22ª Conferencia Scout Interamericana San Salvador, El Salvador, 31 de julio al 4 de agosto de 2004

Palabras del Secretario General de la OMMS al plenario de la Conferencia Queridos hermanas y hermanos scout, Hace poco más de un año recibí un e-mail de un señor para mi desconocido pero, por lo visto, con una brillante carrera en los más altos rangos del sector empresarial: proponía que me postulara a Secretario General de la Organización Mundial del Movimiento Scout. Hubiera borrado rápidamente el mensaje considerándolo “spam”, basura electrónica, si no fuera por aquella palabra “scout”. Le contesté diciendo que, si no era broma, para mí era un gran honor haber sido aun solo contactado para ese cargo y le envié mi CV. No supe nada más de él por unos tres meses cuando me volvió a escribir para informarme que después de una primera selección me encontraba entre los primeros 105 candidatos, de ahí a poco más de un mes, después de un sorprendente proceso de selección, sin que jamás lo hubiera solicitado, ni imaginado, me encontré por la primera vez frente al Comité Mundial. Había sido seleccionado y ahora se me pedía que confirmara la aceptación del cargo a la cabeza de la Oficina Scout Mundial, para servir a nuestro maravilloso Movimiento. Claramente una Señal Superior. Una vez más contesté “Sí”, aceptando el desafío. El gran poeta latinoamericano José Martí un día escribió: “El lugar de un hombre es ahí donde es más útil”, espero que Dios (y el Comité Mundial) hayan hecho bien sus cálculos decidiendo que para mí, ahora, ese lugar es aquí. “¿Quieres formar parte de la gran familia scout?” Era el 7 de Julio de 1965 cuando por primera vez el entonces jefe de la tropa Roma 24 me invitaba a definirme. Fue la primera vez que pronuncié ese “Sí” prometiendo sobre mi honor de ser scout “si Dios quiere para siempre”. Terminados los estudios de medicina dejé el Grupo Scout donde había servido como jefe educador tanto en la rama scout como en la rover, y salí para Nicaragua como médico voluntario; pensaba que había llegado el momento de guardar para siempre la pañoleta. De todas maneras, como lo había sido la decisión de ser médico, la de servir con mi profesión a los más necesitados, fue una decisión profundamente vinculada a la promesa que todos aquí compartimos. Era scout, cuando en el hospital St. Paul's en el “downtown” de Vancouver (BC – Canadá) me preparaba con cuidado proyectándome como médico al servicio de los pobres más pobres de África, sin imaginar que finalmente habría de cumplir esa misión en Centroamérica. Era scout, cuando a pie o montado recorría las comunidades campesinas de los lugares más alejados de la montaña nicaragüense para llevar la atención médica ahí donde nunca antes había llegado. Hermanos nicaragüenses, esa montaña ha sido para mí “algo más que una inmensa estepa verde”.

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Era scout, cuando años después como funcionario de la UNICEF trabajé en México para promover la salud de la infancia mexicana desplazándome por las comarcas indígenas de Chiapas y Guerrero, y dedicaba mis fines de semana al trabajo médico voluntario en un barrio del cinturón de miseria de la Ciudad de México. Era scout, cuando por 17 años serví a la Cooperación Italiana para el desarrollo a cargo de los programas de salud y desarrollo social con los países de Latinoamérica y del Caribe y luego de gran parte del continente Africano, peleándome con la burocracia para que la ayuda fuera apropiada, transparente, eficiente y eficaz. Era scout, cuando en los últimos años me involucré en la enseñanza de postgrado en la prestigiosa Escuela de Management de la Universidad Bocconi en Milán, reconociendo en la nueva tarea un servicio a las futuras generaciones de líderes internacionales. Aquí estoy hoy frente a ustedes, una vez más como scout, compartiendo el legado de nuestro Fundador B-P, haciendo lo que de mí depende para dejar este mundo un poco mejor de como lo hemos encontrado. Comprometido con el Movimiento Scout (y nuevamente en el Movimiento) por un futuro de Paz y de plena justicia social. Aquí, para sentirme artífice con todos ustedes y los millones de hermanas y hermanos scout del mundo de la construcción de una sociedad global donde, como debe ser en nuestro hermoso Movimiento, todos tengan el derecho y la concreta oportunidad de participar activamente y plenamente. Abatiendo toda clase de prejuicio y rechazando toda clase de sectarismo, abatiendo todas aquellas barreras culturales, sociales, económicas y políticas que en la sociedad actual fomentan los conflictos. Tenemos hermanos una gran responsabilidad: de la calidad de la propuesta educativa que somos capaces de ofrecer a nuestras niñas y niños, y a nuestros jóvenes, dependen los resultados que sabremos alcanzar. Desde este punto de vista quiero destacar la fenomenal contribución de la Región Interamericana mediante la creación de manuales y otras herramientas en apoyo al método educativo. Un logro mayor que, como he podido constatar, ha sido el resultado de un trabajo de equipo, lo que le añade méritos. Como líderes y educadores scout sabemos que el proceso muchas veces vale más que el resultado mismo. La mejor patrulla es la que camina al paso del más débil, estimulándolo a superarse, y juntos todos los integrantes la patrulla se superan. “Lo importante es saber llegar” dice una conocida ranchera. Lento pero seguro, hoy el trabajo realizado es patrimonio común. Pero de nada sirven buenos materiales educativos si no tenemos los adultos capacitados y motivados para aplicar adecuadamente el método. Conforme a la estrategia mundial (prioridad 5) se trata de promover un nuevo concepto de voluntariado y formar un nuevo tipo de voluntario. Se necesita atraer, captar y retener un nuevo tipo de adulto o joven adulto voluntario, intensamente comprometido con los valores y métodos del Movimiento. Gente de esa calidad hay que disputársela a otras opciones que existen en la comunidad. No sirve conformarnos con el primero que toca a nuestra puerta y que viene a nosotros porque no tiene nada que hacer en ninguna otra parte y lo viene a hacer aquí. Los trabajos presentados en esta Conferencia sobre “Captación, Formación y Seguimiento” representan un paso adelante en esta dirección. “Somos un movimiento, no una organización” recordaba B-P, temiendo la evolución burocrática del ideal scout. Lo que no debe implicar que renunciemos a asegurar todo el

