PALABRAS CLAVES: migración, mujeres, trabajo doméstico, crisis

EFECTOS DE LA CRISIS EN LAS TRABAJADORAS INMIGRANTES EN EL SERVICIO DOMÉSTICO. Gonzalo Martín Barroso Teresa Casabona Pérez Gabriel Borlan Fernandez C

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EFECTOS DE LA CRISIS EN LAS TRABAJADORAS INMIGRANTES EN EL SERVICIO DOMÉSTICO. Gonzalo Martín Barroso Teresa Casabona Pérez Gabriel Borlan Fernandez Chiara Dello Iacono Contacto: Alberto del Rey Poveda (Universidad de Salamanca) Agradecimientos: Trabajo realizado en el marco del proyecto de investigación “Trayectorias laborales y reproductivas de la población inmigrante en tiempo de crisis. España y el contexto internacional”. Referencia: CSO2013-41828-R.

RESUMEN En este trabajo se analizan los cambios en las condiciones laborales de las mujeres migrantes en el servicio doméstico durante la reciente crisis económica tomando en cuenta las distintas situaciones familiares. El trabajo se asienta en información cuantitativa de dos módulos de las EPAS especiales sobre inmigrantes de de 2008 y 2014 y en información cualitativa de 26 entrevistas semi-estructuradas aplicadas a una muestra de mujeres inmigrantes que trabajan como empleadas del hogar o cuidado de dependientes. Los primeros resultados nos permiten señalar la fuerte precarización del empleo en el sector doméstico con una bajada importante de los salarios y una fuerte reducción de las horas contratadas. Este lleva a muchas mujeres a la necesidad de combinar varios empleos, con el consiguiente costo familiar al reducir su tiempo dedicado a la familia. El tiempo de estancia y las redes con las que cuenta, la estructura familiar y ciertas condiciones socio-demográficas hacen que el impacto de la crisis esté siendo muy desigual en el colectivo migrante. PALABRAS CLAVES: migración, mujeres, trabajo doméstico, crisis

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1. INTRODUCCIÓN El trabajo como asalariado en el servicio doméstico y en el cuidado de personas dependientes en las dos última décadas ha adquirido una gran relevancia social y económica. Hasta la década de los 80, la escasa participación de la mujer española en el mercado de trabajo conllevaba que recayeran sobre ellas dichas tareas como parte de sus responsabilidades familiares. La elevación del nivel educativo de la mujer y su creciente participación en el mercado de trabajo asalariado ha conllevado la necesidad de externalizar dichas tareas. Además, el acelerado proceso de envejecimiento que experimenta la población española en las últimas décadas está provocando un rápido crecimiento de la población de avanzada edad, aumentando a la vez la población dependiente que requiere de cuidados personales. En este contexto, de salida de la mujer del ámbito familiar y de mayor demanda de trabajos en el hogar, la población inmigrante que desde mediados de la década de 1990 ha llegado a España encuentra en este nicho laboral un lugar propicio en el que trabajar. Al tratarse de un sector escasamente regulado permite que puedan trabajar tanto migrantes en situación regular como irregular. De esta manera hasta el año 2007, momento en que se desencadena la crisis económica, el trabajo en el servicio doméstico ha experimentado una fuerte expansión, teniendo a la población inmigrante como un actor fundamental. Sin embargo, a raíz de la crisis económica de 2007, se produce una fuerte transformación de las condiciones laborales en general y de la población inmigrante en particular. En pocos años, se ha pasado de unas tasas de desempleo por debajo del 8% a tasas que en determinados colectivos migrantes se acerquen al 50% de la población. Aunque dentro de este panorama, a menudo se señala la importancia y particularidad del trabajo en el hogar y de cuidados a dependientes como un refugio para muchas familias migrantes, cabe indicarse que el contexto labora igualmente se ha transformado, puesto que la contracción de la economía ha llevado a que se haya reducido la oferta de empleo (reducción de salarios de la población en general que contrata trabajadores o incluso el desempleo ha llevado a que las tareas domésticas sean asumidas por la familia) y que surja un fuerte competencia en la demanda de este tipo de trabajo, tanto entre diferentes grupos de inmigrantes así como entre inmigrantes y nativos.

