Oportunidades de acceso a vivienda popular después de los terremotos (Primera parte)

ISSN 1021-6375 Boletín No. 200 - Julio 2002 Roy Sandoval Oportunidades de acceso a vivienda popular después de los terremotos (Primera parte) 1.

3 downloads 81 Views 408KB Size

Recommend Stories


INSTALACIONES DE LA VIVIENDA. PRIMERA PARTE.-
INSTALACIONES DE LA VIVIENDA. PRIMERA PARTE.1.- TIPOS DE INSTALACIONES EN VIVIENDAS. Se consideran como instalaciones en una vivienda todos los sistem

PARTE PRIMERA LOS FUNDAMENTOS
1 PARTE PRIMERA LOS FUNDAMENTOS INDICE DE LA PARTE PRIMERA ................................................ CAPITULO I: ORDEN NATURAL Y FE 1 ..

Oportunidades de negocios para desarrolladores de vivienda
Oportunidades de negocios para desarrolladores de vivienda Autoridad para el Financiamiento de la Vivienda de Puerto Rico •Programa de Subsidio •Des

Story Transcript

ISSN 1021-6375

Boletín No. 200 -

Julio 2002

Roy Sandoval

Oportunidades de acceso a vivienda popular después de los terremotos (Primera parte)

1. Introducción Al principio de los noventa, El Salvador inició un proceso de cambios sustantivos en su estrategia para combatir el problema de vivienda. Reconociendo la gran magnitud de la demanda potencial de vivienda y los recursos disponibles, el Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano (VMVDU) enfocó sus esfuerzos en los segmentos más pobres del país. Sin embargo, no fue hasta el 2000 que el impacto positivo de las reformas se hizo más notorio. Los terremotos del 2001 significaron para el VMVDU un retraso de aproximadamente 5 años y la más alta demanda de viviendas nuevas de la década. El presente boletín, es la primera parte de tres, que tienen como propósito analizar las oportunidades ofrecidas por los

programas de vivienda para las familias de escasos recursos después de los terremotos. Esta primera parte de la serie está dedicada a la presentación de la situación del déficit habitacional. La segunda parte aborda la presentación del sistema de vivienda implementado por el VMVDU y el análisis de los programas que ejecuta esta unidad. En la tercera y última parte se abordan los programas del Fondo Nacional de Vivienda Popular (FONAVIPO) y se presentan las conclusiones de la serie.

Contenido 1. 2. 3. 4.

Introducción El costo de la vivienda popular y su demanda potencial Caracterización del “stock” de vivienda Referencias bibliográficas

1

La cobertura de los programas necesariamente incluye varias formas de acceso a la solución habitacional, entre los que se encuentra el subsidio, crédito y legalización de tierra. No obstante, debido a que el enfoque es en los grupos de escasos recursos, el tema de crédito y legalización de tierras no se abordará con mucho detalle, exceptuando en las modalidades que traslapan con el acceso a una vivienda vía subsidio o modalidad que combina crédito y subsidio. Finalmente, varias secciones utilizan unidades de salarios mínimos (¢1,260) para coincidir con los requisitos de elegibilidad de los programas, los cuales utilizan incrementos de esta unidad.

2. El costo de la vivienda popular y su demanda potencial

(sistema financiero) hasta esa misma fecha era un poco mayor, US$19,185.84 (¢167,876.12) lo cual indica un menor dinamismo por parte de la demanda en el rango inferior a los ¢100,000. En consecuencia, una caída en el porcentaje de vivienda (proyectos escriturados) en el rango hasta US$9,714 (¢85,000), es poco sorprendente.

Cuadro 1 Distribución geográfica de viviendas (Escrituradas) Departamento

1997

1998

1999

2000

2001

Ahuachapán Chalatenango La Libertad La Paz La Unión San Salvador Santa Ana San Miguel Sonsonate Usulután

94 23 1,451 618 23 13,206 2,710 3,158 789 0

535 20 8,702 2,256 227 7,592 1,338 1,104 583 40

150 0 3,738 884 0 4,328 1,156 1,536 56 0

0 100 1,505 307 0 2,159 429 576 56 0

0 20 265 0 0 2,363 631 304 54 0

Total

22,072

22,397

11,848

5,132

3,637

Fuente: Elaboración propia con información de MacCormack y Cía.

