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El parque nacional de timanfaya Esta plataforma de 200 Km2 de extensión cubierta por todo tipo de restos volcánicos, que desciende suavemente desde 200 m. s/m. hasta la costa, presenta una visión apocalíptica. Nos encontramos con un paraje insólito creado por la furia de más de 300 volcanes vomitando fuego sobre el océano. Es uno de los más impresionantes Parques Naturales de España y la región volcánica más grande de las Islas Canarias, habiendo sido declarada por la UNESCO Reserva de la Biosfera en 1993. Fauna Las condiciones ambientales de Timanfaya resultan extremas tanto para la vegetación como para la fauna local. El agua escasea, la temperatura registra fuertes oscilaciones y la insolación es muy intensa. Debido a esto, la fauna vertebrada del Parque Nacional de Timanfaya es muy reducida, quedando limitada a muy pocas especies: 3 especies de mamíferos y 2 de reptiles. Considerado cual reliquia faunística, el lagarto de Haria (Gallotia atlantica) ha sabido adaptarse exitosamente a las condiciones del entorno volcánico. Las hembras realizan cada año una o dos puestas de uno a tres huevos cada una. esto, unido a que prácticamente carece de enemigos naturales, hace que su número sea realmente abundante dentro de los límites del Parque Nacional de Timanfaya. De color negruzco o gris uniforme, se alimenta de insectos y de la escasa materia vegetal que encuentra, al igual que el perenquén rugoso o salamanquesa (Tarentola angustimentalis), especie junto con la que integra la muy breve nómina de reptiles de Timanfaya.
Clima Los cielos lanzaroteños alisios venidos del noreste, omnipresentes, rebasan cómodamente las menudas elevaciones insulares, impidiendo la concentración de nubes; de este modo, las precipitaciones escasean (alrededor de 100 mm anuales), aunque puedan producirse ocasionales lluvias de carácter torrencial (120−200 mm) en algunos puntos del interior isleño. No obastante, la humedad del ambiente es muy elevada −en torno al 70%− durante todo el año, debido al cerco marino. Los registros térmicos lanzaroteños, propios de una primavera perenne para gozo de propios y extraños, apenas oscilan, situándose entre los 18ºC y los 22ºC (medias invernal y veraniega, respectivamente). Por lo que se refiere a la zona correspondiente al Parque Nacional de Timanfaya, no existe estación húmeda y sus índices pluviométricos se sitúan en niveles inferiores a los 60 mm anuales. Por otro lado, la varianza térmica entre el día y la noche resulta considerable. Flora La citada colonización vegetal se está verificando en dos frentes bien diferenciados. Primeramente cabe considerar el desarrollo natural de los seres vivos por vía de sucesión, que de modo paulatino va expandiéndose sobre los terrenos minerales. En segundo lugar, no debemos olvidar la expansión de las plantas supervivientes a las erupciones de 1730−36 y 1824, refugiadas en los llamados islotes, retazos de territorio que se libraron de la acción de las coladas lávicas. Respecto al desarrollo por sucesión, inician este proceso algas, musgos y líquenes. Los líquenes, formados por un hongo y un alga, son plantas muy sufridas, capaces de resistir condiciones ambientales extremas, que han colonizado las lavas desnudas aprovechando la humedad ambiental aportada por los vientos 1
marinos (ninguna corriente fluvial surca el territorio de Timanfaya) y los residuos orgánicos (por ejemplo, los detritus de animales). Además, los líquenes transfroman el suelo, creando las condiciones de posibilidad para la posterior instalación de plantas superiores que precisan sustratos más desarrollados (caso de los juncos de las Montañas del Fuego, las malvarrosas de las laderas de Timanfaya, etc.). En el Parque Nacional de Timanfaya hay catalogadas 150 especies diferentes, de las 1.005 especies distintas existentes en el conjunto del Archipiélago Canario. Ecosistema terreste · Ambiente lavícola. Comprende la vasta extensión de lavas y cenizas que tapizan el Parque Nacional, emitidas en las erupciones de 1736−36 y 1824.
Las lavas sepultan gran parte del territorio.
· Ambiente de lavas antiguas. Abarca las superficies antiguas del territorio que no fueron sepultadas por coladas lávicas recientes. En Lanzarote reciben el nombre de islotes, aunque el término Kipuka sea su denominación internacional. • Ambiente cavernícola. Es el propio del subsuelo profundo, tanto en zonas de lavas recientes como en los terrenos antiguos. • Estos tres ambientes esenciales no son unidades discretas, sino que se solapan entre sí. En cada uno de estos se pueden distinguir unidades menores, tales como: • Hábitat lavícola halófilo costero. Comprende la zona que va desde el límite superior de la zona supralitoral hasta una docena de metros hacia el interior. Excluye, por tanto, la franja intermareal, de la hablaremos en los ecosistemas marinos. • Hábitat lavícola halófilo de interior. Desde el límite superior del hábitat anterior hasta varias centenas de metros tierra adentro, donde la acción de la maresía aún es notoria. • Hábitat lavícola de interior. Desde el límite superior del hábitat anterior en adelante, siempre tierra adentro. • Hábitat de islote costero. Desde el límite superior de la zona supralitoral hasta una docena de metros tierra adentro, justo donde comienza la dominancia de las fanerógamas. • Hábitat de islote de interior. Desde el límite superior del hábitat anterior en adelante.
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• Hábitat cavernícola de entrada. En la boca de las cuevas, desde la zona donde la luz solar deja de incidir directamente hasta donde desaparece cualquier tipo de luminosidad. • Hábitat cavernícola profundo. Desde el límite más profundo del hábitat anterior hasta las partes más profundas de las cuevas, donde la oscuridad es siempre absoluta. Ecosistema marino • Bufaderos o hervideros. Son chorros de agua y espuma que emergen espectacularmente de las gargantas por donde penetra el mar, que azota violentamente la costa del Parque. • Bajas. Son rocas de gran tamaño desprendidas de las lenguas de lava por efecto del oleaje, las cuales afloran a la superficie marina a poca altura ( a modo de escollera o bajío) o quedan cubiertas en periodos de marea alta. • Playas negras. Zonas de gran acumulación de material sedimentario, donde las corrientes marinas depositan arenas negras de origen volcánico. • Lajas. Son superficies de piedra bastante pulida, ordenada en disposición horizontal.
Entre los ambientes marinos presentes en las islas Canarias, aparecen en el ámbito del Parque Nacional de Timanfaya los siguientes: • Piso Supralitoral. Predomina la costa acantilada de alta exposición a los embates del mar y los vientos, produciendo dicha acción un ensanchamiento en los niveles propios de este piso. Los charcos tienen dimensiones reducidas, pudiendo llegar a desaparecer por evaporación.
Acantilado de lava, bajo el que se ha formado un charco en el que abundan las algas . • • Piso Mesolitoral. La inclinación de la rasa marina y las condiciones ambientales determinan en el Parque Nacional de Timanfaya las condiciones específicas del intermareal, corto y poco representativo. La zona de mareas típicas corresponde a los callaos o acantilados con pequeños escalones. 3
• Piso Infralitoral. En este espacio habitan los organismos siempre sumergidos y cuyo límite es compatible con la vida. Las condiciones ambientales de tal estrato resultan muy homogéneas; como consecuencia, sus comunidades son muy estables.
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