PROYECTO PARA LA CONSERVACIÓN, MANEJO Y APROVECHAMIENTO SUSTENTABLE DEL BORREGO CIMARRÓN. (Ovis canadensis) EN MÉXICO

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INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA DIRECCIÓN GENERAL DE VIDA SILVESTRE.

PROYECTO PARA LA CONSERVACIÓN, MANEJO Y APROVECHAMIENTO SUSTENTABLE DEL BORREGO CIMARRÓN (Ovis canadensis) EN MÉXICO

INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA

DIRECCIÓN GENERAL DE VIDA SILVESTRE Febrero 2000

INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA.

DIRECCIÓN GENERAL DE VIDA SILVESTRE.

Julia Carabias Lillo. Secretaria de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca. Enrique Provencio. Presidente del Instituto Nacional de Ecología. Felipe Ramírez Ruiz de Velasco. Director General de Vida Silvestre. Coordinación Técnica: Humberto Berlanga García. Pablo Navarro Noriega. Investigación: Ariel Rojo. Coordinación Administrativa. Heriberto Martínez María Eugenia Mondragón. Colaboradores: Rodrigo Medellín, Alberto Aldama, Raúl García, Patricia Camacho, Manuel Valdés, Oscar Sánchez, Ana Ortiz-Monasterio, Raúl Marcó,

Primera Edición: Abril del 2000. © Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca. Instituto Nacional de Ecología Av. Revolución 1425, col. Tlacopac. Delegación Álvaro Obregón, México D.F. Impreso y hecho en México.

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INDICE. PRESENTACIÓN........................................................................................................................................... 4 RESUMEN. ................................................................................................................................................... 5 INTRODUCCIÓN. ............................................................................................................................................ Antecedentes. ................................................................................................................................................. De la biología de la especie. ................................................................................................................ De los estudios poblacionales. ............................................................................................................. De la administración de la especie. ...................................................................................................... Marco jurídico. .................................................................................................................................... PROBLEMÁTICA............................................................................................................................................. IMPORTANCIA................................................................................................................................................ Importancia socio-económica. ............................................................................................................. Importancia ecológica. ........................................................................................................................ Importancia cultural. ............................................................................................................................ Importancia científica. ......................................................................................................................... OBJETIVOS .................................................................................................................................................... GENERAL.......................................................................................................................................... PARTICULARES ................................................................................................................................ INSTRUMENTOS ............................................................................................................................... DESARROLLO Y ALCANCES DEL PROYECTO. .............................................................................................. Integración del Subcomité Técnico Consultivo Nacional para la Recuperación del Borrego Cimarrón. ........................................................................................................................................ Integración de mecanismos de financiamiento. .................................................................................. Regionalización de las provincias naturales de manejo. ..................................................................... Articulación con el SUMA.-“Sistema de Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable”. ........................................................................................................ El aprovechamiento sustentable. ...................................................................................................... Articulación con el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SINAP). .................................... Creación de santuarios..................................................................................................................... Reintroducción. ............................................................................................................................... Manejo en criaderos semi-extensivos. ............................................................................................... Manejo en criaderos intensivos. ........................................................................................................ Educación ambiental. ....................................................................................................................... EVALUACIÓN DEL PROYECTO NACIONAL DE CONSERVACIÓN. ..................................................... ESCENARIO META. ........................................................................................................................... LITERATURA CONSULTADA. ......................................................................................................................... ANEXOS. ........................................................................................................................................................

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Proyecto para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable del Borrego Cimarrón (Ovis canadensis) en México.

PRESENTACIÓN. Por Enrique Provencio o Julia Carabias y el Subcomité.

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RESUMEN. El proyecto de Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable del Borrego Cimarrón (Ovis canadensis) en México está inscrito en el marco de la estrategia de recuperación de poblaciones de especies prioritarias de flora y fauna silvestre que impulsa la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP) a través de la Dirección General de Vida Silvestre del Instituto Nacional de Ecología. Las especies consideradas prioritarias son aquellas que entre otras cosas, generan un efecto de protección indirecta sobre otras especies, ya que al conservarlas y manejarlas, se protege a muchas otras con las que comparten el hábitat; este beneficio indirecto también incluye a la sociedad, ya que ésta recibe los beneficios ambientales derivados de la conservación del hábitat, como son la producción de oxígeno, el secuestro de carbono, la recarga de los mantos freáticos y el acceso a muchas otras especies con potencial económico, médico o simplemente estético. Además de ser carismáticas, las especies prioritarias se encuentran incluidas en alguna categoría de riesgo y en muchos casos poseen una gran relevancia cultural o económica, caso específico del borrego cimarrón, de gran tradición entre las culturas de los pueblos del norte de México y cuyo valor cinegético permite generar fuentes de trabajo e ingreso que se reflejan en la calidad de vida de sus habitantes y que son compatibles con la conservación del hábitat y especie. El presente proyecto incorpora tanto el conocimiento biológico que se tiene de la especie, como el contexto social en el que se desarrollan las actividades de conservación, de manejo y de aprovechamiento sustentable de ésta. Se presentan aquí los diversos instrumentos que se han desarrollado con el propósito de contribuir a la conservación de las poblaciones de borrego cimarrón y su hábitat. Entre estos instrumentos destaca la incorporación de los legítimos propietarios de la tierra donde aún se encuentran poblaciones de esta especie al Sistema de Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (SUMA), lo que permite un manejo planificado y ordenado del hábitat y poblaciones de borrego cimarrón compatible con el desarrollo social. 5

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Este proyecto considera también la reintroducción de poblaciones en los Estados donde ha desaparecido la especie, caso de Chihuahua, Coahuila y Nuevo León y, en relación con esto, el manejo de hatos y manadas en condiciones intensivas y semi-extensivas que proporcionarán el pié de cría para iniciar estas actividades. Además de que el desarrollo controlado de manadas fomenta la capacitación de técnicos y manejadores de vida silvestre, también favorece la investigación en el campo de la reproducción controlada, aspecto que es incorporado al proyecto con propósitos de conservación México cuenta con varias áreas naturales protegidas que poseen poblaciones importantes de esta especie, por lo que el trabajo conjunto y coordinado con estas ha constituido un elemento fundamental para la conservación de la especie y el desarrollo de este proyecto en el marco del desarrollo de los planes de manejo de estas áreas. En el desarrollo de este proyecto han participado numerosas instituciones gubernamentales, académicas y civiles, que integrados en el Subcomité Técnico Consultivo para la Recuperación del Borrego Cimarrón, participaron activamente, no sólo en la elaboración y revisión de este documento, sino más importante aún, en el desarrollo del proyecto que este plantea, el cual incorpora la experiencia y trabajo desarrollado durante años así como la discusión y consenso de diferentes perspectivas sobre la conservación, el manejo y el aprovechamiento sustentable de esta valiosa especie.

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INTRODUCCIÓN. México ocupa uno de los primeros lugares en la lista de países de megadiversidad; por ese simple hecho, el cuidado y gestión de su enorme riqueza biológica resulta particularmente complejo. Esta dificultad se reduce cuando todos los sectores sociales asumen compromisos y responsabilidades específicos con relación a la conservación y correcto uso de este patrimonio. Un elemento central de cualquier estrategia de conservación consiste en modificar, a través de la educación y de la generación de incentivos, las formas de percepción e interacción de los individuos y sectores de la sociedad con la vida silvestre. La conservación de la gran riqueza biológica del país debe resultar en beneficios sociales y económicos derivados de su uso sustentable, generándose así incentivos para su conservación. Lograr lo anterior requiere del trabajo multidisciplinario, planificado, organizado, y de largo plazo, que cuente con una amplia participación social, además de la inversión de recursos materiales, humanos y financieros. Una acción de importancia estratégica para motivar la participación en las tareas de conservación de la biodiversidad, consiste en poder identificar con claridad los diversos valores y beneficios que de ella se pueden obtener. El proyecto de conservación del borrego cimarrón forma parte del “Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural 1997-2000”, que entre sus estrategias, proyectos y acciones prioritarias promueve la conservación de la biodiversidad de México, por ello, se estimula el desarrollo de esquemas alternativos de producción compatibles con el cuidado del ambiente, con el propósito de contribuir a transitar hacia un desarrollo sustentable, esto último a través del uso racional de la diversidad biológica. Las estrategias centrales del Programa de Conservación de la Vida Silvestre consisten en: La integración y operación de un “Sistema de Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre” (SUMA) y La recuperación de especies prioritarias. El SUMA se integra a partir del establecimiento de las “Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre” (UMA), el cual busca modificar sustancialmente los modelos restrictivos tradicionalmente empleados en el país para la gestión de la vida silvestre, y crear oportunidades de aprovechamiento sustentable, legales y viables, que sean compatibles con otras actividades productivas convencionales, como la agricultura, ganadería, pesca o silvicultura. El objetivo del SUMA es favorecer el manejo diversificado e integral de los recursos naturales, así como la conservación de la vida silvestre, a través de la creación de incentivos para el cuidado y manejo de estos recursos, y su posterior incorporación al ámbito económico y productivo a nivel local, regional y nacional, promoviendo así la participación social y el desarrollo de fuentes alternativas de ingreso para las comunidades rurales.

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Las UMA, Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre, constituyen la unidad básica de operación del SUMA. Cualquier esquema viable de fomento o propagación de ejemplares de vida silvestre, o de generación de bienes o servicios derivados de su aprovechamiento racional, puede considerarse una UMA. De manera general, se conciben dos modalidades extremas: por un lado, las UMA de carácter extensivo basan su operación en el rancheo o cosecha sustentable, operan mediante técnicas de manejo del hábitat y del monitoreo de poblaciones de las especies de interés, con vistas a un aprovechamiento sostenido. Por otro lado, las UMA de carácter intensivo operan desarrollando el manejo zootécnico o fitotécnico de ejemplares confinados. Por otra parte, la recuperación de especies prioritarias consiste en impulsar proyectos de conservación, manejo y recuperación para cada una de éstas, es decir, aquéllas que reúnen una o más de las siguientes condiciones: a) están incluidas en alguna categoría de protección o riesgo reconocida, nacional o internacionalmente, b) son factibles de recuperar y manejar, c) permiten conservar a otras especies y a sus hábitat, d) son especies carismáticas y e) poseen un alto interés biológico, cultural o económico. Bajo estas consideraciones se elaboró una primera selección de especies prioritarias, entre las que se incluye al borrego cimarrón; asimismo, para cada una de ellas se desarrolla un proyecto específico que atiende su problemática particular. La ejecución de los proyectos se realiza de manera coordinada con organizaciones públicas y privadas, e instituciones con las cuales se establecen acuerdos, mecanismos de cooperación y corresponsabilidad que favorezcan alternativas de financiamiento, transferencia tecnológica y capacitación, que redunden en beneficio de la especie, el hábitat y las comunidades locales. En este contexto se ha estructurado el presente “Proyecto para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable del Borrego Cimarrón (Ovis canadensis) en México”, que incorpora un esquema de administración integral de la especie basado en: 1) Información científica y de campo sólida. 2) El manejo y aprovechamiento sustentable de las poblaciones. 3) La conservación, manejo y restauración del hábitat. 4) La diversificación productiva. 5) La creación de mecanismos de financiamiento propios. 6) El desarrollo tecnológico y la capacitación. 7) La adecuación de instrumentos jurídicos. 8) La integración de un Subcomité Técnico Consultivo Nacional para la Recuperación del Borrego Cimarrón. 9

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El proyecto tiene como propósito organizar, promover y facilitar la instrumentación de medidas y actividades orientadas a conservar, proteger, y en su caso, aprovechar las poblaciones de borrego cimarrón en México. En su instrumentación se considera como unidad de manejo a cada sierra o conjunto de éstas que mantenga poblaciones de borrego cimarrón, sitios donde a través de las UMA, se promueven esquemas de gestión orientados al cuidado y seguimiento espacio-temporal (monitoreo) de las poblaciones y manejo del hábitat. El presente proyecto ilustra la naturaleza complementaria de las dos estrategias centrales del Programa de Conservación de la Vida Silvestre, esto es, la conservación y el manejo de una especie prioritaria en el marco del SUMA. Esto se logra al interesar a las comunidades locales a trabajar a favor de la especie a través de su integración al SUMA, fomentando el conocimiento, manejo y uso de los recursos naturales en vida libre. Un ejemplo de participación social, entre muchos otros, es la comunidad indígena Seri o Com-cáac, en el estado de Sonora, quien desde tiempos prehispánicos ha conocido y hecho uso de esta especie y que hoy día se ha integrado al SUMA, siendo sus miembros los legítimos poseedores y beneficiarios del aprovechamiento de ejemplares de borrego cimarrón en la Isla Tiburón y en la UMA “El Desemboque y su Anexo Punta Chueca” en la costa del Estado de Sonora. En estos lugares también se desarrollan actividades de investigación científica sobre la especie y su hábitat; al tiempo que se continúa la tradición cultural de este pueblo con relación al borrego cimarrón, lo que permite cohesionar e integrar los diferentes intereses y perspectivas que se tienen sobre esta especie. Como parte fundamental del plan de manejo se realizan monitoreos (o censos) poblacionales aéreos de borrego cimarrón. Se utiliza el método desarrollado por el Arizona Game & Fish Department de los Estados Unidos, el cual permite llevar un seguimiento sistemático muy eficiente de las poblaciones silvestres. Debido al elevado costo de los vuelos, así como al probable impacto que tienen sobre el comportamiento de los animales, esta actividad debe realizarse de manera alternada con el monitoreo terrestre. Gracias a este modelo de operación es que ahora, por primera vez, se tiene un seguimiento sistemático de las poblaciones de borrego cimarrón y se asignan tasas de aprovechamiento de acuerdo al estatus poblacional de ellas, lo que hace posible el aprovechamiento sustentable garantizando la viabilidad de las poblaciones y, con ello, la conservación de la especie. El borrego cimarrón no es la única especie de interés en el ecosistema; además se encuentran muchas especies de mamíferos, aves, reptiles y plantas que pudieran tener aprovechamientos alternativos distintos a la cacería, lo que propiciaría realizar un manejo integral y diversificado de los recursos. Los técnicos responsables del plan de manejo disponen entonces de un considerable potencial de diversificación productiva, generándose simultáneamente acciones para el cuidado y conservación del hábitat; reconvirtiendo las prácticas productivas rurales y otras actividades derivadas de la presencia y crecimiento de la población humana, no deberá pasarse por alto la generación de servicios ambientales como son la conservación del suelo, cubierta vegetal y la consecuente captación de humedad, así como la 10

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continuidad de procesos ecológicos como la polinización y depredación, entre otros. El modelo de conservación, manejo y aprovechamiento sustentable para esta especie opera ya en los estados de Baja California Sur y Sonora. El total de UMA que se encuentran registradas a nivel nacional para borrego cimarrón, cubren una superficie aproximada de tres y medio millones de hectáreas destinadas a la conservación, no sólo de esta especie, sino también de otras asociadas al hábitat, algunas de las cuales también están incluidas en alguna categoría de protección. Al igual que otros proyectos de conservación de especies, el éxito del presente depende de la participación activa y comprometida de la sociedad, principalmente de los propietarios de la tierra donde habita esta especie, quienes podrán recibir los incentivos económicos derivados de su manejo y aprovechamiento sustentable. Con el objeto de contar con la participación de todos los actores y sectores involucrados con el proyecto de conservación de la especie se constituirá el Subcomité Técnico Consultivo para la Recuperación del Borrego cimarrón, mismo que forma parte integral del Comité Técnico Consultivo Nacional para la recuperación de Especies Prioritarias, instalado en junio de 1999. Este Subcomité es el reflejo de la gran y justificada preocupación de los mexicanos por el correcto uso del patrimonio natural, y de la necesidad de enfrentar esta tarea, que es responsabilidad de todos, reconociendo y contando con el gran potencial humano de nuestro país, de sus instituciones, universidades, pueblos y ciudadanos. El objeto del Subcomité es sumar las capacidades y esfuerzos de todos los actores interesados, con el objeto de ayudar a definir e instrumentar de manera conjunta y organizada las prioridades, proyectos y actividades con relación a las estrategias, actividades y administración del proyecto de conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de la especie. El Subcomité se reunirá periódicamente y se encargará de revisar, apoyar y dar seguimiento al desarrollo del proyecto, sugerir políticas, estrategias y acciones complementarias, correctivas o alternativas, y dado el caso, asesorar a productores y autoridades en la instrumentación y seguimiento de los proyectos estatales y locales.

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Antecedentes. Desde tiempos remotos el borrego cimarrón ha sido para el hombre un animal totémico y emblemático, y como símbolo importante de las culturas del desierto mexicano se encuentra representado en diversas esculturas, pinturas rupestres y obras artesanales. Llamado cimarrón por los españoles, es conocido en México como Borrego del Desierto o Borrego de Montaña y en Estados Unidos y Canadá como Desert Bighorn Sheep, Mountain Bighorn Sheep o Wild Sheep (Figura 1). Es un animal muy apreciado por su porte y belleza, convirténdose en un trofeo muy valioso para los cazadores de todo el mundo, debido a que su caza es muy difícil ya que habita en zonas altas y escarpadas que hacen muy complicada la expedición. Posee muy buena vista y detecta rápidamente a los cazadores, escapando por sitios abruptos con una velocidad y agilidad asombrosas. Todo esto hace que el tener una cabeza de cimarrón como trofeo sea muy valorado en términos deportivos, ya que supone habilidades muy grandes en el cazador. Especies similares de borrego habitan en el norte de Canadá y en Alaska, donde se les conoce como “Cabras de Montaña”, en Asia y Europa son llamadas “Argalí” y “Muflón”, y en el medio oriente “Carnero”. Las diversas especies y variedades son relativamente fáciles de distinguir por su tamaño, pelaje, cornamenta y color.

BORREGO CIMARRÓN (Ovis

canadensis )

figura 1. Ejemplar macho de borrego cimarrón.

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De la biología de la especie. -Historia y distribuciónEl borrego del desierto, o cimarrón, pertenece al orden de los artiodáctilos, familia de los bóvidos, (antílopes, bisontes, gacelas, ovejas, vacunos, etc.) la cual comprende 45 géneros y 124 especies, de éstas, muchas viven aún en estado silvestre en África, Europa, Asia y Norteamérica. Esta especie proviene de Asia y migró hacia América a través del estrecho de Bering durante las glaciaciones del Pleistoceno, hace aproximadamente 85,000 años, a partir de dónde se dispersaron hacia el sur hasta llegar a Baja California hace aproximadamente 12,000 años (Lee, 1989), su distribución en el noroeste del continente americano está asociada con las zonas áridas y montañosas (figura 2). Se estima que el número máximo de ejemplares alcanzado por la especie fue de aproximadamente 2 millones; actualmente las poblaciones actuales ocupan un 4% del área de distribución histórica y se estima una población de 25,000 ejemplares, de los cuales 6,000 se encuentran en México y el resto en los Estados Unidos. (Lee, 1998). Los naturalistas y cazadores deportivos reconocen dos variedades de Ovis canadensis, el “borrego de montaña” y el “borrego del desierto”, sin embargo, los biólogos reconocen siete subespecies basándose en la distribución geográfica y en medidas corporales, de éstas, tres subespecies se corresponden con el borrego de montaña y cuatro con el de desierto. La primera descripción del borrego del desierto la realizó Shaw en 1804, posteriormente otros autores han descrito a las restantes subespecies. En México se encuentran tres de las siete subespecies reconocidas, todas ellas se corresponden con la variedad del desierto: O.c.cremnobates (Elliot, 1903) o cimarrón café en Baja California; O.c.weemsi (Goldman, 1937) o cimarrón rojo en Baja California Sur; y O.c.mexicana (Merriam, 1901) o cimarrón gris en Sonora. Sin embargo, esta clasificación es discutible ya se basa en características morfológicas que algunos autores consideran relativas. De hecho, estudios genéticos recientes parecen cuestionar el estatus taxónomico actual de las subespecies (Boyce, et al. 1997). Las restantes subespecies se hallan en Estados Unidos y Canadá, y se distinguen unas de otras por el color y largo de pelo, tamaño y tipo de cuernos y por los lugares en que habita.

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figura 2. Distribución histórica de las subespecies de borrego cimarrón en Norteamérica. Los círculos indican localidades tipo.

