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PLANTAS MEDICINALES EN EL TRATAMIENTO DE ALTERACIONES HEPATOBILIARES (III): ALCACHOFERA
María Emilia Carretero Accame
En este capítulo y en los siguientes se incluyen una serie de plantas medicinales que han mostrado efectos beneficiosos sobre la función biliar. Sin embargo, como ya se comentó en el primer artículo de esta serie dedicada a la Fitoterapia de las enfermedades hepatobiliares, hígado y vesícula aún siendo dos órganos diferentes, desempeñan funciones en común por lo que la mayoría de las plantas empleadas en fitoterapia para afecciones de la vesícula biliar, también pueden ser eficaces para restaurar las funciones hepáticas. Como ya se ha comentado, la vesícula biliar es un órgano en forma de pera, de pequeño tamaño, que se encarga del almacena miento de la bilis. Por lo general, la disfunción biliar, manifestada en forma de dolor cólico, es consecuencia de la obstrucción de las vías biliares bien por la presencia de cálculos o bien por el desarrollo de una tumoración. También se puede originar un proceso inflamatorio (colecistitis) o ictericia al quedar bloqueado el flujo normal de bilis hacia el intestino. En general, cuando se habla de disquinesias biliares se refiere a problemas de motilidad biliar. Entre las plantas mas frecuentemente empleadas para mejorar la función biliar se encuentran la alcachofa, boldo, fumaria, cúrcuma y otras, especies medicinales con propiedades coleréticas y/o colagogas y protectoras hepáticas. De algunas de ellas se encuentran numerosos trabajos publicados que avalan su actividad, otras son principalmente utilizadas en base a su empleo tradicional. ALCACHOFA o ALCACHOFERA Aunque en alimentación se emplean los capítulos florales, en fitoterapia se utilizan las hojas basales desecadas, enteras o cortadas, de la especie Cynara scolymus L (= C. cardunculus L. denominación correcta según OMS; C. cardunculus L. subsp. flavescens Wiklund según ESCOP), de la familia Compuestas o Asteraceae, pues en esta parte de la planta donde se encuentran los principios activos con utilidad terapéutica. También de las hojas frescas se obtiene por prensado un zumo del que posteriormente se preparan diversas preparaciones. La Farmacopea Europea incluye dos monografías: hoja de alcachofa (Cynarae folium) y extracto seco de hoja de alcachofa (Cynarae folii extractum siccum) “obtenido por un método apropiado a partir de la droga vegetal con agua a 80ºC como mínimo”. La planta no se conoce espontánea sino únicamente cultivada, siendo casi seguro que procede de un cardo silvestre por selección y mejora (C. cardunculus L. var. sylvestris (Lamk) Fiori). Probablemente esta domesticación tuvo lugar en tiempos de los romanos, en Sicilia y posteriormente fue extendida por los árabes durante la edad media. Se trata de una especie de origen mediterráneo, cultivada en regiones subtropicales. Es herbácea no espinosa, perenne, de aproximadamente 1,5 m de altura; el primer año de vegetación presenta una roseta basal de hojas muy grandes, profundamente divididas, con los bordes claramente dentados, muy tomentosas en el envés (suelen ser las recolectadas para su uso medicinal). Al año siguiente, emerge un tallo robusto con hojas de menor tamaño, sésiles, y casi enteras las de la parte superior. Las hojas que constituyen la droga pueden alcanzar hasta 70 cm de longitud por 30 cm de anchura. Las flores, de color púrpura, se agrupan en grandes capítulos florales situados en los extremos de los tallos
