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Oblatos de San Francisco de Sales Provincia Sudamericana y Caribeña PARROQUIA Inmaculada Concepción Paso de las Duranas COLEGIO y LICEO MARIANO
P. MARIO BORTIGNON OSFS Montevideo - Uruguay 2015
Dedicado con cariño y gratitud para su familia, por todo el bien recibido del Rev. Padre Mario Bortignon osfs. El salón parroquial, recientemente renovado llevará su nombre.
Oblatos de San Francisco de Sales Provincia Sudamericana y Caribeña PARROQUIA Inmaculada Concepción Paso de las Duranas COLEGIO y LICEO MARIANO
P. MARIO BORTIGNON OSFS
Montevideo - Uruguay 2015
Padre MARIO BORTIGNON BARICHELLO osfs Italia. En el invierno de 1928, precisamente el día 17 de enero, Regina Barichello y Benedetto Bortignon, tienen la alegría del nacimiento de su tercer hijo, Mario. Mario es oriundo de Fellette (Romano d’Ezzelino, provincia de Vicenza), un pequeño poblado anexo a Bassano del Grappa. Allí crece con sus padres -agricultores en Contadini- y sus hermanos, Angelo, Zefferina, Gioacchino y Lucía.
El matrimonio y su familia. A la izquierda Mario, atrás Zefferina, y a su lado Angelo, Abajo Lucía y Gioacchino
Desde temprana edad, su madre se preocupa por la formación cristiana de Mario. Aprovecha sus viajes al campo para enseñarle acerca del catolicismo y al regreso para rezar. Su padre, siempre interesado por su conducta y aprendizaje. Mario lo recuerda como muy trabajador y caritativo con los necesitados, exigente con sus estudios, pero colaborador explicando y revisando las tareas domiciliarias. La vocación La familia Bortignon, cuenta con una fuerte religiosidad. Cuatro tíos por parte de padre eran sacerdotes. El mayor Giovanni, del clero, Joaquín y Pietro, estigmatinos, y Girolamo un capuchino. Sin embargo la mayor incentivación que Mario recibe para convertirse en religioso, viene de parte de los seminaristas del clero, que iban a su parroquia Sto. Redentor, en Fellette, para las Pascuas y durante los dos meses y medio de vacaciones de verano. Estos jóvenes animadores trabajan y juegan con niños haciendo su apostolado. A los 13 años de edad, Mario ingresa al “Seminario Menor de Padua” perteneciente al clero. Se instala en Thiene, a unos 25 kilómetros de su pueblo natal, junto con otros 300 niños.
Mario, (segunda fila, tercero de derecha a izquierda) con sus compañeros de 2do año, frente a la parroquia.
En 1947, en la parroquia de Fellette conoció a un joven sacerdote, el Padre Giovanni Piotto, Oblato de San Francisco de Sales, que había sido ordenado un año antes. Es él quien lo relaciona con la congregación. Lo acompaña a Albano Laziale ubicada a unos 25 km de Roma, ciudad donde Mario, con 19 años, empieza el noviciado. Concluido el noviciado en 1948, va a Roma, a la Casa Madre de los Oblatos, para realizar estudios superiores de Filosofía y Teología. Luego prosigue sus estudios superiores en la ciudad de Asís, en una humilde casa perteneciente a los Oblatos. Allí pasa un año, para luego trasladarse a Albano, a la “Escuela Apostólica San Luis” donde dicta clases de Latín, Italiano, Historia y Geografía a los pequeños seminaristas. En ese momento se encuentran en Albano menos de una decena de Oblatos, atendiendo un par de parroquias. Ellos habían propiciado esa escuela, para mejorar la educación, atendiendo las carencias que se advertían en la formación que brindaba el Seminario Menor de Albano.
Mario (a la derecha) con su familia ya cursando el seminario. La fotografía fue tomada para enviársela a su hermano Angelo que estaba haciendo el servicio militar obligatorio.