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-Características biológicasEl rasgo más notable y característico del borrego del desierto lo constituyen sus cuernos, recurvados, largos y masivos que en el macho alcanzan a representar hasta el 10% del peso del animal; en las hembras, éstos son pequeños, delgados y ligeramente curvos. Los cuernos crecen con la edad, lo que permite distinguir fácilmente a viejos y jóvenes, así como a machos y hembras, además de que estas últimas son más pequeñas y gráciles. La cornamenta ha sido resultado de un largo proceso de selección sexual ya que juega un papel muy importante en la competencia entre machos y en la elección de éstos por parte de las hembras. El perímetro de los cuernos alcanza de 70 a 100 cm y llega a pesar, junto con el cráneo, hasta 20 kg, la cornamenta es gruesa en la base y se curva hacia afuera y atrás a medida que crece hasta el 4º y 5º año, posteriormente se dirige hacia arriba y adelante, dando la forma en espiral típica de la especie. Los machos adultos pesan entre 70 y 91 kg, miden de 76 a 100 cm de altura hasta los hombros y 150 cm de longitud, en tanto que la hembra es más ligera y pequeña, ya que pesa en promedio 50 kg, y aunque tiene cuernos, estos no llegan a ser tan grandes como los de los machos (Smith y Krausman, 1988). La subespecie Ovis canadensis mexicana, habita en Sonora y se caracteriza por el color de pelo gris ratón en el dorso y la cornamenta de color café amarillenta, el ejemplar tipo proviene del desierto de El Pinacate, de complexión chica, es el más pequeño ya que promedia 128 cm de longitud. La subespecie Ovis canadensis cremnobates habita en Baja California, es de pelo color café salvado, cornamenta café claro, lustrosa y con corrugado bien definido. Su localidad tipo corresponde a la sierra de San Pedro Mártir, a esta subespecie pertenecen algunos de los primeros lugares en cornamentas en el mundo en materia de borregos del desierto, según lo registran los libros de trofeo. Finalmente, la subespecie de mayor longitud, Ovis canadensis weemsi, es de pelo café rojizo muy obscuro, cornamenta irregular y profundamente corrugada, lustrosa y de color café rojizo intenso. El ejemplar tipo de esta subespecie proviene de la sierra la Giganta en Baja California Sur. Son animales diurnos y herbívoros que se alimentan principalmente de pastos, aunque también suelen alimentarse de hierbas y arbustos. A este respecto cabe citar el trabajo de Sánchez (1978) quien realizó un análisis del contenido estomacal de 29 ejemplares provenientes de la península de Baja California en diferentes localidades y estaciones del año. En el norte los resultados muestran un consumo promedio de 43% de pastos, 33% de ramoneo (incluidas cactáceas) y 24% de hierbas. En Baja California Sur obtuvo resultados similares, estos fueron, 53% de pastos, 23% de ramoneo, 17% de hierbas y 7% no identificados. Los minerales los obtienen al lamer rocas. El contenido estomacal más frecuente es compuesto por pastos, de entre estos se identificaron las siguientes especies: Muhlembergia sp., Panicum sp. y Aristida sp., las leguminosas también forman parte importante de la dieta ya que se reportan en el 72% de los contenidos examinados, hojas, vainas y semillas de Lysiloma candida, Astragalus sp., Lotus sp., Olneya tesota, Cercidium peninsularis y Calliandra sp., siendo las tres últimas las más abundantes. De la familia Euphorbiaceae constituyen hasta el 48% las especies Acalypha californica y Euphorbia sp., Del grupo de las compuestas (Asteraceae) el 44% de esta familia lo conforman las especies: Ambrosia sp., 19

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Encelia sp., y Latuca sp. Otras herbáceas presentes fueron: Solanum mongyra, Solanum sp., Physalis sp., Criptantha sp., y Amsinkia sp. Por otro lado las cactáceas se presentaron en 8 de los 29 contenidos estomacales analizados, hallándose representados los géneros Ferocactus sp., Mammillaria sp. y Opuntia sp. (Sánchez, 1978). De acuerdo con la clasificación de vegetación de Flores et al. (1972), las plantas encontradas en el contenido estomacal del borrego cimarrón corresponden con las siguientes asociaciones vegetales: selva baja caducifolia, matorral desértico, matorral crasicaule y mezquital. La dieta del borrego cimarrón expresa los cambios estacionales de la vegetación, mostrando un aumento en el consumo de pastos y hierbas durante la primavera, en tanto que el uso de arbustos se incrementa en el otoño e invierno, además, durante el otoño es mayor el consumo de cactáceas. En general, es posible establecer que la dieta del borrego es muy variada y está condicionada a la abundancia del recurso y la facilidad para obtenerlo. El agua es el recurso más escaso en el desierto y en relación con esto se ha observado que el borrego puede pasar largas temporadas sin beber, algunos reportes indican que incluso puede pasar meses sin probar líquido (Smith y Krausman, 1988). Todo esto hace suponer que presenta varias adaptaciones para administrar este recurso, entre éstas, recuperar agua de las heces, capacidad que es casi tan grande como en los camellos, además de obtener agua de las plantas del desierto, nopales, biznagas y cactos, que la almacenan en gran cantidad. Esta especie representa un caso peculiar de adaptación al medio ya que su distribución en las regiones áridas y montañosas está asociada con actividades conductuales, más que con modificaciones morfológicas o fisiológicas que se puedan considerar adaptativas a condiciones de aridez (Smith y Krausman, 1988). Sorprendentemente, carece de algunas otras adaptaciones típicas de otros animales del desierto, como por ejemplo: modificación de los riñones para la reabsorción de líquidos corporales, color y longitud del pelaje y ausencia de grasa corporal, lo que ha llamado mucho la atención de los biólogos. Todo parece indicar que las modificaciones etológicas, o de comportamiento, han sido las principales adaptaciones a la vida en el desierto, ya que estos animales son activos en las horas de menor insolación, esto es, por la mañana y por la tarde, de igual modo, permanecen cerca de los cuerpos de agua en un rango que varía de uno a cinco kilómetros aproximadamente, o buscan los sitios elevados y cubiertos donde el microclima es más fresco. Las preferencias de hábitat varían de acuerdo con la hora, estación y edad, los sitios clave más importantes son las áreas de forraje, de agua, de apareamiento, de crianza, de cobertura o reposo (cuevas o cavidades), y de escape, estas últimas se caracterizan por ser sitios rocosos y abruptos con vegetación baja que le brindan una amplia visibilidad al animal, lo que le permite detectar depredadores a gran distancia y hallar fácilmente rutas de salida (Wishart, 1978; May, 1979; Smith y Krausman, 1988). -Ciclo de vidaLos machos adultos viven en las zonas más altas de las montañas, son solitarios excepto en la época de apareamiento, en los meses de julio a diciembre, cuando bajan hacia las laderas buscando aparearse, moviéndose de 20

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un grupo de hembras a otro, intentando copular tantas veces como sea posible. Las hembras viven en grupos en las partes bajas de las sierras, acompañadas por otras hembras, crías y algunos juveniles. Los machos en ocasiones compiten entre sí por lograr la cópula, cuando lo hacen, es por medio de choques frontales que llegan a ser espectaculares por la fuerza e intensidad con que se golpean las cornamentas, una y otra vez, en un combate que puede durar horas. Sin embargo, esta lucha raras veces produce la muerte de alguno de los contrincantes, además de que en la mayoría de las ocasiones el mero reconocimiento visual de la cornamenta evita estos enfrentamientos. La gestación dura de 175 a 180 días, por lo que el nacimiento, en el que normalmente paren una sola cría, sucede entre los meses de enero a junio. Los recién nacidos pesan de 3.5 a 4.5 kg y son destetados 4 o 6 meses después, aunque son activos a los pocos minutos de nacer y un par de días después son capaces de seguir a la madre, con la que permanecen hasta el año de vida. Las hembras se integran como residentes en el grupo materno, y los machos permanecen con el grupo hasta los tres o cuatro años de edad, cuando alcanzan la madurez física y son capaces de valerse por sí mismos. Aunque las hembras son capaces de reproducirse desde el año y medio, lo común es que su primer apareamiento sea hasta los dos años y medio de edad. Los machos, una vez que dejan el grupo materno, se alejan hacia la cima, donde permanecen solitarios y algunas veces en pequeños grupos de juveniles, hasta la época de apareamiento, cuando nuevamente bajan en busca de hembras. La mayoría de ellos alcanzan su primer apareamiento a los cuatro o cinco años, aunque son capaces de reproducirse desde el año y medio de edad y a veces antes (tabla I). El promedio de vida es de 10 a 12 años aunque en condiciones de cautiverio pueden alcanzar algunos años más. El período de mayor mortandad es durante los primeros seis meses de vida, cuando son corderos. Entre el primer y noveno año la tasa de mortalidad es baja, lo que parece sugerir que esta especie no se halla fuertemente afectada por enfermedades o depredadores. Posteriormente la mortandad se incrementa hasta 10 veces, una causa de esto es el marcado desgaste dental que les impide alimentarse propiamente (Lee, 1998). Aunque normalmente los machos que se aparean son aquellos que poseen la mayor cornamenta, sucede que, al igual que en otras especies de mamíferos, los machos viejos tienen menor viabilidad espermática, por lo que el éxito reproductivo se reduce con la edad. Madurez física Machos: 6-7 años. Hembras: 2-3 años.

Madurez sexual Machos: 18 meses. Hembras: 18 meses.

Reproducción 1ª vez Machos: 18 meses. Hembras: 30 meses.

Gestación 6 meses.

Copulación Nacimiento

Destete

Julio a Diciembre.

4a6 meses.

Enero a Junio.

tabla I. Historia de vida del borrego cimarrón.

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-Ámbito hogareño y migracionesAunque el borrego cimarrón no es territorial, pasa la mayor parte de su vida en una misma zona y sigue las rutas de movimiento que aprendió de los animales mayores. Los movimientos suelen ser estacionales y normalmente ocurren en un rango altitudinal, los machos adultos se desplazan de la cima al valle en la época de apareamiento, para, meses después, regresar nuevamente hacia las partes altas de la sierra. Además se han observado movimientos que podrían calificarse como verdaderas migraciones, ya que involucran el desplazamiento de grupos o manadas fuera de su ámbito hogareño típico, de una sierra a la otra. El ámbito hogareño se halla en relación con la disponibilidad de fuentes de agua y alimento, observándose que los ejemplares se hallan en un rango de unos pocos kilómetros alrededor de estos sitios. El borrego cimarrón establece ámbitos hogareños amplios, siendo el de los machos considerablemente mayor que el de las hembras. Estudios de radiotelemetría realizados en Sonora (López y Lee, 1997) con la subespecie O.c.mexicana, muestran que el ámbito casero promedio para los machos de la zona de El Pinacate, Sonora, es de 88.52 km2, en tanto que las hembras registraron un área promedio de 18.67 km2. En contraste con esto, en la zona de la sierra Pico Johnson, Sonora, los machos tuvieron un rango promedio de apenas 7.34 km2 y las hembras de 3.28 km2 (tabla II). A este propósito cabe citar a los autores “...es notable que el rango casero promedio de los animales del Pinacate es 967% más grande que el rango promedio de los animales de Pico Johnson, asimismo, para ambos sitios, se mantiene que el rango casero de los machos es más grande que el de las hembras. Esta diferencia se acentúa más con los borregos del Pinacate, en donde el rango promedio de los machos es 474% más grande que el de las hembras, asimismo, es notable que el rango promedio de las hembras del Pinacate es 254% más grande que el de los machos de Pico Johnson.” Esta diferencia “...puede tener su explicación en la ausencia de agua libre disponible, el tamaño del área y de la población, así como la menor variabilidad de tipo de hábitats.” En otro estudio realizado con la misma subespecie en Arizona (Bristow et al. 1996), se encontró un patrón similar al anterior, donde el ámbito hogareño promedio de los machos fue mayor que el de las hembras, siendo de 57.6 km2 para los primeros y de 10.34 km2 para las hembras (Tabla II). Se ha observado también (Geist, 1971) que los machos normalmente permanecen en, o cerca, de su ámbito hogareño, y si llegan a ocurrir movimientos estacionales, el 87% de los ejemplares regresa al mismo sitio. En este último estudio se halló además que los machos fueron los únicos en realizar movimientos intermontañosos, en tanto que las hembras permanecieron dentro de sus rangos caseros como residentes. Estos movimientos migratorios son importantes para la especie, ya que es el mecanismo natural que garantiza el flujo génico y con esto, la variabilidad y viabilidad de las poblaciones. Es por esto que en el presente proyecto se considera como unidad de manejo y aprovechamiento a las sierras y poblaciones, por lo que se incluye en el plan de manejo de cada UMA, la realización de investigaciones de campo con el fin de definir la época y las rutas que emplean los machos.

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Lugar

Sexo

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N

Rango promedio

Valor máximo

Valor mínimo

en km2

en km2

en km2

El Pinacate, Sonora.

macho

3

88.52

199.06

4.67

El Pinacate, Sonora.

hembra

5

18.67

27

9.43

Pico Johnson, Sonora. macho

6

7.34

17.31

1.08

Pico Johnson, Sonora. hembra

12

3.28

13.14

0.67

Silver Mine, Arizona.

macho

9

57.26

91.29

24.77

Silver Mine, Arizona.

hembra

9

10.34

13.31

7.67

Tabla II. Rangos caseros de Ovis canadensis mexicana en tres áreas distintas. -EnfermedadesEl borrego cimarrón es susceptible de contraer diversas enfermedades y parásitos, entre los que cabe mencionar a la neumonía bacteriana (Pasteurella sp., Staphylococcus sp., Corynebacterium sp.), la sinusitis crónica, parainfluenza-3, lengua azul, hemorragia epizoótica y ecthyma contagiosa. Los parásitos más comunes son las lombrices (Protostrongylus stilesi, Mullerius capillaris), los moscardones (Oestrus ovis) vectores de bacterias causantes de la sinusitis crónica y los ácaros, causantes de sarna (Prosoroptes cervinus, P. ovis), la cual parece ser la única amenaza seria para las poblaciones de borrego cimarrón (De Vos, 1993). Muchas de las enfermedades están asociadas con la presencia de ganado doméstico que actúa como reservorio y transmisor de enfermedades. Un listado de los parásitos que afectan a esta especie fue elaborado por Allen (1985), en éste se incluyen, además de los parásitos ya mencionados, 31 especies más, entre gusanos, ácaros y pulgas (anexo 5). Durante el estudio de radiotelemetría realizado por López, y Lee (1997) se tomaron muestras de sangre a los ejemplares capturados; los resultados de las pruebas de laboratorio indican que para 10 borregos de El Pinacate, ocho eran portadores de Echtyma contagiosa y dos de Pasteurella hemolitica, esta última es común en forma no patógena en borregos domésticos, en tanto que la E. contagiosa, si bien no es un factor de mortalidad directa, sí contribuye a la presencia de otras enfermedades. En veinte ejemplares de la sierra Pico Johnson se halló que diez eran portadores de E. contagiosa, cuatro padecían la enfermedad de lengua azul y 3 habían contraído la hemorragia epizoótica. Curiosamente, aquellos ejemplares que padecían de Echtyma contagiosa eran también portadores de otras enfermedades. Aparentemente, no hay ninguna relación entre la incidencia de enfermedades y el sexo de los animales, aunque es probable que sí la haya con la edad o el tamaño de la población, observándose mayor susceptibilidad o incidencia entre los animales viejos y en los grupos pequeños. Por otro lado, generalmente las enfermedades suelen presentarse de manera aislada, y en raras ocasiones como epizotías que afecten al conjunto de las poblaciones; sin embargo, pueden llegar a ser un factor importante que 23

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conduzca a la desaparición de un grupo pequeño al presentarse en combinación con otros factores, como sequías prolongadas, fuerte competencia o ausencia de alimento. -Depredadores y competidoresEn general, la depredación no es un factor que afecte fuertemente el número poblacional, ya que ocurre de manera ocasional; sin embargo, pude ser un factor de presión importante cuando se presenta en poblaciones reducidas. El depredador más peligroso para esta especie es, sin duda, el puma (Puma concolor), ya que hace presa tanto de crías y jóvenes como de adultos, lo que está en relación con la preferencia del borrego cimarrón por los sitios escarpados, inaccesibles y de amplia visibilidad que le permitan escapar fácilmente. También se han reportado ataques de coyote (Canis latrans), zorra (Urocyon cinereoargenteus), lince (Lynx rufus), lobo (Canis lupus), ocelote (Leopardus pardalis) y jaguar (Panthera onca), menos comunes aún son los ataques del águila real (Aquila chrysaetos) y águila calva (Haliaetus leucocephalus), que hacen presa casi exclusivamente de las crías. Por otra parte, existen reportes de encuentros con la víbora de cascabel (Crotalus sp.), los cuales son poco frecuentes. Más recientemente, y como resultado del crecimiento de la frontera agropecuaria, esta especie se encuentra en competencia con el ganado, con la fauna exótica introducida como el borrego berberisco, y con los burros y animales ferales, los que además de desplazar al borrego cimarrón y limitar los recursos disponibles, son también vectores de enfermedades que pueden afectar seriamente a las poblaciones silvestres.

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De los estudios poblacionales. Se calcula que hace unos 10,000 años, la población del borrego cimarrón alcanzó, tan sólo en los Estados Unidos, un número de entre uno a dos millones de individuos (Buechner, 1960; Cooperrider, 1985; Lee, 1998). Estimaciones realizadas en 1980 mostraron que la población se ha reducido hasta poco menos de 12,000 individuos en ese país (Monson, 1980) aunque otros autores estiman en 25,000 ejemplares la población actual (Lee, 1998), esto es, alrededor del 1% del total original, hallándose distribuidos de manera dispersa en su rango de distribución histórico en forma de pequeñas poblaciones semiaisladas que ocupan apenas el 4% de su área de distribución original, lo que representa sin duda un riesgo para la sobrevivencia de la especie. De hecho, una de las siete subespecies reconocidas (O.c.auduboni) se ha extinguido en los Estados Unidos, y en México, la subespecie O.c.mexicana ha desaparecido de los Estados de Coahuila, Nuevo León y Chihuahua. Actualmente sólo se encuentra en el estado de Sonora. Las primeras estimaciones poblacionales se realizaron a partir de recorridos terrestres, registrando huellas, excretas o restos de animales, posteriormente se halló que un método más eficiente consiste en situarse en puntos cercanos a los aguajes o pozas de agua y registrar a los ejemplares que se aproximan al sitio. Hacia la década de los sesenta comenzó a usarse la técnica de vuelos, originalmente en avioneta y posteriormente en helicóptero; actualmente se considera que esta es la técnica más efectiva, no sólo en relación a la cantidad y calidad de información que proporciona, sino también en el esfuerzo y tiempo que emplea en comparación con las anteriores. La primera estimación poblacional de borrego cimarrón en México la realizó Bernardo Villa en 1959, quien calculó para toda la península de Baja California 2,000 ejemplares, posteriormente, en 1974, en el marco del “Programa Nacional del Borrego Cimarrón”, la Dirección General de Fauna Silvestre dependiente de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), realizó un censo terrestre en la península de Baja California durante febrero y marzo de ese año, cubriendo un área de aproximadamente 2,000 km2 durante la temporada de cacería. El total de ejemplares observados fue de 327 individuos como máximo, a partir de lo cual se realizó una extrapolación a 12,000 km2 de hábitat potencial en la península y se estimó una población de 4,500 a 7,800 individuos (Alvarez, 1976). Sin embargo, los mismos autores señalan que “ésta es sólo una aproximación que puede tener un considerable margen de error debido a la ausencia de conocimiento concerniente a la distribución exacta del borrego cimarrón en Baja California”. En México, a partir de la década de los ochenta, se realizaron algunos conteos y estimaciones a partir de recorridos terrestres y de observaciones hechas durante las temporadas de caza en los estados de Baja California y Baja California Sur. A partir de 1990 se iniciaron los censos aéreos utilizando el método desarrollado por el Departamento de Caza y Pesca de Arizona (para mayores detalles véase el anexo 1), el cual permite estimar de manera confiable tanto el número como la estructura de la población.

