Puerto Arturo, lugar Patrimonial de Tierra del Fuego

Área de Ciencias Sociales Escuela de Antropología Práctica Profesional INFORME DE PRÁCTICA DE ANTROPOLOGÍA “Puerto Arturo, lugar Patrimonial de Tier

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Área de Ciencias Sociales Escuela de Antropología Práctica Profesional

INFORME DE PRÁCTICA DE ANTROPOLOGÍA

“Puerto Arturo, lugar Patrimonial de Tierra del Fuego”

Nombre: Profesora: Tutores: Fecha:

Macarena Fernández G. Adriana Capaldo Bárbara Saavedra Alfredo Prieto 11.11.2010

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Agradecimiento a WCS, Wildlife Conservation Society, por todo el apoyo brindado en esta práctica. A todo su equipo que se encuentra en Punta Arenas y Tierra del Fuego por entregar parte de su tiempo en post de un buen trabajo. A distintas personas que de manera desinteresada me facilitaron material y el espacio para realizar esta investigación. Y a todas las personas que me dieron la oportunidad de escuchar parte de sus historias de vida dándome la confianza de entrar al mundo de cada memoria.

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Índice 1.2.3.4.-

5.6.-

Introducción Metodología de trabajo Reconstrucción Histórica de Puerto Arturo 3.1.- De los comienzos de los aserraderos en la región de Magallanes Relatos Orales: • Germán Genskowski • Reinaldo Catalán • Patricio Oyarzún • Carlos Descouvieres • Honorio Chiguay • Juan Paredes El Patrimonio Cultural en Puerto Arturo Bibliografía

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1. Introducción Puerto Arturo ubicado al sur de Tierra del Fuego, en el seno Almirantazgo, con una geografía de gran biodiversidad, es ejemplo de la historia colonial sucedida en la región de Magallanes y la Antártica Chilena. Sus construcciones y las historias de sus antiguos habitantes no permiten borrar de la memoria lo que alguna vez ocurrió allí como parte de un proceso histórico-social característico de esta región. Posee una historia que pasada en el tiempo no quiere perderse. Esta práctica profesional se inserta en el proyecto que Wildlife Conservation Sociate tiene en integrar a Puerto Arturo como un lugar de alto valor patrimonial dentro de Tierra del Fuego proporcionando un trabajo a nivel de conservación del área. Puerto Arturo, fue a comienzos del siglo XX, un antiguo aserradero que hoy en día está en desuso y con sus construcciones en vías de desaparecer. La mayoría de ellas han sido destruidas y de aquellos habitantes que alguna vez vivieron allí ya quedan muy pocos. Fue en la época colonial de la Patagonia donde tuvo su mayor auge de desarrollo, extrayendo y transportando madera a distintas partes de la región y Argentina. A mediados del siglo XX, cuando el aserradero dejó de utilizarse, sus tierras fueron ocupadas para la ganadería. Actualmente se encuentra en una zona medioambientalmente protegida.

EL valor histórico y patrimonial que posee este lugar es

eminentemente importante, pues da cuenta de un momento histórico propio de la región de Magallanes, momento que está directamente relacionado con el asentamiento a estas tierras de diferentes colonos, especialmente europeos y de Chiloé, y con la cuasi desaparición de los indígenas de esta zona. Los siglos XIX y XX marcaron un antes y después en el desarrollo “civilizatorio” de la región. Si actualmente es difícil llegar a hasta Puerto Arturo, más aún lo era hace 100 años atrás. Sin embargo esto no fue obstáculo para asentar y fomentar alguna actividad productiva y mantener a un conglomerado de personas viviendo de manera permanente allí. Esta práctica profesional de antropología consistió en la reconstrucción histórica de este lugar a través de diferentes archivos escritos y visuales, bibliografías y relatos orales de los habitantes que trabajaron y vivieron en Puerto Arturo. Es gracias a estos relatos que se ha podido recopilar información que no precisa ningún tipo de libro. Estos dan la posibilidad de reconstruir de mejor manera la historia poco conocida de este lugar. 4

Wildlife Conservation Society, WCS, con quienes se realizó está práctica, es una ONG originaria y la más antigua de Estados Unidos. Su base se encuentra en Nueva York, la cual administra los Sistemas de Parques Urbanos más importantes del mundo, además de áreas silvestres protegidas. Esta ONG tiene una presencia global en más de 60 países. Su misión es aplicar la ciencia y educación para desarrollar soluciones que permitan la coexistencia de biodiversidad y la población humana. Uno de los terrenos a cargos de esta ONG desde el 2004 es Karukinka, territorio ubicado al sur de la isla de Tierra del Fuego, XII región de Magallanes y la Antártica Chilena. En parte de estos terrenos donde se encuentra Puerto Arturo, y WCS se está siendo responsable de salvaguardarlo. Ellos realizan un programa modelo de conservación que tiene como objetivo dar valor a la biodiversidad existente en el lugar, y que a su vez permita aportar al desarrollo local. Además, intenta integrar al mundo público y privado en la conservación del territorio, e integrar la ciencia al manejo efectivo incorporando tanto al mundo local como global.

Es un modelo de desarrollo basado en la

conservación de la biodiversidad existente en tales territorios, que incluye junto con ello el ámbito cultural del lugar. El territorio se enmarca como el gran protagonista y soporte de las historias de los pueblos y sus habitantes. Abordar el territorio del extremo sur de nuestro país, es referirnos a territorios donde por décadas el aislamiento ha sido el elemento de protección natural. Sin embargo, hoy en día se requieren de estrategias consensuadas para generar políticas de conservación más aún cuando la región se enfrenta a una apertura a nivel mundial. Magallanes y la Antártica chilena constituyen un recurso escaso a nivel global que ha adquirido un alto valor turístico masivo no ajeno a presiones económicas. Revalorizar, rescatar y preservar ciertos lugares como patrimoniales, como es el caso de Puerto Arturo, protege parte de la identidad cultural de la región. Su pasado, su presente y su futuro. El ser humano, como parte de una cultura, de una colectividad, se adapta a su entorno según sus necesidades tanto como adapta su entorno a sí mismo. Existe una relación entre la cultura y el espacio habitado, que en el caso de Puerto Arturo ha ido variando de acuerdo a las actividades 5

productivas y culturales que se han ido desarrollando allí. La noción de Patrimonio conlleva a una identidad cultural que se genera a través de la relación entre los habitantes y la naturaleza. De la manera de habitarla y transformarla. De diferentes maneras se convivió en Puerto Arturo, las cuales sólo están reflejadas en la memoria de quienes lo habitaron. Si no hay una preocupación por rescatar el valor cultural de Puerto Arturo, aquellos relatos e historias orales de sus antiguos habitantes quedarán sólo perpetuos en ellos mismos. Sin embargo tales historias son parte del conocimiento del lugar y permiten entender cómo el ser humano convivía con su entorno natural y social. Son las personas las que hacen la historia, y si no se salvaguarda dicho conocimiento se generará un vacío cultural para las actuales y futuras generaciones. Esta práctica, realizada entre los meses de junio y agosto de 2010 en la ciudad de Punta Arenas y en la isla Tierra del Fuego, tuvo como objetivo general reconstruir la historia de Puerto Arturo identificando su valor patrimonial como base para su conservación.

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2.

Metodología de trabajo

La metodología que se utilizó para esta práctica se enmarca dentro la metodología cualitativa, de carácter exploratorio-descriptivo. Exploratoria, porque hay poca información estructurada sobre el tema a investigar. El estudio habla de un fenómeno aún poco conocido. Descriptiva, ya que a través de las descripciones y puntos de vistas dados por los diferentes actores se trata de dejar una constancia, un registro. Cualitativo porque “se refiere en su más amplio sentido a la investigación que produce datos descriptivos: las propias palabras de las personas, habladas o escritas, y la conducta observable (…) consiste en más que un conjunto de técnicas para recoger datos. Es un modo de encarar el mundo empírico” (Taylor, 1996; 20). Podemos encontrar una serie de técnicas de campo utilizadas por las ciencias sociales para la obtención y recolección de información. Tal es el caso de la observación participante, trabajo de campo, el registro audiovisual y bibliográfico, y diferentes tipos de entrevistas. La herramienta clásica de la antropología como método de trabajo de campo es la etnografía. Proceso en el que se observa de cerca la vida cotidiana de una cultura o el fenómeno que investiga. Así se observa y se analiza. Todo esto tiene como finalidad producir un documento lo más descriptivo y profundo posible de lo que se investigó. Se desea interpretar y representar de la forma más profunda los fenómenos que se están estudiando, junto con descubrir otros fenómenos que puedan servir dentro de la investigación. Para esta investigación las técnicas que se utilizaron para la recopilación de datos fueron las siguientes: • Bibliografía:

De diferentes fuentes bibliográficas se investigó para reconstruir la historia

de Puerto Arturo. Para ello fue necesario ir a diferentes museos, bibliotecas y casas de archivos. Estas fuentes permitieron, entre otras cosas, orientar y contextualizar los distintos momentos acontecidos en esta zona y obtener fechas y datos históricos específicos. Sin 7

embargo fue muy escasa la información que se obtuvo de ellas, pues Puerto Arturo era muy poco mencionado y cuando se le hacía referencia de algún tipo era de un modo muy general. Más bien se le nombraba, pero no se especificaba de su historia. Se investigó en libros, revistas y diarios regionales que datan desde fines del siglo XIX y mediados del XX hasta actuales publicaciones, incluyendo libros que hablan de los comienzos colonizadores en Tierra del Fuego en siglo XVI cuando llegaron los primeros europeos. No obstante estas fuentes permitieron dar cuenta del momento crucial que acontecía en la región en el siglo XIX y XX con el asentamiento estable y productivo de los diferentes extranjeros que veían en Magallanes un lugar de desarrollo y progreso económico. El tema de los aserraderos no se explicitaba mayormente en los libros, siendo esta una actividad primordial para el mantenimiento de la vida de los hombres de aquella época y de las demás actividades productivas. En los diarios y revistas aparecen diferentes avisos publicitarios de aserraderos que promocionaban la madera que vendían, pero información de la actividad como tal no se encontró mucha información. No es así el caso de la ganadería, que era para la época, el centro de atracción económica y de interés bibliográfico. A pesar que Puerto Arturo al dejar de funcionar como aserradero se convirtió en un terreno ganadero, fue muy poco mencionado en las fuentes investigadas como aserradero y menos como zona ganadera. Con esta investigación se deja en claro que hay muy poco escrito sobre este lugar. • La entrevista semi-estructurada o abierta y la entrevista en profundidad: La entrevista en profundidad es una herramienta muy utilizada en el campo de la antropología, ya que se establece una relación directa, cara a cara, con el entrevistado, el informante. Como dice el autor Aguirre Baztán “la entrevista es una técnica de recogida de datos, dentro de la investigación cualitativa, para obtener información de forma contigua, mediante la comunicación verbal cara a cara entre dos o más individuos, estableciéndose una asimetría entre los roles (entrevistado-entrevistador)” (Beltrán, 1995; 58). Por su parte la entrevista semi-estructurada o abierta es más libre, en el sentido que hay ciertas preguntas claves, pero predomina una conversación más espontánea. En esta práctica se realizaron los dos tipos de entrevistas, siendo entrevistados distintas personas que trabajaron y vivieron en Puerto Arturo o en zonas cercanas a éste. Estos informantes han sido el pilar central para reconstruir la historia de Puerto Arturo, ya que son los que poseen una historia que no 8

aparece en ningún libro ni archivo. Prácticamente aportan casi en su totalidad en la reconstrucción. Sin embargo la mayoría de los entrevistados conocieron y vivieron en Puerto Arturo cuando ya había dejado de funcionar el aserradero. A pesar de ello la infraestructura que utilizaban cuando pasó a ser tierras ganaderas era la que correspondía al aserradero, lo que produjo una continuidad arquitectónica que reflejaba físicamente a este lugar como fue en sus comienzos colonizadores. Muchas de las personas que trabajaron en Puerto Arturo cuando aún funcionaba para la actividad forestal han fallecido o ya no viven en la región. La realización de las entrevistas fueron en Punta Arenas su mayoría y en Tierra del Fuego. • Recopilación de material fotográfico y audiovisual:

La poca información que existe de

Puerto Arturo cuando funcionaba el aserradero también se refleja en el poco material fotográfico y prácticamente nulo material audiovisual que hay de esa época sobre el lugar. Fue posible encontrar algunas fotos históricas que permiten comparar y diferenciar el estado actual de Puerto Arturo y sus zonas aledañas. Tener una referencia en imágenes históricas enriquece este tipo de investigación patrimonial. Sí fue factible ver fotos que tenían las personas entrevistadas que datan posterior a 1980, pero que muestran las mismas construcciones que habían en la época del aserradero. • La observación participante:

Es está fundamental en la investigación cualitativa. Permite

ver y participar en forma directa de lo que la gente hace y/o de los acontecimientos en un determinado lugar.

Lo importante de esto es que los actores o los fenómenos de

investigación no deben ser manipulados por el investigado. Lo primordial es dejarlos que actúen en su transcurso normal. Lo que interesa es estudiar una realidad, conocerla y comprenderla, sin controlar los fenómenos. A pesar que en Puerto Arturo ya no vive gente, pero es parte de una vasta área protegida de Tierra del Fuego, se ha tenido la experiencia de observar desde adentro, desde la propia ONG a su cargo, la manera de mantener, proteger y conservar este lugar como parte del Patrimonio Cultural de la región. Tarea que implica una serie de políticas y responsabilidades que van más allá de la propia WCS.

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Durante esta práctica se realizaron dos viajes a Tierra del Fuego. El primero fue a fines de Junio, y consistió en conocer Karukinka, lugar de administración fija de WCS en Tierra del Fuego. El objetivo del viaje era conocer al personal de trabajo de WCS en esta isla y conseguir contactos sobre personas que conocieron Puerto Arturo para futuras entrevistas. El segundo viaje se efectúo a mediados de Julio y lo primordial fue ir a entrevistar a Honorario Chiguay, antiguo residente de Puerto Arturo, quien se encontraba en ese momento en Puerto Yartou. Ambos viajes duraron aproximadamente una semana. También se intentó llegar hasta Puerto Arturo, pero debido a las condiciones climáticas adversas en invierno sólo fue posible llegar hasta Puerto Yartou. En julio el río Cóndor aún se encuentra muy caudaloso y con grandes planchones congelados, lo que lo hace muy peligroso cruzarlo con automóviles.

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3.-

Reconstrucción Histórica de Puerto Arturo

Puerto Arturo se ubica al sur de Tierra del Fuego en la costa del seno Almirantazgo, aproximadamente a una Latitud de 54º 03´ S., y una Longitud de 70º 02´W. Su nombre se debería, de acuerdo a la información propiciada por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de Chile, SHOA, en conmemoración al Comandante Arturo Whiteside, quien en 1904 preside un levantamiento hidrográfico en la zona del Almirantazgo en el crucero Presidente Pinto. Con la llegada de los inmigrantes europeos y chilotes a las distintas zonas de Magallanes a mediados del siglo XIX, la zona de Tierra del Fuego, que en ese entonces aún era ocupado de manera nómade indígenas

por que

los

distintos

lo

grupos

habitaban,

fue

reestructurada para ser utilizada y colonizada a través

de

diferentes

industrias productivas. Foto 1: Ubicación geográfica de Puerto Arturo, www.lu17.com

“Tierra del Fuego tiene un gran potencial arqueológico y de recursos culturales, con una ocupación humana ininterrumpida hasta los tiempos históricos, que se inició hace más de once mil años (…). Esta región estuvo continuamente ocupada por grupos indígenas cazadores-recolectores, con una estrategia de explotación del medio ambiente, caracterizada por una alta movilidad en función de los recursos de la región. En las áreas de estudio se detecto que el sector de Puerto Arturo poseía el 52, 5% del total de los hallazgos arqueológicos registrándose 42 sitios arqueológicos” (Estudio de Impacto Ambiental Forestal Trillium, 1995; 1-28). Como confirma una de las personas que conoció Puerto Arturo, el señor Carlos Descouvieres “en el año 40 ya no había indígenas, los habían evaporado ya hace tiempo atrás. Los indígenas se veían hasta el año 20 por ahí, después ya desaparecieron. En Puerto Arturo hay muchos conchales dejados por ellos, pero no hay ni figuras ni

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jeroglíficos, no hay ninguna de esas cosas, es que no se prestaba el campo para eso, porque era un campo de bosques y todo verde. No había rocas donde grabar figuras ni leyendas”1. En el caso de Puerto Arturo, sus tierras fueron entregadas en concesión en 1901 a la Sociedad Industrial y Ganadera de Magallanes perteneciente al señor José Menéndez, quien “el 1º de Julio de 1911 constituyó la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Menéndez – Behety a base de la unidad familiar” (Zorrilla, 1925, 254). El directorio a cargo de la Sociedad estaba compuesto por “José Menéndez, presidente honorario; Alejandro Menéndez, presidente; Francisco Campos, director gerente; Srs. José Menéndez Behety; Alfonso Menéndez Behety, Julio Menéndez Behety, Mauricio Braun y Arturo Gómez”. (Feldnick, 1950; 541).

Foto 2: Aserradero Puerto Arturo, Revista Menéndez-Behety, Julio, 1931.

Desde 1918 hasta 1935 aproximadamente es esta nueva Sociedad la que tiene a su cargo las tierras de Puerto Arturo y La Paciencia, haciéndolo surgir como una importante factoría maderera que llegó a ser un destacado centro de producción destinado a exportar mayoritariamente la madera a Argentina y Punta Arenas. A pesar de que no hay claridad respecto al comienzo de este antiguo aserradero, se dice que Puerto Arturo sería fundado a partir del año 1918, mas en www.patbrit.org data que los comienzos de Puerto Arturo como aserradero serían en 1915. Posterior a 1930 Puerto Arturo pasó a ser tierras

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La reconstrucción histórica de Puerto Arturo está basada en las diferentes fuentes escritas y en extractos de los relatos de vida utilizados para esta práctica, los que fueron ya establecidos en la metodología de trabajo. Debido a la escasa y poco concreta información encontrada, hay ciertas fechas y acontecimientos que aún faltan por confirmar. Las historias que fueron contadas se encuentran completas en las páginas siguientes a esta reconstrucción.

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fiscales hasta el año 1978. Tierras que fueron administradas durante esos años por diferentes personas de la región, los que se dedicaron principalmente a utilizar sus suelos para la ganadería.

“Desde un comienzo la explotación maderera señalo un excelente rendimiento económico. Aunque los aserraderos establecidos siguieron los avatares de toda la industria maderera regional, que fue afectada durante los años 1919 a 1922 por la crisis que se abatió sobre la economía patagónica durante aquel lapso, aquellos exhibieron una recuperación notable a partir de 1923. Por estos años los aserraderos del Almirantazgo surgieron como los más importantes del Territorio fuera de los establecidos en la península de Brunswick, y su producción conjunta subió de 1.500.000 p2 madereros antes de 1920 a 2.500.000 p2 en la temporada 1925/1926. Durante la siguiente, la producción cayó a 713.347 p2, recuperándose en 1929/1930, período en que se alcanzó a 2.051.351 p2.. En este último año la industria se vio afectada por la gran recesión que por entonces se manifestó en toda la economía regional,

cerrándose

temporalmente

como

consecuencia de ella el establecimiento de Puerto Arturo”. (Martinic, 1982, 160).

Foto 3: Lista de los aserraderos de la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Menéndez – Behety, entre ellos Puerto Arturo y La Paciencia, 1921.

La industria maderera fue una de las primeras actividades productivas que se desarrolla en la región. Continuando con la información propiciada por Martinic, se destaca que “a contar de 1921, y restringida un tanto la actividad por causa de la crisis, la misma significaba el trabajo de una veintena de aserraderos repartidos en distintas áreas de explotación: península de Brunswick, Tierra del 13

Fuego, isla Dawson y Riesco, zonas de Río Verde y Puerto Natales. Los aserraderos principales eran los de Puerto Arturo y La Paciencia, situados sobre la costa oriental del fiordo Almirantazgo, pertenecientes a la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Menéndez Behety. La producción forestal hacia 1923-25 no es conocida por falta de antecedentes completos, pero ha de estimarse en un volumen no inferior a 5.000.000 de pies cuadrados anuales de madera aserrada” (Martinic, 1992, 930). Siguiendo con la historia propiamente tal de Puerto Arturo, como cuenta el señor Carlos Descouvieres. “en el año 35 el fisco decidió vender esas tierras, y en el año 38 las compró mi padre Alexis Descouvieres. En el año 40 llegó un español a administrar allá. Las tierras estaban dedicadas a la ganadería, a los lanares y vacunos, aparte del aserradero que funcionaba y había como 8 o 10 familias que vivían en el aserradero. Si era como un pueblecito, era muy pintoresco. Puerto Arturo está en el canal Whiteside, en el seno Almirantazgo, y en esas tierras no había nada, eran tierras fiscales abandonadas. Antes era de la Sociedad Menéndez-Behety, mi padre se las compró a Menéndez-Behety. Eran algo como 15.000 hectáreas, pero más de la mitad eran cordillera, monte, inaccesible. Estaba rodeada la bahía en el fondo de los cerros, y hay un cerro que se llama “karukinka”, cuyo nombre se lo pusieron los aborígenes, que de luego usaban a Puerto Arturo como un refugio en sus periplos de navegantes. Hay un islote Karukinka al frente de Puerto Arturo que lo llamaban “la isla de los lobos”, ese es el nombre que tenía para los lugareños allí. La isla de los lobos, porque en realidad estaba llena de lobos marinos y se oía el bramar de los lobos en las tardes. Mi viejo tenía un barquito que se llamaba “el Tamari. Y en el Tamari íbamos a Puerto Arturo o sino en un cúter de pesca que se arrendaba, y partíamos para allá, a Puerto Arturo. De aquí a punta San Valentín, que es la punta de la isla Dawson, que está más cerca de Punta Arenas había 6 horas de navegación y de ahí de punta San Valentín a Puerto Arturo otras 4 horas, o sea en total eran 10 horas de viaje. Algunas veces muy bonito y otras veces muy embromado. El Tamari iba una vez al mes a Puerto Arturo con víveres para las familias, y había un servicio de radio también que en alguna emergencia o algún enfermo partían con cúter a buscar al enfermo.

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El aserradero estuvo en uso más de 20 años. El mayor comprador de madera era la compañía de las Folkland. Venían barcos cargueros, estaba el Fitz Roy, había dos o tres barquitos ingleses que iban a buscar madera. La Paciencia un establecimiento ganadero y maderero también, tenía bastante actividad. Todo eso se abandonó cuando se encareció mucho las sacadas de la madera del bosque. Los Menéndez, cuando la tuvieron ellos era lo mismo que cuando la tuvimos nosotros. Era lo mismo, era el mismo establecimiento, las mismas maquinarias, no hubo grandes cambios realmente. Cuando más actividad tuvo Puerto Arturo fue cuando estaba en manos de mi padre hasta el año 68, 69, desde el 38. Lo que más se explotaba era el Notofaghus que era el Roble Magallánico y la Lenga. Esas son las maderas preciosas de la zona. Y el Roble Magallánico se usa para hacer muebles, para hacer casas y para fogatas, para fuego. Los muebles no los hacíamos acá, aquí sólo se aserraba la madera en las medidas que más se necesitaban en la construcción o que necesitaban los malvinenses allá. Entre los obreros de la ganadería y los del aserradero deben haber sido 25, 30 personas. La madera que se lograba vender era negocio de mi padre. Estaba la parte de aserradero y la parte de ganadería.

En el aserradero trabajaban 10

familias más o menos, cada uno con sus casitas. Había hartas casas. Estaba la casa de administración, que estaba aparte más ar riba, como en una lomita. La parte industrial estaba a la orilla del mar. Había un muelle, un muelle de carga donde llegaban los barcos a cargar madera.

Foto 4: Muelle Puerto Arturo, Revista Menéndez-Behety, 1931.

Había como un casino, que era una casa donde se reunían los obreros allí, y donde los solteros comían o almorzaban allí, en el casino. Era como una cocina comedor central, y al lado creo que alojaban los solteros. Los casados vivían en sus casas apartes, los solteros eran los que vivían juntos en el casino y los casados tenían sus casas. Había un camino que llegaba hasta el río Cóndor, un río muy bonito muy caudaloso que está a unos 10 kilómetros al norte de Puerto Arturo. Había una pequeña biblioteca ahora que me acuerdo al lado del casino. No había escuela, y eso molesté mucho a mi viejo por la falta de escuela.

Al lado del casino había un generador 15

hidroeléctrico con un canal. Se hizo un canal, se trajo el agua de arriba de los cerros y llegaba con bastante fuerza a orilla del mar y ahí entonces estaba la central hidroeléctrica que le daba luz a todo pueblito este. Se tenían que dividir los trabajos, una parte del aserradero y otra parte del campo. Entonces del aserradero estaba el motorista que es el que se encargaba que la caldera estuviera siempre a 120 libras creo que era de presión, después está el que manejaba el banco americano que es una sierra enorme que iba cortando a lo largo las vigas, el que manejaba la pulida, en fin cada maestro tenía su especialidad, y en la madera específicamente habían 12, 14 personas trabajando el aserradero, había un contador, estaba el administrado. Después viene la parte ganadera, había un capataz ahí, están los arrieros, los campañistas. Había una carnicería ahora que me acuerdo, y había una señora especialista que hacia las salchichas y las prietas, que rico era eso. Los desayunos con la crema fresca. Las frutillas de campo que hay allá. Trabajando había 30 personas pero más las familias 40 o más. Había una casa de administración muy cómoda, que desapareció. Había una vía de ferrocarril con un trencito que iba a buscar la madera al fondo del bosque y volvía con las vigas, unos enormes rollizos que bajaban con este trencito hasta la parte industrial. Hay un aserradero allí, entonces allí procesaban la madera y la mandaban generalmente a las islas Malvinas, a las Folkland, mandaban la madera de exportación. En la época digamos de brillo de Puerto Arturo llegaban los cargueros. Había un carguero británico que llegaba allá a cargar la madera, y en esa época llegó un ex combatiente de la segunda guerra como administrador del aserradero, Mister Caprers (¿?) se llamaba, y este hombre como estuvo en las Folkland trabajando vio que allí había material de guerra en desuso que podía servir para el aserradero, entonces compró un tanque y lo llevó a Puerto Arturo. Y el primer recorrido que hizo el tanque fue enterrarse hasta la mitad en un pantano, y ahí vieron que esa mole de 30 toneladas no podía servir para sacar la madera del bosque. El tanque de Mister Caprers (¿?), está allá todavía, quedan restos, aunque le sacaron todas las piezas, los motores, que se yo. Había un carrito, pero un carrito para empujar. Tenía como un pasamano atrás entonces ahí empujaba y se iba por la pendiente hasta el poblado. La madera en bruto está como a 10 kilómetros 16

del poblado, cerro arriba y el aserradero está a la orilla del mar, cerca del muelle de embarque y en esa punta, al lado de muelle, había una punta rocosa que se internaba en el mar y allí todas las tardes íbamos a encender el faro, un farito digamos. Había una lámpara a la cual uno le encendía una mecha y quedaba el faro prendido toda la noche. No sé si estará todavía ese faro. También había un Watchman, el Huachiman. Era el hombre, un sereno, que recorría el establecimiento toda la noche. La parte agradable de Puerto Arturo era que estaba en una bahía muy abrigada, y allí hay como un microclima, y el microclima ese se destacaba en la variedad de aves que había. Habían loritos, choroyes, jotes, los gallinazos que le llaman en Chiloé, los jotes hay en Puerto Arturo. Aparte que en el mar nosotros pescábamos centollas, erizos. Puerto Arturo era un lugar muy tranquilo. Cuando se tomaron el aserradero no lo supieron manejar, reventó la caldera, se echaron a perder las máquinas y paró el aserradero, ya no trabajó más, las familias se fueron todas. Quedaron unos pocos allí nomás que realmente se dedicaban al pillaje más que explotar el campo, el área de bosque que se había explotado se alejó mucho del establecimiento industrial, entonces costaba mucho llevar la madera del bosque al establecimiento. No fue nunca un gran negocio para sus dueños Puerto Arturo y en su decadencia que fue por ahí en el año 68, 70 por ahí, en la época de la Revolución en Libertad, los obreros se tomaron el campo, y allí fue su capitulación total, porque desarmaron la casa de administración, levantaron los rieles del trencito, el trencito desapareció. Asique se sacaba la madera de Puerto Elenita, un puertecito que estaba al sur de Puerto Arturo, y de allí se llevaba la madera en balsas a Puerto Arturo para procesarla. Era una historia muy costosa esa, asique no era negocio explotar Puerto Arturo. Bueno, después de ahí creo que se vendió la madera que estaba estacionada y poco menos que se abandonó eso. Una vez que los amigos se tomaron las tierras no había nada que hacer, y en esa época no había ha quien reclamar. Lo que pasó es que se agudizó la crisis política aquí en Chile cuando Allende tomó el poder, cuando fue elegido Allende como presidente. Tomó algunas medidas que fueron perjudiciales para algunos y favorables para otros. Fue muy incisiva, como te digiera, la actitud para cambiar, para cambiar un país. Las demás, los grupos de obreros que les entregaron las tierras no las supieron trabajar, quebraron, las vendieron, las abandonaron. Es que aquí pasó un fenómeno social muy raro, los campesinos se tomaron las tierras, creyeron que sus hijos o creyeron que les iban a traspasar las 17

tierras a sus hijos y los hijos iban a continuar con el trabajo de los padres. No, los cabros por ningún motivo quedarse en el campo, se fueron”. Bajo el relato de Carlos Descouvieres se presenta una primera parte de la historia de Puerto Arturo, pues él es uno de los pocos entrevistados que alcanzó a ver funcionando el aserradero y su padre fue directo dueño sucesor después de la Sociedad Menénde – Behety. Continuando con los relatos de los entrevistados, de acuerdo a la información propiciada por don Reinaldo Catalán, él cuenta que “A Puerto Arturo yo lo conocí en 1953, era de la firma Dick y el administrador era un tal García. Él se murió en el galpón ese hombre, no tenía edad, pero ya terminado su pega y los otros se fueron, entonces no llegaba a la casa asique lo fueron a ver y era que había muerto de un ataque. Yo cuando conocí Puerto Arturo ya no funcionaba como aserradero era sólo ganadería nomás. En ese tiempo más de 5000 animales no tenían, porque tenían vacuno igual. 5000 lanares y vacunos, y tenían otro lote arriba, al lado del río Cóndor que se llamaba el lote 7 y dejaron campañistas que tenían arriba, lejos de ahí de Puerto Arturo. En ese tiempo más de 6 personas no trabajaban. Y después más allá, ósea Puerto Arturo llegaba hasta el Puesto Olguita. De ahí a esa firma le empezaron a quitar los terrenos y lo repartieron. Entonces quedó un tal Paredes, más abajo Joaquín Soto, y más acá en Miguelito Maldonado. Yo a todos esos los conocía antes. Quedaron los mismos trabajadores que trabajaban con la firma Dick. Cuando fue aserradero en Puerto Arturo compraron unos tractores, unos tanques de guerra, pa´ tirar maderas, vigas y de a dónde iban a tirar con eso, lentos. Se estaban pudriendo ahí en Puerto Arturo. Había un barquito ahí que se llamaba Violeta, y ese lo vino a comprar don José Grimaldi, lo llevó pa´ arriba, pa´ Punta Baja, pa´ río Canelo arriba. Allí llevó el barquito el Violeta. El Violeta ese remolcaba todas las vigas que bajaban de arriba del monte a orilla de playa, las hacían balsas y las llevaban para Puerto Arturo”. Don Honorio Chiguay, otro conocedor de Puerto Arturo, relata lo siguiente “Como en el 72´ era de don Francisco Dragnic (¿?). En esa época no había aserradero, las instalaciones era la único que estaba, pero nunca lo vi funcionar. En esos años en Puerto Arturo estaba la casa de administración, abajo había la bodega que era almacén le decían, porque uno iba a comprar, porque vendían botas, 18

ropa de trabajo, compraban víveres, chaqueta de cuero en esos años si quería. Había un negocio que el que quería iba a buscar víveres pa´ ir pa´ el puesto que uno estaba, la azúcar, la yerba, el café. Así todo lo que uno quería. Esas cosas las traían en embarcaciones, había un barquito que viajaba a Punta Arenas, porque siempre trabajaban con madera y ahí llevaban las cosas. Ese almacén estuvo hasta que cerró Puerto Arturo. Nosotros si teníamos que comprar las cosas o nos descontaban del sueldo, cuando llegaba el sueldo les descontaban. Podíamos comprar un par de botas, un pantalón de mezclilla, chaquetas, víveres. Distintas cosas. Sí estaba bien lejos Puerto Arturo, cuando quería salir pa´ afuera uno salía a caballo, demoraba 14 horas hasta Camerón. Salía uno, porque en esos años cuando faltaban los cigarrillos uno salía, pero uno iba comprar puro tabaco. Uno compraba un kilo de tabaco y tenía casi para toda la temporada que son 6 meses, de julio hasta enero, febrero por ahí. El que quedaba en invierno se preparaba de mayo cuando ya terminaba el último viaje de embarcación de animales, porque ya en junio llevaban los animales en lancha, 18, 20, 22 cuando eran más chicos. Dos tres lanchas cargando. Una cargando y la otra estaba esperando. Cargó y se fue, y después llegaba la otra. Y se embarcaban los animales con bote, con una faja y los viejos lo enganchaban y lo ataban con un mirador a mano, a pulso. Dos viejos dando vuelta jajaja. Esa era la manera antigua, ahora no, ahora en barcaza se embarca. Después últimamente ya se embarcó con barcaza, en 5 minutos uno cargaba 200 vacunos. Lo que a veces estábamos 2, 3 horas cargando de a uno 18 o 20 animales en esas goletas. Y de ahí a Punta Arenas demoraba 7, 8 horas. Se hacían divisiones adentro de la goleta y listo, el animal iba suelto arriba. Si en Puerto Arturo yo debe haber estado unos 20 años 25, claro, si me retire en principio. Primero estuve como 4 años y de ahí me retiré y de ahí me mandaron a buscar otra vez, porque llegó un nuevo encargado y recibieron gente que no conocían el campo. Yo bajaba cada un año, y me quedaba 15 días que eran mis feriado. Total yo tenía arreglado con el patrón que me giraba a mi papás en Chiloé en Quellón, y en esos años eran pesos nomás, uno ganaba como 20 pesos, pero era plata eso sí. Yo estaba acostumbrado a estar en el campo. Nosotros estábamos solos allá arriba, y siempre en el verano uno a las 6 o antes, a las 5 uno tomaba mate. Y ya después a las 6 iba a buscar la tropilla en la mañana, si los caballos andaban cerquita. Si no teníamos un potrerito en un campito que los dejábamos cuando íbamos a salir, y a las 6, 7 salíamos a recorrer. En invierno no po, en invierno empezábamos a descansar, que era puro recorrer a veces, un día que 19

otro que estuviera bueno, porque se escarchaba el río totalmente, el Cóndor. Yo dejé de andar leseando cuando ya me enojaron, un viejito, Sandoval, se enojó conmigo, porque yo cruzaba por donde quería nomás el río. Me dijo que nunca haga eso más, porque iba pasar pa´ abajo, era peligroso. Si era como cemento de escarchado, pero era un manchón alto de hielo, igual era peligroso, y yo me iba todo el río pa´ arriba jajaja. Es que herrado de las cuatro patas le daba gusto al caballo andar arriba, no se refalaba ni para atrás ni pa´ delante. Antes el trabajo era casi la mayoría todo por el río, por el Cóndor, un río grande. El animal se iba a las vegas que encontraba ahí, cuando viene en tiempo invierno el animal va buscando sus invernadas, se va quedando por ahí. Sí antes se rodeaba como digo dos meses, pasó el año nomás y a rodear hasta febrero. Y en marzo era la marca hasta que completaba toda la animalada que se soltaba. Había tres potreros cerrados con vacas, novillos, vaquillas. Todo aparte. Eran 4 días de marca que en ese tiempo había cualquier cantidad de gente en una marca, sus 6, 7 personas, y había un cocinero que estaba estable. Se marcaba a fuego. Cuando en Puerto Arturo se dedicaban solamente a la ganadería por lo menos en la época de invierno trabajan sus 15 personas por lo mínimo. Eran cocineros, mozos de patio, estaba el encargado, dos ovejeros, uno con su familia, peones pa´ cualquier cosa, matrimonio. Había distintos puestos y todos con gente. Y nosotros estábamos arriba trabajando de campañista. Éramos dos, pero mi compañero ya está muerto, el finado Gallardo. Había vacunos allá arriba y abajo en el puesto de playa había lanares, unos 2000 o 3000 lanares, y ahora no hay nadie. Está todo abandonado por allá abajo. Han desarmado todo abajo, si estando uno acá se sentía los golpes que estaban desarmando. Se llevaron el material de las casitas. En cuanto a la madera, en Puerto Arturo igual que en Yartou había líneas hasta allá arriba para los carros que arrastraban madera para las vigas, pero era a fuego con caldera de leña. Era un tractor de oruga era, a pura leña y carbón. Era todo de acero, lo trajeron de la guerra de Alemania, si no le entraban balas. Según decían que arrastraba vigas de abajo, de la playa, porque traían las vigas por mar cuando ya terminó por arriba traían con balsa las vigas y de ahí las trasladaban con tractores. Para ese trabajo era, pa acarrear las vigas. Si estaba lleno de líneas pa´ los carros, pa´ que sacaran la madera y llevarlas al muelle. El último barco vi cuando llevaba vigas, pero de ahí no llegaron más. El muelle después se fue cayendo solo, sí nosotros no lo utilizábamos, después 20

comenzó a andar la barcaza asique no se utilizó. El embarque se hacía abajo donde había un corral, en una punta. Llegaba la barcaza y largaban a todo el animal, demoraba menos. En ese tiempo vivíamos arriba nosotros, estábamos un mes allá o más, y abajo también teníamos pieza nosotros. Cada uno tenía su pieza de los trabajadores, en la casa de peones que le llamaban, pero mi lugar estable fue allá arriba, en el puesto. Abajo estaba el almacén, después la casa que era la de nosotros que era la casa del personal, después estaba el galpón de esquila más acá, galpones grandes, los caserones grandes que fueron antiguamente de los aserraderos, estaba la administración, había una corrida de casitas chicas más hacia abajo, había como 5 casitas chicas ahí, serían de 4 personas 3, y había una casa grande de varias piezas adentro, eso la hacían cocina ahí. Había un matrimonio ahí que la mujer hacia la comida para toda la gente, y la casa grande de los patrones. Después ya empezó a correr la inspección del trabajo que los obligaron hacer una cosa más decente. Así nos dieron colchones si antes era unos tres cueros y con eso era la cama antes. Antes uno llevaba sus cueros, que estaban curtidos los cueros y nos tapábamos con nuestras pilchas, con frazadas o capa de guanaco que uno mandaba hacer. Todo campesino tenía su capa de guanaco, si era livianita y abrigada. Se hacía con 12 cueros de guanaco, también estaba la manta de Castilla que era muy popular, sobre todo de los que venían de Chiloé traían su manta que se hacía por allá. Había lonas más gruesas, más delgadas, como uno quisiera, y no pasaba el agua. Uno dormía afuera y con la lluvia no pasaba el agua. También había una turbina, estaba el dínamo que era el que produce la luz como una polea que llevaba afuera y con eso se conectaba la turbina que estaba afuera. Con la polea giraba y con eso producía la corriente, no mucho 120 wolt, pero alumbraba y alumbraba las casas, por todo el pueblito ese. Bueno, de ahí, después en invierno a veces bajábamos a estar unos días cuando había que embarcar a los animales, porque avisaban por radio que estaba abajo, entonces uno lo escuchaba arriba. Todos los días salía a las 11 del día y uno escuchaba todo lo que se conversaba. Nos avisaban siempre una semana antes o más también a veces, entonces allá el mismo encargado una vez que ya dejaba de conversar de Punta Arenas, llamaba, ósea nos daba la noticia pa´ arriba. Si están escuchando bajen mañana, porque hay que rodear, el embarque va hacer tal día. Entonces llegaba uno y se iba al campo donde estaba el animal y se bajaba abajo donde están las casas, y

