Paráfrasis del Evangelio

Nos puede coger desprevenidos, despistados, con nuestra mente e inteligencia centrada en otro sitio. Va a venir Jesús por un camino y en un momento pa

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Nos puede coger desprevenidos, despistados, con nuestra mente e inteligencia centrada en otro sitio. Va a venir Jesús por un camino y en un momento para el que no estamos habituados. Y nosotros viviendo a nuestro aire con ilusiones y vivencias superficiales, con proyectos exclusivamente personales, sin horizontes. Va a venir Jesús sencillo, humilde, inocente… Un niño de una madre acogedora, esperanzada, que nos lo ofrece lleno de vida para que lo adoremos, le demos gracias.

Y nosotros cerrados en nuestras cosas, mirando escaparates, pensando en regalos, quemando la vida. Viene Jesús, es hora de despertarnos, de convertirnos, de ponernos en camino para acogerlo con entusiasmo. Francisco Pesquera

Paráfrasis del Evangelio

A A VENIR JESÚS POR SORPRESA.

1º domingo de adviento Mateo 24,37-44

V

28 NOV

Comentario a Isaías

1º lunes de adviento Is 2, 1-5 29 NOV

Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén

A

L FINAL DE LOS DÍAS estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor.» Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.

Comentario

P

y el que ve más adentro. Profeta es el que capta el sentido de las cosas y los acontecimientos. Profeta es el que conoce lo que hay en el hombre y lo que está llamado a ser; el que se hace transparente a todo; el que escucha la voz del Espíritu. Isaías fue un profeta. Tuvo una visión, tuvo un sueño. ¿Qué vio Isaías en Judá y Jerusalén para dejarnos una promesa tan luminosa? La realidad que se ofrecía a sus ojos era poco halagüeña, porque Judá era un pueblo desamparado y humillado. Pero entre las ruinas de ese pueblo, se encontraba Dios… En su sueño todas las naciones se dejarán instruir por el Dios de la verdad y la misericordia, caminarán por las sendas del derecho y la justicia, se aprobarán las leyes de la solidaridad. Sueña que un día todos los hombres se darán las manos y se sentarán a la mesa de la fraternidad, y las armas se guardarán en los museos de la historia o se reconvertirán en instrumentos para el desarrollo, que nadie se adiestrará para la guerra. Pero Isaías no se queda en el sueño sin hacer nada. Los sueños son para convertirlos en realidad, por eso grita en medio del pueblo: «Casa de Jacob, vamos, subamos al monte del Señor», y la esperanza se hace camino, comienza el éxodo, la salida. No hay advenimiento, venida del Señor, si no hay éxodo, salida del pueblo de Dios. Cristo es el más hermoso y luminoso de los montes, y su palabra es paz. Siempre habrá hombres y pueblos que busquen y suban a ese monte para saciarse de su palabra, de su justicia y de su paz. ROFETA ES EL QUE VE MÁS ALLÁ

Juan Cormenzana

1º martes de adviento

Reflexión de adviento 30 NOV

La esperanza, fuente de paz y de vida Juan Miguel Vicente

E

nos invita a reavivar la esperanza en nuestros corazones, como repiten insistentemente los textos del profeta Isaías que nos propone la liturgia durante este periodo. La primera semana de Adviento el profeta nos presenta la visión sorprendente de un mundo en el que la guerra será abolida definitivamente, porque nadie querrá practicarla, y los instrumentos de muerte se reciclarán en recursos de vida: «De las espadas forjarán arados; de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, ya no se adiestrarán para la guerra» (Is 2,4). Ante estas palabras, nuestra reacción primera quizás sea el escepticismo: «Demasiado bonito para ser verdad; es sólo un sueño iluso». Y, en efecto, la guerra continúa siendo hoy un flagelo de la humanidad. Pero la esperanza cristiana no se deja derrotar por todas esas realidades negativas que parecen contradecirla. La esperanza cristiana, además, no es pasividad o resignación, sino compromiso efectivo para que el objeto de nuestra esperanza comience a hacerse realidad aquí y ahora. Así, creer y esperar en un Dios que es Amor, Paz, Verdad y Vida significa luchar y comprometerse para eliminar cualquier forma de odio, violencia, mentira o muerte que se opone al proyecto de Dios. La esperanza busca alternativas y abre las puertas a una realidad nueva, distinta. Pensemos en el ejemplo de San Francisco de Asís. En una época de cruzadas, en la que se bendecían las armas, se invocaba a Dios para combatir a los «infieles» y se recurría a la violencia para imponer la «fe recta», Francisco apostó por el testimonio de vida, el diálogo y la persuasión, y así se presentó inerme ante el atónito sultán de Egipto y los no menos atónitos cristianos que luchaban contra él. El Dios evangélico de Francisco es el sumo Bien, el Padre de todas las criaturas, que no puede querer sino la vida y la dignidad de todos sus hijos, nunca su aniquilación o su humillación. L ADVIENTO

F

RANCISCO HACE DE SU VIDA ALABANZA

de la grandeza y misericordia de Dios. Alabanza que brota de un corazón agradecido, enamorado… Sin pensarlo dos veces, coge dos palos, improvisa un instrumento y comienza a tocar y a danzar en alabanza de su Señor. Hace el ridículo y despierta la risa, ¡incluso el escándalo! Pero algunos comienzan a darle vueltas… Vivir en su presencia, en su amistad, sorprendidos y agradecidos. Gozar con la propia pequeñez y con el don siempre mayor, que es Dios mismo. Éste es el secreto de Francisco.