Mario el día de su primera profesión religiosa. Albano Laziale. 11/10/1948
La ordenación En la misma parroquia de Fellette, donde Mario es bautizado y recibe la primera comunión, el día 3 de julio de 1955 es ordenado sacerdote. Lo acompaña su familia, los cuatro tíos sacerdotes y toda la comunidad. Después de la ordenación, como todos los nuevos curas, debía recluirse durante quince días. Cumplido ese tiempo, viene el momento más importante: la primera misa. Para la ocasión se adorna toda la iglesia y también la plaza frente a la cual se encuentra, y los sacerdotes se ponen los mejores ornamentos. Se realiza la celebración que resulta inolvidable: una misa cantada denominada “Segunda Pontifical” del maestro Lorenzo Perosi, famoso músico reconocido por sus composiciones para la basílica de San Marcos de Venecia.
Investidura con la Casulla
La bendición a la familia, el mismo día de la ordenación.
Momento de postración el día de la ordenación. Al fondo de espalda el Obispo, Monseñor Girolamo Bortignon.
Después de la misa, varios invitados se dirigen -algunos en autos, también algún “topolino” y otros tantos en bicicleta- a la casa familiar para la gran fiesta. Entre familiares, amigos y allegados, se reúnen unas sesenta personas. Para atender a los comensales se dispuso de tres o cuatro cocineros. El vino no puede faltar. Para la ocasión el padre de Mario había cosechado varios kilos de uva y preparó vino casero. En ninguna fiesta de italianos pueden faltar las famosas “cantarolas”. El P. Mario recuerda “Quel Mazzolin Di Fiori” resonando a viva voz entonada por todos los invitados. La misión Después de la ordenación el joven P. Mario es asignado docente en la Escuela de Albano. Allí trabaja dos años seguidos, ‘57 y ‘58 como profesor de Latín y Geografía. En ese momento hacía falta un profesor de Francés y se le pide que también dicte esa asignatura. Sus conocimientos del lenguaje no eran tan buenos, por lo que siente la necesidad de perfeccionarse. Solicita entonces ir a Francia, pero se le comunica que no es posible. Sin embargo nace otra oportunidad, que marca su vida y afectos definitivamente: Uruguay. En esos años, el P. Contardo Zanotti se encuentra en Albano. Estaba de regreso de Uruguay, donde había trabajado dos años en la parroquia Paso de las Duranas de Montevideo. En esta parroquia estaba desde el 8 de enero de 1952, el padre Pedro Kraemer quien a su vez, había fundado el Colegio Mariano, una escuela a nivel de primaria exclusivamente para varones con la aprobación del arzobispo de Montevideo, Antonio María Barbieri, según consta en el artículo 33, de las Constituciones Sinodales con fecha 7 de enero de 1953. El P. Zanotti que conocía la obra, en su pasaje por Albano antes de partir al Africa, deja excelentes referencias, que son valoradas por el P. Mario, cuando le ofrecen ir a Alemania o a Uruguay. El idioma español, más similar al italiano, es lo que termina inclinando a Mario a optar por el pequeño país sudamericano. EN SUS PROPIAS PALABRAS
Montevideo, nace la oportunidad. Yo estaba en la casa de Albano Laziale, Villa Altieri, y nos preparábamos para el nuevo año escolar. Se hacía un curso de ejercicios espirituales para después repartirse las materias que teníamos que enseñar. Durante estos ejercicios me llamaron y el Padre Provincial me pregunta si no me gustaría ir a Montevideo. Pensé un poco... A mí personalmente me gustaría, pero mis padres no están en buenas condiciones de salud... me gustaría consultar con ellos antes de decir que sí. Bueno, me respondió... ¡vaya otra vez de vacaciones! Mi familia está al norte de Italia y nosotros en el centro, en Roma. Esa misma noche salí, pero no fui directamente a casa... sino que fui a la casa de un tío sacerdote, para que nadie se asustara, porque hacía poco había estado de vacaciones. Cuando llego, el tío no estaba, pero yo sabía entrar. Sabía en secreto dónde estaba la llave. Abrí y como viajé toda la noche, tenía sueño. Dejé un papel sobre la mesa: "He llegado, bla bla bla, estoy durmiendo. Mario." Entonces, al rato cuando llega: "Piccolo, piccolo, ¿dónde
estás? ¿qué pasó? Y bueno... en fin... le conté que estaba ahí porque me pidieron si me gustaría ir a Montevideo y yo le dije que quería consultar a mis padres.
