASEN indican que los hogares rurales son usualmente más numerosos que los urbanos, al punto que el 58% de ellos está compuesto por 4 o más personas. NÚMERO DE PERSONAS EN EL HOGAR, SEGÚN ÁREA DE RESIDENCIA REGIÓ N METROPOLITANA- CASEN 2003 Porcentaje 30 25
21 21
20
16 9
16 17
14
15 10
26
25
13
15
7
Urbana
5
Rural
0 1
2
3
4
Número de personas
5
6 o más
12
Características sociodemográficas de las mujeres rurales Consistentemente con la tendencia nacional que indica que las mujeres rurales constituyen una fracción minoritaria dentro de la población, las 87.589 mujeres que viven en el área rural de la región metropolitana representan apenas el 1% sus habitantes. POBLACIÓ N REGIONAL SEGÚN SEXO Y ÁREA DE RESIDENCIA REGIÓ N METROPOLITANA - CENSO 2002
Mujer rural 1% Hombre rural 2%
Mujer urbana 50%
Hombre urbano 47%
Este panorama distingue a la región como la segunda con una menor proporción de mujeres rurales, después de la II región de Antofagasta, en la que ellas constituyen tan solo el 0.7% de la población regional. Sin embargo, es del caso destacar que, dada la alta concentración poblacional en la región, las mujeres rurales que habitan en ella representan el 9.3% de las 944.938 mujeres rurales del país y, en consecuencia, ocupa el sexto lugar en términos del aporte al total de mujeres rurales en Chile.
13
Estado civil o conyugal Los datos nacionales emanados del Censo realizado en el año 2002 llamaron la atención sobre los cambios registrados desde la anterior medición, en cuanto al estado civil o conyugal de los mayores de 14 años. A nivel país, se registró, por una parte, una merma de la proporción de personas que vive en pareja -sea como casado o conviviente-, y, por la otra, un aumento de la proporción de solteros y separados. En este marco contextual, resulta interesante anotar que al comparar a las mujeres rurales respecto de sus congéneres urbanas, las primeras se distinguen porque una mayor proporción de ellas está en pareja (el 52% está casada y el 9.5% convive) y, como contrapartida, la condición de separada o anulada resulta minoritaria (3.5% y 0.3%, respectivamente). La viudez, en tanto, alcanza a una menor proporción de mujeres rurales que de mujeres urbanas. ESTADO CIVIL O CONYUGAL DE LAS MUJERES DE 15 AÑOS Y MÁS REGIÓ N METROPOLITANA - CENSO 2002 Porcentaje 100% 80% 60%
5 3 29 9
8 7 30 9
40% 20%
52
46
Viuda Separada Anulada Soltera Conviviente
0%
Casada
Mujer rural
Mujer urbana
Si se compara a las mujeres que viven en pareja conforme al área de residencia, se observa que las mujeres rurales tienden a constituir pareja más tempranamente que sus congéneres urbanas y que, si bien la proporción de ellas que opta por uniones de hecho es similar a la de las mujeres urbanas en todos los tramos etáreos, a partir de los 30 años, y de manera sostenida, la proporción de mujeres rurales casadas se empina en torno a los 10 puntos porcentuales por sobre la proporción de mujeres urbanas unidas legalmente.