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esperar ahí, porque había potreros allá abajo, entonces esperaba ahí que llegue el día del embarque. Ahí estaba a veces hasta 8 días trabajando con eso, embarcando. En ese tiempo estaba el mismo dueño, estuvo como 20 años ese señor, hasta que se había creado una comunidad que le llamaban, la cooperativa cuando se cambio el presidente que estuvo ahí, hizo tanta reforma agraria entonces ahí lo vendieron lo dueños, los Grainic. En ese tiempo 1.200 pesos cuando vendieron, una vaca valía como 15 pesos parece. Claro, porque fue todo evaluado, y yo estuve cuando fue la evaluación de todo, y la persona tenía derecho a crédito de 200 pesos más menos. Los que quedaban en esos establecimientos. Quedaron los de Miguelito que es de Maldonado, está el río Cóndor que ahora es de un abogado, después Olguita y abajo Puerto Arturo, que ese era igual de un socio que estuvo ahí y lo vendió a la Trillium. Antes de Grainic estuvo Descouvieres”. Por su parte Juan Paredes, el último hombre que fue dueño de Puerto Arturo antes de venderlo a CETEC-SEL, una empresa forestal, cuenta su versión de lo sucedido en estas tierras durante los 33 años que vivió allí presenciando la historia, la historia de Puerto Arturo. “Demoré como tres días para llegar abajo, tres cuatro días demoré pa´ llegar a Puerto Arturo, pues tuve que bajar hasta Camerón y de ahí agarrar la playa, no conocía nada nunca había andando por ahí. Llegué a Puerto Arturo, llegué, y había un yugoslavo, Emilian Yurisic (¿?) era el encargado, asique me presenté ahí. Me dijo, larga tus caballos y allá abajo hay unas piezas me dijo, en el club, porque le decían el club una casa de correo grande que había ahí. Asique me dijo ahí tú te arreglas en una pieza y ahí estuve 33 años ahí. Si, ahí dejé mi juventud yo, llegué muy joven y salí viejo. Entonces mientras hacíamos la pega, había un viejito que andaba con una carreta con bueyes y entonces pescaba todas unas puertas bien livianas que hacían puertas de madera, entonces el viejito mientras nosotros rodeamos él armaba el corral con esas puertas, con estacones que se yo y armaba el corral, y nosotros cuando ya llegábamos con el piño llegábamos y encerrábamos nomás. Entonces había un tal Muñoz había de campañista y el finao Juan Gallardo, eran dos campañista. Y uno de ellos me conocía, el finao Muñoz y yo le dije: yo me voy de acá, entonces me dijo no que te vas a ir me dijo si después te vas a acostumbrar y no vas a salir más de acá me dijo, si este campo es el más malo me dice los otros campos son mejores. Asique bueno me quedé, me fui quedando 22

ahí, imagínese me fui quedando, me fui quedando 33 años. Después me casé, mi señora la conocí ahí en Timaukel, me casé y de ahí nos fuimos para adentro, para Puerto Arturo, pero yo ya no estaba como trabajador, ya yo estaba como comunero, porque eso cuando yo llegué a trabajar ahí lo arrendaba los mismos hombres que tienen la transbordadora Broom (¿?), ahí estaban los Dragnic (¿?), los Lusevic. Entonces después llegamos y ellos entregaron el campo, porque el campo no era rentable para ellos, porque era gente de plata y el animal salía muy liviano, era un animal muy arisco, vacuno, y oveja igual tenían. Asique entregaron al fisco, porque ellos arrendaban nomás. Entregaron al fisco y llegó el fisco y dijo bueno que se haga una comunidad, de 7 personas. Asique tuvimos que llevar uno solo de afuera, pero el que iba trabaja allí. Empezamos 7 personas, compramos esos años 900 vacunos, porque eso era la que tenia la compañía, como 70 caballos, como algo de 350 ovejas y las instalaciones. Eso dio una suma de 1.350.000 escudos esos años, eso costó todo el paquete. Eso fue el año 72´y el 71´entregaron ellos, después vino este golpe militar, el 73´, pero nosotros el 72´ nosotros hicimos un arreo de allá mismo, pescamos 200 vacunos, todos vacunos grandes, pescamos 200 vacunos y los trajimos en arreo, de allá mismo Puerto Arturo hasta el mismo Porvenir demoramos 13 días. Veníamos 4 personas en el arreo, no conocíamos nada, porque yo nunca había salido del monte, no conocía yo ni ninguno de mis compañeros. Traíamos 200 vacunos, veníamos con 3 caballos cada uno, eran como 12 caballos que traíamos, y llegamos a Porvenir, porque esos años el frigorífico de Porvenir recibía vacunos, asique nosotros entregábamos al frigorífico. Y con eso nosotros saldamos la deuda, o sea que teníamos con INDAP, porque INDAP a nosotros nos prestó la plata e INDAP le pagó a esta compañía, e INDAP le pagó al contado, a nosotros no, porque a nosotros facilidades nos dio INDAP muchas, pero nos dijeron a nosotros tienen que pagar, o sea ya se sabía lo que podía venir entonces agarramos e hicimos ese sacrificio.

Sacamos 200 vacunos, quedamos con un poco menos, pero pagamos y no nos

molestaron para nada. Llegaron claro los militares allá, a ver lo que estábamos haciendo, pero nada más que eso. Los 7 socios éramos puros trabajadores. Estaba Sergio Maldonado, Joaquín Soto, que todavía están abajo, ellos dos están abajo, finao Marciano Montel y Leonor Nahuil, yo, Chihuay y Sandoval. Ahí estamos los 7. Nos dedicamos a la ganadería, más que nada al vacuno, porque oveja no son muy buenos esos campos para oveja. Muchas pudriciones en el lomo, mucha pudrición de lana, porque hay mucho aparragado. Y de repente se fueron retirando los socios que teníamos nosotros. 23

Primero se retiró Chihuay, se retiró Sandoval, después se retiró el finao Montiel, después se retiró Nahuil. Se retiraron 4. Entonces nosotros les fuimos comprando las partes. El campo no lo podían vender, sus derechos sí, pero no vender su parte de campo, porque todavía no éramos dueños. Y bueno, ahí quedamos 3, entonces ahí ya tuvimos que buscar al campañista para que nos ayude, un campañista, un peón teníamos y nosotros, porque ahí en esos terrenos, cuando nosotros teníamos esa cantidad de vacunos eran tres meses de rodeo para juntarlos. Nosotros salíamos el 2 de Enero, después de año nuevo, y hasta abril. Es una vida muy dura en ese lugar, y todavía, porque no va a cambiar eso o sea ya no cambió ya, eso sigue lo mismo. Bueno, vino el año 90´ por ahí, porque el 95´ me retiré yo, empezaron a llegar las compañías esas que se interesaron por esos terrenos ahí, por el monte. Se empezaron a interesar, vino CETECSEL, venía de Santiago el hombre, venía a conversar con nosotros don Alfonso Casas San Pérez de CETEC-SEL, esa era una compañía canadiense esa. Ellos iban a explotar el bosque. Entonces llegaron de repente y empezaron conmigo, porque yo estaba al último allá y allá estaba todo, estaba el puerto, estaban las construcciones, estaba todo. Y de repente, claro, el presidente finado Pinochet llega y nos manda una nota, entre el 90´y 95´, de que teníamos que comprar, pagar esos campos o sino teníamos que irnos pa´ fuera. Ósea, él no se fijo que nosotros formamos una vida allí, teníamos hijos que llegaron allí de guagüita y que se criaron en ese lugar. No tenía ese alineamiento, ósea que él dijo ya, pagan, compran o se van. Así no más, asique estaba media complicada la cosa. Entonces no salía como 23 o 25 millones de pesos, no me acuerdo bien, cada parte, porque nosotros teníamos arrendado al fisco 24.800 hectáreas. Entonces repartido entre tres daba como 7.800 hectáreas más o menos para cada uno. Entonces, bueno, empezamos a ver la posibilidad de comprarlo, porque tener 23 millones de pesos en ese tiempo o 25 millones no era tan fácil y más que para nosotros el campo era para subsistir y que se yo, venir a la ciudad o darle educación a los chicos, o acá bajo pagarle una pensión o algo. Esa era nuestra meta. Nunca fuimos gente de plata. Llevábamos nuestros víveres para el año, porque si nos falta una cosa allá, un kilo de sal, de adonde lo vas a comprar, no se podía. Incluso yo, en veces, me faltaba harina, y claro yo tenía más chicos, tenía 5, asique tenía que andar como 8, 10 horas con un caballo con un carguero para ir a buscar un saco de harina ahí a Timaukel. 10 horas a caballo más o menos con un carguero y pasar a nado el 24

río cuando ese río grande que teníamos, el Cóndor, ese a nado. Cuantas veces pasé ese a nado, y con mis chicos adelante en la montura. Cuando se enfermaba mis chicos tenían que sacarlo pa´ fuera. En chalupa, en bote, en cúter. Dos días tres días viajando en esos cuters chiquititos. Ahora claro, la única posibilidad que hay que son los barcos modernos que usan los motores y son más rápidos. Más o menos son 6 horas estando bueno de Puerto Arturo a Porvenir a ahí a Chilota, pero eso estando bueno, y estando malo son 2 días. Bueno y como quería el finao Pinochet, después juntamos la plata para comprar el campo, entonces la idea fue mía, y yo dije que iba a juntar la plata, yo mi parte la voy a pagar, pero nos vamos a separar. Hacemos una separación de campo. Asique pagué mi parte, porque yo me conseguí la plata, al contado pagué mi parte, porque yo tengo un amigo que somos un poco familia, con Santiago Phillipic, entonces él me pasó una parte de plata pa´ que paguemos el campo. Cuando ya me había atropellado de donde iba a sacar la plata pa´ comprar ese pedazo de campo me vine donde él. Y me dijo sí, yo te paso la plata no hay ningún problema. Un día me dijo eso y después ya anduve dos días más o menos pensando en que lo que me había dicho. Y llegué de vuelta y yo le dije: oye Santiago a ti siempre te ha gustado el campo. Y él me dijo sí, pero no he tenido la posibilidad, y yo le digo, pero ahora la tienes. Por qué me dice. Compremos el campo los dos, el 50% y el 50%. Yo tengo los animales y la mitad de los animales lo repartimos y listo, porque le dije no me gusta eso de pedirte la plata y que tú me pases la plata, ese sistema no me gusta. Asique después él no quería, él no quería, porque él quería ayudarme a mí. Asique pagamos como digo al contado el campo, toda la cuestión. Pagué mi parte y me hicieron mi escritura y todo, y el dimensor hizo el monolito afuera y yo me quedé con la parte de Puerto Arturo. Fotos 5, 6 y 7: Construcciones de Puerto Arturo. Fotos propiciadas por Alejandro Solo de Zaldívar sacadas el 2006.

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Todos quedamos con algunas casas, construcciones, y todo, pero yo me quedé con el aserradero, con el galpón de esquila me quede yo. Si ese galpón al centro tenía 18 pies de altura y todos palos labrados a hacha, si la gente antigua labraba a hacha, palos cuadraditos y las construcciones todo espigado. Hoy día quien va a espigar. Allá no, palos todos de 4 por 4, 3 por 4 y todo espigado. Los otros socios fueron después a desarmar algunas cosas para que equiparemos las construcciones. Asique fueron a desarmar algunas casas allá, pero yo me quedé con el galpón grande del aserradero, con un garaje que había ahí, una casita, un motor de luz, después otras casitas de techo de maderas, porque en esos años habían puras casitas de madera, pero el galpón grande era un tremendo galpón. Tenía 600 planchas de fierro el puro techo, y al lado del galpón había un garaje chico. También estaba la casa de administración, la primera, que también era almacén, porque también estaba la segunda casa de administración, había un galpón de esquila. Había también otra casa grande que era la cocina, otra casa donde yo viví primero, después había un corredor bien bonito que le llamaban el club, donde dormían los solteros. Estaba la lechería, estaba la casita de control de los carros de madera que salía pa´ el muelle, porque también estaba el muelle que era como escuadra, muy bonito era, y los rieles donde bajaban los carros con madera. Había una caballeriza donde entraban 6 caballos, era muy bonita, y también teníamos corrales de ovejas y uno chiquito de vacunos al lado de la lechería. El baño de ovejas y la carnicería estaba al ladito de un chorrillo que había. También había postes de luz que funcionaban en la noche nomás, porque había un motor de luz que tenía su casita especial. Los carritos que iban sobre el riel llevaban las maderas elaboradas pa´ el muelle y los bueyes los llevaban pa´ adentro del aserradero y de ahí salía la madera elaborada de adentro y lo que había después era un carro, pero tirado por un solo buey, lo llevaba el carro pa´ arriba el buey, o cuatro o cinco carros llevaba el buey pa´ arriba así tirando con un yugo cortito y cargaban la madera seca en los cerros pa´ la caldera que estaba detrás del galpón grande, y después largaban los carros solos nomás de arriba pa´ abajo y llegaban hasta la misma caldera donde le ponían leña a la misma caldera a vapor pa´ trabajar, que servía para mantener el galpón del aserradero, las maquinarias. Era una tremenda caldera de cemento y ladrillo. Todo lo construyó Menéndez-Behety. Ahí nadie construyó nada, eso estaba todo. Yo arreglé una de las casas de administración, una chiquitita, le puse ventanas y todo. Esa fue mi primera casa que estuve yo cuando era soltero, pero después agrandó la familia y tuve que arreglar otra casa, pero 26

ahora dicen que esa casa ya no está. Imagínese construir tremendas casas, si como digo yo eso hubiera sido bonito mantener esas construcciones antiguas. Eran bonitas casas, todas de madera. Y por ejemplo esa casa que me desarmaron ahí, la casa donde estuve último, era una casa preciosa, tenía un tremendo ventanal como una galería, tenía como 12 piezas esa casa. Bueno y esas cosas yo no las quise tocar ni irlas a buscar, pero resulta que cuando fui ya no estaban. Asique bueno, empezamos ya a tener estos animales en los lugares donde nos tocó y como digo empezó esta compañía a insistir, pero insistió abajo, en la parte que tenía yo, porque allí estaba el muelle y tenía un puerto muy bueno ahí, porque eso fue de los Menéndez. Después de que el fisco las tuvo, entonces llegué yo, luego CETEC-SEL. Esas personas llegaron, llegaron y llegaron, y de repente Santiago me dice: tú has pensado alguna vez que estos campos van hacer inaccesibles para nosotros. Ya tú tienes 5 hijos, cuando mi hijo finao todavía estaba vivo. Él me dice nosotros no vamos pa´ joven vamos pa´ viejo, y esto va hacer costoso llegar acá, y él tiene dos hijos, y dijo: y tú has pensado que alguno de tus cabros les va a gustar lo que a ti te gustó. Tú estuviste tantos años acá, pero tú has pensado que si alguno de tus cabros va a querer venir pa´ acá, no po. Entonces qué es lo que va a pasar que esto a muy pocos cortos años esto lo vamos a tener que liquidar, o sino nosé po, porque gente pa´ trabajar en el campo hoy día tampoco hay, y ya nosotros vamos a quedar viejos y cuanto nos va a costar, cuánto va hacer el costo de irnos pa´ Porvenir a arriba. El costo es muy alto y el costo es alto y ya los sacrificios que nosotros hicimos para estar tantos años ahí yo ya no lo quisiera repetir. Asique agarramos y conversamos con esa compañía, pero lo que costo más fue convencer a mi mujer. Ella estaba tan acostumbrada, bueno ella estuvo 20 años más o menos allí y yo estuve más, porque yo llegué solo ahí. Asique agarramos y llegamos a un acuerdo con esa compañía y ellos nos compraron eso, todo. Fue todo o nada, pero tampoco fue todo, porque fíjese ese hombre que andaba detrás de eso él a mí me había dicho: mira, tú elígete una parte bonita, llévate una casa, ponla ahí, cierra y eso es tuyo. Eso me había dicho ese hombre, porque era un hombre muy bueno. Él era como el gerente general de esa compañía, de CETECSEL, pero fracasó su programa que ellos tenían como madereros. Eso fracasó, porque no los dejaron trabajar, no los dejaron explotar el bosque. Y yo sabía lo que yo tenía también, porque yo sabía que el bosque que tenía yo no servía. Estaba enfermo ese bosque. Usted corta un palo y ya tenía una pudrición, un cáncer blanco.

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Entonces agarramos y nos desasimos de eso, pero menos las construcciones. Yo tengo la escritura, suelo y bosque, nada más. Eso es lo que se vendió, no las construcciones. Las construcciones no las quisimos vender, las construcciones eran nuestras y son nuestras todavía si acaso hay algo ahí. Yo tengo el inventario ahí de las cosas que quedaron allá abajo. Entonces qué es lo que pasó, de repente a CETC-SEL no lo dejaron trabajar y listo. Les cerraron las puertas, que no el medio ambiente, que esto y lo otro, yo estaba de acuerdo con eso, pero claro yo sabía que esa compañía no iba a poder explotar el bosque. Le iba a costar demasiado, el costo era muy alto para explotar esos bosques, las 7.800 hectáreas hacia la cordillera. Si allí hay turbales de dos o tres kilómetros, puras turbas. Hay planchados ahí que la gente antigua, los Menéndez, que hicieron planchados más o menos de un kilómetro, de puro rajón. Eso todavía está. Eso es una cosa que al ir a recorrerlo, verlo, lo que hacía la gente antigua. Esos campos tienen los nombres de la gente, porque los Menéndez antiguamente ellos decían: ya aquí está Vivar y Vivar tiene tanto. Este campo es Vivar. A Vivar le entregaban 10 pares de bueyes y Vivar tenía que hacer sus huellas pa´ que baje sus vigas, y ese campo todavía se llama Vivar. Bueno. Entonces como digo nosotros vendimos y de ahí a CETC-SEL no los dejaron explotar el bosque. Ya agarró y estos gringos, unos americanos que andaban igual que un carancho, buscando bosque, si ellos no tienen bosque en su país. Asique CETC-SEL dijo vendo este paquete, que vale tanto millones de dólares, paga y listo. Llegaron los gringos, la Trillium. Bueno, llegaron allá y de repente me dejaron una nota, porque a mi CETEC-SEL me había dicho: tú mira, estate un año, dos años acá con tus animales todavía, no tienes ningún problema, nadie te va a molestar, pero resulta que cuando ellos vendieron llegaron los de la Trillium, y de repente una nota, de la noche a la mañana en octubre, estaban todas las vacas pariendo, en la aparición los vacunos, y que tenía que salirme inmediatamente de allá. Ah?, salirme inmediatamente de allá. Asique rodeé todos los vacunos y los saqué a la huella. Busqué dos arrieros y salí a la huella con los vacunos, pariendo las vacas en la huella, es un sacrificio, pero sabe que gracias a Dios no se me murió ningún ternero ni vacuno, porque mi camioneta como tenía una cúpula ternero chico que nacía en la noche lo ponía en la camioneta y ahí lo buscaba la madre y le daba de mamar. No se me murió ninguno. Ya, salí con mis vacunos, lo primero que saqué fueron mis vacunos. Asique el gringo andaba ahí y yo veía que estaban destrozando todo el monte. Ellos sí que hicieron macana ahí. Ellos agarraban con

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esas máquinas grandes y pucha arrasaban para hacer la huella. Ahí quedaron miles de palos debajo de esa huella, y piedras y árboles completos. A la vuelta, el 95` llego a Puerto Arturo. Ya había sacado los animales y vengo a buscar mis cosas. Tenía cosas ahí, tenía estufas, tenía bencina pa´ mi camioneta ahí en un garaje. Todo eso yo lo tenía cerrado con llave, porque eso era mío. Yo las construcciones no las vendía. Entonces con Santiago pensamos en desarmar, asique fuimos hablar con un gringo abajo y dijo no, no desarmen eso dijo, eso se lo vamos a pagar dijo. Asique no desarmamos, incluso habíamos llevado gente pa´ desarmar. Al final no tocamos nada eso. Y llego un día con mi camioneta pa´ ir a buscar mis cosas personales, y llego a pedir permiso, porque después había que pedir permiso, porque el campamento estaba a tres kilómetros antes de llegar donde estaba yo, mis cosas, porque ellos no pudieron entrar allá por malo y pusieron su campamento en un lugar que llamábamos Estancia Nueva. Se hizo tipo una población ahí donde teníamos un corral de vacuno, nuevo, que nosotros mandamos hacer. Y de repente yo estaba 5 minutos y yo tenía la llave de una casa chica donde yo tenía un trabajador antes, incluso ahí había una estufa que esa era de mi finada mamá todavía, y de repente no llega el gringo detrás mío atrevido, malo, y me dice: usted tiene 5 minutos, ósea así le entendí yo, pa´ que se mande a cambiar de acá. Y yo le dije y por qué?, me dijo: porque esto es privado. Muy privado será, pero a donde estás alegando le dije yo esto es mío. Las construcciones son mías acá, todo lo que está acá en estas construcciones guardado acá son mías, son cosas mías y por eso lo tengo con llave. Yo me sentí con tanta impotencia, mal me sentí, pero me sentí súper mal, porque resulta que ahí dejé mi vida yo y que llegué otro gringo y me eche pa´ fuera de esa forma, y ya me habían robado el motor de esquila, un motor Lister inglés donde esquilaba. Me habían sacado todas mis cosas del galpón de esquila, rompieron el galpón. Yo andaba trayendo la llave y me fui al galpón de esquila y él detrás de mí, y yo le dije: mire sabe lo que se llama esto, esto es un robo que hicieron ustedes acá, este galpón de esquila lo dejé con sus guías, con su esmeril para arreglar herramientas y ustedes me rompieron la pared para sacar el motor y todo. Y sabe usted que después al último abrieron el garaje, piso de cemento y todo, bien hecha la construcción, se llevaron todo lo que había. Esas construcciones estaban allí cuando yo llegué ahí y algún día dije yo si llegara alguna institución que quiera restaurar esas cosas, porque eran construcciones muy hermosas, porque yo mi idea tampoco era de desarmarlo, esa nunca fue mi idea, pero si la Trillium eran unos mentirosos, porque si me dijeron: ya te vamos a pagar eso, ¿porque no lo pagaron? y eso 29

hubiera seguido estando ahí. Y ellos no lo pagaron, no eran de ellos, asique tampoco dijeron que lo cuiden tampoco, el trabajador que tenían allí estaba a tres kilómetros y tampoco le dijeron que lo cuiden entonces llegaron los pescadores y empezaron a desarmarlo. Si yo pensé en ponerles un juicio a esta compañía, porque tengo todo el inventario de las casas que me tocaron a mí y tengo la escritura de que no se vendió las construcciones, porque esas construcciones no se vendieron. Se vendió el suelo y el bosque, pero las construcciones no. Después a la Trillium no les permitieron trabajar, sí yo siempre dije que ha esa compañía deberían haberla fiscalizado más, porque cuando llegaron dejaron un montón de miles de palos debajo de la huella. Ellos estaban haciendo destrozos ahí, sí ellos se suponían que tenían que proteger el bosque. Por una parte cuando pararon a esa compañía los ambientalistas yo dije: hicieron bien igual, porque sino los gringos iban hacer puras macanas, ya estaban haciendo macanas, porque eran ellos y llevaron maquinarias pesadas y empezaron a amontonar palos allá debajo de la tierra y los tapaban después y quién iba a saber de que estaba hecho ese camino, es pura madera. A mí me gustó que no los dejaran trabajar a esa gente, esa gente no era buena, era dañina. Bueno los otros hombres a lo mejor si los hubieran dejado trabajar igual iban a tener dificultad para hacer sus trabajos, cualquiera que llegue ahí. Mi señora con mi hijo fueron en el verano, porque nosotros dejamos una gruta ahí y ellos fueron a ver eso y lo poco que quedaba. Nosotros pusimos una virgencita que conseguimos con la iglesia Fátima en Punta Arenas hace más de 15 años. Yo no quise ir. Foto 8: Virgen puesta por Juan Paredes en Puerto Arturo. Foto obtenida de WCS.

Asique dice que desarmaron la casa donde vivíamos nosotros que era la casa de administración, que era la primera casa de administración que tuvo los Menéndez Estaba al lado de la playa, esa casa tenía como 12 piezas. Era un almacén y casa de administración, porque ahí había almacén, ahí había cigarro, había fósforos, velas, yerba, ósea todas esas cosas nunca faltó ahí cuando era la compañía, incluso cuando estuvo los señores estos de la Bruhn (¿?) nunca nos faltó eso. Nosotros llegábamos nos íbamos pa´ la cordillera y hacíamos un pedido de 6, 7 cartones de cigarro, velas, que se yo, claro pa´ a andar el tiempo y nunca faltaba, porque después hubo otro administrador, 30

estaba el finao Enrique Otssen Juhn (¿?), un alemán. Ese hombre fue el último administrador que hubo ahí, Ósea, antes todo fue de la compañía Menéndez - Behety. Ellos explotaron ese bosque ahí. Después de que lo explotaron largaron fuego y la palizada que no servía le largaron fuego e hicieron quema.

Ellos lo tuvieron hasta como los ´50, como en esa fecha terminó el aserradero.

Descouvieres estuvo como arrendatario, pero la compañía que explotó eso fue Menéndez y los Menéndez fueron los que dejaron todo eso como estaba. Y esa madera los Menéndez no la utilizaron acá en Punta Arenas. Esa madera venían remolcadores, buques grandes, venían de la Argentina y se llevaron la madera pa´ allá, porque ellos tienen todos sus establecimientos ganaderos en Argentina, al lado de Gallegos. Entonces la madera que quedó fue esa que estaba en las construcciones. En Puerto Arturo hacían puertas, ventanas, todo eso, pero no hacían lo que hacían en Yartou. Yartou fue de los Baeriswyl y esa fue una industria muy grande, más completa que la de Puerto Arturo, porque de ahí salían hasta las barricas de madera donde ponían las yerbas antiguamente. Un trabajo de lujo. Si toda esa mueblería que debería haber estado en la casa de administración de Yartou se hacía ahí mismo. Puerto Arturo fue una industria casi completa, se hacían las ventanas todo con dibujo y se llevaban lista. Si cuantas casa tendrían de esas terminaciones de Puerto Arturo. Eran muy bonitas. Usaban lenga, coigüe, y sí traían madera por remolcadores de más abajo, porque esa compañía Menéndez era muy grande. Todavía están los palos donde amarraban los remolcadores ahí que llegaban con vigas, allá abajo a Elenita, traían vigas a la Paciencia, a todas esas partes con remolcadores y bueyes. 100 bueyes más o menos tenía la compañía y los bueyes no tenían pasto, eso era otra que no había pasto ahí. Tenían que cortarle leñadura, tenían cuadrillas cortando leñadura pa´ que les den en la tarde a los bueyes. Ya ni quedaba leñadura. A la entrada del invierno, cuando ya paran de trabajar los bueyes lo llevaban a Elinita, abajó. Son de Puerto Arturo a Elenita son 50 kilómetros y ahí agarraba sus piños de bueyes y los llevaban a puro cerro, porque al lado de la playa no se puede ir, porque es acantilado, no se puede pasar, porque hay partes que el mar es a pique, asique se iban todos a puro filo de cerro Antes pa´ llegar a Puerto Arturo, abajo, del camino que hizo la Trillium, abajo está el otro camino donde andábamos nosotros, era de puro palo redondo, era donde pasaban las vigas. A mí Puerto Arturo me gustó cuando joven por la tranquilidad, porque a mí siempre me gustó la tranquilidad. 31

Estar solo. Estaba un año. 7, 8 meses después venía a ver a mi mamá, a mis hermanos, venía a comprar mis cosas y después me iba pa´ allá otra vez. Me gustó la soledad de cabro”. Finalmente, du acuerdo a la información legalizada del Conservador de Bienes Raíces, tanto de Punta Arenas como de Porvenir, se puede decir que Puerto Arturo en 1992 es vendido por “La Sociedad Ganadera y Forestal Puerto Arturo Limitada”, representado por Juan Nelson Paredes y Andrés Santiago Phillipic, a CETC-SELCHILE Ltda, representada por Antonio Espinoza. Dicha empresa cambia de nombre a “Trillium” el 15 de diciembre de 1993. En 2003, la Sociedad Forestal SAVIA (Trillium), representado por Ramón Valdivieso Ríos, vende a WCS, Wildlife Conservation Society, quienes son propietarios hasta la actualidad. 3.1.-

De los comienzos de los aserraderos en la región de Magallanes

Los primeros asentamientos en la región de Magallanes como parte de la República de Chile tuvo sus orígenes como una colonia penal chilena. El 21 de septiembre del año 1843 el Gobierno de Chile bajo el mando del Presidente Manuel Bulnes toma posesión del Estrecho de Magallanes fundando Fuerte Bulnes. En consecuencia, con esta característica Magallanes se incorpora a la vida de pueblo comercial, industrial y ganadero. Su primer Gobernador fue don Justo de la Rivera, quien toma el cargo en 1845 logrando asentar una población que comenzó a aumentar rápidamente. Frente a la inminente demanda y necesidad por construir diferentes infraestructuras que albergaran al constante flujo de colonizadores, la industria maderera se transforma en la primera actividad productiva de la zona.

Tanto Fuerte Bulnes como Punta Arenas tuvieron la condición de

penitenciarias y no llegaron sino hasta dos décadas más tardes los inmigrantes colonizadores. “El primitivo trabajo forestal – “hacer leña y cortar vigas” – estuvo encomendado como trabajo virtualmente forzado a los penados, constituyendo una de las tareas habituales y más penosas y de las que tampoco se libraron los soldados, quienes con igual regularidad que aquellos fueron también empleados en la dura faena” (Martinic, 1980; 89). Con tal mano de obra se logró disponer de una importante reserva maderera que permitía a su vez ser intercambiada ocasionalmente con los buques que llegaban hasta la costa de Punta Arenas. Los años que le siguieron permitieron desarrollar con intensidad la industria maderera, y ya en 1847 se establece el primer aserradero de la región. “En los márgenes del río San Juan se estableció el 32

primer aserradero, a mano, para abastecer del material necesario a los carpinteros que construían casas, el cuartel y demás dependencias del Fuerte Bulnes. El trabajo de aserrar era ejecutado por los pocos confinados que habían sido traídos a Magallanes y tropa de la guarnición. La pequeña colonia llevó una vida lánguida hasta 1847 (…) En este año se hizo cargo de la colonia el Gobernador don José Santos Mardones, que es el verdadero fundador de Punta Arenas”. (Díaz, 1920; 5). Los terrenos planos y con suaves llanadas cubiertas de densos bosque eran más aptos para el asentamiento humano que el sector de Fuerte Bulnes. Los años que le siguieron mantuvieron el flujo constante de colonos, especialmente europeos, y con ello la concesión de tierras por toda la región motivó más aún el asentamiento que implicaba trabajarlas para actividades productivas como la ganadería, aserraderos, minería, caza, comercio, entro otras. Siguiendo con la información propiciada por Díaz, el 19 de Junio de 1847 se concedió a don David E. Drumona, 10.000 hectáreas en la Isla Navarino para que estableciese allí la industria de la elaboración de madera. “El 26 de Junio a don Rodolfo Hamann, 3.000 hectáreas de bosques al sur del Río de las Minas para establecimiento de aserradero. El 5 de Julio a don Claudio Arteaga Ureta, y don Elías Gacitúa, 15.000 hectáreas cada uno en la Tierra del Fuego, Seno Almirantazgo” (Díaz, 1920; 17). Esta referencia demuestra como diferentes personas fueron obteniendo tierras para trabajar sus bosques o suelos, las que eran dadas por un tiempo aproximado de 10 años y que en mucho de los casos se volvían a concesionar por los mismos 10 años o más. Los concesionarios poseían la facultad de subarrendar los terrenos a otros colonizadores, lo que les permitían mantener el poderío de las tierras. Finalmente los extensos territorios de Magallanes estaban a manos de pocos. En 1874, el aserradero del río San Juan aún mantenía su funcionamiento, el cual servía para abastecer las necesidades de la colonia y ya en 1875 los bosques de Magallanes “han proporcionado materia para que el Gobierno de ella efectúe la operación comercial con los buques que fondeaban en la rada de Punta Arenas, esto es, el primer establecimiento industrial que elaboró maderas que iban a Malvinas y Montevideo” (Díaz, 1920; 39). La industria maderera pasó a solventar no sólo las múltiples necesidades de la región sino que también del mercado exterior. La madera extraída y faenada en ocasiones fue intercambiada en las islas Malvinas por ganado mayor.