Sus padres acceden, entendiendo que era la voluntad de Dios. Una vez tomada la decisión, vuelve a Albano para comunicarla. Se traslada a Roma para sacar el pasaporte y retorna nuevamente de vacaciones con su familia por un par de meses. Comienzan los preparativos y las despedidas. Allí, el párroco lo anima para que comente de su misión. El Día de Reyes, lo invita a presidir en la comunidad, la misa principal de Epifanía. Para la ocasión Mario prepara un discurso de despedida en donde destaca que frente a la solicitud, voluntariamente dice que sí, que sus padres están de acuerdo, y que la Misión lo llama. La misión duraría cinco años. Mario no podría imaginar que Dios le tenía preparada una misión para toda la vida.
El primer viaje En pleno enero del ‘59, con las montañas nevadas, toma el ferrocarril desde Vicenza hasta Génova atravesando todo el norte de Italia. En la estación lo recibe un sacerdote que trabajaba en el Principado de Mónaco, donde lo lleva y pasa algunos días. El 12 del mismo mes, el mismo oblato lo lleva a tomar el barco, un conocido transatlántico de 204 metros de longitud, llamado “Conte Biancamano”. Allí recupera el equipaje que había mandado desde su pueblo, y se encuentra con el P. Mario Dalla Zuanna, un sacerdote cinco años mayor que él. Ambos cruzan el océano por primera vez. Van a apoyar al P. Kraemer que estaba en Montevideo con su ayudante el P. Lorenzo de Hond. Para ese entonces, el P. Zanotti ya estaba en África. El 29 de enero llegan a Montevideo. En el desembarco, el primer encuentro con la sociedad uruguaya fue bastante particular. El puerto estaba muy convulsionado por una importante huelga sin precedentes, que se había desatado justo un día después de que el Conte Biancamano zarpara. La huelga portuaria dura desde el 13 de enero hasta el 5 de febrero. Aún así, los recién llegados necesitan encontrarse con el P. Kraemer. Se acercan al primer sacerdote que individualizan en la muchedumbre. Resulta ser Monseñor Pitingi, el párroco de la Aguada, quien para su tranquilidad conocía el P. Kraemer. Cuando éste llega, con su particular estilo hace gestiones para poder salir del puerto. Comienza el trabajo Las primeras actividades en la parroquia quedan repartidas entre los tres oblatos. El P. Kraemer se encarga de las celebraciones, el P. Dalla Zuanna de los grupos de adultos y el P. Mario de los jóvenes, la Legión de María y del Colegio Mariano. En la interacción con estos
grupos, y con las Maestras del Colegio, Mario va practicando y aprendiendo el español. En el mes de julio del mismo año, el P. Pedro Kraemer se va a Punta Yeguas, a una nueva parroquia al oeste de Montevideo, en donde ya había estado trabajando. Entonces el P. Mario Dalla Zuanna asume como párroco de Paso de las Duranas y como Director General del Colegio Mariano. El Colegio Mariano En estos años, el Colegio tiene unos 100 alumnos. Se cuenta únicamente con tres salones en las instalaciones de la casa parroquial, por lo que algunos grupos trabajan fusionados, por ejemplo jardín (grupo de educación inicial) con primer año, segundo con tercero y quinto con sexto. La cantidad de alumnos empieza a crecer y se hace necesario más espacio. Nace entonces la idea de adquirir el predio “del frente”, donde hoy en día el Colegio sigue funcionando. En la casona de Millán 4181, vivía Pande Nicolás Odllakoff y su familia. Odllakoff tenía empresa de construcción. Usaba el gran terreno como base de trabajo, con entrada y salida de camiones tanto por Millán como por Hopa Hopa. Este buen vecino habla de vender por lo que el Padre Dalla Zuanna lo contacta. Se pacta un costo de 300 mil pesos de los cuales 70 mil por un lado y 12 mil por otro