RETÓRICA Y ORALIDAD. TOMÁS ALBALADEJO Universidad Autónoma de Madrid

[Publicado en Oralia. Análisis del discurso oral, 2, 1999, pp. 7-25.] RETÓRICA Y ORALIDAD TOMÁS ALBALADEJO Universidad Autónoma de Madrid 1. RETÓRI

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[Publicado en Oralia. Análisis del discurso oral, 2, 1999, pp. 7-25.]

RETÓRICA Y ORALIDAD

TOMÁS ALBALADEJO Universidad Autónoma de Madrid

1. RETÓRICA

La

Y ORATORIA EN RELACIÓN CON LA ORALIDAD.

retórica

nació

como

técnica

de

la

construcción

y

comunicación oral de discursos lingüísticos con la finalidad de influir en los oyentes. La relación de la retórica con la oralidad es evidente desde sus orígenes y está apoyada por las denominaciones

mismas

que

han

recibido

históricamente

los

distintos componentes de la comunicación retórica: 'rhétor' es la palabra que designa en griego al orador, 'akroatés' es el oyente

y

'lógos',

discurso.

relacionado

'Rhétor'

es

con

traducido

'légo' al

('decir'),

latín

por

es

el

'orator',

'akroatés' por 'auditor' y 'lógos' por 'oratio'. Por su parte, el

nombre

griego

de

la

disciplina,

'tékhne

rhetoriké',

es

traducido al latín por 'ars oratoria'. De este modo, 'tékhne rhetoriké'

y

'ars

oratoria',

así

como

los

sustantivos

españoles 'retórica' y 'oratoria', funcionan como expresiones equivalentes.

La

retórica

es

definida

por

Quintiliano

como

«ars bene dicendi» (Quintiliano Institutio oratoria: 2, 17, 27), como arte o técnica de hablar bien, con la consiguiente asociación

a

la

oralidad.

La

relación

entre

retórica

y

oralidad se hace patente en la expresión latina y española 'oratoria'. Sin

embargo,

las

inicialmente

equivalentes

expresiones

'retórica' y 'oratoria' presentan una divergencia en la medida

2

en que el término 'retórica' se ha ido especializando para la configuración teórica de la técnica del discurso lingüístico persuasivo

y

'oratoria'

se

ha

concretado

en

la

práctica

comunicativa oral propia de esa técnica, si bien se trata de una divergencia que no es absoluta, pues pueden encontrarse empleos

de

'retórica'

divergencia

entre

y

de

'oratoria'

'retórica'

y

como

sinónimos.

La

tiene

sus

'oratoria'

implicaciones en la asociación con la oralidad. Mientras que el sustantivo 'oratoria' mantiene en exclusividad su relación con lo oral, el sustantivo 'retórica', que no pierde dicha vinculación, adquiere también relación con la escritura. Puede hablarse,

consiguientemente,

de

retórica

de

los

textos

periodísticos escritos o de retórica de los textos legales, así como de retórica parlamentaria o de retórica académica, por ejemplo, pero no puede hablarse de oratoria de los textos periodísticos escritos ni de oratoria de los textos legales y sí,

en

cambio,

de

oratoria

parlamentaria

o

académica.

'Retórica' se presenta así como un término más amplio que 'oratoria'. Toda práctica oratoria tiene un soporte teórico retórico, consciente

o

inconscientemente

asumido

por

el

orador,

del

mismo modo que la retórica en su dimensión teórica tiene una muy estrecha relación con la oratoria o retórica práctica. La explicación

de

la

retórica

como

«análisis

sistemático

del

discurso humano que busca disponer de preceptos útiles para el futuro

discurso»

que

ofrece

James

J.

Murphy

(1989:

9)

da

cuenta de la necesaria relación que hay entre la construcción de los discursos concretos, en el ámbito de la oratoria, y la teorización

retórica.

