Paternidad. en Palabras

Pat0e1rPanlaidbarads en 1 presentación Los textos que componen el siguiente libro pertenecen a la convocatoria del Concurso de Cuentos “Paternidad

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Paternidad
Derecho Civil chileno. Procesal. Chile. Chileno. Familia. Reconocimiento. Proceso. Demanda

Paternidad responsable
Familia. Padres. Hijos. Maternidad. Padre. Madre

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Los textos que componen el siguiente libro pertenecen a la convocatoria del Concurso de Cuentos “Paternidad en 101 Palabras”, realizada por la municipalidad de Lo Prado. Esta iniciativa tuvo como objetivo Fomentar la paternidad activa y rescatar los relatos, pocas veces oídos, de la experiencia de ser padres que viven a diario muchos hombres de nuestra comuna. Encontramos en ellos esfuerzo y amor, encarnados en comidas llenas de alegría, madrugadas de desvelos, rabietas, y vestimentas a regañadientes. Hombres que, sin importar si son padres, hermanos o parejas, han sabido convertirse en superhéroes nocturnos, en apoyo y en ejemplo. En sus relatos está la experiencia misma de levantarse a diario sabiendo que cada minuto cuenta, que cada paso que se da es parte de la construcción de un sueño que va mucho más allá de ellos. Con el mismo objetivo de fortalecer los relatos que aquí se encuentran, la Municipalidad de Lo Prado otorgó una beca para un taller literario a todos los participantes de este concurso. De esta manera, los asistentes al taller, tuvieron la oportunidad de profundizar sus conocimientos sobre literatura y explorar con mayor detenimiento los mecanismos de escritura. El resultado fue una serie de autorretratos que acompañan esta publicación, y una experiencia que nos acompañará cálidamente en los días venideros. Agradecemos profundamente a todos los participantes. Es por ellos, por quienes podemos hoy compartir la riqueza de sus días.

Primer Lugar

Soy un súper héroe y no lo sabía, una artista emergente me ha dibujado en sus lienzos y me ha convencido de aquello, bajo mi atuendo de oficinista llevo una capa, y por las noches cuando duermo rendido por la jornada sobrevuelo la ciudad brindando auxilio, y aunque por las mañanas no lo recuerdo, logro ver mis hazañas, entre los bosquejos y lápices de colores de esta pequeña artista que viste zapatillas rosas, se duerme abrazando un peluche, y cada vez que regreso a casa disimulando mis superpoderes ella en propósito de camuflarme corre a mis brazos diciendo alegremente “hola papá”. Elías Osorio, 31 años.

Segundo Lugar

Tempranito se levanta Papa Oso, ve su calendario hoy es otro viernes marcado, el espera con ansias sus días remarcados. Se va a su trabajo, con una gran sonrisa que le hace cosquillas a sus orejas, ahí se cansa pero hoy es el gran día le dijo el calendario, así que sigue mas entusiasmado. Llego la hora de salida, micro, metro, micro, pero falta poquito, ya está solo a una cuadra. Toca el timbre y sale corriendo su hijo oso con el calendario en la mano, lo abraza fuerte. -¡Papa hoy es el día marcado, lo dice el calendario! ¡Te amo! Christopher Rudolph, 28 años.

Tercer Lugar

Tarjeta "Se acercaba el día del padre y no había nada que celebrar. Mi papá ya no estaba en la casa, lo echamos, tuve que crecer para enfrentarlo, para que dejara de pegarle a mi mamá. Tuve que trabajar y asumir su papel, con dificultad me hice cargo de mis hermanos. Llegó el domingo y mi hermano chico me entregó una tarjeta. ""Feliz día del padre"", decía con letras de cartulina pegadas con cola fría. - Tú te la mereces, has sido mi papá –me dijo. Lo abracé y la recibí. Mi hermanito estaba creciendo demasiado rápido." Alexi Vergara, 28 años.

Mención honrosa

Es un árbol con muchas ramas, unas enormes gruesas y resistentes, otras medianas con poca fuerza. Las más pequeñas, débiles para sostener el tronco que les dio la vida. Sentimiento al ver la rama de arriba, fuerte, firme, sostener las más pequeñas. Pero estas no se preocuparon de mirar hacia atrás, retroceder el tiempo, saber cuánto riego necesita el darle vida a este árbol. Crecer derecho, darle forma. Muchas preocupaciones y desvelos, para que este no se secara por no regarlo a tiempo. Habrá que darle vida a este árbol difícil de crecimiento. Este que ya está flaqueando por el tiempo. Sergio Soto, 83 años.

