Recursos para la Celebración del Espíritu de Asís 27 octubre
ENCUENTRO INTERRELIGIOSO Allí donde existe la posibilidad de reunirnos todos los creyentes de las grandes religiones del mundo, monoteístas y no, para hablar con serenidad de la paz, es seguro que será un buen signo rezar juntos. Nuestros puntos de referencia y modelos para realizar esto, no deben ser Elías y los profetas de Baal (Cfr. 1 Re 18). Jesús mismo, reconoció al otro como hermano y hermana, buscó un campo común y fortaleció la fe y los derechos de uno y otro. Les ofrecemos, algunas sugerencias para preparar un encuentro multireligioso (o interreligioso), que han sido extraídos de las líneas guía para las parroquias y grupos de la Arquidiócesis de Melbourne en Australia, como una contribución a la promoción de las relaciones interreligiosas en general y preparar encuentros interconfesionales.
1. Iniciativa: mientras los responsables civiles pueden promover un evento multireligioso, los representantes religiosos tienen la responsabilidad de su estructura y contenido. Dada esta premisa inicial, los responsables religiosos se mantendrán en el respeto a las intenciones de los promotores, a su rol legítimo. Debe mantenerse un equilibrio y ninguna de las partes, civil y religiosa, debe dominar. No podrá darse, por lo tanto, un tiempo dedicado o un rol activo para alguno. La selección debe ser hecha con un espíritu de sabiduría y de servicio, para evitar que el encuentro sea de hecho contraproducente. Estos eventos pueden reunir también a cristianos de varias confesiones, en efecto, muchos encuentros multireligiosos parten de una base ecuménica. 2. Lugar: cualquier lugar puede ser utilizado ya que un lugar se torna santo desde la espiritualidad de todos aquellos que lo utilizan. Tal vez puede ser mejor utilizar un lugar neutral, como una sala. Puede también ser posible, según quien organiza el evento, usar una mezquita, una sinagoga, una iglesia o un templo. Téngase cuidado con las imágenes, sean en pintura o efigie, pueden resultar ofensivas para algunos participantes. 3. Tiempo: existen muchas festividades religiosas, por lo tanto, al planificar el encuentro, es importante encontrar un día oportuno para todos. Se aconseja de acordar la fecha y hora con los posibles participantes antes de hacer la invitación. 4. Terminología: la palabra “culto” como las palabras “oración”, “Dios”, “fe”, “ministro”, etc. no son necesariamente aplicables en todas las tradiciones religiosas. Es oportuno dar preferencia a términos más generales y al mismo tiempo, las distinciones no deben ser confusas. 5. Rito: un momento simbólico o ritual puede ser más expresivo que muchas palabras. Fuego y agua, flores y panes tienen un significado universal, así los participantes pueden asociar el propio significado al símbolo previsto y no se sienten vinculados a una sola interpretación. 6. Hospitalidad: Como alimento la tradición hebraica requiere el kosher, la musulmana el halal. Los hindúes son vegetarianos. Algunos budistas tienen otras exigencias dietéticas y dan también mucha atención al tiempo de la comida. En síntesis, los hábitos de los participantes, varían notablemente de nuestras exigencias alimenticias. Es mejor pedir consejo. 7. Estructura del encuentro: Se puede proceder de muchas maneras. Las siguientes indicaciones siguen el modelo de la “Ceremonia por la paz y por la colaboración entre las religiones” tenida en la catedral de San Patricio en Melbourne el 11 de junio del 2000, en ocasión del gran jubileo. Después de la acogida y los saludos se explica el motivo del encuentro. En un cierto momento, se podría explicar que el estar juntos representantes de distintas confesiones religiosas, no implica el asentimiento de las mismas, los participantes pueden concordar o no y al mismo tiempo estar juntos en armonía y respeto recíproco. Las varias tradiciones religiosas pueden dar su contribución específica con lecturas de textos sagrados, poesías, enseñanzas, etc. Se pueden introducir textos musicales o simplemente música de diversas culturas. Los periodos de silencio pueden ser introducidos periódicamente entre las varias intervenciones, en los cuales los participantes podrán hablar al propio corazón. Algún representante religioso puede aportar algunas reflexiones apropiadas a la ocasión. El término “oración” no es utilizado por todas las confesiones religiosas, sin embargo, las intenciones personales y específicas pueden ser concordadas precedentemente y expresadas durante el encuentro.
ORACIÓN ECUMÉNICA Esta oración se fundamenta en tres ideas convergentes. La oración se une ante todo a la Jornada Mundial por la Paz a través del silencio. Esta oración explora cuál es el significado del silencio y del pecado. La perspectiva desde la cual está dirigida esta oración es la de la comprensión de las diversas “direcciones”. Las lecturas ayudan a orientarse y precisan una nueva identidad: aquella de ser “embajadores de paz y de reconciliación” capaces de romper el silencio, portando sobre sí la Tau, tercer elemento en torno al cual gira la oración, símbolo del cumplimiento de la voluntad de Dios. “Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, estoy en medio de ustedes”. (Mt. 18,20) “Y cualquier cosa que pidan en mi nombre, la haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”. (Jn. 14,13) No hay llamado más grande para el cristiano que aspirar a la paz tras las huellas de la Escritura dónde Cristo nos invita a reunirnos en su nombre, en su presencia, dejando de lado, por un momento las pocas cosas que nos dividen para unirnos entorno al deseo común de obtener la paz. La oración que sigue, compuesta de fr. Brian Terry, SA (Society of the Atonement) puede ser utilizada en un encuentro ecuménico para manifestar el deseo ardiente e insistente de alcanzar la paz en nuestros días.