acanalados ramificados. Los capítulos se rodean de un involucro de brácteas carnosas. La base de las brácteas y el receptáculo antes de la floración es la parte que se consume en alimentación. Las hojas de alcachofera contienen una cantidad importante de compuestos de naturaleza fenólica. Acidos fenólicos como los ácidos cafeilquínicos (ac. clorogénico, criptoclorogénico, neoclorogénico y cinarina [ácido 1,3-dicafeilquínico]) y flavonoides (luteolina, cinarósido, escolimósido, cinarotriósido). Contiene además alguna antocianina como 3-cafeilglucósido de cianidina. Se han identificado también lactonas sesquiterpénicas amargas (cinaropicrina), aceite esencial en pequeña cantidad, alcoholes triterpénicos y fitosteroles, mucílagos, ácidos alifáticos (especialmente hidroxi-ácidos), vitaminas y sales potásicas y magnésicas. Según la Farmacopea europea la hoja debe contener como mínimo un 0,8% de ácido clorogénico calculado en referencia a la droga desecada y el extracto seco un 0,6% igualmente referido a extracto desecado. Mediante ensayos farmacológicos y clínicos se ha evidenciado su eficacia en el tratamiento de afecciones hepatobiliares y digestivas como dispepsia, sensación de plenitud, flatulencia, nauseas, dolor de estómago y vómitos. Igualmente parece probada su actividad hepatoprotectora, hipocolesterolemiante y una ligera actividad diurética, además de ser eficaz en pacientes que padecen de síndrome de intestino irritable asociado a dispepsias. El extracto acuoso de hojas de alcachofa aumenta la secreción biliar en cultivos primarios de hepatocitos. Igualmente, extractos hidroalcohólicos de dichas hojas normalizados en cuanto a su contenido en ácidos cafeilquínicos (19%), administrados intraperitonealmente en ratas, ejercen un efecto colerético. Por vía intragástrica estos mismos extractos incrementan la motilidad intestinal. En ratas anestesiadas la administración oral induce un incremento en el flujo biliar de forma similar al acido dehidrocólico. Aunque los datos son en ocasiones contradictorios, sus principios activos principales cinarina y ácido clorogénico no parecen ser los principales responsables de esa actividad colerética. Los ácidos alcoholes también parecen estar implicados en dicha actividad y el efecto parece ser debido al sinergismo entre los diversos componentes. Igualmente, un extracto metanólico de hojas y algunas fracciones del mismo, han demostrado poseer actividad antiespasmódica frente a la acción de acetilcolina en íleo aislado de cobaya y duodeno de rata. Cinaropicrina parece ser la principal responsable de este efecto relajante sobre músculo liso que puede justificar el empleo tradicional de las hojas de alcachofa en trastornos gastrointestinales. Diversos ensayos parecen confirmar una importante actividad hepatoprotectora, probablemente relacionada con la capacidad antioxidante y captadora de radicales libres de sus componentes fenólicos. Los extractos de alcachofa y algunos de sus principios activos (cinarina y en menor medida, ácido caféico) ejercen una acción hepatoprotectora en hepatocitos de rata tratados con tetracloruro de carbono. Igualmente se ha comprobado que el extracto acuoso previene la peroxidación lipídica. Ensayos in vivo demuestran del mismo modo que el extracto de alcachofa previene la hepatotoxicidad inducida por estrés oxidativo. Los extractos acuoso y metanólico inhiben de forma dosis dependiente la liberación basal de radicales libres de oxígeno así como la inducida por mediadores inflamatorios en células endoteliales y monocitos.
