PRINCIPIOS BÍBLICOS PARA LOS CRISTIANOS. De la Iglesia de Cristo

PRINCIPIOS BÍBLICOS PARA LOS CRISTIANOS De la Iglesia de Cristo Autor: Benedicto Calderón Vivimos en un tiempo donde muchos teólogos nos hacen creer

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LO QUE LA IGLESIA DE CRISTO NECESITA
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (II Timoteo 2:2, RV 1960).

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PRINCIPIOS BÍBLICOS PARA LOS CRISTIANOS De la Iglesia de Cristo Autor: Benedicto Calderón

Vivimos en un tiempo donde muchos teólogos nos hacen creer que el vivir siempre en ‚prosperidad‛ financiera y abundancia de riquezas materiales son la herencia ‚obligatoria‛ de los cristianos. Según ellos, la abundancia de recursos materiales es ‚evidencia‛ que Dios est{ de nuestro lado o que nosotros estamos de ‚Su lado‛, que de veras hemos entendido el cristianismo o que ciertamente tenemos ‘fe’ para la vida de prosperidad. La clave para la ‚abundancia‛ es según ellos, el hecho de que Dios ‚quiere‛ que seamos prosperados ‚en todo‛, y que siempre tengamos salud, (referencia a 3 Juan 2). Tanto la abundancia de bienes materiales como la salud física de nosotros y nuestra familia son vistas como la ‚evidencia‛ principal de que estamos haciendo lo correcto. En

estudios anteriores hemos hablado acerca de cómo la enfermedad puede y

ciertamente alcanza aun los mejores creyentes. Vemos que hombres fieles y de ‚fe no

fingida‛

como

Pablo

y

Timoteo

estuvieron

enfermos

y

a

veces

‚constantemente.‛ Obviamente no hay que ir muy lejos para entender que aun los mejores cristianos no solamente pueden enfermarse,

sino también pasar por

tiempos de escasez y necesidad. En la Biblia vemos que desde un punto de vista general y corporativo, Dios prometió al pueblo de Israel que si obedecía sus mandamientos sería prosperado y si desobedecía sería castigado (Deut. 28:29, 63; 29:9). No obstante, también vemos a creyentes fieles los cuales tuvieron momentos de escasez en sus vidas y se quejaron a Dios por la prosperidad de los impíos. David era un hombre que una vez se dijo que ‚prosperaba en todos sus caminos porque Jehov{ estaba con él‛ (1 Samuel 18:14), sin embargo se queja de que

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muchos eran afligidos, acosados y pasaban por tiempos de tribulación mientras los ateos prosperaban y se gloriaban de ello: Salmos 10: 1 ¿Por qué, oh SEÑOR, te mantienes alejado, y te escondes en tiempos de tribulación? 2 Con arrogancia el impío acosa al afligido; ¡que sea atrapado en las trampas que ha urdido! 3 Porque del deseo de su corazón se jacta el impío, y el codicioso maldice y desprecia al SEÑOR. 4 El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios. Todo su pensamiento es: No hay Dios. 5 Sus caminos prosperan en todo tiempo; tus juicios, oh Dios, están en lo alto, lejos de su vista; a todos sus adversarios los desprecia. 6 Dice en su corazón: No hay quien me mueva; por todas las generaciones no sufriré adversidad. Los teólogos de la prosperidad enseñan que la prosperidad ‘siempre’ va mano a mano de la fe (o la espiritualidad) y se citan textos del Antiguo Testamento y traen ejemplos de hombres creyentes como; Job, Abraham, Isaac para probar que eso es así. Sin embargo, ni en el Nuevo Testamento, ni aún el Antiguo Testamento era de esa manera una regla absoluta. Tristemente son muchas los cristianos que han sido arrastrados por este error del evangelio de la prosperidad pensando que en realidad ‚el plan de Dios para los cristianos es que sean ricos y los que no lo son, son tenidos como tontos o ignorantes. Nunca olvido un predicador que llegó a la iglesia donde crecí y dijo en su predicación que ‚si un pastor anda en un ‘Volkswagen viejo’ eso no es porque es humilde sino porque es un tonto‛; también escuche un predicado decir; ‚Dios quería que todos los cristianos tuviesen casa propia e individual, que el diablo se había inventado los dúplex, los triplex y los cuádruplex (edificios de dos, tres o cuatro casas pegadas) para los cristianos, pero que eso no era lo que Dios quería.‛ Con ese tipo de mensaje que apela m{s a las emociones y la carnalidad que a la Palabra de Dios, no es de extrañarnos que tanta gente ande tan confundida. Muchos cristianos piensan que ‚el reino‛ tiene que ver con posesiones materiales y que para demostrar que estamos en el reino debemos poseer los mejores bienes de la tierra. Un predicador decía por la radio;‚si tú no tienes leche en la nevera para darle a tus hijos, tú no puedes predicar el evangelio, ¿porque que van a decir la gente de Dios que tu le sirves? Eso simplemente es un error horrible, si usted es salvo y su vecino no lo es, no hace falta que usted le hable de leche sino de la cruz

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de Cristo. Siguiendo esa regla, a los ricos nunca se les predicaría el evangelio porque ellos tienen mucho más que el cristiano promedio. Lo que la gente necesita es salvación de su alma, el perdón de sus pecados y la reconciliación con Dios por medio de Cristo o les espera la condenación eterna del lago de fuego; y eso, se le puede predicar tanto a un rico como a un pobre, tengamos leche en la nevera o no tengamos ninguna.

