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PARALELO 23
C l a u d i o
P é r e z
COMPLEJO PORTUARIO MEJILLONES
P A R A L E L O 23 claudio pérez
Diseño y Producción Gráfica / Claudio Pérez Edición Fotográfica / Arroyo - Pérez © Complejo Portuario Mejillones © Claudio Pérez ISBN 978-956-319-635-1 Registro de Propiedad Intelectual Nº 175722 Santiago de Chile, diciembre 2008
UN VIAJE, UN GRAN SUEÑO Hoy se cumplen cinco años desde el inicio de una gran historia, de un gran sueño, el que fue posible gracias a la visión y empuje de muchos. Se cumplen cinco años desde que inauguramos el Terminal 1 de Complejo Portuario Mejillones. Queremos celebrarlo invitándolos a acompañarnos a un viaje muy especial, un viaje a través de una línea imaginaria que une la frontera de Chile con el Océano Pacífico. Una línea imaginaria que representa la ruta del intercambio comercial entre Sudamérica y los mercados del futuro que nuestro puerto simboliza. Un viaje que se inicia en la cordillera, en el Paso Jama, con sus paisajes inmensos, sus volcanes, sus pueblos especiales, su gente alegre y fervorosa. Que continúa en la soledad de la pampa, sus edificaciones silenciosas, testigo de otras épocas. Sus personajes tan sorprendentes como la pampa misma. Y que termina en Mejillones, ciudad-puerto, con toda su vida y su actividad, pasado presente y futuro, puerta de salida hacia nuevas travesías. Paralelo 23º es el resultado de ese viaje. Los invito a disfrutarlo.
Álvaro Arroyo Gerente General Complejo Portuario Mejillones S.A.
UNA LINEA IMAGINARIAMENTE FOTOGRAFICA
Mejillones hacia el siglo XIX, constituyó un lugar de riquezas Guaneras, habitada por comunidades como los Changos, gentes con labios partidos por el sol, por la savia de una tierra que parecía estéril. Puerto que nos señala el final de una caminata iniciada allá en lo alto. El comienzo de la sal que se extiende por todo el desierto, que en 23 grados hacia el poniente, baja hasta escuchar las olas del Pacífico litoral. Es en el andar por esa geografía, donde nace una idea fotográfica, un borrador como pre – foto, que se va insinuando en el ritual de la conversación, estableciendo una relación mágica y amorosa con la gente y aquel, cuyo oficio es robarle el alma, capturar sus objetos y monumentos, y a través de ellos, sus historias. Este encuentro cristaliza transparente en un texto fotográfico denominado “Complejo Portuario Mejillones, Paralelo 23”, contándonos sobre la figura solitaria del hombre o la mujer que habita “sobre” esa línea imaginaria. Visibilizando fantasmas, lugares donde alguna vez el progreso quiso quedarse, y en los que hoy queda el vestigio de lo que fue. De este modo se configura la idea, que atrapada en un diseño, designa ese recorrido que desde lo ancestral, fue haciendo camino al andar. Así se visualiza esa marcha fotográfica, que revela la arquitectura de rocas y argamasa de barro, como los “tambos”, que aún siendo ruinas, señalan el pasado altiplánico. Ahí vivió el hombre con su mujer que hizo familia. Ahí, buscaron la manera de registrar su andar en las “apachetas”, montículos de piedra que pretenden ser el faro vigía de los viajeros. Esa es la parte alta, la que hace lento el andar, y corta la respiración del hombre citadino, moderno. Hasta llegar a “la mar”. Precisar que, al otro extremo del Paralelo 23, haciéndole un guiño a manera de constituirse en su antípoda, aparece el Trópico de Cáncer. Del mismo modo que en ese Norte, nuestro Trópico de Capricornio hace que brille el sol desde el cenit, iluminando con tal verticalidad, con una luz todopoderosa, que deja y dejará huellas en los rostros de todos aquellos que caminen por esos lares.
