Story Transcript
SEMINARIO CONCILIAR DE CIUDAD JUAREZ
Participación en la Muerte y Resurrección de Cristo por el Bautismo en Romanos 6, 3-4 Francisco Sánchez 4to teología
03/12/2013
…consecuencias que nos transforman y nos llevan a dejar el viejo yo para revestirse del nuevo yo Ef 4,22-24 col 3,9-10, redimido por Jesucristo y muertos al pecado, identificados por esta muerte con la suya y por su Resurrección con la nuestra, pues queda la esperanza futura de tal resurrección Rom 6, 3-4.
I. Que entendemos por participación. El diccionario de la real academia de la lengua1 define la palabra participar como aviso, parte o noticias que se dan a alguien, toma la palabra del latín2 participatio, onis y participo, as. Las cuales significan participar, hacer partícipe de un proyecto, tener parte en, compartir. Tales significados nos ayudan a ampliar la visión de lo que de por si deducimos del mismo termino sin necesidad de acudir a un diccionario para entenderlo, pues al decirnos que participamos en algo, damos por entendido que somos participantes o que al menos de alguna forma “formamos parte de”. Sin embargo ¿Cómo es que llegamos a formar parte de algo a lo que no pertenecíamos? La respuesta no es por demás complicada pues es claro que la noticia nos tuvo que haber sido comunicada. De parte de quien nos llegue la noticia-invitación para acudir a algo es porque ese alguien quiere que participemos en lo que esa persona hace o tiene, es decir nos hace parte de un proyecto. Por ejemplo recuerdo que hace tiempo tuvimos un encuentro deportivo en básquet bol con una parroquia de nuestra diócesis, nos invitaron a participar en esa ocasión porque era una edición más del famoso juego sacerdotes locutores. El motivo por el cual los seminaristas jugamos en esa ocasión no fue porque éramos muy buenos ni mucho menos, sino porque los sacerdotes nos invitaron a participar junto con ellos en el mismo lugar, claro es no del mismo equipo. Hago mención de ese hecho para que de una manera más plástica se vea de lo que he hablado, me explico: Alguien nos ha hecho la invitación a participar en un proyecto el cual ni conocíamos, ni formábamos parte y que quizá nunca nos hubieran invitado a participar por nuestros meritos, sin embargo alguien tuvo a bien invitarnos y compartimos entonces el proyecto. Esta forma de participación es fácil de entender pero existe otra forma de participación3 muchísimo más profunda necesaria e importante, de la cual nos explica el teólogo alemán Karl Rahner que se da por una libre Autocomunicación4 de Dios, y así como en el ejemplo anterior es alguien distinto de mi quien me ha comunicado una noticia-invitación para sí.
1
Diccionario de la lengua española, vigésima segunda edición, 2001 Ed. Espasa Calpe, Madrid España 2002. Diccionario escolar latín-español, prosódico, sintáctico y etimológico. Matías Martínez. Ed. Nebrijas 1957 3 Diccionario teológico Karl Rahner y H. vorgrimler. Págs. 521-522 Ed. Herder Barcelona España 1966 4 Ibíd. Págs. 58-59. 2
Tal autocomunicación tiene un trasfondo que el mismo Rahner la dice así: “Toda causa que produce eficientemente algo distinto de sí misma proporciona inevitablemente al efecto cierta semejanza con respecto a si misma, y de esa manera le hace participar de ella y así se 5
puede dar participación de sí mismo por Autocomunicación ”
Esto puede equivaler a que en lo que yo mismo hago se va una parte de mí, siendo parte de mi algo que no lo era, como en el caso de la comunicación con una persona a la que no conocía. Pensando en la importancia del concepto de participación que nosotros queremos entender respecto de la participación en Dios es necesario que tomemos en cuenta lo que hemos dicho sobre libertad y autocomunicación, porque el hecho que Dios se haya querido revelar al hombre es un acto libre, es decir Dios ha querido salir de si mismo, para vincularnos con él, o como lo entendemos en Rahner Dios que es Trinidad Inmanente, devino libremente en Económica. Esto es un anonadamiento de parte de Dios y gracia inmerecida que es posible por el amor de Dios a nosotros autocomunicandose y haciéndonos participar por el efecto de esa noticia-invitación suya dándonos a conocer lo que al principio no conocíamos o en palabras de san pablo dándonos a conocer el misterio de su voluntad Ef 1,9. Esto que he