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EL SIGLO XVI Humanismo y Renacimiento El marco histórico Dos reinados se reparten el siglo: el de Carlos I (1517−1556) y el de Felipe II (1556−598). España constituye su Imperio, y ejerce la hegemonía mundial. El advenimiento de Carlos I, rey extranjero, originó la guerra de las Comunidades (1519− 1521), ganada por el ejército real. En su reinado, se guerrea contra Francia por la posesión de Italia. Y contra los protestantes alemanes. Felipe II prosiguió la lucha contra ellos en los Países Bajos; contra Francia (victoria de San Quintín, 1557); contra los turcos (victoria de Lepanto, 1571); contra los ingleses (derrota de la Armada Invencible, 1588). En el interior, dominó la sublevación de los moriscos y el alzamiento de Aragón promovido por su secretario Antonio Pérez. Incrementó las conquistas en Asia y América, e incorporó Portugal a la corona española (1580). El marco social y cultural. Alcanzó España unos diez millones de hab. Se consagra el absolutismo real. Sometida a él la aristocracia, se jerarquiza estrictamente; ocupan el último lugar los hidalgos, orgullosos y normalmente pobres. La Iglesia tiene un gran poder; unas 150.000 personas viven consagradas a la religión, y disponen de casi la mitad de las rentas del país. Se desarrolla la burguesía obstinada en ennoblecerse. Las clases populares vivieron con prosperidad hasta 1550; se empobrecieron después; de ahí la abundante mendicidad y la picaresca. Los artesanos y campesinos carecían de honra (derecho al respeto a su honor), y no podían aspirar a la hidalguía. • Se desarrollo una enfermiza preocupación por la limpieza de sangre, es decir, por no tener ascendientes judíos o moros (antisemitismo). El poseerlos producía deshonra, menosprecio y sospecha. • Marcharon a América unos 150.000 emigrantes. Ya en el reinado de Felipe III, fueron expulsados unos 300.000 moriscos. En el centro peninsular, se concentró la mayor potencia económica − agraria, pecuaria, industrial y mercantil −, lo que atrajo a numerosos comerciantes extranjeros. • Florecieron los estudios de geografía, cartografía y náutica. En menor proporción. Los de ciencias naturales, exactas y medicina. Mucho mayor desarrollo alcanzaron la teología; el derecho de gentes o internacional, que es de creación española, y la historia. • En las artes, España fue eminente. La Arquitectura desarrolla estilos inolvidables (el plateresco y el herreriano de El Escorial). Y, en pintura, destacan Juan de Juanes, Berruguete, Morales y, sobre todos, El Greco. La crisis ideológica del renacimiento. Europa sufre hondas conmociones en el siglo XVI, con la Reforma Protestante y con el Humanismo. • La Reforma rompe la unidad cristiana de la Edad Media, apartando de la Iglesia católica a países como Alemania, Inglaterra, Suiza y Países Bajos. España defiende el Papado en el terreno político, e induce la convocatoria del Concilio de Trento (entre 1545 y 1563) para afirmar la doctrina católica. • El protestantismo, sobre todo en su versión calvinista, estableció que el hombre no podía influir con sus actos en las decisiones del Creador omnisciente: estaba predestinado a condenarse o salvarse 1
desde su nacimiento. Por ello, el cristiano, sin descuidar el comportamiento moral y las exigencia de su fe, podía ocuparse de los asuntos mundanos (la ciencia, el comercio, el desarrollo de todas las posibilidad humanas) como si este fuera un lugar de paso. • Simultáneamente, el catolicismo emprende su propia reformación (Contrarreforma) en los países que siguieron fieles a Roma. Se busca una espiritualidad nueva que lo devuelva a la pureza evangélica y lo defienda de la herejía. A estos obedece la fundación de la Compañía de Jesús por Ignacio de Loyola, y la reformación de los carmelitas por Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. La inquietud religiosa es, por entonces, enorme, y brotan frecuente herejías. La Inquisición las persiguió. Ideales Humanísticos El Humanismo instaura una actitud que, sin cuestionar, en general, lo religioso, impone el reconocimiento de los derechos terrenales de los humanos. Los humanistas hablan de la dignidad del hombre, independizan la filosofía de la teología, y desean que la razón actúe en zonas antes reservada a la fe revelada. • Creen los humanistas que ese ideal antropocéntrico lo había vivido la Antigüedad