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Módulo I. Desarrollo personal, hábitos saludables y motivación. Tema 2. La atención temprana, garantía de desarrollo personal. Capítulo 4. Desarrollar las emociones desde la edad temprana. Fortaleza de las familias.
Mª Purificación Álvarez Álvarez. Psicóloga Sagrario Balmaseda España. Trabajadora Social. Asociación de familias de niños diferentes con cuidados especiales, AFANDICE
Resumen ¿Cómo influye el conocimiento de las emociones de uno mismo y del resto de los miembros que forman el núcleo familiar?, ¿Nos conocemos emocionalmente a nosotros mismos? ¿Para qué me sirve saber cómo estoy emocionalmente?, ¿Expresamos nuestras emociones?, ¿Percibimos las emociones de los demás? Son preguntas que No nos hacemos frecuentemente. Vivimos tan deprisa que no nos detenemos a pensar cómo nos sentimos y cómo se sienten anímicamente los que nos rodean. Por cultura y tradición hacemos hincapié en otros aspectos o capacidades del ser humano, como su inteligencia académica, sus capacidades o dotes artísticas, su habilidad comunicativa, sus destrezas en determinados campos. Pero la capacidad de ver cómo estoy anímicamente, la destreza de empatizar con el otro, la habilidad de obtener información de uno mismo y de los que nos rodean sin que intervenga el lenguaje verbal, las pasamos por alto. ¿Dónde hemos dejado las emociones? No somos conscientes de la cantidad de información que perdemos por no prestar atención a éstas. Pretendemos informar a las familias que tienen un hijo con discapacidad intelectual, que existen otras maneras de obtener información, otras formas de resolver situaciones estresantes y complicadas, otras formas de actuar ante la misma situación, si se tienen en cuenta las emociones de uno mismo y del otro. Destacamos la importancia de conocer nuestras propias emociones y las de los demás. Como bien decía Sócrates “conócete a ti mismo”, eso te hará más sociable, mejorarán tus relaciones personales, mejorarán las relaciones con tu entorno y empatizarás con las personas que te importan. Te harán tomar mejores soluciones para resolver los problemas. En este artículo pretendemos abrir la ventana a ese mundo olvidado: las emociones, que descubriendo sus entresijos, se convierten en unas grandes aliadas de las familias, fortaleciendo a todos sus miembros y desarrollando habilidades desconocidas para ellos.
Palabras clave: desarrollo personal, emociones, bienestar.
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Esquema o índice de contenidos: Introducción .................................................................................................................................. 2 Emoción –Sentimiento – Pensamiento - Actuación ...................................................................... 3 Emoción- Pensamiento- Acción .................................................................................................... 3 Propuestas para ejercitar la percepción y el conocimiento de las emociones ............................. 9 Bibliografía: ................................................................................................................................... 9
Introducción Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, es una reacción subjetiva al ambiente, que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos, conductuales y cognitivos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Reflejan un estado que sobreviene repentina y bruscamente, variando en intensidad y son más o menos pasajeras. Durante años las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano, a la inteligencia general, es decir, la inteligencia académica. Históricamente el ser humano ha efectuado una división entre la razón (mente) y la emoción (cuerpo). Se ha dicho que la inteligencia provenía, únicamente, de la razón. La forma de medición de la inteligencia es el conocido C.I. (coeficiente de inteligencia). Dilema clásico: pasión versus razón. Las emociones son demasiado impulsivas e impredecibles para aportar algo válido al pensamiento. Representan la debilidad y los aspectos más bajos de la humanidad (según Estoicos). Darwin fue uno de los primeros estudiosos que otorgó importancia a las emociones. En 1872 publica “La expresión de las emociones en el hombre y en los animales”. Se centra en la expresión emocional: posturas, gestos y expresiones faciales. Dando gran importancia al valor adaptativo de las emociones (comunicación y social). Las emociones y su expresión existen en el ser humano de manera innata incluso antes de nacer. Cuando todavía estamos en el útero materno lloramos, reímos, nos enfadamos y nos angustiamos. Un bebé con sus gestos faciales, sus movimientos corporales nos trasmiten información de cómo se sienten en ese momento. Las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil saber a partir de la emoción cuál será la conducta futura del individuo, aunque nos puede ayudar a intuirla. La capacidad de percibir, comprender, utilizar y manejar nuestras emociones y la de los demás, es un tipo de inteligencia, la llamada “Inteligencia Emocional”.
