o DELANTE DEL MONITOR

DETRÁS DEL MOSTRADOR y/o DELANTE DEL MONITOR La mujer fue tras Dilberto para conocer el mensaje en su celular. En un mundo de rutinas, todo lo que no

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Pantalla de visualización o monitor LCD
Pantalla de visualización o monitor LCD •En ella podremos hacer dos cosas: #1. Ver y juzgar las fotografías que tomamos de forma inmediata. Las fotogr

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DETRÁS DEL MOSTRADOR y/o DELANTE DEL MONITOR

La mujer fue tras Dilberto para conocer el mensaje en su celular. En un mundo de rutinas, todo lo que no sea rutinario es extraño, sospechoso, malo, “hay que estar pilas”... ― Vé, mira este mensaje. ¿Porqué me llegó... no tengo ni idea. Normalmente uno espera que se trate de publicidad o amigos. ¿Pero esto? ― ¿Y qué dice...? Ya me diste suficiente cuerda para alistarme a un aviso de cobro... "El viaje más maravilloso no es al centro de la tierra ni a los confines del Universo; es al fondo de sí mismo." Julio Verne ― ¿Julio Verne acaso no fue el mancito aquél de las novelas pendejas de: “de la tierra a la luna”, “viaje al fondo de la tierra”, “el rayo verde”, “20 mil leguas de viaje submarino”, “La vuelta al mundo en 80 días”... -dijo Dilberto sin desprenderse de su orgullo por mostrarse como una persona con abundantes

conocimientos literarios-. ― No, pues, se me olvidaba que eres la biblioteca 2 patas de esta casa... ― Y de todo el círculo de amigos, también... ― Y con memoria selectiva, por supuesto. Poderosa memoria para presumir que tiene conocimientos, pero ínfima memoria para recordar cuando le han dicho verdades... ― Cómo cuáles... ? ― La de un amigo que te curó instantáneamente de un virus... ― ¿Virus? No te pongas a inventar huevonadas que los únicos virus que he tenido en mi vida son las gripitas pendejas, y por ahí una que otra rasquiñita... ¡más ná! como decía mi abuela... ― Entonces estás grave, muy grave.... te borró de la memoria lo que una vez te dijo el viejo Hipólito: “De la ignorancia al saber, sólo un paso; del saber a la sabiduría, un abismo”. ― Ahhh, tal vez porque yo estaba borracho, y tú no habías tomado ningún trago. ¿Eso no lo dijo él en una de las Fiestas del Tendero? ― Y te curó instantáneamente, tanto la borrachera como tu actitud presumida de saber nombres, títulos, temas diversos y a la hora del té no sabes una mondá!!... Así de simple!! La mujer de Dilberto lamentó, mentalmente, haberse ido con tan fuertes palabras; claro que suponía que él de inmediato echaría mano a su entrepierna para orgulloso decirle cualquier tontería. Pero no ocurrió... ― “De la ignorancia al saber, sólo un paso; del saber a la sabiduría, un abismo”, cuando me la dijo me saltó la “caja de tacos de la electricidad”... mejor dicho: se me voló la piedra, como dicen los cachacos. Me supo a madrazo con elegancia; por eso fue que se me pasó la pea. Yo lo iba a reventar contra la pared, pero miré a un lado y ví tanta gente que me llegó la sabiduría de barrio pobre. ― Dilberto, ahora sí que me hiciste reír... jajajajajajaja... ― ...O sea, que nos podemos echar un polvo mañanero....? ― Sí, claro que sí... mañana, mañana... ¿Y después de todo, cómo es eso de que “sabiduría de pobre”...? ― No confunda, mujer... he dicho: ...me llegó la sabiduría de barrio pobre.... Porque es que también hay sabiduría de barrio pobre. … Básicamente es... hummm... humm... ¡No jodás! Eres marrullera y creo que es para embolatar la vaina, y que para el caso -es lo mismo- que pretendieras atarme las bolas... (es lo mismo).... (es lo mismo).... (es lo mismo).... Dilberto se puso de pie súbitamente. Su rostro ahora lívido, pálido, ido... ido...

