Néstor García Canclini

Néstor García Canclini ¿Es. posible una política popular en la � triunfo cubano nos hizo creer que la polémica se reducía a los caminos, que cultu

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Néstor García Canclini

¿Es. posible una política popular en la



triunfo cubano nos hizo creer que la polémica se reducía a los caminos, que

cultura?

el avance era incontenible. arece que los años sesentas no hubieran existido.

diversos, que por lo menos en Cuba y Centroamérica los movimientos revo­ lucionarios

mantienen

reivindicaciones

erguidas

las

populares, pero aun

Dicen que en

Luego, llegaron los golpes milita­

aquel tiempo le preguntaron a

res en Brasil, Bolivia, Chile, Argentina,

ragüense,

García Márquez cuáles eran los aconte­

Uruguay.

cimientos más importantes de nuestro

sía y de los EE.UU. demostraron que

desarrollar políticas adecuadas a la ac­

siglo, y respondió: los Beatles y Fidel

ellos también habían "aprendido" de

Castro. Se debatía cómo integrar la re­

la revolución cubana. Pero es sobre to­

hoy queremos y podemos buscar. Más

volución cultural y la revolución polí­

do en los últimos años, cuando se pro­

aún en otras naciones donde se sufren

tico-económica que esas figuras con­

pagan las recetas friedmanianas para

las derrotas de los años setentas y las

densaban, pero nadie dudaba (¿ni si­

sobrellevar la crisis capitalista y hasta

izquierdas están débiles, dispersas, ase­

quiera la derecha?) de que la revolu­

los gobiernos de origen democrático

diadas.

Las reacciones de la burgue­

en procesos triunfantes, como el nica­ se

ven las dificultades para

tual etapa de los conflictos sociales, a la revisión del modelo de sociedad que

Discutíamos si lo

reprimen las protestas populares, que

popular era reivindicado mejor por los

la posibilidad del socialismo se ve más

populismos o por los partidos marxis­

dudosa.

Todos sabemos que no se

tas, pero la efervescencia posterior al

lo de factores externos, de la crisis eco­

puede uniformar la situación de países

nómica y del �ofocamiento a la oposi-

ción fuera posible.

18/ensayo

Pero las dificultades no vienen só­

--

--

Clon.

Hay que pensar también en los

factores internos.

Como parte de la

4)

la militar;

5)

la histórico-popular.

Presentaremos las bases doctrinarias de

metafísicas

sobre

"el

Ser nacional"

buscan preservar en el plano simbólico

discusión sobre el tipo de sociedad que

cada una, las situaremos en sus condi­

la identificación de los intereses nacio­

queremos y sobre las deficiencias que

ciones sociales de aparición y examina­

nales con los de los patricios y las gran­

obstaculizan las luchas populares, de­

remos sus consecuencias en la política

des familias, disimulan bajo interpreta­

seamos revisar las concepciones de lo

cultural. En cada caso, daremos breves

ciones aristocráticas del pasado la ex­

nacional-popular actuantes en Améri­

ejemplos de la cultura de élites y de la

plotación con que la oligarquía obtuvo

ca Latina y su relación con las prácti­

popular, pero el propósito central de

sus privilegios, bajo el respeto a los orí­

cas, con las políticas culturales.

este texto es criticar los paradigmas

genes, la sumisión al orden que los be­

ideológicos y confrontar sus enuncia­

nefició. La dinámica histórica, que ha

Escuchemos la objeción del "sen­ tido común":

¿vale la pena plantear

dos con sus prácticas.

Nos damos

ido constituyendo el concepto -y el

cuenta de la parcialidad de este trabajo

sentimiento- de nación, es diluída en

las cuestiones políticas en el campo de

por ocuparse sólo de algunas concep­

"la tradición".

la cultura? ¿Quién se preocupa por la cultura cuando los salarios pierden 100

ciones de lo nacional-popular.

tos en medio de los cuales se formaron

alcanzar un panorama más representa­

las tradiciones nacionales o se los narra

por ciento de su poder adquisitivo y la

tivo de la realidad latinoamericana, se­

legendari.amente, como simples trámi­

Para

Se olvidan los conflic­

gen te se desespera por llegar a fin de

rán necesarias investigaciones que es­

tes arcaicos para configurar institucio­

Esta crítica podría tener al me­

pecifiquen el desenvolvimiento de cada

nes y relaciones sociales que garantiza­

mes?

nos la eficacia de la sensatez "común"

vertiente en distintos países, que preci­

rían de una vez para siempre la esencia

si al hablar de cultura nos refiriéramos

sen el encuadre histórico, y afinen, por

de la Nación: la Iglesia, el Ejército, la

sólo a las bellas artes, a los libros, a los

tanto, la clasificación aquí sugerida.

familia, la propiedad.

conciertos.

Nos ocuparemos de eso,

pero también del modo en que la gente

La concepción biológico telúrica

Este discurso nacionalista, explica­ ble como reacción ideológica de auto­

come y piensa, se viste e imagina, arre­

defensa en estancieros cultos y escri­

gla su casa y hace política, habla y se

Es la ideología más característica

calla; en suma, lo que hace a un pueblo

de los Estados oligárquicos y de los

tores

vivir de una forma que le da identidad

movimientos nacionalistas de derecha.

dentro de movimientos populares.

y lo distingue.

Hablamos de cultura

como el conjunto de fenómenos que contribuyen, mediante la representa­



de

todavía

i bien la oligarquía aristocrática ha sido la principal portadora de este

ción o reelaboración simbólica de las

provincia, persiste

nacionalismo,

muchos

de

sus rasgos son reasumidos por corrien­

estructuras materiales, a comprender, reproducir o transformar el sistema so­

tes populistas que asignan a una ver­

cial.

sión idealizada del pueblo el núcleo del Ser nacional. Preguntarse, entonces, qué pode­

Su política cultural con­

siste sobre todo en la promoción del

mos hacer con la cultura mientras esta­

folclore, concebido como archivo osi­

mos impulsando (o no podemos impul­

ficado y apolítico.

sar) el cambio social es preguntarse có­

constituye a veces en torno de un pa­

mo se relacionan los grandes temas de

Este folclore se

quete de esencias prehispánicas, otras

la política con la vida cotidiana, cómo

Define a la nación como un con­

vincular las transformaciones estructu­

junto de individuos unidos por lazos

con algunas formadas en la colonia o en las gestas de la independencia, en

mezclando

características

indígenas

rales con los hábitos de pensamiento y

naturales -el espacio geográfico, la ra­

conducta con que la gente está acos­

za- e irracionales -el amor a una misma

otros

tumbrada a organizar su vida. Pregun­

tierra, la religión-, sin tomar en cuenta

ahistórica ciertos rasgos que distingui­

tarse si es posible hoy una política po­

las diferencias sociales entre los miem­

rían nuestra personalidad nacional de

pular en América Latina requiere inte­

bros de cada nación.

