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“QUISIERA ESTAR SOLO EN EL SUR” En 1928 ocupaba Cernuda la plaza de lector de español en la Universidad de Toulouse. Allí comenzó a redactar los poemas de Un río, un amor, inspirado en el cine y en la música (jazz y blues). En este poema se mezclan los recuerdos del paisaje de su Sevilla natal con los ecos del descubrimiento de esta nueva música: “Quizá mis lentos ojos no verán más el sur De ligeros paisajes dormidos en el aire, Con cuerpos a la sombra de ramas como flores O huyendo en un galope de caballos furiosos. 5 El sur es un desierto que llora mientras canta, Y esa voz no se extingue como pájaro muerto; Hacia el mar encamina sus deseos amargos Abriendo un eco débil que vive lentamente. En el sur tan distante quiero estar confundido. 10 La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta; Su niebla misma ríe, risa blanca en el viento. Su oscuridad, su luz son bellezas iguales”. (Un río, un amor) 1. Examina la métrica de este poema: ¿de qué medida son los versos? ¿recuerdas como se llaman? ¿existe rima? 2. El poeta nos habla de los recuerdos de una tierra situada al “sur” de donde reside en el momento de escribir el poema, y nos dice la añoranza que siente por ella porque quizá no vuelva a verla. ¿Cómo describe ese lugar? ¿Qué diferencias presenta con la tierra desde la que escribe? ¿Recuerdas algún lugar de tu infancia al que en raras ocasiones hayas regresado, pero por el que sientas especial afecto o cariño? Intenta describirlo 3. El estilo de Cernuda es muy personal, poco amigo de seguir modas literarias; sin embargo, cuando escribió Un río, un amor estaba deslumbrado por el surrealismo, con su culto a las imágenes audaces y oníricas, ¿sabrías localizar alguna? Esta asociación creada por el poeta podría haber sido diferente, ¿eres capaz de modificarla como a ti te parezca? 4. En el poema también aparecen algunas oposiciones. Señala cuáles son 5. Hemos comentado que en el momento de escribir esta poesía Cernuda acababa de descubrir una música nueva, ¿en qué parte del poema crees que se traduce este descubrimiento?
EL PRÍNCIPE DESTRONADO “Las 4 Después de lavarle la cara, las manos y las rodillas y mudarle el pantalón, Quico descansaba en el regazo de tía Cuqui, que era suave y confortable como un edredón de plumas, y, entre sus brazos, se sentía increíblemente pequeño y protegido: -Eres muy bonito, chiquitín, pero que muy bonito. –Tía Cuqui hablaba bajo y como con música y sus besos no restallaban junto al oído, como los de la Vítora, hasta casi ensordecerle. En el salón reinaba un orden pulcro y un silencio estimulante y, para no desentonar, o tal vez porque acababan de lavarle la cara, las manos y las rodillas, Quico charlaba en un tono de voz casi confidencial: -Hoy no me he hecho pis en la cama –dijo. -Mi chiquitín es muy limpito, ¿verdad? -Sí, y Cris se ha hecho caca en las bragas. -¿También caca? -Sí, es una marrana, no lo pide. -Es pequeñita, ¿oyes? Cris es pequeñita y no sabe pedirlo. Tú vas a enseñarla a pedir caquita, ¿verdad, mi chiquitín? -Sí. Tía Cuqui sabía tenerle en brazos sin que él se impacientase, sin que notara en los muslos las costuras del pantalón, sin asfixiarle. La voz de tía Cuqui le amansaba, le arrullaba, predisponiéndole al sueño y a ser infinitamente bueno y por los siglos de los siglos. Entró Mamá con su habitual gesto de gravedad un poco acentuado: -No lo quieras, tía –dijo-. Ha sido malo. Ella lo estrechó instintivamente: -Él no es malito; ha sido sin darse cuenta. -Y no me he hecho pis en la cama –dijo Quico. -Claro. El chiquitín no se ha hecho pis en la cama. -Y Cris se ha hecho caca en las bragas. -Ya ves –dijo tía Cuqui. Quico acomodó la cabeza entre los frondosos, mollares pechos de tía Cuqui. Entornó los ojos: -Se ha muerto el Moro –dijo de pronto. -¿El Moro? -El gato de Paulina, mujer –dijo Mamá, sentándose. Y añadió, después de encender un cigarrillo y lanzar una bocanada de humo-: Estoy horriblemente fatigada. Continúo en crisis parcial, ¿sabes? Esto del servicio se pone cada día más difícil. -¿La asistenta? –dijo tía Cuqui. -Hija, la asistenta y la Seve. Hace una semana que marchó al pueblo. Dice que su madre no anda bien. Vete a saber. La voz de la tía Cuqui era como un hilito rojo, de tan fino y agudo: -Yo no sé qué pasa –dijo riendo- que las madres de las criadas casi siempre están muriéndose, ¿no te has fijado? -El Moro se ha muerto –terció Quico incorporándose. Tía Cuqui le estrechó contra sí: -¿De modo que se ha muerto el gatito? ¿Se ha muerto tu amiguito? ¡Pobre tesoro! ¡Pobre corazón tierno! Mamá tejía una lana gris con ágiles movimientos de muñeca y, de cuando en cuando, las agujas metálicas, al entrechocar, hacían el mismo ruido que las tijeras de Fabián al