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En este contexto, nuestro objetivo es analizar las condiciones de trabajo de las mujeres migrantes en el servicio doméstico a raíz de la crisis. Para lo cual se han realizado entrevistas en profundidad a una mujeres trabajando en dicho sector. Tras esta introducción se presenta el marco teórico, seguido de la metodología, en análisis y finalmente las conclusiones. 2. MARCO TEÓRICO Y ANTECEDENTES: POBLACIÓN MIGRANTE Y EL TRABAJO EN EL SERVICIO DOMÉSTICO En la década de 1990 el mercado español inició una fuerte expansión en todos los sectores del mercado de trabajo, creándose alrededor de 7 millones de puestos de trabajo entre 1995 y 2007 (QUIT, 2011). En especial, destaca la expansión tanto de los empleos altamente cualificados como de los empleos de baja cualificación, entre ellos los servicios y construcción (Bernardi y Garrido, 2008). En esta expansión del mercado de trabajo se debe de destacar tanto a la incorporación masiva de la mujer española como la llegada de inmigrantes. Las nuevas generaciones de mujeres españolas que se incorporan al mercado de trabajo se caracterizan por un elevado nivel educativo, lo cual les permite acceder a puestos de trabajo altamente cualificados, y en particular dentro del sector público (Domingo y Gil-Alonso, 2007). Por el contrario, el crecimiento de la participación laboral de los inmigrantes se ha dado fundamentalmente en trabajos de baja cualificación, las mujeres sobre todo en servicios y en particular en los servicios domésticos y los hombres en construcción y servicios (Domingo y Gil-Alonso, 2007). La alta irregularidad de los inmigrantes y su carencia de permisos de trabajo, las dificultades para convalidar los títulos o las dificultades con el idioma, entre otras, en un contexto de expansión y abundancia de oferta de trabajo poco cualificada, explican que los inmigrantes se dirijan hacia los puestos más bajos del mercado laboral (Garrido, Miyar y Muñoz 2010; Stanek y Veira, 2012). Además, las más altas tasas de actividad de los inmigrantes frente a los nativos atenuaba esa mayor situación de precariedad laboral y las mayores tasas de pobreza que sufre la población inmigrante en España (Muñoz de Bustillo y Antón, 2011). En el caso concreto de la expansión del sector doméstico se combina la intensa incorporación de la mujer española en el mercado de trabajo y la llegada masiva de inmigrantes en edades laborales (Bernardi y Garrido, 2008). Es decir, la incorporación de la mujer en el mercado de trabajo, en empleos cualificados y por lo tanto bien 3

remunerados (Domingo y Gil-Alonso, 2007), ha conllevado una mayor demanda de trabajadores inmigrantes para el sector doméstico. Además, es necesario señalar que el progresivo envejecimiento de la población española hace que sean cada vez más personas las que demanden trabajadores para el cuidado de dependientes de edad avanzada. El crecimiento y la expansión del mercado de trabajo tiene entre sus consecuencias una mayor segmentación del mercado, los nativos consiguen mejores ocupaciones y liberan los peores trabajos que son ocupados por los migrantes (Stanek y Veira, 2012). En este punto es necesario señalar que una de las principales características del mercado de trabajo español es que se encuentra fuertemente fragmentado, con un sector primario bien legislado y protegido y un sector secundario con inestables contratos y con muy escasas perspectivas de promoción (Stanek y Veira, 2012). Diferentes trabajos han mostrado que las causas de la fuerte segmentación del mercado de trabajo español se debe sobre todo a la desregularización y el incremento del trabajo temporal (Polavieja, 2003 y 2005). Dicha desregularización se ha producido fundamentalmente en épocas de crisis para tratar de hacer frente a las altas tasas de desempleo (Jimeno y Toharia, 1994; Poavieja 2003). En general los trabajadores tienden a entrar en el mercado laboral ocupando un puesto de acuerdo a su capital humano acumulado (Becker, 1975), lo cual es aplicable a las nuevas generaciones de españoles y en particular de las mujeres españolas, pero no es este el caso de la población migrante. En éstos últimos, al inicio de la vida laboral suelen darse casos de sobre-educación, que en general tienden a disolverse con la experiencia laboral. Sin embargo, la fuerte segmentación del mercado de trabajo implica que en el segmento secundario de baja cualificación, dónde se insertan mayoritariamente los inmigrantes, las posibilidades de promoción y de estabilidad son escasas (Piore, 1975). Esta segmentación juega un papel central la desigualdad étnica migratoria. Diferentes estudios sobre España señalan las dificultades que tienen los inmigrantes que ocupan puestos no cualificados para salir de estas ocupaciones durante el período 19952005 con una gran expansión del mercado laboral. Observan que o bien salen rápidamente de estos puestos o con el tiempo se quedan atrapados: cuanto mayor es el tiempo trabajando en estas ocupaciones, menor es la probabilidad de salir. Las mayores 4