El crecimiento promedio de los hogares en los últimos cinco años (hasta el 2000) ha sido aproximadamente del 4.23%. En el 2000, los departamentos más poblados eran San Salvador y La Libertad. En el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS), se concentraba aproximadamente el 31% de la población o el 34% de los hogares. Esta metrópolis albergaba el 45% de todos los hogares urbanos con ingresos de hasta dos salarios mínimos (un salario mínimo equivale a US$144 o ¢1,260). Como resultado de esta concentración de población en San Salvador, el sector construcción ha focalizado la mayor parte de sus inversiones en ese departamento (Cuadro 1)1. Por lo general, la oferta de viviendas inicia alrededor de los ¢50,000 dependiendo de su localización (ver Cuadro 2). El precio mínimo de viviendas en proyectos escriturados en el 2001 fue de US$6,502 (¢56,893). Sin embargo, en diciembre del 2001, el precio promedio (nacional) de viviendas nuevas en proceso de comercialización era de US$16,891.82 (¢147,803). El precio promedio de las viviendas vendidas 1 Los datos únicamente registran al sector construcción nacional, que financia sus proyecto por medio de la banca. Proyectos financiados por otras fuentes no se encuentran reflejados.

2

Cuadro 2 Viviendas nuevas por año (Sector Construcción)

Años

Precio mínimo de viviendas (Colones)

No. de viviendas de hasta ¢85,000

Porcentaje del total

1997 1998 1999 2000 2001

53,515 52,526 49,840 70,823 56,893

12,142 8,763 4,878 1,040 2,375

55.0 39.1 41.2 20.3 65.3

Fuente: Elaboración propia con información de MacCormack y Cía., proyectos escriturados utilizando precio promedio declarado por el constructor.

El Cuadro 1 muestra el descenso en la producción de viviendas experimentado en los últimos 5 años. Gran parte de esto puede atribuirse al bajo crecimiento económico del país, también contribuye un alto pero descendiente inventario de viviendas con dificultades de comercialización. En el rango de hasta US$14,289 el VMVDU estimaba 23,980 viviendas en el inventario a febrero del 2000, cifra que se redujo a 12,855 en febrero del 2002.

Al 2000, alrededor del 67% de los hogares eran propietarios de su vivienda o en proceso de pago. Curiosamente, aun con las dificultades de una oferta limitada para familias de escasos recursos, sólo se encuentra un pequeño número de hogares arrendatarios (Cuadro 3). En el caso de hogares con ingresos entre 0 a 1 salarios mínimos (sm) esto podría atribuirse a la inestabilidad de sus ingresos o trabajo para comprometerse a una cuota mensual. Otra parte puede deberse al marco jurídico que no permite igualdad de derechos entre inquilino y arrendatario. Para el año 2000, únicamente el 14% del total de hogares (22.7% del total urbano) arrendaban la vivienda que habitaba y el 78% del total de hogares arrendatarios recibían ingresos de hasta 4 sm.

Cuadro 4 Asequibilidad de la vivienda (Colones) sm

1

2

3

4

Cuadro 3 Distribución de ingresos de hogares arrendatarios Salarios mínimos

Inquilinos

Porcentaje del total de inquilinos

5

Propietarios (hogares)

0a1 1a2 2a3 3a4 4a5 5a6 6a7 + de 7

33,449 56,497 42,071 28,490 12,347 9,301 6,598 15,385

16.4 27.7 20.6 14.0 6.0 4.6 3.2 7.5

240,408 230,309 155,872 104,013 71,363 38,624 33,712 94,197

Total

204,138

100.0

968,498

Pago mensual 20% ingreso

420 840 1,260 1,680 2,100 2,520 2,940 3,360 3,780 4,200 4,620 5,040 5,460 5,880 6,300 6,720

84 168 252 336 420 504 588 672 756 840 924 1,008 1,092 1,176 1,260 1,344

Posible precio vivienda 8,820.53 17,641.07 26,461.60 35,282.13 44,102.67 52,923.20 61,743.73 70,564.26 79,384.80 88,205.33 97,025.86 105,846.40 114,666.93 123,487.46 132,308.00 141,128.53

Fuente: Elaboración propia.

