Periodismo Grandes Libros Marcin Kazmierczak LOS MISERABLES. María Josefina Vega Jaimerena Segundo curso - 1 -

Periodismo Grandes Libros Marcin Kazmierczak LOS MISERABLES María Josefina Vega Jaimerena Segundo curso -1- Índice 1. Introducción: contexto de

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Periodismo Grandes Libros Marcin Kazmierczak

LOS MISERABLES

María Josefina Vega Jaimerena Segundo curso

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Índice

1. Introducción: contexto de la obra 1.1.

Biografía de Victor Hugo ················································· página 3

1.2.

El realismo y el naturalismo, presentes en la obra ·············· página 3

2. Análisis narratológico 2.1.

Lugar, tiempo, narrador, protagonistas ····························· página 4

2.2.

Argumento···································································· página 5

2.3.

Recursos literarios·························································· página 7

3. Análisis comparativo 3.1.

La denuncia social ·························································· página 8

3.2.

La filosofía y la religión en la metanoia de Juan Valjean ····· página 11

3.2.1.

El buen salvaje, de Rousseau································ página 11

3.2.2.

La visión cristiana de la Redención························· página 12

4. Conclusión ········································································· página 14 5. Bibliografía ········································································ página 15

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1. Contexto de la obra 1.1. Biografía de Victor Hugo Nació en Besançon, Francia, el 26 de febrero de 1802. En 1822, al morir la madre, inició su verdadera actividad literaria y ese mismo año se casó con Adéle Foucher, su amiga de la infancia. Las novelas Los orientales y El último día de un condenado a muerte -ambas de 1829consolidan su fama y su casa pasa a convertirse en un refugio para los románticos de la época. En 1841, muere ahogada su hija Léopoldine. Hugo se había ya volcado a la vida política. En 1848 fundó un periódico favorable a la candidatura a presidente de la República de Louis Napoleón Bonaparte; pero al oponerse a su intento de golpe de Estado debió huir a Bélgica junto a su familia. Se había convertido en un ferviente republicano cuando escribió una de sus obras cumbre, Los Miserables (1862). Murió en París el 22 de mayo de 1885.

1.2.

El Realismo y el Naturalismo, presentes en la obra

El Realismo es una corriente literaria que se da sobre todo en Francia entre 1830 y la última década del siglo XIX, aproximadamente, y que se concibe como el género por antonomasia de la novela. El término fue utilizado originalmente en 1850 por el pintor Courbet en su exposición titulada El Realismo, lo cual según él implicaba ser partidario del socialismo y la revolución. En la narrativa, surgió como consecuencia de la mentalidad materialista y utilitarista de la burguesía, hegemónica en ese momento, y su mayor exponente fue Honoré de Balzac. Dado que hubo una superposición temporal entre el Romanticismo y el Realismo en Francia, no es de extrañar que Victor Hugo pueda ser identificado con ambos movimientos; sin embargo, en Los Miserables predomina el componente realista ya desde la temática profundamente social, y por emplear la técnica descriptiva, el lenguaje coloquial y el enfoque historicista. No obstante, cabe destacar la categoría romántica de lo sublime, que se hace patente en la exaltación del pueblo, los ideales republicanos y el valor de la entrega por la patria.

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También se podría hallar en Hugo un incipiente Naturalismo, desarrollado por el jefe de esta escuela, Emile Zola. Esta corriente pretendía ir más allá del Realismo, intentaba ser un análisis científico y bien documentado de las clases más desfavorecidas, fijándose en los elementos que destacan por su fealdad, desde una óptica pesimista, para explicar los males de la sociedad. Por eso, tampoco es equívoco afirmar que el estudio que Hugo hace de forma descarnada de las clases bajas de Francia y de sus miserias, dentro del esquema de la novela destinada al burgués, se acerque a este movimiento.