Oración Omnipotente, altísimo y sumo Dios, que eres el solo bueno, haz que podamos devolverte con nuestra vida toda alabanza, toda gloria, toda gracia, todo honor, toda bendición y todos los bienes.

1º miércoles de adviento

Abel García Cezón

Oración franciscana

Orar con Francisco de Asís

1 DIC

1º jueves de adviento

Actualidad de adviento 2 DIC

H

ACE MUCHOS SIGLOS,

Isaías (profeta del antiguo Israel), lanzó una reflexión que hoy por hoy se antoja casi imposible conseguir: «De las espadas forjarán arados; de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra» Isaías 2,4. Efectivamente, no hay paz, o mejor dicho, no estamos en paz: no estamos en paz cuando nuestro país financia guerras o comercia con ellas; no estamos en paz cuando hay alguien que maltrata a otras personas… En fin, la idea de Isaías tiene varios miles de años y está sin estrenar. Pero la cosa no termina aquí, varios siglos después, esa propuesta que nos hizo Isaías fue superada por Jesús de Nazaret. Él recorrió hasta el final el camino que nos lleva, si estamos convencidos, a conseguir ese objetivo; el objetivo de cambiar este mundo. El mundo necesita de Cristo, la humanidad vive un desencanto y se encuentra en actitud de espera ¿de qué? Hay aspiraciones modernas de paz y de felicidad, de unidad, de comunidad… El adviento nos ayuda a entender mejor el corazón del hombre y sus ganas incansables de felicidad.

Francisco Sinovas de Castro

Joaquín Agesta

1º viernes de adviento

CENTENARIO DE LA RESTAURACIÓN de nuestra Provincia Ntra. Sra. de Monserrat de los frailes menores conventuales, celebramos cien años de vida religiosa encarnada en el ser y el hacer de hermanos en misión evangelizadora. La vida religiosa es una forma de existencia cristiana en la que se busca reproducir los rasgos y el estilo que tuvo en su ser histórico Jesús de Nazaret; Él, pasó por el mundo haciendo el bien, viviendo pobre, sin casarse, obediente y disponible siempre a la voluntad del Padre. Desde la primera hora de la vida de la Iglesia, siempre hubo distintas funciones y vocaciones en ella, diversas formas de vivir la única vocación como discípulos del Señor. Esta pluralidad era medio valioso para ayudar a las comunidades caminar en sintonía con la Buena Noticia de Jesús en las nuevas circunstancias y tiempos. Los primeros siglos fueron de persecuciones, de martirio y la comunidad era apoyo y fortaleza en la lucha por la fidelidad a Jesús y al proyecto de su Reino. Hacia el año 270, el joven Antonio en Egipto, de unos veinte años, oyó en la celebración litúrgica estas palabras de Jesús «vete, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres… luego ven y sígueme» (Mt 18 ,22); dejó todo y se marchó al desierto, le siguieron otros en distintos lugares, querían ser testigos de la fe siguiendo al Maestro de forma radical, como los mártires; como alternativa a un cristianismo adaptado al beneplácito del Estado. N EL

Vida religiosa

E

«…aún te queda una cosa: vende lo que tienes, repártelo entre los pobres, tendrás un tesoro en el cielo, y vente conmigo…»

3 DIC

1º sábado de adviento

Dedicación a María 4 DIC

M

ARÍA, MUCHAS PERSONAS DESEOSAS

de llenar y dar plenitud a sus vidas vuelven su mirada hacia ti y en ti encuentran un modelo a seguir. Porque... para ti todo fue nuevo, distinto de lo anterior, hasta misterioso; pero, a pesar de todo, estuviste atenta, receptiva, y te entregaste. Fuiste optimista y te realizaste como mujer con realismo, con autenticidad, llena de vida. Fuiste una mujer libre; decidiste por ti misma, con conocimiento de aquello que se te pedía. Fuiste comprensiva y dialogante, supiste convivir y apreciar a los demás. Fuiste mujer activa, no encerrada en ti misma, sino disponible a ayudar, a estimular, a confiar y a valorar las cosas por insignificantes que fueran. Fuiste mujer fecunda, pues nos diste a Jesús, el Salvador. Mirarte a ti nos lleva a descubrir a tu Hijo. Ayúdanos a sentirnos en plenitud hijos de Dios y hermanos de Cristo. BRAVO, M., Mayo con María (Reflexiones sobre valores y actitudes en María), CCS Madrid 1994, pág. 171. Adaptación de fr. Juan C. Blanco.

Francisco Pesquera

Paráfrasis del Evangelio

BAUTISTA. Qué extraño este personaje en este mundo tan estructurado, tan centrado en sus leyes, en sus bien-pensantes; todos tan educados, tan en la norma, tan precisos. Y él gritando, saliendo de la masa, de las modas, del consumismo. Todos viviendo nuestras pequeñas vidas, encontrándonos bien en la superficie, buscando no molestar. Y él prendiendo fuego, avivando el Espíritu, inundándonos con agua vivificadora. Todos por el mismo camino, equilibrados, seguros, abrazados a lo fértil, a lo ventajoso, a lo productivo. Y él en el desierto, inseguro, enriqueciéndose en lo árido, crítico, insatisfecho, destruyendo lo viejo, proponiendo lo nuevo. Todos dejando pasar el tiempo, con las preocupaciones de siempre, cerrados a la novedad. Y él llamando con fuerza, sin desfallecer, pidiendo que dejemos crecer en nosotros lo mejor de nuestra vida, que nos demos al amor. Pidiendo nuestra conversión. UAN

2º domingo de adviento Mateo 3,1-12

J

5 DIC

Comentario a Isaías

2º lunes de adviento Is 11, 1-10 6 DIC

A

QUEL DÍA, BROTARÁ UN RENUEVO DEL TRONCO DE JESÉ, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastoreará. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará con la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de la ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada.