Los pastores que hablan así porque simplemente han

cambiando el mensaje del evangelio por un evangelio de prosperidad y materialismo. La Biblia dice “no me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación para todo aquel que cree, al judío primeramente y también al griego” (Romanos 1:16). Cuando Pablo habló de salvación en este contexto, lo hace con referencia a ‚la justificación por fe‛ por eso sigue diciendo en el próximo verso: “17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe; como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRA.” En cierta ocasión conversaba con cierto hermano que manejaba un carro de lujo y le dije que estaba bonito el carro a lo que me respondió: ‚nosotros somos hijos de un rey y por eso tenemos que tener lo mejor‛, r{pidamente le dije, ‚no confundas el reino con las añadiduras, porque ese carro no tiene nada que ver con el reino de Dios.‛ Es cierto que Dios bendice a sus hijos, pero debemos recordar que el reino de los cielos no son asuntos materiales sino espirituales. Pablo lo dejo claro: Romanos 14:17 Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. Las riquezas y la abundancia material no son necesariamente la herencia de los santos, ni sinónimo (o fruto) de la fe, la santidad y piedad. Es falso que ‚Dios nos ha predestinado para la sobreabundancia‛ de bienes materiales, si eso fuera cierto, todos los cristianos fuesen ricos porque lo que Dios ‚predestina‛ ocurre sin que nadie lo estorbe (ver Romanos 8:28-32).

En sus cartas a las siete iglesias de

Apocalipsis se mencionan dos iglesias las cuales una de ellas, Laodicea, era abundantemente rica en el aspecto material y otra, Esmirna, que era sumamente pobre. Sin embargo, la iglesia de Laodicea aunque poseía riquezas era una iglesia ‚tibia‛, ni fría ni caliente, la cual Jesucristo le dijo que sería vomitada de su boca. A pesar de ser una iglesia llena de abundancia y sin necesidad de nada en el

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mundo, en el {rea espiritual esa iglesia era ‚miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo‛: Apocalipsis 3:15-20 Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. Ojalá fueses frío, ó caliente! 16 Más porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. 17 Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no conoces que tú eres un cuitado y miserable y pobre y ciego y desnudo; 18 Yo te amonesto que de mí compres oro afinado en fuego, para que seas hecho rico, y seas vestido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Y para colmo de males Jesucristo estaba afuera de esa iglesia: 20 'He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. En contraste, comparemos las palabras dirigidas a la otra iglesia mencionada, la de Esmirna. Esta era una iglesia que vivía en suma pobreza, no gozaba de las ‚bendiciones‛ que tenía la iglesia de Laodicea. Aunque desde el punto de vista del mundo era pobre, ante los ojos de Dios era ‚rica‛: Apocalipsis 2:8-9 Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: "El primero y el último, el que estuvo muerto y ha vuelto a la vida, dice esto: 9 'Yo conozco tu tribulación y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que son sinagoga de Satanás. Recordamos también la historia de Job, mientras sus amigos le decían que su calamidad y sufrimiento era consecuencia de su pecado escondido hacia Dios, el mismo Job, hombre justo y recto reconoce que los impíos prosperan y reconoce que dicha prosperidad de los impíos viene de parte de Dios mismo. (Job 12 .4-6). Tanto en el del Nuevo Testamento vemos los casos de creyentes enfermos y sufriendo escasez e incrédulos engordados y en gran prosperidad material. El mismo salmista Asaf, se quejaba y hasta envidiaba la prosperidad de los impíos.

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Obviamente ellos prosperaba mientras el sufría: “Porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los impíos.” (Salmo 73:3) La Biblia nos habla de hombres de fe del pasado, y se nos dice que ellos a causa de su espiritualidad y su fidelidad sufrían en el mundo: Hebreos 11:37-38 Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos á cuchillo; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; 38 De los cuales el mundo no era digno; perdidos por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Errores Teológicos Comunes Siendo que es claro que los obedientes son bendecidos con riquezas y bienes materiales en abundancia y los impíos también, nos preguntamos ¿Cuál es la verdad sobre todo eso, existe alguna relación entre la fidelidad o la fe y la abundancia material y el bienestar físico?

Existen dos errores comunes en el

pueblo de Dios en torno a este tema, ‚la teología de la prosperidad‛ y la ‚teología de la pobreza‛. Ambas son posiciones extremas. (1) Es un error fatal el atribuir una relación absoluta entre la espiritualidad (la piedad) con la prosperidad financiera o bienestar material. (2) Es un error fatal desligar la piedad de la prosperidad financiera o bienestar material. La iglesia católica aunque es una institución muy rica, ha impuesto sobre sus líderes lo que llaman un ‚voto de pobreza‛, descrito como ‚cierta constante renuncia a los bienes temporales, para seguir a Cristo‛ en el cual se comprometen a no poseer nada sino darlo a los demás. Las riquezas o posesiones son vistas como malignas y dañinas para el alma y son evitadas a todo costo. El lado opuesto es uno muy popular en nuestro día, ‚la teología de la prosperidad‛ enseña que una indicación fuerte de su estado ‚espiritual‛ correcto es la continua prosperidad financiera y el bienestar material.