2. Análisis narratológico 2.1.

Lugar, tiempo, narrador, protagonistas

W Lugares: la acción de esta extensa novela transcurre en escenarios diferentes dentro de Francia, algunos de los cuales en ediciones posteriores Victor Hugo prefirió omitir, dejando sólo su inicial. Así se nos presenta a un Juan Valjean que nació en Faverolles, donde fue prendido y llevado al presidio de Tolón. Al salir de él se encuentra en Digne con el obispo Bienvenido Myriel y de ahí se traslada a Montreuil-sur-mer, el pueblo en el que prospera y que es, además, el lugar de nacimiento de Fantina, al que regresa tras pasar por Montfermeil y dejar a Cosette. Valjean acude a Arras a salvar al reo que confundieron con él y a partir de su fuga la trama se centra en París. En la capital, se refugian en el convento del Pequeño Picpus y al dejarlo se mudan a una casa en la calle Plumet. Previamente habían pasado una temporada en la casa de Gorbeau, especie de cuartos de alquiler en los que viven Mario y los Thénardier. También son relevantes la casa de Gillenormand y la de la calle del Hombre Armado. W Tiempo: el relato se centra en el siglo XIX; comienza en 1815, con la llegada de Valjean a Digne y se hace referencia a otras fechas de interés para situar la trama, la cual concluye en 1833, con la muerte de Juan. El relato tiene, por tanto, una duración de 18 años. Es necesario añadir que el autor a menudo comete imprecisiones temporales al confundir las fechas de algunos sucesos. W Narrador: Victor Hugo logra un curioso juego convirtiéndose en el narrador de la obra, pero al mismo tiempo está dotado de un conocimiento tan profundo de los hechos y, particularmente, de los pensamientos y cavilaciones de los personajes que denota omnisciencia, lo cual les da un carácter casi real, como si él fuera el escrupuloso cronista de una historia verídica, marcando de esta manera su autoría de lo que está aconteciendo. Así, se ve su voz en la

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frase:”Sospecho que la había tomado del Evangelio” 1 . Y también emplea la primera persona del plural: “Sin profundizar cuestiones que sólo tocan indirectamente al asunto de este libro, decimos simplemente esto”.2 W Personajes: por el libro se extienden una gran cantidad y variedad de personajes, de los cuales se hablará sólo de quienes tienen mayor peso argumental. o

Juan Valjean

o

Fantina

o

Javert

o

Cosette

o

Bienvenido Myriel

o

Los Thénardier: el padre, la madre y sus hijos Eponina, Azelma y Gavroche

o

2.2.

Mario Pontmercy

Argumento

Juan Valjean es un ex presidiario que pasó 19 años en la cárcel por robar para alimentar a su familia, sumida en la pobreza. Este hombre llega a Digne, ciudad que está bajo el cuidado de Monseñor Bienvenido, famoso por su amor a los pobres. Valjean había alimentado un feroz odio hacia la humanidad por la injusticia cometida contra él y pese a que el obispo le ofrece techo y comida, aquél le roba. El obispo lo perdona a cambio de que se rija por el bien. Valjean sigue su camino y hurta a un niño deshollinador, lo cual le hace ver su degradación y a partir de ese momento se jura ser un hombre íntegro. Pasan los años y prospera en Montreuil-sur-mer gracias a sus inventos y comienzan a llamarlo señor Magdalena, por su carácter afable y caritativo. Pronto se convierte en alcalde de la ciudad. Por otro lado, la joven Fantina se enamora de un joven llamado Félix Tholomyés, que la abandona estando ella encinta. La mujer, no teniendo ya recursos en París, decide regresar a su pueblo, aunque, como no puede llevarse a su hija con ella, la deja al cuidado de los Thénardier, posaderos de Montfermeil, que le piden cantidades de dinero cada vez mayores por las molestias.