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Gardner (1983): “Frames of Mind” (siete tipos de inteligencia). Nos da un concepto de inteligencia interpersonal muy cercano al actual. Consiste en acceder a los propios sentimientos, al propio abanico de afectos y emociones; a la capacidad de efectuar distinciones instantáneas entre estos sentimientos y clasificarlos, estructurarlos y utilizarlos como una herramienta para entender y guiar la conducta. Realmente son Mayer y Salovey los que introdujeron la inteligencia emocional dentro del campo de la psicología en 1990. La definieron como “la capacidad de percibir los sentimientos propios, los de los demás, distinguir entre ellos y servirse de esa información para guiar el pensamiento y la conducta de uno mismo”.
Emoción –Sentimiento – Pensamiento - Actuación La inteligencia emocional es un concepto más acotado. Las emociones comportan importantes implicaciones en las relaciones sociales, sin dejar de contribuir a otros aspectos de la vida. Mayer y Salovey propusieron cuatro FACTORES de las emociones: (1) la capacidad para percibir las emociones de forma precisa; (2) la capacidad para encauzar las emociones de forma que faciliten el pensamiento y el razonamiento; (3) la capacidad para comprender las emociones, especialmente el lenguaje de las emociones; (4) la capacidad para controlar las propias emociones y las de los demás. Según este modelo de inteligencia emocional, las personas somos diferentes en los aspectos mencionados, lo que repercute en distintos contextos (salud, colegio, trabajo, etc.) y en sus relaciones sociales. Una persona puede tener la aptitud en uno, varios o en todos los factores. Cada persona experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y de comportamiento que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse. Las emociones son estados afectivos que aparecen de manera automática y rápida, y ocurren debido a un cambio en nuestro ambiente. Pueden ser positivas o negativas, varían en intensidad, generan ciertas reacciones físicas en nuestro organismo, cambian nuestra atención y pensamiento, y todo ello conlleva que dirijamos nuestro comportamiento hacia una acción.
Emoción- Pensamiento- Acción Charles Darwin observó cómo los animales (especialmente en los primates) tenían un extenso repertorio de emociones, y que esta manera de expresar las emociones tenía una función social, pues colaboraban en la supervivencia de la especie. Tienen, por tanto, una función adaptativa. Existen seis categorías básicas de emociones: MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad. ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación. Provoca una sensación de bienestar, de seguridad. TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo.
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SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa. IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad. AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión. Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir que tienen diferentes funciones: MIEDO: Tendemos hacia la protección. TRISTEZA: Nos motiva hacia una nueva reintegración personal. ALEGRÍA: Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien). SORPRESA: Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación. AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante. IRA: Nos induce hacia la destrucción.
Posteriormente el psicólogo norteamericano Daniel Goleman definió la inteligencia emocional como “la capacidad de percibir, comprender, utilizar y manejar las emociones propias y de los demás”. Las emociones proporcionan información, si la usamos PODEMOS SER MÁS INTELIGENTES. Las emociones provocan una respuesta fisiológica, conducta motora y expresión, Cognición y pensamientos. Las personas tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo los movemos expresamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas diferentes, que expresan diferentes grados de alegrías. Esto nos ayuda a expresar lo que sentimos, que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con palabras. Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados en un grupo. No podemos olvidar que el ser humano es el animal social por excelencia. Las diferentes expresiones faciales son internacionales, dentro de diferentes culturas hay un lenguaje similar. Podemos observar cómo en los niños ciegos o sordos cuando experimentan las emociones lo demuestran de forma muy parecida a las demás personas, tienen la misma expresión facial. Posiblemente existan unas bases genéticas, hereditarias, ya que un niño que no ve no puede imitar las expresiones faciales de los demás. Aunque las expresiones también varían un poco en función de la cultura, el sexo, el país de origen etc. Las mujeres tienen más sensibilidad para captar mejor las expresiones faciales o las señales emotivas y esta sensibilidad aumenta con la edad. Las expresiones faciales también afectan a la persona que nos está mirando y alteran su conducta. Si observamos a alguien que llora nosotros nos ponemos tristes o serios, e incluso podemos llegar a llorar como esa persona. Por otro lado, se suelen identificar bastante bien la ira, la alegría y la tristeza de las personas que observamos. Pero se identifican peor el miedo, la sorpresa y la aversión. Las emociones poseen unos componentes conductuales particulares, que son la manera en que éstas se muestran externamente. Son en cierta medida manejables y controlables, © FUNDACIÓN MAPFRE 2013. Todos los derechos reservados. http://discapacidad.fundacionmapfre.org Página 4 de 10