14
Por otra parte, al focalizar la atención en las diferencias que se registran al interior del segmento constituido por las mujeres rurales, se observa que la edad, como indicador del ciclo vital en el que se encuentran, es un factor que introduce importantes matices. Así, por ejemplo, se constata que las mujeres que están en pareja son mayoritarias a partir de los 25 años de edad, llegando a representar cerca del 80% de las mujeres rurales que tienen entre 35 y 49 años. La condición de “casada” es preeminente a contar de los 30 años y la de “conviviente”, en cambio, alcanza mayor relevancia entre las veinteañeras. La soltería resulta sobresaliente entre las mujeres de 15 a 24 años y, tanto la condición de “separada”como la de “anulada”, se incrementan levemente conforme se avanza en edad. ESTADO CIVIL O CONYUGAL DE LAS MUJERES RURALES REGIÓ N METROPOLITANA - CENSO 2002 Porcentaje 100%
3
80%
33
4
5
5
3 5
18
14
13
13
11
10
9
12
61
20 5 11 5
60%
15
90
Viuda Separada
40% 65
15
71
69
70
Anulada 60
49
20%
Conviviente
24
0%
Casada
5 4
15 - 19
20 - 24
Soltera
25 - 29
30 - 34
35 - 39
40 - 44
45 - 49
50 y más
Grupos quinquenales de edad
Si bien la condición de viudez está presente en las edades intermedias, es a partir de los 65 años que cobra una importancia más significativa, cuestión que se relaciona con la mayor esperanza de vida de las mujeres y que resulta enteramente consistente con el análisis del índice de feminidad en el área rural de la región, ya revisado. El siguiente gráfico, muestra en detalle lo que ocurre con las mujeres de 50 y más años en cuanto a su situación conyugal, conforme a los datos de la Encuesta CASEN4:
Dado que las tablas de resultados del Censo que sirvieron de base para nuestro análisis sólo consideran de manera agrupada a las mujeres mayores de 50 y más años, se complementa su presentación con los datos de la CASEN, remarcando corresponden a fuentes disímiles. 4
15
ESTADO CIVIL O CONYUGAL DE LAS MUJERES RURALES DE 50 Y MÁS AÑOS REGIÓ N METROPOLITANA - CASEN 2003
Porcentaje 100%
80%
3 6 11
7 5 6 5
11 4 12 3
18
16
12
14
10
60%
78
77
70
54 77
21 4
40%
14
7
Separada 45
60 - 64
65 - 69
70 - 74
11
7 8 8
3 4
80 - 84
85 - 89
90 y más
38
0% 55 - 59
No contesta Viuda
59
20%
50 - 54
92
72
75 - 79
Soltera Conviviente Casada
Grupos quinquenales de edad
Inserción familiar La posición que ocupa la mujer dentro del hogar, considerada ésta en términos de la relación de parentesco con la persona que hace de jefe o jefa de hogar5, aparece vinculada a múltiples factores. Entre ellos, la etapa del ciclo vital en la que se encuentra, su situación conyugal, la autonomía económica para formar un hogar distinto del de sus padres o abuelos y las pautas culturales de género alcanzan especial notoriedad. Pues bien, al analizar el caso de las mujeres rurales de esta región es posible advertir que las pautas tradicionales de género según las cuales se espera que durante las primeras etapas sean hijas, para, posteriormente, convertirse en cónyuges o pareja del jefe de hogar están plenamente vigentes. De acuerdo a la información aportada por la CASEN, mientras el 43% de los hombres rurales es reconocido como jefe de hogar, tan solo el 7% de las mujeres rurales ocupa similar posición6; por el contrario, en tanto el 42% de ellas es cónyuge o pareja del jefe de hogar, únicamente el 1% de los hombres rurales ocupa esa posición. Se considera “jefe de hogar”al miembro del hogar (hombre o mujer) reconocido como tal por las otras personas del hogar, ya sea por razones de dependencia económica, parentesco, edad, autoridad o respeto. 6 Debe consignarse que, dado que las estimaciones puntuales correspondientes a la base de datos preliminar de la CASEN 2003 difieren de manera importante de la información levantada en el Censo 2002, los datos de la CASEN se expondrán únicamente como porcentajes a fin de evitar equívocos. 5
16
INSERCIÓ N FAMILIAR DE LA POBLACIÓ N REGIONAL, SEGÚN SEXO Y ÁREA DE RESIDENCIA REGIÓ N METROPOLITANA - CASEN 2003 Porcentaje 100%
7 7
7 6
4 5
44
39
43
4 7
80% 60% 40%
1
2 34
20%
40 14
0% Hombre urbano
44
Mujer urbana
42
No familiar Otro familiar Nieto(a)
43
Hijo(a), hijastro(a) Cónyuge o pareja
7 Mujer rural
Jefe(a) de Hogar
Hombre rural
Tal y como se aprecia en el gráfico, la proporción de mujeres que asumen la jefatura de hogar se duplica en el área urbana, alcanzando al 14% de las mujeres que allí viven. El examen de la incidencia de la etapa del ciclo vital en el que se encuentran las personas, es otro elemento que permite perfilar con mayor claridad la posición de las mujeres rurales de la región: ?