En el espíritu de la TAU… Las campanas suenan lentamente mientras ingresan siete representantes. La elección de estos siete refleja la imagen del banquete escatológico dónde todos los pueblos serán llamados a la misma mesa de la Jerusalén celeste. Como referencia podemos ver en las Catacumbas de San Calixto los frescos de los cristianos de las primeras comunidades. El número siete era considerado el número de la perfección, la cifra del cumplimiento. NOS REUNIMOS EN SILENCIO Representante 1: Nos congregamos aquí en silencio, en comunión con todos aquellos que oran en Asís. Nuestro silencio aquí… hace eco al silencio de los líderes del mundo que callan, no hacen oír su voz y no trabajan por la paz. Hace eco también a nuestras comunidades silenciosas y demasiado preocupadas del proprio bienestar para dejarse interpelar. Hace eco a nuestros corazones silenciosos que han olvidado los dones de los cuales Dios nos ha colmado. No hemos sido creados para el silencio. Debemos siempre recordar que, provenientes lugares diversos, somos en realidad un don los unos los otros. INVITACIÓN A LA ORACIÓN DE ALABANZA Y DE ACCIÓN DE GRACIAS (Esta invitación a la alabanza se basa en una oración de los Nativos de Norteamérica adaptada por el hermano Paul Ojibway, SA.) Representante 1: Nuestra invitación a la alabanza nos lleva a considerar nuestros puntos de vista y nuestras proveniencias como un don. (Se pone incienso en las brasas antes de la intervención de cada representante) Representante 2: Creador del Oriente, te ofrecemos este don en honor de la aurora del nuevo día. Agradecemos y honramos a los pueblos del Oriente: su vida y sus tradiciones espirituales nos enseñan cómo vivir. Todos nosotros deseamos acoger el desafío de un nuevo inicio y encontrar alegría al recorrer nuestro camino, en el surgir cotidiano de la luz. Haz que aprendamos a renovar nuestra mente para encontrar nuevos modos de cuidar de nosotros mismos y de los otros. Gracias por el nacimiento de cada nuevo día. Representante 3: Creador del Norte, te ofrecemos este don en honor de las luchas y de la perseverancia en los días invernales. Agradecemos y honramos a los pueblos del Norte: su vida y sus tradiciones espirituales nos enseñen cómo vivir. Todos nosotros deseamos afrontar los desafíos de este tiempo complejo y confuso. Haz que podamos encontrar la fuerza y el sentido de vivir en el encuentro contigo y con el prójimo y haznos capaces de encontrar nuevos modos para sostenernos y fortalecernos todas las veces que nos sentimos perdidos. Representante 4: Creador del sur, te ofrecemos este don en honor de la vida que llega cada primavera. Agradecemos y honramos a los pueblos del Sur: su vida y tradiciones nos enseñan cómo vivir. Todos nosotros deseamos reencontrar nuestras fuerzas y nuestro alimento en la sorprendente
sobreabundancia de la vida. Haz que aprendamos a recibir cada don con respeto, honor y humildad y haznos capaces de generar comprensión y de fomentar nuevos líderes. Gracias por el don de cada persona que ha escogido seguir a Cristo. Representante 5: Creador del Occidente, te ofrecemos este don en honor del fin de cada día, como cumplimiento de nuestros compromisos cotidianos. Agradecemos y honramos a los pueblos del Occidente: su vida y sus tradiciones espirituales nos enseñan cómo vivir. Todos nosotros deseamos vencer el miedo de frente a lo que acaba, al término del día y de cada estación y, así compartir la sabiduría de lo que hayamos aprendido al recorrer tu camino. Haz que podamos encontrar, en nuestras oscuridades, el coraje de buscar una nueva aurora esperando alcanzar la plenitud del corazón, de la mente y del espíritu. Representante 6: Creador del mundo, ofrecemos este don a nuestra madre tierra, que nos nutre en todo por los dones de las creaturas animadas, por todo lo que crece para alimentarnos, por los elementos que hacen posible la vida: luz, agua, aire, fuego. Estamos agradecidos porque nos donas siempre todo lo que es necesario para vivir con honor, respeto, dignidad y humildad. Nosotros no estamos en grado de crear lo que tú nos donas en abundancia en cada estación. Te pedimos que aprendamos a cuidar de tus dones para ser solamente los dispensadores. Haz que nuestros corazones celebren con gratitud para que en cada generación encontremos en Ti nuestra casa y nuestro refugio. Representante 7: Creador de los cielos, te ofrecemos este don de modo que podamos encontrar gozo en nuestras almas mientras danzamos entre las estrellas y conocemos tu amor, tu cuidado y tu compasión. Te pedimos que acojas nuestras súplicas desde el Este hasta el Oeste, desde Norte hasta el Sur, desde las profundidades hacia las alturas de tu creación. En nuestro corazón haz que encontremos la fuerza de vivir en comunión como hermanos con el don de tu creación. Te pedimos que juntos podamos recorrer el camino que conduce a tu casa, en cada estación y por todas las generaciones. Todos los presentes: Creador nuestro, desde el este hasta el oeste, desde el norte hasta el sur, concédenos la paz. Creador nuestro desde la altura a la profundidad, concédenos la paz. Creador nuestro, desde el nacimiento hacia la muerte, concédenos la paz. Creador nuestro, desde la división hacia la reconciliación, concédenos la paz. Creador nuestro, desde la duda hacia la esperanza, concédenos la paz. Creador nuestro, desde la alienación hacia la unidad, concédenos la paz. Creador nuestro, desde el sacrificio de tu Hijo hacia la gracia de tu Espíritu, danos la paz ahora y por siempre. Amén. PALABRA DE DIOS Representante 1: Ahora dejemos que la Palabra de Dios rompa el silencio y resuene en todas las direcciones de modo que cada hombre pueda escuchar la Buena Noticia y caminar en la paz y en la benevolencia de Dios. «Así dice el Señor: "el cielo es mi trono, la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa podrán construirme