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La actividadad maderera comenzó a figurar como uno de los principales rubros de exportación de la colonia. “En 1875 de un total de $151.171, para la producción exportada, la madera ocupaba el quinto lugar con $17.480, situándose detrás de los cueros de lobo marino, plumas de avestruz, pieles de guanaco y carbón” (Martinic, 1980;92). Entre otros existía en Leña Dura un aserradero hidráulico que le pertenecía al señor Francisco Roig en sociedad con el Cónsul inglés de ese entonces. También se había instalado al norte del río Las Minas un aserradero del Gobierno que trabaja exclusivamente cuando la Gobernación tenía necesidad de maderas. Continuando con los antecedentes propiciados por Díaz, él establece un cuadro comparativo que da cuenta del progreso de la industria maderera. Para 1898 existían en la región de Magallanes 5 aserraderos los que aumentaron a 12 en 1908. Sin embargo en el año 1918 habían disminuido a 11 madereras2. De acuerdo a los datos obtenidos de la Revista Menéndez – Behety del mes del Diciembre del año 1930 en 1928 se contaba con 12 aserraderos de importancia más otros de menor tamaño y producción. Fue durante el Gobierno de José Manuel Balmaceda (1886-1891) cuando se realizaron grandes concesiones de tierras en la isla de Tierra del Fuego, y “la industria maderera adquiría auge, que en gran parte se exportaba a islas Malvinas y las colonias de la Patagonia Argentina” (Bonasic, 1943; 157). Durante la década de 1880 la introducción de lanares en la región esteparia-fueguina fue realizada en forma continua generando rápidamente el crecimiento de la actividad ganadera y en consecuencia la construcción de diferentes estancias. La necesidad de infraestructura propia de un asentamiento ganadero permitió el surgimiento de nuevos aserraderos que en conjunto con los anteriores abastecieron la creciente demanda de madera que requerían los campos destinados a la ganadería. Renombres como Mauricio Braun, Alfredo Scott, José Menéndez, Francisco Bermúdez, Julio Bitsch, Alejo Marcou, Alberto Baeriswyl, entro otros destacados fundaron en forma independiente distintos aserraderos en los alrededores de Punta Arenas como por ejemplo en Río Seco, Punta Carrera, Tres Puentes, Tres Brazos. Mientras algunos aserraderos cerraban su negocio otros se reabrían manteniendo la industria vigente.

“Los años finales del siglo XIX

constituyeron la época dorada de los aserraderos de la península de Brunswick, pues tales establecimientos conformaban en el hecho la totalidad de la actividad maderera del territorio de 2

Cuadro comparativo realizado por Contardi Díaz sobre diferentes industrias y actividades comerciales existentes en la región, tomando como referencia los años 1898, 1908, y 1918. Esta información se obtuvo del libro “Ganadería, Industrias y Comercio del Territorio de Magallanes” del propio Díaz en la página 48.

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Magallanes. Según datos informados por el Gobernador Señoret al Ministro de colonización en 1984, la industria era tan importante social y económicamente como que ocupaba una fuerza laboral de medio millar de hombres – cifra harto apreciable para la época – desde cortadores de vigas hasta operarios de factorías” (Martinic, 1980; 93). La fiebre de la construcción se sentía dentro del territorio magallánico, pues su eminente crecimiento poblacional y diferentes actividades productivas reclamaban tal producción. Ya no sólo se fabricaban vigas, sino que también madera elaborada, durmientes, postes, piezas especiales para la construcción de navíos, ventanas, puertas, barriles, entre otras cosas. A finales del siglo XIX y comienzos del XX surgieron nuevos aserraderos fuera de la península, especialmente en Tierra del Fuego, isla Dawson, Puerto Harris, isla Riesco, Río Verde y Última Esperanza. La expansión colonizadora se propagaba por todo el territorio regional. “Sin embargo el sector forestal más importante que se incorporaría a la producción maderera pasó a ser el ubicado junto al litoral fueguino oriental del seno del Almirantazgo, hasta el desagüe del lago Fagnano. Allí, a partir de la década de 1910 y en particular después de 1920, la poderosa empresa Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Menéndez Behety instaló los aserraderos de la Paciencia y Puerto Arturo, que llegaron a ser después de 1925 los principales establecimientos productores de madera de Magallanes, condición que mantuvieron hasta 1945-50 aproximadamente. En el sector de Noce Peak, otro antiguo pionero del monte magallánico como fue Alberto Baeriswyl, fundó el que llegaría a ser importante aserradero de Puerto Yartou. Tal expansión productora forestal tenía para los años 20 como justificación suficiente la sostenida demanda originada por la actividad petrolera en Comodoro Rivadavia (Chubut, Argentina), que principalmente fue nutrida por años por los aserraderos del seno Almirantazgo” (Martinic, 1980; 94). Como menciona Mateo Martinic “el desenvolvimiento creciente de las actividades de construcción en madera (viviendas, embarcaciones y otros), como la fabricación de muebles, había sido la causa del consiguiente y temprano aprovechamiento de los recursos del bosque magallánico, utilizando además desde muy antiguo para el suministro de leña combustible. En años anteriores a 1920 debió agregarse todavía la demanda del exterior (zonas australes argentinas y Malvinas), que igualmente hubo de ser atendidas desde el Territorio. Fue así que, para 1919, la producción maderera pudo superar los seis millones de pies cuadrados, sólo en cuanto se refería su exportación”. (Martinic, 1988, 40).

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Foto 9 izq., Publicidad Aserradero Isla Dawson, Diario La Razón, 1918. Foto 10 cent., Trabajos en Aserradero La Paciencia, Revista Menéndez-Behety, 1932. Foto 11 der., Publicidad Aserradero Río de La Mano, Diario El Magallanes, 1917.

Continuando con los datos históricos entregados por Martinic, en los años 1930-32 se contaba con 22 aserraderos importantes y otra serie de pequeños que conjuntamente mantenían una fuerza de trabajo de más de 2000 hombres. Sin embargo esta situación se vio agravada cuando la industria maderera entró en crisis debido a las medidas restrictivas impuestas por el Gobierno de Argentina a las importaciones, paralizando las ventas y envíos de madera magallánica al país vecino. Argentina era el mayor consumidor de madera magallánica, lo que afectó de forma inmediata a la economía regional

Además la Gran Crisis Mundial también tuvo consecuencia negativas en la producción

forestal, ya que afectó a la actividad ganadera ovina especialmente. “Diversos factores, entre los que merece señalarse la crisis ganadera por la crisis Mundial, la aplicación de derechos aduaneros en la costa sud argentina y la paralización de los trabajos petrolíferos de las compañías particulares en la zona de Comodoro Rivadavia, han ido influyendo adversamente en el desarrollo de la industria maderera regional hasta llevarla a una situación sumamente precaria. Esto ha causado una verdadera inquietud que se ha puesto de manifiesto, tanto por parte de los elementos obreros como patronales, quienes se sienten afectados en forma por demás alarmante ya que al producirse un estancamiento de la importancia del que actualmente sufre esta industria queda en estado improductivo y por consiguiente de desvalorización, la mayor parte de los capitales invertidos y paralizados gran número de brazos obreros que, contaban con una ocupación permanente en las faenas madereras en las que se empleaban en tiempos normales cerca de 2000 obreros” (Revista Menéndez – Behety, Dic. 1930; 25). Finalmente la penosa situación para las madereras podía sintetizarse en que “el estado de las cosas data desde la aplicación de impuestos a la maderas chilenas en la Argentina uno de los principales mercados, con que contaba la industria regional, agravándose su situación por la promulgación de la ley de bosques, primero y últimamente por la suspensión de los permisos para edificar en los barrios sub-urbanos y la obligación impuesta a los 36

propietarios de edificar en material sólido y de dos pisos en el sector comprendido entre las tres avenidas y la playa” (Revista Menéndez – Behety, Dic. 1930; 27). La precaria situación que dominaba a la industria maderera se hacía notar en toda la región y poniendo en descontento a todos sus trabajadores como propietarios se buscaron medidas para tranquilizar el tenso ambiente industrial.

Durante los años siguientes, 1935 hasta 1945, se

mantuvieron algunos aserraderos, como fue el caso de Puerto Arturo, alcanzando grandes expansiones productivas, pero a contar de 1947-48 cayó nuevamente la producción debido a que toda la región de Magallanes cruzaba por una crisis económica fundada en el negocio exportador. “Las trabas de corte nacionalista impuestas por Argentina significaron la pérdida definitiva del excelente mercado patagónico para las maderas regionales. Como por otra parte la Región entera pasaba hacia el fin de la década de 1940 por un período de franco marasmo económico y consiguiente desaliento social” (Martinic, 1980; 95).

EL panorama no fue alentador y

progresivamente se fueron paralizando hasta su cierre definitivo los mayores aserraderos de la región, en especial los del seno Almirantazgo. Tal implicancia trajo la irreparable caída de la actividad forestal en Magallanes en su desarrollo histórico.

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4.-

Relatos Orales

1. 2. 3. 4. 5. 6.

Germán Genskowski Reinaldo Catalán Patricio Oyarzún Carlos Descouvieres Honorio Chiguay Juan Paredes

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1º Entrevista

30.06.2010

Germán Genskowski M_:

¿Cuándo llegaron ustedes a la zona?

G_: Mi papá nació acá, mi abuelo nació en Santiago parece. Ellos eran polacos, de Polonia, pero el primero que vino fue como el año 1880 por ahí, pero vinieron a Buenos Aires, escapando no sé qué, porque siempre en Europa escapaban en esos años, pero este parece que venía escapando de una mujer me dijeron. Tenía muchos hijos y escapó parece. Después tuvo hijos en Buenos Aires se escapo pa´ Chile. Si era medio, ese era mi bisabuelo parece. Asique habían Genskowski en Buenos Aires y después en Santiago, y de ahí se vino a Punta Arenas y acá nacieron mis papas, mis tíos, todos nacieron acá. Mi papá ahora tendría 85 años, asique debe haber sido en 1920 por ahí. Mi abuelo parece que trabajó de administrador en alguna estancia por acá. Y mi papá empezó más con las embarcaciones primero. Después trabajó con ese Marcou allá en aserradero, estuvo allá. Después que estuvo con Marcou iba para allá no sé porque, y estaba un tiempo y volvía, pero después empezó con las embarcaciones y después de ahí se metió con los aserraderos y de ahí en el año 60 volvió allá, pero ya meterse en aserraderos y animales y en todo eso. Con ese tractor que le digo lo llevó para el lago Fagnano, en el lago tuvieron que llevarlo con una balsa, fue una tremenda odisea. Con ese se dio vuelta en el lago Fagnano, en el límite se dio vuelta y resulta que estaba con mi hermano que es el menor. Tenían una sola yunta de bueyes y no lo podían levantar el tractor, asique tuvieron que hacer un hoyo debajo pa´ sacarlo. Y después mi papá al otro día no sentía dolor, asique no pasó nada. Cuarto, quinto día le empezó el dolor, asique de ahí yo estaba en Caleta María y tuvimos que ir a avisar a Vicuña que en ese tiempo eran tres días a caballo. De ahí lo llevaron a Caleta María en una camilla entre cuatro en la lancha y de ahí fue un avión a la maleta, que tenía en ese tiempo Davison. Él pidió permiso para ir a Vicuña, Pampa Guanaco, porque esa cancha no estaba autorizada, y lo fue a buscar. Y al tiempo después a los tres meses, porque a mi papá lo enyesaron, estaba otra vez en su tractor allá manejando con yeso y todo, medio porfiado. Entonces, mi papá trabajaba con la empresa Markuo y Campo que tenía aserradero en Caleta María. Eso fue en el año 42´por ahí, por esa época empezó a ir. Entonces él empezó a trabajar con Marcou y Campo ahí, en esos años. Trabajó con esa empresa y posteriormente se quedó con acciones de esa empresa y siguió trabajando con aserradero. Ahí llegamos nosotros con él, a 39

trabajar con él. Y antes de eso tenía embarcaciones él. Tenía una goleta, que era “La Gaviota”, con eso nos trasladábamos nosotros, pero antes de eso hacia cabotaje. Entonces, Cabotajes a Porvenir, eh. Por ese tiempo todo se movía en embarcación, goletas, cuter y toda la cuestión. Entonces yo de chico anduve embarcado en estos cuters, goletas, y ahí conocí Puerto Arturo. Ah, y antes tuve un tío, que tuvo la estancia que es Darwin ahora, no se sí, al lado de Puerto Yartou. Él formó esa estancia mi tío, que en esos tiempos se llamaba “Cabaña Chavet”. Y mucho de chico, como mi papá tenía embarcación, íbamos para las vacaciones a Cabaña Chavet, entonces ahí conocimos Puerto Yartou y Puerto Arturo M_:

¿Y estaba funcionando el aserradero?

G_: No, ya no. Estaba funcionando Puerto Yartou, Puerto Arturo no casi, me parece que no, pero ya no era el aserradero antiguo que usaban, que tenían los Baeriswyl, que me parecen que eran los primeros. Sino que lo tenía Iglesias, y tenía un aserradero a un costado, un aserradero más moderno. Eso le hablo en el año, a ver, 55´, 60´. Lo del aserradero de Puerto Arturo, ese el antiguo que hay, es mucho antes. En el tiempo que nosotros estábamos ya eran, esos aserraderos, por lo que tengo entendido yo, sonaron cuando se abrió el canal de Panamá. Los buques que pasaban por acá llevaban madera, pero ya ahí se cortó bastante, y eso creo que fue en 1920, por ahí. De fechas soy medio malazo. Entonces, como le digo, yo conocí cuando estaba mi tío ahí, iba mi familia, mi abuelo, éramos chiquititos nosotros, íbamos a Cabaña Chabela que quedaba al lado de Puerto Yartou, entonces conocíamos todo eso, y posteriormente hicimos con mi papá varios viajes, y bueno todavía estaba el muelle de Puerto Yartou. Íbamos a buscar madera, pero era un aserradero más moderno que tenían los Iglesias, Marcelino Iglesias, era el que conocí yo, que estaba allí, que ahora tiene estancia por el Paine, y todavía tienen Puerto Yartou ellos. Y de Puerto Arturo verdad que yo conocí los galpones que habían, pero yo era chico, pero en ese tiempo uno no se fijaba mucho. Incluso ni me acuerdo quien era el dueño, pero, porque después de esos aserraderos vino el de la Paciencia, y de ahí, de la Paciencia llevaron el motor, que era la caldera, a Caleta María. La Caldera que estaba en la Paciencia la llevaron flotando a Caleta María, porque en ese tiempo en la Paciencia tenían un remolcador chiquitito que sacaba madera del Fierdo Parry. Entonces de ese remolcador sacaban vigas, incluso uno ve en Parry donde cortaron madera esta gente. Cortaban madera de Parry y después lo llevaban a la Paciencia. Y después mi papá empezó a trabajar 40

nuevamente cuando después que Marcou, la sociedad que construyó Caleta María, pusieron un platar. Entonces mi papá cuando fundió esa empresa él quedó con acciones ý a los años después empezó él, el año 62´parece, empezó a trabajar él con el aserradero de Caleta María y trabajó algunos año y en el año 72´ya él se accidentó con un tractor. Nosotros estuvimos trabajando años con él, y después él abandonó eso. Y yo entré a trabajar a ENAP y nos fue mal allá y tuve que dejar a mi papá, porque en ese tiempo era difícil eso. Y años después, bueno, empecé yo por el lado del Lago Fagnano, pero un pedacito de lo que era el campo. Se perdió esa concesión, se perdió, entonces yo le compré directo al fisco un pedazo, pero en ese tiempo cuando le hablo yo, la empresa tenía 280.000 hectáreas y yo compré 3.5000. Tengo vacunos, unas poquitas ovejas y algo de turismo. El auge de la madera, por lo que sé, es cuando los buques pasaban por el Estrecho y ahí había mucho movimiento de madera, pero cuando abrieron el canal de Panamá todos estos aserraderos fueron decayendo. Puerto Arturo, Puerto Yartou cuando yo lo conocí YA era aserraderos de estos más chicos, pero como que llevaban al lugar donde ya estaba la madera. Ya no era ese tremendo galpón con tremendas calderas y toda la cuestión. Sino que era con un motor más moderno, asique eso es lo que yo sé de la Historia. Entonces, bueno historias, como le digo yo era muy chico en ese tiempo, cuando estuvo todo eso, ya estaba todo liquidado. Yo conocí a Markuo, pero no me acuerdo de él, porque yo era muy chico. Mi papá trabajaba con Markuo del 42´ hasta el 52´por ahí, yo tenía 7, 8 años. La barraca de madera la tenían donde está buses Fernández, ahí tenían la barraca ellos. M_:

¿Sabe cómo funcionaba el proceso del aserradero?

G_: Bueno, lo que pasa, es que ellos trabajaban en el lago Fagnano, por eso es que quebraron también, porque del lago Fagnano sacaban las vigas. El Lago Fagnano tiene 15 kilómetros chilenos y de ahí hay un río, el río Azopardo que son 12 kilómetros y abajo está Caleta María. Asique ellos cortaban en las orillas del Fagnano, en ese tiempo se cortaba todo con hacha y los rastreaban con bueyes hasta la orilla del lago Fagnano. De ahí con una lancha las llevaban hasta el río Azopardo, y de ahí las tiraban por el río Azopardo. Era una locura no más, mi papá también se puso a trabajar 41

en eso, asique también a mí me tocó trabajar allí, pero, porque le gustaba esa cuestión nomás. De hecho eso se fue en quiebra. Bueno, y de ahí, corrían por el río que tiene 11 kilómetros y a veces se quedan en las orillas, en las piedras, asique hay que ir por todo el río, empujándolas, que esto que el otro, metiéndose al agua con botas largas. Es una tremenda pega. Y abajo en la playa había una red de troncos y de ahí se agarraba con bueyes y se llevaba orillando por la orilla del Almirantazgo hasta Caleta María que eran como 4 kilómetros, con bueyes. Eso no podía dar plata, esa cuestión. Y el Markuo ese se metió en cuanto proyecto hubo en sus años. Me cuenta mi papá que llevaron en el año 45´, 46,´ no me acuerdo mucho, es que como digo, cuando uno tenía esa edad, 18, 20 años no escuchaba mucho de fechas, de eso. Cuando empezó esa empresa el 42´, aunque Catalán dice que el 46´, aunque yo tengo la placa de Caleta María y me parece que es el 42´. Tengo la placa que estaba en la caldera. Bueno la cosa es que en esa empresa invirtieron un montón de plata ahí, porque llevaron vacuno, llevaron ovejas, 3.000 ovejas me contaba mi papá, e hicieron 3 puentes en el Azopardo, y ese río es ancho. Tres puentes de madera, hicieron caminos, hicieron un montón de cosas, cercos. En el primer invierno se les murieron 2.000 ovejas así. Después se les murieron vacunos, todo, y como le digo la madera era un trabajo de titanes, y ya la madera imagínese habían aserraderos mucho más cerca, entonces era un poco, no sé, pensando lógicamente, no podía eso ir adelante. M_:

¿Y por qué no sacaban leña de caleta María entonces?

G_: Porque ahí hay poco bosque. Es todo plano, los cerros son aparragados, pa´ tras es turba, y hay un pequeño río ahí, que es el río Fontaine, que de ahí se sacaba algo, pero es complicado. Sacaban harto sí, pero no era suficiente para el aserradero que tenían, si ahí trabajaron 150 personas, entre el 40 y tanto y 50. Si había una población, si en las fotos que tengo yo se ve que había 20, 25 casas, 30 casas habían. Además que en esos años no era el asunto de aserradero, no era como ahora que usted con una persona con motosierra echa medio bosque en una mañana. Vienen máquinas, las levantan, hacen pedazo todo. En ese tiempo no, el gallo largaba 20 árboles si es que lo hacía en el día, porque tenía que cortarlos a pura hacha, sacarle toda la cáscara. La cáscara a veces cuesta un poco sacarla, porque para que los bueyes la arrastren tenía que estar sin cáscara, porque sino el rose.

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Y si el palo generalmente, los palos, hasta un metro y medio del otro, la pudrición viene debajo del piso. Entonces si había que hacer una truesa (¿?) era otro corte, a pura hacha, entonces era trabajo. Mientas que ahora viene una persona y qué! 200 árboles en media mañana, no es ningún trabajo. Entonces había 150 personas, los bueyerisos, los que, esos eran aparte. La gente que trabaja era con palo o trabajan en viga, los vigueros eran ellos. Esos vivían en el monte en casitas de troncos, de palo. Después venían los que eran los de los bueyes. En Caleta María creo que habían como 70 yuntas de bueyes y una persona no se puede arreglar con más de dos o tres. Asique, pucha ahí no más tenían 20 o 30 o 10 o 15 personas con los bueyes, más los de la lancha. La lancha en el lago, y después los que corrían las vigas del rio, después los que trabajaban en el aserradero. Uf era un montón de gente. En el lago Fagnano había unas casitas, que hubo una estancia ahí. Es lindo el lugar, Caleta María, La Paciencia, todo es precioso, pero lo más lindo para mí de esa zona es Yartou, Puerto Arturo. Es otro clima, más a la orillita de playa. Claro, si mi tío tenía siembras. Mi tío hizo esa estancia y después se la quitaron. Era en esos tiempos que a uno le daban en arriendo, entonces cuando ya había construido, si veían que había hecho algo bueno se le daban en propiedad, pero a él por política parece, que por ahí, le consiguieron que lo echaran pa´ fuera. Y después ya se fue, se consiguió una concesión en Dawson, atrás, pero era una cosa miserable, ahí, puro barro, era pa´ hacer madera. Ya después se amargó con eso mi tío, porque dejó una estancia preciosa. Era muy lindo lo que hizo él en Cabaña Chabela, donde es Darwin ahora, al lado de Yartou. Por eso el mejor lugar es ese, porque donde estoy yo por ejemplo es alto, usted no puede sembrar papas, se congelan, todo. Es otro clima, lógico, yo estoy metido arriba en el lago Fagnano. Entonces allá está a 40 metros de altura y aquí en esta zona de la orilla de playa 40 o50 metros de altura ya el clima cambia, el invierno es otro, el verano es otro. Además que a mi me gusta la orilla de playa, pero bueno estoy allá y es lo mejor que tengo. Donde estoy está en un lugar privilegiado, por el hecho de que nadie puede tocar nada por ahí. Está la WCS, son 280.000 hectáreas que no pueden tocar nadie, gracias a dios. Estamos al lado argentino, limito con dos parques, reservas naturales. Hacia el sur está la cordillera Darwin, que también es parque creo. Asique lo bueno es que nadie puede hacer nada. Nada que no se turismo o algo así. Y para el sur está la sociedad Yendegaia, que se suponen que también resguarda. Asique está totalmente protegido, y uno con la ganadería es poquito lo que interviene al asunto. Y cuando haya pasadizo hasta el Beagle, imagínese.

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M_:

¿Y alguna anécdota que le haya pasado en Caleta María?

G_: Pucha, hay miles de cosas que han pasado, tantos años, de chico andando por ese sector cuántas cosas nos pasaron. Imagínese, yo ahí donde estoy, cuando llegué nosotros empezamos, hace 25 años empezamos a armar eso, porque en el lago Fagnano donde estoy allí hubo una estancia en 1908, un alemán ahí. Que hay un libro de un gringo que pasó en el año 1922 por el lago Fagnano, Rockwell Kent. Él escribió sobre el alemán que vivió allí, pero muy después llegó el famoso Marcou. Bueno, yo como le digo, en el lago Fagnano no había nada cuando yo llegué, que empecé a construir hace 25 años. Asique todo tuve que llevarlo a Caleta María en embarcación y de ahí a caballo hasta el lago Fagnano, y son 17 kilómetros, pero hay que cruzar el río Azopardo. Asique esos fueron 20 años de llevar cosas y cosas, caballos y caballos. Asique imagínese la de cosas que pasaron ahí. En verano, eran todos los meses dos tres viajes a caballo, llevar fierros, materiales, víveres. Y después cuando ya tenía todo más o menos listo llegó el camino y ahora es una cosa común y corriente. Imagínese armar una estancia, hay que llevar alambres, estufas, camas, muchas cosas. Aunque casi toda esas cosas las hacía yo allá. Llevé un motorcito y allá mi papá había dejado en el año 72´un tractor arriba en el lago Fagnano. Él llevó un tractor en esos años, lo llevó a Caleta María. Ese tractor tiene más aventuras. En Calatea María, porque en ese tiempo todavía estaba el muelle, en Caleta María había un muelle de 400 metros. Entonces cuando llegamos nosotros con mi papá en el año parece 62´, cuando él empezó por su cuenta, bueno después llegó el tractor. Habíamos arreglado un poco el muelle, pero cuando él lo estaba bajando se le cayó el muelle abajo, pa´ empezar, y por suerte se le ocurrió a mi papá sacarle la cabina, porque si está con cabina se ahoga. Bueno la cosa es que llegó el tractor a Caleta María, lo tuvo como 8 meses y de ahí lo llevó al Lago Fagnano, pero eso, si usted viera como es el terreno para llevarlo. Trabajó hasta el 72´con ese tractor. Ese tractor quedó botado en el lago Fagnano, estuvo 17 años botados en el monte, porque yo lo empecé a mover el 87´por ahí. Ese estaba en el límite con Argentina, asique las casas que hice yo están al lado de orilla de lago, mi campo son 10 kilómetros de orilla de lago, asique me costó como un año llevarlo hasta donde yo estaba construyendo po. Estaba fallando el tractor, era muy antiguo, del 50 y tanto. Era muy difícil en esos años.

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Hay historias, una de las goletas que tuvo mi papá era la goleta “Gaviota”, que ese fue famosa en Porvenir, porque esa goleta la trajeron de, dicen que de Escocia. Vino a las Malvinas, y en Isla Dawson allí había un administrador que se llamaba Morrison, era gringo, tenía una hija y vivía con la señora. Él la compró, y la trajo cuando él estaba en Dawson. Era el administrador de la estancia, y todo, porque allí había una estancia, que antes era Ganadera Gente Grande parece que era la estancia que estaba en Dawson, después se la quitaron. Bueno, y él después le vendió esa goleta a mi papá que era de casco de fierro la goleta. En ese tiempo se llamaba “Goleta Mery”, porque la hija de él se llamaba Mery, la hija del gringo. Mi papá la reformó y le puso Goleta Gaviota. Esta era una goleta de 22 metros, era grandota. Mi papá trabajó varios años con esa y lo que más hacia era cabotaje a Porvenir, llevaba los víveres y todo, porque en ese tiempo no había barcaza. Acarreaba fardos, lanas, ovejas, todo venia en la goleta. Después se la vendió a unos que eran de Valparaíso, no sé qué problemas tuvo de plata, y dicen que se encendió entre Porvenir y Punta Arenas, dicen que la incendiaron para que este gallo pudiera cobrar el seguro y todas esas cosas. Pero la Goleta está en el museo y sale toda la historia en el museo de Porvenir. M_:

¿Y contacto con la gente indígena tuvo?

G_: La única vez que tuve fue una vez que estaba en la Paciencia yo. Allí llegaron algunos, pero ya andaban vestido como nosotros. Ah! y antes yo estuve con los indios, pera acá en Seno Skyring, en Río Verde, ahí cuando yo era chico. Ahí yo tenía otro tío que era administrador, de la Cohlen y ahí llegaban cuando yo era chico, yo te hablo 6, 7 años, llegaban en bote a cambiar cueros. Ahí conocí a los del Skyring, que había un grupo que llegaba. Y allá conocí a un grupo, pero yo estaba en la Paciencia, que queda a una hora navegando a Caleta María, ahí están al ladito. Allí conocí: llegó un lote una vez, que yo estaba solo igual, me pasé bastante asustado, porque eran un lote grande, y en ese tiempo ya estaban ladrones, se habían mezclado con los pescadores entonces. Y esos los únicos que conocí. Hablaban español, si hablo del año 60´, ya conversaban. Ellos vivían en el canal Gabriel, detrás de Dawson. Y dicen que los mataron a todos, 2, 3 años más tardes. Aparecieron todos muertos, quién sabe quien fue, los pescadores son o los marinos, no sé, porque vivían justo en Dawson, al lado detrás. Ahí llegaron puros hombres, con un pescador, uno que era medio bandolero, e ignoro si tenían familia, no sé. Eran los únicos que quedaron, era del grupo más

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grande que andaba en ese tiempo en el Beagle, Williams, en esa parte. Pero por aquí casi ya no, nada, nada. En esos años había una, me acuerdo ahí en Dawson había una isla que se llama Wikham, y ahí había una momia de un indio, adentro de una cueva, pero creo que se la llevaron al museo de Porvenir. Y de ahora conocí a la que estaba en río Verde pa´ arriba, la Fresia Alessandri, pero esto no fue hace mucho. Sí yo me tomé una foto con ella como hace 25, 30 años. Tenía un ranchito en río Pérez pa´ arriba. Anduvimos a caballo con un amigo que tenía un campo por ahí y ahí la conocimos. Y eso, de ahí no he tenido ni un contacto más. Con esos que llegaron a la Paciencia lo pase asustado, porque yo en ese tiempo tenía 18 años. Nos dejó mi papá en la Paciencia, porque allí había vacunos baguales, con un gallo que era bagualero. Estuvimos un año allí pillándolos, se pillaban vivos, se amansaban un poco y se embarcaban para llevarlos a Punta Arenas. Asique como le digo yo tenía 18 años, había salido recién del colegio, y el viejo este, “el macheteado Muñoz” le llamaban. Tenía unos 55 años, pero era una fiera. Los bagualeros en esos años para pillar baguales tenían 25 perros, 30 perros, y los pillaban a lazo. Primero los perros los sujetaban y los pillaban a lazo, era una fiera el viejo. Asique ya después cuando tuvimos varios vacunos me tocó a mí quedarlos cuidando abajo, y el viejo era malo, esa es la casa de la Paciencia. Es donde estuvo el aserradero en la estancia, es una casa antigua, grandota, inmensa casa, que ahora no queda nada sí. La tiene la WCS ahora. Y el viejo era malo, se peleaba conmigo, siempre se peleaba. Antes de irse, porque se iba pa´ arriba en pleno invierno, porque uno se va a cazar en invierno. En invierno, porque con la nieve bajan a los valles, sino en verano están gordos, andan por los cerros mientras que en invierno la nieve los acorrala abajo. Asique el viejo antes de irse, como era de Chiloé, pasaba todo el día conversándome, contándome historias de brujos. Dale con eso de los chilotes y todo, y como uno era medio joven y medio tonto quedaba medio asustado. Asique imagínese yo me quedaba 8, 10 días solo solo solo solo en esa cuestión. Y justo llegaron el grupo ese que eran como 8, con un gallo que le decían “Patas largas” que era pescador, los otros eran indios nomás. Menos mal que yo tenía un rifle, asique yo en las noches me encerraba nomás en la cocina de la casa y de ahí no me movía, con candado y me movía con mi rifle allí al lado. Robaron todo lo que quisieron, yo les pasé carne y todo e igual robaron. Como le decía ya estaban maleados por la misma compañía de los pescadores, pero lo 46

pasé bien asustado. La casa era inmensa entonces podían entrar por cualquier lado, si tenían las puertas que estaban todas que se caían. Yo tenía una tranca en la cocina nomás. Ahí no entraron, lógico. Eso que yo los atendí, y toda la cuestión, pero no, robaron chapas de puertas, me acuerdo que robaron todo lo que quisieron se llevaron, y yo que podía hacer me quedé calladito nomás. Asique ahí estuvimos un año con ese veterano, fue bien bravo. Bueno yo estaba acostumbrado a navegar y todo, pero ahí fue mi primera salida, del colegio me mandaron ahí el año completo, la Paciencia. Ahora no queda nada de eso, nada nada. No queda la casa, todo lo desarmaron los pescadores. Y eso con los vacunos había que andar a veces un día pa´ arriba en pleno invierno, a caballo. Yo tiritaba, en la noche prendíamos fuego, yo pasaba la noche con mi fueguito tratando que no se apague, el otro dormía como loco, no le hacía nada, acostumbrado. Imagínese en ese tiempo, justo ese año hubo acá en Punta Arenas hubo 25º bajo cero. Fue el año de una elección, que fue por lo que me acuerdo yo, fue cuando eligieron a Frei, el Padre, pero no me puedo acordar si el 62 o el 64. Por ahí fue. Entonces me acuerdo que justo la pelea con este, el Macheteado Muñoz, era por política, porque él era de un lado y yo era del otro. Asique el me decía que me iba a cuchillar, asique yo le decía yo estoy con el rifle, que apenas te acerques iba a. Asique era malo el viejo, malo, malo. Y después ese veterano, en ese tiempo tenía 50 y tantos años, y él corría a veces, porque había que dejar los caballos en una parte y salir a pie subiendo cerro tras los vacuno. Yo con 18 años quedaba botado en el piso y el viejo iba al trote pa´ arriba. Tenía un aguante. Y ese gallo después se fue, lo tuvieron acá en Camerón, hasta los 90 años nunca se quiso ir a Punta Arenas. Hasta murió ahí, en un puesto lo tenían cuidando vacunos. Murió allí y se lo llevaron. Sí incluso tenía unas hijas en Punta Arenas, pero no quiso nunca saber más de ellas. Era un bagual más el viejo. Desde chico yo estaba acostumbrado a andar así. Había navegado desde chico, si mi papá tenía embarcaciones, éramos chicos y andábamos navegando y ahí ya uno anda. Los marinos, todos esos, no eran muy suavecitos todos. A los 10, 12 años uno andaba hombreando postes, ayudando a cargar y todo eso, y como le digo de chiquititos íbamos a la estancia de mi tío allí en Darwin. Acá en las Cohlen que era en río Perez, también íbamos cuando estábamos de vacaciones. De chiquititos íbamos al campo a andar a caballo, esto lo otro, y siempre nos hacían trabajar asique estaba acostumbrado.

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M_:

¿Y ustedes se conocieron allá? (Preguntándole por su señora, Maricela)

G_: No, nosotros nos conocimos aquí en Punta Arenas. Si porque hubo un período que cuando mi papá, bueno, ya estuvo muy mal allá, que ya estaba mala la situación, yo me fui a trabajar a la ENAP, trabajé varios años ahí hasta que nos metimos en esa tremenda aventura. Al principio me la engrupí así, primero me la llevé para que vaya a conocer donde yo había estado, y encima nos fuimos en un cúter de un amigo que era pescador medio rallado. Unos temporales, al final se hundió esa cuestión allá, nos quedamos allá caleteados con el cúter hundido, eso fue el 86. Y llegamos allá a Caleta María y nos fuimos al lago Fagnano, porque yo iba a buscar un repuesto de ese tractor que yo le cuento. Cuando volvimos el cúter se había hundido, asique estuvimos como cuatro o cinco días arreglándolo. Estos otros no tenían nada, yo tenía una llave de cañería y con eso desarmamos el motor, sacarle el agua y toda la cuestión. A los cinco días salimos y se largan unos temporales, pero esos eran temporales con todo, relámpagos, truenos, y en ese seno es una cosa así que el viento viene como un saco, y llegó un momento y empezó a fallar el famoso cúter y nos quedamos atravesados ahí con un tremendo temporal y de noche. Y yo lleva un botecito sodiac encima de la cubierta y yo le decía a mi señora no si no pasa nada con este bote nos salvamos. Que con ese bote en esas rocas no quedaría nada. A las dos horas cuando ya se empezó a hundir ese cúter, porque empezó hacer agua, porque se mueve las topas de la popa, era un ataúd esa cuestión. Tenía una vela para alumbrarse y esa era toda la iluminación del cúter, si yo fui el bruto. Asique el gallo me dijo vamos a seguir, y yo sabía, yo había navegado toda mi vida, sabía que con ese cúter seguir era suicidio, preferible era volver, asique nos largamos de vuelta qué, habíamos navegado como 2 horas y en 10 minutos llegamos a Caleta María por el temporal, asique a la playa el cúter y nos tiramos a la playa con el bote. Asique ella me dijo yo me muero acá, pero no me subo más a esa cuestión. Y Catalán, bueno, tenía caballos asique a los dos días nos vino a dejar a Vicuña, pero en ese tiempo era un tremendo viaje. Después ya nosotros hicimos más huellas, ya era más fácil, pero en ese tiempo era. Catalán tenía dos caballitos nomás Maricela_: Al final de ese mismo año empezamos hacer al tiro los papeles, los empezó a hacer Germán. Y al final de ese año yo entré por helicóptero y la salida, del próximo año fue por ese camino y con las chicas que eran chiquititas.