Comentario

L

DAVID, JESÉ ES SU PADRE, es presentada como un árbol cortado incapaz de generar nada. Pero esa débil realidad servirá para realizar las promesas de Dios. De un tronco casi muerto, saldrá una pequeña yema, un brote endeble, una rama frágil. De la estirpe de David, con un reino dividido y sin la fuerza de antes, saldrá el Mesías que restablecerá la paz entre los pueblos y restituirá la armonía a la creación. De nuevo, el Señor se vale de lo que es pequeño e insignificante para mostrar su fuerza y su libre iniciativa... Hoy leemos un poema que describe algunos rasgos significativos del Mesías que vendrá. La misión del Mesías consiste en implantar la justicia de Dios y en establecer una nueva relación con toda la creación. Su venida significa la inauguración de una era de paz para toda la creación. Una paz que no es simplemente bienestar, sino también justicia. Una paz que trae la reconciliación del hombre con el hombre y del hombre con la naturaleza. Los hombres ya no lucharán por la vida unos contra otros y nadie hará mal a nadie. El mundo quedará tan impregnado de esta paz que nadie será enemigo de nadie, incluso los animales considerados enemigos tradicionales de los humanos serán dóciles con ellos. Su reino de paz se convertirá en una morada gloriosa, donde dará la auténtica sabiduría, su propio conocimiento. Allí se le podrá reconocer y él mismo se dará a conocer a todo el mundo. El centro de este reino no es un lugar geográfico sino "el que ha de venir", el Mesías y hacia él correrán todas las gentes. El anuncio profético promueve nuestra esperanza hacia un sorprendente futuro, hacia el adviento del Señor. A DINASTÍA DE

Juan Cormenzana

Reflexión de adviento

2º martes de adviento 7 DIC

La esperanza, fuente de convivencia Juan Miguel Vicente

L

de Adviento nos propone otro texto del profeta Isaías que apela a la utopía de la esperanza. La venida del Mesías marcará el inicio de una nueva creación, un mundo reconciliado, que Isaías describe con la imagen de un mundo en el que conviven en armonía los animales domésticos y los salvajes: «Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos... La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey» (Is 11,6-7). Frente a esa visión idílica, de nuevo parece imponerse la realidad mucho más mediocre y conflictiva: la convivencia humana es siempre problemática, difícil; a menudo, la resistencia a aceptar y acoger la diversidad del otro lo excluye del propio horizonte o incluso lo convierte en amenaza potencial. Pensemos, por ejemplo, en los inmigrantes presentes en nuestras ciudades. No son pocos los que ven en ellos una amenaza para la propia seguridad, condición e identidad. Se trata de una reacción que nace del desconocimiento y del miedo ante quien es y se manifiesta distinto, en razón de su origen, raza, cultura, religión, etc. Sin embargo, desde el Evangelio, el otro nunca podrá ser contemplado como una amenaza: el otro, el inmigrante, es alguien que posee la misma dignidad humana que yo, porque comparte conmigo la condición de hijo de Dios y hermano de los demás. Para el cristiano, ésta es la raíz última y más profunda de la dignidad de la persona. Eso mismo nos enseña también Francisco de Asís, como fiel seguidor de Jesús: el otro es don y riqueza que me completa, no amenaza para mi seguridad, no un “lobo” que ha invadido mi apacible parcela. Por ello, la actitud cristiana y franciscana ante nuestros hermanos inmigrantes no puede ser sino la acogida fraterna y el servicio solícito, trabajando junto a todas las personas y organizaciones que con su esfuerzo solidario luchan para que se reconozca la dignidad de esos hermanos y hermanas nuestros y para mejorar sus condiciones de vida. A eso nos anima también la esperanza, que aspira a un mundo más fraterno y acogedor para todos. A LITURGIA DE LA SEGUNDA SEMANA

L

A EXPERIENCIA DEL PERDÓN NOS ABRE

a la paz. Pero seamos realistas: perdonar es como una “pequeña muerte”. Y esto nos duele, nos asusta, choca de lleno con esa manía de salvar nuestro yo como sea. La ofensa entra en juego con mucha frecuencia en nuestras relaciones con Dios y con los hermanos. Es el pecado en forma de separación, autodefensa, rivalidad y tristeza. Por eso tenemos necesidad del perdón, ¡de aprender a perdonar! Francisco nos enseña que sólo el amor de Aquel que dio la vida por nosotros es capaz de ensanchar nuestra mirada más allá de nosotros mismos, ¡hasta el corazón de Dios!, aprendiendo a recibirlo todo, especialmente al otro, como don.

Oración ¡Oh, santísimo Padre nuestro creador, redentor y salvador nuestro! Perdónanos nuestras ofensas por tu gran misericordia, por tu amado Hijo y por los méritos de la Virgen María. Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden y lo que no perdonamos plenamente, haz tu, Señor, que plenamente lo perdonemos; para que por ti amemos de verdad a los enemigos y por ellos oremos ante ti, no devolviendo a nadie mal por mal y para que nos esforcemos en hacer siempre el bien.