Precisamente

esta

relación

entre

la

retórica como técnica abstracta y su realización práctica en la

construcción

de

discursos

orales

concretos

sustenta

la

conexión tanto de ésta como de aquélla con la oralidad. La oralidad de la retórica no es, en general, oralidad primaria, es decir, oralidad de una cultura desconocedora de

3

la escritura, sino oralidad secundaria, esto es, oralidad que se da en una cultura con conocimiento de la escritura1. No obstante, no hay que descartar la práctica oratoria en la fase de oralidad primaria de la cultura griega. La presencia de discursos en la Ilíada es prueba de la existencia de esta práctica con anterioridad a la configuración de la retórica como arte2. En

cuanto

a

su

objeto,

la

retórica

se

conecta

tempranamente con la escritura. La retórica, sin perder su condición principalmente oral, deriva ya en la Antigüedad a la instrucción de la escritura, con lo que se convierte en una disciplina completa del discurso, tanto oral como escrito3. Como

es

sabido,

sistematización

la

poética

propia

de

no los

llegó

a

recursos

desarrollar de

una

expresividad

lingüística en la literatura porque tomó la producida por la retórica

(García

Berrio

1984:

12-13),

en

lo

que

es

una

manifestación de la conciencia común retórico-poética del arte de lenguaje. La retórica acoge, de este modo, las figuras y los tropos no sólo de discursos orales, sino también de obras escritas.

El

desarrollo

en

la

Edad

Media

de

las

artes

dictaminis y de las artes poeticae, asociadas a la escritura, 1

Para los conceptos de oralidad primaria y oralidad secundaria, véase principalmente Ong (1996: 20); también Havelock (1996: 76 ss.). De gran interés es Cole (1991: 3346). 2 Véase Murphy (1989: 9-11), Cole (1991: 34 ss.), López Eire (1995: 13, 1996: 9) y Ong 1996: 109-110. 3 George A. Kennedy se ocupa de esta relación de la retórica con la escritura, sin dejar de insistir en la fundamental relación con el discurso oral: «We should not, however, exaggerate the influence of writing in the history of rhetoric; it was an important tool for developing rhetorical theory in treatises and handbooks and for studying rhetorical models to be imitated. But the objective of the study of rhetoric in the classical period was primarily the ability to speak in public, including extempore speaking; only secondarily did instruction in rhetoric take on the goal of teaching students how to compose or analyzing written texts» (Kennedy 1994: 28). Walter J. Ong explica el paso de la retórica desde la oralidad a la escritura (Ong 1996: 115-116).

4

junto a las artes praedicandi4, relacionadas con la oralidad, refuerza esta doble implicación oral-escrita de la retórica (Chico Rico 1987: 111-113). Por otra parte, en cuanto a su constitución como disciplina, la retórica no puede separarse de la escritura. Como recuerda Walter J. Ong, la retórica tiene como objeto el discurso oral, pero como técnica del mismo

se

formula

por

escrito;

como

reflexión

teórica,

la

retórica se configura en la escritura (Ong 1996: 109-110)5.

2. LA

ORALIDAD EN EL HECHO RETÓRICO.

El hecho retórico es la realidad comunicativa constituida por

la

construcción,

comunicación

e

interpretación

de

los

discursos retóricos. Los elementos del hecho retórico son el orador, el oyente, el texto o discurso retórico, el referente de éste, el código, el canal y el contexto de la comunicación retórica6. El canal del hecho retórico está normalmente situado sobre el eje acústico-momentáneo de la comunicación, aunque en algunos casos el canal puede situarse sobre el eje visivoestable de la comunicación7, esto es lo que sucede con los textos

retóricos

construidos

de

acuerdo

con

las

artes

dictaminis. 4

Sobre la retórica medieval, véase Murphy (1986). La relación entre oralidad y escritura constituye una de las cuestiones más importantes en el estudio de la comunicación lingüística artística en la medida en que permite confrontar la constitución de dos sistemas con sus divergencias y confluencias dentro del sistema general del lenguaje (Ong 1992; Havelock 1996; Derrida 1978; Lázaro Carreter 1980: 158 ss.; Cole 1991: 44-45). Es de gran interés la traslación a la escritura de rasgos retóricos de oralidad (García Berrio 1994: 100-102; Jiménez Cano 1996: 157; Gauger 1998: 10, 19-20). 6 He propuesto el concepto de hecho retórico en Albaladejo (1989: 43-57) como adaptación del esquema de la comunicación lingüística de Jakobson (1975: 352-353). 7 Para estos ejes, véase Heilmann (1975: 14). Véase también Gauger (1998). 5

5

Discurso

retórico

y

texto

retórico

son

expresiones

sinónimas que significan objeto lingüístico de características textuales que el orador produce y dirige a los oyentes con el propósito

de

influir

en

ellos.