1 2

HUGO, Victor; Los miserables; 5ª edición; Barcelona: Planeta, 2002. Página 17 Ibid p. 51

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Fantina encuentra trabajo en las fábricas del señor Magdalena; sin embargo, cuando su jefa se entera de que es una madre soltera, la echa bajo los pretextos de su falta de probidad con el supuesto consentimiento del dueño. Fantina está desempleada y tiene deudas con los Thénardier, por lo que debe recurrir a la prostitución; así es apresada tras golpear a un hombre que le arroja nieve, quien es Félix Tholomyés. El señor Magdalena la salva de la condena de Javert en el momento preciso y se encarga de cuidarla, ya que padece una grave enfermedad. Javert confiesa al señor Magdalena que lo había confundido con el presidiario Juan Valjean, al que había conocido años atrás, pero ahora veía su error al haber sido citado para reconocer a un detenido con ese nombre. El señor Magdalena tiene una profunda crisis; no obstante, decide dejar su máscara y salvar a ese hombre, llamado Champmathieu. Se presenta en el juzgado y se autoinculpa, tras lo cual regresa a su ciudad. Fantina cree que le ha traído a su hija, Cosette, como había prometido, aunque la mentira es descubierta por Javert y la muchacha muere por la conmoción. Juan Valjean es apresado y condenado a la cadena perpetua en galera; no obstante, le salva la vida a un marinero y se arroja al mar provocando que lo dieran por muerto, tras lo cual va a buscar a Cosette a casa de los Thénardier, donde comprueba el timo de estos, que maltrataban a la niña. Compra a Cosette y se refugian en París, mas Javert descubre a Valjean, por lo que se ocultan en el convento de monjas en el que trabaja Fauchelevent, un hombre al que el señor Magdalena le había salvado la vida. Juan se hace pasar por su hermano. Entra en escena Mario, un joven cuyo abuelo, realista a ultranza, ha educado alejándolo de su padre, militar bonapartista. Mario, al morir éste, conoce su historia y decide seguir su ideología, por lo que abandona el hogar y vive pobre pero dignamente. Busca a Thénardier, por ser a quien su padre creía deber la vida, ya que lo sacó del campo de Waterloo, si bien con la intención de robarle sus pertenencias. Mario conoce a Cosette y a Juan al verlos en sus periódicos paseos al Luxemburgo, mas no repara en ella hasta que se transforma en una jovencita, luego de lo cual ambos se enamoran sin llegar nunca a intercambiar más que miradas. Ocurre que Mario descubre que sus vecinos, los Jondrette, planean tenderle una emboscada a Juan, puesto que lo han reconocido en su visita como benefactor, y que los Jondrette son en realidad los Thénardier. Mario, al saber que el hombre al que su

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padre le pidió recompensar por haberlo salvado es un individuo de baja condición, cae en una profunda depresión, pero más por haber perdido a Cosette, a la que logra encontrar con ayuda de Eponina. Juan Valjean es advertido por Eponina de que su padre quiere matarlo, por lo que aquél resuelve partir a Inglaterra. Mario, que había por fin encontrado a Cosette y con la que había comenzado una tierna relación amorosa, al enterarse de su partida sólo piensa en perecer, y es así que se une a la insurrección de sus amigos revolucionarios, donde Eponina es herida de muerte por intentar protegerlo y Gavroche es asesinado. Por otro lado, Juan Valjean también se les había unido casi por casualidad y allí encontró a Javert, que había sido apresado por los insurgentes y dándosele la oportunidad de ajusticiarlo, Valjean lo perdona. Esto hunde al inspector en profundas reflexiones morales que lo conducen al suicidio. Mario es herido y el resto de los revolucionarios mueren. Juan lo saca de allí y se interna en el alcantarillado para escapar de la justicia, donde se encuentra con Thénardier, que parece no reconocerlo y gracias al cual puede salir. Deja a Mario con su abuelo y tras su convalecencia permite a Cosette casarse con él. La boda se celebra y Juan confiesa parcialmente la verdad de su identidad a Mario, que recela de él y paulatinamente Valjean deja de acudir a su casa. Aparece Thénardier, quien sin proponérselo le revela a Mario que Valjean ha sido su salvador. Éste comprende la grandeza del alma de Valjean y corre junto a Cosette a su lado, hallándolo al borde de la muerte. Mario reconoce su error y se llena de amor hacia él, quien se despide de ambos deseándoles felicidad. Finalmente, sus restos descansan en una simple tumba cuya lápida no tiene nombre, sólo los trazos borrados de un poema.