2º miércoles de adviento

Abel García Cezón

Oración franciscana

Orar con Francisco de Asís

8 DIC

2º jueves de adviento

Actualidad de adviento 9 DIC

L

A VOZ DEL PROFETA ISAÍAS

tiene que despertar en nosotros la esperanza cristiana, una esperanza de tiempos nuevos y mejores. La idea del tiempo nuevo es motivo de esperanza, pero también de esfuerzo humano. El adviento nos hace reflexionar sobre lo peculiar que es la esperanza cristiana. Hoy en día la esperanza cristiana pretende transformar las relaciones entre todas las personas que poblamos este mundo. Como cristianos nuestra tarea es cuestionar la sociedad actual y hacernos solidarios con la esperanza humana al amparo de cualquier transformación en los hombres o en la sociedad, teniendo como meta final la construcción del Reino de Dios. El reino de Dios no es sólo algo social y externo, sino interior y profundo. La venida del Mesías constituye el anuncio del gran gozo para el pueblo, de una alegría que conmueve hasta los mismos cielos cuando el pecador se arrepiente. El adviento nos enseña a conocer que Cristo, es la fiesta segura y definitiva de la nueva humanidad.

Francisco Sinovas de Castro

Joaquín Agesta

2º viernes de adviento

N LOS PRIMEROS SIGLOS de su existencia, la Iglesia estaba, en general, tan proyectada al más allá que casi podría decirse que todos vivían como monjes por su ascesis y su búsqueda de fidelidad. Los cristianos buscaban en los que se retiraban al desierto, fortaleza y aliento para resistir a la atmósfera hostil del Imperio Romano. En el año 323, el abad Pacomio, fundó un Monasterio junto a Tabennisi, en la parte alta del desierto de Egipto. Mientras lo que se conocía hasta entonces eran ermitaños que vivían en soledad, Pacomio fue el primero en fundar una comunidad de monjes. Nacieron así los cenobios, casas de vida en común donde vivían los que allí se congregaban, conscientes y enamorados de su camino de fe con nostalgia de la primera comunidad cristiana de Jerusalén «todos eran un solo corazón y una sola alma y lo tenían todo en común» (cf. Hech 4, 32 ss). La comunidad de ricos y pobres, de gentes de distintas razas, precisamente en esa época de pueblos trashumantes, fue un signo de que el Reino de Dios había llegado. Desde la soledad, los monjes marcaron al mundo como ninguna otra fuerza de la antigüedad. Benito de Nursia, que había fundado de forma inestable un pequeño monasterio de vida común en el monte Casino, perfeccionó la vida comunitaria dándole una Regla centrada en el doble movimiento «ora et labora» llegando a ser reconocido como «el padre de occidente». Los monjes benedictinos marcaron con su oración y su trabajo el desarrollo cultural de la Europa de la Edad Media. La pasión de la vida del monje es y sigue siendo la búsqueda de Dios.

Vida religiosa

E

«Los que habían creído lo poseían todo en común y nadie consideraba suyo, nada de lo que tenía. Los Apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, con mucho valor»

10 DIC

2º sábado de adviento

Dedicación a María 11 DIC

La Inmaculada Concepción de María ¡Salve, Señora, Santa Reina, santa Madre de Dios, María, virgen hecha iglesia, y elegida por el santísimo Padre del cielo, consagrada por Él con su santísimo Hijo amado y el Espíritu Santo Paráclito; que tuvo y tiene toda la plenitud de la gracia y todo bien!

¡Salve, palacio de Dios! ¡Salve, tabernáculo de Dios! ¡Salve, casa de Dios! ¡Salve, vestidura de Dios! ¡Salve, esclava de Dios! ¡Salve, madre de Dios!

San Francisco de Asís Saludo a la bienaventurada Virgen María

BAUTISTA como alguien que rompe esquemas, que sabe de búsqueda, de purificación, de contenidos en la vida. Gracias Jesús por decirnos en Juan Bautista que la vida no es vacío, no es oscuridad, no es egoísmo. Por decirnos que hubo uno «nacido de mujer», que fue el más grande porque fue pobre de cosas, de bienestar, de seguridad. Porque fue rico dejando avivar el fuego de la vida, bebiendo el agua purificadora, denunciando la injusticia, la mediocridad, la competencia. Porque fue rico predicando con humildad, con sencillez pero con total valentía que Tú estabas a punto de llegar. Que Tú eras la luz, la única palabra que sería capaz de llenar nuestra vacía existencia. Porque tuvo su máxima riqueza abriendo el camino por donde Tú venías. Francisco Pesquera

Paráfrasis del Evangelio

RACIAS JESÚS POR PRESENTARNOS A JUAN

3er domingo de adviento Mateo 11,2-11

G

12 DIC

Comentario a Isaías

3er lunes de adviento Is 35, 1-10 13 DIC

E

L DESIERTO Y EL YERMO SE REGOCIJARÁN, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarión. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: «Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará.» Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán.