Mención honrosa

Siempre que nos enojábamos, mi padre cocinaba el mismo revuelto. No voy a mentir: de niño lo comí bastante. Primero vertía aceite sobre la sartén y ponía la llama baja. Echaba después el tomate en cubitos. Agregaba sal, orégano y, finalmente, los huevos de color. Pero había un secreto. El sabor, decía, estaba en romper la yema solo cuando el resto de la mezcla se aclaraba. Y aunque lo que tú tienes de travieso él lo tenía de duro, me ha sido imposible separar este aroma de su abrazo o disculpa sincera. Ahora dejemos que se entibie y lavémonos las manos. Mauricio Sanhueza, 31 años.

Mención honrosa

“¡Hija, a comer!!!" Tenía que repetir todas las tardes para que mi nieta dejara de saltar al luche sin descanso. Luego se unió su primo y su hermana menor. Día a día pedirles que dejen de jugar en el pasaje era complicado, por eso una silla plástica afuera de mi casa con jugos y galletas fue la solución para verlos crecer felices. Al ver a los niños grandes, me doy cuenta que fue la mejor decisión. Hoy ya con casi 70 años, tengo que seguir gritando lo mismo con el conchito que llegó de sorpresa. Es más... "¡Hija, a comeeeeer!!!" Eduardo Silva, 71 años.

CUENTOS DESTACADOS Revolución de una Sonrisa Camilo Diego Andrés Álvarez Hualacan, 19 años. ¿Quién lo diría? Hace 4 años llegaste a revolucionar mi entorno con tu sonrisa gigante, - ¡GIGANTE! -, como dices tú; y con tus ojos redondos, que ven más allá. Llegaste para hacerme un joven más feliz. Siento una tierna satisfacción cuando voy a buscarte a tu jardín Taiñ Folil; poderte cuidar, hacerme corresponsable mientras esperamos que llegue nuestra madre del trabajo. Espero este amor de hermanos pueda crecer y perdurar por siempre. Lucharé para que seas una mujer de bien, y la luz de tu gigante sonrisa siga revolucionando y llenando de alegría a todas las almas que te rodean. Mi princesa y yo Cristian Rodrigo Parra Mesias, 47 años. Buenas noches hija. Hola papá ¿me cuentas una historia? Mmmm sí una de guerra, pero de guerra de almohadas; donde quienes mueran, se mueran de la risa. ¡Es como nosotros dos!

Sí como tú y yo, payasos muertos de risa, que no dejamos dormir con tanto alboroto. Ya dale papa empiezas tú, como siempre. “Corría un caballo por la llanura y en él, montada mi princesa favorita…” ¿Quién, yo? Y quien más, con esa carita de ternura y tus ojos grandotes negros como aceituna. Lo sabes eres una mestiza: mitad ratón, mitad halcón. ¡Papa, soy la princesa! Sí lo sé, amor. Piedras Francisco Alonso Reyes Díaz, 28 años. Cuando caminamos a la casa de tu abuela todo es una excursión. Te detienes cada un metro ¡mira papá una piedra! Pasamos por la plaza donde está el caballero del mote con huesillo. Nos sentamos en el pasto que te encanta. Quieres columpiarte una y otra vez. La simplicidad de las cosas que te impresionan me hace pensar en el verdadero valor de vivir, nacemos en este mundo, somos un libro abierto. El otro día leí que en las piedras están nuestros ancestros, el polvo de sus huesos. Ya eres parte de todo y agradezco estar en tu camino.

Goleador de barrio Matías Nicolás Ramírez Martínez, 21 años. Había llegado de jugar la pichanga con los zapatos colgando del cuello y los pies sobre la pelota. Mi señora me esperaba con unos chutiadores de lana en forma de collar y con el balón bajo la polera, para celebrar lo que sería el gol más importante de mi vida. Ante todo pronóstico, ganamos el partido por goleada y con un nuevo fichaje en el equipo: el jugador estrella.

cantando alegres canciones. Un día especial, vieron con mucho asombro, asomar en uno de sus tallos un pequeño rostro sonriente. Los niños, Catalina y Sebastián, sorprendidos, le preguntaron: - ¿Quién eres tú y porqué estas en nuestro jardín? A lo que la pequeña figura mágica respondió: - “Soy el Hada de las Plantas y quiero darles las gracias a ustedes por cuidar de nosotros”. Desde entonces, cada día, los niños jugaban con el Hada de las Plantas en su jardín.