Cuadro 5 Hogares por rango de salario mínimo en el 2000 (Colones) sm 0a1 1a2 2a3 3a4 4a5 5a6 6a7 + de 7

Fuente: Elaboración propia utilizando la EHPM 2000.

La vivienda, al igual que la alimentación y salud, es una necesidad básica. Por lo general, este rubro ocupa un 20 a 25% del presupuesto mensual de gastos, siendo para la población de más bajos ingresos, el segundo componente mayor de su presupuesto. Sumando alimentación y vivienda, estimaciones para familias de bajos ingresos ubican el gasto entre 60 a 70% del presupuesto familiar (Mayo 1999). Un elemento importante en la fórmula para acceder a una vivienda son las condiciones de crédito existentes. De forma simplificada, el Cuadro 4 muestra el precio de la vivienda a la que puede acceder una familia, acorde con sus ingresos, suponiendo una tasa de interés (nominal) del 11%, un plazo de 30 años, sin prima o pagos mensuales de seguro u otro tipo. Esto comparado con las condiciones en 1999 año en el cual las tasas de interés eran superiores al 15% y la mayoría de bancos no otorgaban créditos para períodos superiores a los 15 años, representa una mejora significativa. El Cuadro 5 muestra que el segmento de ingresos entre 0 y 2 sm cubría, para el 2000, al 52% de los hogares salvadoreños distribuidos 47% en áreas urbanas y 53% en el área rural.

Ingresos mensuales

Urbano 132,495 217,965 166,094 115,200 75,261 45,557 38,818 108,357

Rural 246,476 156,689 68,959 33,293 15,524 7,906 4,205 5,387

Total 378,971 374,654 235,053 148,493 90,785 53,463 43,023 113,744

Fuente: Estimaciones propias basadas en la EHPM 2000. El ingreso utilizado es el ingreso reportado total mensual por familia el mes anterior. La cifra no discrimina entre fuentes transitorias y permanentes. Por lo anterior, las cifras del cuadro deben utilizarse con precaución.

Dadas las condiciones de crédito previas al 2001 y la oferta de viviendas que ofrecía el sector construcción, las familias de ingresos entre 0 y 2 sm contaban con pocas alternativas para satisfacer esta necesidad2. Al presente, familias con ingresos de 2 sm ya pueden encontrar una oferta de viviendas en el sector construcción; sin embargo, esta oferta es bastante limitada, especialmente cuando se toma en cuenta que estas 2

Salvo algunas excepciones, los bancos se limitan a empleados del sector formal.

3

viviendas se concentran en ciertas ciudades. En el segmento de ingresos inferiores a 2 sm, las familias no poseen los ingresos o ahorros suficientes para la compra de una vivienda del sector formal. Una solución para estas familias es optar primero por la compra de un lote en el cual construyen su vivienda temporal, asignando en el tiempo nuevos recursos hacia el mejoramiento de la misma, hasta contar con una vivienda con materiales permanentes y servicios. Este proceso, denominado “desarrollo progresivo”, es amparado bajo la legislación del país en materia de urbanismo y construcción3. La oferta es típicamente un lote con servicios mínimos, en el cual la familia puede construir esta vivienda. La empresa más conocida proveedora de este servicio es ARGOZ, la que presta atención a familias en el área rural que pueden iniciar abajo de 1 sm. Otra alternativa es ofrecida por medio de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) las cuales producen viviendas a precios inferiores a ¢40,000, ya sea con recursos propios o públicos, canalizados a través de ellas. La producción anual de viviendas de las ONG ha fluctuado entre 1,759 a 2,034 y 4,791 a 2,774 en concepto de mejoramiento (ver Cuadro 6). Esto implica un mejoramiento del parque de casi 5,000 viviendas anuales. Cuadro 6 Producción y mejoramiento ejecutado por las ONG (Número de viviendas) Años

Producción

Mejoramiento

1997 1998 1999 2000

1,759 1,547 2,142 2,034

n.d. 4,791 2,602 2,774

n.d. No disponible Fuente: Boletín de Vivienda 1999 y 2000, FONAVIPO y para 1997 Boletín Trimestral No. 13, VMVDU-OPES.