cortarle el pelo. Sus ojos seguían el curso de la labor y, al concluir una vuelta, empujó maquinalmente los puntos contra la cabeza de la aguja y miró a tía Cuqui. Dijo: -Le contemplas demasiado. -¡Oh, no, no digas eso! Este niño necesita un cariño especial, Merche. No olvides que hasta hace un año era el rey de la casa. Es el príncipe destronado, ¿oyes? Ayer todo para él; hoy, nada. Es muy duro, mujer. La voz de Mamá era suave pero implacable: -Tonterías –dijo-. Yo he destronado ya cuatro príncipes sin tantos paños calientes y me ha ido muy bien” (ed. Destino, pp. 83-85)
Reflexiones sobre el texto: En esta novela cuenta Delibes lo que le ocurre a Quico, un niño que va a cumplir 4 años, durante un día cualquiera, desde las 10 en la que “abre los ojos” hasta las 9, cuando lo acuestan. En un principio, Delibes la tituló El fabuloso mundo de Quico V, pero no le gustó. Sí le gustó, en cambio, el cambio que le dio Mercero cuando la llevó al cine: La guerra de papá. Es un paisaje doméstico, en el que vemos a los padres, a las criadas, a una tía, a un tendero, a los niños… y los sentimientos de todos, sobre todo los celos de Quico… No sucede nada, y, sin embargo, tenemos la sensación de haber asistido a algo fascinante, al misterio de la infancia. Seguro que la inspiración y los diálogos los trae Delibes de primera mano (no en vano tuvo siete hijos). Y el ambiente que retrata en esta familia es muy similar al que él pudo vivir en su familia, de clase media: “Inventé menos de lo que parece. Tenía yo a los personajillos al alcance de la mano y tomaba notas del natural. Aunque no para la anécdota central, mis hijos fueron tan seguidos que no se daban cuenta de que cada año se producía en casa un destronamiento” (M.D. de cerca) “En una ocasión me preguntaron por qué había tantos niños protagonistas en mis novelas. Mi respuesta fue sencilla. Para mí, el niño es un ser que encierra toda la gracia del mundo y tiene abiertas todas las posibilidades, es decir, puede serlo todo; mientras que el hombre es un niño que ha perdido la gracia y ha reducido a una –el oficio que desempaña- sus posibilidades” (Mi mundo y el mundo) También explicaba Delibes por qué estructura su novela en torno a las horas de un día: “Como quiera que la vida de un menor de tres años se repite cada día, han bastado las horas de una jornada, desde que se despierta Quico hasta que lo acuestan, para acotar el tiempo del relato. Aquí los capítulos son las horas y, entre nueve de la mañana y nueve de la noche, caben en la cabeza de Quico sorpresas, alegrías, anhelos y sinsabores… El tema es simple: Quico, un pequeño de tres años, es destronado por su hermanita Cristina de uno. El niño no es consciente de ello pero vive unos meses ofuscado y dolido, delatando a la pequeña, renegando de su pito incontrolable, y deseando atraer sobre sí la atención de los adultos. Pero en vista de que falla en sus intentos, finge un accidente que lleva el temor y la angustia a cuantos le rodean, hasta que el percance se resuelve de manera imprevista” (Los niños)
Algunas posibilidades para trabajar en el aula: 1. ¿Cómo es el punto de vista desde el que está narrado el relato? Justifica tu respuesta 2. Por la conversación que mantienen Mamá y tía Cuqui, deducimos que ambas pertenecen a una determinada clase social, ¿en qué otros detalles lo has notado? 3. Utiliza Delibes un tipo de lenguaje coloquial, familiar y local: hay rasgos de habla infantil y familiar (uso de diminutivos, comparaciones creadas en la mente del niño…) y otros muy propios del habla local de Valladolid (como el laísmo). Subraya todos estos aspectos lingüísticos que se apartan de la norma convencional 4. Otros detalles lingüísticos interesantes son la manera de hacerse llamar los personajes (tía Cuqui, Quico…), frente a la Vítora… o, por ejemplo, que cuando Quico piensa en su madre habla de Mamá (con mayúscula). ¿A qué crees que es debido cada uno de estos rasgos? Aventura una respuesta para cada uno de ellos
Manos a la redacción: Fíjate en los diálogos que sostienen los tres personajes (Quico, Mamá y tía Cuqui). La manera que tiene el niño de “interrumpir” a su madre y a su tía es muy propia de los niños. Inventa una situación en la que, combinando narración y diálogo, tenga lugar una conversación entre dos ancianos y un adolescente.