La

forma

prototípica

de

realización del texto o discurso retórico es la oral, de tal modo que es emitido por el orador en el canal situado sobre el eje

acústico-momentáneo

configuración

escrita

e

interpretado

del

texto

por

los

retórico

se

oyentes.

La

cuando

la

da

retórica produce un texto retórico escrito; es el caso de las cartas

de

las

artes

dictaminis

o

de

determinados

textos

periodísticos. En cambio, los componentes retóricos presentes en

los

textos

literarios

no

hacen

que

éstos

sean

textos

retóricos. A este respecto, es conveniente insistir, frente a una panretórica para la que todos los textos serían textos retóricos, de cuyos riesgos ha advertido Antonio García Berrio (1984:

53),

en

que

la

retórica

está

conectada

con

las

distintas clases de discursos puesto que de la constitución esencial

de

éstos

forma

parte

una

más

o

menos

marcada

dimensión retórica, la cual, por sí sola, no hace que sean textos retóricos. Así pues, al objeto lingüístico que es el texto retórico le es inherente primariamente la oralidad y secundariamente la escritura. El texto retórico puede ser un texto oral, que es lo

más

frecuente,

oralidad,

como

o

rasgo

un

texto

presente

escrito. en

la

La

fuerza

retórica

de

desde

la sus

orígenes, es tan grande que aspectos de la misma penetran en los textos retóricos escritos. El

hecho

retórico

prototípico

es

aquel

en

el

que

la

comunicación es oral, encontrándose envueltos en la oralidad todos los elementos que lo componen. La emisión del texto se produce a través de un canal situado sobre el eje acústicomomentáneo, que también tiene implicaciones visuales (Gauger 1998);

el

interpretan

orador al

pronuncia

escucharlo.

su Esta

discurso

y

los

comunicación

oyentes

requiere

lo que

6

orador y oyente estén en posesión del código lingüístico con todos sus mecanismos de oralidad. La oralidad está asociada en una primera instancia a la inmediatez comunicativa, lo cual implica la coincidencia temporal y espacial de los contextos en

los

que

retórica,

se

el

desdobla

contexto

el

de

contexto

de

la

comunicación

y

el

contexto

pronunciación

de

recepción del discurso, a diferencia de lo que es normal en la comunicación escrita; no obstante, en una segunda instancia, con la traslación del discurso a la escritura o con la ayuda de

los

medios

de

difusión

y

de

grabación

visual

y

fónica

existentes en la actualidad, esa inmediatez puede llegar a ser sólo

temporal

o

sólo

espacial

e

incluso

desaparecer,

no

coincidiendo los contextos de pronunciación y de recepción del discurso

(López

Eire

1995:

10-12).

El

hecho

retórico

está

organizado contando con la oralidad como rasgo constitutivo; su configuración escrita es una realización derivada. El discurso retórico se extiende al conjunto central del hecho retórico formado por el orador, el oyente, el referente y el propio discurso; escribe Aristóteles: «Porque consta de tres cosas el discurso: el que habla, sobre lo que habla y a quién;

y

el

(Aristóteles

fin

se

refiere

Retórica:

a

éste,

es

1358a39-1358b2).

decir,

Por

al

ello,

oyente»

cualquier

cualidad o característica del discurso retórico es compartida por

los

partir

demás

de

componentes

éste,

por

el

de

resto

dicho del

conjunto hecho

central

retórico.