Con el componente de vivienda del Programa de Reconstrucción, diversas constructoras han incursionado

en esta oferta competitivamente, con distintos sistemas de construcción. En la vitrina inmobiliaria del VMVDU4 se presentan varios prototipos de estas viviendas y precios de construcción. Los precios de las vivienda de bloque, oscilan entre US$2,100.00 a US$2,881.79, con un promedio aproximado de US$2,500 y un área de 31.12 m2. Muchas ONG reducen costos por unidad aún más, ejecutando los proyectos con la ayuda de los futuros propietarios. Esto puede reducir los costos de manera importante. Un ejemplo proporcionado por la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (FUSAI) para una vivienda de 28m2, con ayuda indicaba poder construirse a un precio de US$1,714.28 (¢15,000) y sin ayuda mutua esta misma podría costar aproximadamente US$2,400 (¢21,000 a ¢22,000) o más. Las cantidades anteriores no incluyen el precio de los terrenos ni de los servicios. Los proyectos de interés social, por lo general cuentan con lotes de 200 m2 en zonas rurales y en zonas periurbanas, los tamaños varían entre 90 a 100 m2. Acorde con el VMVDU, los terrenos sin servicios utilizados para estos proyectos inician en US$342.86 (entre ¢3,000 a ¢5,000) en zonas rurales y aproximadamente US$750 (entre ¢6,500 a más) en zonas periurbanas. El pozo y letrina suman un valor adicional de US$342.86 a US$377.14 (¢3,000 a ¢3,300). No obstante, las ubicaciones periurbanas facilitan la introducción de servicios de infraestructura adicionales, tales como: agua domiciliar, energía eléctrica domiciliar, canalización de aguas lluvias y servidas y drenajes sanitarios. El costo aproximado de introducir estos servicios, según el VMVDU, es en promedio US$1,200 por lote/familia, precio que no incluye accesos pavimentados. Sumando los costos anteriores, una vivienda mínima con servicios ubicada en zonas periurbanas debe costar aproximadamente US$3,664.28 (¢32,062.45) y una rural US$2,400 (¢21,000) sin todos los servicios de la periurbana. Para financiar dicha cifra, las familias en zonas urbanas deben contar con un ingreso mensual de US$174.48(¢1,526.69) y para una familia en zona rural US$114.28 (¢999.94)5 . Previo a los terremotos, las viviendas que ofertaba el sector construcción no bajaban de montos aproximados de US$5,714.28 (¢50,000).

3

Urbanizaciones de desarrollo progresivo o interés social son las parcelaciones habitacionales cuya planeación es concebida bajo normas mínimas urbanísticas, con una infraestructura evolutiva y con materiales y sistemas constructivos de bajo costo, con esfuerzo comunitario y asistencia institucional. (Art.46 Reglamento de Urbanismo y Construcción de Parcelaciones Habitacionales).

4

4 5

ver página web: www.vmvdu.gob.sv

Se toma un plazo de 30 años y una tasa de interés del 11% sin prima o pagos mensuales adicionales.

3. Caracterización del “stock” de vivienda ¿Qué es déficit? La cuantificación de la demanda de vivienda comienza por la evaluación del “stock” existente. La definición de una vivienda adecuada varía acorde con el enfoque. Para las Naciones Unidas, en su Agenda de Hábitat, una vivienda adecuada se define por la seguridad física, privacidad, ubicación y servicios de infraestructura que ésta proporciona.