grecorromana. Emprenden por ello, la restauración de los ideales clásicos, mediante la recuperación y estudio de textos griegos y romanos olvidados y, cuando la imprenta se inventó, a su difusión en libros. De ahí que la actividad humanística pasara forzosamente por ele estudio de las lenguas clásicas, y que los grandes tratadistas y literatos antiguos fueran objetos de imitación y de veneración. Las lenguas griega, y sobre todo, la latina son el camino inexorable que conduce a la recuperación de la dignidad del hombre que los humanistas se proponen. El renacimiento Es un movimiento europeo que, a lo largo del siglo XVI, aplica los ideales difundidos por los humanistas a todas las actividades culturales. • Se adoptan modelos clásicos, adaptándolos a los nuevos tiempos. Y el ejemplo de los grandes modelos impulsa también una fuerte creatividad original. Son también muy estimados y apreciados los grandes humanistas y escritores italianos. • Aunque la veneración por el latín es total, se impulsa en cultivo de las lenguas propias de cada país, como afirmación del ser nacional. Y se aspira que las lenguas nacionales alcancen la elegancia y dignidad de la latina. • Sobre todas las literaturas nacionales, incluida, claro es, la española, influyen los escritores latinos (Horacio, Virgilio) y los italianos (Petrarca, Sannazzaro). LA LÍRICA ESPAÑOLA EN SU PRIMER SIGLO DE ORO LOS METROS ITALIANOS En la lírica se produce la primera manifestación del Renacimiento. La aparición del influjo italiano tiene un momento preciso: estando en Granada el escritor barcelonés Juan Boscán, le persuadió el diplomático veneciano Andrea Navaglero de que se adoptara en español los temas y los metros que se cultivaban en su país. Boscán los ensayó y convenció a su amigo toledano Garcilaso de la Vega para que también lo hiciera. 2
• Los metros que Boscán y Garcilaso introducen en nuestra poesía son el endecasílabo y combinaciones del endecasílabo y del heptasílabo. Y aclimatan definitivamente diversas estrofas, como el soneto, la lira, la estancia, los tercetos encadenados y la octava. El PETRARQUISMO En un sentido lato en exceso, con este término se alude al fenómeno de la imitación de la obra íntegra de Francesco Petrarca (1304−1374), en prosa y verso, en latín y romance, tanto en Italia como en el conjunto de la Europa culta; de ese modo, se hace referencia al extraordinario influjo ejercido, por ejemplo, por una obra en prosa latina como el De remediis utriusque Fortunae. Sin embargo, este término sólo se usa con propiedad plena al aludir al influjo ejercido por su poesía vernácula, por las composiciones del Canzoniere petrarquista, en Italia primero y en el resto de Europa enseguida. Se llega al amor por la contemplación de la amada, cuyos ojos resultan así poderosísimos. Resulta igualmente subyugadora la pureza de una amada que lleva la percepción del amante por nuevos derroteros (es, de ese modo, el amor dantesco que muove il sole e l´altre stelle), al tornarse un ser angelical. A este respecto, llama poderosamente la atención el hecho de que el poeta se debata, inevitablemente, entre la admiración de su pureza y el lógico deseo de poseer a la amada, Frente a la poesía amorosa trovadoresca, que alude a damas inconcretas y que ni siquiera suele acogerse a los modelos de descriptio puellae que le brindaba la tradición, la poesía al modo petrarquista se regodea en el detalle de un cabello rubio, unos ojos azules, unos labios rojos como el coral y una piel blanca como la nieve. Tan característica como la descripción de la amada es la del paisaje, que trasciende todos los modelos, ya desgastados, del locus amoenus medieval y consigue transmitir un poderoso sentimiento de evocación melancólica impregnado de elevadas dosis de estética renacentista; por otra parte, son muchas las ocasiones en que se siente poderoso el influjo ejercido por el bucolismo quinientista. Entre los recursos estilísticos del petrarquismo destacan: metáforas de los daños del amor (herida, fuego, prisión), definiciones por contrarios, alusiones eruditas y mitológicas, versos plurimembres y poemas correlativos, fórmulas antitéticas, cultivo frecuente del concepto, etc. En toda Europa, el petrarquismo supuso el arrinconamiento de las viejas fórmulas métricas (como la común canción octosilábica y la copla de arte mayor castellanas, o el rondel y la balada de la poesía