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[Publicado en Oralia. Análisis del discurso oral, 2, 1999, pp. 7-25.]
RETÓRICA Y ORALIDAD
TOMÁS ALBALADEJO Universidad Autónoma de Madrid
1. RETÓRICA
La
Y ORATORIA EN RELACIÓN CON LA ORALIDAD.
retórica
nació
como
técnica
de
la
construcción
y
comunicación oral de discursos lingüísticos con la finalidad de influir en los oyentes. La relación de la retórica con la oralidad es evidente desde sus orígenes y está apoyada por las denominaciones
mismas
que
han
recibido
históricamente
los
distintos componentes de la comunicación retórica: 'rhétor' es la palabra que designa en griego al orador, 'akroatés' es el oyente
y
'lógos',
discurso.
relacionado
'Rhétor'
es
con
traducido
'légo' al
('decir'),
latín
por
es
el
'orator',
'akroatés' por 'auditor' y 'lógos' por 'oratio'. Por su parte, el
nombre
griego
de
la
disciplina,
'tékhne
rhetoriké',
es
traducido al latín por 'ars oratoria'. De este modo, 'tékhne rhetoriké'
y
'ars
oratoria',
así
como
los
sustantivos
españoles 'retórica' y 'oratoria', funcionan como expresiones equivalentes.
La
retórica
es
definida
por
Quintiliano
como
«ars bene dicendi» (Quintiliano Institutio oratoria: 2, 17, 27), como arte o técnica de hablar bien, con la consiguiente asociación
a
la
oralidad.
La
relación
entre
retórica
y
oralidad se hace patente en la expresión latina y española 'oratoria'. Sin
embargo,
las
inicialmente
equivalentes
expresiones
'retórica' y 'oratoria' presentan una divergencia en la medida
2
en que el término 'retórica' se ha ido especializando para la configuración teórica de la técnica del discurso lingüístico persuasivo
y
'oratoria'
se
ha
concretado
en
la
práctica
comunicativa oral propia de esa técnica, si bien se trata de una divergencia que no es absoluta, pues pueden encontrarse empleos
de
'retórica'
divergencia
entre
y
de
'oratoria'
'retórica'
y
como
sinónimos.
La
tiene
sus
'oratoria'
implicaciones en la asociación con la oralidad. Mientras que el sustantivo 'oratoria' mantiene en exclusividad su relación con lo oral, el sustantivo 'retórica', que no pierde dicha vinculación, adquiere también relación con la escritura. Puede hablarse,
consiguientemente,
de
retórica
de
los
textos
periodísticos escritos o de retórica de los textos legales, así como de retórica parlamentaria o de retórica académica, por ejemplo, pero no puede hablarse de oratoria de los textos periodísticos escritos ni de oratoria de los textos legales y sí,
en
cambio,
de
oratoria
parlamentaria
o
académica.
'Retórica' se presenta así como un término más amplio que 'oratoria'. Toda práctica oratoria tiene un soporte teórico retórico, consciente
o
inconscientemente
asumido
por
el
orador,
del
mismo modo que la retórica en su dimensión teórica tiene una muy estrecha relación con la oratoria o retórica práctica. La explicación
de
la
retórica
como
«análisis
sistemático
del
discurso humano que busca disponer de preceptos útiles para el futuro
discurso»
que
ofrece
James
J.
Murphy
(1989:
9)
da
cuenta de la necesaria relación que hay entre la construcción de los discursos concretos, en el ámbito de la oratoria, y la teorización
retórica.
Precisamente
esta
relación
entre
la
retórica como técnica abstracta y su realización práctica en la
construcción
de
discursos
orales
concretos
sustenta
la
conexión tanto de ésta como de aquélla con la oralidad. La oralidad de la retórica no es, en general, oralidad primaria, es decir, oralidad de una cultura desconocedora de
3
la escritura, sino oralidad secundaria, esto es, oralidad que se da en una cultura con conocimiento de la escritura1. No obstante, no hay que descartar la práctica oratoria en la fase de oralidad primaria de la cultura griega. La presencia de discursos en la Ilíada es prueba de la existencia de esta práctica con anterioridad a la configuración de la retórica como arte2. En
cuanto
a
su
objeto,
la
retórica
se
conecta
tempranamente con la escritura. La retórica, sin perder su condición principalmente oral, deriva ya en la Antigüedad a la instrucción de la escritura, con lo que se convierte en una disciplina completa del discurso, tanto oral como escrito3. Como
es
sabido,
sistematización
la
poética
propia
de
no los
llegó
a
recursos
desarrollar de
una
expresividad
lingüística en la literatura porque tomó la producida por la retórica
(García
Berrio
1984:
12-13),
en
lo
que
es
una
manifestación de la conciencia común retórico-poética del arte de lenguaje. La retórica acoge, de este modo, las figuras y los tropos no sólo de discursos orales, sino también de obras escritas.
El
desarrollo
en
la
Edad
Media
de
las
artes
dictaminis y de las artes poeticae, asociadas a la escritura, 1
Para los conceptos de oralidad primaria y oralidad secundaria, véase principalmente Ong (1996: 20); también Havelock (1996: 76 ss.). De gran interés es Cole (1991: 3346). 2 Véase Murphy (1989: 9-11), Cole (1991: 34 ss.), López Eire (1995: 13, 1996: 9) y Ong 1996: 109-110. 3 George A. Kennedy se ocupa de esta relación de la retórica con la escritura, sin dejar de insistir en la fundamental relación con el discurso oral: «We should not, however, exaggerate the influence of writing in the history of rhetoric; it was an important tool for developing rhetorical theory in treatises and handbooks and for studying rhetorical models to be imitated. But the objective of the study of rhetoric in the classical period was primarily the ability to speak in public, including extempore speaking; only secondarily did instruction in rhetoric take on the goal of teaching students how to compose or analyzing written texts» (Kennedy 1994: 28). Walter J. Ong explica el paso de la retórica desde la oralidad a la escritura (Ong 1996: 115-116).
