IGLESIA DE DIOS Departamento de Correspondencia
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Publicación ID: 1811VAA
Nueva verdad acerca del aborto por Herbert W Armstrong
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A ES HORA de que sepamos esta verdad que ha permanecido en el misterio: ¿Por qué existe la vida humana? ¿Es homicidio el aborto? ¿Es un crimen? ¿Es PECADO? Un crimen es una violación de una ley humana. Pecado es la transgresión de la LEY DE Dios. La ley de Dios define claramente el bien y el mal. Las leyes decretadas por los seres humanos no siempre lo hacen. Hay cosas que son pecado aunque no son un crimen según las leyes humanas. Por otro lado, las leyes humanas han llegado a declarar la obediencia a la ley superior de Dios como un crimen que se castiga con pena de muerte. Por ejemplo, el Concilio de Laodicea en el año 363 de nuestra era decretó una ley respaldada por el gobierno romano: "Los cristianos no deben judaizar descansando en el sábado, sino que deben trabajar en ese día, honrando más bien el día del Señor". Si se encontraba a alguno "judaizando" por descansar en el sábado, era declarado "anatema de Cristo". Esto era interpretado por el gobierno como un crimen, y se castigaba con frecuencia con la pena de muerte. Sin embargo, la ley de Dios
ordena guardar el día sábado y santificarlo. En el juicio final cada individuo será juzgado y sentenciado según la ley de Dios, sin importar lo que haya recibido aceptación general humana o lo que se haya decretado como una ley humana. Toda la controversia sobre el aborto se centra en esta pregunta: ¿Cuándo empieza la vida humana? ¿Cómo se originó la vida humana? Empezó cuando Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz el aliento de vida (Génesis 2:7). Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Dios se compone de espíritu (Juan 4:24); el hombre fue hecho de la tierra, de materia. El Todopoderoso utiliza un sistema dual en la creación. El hombre fue hecho primero de materia, de la tierra. La segunda etapa de la creación del hombre es convertirse en un ser espiritual recto y santo como hijo de Dios. El propósito supremo de Dios es reproducirse a sí mismo. El no sólo está formado y se compone de espíritu, sino que es un carácter espiritual justo y perfecto. La creación espiritual incluye
el desarrollo (con el consentimiento del hombre durante esta vida física) del carácter divino recto y justo. Con el fin de reproducirse a sí mismo, Dios dispuso que el hombre se reprodujera él mismo físicamente, así como Dios se está reproduciendo espiritualmente. Lo uno es un reflejo de lo otro. La vida humana empezó con la creación de Adán, a quien Dios le dijo: "Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra" (Génesis 1:28). El hombre había de reproducirse físicamente, o sea continuar esa vida humana de generación en generación. Entonces Dios produjo en el hombre un "sueño profundo", le sacó una de sus costillas y de ella hizo una mujer. La mujer no fue hecha del polvo de la tierra. Al principio la mujer fue hecha del hombre. Luego el hombre y la mujer se convirtieron en uno. ¿Cómo llegaron a ser uno? Se convirtieron en una familia. Una familia se compone de dos o más miembros. Ellos se reprodujeron, tuvieron hijos y la familia creció. La familia del principio, mediante la reproducción, ha crecido durante 6.000 años hasta hoy. La vida de cada ser humano proviene de la vida humana que Dios creó en Adán. Aun 1