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G_: De cuatro años la Daniela a caballo, pasando toda esa cordillera a caballo. De ahí estuvimos un montón de años cruzando a caballo las cordilleras, pero ellas iban en verano nomás, por el colegio de las chicas. Yo iba, ya después que me retiré de ENAP, porque lo armé todo como cuatro o cinco años estuve, como ahí era un rol 7 por 7, asique en los 7 días salía de mi trabajo, me iba a la isla, iba dos días a caballo, día y medio a caballo, veía como estaba la cosa, y me volvía. Y hasta que hace 17 años me retiré y me fui pa´ allá definitivo, el 91´me fui y ahí estamos. Levantar eso fue un trabajo de titanes sí. Llegamos a llevar a veces hasta 20 caballos cargados, y teníamos que llegar al Azopardo, descargar los caballos, cruzar todo en bote y de ahí otra vez cargar y seguir pa´ arriba, y son cuestas y cargas fregadas que se refalan, que uno las amarras como sea, pero un caballo jodido, uf. Llevar puertas, ventanas. Maricela_: La estufa. Y la casita, la primera que tuvimos con vidrio, o sea nunca fue una cabaña pobre, hasta los vidrios los llevaba, todo, todo. Se olvidó del puro nivel pa´ hacer la cabaña, pero todo bien. Dos piezas, en dos piezas vivíamos bien, felices. G_: Ahora tenemos una casa grande, y allá hacemos la madera. Todo se hace allá, sí tenemos un aserradero, asique todo se hace. Lo único que se compra es el fierro, los materiales, los vidrios, las puertas que necesitan máquinas para hacerlas bien hechas, pero el resto todo se hace allá, todo todo todo, la madera, todo. Imagínese llevar con madera a caballo en esos años, no se podía, todo tenía que hacer hecho allí. Maricela_: Con ese tractor se hizo la casa, el motor se ocupó pa aserrar, pusieron una sierra al otro lado con una huincha y con eso hacían la madera. Era bien entretenido, bueno él se entretuvo harto.

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2º Entrevista

08.07.2010

REINALDO CATALÁN “DON CATA”

Sara y Reinaldo Catalán Foto: Macarena Fernández

Sara y Reinaldo Catalán Foto: Macarena Fernández

M.:

¿Cuando llegó a Puerto Arturo?

R.: A Puerto Arturo yo lo conocí en 1953, era de la firma Dick y el administrador era un tal García. Él se murió en el galpón ese hombre, no tenía edad, pero ya terminado su pega y los otros se fueron, entonces no llegaba a la casa asique lo fueron a ver y era que había muerto de un ataque. Yo cuando conocí Puerto Arturo ya no funcionaba como aserradero era sólo ganadería nomás. En ese tiempo más de 5000 animales no tenían, porque tenían vacuno igual. 5000 lanares y vacunos, y tenían otro lote arriba, al lado del río Cóndor que se llamaba el lote 7 y dejaron campañistas que tenían arriba, lejos de ahí de Puerto Arturo. En ese tiempo más de 6 personas no trabajaban. Y después más allá, ósea Puerto Arturo llegaba hasta el Puesto Olguita, y del Puesto Olguita hasta el límite con Yartou era de los Baeriswyl, tenían aserradero, tenían lanares, y tenían vacuno. Y Puerto Yartou antes también fue del papá de los Baeriswyl y el papá no les quiso dejar nada a los hijos, que trabajen como él había trabajado, asique no sé como los hijos tuvieron esa parte allí abajo. Y después de los Baeriswyl Puerto Yartou fue de Iglesias, y hasta la fecha es de Iglesias. Y de Puerto Yartou a Darwin eso era del tío de don Germán Genskowski, de don Gustavo Genskowski, y el límite con eso ya era de la Explotadora Camerón. De ahí a esa firma le empezaron a quitarle los terrenos y lo repartieron. Entonces quedó un tal Paredes, más abajo Joaquín Soto, y más acá en Miguelito

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Maldonado. Yo a todos esos los conocía antes. Quedaron los mismos trabajadores que trabajaban con la firma Dick. También conocí esa misma fecha, el 53, Caleta María, y me quedó gustando Caleta María y después fui el 55 o el 56. Después me fui a trabajar con el señor Grimaldi y de ahí volví a Tierra del Fuego otra vez. Trabajé en Puerto Arturo y de ahí nos dijeron que estábamos ganando mucha plata, porque era a contrato y nos mandaron a despedir, que sacábamos mucho kilómetro en picada. Asique bueno me fui al lote 4 y yo conocía un lote que tenía un señor hermano de donde yo estaba trabajando en el lote 4, y entonces bueno, ayudaba a rodear yo a veces para la marca. Entonces me preguntó un día si conocía el lote, y yo le dije sí, un tal Gómez. Se puede tener vacunos?, le dije yo: con harto arreglo sí, hay que arreglarlo harto, porque es monte y arriba tiene mucho turbal. Podríamos trabajar a medias me dijo, yo le paso tanto animales y yo tenía un camioncito, compre animales igual, asique me fui pa´ allá. 22 días ocupé pa´ llevar los animales de ahí donde los llevé, del lado de Camerón pa´ llegar allá. Yo fui a buscar la huella primero, en 1948 yo sabía que habían hecho una huella los militares, una picadita, de Caleta María a Vicuña. Entonces bueno, yo me fui a conocer esa huella, estaba toda cerrada ya y en parte labraban un palo y ponían un tablero y ahí explicaban más o menos a cuantos metros había otro tablero. Asique la fui hallando, picando y me dirigía así, y 15 días estuve solo abriendo la huella pa´ pasar con los animales. Todos me dijeron usted va a perder sus animales, se le van a quedar baguales, van a perder todo y no va a pasar pa´ allá, si nadie conoce eso, pero yo lo fui a conocer les dije. Y yo estaba en Osorno cuando hicieron esa huella que fue en 1948, porque yo soy de Osorno, pero estoy 57 años ya acá. Asique bueno me fui a conocer la huella y me dije que iba a pasar con los animales. Mi socio me dio varios ayudantes y nos fuimos. Como digo ocupamos 22 días pa´ llegar y ahí empecé a trabajar al sur del lago Fagnano, pero siempre me quedó esa idea de Caleta María abajo. Asique bueno, 11 años trabajé por ese lado, y cerca el primer invierno se nos murieron 36 vacas, un hielo, se escarchaban los ríos, asique a la otra temporada ya pasé más abajo al límite con el lado argentino, ahí ya pude rescatar más animales. Al tiempo mi socio puso un trabajador y se murió mi socio y los familiares no le dieron importancia a los vacunos que tenía mi socio. Se los dieron al trabajador, y nos toca que estuvimos mal con los argentinos esa vez. Se pasaron los animales pa´ allá, porque no había límites. Más de 70 animales pa´ allá y no hubo caso de irlos a buscar. A veces noche con 51

luna subíamos por arriba de los cerros, las montañas, íbamos a buscar a veces uno, dos. Asique perdí todos esos vacunos y me costó armarme de nuevo otra vez. Pucha, fue triste pa´ mi quedar sin poco animal otra vez, todo de nuevo, y pucha estando 11 años ahí y ya dije: y no queda solo Caleta María?, le habían rematado al hombre todos sus animales y quedó solo Caleta María. Y un Mayor de Carabineros, un tal Aguirre, de Porvenir, quería conocer eso. Me dijo cómo lo podía hacer eso. Yo le dije mándeme un mensaje a Vicuña y yo lo voy a encontrar. Bueno, lo vine a encontrar y entonces estaba malo el lago, y sus caballos no eran acostumbrados para nadar a orilla del lago, y el lago pega la ola y se moja todo uno. Tiene que saber que pegó la ola y de ahí pasar un poco. Asique le dije está muy malo el lago pasemos por acá arriba, y los carabineros ya varias veces yo lo había ido a buscar y conocía la huella. Entonces íbamos arriba del cerro y yo le dije que íbamos a pasar por la Isiberia (¿?), arriba de un cerro. Entonces ahí hicimos descansar los caballos, porque era pura subida y los carabineros le dijeron a su Mayor allá vive don Cata, donde se ven esas islitas, al otro lado tiene su casa. El hombre escucho nomás y había visto en el monte lo que había trabajado yo pa´ abrir, porque los otros le iban diciendo, entonces ya, llegamos a Caleta María. Y a la casa ya le estaban sacando los vidrios, las ventanas ya, porque estaba solo. Entonces me dice: don Cata que está haciendo allá arriba me dice, y yo le dije, yo arrendaba último, y no hay más arriendo y hay que comprar y arreglar los papeles pa´ comprar. Y allá arriba usted quiere comprar, que está haciendo allá arriba me dijo, quedando esto solo acá abajo que tiene buen pasto, se arregla esta casa después dijo, linda casa, y yo creo que queda bien aquí, a orilla de mar todo. Y cuándo va a Porvenir me dijo y yo le dije en Abril tengo que irme hacer de los víveres por abajo otra vez. Yo tengo que traer los víveres por tierra le dije, caminar hasta el deseado y de ahí hacer otro viaje y caminar otra vez, y pasar por Caleta y después pasar por el otro lote arriba, asique bueno. Entonces me dijo, cuando vaya a Porvenir, pase a mi casa. Asique bueno, cuando fui a Porvenir me presenté a la comisaría, lo llamaron al tiro y me invitó a almorzar a su casa. Entonces ahí el Mayor se rió y de repente me dice me fue mal con el trámite que le quería hacer po don Cata. Es que todos me dice don Cata por allá nomás, en los libros y en todo sale don Cata. Asique se sonrió y me dice don Cata después me fue bien, me dicen en la oficina de Bienes Nacionales que usted ya se trasladara a Caleta María y de ahí se arreglan los papeles. Asique vaya inmediatamente y vuelva a Punta Arenas dijo y se presenta. Y claro, él ya había hablado por Caleta María, y así fue mi traslado pa´ Caleta María. Asique estuve viendo pa´ compra ese tiempo y me decían que tenía 52

que ser casado pa´ que me den más rápido, asique ahí tuve que buscar a esta señora jajaja. Compré 390 hectáreas, era más grande sí Caleta María, pero como me dijeron que comprara lo más plano nomás, y yo le dije que no tengo plata para pagar lo demás, entonces le dije pa´ 390 sí, y me cobraban un tremendo disparate. Entonces se vinieron todos, la Fuerza Aérea, Las Fuerzas Armadas, todos y mandaron una firma para el Presidente que pa´ con los años que estaba ahí podrían regalarme eso. No fue posible, pero me lo rebajaron a 800 mil pesos. Asique ahí ya anduve bien, si al principio me lo querían vender a 5 millones 800 mil pesos, asique le bajaron los 5 millones. No, y ella me halló en la televisión, me hicieron un homenaje el 1º de Mayo, entonces fue la televisión allá, como 15 días antes y me entrevistaron allá. Entonces se bajaron de la barcaza, anduvieron cuanto por arriba, asique bueno yo los invité a tomar once cuando pasaron a la casa, y en el campo se hacían unas sopaipillas que quedan como tortas así grandes. Entonces yo las empecé a rebanar, y entonces me dicen no rebane mucho si no vamos a comer mucho y yo tenía una mantequilla fresquecita que me había pasado a dejar la barcaza de ENAP y me dicen cómo mantiene la mantequilla fresquecita, entonces yo le dije pasó la barcaza y siempre me pasa a dejar algo y pucha comieron cuanto pan después. Y de ahí pasó la barcaza a buscarlos. Asique me dejaron re invitado pa´ acá, que vaya a la televisión. Bueno, yo vine, estaba varios días acá y me iba, y de repente uno por Chiloé, me alcanzó y me reconoció y me dice cuantos días está acá, tantos días le digo, y cómo no ha ido pa´ allá, vamos, yapo vamos. Asique me presentó a su jefe y me dijeron que su jefe quería entrevistarme. Asique ahí me empezaron hacer preguntas. Estuvimos harto rato conversando, y cómo no se casa don Cata y yo le dije no, porque no he pillado una mujer que me acompañe y donde yo vivo no hay nadie. Y ella estaba con unos parientes mirando por la televisión y le dicen ahí está tu tipo, ahí está tu tipo jajaja. Entonces ella era muy amiga de una hermana mía, asique ya vine a Punta Arenas y ya le dimos jajaja. Asique al tiro a la iglesia y al civil. Nosotros nos conocimos el 86´ con la Sarita. Los primeros días no se hallaba allá. Me decía cuando podemos ir a ver a mi familia y yo le decía bueno, en ese tiempo era difícil, completamente difícil. Si yo cuando tenía que llevar a veces 60 mil pesos en víveres había que llevar pa´ tiempo, y el barco me cobraba 100 po, más que los víveres que llevaba, asique con ella igual logramos que un amigo nos llevara víveres, asique nos fuimos y después pa´ venir era po oiga. Igual el hombre pasaba allá y se ofrecía pa´ traer. Asique pucha, después vino una vez estuvimos dos meses y medio acá y no podíamos irnos, no pillábamos con que embarcación, y entonces bueno yo había 53

ayudado tanto a los carabineros, a las fuerzas armadas en reconocimiento de Vicuña a Yendegaia, 11 días trajinando por la montaña asique listo, fui a hablar con don Pedro Salas, que no les convenía ir un viaje tan lejos asique nada, ni un resultado. Y me fui acá abajo a la tercera naval y ahí nos llevaron una vez. Al principio no nos recibieron bien y después no po, llegamos y nos pasaron directo pa´ arriba. Yo le dije después que yo les haya servido tanto, le he servido a los carabineros, le he servido a las fuerzas armadas, haciendo reconocimiento, por qué me han negado irme a dejar? Pero, porque se acordó a última hora de nosotros nos dijo. Si vine no sé cuando le dije, a qué hora me dijo, no me acuerdo dije pa´ no echar al agua al que me había recibido mal. Ya me dijo, el viernes lo mando a dejar con una, y llevé todo lo que pueda llevar, y de ahí se nos abrieron las puertas, porque nos presentaron en la embarcación, a cualquier embarcación de ellos. Después como vieron que yo había ayudado tanto yo allá y vieron que había una pista toda destruida, ya se comprometieron a ir a arreglar la pista con máquinas que es para aviones. Entonces ya fue el avión un día a ofrecerme todos sus servicios. Que lo llamaran nomás, y todavía no teníamos equipo esa vez, no vez que después me nombraron alcalde de mar allá Alcalde de mar de Caleta Benavente, porque la bahía se llama Benavente, el mar. Bueno, asique no teníamos equipo y me dijeron cómo puede hablar usted por allá y yo le dije a cuatro horas de caballo donde Genskowski tenía el equipo. Ya po, le vamos a dejar toda la dirección acá y ahí nos llama. Ahora se apera, no si ya nos aperamos de víveres le dije yo, pero ahí lo vamos a molestar después. Yo después le digo a la vieja, me saqué la lotería, me saqué la lotería. Qué lotería te sacaste me dijo, mira el papel ahí le dije, una tarjeta, que a la hora que pidamos el avión iba a buscarnos, era del comandante de la fuerza aérea, y de ahí se nos abrió las puertas. Después no nos cobraban ni un peso pa´ irnos a buscar. Viajamos cualquier cantidad, pero primero sufrimos pa´ llegar allá. Mire que a veces nos embarcábamos de Caleta bonito día y cuando llegábamos allá no se podía aterrizar lleno de neblina, y teníamos que volver y aguantar hasta el otro día si es que se podía. Estando allá mismo teníamos que volver. En total 11 años me acompañó ella allá, en Caleta María, y nuestra hija nació allí. Estuvo hasta los 6 años, de ahí nos vinimos pa´ Punta Arenas.

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M_:

¿Y por qué se vino de Osorno?

R_: Yo me vine, porque estaba mala la situación en ese tiempo por allá, se nos había muerte la mamá hacía 5 meses y quedaron varios niños chicos de hermanos, porque nosotros fuimos 14 en total, asique yo había conversado cuando niño que había mucha gente de Chiloé que se iba para allá hacer la faena y decían que ganaban una de plata y me quedó esa idea, me quedó esa idea. Y asique conversé que me quería venir pa´ acá y había un señor que quería venirle a ofrecer un fundo a un señor que trabajaba al otro lado de la isla, asique me llamó, cierto que te quieres ir pa´ Punta Arenas?, sí le dije, pero has ido a ver barco, no le dije, pero que costaría ir a ver, vamos el lunes me dice. Esto fue el día viernes y fuimos el lunes y pucha en seguida que había barco en tal fecha y fue un viaje rápido. Eso fue en 1953 al principio. Qué, me sobraban los patrones acá. Y nos fuimos a la Tierra del Fuego entonces el barquito que nos llevó pasó a Puerto Yartou, entonces ahí nos invitaron a almorzar, un almuerzo más lindo, segundo. Entonces bueno, nos quedamos últimos nosotros ahí, mi compañero dice habrá que preguntar cuánto debemos jajaja. Asique preguntamos, no po acá no se le pide a nadie, no se le cobra a nadie acá decía. Asique ya, nos fuimos al barco donde estaban cargando, yo me saqué la chaqueta y empecé ayudarles a descargar ahí, estaban descargando madera para el aserradero de ahí, y entonces de ahí nos iban a pasar a dejar a nosotros al María Virginia que queda un poco más allá, ahí me iba a quedar trabajando allá, se suponía que me iba a quedar trabajando. Entonces ahí les ayudé algo y me preguntaron: usted le viene a vender tierra a Agoni, no le dije yo no traigo tierra ni en mis uñas jajaja. El caballero que anda conmigo si le dije yo, yo le dije yo me voy a quedar trabajando por donde encuentre trabajo. Bueno ellos le habrían conversado a su patrón. Al otro día mandaron a un señor con caballo de allá que me daban trabajo, entonces el hombre allí no me dejó irme, el de Virginia, no que te vas a ir allá, son unos flojos me dijo y aquí te voy a dar trabajo a contrato y vas a ganar plata y yapo ahí quedé po. Ese era un aserradero que tenía instalaciones por arriba, por el monte, a 5 kilómetros o 6 de la playa hacia arriba, entonces después se bajaba en carreta a orilla de playa pa´ cargarlo. María Virginia queda ahí de Darwin un poquito más allá. Asique bueno ya me quedé ahí, había que ganar plata, asique me queda ahí trabajando. Entonces hasta tres inviernos y de ahí ellos ya se venían pa´ acá y me dijeron si podía quedar ahí cuidándole los animales, entregar la madera que había que entregar cuando había barco, yo le dije claro si yo vine a trabajar asique después de eso tal vez baje 55

a Punta Arenas. Esa madera se iba a Punta Arenas donde el finado Alejo Marcou, por calle Chiloé en una parte él tenía barraca o por Armando Sanhueza o por ahí de la calle Valdivia un poquito más acá. Ahí llegaba toda esa madera que venía de allá. Nosotros teníamos que cortar los árboles, del aserradero arriba, se bajaba la madera elaborada a orilla de playa abajo y de ahí llegaba el barquito a cargar. Si igual yo le conozco todo allá por arriba si eso era de la industrial antes, entonces en 1961 lo repartieron todo eso arriba, Vicuña, y era de la industrial también de Agua Fresca. El administrador en esos años era el finado Marcelino Iglesias. Yo conozco todo eso por ahí, ósea cuando salía con mis animales allá pa´ la venta tenía que pasar por allá arriba por Vicuña y cuando entré con los vacunos pa´ allá también, porque estaban todos alambrando recién, todos cerrando. Estaba el señor Boro, Simunovic, Magallanes Fulle, Roberti, Gonzales, Quillones, Iglesias. Los Genskowski no estaban. Y hay una historia arriba, hay un lote, ósea una parte que se llama Petro un cerro y dicen que tiene que ver con los abuelos del padrino Genskowski, el nombre de ese, pero no sé bien que pasó ahí. Si yo al padrino Genskowski lo conocí a él así, cuando iba andar a caballo donde su tío ahí en Darwin, hay lo conocí yo. Bueno y como le decía yo partí en Virginia, y ahí me dejaron trabajando de puestero, entonces el patrón volvió a tomar otra, ósea le vendieron otro pedazo de monte arriba. En ese tiempo el dueño era el Huaso Agoni, contratista. Entonces él me contrató nuevamente para que le bajara la madera del aserradero y en las tardes bajaba la madera elaborada pa´ irme cargada la carreta y abajo la descargaba. 5 kilómetros de arriba para bajar a la playa, y yo solo le tiraba toda la madera por el aserradero, con bueyes po. Trabajaba con 6 yunta de bueyes dele nomás. Asique le gane plata, le gane plata, y con esa contrata aparece en Caleta María que había que ir a serrar 5.000 vigas que había acanchadas ahí, y ahí ya conocí todo más Caleta María todavía. Puerto Arturo ya muchos años que no funcionaba como aserradero. Compraron unos tractores, unos tanques de guerra, pa´ tirar maderas, vigas y de a dónde iban a tirar con eso, lentos. Se estaban pudriendo ahí en Puerto Arturo. Había un barquito ahí que se llamaba Violeta, y ese lo vino a comprar don José Grimaldi, lo llevó pa´ arriba, pa´ Punta Baja, pa´ río Canelo arriba. Allí llevó el

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barquito el Violeta. El Violeta ese remolcaba todas las vigas que bajaban de arriba del monte a orilla de playa, las hacían balsas y las llevaban para Puerto Arturo. No en esos años había trabajo pa´ la gente, en Puerto Yartou cuanta gente trabajaba, porque Puerto Yartou tenía un aserradero aquí, a orilla de playa, y otro arriba del monte. Asique tenía harta gente cortando vigas, trabajando en el aserradero. Había harto trabajo pa´ la gente esos años. Y la madera igual po, porque había barquitos chicos que iban a buscar la madera, claro que la Gaviota no era tan chico, pero ya los otros eran chicones, pero tenían toda la semana para hacer viajes. Tenían trabajo. Si acá en Magallanes se ha ido disminuyendo el trabajo pa´ la gente, no hay tanto trabajo como antes. Don José Grimaldi tenía más de 150 personas. Caleta María cuando era de los Campos había 150 personas, en los ranchos arriba había 26 ranchos. Había una parte que tenía 6, 4 camarotes, al otro lado 10 ranchos más. Donde cortaban madera, la tiraban a orilla del lago y de ahí remolcarla acá al lago pa´ salir para largarla a río Cóndor y que llegue a Caleta María abajo. Allá había una red y ahí llegaban las vigas y cuando subía la marea sacaban todas las vigas acá y las sacaban los bueyes pa´ allá. Era un tremendo trabajo, esa firma tenía gastos, tenía pérdidas, y cuando tenían esas 5.000 vigas sin aserrar entonces le fue aserrar nosotros con Agoni y ya tuvieron algo de palos, porque ahí tenían plata botada ahí po de las de las vigas que habían acumuladas ahí. Es que le llevaba mucho trabajo, muchos gastos bajar la madera. Es que te bajaban madera de las dos orillas del lago y de ahí sale un río grande, el Piloto Pardo, entonces ahí había que desengrampar las 100 vigas y de apoco iban llegando abajo y se iban quedando por ahí igual, y como a los 8, 10 días había que ir a desarmar los tacos pa´ que vayan llegando pa´ abajo. Era un tremendo trabajo. Y antes las sacaban donde estaba la red y las sacaban y las volvían a colocar y hacían balsas pa´ llevarlas pa´ allá con otra lanchita. El contratista fue más habiloso, Agoni, dijo, pucha están leseando aquí estos, yo instalo el aserradero acá dijo, se sacan las vigas de aquí y se sierran y se llevaban la madera aserradas para allá. Y ganó plata por eso. A mí siempre me hacían la misma pregunta los de las fuerzas armadas ¿por qué si trabajaba tanta gente antes, por qué trabajan tan pocos ahora? Una vez me dijo uno tú Cata como vos pescaste lo mejor acá abajo no quieres que otro esté por acá. Yo le dijo no po, todo lo contrario. Asique bueno, 57

vinieron los Lanceros de Natales, de acá del Cochrane, del Dragón, del regimiento Caupolicán de Porvenir, Carabineros. Una tremenda camioneta fuimos, ocupamos como 11 días de cruzar de arriba hasta Yendegaia, y en las noches conversábamos harto, tremendas fogatas, entonces ellos escribían y escribían, y yo les decía miren van viendo ustedes esto cómo es el terreno, plano, bonito, pastos en parte, lindo pasto. Y yo le dije saben cuánto nieva aquí en junio, más de un metro, porque aquí no llega aire de los montes y no se deshiela. A la otra noche alojamos más allá, entonces les decían lo mismo, aquí ya hay un poco más de nieve después haya tanto. Se podrá trabajar 150 personas como dicen que había antes? No po le dije, complicado. Después me invitaron a almorzar acá y todos dieron su opinión y lo iban escribiendo. Nos ganó don Cata dicen, si tiene razón, no pueden vivir la gente ahí. Pa´ movimiento sí, con el camino que se va hacer por allá movimiento va haber, porque tiene que venir el Krinick (¿?) que hay de la Antártica tiene que venir por ahí a guardarse de Puerto Williams y venirse por este lado, pero que hayan más vivientes por acá no. Asique se dieron por vencido. Es que es complicado el clima, es bonito el lugar sí, en tiempo de verano bonito, monte, hay unas vegas bonito, ríos, pero la escarcha y la nieve, porque con los cerros ahí nieva y no tienen corriente de viento pa´ que deshiele eso, entonces dura mucho la nieve. Entonces eso le hacía ver todo yo eso. Asique me dijo don Pedro Salas nos ganó don Cata, asique le vamos a dar un buen regalo. Me dieron un envueltito así, unas espuelas jajaja Batallando entre los montes, la turba, es que los militares son muy, como dijera yo arrebatados. Como sé de turba acá, mi caballo, caballos buenos tenía yo, se buscaban así y pasaban, y ellos pasaban acá y se empantanaba un caballo lo sacaban de alguna manera, y el otro llegaba y se metía ahí mismo. Hágala el quite le decía yo, y nada. Cuanto batallábamos pa´ pasar una turba. Después yo, de primero le avisaba y después ya no, porque fueron varias veces que pasé con ellos pa´ allá, después ya no le ayudaba yo. Ah y una vez pa´ ver quién salía número 1 haciendo camino, asique iban de varios regimientos, y uno de aquí de Cochrane, un marino, no salió número uno él, y él inmediatamente ayudar allá, y era vivo ah, porque cuando llegaron todos los caballos del corral anduvo mirando todos los caballos, las patas que se yo. Éste voy a llevar yo dijo, un caballo que tenía la loma de la pisada bien ancha, entonces son especiales para la turba, le buscan así y pasan, y el caballo cuando se entierra y donde se apura pa´ salir más se entierra. Asique todo eso le favoreció que llevó buen caballo y nos 58

ayudaba. Si se empantanaba el carguero él ayudaba, sino sacarle la carga, asique eso le iban a anotando que vaya despacito nomás jajaja. Y había uno de caballería del Lancero de Natales y ganarle a uno de caballería uf jajaja. Ah y a un Teniente de Natales le prestaron un caballito bueno de ahí de Vicuña, claro varias turbas ya había pasado el caballito, entonces en una parte se cortó una varilla, entonces meta pegarle que pase y grito y dele y dele. Y allá lo fotografiaron, los militares no pueden dejar que uno castigue a un caballo. Pucha después se la leyeron y casi, casi dicen que le costó la montura. A mí me decían alojemos don Cata donde usted vea que es bueno, que haya buen pasto pal ganado, ganado le dicen ellos, y ahí alojemos, no queremos que se maltrate el ganado. Entregarlos tal como nos entregaron los animales, sin heridas sin nada, asique no importa que ocupemos unos dos, tres días más. Asique así lo hacíamos, porque yo era el que tenía que decir aquí se aloja y se aloja, era el guía jajaja. Pero mire, si huvieron varias cosas acá que contar cuando iban hacer el camino. Me había llamado una vez el de Obras Públicas, don Nicolás Izquierdo, él me había llamado que sí se podía hacer un camino allá, sí le dije se puede hacer un camino. Bueno me dijo ahí lo voy a llamar en tal fecha y de repente falleció este hombre, pero ya quedó eso. Lo pescó un tal Valenzuela de Santiago eso y empezó a averiguar, y bueno, fueron varias veces ingenieros, de alta montaña, y se perdían po no podían pasar. Entonces después tenía yo que entregar unos vacunos en Vicuña, y supieron que estaba yo ahí, entonces los fui a encaminar un día nomás donde ya al otro día tenían que subir la montaña y subir un cerro pa´ allá y de ahí llegar al Deseado, y le di todas las explicaciones pa´ allá. Les dije no puedo acompañarlos más incluso les presté caballos igual. Y les dije llevan muchas cosas igual si pa´ allá no se puede llevar tanto y llevaban esas pa´ medir terreno, tremendas cargas. Asique bueno, anduvieron 11 días y anduvieron en una puntilla nomás del Deseado, ya dejaban a unos enojados acá, a otros allá. Tuvieron que irlos a buscar. Nada, bueno yo deje dicho en el retén iba con el señor Quillones, que cualquier otra comisión que venga yo los acompañaba, que tenía tiempo ahora. Entonces mandaron unos ingenieros muy nombrados de Santiago, a Nancy del Mayer (¿?). Entonces bueno, él no se fue directo donde mí, pasó a averiguar primero a Camerón como supo que en Camerón había nacido gente allí, entonces en Camerón me conocían todos, y le dijeron no, que nadie más lo podía llevar allá que el señor Catalán. Asique ya, andaba un amigo mío de arriba de Caleta María pa´ arriba pa´ Vicuña, que había ido a buscar un caballo, y yo ya le había enseñado toda esa huella, la tenía toda trajinada, pero pa´ allá a Yendegaia no sabía nada, asique él lo llevó a Caleta María. Entonces de ahí mandaron a un trabajador que tuve yo a buscarme arriba en el lago con una carta 59

que sabían que yo estaba dispuesto a acompañar eso y que me esperaban, porque sin mí iba a ser imposible seguir con esto del camino. Asique bueno cuando me mandaron a buscar le dije mire yo no le aseguro llegar. Yo le dije yo no me comprometo, pero tienen que dejarme lugar para ir ubicando, buscando camino y cuando lo ubicamos ahí vamos a partir. Cuando comíamos yo me desaparecía con una chimano, iba marcando y miraba todo el monte y veía los cerros y veía que si salíamos en una parte no íbamos alcanzar a llegar arriba y nos íbamos a quedar sin pasto para los animales, asique nos teníamos que alojar abajo, antes de subir el cerro. Y bueno de ahí llegábamos a esa parte temprano, y por qué tan temprano don Cata pa´ alojar acá, entonces yo le decía mañana van a saber porque. Asique al otro día yo les decía mire si avanzábamos a ayer todo este trayecto nos íbamos a quedar sin árboles, sin ni una parte para alojar, sin pasto, sin leña y no íbamos a tener pasto para los caballos, por eso la alojada allí. Ah, comprendía jajaja. Yo les dije que esto iba a llevar hartos años y ya llevan 19 años y esto fue en 1978 lo que le cuento yo. Claro que tuvo un tiempo de pana, como tres años. M_:

¿Y alguna anécdota que recuerde?

R_: Una vez me acuerdo que en Caleta María naufragué. En ese tiempo andaba yo trabajando de soltero. Naufragamos, porque se rompió la goleta con la escarcha. Hay escarcha de 1.500 metros pa´ dentro por mar, y nosotros fuimos con un tatista (¿?) a aserrar 5.000 vigas de un tal Agoni, y entonces después fue de don Juan Kusmanic esa madera que habíamos aserrado. Y estaba todo nevado y tuvimos que sacarle toda la nieve de arriba y mientras estuvimos en eso estaban la embarcación al lado del muelle y escarchó las tres noches ahí. Y no le rompieron al lado en la noche, y se rompió hasta el río, y al otro día cuando habíamos salido y trabajando y trabajando de tanto andar por la escarcha después ya se rompió. Y ahí fue po. Había una chata que andaban trayendo y un bote. Asique 6 nos embarcamos en el bote, don Juan Kusmanic, don Alfredo Agoni, yo, un tal Paredes y dos mujeres. Nos embarcamos y fuimos a salir a un islote. Eso fue en 1955 el 2 de junio. Pucha que la sufrimos, don Juan Kusmanic se fue a recostar arriba de una piedra, y yo me acordaba que había visto un ranchito arriba de esa isla, y no lo podía hallar, y menos mal que estaba clara la noche, porque salimos a las 5:15 en junio, y ya esa hora ya empieza a obscurecer y mientras naufragamos y mientras llegamos a esa isla. Y los otros quedaron en la chata, y a la chata que ya le entraba agua y sin remo, asique tuvo que volver el bote que nos fue a dejar a nosotros y 60

volver a encontrarlos. Asique me dijeron que me suba a una alturita y le grite que enciendan fósforos y de a dónde iban a tener fósforos si todos nos mojamos. Asique en tanta sintieron el remo y llegaron allá remolcando. Y yo hallé entre las tablas, el gancho caído, y el pasto seco debajo de las tablas y palitos secos debajo e hicimos un fuego ahí. Y una de las señoras que nos hacía la comida andaba trayendo una peineta asique tiramos la peineta y hacer fuego. Buscamos palos por ahí y esperar mientras llegaban los otros con el bote, con la chata. Asique le llamamos a don Juan que se allegue más a la calor, pero sus pantalones sonaban como un cuero, escarchados. Asique bueno llegó el remolque con la chata, entonces el capitán le dice don Juan yo creo que la embarcación se salva, tiene que haber quedado dos agua por la madera, la madera le ha flotado pa´ arriba y no la deja hundirse. Dijo si da la orden usted la vamos a salvar. Usted vea mi capitán le dijo, asique bueno llamó el capitán para que nos ofrezcamos voluntario a ir ayudar. Yo me presente al tiro, otro también. Después fue el susto, cuando nos subimos a la embarcación, porque si uno se subía mucho aquí como que se ladeaba, que se iba a dar vuelta, y había unos electrones (¿?) que lo amarramos a la escotilla y nos decía el capitán que rememos ahí, y así que remamos y en donde remábamos la embarcación se levantaba, y se iba pa´ abajo otra vez jajaja. Y de esa hora, de las 5 de la tarde salimos a las 6 de la mañana salimos a la otra costa. Y con tan buena suerte no había un ranchito ahí y leña bien acomodadita, leña cortada listo para hacer fuego. De ahí me tocó la mala suerte que me mandaron que vaya otra vez a avisar a la distancia, y eran dos horas de ahí y más nevado y escarchado que estaba a la orilla. A mí con un tal Valenzuela me mandaron pa´ allá. Asique cuando llegamos allá no sentimos ni una cosa, y la embarcación ya se había hundido. Había un tal Domingo Fernández de administrador y llegamos y le tocamos la puerta y nada, meta tocarle hasta que se levantó ¿qué pasó? Y yo le dije nos naufragamos le dije yo y estamos todos mojados jajaja ¿y donde están? Algunos están en tal parte y los otros tienen que irlos a acarrear para la otra parte. Ya dijo, vayan ahí dijo, que se despierten la otra gente que hay ahí y que le cambien de ropa y pueden dormir allá y se cuestan ahí y que vengan ellos para acá. Hasta allá voy a ir a buscarlos, y ya era un hombre de edad, y pa´ ir a esa costa uf, pero igual se fue. Bueno después en la tarde tenían otra lanchita entonces dijeron hay que cortar la lanchita y con esa remolcar la otra. Allá Catalán de nuevo otra vez jajaja. Asique con la misma lanchita nos fuimos a buscar la otra, asique llegamos, la remolcamos, se remolcó y los otros hicieron el trabajo. Se llegó al lado del muelle, pero lejos quedó y de ahí tenían un tractor con huinche y la dejaron amarrada allá y como iba subiendo la marea la iban tirando pa´ afuera. Y tocó que quedó ladeada por el lado que estaba rota, asique se 61

vacío toda el agua. Asique andaba un maestro ahí y la arregló y estuvimos 3 días. Y acá en Punta Arenas no sabían nada, porque habían dado el aviso que salían, pero no llegaba la embarcación, ya lo andaban buscando. Y andaba el contador de Juan Kusmanic y dice usted no diga nada nada de lo que le pasó. La firma lo va a gratificar dice, porque usted todo se salvó la goleta, porque van a llegar los periodistas, van a llegar todos ellos y no les chille nada, que no pasa nada diga. Y resulta que la embarcación estaba escarchada acá y resulta que nosotros hicimos el camarote ahí y dormimos ahí y tuvimos que lavar la ropa con agua dulce para que se le vaya todo lo salado y no empezó a gotear cuando íbamos andando. Llegamos mojaditos a Punta Arenas. Y estaban los Periodistas ahí ¿qué les pasó? dicen, nada, y cómo viene sus cosas todas mojadas, no bueno había oleaje, pero no nos ha pasado nada jajaja. Ahí quedó la noticia. Ahora ya sólo quedan vivo don Juan Kusmanic, dos mujeres y yo que quedan con vida. Yo tenía 26, 27 años, más no tenía, si yo ahora ya tengo 83. Y con la Sara cuanto susto pasamos. Una vez nos fue a buscar la barcaza y había un poco oleaje y entonces nos fueron a buscar esos botes sodiac. Entonces bueno pusieron una escala arriba para que me suba yo y a la Karina ya la habían subido. Entonces la ola vino y pescó el bote y la escala por donde yo iba subiendo. Iba a caer encima de ella, iba a caer al mar. Por suerte los dos marinos arriba sujetaron fuerte la escala y no alcancé a caerme. Pucha, cuantos peligros pasamos. Otra vez, pero eso le pasó al padrino Genskowski, ellos tuvieron un tremendo percance. Se naufragaron también, pero valiente mi madrina llegar e ir otra vez, porque a ella no le quisieron decir hasta cuando ya llegó el agua donde ella y la sacaron afuera. Y pucha yo tenía confianza por el barquito que había quedado en la forma, asique yo en ese tiempo tenía velas nomás, entonces tenía la vela en la ventana y miraba por la venta y eran las 12 y tanto y perdí el ruido del motor. Bueno, después me quedé profundamente dormido, eran las 4 de la mañana, golpe y golpe en la puerta. Voy y lleno de agua acá abajo donde estaban ellos parados todos mojados, asique llegué y le pasé al tiro mi cama donde durmieron la noche antes y de ahí a ellos yo les pasé ropa y tuvieron que ir a salvar a los marinos, que le decían que los salven, que lo salven a ellos. Y valga de unas pilas que le pasé yo, porque con las pilas se alumbraban pa´ fuera entonces pudieron ver donde estaban. Asique bueno fueron a salvar a ellos y de ahí llegaron, entonces ella dijo no me voy en barco, no me voy en barco. Me quedo aquí con don Reinaldo dijo hasta que traigan una embarcación grande. 62

Pucha el padrino después le fue a ayudar al barco para salvar el barquito igual ahí estuvieron todo un día y yo le arreglaba comida y ya llegaban a comer y de ahí vuelta a ir a arreglar el barquito. Y ella no quería comer, acostada nomás. Entonces en la tarde me dice él vaya a ofrecerle cafecito, si he ido dije yo, desde la ventana la miro y le hallé durmiendo, y un rato estaba llorando, entonces yo le fui a ofrecer cafecito, lo hice nomás y se lo llevé, tomó cafecito. Al ratito llegó y bueno algo tenía que pasar para contarles a las nietas dijo jajaja. Ya tenía alegría. El padrino después me dice nos podría ir a dejar a caballo usted pa´ arriba, ya le dije tengo caballos mansitos. Asique le dije señora Maricela, en ese tiempo no era madrina, hay unos caballos mansitos acá, por qué no salimos pa´ arriba de caballo aunque tomemos 4 días, pa´ que vamos a ir corriendo, pa´ salir a Vicuña. No, porque yo voy a esperar que llegue una embarcación grande, pero así aprovecha de irse con don Germán le dije y ya conocemos todo eso por allá arriba, y bueno nos fuimos. Y con tan mala pata la salida nomás donde están ellos había hartos palitos de castores que lo dejaron así nomás y medio pantanoso, y de repente se empantana y cae ella. Por suerte no se pegó en ningún palo de esos. No dijo, no pasó nada. Asique llegamos a Vicuña, lo dejamos, ellos se fueron, y a la vuelta me pasa a insartarse un caballo a mí, apenas me bajé nomás le saqué el palo y se me cae el animal y se desangró. M_:

¿Hicieron ustedes algún aserradero en Caleta María esa vez?

