PRINCIPALES TEORÍAS SOCIOLÓGICAS EN LA INVESTIGACIÓN DE UN PROBLEMA SOCIAL. o c i o l o g í a. Tema: Teoría Comprensiva y Crítica

PRINCIPALES TEORÍAS SOCIOLÓGICAS EN LA INVESTIGACIÓN DE UN PROBLEMA SOCIAL Tema: Teoría Comprensiva y Crítica S o c i o l o g í a Teoría Comprensi

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26/08/2012 UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CENTRO DEL PERÚ FACULTAD DE CIENCIAS APLICADAS TARMA INGENIERIA AGROINDUSTRIAL @ Toxicología e Higiene Agroindu

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PRINCIPALES TEORÍAS SOCIOLÓGICAS EN LA INVESTIGACIÓN DE UN PROBLEMA SOCIAL

Tema: Teoría Comprensiva y Crítica

S o c i o l o g í a

Teoría Comprensiva y Crítica Teoría Comprensiva

La Teoría Comprensiva, según José Félix TezanosTortajada (2006), es una de las más influyentes en la sociología, pues sus fundamentos han servido para que los pensadores modernos construyan sus propuestas o realicen sus análisis. El principal exponente de esta teoría es Max Weber (1864-1920), quien estudió economía, teología y derecho en las universidades de Berlín y Gotinga, en 1889 se doctoró en leyes con la tesis titulada “La historia de las organizaciones medievales de negocios”, pero la obra de Weber adquirió los matices que la hicieron famosa después de una visita a Estados Unidos en 1904, cuando comenzó a centrar sus esfuerzos en explicar las estructuras y la evolución de los procesos históricos y fenómenos sociales característicos de occidente, no obstante, mientras vivió sólo vio publicada una de sus obras que se titula “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” en 1905, mientras que el resto de sus libros fueron publicados pocos años después de su muerte. En muchos textos introductorios a la sociología, se ha considerado que los esfuerzos teóricos de Weber se han enfocado en echar por tierra la propuesta de Marx, sin embargo, lo que pretendía este pensador era destacar la importancia de los aspectos ignorados por el Materialismo Histórico para lograr una comprensión global de la sociedad. La obra de Weber es sumamente extensa, por lo que se enfocará únicamente en los siguientes aspectos: Su propuesta metodológica; su concepción de la estratificación social, sus clasificaciones de los tipos de acción social y los sistemas de autoridad; el papel de la racionalidad formal en las dinámicas de la sociedad y la influencia de los factores ideológicos en las estructuras y dinámicas económicas y sociales. Con relación a la metodología de Weber, según George Ritzer (2003a), es importante recuperar que fue un arduo defensor del principio de neutralidad valorativa, por lo que, desde su perspectiva, los

investigadores sólo debían limitarse a hacer uso de sus juicios en el proceso de elección del fenómeno social a estudiar. Por otro lado Weber planteó la noción de comprensivismo que puede ser definida como una forma de análisis sociológico en él que lo objetivo se vincula con la causalidad de los fenómenos sociales, lo subjetivo con su significatividad y lo histórico con el plano en el que se realizan sus análisis. Así pues, Weber consideraba que la sociología proporcionaba los conceptos para comprender la actividad humana y la historia brindaba acontecimientos únicos que debían ser explicados, aunque esto no quiere decir que creyera que los conceptos pudieran explicar totalmente lo que sucedía en el mundo, ya que para él tenían que construirse en función de los hallazgos encontrados en el proceso de investigación. El comprensivismo de Weber planteaba que los científicos sociales tenían la gran ventaja de estar inmersos en su objeto de estudio y que esto les brindaba las capacidades necesarias para comprender a la sociedad, por lo que sus análisis se enfocó en los fenómenos a pequeña escala que se vinculaban con el contexto social más amplio en que se presentaba, el cual, desde su perspectiva, es construido por las acciones de los individuos. La herramienta metodológica más importante que plantea Weber es el uso de tipos ideales, los cuales pueden ser definidos como un instrumento de medición que permite acentuar los rasgos de un fenómeno determinado para guiarse en su análisis. Así pues, la riqueza de la obra de Weber estriba en el conjunto de tipos ideales que construyo, entre los que se destacan los siguientes: 



El tipo ideal histórico, que intenta brindar un marco referencial sobre los fenómenos que se presentan en una época dada, por ejemplo: La situación de los medios de información en nuestros días o las tendencias de moda predominantes. El tipo ideal de la sociología general, que se refiere a fenómenos que se presentan en todas las épocas y en todas las sociedades, por ejemplo: La burocracia y los sistemas legales.