francesa) y su sustitución por otras como la oda (o bien la lira española, al modo de Fray Luis de León), la canción petrarquista, el madrigal o, fundamentalmente, el soneto. El poder alcanzado por esta forma estrófica llevó del uso exento del soneto a la redacción de series o secuencias, con modelo en el Canzoniere. Aunque el trovadorismo europeo fue abandonado paulatinamente, muchos de sus rasgos convivieron en perfecta armonía con los ahora aportados por las corrientes petrarquistas; a veces, incluso, un mismo procedimiento fue compartido por unos y por otros, como los términos opuestos y enfrentados, que encontramos tanto en Petrarca como en los trovadores medievales. Para todos, la pasión amorosa podía compararse con el fuego; además, en su gusto por el oxímoron o paradoja, Petrarca y sus seguidores llegaron a un fuego helado para describir el amor que nunca habría molestado, sino al contrario, a los trovadores primitivos o a los tardíos poetas castellanos de la época de los Reyes Católicos, que gustaron como nadie de ésa y otras paradojas aun más atrevidas (recuérdese la definitio amoris presente en Jorge Manrique y otros poetas de cancionero y que alcanza hasta Quevedo). La extraordinaria recepción de la obra del aretino justifica que su imitación e influencia podamos percibirla incluso entre sus contemporáneos o las generaciones inmediatamente posteriores, como Boccaccio en Italia, 3
Chaucer en Inglaterra o, en la primera mitad del siglo XV, el Marqués de Santillana en España (quien había entrado en contacto con el poemario de Petrarca gracias a su maestro, el culto Enrique de Villena, a quien corresponde la primera edición, traducción y comentario de un soneto petrarquista); no obstante, antes de la apuesta de Bembo por el petrarquismo, la labor decisiva para su implantación en Italia y Europa corrió a cuenta de Boiardo, Poliziano y Sannazaro, al cierre del Quattrocento. Esa expansión de la estética petrarquista durante el siglo XV facilitó sobremanera su triunfo definitivo una centuria después, cuando el petrarquismo pasó a ser el modo de expresión poética por excelencia para Italia y el resto de Europa. Petrarquistas por derecho propio son Ariosto, Tansillo o Tasso en Italia; Ronsard, Du Bellay y el grupo de la Pléiade o Pléyade en Francia; Sá de Miranda, Camðes o Bernardes en Portugal; Wyatt y Howard (ambos fueron los grandes responsables del petrarquismo británico, al traducir piezas del Canzoniere entre 1520 y 1540) o Sindey y Shakespeare (primeros entre los escritores de sonetos en su segunda época de floración) en Inglaterra; y Boscán, Garcilaso, Cetina, Acuña, Aldana, los Argensola, Herrera y una larga nómina más en España. Como se desprende de la talla de esos autores y de la importancia de su obra, el petrarquismo supuso una transformación fundamental, incluso revolucionaria, en el panorama literario europeo y universal. EL PETRARQUISMO ESPAÑOL. Con Garcilaso y Boscán se instauran definitivamente en España los metros y las estrofas que hemos dicho, hasta nuestros días. • Ese cambio en las formas es solidario de un cambio de contenidos. Estos siguen refiriéndose al amor, pero con la notable novedad de la sinceridad de los sentimientos. • El amor es el tema por excelencia de esta poesía. El poeta se muestra como un hombre enamorado que sufre por su dama y analiza su dolor. Para expresar sus sentimientos, se esconde a veces bajo la apariencia de pastor o ser mitológico, en el marco de una naturaleza idílica. El tema del carpe diem está presente en muchos poemas del siglo de oro. De los clásicos se toman otros temas, como los poemas de contenido personal: epístolas a amigos, homenajes, oraciones fúnebres, etc. Los poetas pueden servirse de asuntos tratados por otros autores. Cuando un motivo se repite a largo de la tradición se convierte en un tópico literario. Los escritores renacentistas utilizaron algunos tópicos de la tradición literaria latina. ASCÉTICA Y MÍSTICA El aumento de la preocupación religiosa provoca el desarrollo de la literatura ascética y mística. • En las religiones, la palabra mística designa un estado de gracia espiritual mediante la cual Dios entra en íntimo contacto con el alma humana. La experiencia mística es un don de Dios hacia una persona, a la que eleva por encima de las demás y con la cual entra en contacto directo. Desde este punto de vista, el hombre no puede decidir tener una experiencia mística, pero puede favorecer el acercamiento intentando llegar a la perfección mediante la purificación de su alma. El esfuerzo por el cual el alma abandona cualquier afecto a los bienes materiales y corporales por medio del ejercicio espiritual se llama ascética. Para llegar a la perfección de la unión con Dios se señalan tres vías:
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• Vía purgativa, en la que el alma se purifica de sus pecados. • Vía iluminativa, en la que el alma siente la presencia divina. • Vía unitiva, que es la unión definitiva del alma con Dios. A aquellos poetas les siguen otros muchos a lo largo del siglo, que constituyen la escuela petrarquista española. Fray Luis de León rechaza la temática amorosa de los petrarquistas, pero adopta sus formas para escribir una poesía de hondo valor moral y cristiano, con influjo de los grandes poetas latinos, Horacio sobre todo. ANÁLISIS DE UN POEMA RENACENTISTA SONETO XXIII (Garcilaso de la Vega) En tanto que de rosa y de azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto con clara luz la tempestad serena; y en tanto que el cabello que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena: coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes de que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, Todo lo mudará la edad ligera Por no hacer mudanza en su costumbre. Tema Este famosísimo soneto pertenece a Garcilaso de la Vega: En este se recrea el tópico literario del carpe diem (coge el día): exhorta a una joven para que ame, antes de que el tiempo marchite su belleza. Lo trató Ausonio en un poema que empieza Collige virgo rosas... (coge, doncella, las rosas (de la vida)) y lo imitaron grandes poetas renacentistas.
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La doncella físicamente se nos presenta como una típica dama renacentista: piel blanca, cabellos rubio, mirar ardiente, ojos claros... Vocabulario Vuestro: el empleo del plural es forma de respeto. Gesto: rostro Ven: filón de un metal Enhiesto: derecho, recto. Esparcir: extender Mudar: cambiar, dar otro ser o naturaleza. Métrica El poema es un soneto. Consta de 14 versos endecasílabos. Las dos primeras sílabas son cuartetos y las dos últimas constituyen un terceto encadenado. Rima 11 A: Rima consonante en −ena 11 C: Rima consonante en −era 11 B: Rima consonante en −esto 11 D: Rima consonante en −ado 11 B 11 E: Rima consonante en −bre 11 A 11 D 11 A 11 C 11 B 11 E 11 B 11 A Figuras retóricas Metáforas Referidas a la juventud: " En tanto que de rosa y de azucena" "coged de vuestra alegre primavera"
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Referidas al amor: "el dulce fruto antes que el tiempo airado" Referidas al físico de la joven: "con clara luz la tempestad serena" ojos azules ".... que en la vena del oro se escogió... " cabello rubio "cubra de nieve la hermosa cumbre" la cabeza que se cubrirá de canas (referencia a la vejez) Referidas a la vejez y al tiempo: "..... el tiempo airado" "Marchitará la rosa el viento helado " El poema debido al uso constante de metáforas constituye una alegoría a la juventud en contraposición a la vejez. Personificación "el viento mueve, esparce y desordena" Estilo En los cuartetos se nos presenta la juventud y en los tercetos siguientes como el tiempo que pasa ligero nos lleva a la vejez, y la incitación del poeta a la joven a que ame antes de que sea demasiado tarde. Se trata de un estilo equilibrado, en el que prima la armonía y el orden, característica del Renacimiento en todos los ámbitos artísticos. Este equilibrio se observa en la colocación de palabras suaves al lado de sustantivos más fuertes: "tempestad serena". En el poema hay tres pequeñas enumeraciones que dan rapidez al texto: "mirar ardiente, honesto"; "hermoso cuello blanco, enhiesto" Referidas a descripciones. "el viento mueve, esparce y desordena" Referida a una acción. EL SIGLO XVII El barroco EL MARCO HISTÓRICO Reinaron en este siglo Felipe III (1598−1621), Felipe IV (1621−1665) y Carlos II (1655−1700). A medida que avanza el siglo, se acentúa la decadencia española. Los reyes por medio de validos o primeros ministros. Continuaron las costosas guerras contra los Países Bajos; y hubo que reconocer la independencia de Holanda y la entrega a Francia del Rosellón, Cerdeña y Artois (1659). Se sublevaron Cataluña (1640−1652) y Portugal (1640), que alcanzó la independencia. En el reinado de Carlos II, un débil mental, no se pudo poner remedio a 7