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Aunque el voto de pobreza es ‚espiritualmente‛ preferible a la mentalidad de prosperidad de nuestro día, no obstante, el cuadro que la Biblia nos presenta no es ese. Ni es dañino espiritualmente tener bienes materiales ni es señal de falta de espiritualidad carecer de ellos. ¿La Maldición de la Ley? Gran parte de la doctrina de la prosperidad se basa sobre la declaración del Apóstol Pablo a los Gálatas, la cual dice:‚hemos sido redimidos de la maldición de la ley‛. Aunque eso es cierto, no significa lo que los maestros de la prosperidad interpretan. El contexto de todo el Nuevo Testamento, especialmente en las epístolas Paulinas nos dejan claro cuál es esa ‚maldición de la ley‛ de la que fuimos librados.

La iglesia de los Gálatas tenía gentiles que se estaban

convirtiendo al evangelio pero algunos que no habían entendido bien el evangelio, comenzaron a presionarles para que se sometieran a la ley de Moisés. Ellos habían creado un sistema de salvación compuesto de fe en Cristo y las obras de la ley. Al hacer esto, Pablo les dice que estaban eliminando a Cristo por completo. La salvación es solo por la fe ‚sin las obras de la ley‛. Dentro de ese contexto, Pablo dice que Jesús se hizo por nosotros maldición en el madero (Gálatas. 3:13.) Es, en este punto donde los profetas de la prosperidad cometen el error. Ellos enlazan esta ‚maldición‛ aquí mencionada con la lista de ‚maldiciones‛ puestas ante el pueblo si ellos fallaban en cumplir todos los requisitos de la ley (Deuteronomio 28). Esas maldiciones incluían la enfermedad y escasez entre otras cosas, por lo tanto, dicen ellos; ahora en Cristo, no estamos más bajo tal maldición. Es desafortunado

que

los maestros de

la prosperidad no

vean,

que

verdaderamente trata la maldición de la ley, pero Pablo lo deja claro en el verso anterior: “y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas” (Gálatas. 3:12) El contexto trata de ‚salvación‛ y nada más, es un asunto espiritual. La promesa de la ley era que aquellos que pudieran cumplir la ley cabalmente en todas sus demandas podían obtener la vida (Levítico 18:5.) Como es imposible que alguna persona pueda cumplir perfectamente con las demandas de la ley y de esa manera alcanzar la vida, lo que se esperaba fuese un camino hacia la vida se convertía en lo que Pablo llama ‚el ministerio de condenación‛ (2 Corintios 3:9).

La ley no traía bendición alguna, ya que sus demandas eran

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imposibles de cumplir para el hombre y por lo tanto lo que traía era maldición. Es por eso que Pablo habla de tal manera. Si alguno se circuncida, se ve obligado a someterse a cumplir toda la ley y eso es imposible, por lo cual está bajo maldición de la ley de la cual Cristo vino a librarnos. Otro punto importante que debemos mencionar es que cuando en la ley se habla de amenazas de maldición, estas se presentan en un contexto nacional y no individual. Es decir, la pobreza que vendría y las plagas serían a toda la nación si esta se apartaba de Dios, aunque había maldiciones ‚individuales‛ dentro de la tierra, tanto las promesas de bendición o maldición fueron dadas a Israel en un contexto nacional. El encabezamiento de Deuteronomio 28 comienza así: Deuteronomio 28:1-2 1Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.

2

Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te

alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios Las bendiciones descritas eran de carácter nacional. La tierra sería bendita y el fruto de ella, los hijos de la nación serían benditos y los enemigos que subieran contra la nación saldrían huyendo delante de ellos: Deuteronomio 28:9 Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tú Dios, y anduvieres en sus caminos. Si el pueblo no obedecía, las maldiciones mencionadas en la segunda mitad del capítulo 28 de Deuteronomio vendrían sobre ellos como nación. Los Pobres de Israel Es interesante que la misma ley que habla de que los Israelitas sufrirían maldición si no seguían al Dios verdadero y si apartaban tras los dioses falsos, da instrucciones acerca de ‚los pobres entre la nación‛, es decir, no todos en Israel aun dentro de la tierra eran ricos y Dios se ocupaba directamente de su bienestar físico cuidando de ellos (Éxodo 24) y lo que es más interesante, Dios deja dicho que los pobres ‚no faltarían en la tierra‛ para que Israel aprendiera a compartir con el Pág. 7

pobre y el menesteroso y a no ser mezquino con ellos con amenaza de castigo divino si no obedecían: Éxodo 24:10-11

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Seis años sembrarás tu tierra, y recogerás su

cosecha; 11 mas el séptimo año la dejarás libre, para que coman los pobres de tu pueblo; y de lo que quedare comerán las bestias del campo; así harás con tu viña y con tu olivar. Deuteronomio 15:7-11 7

Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna

de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, 8 sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite.

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Guárdate de tener en tu corazón

pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado.

10

Sin falta le darás, y no serás

de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas.