4
junto a las artes praedicandi4, relacionadas con la oralidad, refuerza esta doble implicación oral-escrita de la retórica (Chico Rico 1987: 111-113). Por otra parte, en cuanto a su constitución como disciplina, la retórica no puede separarse de la escritura. Como recuerda Walter J. Ong, la retórica tiene como objeto el discurso oral, pero como técnica del mismo
se
formula
por
escrito;
como
reflexión
teórica,
la
retórica se configura en la escritura (Ong 1996: 109-110)5.
2. LA
ORALIDAD EN EL HECHO RETÓRICO.
El hecho retórico es la realidad comunicativa constituida por
la
construcción,
comunicación
e
interpretación
de
los
discursos retóricos. Los elementos del hecho retórico son el orador, el oyente, el texto o discurso retórico, el referente de éste, el código, el canal y el contexto de la comunicación retórica6. El canal del hecho retórico está normalmente situado sobre el eje acústico-momentáneo de la comunicación, aunque en algunos casos el canal puede situarse sobre el eje visivoestable de la comunicación7, esto es lo que sucede con los textos
retóricos
construidos
de
acuerdo
con
las
artes
dictaminis. 4
Sobre la retórica medieval, véase Murphy (1986). La relación entre oralidad y escritura constituye una de las cuestiones más importantes en el estudio de la comunicación lingüística artística en la medida en que permite confrontar la constitución de dos sistemas con sus divergencias y confluencias dentro del sistema general del lenguaje (Ong 1992; Havelock 1996; Derrida 1978; Lázaro Carreter 1980: 158 ss.; Cole 1991: 44-45). Es de gran interés la traslación a la escritura de rasgos retóricos de oralidad (García Berrio 1994: 100-102; Jiménez Cano 1996: 157; Gauger 1998: 10, 19-20). 6 He propuesto el concepto de hecho retórico en Albaladejo (1989: 43-57) como adaptación del esquema de la comunicación lingüística de Jakobson (1975: 352-353). 7 Para estos ejes, véase Heilmann (1975: 14). Véase también Gauger (1998). 5
5
Discurso
retórico
y
texto
retórico
son
expresiones
sinónimas que significan objeto lingüístico de características textuales que el orador produce y dirige a los oyentes con el propósito
de
influir
en
ellos.
La
forma
prototípica
de
realización del texto o discurso retórico es la oral, de tal modo que es emitido por el orador en el canal situado sobre el eje
acústico-momentáneo
configuración
escrita
e
interpretado
del
texto
por
los
retórico
se
oyentes.
La
cuando
la
da
retórica produce un texto retórico escrito; es el caso de las cartas
de
las
artes
dictaminis
o
de
determinados
textos
periodísticos. En cambio, los componentes retóricos presentes en
los
textos
literarios
no
hacen
que
éstos
sean
textos
retóricos. A este respecto, es conveniente insistir, frente a una panretórica para la que todos los textos serían textos retóricos, de cuyos riesgos ha advertido Antonio García Berrio (1984:
53),
en
que
la
retórica
está
conectada
con
las
distintas clases de discursos puesto que de la constitución esencial
de
éstos
forma
parte
una
más
o
menos
marcada
dimensión retórica, la cual, por sí sola, no hace que sean textos retóricos. Así pues, al objeto lingüístico que es el texto retórico le es inherente primariamente la oralidad y secundariamente la escritura. El texto retórico puede ser un texto oral, que es lo
más
frecuente,
oralidad,
como
o
rasgo
un
texto
presente
escrito. en
la
La
fuerza
retórica
de
desde
la sus
orígenes, es tan grande que aspectos de la misma penetran en los textos retóricos escritos. El
hecho
retórico
prototípico
es
aquel
en
el
que
la
comunicación es oral, encontrándose envueltos en la oralidad todos los elementos que lo componen. La emisión del texto se produce a través de un canal situado sobre el eje acústicomomentáneo, que también tiene implicaciones visuales (Gauger 1998);
el
interpretan
orador al
pronuncia
escucharlo.
su Esta
discurso
y
los
comunicación
oyentes
requiere
lo que
6
orador y oyente estén en posesión del código lingüístico con todos sus mecanismos de oralidad. La oralidad está asociada en una primera instancia a la inmediatez comunicativa, lo cual implica la coincidencia temporal y espacial de los contextos en
los
que
retórica,
se
el
desdobla
contexto
el
de
contexto
de
la
comunicación
y
el
contexto
pronunciación
de
recepción del discurso, a diferencia de lo que es normal en la comunicación escrita; no obstante, en una segunda instancia, con la traslación del discurso a la escritura o con la ayuda de
los
medios
de
difusión
y
de
grabación
visual
y
fónica
existentes en la actualidad, esa inmediatez puede llegar a ser sólo
temporal
o
sólo
espacial
e
incluso
desaparecer,
no
coincidiendo los contextos de pronunciación y de recepción del discurso
(López
Eire
1995:
10-12).
El
hecho
retórico
está
organizado contando con la oralidad como rasgo constitutivo; su configuración escrita es una realización derivada. El discurso retórico se extiende al conjunto central del hecho retórico formado por el orador, el oyente, el referente y el propio discurso; escribe Aristóteles: «Porque consta de tres cosas el discurso: el que habla, sobre lo que habla y a quién;
y
el
(Aristóteles
fin
se
refiere
Retórica:
a
éste,
es
1358a39-1358b2).
decir,
Por
al
ello,
oyente»
cualquier
cualidad o característica del discurso retórico es compartida por
los
partir
demás
de
componentes
éste,
por
el
de
resto
dicho del
conjunto hecho
central
retórico.