Comentario

L

A AMARGA EXPERIENCIA QUE VIVE ISRAEL

en el destierro en Babilonia y el peligro constante de parte de los enemigos parecen haber arrojado sobre el pueblo un estado de indiferencia y de desesperación. Israel sufre porque Dios está lejos, escondido. En su cautiverio los exiliados necesitan consuelo y el tiempo va ahogando su coraje y apagando sus ilusiones. En este ambiente de pesimismo, el profeta anuncia un profundo cambio que empieza por la naturaleza, el desierto será un vergel lleno de flores bellas, y que continúa con las personas y los pueblos: los abatidos se levantarán firmes, los deprimidos rebosarán de orgullo, los ciegos, sordos, mudos, cojos, se llenarán de salud y vida. La alegría invade todo el texto y no queda espacio para la pena y la aflicción. Esto no es un sueño. Es el anuncio de una realidad transformadora. Dios viene en persona. Dios es bendición, es gracia, lo deja todo lleno de hermosura y de vida. Dios es alegría. Al paso de Dios todo se renueva. Se acabaron los males y las tristezas. ¿Nos lo acabamos de creer? Si Dios viene, si Dios ha venido, ¿hay algo que temer? En los momentos en que sintamos tristeza y depresión o cuando nos veamos en situaciones desesperadas, nos vendrá muy bien leer esta página de Isaías. El hombre tiene que empezar por reconocer su desierto. El desierto, con su fertilidad, es la expresión del poder creador de Dios y signo para confiar en el poder de Dios. ¿Por qué es el desierto el lugar de cita preferido por Dios, sino porque Él viene siempre como un manantial de vida y de renovación? ¡Cómo necesitamos a los profetas! Juan Cormenzana

3er martes de adviento

Reflexión de adviento 14 DIC

La esperanza, fuente de transformación Juan Miguel Vicente

L

ADVIENTO se abre –una vez más con palabras del profeta Isaías– con una exhortación y un canto a la esperanza y la alegría: «El desierto y el yermo se regocijarán, el páramo florecerá de alegría» (Is 35,1). El profeta habla del regreso del exilio en Babilonia y se dirige a un pueblo desencantado y desesperanzado, para intentar devolverle la esperanza en el Dios que no defrauda y no abandona a sus hijos. El Dios que liberó a Israel de la esclavitud egipcia y lo condujo a través del desierto hasta la tierra prometida liberará también ahora al pueblo exiliado en Babilonia y lo devolverá a la tierra de la que fue deportado. Los efectos de la intervención divina se describen con la imagen de enfermos que recuperan la salud: «Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará» (Is 35,5-6). Así es la salvación de Dios: concreta, real, transformadora, una salvación que no olvida las necesidades más perentorias de la persona. Del mismo modo, los pobres, los enfermos, los más necesitados, serán también los primeros beneficiarios del mensaje y de la actividad de Jesús. Sus obras a favor de los enfermos y desvalidos son los signos del Reino que llega y se inaugura con él. Y así, en Jesucristo, Dios nos ha manifestado su rostro y su amor paternos, su modo de ser y de obrar. Por eso, acoger a Dios en nuestra existencia, creer y esperar en Él, conlleva necesariamente aceptar el estilo de vida y los valores de Jesús, haciendo de ellos la brújula de nuestra vida. Ésta es la razón por la que la esperanza cristiana no mira sólo al más allá; también se hace cargo de los sufrimientos, angustias y anhelos de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, convirtiéndose así en una fuerza transformadora del mundo y de la sociedad. A TERCERA SEMANA DE

L

A CONVERSIÓN, EN CRISTIANO,

comienza por volver nuestra mirada a Dios. Y esto, ¡cada día! Dirigir nuestra mirada, si. Porque, más que en las palabras o en los gestos, el encuentro con Él se da en la mirada. En la Suya… y en la nuestra. Creer es percibir la mirada bondadosa de Dios que se vuelve a nosotros. Esperar es algo así como ensanchar nuestra mirada al horizonte de la promesa de Dios. Cuentan que Francisco oró con estas palabras en la ermita de San Damián, ante la imagen del crucificado que allí se encontraba. Y lo hizo, precisamente, en su momento de mayor búsqueda –conversión—. Podemos imaginar el cruce de miradas…

Oración Oh alto y glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta, sentido y conocimiento, Señor, para que cumpla tu santo y veraz mandamiento.

3er miércoles de adviento

Abel García Cezón

Oración franciscana

Orar con Francisco de Asís

15 DIC

3er jueves de adviento

Actualidad de adviento 16 DIC

E

STAS SEMANAS DE ADVIENTO son una llamada a abrirnos a la venida de Dios a nuestras vidas. Por eso, todos los años recordamos las palabras del profeta Juan el Bautista: «Preparad el camino del Señor; allanad sus senderos». Estas palabras nos invitan a la conversión personal. Efectivamente, se nos invita a un esfuerzo de conversión, de renovación, de mejora personal, pero lo más importante no es el esfuerzo nuestro por cambiar, sino abrir el corazón a la verdad, de una manera incondicional y confiada a la presencia y a la acción de Dios en nosotros. Poco podemos abrirnos a la llegada de Dios a nuestras vidas, si no confiamos en Él y en la obra que tiene pensada para nosotros. Hoy día, vivimos en un mundo en el que confiamos más en nosotros mismos y en nuestras fuerzas, dejando de lado a las personas y a Dios, preocupándonos de uno mismo y siendo esclavos de las cosas. ¡Qué difícil es dejar entrar a alguien en un lugar cuando lo tenemos lleno de cosas! por eso, vamos a liberarnos de las cosas y a confiar en Dios dejándole entrar en nuestros corazones.