o que lugar para mi reposo, si el universo es obra de mis manos y todo es mío? - Oráculo del Señor En ese pondré mis ojos, en el humilde y el que tiene un espíritu contrito en aquel que se estremece ante mis palabras». Isaías 66, 1-2 LOS EVANGELIOS HABLAN Todos cantan el Aleluya o una aclamación al Evangelio. Durante el Aleluya los lectores desde todas las direcciones de la brújula, Norte, Sur, Este y Oeste se dirigen hacia adelante para proclamar la Palabra. Representante 2: Mateo 12,15-21 Representante 3: Marcos 9,14-29 Representante 4: Lucas 6,37-42 Representante 5: Juan 7,37-39 MEDITACIÓN (Escoger una persona que haga una breve meditación) PETICIÓN DE PERDÓN Representante 6: Hermanos y hermanas, oremos no sólo por la paz en nuestro mundo, sino también para que nosotros mismos podamos ser instrumentos de aquella paz de la cual el mundo tiene necesidad. Debemos pedir perdón por todas las veces que no hemos cumplido la voluntad de Dios. Recordemos que debemos ante todo pedir perdón para poder ser perdonados. Reconozcamos la bondad de Dios, que es nuestro Padre y reconozcamos nuestros pecados para poder recibir el perdón de Dios todo misericordioso. Reconozcamos que hemos escogido callar en vez de escuchar la Palabra de Dios y de acoger el grito de los hijos de Dios que son víctimas de la injusticia (Adaptado del rito de la reconciliación) Representante 6: Oremos con confianza a Cristo nuestro Redentor. Él es el Buen Pastor que nos busca cuando nos perdemos en el pecado y nos reconduce a Él con alegría. (Después de cada intención todos responden: Señor ten piedad) •
Por medio de tu muerte nos has hecho una sola cosa con el Padre y nos has dado la salvación: Señor ten piedad. • Has muerto y has resucitado y sentado a la derecha del Padre intercedes por nosotros: Señor ten piedad. • Nos has advertido diciendo que si nos ofendemos mutuamente pecamos contra ti; cúranos de la arrogancia de modo que no nos hiramos unos a otros: Señor ten piedad. • Siendo rico has escogido hacerte pobre por nuestra salvación; concédenos vivir con simplicidad de modo que podamos enriquecernos de ti: Señor ten piedad. • Has venido al mundo para salvar a los pecadores; concédenos en este día la salvación para poder dar a todos testimonio de la Buena Noticia: Señor ten piedad. • Tú que te has ofrecido por la salvación de todos; haz que podamos donarnos y
que seamos embajadores de reconciliación y de servicio. Señor ten piedad. • Señor, tú eres el camino que conduce al Padre; perdónanos por todas las veces que damos escándalo a los más pequeños en vez de construir el camino de la Paz. Señor ten piedad. • Has destruido la muerte y has iluminado a toda creatura: llena nuestros corazones con la sobreabundancia del Espíritu Santo: Señor ten piedad. • Has muerto para que aquellos que creen en ti no mueran sino que tengan la vida eterna; haz que muramos a nuestra indiferencia, al egoísmo, a la amargura y a la crueldad. Señor ten piedad. • Tienes el poder de absolver los pecados sobre la tierra; haz que sintamos el peso de nuestros pecados de modo que podamos comprender la grandeza de tu amor. Señor ten piedad. Representante 6: Pidamos ahora a Dios Padre que perdone nuestros pecados y nos haga capaces de perdonar a aquellos que nos han ofendido. TODOS: Oh alto y glorioso Dios, ilumina las tinieblas de mi corazón. Dame fe recta, esperanza verdadera, caridad perfecta y humildad profunda. Dame, Señor, sentido y discernimiento para cumplir tu verdadera y santa voluntad. Amén (Oración de San Francisco para pedir el discernimiento)
RITO DE LA MISIÓN La “Tau” es un símbolo conocido desde hace mucho tiempo. Su presencia la encontramos en diversos lugares en la esfera de la cultura Mediterránea. Sea en la lengua fenicia como en hebreo, la tau es la última letra del alfabeto y se convierte de esta manera en el símbolo del cumplimento. En hebreo la Tau es la “T” o una letra en forma de cruz. Y también la Tau es la primera letra de la Torá, la ley que concede la salvación, se convierte en una abreviación, inmediatamente comprensible, para representar la ley y la salvación. En el alfabeto griego, la Tau es la decimonovena letra, la del perfil cruciforme, y era considerada un signo de vida y de resurrección; era a menudo asociada con la octava letra “theta” que representa la muerte, para hablar del ciclo de la vida humana. El profeta Ezequiel tuvo una visión donde aquellos que permanecieron fieles eran marcados con el signo de la tau, el signo de la alianza, de la fe y de la salvación (Ez 9,4) En la Iglesia de los primeros siglos, la tau era usada como símbolo de la realización y del cumplimiento de la voluntad de Dios en el enviar sobre la tierra a su hijo Jesús. Como símbolo, la
Tau es asociada al eremita egipcio del tercer siglo San Antonio, abad, considerado el padre del monaquismo quien es representado frecuentemente portando una tau endosada sobre su capa. Sin embargo, San Francisco de Asís, es el santo conocido por haber difundido la Tau en todo el mundo. Se cuenta que Francisco estuvo en Roma, probablemente durante la celebración del IV Concilio de Letrán y que oyó al Papa Inocencio III hablar de Ezequiel y del significado de la Tau. Francisco hizo suyo aquel símbolo con el cual se identificó inmediatamente. Los temas de la conversión, de la salvación, de la fidelidad a la Palabra y a la voluntad de Dios parecían ser aquellos que calaban en el corazón de Francisco. La tau es entonces la cruz de Cristo y asume el significado de perdón y de paz. Se dice que Francisco diera a su sayal la forma de la tau para abrazar la cruz en su significado profundo de vida, perdón y salvación. Llevando el sayal en forma de tau cada día, los hermanos se convierten así en una tau viviente, un crucifijo que camina para recordar al mundo el amor de Dios y su misericordia. Fue a través de la predicación de la Palabra que Francisco