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necesario apoyo organizativo a los Grupos Scouts que forman el Movimiento. Esta es la tarea de las organizaciones a nivel nacional, como de la Organización Mundial del Movimiento a nivel global. Con esa finalidad - así como a nivel mundial en Tesalónica como una de las prioridades dentro de la estrategia se planteó también “Una organización para el siglo XXI”- hace tres años la Región Interamericana adoptó su nueva política de desarrollo institucional. Un paso importante en crear criterios comunes para la modernización de nuestras asociaciones. Para que el Movimiento pueda crecer globalmente es indispensable también que sus miembros progresen. Como pude apreciar, muchos de los problemas que todavía se evidencian en la Región se originan muchas veces en la falta de cultura organizativa y de buena administración. Y permítanme observarlo, también en la falta de aquel espíritu scout de confianza, lealtad y fraternidad que debería distinguir todo nuestro quehacer. La aplicación de los lineamientos aprobados en Cochabamba permitirá superar esas deficiencias; además de elevar los estándares organizativos y funcionales de nuestras asociaciones, se facilitará así una mejor coordinación e intercambio entre las asociaciones a nivel regional y global. También a nivel de la Oficina Mundial “nos hemos puesto las pilas” para una profunda transformación. Estamos comprometidos en la construcción de “una” organización moderna, sólida, dinámica, eficiente y, sobre todo, eficaz. Capaz de reaccionar rápidamente a las continuas transformaciones del escenario en el contexto del proceso de globalización, pero al mismo tiempo profundamente radicada en la tradición y en los valores que hacen único al Escultismo. Una organización que ayude al Movimiento para que un número siempre creciente de jóvenes puedan vivir la extraordinaria experiencia educativa de un Escultismo de calidad excelente, que sepa escuchar e interpretar las inquietudes y las nuevas exigencias de los jóvenes del tiempo presente, ofreciéndoles esperanza de futuro. Para que cada uno de ellos pueda realmente sentirse y actuar como “ciudadano del mundo” - como preconizó hace casi 100 años B-P. Un verdadero protagonista de cambio, constructor de Paz; siempre más un “ciudadano global”, que realiza el Proyecto a partir de una plena participación en la vida social, económica y política de su comunidad local. Mons. Helder Cámara – uno de aquellos hombres de “nacionalidad” universal, como todo scout debería sentirse- dijo que los que tuvimos la suerte de vivir en mejores condiciones, de tener más cultura, más dinero, más y mejores experiencias... no somos simplemente unos privilegiados, sino tenemos mayores responsabilidades hacia los demás. Nosotros sabemos que el Movimiento Scout ha hecho la diferencia en nuestras vidas. Tenemos entonces el deber moral de hacer todo lo que podamos para ofrecerle la misma oportunidad a toda niña y todo niño, a todo joven, en todo el mundo. Para eso, es todavía B-P que nos habla: “En un gran movimiento, para un gran objetivo, no hay espacio para esfuerzos personales menores; tenemos que abandonar la ideas pequeñas y juntar los brazos en un “conjunto” que nos permita enfrentar eficazmente el todo. Cooperación es la única vía si queremos alcanzar el éxito”. Creo que la Oficina Mundial pueda servir como el enlace y el soporte técnico más apropiado para canalizar la solidaridad que debe dirigir nuestras políticas y nuestra acción, para optimizar recursos e incluso para favorecer su búsqueda dentro y afuera del Movimiento. Por eso es fundamental tener toda la información posible sobre las iniciativas de vínculos de cooperación existentes o en construcción, circular los proyectos, las ideas, las informaciones, –3–