En
y,
a
este
sentido, un elemento fundamental de la comunicación retórica es la poliacroasis8, audición múltiple,
por la que el orador
se encuentra con importantes diferencias entre los oyentes de su discurso, las cuales determinan sus interpretaciones y sus actitudes y actuaciones; es un rasgo propio del discurso que se
extiende
a
la
totalidad
del
conjunto
orador-discurso-
referente-oyente y que afecta a los demás elementos del hecho 8
He construido este término a partir de la palabra griega akróasis: audición, interpretación (Albaladejo 1997, 1998).
7
retórico. La poliacroasis es un concepto basado en la oralidad del discurso retórico y, en definitiva, en la oralidad del hecho retórico. Si la poliacroasis se produce en relación con el auditorio de un mismo discurso, la polifonía retórica9 se establece en conjuntos de discursos retóricos como los que se pronuncian en situaciones retóricas parlamentarias, judiciales o de otro tipo, correspondiendo a cada una de las voces, a cada uno de los oradores que intervienen en las mismas, uno o más discursos. Esta polifonía retórica responde plenamente, como la poliacroasis, a la oralidad del discurso retórico: diferentes
voces
respectivos
hacen
discursos,
verbal-estéticas
de
sus que
propuestas son
contenidos
oralmente
verdaderas y
en
sus
manifestaciones
posiciones
ideológico-
sociales enraizados éticamente en los oradores10. El orador construye su auditorio al delimitar el conjunto de
oyentes
(Perelman,
en
quienes
intenta
Olbrechts-Tyteca
1989:
influir 55
con
ss.).
su
discurso
La
oralidad
retórica, a la que está unida la visualidad, es la vía de ampliación del auditorio que puede llevar a cabo el orador con su proyección en los medios de comunicación audiovisuales11, con la consiguiente extensión del hecho retórico, que crece, lógicamente, en cuanto al auditorio, pero también en cuanto al contexto de recepción.
3. LA
ORALIDAD EN LAS OPERACIONES RETÓRICAS.
En la medida en que la oralidad atañe al discurso retórico y
al
partes 9
hecho artis
retórico, u
tiene
operaciones
implicaciones retóricas
en
las
distintas
sistematizadas
en
la
Para la polifonía retórica a partir de la noción de polifonía de Bajtin (1968: 9, 11-63), véase Albaladejo (1997). 10 En el sentido del elemento cognitivo, el elemento ético y el elemento estético de Bajtin (1989: 24 ss.).
8
rhetorica
recepta
(Albaladejo
1989:
29),
por
las
que
el
discurso retórico es producido y emitido. Estas implicaciones se dan en las operaciones no constituyentes de discurso — memoria y actio o pronuntiatio—, que son aquellas que están al servicio de la emisión del discurso, y en las constituyentes de discurso —inventio, dispositio y elocutio—, que son las que conjuntamente dan como resultado el discurso retórico que va a ser emitido12. No en vano, para Walter J. Ong, la retórica es prueba de la persistencia de restos de oralidad primaria (Ong 1996: 109).
3.1. Operaciones no constituyentes de discurso.
Puesto que estas operaciones son las que hacen posible la llegada
del
discurso
retórico,
una
vez
construido,
a
los
oyentes, son, de todas las partes artis, las más directamente relacionadas
con
la
oralidad.
Son
la
memoria,
de
la
que
depende la memorización por el orador del discurso que ha construido
por
medio
de
las
operaciones
constituyentes
de
discurso, y la actio o pronuntiatio, operación que consiste en la comunicación efectiva del discurso ante el auditorio. La
operación
de
memoria13
y
la
operación
de
actio
o
pronuntiatio están muy estrechamente relacionadas entre sí en la emisión del discurso retórico, en su comunicación a los oyentes. Del trabajo que lleve a cabo el orador en la memoria dependerá
en
pronuntiatio. orientada 11
a
gran La la
medida
su
operación
oralidad
del
realización de
memoria
discurso
de
la
está
retórico:
actio
o
plenamente el
orador
Martínez Arnaldos (1990); Buell (1996); Pujante, Morales (1997). 12 Para la distinción entre operaciones constituyentes de discurso y operaciones no constituyentes de discurso, véase Albaladejo (1989: 57 ss., 1993). 13 Sobre la memoria como facultad y como técnica en la que se sitúa la operación retórica de memoria, véase Yates (1974).
9
memoriza
el
discurso
resultante
de
su
actividad
en
las
operaciones constituyentes de discurso con el fin de estar en condiciones de pronunciarlo de manera plenamente oral ante los oyentes. El orador puede aprender de memoria el discurso retórico oración
por
oración,
microestructuralmente, macroestructuralmente se
ocupa
discurso
de en
estas un
palabra o
bien
de
(Beristáin dos
por
palabra,
manera
1997:
decisivo
global,
308-309).