lo otro: lo foráneo, lo imperialista. Ya

Aunque despre­

casos

convirtiendo

en matriz

rrogarse sobre las maneras en que los

cia los criterios históricos para definir

sea como folclore predominantemente

partidos y los

lo nacional y se apoya en componen­

rural o urbano, tales tendencias coinci­

Estados conciben la

identidad del pueblo y cómo esas con­

tes biológicos y telúricos (rasgo típico

den al pretender encontrar la cultura

cepciones se corresponden, divergen o

del pensamiento de derecha), en reali­

nacional ya lista en algún origen qui­

se complementan con las maneras de

dad este nacionalismo consagra

mo­

mérico de nuestro ser, en la tierra, en

vivir y pensar de los sectores popula­

do de relacionar la naturaleza con la

la sangre o en "virtudes" del pasado

res. Es tratar de que las movilizaciones

historia: el orden social impuesto, en

desprendidas de los procesos sociales

políticas se basen no sólo en reclamos

una etapa de bajo desarrollo de las

que las engendraron y las siguieron

un

coyunturales y voluntarismo ideológi­

fuerzas productivas, por los latifundis­

transformando.

co, que se arraiguen en las condiciones

tas y la Iglesia. Su rechazo de la histo­

por lo tanto, las manifestaciones cultu­

concretas de la existencia diaria.

ria es, en verdad, un recurso para apun­

rales presentes de las clases subalternas

No toman en cuenta,

talar un período histórico particular,

que se apartan de ese origen idelizado;

Vamos a analizar las cinco concep­

aquél que se desmorona ante la indus­

son incapaces de dar cuenta de las nue­

ciones principales de lo nacional-po­

trialización y la urbanización, esa he­

pular que parecen haber alcanzado ma­

rencia difícil de reacomodar en medio

yor influencia: rica;

2)

1)

La biológico-telú­

la estatalista;

3) la mercantil;

vas prácticas de apropiación con que

los sectores populares intentan modifi­

de conflictos protagonizados por nue­

car su dependencia de la lucha hege­

vas fuerzas sociales.

mónica, o crean, inventan, lo que el

Sus meditaciones

------

ensayo¡ 19

y justificación de esos actos al punto de someterlos a su libre aprobación o rectificación. Por el contrario, se exige a las ·iniciativas populares que se subor­ dinen a "los intereses de la nación" (fi­ jados por el Estado) y se descalifican los intentos de organización indepen­ diente

de las masas.

También suele

recurrirse al origen étnico o al orgullo histórico para reforzar la afirmación nacional, por lo cual esta corriente prolonga en parte la anterior; pero el ejercicio y el control de la identidad nacional no se derivan prioritariamente del pasado sino de la cohesión presente

[

tal como el Estado la representa. a política cultural de esta ten­ dencia identifica la continuidad de lo nacional con la preserva-

ción del Estado. sistema imperante no les da para res­

males precortesianas se mezclan con la

ponder a sus necesidades.

figuración

barroca y la arquitectura

neoclásica, con altos edificios, automó­

Promueve, entonces,

las actividades capaces de cohesionar al

pueblo y algunos sectores de la

"burguesía nacional" contra la oligar­

viles y carteles luminosos propios del

quía, caracterizada como antinación.

Uruguay, formados mediante la susti­

desarrollo industrial.

Pensar en nues­

Este impulso político de lo nacional y

tución

tra identidad es pensar la coexistencia, la combinación de las luchas étnicas

voreció en el primer gobierno peronis­

En países como la Argentina y el de pobladores indígenas por

una mezcla heterogénea de inmigran­

de la presencia pública del pueblo fa­

tes, la pretensión de absolutizar cual­

con las de clases, la interpretación de

ta un desarrollo inusitado de la cultura

quiera de las raíces desentendiéndose

estas fuerzas en la historia.

subalterna (por ejemplo, el auge del

de la historia reciente es una empresa

tango y la poesía popular), generó una

irrisoria, casi extravagante.

industria cultural bajo la protección

Pero tam­

poco resiste ante l a información antro­

La concepción estatalista

del estado (política nacional de radio­

pológica más elemental la aspiración de afirmar el nacionalismo sobre un origen racial puro en los países andinos

difusión, creación de estudios de cine) Hay otra concepción sustancialista de lo nacional.

Para ella la identidad

que por primera vez reconoció y divul­ gó masivamente muchos temas y per­

¿Dónde está la na­

no está contenida en la raza, ni en un

sonajes populares.

ción que logró evitar el mestizaje, la

paquete de virtudes geográficas, ni en

meses del último gobierno peronista,

penetración del capitalismo en sus há­

el pasado o la tradición. Se aloja en el

en

bitos de producción y consumo?

Estado.

jante, radicalizado fugazmente por la

o mesoamericanos.

La

Como consecuencia de proce­

1973,

En los primeros

un proyecto político seme­

herencia precolombina, sometida pri­

sos de independencia o revolución, el

izquierda, dio ocasión para talleres ba­

mero a la violencia y la fusión colonial,

Estado aparece como el lugar en que se

rriales de plástica, música y teatro, ex­

refuncionalizada después en la reorga­

condensaron los valores nacionales, el

periencias creativas y criticas en la co­

nización transnacional de la cultura,

orden que reúne las partes de la socie­

municación masiva y otros avances en

no puede darnos hoy más que versio­

dad y regula sus conflictos. Una orga­

la producción cultural del pueblo.

nes desdibujadas, desarticuladas, de lo

nización más o menos corporativa y

que en otro tiempo fue esa vida. Una

populista concilia los intereses enfren­

¿Por qué tantas veces -no sólo en

historia de tantos siglos, un mestizaje

tados y distribuye entre los sectores

la Argentina- este crecimiento de la

ya tan sedimentado, no admite los ar­

más diversos la confianza de que parti­

tificios del arqueólogo que quita pro­

cipan en una t otalidad protectora que

lijamente lo que se fue sumando sobre

los abarca. Esta "participación" puede

las ruinas, recoge las piedras caídas y

estar sostenida mágicamente por la fi­

reconstruye -fuera de la realidad- la ilu­

gura mitologizada de un líder (Vargas

sión de otro tiempo. La conciencia de

en Brasil, Perón en la Argentina) o por

los hombres y de los pueblos no se pa­

una estructura partidario-estatal jerár­

rece a las vitrinas de los museos ni a

quicamente

los yacimientos arqueológicos, sino a

mexicano).

cohesionada

(el

sistema

la :iridecisa o aturdida organización de

cultura popular se desvanece al poco tiempo o es manipulado (o reprimido) por los Estados populistas?