compartir iniciativas. La nueva Oficina Scout Mundial trabajará con equipos estratégicos interregionales y abiertos a la colaboración de expertos voluntarios y de centros colaboradores scouts. Para la creación de un ambiente cooperativo y para asegurar la interconexión al interior del Movimiento, debemos saber aprovechar la moderna tecnología de información y comunicación. Pero, también en este contexto, como scouts, queremos ser pioneros, líderes, abriendo nuevas fronteras, explorando y adoptando tecnologías que siendo apropiadas para nuestras tareas, reflejen también nuestros principios, y valores. La adopción de estándares informáticos abiertos en el mundo del software es sólo un ejemplo del camino que hemos emprendido. Estoy comprometido en asegurar la máxima transparencia en la administración de los recursos, conjugando claramente el presupuesto con la estrategia, con los objetivos, con los resultados y con las actividades. Asimismo, por primera vez, la Oficina Scout Mundial se ha dotado de una unidad de Planificación Estratégica, monitoreo y evaluación, yendo mucho más allá de la limitada visión de mero control contable, que si bien es necesario no nos dice nada del impacto en relación a nuestra misión. Cada día me conmuevo al descubrir los milagros que el Escultismo produce en todo el mundo. Como la ejemplar utilización del método scout en el trabajo de integración social de los jóvenes en condiciones de alto riesgo que están realizando ustedes aquí en El Salvador, como en Nicaragua o en el Ecuador. Desafortunadamente nuestras buenas acciones no interesan a los medios de comunicación: sin muertos, ni escándalos no hay noticia. Es indispensable comunicar nuestros logros si queremos crecer. Elevar el perfil del Escultismo es una de las prioridades del Movimiento. Por eso acabamos de potenciar el área de comunicación externa de la Oficina Mundial y estamos elaborando una articulada estrategia de comunicación. Para eso necesitamos poder contar con el apoyo de todas las organizaciones nacionales, para que nos informen sistemáticamente de sus logros y nos ayuden a construir una red internacional de corresponsales scout. Imagínense el potencial de comunicación de nuestro Movimiento al poder contar con la alianza estratégica de los hermanos scouts que trabajan en los medios noticiosos de todo el mundo. Por otro lado, la experiencia de Guatemala nos enseña el valor de la construcción de alianzas alrededor de iniciativas publicitarias positivas. Para cumplir nuestra misión, necesitamos de aliados entre los otros actores internacionales y globales, especialmente los programas y las agencias de las Naciones Unidas más cercanas a nuestros temas y los demás movimientos de la sociedad civil que compartan nuestra visión. Pero también otros sectores de la sociedad: como son el mundo académico, las administraciones públicas y el sector empresarial privado. En todo caso debemos escoger cuidadosamente nuestros aliados, dotándonos de rigurosas normas éticas que nos permitan seleccionar los aliados, inclusive y especialmente aquellos que nos ofrecen aportes financieros en base a nuestros valores. Con el proceso de globalización se ha reducido enormemente el peso de las relaciones entre Estados Nacionales. Como scouts hemos prometido cumplir nuestro deber hacia la patria. Orgullosos de nuestras identidades culturales hoy estamos conscientes que nuestra patria es el mundo, y nuestro compromiso no puede ser otro que global. En este sentido creo que un movimiento que se pretenda capaz de mirar, y hasta de anticipar el futuro —como ya lo hizo nuestro Fundador— debe plantearse hoy una redefinición de sus mecanismos representativos y participativos. Pienso en la riqueza cultural y en la peculiaridad de las realidades de las muchas asociaciones scouts que por estar en “territorios” políticamente –4–

dependientes de Estados nacionales lejanos geográfica, social y culturalmente, no pueden ser adecuadamente representadas a nivel de la Organización Mundial. Creo que en esta dirección la Región Interamericana podría ofrecer un contexto ideal de análisis y reflexión. Hay muchos desafíos y mucho camino por delante. Pero como scouts sabremos enfrentar las dificultades “cantando y silbando” (no traten de hacerlo al mismo tiempo). Por algo como le decía ayer al periodista televisivo que me entrevistó en el medio de la fiesta “Mírenos, somos el Movimiento más alegre del mundo”, no recuerdo si añadí “y este movimiento va a cambiar el mundo” seguramente lo pensé. Sólo preservando esta alegría, esta espontaneidad, seremos capaces de dejar este mundo un poco mejor de como lo encontramos. El día de mi 50 cumpleaños —no podía imaginar un momento y un ambiente mejor para celebrarlo— uno de ustedes se me acercó para felicitarme en el nuevo cargo y recomendar que cuando al ir adelante me enfrentara con algunos de los contrastes existentes en nuestro Movimiento - literalmente me dijo: “frente a las pendejadas” - no me echara para atrás; “ahora que agarraste la cruz carga con ella hasta el final!!” Hermanas y hermanos scout americanos, haré lo de que de mi dependa, y con la ayuda y la confianza de ustedes y la ayuda de Dios, mucho más. Hermanos y hermanas Scouts, cuenten conmigo.

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