la vida de Eva provino de Adán. Toda vida humana desde entonces es una continuación de ese mismo tipo de vida humana que se ha reproducido continuamente según su especie. Esta reproducción humana es un reflejo exacto de la reproducción divina por medio de la cual Dios está reproduciéndose a si mismo. La reproducción humana comenzó con el primer ser humano, Adán. La reproducción divina comenzó con el segundo Adán, Jesucristo. Él fue engendrado y nació como ser humano así como los demás seres humanos, con la excepción de que Dios fue su Padre; por lo tanto, uno de sus nombres es Emmanuel, que significa "Dios con nosotros", o sea Dios en carne humana. Por consiguiente, Jesucristo fue humano, nacido de la virgen María, pero también era Dios, engendrado por medio del Espíritu de Dios. De hecho, el Espíritu de Dios fertilizó o le impartió vida a un óvulo en el vientre de la virgen María. Examinemos ahora la reproducción humana. La vida humana empieza en un óvulo, que se produce en el ovario de una futura madre. Este óvulo, por sí mismo, tiene una vida muy corta (sólo unos cuantos días). A no ser que sea fertilizado por un espermatozoide emanado del cuerpo del hombre, muere pronto. Un óvulo femenino es del tamaño de la punta de un alfiler. Es tan pequeño que difícilmente puede ser visto por el ojo. La célula masculina 2
que lo fertilizará, llamada espermatozoide, es la célula más pequeña del cuerpo humano; es 50 veces más pequeña que el óvulo. En el óvulo femenino hay un núcleo aun más pequeño. Cuando el espermatozoide entra en el óvulo, se une inmediatamente con el núcleo. En ese instante empieza la vida humana. Este comienzo de la vida humana es la figura exacta del comienzo de la vida divina. Jesús dijo que había venido para que tuviéramos vida, y la tuviéramos en abundancia (Juan 10:10). Él se refería al hecho de que había venido para que tuviéramos vida divina e inmortal, que sería una vida muchísimo más abundante que la frágil vida humana. Al comenzar su ministerio, Jesús dijo: "Edificaré mi iglesia" (Mateo 16:18). Él escogió y llamó a 12 discípulos para enseñarles las buenas noticias del evangelio del reino de Dios, el reino de seres divinos que gobernarán a todas las naciones de la tierra a partir de la segunda venida de Jesucristo. Ahora considérese cuidadosamente este hecho: La reproducción humana es una figura exacta de la reproducción divina. En todo ser humano hay un espíritu humano. El cerebro humano, como lo han comprobado los científicos en la nueva ciencia de la investigación cerebral, difiere muy poco del cerebro animal. Con todo, muchas escrituras de la Biblia revelan el hecho de que en cada cerebro humano hay un espíritu humano. Este espíritu imparte el poder del intelecto
al cerebro físico. A esto se debe la enorme diferencia entre el hombre y el animal. El ser humano puede pensar, razonar, adquirir conocimientos, tener un sentido de los valores espirituales. Los animales no tienen esta capacidad. Un factor que sigue siendo un gran enigma y un misterio para los científicos, especialmente en la nueva ciencia de la investigación cerebral, es la increíble diferencia entre la inmensa capacidad del cerebro humano comparada con la del cerebro animal. Basándose exclusivamente en los datos físicos no pueden explicarla, y la mayoría de ellos se niegan obstinadamente a aceptar la verdad, la cual se base en datos espirituales. La ciencia, al parecer, se niega a aceptar la existencia de lo espiritual. Ese mismo rechazo ocasionó el desarrollo de la teoría de la evolución en la imaginación humana. La evolución es la explicación atea y agnóstica de la presencia de la creación física sin la preexistencia de un gran Creador sobrenatural y espiritual. La Santa Biblia es la Palabra del Dios Creador. En ella Dios, quien conoce los razonamientos y las racionalizaciones de la mente natural apartada de Él, dice lo siguiente a los escépticos incrédulos: "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente" (I Corintios 2:14).