El tipo ideal de acción, que se refiere a los tipos de acción basados en las motivaciones de los actores, por ejemplo: La acción afectiva o la acción racional.



El tipo ideal estructural, que se refiere a la forma cristalizada de las causas y consecuencias de las acciones sociales, por ejemplo: La dominación tradicional o las corrientes de pensamiento colectivas propias de los grupos marginados.

Es importante señalar que los tipos ideales no se deben aplicar al análisis de experiencias particulares, no obstante, este uso permite familiarizarse con la formulación y aplicación de esta herramienta metodológica. Con relación a la concepción que tenía Weber de la estratificación social, se puede plantear que la abordaba desde un enfoque multidimensional, por lo que introdujo tres conceptos clave, que son: 

La clase social, se refiere la situación compartida por un grupo humano, la cual impulsa a sus integrantes a perseguir fines lucrativos y de obtención de bienes en una constante lucha contra las condiciones impuestas por la sociedad y el mercado.



El status, que hace referencia a los estilos de vida y tendencias de consumo.



El partido, que hace referencia a la posición que asumen los distintos grupos de status o clases sociales para obtener poder sobre otros.

Es importante señalar que clase social, status y partido no se relacionan ni se corresponden de una forma lineal y armónica, es decir, habrá algunas personas que estén acostumbradas a llevar una vida llena de lujos y que se comporten como todos unos reyes aunque no tengan un peso en la bolsa; otras que cuenten con su situación económica resuelta y que de alguna manera se asocien con la causa de algún movimiento obrero, otras más que tengan una alta posición social pero que no se den los lujos que les marca el status. Con relación al análisis que hace Weber de la acción social, se debe destacar que para él, las acciones son la génesis de las grandes estructuras y deben interpretarse en función de sus significados subjetivos, por lo que distingue los siguientes tipos: 

La acción tradicional, que es aquella que se sustenta en modos de comportamiento heredados de la sociedad y habituales al actor, en otras

palabras, son las costumbres que tiene cada quien y de las que no puede sustraerse, por ejemplo: Persignarse antes de salir de casa para tener buena ventura. 

La acción con arreglo a valores, que es aquella que está determinada por los principios éticos, estéticos, religiosos o políticos, por lo tanto no busca perseguir un resultado utilitarista, por ejemplo: Dar dinero a los pobres, ir a misa los domingos o regresar una cartera pérdida.



La acción racional con arreglo a fines, que es aquella que está determinada por los deseos y aspiraciones de los individuos, por lo que exige un cálculo de costo/beneficio y está sujeta a las condiciones que la limitan y los medios que la posibilitan, por ejemplo: Aprobar un examen, conseguir un trabajo, cortejar a la pareja o regatear.

No obstante es importante destacar que Weber consideraba que estos tipos de acción social no se dan por separado en la realidad, por ejemplo, podemos emprender una acción racional como el cortejo de la pareja, pero esta acción también tiene implícitos valores y tradiciones, como son el serle fiel y asumir el compromiso del matrimonio. Con relación a las formas de autoridad, Weber considera que son de suma importancia en el análisis sociológico, pues, desde su perspectiva, el cambio social sólo es posible si los jefes de las organizaciones conducen óptimamente la acción de las masas a su cargo. Entre las formas de autoridad que distingue este pensador se encuentran:





La autoridad tradicional que se sustenta en la creencia de la santidad o inefabilidad de las formas de vida y pautas que se han heredado de generación en generación, pues así como han servido en el pasado para regir la vida humana servirán en el presente y en el futuro. La autoridad carismática que se sustenta en la creencia de que los líderes tienen cualidades extraordinarias. El carisma es una forma de efervescencia y puede observarse en los

reavivamientos religiosos, sin embargo, este estado no se mantiene constante, sobre todo, cuando se institucionaliza, se le imponen normas o muere líder carismático.  La autoridad legitimada en fundamentos racionales, que es aquella que se sustenta en el derecho legal.