R_: Trabajó la firma Campos. Yo alcancé a conocer a don Patricio Campos. Era un hombre viejito igual, era esos Campos y Marcou, y como Marcou era más chico, digo yo que tenía menos plata, asique le compró su parte y quedó el puro Campos nomás. Yo trabajé con un contratista que le fue a serrar 5.000 vigas a la firma Campos, salieron 333.000 pies en las vigas. Y ahí trabajé con la firma Campos. La firma Campos trabajó hasta como el 55, 56 nomás. Fue ese contratista, porque el aserradero de le desniveló a la firma Campos con el temblor que hubo, asique después acarreaban vigas que estaban acumuladas y el hombre contratista que fue llevó con aserradero a talar más. Después el aserradero empezó a trabajar poquito, se le fue un hijo al aserradero, después se le incendió el aserradero, y a los años después llegó don Lucio Genskowski de nuevo pa´ rebuscar en el monte todavía lo que quedaba. Y ya el 73 listo, lo vendió, vendió sus animales a otro, sacó su aserradero y ahí fue quedando todo parado. Y ahí cuando estaba en pana lo compre yo. Pero yo

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antes, después de trabajar con el contratista, después de eso me fui donde José Grimaldi y de ahí volví a eso, porque me quedó gustando. Después vivía de la ganadería nomás, tenía vacunos. Cuando trabajé en el aserradero yo trabajaba como de timonel como le decían, de tumbador, y de ahí estuve balseando arriba del lago, balseando las vigas al río. El que se caía ahí al agua no se salvaba jajaja. El aserradero funcionaba que 5 pa´ las 8 ya piteaba para entrar al trabajo y se empezaba a trabajar. De ahí esa caldera fue llevada de ahí de la Paciencia pa´ allá, asique ese aserradero debe haber sido más antiguo. Bueno, se tenían que bajar las vigas a la orilla del lago, de ahí balsearlas con una balsa hasta acá el río, y cuando ya habían unas 800 en el río había que irlas a corres pa´ la balsa a una red antes que llegaba al mar, porque se iban quedando hecho taco por el río y había que irlas a correr. Después se sacaban de aquí la red y se volvían hacer balsas pa´ llevarlas al aserradero de Caleta María. Entonces todo eso le llevaba mucho gasto, no le convenía eso. Yo trabajaba con dos personas más en el campamento con las balsas, más abajo estaban los otros dos para ir con la lancha pa´ allá y yo le sacaba la madera acá con los otros pa´ que floten y poder irlas engrampando para que la pueda llevar la balsa y de ahí ya íbamos a desembarcarla al río y que se vayan pa´ bajo, pero eso se hacía cuando había calma nomás. Si había un temporal le hacía pedazo la balsa, 120 vigas queda el trabajo perdido. Asique había que esperar a veces a las 2 de la mañana pa´ hacer balsa pa´ allá. De ahí vendieron mucha madera pa´ la argentina, no ve que el muelle era re largo y entraban barcos grandes. A última hora cuando fuimos nosotros trajeron madera para Punta Arenas, ya los barcos no iban, porque eso había parado como gran aserradero. Solamente tenían las vigas acumuladas nomás. Allá en Caleta también había hartas casas, sí yo cuando ya compré había habilitado otras casas, pero cuando lo vendí en 1997 me pidieron que no destruya esas casitas. Vivíamos en una casa grande. Asique ahí quedaron, pero el dueño no ha hecho nada, no ha hecho adelantos, sí como le han robado a ese hombre. Tenía 18 camas aperaditas para tener turistas, herramientas, cosas de cocina pa´ qué, de la olla más chica a la más grande. Entonces llevaba gente joven, y no le pasaban, helado, y eso que tenían equipo para avisar como habían amanecido, para hablar con ello por acá, pero no, se venían nomás. Asique el hombre se aburrió y después no mandó a nadie allí. Asique ahí llegan pescadores en el invierno, asique se lo robaron en dos partidas. En la primera no hubo reclamo asique se llevaron el resto. Le robaron hasta la estufa. Después les prestaron la casa 64

a los militares y le dejaron bastante mal. Y más encima le destruyeron harto, porque ahora le pasaron el camino medio a medio, que podrían haberlo pasado en una parte más que no le consuma tanto campo, talaje. Y decían que al lado de Caleta le sacaron toda la champa, que hay puro piriguyo, me dijo el padrino que estaba horrible eso. Me daría pena ir ahora pa´ allá, si esa casa nosotros cuanto lo arreglamos con un yerno que sabía trabajar en carpintería, asique arregló toda la casa, la orilla. Se le puso lata a los lados, porque era de madera tinglada, la dejó bien arregladita, y adentro forrado. Si cuando vendimos nosotros estaba linda. Y el que nos compró a nosotros, Julio Contreras se llama, un maestro que llevó le cambió la cocina de donde estaba y la cambió pal´ otro lado, y le humeaba esa cocina, tenía que abrir todas las ventanas, quedó esa casa amarilla, quemada de humo. Terrible lo que hacen a veces la gente. Sí cuando estaba yo venía mucha gente mochilera también. Le tomaban 4 días de Vicuña pa´ llegar donde estaba yo. Entonces yo ya le decía a los de Vicuña que hicieran un fuego al otro lado gente que vaya para que yo les vaya a pasar el río de a caballo, y así lo hacían después. De repente en la tarde veía un humo al otro lado, a buscar caballo pa´ irlos a buscar. También cuando llegamos a Caleta María, el 55, el 53, hallamos una casa que después cuando fueron los militares varias veces le pusieron la casa del misterio, porque sabe qué, la casa tenía adentro todo bien pulido el cemento y había unas cintitas así y había dos listones de tres por tres y de ahí un listón de uno y medio de forro, asique quedaba así de ancho el forro. Y esa casa no tenía salida, esa pieza, para entrar. Ósea tenía una ventanita arriba chiquita y todo de cemento. No había puerta no había nada, y al lado de la división tenía literas y de ahí era pura tierra donde se hacían fuego en la tierra pues. Y adentro no supimos que y cuando cayó la casa supimos que el piso también era de cemento. Todo cemento por dentro y bien pulido. Asique después cayó esa casa con el tiempo y mi hijastro ya la utilizó para hacer un puente colgante que le hizo ahí en el río Fontaine, en la parte mía. Asique se destruyó esa casa, porque cayó después. ¿Y por qué no tenía entrada esa pieza?, y era una pieza grande. Tenía un encatrado, unos palos gruesos que iban al techo. Esa casa la hicieron abajo del cerro, en una pampa que había. Asique nunca se supo para que era esa casa. Quedó en los escritos de los militares como la casa del misterio. Cerca de la pista donde aterrizaban los aviones, al ladito estaba la casa. Lástima que cayó pa haber sabido pa´ que era esa casa. 65

M_:

¿Y cómo funcionaba el tema de los víveres y el ganado?

R_: Tenía que subir los cerros que están ahí en Caleta María, pasar acá el río los animales a nado, subir ese cerro, nadar en el lago Fagnano a la orilla, de ahí salir a la playa a la orilla y de ahí subir cerros pa´ arriba. De ahí llegar al lago Deseado nuevamente a orilla del lago, y de ahí subir otros cerros que son 5 días pa´ llegar donde hay gente arriba. Después los marinos cuando se dieron cuenta de cómo funcionaba la cosa ahí, me dijeron que no me preocupara más, que pida la embarcación nomás y ellos venían a buscar los animales y traer los víveres. Asique después llamaba a la gobernación nomás y me avisaban que tenga mis animales listos y me los traían. Ya no me cobraban, porque resulta que pa´ todos ellos era que nosotros estábamos haciendo soberanía allá, porque nosotros vivíamos solos allí, claro. Si nosotros servimos a muchas personas. Una vez andaba un italiano que estuvo 13 días en la casa y yo estaba medio accidentado esa vez. Se levantaba a las 5 de la mañana a picar leña, la llevaba a una media agua que yo tenía pa´ dejar la leña, la picaba y la dejaba bien armadita. Yo le decía usted se va a enfermar lloviznando y usted en camisa, no no me decía. Estuvo 13 días, me dejó llena una leñera, y después le tocó estar un mes esperando embarcación en Yendegaia, cuanto habrá trabajado ese hombre ahí. Fue a conocer, era un geólogo él. Otra vez andaba un gringuito que estaba estudiando y tenía que subirse a los cerros y acampar arriba a ver una laguna. Entonces vino un temporal de nieve, porque esto fue en abril, que le llevó la carpa, su ollita donde cocinaba, asique bajó a la casa allá, asique cuando vio que no había nadie dijo que fue a buscar su carpa nomás, y la encontró jajaja. Estuvo harto tiempo con nosotros, harto, era un chico joven igual. Él andaba por todos los cerros. M_:

A mí me comentaron que en Caleta María había un muelle como de 400 metros. ¿Ese lo construyó usted?

R_: No, 365 metros tenía. Eso lo hizo la firma Campos. Y después vino un terremoto en 1948, en Punta Arenas, o en 1949 por ahí, entonces allá afectó harto. Cayó un cerro arriba e hizo tira el muelle, pero dejó un pedazo allá. Entonces después hicieron un muelle más cerca del mar y lo empataron con el otro allá. Lo unieron con el resto que había quedado, y cada vez se mandaban 66

rocas arriba, porque yo tenía que pasar con mis animales ahí pa´ cargar cuando me los iban a buscar pa´ la venta. Cada vez rocas arriba que había que romper para que pudieran pasar los animales, porque a veces tenían miedo de nadar pa´ allá, porque quedo todo removido eso. Se mandaba abajo. Si tenía 365 metros el muelle cuando yo lo conocí, porque nosotros la madera que elaborábamos allá la tirábamos en carro y la llevábamos hasta al muelle allá y la dejábamos con rieles para que no venga un viento y las bote, entonces cuando llegaba la barcaza estaba la madera a manito pa´ cargarla, porque a nosotros nos pagaban igual por cargar la barcaza. En Puerto Arturo también había un muelle, pero cuando yo conocí por allá ya sólo quedaban retazos no más, era un muelle muy antiguo ese. Allá hay otra historia, de Caleta María un poquito más acá hay una parte que se llama Yarso. Allá hay una barraca de cemento, de cemento metida en el piedrero hacia adentro, en la roca, ¿Qué habría antes ahí?, y mire, de acá de Paciencia hay una huella que va a la marina, antigua, cortaron madera y todo, y como ahí el primer aserradero fue la Paciencia, y de la Paciencia llevaron esa caldera pa´ Caleta María en 1946, asique Paciencia era mucho más ante que estaba serrando, asique sería madera que llevaban pa´ la marina. Tremendo planchados que habían pa´ arriba y ya los planchados tienen tanta tierra que a veces no se sabe si es planchado o terreno, y que se nota donde se cortó la madera, uno pesca un tronco y se muele, asique cuanto años hará. Yo tenía un mapa donde salía todo eso, ese mapa sí que era bueno. Y una vez me lo pidieron los militares, porque tenía quebrados los cantitos, que me lo iban a arreglar y de ahí me lo iban a mandar. Que después me dijeron que se lo habían prestado a otro comandante que nunca se lo devolvió, asique no me devolvieron el mapa. Y ahí salía esa huella, de Paciencia hasta la marina argentina, orillando el lago Deseado. Si cuando yo cruzaba pa´ allá no encontraba un alma cuando salía de Caleta María pa´ Vicuña y después ya cuando empecé a trajinar yo, a abrir huellas pa´ allá, después empezaron a ir al Deseado, porque algunos no sabían a donde quedaba el Deseado y que al lado está el Despreciado. Asique de arriba del cerro lo veían ya ahí íbamos a bajar, y cuanto les costaba bajar, porque era montaña y algunos se devolvían. En el Deseado habían unos salmones, muchos, y empezó a pasar una cosa que cuando hicieron lo del camino y empezaron a sacar con explosivos morían los salmones con el puro ruido nomás. Había una de salmones muerto en la orilla, y ellos no decían 67

nada, yo sabía que era eso, asique después ya la hediondez, eso tuvieron que hacer unos tremendos hoyos pa´ taparlos y todo. Después pasaron de allá y empezaron a trabajar con otra cosa que no sonaba tanto. M_:

¿Tenía contacto con las personas que trabajan en Puerto Arturo o Yartou por ejemplo?

R_: Si, igual. Por lo menos Camerón, Vicuña todos fueron muy amables conmigo. Cuando venía con los animales que era, déjelos a acá don Cata y ya me iban a soltar los caballos, me abrían los potreros. Me recibían muy bien toda esa gente. A veces pasaba arriba por el cordón Baquedano, igual la misma cosa. Una vez me había desconocido si un hombre, un dueño. Yo iba de Porvenir ya de vuelta pa´ allá y lo pillé empantanado en una parte en una cuesta con su camioneta y yo andaba trayendo buenos caballos y sogas. Asique pucha me pidió que lo tire con mis caballos, asique ya lo amarramos y me subí al caballo y a donde que subo arriba y partí con la camioneta jajaja, caballo forzudo le sacó la camioneta hasta arriba. Y antes de eso yo había pasado a pedir una llave yo y se la regalé. Bueno cuando guste nomás don Cata me dijo que pase allá a su estancia que está el fulano tal y lo van a atender re bien y ya. Al poco tiempo de repente vengo con los animales yo y se me pasa a caer un novillo en un hoyo, me costó pa´ sacarlo, un ciénigo. Entonces quedó medio moribundo y más allá había talaje bueno asique dije yo me voy alojar acá. Me iba faltando carne, asique me voy donde él, donde el señor que le saqué la camioneta, haber si me podía dar un poquito de carne. Y estaba él po, y me dijo debería andar trayendo un par de ovejitas ahí pa´ carnear po, porque aquí no estamos pa´ regalar carne. Mire le dije yo señor me desconoció o no me quiere conocer. Le dije se acuerda cuando usted estaba empantanado en tal parte y usted me dijo que pasara acá cuando guste nomás a su estancia. Ah usted es, ah le dije yo parece que me había desconocido, ya denle medio capón ahí me dijo. Ahí le cambio jajaja. Pero en general había muy buena relación, si toda la gente hablaba muy bien de mí, muy bien. Vino uno a vivir acá arriba y entonces yo arrendaba un campo acá, 280 hectáreas aquí cerquita a 18 kilómetros, pa´ tener, porque yo traje todos mis animales de allá los que pude traer y los traje acá. Asique bueno se conocieron por ahí, don Cata está por ahí le dijo, si nosotros le tenemos arrendado el campo, por dios ese hombre que le dijo es terrible. Es un hombre tan valiente a veces ocupaba 6 68

días de a caballo de donde estábamos nosotros para llegar a donde estaba le dijo, y eso que a veces andaba 50 kilómetros por día. Imagínese que lejos estaba, vino a comprar animales por ahí y se los llevo arreando hasta ya mismo. Asique está bueno que alguien se acuerde de mi jajaja.

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3º Entrevista

12.07.2010

FRANCISCO OYARZÚN

Francisco Oyarzún Foto: Macarena Fernández

Francisco Oyarzún Foto: Macarena Fernández

M_:

¿Cómo llegó a Tierra del Fuego?

F_: Yo llegué a Caleta María primero, a Caleta María con el finado Genskowski. Ahí estuve varios años con ellos y después de eso estuve con Catalán al otro lado en Lobos, ahí estuve como 2 años y después me fui a la Paciencia. Y de ahí salí de la Paciencia. Y ya me vine Ya no me acuerdo que año fue, tengo más de 40 años estuve por ahí, más de 40 años. El 50 todavía no me tocaba hacer el servicio todavía. El 50 estaba en Cabeza del Mar y después estuve en la Estancia María estuve 2 años donde la señora Julie. En ese tiempo estaba el tio de Gensokowski, uno que se mató, pero no se mató en la Julia si po, se mato después por acá por San Gregorio. El papá de Fernández el que tenia Tranquilo, esos son primos con el Genskowski. Se murió Hace como 3 años parece que se murió. Lo aplastó un tractor, imagínese chocó con un coloso. De eso estuve en la Estancia Barney, ahí estuve como 2 años y me retiré y después anduve por la Argentina pal sur y de ahí me fui para allá, a la Paciencia. Después sí, ahí estuve por Puerto Arturo, ahí estuve en la misma fecha que entregaron los gringos del banco. Entregaron ellos y yo estaba en puerto Arturo. Estuve 44 días parece. Tenía que cuidar el campamento no más donde estaba el 70

aserradero viejo. Pero ahí no había nada, Si lo hicieron pedazo todo. Y después de ahí me fui a esto arriba a La Vicuña, en La Vicuña igual estuve como 20 días y después pasé a Lago Escondido estuve como 15 días y después bajé y un día vino don Rume, me vino a buscar. Me vine a trabajar con él otra vez. Ya no estuve más en la Paciencia, ya nos vinimos pa acá pa´ este lado. Ahora me retiré como hace 3 meses 4 meses. Me cabrié, mucho azotado de viento y no, ya el trabajo no es como antes. Uno tiene que andar todo el día. Antes uno trabajaba sus horas no más, ninguna cosa de vacas, nada. Su horario no más. Cuando era antiguamente yo estaba acostumbrado a trabajar así en las otras estancias. Uno salía en la mañana llegaba a las 2 de la tarde y después ya quedaba libre. Acá no, acá uno trabaja todo el día y tienen que andar leseando, si no es una cosa se hace la comida, se hace todo. Ya cambia, ya no es como antes. Todos lados la misma cosa con esa cuestión de lote. No es como antes. De ahí estuve también con don Rume estuvimos en la estancia que es de los hindúes que es cerca de, a orillas del límite con Argentina también estuve un año. En el faro abajo esa parte del faro de Espíritu Santo, por ahí. Es muy trasmano, y otra cosa que hay, eso es jodido que esos enapinos andan todos el día haígan animales no haígan animales ellos pasan. Había que recorrer todo. Se pasaban igual porque había pasos libres que tenían enap, de esos pasos libres todos malos. Una vez un paso malo y pasaron como 300 animales. En los pasos libres donde pasan todos los días los camiones, los operadores, cuestiones, ahí en ese campo hay como 40 pozos. M_:

¿Y en la paciencia cuanta gente trabajaba cuando usted trabajaba ahí?

F_: No, ahí trabajaba yo solo a veces y a veces llegó el otro, el hombre que se mató después. Casi estaba solo yo ahí. Después cuando íbamos a salir sí ahí había llegado otro hombre más, si un tal Oyarzo que trabajaba con el finao Emilia. Lo que me gustaba era que era tranquilo, era tranquilo, lo único que era todo campo abierto, había que repuntar todos los días, porque el vacuno una vez que se manda a cambiar puro monte aparragao donde no se puede andar a caballo. Puras turbas. Ese compañero que se mató, se mató por los nervios, le daba los nervios. Y estábamos arriba en el rancho y yo estaba ahí y él bajo pa´ el rancho de abajo. A él le toca en ese rancho, y bajó en una tarde y al otro día no subía, porque al otro día teníamos que limpiar el camino y seguir. No subía asique dije yo voy a. ya que no vienen voy a ver qué le pasó, asique baje para abajo y cuando llegué 71

estaba muerto, acostado. Se había disparado, pero no se notaba, porque estaba de espalda y el rifle estaba tirado. No se le notaba ni la boca, nada, ninguna cosa, porque se había disparado por la boca, asique no se podía mover, asique tuve que dejarlo ahí y de ahí tuve que salir hasta la Vicuña. No me dio nada. Y yo estaba como a una hora y media a caballo desde el puesto pa´ llegar allí, y de ahí me tuve que ir a la Vicuña. Igual lo hicieron pasar que había muerto no sé cuantos días antes y nopo, si estaba un día nomás. Dos días con el día que tuve que ir pa´ la Vicuña, y lo pasaron por 4 días. Y Los pescadores había que tener cuidado en tiempo de invierno cuando estaba muy malo, que hasta los vidrios bajaban a robar a veces. Una vez no lo dejaron ir los pescadores que anduvieron no los dejaban ir por un año no le dieron permiso para ir por ahí. Los corrió la patrullera de la armada. Ellos dicen mucho dicen mátalo. Pero después una barcaza de esas se va. Si por ahí es jodido también. Tranquilo a veces, a veces. A veces. A veces llegaban turistas, turistas también andaban, mochileros, pero no muchos sí, porque era jodido para salir, pa’ entrar igual. Una vez anduvieron perdidos una... La cosa que eran 2 andaban con su marido se perdió, los salí a dejar hasta afuera casi, después no sé donde fueron. Anduvieron perdidos no se cuanto tiempo sin comida. Andaban a pata, a pie De Venezuela eran. Y vinieron gringos también. Andaban, anduvieron como un mes, porque andaban otros vividores que se vivían de ellos no más así que por eso no me los admití después, porque andaban dos de Concepción, de por ahí por Manzano, de esos andaban 3 a la costilla de los gringos andaban. Los andaban trayendo en unos cutres pesqueros. Estuvieron en el Lago Blanco como un mes estuvieron trayendo. Después volvieron otra vez a la otra temporada pero yo ese día no estaba abajo, estaba el otro hombre ese que se mató estaba. Después estuvo un escocés, estuvo un tiempo no andaba trayendo nada de zapatos y ¿de Dónde le iba a sacar yo zapatos grandes?. En ese tiempo andaba la barcaza de ENAP, ahí andaba un tal Johnson ahí se encontró con su paisano y lo pasaron a botar a Puerto Arturo. Bajo de la Vicuña, todo orillando el río pero hay cada región de calafate. Era trabajador si, ayudaba picar leña. Era bien. ¿Después quien más estuvo? Esos fueron los otros que pasaron. De ahí yo lo mandaba pa la Argentina, lo mandaba. Que se vaya pa la Argentina. En ese tiempo estaban con las islas, estaban 72

medio enojados asíque los argentinos eran malos. Después me escribió del Perú me escribió, esa foto me mando de debajo de la Paciencia que sacó, pero no se pa donde quedaron, la perdí, estaba el helicóptero de ENAP. M_:

¿Y ustedes como llegaban a la Paciencia?

F_: En cúter o si no de por arriba, pero en tiempo de verano por arriba, sino en cuter no mas, embarcaciones. El viaje demoraba varias horas. En un mismo tiempo que este demoraba como 12 horas 14 horas, son 110 millas ¿cuánto es hasta abajo? Después es malo el cruce este de Dawson. De veras que en Dawson también estuvimos. Unos cuantos meses trabajando con el finao Genskowski y con éste, con Tarrido. No sé si ese viejito estará vivo o estará muerto. Tarrido vivía abajo en la Colón. De ahí de ese tiempo me había dicho que de ahí me iban a echar pa’ fuera a los otros. Después ahí los agarraron los milicos y los echaron después. Asique yo me fui nomás pa´ Tierra del fuego, pa’ abajo otra vez, pa’ la Pacencia. Si pa’l otro lado casi lo conozco todo. No más que uno no conoce no más la parte de abajo no conoce, no más que por mar si lo conoce. La cordillera Darwin viene a salirse acá abajo. No si es bonito por ahí. La cosa que para no perderse tiene que tener pa´ salir, si era jodido. Los milicos lo fotografiaban primero, igual no mas se pierden. Como dos veces se perdieron. Una vez andaban no sé cuantos días perdidos sin comer. Llevaban todo fotografiado. Una vez nosotros íbamos a salir, con Catalán íbamos a salir esa vez. Encontramos rastros de milicos, esos donde pisa uno pisa el otro. Bajamos al Lago Deseado ahí estuvieron cortando palos. Estaba todo nevado. Yo le decía a Catalán si son milicos, no si son cuatreros decía. No si son milicos. Asique, pasamos, llegamos ese día, al otro día, si fueron dos días, se hacía en dos días antes. Llegamos a la Vicuña. Pasamos a la estancia La Vicuña si nos invitaban un café. No nos invitaron. Asíque nos fuimos al retén ahí habían unos carabineros conocidos así que. Y le preguntamos a los milicos igual si tenían perdidos, nos dijeron que no, que no tenían ningún personal perdido. Ahí estaban todos los milicos. Así que nos fuimos, que! al rato no más no nos van a encañonar que éramos, esto, espías Argentinos. Todos armados nos fueron a encañonar. Asique nosotros les dijimos que no. De ahí nos dejaron pasar y nos fuimos hasta el retén. Al rato ya empiezan a llegar los milicos pa’ saber de su gente que tenían perdida. Todo el día nos jodieron con eso, porque antes no había tráfico por 73

ahí. Había que esperar hasta una semana a veces pa’ encontrar vehículo para bajar. Y empezaron a hacer pan, a buscar caballos, monturas pa’ salir a buscar sus milicos que estaban perdidos pa ‘allá por la Argentina se metieron. Ahí perdió la mano un teniente, porque se le vino una corrida de nieve de arriba del cerro. Ese estaba casado con una hermana de Sillares. Sillares era uno que compraba cueros pa alla por Rio Seco. Sillares quería también quería comprar la Paciencia, también anduvo hasta allá abajo. Después otra vez igual la misma cosa. Andábamos con catalán al otra lado de lago, donde está Genskowski ahora, de repente vemos que van llegando, que venían de la argentina. Nosotros les mostramos el camino y de ahí nos hicieron volver después, nos hicieron volver, porque iban a ir hasta donde cerca, hasta Yendegaia. Y de ahí nos hicieron volver después en helicóptero hasta caleta. Hasta ahí llegaron así caminando pero de ahi después los hicieron volver, porque ahí vamos a ver cuánto tiempo más iban a demorar. Pero por allá es más cerca si estando al otro lado del lago es más cerca. Nosotros anduvimos un mes con la cuestión cuando marcaron el camino, fuimos un mes hasta llegar a Yendegaia. Explorando y marcando el camino, nosotros los ayudábamos con Catalán y otros cabros más. Y no que no iba a ir lejos ni nada. Si de donde está Genskowski llega en el día. Si no es lejos. Lo que es jodido es el rio, pa´ cruzarlo, porque es medio café que no se ve el fondo del río. Porque ahí murió un milico una vez, un marino. Esos iban pasando enganchado y se metió y largó bajo los palos. No lo encontraron más a ese, tanto lo buscaron. El río que baja del cuanto este, que hay un lago, el Lago Roca. En ese menos mal que no hay camino todavía porque si no, no iban a dejar nada de salmones porque ese también tiene salmón. Es un lago grande. Nosotros lo cruzamos de acaballo. Según cuando está crecido no se puede cruzar, según las partes donde se esté. Ese igual que el de La Paciencia, igual se crece y no se puede pasar. Ahí se encierra toda el agua del cañadón para los otros aguas se cierra todo. Cuando llueve no más no se puede pasar y después en la primavera, cuando llueve, con un día que llueva queda lleno, desborda para todos lados. Y tiene pozones.

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M_: ¿Usted vio a Puerto Arturo cuando estaba funcionando? F_: Yo vi Puerto Arturo de pasa no más. El aserradero pa’ esos años ya no trabajaba, tenían vacuno, lanares tenían antes. Y ahí todavía hay uno que todavía está vivo. Cuando estaba su papá de administrador en Puerto Arturo. No me acuerdo de su apellido. Ese todavía está vivo ese cuando estaba cabro ese una vez se escarcho su cuerpo. Estuvo mucho tiempo en el frio. No me acuerdo bien su apellido. Apellido español. Casado con una, no me acuerdo tampoco, tanto tiempo. Que uno más se conoce por el apellido que por nombre. Casi el nombre no conoce uno. Porque el otro día se le murió un cuñado se murió y escuche que él está ahí vivo. Porque ese después que se mejoró un poco estuvo de administrador acá en Dawson. Y ahí antes que llegue yo a la Paciencia estuvo un tal Ojeda, ese murió, ahora queda Chihay, el brujo que está acá en Yartou. En Yartou uno chiquitito, viejito, negrito. Ahí Le da los saludos le dice yo que le estuve sacando el cuero que le saque la faja hasta las doce del día. Vivieron también en Puerto Arturo una familia, los Paredes. Y hubieron unos que no los conocí cuando estuvo finao Pancho Gómez. Lo que hay en la Paciencia es un cementerio también ahí. Murió un tal Sánchez. Ese lo sacaron y hay dos cabritas que están sepultadas ahí, en la Paciencia. No sé de que habrán muerto, estaban ya muertas cuando yo llegué allí.

Todavía está el cementerio, un cuadrito buscando pal

desemboque del río a la orilla de un árbol ahí está el cuadrado. Al veterano lo trajeron, al Sánchez. No sé si son nietas o son otra cosa, lla cosa es que ahí están las cabritas. La cosa que dicen los otros es que lo trajeron. Un Sánchez, uno que vive en Punta Delgada no sé si es hijo de el finao. Parece que se accidentó de las manos, encontró una granada y se le explotó. Los Paredes estuvieron ahí antes hay unos Paredes allá en Porvenir. Antes que me venga pa’ acá yo pase donde don Rume y estaba él ahí, y me estuvo conversando que anda cazando castores, que quería llegar a la Paciencia y no llegó, se volvió. No, si ahora debe estar todo tapado. No debe haber tráfico. Tiene pasadas malas. Hay un camino antes de allá abajo mismo de la Paciencia, un camino desde allá mismo que pasa a la Argentina, puro así planchado. Cuanto trabajaba la gente antes. Todo con alambre grueso, no el que usan ahora. 75

Aboni, Gastón Aboni (¿?) también estuvo en la Paciencia, Macheteado Muños. Lamirel anduvo también, uno que fue contador, antes que entre pancho Gómez. Pucha antes trabajaba mucha gente, en Caleta María, en Vicuña, el Lago, porque donde esta Genskowski fue estancia también. Estuvo Martinic de administrador de la estancia. Gente que trabajó en el aserradero y ahora no hay nada. Que, ahora en La Vicuña debe haber alguno, uno nomás, dos con suerte. Antes en el aserradero del finado Genskowski trabajaban más de 20, de ahí se balseaban las vigas hasta Caleta María y antes esa Estancia La Vicuña tenía 60.000 animales lanares y 3 mil vacunos, era el que tenía el mejor campo y ahora no hay más que. Ahora esta Simunovic que pertenecía a esto y después Leiva, Magallanes, todos esos tienen 3000 animales, para 60.000. Fue cuando empezaron a dividir las tierras ya terminó todo eso, porque eran todas tierras fiscales esas antes, no mas que se licitaban, algunos no pagaban ni impuesto. Igual que de las Coles pa dentro Mina Marta, esos Montes los trabajó todo como 30 años y no pagó ni un impuesto ningún arriendo ninguna cosa. Tenían pleito con los Kusanovic. Los Kusanovic tenían aserradero en mina Marta. Sacó toda la mejor madera y se fue. Eso empezó en los tiempos del finado Ibáñez, él empezó a dividir las tierras. A don Jorge Vilicic le tocó en ese tiempo, porque ese trabajaba cuando había una lanchita chiquitita para pasar al otro lado, era capitán creo. Ahí trabajaron los dos con el primo, su hijo murió hace poco también, el finado Juan Vilicic que tenia estancia al otro lado en Cuye, trabajaron años. M_:

¿Cómo funcionaba el aserradero?

F_: Eso funcionaba con puro motor, no más, y con bueyes, según las partes. Después empezaron los tractores, pero antes con puro bueyes no más. Se cortaban las vigas en invierno, no como ahora que empiezan a cortar en cualquier tiempo. Antes no, se cortaba toda la madera. Se cortaba en invierno y toda la madera descascará. Después venia la primavera y empezaban a rastrear con bueyes. Lo cortaban con nieve a pura hacha y hoy día no. Hacen pedazo todo el renoval, por ejemplo se veía ahí donde trabajaba don Emilio, cortaron todo parejo ahí dejaron unos cuantos palos y a veces palos podridos los dejaban con la montonera de palos que hay. 76

Antes no, cortaban los palos que estaban sanos no más, muy raro que cortaran un palo que estuviese podrido, porque la pagaban igual no más, la retrueza. La retrueza igual no más la cortaban. Hoy día no pueden hacer eso. Antes se cortaba en invierno hasta la primavera, en septiembre octubre empezaban a rastrear, ahí trabajaban toda la temporada en rastreo de vigas. Porque en tiempo de invierno la cáscara está pegada. Hoy día no. Por eso la madera se tuerce. Hay que tener cuidado porque si no se tuerce la madera recién botada, se tuerce. En este tiempo la Paciencia está hecha pedazo. No por ahí lo que ha jodido el monte, lo echa a perder lo esto que entran, los tornados de vientos. Queda la desparramada, no más. Esos palos los tuercen por la mitad, los arranca de raíz, y pasa en partes no más. Ahí cerca de La Paciencia había unos pedazos de monte lindo, lindos pedazos de montes, pero lo destrozó todo por la mitad, todo lo echó al piso, todo parte donde es monte bueno lo echa al piso. Un alambre queda destrozado. Los alcanzó a pescar los llevó en línea todos parejo los botó todos. Pa encontrar vacuno hay que andar encima de los árboles. Y tremendos palos de este grosor que los parte por la mitad y se va volando con raíz y todo. Y ahí siempre entran tornados. Debe ser por el cañadón, porque ese cañadón entra hasta abajo. Ahí se encierra en tiempo de verano es jodido. M_:

¿Hasta dónde llegaban los bueyes con la madera cortada?