posibilidad de ascenso están entre los que tienen mayores estudios, hombres y con poco tiempo en el sector y preferiblemente que estén en el sector privado (Bernardi y Garrido, 2008). En otros trabajos se señala que mientras los inmigrantes con el tiempo tienden a converger con los españoles en las tasas de participación y desempleo, no sucede lo mismo con la incidencia de la sobre-educación y la temporalidad e incluso entre las mujeres tiende a aumentar con el tiempo (Fernández y Ortega, 2008). En las mujeres, se observa en todos los casos una fuerte atracción por el servicio doméstico con independencia del estatus legal, la educación o la existencia de redes y contactos (Stanek y Veira, 2012). Ahora bien, la trayectoria laboral de los migrantes durante la fase de expansión ha sido desigual, no sólo entre sexos, sino en función del momento de llegada, de la edad, del origen, la lengua o del nivel de estudio entre otras (QUIT, 2011; Fernández-Macías et al., 2015). Autores como Cachón (2009) señala el papel del gobierno en la segmentación del mercado de trabajo a través del marco regulatorio español que dificulta la salida de los inmigrantes del sector secundario (dificultando los permisos de trabajo y de residencia). Otros autores (Muñoz de Bustillo y Antón, 2012; Aysa-Lastra y Cachón, 2013) señalan que la fuerte concentración de los inmigrantes en los peores empleos se debe tanto a las prácticas de contratación de los empleadores como al rol jugado por las redes de inmigrantes. Al finalizar el período de expansión económica, las tasas de desempleo entre inmigrantes y autóctonos era bastante similar (Muñoz Comet, 2012). Sin embargo, los inmigrantes ocupaban la mayor parte puestos de trabajo en la parte más baja de la estructura ocupacional, presentando una alta temporalidad, una baja cualificación, y escasas posibilidades de promoción, con independencia del tiempo en el mercado de trabajo (Garrido y Miyar, 2008). Es decir, se encontraban mayoritariamente en los puestos de trabajo más vulnerables y peor remunerados. De acuerdo a la teoría de la segmentación del mercado de trabajo (Piore, 1975), mientras que durante la fase de expansión de la economía, los trabajadores inmigrantes tienen facilidades para encontrar trabajo en los sectores de bajos salarios, actividades temporales y precarias, o en los sectores más intensivos de manos de obra, como hostelería y construcción, dichos sectores son los más vulnerables en los momentos de crisis económica, en particular al desempleo. 5

De esta manera, la destrucción de los más de 2 millones de puestos de trabajos se ha producido en buena parte en los nichos laborales en los que se concentraba la población inmigrante. A finales de 2009, de los 4,3 millones de desempleados el 25% eran inmigrantes, es decir, más de 1 millón. Y para finales de 2013, con casi 6 millones de desempleados, la tasa de desempleo de los españoles era ligeramente inferior al 25%, pero la de los extranjeros superaba el 35% (Miguélez y López-Roldán, 2014). Además, cabe señalar que los factores que protegen contra el desempleo, en general aquellos aspectos relacionados con el capital humano (Muñoz-Comet, 2016), han funcionado para el caso de los españoles, pero por el contrario no para los inmigrantes. Esto explica que el tiempo en el mercado de trabajo no figure como una factor que reduce la probabilidad de caer en el desempleo para los inmigrantes (Garrido, Miyar y Muñoz 2010; Muñoz-Comet, 2016). Ahora bien, el efecto ha sido diferente para los hombres inmigrantes que para las mujeres. Las mujeres, muy concentradas en el nicho de los servicios domésticos y con muy escasa movilidad laboral (Stanek y Veira, 2012; Fernández-Macías et al., 2015), les ha llevado a mantener tasas de empleo más elevadas dado que el sector del servicio doméstico se ha visto menos afectado por la crisis que otros, como por ejemplo la construcción. Por último, es necesario señalar que, además de los efectos de la crisis en la distribución ocupacional de la población nativa e inmigrante, la crisis ha afectado las condiciones de empleo: peores salarios, peores horarios, peor salud laboral y en suma, mayor inseguridad (Miguélez y López-Roldán, 2014), siendo más intenso el efecto en los sectores de empleo más precarios.