tales desventuras; al contrario: murió sin descendencia, lo que preparó la guerra de Sucesión, con que se abre el s. XVIII. EL MARCO SOCIAL Y CULTURAL Las epidemias, las guerras, y las crisis económicas diezmaron la población española, que baja hasta ocho millones de habitantes. El centro peninsular pierde su poder económico, que pasa a la periferia. La introducción de nuevos cultivos (maíz, patata) no alivió la agricultura de muy bajo rendimiento. El comerció con América declinó. Se exportan materias primas, y se importan manufacturas. Se lamenta la falta de cabezas entre la aristocracia; y los eclesiásticos siguen teniendo particular relieve: aumenta su número, con gentes empujadas a la Iglesia por ambición o por refugio a su pobreza. La crisis recayó de modo más grave sobre las clases medias y sobre los campesinos y artesanos con aumento de la delincuencia. Sin embargo esta centuria es el segundo Siglo de Oro de nuestra cultura, que transcurre entre la muerte de Cervantes (1616) y la de Calderón (1681). En España triunfa el Barroco. EL BARROCO ESPAÑOL Durante el siglo XVII triunfa en España el movimiento cultural denominado Barroco. Se produce como consecuencia de la Contrarreforma y del Concilio de Trento. El Barroco supone una vuelta a las inquietudes medievales. Lo natural y lo sobrenatural, que en el Renacimiento había separado, vuelven a confundirse. LA Inquisición vigila toda explicación de la Naturaleza o del hombre que no tenga en cuenta la directa acción divina y se impide el pernicioso contacto con Europa, la religiosidad es suplantada por la superstición. El carácter medieval de esa época se advierte en otros síntomas. En política gobiernan más los validos que los reyes; ahora se vuelve a manifestar mayor presencia del pueblo. Lo cual origina que reaparezcan los romances o el teatro. Este siglo en que comienza la decadencia política y militar de nuestro país alumbra un asombroso mundo de arte. TENDENCIAS ESTILÍSTICAS En las épocas en que los escritores gozan de menos libertad de expresión, aumentan como compensación los artificios del estilo: prolongan y aumentan la tendencia a exhibir la forma. Ello da origen a dos grandes movimientos: el culteranismo (Góngora) y el conceptismo (Quevedo). Se manifiestan tanto en prosa como en verso. El culteranismo y el conceptismo rompen el equilibrio clásico entre forma y contenido. Pero lo hacen de modo diferente: • El culteranismo o gongorismo altera aquel equilibrio haciendo que la expresión se desarrolle a expensas del contenido. Este suele ser mínimo, pero se expone con un estilo suntuoso, abundante en metáforas, latinismos, voces sonoras, hipérbaton y alardes de saber mitológico. • El conceptismo, al contrario, hace que el contenido sea muy denso, complicado, y que la forma resulta condensada. Procura que las palabras signifiquen dos o más cosas a la vez.
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Son dos estilos difíciles. El culterano, por las complicaciones de la forma y por sus alardes cultos. El conceptista, por los conceptos o asociaciones sintéticas que hace entre ideas, a veces muy alejadas. La lírica desarrolla una temática y unos artificios más complejos, por obra de tres genios: Lope de Vega, Góngora y Quevedo. POESÍA BARROCA La poesía barroca continúa con los temas y las formas de la poesía renacentista. No obstante, la literatura no puede separarse de la mentalidad del hombre que la produce; así, la poesía del XVII responde a la nueva mentalidad, presidida por la idea de decadencia y por la conciencia de crisis. Rasgos de la poesía barroca Los rasgos de la poesía barroca pueden resumirse en los siguientes: Pervivencia de la poesía renacentista. Cierta línea poética del barroco sigue los patrones renacentistas, pero en el terreno formal es más recargada y exagerada. Las formas métricas preferidas siguen siendo las de los poemas en endecasílabos: el soneto, la octava... Pervivencia de la poesía tradicional. Los poetas cultos se sienten atraídos por los temas y formas de la poesía tradicional. El romance (de tema amoroso, burlesco y religioso) es de los metros más cultivados. Florece, así, el Romancero nuevo, que recoge composiciones de poetas cultos. Aumento de la poesía filosófica, moral y religiosa. Aunque