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De los estudios poblacionales en Baja California. Además de los estudios mencionados, en la península de Baja California se han realizado recientemente otros trabajos, sobre todo a partir de 1990, cuando por iniciativa del presidente de la República, se emitió un Acuerdo Secretarial en el que se establece una veda temporal para el aprovechamiento de la subespecie O.c.cremnobates, vigente para la temporada 1990-1991. En 1992, la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) realizó un estudio poblacional (López et al. 1995) y de hábitat en un área de 900 km2 en la zona de Jaquejel y Arroyo Grande, entre las sierras de Juárez, Tinajas y las Pintas, al norte del estado (31º30´ N y 115º 30´ O). Este estudio se realizó durante cinco meses por medio de transectos terrestres, esto es, recorridos a pie y observación directa de ejemplares, se contaron 120 individuos de borrego cimarrón con una densidad, o número de ejemplares por kilómetro cuadrado, de 0.20 y 0.14 en verano y otoño respectivamente (figura 3 y tabla III), aunque no se estimó el número de ejemplares para el resto del Estado. Además, se registraron las características del hábitat en que se localizaron los ejemplares. Este estudio contrasta con el realizado en abril del mismo año, 1992 (De Forge et al. 1993), también en el norte del estado, desde la línea fronteriza hasta la Bahía de San Luis Gonzaga (30º de latitud N), el cual cubrió en 68 horas de vuelo, un área de poco más de 3,100 km2 en las sierras de Juárez, Cucapá, Tinajas, las Pintas, Arroyo Grande, San Felipe, San Pedro Mártir, Santa Rosa y Santa Isabel. En total se registraron 116 grupos y se observaron 603 individuos, a partir de los cuales se estimó un número poblacional de entre 780 a 1,170 ejemplares (Tabla III). Este estudio siguió la metodología de vuelos en helicóptero (anexo 1), lo que posiblemente explica la diferencia tan grande entre ambos reportes poblacionales. En 1995 se realizó otro estudio poblacional siguiendo la misma metodología que el trabajo anterior (Lee et al., 1996) aunque sólo se emplearon 32 horas de monitoreo sobre las sierras de: Juárez, Cucapá, Tinajas, las Pintas, San Felipe, San Pedro Mártir, Santa Rosa, Santa Isabel, y otras al sur del estado que previamente no se habían revisado. En este estudio se reportaron 97 grupos y 279 ejemplares observados, en un área de 3,095 km2. De acuerdo con esta técnica, el número estimado de ejemplares en el área es de 697, aunque si se considera que el hábitat potencial para esta especie es de 10,800 km2, se elevaría considerablemente esta cifra. En conjunto, no existen diferencias importantes entre el estudio de 1995 y el de 1992, en cuanto al número de individuos observados por hora de vuelo en las mismas zonas sobrevoladas, lo que indica que no ha habido una baja en el número poblacional. Mientras que el censo de 1992 fue realizado en abril, el de 1995 se realizó en septiembre, sin embargo, la proporción crías-hembras difiere muy poco, a pesar de que en el verano tiene lugar la mayor mortandad de crías, lo que indica que la tasa reproductiva fue considerablemente mayor en 1995, más aún, el ligero aumento en el número de ejemplares observados por hora de vuelo, 8.9 en 1992 y 10.7 en 1995, podría representar un incremento poblacional. En mayo de 1997, la UABC realizó otro monitoreo (Martínez et al., 1997), en esta ocasión se siguió la metodología de sobrevuelos en helicóptero. Se 26

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observaron tan sólo 64 ejemplares en 45 horas de monitoreo y se cubrió un área de más de 14,000 km2. Las diferencias tan grandes entre éste estudio y los anteriores, se debieron probablemente a la temporada en la que se realizó el censo, y a que se revisaron áreas distintas; en los censos realizados por De Forge et al. (1992) y Lee et al. (1995) se evaluaron poblaciones cuya distribución era conocida, a diferencia del trabajo de Martínez, et al. (1997), que tuvo como propósito realizar una prospección en la parte sur del estado, ya que es una zona de la que se carece de información y c) a que la velocidad de vuelo fue distinta, el reporte de la UABC (1997) señala que se revisaron 14,000 km2 en 45 horas, lo cual refleja una velocidad de vuelo muy alta, comparado con los 3,095 km2 que cubrieron los estudios anteriores en 68 y 32 horas de vuelo, lo que seguramente influyó fuertemente en la capacidad y posibilidad de observación de ejemplares. La discusión del reporte final presentado por la UABC dice al respecto: "Considerando los resultados obtenidos por otros autores en Baja California, el número de animales avistados en este censo fue muy bajo. Hay que tomar en cuenta que el tipo de censo realizado fue diferente a los dos anteriores, ya que estos fueron realizados en áreas de altas probabilidades de localización de borrego cimarrón. El censo realizado en este estudio, por el contrario, empleó el esfuerzo de muestreo de manera uniforme en toda el área de distribución, disminuyendo con ello la probabilidad de encuentro de animales. ... hay que considerar que este censo presenta sesgos, como la segregación sexual debida a la época, lo cual provoca que los grupos de animales se fraccionen y de este modo, la tasa de observación se vea disminuida". En el estudio de 1997, tan sólo en la sierra de Santa Isabel se observaron 46 (71%) de los 64 ejemplares reportados, en esta misma sierra, Lee et al (1996) reportaron 111 ejemplares observados, lo que parece indicar que en aquellos sitios donde se conoce la presencia de poblaciones, es mucho más fácil registrarlos que si se realiza un estudio de prospección o búsqueda de poblaciones, lo que se refleja en los resultados y estimaciones finales. De los estudios anteriores se desprende que la abundancia de borrego cimarrón es aparentemente menor en el sur del estado y que la distribución de sus poblaciones no es homogénea sino agregada en núcleos poblacionales, como es de esperarse de acuerdo con la manera en que se distribuyen naturalmente las poblaciones de borrego cimarrón, así como debido a la fragmentación de éstas y del hábitat debido a causas antropogénicas. Finalmente, en octubre de 1999, se realizó otro censo aéreo (Lee, en prensa) por iniciativa del Instituto Nacional de Ecología y del Gobierno del Estado, que reunió a los actores estatales interesados en la especie, la Universidad Autónoma de Baja California, el Centro de Investigaciones Científicas y Estudios Superiores de Ensenada y a los ejidatarios que tienen UMA registrada. En este censo se revisaron las mismas áreas que habían sido censadas en años anteriores, se emplearon 21.2 horas de vuelo y se 27

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observaron 282 ejemplares, con una densidad de 13.3 individuos por hora. La estimación a partir de estos datos brinda una población de 705 ejemplares, únicamente para las sierras y sitios censados. El conjunto de datos para el Estado permite considerar que si se considera el total de las sierras borregueras, se cuenta con una población total de aproximadamente 2,000 ejemplares. Más aún, si se comparan los datos de densidad (individuos observados por hora de vuelo) se aprecia claramente un incremento, lo que es un indicador de que las poblaciones de esta subespecie en Baja California se hallan actualmente en crecimiento.

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BAJA CALIFORNIA

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UABC-

UABC

De Forge

Lee

UABC

Lee

SEDUE

López

et al

et al

Martínez

et al. (1995)

(1993)

(1996)

et al.

(En prensa)

(1997)

Año

1986

1992

1992

1995

1997

1999

2

380

900

3,100

3,095

14,600

3,095

Horas muestreo:

--

--

68

32

45

21.2

Tipo de conteo:

Terrestre

Terrestre

Aéreo

Aéreo

Aéreo

Aéreo

180

120

603

279

64

282

131-183

--

780-1170

697

--

705

0.20-0.14 /km²

8.9/ hr

8.9/ hr

10.7/ hr

--

13.3/ hr

Área km :

Núm. observado: Núm. estimado: Individuos / hr O individuos / km² :

tabla III. Reportes y estimaciones poblacionales en Baja California.

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figura 3. Áreas de distribución y de estudio de O.c. cremnobates en Baja California.

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De los estudios poblacionales en Baja California Sur. Se cuenta con pocos reportes y monitoreos poblacionales en Baja California Sur para la subespecie O.c.weemsi. El primero de éstos se realizó a partir de recorridos terrestres durante las temporadas de caza de 1983 y 1985 en las áreas de Las Vírgenes y Loreto (Jaramillo y Castellanos,1992), además de un análisis de las temporadas de caza de 1978 a 1987 (Jaramillo et al., 1991) lo que permitió definir tres áreas de distribución actual para esta subespecie que se corresponden con las sierras de Las Vírgenes al norte, Loreto-La Giganta al centro y el Mechudo al sur del Estado (figura 4), dando como resultado una estimación poblacional en todo el Estado de 500 a 700 individuos (Jaramillo y Castellanos, 1992) (tabla IV-a). En 1995, gracias al interés del Bighorn Institute y de la empresa “Salinas del Pacífico”, se realizó el primer censo aéreo en la sierra de La Giganta, en los alrededores de la ciudad de Loreto, así como en la zona oeste de El Mechudo, en esta ocasión el número observado en 8 horas de vuelo fue de 21 ejemplares y el estimado de 52 para el área revisada que comprendió poco más de 1,673 km2. En 1996 se registró el ejido Alfredo V. Bonfil como la primer “Unidad para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable” (UMA) en un área natural protegida del país, la Reserva de la Biosfera “El Vizcaíno”, y la primera en el Estado para el borrego cimarrón. En octubre de 1996 se realizó un censo aéreo en el área borreguera de la Reserva de la Biosfera y de la UMA, en el complejo serrano Las Vírgenes-La Reforma, constituido por el volcán de las Vírgenes, el volcán El Azufre, la sierra El Aguajito y la sierra de la Reforma. El reporte de este censo, en el que se emplearon 4.2 horas de vuelo, muestra 99 ejemplares observados, y una abundancia relativa de 293 individuos (Lee et al. 1996). En octubre de 1997 se realizó otro censo en helicóptero (Lee, 1997), en éste se emplearon 5.6 horas de vuelo y se observaron 103 ejemplares, lo que brindó una estimación de 257 ejemplares, tan sólo para esta zona. La diferencia en las estimaciones de la abundancia relativa respecto a censos anteriores se debe a que al momento de revisar otras áreas con reportes de borrego cimarrón (Tinajas de Murillo, sierra El Caracol y sierra de San Alberto) no se encontraron animales, por lo que al descontar de los cálculos estas áreas se reduce la estimación. Este último cálculo es más objetivo ya que se considera que ha sido revisado el 90% del hábitat potencial dentro de la reserva de la biosfera. (tabla IV-b). Posteriormente, en febrero de 1997, durante un recorrido terrestre realizado por personal de la Reserva de la Biosfera “El Vizcaíno” se registraron 52 ejemplares en la zona de la sierra de la Giganta. En un estudio de prospección realizado en octubre de 1997 en las sierras de la Giganta y El Mechudo se realizaron las siguientes observaciones: para la primera sierra se emplearon 3.7 horas de vuelo y se observaron 36 ejemplares, mientras que en El Mechudo en 1.7 horas de vuelo, se observaron 25 ejemplares, no se realizaron estimaciones ni proyecciones debido a la naturaleza prospectiva del vuelo. El último censo realizado se llevó a cabo en octubre de 1999 (Lee et al en prensa), comprendió las sierras de la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno y la sierra de la Giganta, en este, se observaron en 9.8 horas de vuelo, 163 ejemplares, lo que de acuerdo al método de censo, brinda un estimado de 407 31

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individuos para las sierras y sitios revisados, con una densidad de 16.6 ejemplares avistados por hora. De este total observado, 131 ejemplares se corresponden a la zona del Ejido A.V. Bonfil y la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, en la cual se emplearon tan solo 4.4 horas de vuelo, lo que proporciona una densidad de 29.7 ejemplares observados por hora y un estimado de 327 ejemplares, únicamente para la zona. En conjunto, al considerar los datos recientes disponibles para el total de las sierras borregueras en el Estado, de las cuales han sido revisadas apenas el 40%, se puede estimar una población en Baja California Sur de 2,000 ejemplares.

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figura 4. Áreas de distribución de Ovis canadensis weemsi en Baja California Sur.

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BAJA CALIFORNIA SUR

SARH

SEDUE

SEDUE

SEDUE

SEDUE

SARHSEDUE

Año

1978

1983

1985

1986

1987

1978-87

161

101

149

139

122

110-160

223

253

--

240

222

300-350

--

30

--

--

50

30-50

384

384

149

379

394

500

--

--

--

--

--

500-700

Área cubierta en km :

--

--

860

--

--

1270-2000

Número de días:

--

27-30

33

60-95

60-95

--

Las Vírgenes (490 km2) Loreto-La Giganta 2

(720 km ) El Mechudo 2

(60 km )

Número observado: Número estimado: 2

tabla IV-a. Reportes y estimaciones de borrego cimarrón O.c.weemsi en Baja California Sur, realizados mediante recorridos terrestres por sendero y observación directa de ejemplares, algunos de éstos durante las temporadas de caza. La columna de la derecha es una estimación y recopilación de la información del período 1978-1987 realizada por Jaramillo y Castellanos (1992).

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Baja California Sur

BI & SP

FMCBCFNAWS-RBVINE UMA: A.Bonfil

INE-RBVUMA A.Bonfil CFE-U.C. CONABIO

INE-RBV CONABIOU.C.

INE-RBVUMA A.Bonfil

Año

nov-1995

oct-1996

oct-1997

oct-1997

oct 1999

Las Vírgenes - La Reforma (490 km2)

--

99

103

--

131

Loreto-La Giganta (720 km2)

7

--

36

36

32

El Mechudo (60 km2)

14

15

25

25

--

Número observado:

21

99

103

61

163

Número estimado*:

52*

285*

257*

**

407

Área cubierta en km2:

1673

--

--

--

--

8

4.2

14.4

5.4

9.8

aéreo

aéreo

aéreo

aéreo (prospección)

aéreo

2.6

23.6

11.4

--

16.6

Número horas vuelo: Tipo de conteo: Individuos / hora:

tabla IV-b. Reportes y estimaciones de borrego cimarrón O.c.weemsi en Baja California Sur. Realizados con la técnica de vuelo en helicóptero. Las siglas indican lo siguiente: FMCBC = Fundación Mexicana para la Conservación del Borrego Cimarrón; BI = Bighorn Institute; SP = Salinas del Pacífico; FNAWS = Foundation for North American Wild Sheep; RBV = Reserva de la Biosfera “El Vizcaíno”; INE = Instituto Nacional de Ecología. CFE = Comisión Federal de Electricidad. UC = Unidos para la Conservación. *Las estimaciones se realizaron considerando una tasa de observación del 40%. (véase anexo 1) ** Estimación válida sólo para la zona de Las Vírgenes, en las restantes zonas, debido a que es una prospección, no se realizaron estimaciones.

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De los estudios poblacionales en Sonora. En el Estado de Sonora, al igual que en la península de Baja California, los censos comenzaron a ser periódicos a partir de 1992, no obstante, existen algunos reportes previos para la subespecie O.c.mexicana. El primero es de 1976 y fue realizado por Mendoza (1976), quien calculó 935 ejemplares a partir de expediciones terrestres durante las temporada de caza; posteriormente, Monson (1980) calculó 900 ejemplares basándose en el trabajo anterior. Entre 1985 y 1992 la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE) y luego la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), estimaron entre 200 y 500 ejemplares para la zona centro-oeste del estado (Castillo, 1992). En 1992, gracias al interés y apoyo del Gobierno del Estado y del Centro Ecológico de Sonora, se realizó el primer estudio utilizando la técnica de sobrevuelo en helicóptero (Lee y López, 1993) en el que se revisaron 25 sierras al noroeste del Estado. En este estudio de 20 horas de esfuerzo se cubrieron 1,335 km2, se observaron 155 grupos y 527 individuos, lo que permite estimar, de acuerdo con esta técnica, una población de 1,317 ejemplares de la subespecie Ovis canadensis mexicana. La tasa de observación por hora de vuelo varió considerablemente al norte y sur del Estado, siendo para la primera de 9.9 individuos por hora y de 37.3 individuos por hora al sur de Caborca (tabla V). El siguiente censo fue realizado por los mismos autores un año después, en 1993, como complemento del estudio anterior (Lee y López, 1994). En este censo se sobrevolaron 17 sierras, también al noroeste de Sonora, de las cuales sólo tres fueron sobrevoladas el año anterior. Se emplearon 16.3 horas de esfuerzo y se observaron 132 grupos en 11 de las sierras sobrevoladas, para contabilizar un total de 442 ejemplares observados; cabe agregar que de este total, 77 grupos y 293 individuos fueron registrados en la isla Tiburón. Como en el censo anterior, se estimó una tasa de observación por hora de vuelo distinta entre la zona norte y la zona sur del estado; en la primera, la tasa fue de 12.7 individuos por hora, y en el sur de 42.7 individuos por hora. El resumen de ambos estudios (1992 y 1993) proporciona 893 observaciones directas de ejemplares de esta subespecie en 32 de las 42 sierras revisadas, lo que proporciona un estimado de 2,232 ejemplares, únicamente en estas sierras, esto es, sin considerar otros sitios en el estado con hábitat potencial para la especie. A partir de estos censos, los autores definen dos áreas, una al norte y otra al sur, divididas por la región de Caborca, encontrando en la zona sur dos áreas borregueras importantes, la sierra de Pico Johnson y la sierra de El Viejo, esta última con la mayor abundancia en el estado. Los siguientes censos fueron patrocinados por particulares y asociaciones ganaderas integradas al SUMA, como la Asociación Nacional de Ganaderos Diversificados y Criadores de Fauna A.C. (ANGADI) y la Asociación de Organizaciones Cinegéticas del Estado de Sonora A.C. (ASOCIES), las que han tenido un papel destacado en el desarrollo del proyecto y están interesadas en conocer la situación de las poblaciones locales de borrego cimarrón, por lo que actualmente se cuenta con mayor número de reportes y observaciones poblacionales, algunos de ellos terrestres, aunque la mayoría son aéreos. Los informes más importantes, ya que cubren varias sierras, son los de 1996,1997 y 1999.

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El censo de febrero de 1996 (Lee y López, 1996a) reporta como resultado de 8.4 horas de vuelo, 329 individuos observados en 10 de las sierras del noroeste del estado visitadas en los censos anteriores, más 194 ejemplares en isla Tiburón observados en 2.2 horas de vuelo. En octubre de este año se realizó otro censo en la misma región que los anteriores (Lee y López, 1996b), en éste, se emplearon 21 horas de vuelo y se observaron 313 ejemplares en 11 sierras. En conjunto, las estimaciones poblacionales a partir de estos reportes y los de años anteriores van de los 1,500 a 3,000 ejemplares de Ovis canadensis mexicana, tan sólo para las zonas sobrevoladas. En 1997 se llevaron a cabo censos en sierras que ya habían sido sobrevoladas previamente, con objeto de dar seguimiento a las poblaciones detectadas. El primer censo tuvo lugar en abril de 1997 y se reportaron para un esfuerzo de 2.5 horas, 118 ejemplares en 2 sierras, con una tasa de observación de 47.2 ejemplares por hora de vuelo, el cual es el valor más alto reportado en el estado. Esto se debe a que la sierra en cuestión, la de El Viejo, como ya se mencionó, es la que presenta mayor abundancia de borrego cimarrón, de hecho, tan sólo para esta sierra se registra una tasa de observación de 90 animales por hora, lo que explica el valor tan alto en este reporte. El siguiente censo, en junio del mismo año, abarcó 20 sierras en 25.8 horas y registró 225 ejemplares observados. El tercer censo, en octubre de este mismo año, abarcó 5 sierras en 3 horas y registró 78 ejemplares observados. En conjunto, y a partir de estos datos, se estima una población de 1,052 ejemplares para las sierras sobrevoladas, esto es, sin considerar las áreas con hábitat potencial para la subespecie dentro de las mismas sierras revisadas o en otras zonas no visitadas. El último censo se realizó en octubre de 1999 (Lee et al en prensa), en este se revisaron la mayoría de las sierras censadas anteriormente, se emplearon 17.7 horas de vuelo, de las cuales, tres fueron empleadas en la Isla Tiburón y una en la Reserva de la Biosfera El Pinacate. El total de ejemplares observados en el continente fue de 223 ejemplares, lo que brinda una estimación de 557 individuos y una densidad de 16.2 animales observados por hora de vuelo. Como se puede apreciar, el estado de Sonora es el que cuenta con un mayor número de censos (tabla V), lo que permite un mejor conocimiento de sus poblaciones y zonas borregueras. Del conjunto de estos trabajos se desprende que la subespecie O.c.mexicana se halla por encima de las estimaciones hechas anteriormente, además, las tasas de observación de los censos realizados en las mismas épocas y lugares nos permite apreciar que la población de borrego cimarrón en Sonora es, por lo menos, estable, si no es que está en incremento. A la fecha se calcula una población de 2,100 ejemplares en el estado, sin considerar a los ejemplares de Isla Tiburón, cuya población se estima en 500 ejemplares.

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Sonora

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Febrero

Octubre

Abril

1992

1993

1996

1996

1997

N observado:

527

149

329

313

118

N estimado:

1317

372

822

782

295

Área km2:

1,195

--

--

--

--

Horas de vuelo:

20

11.6

8.4

21

2.5

Individuos/ hora

9.9 norte 37.3 sur

12.7 norte 42.7 sur

20 norte 51.2 sur

14.9

47.2

Junio 1997

Octubre 1997

Octubre 1999

N observado:

225

78

223

N estimado:

562

195

557

--

--

--

Horas de vuelo:

25.8

2.9

13.7

Individuos/ hora

8.7

26.8

16.2

Sonora

2

Área km :

tabla V. Resultado de los censos y estimaciones en Sonora. (No incluye los datos de isla Tiburón).