corresponden a hipotecas existentes. En 1961 se firma la compraventa. Lo más difícil del negocio es el levantamiento de las hipotecas, pues el único capital con el que se cuenta es el producido por la misma comunidad, pues es impensable la ayuda desde el extranjero. La hipoteca más chica es levantada en el mismo año de la compra, por Alberto Sanguinetti, un hombre muy piadoso y fiel de la parroquia. Las otras hipotecas se levantan después. Dos años más tarde, se pagan 40 mil de la hipoteca más grande, quedando un resto de 30 mil con renovación del plazo. Una vez obtenidas las llaves del nuevo local, se acondicionan las habitaciones con pizarrones y bancos, dos baños, y ya sobre fines del mismo año se realiza la mudanza definitiva. Inesperadamente, en el año 1964 el P. Dalla Zuanna retorna a Italia y el P. Mario es nombrado Párroco y Director General del Colegio. Queda configurado el primer gran desafío pues por delante hay que enfrentar la hipoteca por la compra de la casona para posteriormente trasladar allí al Colegio. Una de las primeras medidas tomadas por el padre Mario es convertir el Colegio que hasta ese entonces era exclusivo de varones, en un colegio mixto. En una reunión de padres se esgrimen los argumentos que abren ventajas tanto a las familias como a la Institución. En el nuevo año lectivo 1966, se inaugura el colegio mixto. Las dos primeras alumnas que asisten a 2do. año son Cecilia Zanfabro y Elizabeth Puig.
El P. Mario recuerda a Monseñor Gottardi, cuando le pregunta cómo se financia tal inversión sin ayudas del extranjero. La respuesta siempre ha sido “mucho ahorro”. Como ejemplo, se usan hasta las papeletas de votación que se desechan después de cada elección. Una economía muy controlada y responsable, permite al P. Mario junto con sus colaboradores, afrontar las deudas e ir saliendo con paso lento pero seguro, convirtiendo las inversiones en patrimonio.
Niños y niñas a la salida del turno, en la fachada de la nueva sede.
El Liceo Mariano y el Nuevo Edificio En 1970 se empieza a hablar del “Liceo Mariano”. En ese año la escuela cuenta con unos 300 alumnos. Al terminar sexto siguen estudios en el Maturana o en el Colegio Pío. Los padres de esta generación impulsan la iniciativa, logrando empezar secundaria en 1971 con 49 estudiantes. Frente al inminente crecimiento nace entonces la idea de edificar. El P. Mario piensa “edificar sobre lo viejo”, es decir, de reformar la casona. Llama al Ingeniero Pérez Mackinnon y él envía a su hermano, el arquitecto Juan Antonio Pérez Mackinnon. Este, observando el gran predio existente enseguida propone hacer algo nuevo, un edificio especialmente diseñado desde el inicio como institución educativa. Se habla con el calculista Sasson. Se diseña el edificio y un plan de construcción por etapas. En este mismo año comienza la 1era. etapa: los tres primeros salones que se estrenan en 1972 con dos nuevos primeros años liceales. Inmediatamente se inicia la 2da. etapa. Se trata de tres nuevos salones arriba de los recientemente construidos y una batería de baños en cada piso justo a continuación, los que se terminan en 1973. En tal oportunidad se cuenta con la ayuda de varios parroquianos, entre ellos la presidenta de un grupo de voluntarios, quien dona 7000 pesos.
La 3ra. etapa se realiza en los años 1976 y 1977, con el constructor Benítez. Se construyen nuevos salones en un segundo piso del ala este del edificio proyectado y se comienza con otros tres salones más, en el planta baja, por detrás de los baños, dando inicio al ala oeste del edificio. En una 4ta. etapa, después de diez años -en la década de los 80- se construyen los salones del primer y segundo piso del ala oeste.