El mundo de Alex Moisés Octavio Contreras Alfaro, 30 años. Escucha mamá, el pichintún y la perla ladran afuera ¡Papá llego del trabajo! Iremos juntos a comprar el pan, caminaremos kilómetros hasta el negocio de la esquina. Me encanta salir con él, siempre vemos mucha gente y todos me saludan, vemos pajaritos, perros y unos perros más chiquitos a los que el papá les dice “kushito-kushito-kushito”. Es muy divertido ese viaje al almacén. A veces me caigo en el camino, pero no lloro. Él está junto a mí y me ayuda a levantarme. Mañana será un día extraordinario, es sábado y con papá exploraremos el parque de Neptuno.

El sueño de un padre Javier Naipayan León, 27 años. Esta es la historia de dos princesitas llamadas Rayen y Aneley. Ellas viven en un pueblo pequeño, junto a su madre y padre, llamado Lo Prado. Cada mañana el padre saca sus alas para cargarlas por los valles hacia su madre que las espera. Luego el padre emprende vuelo a su trabajo. Ellos son una familia de amor y felicidad. Al terminar el día cuando baja el sol, el padre llega al hogar para ver a sus dos princesas ansiosas de su llegada. Esperan junto a su madre el abrazo de la llegada del papá.

El Hada de las Plantas Gonzalo Garcés Urriola. En un lugar no muy lejano, una niña junto a su hermanito, todos los días regaban las plantas de su jardín

Padre por Goleada Pedro Inostroza Krupitzky, 47 años. Teníamos todo planeado. Pasaríamos al control médico, luego a cenar, y de noche Brasil v/s Chile. Ser padre no estaba en mis planes ese día. Asustada me dijo: “Algo anda mal. Aunque faltan unas semanas, esta noche será el parto.” En unas horas mi

vida había cambiado para siempre. Vestido de verde, vi nacer mi primera hija. Una hermosa niña, con cabello de oro, que llenaría mi vida de una manera que jamás imaginé. A partir de ese instante, todo fue alegría; todo, menos el futbol. Esa noche perdimos 4x0, pero nos abrazamos como si hubiéramos sido campeones del mundo. Anhelando ser padre Pedro Inostroza Krupitzky, 47 años. Aquel día, me sentí inquieto, soñé que sería un varón. Imaginaba cómo nos complementaríamos, anhelaba realizar los planes que había preparado, verle dar sus primeros pasos, festejar partidos de fútbol, su primera palabra ¡papá!, qué felicidad. Una relación perfecta, pero ¿qué es la perfección? Al abrir mis ojos y encontrar los suyos contemplé la gran perfección. Su ternura, esa profunda mirada, la magia de su sonrisa, el parecido a su madre. Todos mis planes los realizaría con ella, otra persona que también me haría feliz, y ¿por qué no?; yo también podría aprender a jugar con muñecas. El día que yo morí Luis Alberto Navarro Contreras, 29 años. El día que yo morí fue el día que te vi nacer. Aquel día dejé de ser yo y comenzaste tú. Ese día nacía un amor incondicional y menguaba el amor propio, fue el día que observé la fragilidad de tu ser y sentí la fragilidad de mi alma. Aquel día ame la vida y me aterró la muerte, fue el día que me proyecte en una persona que no era yo. A veces pienso que fue el día de lo eterno, porque