De este trabajo, entonces, emergerá página a página la Geografía Humana, la Arquitectura, el Paisaje, el enlace Físico y Espiritual de un entorno inmenso. A través del retrato de las gentes, habitantes de esos lugares, surgen unos fragmentos de una lente que va plasmando el recorrido del fotógrafo, quien nos dice: en dirección Oeste / este, hay unas comunidades y unas estancias. Me encuentro en ese lugar, aunque sea por un tiempo. Me miran y aquí están. El “encuentro”, en la fotografía, es un acto de coincidencia entre el que mira lo que pasa, y el que se deja mirar cuando acontece su marcha. En esa intersección con el lugareño, dueño de ese dominio, de sus cosas, sus casas y objetos, nace lo que Barthes denominó “el punctum”, una suerte de pinchazo o corte atrapado en la fotografía. Es lo que vemos en esta obra: el azar del encuentro. Imagen a imagen, se conjuga ese tropiezo fortuito, congelando para siempre esa casualidad. Ordenado este texto en tres capítulos, pareciera, en un primer momento, que “la alta frontera y la cultura andina”, proponen una gama de colores dicotómicos, contrastados, donde el gris y el azul, el rojo y el negro, son parejas razonablemente felices. En un segundo momento, “El silencio de la pampa y sus fantasmas escondidos”, deja ver la huella de lo que se fue y ha sido, nebulosas almas en pena, solitarias soledades silenciosas, vestigios y derrumbes. Y, en una tercera parte, final de viaje, el así llamado “Eterno mar azul y el habitante de sus puertos”, que se compone de agua y aire, ciudad y desierto, modernidad y horizonte pasado, gente sola y muchedumbre porteña. Es el ayer y el hoy, trazado metafóricamente como una franja imaginaria, que a modo de traveling recorre un fotógrafo; bajando de la cordillera de territorios quechuas, atacameños; topándose con salitreras salinas llenas de abandonos, hasta desembocar en el mar, con olor a puerto, con puertas que se abren en una ciudad, que no sabe si mirar ese Pacífico que trae el futuro progreso o reconocer a su espalda, la identidad que justamente motiva sus creencias y otorga los placeres. Entre esas dos fuerzas, ahí, justo ahí, está Mejillones.
Leonel Yáñez Uribe
U N A
L I N E A
I M A G I N A R I A
BOLIVIA RIO GRANDE EX SALITRERA SANTA FILOMENA
MAR PACIFICO
SIERRA GORDA HORNITOS
PARALELO
EX SALITRERA PUELMA MEJILLONES
SAN PEDRO DE ATACAMA
ESTACION CHELA
23º
EX PUEBLO PAMPA UNION
EX SALITRERA CHACABUCO
TOCONAO
PASO JAMA
LAGUNA CHAXA BAQUEDANO CAMAR
ESTACION URIBE ARGENTINA
la alta frontera y su cultura andina
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Todo es lento, muy lento... cambia el paisaje, es más rojo y más árido. Me pesa la cabeza y el pecho lo llevo apretado... “me pegó el aire” como dicen por aqui. Me pongo hojitas de coca en las sienes y en la frente como alguna vez me puso una mujer boliviana. Aqui los únicos habitantes son las animitas, los volcanes y yo Subida a Paso Jama
Iglesia de San Pedro de Atacama
Camino del Inca, sector Hito de Capricornio cerca de la comunidad de Camar
Guillermo Moro Moro, “Esclavo” de la Virgen de Santa Rosa de Lima. San Pedro de Atacama
Cruz del Calvario. Entrada a la comunidad de Río Grande
Claudia, guia de la Laguna Chaxa, Salar de Atacama
Sombra de Algarrobo, Camar
Benita Tejerina Cruz, tostadora de maíz en la comunidad de Camar
Eulogio Muñoz, turista de Ovalle en la Laguna Chaxa. Salar de Atacama
Peregrinos de Santa Rosa de Lima. San Pedro de Atacama
Apacheta, guía caminera de antiguas caravanas indígenas
En la mitad de la tarde, inicié nuevamente el viaje ésta vez hacia un pueblo milenario. Me habían hablado de un lugar con grandes murallones de petroglifos. Quiénes habrán sido sus escultores, llamados a dejar sus huellas futuristas del tiempo detenido en la llanura. Valle del Arco Iris, Río Grande
Amanecer en Toconao. Quebrada de Jerez
José Gallardo, caporal de los “Abuelos Sambos”. Ayllu de Solcor
Danilo, guia turístico en la Laguna Chaxa. Salar de Atacama
Ayllu de Solcor. San Pedro de Atacama
Marta Medalla, patrona del “Baile de Sequitor” saluda a la Virgen. San Pedro de Atacama
“Sanación del alma” y agradecimiento a la Virgen de Santa Rosa de Lima. San Pedro de Atacama
Paolo, “Sambo Caporal” junto a su familia y “Loqui” su mascota. San Pedro de Atacama
Francisca González, “Alfereza” de la Fiesta de la Virgen de Santa Rosa de Lima. San Pedro de Atacama