difundió la Tau en el mundo cristiano como símbolo para renovar cada día el llamado bautismal a “revestirnos de Cristo” y creer en la Buena Noticia. Y quizá especialmente por la itinerancia en la predicación de la Palabra de Dios, la tau se ha convertido en un punto de referencia ¡en una señal a seguir! En este día, en el cual estamos reunidos para pedir por la paz, la tau nos pide vivir en unidad, conversión, obediencia a la voluntad de Dios y en el espíritu de Dios que es Espíritu de paz y de perdón. Hoy es nuestro compromiso y responsabilidad ser punto de referencia para el mundo y llamar a todos los hombres a ser fieles al Pacto de amor con Dios. ENVÍO A LA MISIÓN EN EL ESPÍRITU DE LA TAU Representante 4: “Bienaventurados los pacíficos, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt. 5,9). Son verdaderamente pacíficos aquellos que en todas las contrariedades que soportan en este mundo, por el amor del Señor nuestro Jesucristo, conservan la paz en el alma y en el cuerpo. (De la Admonición XV de San Francisco). Representante 3: “Hagan todo lo que esté en sus manos para conservar la unidad del espíritu por medio del vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo espíritu, como una sola es la esperanza a la cual han sido llamados de acuerdo a la vocación recibida; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo. Un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que obra por medio de todos y está presente en todos” (Ef. 4, 3-6). Representante 2: “Eran perseverantes en la enseñanza de los apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en la oración” (Hech. 2,42 - Tema de la Semana de oración por la unidad de los Cristianos 2011). Representante 1: Les dijo: "Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio a toda creatura” (Mc 16,15). (Los siete representantes van a distribuir una Tau a todos los presentes mientras la asamblea entona el canto final de envío a la misión) CANTO DE DESPEDIDA
EUCARISTÍA CATÓLICA PARA CELEBRAR EL ESPÍRITU DE ASÍS Siempre que los católicos, aquellos que están en plena comunión con el Obispo de Roma, se reúnen para orar, naturalmente nos volvemos a la Liturgia de la Palabra y a la Eucaristía, el Sacrificio de la Misa, para expresar nuestro deseo más ferviente e insistente súplica. Nosotros les sugerimos a aquellos que les gustaría celebrar el 30ª aniversario de la jornada Mundial de Oración por la Paz, convocada por el Papa Juan Pablo II en octubre de 1986, con una Eucaristía, el uso de la Misa Votiva por la Paz. El Misal ofrece varias oraciones y el Leccionario diferentes lecturas para esa Misa. Les entregamos algunas sugerencias que podrían ser utilizadas en la Misa
Canciones apropiadas deben ser escogidas a partir del contexto litúrgico de cada localidad. Oración Inicial: Oh Dios, que llamaste a tus hijos a ser instrumentos de paz, ayúdanos a trabajar incesantemente por la justicia, sin la cual no se puede garantizar una paz auténtica y duradera. Al celebrar el 25º aniversario de la jornada de la Oración por la Paz, convocada por el Papa Juan Pablo II, envía tu Espíritu sobre nosotros para que podamos promover cada vez más fielmente los valores de tu Reino: paz, justicia, misericordia, perdón, verdad y amor. Extender a todos los hombres y mujeres, y a todas las creaturas, tu cuidado amoroso. Ayúdanos a forma una verdadera familia, unida en la armonía y en la paz Te lo pedimos por NSJC… Sugerencias para la Oración de los Fieles: Oración I: Celebrante: Hermanos y Hermanas, oremos a Dios, que, a través del Evangelio de su Hijo Jesús, nos dio la salvación y la paz. Nuestra respuesta es: Escúchanos, oh Dios. Por la Santa Iglesia de Dios, por nuestro Papa Benedicto XVI, por nuestros Ministros Generales, y por nuestros Superiores Generales de la Familia Franciscana, que apoyados en el Evangelio puedan anunciar la Paz y el Bien a todos. Juntos Oremos. Por aquellos que gobiernan las naciones y por los líderes de las religiones del mundo, que el Espíritu de Asís pueda ser un llamado constante, para encontrar caminos que unan a los pueblos de la tierra, y que siempre busquen el diálogo y trabajen para poner fin a todas las formas de violencia. Juntos Oremos. Por aquellos que han encontrado en el Evangelio de Jesús un camino de generosa donación a los demás, que todos sus esfuerzos puedan producir impacto en las personas y que ellos pueden vivir en la libertad de los hijos e hijas de Dios. Juntos Oremos. Por todas las comunidades cristianas que sufren persecución debido a la intolerancia, ideologías o fanatismo, que ellas puedan encontrar la paz y la libertad religiosa. Juntos Oremos Por toda la Familia Franciscana que, como San Francisco, puedan hacer del Evangelio un evento salvífico y compartan con otros las Buenas Noticias de Dios y de Jesús. Juntos Oremos. Celebrante: Oh Dios, escucha las oraciones que con fe te pedimos. Da a todos los cristianos y a todos los hombres y mujeres el don de la unidad y de la paz. Por Cristo nuestro Señor.
Oración II: Respuesta: Señor, haznos instrumentos de tu paz. Tú que has creado el cielo y la tierra, y todo lo que ellos contienen. Haz formado al hombre y a las mujeres de esta preciosa tierra, infundiéndoles tu espíritu. Tú que has hecho todo esto con tu bondad y amor, pero la humanidad muchas veces se distancia de ti, y muestra la preferencia por la guerra en vez de la paz, de venganza sobre el perdón, odio por amor. Ayúdanos a respetar el proyecto de tu creación. Oremos. Los profetas anuncian que vendrán días en que el lobo vivirá con el cordero y nadie actuará perversamente. En muchos lugares del mundo, oímos los sonidos de las armas. Conflictos olvidados, que no obstante traen muerte, ataque a poblaciones indefensas, entre la indiferencia de la opinión pública y el desinterés de los poderosos. Ayúdanos a escuchar el grito de dolor de tanta gente de la tierra. Oremos.