hace muchos días atrás habían proyectado en mí lo que ahora me toca fraguar en ti. Pequeña Carlos Abraham Mardones Muñoz, 18 años. El verte crecer es algo confortante y el darte energías es algo innato al solo presenciarte. Hay cosas que provocan tantos sentimientos y sensaciones que las palabras escasean y se hace difícil poder expresar lo que eres tú. Este sentimiento de responsabilidad es constante, cualquier momento en el que vacilo podría ser un daño para ti ¿cómo permitirme eso? Hay tantas dudas, inquietudes, certezas ¿qué es lo que piensas? En lo que a mí respecta, sólo debo decir que con una pequeña sonrisa alegras mi vida. Vínculo Fernando Patricio Osorio Tapia, 28 años. A mediodía de un cálido Domingo llegaste a mi vida, entre pulsaciones aceleradas y llantos ensordecedores. Fuiste traslada a una pequeña sala, ahí fui testigo de tu primer baño con una enfermera que aseaba con prolijidad tu ensangrentado cuerpo. Luego te envolvió en suaves telas y me dijo que te cogiera en brazos; pro primera vez sentí tu suave y tibia piel, percibí tus pequeños movimientos, experimenté ese vínculo entre tu corazón y el mío. Entre sollozos noté que mis lágrimas empapaban tu rostro, y aunque debía hablarte para que reconocieras mi voz, sólo una frase pude pronunciar: “Te amo Julieta”.

Herencia Juan Carlos Díaz Vergara. El chico llevaba esperando más de cuarenta minutos a su padre en el hall, afuera de la oficina del director. De pronto se abre la puerta y sale el padre con el semblante serio. Toma al niño por la mano y camina. Luego de un par de cuadras el niño mira a su padre y acongojado, pregunta ¿Estás enojado? El padre lo mira y dibuja una sonrisa en su rostro –A tu edad me llamaron al apoderado por lo mismo. Selfie Luis Albero. Silva Palma, 68 años. El encuentro era inevitable. ¡Hola hijo! - ¡Hola papá! Ya tienes 9 años, estás grande. Sí, oye papá saquémonos una selfie para tenerte en mi celular. Se sacaron varias, pero algo pasaba, la figura del padre no salía en la foto, sólo el niño. Mejor con el mío, dijo papá. Pero el resultado fue el mismo. Pero ¿qué pasa? no es lógico, si nos tomamos la selfie los dos ¿Por qué yo no salgo? Entonces el niño dice: Debe ser porque tú nunca estás conmigo. Yo siempre estoy solo. Solo con mamá. Adiós papá. Las Princesas de Papá Reynaldo Andrés Duarte Duarte, 33 Años. Era un día hermoso y Reynaldo salió a pasear con sus hijas Alanis y Allison. Camino al parque Allison veía como otras hermanas jugaban y ella preguntó a su papá - ¿Por qué mi hermanita no puede caminar, ni hablar, ni ver como nosotros? ¿por qué es diferente a

los demás? Y su padre, un padre activo respondió - Hija a veces uno no sabe por qué suceden las cosas, pero, eso no quiere decir que tu hermanita no entienda. Ella es un ejemplo de fortaleza y felicidadEsa tarde en el parque Allison comprendió que su hermanita era una bendición. El mejor regalo de mi vida Pablo Reto Lino, 27 años. Un día antes de mi cumpleaños recibí el regalo más hermoso que Dios me pudo dar: el nacimiento de mi hijo, aunque estaba programado para tres semanas más. Nació con 36 semanas y yo tenía miedo de que quedara internado. Me dijeron “señor es un niño muy sano” y el corazón se desbordó de alegría y de agradecimiento a Dios por la bendición. Vestirlo por primera vez te da felicidad y a la vez temor. Miedo a hacerle daño al vestirlo porque se ve tan frágil, pero lo miras y ya sabes que darías hasta la vida. Paternidad Claudio Felipe Caballero Echeverria. En el momento más difícil como familia enfrentando la separación, necesito como nunca ser padre. Como explicar que seguiremos siendo familia, pero ahora distinta. Lo mejor para el papá y la mamá es estar separados para entregar un amor alegre y estable. Agradeceré

siempre a mis hijas su amor incondicional, estaré ahí siempre para ellas, jamás piensen que no las quiero. Las amo. Cuidando a una VIP David B. Codocedo Ulloa, 29 años. Nunca preparé una fórmula de leche, jamás en mi vida había cambiado pañales. Todo cambió cuando nació mi primera hija, hasta ahora mi única hija. Preparé la fórmula y me atreví a cambiar pañales, un tremendo desafío. Honestamente no me sentía preparado para una labor tan delicada como cambiar el pañal de una persona tan importante, tan VIP. No quiero presumir, pero creo que ahora soy experto en cambiar pañales, y me destaco en preparar la mejor fórmula de leche que existe. Disfruto mucho cuidando a una de las personas más importantes del planeta. Mi hija Rockera David B. Codocedo Ulloa, 29 años. Aluciné con el embarazo de mi esposa desde que el médico dijo “es niña”. En ese instante mi mundo se transformó, imaginé a mi hija sentada en una batería ensayando junto a mí, una hija rockera, una pequeña princesa que estuviera dispuesta a involucrarse en los proyectos musicales de su papá. Ya acaba de cumplir 2 años de edad, y cada vez que ensayo, le doy la oportunidad para que toque la guitarra y todos los equipos. Se nota que lo disfruta y es exactamente como siempre lo desee, compartir la música con mi princesa rockera.