Hay razo­

nes derivadas de la descomposición económica y política de tales procesos, pero también se debe a una caracteri­ zación inadecuada de lo popular, en­ tendido como el conjunto de gustos, hábitos sensibles e intelectuales "es­ pontáneos" del pueblo, sin discriminar

Aun en países don­

Decimos que para esta concepción

de lo étnico ha logrado subsistir con

lo nacional reside en el Estado y no en

los aparatos del Estado inocularon en

fuerza, como en México o Perú, la

el pueblo, porque éste es aludido como

las masas a través de la educación esco­

nuestras ciudades.

lo que representa sus j.ntereses y lo que

reelaborándose una y

destinatario de la acción del gobierno,

lar y comunicacional.

otra vez según lo revela su iconografía

convocado a adherir a ella, pero no es

radicalmente las estructuras ideológi­

pluricultural: formas vegetales y ani-

reconocido genuinamente como fuente

cas impuestas por la dominación en la

identidad fue

20/ensayo

Al no quebrar

------

vida cotidiana, ciertos programas de

racismo a un linaje ficticio, los compo­

democratización educativa y reivindi­

tación artesanal, que pretendió contri­

nentes tradicionales de la nacionalidad

buir a la política de sustitución de im­

cación de la cultura popular, como los

son reelaborados por el Estado para

emprendidos por los gobiernos pero­

portaciones equilibrando la balanza co­

adecuarlos a nuevas etapas del desarro­

nistas, quedan a mitad de camino. Su

llo capitalista.

mercial;

Así lo demuestran, por

e)

la promoción de artesanías

como parte de la estrategia de creación

caracterización chauvinista de lo popu­

ejemplo, varios estudios sobre la refun­

de empleos y fuente complementaria

lar y lo nacional, explicable en el pri­

cionalización de las artesanías en dife­

de ingresos para las familias campesi­

mer gobierno de Perón como la ideolo­

rentes períodos de México.

nas con el fin de reducir su éxodo a los

gía que acompañaba la política de sus­ titución de importaciones, hizo recha­

19 1 O

( 3).

De un modo o

los

de otro, diferentes políticas estatales

zar en bloque lo extranjero y encum­

dirigentes políticos y los intelectuales

han seguido usando la producción de

brar indiferenciadamente los temas y

promovieron el desarrollo artesanal y

las culturas tradicionales para contri­

el lenguaje del pueblo mezclando lo

folclórico con el fin de ofrecer un con­

buir al desarrollo económico contem­

reaccionario y lo progresista, los inte­

junto de símbolos para la identifica"

poráneo y renovar la hegemonía de las

reses de los oprimidos y los de la in­

ción nacional.

dustria cultural.

Rara vez este nacio­

divisiones étnicas, lingüísticas y políti­

so suplementario

nalismo reconoce que muchos ingre­

cas necesitaba, junto a las medidas de

campo, renovadoras del consumo este­

dientes conformistas o fatalistas del

unificación económica (reforma agra­

reotipado

folclore deben ser reformulados, ni se

ria, nacionalizaciones, desarrollo con­

atracción turística e instrumento de

plantea cómo la cultura de otros pue­

junto del mercado interno) y política

blos puede aprovecharse en tanto bro­

cohesión ideológica nacional, las arte­

(creación del partido único, de la cen­

sanías muestran la variedad de lugares

ta de experiencias liberadoras.

Es útil

al Estado populista la cohesión confu­

Desde la Revolución de

centros urbanos

Un país fracturado por

clases dominantes. Ya sea como recur­

por

la

de ingresos en el industrialización,

tral de trabajadores), que se establecie­

y funciones en que el capitalismo pue­

ra una homogeneidad ideológica.

de refuncionalizar objetos y símbolos

La

sa de sectores sociales internos, la in­

castellanización de los indígenas y la

dulgencia con que el folclore ensalza

a primera vista extraños a sus fines. La

exaltación de la cultura de cada gru­

los rasgos nacionales y la atribución

acción cultural del Estado, tal como el

po étnico bajo la forma de patrimonio

exclusiva de las culpas a adversarios ex­

indigenismo la elabora, es el instru­

común de todos los mexicanos fueron

mento clave para adaptar las culturas

tranjeros o míticos respecto de los cua­

algunos de los recursos empleados. El

indígenas a este desarrollo desigual pe­

les el Estado aparece como paternal

nuevo Estado y muchos intelectuales y

ro unificado, para diluir las oposicio­

defensor.

artistas

nes de clases y etnias en un proyecto

(Manuel

Gamio,

Othon

de

Mendizabal, Alfonso Caso, Diego Ri­ Puesto que no interesa la interven­

nacional.

vera, Siqueiros) sostuvieron que para

ción transformadora del pueblo para

construir "una Patria poderosa y una

La unificación mercantil: de lo étnico

redefinir el proyecto nacional, no se

nacionalidad coherente" debía desple­

a lo típico

auspicia la experimentación artística ni

garse una política de "fusión de razas,

la crítica intelectual. Los artistas inno­

convergencia y fusión de manifesta­

vadores y

los intelectuales indepen­

ciones culturales, unificación lingüísti­

ción de lo étnico en lo nacional?

dientes son acusados de desligar.se de

ca y equilibrio económico de los ele­

el Estado el único responsable?

"los intereses populares y nacionales".

mentos sociales"(!), según lo escribió

es el papel de las determinaciones eco­

Muchas veces esto es cierto, pero el

el primero.

nacionalismo

en

populista

no señala la

1932

¿Se trata realmente de una disolu­ ¿Es

¿Cuál

Salvador Novo declaraba

nómicas en un sistema basado en la

que "los muñecos de petate,

apropiación privada, en la homogenei­

verdadera desconexión entre intelec­

las jícaras, los juguetes de barro, los

dad de la producción y el consumo pa­

tuales y pueblo.

sarapes policromados" estaban dando

ra la expansión del mercado y el acre­

Su incomprensión de

los requisitos específicos de la investi­

a los mexicanos "un sentido elevado

centamiento incesante de las ganan­

gación científica y artística los hace

racial y una conciencia de nacionalidad

cias?