Año 1973. Segunda etapa terminada. Dos pisos del ala este.
La 5ta. etapa está destinada a los espacios grandes. Tiene lugar en el año 1993-94, con la construcción de un salón de 100 metros cuadrados para usos múltiples, llamado en familia, el multiuso. Este se hace a nivel del primer piso, dejando un pasaje por debajo que une el patio techado de la casona con la entrada al nuevo edificio. En un segundo piso, sobre el multiuso, se levantan nuevos salones y la adscripción, siempre manteniendo el mismo diseño para no perder las líneas arquitectónicas de la fachada. En 1995, se completa el ala oeste con la construcción de la biblioteca en planta baja, (el segundo espacio de 100 metros cuadrados) y, completando el primer y segundo nivel, los laboratorios de química, física y las adscripciones en cada piso.
A los tres años, en 1998, se concluye con esta etapa, poniendo hormigón en todo el patio abierto. Con estas obras, el edificio queda completo. En algo menos de cuarenta años, se puede concluir lo soñado. Un edificio moderno, con salones cómodos y excelente iluminación, amplios pizarrones y una fachada importante de líneas rectas con armónicas proporciones.
A continuación, todas las obras son de mantenimiento, con la excepción del piso de la cancha al fondo del predio, inaugurada el 15 de diciembre del año 2002. Esta obra se realiza en convenio con el Club BalonmanoRegatas, cuyo presidente es el Dr. del Campo.
14 de agosto de 2002. Obras en la cancha. Convenio con el BALONMANO-REGATAS.
Obras en la Parroquia El P. Mario, en su actividad como Director General del Colegio, no deja de lado su labor como párroco. Una serie de obras concernientes a la comunidad, tienen lugar desde los inicios. En 1968, exactamente el 28 de octubre, funda el Comedor Infantil. Entre 15 y 20 niños reciben su almuerzo de lunes a viernes y los sábados una merienda. En 1970 se abre la Academia Mariana. Se enseña corte y confección, tejido a máquina y a mano, cocina, pintura en tela y talla en madera. En 1975 instala una Policlínica de medicina general, para atender a personas carenciadas de la zona. En 1991 se hace un nuevo edificio para mejorar la atención, incorporando pediatría y odontología. Durante aproximadamente diez años funciona un grupo de ayuda, de unas quince personas, llamado “Neuróticos Anónimos”. En conjunto con María Esther Troise, quien fuera la primera directora pedagógica del Liceo, funda un Grupo de la Tercera Edad, para realizar actividades varias. También conforma la Venta Económica, con ropa de segunda mano y objetos en desuso que se recibe de donaciones. Lo recaudado se vierte en el mantenimiento general de las instalaciones. En momentos en que el P. Mario repasa su trayectoria, deja en claro que todas estas obras fueron posibles por la colaboración comprometida y constante de muchas personas, y en especial de dos pilares fundamentales que durante varios años acompañaron el desarrollo con infinitas horas de trabajo y dedicación: en la parroquia la señora Nelly Márquez y en el colegio la señora Raquel Fuzul de Puig.
Izquierda. Años 70. En la vereda del Colegio. Al fondo, la iglesia.
Bodas de plata En 1980 cumple los 25 años de sacerdote. El Consejo Parroquial, en ocasión de los festejos, decide regalarle algo que no sea personal, pero algo que indudablemente el P. Mario lo valoraría sobremanera: Un nuevo piso monolítico para todo el templo. Para esta obra de magnitud importante, se hace una gran campaña, incluyendo cuentas bancarias.
Bodas sacerdotales En 1995 se cumplen los 40 años de sacerdocio. El acontecimiento se celebra junto con sacerdotes allegados y la comunidad.
Tarjeta de invitación
Bodas de oro Para la conmemoración de los 50 años de sacerdocio del P. Mario, en el 2005, llega una delegación de Oblatos desde Brasil, junto con el Provincial de ese momento, el Padre Aldino Kiesel, hoy Superior General de la Congregación. En esta oportunidad, y con la visita del Obispo, Monseñor Nicolás Cotugno, se inaugura el oratorio, dentro de las instalaciones del Colegio.