basadas en el aprendizaje familiar y cultural: Expresiones faciales. Acciones y gestos. Distancia entre personas. Otros componentes de las emociones son fisiológicos e involuntarios, iguales para todos: temblor, sonrojarse, sudoración, respiración agitada, dilatación pupilar, y aumento del ritmo cardíaco. Estos componentes involuntarios, son los que están en la base del polígrafo o del "detector de mentiras". Se supone que cuando una persona miente, siente o no puede controlar sus cambios fisiológicos, aunque hay personas que con entrenamiento sí pueden llegar a controlarlo. Los otros componentes de las emociones son cognitivos. Son los pensamientos que se generan ante la presencia de una emoción. Pueden ser positivos o negativos, y en cierta medida, controlables. Nos vamos a imaginar cómo se puede sentir una persona con discapacidad intelectual ante un centro de atención nuevo al que va a asistir próximamente, donde no conoce a los profesionales ni a los futuros compañeros. La mayoría de personas, independientemente de su capacidad intelectual, ante una situación nueva, presentan una emoción de ansiedad ante lo desconocido. Intentemos ponernos en su piel, pensando en nosotros mismos ante esa situación (por ejemplo, su primer día en un trabajo). En ese momento están experimentando en su organismo todos los cambios descriptos anteriormente; cambios fisiológicos (sudoración, aumento de frecuencia cardiaca, aumento de tensión arterial, rigidez muscular…) cambios conductuales (agitación corporal, manos en movimiento, poco comunicativo, gestos raros, expresión facial tensa…..) cambios cognitivos ( pensamientos positivos y/o negativos: no sé para qué cambio… me van a decir que no sé hacer nada, pues no merece la pena que pase este mal rato…..; positivos, lo voy hacer bien, voy a conocer gente nueva, estupenda, soy muy simpático y cariñoso, es el centro que han elegido mis padres y será el mejor……, es el perfecto para mí….). Dependiendo de la capacidad de percibir todo ésto, controlarlo y manejarlo, hará que su comportamiento sea de una manera u otra; la resolución sea la más favorable física y psicológicamente, y con un menor desgaste emocional. Daniel Goleman explica que la Inteligencia Emocional es el conjunto de habilidades que sirven para expresar y controlar los sentimientos de la manera más adecuada en el terreno personal y social. Incluye, por tanto, un buen manejo de los sentimientos, motivación, perseverancia, empatía o agilidad mental. Justo las cualidades que configuran un carácter con una buena adaptación social. Algunos investigadores han comprobado recientemente que algunas personas con menor CI (coeficiente intelectual) ofrecían un mejor rendimiento que otras con mayor CI en actividades escolares, desempeño laboral, etc. Concluyeron que este desajuste era debido entre otras causas a cierta habilidad a la que denominaron Inteligencia Emocional. Daniel Goleman, definió un parámetro para medir esta tipo de inteligencia el CE (coeficiente emocional). Según estos autores es fundamental desarrollar los factores que componen las emociones, para lograr una inteligencia emocional:
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a) PERCIBIR LAS EMOCIONES. Nos permite CONOCER nuestro mundo afectivo. Es fundamental, para poder analizarlas y regularlas. IMPORTANTE PRESTAR ATENCIÓN, fundamental para relacionarnos con los demás. Se reconocen por: lo que te dicen, la expresión del rostro, la postura corporal, etc. b) LA UTILIZACIÓN DE LAS EMOCIONES. Capacidad de aprovechar la información emocional para facilitar otros procesos cognitivos. Los estados emocionales pueden crear condiciones mentales que sean favorables o desfavorables para el desarrollo de determinadas tareas. La inteligencia emocional puede facilitar ciertas tareas. La persona emocionalmente inteligente puede utilizar los sentimientos positivos de forma más eficiente. c) CAPACIDAD DE CONTROLAR LAS EMOCIONES. Es el aspecto que con mayor frecuencia se asocia a la definición de inteligencia emocional. Implica la utilización de diversas estrategias y/o modos de afrontamiento. Las emociones no hay que reprimirlas ni negarlas. Es necesario conocerlas, evaluarlas y buscar el equilibrio, ello nos llevará a la resolución efectiva de la situación. Capacidad de regular la intensidad de las emociones. Saber distanciarnos cuando es necesario. d) COMPRENSIÓN DE LAS EMOCIONES. Nos permite interpretarlas. Vincularlas a las situaciones concretas. Integrarlas dentro de nuestro pensamiento. Entender la evolución de nuestros estados de ánimo. La EMPATÍA. Las emociones influyen en cómo interpretamos la realidad. Influyen en nuestro pensamiento. Buscar el mejor estado de ánimo para poder llevar a cabo una reflexión o un comportamiento.