(2).

despreciar el trabajo teórico y la auto­

de que antes carecíamos"

nomía parcial necesarios en la produc­

el Estado formó antropólogos y técni­

En las actuales sociedades capita­

ción cultural; al desconocer la impor­

cos para estructurar esta promoción

listas la unificación propiciada por el

tancia de la evolución crítica de las

nacionalista de la cultura popular, creó

Estado se entrelaza con la organización

masas, juzgan como extraños al pueblo

fondos especiales de asistencia crediti­

monopólica de la economía. El desa­

aun a los partidos de izquierda que

cia, organismos dedicados a fomentar

rrollo internacional del capital necesita

la producción artesanal y su difusión.

un proceso equivalente en la cultura,

cuestionan la enajenación generada en

Luego,

porque la diversidad de patrones de vi­

los oprimidos por un sistema desigual de acceso al arte y al saber. En varios movimientos populistas

Si bien esta exaltación de las arte­

da, de objetos y hábitos de consumo

sanías fue constante, el avance del ca­ pitalismo dificultó su significado y su

obstaculiza su expansión. La exigencia de incrementar el número de compra­

Se distinguen tres períodos

dores de objetos diseñados y produci­

latinoamericanos encontramos que su

función.

política cultural trata de reproducir las

después de aquel impulso inicial: a) la

dos en forma "standard" requiere eli­

estructuras ideológicas y las relaciones

explotación comercial de las artesanías

minar diferencias de comportamiento

sociales que legitiman la identidad en­

ligadas al crecimiento del turismo ex­

y de gusto dentro de cada nación (en­

tre Estado y Nación. Sin embargo, no

tranjero y ei interés por incrementar la

tre la capital y el campo, entre clases

hay que entender esta reproducción A dife­

reserva de divisas, que generaron la parcial industrialización de los objetos

rrollados y dependientes.

rencia de la adhesión declamatoria del

indígenas; b) el fomento de la ex por-

geneización de la economía se acom-

como mecánica y repetitiva.

sociales) y también entre países desa­ Esta homo­

------

ensayo/21-

paña con la unificación internacional de los programas ideológicos destina­ dos a construir el consenso y de los sis­ temas políticos de control y represión. Cada Estado unifonna y centraliza la vida interna de la nación, y a la vez coordina el propio sistema, o simple­ mente

lo somete, a la organización

transnacional de la economía y la cul­ tura.

La estrategia normalizadora de

los Estados contemporáneos está moti­ vada, en primer lugar, por la exigencia económica de construir mercados na­ cionales; pero esta motivación mercan­ til, y el carácter dependiente y tardío del desarrollo latinoamericano, dificul­ tan la construcción de una verdadera soberanía

nacional.

El crecimiento

transnacional del capitalismo requiere a la vez unificar cada sistema nacional y subordinarlo a1 orden mayor encabe­

[

zado por las metrópolis.

lación y el con!lllmo para incorporar las artesanías a su estrategia de unifi­ cación mercantil.

(4) Observamos,

por

os efectos de esta transnacionali­ campos de la cultura: la unifor-

ser reconocida tal como es por un tu­ rista si se le muestra como un todo

ejemplo, que cuando uno va a las co­

compacto, indiferenciado, si no se di­

munidades indígenas encuentra alfare­

ce c6mo viven los grupos que la com­

ría de Capula, lacas de Pátzcuaro, peta­

ponen, los enfrentamientos con colo­

tes de Thuatzio. En las tiendas de Qui­

nizadores (y entre las propias étnias)

roga, ciudad comercial en la que se

que están en la base de muchas danzas,

cruzan las carreteras que comunican

de muchos diseños artesanales. La uni­

esos tres pueblos, la alfarería, las lacas

ficación bajo los colores y símbolos

y los petates se convierten en artesa­

nacionales, en cierto sentido positiva,

nías.

Los pueblos de origen se borran

se vuelve distorsionante y despolitiza­

y los negocios sólo hablan de "artesa­

dora cuando omite las diferencias y

nías de Michoacán"; nunca se las desig­ na como tarascas o purépechas, nom­ bres que -por ser del grupo indígena al que pertenecen los tres pueblos- man­ tendrían el origen étnico al reunirlas. En las tiendas de Acapulco, del Distri­ to Federal, de los grandes centros tu­ rísticos, las artesanías de Michoacán se reúnen en la misma vitrina con las de Guerrero, Oaxaca y Yucatán, son con­

zación se aprecian en todos los

Porque la cultura nacional no puede

vertidas en "Mexican curious", o, en el mejor de los casos, en "artesanías me­ xicanas".

Aun

en

las

tiendas

de

contradicciones que de hecho incluye. La museografía o el espectáculo que ocultan la historia, los conflictos que generaron un objeto o una danza, pro­ mueven junto con el rescate la desin­ fonnación, junto con la memoria el ol­ vido.

La identidad que exaltan es ne­

gada al disolver su explicación en su exhibición.

La grandeza del pueblo

que elogian es aminorada al presentar como

manifestaciones

espontáneas,

con esa facilidad atribuida al virtuosis­ mo o el "genio" populares, artesanías

midad de temas y estilos de investiga­

y ceremonias cuyo mérito radica en el

ción en la ciencia es homóloga de la es­

esfuerzo hecho para trasponer al plano

tandarización del diseño en las vivien­

simbólico, y a veces "resolver" imagi­

das y los objetos domésticos, de los

nariamente, relaciones dramáticas en

programas de entretenimiento televisi­

las que la naturaleza los hizo sentirse

vo y la elaboración periodística de los

impotentes o los opresores humillados.

acontecimientos mundiales.

Aun en

el campo en que el liberalismo auspició

Lo típico es el resultado de la abo­

con más fuerza la diferenciación indivi­

lición de las diferencias, las subordina­

dual y nacional -las vanguardias artísti­

ción a un tipo común de los rasgos

cas- el mismo proceso socioeconómico

propios de cada comunidad. Se puede

que generó la originalidad y el culto a

FONART, promovidas por el Estado,

argumentar que el turista necesita esa

la diferencia acabó borrándolo al suje­

se observa esta disolución de lo étnico

simplificación de lo real porque novia­

tarlo el intercambio comercial. La ex­

en lo nacional: los carteles y el resto

ja como investigador.

perimentación individual deja de ser

de la publicidad anuncian "Genuino

cación mercantil de las culturas tradi­

experimentación y deja de ser indivi­

arte popular mexicano"; en el interior,

cionales y de la cultura nacional, igual

dual cuando el arte de Nueva York se

las piezas suelen estar separadas por di­

que en la prensa y la televisión llama­

parece al de Lima, al de Buenos Aires,

ferencias de material o de forma, e in­

das populares, suponen casi siempre

al de Tokio.