Homilía durante la celebración
Pase a retiro El 13 de abril de 2008, después de cincuenta y cuatro años de sacerdocio, deja de ser el Párroco y Director General del Colegio y Liceo Mariano, dando lugar al Padre Guido Cerezo osfs, que había llegado el año anterior junto con el Provincial, Padre Miguel Moore, para asumir la titularidad en la gestión de todas las obras de la Congregación en Uruguay.
P. Mario, P. Miguel Moore y P. Guido Cerezo
Año 2014 En febrero del 2014 los hermanos Odllakoff visitan el Colegio. Después de muchos años, Nicolás y Elsa Odllakoff, vuelven a entrar a esta edificación, donde otrora fue su casa. Derecha. Los hermanos Odllakoff con el P. Mario, en la biblioteca del Colegio.
En junio viaja a Italia a ver a su familia. Pasajes de ida y vuelta, por supuesto. La idea de volver a Uruguay era constante como en tantas oportunidades anteriores, en las que a su llegada, con su típico sentido del humor manifestaba que ya se había despedido de sus familiares, pues no sabía si volvía. Pero los designios de Dios marcaron otra cosa. En setiembre a pocos días de emprender el retorno, se enferma y el pasaje de vuelta al Uruguay es suspendido. Ante la gravedad, y su estado delicado, en el mes de octubre recibe la visita del Padre Aldino Kiesel, Superior General de la Congregación, junto con el P. Vanni Bortignon también Oblato de San Francisco de Sales.
En el mismo mes el P. Guido y un grupo de laicos muy allegados a él y comprometidos con su obra, viajan a Bassano del Grappa llevándole el agradecimiento de su comunidad en Uruguay. Estas visitas renuevan el espíritu del P. Mario, notándose una cierta mejoría.
En internación domiciliaria, recibe la visita del P. Guido, Eduardo Puig, Raquel Fuzul y Elizabeth Puig.
Para mejorar los cuidados, es internado en un hospital de la ciudad. Trasciende su fortaleza, y aceptación. No se le escucha ni una sola queja.
La Navidad del 2014 es muy especial para la familia Bortignon. Es una bendición de Dios reunir a los hermanos,Mario,Angelo, Zefferina y Lucía, en ese día después de muchos años separados. El 17 de enero del 2015, celebra su cumpleaños número 87 rodeado de familiares, como quizás no lo hacía desde su juventud. En febrero, el reciente creado Cardenal Mons. Daniel Sturla, lo visita junto al P. Juan González. El propio Cardenal publica en su cuenta de twitter el mensaje que se muestra a continuación.
Frente al delicado estado de salud el El P. Aldino y el P. Vanni vuelven a visitarlo.
La vida del P. Mario, está ligada para siempre con la Parroquia Paso de las Duranas, con el Colegio Mariano y con el Uruguay. Su misión en este país, inicialmente pensada de manera temporal, terminó siendo para toda su vida. Su arraigo cultural en la ciudad de Montevideo, va desde las ayudas sociales hasta su pasión futbolera de corazón peñarolense. Su visión profunda fortalecida por la fe en San José, y en el marco de la espiritualidad salesiana, le ha permitido dejar una huella imborrable en la evangelización y educación de varias generaciones que le recuerdan con cariño.