Por lo tanto, la mente que rechaza a Dios será incapaz de entender lo que sigue en este artículo. Al comparar entonces la reproducción humana con la reproducción divina, cada ser humano es en sí mismo un óvulo; podría llamarse un óvulo espiritual. Tiene una duración de vida limitada cuyo promedio es actualmente de unos 72 ó 73 años. Si no es fertilizado durante la duración de su vida por el espermatozoide espiritual, que es el Espíritu Santo que proviene de Dios el Padre, perece. ¿Cómo empieza, entonces, la vida divina? Los primeros apóstoles fueron instruidos y entrenados por Jesús durante unos tres años y medio. Ellos eran, como tales, óvulos espirituales. Ellos no recibieron el espermatozoide espiritual de Dios el Padre hasta después del sacrificio, la resurrección y la ascención de Jesucristo a los cielos. En el día de Pentecostés el Espíritu Santo vino y entró en los discípulos que estaban reunidos, todos unánimes. Esta célula espiritual divina proveniente del cuerpo de Dios el Padre era el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios impartidor de vida divina. Al entrar en los apóstoles, este Espíritu entró en el núcleo del ser humano, que es la mente. Allí se unió con el espíritu humano, que había sido parte del ser humano desde su concepción. Esta es la manera como a los seres humanos que reciben el Espíritu Santo les es impartida la vida divina de
Dios. Ellos se convierten entonces en hijos engendrados de Dios. Cuando el Espíritu Santo entra en la mente humana, la une con la mente de Dios. El espíritu humano imparte una capacidad de adquirir conocimientos físicos y materiales infinitamente superior a la que tiene el cerebro animal. También imparte al cerebro físico conceptos espirituales limitados de lo bueno y lo malo, pero sólo al nivel espiritual humano. Por otro lado, cuando el Espíritu divino de Dios no se ha unido con el espíritu humano, la mente humana es incapaz de adquirir el conocimiento espiritual de los propósitos, los caminos y los objetivos de Dios. El espíritu humano no puede ver, pensar, oír ni entregarse al proceso del razonamiento. Es el cerebro el que ve por medio del ojo, que oye por medio del oído, que piensa y razona al recibir el poder de pensar y razonar impartido por el espíritu humano. Sin embargo, como está escrito: "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le amen" (I Corintios 2:9). Este conocimiento adicional más amplio y más profundo de los propósitos, de los planes y de la rectitud de Dios sólo puede adquirirse cuando el Espíritu Santo de Dios se une con el espíritu humano. En aquel día de Pentecostés en el año 31 de nuestra era, cuando fue fundada la Iglesia de Dios, este Espíritu divino de Dios entró en las mentes
de los creyentes que estaban reunidos en Jerusalén. El punto que queremos aclarar aquí es que en el momento de la concepción divina, cuando se recibe el Espíritu Santo, uno llega a ser hijo de Dios, aunque todavía no ha nacido. Cuando el "espermatozoide" divino del Espíritu Santo entra en el "óvulo" de la mente humana, se lleva a cabo una concepción divina. De igual manera, cuando el espermatozoide humano entra en el óvulo humano, se lleva a cabo una concepción humana. A partir de entonces, el óvulo humano fertilizado se llama médicamente un embrión. Después de algunas semanas, cuando ha adquirido gradualmente forma humana, se le llama un feto. Esta etapa de crecimiento y desarrollo se llama gestación. Esta es una figura exacta de la concepción espiritual y del período cristiano del crecimiento espiritual en gracia y en conocimiento (ver II Pedro 3:18). En la Biblia, la Iglesia es llamada la "madre de todos nosotros", la madre de quienes son hijos engendrados de Dios. La Iglesia, como madre espiritual, alimenta espiritualmente a los cristianos convertidos que están dentro de ella; los protege de falsas enseñanzas y de caminos erróneos; los conduce a lo largo de un período de gestación espiritual hasta que estén listos para nacer espiritualmente mediante una resurrección (que tendrá lugar 3