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figura. 5. Distribución de Ovis canadensis mexicana en Sonora, sierras y cerros.

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Un caso especial es la reserva de isla Tiburón en el Mar de Cortés, donde en 1975 fueron introducidos 17 ejemplares provenientes de la sierra de Posada (o Pico-Johnson), desde entonces se han realizado varios censos que permiten evaluar la dinámica de crecimiento poblacional (Montoya y Gates, 1975; Reyes, 1979; 1980; 1982; De Forge et al., 1984; Hernández y Campoy, 1989; Lee y López, 1994; Lee y Mellink, 1995; Centro de Ecología-UNAM y Unidos para la Conservación A.C., 1996; Lee et al. 1999, en prensa) (tabla VI). La ausencia de depredadores explica en parte el crecimiento acelerado de la población, lo que ha tenido como consecuencia un probable efecto negativo sobre otros componentes del ecosistema, cuestión que está siendo investigada por el Instituto de Ecología de la UNAM. Isla Tiburón ha servido para iniciar el programa de repoblación al proporcionar en repetidas ocasiones ejemplares para los criaderos semi-extensivos en el continente, lo que por otro lado, ha permitido controlar el probable efecto adverso de los borregos sobre el ecosistema insular. En vista de que esta población debe su origen a unos pocos ejemplares “fundadores”, es de esperar que esto se vea reflejado en la variabilidad genética de la población, por lo que en los próximos años habrá que iniciar programas que evalúen y propongan medidas de manejo al respecto.

1975

1979

1980

1982

1984

1987

1993

Técnica de conteo:

T

T

T

T

A

T

A

N observado:

20

41

39

29

45

52

293

N estimado*:

20

--

--

--

110

100

732

257

257

257

257

257

257

771

Horas vuelo:

--

--

--

--

3

--

4.7

Individuos / hora:

--

--

--

--

15

--

62.3

Isla Tiburón

Área km2:

1993

1996

1996

1999

A

A

A

A

N observado:

293

194

287

130

N estimado*:

732

485

717

325

Área km :

771

514

771

---

Horas vuelo:

4.7

2.2

4.5

3

Individuos / hora:

62.3

88.1

63.7

43.3

Isla Tiburón Técnica de conteo:

2

tabla VI. Reportes y estimados de ejemplares de borrego cimarrón, O.c.mexicana en Isla Tiburón, Sonora. (T= terrestre; A= aéreo). 40

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figura 6. Mapa de Isla Tiburón, Sonora.

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De la administración de la especie. Tradicionalmente, la administración de los recursos cinegéticos se centró en establecer tasas de aprovechamiento, regiones de caza y vedas. En el caso del borrego cimarrón la primer veda fue decretada en 1917 por el gobernador de Baja California, Eliseo Cantú, fue seguida por otra veda, esta vez de carácter nacional, decretada en 1922 por el entonces presidente General Álvaro Obregón, quien recibió noticias sobre el desmedido aprovechamiento de esta especie; esta veda, inicialmente comprendía 10 años, pero en 1933 el presidente Emilio Portes Gil la extendió 10 años más y, en 1944, el presidente Manuel Ávila Camacho la declaró permanente. No obstante el largo período de veda, la cacería furtiva no disminuyó, sino que por el contrario, siguió practicándose en forma cada vez más creciente. En 1963, en un intento por regular esta actividad, la Secretaría de Agricultura y Ganadería suspendió la veda y autorizó el aprovechamiento con fines de caza deportiva exclusivamente. En 1964, 1966 y 1968 se organizaron cacerías “experimentales”, lo que permitió que en 1969 se autorizaran temporadas anuales, aunque sólo para ejemplares de trofeo. En 1974, el gobierno federal puso en marcha “El Programa Nacional del Borrego Cimarrón”, dentro del cual se realizó una primera estimación numérica de la población de Baja California (Álvarez, 1976). El cambio de administración de 1982 trajo consigo un nuevo esquema de gestión y las funciones que venía realizando la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) fueron encomendadas a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE), en estos años se realizaron estudios en la península de Baja California contando con la participación de la universidad estatal. Se concluyó que la cacería debía suspenderse, que debían de realizarse más investigaciones y que debía incrementarse la vigilancia, ya que había evidencias de cacería furtiva. Esto tuvo repercusiones negativas en el Programa Nacional del Borrego Cimarrón, que operaba a partir de los recursos generados por la cacería. En 1987 se incorporó el Consejo Nacional de la Fauna A.C. a la coordinación de las temporadas de caza, desde 1987 hasta 1989 en Baja California y desde 1987 hasta 1993 en Baja California Sur y Sonora. Sin embrago, hacia 1989 el descontento con relación al manejo y cuidado de la especie dio lugar a que al año siguiente se decretara, por acuerdo secretarial, una veda para temporada de caza, 1990-1991, y únicamente para la subespecie O.c.cremnobates, en el estado de Baja California. En 1991, México suscribió los acuerdos con la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES), lo que presumiblemente beneficiaría el manejo de esta especie. En 1993, la Dirección General de Aprovechamiento Ecológico de los Recursos Naturales (DGAERN), entonces integrada a la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), suspendió la actividad cinegética para las temporadas 93-94 y 9495 “por no existir elementos técnicos que permitan fijar una tasa de aprovechamiento”.

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Por todo la anterior, ésta especie es considerada en la NOM-059-ECOL-1994, bajo la categoría de “Protección Especial”, lo que implica que no está vedada, pero su aprovechamiento está sujeto a condiciones que garanticen su continuidad. En 1995 con la creación de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), se establecieron nuevos sistemas de gestión basados en el “Programa Nacional de Medio Ambiente 1995-2000”, así como la creación de la Dirección General de Vida Silvestre (DGVS), que quedó a cargo, entre otras labores, de desarrollar un programa nacional de vida silvestre que estableciera los lineamientos, estrategias e instrumentos para el manejo sustentable de las especies de vida silvestre, entre éstas las especies consideradas prioritarias. Esto se vio finalmente plasmado en el “Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural: 1997-2000”. Del desarrollo de este programa y de su relación con la conservación del borrego cimarrón, se hará una exposición más detallada en el apartado de este proyecto referente a los instrumentos de operación. Actualmente, y desde 1995, las temporadas de cacería están vigentes en los estados de Sonora y Baja California Sur; en ambos casos, la operación de éstas se basa en el conocimiento de las poblaciones y en el aprovechamiento sustentable, es decir, aquél que se realiza sin afectar la tasa de recuperación natural de las poblaciones de esta especie. Esto último se logró al integrar a los propietarios de la tierra donde habita el borrego cimarrón al Sistema de Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (SUMA), en el cual abundaremos más adelante. Este tipo de temporadas no se limitan al mero ejercicio de la cacería deportiva, en todos los casos se realizan acciones de monitoreo poblacional, vigilancia, conservación del hábitat, y en muchos casos, investigación científica básica encaminada al mejor manejo de la especie. Marco jurídico. La administración de la vida silvestre está considerada por la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA, 1996) y la Ley Federal de Caza (1951), por otra parte, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 27, reserva a la Nación, en todo tiempo, el derecho de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los recursos naturales susceptibles de apropiación, con el objeto de lograr que su conservación sea compatible con el desarrollo equilibrado de la economía nacional y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, labor que se comparte con los productores, haciéndolos corresponsables de la conservación, manejo y aprovechamiento sustentable de la vida silvestre en su localidad, lo que incluye a los ejemplares de borrego cimarrón que se encuentran en sus propiedades, siendo responsabilidad del gobierno federal coordinar y vigilar estas actividades, con el propósito de conservar y perpetuar el hábitat y las especies que en él se distribuyen. Congruente con lo anterior y atendiendo a las necesidades productivas y de conservación de las especies de flora y fauna silvestres que se distribuyen en el territorio nacional, es que a partir de diciembre de 1996, el artículo 87 de la LGEEPA, permite su aprovechamiento, previa autorización de la SEMARNAP, cuando los particulares garanticen cualquiera de las siguientes condiciones: su 43

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reproducción controlada, su desarrollo en cautiverio, en semicautiverio, o cuando la tasa de explotación sea menor a la tasa de renovación natural de las poblaciones. En 1994 se expide la Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-1994, la que determina las especies y subespecies de flora y fauna silvestres y acuáticas que se encuentran en cualquiera de las siguientes categorías: en peligro de extinción, amenazadas, raras y sujetas a protección especial. Tanto la LGEEPA como la NOM-059 establecen también las especificaciones para su protección de acuerdo con su categoría. Las especies que, como el borrego cimarrón, se encuentran en la categoría de “sujetas a protección especial”, son aquéllas que están “sujetas a limitaciones o vedas en su aprovechamiento por tener poblaciones reducidas o una distribución geográfica restringida, o para propiciar su recuperación y conservación o la recuperación y conservación de especies asociadas”. En el caso que nos ocupa, no existe ninguna veda vigente para la especie, y la conservación y aprovechamiento sustentable de ésta implican, bajo este proyecto, su recuperación y conservación, así como la protección indirecta de muchas otras especies asociadas al hábitat del borrego cimarrón. De conformidad con las especificaciones de esta Norma, se puede autorizar el aprovechamiento de especies y subespecies raras y sujetas a protección especial, con veda temporal o sin veda, primordialmente sobre ejemplares provenientes de unidades de manejo (UMA). En los casos en que sean reproducidas en condiciones controladas, y en su medio natural, se autorizará el aprovechamiento sujetándose a las tasas que se determinen con base en estudios de poblaciones. Al suscribir el Convenio sobre Diversidad Biológica en 1992, México reconoce que la adopción de medidas de conservación ex-situ desempeñan un papel importante, sobre todo si ésta se da en el país de origen; no obstante, la exigencia y estrategia fundamental para la conservación de la diversidad biológica es la conservación in-situ de las poblaciones y especies, esto es, el mantenimiento y recuperación de poblaciones viables en sus entornos naturales o ecosistemas. En este contexto, las unidades de producción controlada no deben necesariamente llevar a cabo un manejo confinado e intensivo de ejemplares, sino de preferencia, un manejo integral del hábitat que permita lograr la conservación de las poblaciones silvestres en su medio natural, sobre todo, considerando que la preservación de la biodiversidad y su hábitat, así como permitir la continuidad de los procesos evolutivos de las especies y demás recursos biológicos, son criterios fundamentales para la preservación y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales y son reconocidos así por la Ley, la que, además, incorpora otros criterios de igual importancia que la autoridad tiene la obligación de tomar en cuenta para autorizar, prohibir o limitar el aprovechamiento de la flora y fauna silvestres, como son el combate al tráfico y apropiación ilegal de ejemplares de especies silvestres, y el desarrollo de actividades productivas alternativas en las comunidades rurales. Dada la distinción que hace la LGEEPA entre los diversos supuestos para acceder al aprovechamiento de flora y fauna silvestres, el manejo en vida libre o in situ se considera reproducción controlada, siempre y cuando exista un plan 44

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de manejo que garantice la protección y continuidad de las poblaciones, a diferencia del desarrollo en cautiverio o ex situ que implica un manejo intensivo de ejemplares. Resulta mucho más eficiente la estrategia de manejo extensiva ya que bajo estas condiciones los ejemplares se encuentran en su hábitat natural, donde las condiciones de temperatura, humedad, vegetación, cobertura, etcétera son idénticas a las que encuentran naturalmente los ejemplares, en tanto que el manejo intensivo implica adecuar todos estos parámetros a las condiciones naturales, lo que supone no sólo una mayor inversión y trabajo, sino también un margen de error mayor. En cualquier caso, para acceder a una tasa de aprovechamiento se deberá contar, además, con el consentimiento expreso del propietario del predio en dónde se pretende realizar éste. La posibilidad de realizar un aprovechamiento no intensivo, sustentable, ordenado y fundado sobre bases técnicas y un plan de manejo adecuado, combate directamente algunos de los factores que la propia Norma considera que contribuyen a amenazar y poner en situación de riesgo a una población o especie, como son la destrucción o modificación drástica de su hábitat y la sobreexplotación de los recursos naturales. En el plano internacional, México suscribió en 1991 los acuerdos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), el cual reconoce distintas categorías de riesgo para las especies con las que se realizan prácticas comerciales. Dentro de esta convención, el borrego cimarrón se encuentra en el apéndice II, es decir, que “no es una especie que está necesariamente en peligro de extinción, pero puede estarlo si su comercio y aprovechamiento no se regulan de manera estricta”. Por otra parte en los Estados Unidos la subespecie O.c.cremnobates se incluyó recientemente en el Acta de Especies en Peligro (ESA), aunque sólo se incluye en esta lista a la población del Estado de California, ya que las poblaciones de México se hallan sujetas a un programa de manejo, conservación y recuperación. La finalidad principal de la subasta o venta directa de la tasa de aprovechamiento cinegético asignada a una UMA, es obtener recursos para financiar acciones tendientes a la conservación de la población y hábitat de la especie, lo que incluye realizar actividades de vigilancia con el objeto de evitar la cacería furtiva y evitar o corregir cualquier otro factor que pudiera perjudicar a las poblaciones de borrego cimarrón dentro de la unidad, así como para realizar estudios, manejar y dar seguimiento permanente a las poblaciones y hábitat dentro de la UMA. Bajo esta óptica, el uso sustentable del borrego cimarrón constituye una valiosa herramienta para la conservación de la especie y su hábitat, pues los beneficios socioeconómicos obtenidos de su aprovechamiento representan un importante incentivo para los dueños de la tierra y para su conservación.

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PROBLEMÁTICA. El aprovechamiento inicial de esta especie por el hombre fue probablemente de carácter ritual y alimenticio; se han hallado huesos de borrego cimarrón en sitios arqueológicos de hace 8,000 años (Lee, 1998), sin embargo, no fue sino hasta finales del siglo XIX que comenzó a aprovecharse intensamente, ya sea como alimento o como trofeo de caza, esta última, actividad que continúa hasta la fecha. En cualquiera de los casos, el aprovechamiento del borrego cimarrón careció de un manejo ordenado y racional basado en el conocimiento profundo de la biología, hábitos y estado de sus poblaciones. No obstante lo anterior, fueron principalmente otras actividades humanas las que pusieron en situación de riesgo a la especie. El crecimiento de la población humana y la consecuente expansión de las fronteras agropecuarias y urbanas, fragmentaron, degradaron y desaparecieron el hábitat de esta y muchas otras especies; situación que representa en todo el mundo, junto con la sobreexplotación de recursos y la introducción de especies exóticas, la principal amenaza para la conservación y perpetuación de la mayoría de las especies y ecosistemas. Por otro lado, la cacería no regulada que se ha practicado no obstante las vedas, o persiguiendo fines meramente comerciales, fomenta la cacería furtiva, la que además de verse favorecida por este tipo de aprovechamiento irracional, no reporta ningún beneficio social o de conservación ecológica. Pero más allá de esta problemática, persiste aún una buena dosis de desconocimiento por parte de los propietarios y legítimos poseedores de las tierras con poblaciones de borrego cimarrón, sobre los valores (ecológicos, económicos, culturales e históricos) de su existencia, y los beneficios directos que de su conservación se pueden derivar vía el uso sustentable del recurso. Esta situación es más visible en el sector social donde la presión económica que viven los productores los obliga a decisiones con una visión de tipo económico a corto plazo y sin ningún beneficio de conservación ambiental. Problemática ecológica. Las poblaciones de borrego cimarrón se vieron seriamente afectadas a partir de la segunda mitad del siglo XIX, ya que la colonización del oeste norteamericano, el crecimiento de los caminos y los asentamientos urbanos, así como la expansión de la frontera agropecuaria, trajeron consigo alteraciones significativas al ecosistema, tales como, la alteración del suelo por destrucción, sustitución y compactación del mismo, la introducción de especies exóticas o ferales, y con ello, el cambio en la composición de especies; el aumento de la competencia por los recursos disponibles y la propagación de enfermedades y parásitos asociados con el ganado; de igual modo, la modificación de los espacios naturales con caminos, cercos y bardas afectó el libre tránsito de la fauna silvestre, confinándola a sitios con recursos insuficientes o inadecuados para su sobrevivencia, e interfirió con los movimientos estacionales de los ejemplares, y con ello, en la dinámica reproductiva de la población. Aunado a lo anterior, la cacería ilegal e indiscriminada, ya sea con fines alimenticios o deportivos, ha mermado el número de ejemplares de manera directa. 46

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Reflejo actual de lo anterior es la fragmentación, aislamiento y acelerada reducción de las poblaciones, la extinción de la subespecie O.c.auduboni en los Estados Unidos; y en México, la desaparición de la subespecie O.c.mexicana de los Estados de Coahuila, Nuevo León y Chihuahua, quedando reducida actualmente su distribución a las sierras del noroeste de Sonora. En gran medida, la problemática que enfrenta la especie está limitada por la calidad y cantidad de conocimiento acerca de sus poblaciones y aunque no existen estudios que nos permitan evaluar de manera precisa los efectos sobre la diversidad genética que han tenido los cambios mencionados, es claro que la disminución en el número de ejemplares y el aislamiento de las poblaciones genera problemas de consanguinidad y endogamia, lo que termina por deteriorar la diversidad genética y poner en riesgo la viabilidad de las poblaciones. Este problema necesita ser investigado en el corto plazo y, de ser necesario, incorporar proyectos específicos de manejo para evitar o resolver esta situación. Con relación a lo anterior cabe subrayar que las poblaciones pequeñas tienen una mayor probabilidad de desaparecer, tal como lo muestra una investigación realizada por Berger (1990) con la especie Ovis canadensis, y cuyo propósito fue determinar cuánto tiempo sobreviven las poblaciones de esta especie en función del número poblacional, se demostró del análisis de datos acumulados en 70 años para 122 poblaciones del suroeste de Estados Unidos, que el 100 por ciento de las poblaciones con menos de 50 individuos se extinguieron en 50 años o menos, en tanto que las poblaciones mayores de 100 individuos persistieron por arriba de 70 años, esto sin considerar el efecto acumulativo de otros factores como son las epidemias, cambios ambientales y otros, que también requieren ser investigados con el fin de determinar si existe alguna relación entre algunos parámetros demográficos, por ejemplo la sobrevivencia de crías, y los cambios en la cantidad de lluvia por temporada u otros. Debido a que la manera en que se distribuyen las poblaciones de borrego cimarrón, en hatos o manadas, resulta también de primordial importancia conocer los sitios del hábitat clave para cada una de estas poblaciones, sitios donde se reproducen, alimentan o simplemente transitan y cuya conservación puede resultar crucial para asegurar la permanencia y continuidad de las poblaciones. Se requiere además conocer, a través de estudios moleculares, cuál ha sido el comportamiento de esta especie en cuanto a la genealogía de sus genes, este conocimiento no es trivial ya que de él se desprenden políticas en materia de conservación y manejo que pueden resultar de gran interés para asegurar la viabilidad de las poblaciones y la especie. Un ejemplo claro de esto es el caso de la población de Isla Tiburón, en donde tan sólo en 20 años el crecimiento poblacional ha sido explosivo a partir de unos pocos individuos, por lo que es de esperar un alto grado de consanguinidad, lo que puede afectar seriamente la viabilidad de esta población. En este caso el conocimiento de la variabilidad genética permitirá diseñar políticas de manejo adecuadas para la continuidad de la especie en la isla. Asimismo, este tipo de estudios permitirá definir la validez de la categoría taxonómica de subespecie que se ha reconocido hasta el día de hoy.