Tenemos que tomar consciencia de que nuestro estado de ánimo influye sobre nuestra forma de pensar, de recordar y de tomar decisiones. Reflexione un momento sobre su día a día, y hágase unas preguntas: -
¿Utiliza su conocimiento emocional para entender a las personas?
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¿Sus análisis sobre las personas suelen ser acertados?
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¿Es capaz de describir las emociones utilizando un vocabulario rico?
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¿Suele juzgar acertadamente el comportamiento de los demás?
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¿Por qué se siente de una forma determinada?
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¿Por qué su estado de ánimo cambia a lo largo del tiempo?
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¿Se da cuenta de cuándo cambias de un estado de ánimo a otro?
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¿Puede cambiar con facilidad cómo se siente?
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¿Es capaz de sentir lo que siente otra persona, compartir su estado de ánimo?
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¿Puede motivarse a sí mismo?
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¿Se hace sentir mal a sí mismo?
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¿Es capaz de entusiasmar a un grupo de gente?
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¿Es capaz de acceder a la cabeza y al corazón de otras personas?
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¿Capta la atención de la gente?
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¿Su pensamiento refleja sus sentimientos?
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¿Sigue su intuición?
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¿Utiliza sus sentimientos como guía?
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¿Se le da bien influir sobre los demás?
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¿Sus decisiones suelen ser acertadas?
Si comprendemos nuestras emociones y las de los demás, podemos predecir cómo vamos a sentirnos en una situación determinada, y cómo van a responder los demás y actuar en consecuencia. Ejemplo: ¿Qué estado de ánimo sería útil sentir cuando preparamos UNA FIESTA DE CUMPLEAÑOS PARA NUESTRO HIJO? 1. Ansioso 2. Triste 3. Alegría Sin duda el que aseguraría una gran fiesta sería organizarlo en un estado de alegría. Si organizamos una fiesta sintiéndonos tristes, sin duda alguna, organizaremos una fiesta desastrosa. Estrategias más frecuentes que se utilizan ante las emociones Cuando percibimos una emoción propia, utilizamos una determinadas estrategias para superarlas o controlarlas, unas son más eficaces que otras. Las que detallamos a continuación son las más frecuentes:
Llamar por teléfono, hablar o estar con alguien
Controlar los pensamientos (pensar positivamente, concentrarte en algo, no dejar que eso te moleste o darte ánimos)
Escuchar música
Evitar la situación o persona que causa tu mal humor
Intentar estar solo
Evaluar y analizar la situación
Intentar poner tus sentimientos en perspectiva
Salir de casa (dar un paseo, coger el coche,...)
Descansar, echarte una siesta, cerrar los ojos o dormir
Ejercicio físico y dar un paseo
Realizar actividades divertidas o entretenidas
Desdramatizar la situación con humor
Comer algo.