F_: Los bueyes llegaban hasta la Paciencia, de ahí tenían una máquina antigua, un tractor que bajaba las vigas, a veces esperaban cuando estaban muy lejos que vinieran del río, cuando el río estaba limpio. Ahora está todo malo, cada trinchera de palo en el río. En caleta María se largaban al río, eran 14 kilómetros que tenían que bajar las vigas por el río. Así después los iban corriendo por el río. A veces pasaban a hacer taco a mitad del río. Y tenían que irlos a tomar a abrirlos pa’ sacarlos. A veces se pasaban a atorar a mitad del rio y ahí vuelta otra vez a lacearlo para llevarlos a Caleta María. Ahí quedaba cerca. Ahí trabajaron más en La Paciencia parece que trabajaron. Porque ese de allá de Caleta María, no más que duró como 5 años, día y noche. Ahí igual hay una casa aplastada de bajo de el piedrero. Cuando fue el temblor del 48´, había una familia ahí, salieron unos días antes nomás y después 77

quedó todo metido abajo del piedrero. Después tuvieron que hacer muelle nuevo otra vez. Esos años yo no estaba. Después había un puente y también lo echó abajo, vino el cerro de arriba y lo botó. Ahora no sé si habrán hecho puente, si son 50 metros de puente. Si después trajeron a un gringo de la Universidad de Chile lo trajeron para que venga a marcar camino. Hay libro de eso, ese camino salía como 110 millones de dólares nomás y ahora ya llevan millones y todavía no llegan ni a Caleta María y después tienen que volver para arriba otra vez. Ahí tiene cuantos años, ya llevan más de veinte años. Más de veinte años con el camino ese desde que empezaron. Empezaron cuando estaba pinocho. El Pinocho fue el que hizo el movimiento. Yo había sentido nombrar que primero fueron unos ingenieros de punta arenas que trajeron para marcar el camino, y estos parece no quisieron pagar parece. De ahí estos trataron de llegar hasta el lago Deseado y se perdieron en el monte y ahí tuvieron que volver. Si tienen pa´ rato todavía. Y ahora le quedan las partes malas. Toda esa cuestión, del lao Fagnano pa´ arriba de ahí es todo malo, y ya después sí pescan más o menos bueno, desde el rancho de lata que le nombran, donde Cerca. Ahí hay un rancho viejo que toda la gente que ha pasado por ahí dejan sus nombres marcados en la pared. Sí ha andado mucha gente por ahí antes. Los gringos se lo recorren todo, ni se ven cuando andan. Se lo recorren todos esos cerros. Una vez vino un gringo a buscar una planta que hay, un pasto que hay en la pura parte de esa. Llevó como un kilo y andaba con un barco especial de la armada. Lo llevo hasta allá. En la única parte que había ¿como lo habían andado allá?. Si se las ingenian esos. M_: ¿Y usted trabajó en el aserradero? F_: Yo trabajé en el aserradero del finao Genskowski, ósea acarreábamos vigas en el lago con la lancha. Andábamos todos, andábamos tres pa´ arreglar las balsas. Nos pescó una vez esa cuestión de torneado en el lago, perdimos la balsa, la lancha se llenó de agua y menos mal que no nos hundió. Era una lanchita chica que tenía como 19 pies. Igual en lago pasan unos tornados, si en un ratito quedan los oleajes, Si ese no está calma nunca ese lago, el Fagnano. Que haya un poco oeste y listo nomás, ese es el viento que pega más.

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En el verano y en el invierno se trabajaba en eso, en el balsear y de ahí después largarlas al río. Y de ahí eran 4 horas que se llevaban las vigas con la bahía calma si es que alcanzaban a llegar sino se pasaban a quedar por ahí en algún lado nomás. Las vigas se llevaban después hasta el aserradero, ahí las aserraban y se las llevaban en una lancha grande que tenía el finao Genskowski. Se las llevaban a Punta Arenas y ene se tiempo igual le entregaban madera pa´ la Argentina. Igual que en Dawson trabajaron muchos aserraderos. De río Grande pa´ aribba también. Pero yo trabajé más que con animales, pero con vacunos, con ovejas casi que no trabajé mucho. A mí me gusta más con vacunos, aunque a veces pasa mal si uno, pero mejor que con los árboles, porque los vacunos son más fáciles de trabajar, pero cuando se ponen arisco ahí si son jodidos. Sí de la Paciencia y todos esos campos tienen hartos animales ariscos, algunos con guampas, que son como agujas. Si esos bajan y con el caballo uno no tiene como quitarle el quite, si pegan fuertes. Yo iba a veces solo pa´ allá arriba, lejos andaba, andaba dos días, pero malo, puras turbas. Todo eso tiene animal arisco, lago Blanco, lago Escondido, después empezaron a llegar a la Paciencia, porque se meten por los cañadones. Yo iba a buscar animales pa´ lacear y sacarles el cuero, porque todo sirve. Era mejor andar a pata por allá nomás. También en Caleta María cuando subía la marea uno podía pescar salmones, uno se ponía en cierta parte y sacaba uf cuanto salmón había. Uno con anzuelo y con tarro picaba. En la Paciencia también cuanto salmón había. Los marinos y los milicos siempre iban en helicóptero a buscar salmones. Cuando íbamos a arrear los vacunos podíamos pasar varios días arriba del monte, a veces dos días, 4 días. Después volvíamos a la Paciencia con los vacunos. Allí había una casa y un galpón nomás. Ahí dormíamos nosotros cuando estábamos allá. La casa tenía una cocina, esas Dover que había antes. Antes había más casas, pero todas se fueron abajo, las rompieron todas esas construcciones viejas. Las desarmaron todas, porque estaba el galpón de esquila, el baño, esas se desarmaron después. Estaban donde daba la bahía. Si antes huvieron muchas casas, si fue aserradero grande antes ahí, porque esa caldera que estuvo ahí, después cuando terminó eso lo llevaron a Caleta María, porque ahí trabaja a Caldera. Pucha, cuanta gente trabajó, alambraron, hicieron potreros, alambraron. Después entró la industrial y entonces la industrial de arriba de la Vicuña bajaba 4000 capones para embarcarlos en la Paciencia y 300, 400 vacunos, bajaban en la invernada. Los 79

bajaban a pasar el invierno abajo, los capones, no, porque los capones los embarcaban allá. Bajaban los capones, pasaban a estar abajo mientras los embarcaban para traerlos pa´ Punta Arenas. Ahí cómo serían los caminos que más le convenían bajarlos por la Paciencia que traerlos por el otro lado. M_:

¿Algún recuerdo de esos lugares?

F_: Me acuerdo una vez Catalán salió de Caleta María y lo pescó una nevazón, casi se muere esa vez, y eso por porfiado nomás. Y anduvo como dos días afuera, andaba con una hachita de mano nomás, no me acuerdo quien le dijo que lleve una hachita de mano, y amaneció así nomás. Salió a buscar animales, y de ahí llegó en la tarde me lo alcancé a encontrar y estaba más entumido. Y otra vez salimos con él, si ese es más porfiado, y me pasaron a caer dos vacas en un hoyo que había, tipo campana, asique nos pescó la noche. Eso fue abajo en Caleta María, asique al otro día cada uno con soga pa´ sacarlas y hacerlo parejo pa´ tirarlo, porque matas casi no había, puras matitas chiquititas. Y tanto tirar la vaca salió y este se enredo y enrolló todo con la soga y la vaca no le ha dado una paliza. Lo daba vuelta, y me decía que yo tire la soga, si él la tenía toda amontonada que le iba a tirar jajaja. Después sacó un castor y no sé cuantas horas estuvo ahí metido, porque entró en el hoyo el castor y el castor estaba muerto adentro. Entró y después pa´ salir no pudo, porque abrió los brazos adentro, entonces no había caso, quién lo iba a encontrar ahí. Más porfiado ese. Es que a veces uno no se fija como la va hacer y hay puros accidentes nomás. Otra vez andábamos agarrando un toro cuando íbamos a hacer huachi, uno por un lado y el otro por el otro, asique yo no sentía nada y este se fue ponerle el huachi, y había unos árboles botados y vino un toro que lo largo de arriba y le dio una pateadura que le quebró como dos costillas chiquititas, y después el jersey, andaba trayendo un jersey grueso que se lo hizo pedazos. Ese tiene cada historia. Después siguió trabajando igual nomás. De ahí lo agarramos, con el huachi y pasó a caer. Después él lo estaba palanqueando y yo lo tenía de las patas y cuando me di vuelta pa´ mirarlo no lo había largado otra vez el toro jajaja. Cuanta lesera pasa uno. 80

Después cuando salíamos a pata andábamos todo el día. Nos largábamos pa´ la Argentina, pa´ todos lados, y ya cuando me lo había comer calafate se quedaba atrás nomás, que manera de comer calafate. Pa´ la Paciencia hay harto calafate, hasta fines de abril había calafate. Si al final uno no termina nunca de conocer todos esos cañadones, esos cerros. Tiene que tener mucho tiempo, porque es bonito pa´ ese lado. Hay lagunas arriba de los cerros. Una vez salí de Caleta María en septiembre, en septiembre en Caleta María está todo nevado hasta la Vicuña, estaba nevado hasta Marcou, y Catalán me salió a acompañar hasta una cierta parte, y de ahí me salí de caballo pa´ allá, todo nevado. Demoré 13 días, y yo quería salir nomás pa´ afuera. Ya tenían miedo que no salía asique salí con todo nevado. Llegué hasta la Vicuña y pasé todo nevado por toda la cordillera. El lago deseado tenía un buen tanto de nieve todavía en la orilla, pero yo no me tiré por la subida que subíamos, me tiré por otra subida, porque hay donde se subía antes. En ese tiempo una vez hicimos con Catalán un camino, andamos tres días y abrimos un camino pa´ pasar a caballo y después nos perdimos arriba del cerro, no se veía nada, porque siempre a las 10 de la mañana se cerraba el cielo y no se veía nada, una nevazón que cayó y nevado completo ese día. Si hicimos como unas palas de madera. Al final llegué esa vez a la 1 de la tarde a la Vicuña, llegué temprano. No si cuando está nevado se anda bien, sólo que algunos se marean cuando sale el solcito en la mañana. Algunos se marean con la nieve, porque esa cuestión hace como olas y no todo está parejo y hay que tener cuidado por los chorrillos que hay debajo. Además hay que tener cuidado, porque muchos se pierden, se ponen a caminar y después no llegan, y tienen que devolverse nomás.

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4º Entrevista

20.07.2010

CARLOS DESCOUVIERES

M_:

Me decía que fueron entregadas por el fisco las tierras de Puerto Arturo

C._: Claro, en el año 35 el fisco decidió vender esas tierras, y en el año 38 las compró mi padre Alexis Descouvieres. Mis primeras vacaciones que pasé en Punta Arenas, las pasamos toda la familia allí en Puerto Arturo. Había una casa de administración muy cómoda, que desapareció. Había una vía de ferrocarril con un trencito que iba a buscar la madera al fondo del bosque y volvía con las vigas. Tenía un nombre, un nombre maderero, unos enormes rollizos que bajaban con este trencito hasta la parte industrial. Hay un aserradero allí, entonces allí procesaban la madera y la mandaban generalmente a las islas Malvinas, a las Folkland, mandaban la madera de exportación. En la época digamos de brillo de Puerto Arturo llegaban los cargueros, había un carguero británico que llegaba allá a cargar la madera, y en esa época llegó un ex combatiente de la segunda guerra como administrador del aserradero, Mister Caprers (¿?) se llamaba, y este hombre como estuvo en las Folkland trabajando vio que allí había material de guerra en desuso que podía servir para el aserradero, entonces compró un tanque y lo llevó a Puerto Arturo. Y el primer recorrido que hizo el tanque fue enterrarse hasta la mitad en un pantano, y ahí vieron que esa mole de 30 toneladas no podía servir para sacar la madera del bosque. El tanque de Mister Caprers (¿?), está allá todavía, quedan restos, aunque le sacaron todas las piezas, los motores, que se yo. Esa es una historia de Puerto Arturo con su administrador inglés. Mi papá compró el 38 las tierras, el 35 las compró Menéndez y a los tres años se cabrearon. Antes eran del fisco. En el año 40 llegó un español a administrar allá. Las tierras estaban dedicadas a la ganadería, a los lanares y vacunos, aparte del aserradero que funcionaba y había como 8 o 10 familias que vivían en el aserradero. Si era como un pueblecito, era muy pintoresco. La parte agradable de Puerto Arturo era que estaba en una bahía muy abrigada, y allí hay como un microclima, y el microclima ese se destacaba en la variedad de aves que había. Habían loritos, 82

choroyes, jotes, los gallinazos que le llaman en Chiloé, los jotes hay en Puerto Arturo. Aparte que en el mar nosotros pescábamos centollas, erizos, uf pa´ que te cuento la cantidad de centolla que comimos allí. En fin era un lugar para disfrutar muy bonito, muy bonito. No fue nunca un gran negocio para sus dueños Puerto Arturo y en su decadencia que fue por ahí en el año 68, 70 por ahí, en la época de la Revolución en Libertad, los obreros se tomaron el campo, y allí fue su capitulación total, porque desarmaron la casa de administración, levantaron los rieles del trencito, el trencito desapareció. En fin yo te digo esto, porque 20 años después de salir de Puerto Arturo fui para allá y me dio una pena tremenda ver eso abandono y destruido, pero como un lugar vacacional es precioso. M_:

¿Cómo llegó su Padre a Puerto Arturo?

C_:

Mi padre tenía una estancia en Tierra del Fuego, pero en la parte fácil de explotar. Tenía

una estancia ahí cerca de Bahía Felipe se llama, y por los contactos que tenía supo que se vendía Puerto Arturo, fue para allá a verlo, le encantó el Puerto, le encantó la naturaleza y como estaba a la venta lo compró. Con harta oposición de la familia, para llegar allá había que ir navegando, claro que para ir a Bahía Felipe igual había que tomar el avión e ir a Porvenir y ahí partir en vehículo al campo, pero para llegar a Puerto Arturo no había camino no había nada, después hubo camino. M_:

¿Cuáles eran los trabajos que había?

C_: Bueno ahí se tienen que dividir los trabajos, una parte del aserradero y otra parte del campo. Entonces del aserradero estaba el motorista que es el que se encargaba que la caldera estuviera siempre a 120 libras creo que era de presión, después está el que manejaba el banco americano que es una sierra enorme que iba cortando a lo largo las vigas, el que manejaba la pulida, en fin cada maestro tenía su especialidad, y en la madera específicamente habían 12, 14 personas trabajando el aserradero, había un contador, estaba el administrado. Después viene la parte ganadera, había un capataz ahí, están los arrieros, los campañistas. Había una carnicería ahora que me acuerdo, y había una señora especialista que hacia las salchichas y las prietas, que rico era eso. Los desayunos con la crema fresca. Las frutillas de campo que hay allá. Íbamos a cosechar

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frutillas y después las cocineras se encargaban de hacer los peis, los kúchenes. Trabajando había 30 personas pero más las familias 40 o más. Yo estaba estudiando arquitectura en esa época, y siempre me gustaba remozar las cosas, que las casas estuvieran bien pintadas que se yo. Yo era el que me preocupaba del hermoseamiento del asunto eso, entonces empapelando una de las dependencias del casino, tú sabes cómo era el sistema, la tabiquería, el entramado de madera se revestía con tabla cepillada, después ahí con grampas se colocaba arpillera, entonces sobre las arpilleras se pegaba el papel de diario y sobre el papel de diario se pegaba el empapelado de la terminación. Entonces para empapelar de nuevo había que retirar el empapelado viejo y ahí nos encontrábamos con diarios del año 20 y tantos pegados en la pared. No haber guardado eso que tontera. Había un carrito, pero un carrito para empujar. Tenía como un pasamano atrás entonces ahí empujaba y se iba por la pendiente hasta el poblado. La madera en bruto está como a 10 kilómetros del poblado, cerro arriba y el aserradero como te decía está a la orilla del mar, cerca del muelle de embarque y en esa punta ahora que me acuerdo, al lado de muelle había una punta rocosa que se internaba en el mar y allí todas las tardes íbamos a encender el faro, un farito digamos. Había una lámpara a la cual uno le encendía una mecha y quedaba el faro prendido toda la noche. No sé si estará todavía ese faro. También había un Watchman, el Huachiman. Era el hombre, un sereno, que recorría el establecimiento toda la noche, entonces para comprobar la actividad del Watchman habían unos relojes en lugares estratégicos al cual él, no sé si le daba cuerda o los ponía a la hora en que él pasaba en ese momento por allí, entonces al otro día el administrador u otra persona iba a ver los relojes y el recorrido del Huachimán. Los casados vivían en sus casas apartes, los solteros eran los que vivían juntos en el casino y los casados tenían sus casas. Había un camino que llegaba hasta el río Cóndor, un río muy bonito muy caudaloso que está a unos 10 kilómetros al norte de Puerto Arturo. Se sacaban unos salmones allí fabulosos. Al lado de arriba del camino estaban las casas, y el agua la sacaban de pozos. Todas las casas grandes tenían su molino de viento y esos bombeaban el agua a un estanque elevado y de ahí se distribuía a la casa. Las casas estaban lejos del aserradero, a unos 100, 200 metros, asique cada casa tenía su abastecimiento propio. 84

Hay cosas que en realidad que uno en el momento no las aprecia cuando las tienes y después cuando pasan los años uno dice por la chita, porque no habré guardado eso. Me acuerdo que tenía los libros de contabilidad de Puerto Arturo y el contador tenía, como te dijera, como una bitácora: el día 15 de enero llegaron los señores tales y tales y que se yo. Y esos libros los boté de bruto, los boté.

M_:

Entonces cuando su papá compró las tierras, ¿el aserradero seguía funcionando en forma

independiente a la ganadería que trabajaban?

C._: Cuando se tomaron el aserradero no lo supieron manejar, reventó la caldera, se echaron a perder las máquinas y paró el aserradero, ya no trabajó más, las familias se fueron todas. Quedaron unos pocos allí nomás que realmente se dedicaban al pillaje más que explotar el campo.

M_:

¿Y a su padre no le interesó mantener el tema del aserradero?

C_: No ya no, el área de bosque que se había explotado se alejó mucho del establecimiento industrial, entonces costaba mucho llevar la madera del bosque al establecimiento. Asique se sacaba la madera de Puerto Elenita, un puertecito que estaba al sur de Puerto Arturo, y de allí se llevaba la madera en balsas a Puerto Arturo para procesarla. Era una historia muy costosa esa, asique no era negocio explotar Puerto Arturo. Puerto Arturo está en el canal Whiteside, en el seno Almirantazgo, y en esas tierras no había nada, eran tierras fiscales abandonadas. Antes era de la Sociedad Menéndez-Behety, mi padre se las compró a Menéndez-Behety, pero ellos estuvieron como 3 o 4 años nomás trabajando, pero se aburrieron y se lo compró mi padre. Eran algo como 15.000 hectáreas, pero más de la mitad eran cordillera, monte, inaccesible. Estaba rodeada la bahía en el fondo de los cerros, y hay un cerro que se llama “karukinka”, cuyo nombre se lo pusieron los aborígenes, que de luego usaban a Puerto Arturo como un refugio en sus periplos de navegantes. Hay un islote Karukinka al frente de Puerto Arturo que lo llamaban “la isla de los lobos”, ese es el nombre que tenía para los lugareños allí. La isla de los lobos, porque en realidad estaba llena de lobos marinos y se oía el bramar de los lobos en las tardes.

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M_:

¿Y cuanta gente trabajaba cuando era de su padre Puerto Arturo?

C_: Entre los obreros de la ganadería y los del aserradero deben haber sido 25, 30 personas. La madera que se lograba vender era negocio de mi padre. Estaba la parte de aserradero y la parte de ganadería. En el aserradero trabajaban 10 familias más o menos, cada uno con sus casitas. Había hartas casas. Estaba la casa de administración, que estaba aparte más arriba, como en una lomita. La parte industrial estaba a la orilla del mar. Había un muelle, un muelle de carga donde llegaban los barcos a cargar madera. Había como un casino, que era una casa donde se reunían los obreros allí, y donde los solteros comían o almorzaban allí, en el casino. Era como una cocina comedor central, y al lado creo que alojaban los solteros. Había una pequeña biblioteca ahora que me acuerdo al lado del casino. No había escuela, y eso molesté mucho a mi viejo por la falta de escuela. Al lado del casino había un generador hidroeléctrico con un canal. Se hizo un canal, se trajo el agua de arriba de los cerros y llegaba con bastante fuerza a orilla del mar y ahí entonces estaba la central hidroeléctrica que le daba luz a todo pueblito este.

M_:

¿Cómo llegaban de Punta Arenas hasta Puerto Arturo?

C_: Mi viejo tenía un barquito que se llamaba “el Tamari”, tendría 400 toneladas una cosa así. Y en el Tamari íbamos a Puerto Arturo o sino en un cúter de pesca que se arrendaba, y partíamos para allá, a Puerto Arturo. De aquí a punta San Valentín, que es la punta de la isla Dawson, que está más cerca de Punta Arenas habían 6 horas de navegación y de ahí de punta San Valentín a Puerto Arturo otras 4 horas, ósea en total eran 10 horas de viaje. Algunas veces muy bonito y otras veces muy embromado. El Tamari iba una vez al mes a Puerto Arturo con víveres para las familias, y había un servicio de radio también que en alguna emergencia o algún enfermo partían con cúter a buscar al enfermo. Uno de los últimos viajes que hice a Puerto Arturo fui con mi cuñado allá, y de vuelta nos tocó un temporal horroroso y nos dieron por perdidos. Estuvimos perdidos un día y una noche, nadie sabía donde estábamos y estábamos refugiados en Puerto Harris, un puerto que ahora es puerto militar que queda justo frente a Puerto Arturo, asique esa noche con el temporal quedó sin comunicaciones 86

la base, el viento derribó las antenas, los cables, asique no había nadie que pudiera comunicar que el cúter Juanito, que se llama este cúter, estaba refugiado en Puerto Harris. Al otro día se logró restaurar el centro de comunicaciones y se avisó que ya partíamos navegando a Punta Arenas.

M_:

¿Qué le recuerda Puerto Arturo?

C_: Había gente, pero era un lugar muy tranquilo, y en una de estas vacaciones llevé a mi polola a Puerto Arturo, lo pasamos muy bien. Y que fue mi mujer después. Fíjate que las últimas vacaciones que fui a Puerto Arturo, todavía estudiante de arquitectura, y fui con un compañero de curso para allá, un venezolano, José Ortega, falleció ya el año pasado. Y lo llevé a vacaciones como te digo a Puerto Arturo y él sin saberlo estaba mi polola allá, no sabía que yo estaba pololeando con ella y él también le empezó hacer los puntos a Lily. Fue de lo más divertido eso hasta que un día le dije oye córtala, Lily es mía. Ah eso lo vamos a ver me dijo, vamos a ver a quien elige. Asique Lily estuvo en un gran peligro. Cuando ya no teníamos Puerto Arturo, hay una postita de aterrizaje, yo volaba, yo volé mucho aquí en la zona. Hice mi curso en el club aéreo y después hice unos cursos en aviones militares, los famosas NA, asique iba a ver Puerto Arturo también desde el aire. Bueno, después de ahí creo que se vendió la madera que estaba estacionada y poco menos que se abandonó eso. Una vez que los amigos se tomaron las tierras no había nada que hacer, y en esa época no había ha quien reclamar. En el norte se tomaban los fundos, los campos, los hoteles. Que se yo, asique no había a quien reclamarle y ahí quedó Puerto Arturo. Todas las casas, no sé que les hicieron en realidad, porque las casas desaparecieron. Incluso la casa de administración, una casa muy cómoda, muy grande, desapareció igual. Estaba la casa del administrador y la casa de administración o casa patronal donde había dormitorios para las visitas. Una casa grande, no me acuerdo si de 5 o 6 dormitorios, muy cómoda la casa, y allí entonces llegaban las visitas, como te dijera, que eran enviadas por la compañía. No era llegar e ir para allá nomás, tenía que ir con el visto bueno del dueño o invitado por el dueño.

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M_:

¿Y en esa época llegaban pescadores al Puerto?

C_: No fíjate, no llegaban pescadores allí al Puerto, que yo recuerde no llegaban pescadores. M_:

¿Le tocó compartir con indígenas?

C_: No fíjate, no había indígenas, ni pasaron nunca. Es que ya en el año 40 ya no había indígenas, los habían evaporado ya hace tiempo atrás. Los indígenas se veían hasta el año 20 por ahí, después ya desaparecieron. Estaban los Kaweskar que eran los indios de los canales, después los indios pescadores los Yámanas y los indios de las tierras, los Onas. Cada uno con su actividad particular. En Puerto Arturo hay muchos conchales dejados por ellos, pero no hay ni figuras ni jeroglíficos, no hay ninguna de esas cosas, es que no se prestaba el campo para eso, porque era un campo de bosques y todo verde. No había rocas donde grabar figuras ni leyendas. Lo que más se explotaba era el Notofaghus que era el Roble Magallánico y la Lenga. Esas son las maderas preciosas de la zona. Y el Roble Magallánico se usa para hacer muebles, para hacer casas y para fogatas, para fuego. Los muebles no los hacíamos acá, aquí sólo se aserraba la madera en las medidas que más se necesitaban en la construcción o que necesitaban los malvinenses allá. El aserradero estuvo en uso más de 20 años. El mayor comprador de madera era la compañía de las Folkland. Venían barcos cargueros, estaba el Fitz Roy, había dos o tres barquitos ingleses que iban a buscar madera. También iban a buscar animales ahora que me acuerdo, de la misma estancia. Estaba de administrador Capers y después Iglesias, un español que llegó allá. La Paciencia un establecimiento ganadero y maderero también, tenía bastante actividad. Todo eso se abandonó cuando se encareció mucho las sacadas de la madera del bosque. Menéndez tenía varias empresas para explotar bosques, explotar la ganadería, en fin. Cuando la tuvieron ellos era lo mismo que cuando la tuvimos nosotros.

Era lo mismo, era el mismo 88

establecimiento, las mismas maquinarias, no hubo gran cambios realmente. Cuando más actividad tuvo Puerto Arturo fue cuando estaba en manos de mi padre hasta el año 68, 69, desde el 38. Lo que pasó es que se agudizó la crisis política aquí en Chile cuando Allende tomó el poder, cuando fue elegido Allende como presidente. Tomó algunas medidas que fueron perjudiciales para algunos y favorables para otros. Fue muy incisiva, como te digiera, la actitud para cambiar, para cambiar un país. No se puede cambiar un país en un par de años ni en diez años. Imposible, no hubo la paciencia para llevar al país por una senda natural y lógica, la cosa estaba muy presionada políticamente. Entonces en esa época generalmente las empresas fueron las que más sufrieron el gobierno de Allende, tal es así que todas estas, por ejemplo a la Sociedad Explotadora de Tierra de Fuego que tenía grandes estancias aquí en el continente y en la isla le expropiaron todas esas tierras, y las entregaron al grupo de trabajadores que se llamaban “Asociaciones de Pequeños Ganaderos” una cosa así, y no supieron trabajar, todos quebraron, todos vendieron las tierras. Todas las asociaciones que había queda una sola de las 10 y tantas que se habían organizado acá, que es la estancia Punta Delgada, es la única que queda. Las demás, los grupos de obreros que les entregaron las tierras no las supieron trabajar, quebraron, las vendieron, las abandonaron. Es que aquí pasó un fenómeno social muy raro, los campesinos se tomaron las tierras, creyeron que sus hijos o creyeron que les iban a traspasar las tierras a sus hijos y los hijos iban a continuar con el trabajo de los padres, no, los cabros por ningún motivo quedarse en el campo, se fueron. Muchos estudiaron, son profesionales, que se yo, pero ninguno siguió el trabajo de los padres, asique no hubo a quien donarle las tierras, así compró la Trillium por ejemplo.

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4º Entrevista

22.07.2010

Honorio Chiguay “El brujo”

Honorio Chigua Foto: Macarena Fernández

M_:

¿Cómo llegó usted a Puerto Arturo?

H_: Vine de arriba del Lago Escondido, trabaja con Borque, tenía estancia en lago Escondido. El 62´ escuchamos el mundial arriba en el lago Escondido con una radio chiquitita, donde más íbamos a ver eso. Después de 10 años bajamos con el encargado y justo estaba faltando una persona, asique ahí quedamos. En esa época era de don Francisco Dragnic. En esa época no había aserradero, las instalaciones era la único que estaba, pero nunca lo vi funcionar. En esos años en Puerto Arturo estaba la casa de administración, abajo había la bodega que era almacén le decían, porque uno iba a comprar, porque vendían botas, ropa de trabajo, compraban víveres, chaqueta de cuero en esos años si quería. Había un negocio que el que quería iba a buscar víveres pa´ ir pa´ el puesto que uno estaba, la azúcar, la yerba, el café. Así todo lo que uno quería. Aquí en Yartou también hubo almacén, pa´ la gente y el que quería a veces, un particular, le vendían un par de botas si le faltaban, eran botas de material sipo, antes se usaba mucho o una chaqueta de cuero que fue muy usada antiguamente. Esas cosas las traían en embarcaciones, había un barquito que viajaba a Punta Arenas, porque siempre trabajaban con madera y ahí llevaban las cosas. Ese almacén estuvo hasta que cerró Puerto Arturo. Nosotros si teníamos que comprar las cosas o nos

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descontaban del sueldo, cuando llegaba el sueldo les descontaban. Podíamos comprar un par de botas, un pantalón de mezclilla, chaquetas, víveres. Distintas cosas. Si en Puerto Arturo por lo menos en la época de invierno trabajan sus 15 personas por lo mínimo. Eran cocineros, mozos de patio, estaba el encargado, dos ovejeros, uno con su familia, peones pa´ cualquier cosa, matrimonio. Había distintos puestos y todos con gente. Y nosotros estábamos arriba trabajando de campañista. Éramos dos, pero mi compañero ya está muerto, el finado Gallardo. Había vacunos allá arriba y abajo en el puesto de playa había lanares, unos 2000 o 3000 lanares, y ahora no hay nadie. Está todo abandonado por allá abajo. Han desarmado todo abajo, si estando uno acá se sentía los golpes que estaban desarmando. Se llevaron el material de las casitas. Sí estaba bien lejos Puerto Arturo, cuando quería salir pa´ afuera uno salía a caballo, demoraba 14 horas hasta Camerón. Salía uno, porque en esos años cuando faltaban los cigarrillos uno salía, pero uno iba comprar puro tabaco, había cigarro, pero no compraba. Uno compraba un kilo de tabaco y tenía casi para toda la temporada que son 6 meses, de julio hasta enero, febrero por ahí. El que quedaba en invierno se preparaba de mayo cuando ya terminaba el último viaje de embarcación de animales, porque ya en junio llevaban los animales en lacha, 18, 20, 22 cuando eran más chicos. Dos tres lanchas cargando. Una cargando y la otra estaba esperando. Cargó y se fue, y después llegaba la otra. Y se embarcaban los animales con bote, con una faja y los viejos lo enganchaban y lo ataban con un mirador a mano, a pulso. Dos viejos dando vuelta je je je. Esa era la manera antigua, ahora no, ahora en barcaza se embarca. Después últimamente ya se embarcó con barcaza, en 5 minutos uno cargaba 200 vacunos. Llegó, paró la marea y llegó hasta la manga que se le hace ahí y comenzábamos a puntear y se fue, en 5 minutos cargábamos. Lo que a veces estábamos 2, 3 horas cargando de a uno 18 o 20 animales en esas goletas. Y de ahí a Punta Arenas demoraba 7, 8 horas. Se hacían divisiones adentro de la goleta y listo, el animal iba suelto arriba. En cuanto a la madera, en Puerto Arturo igual que en Yartou había líneas hasta allá arriba para los carros que arrastraban madera para las vigas, pero era a fuego con caldera de leña. Era un tractor de oruga era, a pura leña y carbón. Era todo de acero, lo trajeron de la guerra de Alemania, si no le 91

entraban balas. Según decían que arrastraba vigas de abajo, de la playa, porque traían las vigas por mar cuando ya terminó por arriba traían con balsa las vigas y de ahí las trasladaban con tractores. Para ese trabajo era, pa acarrear las vigas. Si estaba lleno de líneas pa´ los carros, pa´ que sacaran la madera y llevarlas al muelle. El último barco vi cuando llevaba vigas, pero de ahí no llegaron más. El muelle después se fue cayendo solo, sí nosotros no lo utilizábamos, después comenzó a andar la barcaza asique no se utilizó. El embarque se hacía abajo donde había un corral, en una punta. Llegaba la barcaza y largaban a todo el animal, demoraba menos. M_:

¿Y cada cuanto tiempo bajaba usted a Punta Arenas?

H_: Cada un año, y me quedaba 15 días que eran mis feriado. Tocaba de repente que se encontraba con los amigos y me quedaba. Total yo tenía arreglado con el patrón que me giraba a mi papás en Chiloé en Quellón, y en esos años eran pesos nomás, uno ganaba como 20 pesos, pero era plata eso sí. Yo estaba acostumbrado a estar en el campo, pero ahora me voy a fin de mes a Punta Arenas por mi enfermedad, pero uno se acostumbra en el campo. Si en Puerto Arturo yo debe haber estado unos 20 años 25, claro, si me retire en principio. Primero estuve como 4 años y de ahí me retiré y de ahí me mandaron a buscar otra vez, porque llegó un nuevo encargado y recibieron gente que no conocían el campo. Ahí perdí hasta una pega que me había salido, como yo tenía documentos de embarcado, de pescador artesanal. Yo estaba en Puerto Arturo cuando me llamó la embarcación pa´ irme pa´ España, pero yo ya estaba ahí tranquilo, asique no me fui nada. M_:

¿Y cómo era un día de campañista?

H_: Nosotros estábamos solos allá arriba, y siempre en el verano uno a las 6 o antes, a las 5 uno tomaba mate. Y ya después a las 6 iba a buscar la tropilla en la mañana, si los caballos andaban cerquita. Si no teníamos un potrerito en un campito que los dejábamos cuando íbamos a salir, y a las 6, 7 salíamos a recorrer, si ya en diciembre amanece a las 4, a las 4 ya estaba con sol. En invierno no po, en invierno empezábamos a descansar, que era puro recorrer a veces, un día que otro que estuviera bueno, porque se escarchaba el río totalmente, el Cóndor. Yo dejé de andar leseando cuando ya me enojaron, un viejito, Sandoval, se enejó conmigo, porque yo cruzaba por donde quería nomás el río. Me dijo que nunca haga eso más, porque iba pasar pa´ abajo, era 92

peligroso. Si era como cemento de escarchado, pero era un manchón alto de hielo, igual era peligroso, y yo me iba todo el río pa´ arriba jajaja. Es que herrado de las cuatro patas le daba gusto al caballo andar arriba, no se refalaba ni para atrás ni pa´ delante. Lo que pasa es que en partes, donde es muy ancho el río, quedan partes ondas en el centro con muy poca firmeza entonces ahí es lo peligroso, porque uno puede pasar pa´ abajo. Ahí se murió un hombre, un milico, ahí en el Cóndor. Siempre en invierno venían hacer ejercicios, los del Crocan, todos los años casi. Hasta que de repente se pasó. Yo iba a dejar, a entregar, dos novillos cada día y ahí lo vi. Y un día me los vi pasando el río y yo les dije que no se confíen mucho en pasar ahí en el río, porque hay ciertas partes que cierra el río, pero queda con menos capacidad que no aguanta el peso de un ser humano. Y así fue. Se fue como a las 10 de la noche a buscar agua y se fue entrando, entrando pa´ dentro hasta que se quebró la escarcha y pasó pa´ abajo y no lo hayaron hasta el otro día, como 4 metros. No me acuerdo que año fue. M_:

¿Y no se cayó alguna vez al río?

H_: Cuantas veces me pasé a bañar en ese río jajaja. Siempre, todos los años eran las bañadas, porque todos los años cambian a veces los cauces del río, los pasos. Es que ahí viene mucha escarcha entonces va parando la escarcha y rompe cuando hay deshielo y el agua misma lo va parando, va socavando el material que no tiene mucha firmeza, es barro en parte. Entonces uno confiado con que había paso y se mete hasta que está hasta el cogote el agua. No si algunas veces, uno tempranito, ya se bañaba. Uno lo cuenta y muchos no lo creen. Si antes el trabajo era casi la mayoría todo por el río, por el Cóndor, un río grande. El animal se iba a las vegas que encontraba ahí, cuando viene en tiempo invierno el animal va buscando sus invernadas, se va quedando por ahí. Sí antes se rodeaba como digo dos meses, pasó el año nomás y a rodear hasta febrero. Y en marzo era la marca hasta que completaba toda la animalada que se soltaba. Había tres potreros cerrados con vacas, novillos, vaquillas. Todo aparte. Eran 4 días de marca que en ese tiempo había cualquier cantidad de gente en una marca, sus 6, 7 personas, y había un cocinero que estaba estable. Se marcaba a fuego.