posibilidades
fragmento
es
de
para
decir,
esto
Quintiliano
memorización la
es,
teoría
de
del las
macroestructuras textuales:
Ex hac ingeniorum diuersitate nata dubitatio est, ad uerbum sit ediscendum dicturis, an uim modo rerum atque ordinem complecti satis sit. Nam si memoria suffragatur, tempus non defuit, nulla me uellim syllaba effugiat (alioqui etiam scribere sit superuacuum) [...]. Si uero aut memoria natura durior erit aut non suffragabitur tempus, etiam inutile erit ad omnia se uerba alligare, cum obliuio unius eorum cuiuslibet aut deformem haesitationem aut etiam silentium indicat, tutiusque multo comprehensis animo rebus ipsis libertatem sibi eloquendi relinquere (Quintiliano Institutio oratoria: XI, 2, 44-49). La operación retórica que tiene la doble denominación de actio y de pronuntiatio responde a estos dos nombres. Esta operación,
que
puede
ser
denominada
conjuntamente
actio/pronuntiatio, es la más directamente relacionada con la oralidad del discurso retórico. Consiste en la pronunciación del discurso ante los oyentes y en la actuación retórica ante éstos. No hay que olvidar que esta operación es llamada en griego hypókrisis, con todos los vínculos que esta palabra crea con la actuación teatral. La rhetorica recepta establece como
elementos
principales
de
esta
operación
la
voz,
el
movimiento y el gesto. El orador se sirve de la voz para pronunciar el discurso y actúa mediante gestos y movimientos. Esto supone que en esta operación lo visual está asociado a lo oral
y
que
el
oyente
del
discurso
retórico
es
también
10
espectador
de
la
actuación
que
el
orador
lleva
a
cabo
al
emitirlo. La pronunciación del discurso retórico presenta una situación similar a la de la puesta en escena de la obra teatral: discurso
una
construcción
retórico
o
la
de
arte
obra
de
lenguaje,
teatral,
es
como
el
actualizada
comunicativamente ante los receptores, a quienes llega por el canal de la oralidad, situado sobre el eje acústico-momentáneo y combinado con la visualidad no estable. Tanto los oyentes retóricos
como
los
espectadores
teatrales
escuchan
e
interpretan el texto, pero en su interpretación interviene su percepción visual de lo que hacen quienes hablan, pues su hablar es un actuar pleno. Cicerón expone:
Quo modo autem dicatur, id est in duobus, in agendo et in eloquendo. Est enim actio quasi corporis quaedam eloquentia, cum constet e voce atque motu (Cicerón Orator: 17, 55)14. También consideración
la la
anónima voz
y
Retórica el
cuerpo,
a
Herennio con
la
toma
en
consiguiente
implicación de lo oral y de la expresión corporal, así como de lo aural y lo visual:
Dividitur igitur pronuntiatio in vocis figuram et in corporis motum (Retórica a Herennio: III, XI, 19). Quintiliano presenta la primacía del componente oral en la actio/pronuntiatio:
Cum sit autem omnis actio, ut dixi, in duas diuisa partis, uocem gestumque, quorum alter oculos, altera aures 14
Quintiliano explica el nombre de la operación en estos términos: «Pronuntiatio a plerisque actio dicitur, sed prius nomen a uoce, sequens a gestu uidetur accipere» y, tras referirse a la idea de esta operación en Cicerón, expone: «Idem tamen duas eius partes facit, quae sunt eaedem pronuntiationis, uocem atque motum: quapropter utraque appellatione indifferenter uti licet» (Quintiliano Institutio oratoria: XI, 3, 1-2).
11
mouet, per quos duos sensus omnis ad animum penetrat adfectus, prius est de uoce dicere, cui etiam gestus accommodatur (Quintiliano Institutio oratoria: XI, 3, 14). Establece, pues, Quintiliano, correspondencia entre voz y oídos y entre gesto y ojos. Puede considerarse que tanto los oyentes en la oratoria como los espectadores en el teatro son, en
realidad,
oralidad
oyentes-espectadores,
del
discurso,
asentada
pues
escuchan
sobre
la
y
ven.
La
operación
de
actio/pronuntiatio, tiene como correspondencia la auralidad y la
visualidad
Aristóteles
de
la
equipara
interpretación la
acción
por
sus
retórica
al
receptores15.
arte
teatral
y
reconoce la importancia de la influencia de aquélla en el efecto del discurso sobre los oyentes (Aristóteles Retórica: 1403b1-1404a39). La
importancia
de
la
operación
de
actio/pronuntiatio
radica en que es la operación por la que el orador y su discurso son conectados con los oyentes; es la operación en la que
culmina
la
serie
de
las
operaciones
retóricas
y,
por
tanto, el esfuerzo de construcción y comunicación discursivas del orador; es la operación de presentación del discurso a los oyentes.
Una
mala
actio/pronuntiatio
puede
significar
el
fracaso de un buen discurso, mientras que un discurso mediocre puede ganar mucho gracias a una buena realización de esta operación (Quintiliano Institutio oratoria: XI, 3, 2-5). La
rhetorica
exhaustiva
15
de
los
recepta diversos
proporciona recursos
de
una los
sistematización que
el
orador
Véase Gentili (1996: 24). Al ocuparse de la poesía y la música en Grecia, Bruno Gentili se refiere al «sistema cultural de la Grecia arcaica, basado casi exclusivamente en la oralidad de la comunicación del mensaje poético, en la auralidad y la visualidad de su recepción: poesía-espectáculo, pues, que se convierte en el principal instrumento de difusión y transmisión del saber» (Gentili 1996: 60). Véase también Menéndez Pidal (1957), Auerbach (1969: 229 ss.), Ong (1996), Havelock (1996) y Zumthor (1989).
12
dispone en la actio/pronuntiatio para cumplir con la exigencia de pronunciar efectivamente el discurso16. La
operación
de
memoria
y
la
de
actio/pronuntiatio
confluyen en una comunicación adecuada del discurso retórico en
esta
última
operación.