al regreso de Cristo). Será un cambio instantáneo de la mortalidad humana a la vida divina en el reino de Dios. La reproducción de la vida humana es un reflejo exacto de la reproducción espiritual. Nuestra pregunta es: ¿Cuándo empieza la vida humana? La vida humana en general empezó con la creación de Adán; él fue el único que fue especialmente creado. Todos los demás seres humanos provienen de él. Este proceso reproductivo fue diseñado por el mismo Dios que diseñó el proceso reproductivo espiritual por medio del cual El se reproduciría a sí mismo. Con cada ser humano se inicia la vida humana al momento de la concepción. Asimismo, la vida divina empieza en la concepción, cuando el Espíritu Santo entra en el ser humano. Ahora bien, ¿cuándo empieza la vida divina? ¿Cuándo se convierte una persona en cristiana, en alguien que pertenece a Cristo? Romanos 8:9 dice que quien ha recibido el Espíritu Santo es de Cristo, y quien no lo tiene "no es de él", no es un cristiano. Según el versículo 11, si el Espíritu Santo mora en una persona, ésta nacerá como ser inmortal. Dice además el versículo 14 que quienes son guiados por medio del Espíritu Santo que mora en ellos son, actualmente, durante esta vida cristiana, durante el período de gestación espiritual, hijos de Dios, aunque aún no han nacido espiritualmente. Son hijos engendrados de Dios. 4
En I Juan 3:1-2 leemos: "Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios... Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es". De manera que ahora, en esta vida cristiana humana, no siendo aún nacidos espiritualmente, somos hijos de Dios en período de gestación. En el instante mismo de la concepción física, lo que se llama embrión, y semanas más tarde lo que se llama feto, ya es el hijo de sus padres. No se trata simplemente de un trozo de "tejido fetal", como lo denominan los partidarios del aborto en su intento por justificar el homicidio. Desde el instante de la concepción empieza a existir una vida humana. El matar deliberadamente o destruir esa vida humana es, según lo declara el gran LEGISLADOR y JUEZ supremo, HOMOMICIDIO, ¡cuyo castigo es la pena de MUERTE final y eterna! Sin importar lo que digan los abogados humanos, las cortes humanas, los jueces humanos y aun las cortes supremas de justicia, el aborto es un acto de homicidio que desafía al Dios supremo y todopoderoso. Y aquellos que lo cometen, lo ordenan o lo autorizan "legalmente", según la ley humana, ¡serán despreciados por esta CORTE SUPREMA
DE LOS CIELOS y serán culpables ante el gran Juez supremo! El Dios Todopoderoso me ha llamado y me ha autorizado a que CLAME, no me detenga, y anuncie a nuestros pueblos sus PECADOS (ver Isaías 58:1). Si obedeciéramos las leyes de Dios, evitaríamos un mundo de sufrimiento, angustia y frustraciones. Las leyes de Dios son el camino que lleva a la PAZ, la FELICIDAD, la ALEGRÍA y las realizaciones que den plenitud, gozo y abundancia a la vida. Dios dice: "He aquí, herencia del Eterno son los hijos" (Salmos 127:3). La vida y las relaciones de familia son una de las bendiciones supremas que Dios ha dado a la humanidad. ¡Qué gran tragedia es el que la humanidad rebelde haya pervertido y abandonado las maravillosas bendiciones y la felicidad que un Dios amoroso ha puesto a su alcance! No obstante, la conclusión final de toda la historia de la familia humana es esta: Cuando la humanidad haya llevado hasta el colmo el desprecio, el repudio de toda bendición, y haya llegado hasta el borde mismo de su extinción total por medio de las armas nucleares y de otras invenciones para destruir la vida, el Dios misericordioso y eterno intervendrá e implantará por fin la felicidad, la paz y la inconmensurable satisfacción de la vida eterna en el glorioso reino de Dios.
La pura verdad sobre el aborto ¿Por qué tan pocos la entienden? ¿Quién tiene derecho a decidir sobre la vida o la muerte del que aún no ha nacido?