Pero la simplifi­

Desaparecen los rasgos

cluso cuando se las distribuye según la

que sus espectadores están por debajo

personales y nacionales que permitían

procedencia no se coloca ningún cartel

del cociente intelectual que efectiva­

distinguir en siglos pasados una escuela

que las identifique, menos aún cédulas

mente tienen y que el turismo o el en­

flamenca de otra francesa o italiana, y

que

tretenimiento son lugares donde nadie

que en nuestro siglo, en las primeras

material y cultural de su producción,

décadas del cine, diferenciaban las pe­

en el sentido que tienen para la comu­

lículas francesas de las norteamerica­

nidad que las creó.

nas.

infonnen

brevemente

el origen

quiere pensar. Sin embargo, más que las conse­ cuencias sobre el turismo, nos parecen

Gracias al monopolio de la pro­

ducción y la distribución, los modelos

La necesidad de homogeneizar y a

inquietantes los efectos que esta reduc­

estéticos de las metrópolis, especial­

la vez mantener la atracción de lo exó­

ción de lo étnico a lo típico tiene so­

mente de los Estados Unidos, se impu­

tico diluye la especificidad de cada

bre la conciencia política y cultural.

sieron planetariamente.

pueblo, no

en el común denominador

Si pensamos que el turismo, además

cultura son hoy una gran empresa de

de lo étnico o lo indígena sino en la

de su valor recreativo, podría servirnos

superproducción internacional.

unidad (política) del estado -Michoa­

para

cán, Veracruz-, y a la estados en la

sociocultural en un mundo cada vez

El arte y la

En una investigación reciente so­

unidad política de la nación. Dijimos: disolución de lo étnico

mos las operaciones cumplidas por el

en lo nacional.

capitalismo en la producción, la circu-

una reducción de lo étnico a lo típico.

22/ensayo

nuestra

ubicación

más interrelacionado; importa cuestio­ nar esta tendencia general a ignorar la

bre el impacto de este proceso en las culturas indígenas de México, estudia­

comprender

En rigor se trata de

pluralidad de hábitos, creencias y re­ presentaciones.

Si pensamos que para

entendernos a nosotros mismos es útil

-------

guerra es una realidad incesante que impregna todos los aspectos de la vida. No podría admitirse ya, por tanto, la separación entre lo civil y lo militar. La nación debe subordinarse al Estado y éste al Ejército. En otras épocas la lucha de cada nación podía ser encabe­ zada por las élites, pero como las élites políticas se han mostrado incapaces de mantener el orden y acrecentar el po­ der nacional es preciso que las fuerzas armadas desempeñen este papel. Este discurso nunca tuvo consis­ tencia teórica, pues no resiste frente a lo que las ciencias sociales enseñan so­ bre la historia.

Pero al menos alcanzó

una precaria verosimilitud en Italia y Alemania cuando buscaron la expan­ sión de sus economías y sus Estados. Suena a hueco, por el contrario, si lo pronuncian los militares que desnacio­ conocer lo extraño, o lo que es lejano

la familia- como una de las institucio­

nalizan la producción, enajenan recur­

en nuestro pasado, ver que otros pue­

nes encargadas de preservar las esencias

sos básicos cuya soberanía fue costosa­

den vivir -a veces mejor- con costum­

nacionales.

La crisis presente del capi­

mente obtenida y modifican las leyes

bres y pensamientos diferentes, debe­

talismo mundial y la radicalización de

para favorecer la inversión indiscrimi­

mos concluir que esta estrategia de

conflictos sociales internos en todo el

nada de empresas transnacionales.

ocultar lo distinto es una manera de

continente ha ampliado su interven­

cerrarnos otros horizontes, confirmar­

ción.

nos en lo que somos y tenemos.

mientos militares" clásicos, que a veces

admitir como

merecían ese eufemismo pues se redu­

geopolítico: su sujeción a intereses aje­

res condiciones básicas de la de­

cían a sustituir prolijamente a un civil

nos

mocracia, admitidas desde el na­

por un uniformado en la presidencia,

¿Cómo creer que el orden represivo se

cimiento del liberalismo -reco-

desde el

instaura para "defender nuestro estilo

U

Hay una segunda dificultad para

A diferencia de los "pronuncia­

golpe militar brasileño de

a

nacional este modelo

los pueblos latinoamericanos.

nocer la pluralidad de opiniones y for­

1964

los "golpes de estado" abarcan

de vida" o "nuestras tradiciones" si sus

mas de vida, aprender a convivir con

todas las esferas de la sociedad civil.

fundamentos ideológicos y sus méto­

ellas, ejercer la crítica y la autocríti­

De pronto las fuerzas armadas se des­

dos nacieron en Alemania, fueron re­

ca- son proscriptas si nos convencen

cubren especialistas en la dirección de

elaborados en los Estados Unidos, y

de que todo el mundo se parece al

la economía, la salud y las universida­

los ejércitos de la Argentina, Chile,

nuestro, o está en curso de parecerse,

des, adquieren el monopolio del saber

Uruguay,

si cuando viajamos a otro país compra­

y del poder, de la moral y la identidad

otros países no hacen más que repetir­

mos las artesanías en los supermerca­

nacional.

los, unánimes y dóciles?

dos de siempre y nos esconden bajo la

un modo casi gramsciano: saben que el

diciendo que cada cultura nacional de­ ba formarse únicamente con lo produ­

Extienden sus funciones de

El Salvador, Guatemala y No estamos

lacónica etiqueta de "curiosidades me­

poder no está sólo en los palacios de

xicanas" o guatemaltecas o paname­

gobierno , que si quieren controlar la

cido y pensado dentro de cada país, si­

ñas, lo que verdaderamente podría agi­

sociedad deben ocuparse de las escue­

no que su carácter verdaderamente na­

tar nuestra curiosidad: maneras distin­

las y las iglesias, la economía y la vida

cional depende de lo que le confiere

tas de producir los platos y cocinar, te­

cotidiana.

carácter popular: que lo adoptado de

jer la ropa y vestirse, enfermarse y re­ currir a plantas que desconocemos pa­ ra curarse.

la historia de otros pueblos, y del pro­ Para justificar esta identificación

pio pasado, se someta a los objetivos

Al desarrollar y sistemati­

del Ejército con el Estado-Nación han

actuales de emancipación de las mayo­

zar nuestra ignorancia de lo diferente,

elaborado la "doctrina de la seguridad

das.

la estandarización mercantil nos entre­

nacional".