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Problemática técnica y científica. La conservación de esta especie requiere del desarrollo de múltiples conocimientos y técnicas que permitan definir políticas adecuadas para su manejo y conservación. Gran parte de este conocimiento se está generando en los diferentes centros de investigación y universidades del país, así como por fundaciones y asociaciones civiles interesadas en la conservación de la especie, por lo que es necesario vincular estas labores con la situación local de las poblaciones de borrego cimarrón. La principal tarea a vencer en este renglón radica en resolver con rapidez el enorme déficit existente en cantidad, calidad y equipamiento, de técnicos y científicos especialistas en el tema. En tanto lo anterior no sea visto como una prioridad nacional que ayude a sentar las bases para el desarrollo de una política y sus estrategias de conservación de esta y otras especies de interés para la conservación, entonces la velocidad y calidad de respuesta a los retos que se presenten, se darán siempre en rezago, perpetuando la dependencia de asistencia externa. En términos de investigación científica, la labor por hacer es amplia y laboriosa, por sólo enumerar algunos aspectos, es necesario determinar cuáles son las áreas clave para cada una de las poblaciones, los movimientos territoriales y migratorios, los hábitos reproductivos, la calidad del hábitat y capacidad de carga del ecosistema, las medidas de manejo y la conservación del hábitat en condiciones naturales, semi-extensivas, las técnicas adecuadas para el manejo intensivo de los ejemplares, y finalmente, como ya se mencionó, se requiere precisar el grado de variación genética, lo que eventualmente permitirá determinar programas de repoblación y cruza de ejemplares. Problemática socioeconómica y legal. No obstante lo anterior, es claro que la problemática de conservación de esta especie no radica en un aspecto de conocimiento meramente técnico o científico, sino que además se debe considerar la situación socioeconómica particular de cada región, en este sentido tal vez el hecho adverso más importante sea el asociado con el cambio del uso del suelo y con la producción ganadera. Las grandes extensiones del desierto parecieran propicias para la expansión de esta actividad, pero al hacerlo se ha dejado de lado el potencial que representa el aprovechamiento sustentable de otros recursos bióticos. El origen de fondo de esta problemática se encuentra en el hecho de que los tomadores de decisiones no identificaron en el pasado de manera correcta los valores globales de la existencia de la biodiversidad, y como ésta pudiera ser usada de manera sustentable como un recurso nacional estratégico para generar nuevas opciones de desarrollo rural. Expresión de lo anterior ha sido por un lado, la carencia -resuelta recientemente- de un programa nacional con visión a largo plazo dirigido a canalizar las necesidades de la conservación de la vida silvestre compatible con las exigencias cada vez más crecientes de desarrollo, y por otro, la puesta en práctica de políticas y programas carentes de consideración ambiental y escasa rentabilidad económica, como los dirigidos a la realización de desmontes, desecación de cuerpos de agua e incorporación a la agricultura y ganadería de las llamadas “tierras ociosas”. Durante las pasadas décadas México se vio inmerso en un proceso de expansión de la frontera ganadera, tanto en el norte como en el sur. No obstante, fue en los estados del norte donde esto se vio particularmente 48

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favorecido por las condiciones naturales del desierto. Esto tuvo grandes repercusiones sobre el hábitat del borrego cimarrón, ya que tierras que normalmente no eran utilizadas fueron objeto de un intenso desgaste debido a la ganadería y el consecuente cambio en el suelo, vegetación y composición de especies. Cabe mencionar sin embargo que la derrama económica generada por la ganadería supera con mucho a la que se pueda derivar de otro tipo de aprovechamiento, a pesar de los efectos ambientales adversos que genera el ganado. Este problema trasciende las fronteras, ya que es un hecho conocido que la frontera ganadera se ha expandido aún en sitios en los que la vocación del suelo y vegetación es otra, como es el caso de los bosques tropicales. De igual modo, el crecimiento de las ciudades, carreteras y poblaciones humanas son factores que afectan gravemente los recursos naturales y son también problemas que trascienden fronteras y que se hallan en relación con modelos económicos y con políticas de desarrollo cuya discusión rebasa los propósitos de este apartado. Por otro lado, la cacería no regulada está relacionada con el alto valor que tiene el borrego cimarrón como trofeo de caza y con lo poco eficientes que han resultado las restricciones y periodos de veda que se han establecido desde principios de este siglo, aunado esto a la dificultad de instrumentar sistemas de vigilancia eficientes en áreas tan grandes. Aún cuando los pobladores locales han estado al tanto de los periodos de veda, así como de la importancia de la especie; la ausencia de fuentes de trabajo y de aprovechamiento de otros elementos del ecosistema, los orilla con frecuencia a aceptar la práctica de la cacería furtiva como fuente adicional de ingresos, incluso en condiciones de ilegalidad. De este modo las vedas han resultado contraproducentes ya que han elevado el valor del trofeo de caza, y con ello la cacería furtiva. En este sentido, el aprovechamiento legal, adecuado y sustentable de la especie puede representar una alternativa viable no sólo para los pobladores locales y para los cazadores, sino también para la conservación de la especie y su hábitat, sobre todo si se realiza acompañado de otras prácticas que impulsen la diversificación en el manejo de los recursos naturales. La existencia del borrego cimarrón se verá amenazada junto con otras especies asociadas al ecosistema, de no administrar de manera adecuada a las poblaciones de borrego cimarrón mediante un proyecto integral basado en la conservación y manejo del hábitat, así como en el aprovechamiento sustentable y la participación activa de los propietarios de la tierra; además, se incrementará la cacería furtiva, lo que limita la captación económica legal del manejo del recurso por parte de las comunidades locales y se favorecería a personas que operan al margen de la ley.

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IMPORTANCIA. Importancia socioeconómica. Es conocida la importancia socioeconómica que tienen las actividades productivas tradicionales del sector rural, como son la agricultura, la ganadería y la silvicultura, entre otras; de ellas existen datos y cifras de fácil acceso para el interesado, teniendo ellas de manera obligada un espacio importante en las cuentas nacionales y en el producto interno bruto. Sin embargo, para el caso particular del borrego cimarrón y especies asociadas deberá hacerse evidente desde el punto de vista socioeconómico la importancia de impulsar proyectos y programas de conservación y uso sustentable a nivel regional. Algunos datos preliminares sobre este rubro permiten apreciar los anterior. El valor económico principal de esta especie es cinegético, los cazadores compiten por alcanzar lo que se denomina el “Grand Slam”, que consiste en poseer los trofeos de los cuatro ejemplares de cimarrón que ellos reconocen, entre estos el borrego del desierto, y dado que existen pocos ejemplares disponibles, llegan a pagar grandes sumas de dinero por la posibilidad de ejercer la tasa de aprovechamiento asignada a una UMA en México. Generalmente, los ejemplares disponibles para realizar un aprovechamiento cinegético de tipo sustentable son pocos, sobre todo en el caso de esta especie, además, la expedición de caza suele ser larga, difícil y costosa, y no siempre se alcanza el éxito deseado, ya sea porque no se hallaron ejemplares, porque éstos no eran de la calidad de trofeo esperada, o sencillamente porque falló el cazador. Actualmente se tienen registradas 55 UMA que operan con borrego cimarrón y ocupan una superficie aproximada de un millón de hectáreas, destinadas de este modo a la conservación del hábitat y especies asociadas, estas últimas con un potencial científico y económico aún inexplorado. El 44 % de esta superficie es de interés social y está registrada a nombre de ejidos o comunidades, el 56 % restante opera a través de particulares, no obstante, la gran mayoría de estos opera a través de acuerdos y convenios con los ejidos y comunidades locales. En el mercado cinegético actual el derecho de caza de borrego cimarrón se cotiza de entre 35,000 a 150,000 dólares, con los cuales, en el marco del presente proyecto, se pagan los derechos establecidos por la Ley (23,846 pesos m.n.). La operación de la UMA ocupa otro porcentaje considerable ya que el plan de manejo implica desarrollar actividades de manejo y conservación del hábitat, investigación básica y la realización de monitoreos poblacionales, así como el pago de auxiliares en la expedición de caza, la promoción de la UMA, la realización de construcciones, equipamiento y mantenimiento de las instalaciones, y el salario de vaqueros, vigilantes y técnicos. Estos porcentajes varían de acuerdo a las dimensiones y posibilidades de cada UMA, quedando como ganancia promedio del 15 al 20 % del precio de la venta, lo que representa una buena inversión para los integrantes del Sistema UMA, sin considerar que además, en muchos casos, se aprovechan otros recursos naturales del ecosistema como el venado cola blanca, venado bura, palomas y otros, que también poseen valor cinegético o comercial. 50

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Se estiman numerosos beneficiarios directos, entre propietarios y empleados, del aprovechamiento cinegético y regulado de la especie; este número puede crecer significativamente si se toma en cuenta además el incremento de las fuentes de trabajo asociadas al proyecto: guías, gemeleros, mochileros, asistentes cinegéticos, cocineros, campamenteros, choferes, mecánicos y taxidermistas. Además, numerosos organizadores cinegéticos se preocupan por ofrecer servicios adicionales a los cazadores, lo que se traduce en más empleos para la población local y una derrama económica no estimada en hoteles, restaurantes, comercios y transportes; combustibles, insumos alimenticios y centros de diversión. También se abren fuentes de ingresos para la gente de la comunidad que es empleada en las UMA fuera de la temporada de caza: vaqueros, vigilantes, técnicos, albañiles y personal asignado para la realización de los censos y de las actividades de conservación y manejo de hábitat que requieran de conformidad con el plan de manejo. Hasta hace poco, el aprovechamiento cinegético se realizaba sin contar con información confiable y periódica sobre la abundancia del recurso y sin considerar el manejo integral del hábitat, esto, aunado al crecimiento de la frontera agropecuaria, ha dado lugar a pérdidas económicas potenciales, ya que excluye la posibilidad del aprovechamiento sustentable de otros recursos naturales, entre estos, el borrego cimarrón; pérdidas que hasta el momento no han sido estimadas. El proyecto de conservación para la especie, incorpora tanto el desarrollo de poblaciones en cautiverio, y la consecuente producción de pié de cría con propósitos de repoblación, como el aprovechamiento sustentable, en este caso cinegético, a través del manejo y conservación del hábitat. Estas actividades buscan generar incentivos para la población local que se reflejen en fuentes de trabajo e ingreso extra a sus actividades laborales tradicionales. El aprovechamiento sustentable del borrego cimarrón implica el uso racional de un recurso natural con alto valor económico, y cuya condición para ser rentable en el largo plazo consiste en generar el conocimiento y manejo de las poblaciones y hábitat, y mantener la calidad de los trofeos disponibles. Actualmente se cuenta en todo el país con aproximadamente 1 millón de hectáreas incorporadas a esta estrategia de conservación, cifra que podría incrementarse con la participación activa y comprometida de la sociedad y propietarios de los predios donde se encuentran ejemplares de esta especie, lo que se traducirá en favor de la conservación del hábitat, del borrego cimarrón y de las especies asociadas a este. Esto, a su vez, favorece la manutención, desarrollo y el aprovechamiento racional y diversificado de otros recursos del desierto que tienen y pueden tener importancia económica considerable y viable, como es el caso de la jojoba, de gran variedad de cactáceas y otras especies de uso tradicional que se aprovechan en pequeña escala y cuyo potencial comercial o medicinal aún no ha sido explorado. Bajo este esquema, los principales beneficiarios son los legítimos propietarios de la tierra y pobladores del sitio y, es de esperar, que sean éstos los mejores promotores del proyecto y los más eficientes vigilantes y administradores de sus recursos naturales.

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Actualmente, numerosos cazadores deportivos son actores principales de la conservación y procuran combinar su actividad deportiva con ésta y con el aprovechamiento sustentable, estrategia que ha resultado altamente eficiente y que ha permitido la recuperación de especies que estaban en una situación de riesgo, como es el caso de algunas poblaciones de elefantes y cebras en África; y el pavo silvestre, ganso canadiense y berrendo en los Estados Unidos. Todo lo anterior hace del borrego cimarrón una pieza de muy alto interés económico y cinegético, generando una fuerte competencia por la obtención del derecho de caza, mismo que en ocasiones se subasta en los foros propios de las organizaciones conservacionistas interesadas en promover esta actividad deportiva. El valor como trofeo ha llegado a ser tan importante en los Estados Unidos, que en pocos años se han generado diversas asociaciones civiles financiadas principalmente por los cazadores, los que en labor coordinada con las autoridades federales y estatales, se ocupan de estudiar, conservar y manejar a la especie, promoviendo para esto recursos financieros destinados a fomentar el conocimiento y uso correcto del recurso. Esto ha permitido diseñar estrategias eficientes de censo, modelos de aprovechamiento y una gran cantidad de mejoras al manejo y protección, lo que es una buena muestra de como la participación conjunta de la sociedad civil y el gobierno pueden generar y administrar los recursos necesarios, siempre y cuando el manejo sea transparente y responsable, actuando con el propósito fundamental de la protección del borrego cimarrón. Importancia ecológica. El borrego cimarrón es un herbívoro que se alimenta mayormente de pastos, y en ocasiones, de arbustos y cactáceas, por lo que regula el crecimiento poblacional de algunas de ellas; al ser consumidor primario es presa de coyotes, pumas y águilas, especialmente cuando no rebasa el año de vida, que es el período de mayor mortalidad. Su papel en la cadena trófica en relación con los carnívoros lo convierte en elemento importante en la dinámica y continuidad del ecosistema. La presencia de esta especie en cualquier sitio es indicio de que dicho hábitat se encuentra en buen estado de conservación, ya que al ser muy sensible a la presencia humana y a las transformaciones que éste introduce, tiende a apartarse de estos lugares. Importancia cultural. El borrego del desierto forma parte de la cultura de los pueblos antiguos, quienes lo han representado en pinturas rupestres, petroglifos, cerámicas y artesanías. Para algunos pueblos, como los Seris y Pápagos, es un animal sagrado y totémico con el cual se identifican, y según su creencia, les brinda protección y fuerza. Hoy en día, es también emblema de instituciones, clubes deportivos y asociaciones civiles como símbolo de independencia, fuerza y señorío. Lo anterior sólo es muestra de que México tiene y ha tenido la tradición cultural del uso de esta especie, misma que se ha venido perdiendo debido a la introducción de una “nueva cultura occidental” que contempla desde otra perspectiva el uso de los recursos naturales, en este sentido hay 52

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que rescatar la “vieja cultura”, para que junto con los avances y aportaciones actuales se consolide un proyecto viable para el manejo y conservación de la especie. Esta gran tradición e interés ha impulsado numerosos estudios e investigaciones, así como la organización de personas relacionadas con su aprovechamiento y conservación, con éste propósito se han constituido numerosas fundaciones, asociaciones e institutos, las cuales han jugado y juegan un papel relevante en los proyectos de investigación y conservación de esta especie, ya sea financiando o llevando a cabo dichos proyectos. Además, se han editado diversos libros y publicaciones, filmado películas y videos, y se han desarrollado especialistas y empleos en materia de manejo de la vida silvestre, así como una amplia difusión de la biología y problemática de la especie, lo que sin duda ha favorecido el conocimiento y la conservación del borrego cimarrón. Este proyecto puede resultar muy benéfico para el país ya que es una nueva aproximación a lo que significa la conservación de nuestros recursos con base en el manejo de hábitat y especies, y en el aprovechamiento sustentable de los mismos, procurando con ello que las comunidades locales se involucren activamente en esta labor. Esta experiencia nos permitirá evaluar los problemas particulares de cada caso y aplicar esta experiencia al manejo y conservación de otras especies y ecosistemas que se hallan en riesgo y que se verán beneficiadas por este antecedente. Importancia científica. No obstante que se han escrito un gran número de trabajos sobre la biología, comportamiento, hábitos y territorialidad de esta especie, quedan aún numerosas interrogantes que requieren investigarse, y que son de importancia para garantizar su conservación, como son: los sitios clave en la dinámica de cada una de las poblaciones, la historia natural e interacciones con otras especies, el papel que desempeña en la dinámica del ecosistema, los problemas genéticos que enfrenta, el número poblacional mínimo que debe alcanzarse y el efecto de las actividades humanas, entre otras. Resolver estas preguntas ayudará a mejorar el manejo de la especie, lo que a su vez permitirá aprovechar esta experiencia en la solución de problemas similares con otras especies, y sobre todo, orientará en la forma de conservar y administrar de manera sustentable los recursos naturales, de aquí que la investigación científica resulte de gran relevancia, ya que las decisiones futuras de manejo y conservación dependerán, en gran medida, de los resultados que en esta área se generen. Al respecto existen ya varias investigaciones en marcha dentro del proyecto de conservación del borrego cimarrón, lo que ha permitido apoyar e impulsar proyectos de manejo, radiotelemetría, traslado y reintroducción, manejo en cautiverio, análisis sanguíneos y seguimiento de las poblaciones.

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OBJETIVOS: GENERAL: * La conservación y la recuperación de las poblaciones de Borrego Cimarrón en México de manera compatible con el desarrollo social y económico del país a través de su aprovechamiento sustentable. PARTICULARES: Desde el punto de vista ecológico. • Conocer la abundancia y distribución de las poblaciones de esta especie en México. • Conservar y proteger el hábitat del borrego cimarrón en México. • Reintroducir poblaciones de borrego cimarrón en los Estados de Coahuila, Chihuahua y Nuevo León. • Desarrollar el conocimiento sobre las características y parámetros biológicos de las poblaciones de borrego cimarrón en México. Desde el punto de vista socioeconómico. • Ofrecer alternativas de aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, a través de la generación de incentivos de ingreso y empleo para las comunidades locales donde habita el borrego cimarrón. Desde el punto de vista técnico-científico. • Desarrollar las técnicas y metodología de manejo de poblaciones y hábitat del borrego cimarrón. INSTRUMENTOS: Desde el punto de vista ecológico. • Impulsar investigaciones y actividades relacionadas con la conservación, manejo y recuperación de la especie y su hábitat, así como con la reproducción asistida y la reintroducción de la especie en su área de distribución histórica. • Definir las regiones naturales de manejo de las poblaciones de borrego cimarrón en México. • Coordinar proyectos de investigación, conservación y manejo de la especie con el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SINAP). Desde el punto de vista socioeconómico. • Impulsar y promover proyectos de conservación de la especie en el marco del “Sistema de Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable” (SUMA). • Integrar el “Subcomité Técnico Consultivo Nacional para la Recuperación del Borrego Cimarrón” • Favorecer la integración de mecanismos de financiamiento.

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Desde el punto de vista técnico-científico. • Realizar proyectos y actividades de difusión, capacitación técnica y educación ambiental. • Promover la cooperación nacional e internacional para fomentar el desarrollo del proyecto.

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DESARROLLO Y ALCANCES DEL PROYECTO. El desarrollo del Proyecto para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable del Borrego Cimarrón, está a cargo principalmente del Subcomité Técnico Consultivo para la Recuperación del Borrego Cimarrón, el cual opera bajo los lineamientos normativos y administrativos establecidos por la SEMARNAP, a través del INE y bajo la coordinación de la Dirección General de Vida Silvestre. Las consideraciones y estrategias del proyecto se dan en el marco del Plan Nacional de Desarrollo, del Programa de Medio Ambiente 19952000 y del Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural 1997-2000. La incorporación plena y abierta de representantes de todos los sectores de la población interesados en el manejo y operación del proyecto, y su integración al Subcomité Técnico Consultivo para la Recuperación del Borrego Cimarrón, permitirá discutir y consensar políticas, así como desarrollar estrategias y proyectos adecuados a cada condición o región. Para una visión general de la operación del proyecto en sus diferentes niveles véase la figura 7. Integración del Subcomité Técnico Consultivo para la Recuperación del Borrego Cimarrón en México.

Como ya se mencionó anteriormente, el Subcomité está integrado por los diferentes sectores de la sociedad interesados en el estudio, conservación, manejo y aprovechamiento de las poblaciones y hábitat del borrego cimarrón: especialistas e investigadores, productores locales, gobierno federal y estatal, sociedad civil, ya sea independiente o a través de organizaciones no gubernamentales (ONG´s). El sector académico estatal y nacional; participan también a través de los “Comités Consultivos para la Preservación y Fomento de la Vida Silvestre”de cada estado, los cuales operan actualmente en los Estados de Baja California, Baja California Sur, Sonora y Nuevo León. El Subcomité opera a través de grupos de trabajo definidos por los propios integrantes, los cuales se definen a partir del análisis que ellos mismos hagan sobre las prioridades de conservación, manejo y aprovechamiento sustentable que requiere el proyecto nacional de conservación de la especie. Este Subcomité se constituye formalmente al momento de suscribir los estatutos (anexo 7) que rigen la operación y estructura del Subcomité y permite definir políticas

y

actividades

prioritarias

para

la

conservación,

manejo

y

aprovechamiento sustentable del borrego cimarrón en México. Integración de mecanismos de financiamiento.