“LA CONCHA” (Pedro Salinas) La inspiración para escribir este poema pudo tomarla de la contemplación de una concha en una playa alicantina: Salinas solía veranear en Altet (pueblo de la pedanía de Elche), donde su mujer poseía una hacienda familiar. El mundo del mar, con todo lo que él suponía (léxico, imágenes, color…) entró muy pronto en la poesía de Salinas. Luego se convertirá en “El Contemplado”, su interlocutor en uno de sus últimos libros, cuando, desde las playas de Puerto Rico, añore la luz y los recuerdos de su juventud en las orillas del Mediterráneo. Hemos escogido este poema de uno de sus primeros libros, Seguro azar, porque en él se acentúa uno de los rasgos más personales que luego caracterizarán su poesía: un lirismo intelectual de una sutileza poco frecuente en la poesía española. En este caso se sirve de un ser tan sencillo como una concha para meditar sobre algo tan trascendente como el paso del tiempo. “Tersa, pulida, rosada ¡cómo la acariciarían, sí, mejilla de doncella! Entreabierta, curva, cóncava, su albergue, encaracolada, mi mirada se hace dentro. Azul, rosa, malva, verde, tan sin luz, tan irisada, tardes, cielos, nubes, soles, 10 crepúsculos me eterniza. 5
En el óvalo de esmalte rectas sutiles, primores de geometría en gracia, la solución le dibujan, 15 sin error, a aquel problema propuesto en lo más hondo del mar. Pero su hermosura, inútil, nunca servirá. La cogen, 20 la miran, la tiran ya. Desnuda, sola, bellísima la venera, eco de mito, de carne virgen, de diosa, su perfección sin amante 25 en la arena perpetúa.” (Seguro azar)
1. El mensaje del poema es que la concha, a pesar de su hermosura, es percibida por todos como un ser inútil e inservible. Son dos partes claramente visibles en el poema. Trata de distinguirlas.
2. A pesar de su sencillez expresiva, en este poema aparecen rasgos del estilo de Salinas: acumulación de adjetivos, estructuras bimembres, enumeraciones… Pon al menos un ejemplo de cada uno de estos recursos. 3. Por otra parte, también vemos alguna imagen audaz y vanguardista. Señala la que más te haya impactado. ¿Serías tú capaz de expresar lo que dice el poeta de otra manera, con otra imagen de tu propia creación? 4. Palabras que aluden al “paso del tiempo” y al “mundo marítimo” están presentes en el poema. Señala cuáles son unas y otras. ¿Qué otro campo semántico es muy importante en esta composición? 5. En esta poesía aparece el recuerdo del mito clásico del nacimiento de Venus, que surgió de una concha. Trata de reproducir la historia de este mito con la ayuda de tu profesor o de algún libro especializado. Luego observa el cuadro que pintó Boticelli sobre este mito, y comprueba la capacidad de Salinas de convertirse en pintor de esa criatura marina. ¿Podrías hacer tú una descripción, aunque sea en prosa, de un objeto de la vida cotidiana?
3º CICLO (poema de Salinas) Cigarra que estás cantando Cigarra que estás cantando en un rincón ignorado del árbol que me da sombra, no tengo ningún deseo de saber cuál es la rama, de tantas que me cobijan, en que apoyas tu cantar. Y no me importa si existes, y no me importa si existe algo más que ese vaivén de tu lanzadera, esos hilillos áureos y tensos con que tejes el cordaje de ese barco mañanero de la mañana de agosto, barco de los rumbos dulces que no lleva a ningún puerto. Pedro Salinas. Presagios.
1. Comentando el texto: cada pareja de alumnos explica por escrito el significado del poema, tratando de expresar el tema y describir el lugar en el que se desarrolla. 2. Cada uno a su aire: entregamos a cada alumno uno de los poemas y tendrá que completarlo, bien anteponiendo o posponiendo palabras o ideas. Ejemplo Cigarra que estás cantando... de alegría me estás llenando. no tengo ningún deseo... cuando salgo de paseo. Siento calor en el rostro... de la mañana de agosto. 3. De cigarra a cigarra: inventar un poema cuyos versos comiencen con "cigarra": Ejemplo Cigarra que estás cantando, cigarra, que no cigarro, cigarra, ¡no seas guarra! cigarra, ¡que yo te agarro! Cigarra, ¡cierra la boca! cigarra, ¡que te desgarro! 4. Encadenados: construir un poema a base de versos encadenados. Ejemplo Cigarra que estás cantando, cantando debajo de un árbol, árbol que me da sombra, sombra que refresca el alma, alma que se está asfixiando. 5. Lectura expresiva: el profesor explicará distintos trucos para leer bien un poema: Vocalizar con nitidez, sin omitir letras o sílabas. Emplear el tono de voz adecuado a cada uno de los versos; tener en cuenta si un verso tiene su continuación en el siguiente para entonarlos adecuadamente. Tener presente la "entonación afectiva", aquella con la que expresamos las distintas emociones o sentimientos que ha querido transmitir el autor. Interpretar correctamente la "entonación lingüística", la que viene marcada por los signos de puntuación. Realizar una interiorización (que no memorización) previa del texto que conlleve el conocimiento pleno de todas sus palabras; nos dará seguridad. Tener en cuenta los acentos y marcarlos con claridad. Hacer las pausas o silencios convenientes (; y final de frase). Intentar que el oyente capte con facilidad la rima del poema. 6. Compositores: Inventar la letra de la canción de la cigarra.