2.3.

Recursos literarios

Los miserables es una obra que abunda en los recursos de tipo realista, como son las extensas y detalladas descripciones, el toque historicista y la implicación con los problemas sociales de su época; pero a su vez deja entrever el pasado romántico de su autor en metáforas, comparaciones y motivos mitológicos. De su estilo poético ha dicho Fiodor Dostoievski: “Victor Hugo, como poeta lírico, tiene un carácter angélico y un mensaje juvenilmente cristiano; en esto nadie puede comparársele.”3

3

Diccionario literario: Obras; tomo IV; 4ª edición; Barcelona: editorial Hora, 1992; página 202.

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3. Análisis comparativo 3.1.

La denuncia social

Los Miserables es no sólo una historia de y para el pueblo, sino también una profunda denuncia de las iniquidades de una época en la que el Progreso anunciado brilla por su ausencia, por doquier el hambre se ensaña con los pobres y la ignorancia los convierte en carne de presidio. Victor Hugo pone especial énfasis en dos clases de desamparados: la mujer y el niño. La una porque pierde la inocencia y el pudor, el otro porque no tarda en hacerse hombre vicioso. Sus personajes responden a las distintas clases sociales y tipos humanos que el autor, aunque sea de una pincelada, pretende mostrar. Logra así un mosaico de la sociedad de su tiempo, con sus males y virtudes. Aparece la figura de Fantina como la joven mujer que pierde el pudor. Ella tenía un rostro bello, ojos azul oscuro, delicado perfil, cutis y dedos blancos. No se le conocía familia y a los 15 años había dejado su pueblo para probar fortuna en París. Se entrega por amor y es abandonada por su novio cuando se entera de que está embarazada. Este hecho es el inicio de su caída en la miseria más absoluta; el deseo de bienestar para su hija, a la que no ve por estar bajo los supuestos cuidados de los Thénardier, la conducen a prostituirse. Había vendido su cabello y sus dientes frontales y no teniendo cómo hacerse con la cantidad necesaria: “-Vaya-dijo-, vendamos el resto. La infortunada se hizo mujer pública”. Poco a poco el hambre y las malas condiciones de vida cambian su aspecto haciéndolo más vulgar; aunque esta ruina no es moral, porque ella busca otros caminos para no caer en la vergüenza de la prostitución; sin embargo, la sociedad se los cierra. Por eso, su ruina es puramente externa, su corazón e intenciones se mantienen puros hasta el final de su vida: Fantina adoraba a su hija. A medida que iba descendiendo, cuanto más sombrío se hacía todo a su alrededor, más irradiaba en el fondo de su alma aquel dulce angelito4

Luego está la figura implacable de Javert, inspector de policía nacido en prisión de una echadora de cartas cuyo marido estaba preso, ascendencia que odiaba. Se lo describe

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HUGO, Victor; Los miserables; 5ª edición; Barcelona: Planeta, 2002. Página 181

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con nariz chata, con dos profundas ventanas, enormes patillas, labios delgados, mucha mandíbula, mirada oscura, aire de mando feroz. Javert lleva su sentido del deber al máximo y toma como revancha personal el encontrar a Juan Valjean para hacerlo pagar su reincidencia, desdeñando que el mal que ha hecho ese hombre es ínfimo en comparación con todas las buenas obras que realizó luego y no admitiendo matices en la ley, puesto que: Cubría de desprecio, de aversión y de disgusto a todo el que una vez había pasado el límite legal del mal. Era absoluto, y no admitía excepciones. Por una parte, decía: “El funcionario no puede engañarse; el magistrado nunca se equivoca.” Por la otra, decía: “Éstos están irremediablemente perdidos, nada bueno puede esperarse de ellos”.5