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3. METODOLOGÍA El trabajo utiliza datos cuantitativos y cualitativos. En primer lugar se hace uso de los módulos especiales de la Encuesta de Población Activa de 2008 y 2014 sobre "Situación de los inmigrantes y sus hijos en relación al mercado de trabajo" lo que nos permite dimensionar la situación de la población inmigrante en el mercado de trabajo español antes y después de la crisis y en especial nos permite caracterizar la situación de las mujeres migrantes en el servicio doméstico. En segundo lugar se utiliza la información cualitativa obtenida a partir de las entrevistas en profundidad realizadas a una muestra de mujeres inmigrantes trabajando en el servicio doméstico y/o en el cuidado de personas dependientes. La selección de las muestras se ha realizado a través de los servicios de empleo y de atención a inmigrantes de Cruz Roja y Cáritas de Salamanca, y a través de organizaciones e Iglesias de inmigrantes. Se ha buscado una muestra representativa de los diferentes perfiles de mujeres en el servicio doméstico, para lo cual se ha considerado los siguientes ejes: Según actividad: •

Cuidadoras de mayores o dependientes



Servicio doméstico general

Según origen: •

Latinoamericanas



Europa del Este



Africanas-marroquíes

Según nivel de estudios: •

Estudios básicos



Estudios medios



Estudios superiores

Según situación familiar: •

Solteras



Casadas con hijos pequeños (con y sin presencia de la pareja)



Casadas con hijos mayores (con y sin presencia de la pareja)



Casadas sin hijos

Tiempo de estancia en España: •

Llegadas recientemente 7



Llegadas durante la crisis



Llegadas con anterioridad a la crisis

Hasta el momento se han realizado 26 entrevistas, aunque la intención es alcanzar las 50 durante el año 2016 (Tabla I). Tabla I. Información de las entrevistas realizadas Variable EDAD

Origen

ESTADO CIVIL

HIJOS

EDUCACIÓN

AÑO DE LLEGADA

Categorías Menos 30 30-39 40-49 50+ América Latina Europa-Este África Soltera Separada Casada 0 1 2 3 4 5+ Primaria y menos Secundaria-Bach. Universidad Antes de 2007 2007-2010 2011-2014 2015 después

Si No Si PAREJA TRABAJA No Nº Entrevistas (Abril de 2016)

N 0 13 9 4 19 5 3 6 7 13 6 5 5 5 3 1 7 11 8 13 8 3 1

EXP. LABORAL PREVIA

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Las entrevistas tienen como objetivo aprehender la trayectoria laboral y familiar de las mujeres migrantes desde el momento de salida su país de procedencia. Un punto central en las entrevistas ha sido analizar las interferencias que la crisis ha generado en la vida familiar y laboral. Las entrevistas se estructuran en 5 grandes temas: 1. La situación laboral y familiar antes de emigrar, en su país de origen 8

2. Gestión de la migración: objetivos iniciales, quien interviene en la planificación, organizar el viaje y la llegada 3. Condiciones del momento de llegada: dónde va, con quién, cómo se consigue el trabajo, cómo era,... 4. Trayectoria laboral desde el momento de llegada: considerando los cambios (o no) en su familia: primer empleo; otros empleos; y último empleo 5. Situación actual y valoración del efecto de la crisis económica en sus condiciones particulares: en la entrevistada y en su pareja/familia

4. ANÁLISIS DEL TRABAJO EN EL SERVICIO DOMÉSTICO Hemos dividido el trabajo en una primera parte descriptiva a partir de los datos de las encuestas de población activa (EPAs) y una segunda parte más explicativa a partir de la información de las entrevistas a mujeres inmigrantes trabajando en el servicio doméstico. 4.1. ANÁLISIS DESCRIPTIVO DEL SERVICIO DOMÉSTICO EN ESPAÑA ANTES Y DURANTE LA CRISIS Tomando los datos de los módulos especiales sobre la "Situación de los inmigrantes y sus hijos en relación al mercado de trabajo" de 2008 y de 2014 nos permite valorar la situación de la población inmigrante en el momento iniciarse la crisis y las transformaciones ocurridas a raíz de la misma.