cuantitativo es la suma de hogares allegados (hogares adicionales al principal de una vivienda) y las viviendas obsoletas, es decir aquellas con los 6 elementos malos6 . Los criterios utilizados por el VMVDU para calificar si un elemento de la vivienda es déficit o no, se presentan en el Cuadro 7. Diferencias de opinión sobre qué se considera déficit pueden surgir, entre otras razones, por la insuficiencia de información sobre: la calidad de materiales de la edificación, infraestructura y características del asentamiento. Consecuentemente, cambios en algunos criterios pueden elevar las cifras del déficit en forma considerable. Un ejemplo de esto son los materiales de bahareque y adobe, los cuales, sin el mantenimiento adecuado y/o el diseño apropiado, producen viviendas vulnerables a eventos sísmicos (Minke 2001). Al calificar estos materiales como déficit, surge un aumento de 142,822 viviendas que pasan a ser déficit cualitativo y 2,253 al cuantitativo para el año 2000.

Cuadro 7 Materiales y servicios en déficit

“Párrafo 60. Una vivienda adecuada significa algo más que tener un techo bajo el que guarecerse. Significa también disponer de un lugar privado, espacio suficiente, accesibilidad física, seguridad adecuada, seguridad de tenencia, estabilidad y durabilidad estructurales, iluminación, calefacción y ventilación suficientes, una infraestructura básica adecuada que incluya servicios de abastecimiento de agua, saneamiento y eliminación de desechos, factores apropiados de calidad del medio ambiente y relacionados con la salud, y un emplazamiento adecuado y con acceso al trabajo y a los servicios básicos, todo ello a un costo razonable...” (Programa de Hábitat-Capítulo IV, Plan de Acción Mundial: Estrategias para la Aplicación-Declaración Estambul). En El Salvador, la medición de viviendas adecuadas y no adecuadas es necesariamente más reducida en su alcance, en referencia con la definición anterior. Una vivienda inadecuada o en déficit se caracteriza por tener uno o más de sus elementos estructurales (techo, pared y piso) elaborados con materiales no durables y/o por la ausencia de servicios de infraestructura (agua, alumbrado y saneamiento) o inaceptables sustitutos. El VMVDU separa este déficit en dos, el déficit cualitativo y el cuantitativo. Viviendas en déficit cualitativo son aquellas con uno a 5 elementos (techo, pared, piso, abastecimiento de agua, saneamiento y alumbrado) considerados como malos y déficit

Componentes

No dØficit

DØficit LÆmina metÆlica, paja, palma, materia/desecho, otros materiales no durables.

Pared

Concreto, mixto, bahareque, adobe, madera.

Piso

Ladrillo cemento, ladrillo barro, cemento

Tierra y otros.

Techo

Loza concreto, teja/barro/cemento, lÆmina asbesto, lÆmina metÆlica

Paja, palma, materia/desecho, otros materiales no durables.

Agua potable

Chorro (adentro o afuera de la vivienda y individual o comœn), pila pœblica,

Cami n/carreta, pozo privado o comœn, r o/quebrada/ojo de agua, otros medios.

Sanitario

Alcantarillado, fosa sØptica, letrina abonera.

Alumbrado

Electricidad, planta elØctrica en Ærea rural

No tiene medios de disposici n de aguas grises. Planta elØctrica en Ærea urbana, kerosene, y otras formas.

Fuente: Criterios proporcionados por el Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano con base en la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) para el 2000.

6

Esta forma de medir el déficit presenta el problema que un déficit cuantitativo sólo ocurre cuando tanto los servicios como los materiales estructurales son inadecuados y no así cuando todos los materiales de la estructura son inadecuados. Si se considerara así, aproximadamente 6,040 viviendas pasarían a ser déficit cuantititativo.