― ¡Santo Dios, qué te pasa Dilberto!!. ― Nada, ¿por qué?. Ah, sí, es un mareito que a ratos me da. Pero pasa rápido. Claro que en la oficina al principio me daba duro. Hasta me caí al piso varias veces. Veía doble, si intentaba coger el teléfono para avisar, la mano tomaba otro rumbo... ― Te agarrabas la mondá!! ― No seas sarcástica, vulgar, grosera, … (es lo mismo).... (es lo mismo).... (es lo mismo).... Mierda me agarró otra vez la gaguera... ― Eso no es hablar gago... Gago es ja ja ja y me río, por decir el nombre Jaime Río... ― Y lo que nos pasa a los costeños que se nos queda en el bolsillo la letra S, ¿cómo se llamará ese “síndrome”? ― Ya ese chiste me lo sé... Luego preguntarás que ¿que será el “melanoma” que tiene Shakira que ahora después de su lista de maridos se le pegó las SS Argentinas...? ― El cuento que me dejó impresionado, fue lo que le sucedió al cachaco que me contó Hipólito, que vino a Barranquilla con bastante dinero, comenzó a hacer negocios y seguía creciendo económicamente, hasta que cayó en el vicio de la bebida y agarró la “espada” para defender a los Zapatocas, conocidos como tacaños o redefinidos como muy económicos... (es lo mismo).... (es lo mismo).... (es lo mismo).... ¡Erdáa, otra vez la película!! Tan pronto terminó su frase, se agitó levemente. Luego tomó aire por la nariz, abundante aire hasta llenar sus pulmones y lo expiró suavemente por la boca. Y se notó su compostura instantánea y siguió su relato: ― El caso es que ese man, viejo y totalmente en la ruina, deambulaba por Barranquilla tirando piedras y madrazos a todo aquel que le hiciera la señal de tacañería. ― Pa' joderlo a usted y sus cuentos tristes y mal contados. La manía de parecer historiador, sin serlo. ― Mujer, dejemos a un lado y retomemos la explicación que me ibas a dar sobre la frase aquella... ― ¿Cuál frase? ― Esa... la de la sabiduría que cura virus, según tú... ― Ahhh, ya... “De la ignorancia al saber, sólo un paso; del saber a la sabiduría, un abismo”. ¡Hmm! Sabrá Elí... ― ¿Y quién es Elí? ― Tal vez es el tío del otro Elí... ― No jodáaa, y ¿tú en definitiva, con cuántos Elí te has tropezado? ― Qué me quieres decir... porque si me dejas adivinar, te clavo la mano, mariquita!!

― Já, Uribista con diminutivos... Pero nó, salgámonos de este cuento, porque vamos a terminar donde Don Helí... ― Hablábamos de la frase cura virus, y te dije que tal vez Elí supiera... ahí comenzó el rollo. El asunto para no extenderlo, es que cuando uno va a la tienda, y en ese preciso momento mandan al entregapedidos, el tendero le grita: - Dígale a Elí... tú sabes cuál... que si ya tiene la vaina aquella... y de paso pasa pasito por donde el otro Elí..., el paisita... y le dices lo mismo... - Pero qué les digo -pregunta confundido el empleado-. - Dígales que ya tenemos nuevo servicio... que tú repartes culo... ― Sí, mujer, en ese mensaje hay claves, que solamente los implicados entienden. Aunque yo recuerdo que Hipólito decía de la gran variedad de formas de insultar de los santandereanos como hijuepuerca, hijueperra, hijuetórtolo, hijuemíchica (a los hijos de gata); también hay hijuenadie, hijuesusieso, hijuemadre, hijuemierda, hijuepeluca, hijuepelusa, hijuetranca. Para los contrarios de baja estatura, hijueputica. También aplicaban el hijueputón a los que inspiraban miedo. ― Supongo, entonces, que Elí era la clave para representar El Hi...jue... ― Pero todos estos análisis filosóficos al bordo de nuestra cama no alcanzan para entender la segunda parte: ...del saber a la sabiduría, un abismo.” Así, Dilberto y su mujer comenzaron un nuevo día. Ella, asistente sénior de gerencia de una gran firma de abogados; Él, catedrático en una facultad de comunicación social y periodismo por horas, y el resto del día visitando empresarios o comerciantes con intenciones de venderles espacios publicitarios en emisoras, periódicos, programas de televisión... Matrimonio sin hijos, pero con mascotas. Cada mañana salían en el auto de él a sus respectivos lugares de trabajo. ― Mi amor, ¿qué pasó al final con aquel proyecto o propuesta que realizarías con el hijo del señor Hipólito y todos los grandes amigos del muerto...? ― Uuuuuúu, eso fue flor de un día. Tú sabes... “el muerto al hoyo y el vivo al baile”. ― Sí, mi amor, eso lo sabemos... los muertos ya no duran tanto como antes que habían menos medios de comunicación. Pero es que había un proyecto que él había dejado en un baúl. ¿Qué pasó con esos papeles? ― A la larga sólo eran papeles con frases, con ideas, con propuestas, escritos de él en prensa... nada importante... Dilberto sentía que ella se estaba aproximando a un tema que quería evadir a como diera lugar.