En

y,

a

este

sentido, un elemento fundamental de la comunicación retórica es la poliacroasis8, audición múltiple,

por la que el orador

se encuentra con importantes diferencias entre los oyentes de su discurso, las cuales determinan sus interpretaciones y sus actitudes y actuaciones; es un rasgo propio del discurso que se

extiende

a

la

totalidad

del

conjunto

orador-discurso-

referente-oyente y que afecta a los demás elementos del hecho 8

He construido este término a partir de la palabra griega akróasis: audición, interpretación (Albaladejo 1997, 1998).

7

retórico. La poliacroasis es un concepto basado en la oralidad del discurso retórico y, en definitiva, en la oralidad del hecho retórico. Si la poliacroasis se produce en relación con el auditorio de un mismo discurso, la polifonía retórica9 se establece en conjuntos de discursos retóricos como los que se pronuncian en situaciones retóricas parlamentarias, judiciales o de otro tipo, correspondiendo a cada una de las voces, a cada uno de los oradores que intervienen en las mismas, uno o más discursos. Esta polifonía retórica responde plenamente, como la poliacroasis, a la oralidad del discurso retórico: diferentes

voces

respectivos

hacen

discursos,

verbal-estéticas

de

sus que

propuestas son

contenidos

oralmente

verdaderas y

en

sus

manifestaciones

posiciones

ideológico-

sociales enraizados éticamente en los oradores10. El orador construye su auditorio al delimitar el conjunto de

oyentes

(Perelman,

en

quienes

intenta

Olbrechts-Tyteca

1989:

influir 55

con

ss.).

su

discurso

La

oralidad

retórica, a la que está unida la visualidad, es la vía de ampliación del auditorio que puede llevar a cabo el orador con su proyección en los medios de comunicación audiovisuales11, con la consiguiente extensión del hecho retórico, que crece, lógicamente, en cuanto al auditorio, pero también en cuanto al contexto de recepción.

3. LA

ORALIDAD EN LAS OPERACIONES RETÓRICAS.

En la medida en que la oralidad atañe al discurso retórico y

al

partes 9

hecho artis

retórico, u

tiene

operaciones

implicaciones retóricas

en

las

distintas

sistematizadas

en

la

Para la polifonía retórica a partir de la noción de polifonía de Bajtin (1968: 9, 11-63), véase Albaladejo (1997). 10 En el sentido del elemento cognitivo, el elemento ético y el elemento estético de Bajtin (1989: 24 ss.).

8

rhetorica

recepta

(Albaladejo

1989:

29),

por

las

que

el

discurso retórico es producido y emitido. Estas implicaciones se dan en las operaciones no constituyentes de discurso — memoria y actio o pronuntiatio—, que son aquellas que están al servicio de la emisión del discurso, y en las constituyentes de discurso —inventio, dispositio y elocutio—, que son las que conjuntamente dan como resultado el discurso retórico que va a ser emitido12. No en vano, para Walter J. Ong, la retórica es prueba de la persistencia de restos de oralidad primaria (Ong 1996: 109).

3.1. Operaciones no constituyentes de discurso.

Puesto que estas operaciones son las que hacen posible la llegada

del

discurso

retórico,

una

vez

construido,

a

los

oyentes, son, de todas las partes artis, las más directamente relacionadas

con

la

oralidad.

Son

la

memoria,

de

la

que

depende la memorización por el orador del discurso que ha construido

por

medio

de

las

operaciones

constituyentes

de

discurso, y la actio o pronuntiatio, operación que consiste en la comunicación efectiva del discurso ante el auditorio. La

operación

de

memoria13

y

la

operación

de

actio

o

pronuntiatio están muy estrechamente relacionadas entre sí en la emisión del discurso retórico, en su comunicación a los oyentes. Del trabajo que lleve a cabo el orador en la memoria dependerá

en

pronuntiatio. orientada 11

a

gran La la

medida

su

operación

oralidad

del

realización de

memoria

discurso

de

la

está

retórico:

actio

o

plenamente el

orador

Martínez Arnaldos (1990); Buell (1996); Pujante, Morales (1997). 12 Para la distinción entre operaciones constituyentes de discurso y operaciones no constituyentes de discurso, véase Albaladejo (1989: 57 ss., 1993). 13 Sobre la memoria como facultad y como técnica en la que se sitúa la operación retórica de memoria, véase Yates (1974).