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Tabla II. Ocupación de la población nacida en el extranjero en 2008 y 2014 2008 Varón Sector primario

7.0%

Mujer 2.4%

2014 Total

Varón

Mujer

Total

4.8%

9.0%

3.3%

6.1%

Industria

16.6%

7.1% 12.1%

15.1%

5.7%

10.2%

Construcción

30.2%

1.1% 16.5%

13.3%

0.3%

6.6%

Comercio

12.2%

13.2% 12.6%

16.5%

13.0%

14.7%

3.5%

7.4%

1.1%

4.1%

Transporte

5.7%

1.1%

Hostelería

8.3%

18.5% 13.1%

13.0%

18.1%

15.6%

Servicios

9.9%

15.2% 12.4%

12.4%

11.6%

11.9%

Administración

6.5%

12.2%

9.2%

8.8%

15.4%

12.2%

Creación/reparación

2.4%

1.7%

2.0%

2.8%

1.6%

2.2%

Empleados de hogar

1.3%

27.5% 13.6%

2.0%

29.9%

16.3%

Total

100%

100%

100%

100%

100%

100%

Fuente: Elaboración propia a partir de la EPA 2008 y 2014 (módulos especiales "Situación de los inmigrantes y sus hijos en relación al mercado de trabajo").

La distribución de la población inmigrante en 2008 nos muestra la fuerte concentración en determinados nichos laborales (Tabla II): casi 1 de cada 3 hombres inmigrantes trabajaban en la construcción, y le seguían en importancia la industria (16.6%) y el comercio (12.2%); mientras que las mujeres se concentraban en primer lugar en el servicio doméstico (27.5%), seguido de la hostelería (18.5%) y los servicios (15.2%). La crisis modificó la participación laboral de la población inmigrante, en primer lugar reduciendo su participación, puesto que entre 2008 y 2014 se redujo el porcentaje de inmigrantes ocupados y se duplicó el de parados (Figura 1). Pero a la vez entre los que se han mantenido en el mercado de trabajo se ha producido una fuerte transformación. Entre los hombres el porcentaje de ocupados en la construcción se reduce drásticamente y se incrementa en otros sectores como hostelería, comercio o servicios (Tabla I). En el caso de las mujeres inmigrantes cabe destacar que el sector doméstico se ha mantenido y ligeramente reforzado como un importante nicho de empleo para las mujeres extranjeras en España durante la crisis.

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Figura 1. Cambios en la situación laboral de inmigrantes y nativos en edad activa (16-64 años) según sexo: España, 2008 y 2014

Fuente: Elaboración propia a partir de la EPA 2008 y 2014 (módulos especiales "Situación de los inmigrantes y sus hijos en relación al mercado de trabajo").

Centrándonos en el caso particular del servicio doméstico se observan otros importantes cambios durante el período 2008-2014: Observando la distribución de edad de las mujeres en el servicio doméstico se observa que son más jóvenes que las españolas tanto en 2008 como en 2014 (Figura 2). A lo largo de estos años se observa sin embargo que en ambos colectivos se ha incrementado la edad. La explicación a este cambio por edad podría encontrarse en el hecho de que la mayoría de las mujeres se han mantenido en dicho sector. Es decir, este nicho laboral tal y como dice la literatura revisada presenta una escasa movilidad, de ahí que al mantenerse a lo largo de los años envejezcan. Por otro lado, cabe señalarse que la crisis puede haber afectado en el sentido de que no se incorporan mujeres en edades jóvenes, lo cual en el caso de las españolas tiene su explicación en que estas se incorporan en otros sectores laborales más cualificados. Pero para las extranjeras puede haber significado un reforzamiento de la posición en el mercado de las mujeres con más experiencia, más mayores, y por el contrario, una mayor dificultad para las más jóvenes.

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Figura 2. Mujeres españolas y nacidas en el extranjero trabajando en el servicio doméstico en 2008 y 2014 por grupos de edad Extranjeras 2008

Extranjeras 2014

Españolas 2008

Españolas 2014

25.0% 20.0% 15.0% 10.0% 5.0% 0.0% 16-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69

Fuente: Elaboración propia a partir de la EPA 2008 y 2014 (módulos especiales "Situación de los inmigrantes y sus hijos en relación al mercado de trabajo").