Francisco Sinovas de Castro

BERNARDO DE CARAVAL, encarna una etapa nueva en la historia de la vida religiosa. En Citaux (Borgoña francesa) con otros jóvenes se incorporó a la reciente reforma de la vida benedictina que se llamó Cister y de la cual fue su principal promotor. El Císter, promovía una vida de monjes, más austera y rigurosa, aunque igualmente comunitaria. La rápida difusión de monasterios de esta nueva experiencia de vida monástica, promovió un estilo de construcciones y de decoración de las mismas igualmente austera a la vez que simple y grandiosa en sus dimensiones. Nada debía distraer al monje de la contemplación de los divinos misterios. Bernardo, en su línea de espiritualidad, comienza a difundir una admiración y contemplación vivas de la humanidad de Jesús y de su Santa Madre la Virgen María. Si hasta entonces se había hecho hincapié en la divinidad de Cristo, en esta nueva etapa de la alta edad media, la mirada se dirige a su humanidad. El Císter con S. Bernardo a la cabeza, fue cantor exquisito de la devoción filial a la Virgen María. La nueva vida monástica que se desarrolla con esta reforma, continúa con el eje benedictino del «ora et labora» con mayor dedicación al trabajo manual como medio de sustento de cada monasterio y de los que de él dependen. No prevén en su ritmo diario recreo en común y en silencio buscan a Dios, en la lectura y oración diaria con su Palabra y con el estudio, que realizan en común dentro de lo que llaman «scriptorium». Joaquín Agesta

3er viernes de adviento

N EL SIGLO IX,

Vida religiosa

E

«Sin forzarnos, sin riesgo, no hay vida… busca la tensión que hace que el amor fluya hasta ti, para que de ti emane energía nueva capaz de alcanzar a las personas de tu entorno…» (Parafraseando un pensamiento de Bernardo)

17 DIC

3er sábado de adviento

E

DIOS AL ÁNGEL GABRIEL a una joven llamada María. El ángel entró y le dijo: «Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo.» Al oír estas palabras, ella se turbó preguntándose qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, pues Dios te ha concedido su favor. Concebirás y darás a luz un hijo al que pondrás por nombre Jesús. [...]» María dijo al ángel: «Pero, ¿cómo será esto si yo no tengo relaciones con ningún hombre?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por eso el que va a nacer será santo y se llamará ‘Hijo de Dios’ [...] Porque para Dios nada hay imposible.» María dijo: «Aquí está la esclava del Señor; que me suceda según dices.» Y el ángel la dejó. NVIÓ

Dedicación a María

Lc 1, 26-31; 34-35; 37-38.

18 DIC

Un buen día, Ángel vino a mi casa con un mensaje de Dios. Y yo dije: «¡Hágase! Pero espera, que no tengo fuerzas, que no estoy preparado.» Y vino un segundo día, y yo dije: «¡Hágase! Pero ten en cuenta mi edad, y mi condición, y ...» Y vino un tercer día, y yo dije: «Ángel, sube hasta Dios y dile de mi parte que no es que yo le diga que no, no es eso. Yo sólo le digo que recuerde mi historia; que no olvide que soy frágil; que se dé cuenta que eso yo nunca lo he hecho; que a lo mejor hay otros que lo harían mejor; que ahora estoy con otras cosas; que si fuera en otro momento... pero ahora, justamente ahora...» Y Ángel subió hasta Dios con mi mensaje. Y le dijo Dios: «Vete a otra casa donde no haya tantos ‘peros’, donde no estén cerradas las puertas.» Y quien decía «Sí, pero» ya no pudo decir «Sí» porque Ángel no volvió a pasar por allí. GINEL, A., María (Materiales para la celebración y oración), CCS Madrid 1992, pág. 25. Adaptación de fr. Juan C. Blanco.

Francisco Pesquera

Paráfrasis del Evangelio

STE RELATO QUE SE NOS DESCRIBE en el Evangelio no es un cuento inventado, una fábula, una leyenda ejemplar. Es una historia vivida con sencillez, con espontaneidad, con confianza. María, elegida por Dios, llena de su Espíritu y de su fuerza, acepta concebir, dentro de ella, al dador de la vida, al Salvador. José, su esposo, debió experimentar la incertidumbre, la limitación humana ante un hecho que le superaba. Su sentido de la justicia, su amor incondicional a María, su fe total en el «Dios de la vida» le hizo ver los caminos «novedosos» de Dios, lo imprevisible de sus acciones para el hombre, su mensaje de salvación. Y dentro de María, acompañada, con todo el amor, por José, crecía, sin ruido, sin espectáculo, un niño, un hijo destinado a ser «la Luz”», «el Camino», «la Vida». Ante esta escena estamos llamados a la contemplación, al agradecimiento, a la alabanza. Estamos llamados a tomar conciencia de nuestras mediocridades, nuestros vacíos interiores, nuestras injusticias. Estamos llamados, decididamente, a convertirnos al amor.