5

Menos obvio es el uso de una letrina abonera o fosa séptica. En principio se consideran como un medio adecuado de eliminación, requiriéndose únicamente un mantenimiento apropiado y el uso para el cual se destina. No obstante, el reciente “Diagnóstico sobre la situación del agua y saneamiento en El Salvador” elaborado por la Red de Agua y Saneamiento de El Salvador -RASES- (2001), estima que el 79% de la población rural cuenta con esta infraestructura, aunque sólo el 49% de estos hace uso de ellas. Por lo tanto, RASES concluye que sólo el 38% de la población rural hace una disposición adecuada de excretas. Casos como el anterior pueden identificarse fácilmente al momento de la entrevista, conociendo de antemano la existencia de este problema. Las anteriores definiciones del déficit suponen que ser propietario de la vivienda es equivalente a ser propietario del terreno. Este hecho puede advertirse al comparar déficit cuantitativo del Cuadro 7 con los datos del Cuadro 8. Este último cuadro presenta el número de hogares habitando en terrenos públicos y otros. No siendo propietario, dicho hogar debió contabilizarse como parte del déficit cuantitativo. Desafortunadamente, la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) ya no recaba esta información, finalizándose los datos disponibles en 1998. Sin embargo, en el área rural existen transacciones sobre el derecho de uso de la vivienda, el cual no necesariamente es garantía que quien vende sea el propietario del lote, motivo por el que debiera retomarse nuevamente. Cuadro 8 Hogares en terrenos públicos y categoría “otros” Años

Urbana

Rural

Total

1996 1997 1998

30,202 34,893 32,859

38,820 28,908 29,240

69,022 63,801 62,099

Fuente: Elaboración propia utilizando las EHPM, 1996 y 1998

Situación actual del déficit Lo anterior muestra la necesidad de mejorar la información que se captura para determinar los déficit. Con esta metodología, las viviendas en déficit cualitativo al 2000 sumaban 495,921, un 9% menor al de 1993 (Cuadro 9). Como es de esperarse, es en el área rural que se encuentra más del 70% de las viviendas en déficit de servicios o materiales. También esperado es el aumento en la participación de viviendas en áreas urbanas, con algún tipo de déficit, sobre el déficit total de material o servicios, debido

6

Cuadro 9 Viviendas con déficit de servicios o materiales Años 1993 2000

Déficit cualitativo Urbano

Rural

Total

126,930 138,495

418,022 357,426

544,952 495,921

Fuente: Para 1993, VMVDU y para 2000 elaboración propia con información de la EHPM, 2000.

a que es en el área rural adonde se han concentrado los programas de vivienda. La relativa estabilidad de las cifras de déficit ocultan la dinámica cambiante del parque. Si observamos las cifras históricas de “déficit” versus las acciones de los programas, observaríamos que dicho impacto es poco notable. No obstante, es necesario recordar el concepto de desarrollo progresivo que aplican las personas de menores ingresos para adquirir o mejorar sus condiciones habitacionales. Para apreciar los cambios en la condición del parque habitacional observamos las diferencias en la composición del “stock” de viviendas bajo condiciones de déficit en dos períodos. El Cuadro 10 muestra los porcentajes del “stock” de viviendas del área urbana o rural, con sus distintos atributos. Bajo esta óptica notamos que, en términos generales, es en las áreas rurales donde se han logrado los mayores avances. En términos de materiales para paredes, por ejemplo, en las áreas rurales el porcentaje de viviendas de bloque que conforman el “stock” para esa área ha aumentado de 24% a 35%. El porcentaje de viviendas sin piso de tierra, también aumentó en el área rural de 35% en 1993 a 49% en el 2000. En servicios de infraestructura, el porcentaje de viviendas con acceso a agua vía chorro (público o privado) en el área rural era de 28% en 1993, el cual mejoró a 43% en el 2000. Similar mejora es observable en la cantidad de viviendas rurales del total (del área) con acceso a la disposición final de excretas (alcantarillado, fosa o letrina) la cual en 1992 era de 62% versus el 80% en el 2000. Dichas mejoras al “stock” se logran por medio de la autoconstrucción y gestión local o comunitaria, actividades que en su mayoría no pueden ser registradas, ya que cada familia o comunidad actúa como constructor o contratista. La situación al 2001, es menos clara. Generalmente para estimar los déficit se utiliza la EHPM del año anterior, contabilizando los materiales y servicios inadecuados hasta llegar a los dos componentes del déficit. En ausencia de la última EHPM del 2001, la estimación para ese año aplica dos supuestos básicos. Como primera aproximación, se supone que las viviendas destruidas salieron del déficit cualitativo