Cuando la Paternidad golpea la puerta Ceddier Oscar Oyarzo González, 29 años. No se parece a mí, quizás lo más parecido que tenemos es la cabeza grande. No soy su padre de sangre, pero él me dice papá. Lo crío como si fuera mío y lo quiero como tal. Durante muchas madrugadas el pequeño Shi, se queja, tiene algo de hambre. Me levanto, me acerco a su cama, y le pregunto si quiere leche. Él me responde entre dormido “ya”. Son cosas pequeñas y cotidianas que me llenan de alegría. Cuando me escucha fuera de la reja, el corre a buscarme, y me abraza. Quizás lo hago bien. Más que un hijo, un amigo Elias Gamalier Sanz Vasconcelos, 28 años. Desde el primer día que te programamos, sabíamos que serias Sebastián. Siempre soñé con enseñarte mil cosas, fuimos juntos a los controles y seguí cada uno de tus pasos. Al nacer, supe que eras especial, tenías cara de angelito y picarón. Cuando empezaste a crecer, tuvimos esa conexión especial. Juntos para todos lados, jugamos, conversamos, salimos, reímos, lloramos, bailamos y otras muchas cosas más. Eres mi partner, amigo, compañero y confidente, y lo mejor de todo, es que siempre supe que sería así, desde la primera vez que supe de ti. Juntos por siempre, mi hijo, mi amigo.

La mejor cita Christopher Wladimir Rudolph Latorre, 28 años. Papá conejo está contento. Horneo galletas, preparo juguitos, se peinó bien los bigotes, le sacó brillo a su nariz y usó por fin su corbata nueva. Era su cita más importante -Debo verme bien- se dijo mirándose al espejo. De pronto vio su reloj, era muy tarde. Tomó sus cosas y solo corrió gritando ¡Es mi viernes, mi día especial! - Saltó charcos, esperó semáforos, empujó gente entre mil disculpas. como un gran caballero, y por fin llegó al colegio. Ahí estaba su hijo - ¡Papito estuve todo el día sacando brillo a mi nariz para verte a ti! La Estación Juan Pablo Ganga Carte, 27 años. Día y noche luego del trabajo, pasaba el invierno, el otoño y primavera. Trabajo arduo, la misma banca, la misma silla y la misma enfermedad. Los platos cantan, tu sonrisa la llena. Mientras cuido mis plantas te observo, ay querida hija que otoñales ojos me regalas. En tu mirada, eres como los pétalos que cuido en mi prado. Sólo espero tu respuesta, como la lluvia que nos regala el cielo. Un día llego esa respuesta. Me dijiste “te quiero mucho papá”. Yo te amo hija, hoy es primavera. Sábado por la mañanA Ismael Ignacio Burgos Pérez, 20 años. Todos los días sábados son iguales: mamá me

despierta a eso de las seis y media de la mañana, poco antes de irse a trabajar, para encargarme a la pequeña bestia que aún duerme. Me recuesto junto a él, dejándome caer cual pluma lanzada al aire, pero siempre aquella peripecia es en vano. Al primer contacto entre mi cuerpo y la cama Joaquín abre de par en par sus pequeños ojos; comienza la odisea. «Nacho, ¿la mamá?, Nacho, quiero hacer pípi, Nacho, quiero pomía…» No queda más que levantarse y atender al regalón de la casa, ¡qué sueño tengo! El arcoíris de mi jardín Felipe Quelin Martínez, 30 años. Acaricio tu rizado pelo, y la luz de nuestro futuro emana y se hace fraterno. Amanece en mi corazón presente con amor eterno a tu risa; Eres el arcoíris del jardín. Por ti pintaré de colores todos los rincones de mi alma, iluminas el amanecer. Con tu sonrisa, las margaritas volverán a florecer. Eres el arcoíris de mi jardín. Por ti pintaré de colores todos los murales de mi alma, con nubes y rayos de sol. El arcoíris de mi vida, tus colores las nubes grises. Eres el arcoíris más bello del jardín y de paso, la luz de mi vida. Agua Víctor Manuel Valenzuela Valenzuela, 26 años. Fue una de las primeras palabras que aprendiste: “Papá agua, agua.” Estabas dentro de la tina y me señalabas la llave del lavamanos. Cierra los ojos te dije, antes de enjuagar tu pelo.

