PALIMPSESTOS Y JUEGOS LITERARIOS. Una propuesta de trabajo con la Literatura en la Educación Secundaria
Yolanda López
[email protected] Institución Educativa Nuestra Señora de Fátima Ibagué – Tolima
"Nada más útil que la literatura porque ella nos convierte en seres libres al demostrarnos que todo puede ser creado y destruido, que las palabras se ponen una detrás de la otra como los días en el calendario, que vivimos, en fin, en un simulacro, en una realidad edificada, como los humildes poemas o los grandes relatos, y que podemos transformarla a nuestro gusto, abriendo o cerrando una página, sin humillarnos a verdades aceptadas con anterioridad…” Luís García Montero (1993: 144)
En los lineamientos curriculares para el área de Lengua y Literatura en la educación básica y media (1998:81)1, se hace referencia a que el estudio riguroso de la literatura en el aula presupone una “competencia literaria y crítica del profesor” que se presume, debe surgir de la experiencia lectora de éste con el fin de proponer lecturas interesantes a los estudiantes para que puedan desarrollar su competencia literaria que les permita adentrarse en el complejo mundo de la comprensión crítica de los textos literarios.
Pero ¿Cómo hacer que los estudiantes lean textos literarios en la escuela primaria y secundaria y no les acabemos el gusto por la literatura? Carlos Lomas nos pone a reflexionar y nos dice que “no hay que olvidar que la educación obligatoria constituye para la inmensa mayoría de adolescentes y jóvenes el único escenario en el que van a tener la oportunidad de acceder al conocimiento y a la lectura de los textos de literatura y a la experiencia de la creación literaria”. (Lomas: 1999). García Márquez, también habla al respecto y señala que un curso de literatura no debe ser más que una buena guía
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Lineamientos Curriculares de Lengua Castellana. Ministerio de Educación Nacional. Bogotá: E. Magisterio (1998)
de lecturas, pues pensar en algo más es una mera pretensión que solo logra asustar a los niños y como ejemplo pone a su profesor de secundaria quien los conducía por “el laberinto de los buenos libros sin interpretaciones rebuscadas” logrando así una participación más emotiva y libre de los estudiantes y que logró en él lo que el mundo entero ya conoce.
De hecho, una inquietud muy sentida de muchos docentes es si la manera como se aborda la literatura en el aula es la adecuada y si nuestros estudiantes gozan leyendo los textos literarios o lo hacen por que les toca para no obtener mala calificación. Estas inquietudes, las reflexiones que entorno al tema se discutían en las sesiones de trabajo de la RED y una conferencia dada por el Profesor Fabio Jurado en la ciudad de Ibagué, en un congreso de la Red “Pido la Palabra”, en el año 2004, me brindaron las herramientas para emprender un proyecto pedagógico que buscara un acercamiento más artístico de los estudiantes con la obra literaria y abordar de una manera diferente la literatura en el aula.
¿QUÉ SE PRETENDE? •
La adquisición de la competencia literaria entendida como la adquisición de hábitos de lectura y, sobre todo, la capacidad de disfrutar y de comprender distintos textos literarios.
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El desarrollo de la competencia comunicativa: Acercar a los/las estudiantes a la experiencia de la creación literaria y de estimular un uso creativo del lenguaje.
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La creación de textos con intención literaria a partir de los libros leídos en clase y fuera de ella. Algo así como los palimpsestos o “literatura en segundo grado” (Genette: 1989:10)2
El palimpsesto se considera como una especie de juego con la obra literaria donde el lector-creador construye otro texto también de características literarias y en este último debe quedar una huella del texto original. Es decir, el texto original debe existir 2
Genette, Gerard. Citado por Jurado, Fabio en Palimpsestos: La literatura en el contexto escolar. (2004)
efectivamente en el nuevo texto producido. Jurado, habla de hipotexto al texto que se va a imitar y llama hipertexto al texto imitador o de segundo grado como lo llama Genette. Jurado (2004), también nos da a entender que en el nuevo texto (Hipertexto), se debe sentir el juego re-creativo donde se hace evidente la crítica, la irreverencia; o también, una revelación que en el texto original no parecía evidente el nuevo texto lo hace notorio y lo transforma para sus fines personales.