9

memoriza

el

discurso

resultante

de

su

actividad

en

las

operaciones constituyentes de discurso con el fin de estar en condiciones de pronunciarlo de manera plenamente oral ante los oyentes. El orador puede aprender de memoria el discurso retórico oración

por

oración,

microestructuralmente, macroestructuralmente se

ocupa

discurso

de en

estas un

palabra o

bien

de

(Beristáin dos

por

palabra,

manera

1997:

decisivo

global,

308-309).

posibilidades

fragmento

es

de

para

decir,

esto

Quintiliano

memorización la

es,

teoría

de

del las

macroestructuras textuales:

Ex hac ingeniorum diuersitate nata dubitatio est, ad uerbum sit ediscendum dicturis, an uim modo rerum atque ordinem complecti satis sit. Nam si memoria suffragatur, tempus non defuit, nulla me uellim syllaba effugiat (alioqui etiam scribere sit superuacuum) [...]. Si uero aut memoria natura durior erit aut non suffragabitur tempus, etiam inutile erit ad omnia se uerba alligare, cum obliuio unius eorum cuiuslibet aut deformem haesitationem aut etiam silentium indicat, tutiusque multo comprehensis animo rebus ipsis libertatem sibi eloquendi relinquere (Quintiliano Institutio oratoria: XI, 2, 44-49). La operación retórica que tiene la doble denominación de actio y de pronuntiatio responde a estos dos nombres. Esta operación,

que

puede

ser

denominada

conjuntamente

actio/pronuntiatio, es la más directamente relacionada con la oralidad del discurso retórico. Consiste en la pronunciación del discurso ante los oyentes y en la actuación retórica ante éstos. No hay que olvidar que esta operación es llamada en griego hypókrisis, con todos los vínculos que esta palabra crea con la actuación teatral. La rhetorica recepta establece como

elementos

principales

de

esta

operación

la

voz,

el

movimiento y el gesto. El orador se sirve de la voz para pronunciar el discurso y actúa mediante gestos y movimientos. Esto supone que en esta operación lo visual está asociado a lo oral

y

que

el

oyente

del

discurso

retórico

es

también

10

espectador

de

la

actuación

que

el

orador

lleva

a

cabo

al

emitirlo. La pronunciación del discurso retórico presenta una situación similar a la de la puesta en escena de la obra teatral: discurso

una

construcción

retórico

o

la

de

arte

obra

de

lenguaje,

teatral,

es

como

el

actualizada

comunicativamente ante los receptores, a quienes llega por el canal de la oralidad, situado sobre el eje acústico-momentáneo y combinado con la visualidad no estable. Tanto los oyentes retóricos

como

los

espectadores

teatrales

escuchan

e

interpretan el texto, pero en su interpretación interviene su percepción visual de lo que hacen quienes hablan, pues su hablar es un actuar pleno. Cicerón expone:

Quo modo autem dicatur, id est in duobus, in agendo et in eloquendo. Est enim actio quasi corporis quaedam eloquentia, cum constet e voce atque motu (Cicerón Orator: 17, 55)14. También consideración

la la

anónima voz

y

Retórica el

cuerpo,

a

Herennio con

la

toma

en

consiguiente

implicación de lo oral y de la expresión corporal, así como de lo aural y lo visual:

Dividitur igitur pronuntiatio in vocis figuram et in corporis motum (Retórica a Herennio: III, XI, 19). Quintiliano presenta la primacía del componente oral en la actio/pronuntiatio:

Cum sit autem omnis actio, ut dixi, in duas diuisa partis, uocem gestumque, quorum alter oculos, altera aures 14

Quintiliano explica el nombre de la operación en estos términos: «Pronuntiatio a plerisque actio dicitur, sed prius nomen a uoce, sequens a gestu uidetur accipere» y, tras referirse a la idea de esta operación en Cicerón, expone: «Idem tamen duas eius partes facit, quae sunt eaedem pronuntiationis, uocem atque motum: quapropter utraque appellatione indifferenter uti licet» (Quintiliano Institutio oratoria: XI, 3, 1-2).