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ACE SÓLO 50 años el aborto (con poquísimas excepciones) era algo totalmente inaceptable. Hoy el aborto se ha convertido en una forma aceptada de control de la natalidad. Existen, por supuesto, los casos relativamente escasos, pero trágicos, de jóvenes que quedan embarazadas por incesto. Además, cada vez más mujeres se hallan víctimas de las violaciones. Si una mujer es víctima de una violación o de una relación incestuosa, debe buscar ayuda profesional de inmediato. No debe esperar tres meses o tres semanas, ni siquiera tres días. Debe buscar consejo médico inmediatamente. No obstante, el problema del aborto hoy no está centrado en casos trágicos como el del incesto o el de la violación. La razón real de la alta tasa de abortos en los Estados Unidos es, en un 97 por ciento, cuestión de simple comodidad: el deseo de
evitarse la "molestia" de tener el hijo. Los abortos para preservar la vida de la madre o por razón de un niño con defectos, por violación o por incesto representan únicamente el tres por ciento de todos los abortos en la nación norteamericana. También se ha de tener en cuenta que en la Unión Soviética, en Polonia, Grecia, Bulgaria, Rumania, y Japón, entre muchos otros países, el aborto se ha convertido en un método aceptado y aceptable para el control de la natalidad. En 1985 serán abortados aproximadamente 55 millones de niños en todo el mundo. Proporcionalmente, por cada 10 niños que nazcan vivos, habrá casi cinco abortos provocados. Por ejemplo, en Polonia, paradójicamente, los expertos han hallado que la tasa de abortos es mayor que la tasa de nacimientos. El número de abortos oscila entre 800.000 y un millón al año, mientras que el número de
nacimientos es de 702.000. El 80 por ciento de los abortos provienen de mujeres casadas, y la mayoría ya tienen hijos. En el caso de los japoneses, aunque tienen a su alcance varios métodos de control de la natalidad, siguen considerando el aborto como una necesidad. Una funcionaria de un grupo feminista japonés afirma: "De las mujeres que caminan por la calle, una de cada tres entre las edades de 25 y 40 años ha tenido un aborto". A pesar de la oposición de la Iglesia Ortodoxa Griega, el aborto sigue siendo uno de los métodos más comunes de control de la natalidad en Grecia. Según cifras dadas a conocer por el Centro de Ciencias Sociales de Atenas, el 56 por ciento de las mujeres que han tenido abortos los han tenido después del nacimiento de su primer hijo. Por cada nacimiento que ocurre después, hay dos abortos. Algunas mujeres informaron que habían tenido hasta 30 abortos.
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En 1981 las mujeres francesas solicitaron más de 180.000 abortos legales, y se calculan en 80.000 los abortos ilegales. El periódico Times de Londres informa lo siguiente: "Uno de cada cuatro embarazos termina en aborto, y únicamente el 30 por ciento de las mujeres en edad pare tener hijos utilizan algún método anticonceptivo". En Rumania, el 60 por ciento de los embarazos terminan en aborto. El aborto está tan arraigado en Rumania que este país tiene hoy una de las tasas de natalidad más bajas de Europa. Con el fin de invertir esta tendencia, el presidente rumano Nicolae Ceausescu manifestó su deseo de que las mujeres rumanas tengan cuatro hijos. Este es su "deber patriótico" afirmó Ceausescu. Varios expertos calculan que el número de abortos en la Unión Soviética asciende a 10 millones al año, una proporción de dos a tres abortos por cada niño que nace vivo. La mujer rusa tiene alrededor de cuatro abortos en su vida. ¿Son los padres la peor amenaza? Nuestra sociedad se ha degenerado hasta tal punto que la principal razón para abortar a quien no ha nacido es que éste no es deseado. Estas mujeres no han sido violadas, sus vidas no están en peligro. Simplemente deciden no tener el hijo después de su concepción. El Dr. C. Everett Koop, consejero médico oficial de los Estados Unidos, escribe 6