En leucocitos humanos, el extracto acuoso y algunos de sus componentes (cinarina, ácido cafeico, ácido clorogénico y luteolina) han demostrado ser capaces de reducir el estrés oxidativo inducido por diferentes agentes. El extracto acuoso de las hojas inhibe la biosíntesis del colesterol en hepatocitos de rata. En animal entero (ratas) las hojas pulverizadas ejercen un efecto antiaterosclerótico, normalizando los niveles de colesterol plasmático y hepático. Cinarósido y luteolina inhiben la hidroximetilglutaril-CoA-reductasa y los sesquiterpenos, como cinaropicrina, parecen ser los responsables de la disminución de los niveles plasmáticos de triglicéridos, elevados tras la administración de aceite de oliva. La cinaropicrina parece ser también responsable del efecto protector de la mucosa gástrica comprobado en ratas con lesiones agudas inducidas por etanol o por estrés. Este efecto es debido, al menos en parte, a un incremento de la producción de mucus gástrico. Por otra parte, también parece probado un efecto diurético para el extracto acuoso de las hojas de alcachofa. Además de las actividades mencionadas, algunos extractos de hojas poseen actividad antimicrobiana y antifúngica. Se han publicado diferentes ensayos clínicos que avalan la eficacia de la droga en el tratamiento de afecciones digestivas y hepatobiliares. En un estudio aleatorizado, doble ciego y controlado frente a placebo sobre 20 voluntarios sanos, se ha comprobado un incremento en la secreción biliar de aproximadamente un 150% en comparación al placebo después de 60 minutos de una administración intraduodenal de 1,92 g de extracto estandarizado. En un estudio multicéntrico sobre 553 pacientes con dispepsia a los que se administraron diariamente de 4 a 6 cápsulas (320 mg) de un extracto acuoso, durante 43 días y medio, se observó una disminución significativa de las alteraciones digestivas (dolor abdominal, emesis, meteorismo, nauseas) en un 71% de los pacientes tratados. Además en más de la mitad de ellos se apreció una disminución en los niveles de colesterol (LDL-colesterol) y triglicéridos. Asimismo en 279 de los mismos, que padecían síntomas relacionados con el síndrome de colon irritable, se observó una disminución significativa en la severidad de los síntomas y una evolución favorable en su enfermedad. En otro ensayo abierto sobre 203 pacientes, tratados con el mismo extracto durante seis meses se obtuvieron resultados similares. También se comprobó en un estudio de farmacovigilancia en el que participaron 516 sujetos de los cuales 454 completaron el estudio, utilizando unos índices para valorar la dispepsia y la ansiedad, como después de dos meses de tratamiento con un extracto estandarizado de hoja de alcachofa, mejoraron los síntomas gastrointestinales y la calidad de vida en los sujetos con dispepsia. En el año 2003 se publicaron los resultados de un ensayo multicéntrico, doble ciego y controlado frente a placebo, sobre 244 pacientes con dispepsia funcional, 129 tratados con el extracto de alcachofa (320 mg 2 veces día) y 115 con placebo, durante un periodo de 6 semanas. Los resultados, evaluados mediante escalas de valoración normalizadas, mostraron igual que en el caso anteriormente citado, mejoría significativa de los síntomas de dispepsia en el grupo tratado con alcachofa, así como un incremento en la evaluación de su calidad de vida. También se han realizado ensayos clínicos dirigidos a la evaluación de su eficacia hipocolesterolemiante. De los resultados obtenidos se deduce que la administración de preparados de esta droga reduce los niveles elevados de colesterol plasmático, disminuyendo significativamente la relación LDL-colesterol/HDL-colesterol. En el año 2003 se publicó una revisión sistemática de diferentes especies vegetales utilizadas para reducir los niveles de colesterol, entre ellas se incluía la alcachofa como una de las mas estudiadas y con mejores resultados. Solo se incluyeron ensayos clínicos