Cuadro 10 Composición del “stock” de viviendas (Por área) 1993

Viviendas con:

Material de bloque o mixto Sin piso de tierra Agua por cañería Acceso a saneamiento Acceso a electricidad

2000

Urbano

Rural

Urbano

Rural

73% 86% 81% 96% 94%

24% 35% 28% 62% 48%

80% 90% 90% 97% 96%

35% 49% 43% 80% 65%

Fuente: Elaboración propia utilizando las EHPM, 1993 y 2000.

con las excepciones siguientes: los reclamos al Fondo Social para la Vivienda -FSV- no saldados en el 2001 y aquellos departamentos en los cuales la suma de viviendas destruidas y dañadas superaba al déficit existente 7. El excedente producido por la suma de daño mas destrucción sobre el déficit existente en materiales, se tomó como la cantidad de viviendas previamente sin déficit que fueron afectadas (daño o destrucción) por los terremotos8. Además, suponemos que el déficit cuantitativo se aproxima por medio de la suma

de viviendas destruidas por los terremotos, el crecimiento de hogares proyectado para el 2001 menos las viviendas reconstruidas a diciembre del 20019. Los resultados se presentan al final del Cuadro 11.

7 Cabe recordar que las cifras del Censo de Vivienda para el terremoto detectaban daños materiales a la estructura de la vivienda, motivo por el cual se opera con las cifras de vivienda con déficit de materiales, pero que posee hasta 5 elementos malos, es decir, que no formen parte del cuantitativo.

Acorde con las cifras del Cuadro 11, en 1992 el gobierno enfrentaba un déficit total de 595 mil viviendas, cifra que para el año 2000, experimentaba una reducción del 10.5%. Sin embargo, los terremotos del 2001 impactaron severamente el parque de vivienda en las zonas cercanas a sus epicentros. De acuerdo con DIGESTYC, del parque de 1,416,167 viviendas en el 2001, un 11.57% (163,866) de las viviendas fueron destruidas y el 7.61% (107,787) sufrieron daños reparables. Las cifras del Fondo de Inversión

8 En definitiva existen viviendas que se encontraban en buen estado (servicios y materiales) y que sufrieron daños irreparables por los sismos; por ejemplo, el caso de la Urbanización La Colina, ubicada en Santa Tecla. Por lo tanto, las estimaciones subrepresentarían los niveles verdaderos de demanda de vivienda.

9 En entrevista con El Diario de Hoy, el Viceministro de Vivienda y Desarrollo Urbano, señaló que a diciembre del 2001 se habían reconstruido 31,482 viviendas con ayuda internacional, cifra que ascendió a 49,454 viviendas en junio del presente.

Cuadro 11 Viviendas en déficit (VMVD) Año 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2000F 2001F

Cuantitativo 50,931 48,537 40,440 35,898 27,654 20,716 45,067 44,377 36,511 184,145 36,511 175,896

Cualitativo 544,171 544,952 549,852 543,173 549,724 534,511 514,637 507,227 489,010 319,644 495,921 392,744

Total 595,102 593,489 590,292 579,071 577,378 555,227 559,704 551,604 525,521 503,789 532,432 568,640

Fuentes: Cifras proporcionadas por la OPES-VMVDU; 2000F y 2001F son elaboraciones propias basadas en EHPM 2000. Para el 2001 también se utilizaron los datos de la Memoria de Labores 2001 del FSV y resultados del Censo de Viviendas, 2001.