Una vez, dos, tres veces (mira, así también cae la lluvia) Ahí pensé que pronto caminarías bajo la lluvia o pasarías una noche a la orilla de un lago; ese día, el agua habrá aprendido otros nombres. Hijo amado Enoc Josue Tilleria Cornejo. Hijo amado, tienes tres años. Lo que diré lo entenderás a la proximidad de tu adolescencia. Escucha, sólo tengo veintiún años y cada día me enseñas al mismo tiempo tú aprendes de igual forma. Hijo amado mis súper poderes se debilitan en ocasiones. He llorado, sufrido y he pasado momentos inhóspitos que entrega la vida. Inhiben mi consuelo y apoyo necesario, sin embargo, siempre estoy contigo, aunque a veces no lo parezca. Me alegras el alma cuando todas las tardes me esperas, en la puerta de la casa y corres a decirme te extrañe “papito”. Ahí la energía vuelve a mí. Padre madre Daniel Baeza Fuentes. No luce vestido ni uñas pintadas, tiende camas temprano por la mañana. Viste dos niños para enviarlos al colegio. Les besa las mejillas y dice “hasta pronto” mientras corren hasta sus aulas. Con prisa camina a su trabajo y luego por la tarde, entre tareas y conversaciones familiares, prepara el almuerzo. Por la noche besa dos frentes pequeñas deseando dulces sueños, para orar el más triste padre nuestro. Arrodillado al lado de su cama reza en nombre de la mujer que, al morir, en padremadre lo transformó.

Como pasa el tiempo, como cambian los papeles Eduardo Silva Carrazco, 71 años. "¿Qué prefieres? ¿Charqui o maní?" Eran las preguntas que le hacía todos los fines de semana a mi sobrina cada vez que la llevaba a comprar una bebida de dos litros retornable. “Charqui” me respondía feliz, mientras la veía con la botella vacía pegándose en las rodillas al caminar. El día de hoy hacemos la misma pregunta, pero ahora la que pregunta es ella y el que se lleva la botella comiendo charqui soy yo. La riqueza del sentir Marcelo Ampuero Belmar. ¿Te has sentido parte de tu hijo alguna vez? Elogiándole sus hermosos dibujos, o quizás enseñándole respeto por los demás, etc., como sea es hermoso ¿sabes? ser parte en su pequeña pero gran vida, es algo puramente enriquecedor. Porque ser padre es algo más q u e un sentimiento; es una decisión, un juicio, una promesa de estar ahí presente en sus risas y llantos, en sus logros y frustraciones. Por eso sé parte de ellos con todo el amor del mundo, y recuerda siempre que los niños pueden olvidar lo que dijimos, pero jamás cómo los hicimos sentir.

Papá Iván Salazar Villanueva. Un hombre no puede describir fácilmente ciertos sentimientos, eso te enseñan: fortaleza, valentía, rudeza; pocos demuestran emociones tras la máscara patriarcal. Sé que a ti también te cuestan las emociones. Rabia, orgullo, esa cosa contenida que vuelve laguna los ojos, a las risas incontenibles; de eso trata ser padre. Te deshaces por dentro, te enamoras de esos rostros, de sus risas cual mariposas al viento. Mientras tu barba florece de besos. Ser padre es una aventura perpetua. Saber recibir y entregar, responsabilidades y pruebas. Fracasarás, pero en otras sentirás que el corazón no cabe en tu pecho. Cuando supe que lo lograría Juan Andres Aspe Orrego, 29 años. Todo comenzó a la espera de un resultado que cambiaría mi vida: mi primer hijo. Mi casa se llenó de algarabía especulando el género del bebe. Claro que nuestra intensión nunca fue saberlo, sólo queríamos que saliera todo bien. Al pasar el tiempo empezamos a preocuparnos de las cosas que este nuevo integrante necesitaría, y recién ahí comprendí la gran responsabilidad de tener un bebe. Me llene de dudas. ¿Lograre darle todo el cariño que requiera? ¿Lograre tener la capacidad física, mental y monetaria para cubrir todas sus necesidades? Cuando la vi supe que haría lo que sea para lograrlo.