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Porque no faltarán

menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra. Levítico 19:9-10 (ver Levíticos. 23:22) 9

Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni

espigarás tu tierra segada. 10 Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios No solamente eso, sino que dentro de la ley se estipulaban medidas para la adoración y el sacrificio las cuales tomaban en cuenta que en Israel habían pobres que no podrían traer lo que otros podían, para ellos habían excepciones de menor costo: Levítico 14 21

Mas si fuere pobre, y no tuviere para tanto, entonces tomará un cordero para ser

ofrecido como ofrenda mecida por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina amasada con aceite para ofrenda, y un log de aceite,

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y dos

tórtolas o dos palominos, según pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto. Esa fue la ofrenda que trajeron los padres de Jesús cuando le trajeron al templo para presentarlo, lo que indica que Jesús nació y se crió en una familia pobre: Lucas 2:23

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(como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la

matriz será llamado santo al Señor, 24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos. Cabe preguntarnos, ¿Si ser pobre es una maldición, y es Dios quien maldice, porque entonces Dios se preocupa tanto por los pobres y los defiende tanto? ¿No será que los maestros de la prosperidad están equivocados en lo que dicen? Me temo que no solamente están equivocados, sino intencionalmente tuercen la Escritura para promover su agenda y sus falsas doctrinas. No es que sea ‚mejor‛ ser pobre, es que por ser simplemente pobre no se está bajo maldición ni falto de la fe o inteligencia ni fuera del favor divino, eso es totalmente falso. Es simplemente una realidad que hay pobres y hay ricos, y Dios se preocupa y defiende al pobre porque por lo general el rico aplasta al pobre. Lo que es más interesante aun en todo esto es que después que el pueblo de Israel (Judá) pecó contra Dios y vino Nabucodonosor rey de Babilonia contra ellos, tal como había sido profetizado en la lista de maldiciones de Deuteronomio 28, toda la nación fue llevada cautiva a Babilonia “excepto los pobres del pueblo” de la tierra. Es increíble que los únicos que se salvaron del juicio divino de extradición y permanecieron en la tierra prometida lo fueran aquellos que supuestamente, según los maestros de la prosperidad, estaban bajo maldición, los pobres: 2 Reyes 24:14 Y [Nabucodonosor] llevó en cautiverio a toda Jerusalén, a todos los príncipes, y a todos los hombres valientes, hasta diez mil cautivos, y a todos los artesanos y herreros; no quedó nadie, excepto los pobres del pueblo de la tierra. ¿Prosperidad vs. Pobreza o hay algo más?

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Existe el error de pensar que si uno no tiene una ‚teología de prosperidad‛ y bienestar material lo que tiene es una ‚teología de pobreza‛ y calamidad. Pero la Biblia no establece esta diferencia de esa manera. Veamos lo que la Biblia dice: Filipenses 4:12 Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. La perspectiva Bíblica es una “teología del contentamiento”; y eso es muy distinto a la resignación y la inactividad que trae pobreza y diferente a la avaricia e interés exagerado en las cosas materiales en busca de prosperidad. Dios no condena el deseo a mejorar nuestra situación material, ni condena el derecho a la propiedad privada (Hechos 5:4); pero las Escrituras no ponen peso alguno sobre lo material como medida de fe o espiritualidad. De hecho, Cristo mismo dejo bien claro que lo material no determina lo espiritual y vice-versa. Lucas 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Según Jesús, el desear abundancia de bienes es ‚avaricia‛ de la cual debemos ‚guardarnos‛. Pablo concuerda cuando dice que ‚el principio de todos los males es el amor al dinero‛. El desear dinero, es necesario para poder subsistir en el sistema de este mundo pero no tiene nada que ver con ganancias espirituales. Como cristianos, ni se es espiritual porque se tiene mucho dinero, ni se es menos espiritual porque se tienen poco. Simplemente se tiene dinero o no se tiene nada. Cesar vs. Dios En cierta ocasión a Jesús se le preguntó si era bueno pagar tributos al Cesar a lo que el contestó ‚dad a Cesar lo que es del Cesar, y dad a Dios lo que es de Dios.‛ (Mateo 22:21)

El dinero es asunto del Cesar, el corazón es asunto de Dios.

Mientras estemos en esta tierra esperando la revelación de Jesucristo cuando todo ha de pasar en este mundo, debemos de procurar darle a Dios lo que es de Dios y darle al Cesar lo que le pertenece.

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En las iglesias hay gente que tienen dinero y gente que no tienen mucho dinero. Esto no dice nada de su estado espiritual, sin embargo, Pablo dice a Timoteo que aconseje a los ‚ricos de este mundo‛ que eran creyentes lo siguiente: 1 Timoteo 6:17 A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos. Pablo reconoce que las riquezas, aun las de este mundo, vienen de Dios. Aunque los ricos lo sean a consecuencia de su trabajo y de su empeño en los negocios, tales son provistas por Dios y eso es cierto, tanto para creyentes como para impíos. Lo ricos no deben poner sus confianzas en las riquezas, sino en Dios. Dios nos da abundantemente para que disfrutemos, pero al mismo tiempo leemos que hay pobres entre vosotros (Rom. 15:26; Gal 2:10).

El significado de esas palabras

simplemente indica que cualquier abundancia que recibamos, viene de Dios. El mismo Jesús dijo que Dios hace salir el sol y envía lluvia sobre buenos y malos (Mateo 5:45) y riega la tierra para que dé fruto abundante: Salmos 65:9 Tú visitas la tierra y la riega en abundancia, en gran manera la enriqueces; el río de Dios rebosa de agua; tú les preparas su grano, porque así preparas la tierra. 10 Riegas sus surcos abundantemente, allanas sus camellones, la ablandas con lluvias, bendices sus renuevos. Pablo sigue diciendo: 1 Timoteo 6:18 Enséñales que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, generosos y prontos a compartir, 19 acumulando para sí el tesoro de un buen fundamento para el futuro, para que puedan echar mano de lo que en verdad es vida. Pablo dice que ‚compartan‛ con otros, eso lo llama ‚buenas obras‛. Obviamente, si Pablo les dice que compartan, es porque hay otros que no tienen. Pablo no dice