11

mouet, per quos duos sensus omnis ad animum penetrat adfectus, prius est de uoce dicere, cui etiam gestus accommodatur (Quintiliano Institutio oratoria: XI, 3, 14). Establece, pues, Quintiliano, correspondencia entre voz y oídos y entre gesto y ojos. Puede considerarse que tanto los oyentes en la oratoria como los espectadores en el teatro son, en

realidad,

oralidad

oyentes-espectadores,

del

discurso,

asentada

pues

escuchan

sobre

la

y

ven.

La

operación

de

actio/pronuntiatio, tiene como correspondencia la auralidad y la

visualidad

Aristóteles

de

la

equipara

interpretación la

acción

por

sus

retórica

al

receptores15.

arte

teatral

y

reconoce la importancia de la influencia de aquélla en el efecto del discurso sobre los oyentes (Aristóteles Retórica: 1403b1-1404a39). La

importancia

de

la

operación

de

actio/pronuntiatio

radica en que es la operación por la que el orador y su discurso son conectados con los oyentes; es la operación en la que

culmina

la

serie

de

las

operaciones

retóricas

y,

por

tanto, el esfuerzo de construcción y comunicación discursivas del orador; es la operación de presentación del discurso a los oyentes.

Una

mala

actio/pronuntiatio

puede

significar

el

fracaso de un buen discurso, mientras que un discurso mediocre puede ganar mucho gracias a una buena realización de esta operación (Quintiliano Institutio oratoria: XI, 3, 2-5). La

rhetorica

exhaustiva

15

de

los

recepta diversos

proporciona recursos

de

una los

sistematización que

el

orador

Véase Gentili (1996: 24). Al ocuparse de la poesía y la música en Grecia, Bruno Gentili se refiere al «sistema cultural de la Grecia arcaica, basado casi exclusivamente en la oralidad de la comunicación del mensaje poético, en la auralidad y la visualidad de su recepción: poesía-espectáculo, pues, que se convierte en el principal instrumento de difusión y transmisión del saber» (Gentili 1996: 60). Véase también Menéndez Pidal (1957), Auerbach (1969: 229 ss.), Ong (1996), Havelock (1996) y Zumthor (1989).

12

dispone en la actio/pronuntiatio para cumplir con la exigencia de pronunciar efectivamente el discurso16. La

operación

de

memoria

y

la

de

actio/pronuntiatio

confluyen en una comunicación adecuada del discurso retórico en

esta

última

operación.

La

actividad

del

orador

en

la

memoria está orientada a la actio/pronuntiatio, operación para cuyo adecuado desarrollo aquélla es imprescindible: «[...] et memoriter dicat, cum quadam etiam actionis dignitate» escribe Cicerón (De oratore: I, XV, 64). El resultado de la operación de

memoria

y

el

desarrollo

y

el

resultado

de

la

de

actio/pronuntiatio contribuyen a afianzar el ethos del orador ante los oyentes. La opinión de los oyentes sobre el orador, que es importante para que éste consiga la persuasión que intenta con su discurso, puede resultar gravemente debilitada si el discurso retórico no es pronunciado a partir de una adecuada realización de la operación de memoria. La oralidad está asociada al ethos del orador, pues en la medida en que los oyentes valoren positivamente la capacidad de aquél para memorizar razonablemente el discurso y comunicarlo de manera verdaderamente

oral,

sin

leerlo,

podrán

sentirse

en

disposición más favorable ante el discurso17. La presencia del 16

El libro XI de la Institutio oratoria está dedicado a la memoria y a la actio/pronuntiatio (Quintiliano Institutio oratoria: XI). Véase la interpretación que hace David Pujante del tratamiento de la actio/pronuntiatio en Quintiliano (Pujante 1996: 219-218). 17 De la importancia de que la pronuntiatio esté apoyada por una adecuada realización de la operación de memoria es prueba el rechazo a un discurso fúnebre con motivo de la muerte de Nebrija, según Juan Huarte de San Juan: «A propósito de lo que dijo Cicerón, que el buen orador ha de hablar de memoria y no por escrito, es de saber que el maestro Antonio de Librija había venido ya a tanta falta de memoria, por la vejez, que leía por un papel la lección de retórica a sus discípulos; y como era tan eminente en su facultad y tenía su intención bien probada, no miraba nadie en ello. Pero lo que no se pudo sufrir fue que, muriendo éste repentinamente de apoplejía, encomendó la Universidad de Alcalá el sermón de sus obsequias a un famoso predicador; el cual inventó y dispuso lo que había de decir como mejor pudo. Pero fue el tiempo tan breve, que no

13

orador en la pronunciación del discurso retórico es inherente a la oralidad de su comunicación y a la inmediatez propia de ésta.