En el año 2004, En la Institución Educativa Técnica Nuestra Señora de Fátima con estudiantes en grado octavo leíamos obras literarias como “Los años terribles” de Yolanda Reyes y “Todos los futbolistas van al cielo” de Pedro Badram mezcladas con obras como “La Vorágine” de José Eustasio Rivera, “Crónica de una muerte anunciada” de G. García Márquez y “Angelitos empantanados o cuentos para jovencitos” de Andrés Caicedo, entre otras. La verdad es que se gozaron las dos primeras y la última; los análisis de clase dieron cuenta de un nivel de interpretación que yo no esperaba. Había subestimado a los estudiantes, pero me inquietaba saber que la obra de José Eustasio Rivera había tenido resistencia y los estudiantes no la terminaron de leer y por supuesto los comentarios que sobre la lectura del libro se hicieron no satisficieron las expectativas de la docente. ¿Qué sucedía con la obra? ¿Tal vez la cantidad de páginas los asustó? Les recité en clase la primera hoja del libro, les hice una sinopsis de la historia y algunos quedaron inquietos con la suerte de Arturo Cova, pero desertaron antes de las primeras cincuenta páginas. No les volví a insistir con la lectura del libro pues habían leído los otros con interés y no quería que recordaran en un futuro la obra con resentimiento. La conclusión a la que llegué fue que estos tres textos literarios los habían cautivado porque eran historias frescas que tocaban su vida personal de algún modo y la participación había sido masiva.
Para el año 2005 y ya en grado noveno, empezamos a leer cuentos latinoamericanos (H. Quiroga, J. Rulfo, C. Fuentes, A. Carpentier, García Márquez, etc.) a los que ellos respondían muy bien en las sesiones de análisis, pero yo pretendía leer con ellos una obra grande; les di un corpus de varias obras de autores latinoamericanos entre las que se encontraba la obra “Cien años de soledad” del escritor colombiano Gabriel García Márquez. Para ese entonces, ya habíamos leído bastantes cuentos del escritor y había una empatía con él porque los cuentos les parecieron interesantes y participaban con
entusiasmo en los encuentros literarios de clase. Sin embargo y en palabras de los estudiantes cuando se les sugirió la obra dijeron “eso tan largo no lo lee nadie”.
Las primera líneas del libro hasta cuando Melquíades relata que “las cosas tienen vida propia – pregonaba el gitano con áspero acento, sólo es cuestión de despertarles el ánima” (2007:10)3 se las relaté casi de memoria y quedaron esperando más. Para el lunes siguiente, un grupo grande de jóvenes ya tenían el libro en sus manos, yo solo les dije que empezaran aunque ya algunos lo habían hecho. Dejé unos días como esperando más adeptos al libro, pero hubo resistencia en alguno de ellos. En clase, los pocos estudiantes que habían acudido al llamado, decían “profe déjeme leer en voz alta esta parte que me parece genial” y hacíamos largas lecturas en clase y yo dejaba que comentaran y que hicieran conjeturas sobre lo que se iba leyendo; (la mayoría solo escuchaba pero quedaban intrigados con la historia) hubo estudiantes que ya habían pasado por esa parte de la historia pero no le habían puesto mucho cuidado, entonces, cuando otro estudiante refería el hecho, se devolvían, leían nuevamente y retomaban el hilo de la historia. Otros estudiantes comentaban que luego llegaban a la casa y volvían a leer lo escuchado en clase porque era una sensación diferente asumir la lectura silenciosa e íntima. Fuera de clase, se me acercaban algunos para que yo aclarara alguna duda del libro, pero en muchas ocasiones, ellos me sorprendían con interpretaciones e inferencias que me llevaban a mí nuevamente al libro y a cuestionarme ¿por qué no había pensado en eso antes? Nos hacíamos preguntas que nos exigían volver al texto, releer y hacer análisis que en clase poníamos a consideración de todos y de donde salían debates que conducían a comprender la lectura, a leer entre líneas, a desentrañar lo aparente del libro. La obra se dejaba leer por ellos y ellos (ya la mayoría dos meses después) se abandonaron al encanto de ella.