Declaran caduca la concep­

a

na para vivir en regímenes totalitarios,

ción liberal del individuo y la sociedad

en el sentido más literal en que se opo­

que nutrió al capitalismo en su naci­

nen a los democráticos: por suprimir

miento, y que también fundamenta las

lo plural y obligar a que todo se sumer­

luchas latinoamericanas para indepen­

ja: en una totalidad uniformada.

dizarnos de España y Portugal. La ac­

tentos:

tual etapa, dicen, requiere una teoría

más extrema de la economía y la cul­

El nacionalismo acuartelado

stas críticas nos parecen claves porque la "originalidad" de tales regímenes respecto de anteriores

dictaduras militares radica en dos in­ a) simular que la dependencia

centrada en la seguridad de las nacio­

tura

nes, en su necesidad de subsistencia y

arraigada en las tradiciones nacionales;

al capital

transnacional estaría

Decíamos que ya en la concepción

expansión. La "guerra fría" habría de­

b) reconstruir un tipo de hegemonía

conservadora, o biológico -telúrica, el

mostrado que no hay diferencia entre

integral que garantice la nueva etapa

Ejército aparecía- junto a la Iglesia y

tiempos de guerra y tiempos de paz: la

de acumulación económica emprendí-

------

ensa)'0/23

da por la tecnoburocracia, esa alianza

sobre los movimientos que representa­

zaciones populares pueden socializar

de militares tecnócratas y administra­

rían esta corriente, de la revolución cu­

los medios de producción cultural, no

dores de empresas transnacionales. Su

bana hasta la nicaragüense, pasando

rescatar sino reivindicar lo propio, no

política cultural, por lo tanto, tiende

por la Unidad Popular Chilena, el pero­

difundir la cultura de élites sino apro­ piarse críticamente de lo mejor de ella

a suprimir las instituciones y activida­

nismo revolucionario

des capaces de expresar la participa­

procesos en Guatemala y El Salvador,

ción política antiautoritaria del pueblo

advertí dos hechos:

-sus partidos, sindicatos, movimientos

cil reunir a esos movimientos por sus

Sin embargo, pese a que este mo­

étnicos, estudiantiles, etc.- y organi­

puntos comunes en política económica

delo basista y autogestionario tiene va­

zar otro sistema de participación limi­

y social (antimperialismo, redistribu­

rias décadas, sigue existiendo más co­

tada de las fuerzas sociales bajo el con­

ción de la riqueza, etc.) que por líneas

mo reclamo que como política.

trol militar. En esta perspectiva, ape­ lar a los sentimientos nacionales y su­

de política C).Iltural; b) que los movi­

en movimientos populares triunfantes,

mientos triunfantes incluyen concep­

no llegó a implementarse en forma du­

peditar los intereses nacional-populares

ciones divergentes de lo popular y que

radera

al modo en que los militares juzgan

los otros partidos no presentan defini­

ejemplos. En el peronismo, desgarrado

pertinente defenderlos son los recursos

ciones claras sobre la función de la cul­

por fracciones internas, debidas en par­

privilegiados para que su dominación

tura en las luchas sociales. Nos encon­

te· a la manera en que cada una define

tenga cierta apariencia de consenso. El

tramos, por lo tanto, más que ante una

la política popular desde una concep­ ción telúrica o estatalizante o basista

y los actuales

para sus objetivos.

a) que es más fá­

y

profunda.

Aun

Tomemos dos

reciente uso de la recuperación de las

fórmul a alternativa o proyectos elabo­

Islas Malvinas por parte de la dictadura

rados de lo que sería una política po­

de lo nacional, este último sector nun­

argentina ejemplifica cómo una reivin­

pular en la cultura, ante un repertorio

ca pasó de ser un grupo minoritario cu­

dicación

de problemas.

yo eventual poder cultural siempre fue

nacional

puede

servir para

frágil y breve .

que un poder militar cuestionado neu­ tralice

temporariamente

los

En la revolución cuba­

na, si bien existen formas avanzadas de

avances

En los papeles, en los discursos, y

populares, sujete los reclamos econó­

en luchas parciales, existen desde hace

participación política en algunos as­

micos, sociales y culturales a un pro­

décadas

sociopolíticos

pectos de la vida nacional, siguen vivas,

yecto belicista en el que las fuerzas ar-

que buscan reconstruir la identidad na­

e irresueltas, las discusiones entre quie­

cional y de clase a partir de proyectos

nes defmen la realización de lo nacio­

populares independientes.

nal-popular a

madas preserven, un papel protagóni­ co. Al fin de cuentas, el proyecto de la seguridad nacional carece de una po­ lítica cultural para la sociedad civil que no sea la reproducción de ciertas prác­ ticas aristocráticas y la formación ideo­ lógica de una fuerza de trabajo adapta­ da a la planeación tecnoburocrática. Por eso, las manifestaciones culturales más visibles de las dictaduras militares son negativas: la censura sobre la infor­ mación, el arte y la investigación, el cierre de universidades e instituciones populares, el exilio y encarcelamiento de intelectuales y artistas.

movimientos

Existen en

través de un Estado

muchos países latinoam.:ricanos frac­

fuerte, y quienes acentúan la construc­

ciones de partidos y movimientos so­ ciales que conciben lo popular en for­

ción de una sociedad civil plural, don­

ma contrahegemónica, resisten a que

desde la base y no desde el Estado.

de lo popular se estructure y renueve

se lo encierre en esencias naturales o

Podría decirse que la falta de rea­

folclóricas, se lo corporativice en una

lizaciones de este modelo, y el enorme

organización estatal, y, por supuesto,

número de derrotas o su simple reduc­

se lo reduzca a esa trivial identidad

ción a una posición minoritaria, no

mercantil que da la pertenencia a un

quitan la justificación política y ética a

sistema de bienes y símbolos progra­

la concepción socialista de lo popular .

mados por la "sociedad de consumo".

Nos parece fácil coincidir en esto. Lo

Estos sectores conciben la cultura na­

que resulta más complejo es analizar

cional como la identidad que el pueblo

las causas de las dificultades reiteradas

va forjando en el proceso histórico de

de esta posición, no sólo para tener

luchas autónomas. Proponen como es­

éxito político sino para lograr un res­

trategia cultural el desarr .ollo de la con­

paldo mayoritario en las clases popular

ciencia crítica en la praxis de esas lu­

que pretende representar.

chas y a través de organismos autoges­ tionados por las clases populares. Pero

Proponemos la siguiente hipótesis

rara vez dicen cómo implementar este

para una discusión de este tema: una

objetivo

política popular en la cultura no puede

en

una política específica­

mente cultural.

ser el resultado de una serie de omisio­ nes (no tener nada que ver con el Esta­

Es fundamental que esta concep­

do, rechazar la transnacionalización y

ción dinámica, histórica, basista de la

manipulación de los medios masivos,

cultura guíe la construcción de políti­

criticar la mercantilización cultural),

cas populares. Porque los Estados, en

sino que debe ser construida en medio

Bases para una política popular en la

los mejores casos, se preocupan por

de las actuales condiciones de existen­

cultura

rescatar la cultura del pueblo para con­

cia de los sectores populares. Es decir,

sagrarla en museos y libros lujosos; los

en relación con quienes ya desarrollan políticas culturales dirigidas a las ma­

En una primera versión, terminaba

medios masivos se dedican a düundir

este texto analizando como alternativa

entre las clases populares la cultura de

sas.

a los paradigmas anteriores lo que po­

élites o a manipular los intereses y gus­

tica socialista debe tener como prota­

dría ser una concepción histórica y po­

tos del pueblo para adecuarlos a sus

gonistas a las organizaciones populares,

propósitos lucrativos .

los reclamos y críticas a la cultura he-

pular de lo nacional.