Esta visión kantiana 6 del comportamiento de un hombre del Estado choca con su sentido común al ver que su persecución no tiene justificación alguna, únicamente la de privar de la libertad a un individuo que demostró que sus concepciones estaban equivocadas, ya que se elevó sobre el mal al que había sido condenado por ese Estado al que sirve. Comprender que ha vivido y actuado bajo un dogma equivocado lo lleva al suicidio, todo su sistema de creencias entra en decadencia cuando Valjean le perdona la vida: Hasta entonces había vivido con la fe ciega que engendra la probidad tenebrosa (…) Todas sus creencias se desvanecían. Algunas verdades, que no quería escuchar, le asediaban inexorablemente (…) Padecía los extraños dolores de una conciencia ciega, bruscamente devuelta a la luz.7

Los Thénardier, posaderos, representan a la codicia de una porción de la sociedad que estando en las profundidades de la escala social convierte su pobreza en motivo de bajeza. Él es pequeño, huesudo, delgado, pálido, anguloso, endeble y con aire enfermizo, tiene 50 años al principio de la historia; ella, de 40, es alta, rubia, colorada, gruesa, membruda, cuadrada, enorme y ágil, tiene barbas y se asemeja a un hombre. Sus hijas eran hermosas, hasta que las penurias las convirtieron en jóvenes perdidas. Eponina es flaca, descolorida, descarnada, pálida, la boca desfigurada, le faltan algunos dientes, de voz ronca. Gavroche es un muchachito de once o doce años al que no se describe físicamente. El hombre Thénardier es el opuesto a Valjean, dado que en lugar de convertir su miseria en motivo de superación personal, alimenta su odio a la sociedad:

5

Ibid p. 169 El pensador Emmanuel Kant desarrolló la teoría del imperativo categórico en su obra “Crítica de la razón práctica”, donde exponía que es la razón la que guía a la voluntad y le señala el camino del bien moral, al respetar las leyes, que deben emanar de uno mismo. La conciencia del deber y la obligación son los basamentos de nuestra relación con la ley moral. 7 Ibid p. 1226 6

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“…como odiaba a todo el género humano, como tenía en sí una profunda dosis de odio, como era de los que se vengan perpetuamente, de los que atribuyen la culpa de cuanto cae sobre ellos a cuanto tienen delante de sí…”8

Victor Hugo explica esta diferencia de destinos de la siguiente manera: Todos los hombres son del mismo barro. No existe diferencia, por lo menos en este mundo, respecto de la predestinación (...) Pero la ignorancia mezclada con la pasta humana, la ennegrece. Esta incurable negrura se apodera del interior del hombre, y se convierte allí en el mal9

Su esposa es representada como una mujer cuyo instinto maternal es difuso, ya que es capaz de vender a dos de sus hijos y sólo se interesa por sus hijas mujeres, Eponina y Azelma, y a Gavroche lo lanza a la vagancia al no preocuparse por él. Gavroche es un fuerte símbolo sobre el que advierte Hugo, es el niño despojado de familia que sobrevive gracias a su astucia en las calles de París, abandonado a la Providencia y a sus pequeñas trapacerías. Dice de él, en uno de los más bellos y poéticos pasajes del libro: París tiene un hijo, y la selva un pájaro. El pájaro se llama gorrión; el hijo se llama el pilluelo. Asociad estas dos ideas que contienen, la una todo el foco de luz, la otra toda la aurora…10

Su corazón es noble y puro, comparte con los otros lo poco que tiene y obra rectamente, a pesar de no poseer una formada conciencia moral, sino un instinto de bondad que deviene de sus prosaicas reflexiones filosóficas. Es un defensor de la revolución y esto le vale la muerte en la insurrección. Eponina también goza, si bien parece mezquina en algunos momentos, de un sentimiento de bondad, enfocado principalmente en Mario, a quien ama y por quien da la vida. Tanto ella como su hermano representan la luz en las tinieblas de la ignorancia y la miseria, ambos se elevan de la decadencia moral de sus progenitores y engrandecen sus almas con sacrificios desinteresados. En cambio, su padre, cuando se le da la oportunidad de redimirse no la acepta y se hace vendedor de esclavos en América. El otro gran personaje es Mario Pontmercy, un muchacho de mediana estatura, cabellos espesos negros, frente ancha, aspecto sincero, perfil de líneas redondeadas, y ojos pequeños. Es abogado y sus ideas monárquicas inculcadas por su abuelo cambian al conocer la historia de su padre, un coronel bonapartista. Esto lo lleva a