cultivada en el Renacimiento, esta temática se amplía y se extiende durante la época barroca. TEMAS Los temas de la poesía renacentista (amor, naturaleza, mitología, religión) se siguen abordando en el Barroco, pero desde una nueva perspectiva: la naturaleza ya no es bucólica, sino decadente; los mitos se ridiculizan; el carpe diem no resalta el goce, sino la disolución final; la dama no aparece siempre idealizada, puede ser fea o grotesca. La conciencia de crisis se generaliza la preocupación por temas morales y religiosos y por la temática del desengaño: la vanidad de las cosas terrenales, el engaño de las apariencias, el tiempo como elemento destructor de la belleza y de la vida... Por otro lado, la corrupción de la corte abre el camino a la sátira contra la sociedad y sus costumbres. ESTILO Lo que realmente hace diferente a la poesía barroca es el lenguaje. El escritor del barroco quiere distinguirse de los demás: busca la originalidad. La falta de equilibrio de un mundo en crisis se refleja en un estilo artificioso y rebuscado, cuyo objetivo es la sorpresa, la agudeza y el ingenio. ANÁLISIS DE UN POEMA BARROCO (QUEVEDO) Cerrar podrá mis ojos la postrera Sombra que me llevare el blanco día, 9
Y podrá desatar esta alma mía Hora a su afán ansiosa lisonjera; Mas no, desotra parte en la ribera, dejará la memoria en donde ardía: nadar sabe mi llama el agua fría, y perder respeto a ley severa. Alma a quien todo un dios prisión ha sido, Venas que humor a tanto fuego han dado, Medulas que han gloriosamente ardido. Su cuerpo dejará, no su cuidado, Serán ceniza más tendrán sentido; Polvo serán, más polvo enamorado. Tema Paradójicamente, Quevedo, que fue desamorado y misógino, y que apenas cantó a mujeres concretas, es nuestro máximo poeta del amor, concebido por él como única fuerza capaz de vencer a la muerte. Se ha dicho (Dámaso Alonso) que el soneto es "seguramernte el mejor de Quevedo, probablemente el menjor de la literatura española". Este célebre poema muestra un peculiar rasgo de la poesía amorosa del autor: la unión de los temas del amor, el tiempo y la muerte. Métrica El poema es un soneto, que consta de 14 versos endecasílabos dispuestos en dos cuartetos y dos tercetos. Rima 11 A : Rima consonante en −era 11C 11 B : Rima consonante en −ía 11 D 11 B 11 C 11 A 11 D 11 A 11 C
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11 B 11 D 11 B 11 A Explicación del contenido "sombra que me llevar el blanco día" La muerte podrá cerrar mis ojos arrebatándome la vida "hora a su afán ansiosa lisonjera" Y la hora final podrá desatar el alma del cuerpo, mostrándose así lisonjera con mi alma. "dejará la memoria en donde ardía" Pero el alma al pasar a la otra ribera (del río mitológico Leteo, que las almas atravesaba, y se olvidaban de todo), no perderá o dejará su memoria, porque en ella habita el recuerdo de su amor, y es donde toda el alma ardía. "y perder respeto a ley severa" La ley que impide al alma el retorno después de la muerte; cruzará otra vez el Leteo, en busca de su cuerpo. "Alma, a quien todo un dios prisión ha sido" El dios Amor la tuvo encarcelada. "su cuerpo dejará, no su cuidado" El alma dejará su cuerpo no su pasión. "serán ceniza, más tendrán sentido" Las venas serán ceniza, pero seguirán sintiendo cuando la memoria regrese. "polvo serán.,..." las médulas serán polvo. Estilo El conceptismo intenta poner en contacto elementos de la realidad que están alejados entre sí. El recurso que sirve para esta asociación es el concepto, una metáfora capaz de relacionar elementos entre los que no hay similitud alguna. Al conceptismo contribuyen recursos expresivos como comparaciones, hipérboles... El tono empleado es grave, artificioso y rebuscado. UN EJEMPLO DEL PETRARQUISMO EN UN POEMA Soneto amoroso definiendo el Amor Es hielo abrasador, es fuego helado, Es herida que duele y no se siente, Es un soñado bien, un mal presente; Es un breve descanso muy cansado. Es un descuido que nos da cuidado, Un cobarde, con nombre de valiente, 11