Tu Hijo nos ha enseñado el amor, el perdón y el respeto por la vida de cada persona. Dolorosamente reflexionamos en las vidas destruidas por los ataques terroristas y en zonas de guerra. Te confiamos sus almas y sus familias. Oremos. El Cristo resucitado nos ha dado el don de su paz. Que se respete la dignidad de todas las personas atormentadas por la guerra, de tal forma que puedan nuevamente levantar y abrazar a sus hijos, felices de saber que el día de la liberación está más cerca. Te confiamos sus esperanzas y su espera. Oremos. Tú deseas que reemplacemos los instrumentos de guerra con nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo. Guía a quienes son responsables de las Naciones, que ellos puedan ser tocados por el dolor de la humanidad y que puedan proveer pensamientos, esfuerzos y recursos para promover la vida y el progreso. Bendice y sostiene aquellos que llevan en su corazón una preocupación por el bien. Oremos. Oh Dios, obediente a tu voluntad, Jesús murió mientras perdonaba a quienes lo mataron. Solo tú, Oh Dios puedes abrir corazones a la posibilidad de dar sin medida, del perdón imposible, de la solidaridad que incomoda, de una paz que besa a la justicia, del diálogo y del respeto entre las religiones. Ayuda a cada uno de nosotros a estar abiertos a tu gracia. Oremos. Presentación de las ofrendas: Junto con el pan y el vino, te presentamos estos objetos que representan nuestros esfuerzos para promover el diálogo y la paz en nuestro mundo Oración sobre las ofrendas: Oh Dios, recuérdate de Jesús que es la propia paz y que ha lavado nuestro odio con su sangre. Porque tú amas a todos los hombres y mujeres, míranos con misericordia. Al celebrar la memoria del Espíritu de Asís, haz desaparecer la violencia y el mal que está en nosotros, y por esta oferta restablece la paz y la tranquilidad. Te lo pedimos a través de Cristo nuestro Señor. Oración después de la comunión: Oh Dios, tu sacias nuestra hambre como único pan que da fuerza a la humanidad. Ayúdanos a superar todo aquello que nos divide, y en el Espíritu de Asís ayúdanos a promover la paz, que es el regalo de despedida de Jesús para todos nosotros. Te lo pedimos a través de Cristo nuestro Señor.
Usar la bendición de San Francisco para la bendición final.
ORACIÓN FRANCISCANA Los hermanos y las hermanas de Francisco de Asís durante siglos han sido inspirados por su vida para mostrarnos cómo actuar en las diferentes circunstancias de la vida. Sabemos que Francisco rechazaba la guerra y partiendo para las cruzadas, estaba tan disgustado por las acciones de los ejércitos cristianos y sus enemigos, que partió para tratar de sanar las divisiones. Seguramente pensaba convertir al Sultán o ganar el martirio, pero la historia nos enseña que esto sucedió de una forma diferente. Sin embargo, lo que sucedió, fue el encuentro de dos grandes mentes y dos corazones enormes que reconocieron como hombres de principios, pero sobre todo de personas rectas, que vivieron su “credo” concretamente en sus vidas. Proponemos esta oración, (preparada por Bemd Beermann, OFM Cap) y el diálogo entre San Francisco y el Sultán (preparado por Kathy Warren, OSF y John Petrekovic, OFM Cap) para el encuentro de la familia franciscana o para las numerosas personas que admiran a Francisco y ven en él un modelo para las decisiones en tiempos de divisiones y de dificultades existenciales.
Símbolo: Mientras hacemos la oración de apertura, encendemos un cirio por la paz en el mundo. Cada persona encenderá una vela de la llama del cirio de la paz y la colocará alrededor, en modo de crear un punto de luz colectiva, signo de la luz que brillará en nuestros corazones, llevando el don de la Paz en un mundo de oscuridad. Oración durante el encendido de las velas: Omnipotente Señor, del cual proviene cada pensamiento de Verdad y de Paz, enciende en nuestros corazones el verdadero amor por la Paz y guía con tu sabiduría pura y pacificadora a quienes toman las decisiones para las naciones de la tierra. Y que tu reino pueda continuar serenamente hasta que la tierra esté llena del conocimiento de tu amor, por Jesucristo nuestro Señor. Amen Himno (elegir una canción adecuada. Pero donde no esté disponible un canto o no se es capaz de cantar, usar la oración de la paz atribuida a Francisco)
“Hazme un instrumento de tu paz donde hay odio lleve yo tu amor donde hay injuria tu perdón señor donde haya duda fe en ti CORO: Maestro ayúdame a nunca buscar querer ser consolado como consolar ser comprendido como comprender y ser amado como yo amar
Hazme un instrumento de tu paz que lleve tu esperanza por doquier donde haya oscuridad lleve tu luz donde haya pena tu gozo señor. CORO Hazme un instrumento de tu paz es perdonado que nos das perdón es dando a todos que tú te nos das muriendo es que volvemos a nacer”
Primer Salmo: Salmo 122 ¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la Casa del Señor"! Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén, fue construida como ciudad bien compacta y armoniosa. Allí suben las tribus, las tribus del Señor Según es norma en Israel para celebrar el nombre del Señor. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David. Auguren la paz a Jerusalén: "¡Vivan seguros los que te aman! ¡Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios!"