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que los que no tienen deben de tratar o afanarse por tener riquezas sino que los que tienen riquezas, que las compartan. Santiago dice lo siguiente en cuanto a los ‚pobres de este mundo‛: Santiago 2:5 Hermanos míos amados, escuchad: ¿No escogió Dios a los pobres de este mundo para ser ricos en fe y herederos del reino que El prometió a los que le aman? Finalmente Pablo dice que al dar, acumulan tesoro de buen fundamento, ‚lo que es en verdad vida‛. Es decir, lo que es de verdad vida, nada tiene que ver con ‚tener riquezas‛, sino con ‚la confianza en Dios‛, y las ‚buenas obras‛. ¿Qué es prosperidad en la Biblia? El siguiente texto es utilizado a menudo para ‚probar‛ que la abundancia de riquezas es indiscutiblemente y continuamente la herencia de los santos: 3 Juan 1:2 Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud. Esta es una ‚oración‛ o ‘deseo’ de Juan a Gayo, el receptor de esta carta. ¿Podemos decir que aplica a nosotros? ¡Ciertamente!, es un deseo que debemos tener también para nuestros hermanos en la fe. ¿Significa eso que habr{ siempre ‚abundancia‛ de bienes materiales? No necesariamente. Pero si podemos estar seguros que Dios velará por nosotros y nos dará lo necesario para nuestro sostén. La oración del “Padre Nuestro” dice “el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy…”. Es importante tener una definición bíblica de lo que significa ‚prosperidad‛ desde el texto bíblico.

Si no definimos las cosas bíblicamente, tampoco tendremos

conclusiones bíblicas de lo que creemos. La palabra Griega para ‚prosperado‛ es [eudoo]. Esta palabra tiene la connotación de ‚ayuda en el camino”: ω [euodoo] yoo-od-o'-o . De una composición de [eu] que significa bueno y [hodos] que significa camino; recibir ayuda en el camino, eso es (pasivamente)

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éxito para llegar; figurativamente tener éxito en asuntos de negocios: tener una jornada prospera. Ser prosperado no es tener en grande abundancia (la abundancia la tiene Dios) sino tener provisión ‚constante‛ o ‚continua‛. Visto bíblicamente ‚prosperidad’ es la “provisión”, para nuestro viaje por la vida. Es decir, el tener provisión para nuestras necesidades. Sin embargo, hay algo importante que muchas veces se pasa por alto al discutir este tema. La ‚manera‛ en que Juan desea que el receptor de su carta sea ‚prosperado en todo‛ es ‚así como prospera tú alma‛; es decir ‚de la misma manera que va prosperado tu alma‛. Juan señala la prosperidad del alma de Gayo como uno que ‚anda en la verdad‛ (vs. 3). La prosperidad del alma no es algo que ocurre de la noche a la mañana, milagrosamente y sin esfuerzo alguno. Para que su alma prosperara, Gayo debía ‚andar‛ en la verdad.

Eso requiere tanto dedicación como esfuerzo.

El

crecimiento espiritual es así y los que se envuelven en las cosas espirituales, y trabajan arduamente en su búsqueda de Dios y las cosas del cielo, experimentan crecimiento. De igual manera, los que se esfuerzan en la vida, e invierten tiempo en las cosas que producen buenos resultados también han de ver el fruto de su labor. Pablo en su carta a los filipenses dice: Filipenses 4:19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme á sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. La palabra ‚suplir{‛ indica ‚llenura‛ y es eso lo que Dios ha de hacer, nos suplirá a cabalidad lo que nos hace falta ‚cada dí‛. Es cierto que Dios es el que provee nuestras necesidades y sacia de bien nuestra boca (Salmo 103), sin embargo, aun dentro de ese cuidado divino, existen momentos cuando ‚nos falta‛, como lo deja claro el Apóstol y por eso a veces experimentamos tiempos de escasez tanto emocional, como física (de salud) y material (financiera). Se pierde un trabajo, hay un gasto no previsto, hay enfermedad en la familia, etc. ¿Significa eso que Dios no está supliendo o que ocurre?; al contrario, es en esos precisos momentos cuando

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‚nos falta‛ cuando Dios ha de proveernos todo lo que nos hace falta. Si nunca nos faltara nada, ese texto no tendría ningún sentido pero ‚cuando nos falta‛ entonces Dios provee. Cuando nos hace falta trabajo, dinero, paz, estabilidad emocional, salud, gracia, confianza, fe o esperanza, Dios nos suplirá lo necesario para llenarnos en ese momento de necesidad.