A raíz de esta lectura, ellos por su cuenta, leían otros documentos sobre aspectos como la masacre de las bananeras, qué pasaba en Colombia en esa época, entendieron un poco más de dónde venía la violencia partidista del país y encontraron también similitudes con pasajes de la Biblia. No se manejaron aspectos externos de la obra que condujeran a obtener conceptos errados de esta. No se les preguntó por el movimiento, y se les sugirió no leer crítica sobre el libro (De hecho, hay muchos libros escritos sobre
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García Márquez Gabriel (2007). Cien años de Soledad. RAE
él) que fueran a “contaminar” las interpretaciones genuinas de los estudiantes. Al respecto, Calvino (1992: 16)4 dice que "La escuela y la universidad deberían servir para hacernos entender que ningún libro que hable de un libro dice más que el libro en cuestión; en cambio hacen todo lo posible para que se crea lo contrario. Por una inversión de valores muy difundida, la introducción, el aparato crítico, la bibliografía, la biografía, hacen las veces de una cortina de humo para esconder lo que el texto tiene que decir y que sólo puede decir si se le deja hablar sin intermediarios que pretendan saber más que él". Dos años más tarde, estando en grado once relacionaban a Penélope
tejiendo y
destejiendo mientras llegaba Ulises, con la mortaja de Amaranta esperando la muerte). No se trataba ya de leer porque “tocaba” sino por un gusto que fue naciendo en los estudiantes y era el de asumir un compromiso con ellos de aprendizaje mutuo (si porque como docente aprendí mucho con ellos y de ellos), de adquirir unas competencias que luego los ayudarían a navegar por otras historias con la certeza de que no irían a naufragar en el intento de dialogar con ellas.
Como producto de este encuentro con la Obra de García Márquez, y siguiendo las sugerencias hechas por el profesor Fabio Jurado, emprendimos con los estudiantes el proceso de creación literaria de mini cuentos y jugamos con otras tipologías textuales que los estudiantes ya habían trabajado en años anteriores como noticias, coplas, instructivos, etc. Se trataba de construir con ellos una forma diferente de abordar el análisis y de jugar, si se permite el término, con la obra, donde el estudiante, además, ponía sobre la mesa sus mejores cartas para combinar imágenes, sensaciones, emociones, desilusiones, sospechas y todo lo que la lectura de la obra le produjo y que pudo dar a conocer a través del juego literario.
No fue fácil iniciarlos en el juego. Una vez leído el texto, se emprendió el ejercicio de leer muchos minicuentos de vario autores colombianos y extranjeros para que se familiarizaran aún más con este tipo de texto literario. Además, se leyeron varios palimpsestos de autores conocidos para que ellos entendieran de qué se trataba el ejercicio literario. Fueron meses de intentar, borrar, escribir, reescribir,
ansiar la
palabra precisa que significara lo que ellos tenían en la mente pero que no fluía en la escritura y que demostrara que había algo más que simples palabras puestas en un papel; 4
Calvino citado por Lomas en revista kikirikí No. 1(2003)
que a través del nuevo texto (hipertexto) se dejara notar el punto de vista particular de cada uno de ellos. No obstante, hay que decirlo, hubo estudiantes que no fueron atraídos por el proyecto y se marginaron de la actividad. Como resultado de este trabajo, estos son algunos ejemplos de lo que los estudiantes produjeron como palimpsestos:
Palimpsestos con diferentes Tipologías textuales
SOLEDAD Y cuando todos sucumbieron, la soledad todavía estaba allí.
Dinosaurio constante Y cuando el coronel despertó la guerra todavía seguía en Macondo Katherine Murillo 9B/2005
Katherine Murillo 9B/2005
El cuento de Augusto Monterroso “Dinosaurio”5 sirvió para parodiar sobre la soledad y la guerra en Cien años de Soledad.