8

Ibid p. 364 Ibid p. 676 10 Ibid p. 542 9

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entremezclarse con el grupo revolucionario de 1832, remitiéndonos de este modo al mismo cambio ideológico sufrido por el propio autor. Mario deviene en parte de la gran dualidad de esa época: la de los hombres jóvenes, abocados al progreso de la nación, contrarios a los hombres viejos, representados por el abuelo de aquél, el señor Gillenormand. -Mi padre (…) era un hombre modesto y heroico que sirvió gloriosamente a la República y a la Francia… (…) Esto era más de lo que el señor Gillenormand podía oír. A esta palabra, la República, se había levantado, o por mejor decir, se había enderezado repentinamente…11

Es un muchacho idealista, preocupado por las cuestiones sociales, pero asimismo un romántico soñador.

3.2. La filosofía y la religión en la metanoia de Juan Valjean 3.2.1. “El buen salvaje”, de Rousseau Juan Valjean, el protagonista de esta historia, es un hombre del pueblo, su representación, lo que le da un carácter de héroe universal y a la vez particular del pueblo francés: “Su madre se llamaba Juana Matieu y su padre Juan Valjean o Vlajean, mote y contracción probablemente de (voilà Jean) ahí está Juan” 12 . Su descripción física al comienzo del relato es la de un hombre de 46 años, de mediana estatura, rechoncho y robusto. Lleva el cabello cortado a rape, signo de sus años en la cárcel, que en su vejez se torna canoso, lo que le vale el apodo de señor Blanco. Tiene una fuerza prodigiosa que no lo abandona a pesar de los años. Jean Jacques Rousseau (1712-1778), filósofo belga precursor del Romanticismo, postuló en El contrato social que “El hombre es bueno por naturaleza pero se hace malo por culpa de las instituciones sociales”.

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Juan sólo desea hacer el bien, por lo que, al ver a su familia hambrienta, no puede pensar en otra cosa que en su bienestar y esto lo conduce a romper el cristal de una panadería para robar una hogaza. Este hecho lo lleva al inicio de su decadencia cuando es encarcelado por el ilícito cometido. De esta manera, Juan toma conciencia de la iniquidad cometida y su natural bondad decae al tener que hacerse duro para afrontar la prisión y comienza a odiar a Dios y a la Humanidad: “…llegó a la convicción de que la vida es una guerra y que en esta guerra él era el vencido. Y no teniendo

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Ibid p. 604 Ibid p.85 13 FRAILE, Guillermo; Historia de la filosofía: del Humanismo a la Ilustración, siglos XV-XVIII; tomo III;2ª edición; Madrid: La editorial católica, 1978. Página 932 12

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más arma que el odio, resolvió aguzarlo en el presidio y llevarlo consigo a su salida”14; sin embargo, su deseo de libertad lo insta a la fuga una y otra vez, alargando su pena. Es así que su condena acaba y lo dejan irse con un pasaporte que recuerda su condición de forzado, pero él se ha transformado en un ser antisocial que no sabe cómo reinsertarse. Se ha dado así una metanoia15 invertida: Juan Valjean no tenía, como se ha visto, una naturaleza malvada. Aún era bueno cuando entró en el presidio. Allí condenó a la sociedad, y conoció que se hacía malo; condenó a la Providencia y conoció que se hacía impío.16