La
actividad
del
orador
en
la
memoria está orientada a la actio/pronuntiatio, operación para cuyo adecuado desarrollo aquélla es imprescindible: «[...] et memoriter dicat, cum quadam etiam actionis dignitate» escribe Cicerón (De oratore: I, XV, 64). El resultado de la operación de
memoria
y
el
desarrollo
y
el
resultado
de
la
de
actio/pronuntiatio contribuyen a afianzar el ethos del orador ante los oyentes. La opinión de los oyentes sobre el orador, que es importante para que éste consiga la persuasión que intenta con su discurso, puede resultar gravemente debilitada si el discurso retórico no es pronunciado a partir de una adecuada realización de la operación de memoria. La oralidad está asociada al ethos del orador, pues en la medida en que los oyentes valoren positivamente la capacidad de aquél para memorizar razonablemente el discurso y comunicarlo de manera verdaderamente
oral,
sin
leerlo,
podrán
sentirse
en
disposición más favorable ante el discurso17. La presencia del 16
El libro XI de la Institutio oratoria está dedicado a la memoria y a la actio/pronuntiatio (Quintiliano Institutio oratoria: XI). Véase la interpretación que hace David Pujante del tratamiento de la actio/pronuntiatio en Quintiliano (Pujante 1996: 219-218). 17 De la importancia de que la pronuntiatio esté apoyada por una adecuada realización de la operación de memoria es prueba el rechazo a un discurso fúnebre con motivo de la muerte de Nebrija, según Juan Huarte de San Juan: «A propósito de lo que dijo Cicerón, que el buen orador ha de hablar de memoria y no por escrito, es de saber que el maestro Antonio de Librija había venido ya a tanta falta de memoria, por la vejez, que leía por un papel la lección de retórica a sus discípulos; y como era tan eminente en su facultad y tenía su intención bien probada, no miraba nadie en ello. Pero lo que no se pudo sufrir fue que, muriendo éste repentinamente de apoplejía, encomendó la Universidad de Alcalá el sermón de sus obsequias a un famoso predicador; el cual inventó y dispuso lo que había de decir como mejor pudo. Pero fue el tiempo tan breve, que no
13
orador en la pronunciación del discurso retórico es inherente a la oralidad de su comunicación y a la inmediatez propia de ésta.
Dicha
presencia
está
unida
a
la
visualidad
de
la
recepción del discurso retórico y hace posible que los oyentes obtengan la imagen visual del orador y de su actuación en la pronunciación, con las consiguientes implicaciones en cuanto a la influencia que éste pueda ejercer en aquéllos. La
importancia
de
la
activación
de
la
memoria
y
la
realización de una actio/pronuntiatio firmemente basada en la oralidad
tiene
una
relación
muy
estrecha
con
los
géneros
retóricos: judicial, deliberativo y demostrativo o epidíctico (Aristóteles
Retórica:
sistematización
que
1358b2-8). Aristóteles
Como
es
hace
de
sabido, los
en
la
discursos
retóricos en géneros, la diferencia fundamental se da entre el género
demostrativo
o
epidíctico,
del
que
forman
parte
discursos ante los que el oyente no toma decisiones, y los géneros
judicial
y
deliberativo,
ante
cuyos
discursos
el
oyente decide, en el caso del género judicial sobre hechos pasados y en el caso del deliberativo sobre hechos futuros. En los discursos de estos dos últimos géneros, el orador pone al servicio
de
la
obtención
de
una
decisión
favorable
a
su
propuesta todos los medios retóricos posibles, entre ellos una adecuada realización de la memoria y de la actio/pronuntiatio. Conscientes actio/pronuntiatio
de y
esta de
la
unión importancia
entre
memoria
de
comunicación
una
y
hubo lugar de tomarlo de memoria; y así se fue al púlpito con el papel en la mano, y entró diciendo así: "Lo que este ilustre varón acostumbraba hacer, leyendo a sus discípulos, eso mesmo traigo yo determinado de hacer a su imitación; porque fue su muerte tan repentina, y el mandarme que yo predicase en sus obsequias tan acelerado, que no ha habido lugar ni tiempo de estudiar lo que convenía decir, ni para recogerlo en la memoria. Lo que yo he podido trabajar esta noche traigo escrito en este papel: suplico a vuestras mercedes lo oigan con paciencia y me perdonen la poca memoria". Pareció tan mal al auditorio esta manera de predicar por escrito y con el papel en la mano, que todo fue sonreír y murmurar» (Huarte de San Juan 1575: 191-192).
14
oral del discurso retórico no basada en la lectura del mismo, quienes
tienen
la
facultad
de
regular
la
pronunciación
de
discursos públicos han optado, en general, por fijar, mediante las oportunas normas, la oralidad como forma de comunicación discursiva. Es lo que sucede, en general, en la regulación de los
debates
parlamentarios
(Cazorla
1985:
117-123).
El
Reglamento del Congreso de los Diputados establece:
Los discursos se pronunciarán personalmente y de viva voz. El orador podrá hacer uso de la palabra desde la tribuna o desde el escaño (Congreso 1982: artículo 70.2). En este artículo, la expresión «de viva voz» refuerza la oralidad de los discursos y descarta implícitamente la lectura de los mismos18. Por su parte, el Reglamento del Senado prescribe:
Los discursos se pronunciarán sin interrupción, se dirigirán únicamente a la Cámara y no podrán, en ningún caso, ser leídos, aunque será admisible la utilización de notas auxiliares. Si un Senador, al ser llamado por el Presidente, no se encuentra presente, se entenderá que ha renunciado a hacer uso de la palabra (Senado 1995: artículo 84.1, párrafo segundo). La Constitución Española prevé la oralidad en los procesos judiciales:
El procedimiento será predominantemente oral, sobre todo en materia criminal (Constitución Española 1978: artículo 120.2)19. 18
Como es sabido, «viva voz» significa «Expresión oral, por contraposición a la escrita», segunda acepción, DRAE (1992). 19 En el Capítulo Primero, «De la oralidad, publicidad y lengua oficial», del Título III, «De las actuaciones judiciales», de la Ley Orgánica del Poder Judicial se determina: «Las actuaciones judiciales serán predominantemente orales, sobre todo en materia criminal, sin perjuicio de su documentación» (Poder Judicial 1985: artículo 229.1). Sobre los informes orales del fiscal y las partes en el juicio oral, véase Enjuiciamiento Criminal (1882: artículos 734-737); véase
15
La intellectio20 puede ser considerada una operación no constituyente
de
discurso,
en
la
medida
en
que
su
funcionamiento no produce directamente discurso retórico, a diferencia de la inventio, la dispositio y la elocutio. Esta operación es decisiva para la puesta en marcha de la serie de operaciones retóricas constituyentes y no constituyentes de discurso
y
intellectio
regula
el
continúa
funcionamiento
activada
en
la
de
todas
pronunciación
ellas.