en su libro The Right to Live, the Right to Die (El derecho de vivir, el derecho de morir): "El hecho es que el aborto como una necesidad para salvar la vida de la madre es tan escaso que es como si no existiera". En la Conferencia sobre Población, convocada en la Ciudad de México en 1984, la delegación del gobierno de los Estados Unidos señaló: "Los Estados Unidos no consideran el aborto como un elemento aceptable en los programas de planificación familiar". Sin embargo, en la nación norteamericana cualquier mujer puede tener un aborto por esa misma razón. De hecho, las leyes sobre el aborto en la hipócrita sociedad estadounidense se encuentran entre las más liberales del mundo. La proporción de abortos en los Estados Unidos es un poco diferente de la del resto del mundo. Muchos abortos en ese país se llevan a cabo para disimular relaciones sexuales prematrimoniales o extramatrimoniales. Las adolescentes y las mujeres jóvenes no casadas acuden al aborto para no conservar al hijo. En el resto del mundo el aborto lo practican, en general, más las mujeres casadas para limitar el número de hijos. Al contemplar el cuadro del aborto en el mundo, la mayor amenaza para el niño no nacido no es la viruela o el sarampión, ni la lluvia ácida o venenos presentes en los alimentos. ¡La mayor amenaza para la vida del que no ha nacido proviene de sus propios padres, con
frecuencia casados, quienes deciden abortarlo! La decisión de tener o de no tener hijos debe hacerse antes de la concepción, no después. ¿Sólo un "tejido fetal"? Se nos dice que el que no ha nacido es un "tejido fetal" dentro de la madre, y que ella tiene derecho a controlar su propio cuerpo. Además se nos ha dicho que es su cuerpo y que ella puede hacer con él lo que le plazca. Los partidarios del aborto arguyen que el quitar este "tejido fetal" es esencialmente lo mismo que la extracción de una muela, o que es como un corte de pelo, una operación sencilla que sólo tome unos minutos. ¿Es acaso el niño no nacido sólo parte del cuerpo de la madre, como los dientes, el cabello o un riñón? Es tiempo de que examinemos la última prueba que se ha obtenido. Al transferir un óvulo fertilizado de una mujer a otra, podemos comprobar que el "tejido fetal" no es simplemente como un riñón. La transferencia de un embrión se realiza mucho más fácilmente que el transplante de un órgano. El cuerpo rechaza un órgano transplantado a no ser que se evite por medio de drogas. Pero el cuerpo no rechaza un embrión. El embrión puede ser transferido de una mujer a otra, lo cual demuestra que el no nacido es un ente aparte, aunque esté en el seno de su madre. Esto no quiere decir que el bebé no sea de su madre.
Después de la implantación del embrión en el útero, la mujer provee el medio para que haya crecimiento. Las ondas cerebrales son una de las pruebas que demuestran la humanidad del que aún no ha nacido. A las siete semanas el niño no nacido tiene sus propias ondas cerebrales medibles. Las ondas cerebrales son uno de los criterios legales para determinar si una persona está viva o no. ¿Cómo podemos declarar que una víctima de un accidente de 20 años de edad con una grave herida en la cabeza está muerta porque no hay ondas cerebrales que se puedan medir, y al mismo tiempo sostener que un niño no nacido no está vivo cuando tiene ondas cerebrales? De hecho, tal como lo afirmó un médico hace una década, puesto que la muerte del cerebro se ha convertido en la principal norma para decidir cuándo una persona está muerta, la "vida del cerebro" o el punto en el cual las ondas cerebrales pueden detectarse debería determinar la viabilidad de un feto. Cuando se hizo esta afirmación, los aparatos científicos sólo podían detectar actividad cerebral entre el séptimo y el octavo mes del embarazo. Se concluyó entonces que un feto humano no estaba vivo hasta llegar a esta edad. Puesto que las ondas cerebrales pueden ser detectadas ahora a las siete semanas, ¡los médicos están de hecho causando el aborto de seres humanos vivos! Además, el feto ya está vivo