hecho Dios con nosotros, participarnos su vida divina 2Pe 1,4, nos hace estar en6 comunión con Dios y no hay mas motivo que la generosidad de Dios, generosidad que redunda en bien para nosotros, porque la comunión que tenemos con Dios inicia en AT donde la idea primitiva de banquete sacrificial de comunión donde se cree que es Dios quien comparte el alimento con sus fieles 1Sam 11,15 o tomar alimentos delante de Dios, en su presencia como una forma de culto Ex 18,2 esto le lleva al pueblo a fortalecer la alianza con Dios Lv17 además por eso sacrifican para Dios en agradecimiento a la generosidad divina y le ofrecen las primicias tanto vegetales como animales Lv 3. Las normas puestas por la ley, en Jesucristo han encontrado plenitud, y es Él quien al Encarnarse y asumir la naturaleza humana nos lleva a la comunión con Él 1Cor 1,9 y en Él con la trinidad misma. Es decir estamos en comunión con Dios mismo, se inicio en AT pero no solo no le creyeron a los profetas, sino que no se entendió y así la noticia-invitación a la comunión con Dios se plenificó con Jesús, que nos transmitió de nuevo el mensaje divino, dándonos a conocer como hemos dicho el misterio de su voluntad. Hasta aquí lo que hemos dicho nos ayudó para llegar al punto siguiente. En pablo la comunión inicia por la fe en Jesucristo, fe que nace de la predicación Rom 10, 14-15. Esa fe que se confiesa y que salva Rom10, 10 lo hace porque tal nueva fe nos hace abrazar una nueva forma de existencia que queda de manifiesto por medio de las aguas del bautismo, de lo
5 6
Ibíd. 521 Partícula tomada en el sentido griego del “estar dentro de”
cual encontramos numerosos ejemplos7, principalmente en los hechos y las cartas, una vez bautizados entramos en comunión no solo con Dios sino entre nosotros mismos 1Cor 12,13.
II Que entendemos por bautismo en San Pablo El padre fitzmyer en cuanto al bautismo se refiere, nos explica que no se puede entender adecuadamente la importancia que pablo concede al papel que desempeña la fe en la participación del hombre en el acontecimiento Cristo si no se le desvincula de su doctrina del bautismo, el cual incorpora al hombre a Cristo y a la Iglesia, es el mismo pablo el que en Gálatas 3,26-27 enseña que la condición de Cristianos como hijos de Dios por la fe, se debe a su bautismo en Cristo. Con esto recordamos la idea mencionada más atrás de que la Encarnación de Jesucristo nos abre a la comunión con Dios, pues al hacernos participes el hijo necesariamente nos hace Dios mismo y esta es la enseñanza principal de san pablo, que somos hijos de Dios, y lo somos en el hijo porque él nos ha querido participar de su misma vida divina. Recordemos aquí algo mencionado también con anterioridad, que los que se convertían y abrazaban la fe, se bautizaban. Ya mencionamos algunos ejemplos y dimos citas que nos pueden ayudar a comprender un poco más. Esta idea la traigo a colación, porque el texto de Rom 10,9 nos hace referencia al parecer a un credo bautismal8 en el cual “A la adhesión interior, corresponde la profesión de fe exterior, como se hace en el bautismo”9 y esto lo digo porque es parte de la enseñanza de pablo, y es la práctica de quien se convertía y abrazaba la fe, entrando a la comunión con el Hijo, y con los hermanos Gal 4, 6-7. De las cosas más importantes en la enseñanza de pablo sobre el bautismo encontramos que Jesucristo murió, para que muriendo uno todos hayamos muerto 2cor 5,14 Es decir Él en representación de la humanidad ha entregado su vida, y lo que le queda al creyente es ratificar ese sacrificio de Cristo con la propia vida, porque esa muerte de Cristo en la que participamos por su encarnación nos ha dado por ello mismo acceso a Dios Ef 2,15-18. Por eso los bautizados son creaturas nuevas Ef 2,15; Gal 6,15; 2Cor 5, 17. Ahora ser nuevas creaturas les hace tener nuevas características Ef 3, 17-19; Gal 2,20; 2cor 13,5; Rom 8, 10. Principalmente al estar inmersos en un bautismo común formamos un solo cuerpo y compartimos un mismo espíritu 1 Cor 12, 12-13; Gal 2, 27-28.
7
Hch 2, 38; 8,13; 8,35-38; 9,18; 16,15; más otras que hablan del bautismo pero no como fruto de la conversión. 8 Teología en san pablo. Joseph fitzmyer Ed. Cristiandad Madrid 1975. Pág. 172 9 Nota al pie de página de Rom10, 9 en biblia Jerusalén, Ed. Descleé de Brouwer, Bilbao 2009.