Es importante destacar, que del mismo modo que los tipos de acción, las formas de autoridad no se presentan aisladamente en la realidad social. Tomemos, por ejemplo, el caso de un político, quién con base en su carisma ha ganado las elecciones y adquirido la legitimidad que brinda el derecho legal para ejercer su cargo. Con relación al papel de la racionalidad formal en la dinámica de la sociedad, Weber plantea que esto es algo característico del mundo occidental y que la máxima expresión de este tipo de racionalidad es la burocracia, que es una estructura que trasciende a los individuos, les brinda cargos y funciones definidos, y, promueve su crecimiento. Weber concedió un papel privilegiado a la burocracia debido al rigor de su disciplina y su eficacia, sin embargo, considera que presenta ciertos problemas entre los que se destacan los formulismos que hacen cansada la relación con y entre las organizaciones, por ejemplo: La serie de trámites necesarios para adquirir un crédito o para ser beneficiario de algún programa social. Por otro lado, Weber planteó que la excesiva racionalización de los sistemas burocráticos atenta contra la libertad individual y los intentos de iniciativa. Finalmente, Weber hizo un prominente esfuerzo por mostrar el papel y la importancia de los factores ideológicos en la evolución y dinámica de las sociedades, por lo que realizó diversos análisis religiosos, de los cuales se destaca La ética protestante y el espíritu del capitalismo publicada en 1912.

En esta magna obra relacionó los principios fundamentales del capitalismo con los del calvinismo, lo cual, desde su perspectiva permitió la racionalización de la vida económica en occidente. La forma en que llegó a esta conclusión fue relacionando los caminos de salvación con la persecución de metas económicas y descubrió que aquellos que seguían caminos sustentados en una visión mística, propia de los católicos, negaban al mundo o buscaban comprenderlo sustrayéndose de él, mientras que aquellos que seguían caminos sustentados en el ascetismo intramundano, propio de los protestantes, consideraban que para alcanzar la salvación o al menos ser dignos de ella debían rechazar lo que no es ético ni estéticoy dedicar su vida al trabajo con responsabilidad sin ceder a grandes ambiciones o caer en la búsqueda incesante de lujos, lo cual se compagina con los principios del capitalismo entre los que se pueden mencionar: “El tiempo es dinero”, “Sé laborioso y puntual” y “Sé próspero”. La propuesta de Weber ha servido como punto de partida para desarrollos teóricos más complejos, como la Teoría de la Estructuración planteada por Pierre Bourdieu en su obra La distinción (1979), donde recupera su visión multidimensional sobre la estratificación social, la cual interpreta haciendo uso de cuatro conceptos básicos: 

El capital económico, que se refiere a las condiciones de vida materiales y al conjunto de propiedades que tienen los individuos.



El capital cultural, que se refiere al conjunto de conocimientos académicos o empíricos que tienen las personas.



El capital simbólico, que se refiere al conjunto de diplomas o credenciales que le dan prestigio a un individuo.



El capital social, que es el conjunto de relaciones sociales útiles que permiten el acceso a los otros capitales.

La Teoría de la Estructuración también plantea que las acciones de las personas están orientadas a fines o metas socialmente deseables, lo cual exige que sean racionales y estratégicas, pues para alcanzar dichas metas, los individuos tienen que hacer un uso óptimo de los distintos capitales que poseen. En este sentido, se puede observar que el proceso de estructuración de la sociedad es dinámico pues se da de arriba hacia abajo, cuando la sociedad impone sus demandas a las

personas y de abajo hacia arriba, pues las personas se adaptan a estas demandas de manera diferenciada, lo cual resulta sumamente útil para los estudios de desviación social, tendencias de moda y estilos de vida. No obstante la teoría de Weber ha sido objeto de fuertes críticas, sobre todo por la dispersión de sus planteamientos, el vago uso de sus conceptos, la aplicación arbitraria de su metodología y su incapacidad de mostrar que las acciones marcan el rumbo de la sociedad. Así pues, se debe recuperar que la Teoría Comprensiva es una sociología dinámica que se nutre de los conocimientos obtenidos en las diversas investigaciones y que se adapta a los contextos de cambio haciendo énfasis en la acción social y los procesos de racionalización, con un enfoque hermenéutico, probabilístico y comprensivo. Teoría Crítica