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Estrategias poco eficaces en general
Quedarse solo pensando en lo sucedido, rumiando lo que ocurre
Evitar a la persona o cosa que causó ese malestar
Consumo de sustancias, tabaco, alcohol, comer, ver la TV
Si las emociones contienen información, ignorar esta información implica que podemos terminar tomando una mala decisión. Estrategias eficaces en general 1) Ejercicio físico. Bajo nuestro control, para relajarnos, disminuir la ansiedad o tristeza. No todo tipo de ejercicio es beneficioso. Mejor el ejercicio moderado que otro que resulte más extenuante, y ejercicios que impliquen una distracción mental y no sean automáticos. 2) Escuchar música. Resulta ser muy efectivo. Efecto de relajación debido a la reducción de la tensión músculo-esquelética o activación cuando estamos tristes, y luego asociación de esa música que conocemos a algo agradable. 3) El contacto y comunicación con otras personas. Es un recurso muy frecuente y efectivo, sobre todo para reducir ansiedad e ira. 4) Controlar los pensamientos. Pensar positivamente, concentrarse en otra cosa, no dejar que las cosas te molesten, darse ánimo a uno mismo, distanciarse del problema. Es otra técnica cognitiva que evita prolongar el malestar emocional. Decirse a uno mismo “ánimo, venga, vamos arriba, tu puedes” sirve para aumentar nuestra energía y la motivación. 5) Distracciones agradables. Hacer tareas caseras, hobbies, actividades divertidas, ir de compras, leer o escribir. Son bastante eficaces para cambiar una emoción negativa.
Las características de una persona inteligente emocionalmente serían por tanto:
Autoestima adecuada
Positividad
Saber dar y recibir
Empatía
Reconocer las propias emociones
Capacidad de expresión emocional
Control emocional
Motivación
Tener valores alternativos
Capacidad de superar las dificultades y la frustración
Equilibrio entre exigencia y tolerancia
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Propuestas para ejercitar la percepción y el conocimiento de las emociones 1. Bajar el volumen de la televisión y tratar de adivinar que emociones están sintiendo los protagonistas. Luego, subir el volumen y comprobar de lo que están hablando. 2. Cerrar los ojos y escuchar cómo dicen lo que dicen (el tono de la voz, el volumen, etc.) Intentar identificar la expresión emocional y lo que están sintiendo. Luego, abrir los ojos y comprobar la expresión corporal del protagonista. 3. Hacer lo mismo en diversos lugares públicos e intentar identificar las expresiones emocionales de la gente cuando se comunica. Si un padre, una madre, un hermano, un abuelo desarrollase su capacidad para prestar atención y percibir, comprender, utilizar y manejar sus propias emociones y la del miembro con discapacidad intelectual, el bienestar familiar y la calidad de vida de todos los miembros que componen el núcleo familiar, se verían incrementados en gran medida. Pero incluso vamos más allá, el conocimiento y control de nuestras emociones y el de los demás rompería muchas barreras que en la actualidad existen en el mundo de la discapacidad, entre ellas, las redes sociales y la comunicación. Todas las personas nacemos con unas características especiales y diferentes, pero muchas veces la manera que tenemos de comportarnos o de enfrentarnos a los retos de la vida son aprendidos. Desde pequeños podemos ver cómo para un niño no está tan bien visto llorar y expresar sus emociones como en una niña. Además a los varones se les exige ser más valientes, seguros de sí mismos. También podemos observar cómo, según las culturas, las mujeres son menos valoradas, tanto en el ámbito personal como en el laboral, lo cual es el origen de opresiones y malos tratos. Todo esto lo adquirimos sin darnos cuenta ya desde el momento en que venimos al mundo, nos comportamos como nos han "enseñado" a comportarnos. Quererse a uno mismo, ser más generoso con los demás, aceptar los fracasos, no todo depende de lo que hemos heredado, por lo que hemos de ser capaces de seguir aprendiendo y mejorando nuestras actitudes día a día. Aprender a ser más inteligentes emocionalmente, y en definitiva a ser más felices.
Bibliografía: Goleman, D. (1996). La inteligencia emocional. Barcelona. Kairos. Ekman, P. (2003). El rostro de las emociones. Barcelona: RBA. Reeve, J. (1994). Motivación y emoción. Madrid. Mc Graw Hill. Vila, J., Fernández, M. (1990). Activación y conducta. Madrid. Alhambra Darwin, C. (1873). The expression of emotions in animals and man. N.Y.: Appleton. Traducción al castellano en Madrid: Alianza, 1984. http://www.ellenguajenoverbal.com/bibliografia/la_comunicacion_noverbal.pdf www.dailymotion.com/video/xb983e_expresiones-f... http://www.dailymotion.com/video/xpgi7j_emociones-basicas-paul-ekman_school
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