Principios Bíblicos Para la Prosperidad Salmos 1:3 Y será como el árbol plantado junto á arroyos de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Debemos recordar que a veces Dios permite momentos de estrechez en nuestra vida como parte de nuestro crecimiento espiritual. Dios desea que crezcamos en confianza en él y aprendamos a depender de su cuidado. También aprendemos que todo lo que tenemos lo debemos a Él. ¿Cómo sabemos que Dios es nuestro sanador si no hemos visto su mano sanando? ¿Cómo puede alguien testificar de la provisión divina si no ha experimentado un momento de escasez donde ha visto la respuesta divina proveyendo? Lo que necesita ser fortalecida es nuestra ‚fe‛ y es eso precisamente lo que Dios hace cuando pasamos por ‚diversas pruebas y dificultades‛. Debemos saber que Dios es el dueño del oro y la plata (1 Reyes 20:3) y dueño del mundo y todo lo que hay en él (Salmo 24). Dios posee todo lo que necesitamos y puede proveernos para cubrir nuestra necesidad. Salmos 50:10 Porque mío es todo animal del bosque, y el ganado sobre mil colinas Los principios bíblicos para disfrutar de su provisión divina, que no es solamente dinero, sino ‚todo lo que os falta‛, incluyen también la paz, el entendimiento, la sabiduría, el amor, espíritu de Gracia y comunión con Él, están disponibles para

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todos nosotros. ¿Pero qué debemos hacer para recibirlo? Santiago dice “si alguno tiene necesidad, pida a Dios…” Principios bíblicos que le pueden ayudar a ser prosperado en su vida: 1. Confiad en Dios (Buscad el Reino) a.

Poner a Dios primero.

Debemos recordar siempre que es Dios quien bendice y hace prosperar nuestras vidas porque “toda buena dadiva viene de lo alto, del Padre de las luces…” (Santiago 1:17), por eso debemos poner a Dios primero. Nuestra meta debe ser la prosperidad y crecimiento espiritual no material. Debemos buscar ser ‚RICOS EN FE‛ no ricos en oro y plata, nuestra confianza debe estar puesta en Dios. Además, como buen principio bíblico para la vida, no debemos pedir riquezas sino lo necesario: Proverbios 30:7 -9 Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes que muera: 8 Aleja de mí la mentira y las palabras engañosas, no me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan, 9 no sea que me sacie y te niegue, y diga: ¿Quién es el SEÑOR?, o que sea menesteroso y robe, y profane el nombre de mi Dios. Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. (El ejemplo de Salomón que pidió sabiduría de Dios y fue bendecido con abundancia) 2. Trabajo Arduo Alguien compuso los diez mandamientos del vago: 1. Se nace cansado y se vive para descansar. 2. Ama a tu cama, como a ti mismo. 3. Si ves a alguien descansando, ayúdalo. 4. Descansa de día para que puedas dormir de noche. 5. El trabajo es sagrado, no lo toques.

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6. Aquello que puedas hacer mañana, no lo hagas hoy. 7. Trabaja lo menos que puedas, lo que tengas que hacer que lo haga otro. 8. Calma, nunca nadie murió por descansar. 9. Cuando sientas el deseo de trabajar, siéntate y espera que se te pase. 10. Si el trabajo es salud, que trabajen los enfermos. Trabajar no es “falta de fe”, sino obediencia a la Palabra. Algunas personas ven el trabajo como algo que vino como castigo de Dios sobre la raza humana.

No es así, aunque el trabajo se hizo más difícil para el

hombre después de la caída, desde la creación el trabajo siempre ha sido parte del plan divino para el hombre. Génesis 2:15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. El trabajo es ‚fe en lo que la Biblia dice‛. En cierta ocasión me encontré con un hermano que no había visto por algún tiempo. En la conversación le pregunté ¿Dónde trabajas ahora?, su respuesta fue ‚estoy viviendo por fe‛, es decir, de las ofrendas que le daban en los lugares donde lo invitaban (si lo invitaban, o se invitaba) a predicar, porque él no era predicador de ninguna congregación. No existe nada malo en que los que ‘TRABAJAN’ en la obra que reciban pago por ello. Ese es su ‚trabajo‛ y Dios en su palabra dice que ‚los ancianos‛ (pastores) en la congregación que ‚trabajan‛ en la obra son dignos de honra y remuneración (1 Tim. 5:18), lo que significa que ‚podrían‛ recibir ayuda monetaria de la congregación, pero está a su discreción recibir pago o trabajar de otra manera para ganar su sustento (1 Corintios 9:1-15) Muchos piensan que vivir por fe es ‚no trabajar‛, sin embargo la Biblia es clara, y condena la vagancia. Tanto los que dedican sus vidas al evangelio como los que no lo hacen pero trabajan con sus manos en alguna tarea ‚viven por fe‛. Vivir por fe es creer lo que Dios dice y el ha dicho en su palabra que hemos de comer del fruto de nuestro trabajo: Deuteronomio 30:8 Y tú volverás a escuchar la voz del SEÑOR, y guardarás todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. 9 Entonces el SEÑOR tu Dios te

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hará prosperar abundantemente en toda la obra de tu mano, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto de tu tierra, pues el SEÑOR de nuevo se deleitará en ti para bien, tal como se deleitó en tus padres.

Proverbios 28:19 El que labra su tierra se saciará de pan, pero el que sigue propósitos vanos se llenará de pobreza. El vago es necio, y el trabajador es sabio. ¿Cómo entonces hemos de trabajar? a.

Trabajemos aprovechando bien el tiempo: Hemos de trabajar cuando hay salud y juventud y oportunidades. Una persona hace bien en invertir su tiempo trabajando. Eclesiastés 11:4 El que observa el viento no siembra, y el que mira las nubes no siega.

b.

Trabajemos Responsablemente Proverbios 10:4 Pobre es el que trabaja con mano negligente, mas la mano de los diligentes enriquece. Pro 12:24 La mano de los diligentes gobernará, pero la indolencia será sujeta a trabajos forzados.

c.