El mundo delictivo ha hecho mella en él y una de las primeras cosas que realiza al liberarse, al ver que no hay lugar para él en un mundo que se ha mostrado irremediablemente injusto, es robar a Monseñor Myriel sus candelabros y luego unas monedas a un niño. Estas dos acciones le demuestran su degradación, por lo que, conmovido, Juan se propone como meta volver a ser un hombre íntegro: “Examinó su vida y le pareció horrorosa, examinó su alma y le pareció horrible. Y sin embargo, sobre su vida y sobre su alma se extendía una suave claridad.”17 Esto lo logra por poseer el intrínseco valor del bien que acompaña a las personas desde su nacimiento, según la mirada del autor, quien estaba influido por las ideas revolucionarias y russonianas. En suma, Juan era un hombre bueno al que las instituciones no sólo condenaron al declive moral, sino que cuando éste alcanzó una nueva y favorable vida bajo el nombre de señor Magdalena, se empeñaron en volver a destruir atrayendo el pasado y persiguiéndolo sin tregua, como si los representantes del Estado creyeran en un extraño determinismo de que quien obra mal, nunca podrá obrar bien.

3.2.2.

La visión cristiana de la Redención

Hay un fuerte componente religioso en el mensaje de Victor Hugo, visible sobre todo en la figura del obispo de Digne, quien causa la segunda metanoia de Juan hacia el bien. Si en la filosofía de Rousseau se habla de un hombre bueno por naturaleza, en la visión del cristianismo el hombre tiende hacia el bien al estar llamado por Dios, que es el Bien; y si cae en el camino, puede enmendar su error y buscar la Redención. Según Santo Tomás:

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HUGO, Victor; Los miserables; 5ª edición; Barcelona: Planeta, 2002. Página 92 La metanoia es un proceso por el cual un individuo sufre un cambio profundo en su vida. Consta de tres etapas: la situación previa, el suceso desencadenante (con sus causas y consecuencias inmediatas) y su fruto, el estado posterior. La metanoia tiene un carácter de superación, por eso se habla de invertida cuando sus efectos son negativos. 16 Ibid p. 92 17 Ibid p. 115 15

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…desde el punto de vista del simbolismo, la pasión y la muerte de Cristo se refieren propiamente a la remisión de nuestras culpas, permitiéndonos así morir al pecado, mientras que su resurrección se refiere a nuestra justificación o renovación de la vida por la gracia.18

La Redención es, para los cristianos, símbolo del arrepentimiento ante el pecado, aceptación de la culpa y expiación para llegar a un estado superior de gracia: “Así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros caminemos en una vida nueva. (Rom 6,4)”19. Monseñor Myriel demuestra su compasión de hombre piadoso y le brinda de esta forma una enseñanza a Juan, quien había sido deshumanizado por un sistema que lo trataba como un número más, y logra que aquél busque el perdón de sus pecados: -Juan Valjean, hermano mío, vos no pertenecéis al mal sino al bien. Yo compro vuestra alma; yo la libro de las negras ideas y del espíritu de perdición, y la consagro a Dios.20

Juan quiere entonces volver a comenzar como un individuo nuevo, libre de darse a sí mismo las oportunidades que se merece para prosperar y servir a su comunidad y hacer el bien al que lo impulsaba su corazón, pero al que unas instituciones terrenas hicieron ocultar: “En el momento en que exclamaba >, acababa de conocerse tal como era”21. Se descubre así que la primera metanoia del personaje hacia el mal no fue más que un tropezón, el cual, no obstante, le costará toda su felicidad futura y condicionará su relación con la sociedad. Juan se muestra, además, como una persona resiliente22 , que afronta la adversidad y sale adelante fortalecido, incluso elevándose en la escala social y adquiriendo una formación con la que nunca hubiera soñado. A pesar de todo esto, su metanoia tambalea al conocer que un hombre llamado Champmathieu ha sido confundido con él. Se debate entre dejar que él ocupe su lugar en la cárcel y así olvidar para siempre su pasado, o descubrirse ante el tribunal y regresar a una vida miserable en la que su obra de caridad desaparecería. Finalmente vence en su interior su conciencia y su responsabilidad por él: ¡Robaba a otro su existencia, su vida, su paz, su luz del sol! Era, pues, un asesino: mataba moralmente a un infeliz, le condenaba a esa horrible muerte de los vivos, a esa muerte a cielo abierto, que se llama presidio. Por el contrario, entregarse, salvar a ese hombre, objeto de tan funesto error, tomar su nombre, volver a ser por obligación el presidiario Juan Valjean, era verdaderamente acabar su resurrección, y cerrar para ANCILLI, Ermanho; Diccionario de la espiritualidad, tomo III; Barcelona: Herder, 1984. Página 256. Ibid p. 256 20 HUGO, Victor; Los miserables; 5ª edición; Barcelona: Planeta, 2002; Página 108 21 Ibid p. 114 22 Resiliencia: es la capacidad de superar un trauma, sufrimientos, acontecimientos desestabilizadores, y convertir esa enseñanza en recursos insospechados. 18 19