aleatorizados, controlados frente a placebo o equivalente y efectuados con monopreparados. Por ello, de todos los estudios con hoja de alcachofa solo dos fueron incluidos en la revisión. En total 187 pacientes, en donde se pudo observar reducción del colesterol total y LDL-colesterol y ausencia casi total de efectos adversos. También en 2009 se ha puesto al día una revisión Cochrane de 2002 sobre el extracto de hoja de alcachofa en el tratamiento de la hipercolesterolemia. Se han incluido tres ensayos clínicos controlados aleatorizados (total 262 pacientes) en los que se observa una reducción del nivel de colesterol si bien existe alguna duda al respecto para los autores. En medicina tradicional se le adjudican además efectos antianémicos, antidiabéticos, antipiréticos, antiinflamatorios y antilitiásicos. La actividad hipoglucémica ha sido probada en algún ensayo en animal de experimentación. La EMA, aprueba su uso tradicional para el tratamiento sintomático de desórdenes digestivos como dispepsia con sensación de plenitud, distensión o flatulencia. Según la Comisión E está indicada en el tratamiento de problemas dispépsicos. ESCOP añade su indicación en problemas hepatobiliares y como coadyuvante en el tratamiento de hiperlipidemia moderada con dietas bajas en grasa. La actividad de los distintos preparados comerciales no es siempre la misma, depende de su contenido en principios activos, principalmente compuestos fenólicos, y por tanto relacionado con sus propiedades antioxidantes. También se emplea tradicionalmente, con los mismos fines que las hojas de alcachofa, el zumo obtenido de los capítulos florales antes de abrir. Se ha publicado un estudio observacional sobre 110 pacientes (edad media 54 años) con molestias dispépticas, para comprobar el efecto y la seguridad de dicho zumo. Los pacientes recibieron 20-30 ml/día durante 12 semanas, comprobándose el efecto beneficioso a las seis semanas y al final del tratamiento, mejorando el dolor epigástrico, nauseas, dolores espasmódicos y la sensación de “hinchazón abdominal”. Igualmente se ha comprobado que el zumo de alcachofa mejora la función endotelial en pacientes hiperlipémicos, posiblemente debido a las propiedades antioxidantes de las hojas, si bien este estudio se llevó a cabo sobre un número pequeño de pacientes por lo que sería conveniente realizar ensayos con mas pacientes y durante periodos mas largos de tiempo. Posología: a continuación se indican las posologías incluidas en las obras oficiales: según la Comisión E alemana la dosis sería de 6 g droga/día o cantidad equivalente de otras preparaciones. EMA: - Hojas trituradas o pulverizadas en forma de infusión: 6 g/día (3 g una o dos veces al día que corresponden a 600 mg de extracto acuoso seco, o 1,5 g cuatro veces al día) - Hojas pulverizadas: 600 a 1500 mg (en dosis de 150, 175, 300 o 500 mg) - Extracto seco: dosis diaria de 600-900 mg (en dosis de 200, 300 o 600 mg) - Extracto blando de hojas frescas: dosis diaria de 600 a 1200 mg (en dosis de 200 mg) o extracto fluido 9 ml/día (20 g de extracto/100 ml) - Extracto seco de hojas frescas: 900 mg/día (en dosis únicas por encima de 450 mg/día) Si los síntomas persisten mas de 2 semanas se aconseja consultar al médico. OMS: Para hipercolesterolemia y dispepsia: - Extracto acuoso seco: 1-2 g/día. En adultos: 5-10 g/día de droga o preparaciones equivalentes. Esta última coincide con la propuesta por ESCOP que añade que en ancianos la dosis debe ser igual que para adultos y
en niños de mas de 4 años, debe administrarse la dosis proporcional a la de adultos de acuerdo con la edad y peso corporal. La droga parece ser completamente atóxica. Está contraindicada en casos de hipersensibilidad a los principios activos o a otras plantas de la familia Asteraceae. También en casos de obstrucción de los conductos biliares, colangitis, cálculos biliares (salvo prescripción médica) y otras alteraciones biliares y hepatitis. Al no existir datos clínicos en niños menores de 12 años, en embarazo o lactancia, se desaconseja su empleo salvo prescripción médica. No se han descrito interacciones directas ni teóricas con otros medicamentos. Los efectos adversos observados en los ensayos clínicos son poco frecuentes y de escasa gravedad. Se han descrito algunos casos de diarrea ligera con espasmos abdominales, nauseas y acidez gástrica. En algunos tratados de fitoterapia figuran flatulencia, debilidad y aumento del apetito. Debido a su pertenencia a la familia Asteraceas no puede descartarse la posibilidad de aparición de una reacción de tipo alérgico, especialmente en personas sensibles a especies de esta familia botánica. Bibliografía -
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