Escondida Víctor Manuel Valenzuela Valenzuela, 26 años. A mi viejo nunca lo encontré. Por eso mi hija me pilla a la primera, aunque se aburra cuando jugamos a la escondida. La Casa Púrpura Mauricio Eduardo Sanhueza Arce, 31 años. La forma en que nos forzaron a vivir no me ha permitido ahorrar. Pero con el salario de mi trabajo vacío compraré una alfombra para rodar protegidos por el parqué de la casa púrpura. Contaré los días para desenvolverla custodiados por el fantasma del poeta Armando Rubio, entre el sofá y el computador, y con la promesa de que abramos juntos los libros que ha olvidado en Bueras no por descuido, pues cada vez que lo veo entrar me exige historias dibujadas y yo me aprovecho y se las cambio por besos de colores que me devuelven la verdad.

AUTORRETRATOS

Concepción Cósmica de Especie Única David Bernabé Cadocedo Ulloa. Hace 29 movimientos de traslación tuve el privilegio de nacer, resultado del encuentro en la trayectoria espacial de mi madre y mi padre. Descripción del fenómeno: Estructura compleja, especie humana, género masculino, aspecto recordable, composición química estable (salvo determinadas variables aún por estudiar). Denominación: David Bernabé. El objeto sigue en proceso de análisis. Retrato – Autoretrato Marcelo Ampuero Belmar. Y aquí voy de nuevo. 7:10 de la mañana entre faldas, zapatos y mochilas por arreglar. En la mesa leche para ella y café para papá. Breves palabras, pero largas miradas, soñadoras sobretodo. Caminamos, nos despedimos, un enorme beso. Ya espero por el siguiente día. Epitafio Daniel Baeza Fuentes. Hombre común (1976 -) Aquí yazco, me crucificaron las horas. Cemento y arena apretaron mis manos. Los domingos no suelen ser distintos de los lunes. Me acaricia las mejillas el sudor. Me duermo cansado, gastado, boquiabierta. Soy un muerto más en este mundo de muertos que respiran. Cementerio, la misma vida. Horóscopo: Animal – Humano Cristopher Rudolph Latorre. Imperiosamente el gato y la liebre se rigen en mí. Elemento fuego, toque colorido. Me asomo, miro hacia ambos lados antes de salir y ágilmente curioso, acariciado. Saldría en bandadas a los paraísos, pero ser liviano no significa que el elevarse sea fácil. Color: Cian Piedra: Leopardita Número: 8

Mateo 20:28 RVR 60 Camilo Álvarez Hualacan. Mejor me es servir; soy más bueno para ceder que para exigir. Noto con más facilidad que con menos cuando alguien necesita de mí. A diario buscan un consejo, un apoyo, un aliento; he descubierto en mí, me han descubierto. Me han ayudado a entender que he nacido para servir, y servido para vivir. Diagnóstico Claudio Felipe Caballero Echeverría. - Autoritario (con voz de mando) - Concentrado ( ) - Sabe escuchar ∞∞∞∞∞ - Seguro de sí mismo (insertar dos tickets) - Le gusta ser el líder (gracias) Elías. D.d.-: Elías Osorio López. Dícese del ser amante de la lectura, la música y el arte en forma de ilustración. Aficionado al baloncesto y la patineta. Esposo de su escritora favorita, padre de Demian, Amanda y Florencia (la combinación de sus risas hace su melodía favorita). Descendiente de las familias Osorio y López.

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Coordinación: Dirección de Desarrollo Comunitario, Municipalidad de Lo Prado Edición: Oficina de Niñez y Adolescencia, Municipalidad de Lo Prado. Diseño y diagramación: mmCrossmedia. Impresión: Eco Digital Ltda. Financiamiento, Consejo Nacional de la Cultura y Las Artes, Proyecto "Formación de Escritores Locales" - Línea Fomento de la Lectura, Modalidad Fomento Lector. Todos los derechos reservados Municipalidad de Lo Prado. Distribución gratuita. Lo Prado, junio 2016.

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