Por amor a mis hermanos y amigos, diré: "La paz esté contigo". Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios, buscaré tu felicidad. Gloria al Padre…
Cantico: Alabanzas para cada hora “Santo, santo, santo es el Señor Dios omnipotente, que es, que era y que vendrá; alabémoslo y exaltémoslo por los siglos”. Tu eres digno, Señor Dios nuestro de recibir la alabanza, la gloria, el honor y la bendición, alabémoslo y exaltémoslo por los siglos. Digno es el Cordero, que ha sido inmolado de recibir la potencia y la divinidad, sabiduría y fortaleza, honor y gloria y bendición; alabémoslo y exaltémoslo por los siglos. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo; alabémoslo y exaltémoslo por los siglos. Bendigan al Señor, obras todas del Señor; Alabémoslo y exaltémoslo por los siglos. Denle alabanzas al Señor Dios nuestro, todos sus siervos todos los que le temen, pequeños y grandes; Alabémoslo y exaltémoslo por los siglos. Alábenlo, cielos y tierra; Alabémoslo y exaltémoslo por los siglos. Y cada creatura que está en el cielo y arriba de la tierra y debajo de la tierra el mar y las creaturas que están en ella; Alabémoslo y exaltémoslo por los siglos. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo; Alabémoslo y exaltémoslo por los siglos. Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen. Alabémoslo y exaltémoslo por los siglos. Oración: Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, cada bien, sumo bien, todo bien, tu solo eres bueno, toda alabanza, toda gloria, toda gracia, todo honor, toda bendición y todo bien. Fiat! Fiat! Amen».
Segundo Salmo: Salmo 147
ni un hombre por sus músculos le agrada;
Alaben al Señor porque él es bueno, canten a nuestro Dios porque es amable, porque a él le conviene la alabanza.
Se complace el Señor en los que le temen, en los que esperan en su amor.
Reconstruye el Señor Jerusalén, reúne a los exiliados de Israel. sana los corazones destrozados y venda sus heridas. Él cuenta las estrellas una a una y llama a cada una por su nombre. Grande es nuestro Señor, todo lo puede, no se puede medir su inteligencia. Reanima el Señor a los humildes, pero humilla hasta el polvo a los malvados. Entonen al Señor la acción de gracias, para nuestro Dios toquen sus arpas.
¡Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, oh Sión! El reforzó los cerrojos de tus puertas y bendice a tus hijos dentro de ti; Guarda en paz tus fronteras, te da del mejor trigo en abundancia. Envía su mensaje a la tierra, su palabra corre veloz; Esparce la nieve como lana y derrama la escarcha como ceniza. En trocitos arroja su granizo, ¿a su frío quién puede resistir? Envía su palabra y los derrite, sopla su viento y corren las aguas.
Porque él cubre de nubes los cielos, y prepara las lluvias de la tierra, hace brotar la hierba en las colinas.
A Jacob le revela su palabra, sus leyes y sus juicios a Israel.
Él entrega a las bestias su alimento y a las crías del cuervo cuando graznan.
Con ningún otro pueblo ha actuado así, ni les dio a conocer sus decisiones. ¡Aleluya!
No le atraen los bríos del caballo,
Gloria al Padre…
LECTURA: Rom. 12, 17-21 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Breve pausa di silencio
Antífona: - “Derribó a los potentes de sus tronos, levantó a los humildes”. Magníficat Intercesiones (intenciones libres) Padre Nuestro Oración Final: Señor Dios de paz, que has creado a la humanidad objeto de tu bondad, para que estemos cerca de ti en la gloria, te bendecimos y te damos gracias porque nos has enviado a tu amado hijo, Jesucristo, has hecho de El en el misterio de la pascua, el arquitecto de la salvación, fuente de paz, vínculo de la verdadera fraternidad. Te damos gracias por los deseos, los esfuerzos, las realizaciones que tu Espíritu Santo ha suscitado en nuestro tiempo; sustituir el odio con el amor, la desconfianza con la comprensión, la indiferencia con la solidaridad. Abre aún más nuestros espíritus y nuestros corazones a las exigencias concretas del amor hacia nuestros hermanos; hasta que podamos ser siempre constructores de la verdadera paz. Recuerda, Padre de misericordia, a todos aquellos que están en tristeza, sufren y mueren, para crear un mundo más fraterno. Por los hombres de cada raza y de cada lengua venga tu reino de Justicia, de Paz y de Amor, ¡y que la tierra esté llena de tu Gloria! (Papa Pablo VI) (Alguna de las frases de esta oración pueden ser usadas al inicio, al final o para dividir en más partes el diálogo de Francisco con el Sultán)
Un encuentro sublime: el diálogo entre Francisco y el Sultán El siguiente diálogo podría ser parte de una reflexión basada en la historia del encuentro de Francisco con el Sultán Malek-el Kamil en Diametta en el 1219. (Cf 1C 20:57, 2C 30, LM 9:5-9, LM 11:3). Otras fuentes incluyen los capítulos 16 y el capítulo 22.1-4 de la Regla no bulada. Esta última a veces está indicada como el Testamento de Francisco del 1219, escrito antes de su partida para el oriente. Este contiene la visión del amor incondicional de Francisco hacia todos- también hacia aquellos tenidos como “el enemigo”. (Para el siguiente diálogo entre Francisco y el Sultán se predisponen dos podios. La lectura del texto debe ser natural y no pomposa o formal). Sultán: - Estoy sorprendido que tu haz logrado superar las líneas del frente para llegar hasta aquí, hombre santo. Francisco: - También yo estoy sorprendido de verlo, Señor Sultán, pensé que estaba listo a sufrir la suerte de los mártires. Sultán: Te aseguro que no era improbable. Francisco: ¡Y el martirio llega a un gran costo! Sultán: - Por desgracia, ambos tenemos una larga tradición de mártires. He aprendido que el martirio nunca es una virtud en sí mismo. Francisco: - De hecho. Mis hermanos han estado buscando de convencer a ustedes y a vuestro pueblo por más de cinco años de ceder a la fe de Jesucristo. En Marruecos, hace más de 3 años algunos han pagado el precio. Sultán: - De aquello que he escuchado, eran terriblemente insistentes en la conversión de los marroquíes. Provocaron la sensibilidad