En la presente unidad, cuando se expusieron los postulados básicos del Materialismo Histórico, se comentó de manera muy resumida que las ideas de Marx fueron muy importantes porque dieron pie a numerosos movimientos sociales, sin embargo, la liberación del proletariado de la que refería este pensador no se presentó, lo cual dio pie a diversos esfuerzos intelectuales entre los que se destaca la Teoría Crítica, que surgió en 1930 en Alemania en el Instituto de Investigaciones Sociales vinculado a la Universidad de Frankfurt. Los teóricos críticos, según Max Horkheimer (2003), eran un grupo de marxistas inconformes con el socialismo ruso porque había cobrado tintes autoritarios, aquejados por los estragos de la Primera Guerra Mundial y esperanzados en construir una sociedad más justa, por lo que sus ideas no fueron bien recibidas en Europa, sobre todo, cuando comenzaron a presentarse los movimientos anti semitistas que dieron pie a la Segunda Guerra Mundial, lo cual, los obligó a huir hacia los Estados Unidos. Entre los fundadores de este movimiento se encuentran Max Horkheimer (1895-1973) y Theodore Adorno (1903-1969), dos filósofos y sociólogos alemanes que se destacaron con la obra Dialéctica del a Ilustración

publicada en 1944 y difundida entre los años cincuenta y sesenta de manera clandestina, pues en ella se presentaba una fuerte crítica a la llamada “razón ilustrada”, aquella que, desde su punto de vista, fomentó el progreso técnico que dio pie al holocausto y no permitió derrocar las estructuras de dominación, ni conseguir lograr una sociedad más progresista, humana e igualitaria. Los esfuerzos de los primeros teóricos críticos se enfocaron en el reino de la cultura, pues consideraban que las condiciones de vida en general ya eran lo suficientemente insoportables como para que se diera una transición social y que las personas se encontraban adormecidas y dominadas por algo que iba más allá de la miseria y la opresión. Los planteamientos de la Teoría Crítica son difíciles de sintetizar debido a que cada uno de sus exponentes tomó diferentes rumbos, por ejemplo, Max Horkheimer se enfocó en el análisis de la sociedad global y de las instituciones religiosas, Theodore Adorno en el análisis de la música y Jürgen Habermas en el análisis del a comunicación, sin embargo, algunos principios que comparten son los siguientes: 

Construir un enfoque teórico interdisciplinario compuesto por la sociología, que debía enfocarse en aquellas estructuras culturales que mantenían dominados a los individuos, la psicología, que debía enfocarse en como las personas asumían estas formas de dominación, por lo que se adoptó la postura de Freud y la economía que permitía establecer nexos entre la experiencia colectiva y la individual.



Contribuir a la emancipación y liberación de los hombres a través de una actividad científica que criticara las estructuras de dominación de la cultura y el saber científico.



Plantear una ciencia social comprometida con el presente y con el futuro de la humanidad, para hacer madurar el objeto de estudio de la sociología y así poder abordarlo óptimamente en aras del progreso.



Lograr que la ciencia se desarrollara en todo su potencial libre de la burocracia y el academicismo.



Contribuir al desarrollo de una actividad científica que no sirviera a los fines del Estado sino a los de las poblaciones necesitadas, una ciencia que en lugar de adormecer a las masas consiguiera liberarlas.