Otro aspecto a destacar es que las mujeres extranjeras en el servicio doméstico tienen mayor educación que las mujeres españolas, es decir presentan una mayor sobrecualificación y en cierto sentido un mayor "desaprovechamiento" de capital humano (Figura 3). La crisis ha conllevado dinámicas opuestas en la composición del capital humano entre españolas y extranjeras que trabajan en el servicio doméstico. En las mujeres españolas entre 2008 y 2014 se ha reducido la presencia de aquellas con nivel educativo por encima de los estudios secundarios. Es decir, menos sobrecualificación y por lo tanto menos subutilización de capital humano. Como se ha señalado en el marco teórico, las mujeres españolas más jóvenes que se incorporan al mercado de trabajo lo hacen cada vez más en puestos de trabajo de mayor cualificación dado su mayor nivel educativo. Entre las mujeres extranjeras que trabajan en el sector doméstico se ha producido la tendencia opuesta en su composición educativa (Figura 3): la crisis ha supuesto que haya cada vez más mujeres con un mayor nivel educativo en el servicio doméstico. Las mayores dificultades que entraña la crisis para encontrar trabajo fuera de este sector 12

entre las extranjeras sería la causa que busquen en las categorías más bajas de la escala ocupacional. Por lo tanto, la crisis genera mayor sobre-cualificación y mayor infrautilización de capital humano inmigrante, es decir que a través del tiempo de estancia se observaría la tendencia contraria a lo señalado por la teorías de asimilación. Figura 3. Mujeres españolas y nacidas en el extranjero trabajando en el servicio doméstico en 2008 y 2014 según nivel educativo 100% 90% 80% 70%

Universidad

60%

Grado superior

50%

FP/Bachillerato

40%

Secundaria/FP

30%

Primaria

20%

Analfabetos

10% 0% 2008

2014

Extranjeras

2008

2014

Españolas

Fuente: Elaboración propia a partir de la EPA 2008 y 2014 (módulos especiales "Situación de los inmigrantes y sus hijos en relación al mercado de trabajo").

El último aspecto a comentar, y que está en sintonía con los comentado anteriormente, es que entre 2008 a 2014 se observa una fuerte variación en el tiempo de residencia en España entre las mujeres trabajando en el sector doméstico (Figura 4). En 2008 más de la mitad de las mujeres trabajando en el servicio doméstico tenían menos de 5 años de residencia en España, mientras que en 2014 el 85% tiene más de 5 años. Es decir, podemos interpretar que antes de la crisis muchas mujeres con un cierto tiempo de residencia en España conseguían salir del sector doméstico. Sin embargo con la crisis, las dificultades de encontrar empleo en otra actividad se ha reducido, de ahí que se mantengan en el sector doméstico, lo cual dificulta la entrada de migrantes de más reciente llegada a España.

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Figura 4. Mujeres nacidas en el extranjero trabajando en el servicio doméstico en 2008 y 2014 según tiempo de estancia en España 100% 90% 80% 70%

Más de 10

60%

6-10

50%

3-5

40%

3

30%

1

20%

0

10% 0% 2008

2014

Fuente: Elaboración propia a partir de la EPA 2008 y 2014 (módulos especiales "Situación de los inmigrantes y sus hijos en relación al mercado de trabajo").

4.2. LAS CONDICIONES LABORALES EN EL SERVICIO DOMÉSTICO En esta segunda parte del trabajo vamos a analizar la información cualitativa de las entrevistas a mujeres trabajando en el servicio doméstico y en el cuidado a dependientes, para observar los cambios particulares en las condiciones de trabajo al margen de los grandes números observados en el punto anterior. Lo primero a señalar es la fuerte heterogeneidad de perfiles de mujeres migrantes trabajando en el servicio doméstico. Observamos un perfil muy variado de mujeres según origen, según nivel educativo (desde mujeres con educación básica a mujeres universitarias), con diferentes experiencias laborales en el país de origen, de diferentes edades y con muy diversas situaciones familiar (con hijos, sin hijos, con pareja o sin pareja). A) El primer empleo Una constante en la gran mayoría de las mujeres entrevistadas es que el primer trabajo en el servicio doméstico se produce sin contrato. No se demanda experiencia previa e incluso se contratan a mujeres que no hablan español (rumanas, ucranianas y africanas),