Noticia de un suicidio frustrado
Social
¿Un “Moisés” en Macondo? En el poblado de Macondo se encuentra una mujer que, según dice, ha encontrado a un niño de la misma manera en que fue encontrado el Moisés bíblico (liberador de los israelitas de Eg ipto), es decir, en una canasta en el río. Los vecinos de la mujer identificada como Fernanda del Carpio de Buendía, admiten no
conocer el verdadero origen del bebé, que ha sido sospechosamente adoptado por la enigmática mujer.
Al no conocer el verdadero origen del bebé, sólo queda creer la versión dada por Fernanda del Carpio, que sigue causando duda en las calles de Macondo
Oscar Ramírez 2005
El coronel Aureliano Buendía, es una de las pocas personas que ha recibido un disparo en el pecho y no ha sufrido daños de consideración en sus órganos vitales. Lo curioso y además sospechoso del hecho es que el disparo lo hizo el propio Coronel. Fuentes cercanas a la familia Buendía, cuentan que días atrás, el coronel le había pedido a su médico de cabecera que le indicara la ubicación exacta del corazón
Se sospecha que se trataría de un suicidio frustrado al no resistir la derrota frente a la contienda contra los conservadores. En estos momentos, el coronel Aureliano Buendía se está recuperando de la herida satisfactoriamente, sin embargo se advierte un sonrisa amarga en su rostro. Oscar Ramírez 2005
Tomando como referente la estructura de la noticia, se hicieron noticias de los hechos que ocurrían en Macondo donde el estudiante completaba con una frase que evidenciaba la comprensión de ciertas situaciones de la historia.
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“Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí” Augusto Monterroso. De este minicuento, otros autores reconocidos han hecho palimpsestos verbigracia: La culta dama de José de la Colina: Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado “El dinosaurio”. -Ah, es una delicia –me respondió-, ya estoy leyéndolo.
Caramelos a la Úrsula Iguarán INGREDIENTES: Tierra mojada Hormigas carnívoras Lluvia de Fortaleza Lágrimas de dolor Corazones flechados Mariposas amarillas Cincuenta bananas Polvo de pescado de oro Pólvora partidista Fraude constante Sangre de masacre 100 años de soledad
PREPARACIÓN: Mezcle muy bien todos los ingredientes, póngalos en el horno del tiempo y obtendrá la historia de Colombia contada una y otra vez. Sírvalo en cualquier época del siglo XX y XXI con la seguridad de que, desgraciadamente, el sabor de la mezcla no varía demasiado. To do On ce A/ 20 07
El instructivo fue otro tipo de escrito utilizado para hacer conjeturas sobre la realidad Colombiana vista a través de Cien Años de Soledad
Cíclope
Resignación tardía
Cuando Polifemo entró a la cueva, Nadie estaba allí. Lina Paola Maldonado 11A
El coronel Aureliano Buendía acababa de comprender que el secreto de una buena vejez no era otra cosa que un pacto honrado con la soledad. Camilo Andrés Calderón 9 A / 2005
Jugando con las palabras pero tomando como base la estructura del cuento “Dinosaurio”
Se toma textualmente una parte del texto original, la idea es buscar un título adecuado para crear un posible minicuento
DESCENDENCIA MALDITA
Fatalidad La soledad no tuvo una segunda oportunidad sobre la tierra ni la gente que la tenía en sus ojos.
Lizeth Ducuara 9C/2005
Entonces, el coronel Aureliano Buendía quitó la tranca, y vio en la puerta diecisiete hombres de los más variados aspectos, de todos los tipos y colores, pero todos con un aire solitario que habría bastado para identificarlos en cualquier lugar de la tierra … Camilo Andrés Calderón 9 A/2005
ÚRSULA
Destino fatal
d
Aureliano Babilonia con una serenidad imperturbable entendió que el remolino de la destrucción lo absorbería y que sobre Macondo solo e b a
u
o
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n
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Reivindico tu nombre, tu figura, tu fortaleza; tu testarudez, tu demencia, más atroz que la de José Arcadio. Tu destino, el oráculo lo marcó, las moiras tejieron y destejieron y te enredaron la vida a su antojo. Pero aún así, ascenderás al cielo y te sentarás a la derecha de Beatriz Creación Colectiva 11/2007
Fabián Andrés Vanegas
9 A/2005
Haciendo un caligrama con la última frase del Libro
También se hizo lo mismo que el anterior, pero ya tratando de hacer sus propias creaciones.