de las personas que, al final han obtenido el martirio que buscaban. Francisco: - Es precisamente este punto. Los mártires raramente tienen el placer de tener una larga conversación con sus adversarios. Si hablaron entre si y aprendieron a respetarse mutuamente, el martirio sería tan arcaico como la construcción de las pirámides. Sultán: - Por lo tanto, ¿has venido a dialogar? Francisco: - No veo otro modo de llegar a un entendimiento ¿y tú? Sultán: - Pero aparte de intentar convertirnos el uno al otro a la verdadera fe, ¿qué cosa tenemos que decirnos? Francisco: - La historia de su sabiduría le precede. Estudió entre nosotros, es amigo de nuestro emperador, tiene sed de conocimiento y de verdad. Sé que tiene mucho que enseñarme Sultán: - ¿Entonces no has venido a enseñar, sino a aprender? Francisco: ¿Hay mejor profesor que aquel que está dispuesto a aprender? Sultán: -¡Para ser un pequeño hombre, me parece que tienes cierta experiencia en el tema de la sabiduría!. Francisco: - No estoy seguro. Al venir aquí tenía miles de preguntas: ¿por qué los soldados han sido tan amables conmigo, por qué me han permitido atravesar todas las barreras, por qué todos se han detenido a orar a lo largo de nuestro trayecto, por qué tienen de los granos como un collar en sus manos, por qué se han inclinado delante de mí con reverencia, su fe me parece tan genuina…? Sultán: - Si, si entendí, tienes un montón de preguntas. Francisco: - Es esto lo que me ha traído hasta aquí, una persona sin preguntas es una persona que no tiene ojos para ver. Sultán: - Por el contrario, siempre he pensado, que ustedes los cristianos piensan de tener todas las respuestas, aunque por supuesto, sé que es difícil mantener a raya el fanatismo hipócrita Francisco: - Yo diré que vuestra respuesta muestra signos de humildad, una virtud muy querida para mí. ¿Para qué construir respuestas simples a preguntas complicadas? Sultán: - Estamos luchando por lo tanto por defender nuestras tierras santas de la profanación.
El problema es que ustedes creen que somos nosotros los que profanamos, si bien estamos aterrados ante la idea de que se puede recuperar el control y perpetuar la profanación. ¡Y la batalla continúa!, en teoría, con suficientes reservas de dinero y odio se podría continuar esta batalla, matando a un pagano tras otro- ¿pero quién es el pagano en realidad? - Hasta que ninguno permanezca a excepción de nosotros dos. A este punto, ¿de quién será la victoria? Francisco: - ¿Qué beneficios tiene el ganador? Sultán: - Si gano, entonces estaré seguro de que Alá será alabado y que todas las personas lo adoraran solo a él. Francisco: - Entonces, me parece que en este caso no deseas la paz, sino sólo la victoria. Sultán:- Y ¿cuál es la diferencia? Si se puede poner fin este horrible fratricidio, por qué eso es lo que es, ¿lo sabes? Si podemos detener esta matanza sin sentido, tendremos finalmente la paz. Francisco: - Pero Sultán señor, no es posible que en su mente crea que la paz es una simple victoria, que una “Victoria” puede eliminar los conflictos, y sabe bien que llevará sólo el odio y continuas tentativas de venganza, no la paz. Usted sabe que no es no hay ni paz ni victoria cuando una de las partes “gana”. Sultán: - ¡Veo que tengo delante de mí a un enemigo más grande de cuanto me habría imaginado! Francisco: - Tiene de frente solo un hermano contra el cual combates. Sultán: - ¡Si solo pudiéramos actuar en la conciencia de que todos proceden del mismo Creador! Si solo pudiéramos vernos el uno al otro a través de los ojos del Grande y del Santo. Francisco: - Ahora tus palabras tienen sentido. Finalmente has dejado de hablar de victorias y has comenzado a hablar de la realidad. Sultán: ¿Realidad? La sangre que veo cada día es real, corre de los hijos, de los esposos y de los hombres verdaderos. Aunque si sus pensamientos antes de la muerte eran de ira o de rabia o de justicia, puedo asegurar que no fueron estos sus últimos pensamientos. Mientras la vida se deslizaba fuera deben preguntarse ¿“A qué precio”? La realidad es una palabra prohibida en el campo de batalla. Si hubiéramos tenido cuenta de la realidad, no nos habríamos encontrado jamás den estas trincheras infernales, pero todo sería dirigido hacia casa, de aquellos que amamos y queremos preservar de cada mal y de los cuales nos preocupamos. Francisco: - Un cuidado que es solo precario y engañoso, si me permite Sultán. ¿Conservarlo para que? ¿De que cosa? ¿Por cuánto tiempo? Si no estamos en paz con nuestro Dios y no se conoce la sabiduría del amor hacia el prójimo, a todo nuestro prójimo, no tendremos jamás la seguridad que viene solo del amor para los dos, Dios y el prójimo. Aprendí que la seguridad llega solo cuando yo NO tengo seguridad, cuando vivo al servicio de los otros, a través de aquello que los otros desean de mí. Sultán: - ¡Hay algo profundo en este altruismo! ¿Cuándo crecerá nuestra conciencia en la ternura a tal punto que tomemos acciones para evitar la miseria humana, en lugar de vengarla de nuestras conciencias? Francisco: - Al menos veo que tú y yo tenemos un objetivo común: ¡mantener a Dios fuera de esta horrible, combatiendo en el nombre del Omnipotente! Sultán: - ¿Para qué glorificar nuestras batallas, diciendo que algunas son mandatos divinos? Francisco: - Al menos ahora estamos hablando de una paz verdadera… Sultán: - y de verdadera victoria. Francisco: - ¿Quién gana si nuestro Dios es derrotado? Sultán: - Y ¿Alá podrá afirmar una victoria cuando sus hijos e hijas son sacrificadas y están agonizando? Francisco: - Vez, también tú tienes preguntas. Si solo nuestro mundo tuviera el coraje de vivir estas preguntas. Sé que usted reconoces a mi Señor y Maestro, como un gran profeta, y sé que sabe apreciar las santas palabras que nos ha dejado: a menos que no morimos a nosotros mismos para vivir para Dios y a nuestro, a menos que una semilla no cae en tierra y muera, queda solo un grano de trigo, condenado a no dar fruto. Sultán: - Y si por el contrario muere, realmente nace a una vida nueva.