4º domingo Mateo 1,18-24

E

19 DIC

Comentario a Isaías

4º lunes de adviento Is 7, 10-14 20 DIC

E

N AQUELLOS DÍAS, EL

SEÑOR HABLÓ A ACAZ: «Pide una señal al Señor, tu Dios, en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor.» Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David: ¿No os basta cansar a los hombres, que cansáis incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal. Mirad, la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»

Comentario

E

L PUEBLO DE JUDÁ ESTÁ AMENAZADO,

por una parte, por Asiria, y, por otra, los pueblos vecinos. La disyuntiva era clara: aliarse con Asiria el invasor, o con sus vecinos. Y Acaz, el rey de Judá, ha escogido como amigo al más poderoso, Asiria. En estas circunstancias en que Judá se mueve con una prudencia puramente política y no basada en la fe, entra en escena Isaías, portador de una palabra libre y liberadora. El rey Acaz y el profeta se hallan frente a frente. Isaías aconseja el tercer y único camino salvador para Judá, una postura no de alianzas políticas ni diplomáticas, sino de fe. Precisamente de lo que carecía el rey Acaz y sus asesores: que tenga fe, que sea providencialista, que confíe única y exclusivamente en el Dios de la Alianza y las Promesas. La seguridad de Judá no se puede apoyar en la fuerza del rey, sino en la de Dios. Solamente la fe puede hacer nacer el nuevo Israel desmoronado por la fuerza de las armas. Pero Acaz no está dispuesto a cambiar su política de pacto con Asiria, ¿qué vale una respuesta divina para solucionar los problemas humanos? Isaías no aguanta más. Acaz no podía prescindir de Dios en sus decisiones y convertirse en un rey como los demás reyes de la tierra, y reprochando su conducta le ofrece un signo: el nacimiento de un niño, encarnación de la benevolencia de Dios, de su presencia salvadora, Emmanuel, Dios con nosotros, anuncio maravilloso de que la fidelidad y garantía de Dios estará siempre con el pueblo que se fía de él. Cuando una joven doncella llamada María quede embarazada virginalmente y dé a luz un hijo, síntesis de lo humano y lo divino y en cuya vida, muerte y resurrección se den cita cumplidamente todos los anuncios del profeta, ya nadie podrá negar la proyección mesiánica y salvífica de aquel Emmanuel en pañales de Isaías, cuya madurez nos ha sido revelada en Cristo. Juan Cormenzana

4º martes de adviento

Reflexión de adviento 21 DIC

Jesucristo, esperanza nuestra Juan Miguel Vicente

L

A LITURGIA DE LA CUARTA Y ÚLTIMA SEMANA DE ADVIENTO está toda ella orientada hacia el misterio de la Navidad, el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios, fuente y meta de nuestra esperanza: «Mirad: la Virgen está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-con-nosotros”» (Is 7,14). Lo que sucedió en la Palestina de hace dos mil años ha cambiado para siempre la historia de la humanidad. Precisamente por eso continuamos celebrándolo cada año, porque creemos que aquello tiene un valor y un significado fundamentales para nosotros y para la humanidad entera. En Jesús, Dios se ha hecho hombre, se ha hecho Dios-con-nosotros. Profesando esta verdad esencial de nuestra fe, estamos diciendo algo muy importante tanto acerca de Dios como acerca del hombre. Decir que Dios se ha hecho hombre significa que Dios no es un ser alejado, solitario y aislado en su cielo, un Dios a quien no interesa en absoluto la suerte y el destino de la humanidad. Todo lo contrario: nuestro Dios es un Dios cercano, tan cercano que ha querido hacerse uno de nosotros. Como decía Francisco de Asís, el Señor de la majestad se ha hecho hermano nuestro, el Altísimo se ha puesto a nuestra altura, el Señor se ha hecho siervo, Aquel que era rico se ha hecho pobre por nosotros. Dándonos a su Hijo, Dios nos ha dado su Amor y su Vida. Además, el misterio de la Navidad nos revela también algo muy importante acerca del hombre: todo ser humano es imagen de Dios, hijo suyo y hermano de los demás, ya que en Jesús Dios se ha hecho miembro de nuestra familia humana, ha asumido nuestra condición y ha compartido nuestra vida, ha hecho suyos los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de la humanidad de todos los tiempos. En Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, nacido de mujer, Dios nos ha dado un hermano, y en él y por medio de él nos ha hecho a todos hijos suyos, hijos de Dios. Navidad, “la fiesta de las fiestas”, como la calificaba Francisco de Asís, es al mismo tiempo la fiesta del Amor de Dios y la fiesta de la dignidad humana, pues en Jesús Dios y el hombre se han encontrado.

F

RANCISCO ENCUENTRA SIEMPRE MOTIVOS SUFICIENTES

para la gratitud. La grandeza y la talla de nuestro hermano nos la reflejan su capacidad de ser agradecido. Sabe que nada le pertenece, que todo es don: el amor de Dios, la salvación en Jesucristo, la obra de la creación, el alimento diario, la comunión con los hermanos, la Iglesia, ¡la vida! Cuando ya no eres importante, cuando no puedes apoyarte en tus bienes y seguridades, ni siquiera en tus buenas obras, entonces puedes descubrir la gratuidad de todo lo que Dios ha hecho y dado al hombre. Quizás, hoy no estamos acostumbrados a esta gratuidad, por eso la actitud de Francisco nos parece, cuanto menos, ingenua. Pero en el fondo nos cuestiona.

Oración Padre santo y justo, Señor del cielo y de la tierra, te damos gracias por ti mismo, pues solo por tu voluntad, creaste todo cuanto existe y a nosotros nos hiciste a tu imagen y semejanza. Te damos gracias porque, así como nos creaste por tu Hijo, así también, por el santo amor con que nos amaste, hiciste que Él, verdadero Dios y verdadero hombre, naciera de María y quisiste que nosotros, pecadores, fuéramos salvados por su cruz y sangre y muerte.