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pero a cambio todas ellas manifiestan muy duras condiciones laborales y salarios muy bajos. En el primer trabajo muchas trabajan internas (aunque tengan hijos y hasta que reagrupan- nº9-). Incluso las contratan internas sin hablar el idioma (-nº9 y nº 15-), aunque les pagan muy poco y les explotan (trabajos duros que les permite en ocasiones conseguir papeles, -nº9-). Muchas migrantes durante este primer trabajo compaginan las necesidades económicas con la búsqueda de regularizar su situación, es decir de conseguir papeles que les permitan en primer lugar reagrupar al resto de la familia e incluso posteriormente buscar otro tipo de trabajo.

Varios aspectos son importantes a la hora de aceptar las condiciones de este primer empleo: Un primer factor es la existencia de contactos y redes de apoyo. Disponer de buenos contactos facilita encontrar un mejor trabajo y en todos los casos es el factor que incluso permite que las mujeres sin experiencia previa y sin hablar la lengua puedan trabajar. Son los contactos la garantía que demanda el empleador. •

Las mejores condiciones laborales se encuentra en las mujeres con una fuerte red de apoyo (marido, hermanos u otros familiares). Casos como nº26; nº9, nº12 e incluso la red facilita que alguna mujer llegue con papeles, como resultado de reagrupamiento familiar (nº 22).



Incluso mujeres sin experiencia laboral previa consigue un buen trabajo (en su país cuidaba de sus hijos. nº26), aunque sin contrato ya que llegó después de su pareja

Un segundo factor relevante en las condiciones del primer empleo es la situación de regularidad/irregularidad. Tener o no papeles es definido por las trabajadoras domésticas como uno de los elementos claves a la hora de negociar las condiciones laborales –salario, horas trabajadas o incluso las relaciones con el empleador- estando mucho más vulnerables cuando se encuentran en una situación irregular. Un tercer factor remite a la existencia o no de responsabilidades familiares. La situación de vulnerabilidad se ve agravada por ciertas situaciones familiares, como ser madre soltera o que el cónyuge se encuentre en desempleo. Cuanto mayor es la 15

necesidad, peores condiciones de trabajo se ven obligadas a soportar, incluyendo malos tratos –insultos, servilismo o agresiones sexuales (proposiciones)- y además suelen mantenerse por más tiempo en este trabajo inicial. En muchas ocasiones el sueldo de la inmigrante es el único sustento familiar, y de ahí que se vean obligadas a aguantar. Situación muy distinta a las mujeres solteras, pues tienen un mayor margen para escoger mejores trabajos y moverse ya que la necesidad no es tan apremiante. Las mujeres solteras sin cargas familiares buscan una mejor inserción, en ocasiones a través de disponer de un contrato en regla (nº 12) o trabajando fuera del servicio doméstico (nº1, llegó soltera y con trabajo de ayudante de cocina). Aquellas mujeres solteras que aceptaron duras condiciones laborales en su primer trabajo en general cambian de trabajo rápidamente. B) La crisis económica En muchas familias migrantes se produce una combinación explosiva durante la crisis (nº26, nº16, nº22; nº15): hay menos trabajo en el servicio doméstico (menos horas y menos salario) y el marido/pareja está en paro. Esto supone para muchas mujeres la necesidad de mayor participación laboral en el mercado de trabajo: se produce una demanda de mayor número de horas y/o la necesidad de combinar varios trabajos. Los principales efectos que señalan con respecto a la crisis: •

Mayoritariamente señalan que con la crisis hay menos trabajo, les contratan por menos horas (contrato por pocas horas y trabajo en negro) y pagan menos.



Numerosas mujeres señalan un empeoramiento de las condiciones laborales e incluso la gran mayoría detallan situaciones de maltrato y de violencia física y verbal.