III. El simbolismo del bautismo en la muerte y resurrección de Cristo. Nuestro pasaje de trabajo Rom 6, 4-5 ha dejado ver su importancia, que es muy amplia, apoyados principalmente en la reflexión anterior, no podemos reducir lo que hemos comprendido hasta ahora a asimilación de sentimientos y actitudes pías, que reducen el simbolismo y eficacia del bautismo que después será uno de nuestros sacramentos. Porque hablar de bautismo y participación hasta ahora nos tuvo que ayudar a comprender que su influjo no es solo en lo espiritual sino de forma integral ayudar a la persona a cobrar conciencia que ónticamente ha habido una transformación interior que nos permite accesar a la vida de Dios por participación gracias al bautismo El simbolismo que hemos estado mencionando a cada instante es sencillo hasta cierto punto, pero posee su propia complicación, el bautismo es una comunión con Cristo y con su muerte, comunión con la que quedamos misteriosamente identificados. La inmersión bautismal suscita la imagen de sepultura y muerte, pues quien se sumerge en el agua queda “como sepultado” en ella. A la acción de sumergirse le sigue luego la de emerger, estas son las acciones que se convierten en el simbolismo del bautismo porque sumergirse es “como” ser sepultado, pues estamos por debajo del agua, de hecho pasar más tiempo del que soportamos sumergidos significa la muerte, emerger del agua es “como” volver a la vida, ponerse de pie es alejarse del fondo, es alejarse de la muerte. Estas acciones se les puede tomar mejor el sentido siempre y cuando se piense en el bautismo por inmersión, pues aunque existe también la forma de la ablución la imagen del bautismo por inmersión nos ayuda más a nuestro propósito. Así las cosas entendemos que el sumergirse es comunión en la muerte, y emerger es comunión de vida y por el bautismo una vida nueva, entendemos así porque san pablo exhortará a revestirse siempre del hombre nuevo, porque siempre hará hincapié en no dejarse esclavizar por el pecado. De hecho si una persona es esclavo, en el momento de que muere deja de ser esclavo de su amo, esto san pablo lo toma como ejemplo para decirnos que antes éramos esclavos del pecado, incluso nuestros propios miembros los pusimos al servicio del pecado, pero una vez que hemos muerto con Cristo, hemos quedado libres de esa esclavitud10, y muriendo en el bautismo es que hemos alcanzado la vida en libertad, no tenemos más como amo al pecado, pero por la vida en que hemos sido regenerados, en Cristo, libres ya del pecado y la muerte que era el precio del pecado, podemos someternos ahora a la gracia, hacernos esclavos de la Gracia de forma no metafórica sino en realidad esclavos del bien y de para la vida eterna. Otro término para expresar la participación respecto del bautismo es simulacro, tal palabra parece que se adapta también, debido a que el simulacro te prepara para una realidad inminente y también tiene su porción de futuro, porque no sabes cómo será. Bover explica el “Bautismo como es una comunión con Cristo muerto, por ser un simulacro de su muerte, es también una comunión con Cristo resucitado por ser igualmente un simulacro de su resurrección, es decir que la comunión de muerte postula necesariamente la comunión de Vida”11, en definitiva pues si 10 11
Cfr. Teología en san Pablo. José María Bover Ed. BAC Madrid 1964. Págs. 670-671. Ibíd. Pág. 670
morimos en Cristo, pues hemos sido injertados en Él por el bautismo, creemos también viviremos con él por nuestra participación de su misma vida.
En conclusión sintetizamos en dos frases12 lo que es la participación en la muerte y resurrección por el bautismo: El bautismo-simbolismo, lo es de nuestra incorporación en Cristo. La inmersión que es muerte y sepultura nos identifica con Cristo crucificado, muerto y sepultado. La emersión, imagen de resurrección y de vida nueva, nos asocia e incorpora a Cristo, resucitado y eternamente viviente. El simbolismo lo podemos resumir en estas dos frases, lo que no podemos resumir tan fácil es las consecuencias de la asociación del ser humano por Dios, sabemos que por esa participación somos nuevas creaturas, hemos sido reconciliados con Dios, templos del Espíritu, formamos un solo cuerpo, parte de la familia, tenemos derecho a la vida eterna y muchísimas consecuencias que nos transforman y nos llevan a dejar el viejo yo para revestirse del nuevo yo Ef 4,22-24 col 3,9-10, redimido por Jesucristo y muertos al pecado, identificados por esta muerte con la suya y por su Resurrección con la nuestra, pues queda la esperanza futura de tal resurrección Rom 6, 3-4 Así pues queda dibujado el pensamiento de pablo sobre el Bautismo, con algunas de sus consecuencias las cuales hemos querido apoyar en la carta a los Romanos apoyadas de otras del corpus paulino.
12
Ibíd. Pág. 676