Coplas
Lluvias en Macondo OH, diluvio inclemente Que a Macondo azotó Cuatro años y once mese s Día y noche les llovió La casa de los Buendía, La humedad la consumía Las ranas y caracola s Aumentaban cada día Ursula creyó morir la lluvia la transformaba Y no podía resistir Su espalda adoquinada
Coplas macondianas
En el cuarto de Melquíades Aureliano halló refugio Haciendo sus pescaditos De scansó de su infortunio
Los saludo mis compadres Y les vengo a contar La historia que les traigo Que me hizo asustar
Hay un personaje extraño Que la historia conoció De principio a fin sabía Melquiades la destrucción
Ferrnanda por su parte Arreglaba todo el día Su loza limpiaba y lavaba Pero nada la complacía
Son cien años de misterio Y de soledad total Los que Ursula Iguarán vivió con sagacidad
Sabía que el primero de ellos Atado a un árbol moriría Y que el último sin remedio Las hormigas devorarían
Macondo inició muy bello Pero luego desapareció Después de vivir cien años De incestuosa corrupción
Con el mágico realismo Que García Márquez mostró Cien años de historia De Colombia nos contó
Un viernes en la tarde El diluvio terminó Y al ver a Macondo en ruinas Úrsula se murió
Jenny Andrea Orjuela 9C/2005
Paula Sus ana Castro 9C /2005
Otros estudiantes intentaron hacer algo más sencillo como estas coplas.
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A manera de reflexión
Hay muchas maneras de abordar con los estudiantes la literatura en el aula, pero es de vital importancia, empezar desde los primeros años a incentivar en los niños y las niñas el gusto por la buena literatura y la responsabilidad de uno como docente es muy grande en este sentido. Al comienzo de este escrito, se dice que el estudio riguroso de la literatura en el aula, presupone un conocimiento crítico literario del docente pues es él quien debe conducir a niños/as y jóvenes por el camino de los buenos libros. Pero se debe tener especial cuidado en la escogencia de las lecturas pues en los primeros años lo que se pretende es crear el hábito de la lectura ya que a medida que van adquiriendo experiencia y confianza como lectores, ellos irán pidiendo y siendo selectivos con lo que leen. Con la orientación del profesor y un buen corpus de lecturas de alta calidad literaria las lecturas se irán volviendo más complejas.
El proyecto que se realizó con los/las estudiantes en tres años de trabajo, me demostró que es difícil pero no imposible hacer estos ejercicios de lectura y creación literaria, que falta mucho camino por recorrer y muchas lecturas que hacer aún. Además, debemos concertar con ellos y hacer que asuman una posición más comprometida con sus procesos de aprendizaje a partir de prácticas pedagógicas atractivas que los/as hagan sentir parte del proyecto y que además aportan en él.
Siempre quedan dudas de si se está haciendo lo correcto o no. No obstante, siempre habrá una nueva oportunidad para corregir y seguir indagando por nuevas formas de asumir con los estudiantes la literatura en el aula. Esa responsabilidad es muy grande sobre todo si reflexionamos las palabras de Lomas citadas al comienzo de este escrito.
“No conviene olvidar que la educación obligatoria constituye para la inmensa mayoría de adolescentes y jóvenes el único escenario en el que van a tener la oportunidad de acceder al conocimiento y a la lectura de los textos de la literatura y a la experiencia de la creación literaria”. (Lomas: 1999).
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De hecho esa experiencia literaria, y ese juego de creación literaria lo debería emprender primero el docente…
BIBLIOGRAFÍA DE APOYO
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