4º miércoles de adviento

Abel García Cezón

Oración franciscana

Orar con Francisco de Asís

22 DIC

4º jueves de adviento

Actualidad de adviento 23 DIC

D

ENTRO DE POCOS DÍAS NOS JUNTAREMOS con la familia y celebraremos la Navidad, un tiempo de fiesta, felicidad, alegría… un año más de cantar villancicos, de hacer regalos y estar de fiesta. ¿Pero, de verdad es alegría lo que sentimos, o todo se reduce a vacaciones y a olvidarnos de los problemas y preocupaciones de todo el año? ¿Qué pasa con las personas que no pueden celebrar nada estos días? Porque... también se sufre en Navidad. La gente que pasa hambre también lo pasa en Navidad, la gente que está marginada en nuestra sociedad también lo está en Navidad y muchas otras injusticias que se siguen cometiendo aunque estemos en Navidad. Nosotros tenemos la última palabra, Dios ya ha bajado para estar con nosotros, pero solo se quedará donde se le acepte y donde lo importante sea el hombre y no el poder, donde el compartir se imponga al acumular, donde fraternidad sea la forma de vida en lugar del ansia de subir y escalar puestos. Nosotros tenemos la decisión de vivir una Navidad sujetos a los clichés sociales de consumismo y despreocupación, donde lo único que vale es ser mejor y vivir el momento. O por el contrario, vivir una Navidad de servicio y de preocupación por los que tenemos más cerca sin esperar nada a cambio.

Francisco Sinovas de Castro

4º viernes de adviento

ASÍS Y EL MOVIMIENTO FRANCISCANO, a partir de la primera parte del siglo XIII, constituyen junto a otras familias de los llamados mendicantes, una nueva forma de vida religiosa donde los que la abrazan no están sujetos a los muros de un monasterio ni a la estabilidad de una forma de vida regular, comunitaria. Junto a otros hombres y mujeres seglares reaccionan ante la decadencia de una Iglesia que ha perdido su horizonte deslumbrada por el poder temporal. Quieren volver a recuperar la frescura del Evangelio y devolverlo a los sencillos, a las gentes del pueblo llano. Su modo de ir por el mundo quiere imitar el del Señor Jesús, que «pasó por el mundo haciendo el bien»… en formas pobres, cercanas al sufrimiento de las personas y sin morada fija. Los hermanos menores son una fraternidad itinerante, sin una estabilidad que pueda asegurar el mañana. Viven del trabajo diario como jornaleros, sin descuidar el servicio a los leprosos y la predicación por todas partes, de la paz como fruto preciado del Evangelio. Para no llamar a confusión en su coexistencia con otros grupos religiosos a veces poco clarificados, ellos confiesan siempre que son cristianos y que están sujetos a la disciplina y obediencia de la Santa Iglesia Romana a la que aman y veneran como Madre, por haber recibido de Ella el mejor tesoro de sus vidas: el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. La reconstrucción día a día, pacientemente, de la ermita de S. Damián, en el entorno de Asís (Umbría-Italia) y de otras iglesias pobrecillas, se convierte en la mejor parábola de lo que estos hermanos se sientes llamados a realizar con sus propias vidas y con la Iglesia de Jesús de la que paradójicamente reciben vida y al mismo son reconstructores e hijos amados. RANCISCO DE

Vida religiosa

F

Joaquín Agesta

«El señor me dio de esta manera, a mí el hermano Francisco, el comenzar a hacer penitencia… y después que el Señor me dio hermanos, nadie me decía lo que debía hacer sino que el mismo Altísimo me reveló que debía vivir según la forma del Santo Evangelio»…

24 DIC

El pesebre preparado en Navidad

S

FRANCISCO, QUE VIVÍA EL SANTO EVANGELIO, para cumplir la doctrina de nuestro Señor Jesucristo, tenía presente en su corazón el humilde nacimiento del niño Dios y la caridad de su pasión. Por eso, quiso celebrar el nacimiento con piadosa memoria. Se dirigió a su querido amigo Juan, que vivía cerca de Greccio y despreciaba la nobleza de la sangre, aspirando a la nobleza del espíritu, que preparara un nacimiento para poder verlo con sus propios ojos. El hombre bueno y fiel, fue corriendo y lo preparó con cariño, en el lugar y modo que San Francisco le había indicado. Se reunieron todos los hermanos: hombres y mujeres venidos de todos los sitios. Prepararon según sus posibilidades, el evento. Llegado el día del Santo de Dios, Francisco vio que todo estaba bien organizado: el buey, la mula, el heno en el pesebre, etc… y se puso contento de la simplicidad, humildad y pobreza que allí se reflejaba. San Francisco, vestido de diácono (pues lo era), junto con sus hermanos, celebraron una misa y cantaron toda la noche. Juan tuvo una visión. Había un niño recostado en el pesebre, se acerca el santo de Dios (san Francisco) lo despierta como de un sopor de sueño. Esta visión significaba que San Francisco, había despertado de los corazones de muchas personas, al niño Jesús. El heno de aquel pesebre, donde se había aparecido el niño, curaba a las personas, y allí se construyó un templo, coincidiendo sobre ese heno, el altar. Signo de salvación por lo que allí se celebra. AN

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