antes de las siete semanas. Si alguien tiene dudas sobre cuándo empieza la vida humana, debería darle al bebé el beneficio de la duda. Si uno no está seguro si un cuerpo está vivo o muerto, ciertamente no lo entierra. El mismo criterio debería usarse con respecto al que no ha nacido. La mayoría de los partidarios del aborto tratan de poner el límite en la viabilidad o autosuficiencia. El feto depende de la matriz de la madre para mantener su vida. Según su razonamiento, mientras el no nacido no pueda sobrevivir fuera de su madre, entonces puede practicarse el aborto. (En algunos casos, a un feto viable después de ser abortado ¡se le deja morir sobre la mesa de operaciones en el hospital!) Los adultos, sin embargo, algunas veces para permanecer vivos tienen que depender de sistemas que les sostengan la vida. Muchas personas, para limpiar su sangre, tienen que depender de máquinas que realizan la diálisis del riñón. Otros dependen de respiradores artificiales para permanecer con vida. Cuando otros han apagado estas máquinas, han sido acusados de homicidio. El hecho de que las personas dependan de algo para permanecer con vida, no las excluye del género humano. Hay muchos niños que nacen vivos prematuramente, y aun hay quienes han nacido después de sólo cuatro meses y medio. Examinemos este ejemplo:
Una mujer se apresura hacia el hospital con dolores de parto. Pocos minutos después da a luz a un niño prematuro de 22 semanas. Puesto que la madre desea el niño, el hospital hará todo lo que esté a su alcance para salvarle la vida. Ahora avancemos por el corredor y entremos en otro cuarto. Allí una mujer ha abortado un feto de 22 semanas. La mujer no deseaba el niño. ¡Entonces se nos dice que el niño abortado de 22 semanas no es un humano viable! ¿Cómo puede ser humano viable en un cuarto y humano no viable en el otro? La diferencia está en la actitud de la mujer y en la actitud del médico. Los partidarios del aborto quieren convencerse de que el niño que crece en la matriz de una mujer no es más que "tejido fetal". Ellos ocultan el hecho de que ese niño es realmente humano y que muere una muerte horrenda cuando es abortado. Se niegan a creer la siguiente prueba científica. El Dr. Bernard M. Nathanson fue en otro tiempo uno de los más fervientes partidarios del aborto. Ahora ha cambiado de opinión. ¿Por qué? Él ha tomado en consideración nuevos datos científicos. El Dr. Nathanson dice: "Es algo atroz que alguien siga sosteniendo que un feto es simplemente un trozo de carne o algo insignificante, o una vida sin protección". Aun ante estas pruebas contundentes, los partidarios del aborto creen que el derecho que tiene la madre 7
de matar a su hijo no nacido es más importante que el derecho de vivir que tiene el no nacido. Puesto que el 91 por ciento de los abortos en algunos países ocurren durante las primeras 12 semanas del embarazo, examinemos a un no nacido de 10 semanas para ver lo que la ciencia ha descubierto. A los 18 días después de la concepción el corazón ya bombea la sangre de su propio sistema circulatorio. A las seis semanas el sistema nervioso empieza a funcionar. Los riñones y el estómago empiezan a trabajar. Aproximadamente a las siete semanas el feto no nacido ya tiene sus propias ondas cerebrales. Entre las nueve y las 10 semanas empiezan a funcionar la glándula tiroides y las glándulas suprarrenales. El embrión puede tragar y reaccionar ante la luz y ante el sonido. ¿Qué ocurre cuando se busca ponerle fin a esta vida? Para matar a un no nacido de 10 semanas puede ser necesario la técnica de dilatación y evacuación. El que lleva a cabo el aborto prácticamente descuartiza y extrae el embrión. Cuando el instrumento del practicante del aborto toca la pared uterina, el embrión inmediatamente se echa hacia atrás y aumentan las pulsaciones de su corazón. El no nacido reacciona tratando de escaparse del instrumento. El abortador agarra un brazo o una pierna y lo arranca del 8