El esquema del SUMA permite integrar al proyecto de conservación del borrego cimarrón, a cualquier figura legal (ONG, fundaciones, institutos, etc.) que reúna los requisitos establecidos para tal efecto, y que tenga interés en apoyar proyectos de investigación específicos o el desarrollo del plan de manejo. Cada UMA puede establecer mecanismos propios de financiamiento en función de la capacidad que posea para promover proyectos específicos con organizaciones

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o fundaciones interesadas en integrar fondos o fideicomisos que apoyen estos proyectos. Como ejemplo de esto cabe citar a la Reserva de la Biosfera “El Vizcaíno” la que en cooperación con la “Foundation for North American Wild Sheep” (FNAWS) y la UMA Alfredo V. Bonfil, desarrolla proyectos de investigación en la zona borreguera de la reserva. También cabe mencionar al pueblo Seri, que estableció un acuerdo con el Instituto de Ecología de la UNAM y con “Unidos para la Conservación A.C.“, con el propósito de desarrollar el plan de manejo en Isla Tiburón. Otra figura más aparece cuando dos o más UMA se asocian con el objeto de participar de manera coordinada en el desarrollo de monitoreos, criaderos intensivos y otros aspectos del proyecto de conservación de cada UMA, es el caso de la “Asociación Nacional de Ganaderos Diversificados y Criadores de Fauna” (ANGADI), la “Asociación de Organizaciones Cinegéticas de Sonora” (ASOCIES) y Ejidos Asociados de Baja California A.C. La integración de mecanismos de financiamiento propios permite que se administren, de manera transparente, conjunta y coordinada, los fondos del proyecto de conservación, manejo y recuperación de la especie en cada UMA, o en un conjunto de éstas, lo que incluye apoyos a proyectos de investigación científica, capacitación técnica y actividades de conservación, vigilancia, monitoreo de poblaciones y manejo del hábitat, de acuerdo con los intereses de aquellos que integran un convenio o acuerdo en este sentido. Actualmente, existen varias fundaciones y organizaciones nacionales o internacionales que destinan fondos a la realización de proyectos de conservación, de desarrollo sustentable y comunitario o de investigación científica, independientemente de que sea condición necesaria del proyecto de cada UMA de que esta sea autofinanciable. Será tarea de cada UMA tener la capacidad de elaborar los proyectos que les permitan capturar estos fondos, proyectos que al hallarse inscritos en un programa nacional avalado plenamente por los Gobiernos Federal y Estatal, así como por la sociedad civil a través del Subcomité Técnico Consultivo, tendrán una gran posibilidad de ser aceptados y apoyados, como en el caso de los proyectos arriba mencionados. En muchos casos se requiere de la participación del sector académico o profesional para la planeación y desarrollo de estos proyectos, esto permitirá acercar a las universidades, como sucede ya en algunos casos, a las necesidades locales y nacionales en términos del desarrollo sustentable comunitario, realizado sobre bases científicas sólidas, y también abrirá el espectro de trabajo para los profesionales en el ramo, en esta disciplina tan necesaria para el futuro de México. El financiamiento de proyectos específicos permite dar continuidad al proyecto nacional de manera independiente a las asignaciones presupuestales provenientes del Gobierno Federal, y además hace eficiente y transparente la asignación de recursos económicos destinados a proyectos y actividades de conservación y manejo de ejemplares, poblaciones y hábitat de la especie, ya que recae sobre la comunidad o UMA el correcto y responsable ejercicio de los mismos.

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Regionalización de las provincias naturales de manejo.

Debido al patrón de distribución geográfica de la especie, en el que las poblaciones están localizadas y aisladas en ciertas serranías o zonas, y éstas separadas unas de otras, es necesario definir las unidades naturales de manejo de poblaciones. De acuerdo con esta consideración, las zonas definidas serán regionales y estarán constituidas por sierras, serranías o cualquier otra categoría geomorfológica o areográfica que afecte la dinámica, conservación y viabilidad de las poblaciones locales. En este sentido, una tarea prioritaria será identificar dichas unidades regionales o provincias naturales de manejo en cada estado. En algunos casos estas regiones ya han sido definidas en trabajos previos, como sucede en Baja California Sur, donde se tienen localizadas tres zonas borregueras en el Estado, o en Sonora, donde se conocen las sierras de mayor y menor abundancia; sin embargo, nuevos trabajos irán permitiendo afinar con mayor precisión las provincias de distribución de las poblaciones, lo que permitirá definir áreas clave o corredores entre éstas, y con ello impulsar la conservación o manejo de estas zonas. Es sobre estas provincias naturales que ocupan las poblaciones de borrego cimarrón sobre las que se realizan los estudios, cálculos y proyecciones del estatus poblacional, y sobre las cuales se determinan las tasas de aprovechamiento. Eventualmente, la integración del Sistema de UMA permitirá conocer con mayor detalle las particularidades de cada población, su estructura, dinámica, sitios clave y flujo entre éstas, por lo que a mediano y largo plazo se podrá manejar cada población y manada, dentro de cada una de las provincias geográficas definidas inicialmente o, en su caso, redefinirlas. Articulación con el Sistema de Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre.

La operación del proyecto se da principalmente a través del Sistema de Unidades para la Conservación Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (SUMA), en este contexto, la conservación de la especie se articula con el conocimiento y manejo del hábitat y poblaciones silvestres, así como con el aprovechamiento sustentable, lo que se logra desarrollando planes de manejo específicos para cada una de las unidades (UMA), regiones y especies con las que se trabaja. En esta medida, se estimula también al propietario de los recursos hacia la diversificación productiva y el conocimiento y conservación de los recursos naturales. Como ya se mencionó, las UMA pueden operar en dos modalidades extremas, aquellas de carácter extensivo en el que los ejemplares de la especie de interés se encuentran en vida libre, y aquellas de carácter intensivo en donde los ejemplares se encuentran en condiciones de confinamiento y se controla su alimentación, estado de salud y apareamiento. Bajo esta figura se agrupan los zoológicos, criaderos y centros de investigación. En ambos casos, los objetivos pueden variar de acuerdo a los intereses de cada UMA, en general son para la producción de pies de cría, para la 58

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reproducción de ejemplares, para la exhibición, la educación ambiental la capacitación técnica, la investigación, el ecoturismo, y la generación de servicios, productos y subproductos que pueden ser incorporados a un mercado legal y certificado de vida silvestre, y cuyo aprovechamiento, bajo este esquema, debe ser sustentable. Se tiene la propuesta de certificar los productos y subproductos obtenidos bajo este esquema, esto genera la certidumbre necesaria en los mercados nacional e internacional, ya que es muestra que el aprovechamiento es legal y no resulta perjudicial para la especie o hábitat donde se desarrolló, en virtud de que se dio en un marco de conservación y manejo que no afecta la viabilidad de las poblaciones de la especie, sino que, por el contrario, contribuye al tránsito hacia el desarrollo sustentable. Estas unidades, o UMA, operan con base en un plan de manejo específico para la especie, autorizado y registrado debidamente, y que está orientado al manejo y conservación del hábitat y las poblaciones de especies silvestres con que trabaja, en éste se detallan las actividades de manejo de hábitat y las técnicas de censo y monitoreo de los recursos, lo que finalmente permiten evaluar el uso sustentable de éstos y calcular la tasa de aprovechamiento correspondiente. Bajo este esquema, parte de los beneficios económicos derivados del aprovechamiento son destinados a solventar los numerosos gastos de operación de la UMA, con lo que se asegura la permanencia del capital natural a escalas local, estatal y nacional; además de que en aquellas UMA de carácter ejidal o comunal parte del ingreso se canaliza directamente a obras de beneficio social y económico que las comunidades locales consideran convenientes, Las UMA ofrecen varias ventajas como instrumento de organización de las actividades productivas, particularmente en lo que toca al aprovechamiento cinegético, que actualmente representa uno de los esquemas alternativos de uso de la vida silvestre mejor organizados en el país. Sin duda alguna, el gran reto es lograr un enfoque integral, es decir, el manejo y aprovechamiento diversificado y sustentable de poblaciones, tanto de plantas como de animales, ya que ésta promueve la protección del hábitat, por lo que contribuye de manera directa a la conservación de muchas otras especies de flora y fauna asociadas con las especies de interés, así como de los propios ecosistemas donde habita. Dado que los beneficios del aprovechamiento son para los propietarios de la UMA, son ellos los principales interesados en vigilar, manejar y conservar la especie, ellos realizan estas actividades como parte del plan de manejo. La figura de UMA es muy versátil ya que su registro y operación son independientes del tipo de tenencia de la tierra, sean ejidos, comunidades, cooperativas, asociaciones o particulares, lo que favorece la acción libre, conjunta y autogestiva de los pobladores locales. En cada provincia natural de distribución y manejo de poblaciones de esta especie se encuentran una o varias UMA, en la práctica, la conservación y manejo de la especie y hábitat se realiza a través de éstas, mismas que realizan estas actividades a través del plan de manejo adecuado a las particularidades de cada una de ellas, lo que se traduce en el empleo de 59

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esfuerzos y técnicas de muestreo únicas, que brindan información homogénea y comparable. Con este propósito se ha diseñado un formato único (anexos 1,2 y 5) con técnicas de campo consensadas y aprobadas en el terreno académico. Todos los planes de manejo incluyen actividades de monitoreo de la población y del hábitat, además de acciones concretas de conservación, manejo y vigilancia participativa, lo anterior permite, en algunos casos, el aprovechamiento de ejemplares. La relación entre el SUMA y el presente proyecto se logra a través del conjunto de datos y observaciones de cada UMA, lo que permite un enfoque regional que considera las provincias naturales de distribución de las poblaciones y por lo mismo una perspectiva poblacional que rebasa las dimensiones de cada UMA, lo que permite el aprovechamiento y manejo a escala regional. Dado que la operación del proyecto de conservación del borrego cimarrón se da fundamentalmente a través de las UMA, se han elaborado unas bases de operación para las UMA que manejan esta especie. (anexo 6). El aprovechamiento sustentable.

En los censos que se realizan (anexos 1 y 2) se exige no sólo un conteo de ejemplares, sino además la identificación de sexo y edad de estos de acuerdo a la clasificación de Geist (1968), en la que se reconocen crías, juveniles, hembras y cuatro clases de macho, en función del desarrollo de la cornamenta. Se solicita, además que se registre la posición geográfica, altitud, orientación, actividad de los animales y cualquier tipo de observaciones que pudieran resultar de interés, como la presencia de depredadores u otro tipo de fauna nativa, exótica o feral, cercanía y distancia a algún cuerpo de agua, cobertura vegetal, etcétera. El conjunto de registros de cada censo es reportado e incorporado a una base de datos, a partir de la cual se analizan los resultados obtenidos, información que permite determinar el tamaño de la población, las relaciones entre sexos y edades, y realizar proyecciones a una escala regional más amplia que el de cada UMA, la que se corresponde con la provincia de manejo. A partir de estos datos se realiza el cálculo de la tasa de aprovechamiento, la que se basa en estudios de campo sólidos y bien documentados. El cálculo del aprovechamiento de ejemplares de borrego cimarrón sigue el principio de sustentabilidad, que consiste en cosechar sin afectar el mantenimiento natural del recurso y su potencial productivo en el largo plazo, para lo cual el aprovechamiento se otorga para una fecha y lugar precisos, y únicamente para los machos más viejos y de mayor cornamenta (denominados como ejemplares clase III o clase IV), lo que por otro lado, son los de interés cinegético, ya que el puntaje del trofeo se otorga de acuerdo a las medidas de la cornamenta. Cierto es que el papel que desempeñan los viejos en la manada es importante en la dinámica de la población, ya que es el ejemplar que conoce el territorio, y se supone, guía y protege al resto de los animales que la integran, aunque esto sólo lo hace en la época de apareamiento y normalmente dentro del ámbito o rango casero de las hembras. Sin embargo, dentro de las consideraciones para asignar una tasa de aprovechamiento se contempla que existan otros machos de la misma edad, lo que garantiza que no se está matando al único ejemplar de esta clase, sino que con seguridad habrá otro macho que desempeñe este importante papel dentro de la manada. Por otro lado, en la asignación de tasas 60

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de aprovechamiento se considera también el tamaño poblacional y la estructura de sexos y edades, esto es, que las proporciones macho-hembra y hembra-cría se mantengan estables. El cálculo de la tasa de aprovechamiento se realiza de acuerdo a la metodología desarrollada por el “Departamento de Pesca y Caza de Arizona”, la cual lleva aplicándose por casi 40 años sin que hasta la fecha se haya observado algún decremento en las poblaciones que ponga en riesgo la viabilidad de éstas. El cálculo, basado en los censos y estimaciones poblacionales, considera que un aprovechamiento del 10 % de ejemplares de las clases III y IV resulta sustentable, aunque como ya se aclaró, no es el único criterio que se considera al asignar la tasa de aprovechamiento. Para un mayor detalle de este aspecto véase el anexo 3. Articulación con el Sistema de Áreas Naturales Protegidas (SINAP).

Existen proyectos de conservación y manejo con esta especie en algunas áreas integradas al Sistema de Áreas Naturales Protegidas (SINAP) que así lo consideren pertinente; en este caso se sigue un esquema similar al de las UMA, ya que el manejo y conservación de la especie se realiza a través de un plan de manejo específico para el borrego cimarrón, aunque en cada caso, adecuado al carácter y condiciones del sitio y en concordancia con el plan de manejo propio del área natural protegida. Existen varias Áreas Naturales Protegidas en México que poseen poblaciones de borrego cimarrón, entre éstas destacan la “Zona de Reserva y Refugio de Aves Migratorias y Fauna Silvestre Islas del Golfo de California” y la “Reserva de la Biosfera El Vizcaíno”, esta última, como ya se mencionó, recibe y opera, a través de un fideicomiso fondos destinados a la conservación e investigación del hábitat y poblaciones, lo que ha permitido realizar censos y conocer de manera precisa el estado actual de las poblaciones en el área. Dentro del SINAP se encuentra en marcha un proyecto en la “Zona de Reserva y Refugio de Aves Migratorias y Fauna Silvestre Islas del Golfo de California”, lugares que por su condición de isla no cuentan de manera natural con poblaciones de borrego cimarrón, no obstante que el hábitat es propicio para esta especie, por lo que se han impulsado proyectos de introducción y manejo de ejemplares. La relación entre esta estrategia de conservación y el borrego cimarrón se remonta a 1975, cuando tuvo lugar la introducción de unos pocos ejemplares a la Isla Tiburón, y que actualmente cuenta con la mayor población de esta subespecie (O.c. mexicana). En este de proyecto participan actualmente varias instituciones nacionales e internacionales que laboran en coordinación con el Instituto Nacional de Ecología, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Nacional Indigenista. Siguiendo este ejemplo, se ha llevado a cabo la introducción de ejemplares de O.c.weemsi, provenientes de la sierra el Mechudo, en la isla del Carmen, en Baja California Sur, la cual forma parte del área natural protegida. Este proyecto apenas inicia por lo que no es posible aún señalar tendencias o realizar evaluaciones. Además de éstas, existen otras áreas naturales protegidas que también cuentan con poblaciones importantes de borrego cimarrón como es el caso del parque natural de San Pedro Mártir en la sierra del mismo nombre en Baja California, lugar donde la universidad estatal realiza proyectos de investigación, 61

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de monitoreo de poblaciones, calidad del hábitat y ámbito territorial, lo que permitirá que en un futuro cercano se desarrollen más proyectos. Por otro lado, en Sonora, en el desierto de Altar, se encuentra la “Reserva de la Biosfera El Pinacate”, donde se han realizado algunas investigaciones en relación con el ámbito hogareño y se cuenta con una población importante y cuyo aprovechamiento está prohibido, lo que garantiza el desarrollo de la subespecie O.c. mexicana en condiciones naturales. De considerarse necesario, se propondrá la creación de santuarios 1, esto con el fin de proteger un sitio que resulte clave para la conservación y viabilidad de una población o de la especie, lo que requiere de una mayor y profunda investigación de campo en poblaciones conocidas a fin de determinar qué sitios resultan esenciales para la dinámica de la población, o para la continuidad del ciclo biológico de la especie, ya sea por ser sitios de crianza, de refugio, tránsito o de reproducción. Estas investigaciones pueden impulsarse y realizarse a través de universidades locales o de las numerosas instituciones y organizaciones interesadas en la conservación del borrego cimarrón, o bien a través de las UMA. Actualmente, no existen santuarios decretados para esta especie, sin embargo en el futuro será posible determinar la pertinencia de éstos en aquellos sitios que se encuentren fuera del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas o dentro de las UMA, lo que podría beneficiar a una o varias poblaciones de esta especie que se encuentren amenazadas. Reintroducción.

El proyecto también contempla la reintroducción de ejemplares en sitios donde originalmente se distribuía la especie pero que actualmente ya no se encuentra, esto permitirá ampliar el rango de distribución actual y asegurar la permanencia de la especie. Las experiencias previas de manejo semi-extensivo permiten prever que los proyectos de reintroducción de ejemplares en sitios específicos pueden resultar exitosos en el mediano plazo. Al respecto ya existen antecedentes de introducción de ejemplares como los de Isla Tiburón o Isla del Carmen mencionados anteriormente. Este tipo de proyectos requieren de una cuidadosa evaluación previa del sitio, tanto por lo que respecta a las condiciones y calidad del hábitat, cuanto a las características de manejo y seguimiento de los ejemplares. Esto se puede lograr a través de la operación de UMA en los estados de Coahuila, Chihuahua y Nuevo León, o en las áreas naturales protegidas en estos estados que se hallen en condiciones de llevar adelante proyectos de esta naturaleza. Actualmente “Unidos para la Conservación A.C.” ha iniciado recientemente un proyecto de reintroducción en los Estados de Coahuila y Chihuahua, los que se encuentran en una primera etapa de producción de pié de cría en condiciones semi-extensivas, así como en la evaluación del hábitat en los sitios con potencial para iniciar el programa de reintroducción.

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Santuario: “Aquellas áreas que se establecen en zonas caracterizadas por una considerable riqueza de flora o fauna, o por la presencia de especies, subespecies o hábitat de distribución restringida. Dichas áreas abarcarán cañadas, vegas, relictos, grutas, cavernas, cenotes, caletas u otras unidades topográficas o geográficas que requieran ser preservadas o protegidas”. (Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, 1996). 62

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Manejo en criaderos semi-extensivos.

Como elemento complementario a la reintroducción de la especie, el proyecto de conservación del borrego cimarrón considera la cría de ejemplares en condiciones de semi-cautiverio, es decir, en circunstancias en las que los animales se encuentran en vida libre aunque confinados a un área grande que conserva las condiciones naturales del hábitat. Este tipo de crianza tiene la ventaja de que la población en el sitio está continuamente bajo observación, manejo y cuidado; en ocasiones se les proporciona alimento, agua y minerales, además de llevar un control del estado de salud, lo que incluye toma de muestras sanguíneas para su posterior análisis en laboratorio, autopsia de ser el caso, periodos de cuarentena al momento de la llegada de los animales, y en ocasiones, algunos ejemplares son empleados para realizar estudios de comportamiento territorial empleando técnicas de radiotelemetría. En estas condiciones, la influencia de los depredadores en la población es casi nula, ya que al estar en condiciones de semi-confinamiento, las probabilidades de ataque se reducen considerablemente. Los antecedentes de este tipo de manejo con el borrego cimarrón se iniciaron en México con el proyecto de Isla Tiburón mencionado anteriormente, el cual, a juzgar por el incremento en el número de ejemplares, ha resultado un éxito. En 1986, el entonces “Centro Ecológico de Sonora” (CES), hoy “Instituto del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora” (IMADES), inició un proyecto de cría semi-extensiva que resultó muy positivo, ya que se desarrollaron proyectos específicos de traslado, cría semi-extensiva, y educación ambiental. Además de la reproducción de ejemplares se realizaron estudios y observaciones sobre hábitos, costumbres, y condiciones para la crianza. Esta última experiencia alentó a los ganaderos del estado, agrupados en la “Asociación Nacional de Ganaderos Diversificados A.C.” (ANGADI), a iniciar en 1995 un proyecto similar en cinco UMA, contando para esto con animales capturados en sierras borregueras del estado, proporcionados por el mismo CES o provenientes de Isla Tiburón. También se incorporó la empresa CEMEX (Cementos Mexicanos), con el único propósito de contribuir a la conservación y reintroducción de la especie. A estas UMA se agregaron dos más al año siguiente y cinco más en 1997, contando a la fecha con doce UMA semiextensivas involucradas en este tipo de manejo. Los resultados son prometedores ya que ha habido un exitoso reclutamiento de nuevos animales cada temporada reproductora, así como una baja tasa de mortalidad, lo que permite prever que esta especie puede recuperarse bajo esta estrategia y condiciones de manejo con relativa facilidad. Manejo en criaderos intensivos y zoológicos.