Francisco: - Sí. El amor no murió en la cruz, simplemente decidió no luchar, dio a luz a un amor sin fin. Sultán: - Un amor verdadero y eterno, amor del Creador, sosteniendo cada partícula preciosa de lo que el creador ha concebido. Francisco: - ¿Y lo creado no se puede resumir tal vez en una palabra? Una realidad: la PAZ, uno de los nombres de Dios. Sultán: - ¡Exacto! Nuestro diálogo me ayuda a creer que la paz es posible. ¡Por esto sea alabado Alá! Francisco: - Sí, hablar contigo me ha hecho conocer la bondad del Señor, que es el bien más grande de cuanto te puedas imaginar. Me gustaría hacer esas preguntas que abren horizontes impensados y permiten encuentros inesperados, como el haber conocido a una persona valiosa como tú. Sultán: - Son pocos los hombres de los cuales puedo escuchar estas palabras y confiar de su sinceridad. Francisco: - Sultán, soy un hombre pobre. No tengo nada que ofrecerte sino es mi honestidad. Sultán: - Entonces, te agradezco con toda humildad. Si no te hubiera dado permiso de llegar hasta a mí en este campamento, en esta noche, nunca habría comprendido cómo precioso es un cristiano. Francisco: - ¿Quién sabe lo que podemos descubrir cuando nos dejamos explorar? Sultán: - ¿Y qué cosa significa explorar si no emprendemos un viaje en el que todos podemos hacer cuando entramos en el misterio de Alá, siempre más de lo que creemos posible y siempre menos de lo que suponemos? Francisco: - Sí, ¡hay un gran misterio y grandeza de nuestro buen Dios! La alabanza surge espontánea en la boca de aquellos que reconocen la complejidad y la simplicidad de nuestro Dios. Sultán: - Que así sea, ¡juntos alabemos- y exploremos- a nuestro Dios Bueno y Misericordioso! Junto a Francisco y a el Sultán oremos: «Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente, tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses, Tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero. Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia, tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud. Tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría, tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción. Tú eres belleza, tú eres mansedumbre. Tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro; tú eres fortaleza, tú eres refrigerio. Tú eres nuestra esperanza, tú eres nuestra fe, tú eres nuestra caridad. Tú eres toda nuestra dulzura, tú eres nuestra vida eterna: Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador».
INTERCESIONES PARA LA ORACIÓN DE LA MAÑANA Y DE LA TARDE
Sobre la base del Decálogo de Asís del 24 de enero del 2002 Octubre por la Paz 1986-2016
DOMINGO Mañana: La violencia y el terrorismo son expresiones incompatibles con un auténtico espíritu religioso; - sea nuestro compromiso educar a la justicia y a la paz. Tarde: Para llegar a una coexistencia pacífica entre los pueblos de diversas etnias, culturas y religiones; - sea nuestro compromiso mantener un dialogo de respeto y estima reciprocas. LUNES Mañana: Ya que la cultura del diálogo es esencial para una auténtica paz; - sea nuestro compromiso trabajar por la comprensión y la confianza recíproca entre los pueblos. Tarde: Rechazando considerar nuestras diferencias como un obstáculo insuperable; - sea nuestro compromiso afrontar la diversidad como una oportunidad para la comprensión recíproca. MARTES Mañana: Como personas que creen que todos los seres humanos son creados a imagen y semejanza de Dios; - respetemos el derecho de todos a vivir una vida digna en conformidad con la propia identidad cultural. Tarde: En el trabajar juntos para superar el egoísmo y la arrogancia, el odio y la violencia; - sea nuestro compromiso trabajar por la justicia, a fin de llegar a una paz auténtica y duradera. MIÉRCOLES Mañana: En conformidad con la opción fundamental del Evangelio frente a quien es pobre y vulnerable; - sea nuestro compromiso ser la voz de aquellos que no tienen voz, para así llegar al cambio de su condición. Tarde: En el deseo de ofrecer a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo una verdadera esperanza de justicia y de paz; - rechacemos justificar la violencia y el mal. JUEVES Mañana: Poner la confianza solo en el progreso tecnológico puede exponer al mundo a un riesgo creciente de destrucción y de muerte; - comprometámonos por la solidaridad y la comprensión entre los pueblos. Tarde: Para llegar a un mundo de solidaridad y de paz fundado sobre la justicia; - aprovechemos cada ocasión para animar a los gobernantes, a las autoridades religiosas y a los responsables de la economía a establecer políticas justas.
VIERNES Mañana: El Espíritu de Asís llama a cada hombre a la busca de la verdad, de la justicia, de la libertad y del amor; - pueda cada ser humano gozar de los derechos fundamentales y cada nación vivir en paz. Tarde: En el deseo de la búsqueda común de la paz auténtica en los corazones de toda la familia humana; - continuemos dialogando con los hermanos de las diversas confesiones religiosas. SÁBADO Mañana: Convencidos que el odio destruye y el amor construye; - escojamos siempre el amor. Tarde: Comprometidos en el diálogo confiado por el perdón y la armonía recíproca; - encarnemos al Dios del amor y de la paz en nuestra vida cotidiana.
Oficina general de Justicia, Paz e Integridad de la Creación Hermanos Franciscanos Curia general - OFM
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