Durante la infancia, niños y niñas se insertan fundamentalmente como hijos e hijas de la persona que hace de jefe de hogar. De cada 100 niñas rurales, 84 viven en hogares donde su padre o madre son reconocidos como jefe y 15, en hogares donde la jefatura es atribuida a su abuelo o abuela. Es importante destacar que entre las niñas menores de 5 años (etapa preescolar) cerca de un tercio vive en un hogar de este último tipo.
?
Entre los 15 y 24 años, si bien la condición de “hija”del jefe o jefa de hogar continúa siendo mayoritaria (alcanza al 90% de las adolescentes y al 64% de las jóvenes de entre 20 y 24 años), comienzan a tomar alguna relevancia otras categorías. Así, la proporción de “cónyuges o pareja”del jefe de hogar alcanza al 2% de las mujeres de 15 a 19 años y al 22% de las que tienen entre 20 y 24; la posición de “nuera”, en tanto, identifica al 1% de las adolescentes y al 5% de quienes tienen entre 20 y 24 años. Las “nietas”, por su parte, representan cerca del 5% de las mujeres rurales de entre 15 y 24 años y, entre los 20 y 25, el 1%, es reconocida como jefa de hogar.
17
?
A partir de los 25 años y durante toda la adultez, las mujeres rurales son, preferentemente, “cónyuges o pareja”del jefe de hogar, al punto que cerca del 80% de las mujeres que tienen entre 30 y 59 años ocupa dicha posición. Tanto al inicio de esta etapa, como al final, tal proporción se ve disminuida, llegando al 49% de las mujeres que tienen entre 25 y 29 años y al 65% de quienes cuentan entre 60 y 64; en el primer caso, esto se debe a que un 44% de las mujeres continúa en la posición de “hija” del jefe de hogar y, en el segundo, a la mayor importancia relativa que adquieren las jefas de hogar y quienes se posicionan como “madres” o “suegras”. La proporción de mujeres adultas que son reconocidas por los miembros de su hogar como “jefas” si bien se incrementa respecto de las más jóvenes, continúa siendo discreta: entre los 25 y los 39 años no supera al 5%, entre los 40 y lo 59 años oscila entre el 10 y el 15% aproximadamente, para alcanzar, al final del ciclo, al 21% de las mujeres rurales de entre 60 y 64 años.
?
Entre las adultas mayores, tres son las posiciones que adquieren mayor notoriedad: la de “cónyuge o pareja”(especialmente hasta los 74 años), la de “jefa de hogar”(que se incrementa a partir de los 65, alcanza su valor máximo entre los 80 y 84 años, para descender a partir de allí) y la de “madre” o “suegra” del jefe de hogar (posiciones que adquieren mayor relevancia relativa cuanto mayores son las mujeres.
En términos numéricos, la condición de “hija”es prácticamente equivalente a la de “cónyuge” o “conviviente” y -aunque muy de lejos- le siguen en cuantía las “jefas de hogar”y las “nietas” El siguiente gráfico, permite apreciar la situación antes descrita ajustada conforme al peso relativo de cada grupo de edad dentro del total de mujeres rurales de la región:
18
INSERCIÓ N FAMILIAR DE LAS MUJERES RURALES REGIÓ N METROPOLITANA - CASEN 2003
Número 9.000
8.000
7.000 No familiar
6.000
Otro familiar Cuñada
5.000
Hermana
4.000
Nieta Nuera
3.000
Suegra Madre
2.000
Hija, hijastra Cónyuge o pareja
1.000
Jefa de Hogar
75 y más
70 - 74
65 - 69
60 - 64
55 - 59
50 - 54
45 - 49
40 - 44
35 - 39
30 - 34
25 - 29
20 - 24
15 - 19
10 - 14
5-9
0-4
0
Grupos quinquenales de edad
Una vez revisados los principales aspectos sociodemográficos que permiten perfilar las características de las mujeres rurales de la región, en lo que sigue, se analiza su situación en dos ámbitos claves para la igualdad de oportunidades. En ambos, pese a los logros que se han exhibido a nivel país, en términos del acortamiento de las brechas entre lo urbano y lo rural, y entre hombres y mujeres, persisten desigualdades que afectan de manera negativa la posición de las mujeres rurales en la sociedad. Nos referimos pues, al ámbito educativo y al del trabajo.
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