Este manejo es aquél que se da bajo condiciones de confinamiento controlado en áreas relativamente pequeñas y cuya finalidad, además de la reproducción y estudio, es la de exhibición. Caben dentro de esta categoría los zoológicos, los que juegan un papel muy importante para la conservación de la especie, ya que permiten la realización de actividades de educación ambiental, capacitación técnica e investigación de manejo y zootecnia, que son de gran relevancia para la conservación de ésta y otras especies, y que permite al público en general, conocer al borrego cimarrón así como sus hábitos, costumbres e importancia. Bajo estas condiciones, los ejemplares se 63

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encuentran sujetos a condiciones específicas de confinamiento y manejo zootécnico, lo que implica la operación de proyectos de reproducción controlada y el control estricto del número de ejemplares y de sus relaciones de parentesco. Actualmente, se investigan las alternativas de manejo zootécnico que permitan ayudar al rescate o recuperación de especies. Entre las técnicas desarrolladas recientemente se emplea la transferencia de embriones o la multiovulación inducida. En México, la facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, junto con la Unidad Coordinadora de Zoológicos de la Ciudad de México y la Dirección General de Vida Silvestre del Instituto Nacional de Ecología, participan en el proyecto nacional de recuperación de la especie desarrollando proyectos de investigación en este sentido. Las posibilidades que esta herramienta ofrece son muy grandes, ya que de emplearse adecuadamente permitirán producir ejemplares como pie de cría, que eventualmente podrán ser aprovechados para establecer UMA de carácter semi-extensivo para posteriormente ser reintroducidos al medio natural en aquellas zonas que así lo requieran, asegurando la calidad genética de los ejemplares y el mantenimiento de la variabilidad genética de las poblaciones. Educación ambiental, capacitación técnica y desarrollo tecnológico.

Una de las actividades clave para la conservación efectiva de la especie reside en la cultura ecológica que se debe reafirmar y desarrollar en los diferentes sectores de la población. En los hechos, esta cultura se rescata y transmite a través del conocimiento y manejo del recurso, por ello, los primeros y mejores promotores de esto son todos aquellos relacionados con un Área Natural Protegida que posea estos animales o con una UMA: técnicos, investigadores, propietarios, promotores cinegéticos, vaqueros, e incluso, los cazadores. Todos ellos, cada uno desde diferentes perspectivas y experiencias, aportan algo a esta nueva cultura que aproxima el desarrollo social compatible con el manejo sustentable y adecuado de los recursos naturales. En este sentido, las actividades de educación ambiental constituyen una prioridad en el desarrollo de cualquier política ambiental, al respecto existen en México instituciones como el CECADESU (Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable) especializadas en esta labor, no obstante, ésta debe ser compartida por autoridades, universidades, instituciones, ONG, e individuos particulares. Al respecto existen ya numerosas publicaciones, videos y películas que ilustran al espectador no familiarizado con la especie, con los hábitos, forma de vida y problemas que ésta enfrenta.

México requiere no sólo de una nueva política y cultura ambiental, sino también de más profesionales que sean capaces de desarrollar las herramientas que esta cultura exige, por lo que la formación y capacitación de técnicos, así como el desarrollo de tecnologías adecuadas, resultan de primordial importancia para este proyecto y para el país.

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México requiere no sólo de una nueva política y cultura ambiental, sino también de más profesionales que sean capaces de desarrollar las herramientas que esta cultura exige, por lo que la formación y capacitación de técnicos, así como el desarrollo de tecnologías adecuadas, resultan de primordial importancia para este proyecto y para el país.

EVALUACIÓN DEL PROYECTO NACIONAL DE CONSERVACIÓN. Los indicadores principales del proyecto deberán definirse por los grupos de trabajo del Subcomité Técnico Consultivo para la Recuperación del Borrego Cimarrón en función del plan de acción que se proponga cada grupo, sin embargo, se proponen los siguientes como punto de partida para iniciar una discusión en este sentido: 1. - Alcanzar un número poblacional viable. 2. - Estructura poblacional estable (población viable). 3. - Reintroducción exitosa de la especie. 4. - Aprovechamiento y manejo sustentable. 5. - Estrategia de conservación autofinanciable. 6. - Edición de publicaciones especiales y periódicas. Los tres primeros indicadores son de carácter biológico y se refieren al estatus poblacional de la especie, dado que el objetivo principal es lograr la recuperación del borrego del desierto, en este sentido, aún falta precisar cuáles serán los criterios que permitan definir estos indicadores, lo que está en función de las investigaciones, resultados y discusión del proyecto, por lo que esta tarea será necesariamente una de las líneas de trabajo a desarrollar en el corto plazo. Los restantes indicadores son de carácter económico y social, y se centran sobre la estrategia de financiamiento empleada en este proyecto para manejar a la especie y sobre el impacto que está teniendo en las comunidades locales. ESCENARIO META. La situación que se pretende alcanzar en el corto plazo es la consolidación del Sistema UMA y la articulación con las la unidad coordinadora de las áreas naturales protegidas en relación al manejo y aprovechamiento sustentable del borrego cimarrón, esto es, que la operación de las UMA se lleve a cabo a través de los planes de manejo, mismos que deben ser actualizados y autorizados periódicamente. La información generada a través de los monitoreos o censos poblacionales permitirá tener un perfil de la población en términos de su abundancia, distribución y estructura de edades y sexos, lo que a su vez permitirá garantizar el aprovechamiento sustentable de la especie y la 76

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conservación del hábitat, así como definir áreas clave para las distintas poblaciones, y de ser el caso, promover santuarios con el fin de conservar y favorecer la viabilidad de la especie. En el mediano y largo plazo se pretende llevar un control de todas las poblaciones de borrego cimarrón que existen actualmente, lo que permitirá reintroducir, eventualmente, poblaciones en las áreas de distribución histórica de donde ha desaparecido. La mejor prueba del éxito de este proyecto será, por un lado, lograr que las subespecies mexicanas sean sacadas de los listados de la CITES y de la NOM-059-ECOL-1994, y por otro lado, lograr el autofinanciamiento del programa, lo que necesariamente deberá traducirse en un beneficio económico para las comunidades involucradas y en la conservación del hábitat de esta especie.

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ANEXO 1: Censos o monitoreos aéreos y formato de campo. Se realizan en un helicóptero tipo Huges 500D o similares, con capacidad para el piloto y dos o tres observadores, a la nave se le desprenderán las puertas con el objeto de no afectar la visibilidad de los observadores. La nave sobrevolará a velocidad (80-100 km/hr) constante las sierras donde se encuentran poblaciones de borrego cimarrón, buscando grupos y ejemplares. Al ser observados se realiza una aproximación con el objeto de contarlos e identificar sexo y edad de acuerdo con la clasificación de Geist (1968) (anexo 2), en la que se reconocen crías, machos juveniles, hembras juveniles, hembras y cuatro clases de macho (1,2,3,4), en función del desarrollo de la cornamenta. Se registra además hora, fecha, tiempo efectivo de vuelo, condiciones climáticas generales, y con un geoposicionador (GPS) la latitud y longitud (en grados, minutos y segundos), así como la altitud (en metros sobre el nivel del mar), orientación, actividad y cualquier tipo de observaciones que pudieran resultar de interés, como la presencia de depredadores u otro tipo de fauna, (nativa, exótica o feral), cercanía y distancia a algún cuerpo de agua, cobertura vegetal y otros. (Ver formato en la siguiente hoja). Esta metodología fue desarrollada por Jett, J. (1969), Remington, R. & G. Welsh (1986), Miller, R. et al. (1989) y por Lee, R. et al. (1992). Se basa en la efectividad del conteo de individuos mediante recorridos aéreos en helicóptero. Bajo estas condiciones se estima que los individuos observados representan del 35 al 45% de la población en el área (de ahí que se haya elegido el factor de estimación u observación como 0.40), dependiendo de las características topográficas del terreno. Dado que las diferencias topográficas dificultan el cálculo de la densidad (número de individuos por unidad de área), resulta más eficiente, en términos de comparación entre sitios, el cálculo del número de animales observados por unidad de esfuerzo de muestreo, en este caso, horas de vuelo. Esta técnica ha sido ensayada en diferentes épocas del año y sus resultados han sido contrastados con los de otros métodos, brindando estimaciones bastante precisas de la estructura y número poblacional, lo que a su vez permite realizar cálculos sobre la “cosecha” anual de ejemplares machos adultos. A pesar de que esta técnica presenta algunos inconvenientes, ya que afecta el comportamiento territorial de los animales, sobre todo cuando se realizan actividades de captura, sigue siendo el método más eficiente disponible hasta ahora, y es por lo mismo que el monitoreo se alternará con técnicas de muestreo terrestre.

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Censo aéreo de: BORREGO CIMARRÓN Hoja:_________________________ Fecha:________________________ Sierra:________________________ Mpio:____________________ Porcentaje de la sierra sobrevolado: _____________________________% Observadores:___________________________________________________________Pilot o:__________________________________________ Condiciones Climáticas: ______________________________________________________________________ ___________________________ REGISTROS: llenar un formato de registro por sierra. Hora

Latitud

Longitud

Altitud M1 M2

M3 M4 HA Cr Mj

Totales: M1, M2, M3, M4= Machos clase 1,2, 3,4 (Geist, 1968), HA= Hembras; Cr= Crías, Mj= Machos Juveniles; Hj= Hembras Juveniles; No I = No Identificados.

_____________________________________________ FIRMA DEL RESPONSABLE TÉCNICO.

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Hj No I Tota

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ANEXO 2: Censo o Monitoreo terrestre y formato de campo. Se emplea el método de “Sendero y Observación directa por Tierra” (Davis, 1980), se requiere integrar tres equipos de dos personas cada uno, equipados con un mapa de la sierra, geoposicionador (GPS), binoculares (10x 50) y telescopios (9.30 x 50), además del equipo de campo pertinente. Los equipos salen al campo por un período de dos a cinco días, se ubican en estaciones o sitios de observación que permitan cubrir visualmente la mayor parte de las laderas en la sierra, desde donde buscan, empleando los binoculares o telescopio, a los grupos o ejemplares de borrego cimarrón y proceden a registrar la localización de éstos, el número de ejemplares y las clases de edad y sexos (de acuerdo con Geist, 1968). Se registran además otro tipo de datos como la actividad de los ejemplares observados, la presencia de fauna, cuerpos de agua, cobertura vegetal, pendiente, altitud, fecha, hora, etcétera. Los períodos de observación más eficientes para esta especie son de las 05:00 a las 10:30 A.M. y por la tarde de las 17:00 a las 19:30 P.M. completando un período de 6 horas diarias de observación en promedio.

Figura 8.- Sexo y clases de edad en el borrego cimarrón (Ovis canadensis) según Geist, 1968.

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INFORME DE CENSO TERRESTRE -Borrego Cimarrón-LLENAR UNA HOJA POR CADA CENSONOMBRE DE LA UMA:

CLAVE DE REGISTRO

Sierra:______________________________________________________________________ Fecha(s):____________________________________________________________________ Horas en que se realizó el censo: _______________________________________________ Horas en que se realizó el censo: _______________________________________________ Horas en que se realizó el censo: _______________________________________________ Horas en que se realizó el censo: _______________________________________________ Horas en que se realizó el censo: _______________________________________________ Condiciones climáticas:______________________________________________________ Observadores:_______________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ Total de horas de muestreo empleadas: _________________________________________ Total de la superficie muestreada: _____________________________________hectáreas. --Ubicar en un plano los puntos de observación.-Población observada este año: _____________________________número de individuos. Población observada el año anterior:________________________número de individuos. Densidad observada este año: ___________________________ número de individuos / ha Densidad observada el censo anterior:_____________________número de individuos / ha Estructura poblacional final: M1

M2

M3

M4

HA

Cr

Mj

Hj

No I

Total

M1, M2, M3, M4 = Machos clase 1, 2, 3, y 4 (Geist 1968), HA= Hembras Adultas, Cr= Crías. Mj = Machos juveniles, Hj = Hembras juveniles, No I.= No identificados.

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-Observaciones de Campo-

Detección de parásitos y enfermedades:_________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ Detección de Depredadores: Especie:___________________________________ Número:____________________________________ Especie:___________________________________ Número:____________________________________ Especie:___________________________________ Número:____________________________________ Especie:___________________________________ Número:____________________________________ Sitios de refugio: ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ Sitios de apareamiento: ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ Actividades de cortejo: ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ Otros: ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________

___________________________________________ NOMBRE Y FIRMA DEL RESPONSABLE TÉCNICO

___________________ FECHA.

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ANEXO 3: Tasas de aprovechamiento. -El cálculo de la tasa de aprovechamiento se hará de acuerdo con el siguiente algoritmo: Tasa Aprovechamiento = [N.Ob

(M3+M4)

] x (2) / 0.40 ] (0.107)

donde: N.Ob

(M3+M4)

= Número observado de machos clase 3 y machos clase 4.

(2) = Factor de área. Se considera que el área sobrevolada es la mitad del área total de la sierra. 0.40 = Factor de estimación. De acuerdo con la metodología desarrollada, se considera que los ejemplares observados equivalen al 40% de la población. Este es el número estimado de M3 y M4 en la población para la sierra sobrevolada. 0.107=

Factor de cosecha sobre el número estimado de M3 y M4.

-El algoritmo se lee de la siguiente manera: La tasa de aprovechamiento es igual al número de machos clase 3 y 4 observados, multiplicado por dos, dividido entre 0.40 y multiplicado por 0.107. -Un ejemplo de lo anterior aclara las dudas, supongamos que en una sierra se observaron 5 machos clase 3 y 6 machos clase 4, luego entonces: T.A.= ((5+6) (2) / 0.40 ) (0.107) T.A. = ((11) (2) / 0.40 ) (0.107) T.A. = ((22) / 0.40) (0.107) T.A. = (55) (0.107) T.A.= 5.885 -De acuerdo con lo anterior a esta sierra hipotética le corresponderá una tasa de 5 o 6 ejemplares. -Este algoritmo es en realidad un primer criterio para asignar tasas de aprovechamiento, existen otros factores que pueden afectar la cosecha estimada, e incluso asignar una tasa cero, entre estos factores podemos mencionar: el tamaño de la población, la proporción de sexos y edades, una tasa de crecimiento poblacional negativa, el éxito obtenido en la cacería (bajos puntajes en los ejemplares cazados, días empleados para cobrar la pieza) o un desarrollo del plan de manejo erróneo o incompleto.

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ANEXO 4: PLAN DE MANEJO PARA EL BORREGO CIMARRÓN.

Registro de Plan de Manejo de UMA:

Clave:___________________________

Unidad para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre. -FORMATO PARA BORREGO CIMARRÓN-Ovis canadensis-

I.- DATOS GENERALES. II.- LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DE LA UMA. III.- CARACTERIZACIÓN FÍSICA DE LA UMA. IV.- CARACTERIZACIÓN BIOLÓGICA DE LA UMA. V.- DATOS DE LAS ESPECIE. VI.- EVALUACIÓN DE LOS RECURSOS. PROGRAMA DE MONITOREO PERMANENTE DE LA POBLACIÓN. PROGRAMA DE MONITOREO PERMANENTE DEL HÁBITAT. PROGRAMA DE CONTINGENCIAS. PROGRAMA DE CONSERVACIÓN Y MANEJO.

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Registro del Plan de Manejo: I.- Datos generales:

Nombre o razón social:___________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Dirección: ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ Teléfono:_________________________Fax:__________________________________ Correo electrónico:______________________________________________________ Nombre de la UMA:_____________________________________________________ ______________________________________________________________________ Tipo de predio: Ejidal____ Comunal____ Particular____ Otro:__________________________________________________________________ Estado:_________________________Municipio:______________________________ Nombre del responsable técnico:____________________________________________ ______________________________________________________________________ ***

II.- Localización geográfica de la UMA: Latitud:_________________________Longitud:______________________________ Rango de altitudes:_______________________________________________m.s.n.m. Superficie:_____________________________________________________hectáreas. Presentar Anexo 1: Polígono del predio trazado sobre original -o fotocopia legible- del plano topográfico INEGI escala 1: 50,000. ***

Zonificación de la UMA: Deberá realizar y anexar un plano o esquema de la UMA señalando las diferentes zonas de la misma de acuerdo con los tipos de vegetación y usos, señalando además ríos, pozos, construcciones, caminos, encierros, bardas, espiaderos, comederos, bebederos, etcétera.

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III.- Caracterización física de la UMA: a) Clima: (según Koeppen, modificado por García,1988. Presentar Anexo 2: diagrama ombrotérmico ). ______________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________

b) Geomorfología y topografía: _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________

c) Geología _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________

d) Suelos: _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________

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Uso del suelo : Historia de uso del suelo: -indicar actividades o aprovechamientos anteriores en el predioAgricultura: ____ especies: ______________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ Ganadería:_____ especies: ______________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ Forestal:_______ especies:_______________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ Otros:___________________________________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ Observaciones: ___________________________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ ***

Uso actual: -Indicar número de hectáreas y en su caso las especies presentesTotal de hectáreas: _____________________________ha d.1.- Vegetación natural: _____________________________ha d.1.1. Tipo de vegetación:_________________________ha__________ d.1.2. Tipo de vegetación:_________________________ha__________ d.1.3. Tipo de vegetación:_________________________ha__________ d.2.- Desmontado: ____________________________ha d.3.- Pastizal inducido: ____________________________ha Especies:_________________________________________________________ ________________________________________________________________ d.4.- Uso agrícola: ____________________________ha Especies:_________________________________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ d.5.- Uso pecuario: _____________________________ha Especies: __________________________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ d.6.- Áreas inundables: ______________________________ha Observaciones:_________________________________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________ ________________________________________________________________

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Agua: -Indicar presencia y número de cuerpos de agua presentes-Los cuerpos de agua deberán señalarse en el mapa o esquema-

Cuerpos de agua superficiales:

Ríos: Arroyos: Lagos: Embalses:

Permanente __________________ __________________ __________________ __________________

Temporal _______________________________ _______________________________ _______________________________ _______________________________

Observaciones:_____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________

Cuerpos de agua subterráneos: Pozos en operación:______________Gasto hidráulico: ________1t/segundo. Profundidad: __________________ mts. Pilas: ______________ Capacidad: _________________mts³ Bebederos: ______________ Capacidad: _________________mts³ Observaciones: ____________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________

______________________________________________________________________

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IV.- Caracterización biológica de la UMA: a).- Tipos de vegetación presentes en la UMA: -Según Rzedowski (1978)______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ b).-Especies endémicas presentes: -nombre común - nombre científico______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ c) Especies en riesgo presentes: -nombre común - nombre científico y categoría de riesgo o protección-según la Norma Oficial Mexicana: NOM-059-ECOL-1994_____________________________________________________________________________________

______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ ______________________________________________________________________ d).- Listados de especies de flora y fauna: (presentar en forma de Anexo 3). e).Observaciones:_________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________

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V.- Datos de las especie sujeta a aprovechamiento: Datos de la especie: Tipo de aprovechamiento: cinegético:______ ornato:_________ investigación:__________ turístico:_______ exhibición:________ comercial:____________ otros:_________________________________________________________________ Tipo de marcaje de los productos: tatuaje:_______ etiqueta:_______ sello:_______ microchip:______ arete:________ anillo:______ otros:_________________________________________________________________ Anexo 4: presentar diseño de marcaje, mismo que debe ser particular y único para cada UMA. *****

CICLO BIOLÓGICO DE LA ESPECIE: Evento / Meses. Nacimiento: Destete: Reproducción: Gestación: Migración salida: Migración llegada: Hibernación: Realización censos: Aprovechamiento:

E

F

M

A

M

J

J

A

S

O

N

D

Observaciones: ______________________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________

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VI.- Evaluación de los recursos: 1.- Programa de monitoreo permanente de la especie: ** Realización de censos o monitoreos poblacionales de la especie. que justifiquen su aprovechamiento sustentable: señalar: *Metodología empleada, fecha, hora, área de estudio y estimadores. *Número y densidad relativa de individuos o ejemplares. *Estructura de edades y sexos de la población: (de ser posible). Proporción de machos-hembras-juveniles-crías *Detección de enfermedades y parásitos. *Detección de depredadores. *Observaciones de campo: registro de eventos importantes observados en el campo, períodos de apareamiento, cortejo, nacimiento, interacciones y otros de interés. *Cronograma de actividades. 2.- Programa de monitoreo permanente del hábitat: ** Realización de un monitoreo de hábitat para evaluar la calidad del entorno para las especies que se pretende aprovechar. señalar:*Métodología de evaluación de hábitat. Evaluación de: agua, alimento, refugio, corredores. *Fechas y estimadores. *Cronograma de actividades. 3.- Programa de contingencias: *Tipo de contingencias previsibles que afecten a la especie: enfermedades ,epidemias, plagas, accidentes, fugas, incendios, sequías, vecindad con especies exóticas, etc. *Señalar cómo se enfrentarán estas y con qué recursos se cuenta para ello (equipo, médicos veterinarios, personal, clínica, etc...) 4.- Programa de Conservación y Manejo: ** Señalar las actividades que se realizarán para manejar el hábitat y especie * Provisión de alimento y agua: tipo de suplemento, comederos, bebederos, etc. * Programa de traslado y movimiento de ejemplares. * Programa de reproducción controlada. * Programa de vigilancia. * Modificaciones bióticas: reforestación, aclareo, poda, caza, etc... * Bardas y corrales: altura, profundidad, material, longitud, verificación. * Señalización: letreros y símbolos que indiquen límites, zonas y servicios. * Construcciones: zanjas, torres, tinajas, caminos, casetas, saladeros, represas, terrazas, etc... * En caso de especies exóticas presentar Informe Preeliminar de Riesgo . (IPR).