Las condiciones familiares, necesidad de recursos económicos, lleva a algunas a aceptar condiciones muy duras. Algunas situaciones familiares remiten a que el marido no trabaja, el marido enfermo, o hay una fuerte disminución de recursos en el hogar. o Mujer con dos niños pequeños tiene que trabajar por que el marido no trabaja (nº 15)



Aparecen varios casos donde se manifiesta las dificultades para conciliar la vida laboral con la vida familiar ante la necesidad de trabajar más horas con la presencia de niños pequeños. El trabajar en el servicio doméstico presenta la 16

"ventaja" de que permite la suficiente flexibilidad para buscar situaciones que permiten una cierta conciliación: como trabajar sólo ciertas horas, llevarse a los bebés al trabajo,.... •

Algunas familias ha optado durante la crisis a enviar a algunos de los miembros dependientes a su país de origen: (nº 26 envía los hijos más pequeños a su país).



No se plantean el retorno por las cargas familiares que conllevaría (quiere educar aquí a su hija nº1).



Son escasas las mujeres que señalan que no han sufrido cambios. La educación universitaria parece "prevenir" los abusos y malos tratos (nº9 y nº4).

C) Tipos de abusos registrados en las entrevistas: 

Abusos y proposiciones sexuales



Insultos y trato racista (nº 18, nº 22, nº 12),



Condiciones laborales duras (como hacerla esperar en la calle mientras juega al bingo -nº16-; limpiar el piso de rodillas -nº1-; cargar con los niños al subir las escaleras de la casa -nº15-; incluso alguna señala que la tratan como esclava -nº18) y una señala que las duras condiciones de trabajo la han incapacitado para trabajar -nº9-.



Agresiones (nº22, nº23)



Abusos y malos tratos de incluso familiares (nº3, nº 14)



Depresiones-problemas de salud; (nº1, nº12; nº16; nº18-se lesiona y no la dejan ir al médico)



Sin seguro



Muy mal pagadas y no le pagaron el finiquito (nº22);



Despido sin explicación (nº15)



Jornadas interminables



Horas no pagadas (contrato de 3 horas y trabajan -nº24-)



Falta de preparación para cuidar personas con demencia

¿Por qué se aceptan los malos tratos? •

En ocasiones por que la migrante aguanta en el puesto en espera de conseguir papeles (nº16); 17



Por necesidades familiares (nº1, nº15): La n11 señala que a raíz de quedarse embarazada comienza a trabajar en el servicio doméstico. La situación familiar -tener una hija pequeña- le lleva a la necesidad de tener que buscar un trabajo que le permita a la vez cuidar de su hija. Realiza diversos trabajos en el servicio doméstico en muy malas condiciones con la única ventaja de que puede cuidar de su hija (se la lleva al trabajo). La situación familiar de alguna manera condiciona las condiciones laborales y le obliga a aceptar duras condiciones.



Por la relación que se establece con otros familiares de la personas cuidada (nº 12)

5. CONCLUSIONES El sector doméstico constituye un nicho laboral muy importante para la población migrante. La escasa regulación y la fuerte flexibilidad lo hace accesible a la casi totalidad de la población inmigrante. Mujeres sin ningún tipo de experiencia laboral por cuenta ajena, mujeres sin ni siquiera hablar el idioma encontraron acomodo como empleadas en el servicio doméstico y en el cuidado a dependientes. La contrapartida es que las condiciones laborales en este primer empleo son malas, escaso salario, largas jornadas y mal trato. Las necesidades económicas y la búsqueda de papeles para regularizarse llevan a que este primer empleo sea más o menos largo. Aquellas mujeres con menos cargas familiares en general buscan una mejor inserción laboral en el primer empleo y sobre todo están más dispuestas a cambiar de empleo si las condiciones no les agradan. En general tras el primer empleo se produce una búsqueda de mejores condiciones laborales. La crisis no ha restado protagonismo al sector del servicio doméstico como nicho laboral de las mujeres migrantes, pero si ha modificado profundamente las condiciones de trabajo: hay más demanda de trabajo, y por lo tanto escasean las ofertas, lo que ha llevado a que las condiciones laborales se han deteriorado. Esto ha dado pie al surgimiento de numerosos abusos contra las empleadas y a la escasa posibilidad de respuesta de estas mujeres dadas las necesidades familiares (muchas de estas mujeres tienen a su pareja desempleada y cuentan con varios hijos dependientes), es decir, a que con la crisis se reproducen las condiciones laborales del primer empleo, lo que es una 18

constatación de la falta de movilidad y de la ausencia de integración de la población inmigrante a través del mercado laboral.

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