7

Social y Desarrollo Local (FISDL) en dotación de materiales para viviendas irreparables superaron los 200,000, por lo que el nivel de destrucción pudo haber sido superior a las estimadas por la DIGESTYC. Estimaciones propias sobre el déficit global de vivienda para finales del 2001, cuantifican este déficit en 568,640 viviendas, cifra cercana a la de 1995, implicando con ello un retroceso aproximado de casi 5 años. Esta cifra es aún conservadora, en vista que se construye sobre las cifras de déficit del año 2000. Los departamentos con mayor número de viviendas obsoletas en el 2001 fueron Usulután, La Paz y La Libertad, coincidentes con los más afectados por los terremotos. Cabe notar que la composición del déficit total ha cambiado; aumentándose el déficit cuantitativo, el componente más costoso, a su nivel más alto del período entre 1992 y 200110. Previo a los terremotos se contabilizaba un total de 1,604 viviendas obsoletas utilizando la metodología del VMVDU, cifra que contrasta con la estimada para el 2001 luego de los terremotos. Esta diferencia posiblemente señala la necesidad de complementar los datos utilizados para la estimación del déficit con información que permita identificar la posible vulnerabilidad de la edificación a eventos naturales. La diferencia entre destrucción y vivienda deficitaria (no obsoleta) por departamento podría considerarse como aquella parte del déficit cualitativo que no fue afectada por los terremotos. Se calculan aproximadamente 336,292 viviendas sin impacto, pero con necesidad de mejoramiento. La importancia de la cifra es porque éstas no serán sujetas de apoyo por el Plan de Reconstrucción, pero sí por los actuales programas de vivienda. Con la ayuda internacional dirigida a la reconstrucción, la disponibilidad de fondos para los otros programas será de mucha importancia. En cuanto a los daños en servicios de la vivienda, la Comisión Ejecutiva para América Latina y el Caribe -CEPAL-, estima que la destrucción de pozos y letrinas o fosas fue de 11,080 y 81,300, respectivamente. La mayor parte de éstos se encontraban en áreas rurales, aunque que en áreas urbanas en el 2000 existían 37,074 viviendas con pozo, 230,626 con letrinas y 26,423 con ambos; este último resultado, producto de la poca cobertura de servicios de alcantarillado. En el año 2000, se estimaba que un 40.6% de las viviendas urbanas cuentan con acceso al sistema de alcantarillado. A mayo del presente año, el Fondo Nacional de Vivienda Popular 10

Sin los datos de las EHPM del 2001, las cifras del déficit son aproximaciones de menor precisión. Aun con esta encuesta, en ausencia de una indicación sobre la calidad de los materiales o estado de los servicios, es alta la posibilidad de subestimar el verdadero valor.

8

(FONAVIPO) indica haber iniciado o completado 9,152 viviendas con servicios básicos (4,984 sólo en el 2001)11.

4. Referencias bibliográficas Dirección General de Estadística y Censos (DIGESTYC). Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM). Varios años. Fondo Nacional de Vivienda Popular (FONAVIPO). Boletín de Vivienda, 1999 y 2000. ____________. Impactos del Rol de FONAVIPO en el Proceso de Reconstrucción Nacional (06-2002). Cuadernos de Investigación. ____________. Líneas del Programa de Créditos de FONAVIPO, 2001. ____________. Memorias de Labores de 1998 al 2001. ____________. Resultados Estadísticos de los Proyectos de Reconstrucción. Enero-junio 2002. MacCormack y Cía. (varios años). Datos del sector construcción. Malpezzi, S. (1998) “Housing Finance Subsidies in Mexico with Special Reference to the Prosavi Program”, Working Paper, Center for Land Economics Research. Mayo, S (1999) “Subsidies in Housing,” Technical Paper, Banco Interamericano de Desarrollo. Minke, G. (2001) “Manual de construcción para viviendas antisísmica de tierra”, Forschungslabor für Experimentelles Bauen, Universidad de Kassel, Alemania. Red de Agua y Saneamiento de El Salvador (RASES). Diagnóstico sobre la situación del agua y saneamiento en El Salvador, 2001. Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano (VMVDU). Estudio preliminar sobre el “Costo de construcción y servicios para distintos prototipos de vivienda para el proyecto de Mejoramiento de Barrios, 2000”. Mimeo. ____________. Oficina de Planificación Estratégica. Boletín Trimestral No. 13. Diciembre 2000. 11 Esta cifra difiere de la publicada en la Memoria de Labores del 2001, en la cual hacen referencia a 5,331 familias. Se aduce que la razón de la diferencia es que los datos de la Memoria incluía una inversión aún no ejecutada, al igual que la cifra acumulada de enero a mayo del 2002.

Segunda parte en el Boletín No. 201

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.