Trabaje Inteligentemente, tendrá más rendimiento. Proverbios 14:4 Donde no hay bueyes, el pesebre está limpio, pero mucho rendimiento se obtiene por la fuerza del buey. La prosperidad va mano a mano a la sabiduría del que trabaja.

Las

herramientas de trabajo ayudan al hombre. El que ara la tierra a mano, tiene menos rendimiento que el que usa la fuerza del buey. El que tiene un tractor tendrá más ganancia. Esto también aplica a la educación. El que se educa poco,

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trabajará más duro, pero el que se prepara académicamente tendrá más ganancia. En cuanto a la educación, desde pequeño mi padre quien fue un gran trabajador me decía un dicho que no olvido ‚hay que usar esta (la cabeza) para llenar esta (la barriga), sin mover estas (las manos).‛ Todos los trabajos son dignos pero hay empleos que ‚rinden‛ más que otros, y profesiones que pagan más que otras. No Trabajemos inteligentemente, no pensemos ganar sueldo de médico o abogado si no sacamos tiempo para estudiar o nos dedicamos a trabajar cargando cajas en un almacén. Y si trabaja en un almacén, esfuércese por llegar a una posición que le rinda más por el tiempo invertido.

Los

trabajadores buenos e inteligentes a menudo reciben los aumentos de sueldo y los adelantos en posiciones claves que pagan mejor. El conformismo es muchas veces la causa de la escasez en muchas personas, pero también el perder el tiempo en cosas que no ‚dan fruto‛ evitan que algunas personas reciban un mejor salario por su trabajo. Algunos comenten el error de comenzar una familia sin tener los medios necesarios para mantenerla. Si usted todavía no se ha casado, ocúpese primero en prepararse académicamente y poner bases económicas estables antes de comenzar una familia, eso le ayudará grandemente en su vida ya que mantener los hijos y una casa en nuestros días es bastante costosa. Recuerdo las palabras de un joven casado que todavía no tenía hijos. Le pregunté que si no pensaban en tener hijos y me dio una respuesta que consideré inteligente: ‚Dios primero hizo el huerto, lo adornó, lo preparó, y puso todo lo necesario antes de poner a Ad{n y Eva (sus hijos) en el, yo estoy haciendo lo mismo.‛ d.

Busque una pareja (esposo, esposa) de parte de Dios

Proverbios

19:14b…pero la mujer prudente viene del SEÑOR. Hay matrimonios que parecen ‚estar en guerra‛ el uno contra el otro, no porque peleen sino porque no se ayudan mutuamente, no están en acuerdo. Un hombre cristiano me dijo en cierta ocasión ‚mi esposa y yo pudiésemos ser ricos, pero todo lo que yo trabajo ella lo malgasta y no nos ponemos de acuerdo en lo que ganamos.‛ Así ocurre, uno trabaja y el otro malgasta, uno construye y el otro destruye. Uno trabaja y el otro no hace nada.

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Es importante pedir a Dios esposo y esposa de manera que la ganancia de nuestro trabajo no se pierda. ‚la mujer sabia edifica su casa, pero la necia con sus manos la destruye‛, hay hombres que también destruyen sus casas. Los vicios y los malos hábitos pueden traer pobreza y calamidad a su casa. Cosas como la bebida, los juegos, los cigarros y las malas costumbres roban dinero al hogar. Hay hombres y mujeres que malgastan las ganancias en cosas que no producen placer momentáneo pero no traen ningún beneficio duradero. La división de finanzas es otra manera en que los matrimonios fracasan y terminan en la pobreza. Algunos matrimonios tienen las cuentas de él y las de ella, los gastos de él y los de ella, etc., todo por separado ¿Cómo pueden dos andar juntos si no se ponen de acuerdo? (Amos 3:3). Para que haya ganancia (prosperidad) en la casa es necesario trabajar ‚en concierto‛: Proverbios 31:10 Mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Su valor supera en mucho al de las joyas. Pro 31:11 En ella confía el corazón de su marido, y no carecerá de ganancias. Pro 31:12 Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida. Pro 31:13 Busca lana y lino, y con agrado trabaja con sus manos. La morosidad tiene dos causas principales, y éstas se originan en la mente: a) Miedo al fracaso El miedo a que algo le salga mal puede causar que alguien posponga cosas que debe hacer. Algunos morosos son perfeccionistas. Estas personas por lo general piensan que tienen que complacer a los demás y evitan hacer cosas que le puedan salir mal o mediocres. De esa manera posponen hacer cosas importantes que a la larga harán que otros le vean mal. b) Miedo al éxito Algunos evitan cumplir con ciertas responsabilidades por miedo a éxito. Ellos dicen ‚temo ser tan exitoso que la gente me envidiará o me verá como una amenaza, y no quiero perderlos‛, ‚si soy exitoso en lo que hago, la gente pensar{ que lo debo ser en todo tiempo‛ o ‚me voy a volver un trabajólico‛ o ‚no me merezco el éxito, otros se lo merecen m{s que yo.‛

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Remedios para evitar la morosidad: 1. Priorice las cosas Cuando todo parece ser una prioridad, usted se siente agobiado y no completa nada. Alternativamente, si nada parece ser importante, entonces nada se hace. Por lo tanto, haga una lista ‚todo listo‛ (cosas que hacer) para que organice las cosas en orden de importancia y siga la lista hasta que todo se termine. Esto le ayudará a organizar su tiempo de manera que haga todo lo que tiene que hacer. 2. Controle sus impulsos Muchos morosos saltan de una cosa a la otra y nunca terminan nada. Termine completamente una tarea antes de moverse a otra. 3. No espere cambios de la noche a la mañana. Los viejos hábitos son difíciles de sobre pasar. No espere que las cosas cambien inmediatamente. Si hace un cambio por semana, usted estará haciendo progreso, y ese progreso le mostrará que más cambios son posibles en nuestra vida para glorificar a nuestro Dios. 4. Buena Administración a.