― Ajá, yo te conozco, mosco... A mí no me metes el dedo en la boca... ― ¿Écheéeee y qué? … ¿Ahora me la vas a montar? … Todo ese montón de papeles, carpetas, ...pura basura. ― Sí, como no, moño. Él era un señor con una mente brillante. Las ideas le salían a borbotones cada vez que abría la boca. ― ¿Y para qué carajos sirve una mente brillante, si esas ideas no las lleva a cabo? Las ideas son billetes. Si las deja en el baúl... ― … si las deja en el baúl y se muere y un borrachón y decrépito periodista, sin trabajo, llega y se aprovecha del descuido de la familia y hurta toda esa documentación.... ¿Ahhh? Y en cuestión de pocas semanas le aparecen contratos millonarios con cadenas de televisión, radio y prensa y hasta catedrático... já... já... ― … y qué dice la secretaria de quinta categoría... ¿se puso un cohete en el culo y ascendió a los cielos? …...... Un silencio sepulcral invadió el interior de aquel vehículo familiar. No era la primera vez que la pelea matrimonial terminaba en silencio. Absoluto silencio. Que no pasara una mosca descuidada, porque su aleteo haría un estruendo. ― Mi amor, -empezó diciendo ella y apagando instantáneamente la ira de ambos- si quieres regresemos a la casa y hablamos. Él hizo el cambio de luces a la derecha y tomaron la vía que los llevaría de nuevo a casa. ― Las citas con un par de comerciantes las aplazaré. Al estacionar su vehículo frente a su casa, se bajaron muy sonrientes con frases cortas y bajas y miradas furtivas a sus vecinos. Intentaban mostrarse como una pareja plena de amor; los vecinos, al contrario, se hacían señas porque sabían que la pareja estaba en uno de esos días de “mierdero seco”. Ya sentados, uno en frente del otro, en sendos muebles de la sala, ella empezó: ― Vistes que allá afuera hay un público radiante y expectante, a la espera de que comencemos el gran espectáculo. Hagamos hoy una gran reunión de junta directiva... ― ¿Traigo los miembros suplentes? ― ¿Las mascotas? No. Que sea esta una reunión de alto nivel ejecutivo y presidencial de nuestra empresa. ― Ajá. Empieza tú con el orden del día. ― Bueno, la orden... ― No, el orden... eso es distinto...

― Creo que el único punto a tratar es qué está pasando. O mejor qué fue lo que pasó, cuando te robaste los papeles del muerto. ― Porque tengas algunos indicios o simples sospechas, eso no te da derecho a condenarme ni a plantarme epítetos de ladrón. ― Ok, Ok. ¿Quieres un tinto? ― Va pa' esa, no joda!! Ese es un mejor comienzo. Mientras lo calientas y sirves, escucha mi declaración: En el portentoso y viejo baúl que tenía la familia del muerto, se encontraban papeles de toda clase, como partida de matrimonio, registros civiles de los hijos, letras de cambio vencidas o pagadas, cheques chimbos, cartas de amor de la pareja, tarjetas de cumpleaños, fotos familiares, muchos papeles escritos a mano, inventarios viejos, recortes de periódicos viejos, columnas periodísticas, incluso hasta monedas de centavos... en fín,... basura... ― Antes de decir: “en fín,... basura...”, ¿puedes incluir lo de un librito viejo, amarillento, con páginas rotas parcialmente, incluso roído por los ratones o el tiempo...? En su momento y sólo por un día, me dijiste que lo contenido en esa obra era mejor que reventar el piso para sacar 10 kilos de diamantes. ― Ahhh, pues sí. Un librito de motivación viejo. ― Claro, Don Simón el Bobito, sólo ve más bobitos que él, cierto!!? ― La madre!!. Un simple libraco viejo, conteniendo instrucciones sobre cómo conseguir la libertad financiera, el éxito instantáneo, vivir sano y feliz, más ná!! ― Y lo leíste y lo aplicaste y lo conseguiste.... ¿Cierto?!! ― Ahh, tú misma has sido testigo. Pero yo creo que eso es como todo lo que hoy ofrecen. Es la moda de la motivación, nos emocionamos y salimos a romper el mundo!! Más ná!! ― No vayas a confundir la mierda con la pomada, mijito!! ― Jijijí, eso mismo decía mi mamá cuando yo estaba chiquito...!!! ― Ya lo sospechaba... es un problema de familia... una antiquísima tradición familiar... ― No ofenda a mi familia, pendeja!! Además, el puto librito un día cualquiera se me desapare... se me perdió... No lo he vuelto a encontrar. ― ¿No se lo habrá llevado alguna vieja de las que metes allá en tu oficina? ― Pero ¿cómo? ― Alguna que sentaste en tu escritorio se lo llevó entre las nalgas...!! ― Tienes imaginación de novelas baratas...

― Ya, ya, no insultes... El asunto aquí es dónde podrá estar ese libro. Porque te funcionó a las mil maravillas. Sólo que desde hace un tiempo, todo se está desmoronando. Y ahora me enteras de que el libro lo perdió... ― Y para una inteligente investigadora como tú, con gran experiencia en la línea criminal, eso significa que el libro daba poder....!! jajajaja ― Sí lo creo y es más: estoy segura que sí. Como 40 años, tú un pobretón acaba-ropa y en pocas semanas con un libro a escondidas consigue salir del pantano y brillar con luz propia. Sólo que ahora se está apagando y para acabar de joder, perdió la fuente!!. O fue que hiciste alguna mierda que el libro recomendaba no hacer... dime la verdad!! ― Me dieron ganas de ir a la tienda... ya vengo, tranquila. No importa lo que pase, siempre saldremos del problema. ― ¿Vas a la Última Tienda? Acaso a preguntar si los hijos de Hipólito conservan alguna copia del librito secreto... ? ― Sí y nó y espero que no sea la última... …

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