cuerpo. La sangre empieza a brotar del bebé; luego el abortador encuentra otro brazo o pierna y lo arranca. Y esto continúa hasta que lo ha descuartizado todo. Finalmente se aplasta la cabeza del cuerpo muerto y desmembrado. Las partes entonces son succionadas hacia fuera. Este procedimiento toma alrededor de 15 minutos. El decir que el embrión no siente dolor es al menos no narrar toda la historia. La sociedad de hoy no permite que un asesino condenado a muerte sea ejecutado de esta forma. Las investigaciones prenatales más recientes revelan que el no nacido reacciona ante el dolor, ante el contacto, el frío, el sonido y la luz. Le da hipo, chupa su dedo pulgar y pasa por períodos de sueño y de vigilia. Los estudios revelan que los fetos responden al sonido de la voz de sus madres. Todo parece indicar que la matriz no es un lugar tan quieto como algunos creían. Con todo, una mujer si tiene derecho sobre su propio cuerpo, ¡y debe ejercer ese derecho ANTES de la concepción, bien sea utilizando algún método anticonceptivo o simplemente absteniéndose de la relación sexual! Una sociedad egoísta Las parejas deben planear sus familias inteligentemente en cuanto al tiempo de la venida del primer bebé y el espacio de tiempo entre los otros niños. Cada pareja
deberá evaluar y escoger el método anticonceptivo que mejor le convenga. La matanza de niños no nacidos e indefensos como método de control de la natalidad demuestra el egoísmo de nuestra sociedad, una sociedad que nos enseña a vivir exclusivamente para nosotros mismos. La gente cree que la maternidad inhibe el potencial de la carrera de la mujer. Los niños son considerados como una carga, no como un bien. Nos limitan. Nos impiden comprar una casa u otros objetos materiales que creemos que necesitamos. Nos impiden viajar a lugares exóticos. Nunca podremos lograr la "buena vida" cuando hay niños. La gente no quiere sacrificar su tiempo, su dinero o su nivel de vida para tener y criar hijos. Hoy algunas personas quieren evitar las responsabilidades y deberes de la paternidad matando a sus hijos no nacidos. El aborto es la manera fácil de escapar. El abogado italiano Raffaello Balestrini previó esto hace 97 años. En ese entonces escribió: "Cuando el aborto se convierte en una costumbre social, es la manifestación externa de la decadencia de un pueblo". Vivimos realmente en una era decadente. En estos últimos años del "esclarecido" siglo 20 sacrificamos niños por comodidad o por bienes materiales. Una ley más alta Hoy muchos afirman que el aborto es una decisión personal. Arguyen que nadie
debe imponerles su punto de vista moral. Pero hay una ley que está por encima de la ley civil, una ley que prohíbe los abortos porque éstos infringen el camino básico de vida que gobierna invisiblemente a toda la humanidad. Los seres humanos han decidido desafiar esta ley superior, y se les ha permitido hacerlo durante casi seis mil años. Pero en esta sociedad decadente y confusa la gente se ha arrogado el derecho de decidir lo que es bueno y lo que es malo, y las consecuencias han sido nefastas. La mayoría de las personas rechazan, ignoran o pasan por alto la fuente de estas leyes inmutables. Estas leyes se encuentran en un documento antiguo que se conoce como la Santa Biblia. En las páginas de esta antigua autoridad está escrito: "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte" (Proverbios 14:12). El hecho de que algunos crean que el aborto es un derecho ¡no lo convierte en tal! Pocos se dan cuenta de que Dios nos da dos opciones: "Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición" (Deuteronomio 30:19). Cuando la gente escoge el aborto, escoge la muerte. La sentencia de Dios dice: "Maldito el fruto de tu vientre" (Deuteronomio 28:18). No debe sorprendernos el que tantas mujeres sufran trauma, depresión, ansiedad y que algunas se vuelvan
estériles después del aborto. El personal medico que practica el aborto y se considera altamente educado cree estar por encima de estas leyes cuando dice que las mujeres pueden decidir abortar a sus hijos. ¡Están equivocados! Se pondrá fin al aborto Pronto el aborto será extirpado de la tierra. Jesucristo regresará con poder y gloria y establecerá su gobierno justo y misericordioso sobre la tierra (Daniel 2:44-45). En aquel tiempo todas las leyes contrarias a las leyes perfectas de Dios serán abolidas (Zacarías 8:3; Sofonías 3:15). Jesucristo enseñará a la gente a tener una actitud diferente hacia sus hijos no nacidos. Los hijos serán de nuevo una bendición: “He aquí, herencia del Eterno son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre” (Salmos 127:3).
150 Fuente: Iglesia de Dios Universal 1985
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