Ahorrar Proverbios 6:6 -8 Ve á la hormiga, oh perezoso Mira sus caminos, y sé sabio; 7 La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, 8 Prepara en el verano su comida Y allega en el tiempo de la siega su mantenimiento Mi madre siempre me decía, ‚el que todo se lo come, todo lo evacua‛ y también ‚uno no se hace rico con lo que gana sino con lo que guarda‛.

b.

No malgaste el dinero

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Mi madre siempre nos decía que ‚uno estira el pie hasta donde llega la sabana, porque si no pasa frío‛. Son palabras sabías que nos ayudan a medir nuestros gastos de manera sabia. Proverbios 21:17 El que ama el placer será pobre; el que ama el vino y los ungüentos no se enriquecerá. c. Invertir para el futuro Proverbios 13:22 El hombre bueno deja herencia a los hijos de sus hijos Proverbios 19:14 Casa y riqueza son herencia de los padres, 8. Ayuda comunitaria (comparta con los necesitados) Las personas que no comparten sus bienes con otros no pueden esperar ser bendecidas por Dios. Muy a menudo escuchamos los predicadores de la prosperidad decir "siembre en este ministerio... envíenos su siembra (ofrenda monetaria) que esta es tierra fértil", pero cuando búscanos en contexto en la Biblia donde se encuentran tales palabras como 'sembrar y cosechar' en contexto monetario, tiene que ver con compartir con los necesitados. El que comparte sus bendiciones con los que no tienen es el que está sembrando para con Dios (El que se apiada del pobre presta al SEÑOR, Prov. 19:27); esa es la siembra de la que habla la Biblia y no hay terreno más fértil ante los ojos de Dios que el de los pobres y menesterosos. Cuando compartimos lo que tenemos y le damos al pobre, le estamos prestando a Dios y el paga con creces, por eso vemos tan repetidas veces en la Biblia la exhortación a "dar a los pobres para tener tesoro en los cielos" (Mateo 19:21; Marcos 10:21, Lucas 18:22.) Dios nos bendice y prospera para que seamos de bendición. Dios bendice al que comparte con su prójimo. La Biblia habla de este principio tan importante que no podemos pasar por alto, y Dios lleva cuenta de esas ‚buenas obras‛ que hacemos. 9.

Dar sin dolor 2 Corintios 9:5-12

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5 Así que creí necesario exhortar a los hermanos a que se adelantaran en ir a vosotros, y prepararan de antemano vuestra generosa ofrenda, ya prometida, para que la misma estuviera lista como ofrenda generosa, y no como por codicia. 6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará. 7 Que cada uno dé como propuso en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. 8 Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra; 9 como está escrito: EL ESPARCIO, DIO A LOS POBRES; SU JUSTICIA PERMANECE PARA SIEMPRE. 10

Y el que suministra semilla al

sembrador y pan para su alimento, suplirá y multiplicará vuestra sementera y aumentará la siega de vuestra justicia; 11 seréis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual por medio de nosotros produce acción de gracias a Dios. 12 Porque la ministración de este servicio no sólo suple con plenitud lo que falta a los santos, sino que también sobreabunda a través de muchas acciones de gracias a Dios. 10. Contentamiento a.

No afanarse por las riquezas Salmo 39:6 Sí, como una sombra anda el hombre; ciertamente en vano se afana; acumula riquezas, y no sabe quién las recogerá. Filipenses 4:6

Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo,

mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. b.

No quejarse, ser Agradecido a Dios dándole gloria Colosenses 3:15 Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.

c.

Confíe en Dios

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Salmo 37:25 Yo fui joven, y ya soy viejo, y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan. Conclusión A diferencia de las falsas doctrinas propagadas en el mundo moderno con respecto a la prosperidad material, la Biblia nos ofrece un cuadro aceptable y mesurado. Dios no nos ha prometido a los cristianos que vamos a ser ricos ni millonarios aunque algunos llegaran a serlo, pero el sí ha prometido proveernos lo que nos falta. La provisión divina no ocurre por acto de magia, no es oro que cae del cielo literalmente sino provisión que viene de cielo por medios comunes al hombre y sin dejar fuera la fe, la dedicación, la ayuda al prójimo, la responsabilidad y el trabajo arduo. Dios desea, que sepamos entender esta verdad para vivir vidas que den gloria a Dios poniendo cada cosa en su lugar siendo hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo y contentamiento los unos con los otros viviendo una vida con paz y armonía, aunque tengamos mucho o tengamos poco debemos de ser fieles con nuestro Salvador que es Cristo Jesús. 1 Timoteo 6:6-11 Pero la piedad, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento. 7 Porque nada hemos traído al mundo, así que nada podemos sacar de él. 8

Y si tenemos qué comer y con qué

cubrirnos, con eso estaremos contentos. 9 Pero los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo y en muchos deseos necios y dañosos que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. 10 Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores. 11 Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia y la amabilidad. La palabra de Cristo dice. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1 Corintios 15. 58 (Reina-Valera 1960).

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