La
oral
del
discurso, durante la cual el orador examina las reacciones de los oyentes a su discurso, en función de las cuales puede reconducir
el
mismo,
modificando
no
sólo
la
pronunciación,
también Jurado (1995: artículo 48.3). La Ley de Enjuiciamiento Criminal establece en su Título III, «Del procedimiento abreviado para determinados delitos», redactado conforme a la Ley Orgánica 7/88, lo siguiente: «Terminada la práctica de la prueba, el Juez o Presidente del Tribunal requerirá a la acusación y a la defensa para que manifiesten si ratifican o modifican las conclusiones de los escritos inicialmente presentados y para que expongan oralmente cuanto estimen procedente sobre la valoración de la prueba y la calificación jurídica de los hechos» (Enjuiciamiento Criminal 1882: artículo 793.6, párrafo primero), donde es importante la expresión «expongan oralmente», en la medida en que la exposición oral es distinta de la lectura. De gran interés es la Exposición de Motivos de esta Ley, por la defensa de la oralidad en el proceso que hace Manuel Alonso Martínez: «No desconoce el Ministro que suscribe que la aplicación y cumplimiento de la nueva Ley, singularmente en los primeros años, tropezará con graves dificultades, siendo la mayor de todas ellas la falta de costumbres adecuadas al sistema acusatorio y al juicio oral y público. Educados los españoles durante siglos en el procedimiento escrito, secreto e inquisitorial, lejos de haber adquirido confianza en la Justicia y de coadyuvar activamente a su recta administración, haciendo, como el ciudadano inglés, inútil la institución del Ministerio público para el descubrimiento y castigo de los delitos, han formado ideas falsas sobre la policía judicial y se ha desviado cada vez más de los Tribunales, mirando con lamentable recelo a Magistrados, Jueces, Escribanos y Alguaciles, y repugnando figurar como testigos en los procesos. [...]» (Enjuiciamiento Criminal 1882: Exposición de Motivos).
16
sino incluso estructuras y elementos referenciales y textuales que
ha
obtenido
en
su
realización
de
las
operaciones
constituyentes de discurso.
3.2. Operaciones constituyentes de discurso.
En las operaciones constituyentes de discurso, que hacen posible la existencia del discurso retórico en cuanto a su referente
—inventio—,
en
su
nivel
macroestructural
—
dispositio— y en su nivel microestructural —elocutio— y que son previas a la memoria la
oralidad
éstas.
de
Para
oralidad
la
las
supone
y a la actio/pronuntiatio, no radica
retórica
de
operaciones una
manera
tan
constituyentes
influencia
o
directa de
como
en
discurso
la
condicionamiento
en
la
realización y en el resultado de cada una de ellas, en la medida en que estas operaciones son activadas para producir un discurso que va a ser comunicado oralmente. Igualmente, la memoria y la actio/pronuntiatio influyen en dichas operaciones (Gómez Alonso 1997). La oralidad está presente en la elocutio, operación de la que depende la configuración final del discurso retórico como construcción
textual.
principalmente
asentada
La en
elocutio, la
como
microestructura,
operación produce
el
nivel textual en el que entran en contacto comunicativo el orador
y
los
oyentes:
este
nivel
es
punto
de
llegada
del
orador en su elaboración textual y punto de partida del oyente en
su
interpretación.
La
inmediatez
comunicativa
que
hace
posible la oralidad implica una firme y directa confluencia entre orador y oyente en el discurso. Por otro lado, muchos de los
recursos
de
expresividad
lingüística
de
la
elocutio
(García Berrio 1994: 69 ss.) tienen una raíz eminentemente 20
A propósito de la intellectio, véase Chico Rico (1987: 93 ss., 1989) y Albaladejo (1989: 65-71).
17
oral,
por
su
constitución
fónica,
como
es
el
caso
de
la
aliteración o de la paronomasia, y por su fundamentación en la linealidad del significante, como sucede con la anáfora o con el quiasmo. Las
partes
vinculadas
orationis
tanto
(Albaladejo
a
la
1989:
o
partes
del
dispositio
82-108),
discurso
como
presentan
a
retórico,
la
una
inventio
organización
conectada con la comunicación oral del discurso. La sucesión de
las
partes
del
discurso
responde
no
solamente
a
la
estructura lógica del discurso, sino también a la linealidad de
la
oralidad,
escritura,
no
que,
permite
a la
diferencia vuelta
de
atrás
la
linealidad
del
receptor
de
la
en
su
interpretación; así, el exordium, introducción del discurso, y, sobre todo, la peroratio, con su recapitulación, son partes estratégicamente situadas al comienzo y al final del discurso, respectivamente, en función de la interpretación del discurso oral, que es recibido por el oyente de modo lineal. La conciencia de la oralidad del discurso que tiene el orador
actúa
en
las
diferentes
operaciones
retóricas
constituyentes de discurso determinando la configuración de éste
en
los
operaciones.
niveles La
discursivos
conciencia
de
correspondientes la
oralidad
a
funciona
dichas como
ahormadora del discurso, conduciéndolo a la construcción más idónea para la comunicación oral, tanto en lo referencial como en lo textual. Por su parte, la interpretación que, desde su perspectiva de auralidad discursiva, lleva a cabo el oyente está vinculada también a su conciencia de la oralidad de la comunicación en la que participa. Esta conciencia forma parte de
la
conciencia
retórica,
gracias
a
la
cual
el
orador
construye y pronuncia un discurso en una variedad diafásica (Coseriu 1981: 305-306) con entidad propia21. 21
A la conciencia retórica está unida la realización de los distintos estilos en la oralidad retórica (Curtius 1976: I, 217 ss.; Auerbach 1969: 30 ss.; Coseriu 1981: 28-29; García Berrio 1994: 100-102).
18
4.
DIÁLOGO
RETÓRICOS.