Peregrino al interior de la iglesa de San Pedro de Atacama
Baile del “Negro de Sequitor”. San Pedro de Atacama
Cactus gigante. Rio Grande
Manos y maíz tostado. Camar
Así, a esta altura del mundo me gustaría llegar después de mi muerte. Dormir rodeado de estrellas fugaces con cielo abierto y silente, abrazado a los pajarillos del campo. Cementerio de Camar
el silencio de la pampa y sus fantasmas escondidos
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Los cerros quedan a lo lejos como siluetas calcadas una tras otra. Rumbo a la pampa me detengo en su historia y al último habitante de la salitrera. Aqui me detengo en silencio. Salida de Calama
Cactus, en la animita de Manuel Enrique Martinez. Sierra Gorda
Aydée, dueña del restorán “el Estanque”. Sierra Gorda
Claudio y Juan, copiapinos. Mecánicos de la mina El Tesoro. Sierra Gorda
Estación Chela
Ex salitrera Puelma
Pintura sobrerrelieve. Ex oficina salitrera Chacabuco
Pablo “El Heladero del desierto”. Cruce Ruta 5 y Estación Prat
Domingo Cortés (86). Ha cultivado tomate, poroto verde, zapallo y ají cristal. Corporación GEN, Estación Uribe
Estación Uribe
Moritz nacido en la pampa y sus padres María y Victor, guías de la ex oficina salitrera Chacabuco
He pasado todo el día en la pampa e hipnotizado me detengo. Frente a mis ojos están los fantasmas de la noche vigilando las salitreras estancadas en el tiempo de la fiebre... y luego, desparramadas en la memoria de la gente. Ex pueblo Pampa Unión
Plantación de uva de mesa. Corporación GEN. Estación Uribe
Cementerio de la ex salitrera Santa Filomena
Museo salitrero Ulmenes. Baquedano
Estación Baquedano
Museo salitrero “Ulmenes”. Baquedano
Juan Carlos con su papá “el Vulca”. Baquedano
Maribel y Sandra con su mamá Erika, kiosko “Los Aromos”. Sierra Gorda
Dibujo del tiempo de Carlos Ibáñez Del Campo. Ex salitrera Puelma
Luis Ulmenes con la escultura de yeso de Manuel Baquedano. Museo del salitre Ulmenes
Pintura decorativa. Ex salitrera Puelma
Ex salitrera Puelma
Ex pueblo Pampa Unión
Escultura “Homenaje a los caravaneros”. Baquedano
El sol de la tarde nos abraza por última vez en este día Ya es tarde y los ojos los tengo cansados. La sed me invade y apreta mi garganta. Paso por última vez frente a la estación. El tren no aparece nunca. Sólo un solitario personaje de la tarde se despide fente a mi. Estación Baquedano
eterno mar azul y el habitante de sus puertos
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Finalmente el mar, como una pintura en el atardecer de amores marinos Bahía de Mejillones
Vinko, buzo pescador. Caleta Mejillones
Atardecer en el puerto. Complejo Portuario Mejillones
Francisco, tercer ingeniero. Carguero “Copihue”
Francisco, caja normal de la banda instrumental. Colegio “Julia Herrera”. Mejillones
Muelle. Mejillones
Benjamin, en el cruce O’Higgins con Baquedano
Ensayo de la banda del colegio “Julia Herrera Varas”
Iglesia en Hornitos (1919)
Raimundo Varela (77) y su nieto Isaac visitan la sepultura de su nieto en el cementerio de Mejillones
Atravieso los mares, surco los continentes alejados. Tormeta de sueños y serenidad de bocinas. Alli esperamos un nuevo amor, un nuevo continente. Complejo Portuario Mejillones
CCNI Rotterdam. Complejo Portuario Mejillones
Christian Vitus (20), ships mechanic apprentice. Barco “Guayas”. Complejo Portuario Mejillones
Subida de los estibadores al buque “Stove Transport”. Complejo Portuario Mejillones
Marinos filipinos. Complejo Portuario Mejillones
Retrato de Gamelín Guerra, autor de “En Mejillones yo tuve un amor”. Museo de Mejillones
Centro Social y Deportivo “Casa de Máquinas”. Mejillones
Daniel Chacana (72) en la cancha de tejos. Centro Social y Deportivo “Casa de Máquinas”. Mejillones
Museo de Mejillones
Jorge Sanhueza, primer piloto y Eduardo Crovetto, práctico de puerto. Atraque del carguero “Copihue”
Amarradores. Maniobras de atraque del barco “Guayas”. Complejo Portuario Mejillones
Jonathan, movilizador de carga y descarga. Complejo Portuario Mejillones
Benigno Fenández (70) y Silvio (50). Sociedad “Hijos y Amigos de Mejillones”
María Espinoza (76). Población “Casa de Máquinas”. Mejillones
Guillermo Collao, el día de su cumpleaños 92. Población “Casa de Máquinas”. Mejillones
Adiós sol, adiós gaviotas , adiós viajero de los mares sin fin. Mar Pacífico, Mejillones