Pero al escribir

Sólo las organi-

Si bien partimos de que una polí­

24/enmyo ------

gemónica no llegarán a estructurar una

2.

política -y una política eficaz- mien­

Estado, sociedad civil y cultura.

e)

En las dos últimas décadas, cente­

vos de producción y distribución liga­

la construcción de canales alternati­

tras no se planteen las tareas necesarias

nares de grupos de artistas e intelectua­

dos a organizaciones populares (parti­

para ser eficaces en relación con el Es­

les han ensayado en América Latina

dos políticos, sindicatos, asociaciones

tado, con los medios masivos y con las

nuevas formas de inserción social. Mu­

vecinales),

estructuras culturales que rigen la vida

chos de esos intentos fueron frustrados

atención específica, no inmediatamen­

cotidiana. l.

·

ellas

una

por la represión y la censura, pero tam­

te pragmatista, hacia el valor del traba­ jo cultural.

nes demasiado pragmatistas sobre la

y las necesidades populares.

utilidad política inmediata del trabajo

Dijimos antes que un elemento común

de

bién limitaron sus efectos concepcio­ La investigación de la vida cotidiana

reclamando

Por cierto, hay que discutir en ca­

preocupadas por ampliar la

da país y cada coyuntura cómo articu­

de las políticas culturales en América

comunicación de los intelectuales y ar­

lar estos tres niveles de acción cultural.

Latina es ser diseñadas y aplicadas sin

tistas con las masas pero indiferentes a

Incluso si todos pueden ser utilizados.

tomar en cuenta las necesidades efecti­

otras formas más profundas de influen­

El grado de independencia o compro­

vas de las clases populares, aunque fre­

cia en la sociedad civil.

En vez de ex­

miso con el poder que implica interve­

cultural,

cuentemente se las aluda como desti­

poner en un museo se va a un sindica­

nir en programas artísticos estatales es

natarias de la acción de gobierno o se

to; se hacen carteles en lugar de cua­

muy diferente en los países del cono

las convoque a adherir a ella. Predomi­

dros de caballete; se ofrecen experien­

sur, Venezuela o México, la posibilidad

na la concepción estatalista de lo na­

cias ejemplares de lo que podría ser

de que una práctica transformadora que desborde la política hegemónica

cional-popular, cuya estrategia es su­

una plaza o una calle diseñada en fun­

bordinar el pueblo y la Nación a lo que

ción de necesidades estéticas de los

el Estado establece como tales.

usuarios.

Muy pocos artistas se han

sea permitida, neutralizada o reprimida es bastante distinta en cada caso.

propuesto cambiar el museo (o conver­ Pero ¿acaso los partidos políticos

tirlo en un centro cultural vivo), parti­

La cuestión que está en la base de

de izquierda han estudiado sistemática­

cipar en las discusiones de los sindica­

esta polémica es cómo caracterizamos

mente

populares en

tos y no simplemente servir de ilustra­

los distintos tipos de Estado que exis-

nombre de las cuales cumplen su opo­

dores, intervenir en los organismos es­

las

necesidades

sición e impulsan propuestas de cam­

tatales donde se diseñan las plazas y las

bio?

calles.

Hay que preguntarse si el carác­

ter minoritario de la mayoría de estos partidos en el continente no deriva, en parte, de dicho desconocimiento y de la dificultad de vincular las ideas pro­

U

res

obstáculos

ideológicos han

trabado este tipo de experien­ cias: a) la formación individualis-

gresistas con los inter eses y vivencias

ta de los artistas e intelectuales, que a

de las clases subalternas.

veces se modifica sólo para convertir­ se

Es en este contexto teórico y polí­

en un individualismo grupal, tam­

bién competitivo y aislante;

b) un

tico que el estudio del consumo cultu­

cierto ultraizquierdismo según el cual

ral y de las necesidades populares ad­

la

quiere un lugar decisivo.

Tal coloca­

cluir toda participación en programas

ten hoy en América Latina. Es verdad

ción del problema requiere un giro ra­

de cualquier Estado no socialista o en

que se observa un común denomina­

dical en el trabajo científico y políti­ co. Generahnente, los estudios sobre

instituciones culturales, incluso vecina­

la cultura, incluso sobre culturas popu­

valor

lares, analizan sólo las estrategias de dominación, la difusión de mensajes

les, y en su multiplicación mágica, su­

acumulación. Pero no es lo mismo que

(por la televisión, la prensa y la escue­

perstición que curiosamente conserva

esta reorganización sea ejecutada por

la).

Por su lado, los partidos de iz­

muy buena salud una década después

una dictadura militar (Argentina, Chi­

quierda se reducen a denunciar la im­

de que su equivalente militar -la tesis

le, Uruguay, entre otros) o intentada

conducta revolucionaria debe ex­

e) la

dor: la reorganización del aparato esta­

creencia en el

tal (y su relación con la sociedad civil)

ejemplarizador de experiencias

para adaptarlo a la reformulación mo­

ocasionales de los artistas e intelectua­

nopólica y monetarista del modelo de

les, no politizadas;

posición y las injusticias de la . clase

del foco guerrillero- revelara su inefi­

por un gobierno surgido de comicios

hegemónica.

cacia.

en el que se enfrentan tecnoburócratas

No sabemos casi nada de

los usos que los sectores populares ha­

ligados a las transnacionales con políti­

cen de los mensajes impuestos, cómo

Es hora de aceptar que el cambio

cas liberales y sindicatos interesados en

reestructuran y renuevan sus prácticas,

de función de la producción cultural

mantener una alianza más o menos de­

las maneras de emplear los objetos pro­

no puede ser sólo asunto de individuos

mocrática, o al menos donde los secto­

ducidos por la clase hegemónica, de se­

bien intencionados, ni de acciones ais­

res populares encuentran

leccionarlos y combinarlos, de apro­

ladas.

de organizarse y luchar por sus deman­

piarse de los paradigmas culturales aje­

Debe incluir: a) transformacio­

posibilidad

n 6s y transformarlos: en síntesis, que

nes radicales en las instituciones dedi­

das (pienso en México y Brasil).

cadas a producir cultura;

b) la inser­

muy distinta la posibilidad de incidir

hace la gente con lo que el sistema ha­

ción activa y crítica de los artistas e in­

en cuestiones claves para el interés na­

ce con ellos.