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siempre el infierno de que salía (…) Era necesario cumplir ese deber; porque nada habría hecho si no lo cumplía, y su vida sería inútil, su penitencia ineficaz, absolutamente estéril y sin objeto. 23

Finalmente, la presencia de Cosette en su vida es la última confirmación de sus aspiraciones al bien: el cuidar de ella y darle la seguridad de un hogar, convertirse en su padre y llenar el vacío de su ávido corazón, como ella llena el suyo. El destino unió bruscamente y enlazó con su irresistible poder aquellas dos existencias desarraigadas, diferentes por la edad y parecidas por la desgracia (…) Ponerse en contacto fue hallarse mutuamente. En el momento misterioso en que se tocaron sus dos manos, se soldaron. Cuando se vieron estas dos almas, se reconocieron como necesarias la una para la otra y se abrazaron estrechamente. 24

4. Conclusión “Hay un punto en que los infortunios y las infamias se confunden y mezclan en una sola palabra fatal: los miserables…” 25 , dice Victor Hugo en este edificante alegato contra las injusticias humanas que aún hoy siguen vigentes. El autor intenta definirnos los dos significados de la palabra miserable, no excluyentes entre sí: la miseria del hambre y la miseria moral. Lo que el escritor francés nos muestra es la realidad del pueblo, que pugna por salir de la indigencia y la ignominia, la grandeza de esos luchadores anónimos que levantan barricadas en defensa de la República y subliman con su sangre la pelea por los ideales libertarios que marcaron la modernidad. No por eso se queda en la investigación de las causas filosóficas de tales movimientos, sino que se inmiscuye en las conciencias y en los subterfugios de los personajes representativos de esa sociedad y nos hace comprender sus motivaciones. Al mismo tiempo, se erige en defensor de esas pobres almas que no teniendo nada en la Tierra, lo tienen todo en sus corazones y con su amor se consagran a la Humanidad. La justicia hecha por los hombres sólo sirve para embrutecerlos y condenarlos a un nuevo abismo, que es el del continuo envilecimiento. Pero aún en tales circunstancias, alguien puede hacer la diferencia. Esta es la historia de aquellos que hacen esa diferencia y se constituyen en símbolos del verdadero progreso humano, el que contempla el perdón y los derechos humanos, el que busca formar hombres íntegros y piadosos.

23 24 25

Ibid p. 220 Ibid p. 419 Ibid p. 697

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5. Bibliografía ƒ

Bibliografía primaria o

ƒ

HUGO, Victor; Los miserables; 5ª edición; Barcelona: Planeta, 2002

Bibliografía secundaria o

ANCILLI, Ermanho; Diccionario de la espiritualidad, tomo III; Barcelona: Herder, 1984

o

Diccionario literario: autores; tomo III; 5ª edición; Barcelona: editorial Hora, 2001. Páginas 1288-1294

o

Diccionario literario: Obras; tomo IV; 4ª edición; Barcelona: editorial Hora, 1992

o

FRAILE, Guillermo; Historia de la filosofía: del Humanismo a la Ilustración, siglos XV-XVIII; tomo III;2ª edición; Madrid: La editorial católica, 1978

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