III.

PRODUCTOS DEL COLMENAR l^ kl^Dtt^ MEJOR DE UTILIZARlOS

A. Pro^luctos ^del colmenar.-Por ]as páginas anteriores se sabe que las abejas cnsecham y al9ruacenan : polen, néctar de las flores, que transforman en miel, y propóleos, y que elaóoram cera, con ]a que fabrican los panales, que les sirven de almacén de provisiones y de nido para la cría. Los productos que generalmente se utilizan son la miel y la cera, no dándose en España irnportancia al propóleo, mtry estimado en otros países, en los que cuidadosamente se recoge, y no interesando más que a las abejas, el polen, utilizado para alimentación de las larvas, y que en ocasiones recolectan con exceso, estropeando los panales, quc se enmohecen en invierno, y son los preferidos por la polilla para comenzar sus destrozos. Instalado el eniambre, sea natural o procedente de un trasiego, sigamos su evolución, suponiendo unas condiciones norinales. I.os primeros días de instalación, el enjambre trabaja con extraordinaria actividad rlentro de la colmena. En una vulgar tendría c^ve agotar las res^rvas que ]lev^

para fabricar los primeros panales, en la característica forma de elipse, que en algunas regiones llaman "cuchillos", y en los que inmediatamente comienza su puesta ]a Madre o Reina, y las abejas a depositar miel y polen. Curioso es observar a veces huevecillos en alvéolos apenas iniciados, hecho que destruye la teoría, fervorosamente sostenida por mi excelente amigo y competentísimo apicultor don Antonio Alemany, de grata memoria, de que la puesta de machos u obreras se debe a la compresión mayor o menor del abdomen de ta Reina al introducirlo en el alvéolo, determinando el funcianamiento de la cspcrmateca, y la fecundación o no fecundación de1 huevo. En una colmena de cuadros, provista de buena cera estampada, el trabajo queda reducido a esttirar las celdillas íniciadas, teniendo que exudar muy poca cera, y por esto ocurre lo que es maravilla para los noveles, de que a veces, en veinticuatro horas, si el tiempo es propicío, aparecen casi terminados algunos cuadros. Una colmena vertical (Langstroth, Dadant, etc.) tendrá en su cámara de cría todos los cuadros de que suele constar, diez u once, y una horizontal (Layens), de quince a veinte cuadros, se dejará con dos o tres más, de los que se calcule que puede cubrir el enjambre. Suponiendo que la introducción del enjambre se haya realizado en época oportuna, es decir, cuando va a comenzar o ha comenzado la mázima floración en la región de establecimiento del colmenar, debe hacerse una inspección a los ocho o diez días, si antQS nq ^e ha notado

-- 85 algo anormal, y se encontrará la colmena en alguna de estas situaciones : a) Todos o casi todos los cuadros estira