La
INTRADISCURSIVO
LA
DIÁLOGO
INTERDISCURSIVO
EN
LOS
DISCURSOS
INTERACCIÓN RETÓRICA.
presencia
discurso
Y
del
retórico
dispositivo
tiene
una
de
sermocinatio
en
el
incidencia
en
la
importante
oralidad del discurso, ya que supone el desdoblamiento o la multiplicación de la voz del orador, que, además de la voz principal, conductora del discurso en una función similar a la que tiene la voz narrativa en el género literario narrativo, ha de asumir las voces correspondientes a las personas a las que
hace
expresiones constituir
hablar
en
su
monológicas, diálogo,
o
discurso
en
estilo
individuales, con
que
intervenciones
directo no
que
con
llegan
a
constituyen
diálogos, con las consiguientes adaptaciones lingüísticas, que pueden llegar a ser auténticas transformaciones vocales del orador en dichas personas, del tipo de las que se producen en el género narrativo y en el teatral. Así pues, en el discurso retórico puede haber diálogo intradiscursivo, diálogo interno, situado en el ámbito de la sintaxis pragmática (Albaladejo 1982a,
1982b),
es
decir,
en
la
textualización
de
la
comunicación, en la inclusión de la pragmática en la sintaxis semiótica,
en
el
interior
del
texto.
Este
dialogismo
constituye una transposición de la polifonía bajtiniana a la oralidad de un solo discurso retórico, con las consiguientes exigencias propias de todo discurso referido (Bajtin 1989: 141 y ss.). Pero la relación entre el diálogo y el discurso retórico no se limita a la presencia en éste de diálogos internos, sino que
concierne
también
a
la
interacción
retórica,
que
es
interacción entre orador y oyentes, entre discursos retóricos y también entre éstos y otros discursos no retóricos. Esta interacción
entra
en
la
estructura
de
diálogo
como
forma
19
general de la comunicación lingüística en el sentido en que ésta es planteada como interacción discursiva por Voloshinov (1992: 118-137). El discurso retórico es interacción (López Eire 1995: 139; van Dijk 1997: 7-11). La
intellectio,
apoyada
en
la
inmediatez
comunicativa
asociada a la oralidad, hace posible la interacción entre el oyente y el orador que se da en el discurso retórico con las reacciones de aquél, que constituyen una forma de respuesta, ante
las
cuales
el
orador
puede
reaccionar
modificando
su
proyecto de discurso y, en definitiva, el discurso mismo. La relación entre discursos que se da en las situaciones retóricas en las que hay polifonía retórica, relativa a varios discursos, constituye un diálogo interdiscursivo, un diálogo global de carácter oral cuyos componentes son discursos. Esta interacción se produce en las situaciones retóricas en las que son pronunciados varios discursos; tales situaciones pueden ser de varias clases, dependiendo del género retórico al que pertenezcan retóricas
los en
discursos
las
que
que
se
acogen.
pronuncian
En
las
situaciones
discursos
de
género
judicial, el diálogo interdiscursivo, con su correspondiente polifonía
retórica,
está
constituido
por
los
discursos
que
pronuncian los acusadores y los defensores, debiendo tenerse en
cuenta
que,
dado
que
los
oradores
de
estos
discursos
mantienen entre sí un orden de intervención, los discursos pronunciados
posteriormente
son
en
parte
respuesta
a
los
pronunciados antes. Los discursos constituyen un entramado de interrelaciones y respuestas que los enlaza sobre la base de que
tratan
de
una
planteamientos
a
interdiscursivo
se
retóricas
en
las
misma
causa
y
propósito
de
produce
también
que
se
presentan aquélla.
pronuncian
en
diferentes El
las
diálogo
situaciones
discursos
de
género
deliberativo, los cuales tienen su principal realización en el espacio
político,
(Cazorla
1985),
sobre en
el
todo que
en
el
tienen
ámbito
parlamentario
lugar
sesiones
con
20
intervenciones de varios oradores pertenecientes a diversos grupos
parlamentarios.
En
el
ámbito
electoral
del
espacio
político el diálogo interdiscursivo no suele producirse en una misma situación retórica con la misma intensidad que en las sesiones parlamentarias, ya que lo más frecuente es que en un acto electoral intervengan oradores de la misma o parecida ideología; en este ámbito dicho diálogo puede extenderse a la relación
que
oradores
de
se
establece
distintas
entre
discursos
ideologías
en
pronunciados diferentes
por
actos
electorales. En las situaciones retóricas propias de discursos de género demostrativo o epidíctico también se da el diálogo interdiscursivo a partir de la relación entre los discursos que pronuncian los distintos oradores en un acto organizado para
conmemorar
un
hecho
histórico
o
celebrar
un
acontecimiento político; la trascendencia política de estos discursos hace que, a propósito de ellos, aunque no se tomen decisiones, se presenten, muy matizadas, las confrontaciones que
se
dan
entre
los
discursos
deliberativos
de
carácter
político. Son
de
gran
pluricomunicativa interrupciones
importancia
oral
que
de
la
oradores
que
en
esta
interacción no
están
en
organización retórica el
uso
de
las la
palabra llevan a cabo sobre el discurso del que son oyentes22. Las
intervenciones
de
los
oradores
están,
en
general,
perfectamente reguladas en las situaciones retóricas de los distintos
géneros;
hay
prohibición
explícita
de
las
23
interrupciones en el ámbito parlamentario , lo cual no impide que a veces se produzcan dichas interrupciones, de carácter 22
Sobre la interrupción conversacional, véase Bañón (1997); en la oratoria parlamentaria, véase Carbó (1992). 23 El Reglamento del Congreso de los Diputados prescribe: «Nadie podrá ser interrumpido cuando hable, sino por el Presidente, para advertirle que se ha agotado el tiempo, para llamarle a la cuestión o al orden, para retirarle la palabra o para hacer llamadas al orden a la Cámara o a alguno de sus miembros o al público» (Congreso 1982: artículo 70. 3).