Carlos Spalvier Elizabeth Puig
Documentos que refieren al Padre Mario y su obra. ENTRE TODOS – 28 de febrero de 2014 - Quincenario de la Arquidiócesis de Montevideo El Cardenal en Roma “El miércoles de Ceniza fui a visitar al Padre Mario Bortignon, que fue párroco, durante más de cincuenta años, de la Parroquia Inmaculada Concepción- Paso de las Duranas, parroquia que muchos conocen como “la parroquia del Padre Mario”, tal es la impronta que dio a esta parroquia. El año pasado el P. Mario fue a visitar a su familia y en la semana en que ya se volvía al Uruguay, ahí se enfermó, fue al médico y en realidad tenía un tumor y la cuestión es muy delicada. Gracias a Dios pude ir a visitarlo el miércoles. Nos tomamos un tren con el Padre Juan González. Un viaje largo, porque son muchos kilómetros. Está en un lugar que se llama Bassano del Grappa, allá cerca de Venecia. Hasta allá fuimos, pudimos saludarlo, estar con él y decirle al P.Mario: “gracias P. Mario, por lo que has hecho por la Iglesia en el Uruguay, gracias por tu servicio a la arquidiócesis, gracias por todo lo que has hecho en la Parroquia Paso de las Duranas.” Fue muy emotivo. El P. Mario realmente no se encuentra bien. Rezamos por él, por su salud, le di la bendición. Me recibió con un cariño enorme. Está muy lúcido. Toda la gente que está en ese lugar –las hermanas de la Virgen Niña están a cargo de ese hospicio, de ese hospedaje-, me decía que no se queja, que vive con mucha serenidad este momento de dolor y de despedida. No es que haya muchas esperanzas de que se pueda recuperar. Pero él va al encuentro del Señor con serenidad, con paz, muy bien atendido. Estuve hablando con el médico que lo atiende. Estaba su familia, que está muy pendiente de él. Está, sin duda, muy acompañado. Le dije: “P. Mario, le traigo saludos de tantísima gente, de muchísima gente que lo quiere tanto…” Y le iba nombrando gente de las Duranas que me venía ese momento en tropel… y se sonreía y, bueno, estaba contento. Fue un momento de profunda emoción.”
Ana María Yorio – RAICES. Publicación digital e impresa. (...) En 1959 desde Veneto, Italia, llegó a nuestro país el Padre Mario Bortignon. Asume la dirección de la parroquia en 1964 y permanece allí hasta el 2007. Mario Bortignon dice: “El barrio es mi casa, mi patria. Hoy hago todo lo que puedo, me siento contento que todo siga, el trabajo de la gente, que tanto esfuerzo que continúe… Me siento realizado y acompañado por el pueblo que me apoyó y sostuvo. No soy rico; la gente ve que yo hago obras… y en la gota se hace el mar”. En el año 1968 surgió el comedor, que hasta el 2007 atendió a más de setenta personas por día. Concurrieron a éste personas del asentamiento 25 de Agosto y barrios aledaños. La policlínica comenzó en 1975. Bortignon añade: “No voy a hacer las cosas para que me aplaudan, las hago por amor a Dios. No eran años fáciles, pero al moverse, la gente apoya. Todo está en obras; mi mensaje es de agradecimiento”. La generosidad, buena disposición y caridad cristiana de hombres como el Padre Mario Bortignon, unido a las familias solidarias y colaboradoras del barrio, hablan por sí solas. Lo llaman el “patriarca”, un hombre querido, respetado y de espíritu emprendedor. Ciudadanos que van escribiendo la historia a través del tiempo, la iglesia Paso de las Duranas es un patrimonio que compartimos con orgullo.
Documentos gráficos 1
1948 - Joven Mario con compañeros del Noviciado
Con su hermano Gioacchino, sacerdote capuchino.
3 de julio de 1955 - Día de la Ordenación
2
1962 - Recreo en el patio de la casona
1970 - P. Mario con personal del Colegio
3
1971 - Primera generación de liceales
1973 - Evento en el patio del Colegio
4
1985 - Acto homenaje por los 30 años del Colegio
1975 - Con grupo de liceales
5
2002 - Parroquia “Inmaculada Concepción Paso de las Duranas”
6
2006 - Fachada de la Casona de Millán 4181
2003 - Inauguración de la cancha de balonmano
7
Moderno edificio con aulas e instalaciones con fines educativos
8
2013 - La comunidad educativa, al cumplir los 60 años
9
2014 - Estación de trenes de Bassano del Grappa
10
2014 - Ponte Vecchio
11
2014 - Parroquia de Fellette
12
2014 - Residencia de la familia Bortignon