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BITÁCORA: * El técnico deberá llevar una bitácora en la que se anotan con precisión los datos y eventos de los diferentes programas, así como actividades extraordinarias en relación con el Plan de Manejo y la operación de la UMA.

OTROS: * Si necesita detallar algún punto del Plan de Manejo, hacerlo de forma anexa, señalando en el apartado correspondiente que así lo hace. * Si se requiere mayor información o se hacen indicaciones de mejoramiento al plan de manejo, deberá anexarlas al documento de registro en el plazo y términos señalados. * Si existen dudas acerca de la elaboración del Plan de Manejo puede usted acudir a la delegación federal de la SEMARNAP más cercana o consultarnos directamente a la

Dirección General de Vida Silvestre: Av. Revolución 1425. Nivel 19. Col. Tlacopac c.p.01040. San Angel, México D.F. Teléfonos: 624 3301, 624 3302, 624 3304. Fax:

624 3588

o consultar la página electrónica: WWW//ine.gob.mx

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INFORME PRELIMINAR DE RIESGO -Sólo en caso de solicitar el manejo de vida silvestre exótica o Nacional que se encuentre fuera de su área de distribución natural, se debe presentar un Informe Preliminar de Riesgo (IPR), con la finalidad de identificar, implementar, evaluar y supervisar las medidas preventivas y de abatimiento del deterioro del ambiente. -El IPR es el instrumento básico que permite anticipar las eventualidades que pueden en un momento determinado, afectar el entorno y así evitarlos o reducirlos, minimizando los costos ambientales. -En este apartado se enumeraran los posibles riesgos derivados de la operación de la UMA y las medidas necesarias para evitarlos, así como los planes y compromisos en caso de contingencia. -La elaboración y presentación de este apartado es responsabilidad del interesado; el alcance y profundidad del estudio será en relación directa a la envergadura del proyecto y a las características naturales y socioeconómicas del área seleccionada. -Para la presentación conveniente del IPR se proporcionará la siguiente información de manera concreta. 1.

Naturaleza del proyecto. Se mencionará si el proyecto es comercial, turístico, cinegético, de investigación u otro, indicando las especies que estarán sujetas a manipulación, explotación, caza u otras actividades. Información general sobre las actividades de preparación del sitio donde se establecerá la Unidad, ponderando posibles efectos negativos sobre el área circundante Descripción general de las condiciones ambientales alrededor del predio, es decir, en las colindancias (Tipo de vegetación, uso de suelo, etc.) además, describir las zonas que serán consideradas de protección alrededor de las instalaciones. 2.

Plan Integral de contingencias Se deberán describir las medidas para atender eventualidades como: *Fuga masiva de individuos. *Medidas para evitar la diseminación de enfermedades infectocontagiosas. *Equipo con el que se cuenta para el control de incendios. *Capacitación del personal. *Acciones rutinarias para abatir contingencias. 3.-

Modificaciones de la dinámica natural de flora y fauna exótica. Evaluar el posible impacto sobre la vida silvestre nativa provocado por la introducción de flora y fauna exótica.

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Anexo 5.Parásitos registrados en borrego cimarrón. NOMBRE CIENTÍFICO. Cooperia oncophora. Cysticercus tenuicollis. Dermacentor albipictus. Dermacentor hunteri. Dermacentor venustrus. Eimeria ah-sa-ta. Eimeria arloingi. Eimeria crandallis. Eimeria faurei. Eimeria granulosa. Eimeria nina-yakimovi. Eimeriaparva. Haemonchus contortus. Moniezia benedeni. Moniezia expansa. Nematudurius abnormalis. Nematudurius spathiger. Oesophagostomum sp. Oestrus ovis. Ostertagia circumcincta Ostertagia marshalli. Ostertagia occidentalis. Otobius megnini. Pseudostertagia bullosa. Psoroptes equi. Protostrongylus stilesi. Protostrongylus rushi. Sarcocystis tenella. Sarcoptes ovis. Skrjabinema ovis. Thysanosoma actinoides. Trichuris discolor. Wyominia tetoni.

NOMBRE COMÚN. cooperia. gusano de la vejiga. pulga de invierno. sin nombre común. pulga de la madera. coccidium. coccidium. coccidium. coccidium. coccidium. coccidium. coccidium. gusano del estómago. gusano cinta. gusano cinta. gusano cuello rosca. gusano cuello rosca. gusano nodular. gorgojo de la cabeza, moscardón. gusano del estómago. gusano del estómago. gusano del estómago. pulga espinosa de la oreja. sin nombre común. ácaro psoróptico. gusano del pulmón. gusano del pulmón. sarcosporidium. ácaro sarcóptico. gusano alfiler. gusano cinta franja. gusano látigo. sin nombre común.

LOCALIZACIÓN. intestino delgado. cavidad corporal. superficie corporal. superficie corporal. superficie corporal. intestino delgado. intestino delgado. intestino delgado. intestino delgado. intestino delgado. intestino delgado. intestino delgado. masa abdominal. intestino delgado. intestino delgado. intestino delgado. intestino delgado. intestino grueso. cavidad nasal. masa abdominal. masa abdominal. masa abdominal. oreja y oído. masa abdominal. superficie corporal. parénquima pulmonar. tubos bronquiales. músculos. superficie corporal. intestino grueso. cilio biliar, duodeno. intestino grueso. cilio biliar, duodeno.

(Allen, 1985).

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Anexo 6: Términos de Referencia para la operación del Proyecto de Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable del Borrego Cimarrón (Ovis canadensis) en México. El propósito del presente documento es difundir y hacer públicas las bases y lineamientos técnicos de la operación del “Proyecto de Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable del Borrego Cimarrón en México”, con el fin de generar certidumbre y confianza entre los actuales participantes. Esto permitirá dar continuidad al proyecto y sentar las bases para que todos aquellos interesados en integrarse tengan claras las condiciones y reglas de trabajo y organización que operan en el mismo. Antecedentes. El borrego cimarrón (Ovis canadensis) es una especie que se encuentra sujeta a protección especial de acuerdo con la NOM-059-ECOL-1994, además, es considerada como prioritaria para su recuperación en el “Programa de Conservación de la Vida Silvestre y Diversificación Productiva en el Sector Rural 1997-2000”. Para lograr los objetivos de conservación a largo plazo de la especie, la estrategia operativa del gobierno federal se centra en la operación del SUMA (Sistema de Unidades para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre), por lo que es necesario que cualquier interesado en el manejo y conservación de la especie forme parte del Sistema a través del registro de cuando menos una UMA. Para registrar una UMA y contribuir con el proyecto de borrego cimarrón se requiere cumplir unos sencillos requisitos administrativos, demostrar la legal posesión o tenencia de la tierra y presentar un Plan de Manejo avalado por un responsable técnico, de acuerdo con los lineamientos establecidos por la Dirección General de Vida Silvestre (anexo 4). El plan de manejo es una guía de operación básica que determina una serie de actividades encaminadas a la conservación y manejo del hábitat, así como al monitoreo permanente de los hatos o poblaciones de borrego cimarrón presentes en los predios registrados como UMA. La unidad de manejo de los hatos o poblaciones de borrego cimarrón son las sierras o conjuntos de éstas, por lo que la planificación y el análisis del estado poblacional de la especie y el cálculo de las tasas de aprovechamiento se hacen sobre esta base. El monitoreo permanente permite obtener un perfil de la población en términos del número de individuos y grupos, la distribución de éstos en la sierra y las proporciones de sexos y edades a lo largo del tiempo, lo que a su vez permite tomar decisiones respecto a su manejo y conservación, en el corto, mediano y largo plazos. Asimismo, los resultados de los monitoreos permitirán, establecer las tasas de aprovechamiento sustentable, es decir, que en ningún caso se excedan las tasas de recuperación natural de las poblaciones.

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Las tasas de aprovechamiento se asignarán con un año de anticipación, es decir, para la temporada siguiente a la presentación de los resultados de los monitoreos, con el objeto de que los propietarios o representantes cuenten con tiempo suficiente para promover debidamente la tasa asignada. El cálculo de las tasas (anexo 3) se hará con base en los resultados de los monitoreos aéreos (anexo 1) y de manera complementaria los resultados de los monitoreos terrestres (anexo 2) servirán para orientar las decisiones finales. En virtud de lo anterior, será necesario que cualquier UMA que aspire a una tasa de aprovechamiento, haya realizado, por lo menos un monitoreo aéreo y uno terrestre, es decir, que haya operado al menos durante un año su plan de manejo. Repoblación. La autorización para las UMA de crianza intensivas o semi-extensivas, permitirá favorecer el crecimiento de hatos con fines de educación, investigación científica y repoblación en áreas de distribución histórica de la especie, en los estados de Chihuahua, Coahuila, Sonora y la península de Baja California. Para el registro de las UMA de carácter intensivo o semi-extensivo se requiere que ésta se encuentre en un área de distribución natural de la especie, que se integre al proyecto de repoblación y manejo del proyecto nacional de conservación de la especie o bien que sea un área destinada a fines de educación. En cualquier caso, los ejemplares del hato estarán disponibles para fines de investigación científica, educación y repoblación. Operación. Monitoreo. Los monitoreos se realizarán anualmente de la siguiente forma: De manera alternada, se realizarán mediante dos métodos complementarios, es decir, un año se harán monitoreos aéreos y al año siguiente terrestres. En todos los casos los reportes deben presentarse a más tardar el 31 de mayo de cada año. Monitoreo aéreo. El monitoreo aéreo se hará siguiendo la única metodología aceptada por esta Dirección General (anexo 1) durante los meses de octubre a febrero. Para considerar válidos los reportes, durante la realización de los monitoreos aéreos deberá estar presente y a bordo del helicóptero en todo momento, un representante de la Dirección General de Vida Silvestre. Dado que existen casos en los que varias UMA ocupan una misma sierra, y con el objeto de evitar sobre o subestimaciones, se hará un sólo monitoreo aéreo por sierra, el cual deberá ser financiado por el conjunto de UMA que se encuentren en dicha sierra. Monitoreo terrestre. El monitoreo terrestre se hará siguiendo la única metodología de observación directa de ejemplares aceptada por la Dirección General de Vida Silvestre, 101

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(anexo 2) y sus resultados servirán de apoyo y complemento al muestreo aéreo, tanto para el cálculo de las tasas de aprovechamiento, como para la toma de decisiones de manejo de los hatos o poblaciones. La realización de los monitoreos en tierra será responsabilidad de cada UMA, así como el envío del reporte correspondiente, utilizando para ello el formato que aparece al final del anexo 2. Tasa de aprovechamiento. La tasa de aprovechamiento cinegético (o cosecha) se calculará y asignará para cada sierra o conjunto de sierras (anexo 3), que incluyan una o más UMA, que por su proximidad pudieran estar compartiendo una misma población y, en todos los casos, se autorizará única y exclusivamente para ejemplares machos de las clases 3 y 4 (Geist. 1968). De acuerdo con este mismo procedimiento, será posible establecer tasas de aprovechamiento no cinegético, de ejemplares de cualquier clase de edad y sexo con propósitos de manejo, reproducción, repoblación, investigación y educación ambiental, siempre de conformidad con los planes de manejo y en el marco de este proyecto. Dado el caso, la asignación y aprovechamiento de los ejemplares se hará conforme a la firma de un acuerdo operativo firmado voluntariamente por los titulares de las UMA involucradas, considerando además de los resultados de los monitoreos, la proporción de sierra y hábitat que ocupa cada una de ellas. Asimismo, en caso de existir conflictos entre los propietarios respecto a los límites de las UMA colindantes, no se asignará tasa de aprovechamiento hasta que se llegue a un acuerdo por escrito firmado por los involucrados, o hasta que se resuelva por la vía legal correspondiente. Esto no implica la pérdida del registro ni la posibilidad de manejar y aprovechar otras especies, siempre y cuando esto último no sea causa de nuevos conflictos. Integración y Manejo de la Información Los datos de las UMA integradas al proyecto, así como todos los reportes de los monitoreos y cacerías serán puestos a disposición del público a través de la página del internet del INE (http://www.ine.gob.mx) y de distintos medios impresos. Esta información será utilizada además para integrar una base de datos y un sistema de información geográfica (GIS) que servirán para realizar los análisis y estimaciones poblacionales pertinentes, a escalas regional, estatal y nacional, con el propósito de mantener un seguimiento continuo de los avances de este proyecto y, en su caso, hacer los ajustes que se estimen convenientes. BIBLIOGRAFÍA del documento Términos de Operación: • Davis, D. 1980. Estimating the numbers of wildlife populations. en: Wildlife Management Techniques Manual. S. Schemnitz (ed.). The Wildlife Society. p.p. 221-245. • Geist, V. 1968. On the interrelation of external appearance, social behaviour, and social structure of mountain sheep. en: Zeit. Tierpsychol.25:119-215.

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• Geist, V. 1968. On delayed social and physical maduration in mountain sheep. en: Canada Soc. Zool.. 46: 899-904. • Jett, James. 1969. Helicopter surveys of the desert bighorn in north-western Arizona. en: Desert Bighorn Transactions. 13: 48-51 • Lee, Raymond, J. Hervert, M .Hawke & R. Kearns. 1992. An Analysis of Bighorns Sheeps Surveys Conducted in Arizona. en: 36th Annual Desert Bighorn Council Meeting Reports. Arizona. USA. • Miller, R., R. Remington, R. Lee R. Van Den Berge & M. Haderlie. 1989. Wildlife Surveys & Investigations: Efficency of Bighorn Sheep Helicopter Surveys. en: Federal Aid Report W-53-M-39. Arizona Game & Fish Department. • Remington, R. & G. Welsh. 1986. Surveying Bighorn Sheep. en: Arizona Game & Fish Department Report.

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ANEXO 7: Años en que se han realizado censos aéreos y censos u observaciones terrestres en las diferentes sierra de Sonora. SIERRA. Gobernadora. Sierra Pico Johnson. Cerro Serrucho. Nochebuena. Cerro de los Tres. Cerro de la Orilla. Cerro Plomos. La Tinaja. Cerro Pinto y Pelón. Sierra La Tordilla. Sierra C. Punta Tepopa. Sierra Cirio. Los Mochos. Sierra Mármol. Picú, El Carbón, Larga. El Mármol, C. Blanco. La Papaga, El Julio C. Santa María. Sierra El Viejo. Sierra El Álamo. Cerro La Verruga. El Chino. C. Álamo, Gloria, Basura. Sierra A. Sierra B. (sierrita blanca) Sierra Cubabi. Sierra San Francisco. Sierra Cipriano. Sierra San Antonio. Cerro La Silla. Sierra Pinta y Prieta. Sierra El Pinacate. Sierra Blanca. Los Alacranes. Isla Tiburón. La Víbora. El Rajón. Santa Rosa. El Gavilán.

Censos aéreos. 92. 92, 95, 96, 97.99 96, 97, 98. 96,99 96, 97. 96, 97, 99 96, 97. 92, 96, 97. 97, 99. 92, 95, 96, 97, 99. 92. 92, 96, 99. 92, 95, 96, 97, 99. 92, 93, 95, 96, 97, 99. 92, 95, 96, 97, 99. 92, 96, 97, 99. 93, 95, 96, 97. 92, 95, 96, 99. 92, 97, 99. 92, 93, 95, 96, 97, 99. 92, 93, 95, 97. 92, 97, 99. 93, 95, 96, 97. 93, 94. 92, 96. 92, 93, 97, 99. 92, 96. 92, 93, 96, 97, 99. 92, 96. 92, 95, 96, 97, 99. 92, 96, 97, 99. 92. 93, 99. 93, 94. 97,99. 93, 96, 97,99 95, 96, 97. 95, 96, 97. 93. 93, 96.

Censos u observaciones terrestres. Sin registro (S/r). 76, 96, 97, 98, 99. 98. 96, 98, 99. 98, 99. 98. S/r. 96, 97, 98. 96, 97. 76, 98, 99. S/r. 98, 99. 76, 97, 98, 99. 76, 96, 97, 98, 99. 98, 99. 98, 99. 96, 97, 98, 99. 98, 99. 97, 98. 76, 85, 91, 95, 96, 97,98, 99 98, 99. 98, 99. 76, 85, 94, 95, 96, 98. S/r. S/r. 99. S/r. 97, 98, 99. S/r. 99. 99. S/r. S/r. S/r. S/r. 75, 79, 80, 82, 84, 87. 76, 96, 98. 76, 96, 98. S/r. S/r.

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INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA.

DIRECCIÓN GENERAL DE VIDA SILVESTRE.

ANEXO 8: AGRADECIMIENTOS: Manuel Valdés, Oscar Sánchez, José María Reyes, Alberto Aldama, Raúl García, Eduardo Zezatti, Rodrigo Medellín, Gerardo Ceballos, Carlos Manterola, Jorge Soberón, Pablo Chee, Víctor Sánchez-Sotomayor, José Antonio Magaña, Karina Santos del Prado, Bertha Gutiérrez, José Bernal Stoopen, Trinidad Benavides, Antonio González-Armenta, Eduardo López Saavedra, Hugo Abel Castro Bojórquez, Everardo Camero, Francisco Villa, Raymond Lee, INSTITUCIONES PARTICIPANTES: • SEMARNAP: Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca. • INE: Instituto Nacional de Ecología. DGVS: Dirección General de Vida Silvestre. • PROFEPA: Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. • CONABIO: Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. • INI: Instituto Nacional Indigenísta. • SEDENA: Secretaría de la Defensa Nacional. • SECTUR: Secretaría de Turismo. • CECADESU: Centro de Educación y Capacitación para el Desarrollo Sustentable. • CFE: Comisión Federal de Electricidad. • Gobierno del Estado de Baja California. • Gobierno del Estado de Baja California Sur. • Gobierno del Estado de Sonora. • Gobierno del Estado de Chihuahua. • Consejo Técnico Consultivo para la Conservación y Fomento de la Vida Silvestre en Baja California. • Consejo Técnico Consultivo para la Conservación y Fomento de la Vida Silvestre en Sonora. • Reserva de la Biosfera “El Vizcaíno”. • Zona de Reserva y Refugio de Aves Migratorias y Fauna Silvestre “Islas del Gofo de California”. • Reserva de la Biosfera “El Pinacate y Gran Desierto de Altar” • UABCS: Universidad Autónoma de Baja California Sur. • UABC: Universidad Autónoma de Baja California. • UNAM-IE: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Ecología. • CICESE: Centro de Investigaciones Científicas y de Estudios Superiores de Ensenada. • CES: Centro Ecológico de Sonora. • IMADES: Instituto del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora.

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INSTITUTO NACIONAL DE ECOLOGÍA.

DIRECCIÓN GENERAL DE VIDA SILVESTRE.

• BRI: Bighorn Research Institute. • CCDS: Consejo Consultivo Regional para el Desarrollo Sustentable, Región Noreste. • FMCBC: Fundación Mexicana para la Conservación del Borrego Cimarrón. • FNAWS: Foundation for North America Wild Sheep. • UC: Unidos para la Conservación. • PRO-NATURA A.C.: Asociación Civil Pro Conservación de la Naturaleza. • ANGADI: Asociación Nacional de Ganaderos Diversificados Criadores de Fauna A.C. • ASOCIES: Asociación de Organizaciones Cinegéticas del Estado de Sonora A.C. • FMCFS: Federación Mexicana de Criadores de Fauna Silvestre A.C. • FEMECA: Federación Mexicana de Caza. • CIBNOR: Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste S.C. • CEMEX: Cementos Mexicanos • FAOCIMEX: Federación de Asociaciones de Organizadores Cinegéticos de México A.C. • FEMETI: Federación Mexicana de Tiro. • SCI: Safari Club Internacional. • Unidad de Zoológicos del D.F. • FMVZ-UNAM • Comunidad Seri. Com-Cáac. • Federación de Criadores de Fauna y Flora Silvestre. • Reserva de la Biosfera “El Vizcaíno”. • Zona de Reserva y Refugio de Aves Migratorias y Fauna Silvestre “Islas del Golfo de California”. • Reserva de la Biosfera “El Pinacate”. •

Parque Nacional de San Pedro Mártir.

• Ejidos Asociados de Baja California A.C., • Ejido A.V. Bonfil en Baja California Sur., • Centro Cinegético Integrado A.C. • Ejido San Ignacio-1 en Sonora. • Ejido San Ignacio-2 en Sonora.

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