21
excepcional salvo en algunos casos, como el de la oratoria parlamentaria mexicana entre 1920 y 1960, en la que, a pesar de estar prohibidas, son frecuentes y no son impedidas por la presidencia de la sesión (Carbó 1992: 25). Las interrupciones parlamentarias suponen una ruptura de los espacios reservados a los discursos y también de los discursos mismos, dentro de cuyos límites institucionales se sitúan de este modo voces que no son introducidas por los oradores que están pronunciando los discursos. Las interrupciones son posibles solamente en la oralidad de los discursos. La interacción retórica hasta ahora expuesta se produce entre
discursos
y
otras
formas
de
intervención
pública
de
índole oral. Una interacción relacionada con la retórica puede darse también con participación de lo oral y lo escrito, con respuestas discursos
no
sólo
orales,
retóricos.
Es
sino
lo
también
que
sucede
escritas,
cuando
un
a
los
discurso
retórico oral genera respuestas que se materializan en textos de crítica retórica, en textos periodísticos, en discusiones y comentarios
escritos,
etc.
La
estructura
dialogística
fundamental del lenguaje permite, por tanto, la combinación de intervenciones orales y escritas en una cadena de la que no están excluidas las respuestas que, a su vez, puedan darse, con discursos orales e incluso escritos, a los textos escritos que
han
sido
(Voloshinov
respuesta
1992:
a
los
132-133);
se
discursos llega
orales
así
a
iniciales
un
diálogo
interdiscursivo no exclusivamente retórico, no completamente retórico, pero conectado con la retórica. La
forma
más
inmediata
de
interacción
retórica
con
constitución de diálogo interdiscursivo plenamente retórico es la oral, en la medida en que las intervenciones de réplica, algunas de ellas por alusiones, se producen a continuación del discurso que las genera. De igual modo que el diálogo tiene su forma
inicial
y
básica
de
configuración
asociada
a
la
oralidad, este diálogo interdiscursivo, que no en balde se
22
establece sobre la dimensión dialéctica de la retórica, es también fundamentalmente oral. El
diálogo
interdiscursivo
formado
por
diferentes
discursos retóricos se asienta sobre un conjunto de relaciones semióticas
entre
los
mismos.
La
correferencia,
las
implicaciones pragmáticas y las relaciones intertextuales que se
dan
entre
los
distintos
discursos
contribuyen
al
establecimiento de un entramado interdiscursivo retórico que refuerza la constitución sintáctica, semántico-extensional y pragmática del discurso global que es este diálogo.
5. ORALIDAD
Y ESCRITURA EN EL MODELO RETÓRICO.
El modelo de la comunicación retórica, que cuenta con el hecho retórico como categoría global y con el texto o discurso retórico
como
categoría
central,
tiene
que
acoger
y
representar la comunicación oratoria (o comunicación retórica oral),
destacando
primaria,
junto
su a
carácter
secundario
retórico
se
comprehensivo
carácter
la y
de
comunicación
comunicación derivado
de
retórica la
plantea
así
como
modelo
de
distintas
formas
las
escrita,
primaria. general de
la
retórica
Un y
de
modelo global,
comunicación
dirigida a influir en los receptores: no sólo los distintos géneros retóricos, sino también las distintas modalidades de comunicación
basadas
en
la
oralidad
y
en
la
escritura
encuentran su lugar en dicho modelo, que tiene una estructura semiótico-textual
encuadrada
pragmáticamente
(Albaladejo
1987). La elaboración actual del modelo retórico exige tomar en consideración la evolución histórica de la retórica, con el fin
de
situar
diacrónicamente
las
realizaciones
orales
y
escritas de los discursos retóricos y las reflexiones teóricas sobre las mismas.
23
No obstante, esta atención a lo oral y a lo escrito no debe hacerse duplicando la organización y la constitución del modelo,
sino
centrando
el
modelo
en
la
oralidad
y
estableciendo las oportunas indicaciones en las categorías del hecho
retórico
a
propósito
de
su
posible
asociación
a
lo
escrito en relación con la clase y las características del discurso retórico. De este modo, la configuración primaria del modelo está fundamentada en la oralidad, dada la inscripción de ésta en la constitución original y básica de la retórica, y sobre
dicha
conmutación
configuración
que
permite
primaria
la
inclusión
se
establece
de
la
una
configuración
derivada o secundaria, de carácter escrito, de la retórica. Clave
para
el
establecimiento
de
dicha
conmutación
es
la
categoría canal de la comunicación, pues su doble situación en el eje oral y en el eje escrito, junto con la configuración del discurso, determina la condición oral o escrita del hecho retórico. Esta doble condición apoya la inclusión en el modelo retórico
de
perspectiva (Petöfi,
la
posibilidad
multimedial
Vitacolonna,
como
a
cura
de
asociación,
la
de
di,
la
dentro
textología
1996),
de
los
de
una
semiótica medios
de
comunicación de masas a las categorías del hecho retórico. La oralidad fundamental del modelo retórico debe ir acompañada de todos
los
factores
que,
unidos
a
aquélla,
condicionan
la
comunicación, como la inmediatez, la visualidad, etc. Por otra parte, el modelo tiene en cuenta las implicaciones que en el código tiene el hecho de que la comunicación y, por tanto, el discurso
retórico
factores
de
sean
oralidad
orales
que
o
influyen
escritos, en
el
así
discurso
como
los
retórico
escrito. La
oralidad
se
presenta,
pues,
como
un
cimiento
imprescindible del modelo retórico, que, para dar cuenta de las
distintas
también aquélla.
la
posibilidades
escritura,
así
comunicativas como
la
retóricas,
relación
de
acoge
ésta
con
24
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la
filosofía
del
YATES, F. A. (1974): El arte de la memoria, Madrid, Taurus. ZUMTHOR, P. (1989): La letra medieval, Madrid, Cátedra.
y
la
voz.
De
la
«literatura»