¿Qué hace el pueblo con

telectuales en los organismos ocupados

cional y popular, como son la defensa

lo telúrico, con lo estatal, con la mer­

de la circulación del arte y la cultura (museos, centros

las masas y la resistencia a la transna­

tarización de la sociedad civil?

educacionales, me­

de espacios de participación crítica de

cantilización de su cultura, con la mili­

dios masivos de comunicación, etc.);

cionalización de la cultura agudizada

------

Es

ensayo/25

difusión sólo alcanzan a universitarios

por el monetarismo. Si reconocemos la importancia de este espacio y esta

y militantes. Pocas veces hemos enca­

resistencia, y que dentro del segundo

rado el uso sistemático de los medios

tipo de Estado existe lucha de clases,

de comunicación masiva: ni los de tec­

no podemos caracterizarlo como "bra­

nología avanzada como radios, televi­

zo de la burguesía" simplemente por­

sión, video, ni los tradicionales de gran

que. se da dentro del capitalismo. Sería

repercusión popular como historietas,

más productivo que ese tipo de recha­

fotonovelas, etc.

zos dogmáticos preguntarse cómo in­

tervenir en sus contradicciones, cómo

combinar la lucha por la democratiza­ ción del Estado con las luchas autóno­ más de las

organizaciones populares

dentro de la sociedad civil. Depende de cada país y cada co­ yuntura la articulación de estos dos ti­ pos de trabajo político. Pero al menos podemos decir que nuestra historia es­ tá llena de fracasos por haberlos sepa­

Aun en casos en que

del pueblo.

Dicho de otro modo: re­

organizar con una orientación socialis­

tica es saber que el significado de la

litantes y de conciencia de los partidos

identidad no está dado por nadie -ni

El punto de partida de esta polí­

sobre el valor de estas tareas, el escaso

por la raza, ni por el Estado, ni por el

o nulo énfasis que se les dió en la estra­

consumo-, sino que se produce en la.

tegia general, revelaron cuán ajenas re­

historia.

sultan a las izquierdas.

Nos cuesta

truir una sociedad en la que el po\ler

pensar que el militante en la fábrica o

no sea algo que se conquiste ni se re­

El punto de llegada es cons­

en la universidad pueden ser política­

verencie, sino la manifestación solida­

mente tan necesarios como el guionista

ria de la capacidad creadora del pue­

de TV y el dibujante de historietas. Y

gultie de los medios, sino porque pue­

socavamientos aislados del sistema que

den contribuir -mediante espectáculos y entretenimientos masivos- a demo­

der alternativo. A la inversa, la disputa

cratizar y mejorar la vida cotidiana.

blo.

NOTAS 1)

Manuel Gamio, Forjando patria; Editorial Porrúa; México; 1960; pág. 183.

2)

Salvador Novo, "Nuestras artes populares", en Nuestro México; T. 1, No. 5 ; México; júlio 1932; pág. 5 6.

3)

Victoria Novelo, Artesanías y ca­ SEP/INAH; México; pág. 14-16.

Salvo emisiones radiales de directo uso político que algunos movimientos de

lelamente estructuras de base que desa­

liberación sostienen precariamente en

fien a las oficiales desde posiciones au­

la clandestinidad (por ejemplo en Cen­

tónomas, se detiene en el reformismo

troamérica) no hemos encarado la uti­

o es asimilada como apéndice autocrí­

lización de los medios de mayor pene­

tico del sistema al que termina consoli­

tración en la vida popular.

dando. Entre estos dos riesgos, hay sin

países el poder de los partidos revolu­

embargo un conjunto de oportunida­

cionarios y condiciones relativamente

En ciertos

des que habitualmente no se debaten

democráticas permitirían crear radios

en su variedad y riqueza.

y quizá algún canal de TV progresista. Pero llegaremos a saber cómo usarlos

Medios masivos y política cultu-

en la medida en que tengamos una po­

La reformulación de las prác­

lítica clara para disputarle a la burgue­

ticas artísticas e intelectuales en años

sía las principales áreas de comunica­

recientes se ha limitado casi siempre a

ción social, incluso en sus propios me­

las artes tradicionales y a las activida­

dios si es posible: desde la orientación

des "cultas" de la vida intelectual: ta­

de los noticieros hasta los entreteni­

lleres populares de teatro y plástica,

mientos, la dirección intelectual y la

conciertos en barrios y peñas folclóri­

administración de los órganos estata­

cas, poesía combativa y recitales en sa­

les que enseñan a la gente a pensar y

lones populares.

a sentir.

¿Por qué no somos

tructura cotidianamente la conciencia

falta de preparación técnica de los mi­

no se acumulan para construir un po­

ral.

los lenguajes a través de los cuales se realiza la comunicación social y se es­

ta las relaciones entre significado y po­

buena propaganda partidaria en el len­

3.

progresiva democratiza­

der.

gente sólo mediante experiencias suel­

p or el poder sólo dentro de las institu­

La

ción de los medios, las instituciones,

se transitaron estas vías (en Chile y Ar­

no sólo porque sirvan para producir

ciones hegemónicas, sin levantar para­

cultura?

gentina a principios de los setentas) la

rado. El cuestionamiento del orden vi­ tas desde las bases gasta las fuerzas en

objetivo de una política popular en la

pitalismo en México;

4)

Néstor Garcia Canclini, Las cultu­ ras populares en el capitalismo;

Nueva Imagen; México y Casa de las Américas; La Habana; 1982.

igualmente innovadores en el uso de los medios masivos de comunicación?

Para ocupar este vasto espacio so­

Salvo los movimientos de crítica social

ciocultural, indispensable en la cons­

en la canción urbana y algunos inten­

trucción de la hegemonía popular, de­

tos renovadores de periodismo y cine

bemos cambiar la manera de vincular

alternativos, casi siempre fugaces e in­

en las luchas sociales lo económico,

dependientes de los partidos políticos, los trabajadores culturales de izquierda

lo cultural y lo político. Nuestra rela­ ción con la cultura debe ser mucho

nos hemos concentrado en los instru­

más de lo que hasta aquí ha sido: de­

mentos más tradicionales de comunica­

nunciar las manipulaciones de la clase

ción.

hegemónica y planear acciones a corto

Durante décadas venimos pro­

moviendo revistas y periódicos, y, en

plazo para aprovechar coyunturas elec­

los países de mayor desarrollo, edito­

torales u otros tipos de movilización

riales que publicaron miles de libros

transitoria.

marxistas

y

estudios

América Latina.

26/ensayo

críticos sobre

Pero estas formas de

¿Cuál sería, entonces, el principal

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