Así pues, con base en estos principios, los teóricos críticos distinguían su propuesta de lo que llamaban Teoría Tradicional, la cual se asociaba básicamente con el positivismo y los intentos de los científicos sociales por utilizar los métodos y enfoques de las ciencias naturales para plantear leyes y predecir los cambios de la sociedad. Ahora bien, uno de los desarrollos más actuales e importantes de la Teoría Crítica, es la propuesta de Habermas, quien nació en 1929 y comenzó sus estudios superiores a partir de 1949 en historia, psicología, economía y filosofía en las universidades de Gotinga Zúrich y Bonn, para después, doctorarse en filosofía en esta última en el año de 1954; su vida académica fue sumamente activa, pues impartió clases en universidades prestigiosas como la de Heidelberg en 1962 y colaboró activamente como catedrático de filosofía y sociología en la universidad de Frankfurt, participando en los proyectos de su instituto de investigaciones, dónde fue influido por las ideas de Horkheimer y Adorno. Las obras de Habermas conforman un gran repertorio, sin embargo, la más importante se titula Teoría de la Acción Comunicativa que se compone de dos volúmenes y se publicó en 1981, pues, allí se sintetiza su interpretación de la Teoría Crítica y sus propuestas para transformar la sociedad. Habermas, al igual que muchos otros teóricos críticos, centraba su análisis en el reino de la cultura y criticaba aquellas estructuras de dominación que no permitían la emancipación ni el desarrollo social, y, en su propuesta concedía igual importancia a las estructuras sociales y a los individuos, pues consideraba que las primeras se imponen al actor social y orientan sus acciones, pero los individuos a la vez son creadores inteligentes sumergidos en sus particulares percepciones del mundo. Los conceptos que utiliza para ilustrar esto son los siguientes. 

Mundo de la vida, que se refiere la realidad cotidiana e inmediata tal y como es percibida por las personas, donde no tienen que apegarse a formulismos; es un marco de referencia racional que permite a los hombres acceder a otras esferas de la realidad y entrelazarlas, estas esferas son el



mundo objetivo, que comprende a todas las cosas con las que el ser humano puede relacionarse a través de sus sentidos; el mundo social que comprende todas las relaciones que se dan entre los individuos y el mundo subjetivo, que comprende a todas las experiencias de las personas. Sistema, que se refiere a las estructuras o entidades externas al sujeto y que le exigen adoptar ciertos formulismos y normas para poder desenvolverse en ellas.

Por otro lado, Habermas, también basaba sus reflexiones en el pensamiento de Marx, pero consideraba que el análisis sociológico no debía centrarse exclusivamente en el proceso de producción, por lo que planteo que había distintos tipos de acción humana, entre los que se destacan: 





La acción teleológica, que es aquella que realizan los seres humanos para cumplir objetivos determinados, los cuales son considerados como deseables. La acción regulada por normas, que es aquella que realizan los actores en función de las demandas estipuladas por las distintas estructuras y valores comunes de la sociedad. La acción dramatúrgica, que es aquella en la que el actor social intenta transmitir a los demás una impresión de sí mismo y sus fines.



La acción comunicativa, que es la interacción entre dos sujetos por lo menos, que comparten un lenguaje y formas de conducta, cuyo objetivo es entenderse mutuamente o imponer sus puntos de vista a base de argumentos. Cuando este tipo de acción se presenta en el mundo de la vida el actor sólo aspira a que los argumentos presentados sean aceptables; mientras que cuando se presenta en el sistema aspira a que sean verídicos.

En este sentido, según Habermas (2002), la misión de los sociólogos era ayudar a las personas fomentándoles una actitud crítica y analítica de su mundo para romper las barreras que les impiden lograr una comunicación efectiva, como son las ideologías y las legitimaciones que son sistemas de ideas para justificar la dominación. No obstante aunque la Teoría Crítica ha proporcionado contribuciones útiles al campo de la sociología, algunos pensadores señalan que uno de sus puntos débiles es la ambigüedad en cuanto a sus conceptos y los resultados de sus análisis. Así pues, debe recuperarse que la Teoría Crítica va más allá de ser un cuerpo de conceptos y métodos, pues, es un esfuerzo intelectual comprometido con el desarrollo de la sociedad y el logro de la emancipación de los hombres, por lo que se enfoca en denunciar los problemas del mundo y en intentar darles solución.

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