Un andar solitario entre la gente, Un amar solamente ser amado. Es una libertad encarcelada, que dura hasta el postrero parasismo; Una enfermedad que crece si es curada. Éste es el niño Amor, éste es su abismo. ¡ Mirad cuál amistad tendrá con nada el que en todo es contrario de sí mismo ! Rasgos del petrarquismo • Aparecen metáforas sobre los daños del amor con los elementos: herida (" es herida que duele y no se siente"); fuego ("es hielo abrasador, es fuego helado,"); prisión (" Es una libertad encarcelada"). • Todo el poema constituye una definición del amor por contrarios. • Se cultiva el concepto: importa más el contenido que la forma. Rasgos del Barroco • Muy recargado y exagerado • El desengaño, el amor ya no es un sentimiento bello y pasa a ser un sufrimiento. • Los paralelismos y anáforas dan mayor rapidez al texto. • En los os últimos versos se hace una síntesis del poema: "¡Mirad cual amistad tendrá con nada el que en todo es contrario de sí mismo" PRINCIPALES AUTORES LÍRICOS DEL SIGLO DE ORO Boscán: Introdujo junto con Garcilaso el endecasílabo al español y declara su oposición al Cancionero general, con sus rimas consonantes tan frecuentes. Boscán compone todo un cancionero petrarquista, con sonetos y canciones italianizantes. También escribe epístolas en tercetos, y narraciones clásicas en octavas reales y en endecasílabos sueltos. Garcilaso de la Vega realizó plenamente la revolución poética: poco a poco fue superando la antigua tradición hispánica y fue descubriendo nuevas tonalidades italianas y clásicas. Los resultados son bien conocidos: un fragmentario cancionero de 40 sonetos y cuatro canciones, una oda horaciana, dos elegías y una epístola clásica, y tres églogas muy originales. Los sonetos de Garcilaso, aunque casi todos amorosos, son de tipo variado y proveen modelos para todo el Siglo de Oro. La oda, con su estrofa corta llamada luego lira. Tiene una influencia fundamental en la obra de Fray Luis de León. Fray Luis de León estuvo preso por la Inquisición. Sus odas originales continúan con la obra de latinización semántica iniciada por Garcilaso.; pero en vez del espíritu laico de este, encontramos en Fray Luis un humanismo platónico y cristiano, y un agonismo espiritual, que marca la hispanización de la poesía renacentista. El anhelo de la paz celestial, en la clásica poesía de Fray Luis, no puede separarse de los 12
conflictos espirituales y culturales verificados en los claustros salmantinos y en las cárceles vallisolotenas. En la poesía de San Juan de la Cruz son inseparables la inefable experiencia mística y su metáforas eróticas. Los romances teológicos son relativamente prosaicos; los villancicos suelen ser glosas a lo divino de amorosos estribillos tradicionales o cortesanos. Los grandes poemas son las canciones o liras endecasílabas, en las que predomina la voz femenina del alma, de la novia o de la esposa, con sus ecos del Cantar de los Cantares, texto bíblico primordial para la mística cristiana. Como poeta Cervantes era por supuesto una figura menor; son de poco interés los versos de su Galatea. Pero él participó en el desarrollo del llamado romancero nuevo, con su poema alegórico sobre los celos. De los tres más importantes del siglo XVII, Lope de Vega fue evidentemente el más conservador. Además de cultivar la poesía de tradición popular, Lope desarrollo los aspectos más sentimentales del clasicismo garcilasiano. Sus numerosos sonetos son a versos petrarquistas, otras veces mitológicos, pastoriles y religiosos. Son notables sus romances filosóficos. En toda la poesía de Lope entrevemos una sensibilidad muy particular, blandamente afectiva. La oposición entre la poesía de Quevedo y Góngora parece depender más bien de dos diferentes actitudes teológicas, metafísicas: la poesía de Góngora es laica, incluso materialista, mientras que la de Quevedo refleja una pasión angustiadamente cristiana. El terror del tiempo, de la muerte, de la justicia divina, de la corrupción universal da una nota estridente a la poesía de Quevedo, mientras que el artificio intelectual de Góngora parece controlar perfectamente el intrincado juego textual de su poesía materialista. Si Quevedo expresa el desengaño y la angustia del amor, Góngora expresa la tranquilidad del goce fisiológico. Sólo alguna vez Quevedo es tan colorista como Góngora; sólo coinciden en el tono burlesco y en la mordiente sátira personal. OoO BIOBLIOGRAFÍA • Lázaro F, Tusón V. LITERATURA ESPAÑOLA, BACHILLERATO 2. Ed Anaya, S.A, 1988. Madrid. • Bouza, M.T y col.LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA, 3º ESO. Ed. Oxford University Express España, S.A.1998 , Navarra • Enciclopedia Larousse, Gel. Ed. Planeta, 1991. Barcelona
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