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En ese tiempo estaba el mismo dueño, estuvo como 20 años ese señor, hasta que se había creado una comunidad que le llamaban, la cooperativa cuando se cambio el presidente que estuvo ahí, hizo tanta reforma agraria entonces ahí lo vendieron lo dueños, los Grainic. En ese tiempo 1200 pesos cuando vendieron, una vaca valía como 15 pesos parece. Claro, porque fue todo evaluado, y yo estuve cuando fue la evaluación de todo, y la persona tenía derecho a crédito de 200 pesos más menos. Los que quedaban en esos establecimientos. Quedaron los de Miguelito que es de Maldonado, está el río Cóndor que ahora es de un abogado, después Olguita y abajo Puerto Arturo, que ese era igual de un socio que estuvo ahí y lo vendió a la Trillium. Antes de Grainic estuvo Descouvieres. Había un libro sobre Puerto Arturo donde parece que estaba toda la historia ahí, pero ese lo prestaron a un milico que se fue pa´ el norte y nunca más apareció. A nosotros nos mostraban un video de la toma de Puerto Arturo, pero era de otro país esa toma. Igual nos mostraban eso pa´ entretenernos, pero no era sobre la historia de este Puerto Arturo. M_:

¿Dónde vivías en Puerto Arturo cuando trabajó allá?

H_: Vivíamos arriba nosotros, estábamos un mes allá o más, y abajo también teníamos pieza nosotros. Cada uno tenía su pieza de los trabajadores, en la casa de peones que le llamaban, pero mi lugar estable fue allá arriba, en el puesto. Abajo estaba el almacén, después la casa que era la de nosotros que era la casa del personal, después estaba el galpón de esquila más acá, galpones grandes, los caserones grandes que fueron antiguamente de los aserraderos, estaba la administración, había una corrida de casitas chicas más hacia abajo, había como 5 casitas chicas ahí, serían de 4 personas 3, y había una casa grande de varias piezas adentro, eso la hacían cocina ahí. Había un matrimonio ahí que la mujer hacia la comida para toda la gente, y la casa grande de los patrones. Después ya empezó a correr la inspección del trabajo que los obligaron hacer una cosa más decente. Así nos dieron colchones si antes era unos tres cueros y con eso era la cama antes. Donde llegaba, la ganadera en Camerón, en Caleta, que se yo, uno llevaba sus cueros, que estaban curtidos los cueros y nos tapábamos con nuestras pilchas, con frazadas o capa de guanaco que uno mandaba hacer. Todo campesino tenía su capa de guanaco, si era livianita y abrigada. Se hacía con 12 cueros de guanaco, también estaba la manta de Castilla que era muy popular, sobre todo de los que venían de Chiloé traían su manta que se hacía por allá. Había lonas más gruesas, más delgadas, como uno quisiera, y no pasaba el agua. Uno dormía afuera y con la lluvia no 94

pasaba el agua. Ahora no, hasta las carpas se pasan. También había una turbina, estaba el dínamo que era el que produce la luz como una polea que llevaba afuera y con eso se conectaba la turbina que estaba afuera. Con la polea giraba y con eso producía la corriente, no mucho 120 wolt, pero alumbraba y alumbraba las casas, por todo el pueblito ese. Bueno, de ahí, después en invierno a veces bajábamos a estar unos días cuando había que embarcar a los animales, porque avisaban por radio que estaba abajo, entonces uno lo escuchaba arriba. Todos los días salía a las 11 del día y uno escuchaba todo lo que se conversaba. Tal día llega embarcación o tal día sale de Punta Arenas. Entonces nos avisan siempre una semana antes o más también a veces, entonces allá el mismo encargado una vez que ya dejaba de conversar de Punta Arenas, llamaba, ósea nos daba la noticia pa´ arriba. Si están escuchando bajen mañana, porque hay que rodear, el embarque va hacer tal día. Entonces llegaba uno y se iba al campo donde estaba el animal y se bajaba abajo donde están las casas, y esperar ahí, porque había potreros allá abajo, entonces esperaba ahí que llegue el día del embarque. Ahí estaba a veces hasta 8 días trabajando con eso, embarcando. Como le estuve conversando llevaban 20, a veces 18, depende del animal. Si era animal grande llevaba 18, 20, si era más chico hasta 22 llevaba. Eran novillos grandes, 5, 6 años era lo mínimo, de ahí pa´ arriba, 7, 8, 10 años a veces. De repente caían unos novillos viejos que andaban, 10, 11 años. Los toros no se tocaban, se dejaban aparte, pero en la marca no, ahí eran todos juntos. No había partes, es que antes era todo campo abierto, ahora hay puertas por todos lados. Lo que era bonito eran las fiestas que se hacían. Durante el año, se hacían en febrero, marzo, septiembre, y para esas había que estar bien aperado, con buen caballo, la montura, la cincha, los tientos, y todas las cuestiones, que uno solo lo hacía. A parte lo bueno era que no te cobraban la comida, uno entraba pa´ dentro y se sentaba a comer gratis. Ahora se terminó todo eso. Por ejemplo llegaba el día de la marca, y por allá, había un tremendo corral y con asientos pa´ mirar el día de la marca y ya llegaba uno a tocar el acordeón, los músicos, harta chiquilla salía, cada puestero dos o tres hijas mínimo. Se juntaban los de por acá, allá abajo, por todo los lados. Por eso los trabajadores se ponían con la mejor pinta, una chaqueta de mezclilla, bota de material, sombrero y el pañuelo al cuello. Esa era la pinta. Y algunos que otro más pasados que otros sacaban unas ensilladas tremendas pa´ demostrarle a las chiquillas que valía también jajaja. 95

M_:

¿Y recuerdos de Puerto Arturo?

H_: Me acuerdo una vez que tuvo un accidente, me jodió la clavícula con un animal, a caballo, pero por no darme cuenta. Había un palo ancho, bien ancho pa´ caer casi al río y yo fui a buscarla tropilla y los caballos pasaban al lado de los palos cerca del río, y cuando llegué no lo aguanté un caballo que andaba trayendo, iba atrás desesperado corriendo el caballo cuando vi no había por donde pasar, ni pa´ acá ni pa´ allá y tenía que pasar por ahí no más y el caballo desesperado corriendo y me tiré de costado, pero igual me agarró el hombro. Yo sentí el ruido cuando quebró jajaja. A puro pencazo sentí sonar el hueso, de ahí cuando llegué con los caballos hasta el corral, que los caballos acostumbrados llegaron hasta los corrales, tuve que llamar a mi compañero pa´ que me ayude a desmontar. No podía mover el hombre, asique de ahí me llevaron enseguida pa´ abajo y abajo llamaron por radio y me fue a buscar una lanchita. Estaba un tal Carbajal, el doctor, el amarrador de huesos. Yo en general andaba siempre a caballo y cualquier cosa me curaba solo nomás. Me pasaban animales ariscos y teniendo que trabajar en el campo con ellos siempre pasaban cosas, que una caída, que se enganchaba con un palo, que sé yo, tantas cosas que le pasan a uno en el campo, pero yo sé curarme solo. Si en Puerto Arturo ni había enfermería, era mejor curarse solo. Cuando era muy grave el accidente había que partir como sea.

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º Entrevista

31.07.2010

JUAN PAREDES M.-

¿Cuando llegó a Tierra del Fuego?

J_: En el año 60´llegué a Porvenir, y de ahí me pasé a estar unos par de días, porque en esos años habían unos camiones que se iban a la Vicuña, había un aserradero del finao Gonic, asique me fui a la Vicuña a trabajar con el finao Alfonso Simunovic, el papá del alcalde que fue de Timaukel. Ellos me llevaron para allá, asique trabajé varios años por ahí, trabajé como tres cuatro años estuve. Y de repente mandaron un aviso para arriba que faltaba un ovejero en Puerto Arturo, una carta buscando un ovejero que sea joven, que tenga buenos perros para trabajar. Asique un cabro me dijo ¡anda dijo a Puerto Arturo!. Yapo, agarré mis caballos, puse mis pilchas arriba, mis perros y me fui. Demoré como tres días para llegar abajo, tres cuatro días demoré pa´ llegar a Puerto Arturo, pues tuve que bajar hasta Camerón y de ahí agarrar la playa, no conocía nada nunca había andando por ahí. Llegué a Puerto Arturo, llegué, y había un yugoslavo, Emilian Yurisic era el encargado, asique me presenté ahí. Me dijo, sí me dijo, larga tus caballos me dijo y allá abajo hay unas piezas me dijo, en el club, porque le decían el club una casa de correo grande que había ahí. Asique me dijo ahí tú te arreglas en una pieza y ahí estuve 33 años ahí. Si, ahí dejé mi juventud yo, llegué muy joven y salí viejo. Ya después ya me pesaba andar con botas de goma en esos turbales y campos malos, y claro yo iba a trabajar tres días nomás, porque un día me dijo vamos a rodear este campo de acá de las casas pa´ arriba, porque allí ya no hay más camino ahí termina el camino, asique me dice vamos a rodear ese campo, habían ovejas con corderos, me dijo vamos a rodear ese campo y vamos a marcar. Entonces había un viejito que andaba con una carreta con bueyes y entonces pescaba todas unas puertas bien livianas que hacían puertas de madera, entonces el viejito mientras nosotros rodeamos él armaba el corral con esas puertas, con estacones que se yo y armaba el corral, y nosotros cuando ya llegábamos con el piño llegábamos y encerrábamos nomás. Y yo el primer día me mandaron como de segundo más o menos, porque ahí va uno primero, el otro segundo, tercero, cuarto, depende de cuantas personas anden trabajando. A mí me tocó como segundo y ese cerro es un cerro alto que hay ahí, me caigo. Llegué con botas de material todavía a trabajar, malo, o sea no sabía. Asique ya en la tarde cuando llegamos, repuntamos nomás ese día, 97

eran dos días de rodeo, repuntamos y yo le digo a un hombre que había, finao Juan Gallardo, le digo yo ya no trabajo más acá no es pa´ mi esto, no le digo yo mira imagina dejamos los caballos para allá abajo amarrados en el monte y de ahí todo de a piepo, de a pie, ahí se trabajaba de a pie. Entonces había un tal Muñoz había de campañista y el finao Juan Gallardo, eran dos campañista. Y uno de ellos me conocía, finao Muñoz, era su apodo “finao macheteado Muñoz”, ese hombre me conocía desde chico, porque trabajo con mi papá acá en San Juan. Entonces en la tarde cuando yo le dije eso le dije yo me voy de acá, entonces me dijo no que te vas a ir me dijo si después te vas a acostumbrar y no vas a salir más de acá me dijo, si este campo es el más malo me dice los otros campos son mejores. Asique bueno me quedé, me fui quedando ahí, imagínese me fui quedando, me fui quedando 33 años. Después me casé, mi señora la conocí ahí en Timaukel, me casé y de ahí nos fuimos para adentro, para Puerto Arturo, pero yo ya no estaba como trabajador, ya yo estaba como comunero, porque eso cuando yo llegué a trabajar ahí lo arrendaba los mismos hombres que tienen la transbordadora Broom, ahí estaban los Dragnic, los Lusevic. Entonces después llegamos y ellos entregaron el campo, porque el campo no era rentable para ellos, porque era gente de plata y el animal salía muy liviano, era un animal muy arisco, vacuno, y oveja igual tenían. Asique entregaron al fisco, porque ellos arrendaban nomás. Entregaron al fisco y llegó el fisco y dijo bueno que se haga una comunidad, de 7 personas. Asique tuvimos que llevar uno solo de afuera, pero el que iba trabaja allí. Buscamos uno que trabajó allí, asique lo llevamos para allá. Empezamos 7 personas. Entonces empezamos a trabajar, compramos esos años 900 vacunos, porque eso era la que tenia la compañía, como 70 caballos, como algo de 350 ovejas y las instalaciones, los motores, que se yo. Eso dio una suma de 1.350.000 escudos esos años, eso costó todo el paquete. Eso fue el año 72´y el 71´entregaron ellos. Asique nosotros empezamos a trabajar empezamos a trabajar, porque nosotros éramos de ahí mismo conocíamos todo y bueno después vino este golpe militar, el 73´, pero nosotros el 72´ nosotros hicimos un arreo de allá mismo, pescamos 200 vacunos, todos vacunos grandes, pescamos 200 vacunos y los trajimos en arreo, de allá mismo Puerto Arturo hasta el mismo Porvenir demoramos 13 días. Veníamos 4 personas en el arreo, no conocíamos nada, porque yo nunca había salido del monte, no conocía yo ni ninguno de mis compañeros. Nosotros veníamos tomando el agua de las pozas, porque no sabíamos donde había agua, claro, asique buscábamos de esas pozas que tenían agua limpia y detrás de eso tomábamos, 13 días. Sufrimos un montón. Traíamos 200 vacunos, veníamos con 3 caballos cada uno, eran como 12 caballos que traíamos, y llegamos a Porvenir. La última noche que dormimos afuera fue ahí en el agua potable. 98

Ahí dormimos afuera y nos agarró una lluvia cuando me desperté, yo me hice mi cama en un faldeo que había ahí, al otro día una poza de agua había pasado por debajo de mi cama, pero todo mojado, mojado, se mojó el pan que traíamos, se mojó todo. Asique ahí nos quedaba un día para llegar, porque esos años el frigorífico de Porvenir recibía vacunos, asique nosotros entregábamos al frigorífico. Y con eso nosotros saldamos la deuda, o sea que teníamos con INDAP, porque INDAP a nosotros nos prestó la plata e INDAP le pagó a esta compañía, e INDAP le pagó al contado, a nosotros no, porque a nosotros facilidades nos dio INDAP muchas, pero nos dijeron a nosotros tienen que pagar, o sea ya se sabía lo que podía venir entonces agarramos e hicimos ese sacrificio. Sacamos 200 vacunos, quedamos con un poco menos, pero pagamos y no nos molestaron para nada. Llegaron claro los militares allá, a ver lo que estábamos haciendo, pero nada más que eso. Los 7 socios éramos puros trabajadores. Estaba Sergio Maldonado, Joaquín Soto, que todavía están abajo, ellos dos están abajo, finao Marciano Montel y Leonor Nahuil, yo, Chihuay y Sandoval. Ahí estamos los 7. Nos dedicamos a la ganadería, más que nada al vacuno, porque oveja no son muy buenos esos campos para oveja. Muchas pudriciones en el lomo, mucha pudrición de lana, porque hay mucho aparragado, entonces había mucha pudrición ya de lana. Entonces yo hacía la esquila, yo esquilé como 18, 20 años. Después yo salía también a esquilar afuera, por ejemplo me buscaba el finao Iglesias, que estaba allí en Yartou, entonces él me buscaba todos los años, yo le esquilé igual como 18 años le esquilé a ese hombre. Salía con mis pilchas de adentro y me venía a esquilar ahí, porque me gustaba. En realidad me gustaba ese trabajo, ser esquilador me gustó siempre, me gustó mucho la oveja a mí. En realidad mucha necesidad no tenía, pero igual me gustaba salir, venir a Yartou a esquilar. Y de repente se fueron retirando los socios que teníamos nosotros. Primero se retiró Chihuay, se retiró Sandoval, después se retiró el finao Montiel, después se retiró Nahuil. Se retiraron 4. Entonces nosotros les fuimos comprando las partes. El campo no lo podían vender, sus derechos sí, pero no vender su parte de campo, porque todavía no éramos dueños. Y bueno, ahí quedamos 3, entonces ahí ya tuvimos que buscar al campañista para que nos ayude, un campañista, un peón teníamos y nosotros, porque ahí en esos terrenos, cuando nosotros teníamos esa cantidad de vacunos eran tres meses de rodeo para juntarlos. Nosotros salíamos el 2 de Enero, después de año nuevo, y hasta abril. Los primeros animales, porque uno le llamaba allá los potreros. Los potreros eran qué tremendo campos, tremendos campos malos. Ahí entrábamos de a 200 vacunos, 250 vacunos. Claro, los primero animales que entraban ahí llegaban a comer barro, no tenían pasto, porque por ahí hay puro pasto de cordillera no más. Y pa´ rodear ahí todo al 99

río, porque son cerros para acá y cerros para arriba, asique uno pescaba una punta de animales a medio faldeo por ahí, en las gualguerías (¿?) por ahí habían animales y al río. O sea hay correas de montura así a lazo, esos se llegaban a echar a perder ah, después por último un hombre que era comunero igual, Chihuay, él inteligente y nos empezó hacer riendas de soga, cabestros de soga, porque no aguantaba el cuero. Todo se echaba a perder donde se mojaba. Nosotros cuando marcábamos en abril ya marcábamos hasta la guata del caballo en el barro. Asique hasta la guata del caballo y después llegaba y en la tarde lavar el cojinillo un poco y dejarlo colgao pa´ que oreé un poco pa´ sentarse al otro día en la montura, lavar los lazos, taquearlos en el monte. Es una vida muy dura en ese lugar, y todavía, porque no va a cambiar eso o sea ya no cambió ya, eso sigue lo mismo. Vino el año 90´ por ahí, porque el 95´me retiré yo, empezaron a llegar las compañías esas que se interesaron por esos terrenos ahí, por el monte. Se empezaron a interesar, vino CETEC-SEL, venía de Santiago el hombre, venía a conversar con nosotros don Alfonso Casas San Pérez de CETECSEL, esa era una compañía canadiense esa. Ellos iban a explotar el bosque. Entonces llegaron de repente y empezaron conmigo, porque yo estaba al último allá y allá estaba todo, estaba el puerto, estaban las construcciones, estaba todo. Y de repente, claro, el presidente finado Pinochet llega y nos manda una nota, entre el 90´y 95´, de que teníamos que comprar, pagar esos campos o sino teníamos que irnos pa´ fuera. Ósea, él no se fijo que nosotros formamos una vida allí, teníamos hijos que llegaron allí de guagüita y que se criaron en ese lugar. No tenía ese alineamiento, ósea que él dijo ya, pagan, compran o se van. Así no más, asique estaba media complicada la cosa. Entonces no salía como 23 o 25 millones de pesos, no me acuerdo bien, cada parte, porque nosotros teníamos arrendado al fisco 24.800 hectáreas. Entonces repartido entre tres daba como 7.800 hectáreas más o menos para cada uno. Entonces, bueno, empezamos a ver la posibilidad de comprarlo, porque tener 23 millones de pesos en ese tiempo o 25 millones no era tan fácil y más que para nosotros era subsistir y que se yo, venir a la ciudad o darle educación a los chicos, o acá bajo pagarle una pensión o algo. Esa era nuestra meta. Nunca fuimos gente de plata, no fuimos nunca. Ese era nuestro trabajo y bueno hacíamos como un sueldo ahí y con eso vivíamos. Llevábamos nuestros víveres para el año, porque si nos falta una cosa allá, un kilo de sal, de adonde lo vas a comprar, no se podía. Incluso yo, en veces, 100

me faltaba harina, y claro yo tenía más chicos, tenía 5, asique tenía que andar como 8, 10 horas con un caballo con un carguero para ir a buscar un saco de harina ahí a Timaukel. 10 horas a caballo más o menos con un carguero y pasar a nado el río cuando ese río grande que teníamos, el Cóndor, ese a nado. Cuantas veces pasé ese a nado, y con mis chicos adelante en la montura. Cuando se enfermaba mis chicos tenían que sacarlo pa` fuera. En chalupa, en bote, en cúter. Dos días tres días viajando en esos cuters chiquititos que no se podía parar, porque las casillas son bajitas. Ahora claro, la única posibilidad que hay que son los barcos modernos que usan los motores y son más rápidos. Más o menos son 6 horas estando bueno de Puerto Arturo a Porvenir a ahí a Chilota, pero eso estando bueno, y estando malo son 2 días. Asique eso es lo que nosotros más o menos estuvimos ahí. Bueno y después juntamos la plata para comprar el campo, entonces la idea fue mía, y yo dije que iba a juntar la plata, yo mi parte la voy a pagar, pero nos vamos a separar. Hacemos una separación de campo, buscamos un dimensor y que nos vengan a medir las hectáreas que tenemos de playa, los kilómetros, porque eran algo de veintitantos kilómetros de playa, de playa a la cordillera. Asique pagué mi parte, porque yo me conseguí la plata, al contado pagué mi parte. Pagué mi parte y me hicieron mi escritura y todo, y el dimensor hizo el monolito afuera y yo me quedé con la parte de Puerto Arturo, con esa parte me quede yo. Después Soto que estaba un poco más acá en un lugar que se llama, bueno esa fue una estancia que se llama Olguita. Y Maldonado también se quedó con otra que fue estancia, que fue de los finados Baeriswyl, de estos que tenían relojería acá en Punta Arenas, Miguelito. Entonces todos quedamos con algunas casas, construcciones, y todo, pero yo me quedé con el aserradero, con el galpón de esquila me quede yo, pero ellos fueron después a desarmar algunas cosas para que equiparemos las construcciones. Asique fueron a desarmar algunas casas allá, pero yo me quedé con el galpón grande del aserradero, con un garaje que había ahí, una casita, un motor de luz, después otras casitas de techo de maderas, porque en esos años habían puro casitas de madera, pero el galpón grande era un tremendo galpón. Tenía 600 planchas de fierro el puro techo, y al lado del galpón había un garaje chico. También estaba la casa de administración, la primera, que también era almacén, porque también estaba la segunda casa de administración, había un galpón de esquila, en otra casa vivía Montiel, un socio, uno de los siete que éramos. Había también otra casa grande que era la cocina, otra casa donde yo viví primero, después había un corredor bien bonito que le llamaban el club, donde dormían los solteros. Estaba 101

la lechería, estaba la casita de control de los carros de madera que salía pa´ el muelle, porque también estaba el muelle que era como escuadra, muy bonito era, y los rieles donde bajaban los carros con madera. Había una caballeriza donde entraban 6 caballos, era muy bonita, y también teníamos corrales de ovejas y uno chiquito de vacunos al lado de la lechería. El baño de ovejas y la carnicería estaba al ladito de un chorrillo que había. También había postes de luz que funcionaban en la noche nomás, porque había un motor de luz que tenía su casita especial. Los carritos que iban sobre el riel llevaban las maderas elaboradas pa´ el muelle y los bueyes los llevaban pa´ adentro del aserradero y de ahí salía la madera elaborada de adentro y lo que había después era un carro, pero tirado por un solo buey, lo llevaba el carro pa´ arriba el buey, o cuatro o cinco carros llevaba el buey pa´ arriba así tirando con un yugo cortito y cargaban la madera seca en los cerros pa´ la caldera que estaba detrás del galpón grande, y después largaban los carros solos nomás de arriba pa´ abajo y llegaban hasta la misma caldera donde le ponían leña a la misma caldera a vapor pa´ trabajar, que servía para mantener el galpón del aserradero, las maquinarias. Era una tremenda caldera de cemento y ladrillo, sí los chicos se metían adentro. Todo lo construyó Menéndez-Behety. Ahí nadie construyó nada, eso estaba todo. Yo arreglé una de las casas de administración, una chiquitita, le puse ventanas y todo. Esa fue mi primera casa que estuve yo cuando era soltero, pero después agrando la familia y tuve que arreglar otra casa, pero ahora dicen que esa casa ya no está. Imagínese construir tremendas casas, si como digo yo eso hubiera sido bonito mantener esas construcciones antiguas. Eran bonitas casas, todas de madera. Y por ejemplo esa casa que me desarmaron ahí, la casa donde estuve último, era una casa preciosa, tenía un tremendo ventanal como una galería, tenía como 12 piezas esa casa. Incluso allá adentro de esa había una estufa antigua que nunca quise tocar yo esa estufa. Una tremenda estufa con argolla en los costados. Yo tenía mis estufas asique nunca toqué esa estufa. Esa estufa igual debe haber desaparecido también. Tenía también un motor grande de aserradero marca italiana a parafina, un motor de luz de un lister de un pistón. Bueno y esas cosas yo no las quise tocar ni irlas a buscar, pero resulta que cuando fui ya no estaban. Asique bueno, empezamos ya a tener estos animales en los lugares donde nos tocó y como digo empezó esta compañía a insistir, pero insistió abajo, en la parte que tenía yo, porque allí estaba el muelle y tenía un puerto muy bueno ahí, porque eso fue de los Menéndez. Ósea, antes todo fue de la compañía Menéndez - Behety. Ellos explotaron ese bosque ahí. Después de que lo explotaron 102

largaron fuego y la palizada que no servía le largaron fuego e hicieron quema. Ellos lo tuvieron hasta como los ´50, como en esa fecha terminó el aserradero.

Descouvieres estuvo como

arrendatario, pero la compañía que explotó eso fue Menéndez y los Menéndez fueron los que dejaron todo eso como estaba. Y esa madera los Menéndez no la utilizaron acá en Punta Arenas. Esa madera venían remolcadores, buques grandes, venían de la Argentina y se llevaron la madera pa´ allá, porque ellos tienen todos sus establecimientos ganaderos en Argentina, al lado de Gallegos. Entonces la madera que quedó fue esa que estaba en las construcciones. M_:

Y que cosas se hacían en el aserradero?

J_: En Puerto Arturo hacían puertas, ventanas, todo eso, pero no hacían lo que hacían en Yartou. Yartou fue de los Baeriswyl y esa fue una industria muy grande, más completa que la de Puerto Arturo, porque de ahí salían hasta las barricas de madera donde ponían las hiervas antiguamente. Un trabajo de lujo. Si toda esa mueblería que debería haber estado en la casa de administración de Yartou se hacía ahí mismo. Puerto Arturo fue una industria casi completa, se hacían las ventanas todo con dibujo y se llevaban lista. Si cuantas casa tendrían de esas terminaciones de Puerto Arturo. Eran muy bonitas. Si todas esas industrias eran industrias casi completas, pero la de Yartou fue más completa, porque en Yartou sí hubo escuela y hubo prostíbulo también. Claro, si ahí iba toda esa gente de Camerón, porque ahí hacían carreras a la chilena, ahí en un arenal que hay, frente a esas casas que restauraron, hay un arenal, pero muy bonito entonces ahí hacían carrera a la chilena a caballo. Ahí los viejos llegaban con todo, ahí vendían licor y todo. El prostíbulo era permanente y estaba en la última casa. Si había muchas casas en Yartou, si ahí trabajaba mucha gente. Como digo, ahí sí la madera salía elaborada. Ahí hacían muebles, de todo, todo torneado, y salía la barrica que era una tablita bien delgadita y ponían yerba de tomar mate. Hacían barriles para la yerba. Y Bueno, continuando con lo que fueron propietarios de esas tierras después de que el fisco las tuvo, entonces llegué yo, luego CETEC-SEL, pero fracasó su programa que ellos tenían como madereros. Eso fracasó, porque no los dejaron trabajar, no los dejaron explotar el bosque. Y yo sabía lo que yo tenía también, porque yo sabía que el bosque que tenía yo no servía. Estaba enfermo ese bosque. Usted corta un palo y ya tenía una pudrición, un cáncer blanco, es igual que 103

una persona el palo, tiene una cosa blanca adentro que ya está pudriéndose. Entonces eso yo lo sabía. Pa´ sacar una viga más o menos de 10, 12 pulgadas había que uff, no lo sacaban. Bueno ahora que hay tractores y cuestiones lo pueden sacar donde estaban las vigas, porque hay, pero está muy lejos y es muy malo. Entonces, yo sabía lo que tenía si estuve tantos años, yo conozco hasta las piedras ahí. Asique bueno, empezó ese hombre, don Alfonso Casas San Pedro, empezó a llegar con helicópteros de carabineros, asique me decía a mí: mira véndeme 250 hectáreas, nosotros queremos 250 hectáreas, y llegó como tres o cuatro veces abajo. Y venderle 250 hectáreas yo calculaba, ósea era lo mismo que yo tenga un negocio y le venda la vitrina, quien me va a mirar allá al fondo del patio, nadie. Asique yo le dije que no le puedo venderle, 250 no se podían vender. Y a donde me iba ir a vivir yo, allá arriba a la turba, por los cerros. No se podía. Ósea no había ningún negocio con él. Entonces yo tengo un amigo que somos un poco familia, con Santiago Phillipic, entonces él me pasó una parte de plata pa´ que paguemos el campo. Él me dijo una vez a mí: mira Juan me dijo, si tú algún día tienes la posibilidad, ya que te fuiste pa´ ese lugar por ahí y tienes la posibilidad de tener un pedazo de campo y te falta dinero no titubees en decírmelo, yo te lo voy a dar. Eso me lo dijo él. Y fue así. Cuando ya me había atropellado de donde iba a sacar la plata pa´ comprar ese pedazo de campo me vine donde él. Y me dijo sí, yo te paso la plata no hay ningún problema. Un día me dijo eso y después ya anduve dos días más o menos pensando en que lo que me había dicho. Y llegué de vuelta y yo le dije: oye Santiago a ti siempre te ha gustado el campo. Y él me dijo sí, pero no he tenido la posibilidad, y yo le digo, pero ahora la tienes. Por qué me dice. Compremos el campo los dos, el 50% y el 50%. Yo tengo los animales y la mitad de los animales lo repartimos y listo, porque le dije yo no me gusta eso de pedirte la plata y que tú me pases la plata, ese sistema no me gusta. Asique después él no quería, él no quería, porque él quería ayudarme a mí. Asique pagamos como digo al contado el campo, toda la cuestión. Ya después esas personas llegaron, llegaron y llegaron, y de repente Santiago me dice: tú has pensado alguna vez que estos campos van hacer inaccesibles para nosotros. Ya tú tienes 5 hijos, cuando mi hijo finao todavía estaba vivo. Él me dice nosotros no vamos pa´ joven vamos pa viejo, y esto va hacer costoso llegar acá, y él tiene dos hijos, y dijo: y tú has pensado que alguno de tus cabros les va a gustar lo que a ti te gustó. Tú estuviste tantos años acá, pero tú has pensado que si alguno de tus cabros va a querer venir pa´ acá, no po. Entonces qué es lo que va a pasar que esto a muy pocos cortos años esto lo vamos a 104

tener que liquidar, o sino nosé po, porque gente pa´ trabajar en el campo hoy día tampoco hay, y ya nosotros vamos a quedar viejos y cuanto nos va a costar, cuánto va hacer el costo de irnos pa´ Porvenir a arriba. El costo es muy alto y el costo es alto y ya los sacrificios que nosotros hicimos para estar tantos años ahí yo ya no lo quisiera repetir. Asique agarramos y conversamos con esa compañía, pero lo que costo más fue convencer a mi mujer. Ella estaba tan acostumbrada, bueno ella estuvo 20 años más o menos allí y yo estuve más, porque yo llegué solo ahí. Asique agarramos y llegamos a un acuerdo con esa compañía y ellos nos compraron eso, todo. Fue todo o nada, pero tampoco fue todo, porque fíjese ese hombre que andaba detrás de eso él a mí me había dicho: mira, tú elígete una parte bonita, llévate una casa, ponla ahí, cierra y eso es tuyo. Eso me había dicho ese hombre, porque era un hombre muy bueno. Él era como el gerente general de esa compañía, de CETEC-SEL. Asique yo le dije: mire don Alfonso, si llegamos a un negocio acá yo ya no vengo más aquí. Voy a venir sí a buscar mis cosas, pero yo ya no vengo más. Ósea perdí la oportunidad, porque podría haber tenido algo allá abajo, podría a ver tenido una casa, que se yo. Cierto ahí yo no pensé mucho, pero bueno. Asique bueno, nosotros digo yo, porque con Santiago Phillipic ya éramos socios, una sociedad constituida, salimos en el diario oficial, todo. Entonces hicimos una sociedad bien hecha con todas las de la ley. Entonces agarramos y nos desasimos de eso, pero menos las construcciones. Yo tengo la escritura, suelo y bosque, nada más. Eso es lo que se vendió, no las construcciones. Las construcciones no las quisimos vender, las construcciones eran nuestras y son nuestras todavía si acaso hay algo ahí. Yo tengo el inventario ahí de las cosas que quedaron allá abajo. Entonces qué es lo que pasó, derepente a CETC-SEL no lo dejaron trabajar y listo. Les cerraron las puertas, que no el medio ambiente, que esto y lo otro, yo estaba de acuerdo con eso, pero claro yo sabía que esa compañía no iba a poder explotar el bosque. Le iba a costar demasiado, el costo era muy alto para explotar esos bosques, las 7800 hectáreas hacia la cordillera. Si allí hay turbales de dos o tres kilómetros, puras turbas. Hay planchados ahí que la gente antigua, los Menéndez, que hicieron planchados más o menos de un kilómetro, de puro rajón. Eso todavía está. Eso es una cosa que al ir a recorrerlo, verlo, lo que hacía la gente antigua. Hoy día un cabro no puede ni un poste. Eso era todo al hombro para hacer esos planchados, todo al hombre, pero es interminable la corrida de rajones y todo sacándole el destaje, dejándolo parejo pa´ que pasen los bueyes encima con las vigas, pa sacar vigas. Tremendo sacrificio. A pura hacha haciendo picada, haciendo las huellas. Ahí hay huellas que a pura hacha hecha, ósea cortando los cerros pa´ que el buey no se desbarranque con la viga, si eso se hizo a todo a pala y hacha. Claro, por eso esos 105

campos tienen los nombres de la gente, porque los Menéndez antiguamente ellos decían: ya aquí está Vivar y Vivar tiene tanto. Este campo es Vivar. A Vivar le entregaban 10 pares de bueyes y Vivar tenía que hacer sus huellas pa´ que baje sus vigas, y ese campo todavía se llama Vivar. Mayorga, ahí estuvo Mayorga. Sus ranchos bajo la playa, de playa a cerro a la cordillera. Ellos eran contratados por los Menéndez y tenían que hacer sus huellas, imagínate. Si había un cerro tenían que cortarlo pa´ que pasen los bueyes, pa´ que no se caigan al barranco. Bueno. Entonces como digo nosotros vendimos y de ahí a CETC-SEL no los dejaron explotar el bosque. Ya agarró y estos gringos, unos americanos que andaban igual que un carancho, buscando bosque si ellos no tienen bosque en su país. Asique CETC-SEL dijo vendo este paquete, que vale tanto millones de dólares, paga y listo. Llegaron los gringos, la Trillium, y había un gringo muy mañoso ahí, uno que estuvo en la guerra de Vietnam, era ingeniero de caminos ese. Bueno, llegaron allá y de repente me dejaron una nota, porque a mi CETEC-SEL me había dicho: tú mira, estate un año, dos años acá con tus animales todavía, no tienes ningún problema, nadie te va a molestar, pero resulta que cuando ellos vendieron llegaron los de la Trillium, y de repente una nota, de la noche a la mañana en octubre, estaban todas las vacas pariendo, en la aparición los vacunos, y que tenía que salirme inmediatamente de allá. Ah?, salirme inmediatamente de allá. Asique rodeé todos los vacunos y los saqué a la huella. Busqué dos arrieros y salí a la huella con los vacunos, pariendo las vacas en la huella, es un sacrificio, pero sabe que gracias a Dios no se me murió ningún ternero ni vacuno, porque mi camioneta como tenía una cúpula ternero chico que nacía en la noche lo ponía en la camioneta y ahí lo buscaba la madre y le daba de mamar. No se me murió ninguno. Ya, salí con mis vacunos, lo primero que saqué fueron mis vacunos. Asique el gringo andaba ahí y yo veía que estaban destrozando todo el monte. Ellos sí que hicieron macana ahí. El monte claro, no valía, porque el monte era monte malo, que era monte bajo al lado de la playa muy azotado del viento, incluso los árboles tienen todo el follaje ladeado de tanto que le pega el viento, pero ellos agarraban con esas máquinas grandes y pucha arrasaban para hacer la huella. Ahí quedaron miles de palos debajo de esa huella, y piedras y árboles completos. Y bueno fui a buscar mis vacunos, porque a todo esto, empezamos a buscar nosotros, la sociedad, empezamos a buscar un campo. Asique encontramos un campo ahí en Porvenir cerca donde estamos ahora, 2000 hectáreas. Entonces agarramos todos los vacunos, y trajimos todo, caballos vacunos y los dejamos ahí, en Campo Real. Entonces empezamos con Santiago a conversar y veíamos que era muy chico 106

pa´ los dos, no íbamos a ganar nada de plata con eso. Entonces, bueno, me dice Santiago que era muy poco, pero que iba a vender sus caballos, sus vacunos. Asique él vendió todo. Yo me quedé con lo mío. Asique como era 50% yo me quedé con La Real y él con la plata. Asique bueno. A la vuelta, el 95` llego a Puerto Arturo. Ya había sacado los animales y vengo a buscar mis cosas. Tenía cosas ahí, tenía estufas, tenía bencina pa´ mi camioneta ahí en un garaje. Todo eso yo lo tenía cerrado con llave, porque eso era mío. Yo las construcciones no las vendía. Entonces con Santiago pensamos en desarmar, asique fuimos hablar con un gringo abajo y dijo no, no desarmen eso dijo, eso se lo vamos a pagar dijo. Asique no desarmamos, incluso habíamos llevado gente pa´ desarmar. Al final no tocamos nada eso. Y llego un día con mi camioneta pa´ ir a buscar mis cosas personales, y llego a pedir permiso, porque después había que pedir permiso, porque el campamento estaba a tres kilómetros antes de llegar donde estaba yo, mis cosas, porque ellos no pudieron entrar allá por malo y pusieron su campamento en un lugar que llamábamos Estancia Nueva. Se hizo tipo una población ahí donde teníamos un corral de vacuno, nuevo, que nosotros mandamos hacer. Y de repente yo estaba 5 minutos y yo tenía la llave de una casa chica donde yo tenía un trabajador antes, incluso ahí había una estufa que esa era de mi finada mamá todavía, y de repente no llega el gringo detrás mío atrevido, malo, y me dice: usted tiene 5 minutos, ósea así le entendí yo, pa´ que se mande a cambiar de acá. Y yo le dije y por qué?, me dijo: porque esto es privado. Muy privado será, pero a donde estás alegando le dije yo esto es mío. Las construcciones son mías acá, todo lo que está acá en estas construcciones guardado acá son mías, son cosas mías y por eso lo tengo con llave. Yo me sentí con tanta impotencia, mal me sentí, pero me sentí súper mal, porque resulta que ahí dejé mi vida yo y que llegué otro gringo y me eche pa´ fuera de esa forma, y ya me habían robado el motor de esquila, un motor Lister ingles donde esquilaba. Me habían sacado todas mis cosas del galpón de esquila, rompieron el galpón. Yo andaba trayendo la llave y me fui al galpón de esquila y él detrás de mí, y yo le dije: mire sabe lo que se llama esto, esto es un robo que hicieron ustedes acá, este galpón de esquila lo dejé con sus guías, con su esmeril para arreglar herramientas y ustedes me rompieron la pared para sacar el motor y todo. Y sabe usted que después al último abrieron el garaje, piso de cemento y todo, bien hecha la construcción, se llevaron todo lo que había. Yo tenía como 4 motores ahí, tenía incluso un generador de luz. Los dejé guardados ahí con llave y lo sacaron todo. Por orden de ese gringo. Y yo le dije al gringo: esto va a quedar con llave, y esto es mío, sí yo tengo un inventario. Todas las cosas que están acá están 107

en un inventario, porque la plata nos pasó INDAP y nosotros compramos todo y ahí un inventario, pero ellos lo destruyeron, y no quisieron que vayamos a tocar nada. Después yo pensé, después de un par de años pensé yo, cuando ya tampoco los dejaron trabajar a los gringos, pensé yo, bueno esas construcciones dije yo: yo no las hice, esas construcciones estaban allí cuando yo llegué ahí y algún día dije yo si llegara alguna institución que quiera restaurar esas cosas, porque eran construcciones muy hermosas, porque yo mi idea tampoco era de desarmarlo, esa nunca fue mi idea, pero si la Trillium eran unos mentirosos, porque si me dijeron: ya te vamos a pagar eso, ¿porque no lo pagaron? y eso hubiera seguido estando ahí. Y ellos no lo pagaron, no eran de ellos, asique tampoco dijeron que lo cuiden tampoco, el trabajador que tenían allí estaba a tres kilómetros y tampoco le dijeron que lo cuiden entonces llegaron los pescadores y empezaron a desarmarlo. Si yo pensé en ponerles un juicio a esta compañía, porque tengo todo el inventario de las casas que me tocaron a mí y tengo la escritura de que no se vendió las construcciones, porque esas construcciones no se vendieron. Se vendió el suelo y el bosque, pero las construcciones no. Y yo nunca quise desarmar, no era esa mi idea, pero ellos ni siquiera quisieron pagar esas construcciones y lo que hicieron fue dejarlas abandonadas, y nosotros incluso hemos conocido personas que tienen puertas en Porvenir que eran de esas construcciones. Una de las casas fue llevada a Olguita, la segunda casa de administración. Algunas casas las llevaron, pero quedaron varias casas en Puerto Arturo, pero esa casa la llevó Soto. En el inventario que tengo yo ahí sale que casas quedaban y cuales casas había que desarmar. Mi señora con mi hijo fueron en el verano, porque nosotros dejamos una gruta ahí y ellos fueron a ver eso y lo poco que quedaba. Nosotros pusimos una virgencita que conseguimos con la iglesia Fátima en Punta Arenas hace más de 15 años. Yo no quise ir. Asique dice que desarmaron la casa donde vivíamos nosotros que era la casa de administración, que era la primera casa de administración que tuvo los Menéndez. Estaba al lado de la playa, esa casa tenía como 12 piezas. Era un almacén y casa de administración, porque ahí había almacén, ahí había cigarro, había fósforos, velas, hierva, ósea todas esas cosas nunca faltó ahí cuando era la compañía, incluso cuando estuvo los señores estos de la Bruhn nunca nos faltó eso. Nosotros llegábamos nos íbamos pa´ la cordillera y hacíamos un pedido de 6, 7 cartones de cigarro, velas, que se yo, claro pa´ a andar el tiempo y nunca faltaba, porque después hubo otro administrador, estaba el finao Enrique Otssen Juhn, un alemán. Ese hombre fue el último administrador que hubo ahí, y él le decía al finao 108

Mladinic al lado, hablaban por radio le decía: mira la gente teniendo cigarro y yerba anda muy bien la gente, pero si le faltan cigarro o le falta la yerba ahí sí que no andan bien. Asique mandaban una boleta que se yo con harina, nunca faltó nada ahí. Muy bueno pa´ los vivieres, pa´ la plata, pagaba los sueldos cuando uno quería su plata. Era muy bueno. Asique ahora esa cuestión mi señora cuando fue pa´ allá se las lloró todas, porque incluso hay unas cuantas casitas nomás y el galpón grande del aserradero igual lo están desarmando, son los pescadores. Y era un aserradero que tenía 600 planchas de fierro el techo, un tremendo aserradero y eran dos pa´ pasar vigas, un tremendo galpón era, y yo siempre lo mantuve ese galpón antes que me salga de ahí yo iba a cortar barones y los apuntalé todos los tijerales pa´ que no se vaya abajo, porque ya como se estaban pudriendo los soquetes entonces yo lo apuntalaba los tijerales con eso le ponía palos. Si ese galpón al centro tenía 18 pies de altura y todos palos labrados a hacha, si la gente antigua labraba a hacha, palos cuadraditos y las construcciones todo espigado. Hoy día quien va a espigar. Allá no, palos todos de 4 por 4, 3 por 4 y todo espigado, metido, si pa´ desarmar una casa de esas había que tener una paciencia, porque pa´ no romper las espigas, una madera muy gruesa y esa madera salió de Puerto Arturo. Lenga, coigüe era, y sí traían madera por remolcadores de más abajo, porque esa compañía Menéndez era muy grande. Todavía están los palos donde amarraban los remolcadores ahí que llegaban con vigas, allá abajo a Elenita, traían vigas a la Paciencia, a todas esas partes con remolcadores y bueyes. 100 bueyes más o menos tenía la compañía y los bueyes no tenían pasto, eso era otra que no había pasto ahí. Tenían que cortarle leñadura, tenían cuadrillas cortando leñadura pa´ que les den en la tarde a los bueyes. Ya ni quedaba leñadura, ahora sí está viniendo la leñadura, yo cuando estuve ya habían arbolitos de leñadura. Y después los llevaban a Elenita, a la entrada del invierno, cuando ya paran de trabajar los bueyes lo llevaban a Elenita, abajó. Son de Puerto Arturo a Elinita son 50 kilómetros y ahí agarraba sus piños de bueyes y los llevaban a puro cerro, porque al lado de la playa no se puede ir, porque es acantilado, no se puede pasar, porque hay partes que el mar es a pique, asique se iban todos a puro filo de cerro. Pa´ llegar a Elenita son tres cerros, el último cerro es el más bajo, el primero es de Puerto Arturo, después hay un segundo cerro y después llega a Elenita abajo. Entonces los cabros que estaban allá abajo en Elenita esos iban a pie, pasaban a Puerto Arturo a dormir donde estaba yo, y ya al otro día con una capa y una lona y a pie se iban pa´ abajo, ponían dos días. Llegaban el primer día caminaban 25 kilómetros, esos son los Acuña, ellos todavía están 109

allá abajo igual. 25 kilómetros y 25 kilómetros al otro día, con su capa y su lona, pero ya se les arrancaron todos los animales al monte, ya están todos ariscos esos animales. Dejaron toda su juventud esos hombres, viejos están esos hombres, decaídos. Si esos cabros andan días enteros detrás de esos vacunos. Si la vida allí era muy dura, muy dura. La Trilium también le quería comprar a ellos. Y todavía no son buenos los caminos. Yo le decía a Maldonado que aprovechara de vender todo pa´ que le sacara algo de plata a ese campo. Ahora se fue a meter un abogado allí que casi le quitó todo. Si ahora Maldonado tiene un poquito de terreno nomás. Si la vida en ese sector es dura, es dura la vida. Nosotros nos movilizábamos en barco, en chalupa, bote, lo que fuera, y también en un carro tirado por caballos, ese fue mi primer vehículo. Ponía dos días a Timaukel con los caballos. De ahí me compré una camioneta, cuando el río nos daba paso salíamos con la camioneta sino no se podía. Claro, a mí Puerto Arturo me gustó cuando joven por la tranquilidad, porque a mí siempre me gustó la tranquilidad. Estar solo. Estaba un año. 7, 8 meses después venía a ver a mi mamá, a mis hermanos, venía a comprar mis cosas y después me iba pa´ allá otra vez. Me gustó la soledad de cabro me gustó la soledad, y eso que yo tenía hermanos acá, mi papá. Yo trabajé de muy chico acá con mi papá, con un carro acarreando leña. Cuando teníamos el campo de Puerto Arturo vivíamos los 7 socios y teníamos trabajadores, un campañista siempre trabajo, un peón, asique éramos como 9 trabajando más o menos. Después Cuando ya empezaron a retirarse los socios igual mantuvimos dos personas más, un campañista y un peón. Además estaba Maldonado, Soto y yo que teníamos mujer allá. M_:

¿Y la Trillium?

J_: Bueno a la Trillium no les permitieron trabajar, sí yo siempre dije que ha esa compañía deberían haberla fiscalizado más, porque cuando llegaron dejaron un montón de miles de palos debajo de la huella. Ellos estaban haciendo destrozos ahí sí ellos se suponían que tenían que proteger el bosque. Allí el crecimiento del bosque es rápido, rápido, en qué sé yo, en 10 15 años ya hay un varón bastante alto, lo que hay sí es mucho renoval que eso deberían haberlo usado y esa era la idea de ellos, que el renoval lo iban a fortalecer pa´ que sean maderas productivas, claro, pero en 110

realidad esa compañía iban hacer puras macanas, no iban a sembrar árboles, porque ahí el árbol se siembra solo ahí. El roble, el coigüe bota la semilla y crece. Por una parte cuando pararon a esa compañía los ambientalistas yo dije: hicieron bien igual, porque sino los gringos iban hacer puras macanas, ya estaban haciendo macanas, porque eran ellos y llevaron maquinarias pesadas y empezaron a amontonar palos allá debajo de la tierra y los tapaban después y quién iba a saber de que estaba hecho ese camino, es pura madera. A mí me gustó que no los dejaran trabajar a esa gente, esa gente no era buena, era dañina. Bueno los otros hombres a lo mejor si los hubieran dejado trabajar igual iban a tener dificultad para hacer sus trabajos, cualquiera que llegue ahí. Yo lo encuentro bien que eso quedó como un parque nacional parece. Lo que hay si es mucho animal ahí, hay vacunos, hay caballos, hay de todo. Pero bueno eso tanto era de nosotros, de Puerto Arturo como son de Elenita. Era, porque eso quedó ahí y ahora se pusieron ariscos, baguales los caballos y ya cuesta mucho pa´ sacarlos. Primero estuvo los Menéndez, de ahí pasó a administrar don Carlos Descourvieres, y de ahí varios arrendatarios estuvieron allí, después los Mladinic parece, de ahí se lo vendió al fisco y después a nosotros, pero nadie ganó plata con la cuestión de los animales, por eso que entregaban ese campo. Cuando yo estuve allí el aserradero ya había dejado de funcionar y usaban el campo para puro animales. En Puerto Arturo hay un cerro, un cerro alto, ese se llama el Chivo, y abajo hay una ensenada muy bonita ahí. Se llama el chivo, porque habían chivos ahí, habían largados chivos y qué es lo que pasó que en ese cerro después la gente mató indiscriminadamente los chivos, pa´ los perros. Cuando yo llegué ya no habían chivos, estaban las puras cabezas por ahí, calaveras habían, los mataron y de ahí terminaron esos bichos, pero sabe que, bueno, por una parte yo digo que hicieron bien si la gente de haber eliminado el chivo, porque resulta que con el chivo no iba a haber renovación de monte, porque el chivo mata a la planta, tiene muy fuerte la aspiración entonces mata a cualquier mata. M_:

¿Y alguna anécdota en Puerto Arturo?

J_: Uf, cuantas cosas no pasaron allí, sobre todo accidentes del campo. Imagínese que estábamos tan lejos y cualquier cosa que pasaba era un tremendo esfuerzo pa´ solucionarlo. Una vez me pasaron a dejar los pescadores una olla grande de huepo, porque uno era conocido, y con Forte lo 111

pusimos a cocinar y no tenía marea roja, pero por suerte era poca. No nos hizo nada a nosotros. Si después salió que lo revisaron en Porvenir y salió en las noticias que tenían marea roja, pero no tanto. Nos salvamos claro, si de allá salir envenenado uno no llega. Otra vez con mi chico, el Claudio, cuando era chico ese un día se quemó el pie con agua caliente, estaba hirviendo el agua y el río Cóndor estaba hasta arriba, lleno. Asique yo llego con la camioneta y voy a pedirle un caballo a un amigo que andaba ahí y le dije: préstame el caballo voy a ver cómo está el centro del río, sí está muy hondo. Era un caballo grande y casi me tapaba el pie el agua, y al otro lado había un camión de dos toneladas y media. Andaban casando loros, era Valenta que en esos años era jefe de vialidad y él andaba con el finado Artiaga. El finado Artiaga estaba casando loros pa´ arriba. Valenta estaba en el camión y cuando me ve sale del camión y me dice: que te pasó? Y yo le digo que tengo que cruzar el río, porque llevo un chico quemado el pie. Entonces me dice si tenía una soga larga, sí le dije yo. Ya, entonces me dijo que si me quedaba en el río con la camioneta el me tiraba pa´ fuera con el camión. Asique me tiré con la camioneta y el hombre no se le olvidó sacarle el freno de mano al camión. Asique a todo esto la correntada sacó la soga del gancho de la camioneta, lo sacó, y yo paré la camioneta al centro del río, pero me llegó el agua hasta la mitad del parabrisas y la camioneta es grande la que tengo yo, es alta. Empezó a llenarse, pero yo a mi gente, mis chicos, los puse atrás en la camada, porque atrás siempre demora más pa´ subir el agua. Yo quedé hasta la mitad con agua sentado adentro. Salí pa afuera por el vidrio y me tiré arriba del capó y enganché la soga y el otro cabro que estaba a caballo me ayudaba pa´ a sujetar la soga que no lo lleve la corriente, y a todo esto después llega Artiaga, el chofer del camión, llega y me grita: te tiro pa´ afuera, asique, claro, él le sacó el freno de mano y ahí me tiró pa´ fuera, pero llegué hasta una cierta parte nomás, hay un cerro ahí, una subida, hasta ahí nomás me pudo el camión, si estaba llena de agua la camioneta. Asique se me ocurre darle arranque a la camioneta, aunque estaba bajo agua la camioneta, el motor, todo, y partió y subió pa´ arriba llena de agua y partió. Esa gente no lo podía creer. Esa foto la tenían en la gobernación, pero ya no está. Cuando salió la camioneta y abrí la puerta salió mucha agua. Toda la ropa y todo lo que llevaba detrás del asiento quedó todo mojado. Asique llegamos hasta Yartou, pusimos a secar la ropa, toda la cuestión. Asique al otro día salimos pa´ afuera. Y Valenta dele sacar fotos si pensaba que esa camioneta no iba a partir más y partió la camioneta. Nosotros íbamos para Porvenir si el chico estaba todo quemado el empeine del pie arriba. Y había un hombre que fue socio de nosotros, pero 112

él siempre andaba por ahí, de repente trabajaba en la mar, de repente trabajaba a caballo, y él era medio machi. Sabía hartas cosas de remedios de campo, asique él llegó y le hizo una plasma de jabón con harta azúcar, entonces cuando llegó al hospital de Porvenir le despegaron eso la herida y estaba fresquita, no tenía nada grave. Le alivió. Igual que los chicos cuando eran chicos yo tenía un tío que en esos sillones de madera que están allá arriba, que son de madera de Puerto Arturo, son muy antiguos esos sillones, y él tomaba pastillas pa´ la presión y éste dejó sus pastillas allí y se fue pa´ Punta Arenas y los chicos ya andaban caminando, tenían unos dos o tres años, cuando de repente no se tomaron los sobres de pastillas y se los comieron, me caigo el susto. Claro, le quedaron lo ojos rojos. Y menos mal que estaba la armada en el Cóndor, estaba el buque de la armada, porque estaban haciendo ejercicios los marinos y yo tenía un comandante que era muy amigo mío, el Comandante Figueroa, y llegó a caballo en la noche y de repente me ven llegar al campamento. Qué te pasó? me dice, y yo le digo: sabe, parece que los chicos tomaron pastillas parece, están como medios envenenaos. Llamó al tiro a los marinos y pescaron un bote de esos de goma con dos motores y en un ratito estuvieron allá en la casa. Y ya Chiguay ya les había dado la contra. Les dio azúcar, pero un almíbar de azúcar, ya habían devuelto ya. Entonces el segundo comandante pregunta que le habían dado a los chicos, y Chiguay le dice que le había dado un almíbar de azúcar, se nota que sabes le dijo. A donde aprendiste eso?, bueno en Chiloé aprendí e hice un poco de enfermería cuando estuve en el regimiento le dijo. Claro, si él era el médico de allá. Igual que a mí cuando un día me vino como una subida de presión. Iba con mi caballo al lado de la playa al cabestro cuando de repente me viene una cuestión que menos mal me alcancé agarrar en el alambre pa´ que no me caiga, porque mi caballo lo llevaba de tiro. Y después llegué al galpón grande, porque ahí dejaba mi caballo y de repente me dio otro, y quedé agarrado en la puerta asique de ahí me fui pa´ la casa. Y en la tarde llega Chiguay y le cuento lo que me pasó, que me vino un mareo y que casi me voy a piso dos veces, presión alta me dijo. De mañana vas a tener que empezarte a comer de mañana un ajo, un ajo chiquitito tú lo mascas y te lo comes. Y eso te va a controlar la presión, pero vas a tener que verte esa cuestión, porque eso es peligroso. Y del otro día lo comencé hacer, a comerme el ajo y santo remedio. Se me pasó la cuestión. Ese hombre hacia remedios. 113

Después los chicos, esos como eran mellizos lloraban y lloraban en la noche. Y llega un día Honorio a la casa asique le conté que los chicos toda la noche se quejaban de la guata, asique se fue pa´ abajo al lado de la playa y se fue a buscar apio, pero apio de playa. Cortó un manojo, le pidió aceite a mi señora, le pidió un paño y los empezó a machacar y machacar y sacarle el jugo, empezó a sacar jugo de apio. Le puso aceite y lo empezó a hervir. De ahí le dio a los chicos y sabe que nunca más sufrieron del estomago. Eso fue su mejor remedio. Si a ese hombre lo conozco un montón de años. Si él es pescador y de campo. Cuando se cabreaba en el campo de repente se veía con un bote. Y un día yo andaba arriba en los cerros de Puerto Arturo cuando de repente veo una cuestión que se desprendió allá por el lado de Dawson. Se veía una tremenda cosa blanca se veía. Blanca se veía, porque era de lejos, y era su lona. Claro él cruzando con su bote a vela. De repente yo baje, anduve harto rato, porque andaba recorriendo las ovejas, y cuando llego abajo y voy a mirar a la puntilla que hay allí, porque había llegado casi al puerto. Y voy a mirar y era Chiguay. Se amarró en el muelle y dice que quedó en pana en Dawson y los marinos le cortaron la soga donde se había amarrado en los árboles y lo echaron pa´ afuera, porque en ese tiempo nadie podía llegar a Dawson, asique le dieron un par de horas nomás pa´ que se mandara a cambiar y tuvo que cruzar a vela nomás. Si estaba en pana de motor. Y cruzó a vela, cruzó. De ahí yo le dije que se vaya pa´ la casa, porque iba a dormir arriba del motor colgado, era una cosa incomoda. Asique le dije que se vaya pa´ la casa, tomamos mate, cenamos, se acostó y al otro día dice: vamos a ver el bote y al bote se le veía poquito el caño, no se hundió. Se fue a pique, claro, se le fue contra las rocas y se le despegó una tabla y le empezó a entrar agua, si se le veía tantito el caño. Toda su ropa mojada, al menos se le estaba lavando, ja ja ja. Y después llevamos los bueyes y los enyugamos en la bahía y lo tiramos con una soga pa´ arriba para sacar el bote. Después le quitaron el bote, el finado Pancho Gómez, uno que tenía Paciencia, le quitó el bote, porque no lo pudo pagar, y cuantos años trabajó él allí. Después Chiguay estaba con Don Marcelino Iglesias, con el Gordo. Ese hombre mantenía Yartou cuando estaba él y hacía trabajar el aserradero igual, entonces traía madera pa´ Punta Arenas en su barco. Ese barco se llamaba el Arcón. Bueno, él le dice a Chiguay si iba a montar su caballo, sí le dice Chiguay, si este es mansito. Y montó un tremendo caballo que tenía al lado como del galpón del aserradero de Yartou, pero que se fue todo abajo eso. Claro, porque terminó don Marcelino y 114

terminó esa cuestión, porque después estuvo el otro hermano, el finado Américo. Su mamá se lo había entregado a él que lo administre ese campo ahí, pero ese hombre murió. Asique bueno, Marcelino lo queda mirando y Chiguay llega monta su caballo y no se le arrastro con todo y de repente de cabeza en el piso y él le había dicho que era mansito su caballo. Y dice puta si así son los caballos le dice don Marcelino, tan mansito como ese quien no tiene caballos ja ja ja. Igual otra vez ese Chiguay se puso a herrar un caballo y no le pegó con la herradura en la cabeza, el gancho, el clavo de la herradura le partió la cabeza, se le hizo un hoyo. Y saltaba la sangre pa´ arriba, pero saltaba la sangre pa´ arriba.

Asique habían unos hombres ahí, unos ovejeros,

compañeros de trabajo y empezaron a taponearle el hoyo ese con un trapo, pa´ que llegue a Camerón y no se desangre ja ja ja, con un corcho en la cabeza. Y después nosotros lo vinimos a ver en la Cruz Roja de Punta Arenas y de repente llegó él con una tremenda sábana envuelta en la cabeza y le decíamos que parece Faquir ahora ja ja ja. Estaba muy acostado estaba con una tremenda sábana en la cabeza. Después le pasó otra cosa. Un ovejero que había ahí, Pancho Uribe, Francisco Uribe era, vino a Camerón como tres veces con un tremendo dolor de muelas y él estaba en Yartou. YA, y Chiguay se fue a la fragua y buscó unos fierros delgados, fierros redondos y empezó a achatar ahí con los combos y Pancho llegó en la tarde, no había nada de dentista ahí en Camerón, asique con dolor por su muela. Entonces a Chiguay se le había ocurrido hacer un saca muela. Se fue a la fragua, hizo una tenaza y le quedó lista su tenaza pa´ sacar la muela. Y llega después y hace como tipo un cuchillo, pero bien hecho, que quedó bien, pero bien delgadito y con eso redondeó la muela y la descarnó y con esa tenaza que hizo le sacó la muela ja ja ja. Le sacó la muela y después le mando una tremenda jarrada, de esos jarros grandes, medio de sal y agua. Que lo lave con eso y así le cortó la sangre. Y claro llega don Marcelino y le dice: oye y tú Pancho te fuiste a sacar tu muela? y sí le dijo, pero me cabreé, sí dos veces fui hasta ahí a Camerón y es lejos de ahí a caballo, si al final aquí estaba el dentista. Qué? dice don Marcelino. Y quién te sacó la muela? Chiguay dijo Pancho, y cómo?, se fue hacer una la tenaza que me hizo pa´ sacar la muela. Otra talla bien buena que hay es que en Yartou hay un camión viejo. Ese camión es mío, a ese lo aplastó un galpón que hay ahí. Bueno, mi finado suegro tenía él el camión, estaba en Timaukel, y yo 115

le dije un día sabe qué suegro, te compro el camión. Él ya tenía un auto asique me lo vendió. Le compré el camión, asique me busqué a mi cuñado pa´ que me ayudara y pongamos las cosas arriba del camión y tratáramos de llegar a Yartou aunque yo estaba en Puerto Arturo, pero cuando iba llegar allá con ese camión. Era económico ese camión, era un Dodge. Es un Dodge, porque parece que todavía está la carrocería allá dentro. Asique nos fuimos y mi cuñado era bueno pa´ manejar asique nos fuimos pa´ adentro. En el año 78´. Asique llegamos hasta Yartou el año 78´, pasamos el río Caleta y llegamos a Yartou y ahí estaba don Marcelino y yo le digo don Marcelino me va tener que dar permiso pa´ que yo pueda dejar mi camión acá. Déjalo acá nomás me dijo. Y lo dejé en ese galpón. Y bueno la cosa es que de esa vez nunca más moví el camión. Aunque una vez fue un hombre de Timaukel a comprarme el camión, finado Pedro Ojeda. Yo le dije que cuando va a andar ese camión si ya tenía como 10 años parados, si yo lo dejé en el galpón y nunca lo hice andar. El hombre agarró, pescó unos cables y tiro todo adentro. A garró un bidón de bencina y lo puso adentro y partió el camión. Asique don Pedro dijo que después lo iba a venir buscar y ahí vamos hacer la transferencia y después el finado don Pedro Ojeda murió. Asique quedó el camión ahí hasta los días de hoy, nadie fue a mover ese camión. Quedó ahí nomás. Si yo lo compré ese camión por tenerlo nomás, pa´ que mi suegro no gaste toda su plata en ese camión. Otra vez, pero me pasó a mí en Puerto Arturo, yo tenía de esas barricas que hacían en Yartou. Yo tenía una de recuerdo, y claro, un día estábamos esquilando y un esquilador, un tremendo viejo igual, se le ocurrió que le cambien de trabajo. Estaba esquilando el hombre y dijo: yo me voy a ir a la prensa y que esquile otro. Asique se fue a la prensa buscando su desgracia. Y la prensa era una tremenda prensa, y hasta la prensa se la llevaron ya. Bueno y llega este hombre, pone el pie ahí, cae el cajón y no le quebró la pierna. Asique yapo, a buscar la barrica que yo tenía pa´ hacerle tablilla, porque las tablillas eran tan apropiadas para entablarlo. Entablillamos la pierna y le pusimos fajas como un yeso. Y pa´ salir de adentro, de allá, había un jeep tipo una camionetita, doble tracción sí. Asique le pusimos un colchón atrás en la camada y se tiró ahí. Tremenda gritería pa´ salir de allí en esos planchados, porque antes pa´ llegar a Puerto Arturo, abajo, del camino que hizo la Trillium, abajo está el otro camino donde andábamos nosotros, era de puro palo redondo, era donde pasaban las vigas. Allí llegaba a desarmarse un vehículo ahí. Claro, con esa camioneta nosotros a vuelta de rueda pasando ahí y cuando salió hombre quebrado tremenda gritería. Yo los vine acompañar hasta el Cóndor de a caballo porsiaca se quedaba ese vehículo pa´ poder ir de 116

Porvenir a Punta Arenas, claro. Quedó cojo de una pierna el hombre ese, si sus huesos ya estaban fríos cuando llegaron hasta Punta Arenas. Y bueno, con esa tablilla lo embarrilamos y ahí rompí mi barriquita, sipo, claro que para un bien sí. Y eso, ahora ya estoy por cumplir mis 65 años. Y el campo voy a trabajarlo hasta que me pueda subir al caballo y ande bien, porque igual cabrea, aunque yo todavía esquilo, marcamos los vacunos y así hacemos todo nosotros. Cuando me cabree de ahí lo vendo. Aunque a mí me gusta el campo. El trabajo de oveja fue siempre mi profesión como campesino.

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5. El Patrimonio Cultural en Puerto Arturo De acuerdo a todo lo investigado, Puerto Arturo posee características predominantes para ser considerado un lugar patrimonial. Sus vestigios arqueológicos lo transforman inmediatamente en un área de este orden. Según el Estudio de Impacto ambiental realizado para Trillium en 1995, aquí se encuentran diferentes sitios arqueológicos que dan cuenta de la manera en que ocuparon este sector los grupos indígenas nómades-cazadores de la región. Tal es el caso de los Kaweskahr, Yaganes y Selknam especialmente. El primero ya sea por vía terrestre y los dos siguientes por vía marítima. Se debe entender que todas las culturas indígenas de la Patagonia presentaban características nómades, por lo que el uso del terreno antes de que estuviera el aserradero de Puerto Arturo lo realizaban de manera esporádica, como vía de paso o refugio. No obstante se han encontrado diferentes sitios con herramientas y utensilios de estos primeros habitantes, como por ejemplo puntas de proyectil, raspadores, cuchillos de madera. Junto con ellos se hallaron osamentas de fauna prehistórica. Puerto Arturo, por el hecho de encontrarse en un lugar donde existen sitios arqueológicos que a su vez presentan objetos de interés arqueológicos como armas que permiten reconstruir técnicas prácticamente desaparecidas, y/o utensilios de la vida cotidiana de aquella época, es considera como lugar patrimonial. Patrimonio Cultural considera “monumentos, ya sean obras arquitectónicas, de escultura o de pinturas monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas, grupos de elementos (…), expresiones, tradiciones y saberes culturales, grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, el arte o de la ciencia. Los lugares que sean obra del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico” (Ministerio de Educación, 2005, 40).

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Por lo tanto, ya existía en este lugar culturas indígenas que ocupaban el territorio de una manera distinta antes de la llegada del hombre “occidental”. Estos hombres comenzaron a tener interés por la zona desde el siglo XVI, debido a los descubrimientos marítimos y riquezas terrestres que poseía. Para el siglo XIX el asentamiento colonizador fue más fuerte y violento. La colonización impuso formas de vida casi incompatibles con la de los oriundos. Rápidamente, en menos de un siglo, los nómades patagónicos se perdieron entre el mar y la tierra. A comienzos del siglo XX, las tierras de Puerto Arturo son consideradas propicias para construir un aserradero, el que llevaba tal nombre. Se asentó un grupo de trabajadores pertenecientes a la Sociedad Ganadera e Industrial Menéndez – Behety para laburar en faenas forestales.

Se

construyeron diferentes casas para distintos servicios, galpones, casino, muelles, entre otras cosas, llegando a estructurarse una pequeña comunidad. La arquitectura típica de aquella época refleja un proceso histórico-social propio de la región de Magallanes, siendo incluso parte de la identidad cultural de esta región. Las pocas edificaciones que aún permanecen en pie y que han sido destruidas por agentes externos al medio natural, el ser humano, permiten reflejar y palpar la historia de una manera más concreta y visible. La desaparición de estas construcciones como único bien material que da cuenta de aquella época, implica a su vez el olvido tangible de un proceso económico, histórico y social que sobrellevó la Patagonia cuando su desarrollo “euro-civilizador” se encontraba en pleno auge. No obstante, más allá de las consecuencias positivas y/o negativas que trajo consigo la colonización de las tierras australes, tal proceso es parte de una historia y de la Historia Universal. Entonces, se debe observar a Puerto Arturo como un referente total que refleja distintas épocas histórico-culturales. Junto con poseer sitios arqueológicos también fue parte de un tipo de desarrollo “extranjero” que transformó totalmente la manera de habitar la región. Cuando el aserradero dejó de funcionar hacia el año 1950, sus suelos fueron trabajados en la ganadería y sus estructuras arquitectónicas reutilizadas. La ganadería es una actividad productiva característica de la región de Magallanes y la Antártica Chilena desde la llegada de los colonos. Actualmente nadie habita de manera permanente estas tierras, pescadores artesanales han construidos pequeños ranchos a orillas de estas costas, los que utilizan discontinuamente, y por otra 119

parte, la WCS dueña de estos terrenos, busca bajo una estrategia de conservación de la biodiversidad mantener los restos de Puerto Arturo destacándole su valor patrimonial. Por ello también es pertinente y necesario rescatar aquellos relatos orales de personas que vivieron en Puerto Arturo. Sus historias y vivencias pasan a ser parte del patrimonio inmaterial, pues en ellas se reflejan los modos en que los individuos habitaban el sector, y las relaciones que mantenían tanto con el entorno natural como social. La existencia de una serie de usos, expresiones, conocimientos y tradiciones propias del habitar este lejano territorio sólo está presente en la memoria de sus antiguos habitantes, personas que en su mayoría sobrepasan los 60 años de edad. Es la historia aún viva de las personas que hicieron y participaron en este proceso histórico, y que merece salvaguardarse. La UNESCO, en Paris el 17 de Octubre del año 2003, realizó una Convención en el ámbito del Patrimonio Intangible. En su trigésima segunda reunión, la Conferencia General de la UNESCO aprobó la Convención para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, lo que con esfuerzo se logró culminar situando de manera adecuada y total aquella parte de nuestra herencia cultural que es netamente intangible. La UNESCO entiende Salvaguardia como las medidas encaminadas a garantizar la viabilidad del Patrimonio Cultural Inmaterial, comprendidas la identificación, documentación, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión, ya sea a través de la enseñanza formal o no formal, y rehabilitación de este patrimonio en sus distintos aspectos.

“Esta Convención llena un vació, y responde a un contexto caracterizado por la globalización, y por la reflexión en torno a ella y sus implicancias para la diversidad cultural y para las culturas tradicionales” (Ministerio de Educación, 2005, 9). Por ello es necesario que exista respeto al Patrimonio Cultural Inmaterial de las comunidades, grupos e individuos. Tener en cuenta la sensibilización hacia su importancia y su reconocimiento recíproco y la cooperación y asistencia internacionales. Para la Convención, el Patrimonio Inmaterial, está representado por los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas, junto con los objetos y espacios culturales que le son inherentes. El objetivo hace referencia a que las comunidades y en algunos casos los individuos puedan reconocer este Patrimonio como parte integrante de su Patrimonio Cultural. Está herencia 120

se transmite de generación en generación, es recreado constantemente en función del entorno y de la interacción con la naturaleza y la historia, e infunde un sentimiento de identidad y comunidad, promoviendo la diversidad cultural y la creatividad. (Ministerio de Educación, 2005, 9). Para la Convención, la manera en que se manifiesta el Patrimonio Cultural Inmaterial es a través de los bienes considerados tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma, artes del espectáculo, usos sociales, rituales y actos festivos. Además de los distintos tipos de conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo, junto con técnicas artesanales tradicionales. Además reconoce, entre otras cosas, la interdependencia que existe entre el Patrimonio inmaterial y el Patrimonio Material Cultura y Natural No hay que olvidar que debe reconocerse que el Patrimonio cultural se encuentra estrechamente conectado con el Patrimonio natural, porque no se puede concebir a lo material desvinculado de su entorno, es decir, de su medio ambiente. Se debe destacar que el patrimonio genera externalidades positivas a la sociedad que lo posee, fortaleciendo su acerbo cultural y su identidad local y nacional. Permite resucitar la historia de un pueblo, de un país. Aquella historia que muchas veces sólo persiste en la memoria de los que la vivieron. El patrimonio puede relacionarse con la herencia recibida de los antepasados, siendo el testimonio de su existencia, de su visión de mundo, de sus formas de vida y de su manera de ser. Es un legado para las generaciones futuras, de allí la gran importancia histórica, científica, estética y simbólica que se le otorga. Conservar y difundir estas condiciones refuerzan nuestra identidad. Nuestra sabiduría colectiva

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El Comercio (1915-1918) The Magellan Times (1918-1920) Revista Menéndez – Behety (del 1925-1937) Folletín Sociedad Anónima y Ganadera Menéndez Behety www.patbrit.org www.muniporvenir.cl www.scielo.cl www.ub.es www.shoa.cl www.lu17.com Lugares en donde se investigó Archivo fotográfico Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes, Punta Arenas. Biblioteca del Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes, Punta Arenas. Café History, Material privado de Fernando Calcuta, Punta Arenas. La Prensa Austral y el Magallanes, Punta Arenas Ministerio de Bienes Nacionales de Punta Arenas, Punta Arenas. Ministerio de Bienes Nacional de Porvenir, Tierra del Fuego. Museo Naval y Marítimo de la Armada de Chile, Punta Arenas. Museo Regional de Magallanes, Punta Arenas Museo Salesiano Maggiorino Borgatello, Punta Arenas.

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