Dicha

presencia

está

unida

a

la

visualidad

de

la

recepción del discurso retórico y hace posible que los oyentes obtengan la imagen visual del orador y de su actuación en la pronunciación, con las consiguientes implicaciones en cuanto a la influencia que éste pueda ejercer en aquéllos. La

importancia

de

la

activación

de

la

memoria

y

la

realización de una actio/pronuntiatio firmemente basada en la oralidad

tiene

una

relación

muy

estrecha

con

los

géneros

retóricos: judicial, deliberativo y demostrativo o epidíctico (Aristóteles

Retórica:

sistematización

que

1358b2-8). Aristóteles

Como

es

hace

de

sabido, los

en

la

discursos

retóricos en géneros, la diferencia fundamental se da entre el género

demostrativo

o

epidíctico,

del

que

forman

parte

discursos ante los que el oyente no toma decisiones, y los géneros

judicial

y

deliberativo,

ante

cuyos

discursos

el

oyente decide, en el caso del género judicial sobre hechos pasados y en el caso del deliberativo sobre hechos futuros. En los discursos de estos dos últimos géneros, el orador pone al servicio

de

la

obtención

de

una

decisión

favorable

a

su

propuesta todos los medios retóricos posibles, entre ellos una adecuada realización de la memoria y de la actio/pronuntiatio. Conscientes actio/pronuntiatio

de y

esta de

la

unión importancia

entre

memoria

de

comunicación

una

y

hubo lugar de tomarlo de memoria; y así se fue al púlpito con el papel en la mano, y entró diciendo así: "Lo que este ilustre varón acostumbraba hacer, leyendo a sus discípulos, eso mesmo traigo yo determinado de hacer a su imitación; porque fue su muerte tan repentina, y el mandarme que yo predicase en sus obsequias tan acelerado, que no ha habido lugar ni tiempo de estudiar lo que convenía decir, ni para recogerlo en la memoria. Lo que yo he podido trabajar esta noche traigo escrito en este papel: suplico a vuestras mercedes lo oigan con paciencia y me perdonen la poca memoria". Pareció tan mal al auditorio esta manera de predicar por escrito y con el papel en la mano, que todo fue sonreír y murmurar» (Huarte de San Juan 1575: 191-192).

14

oral del discurso retórico no basada en la lectura del mismo, quienes

tienen

la

facultad

de

regular

la

pronunciación

de

discursos públicos han optado, en general, por fijar, mediante las oportunas normas, la oralidad como forma de comunicación discursiva. Es lo que sucede, en general, en la regulación de los

debates

parlamentarios

(Cazorla

1985:

117-123).

El

Reglamento del Congreso de los Diputados establece:

Los discursos se pronunciarán personalmente y de viva voz. El orador podrá hacer uso de la palabra desde la tribuna o desde el escaño (Congreso 1982: artículo 70.2). En este artículo, la expresión «de viva voz» refuerza la oralidad de los discursos y descarta implícitamente la lectura de los mismos18. Por su parte, el Reglamento del Senado prescribe:

Los discursos se pronunciarán sin interrupción, se dirigirán únicamente a la Cámara y no podrán, en ningún caso, ser leídos, aunque será admisible la utilización de notas auxiliares. Si un Senador, al ser llamado por el Presidente, no se encuentra presente, se entenderá que ha renunciado a hacer uso de la palabra (Senado 1995: artículo 84.1, párrafo segundo). La Constitución Española prevé la oralidad en los procesos judiciales:

El procedimiento será predominantemente oral, sobre todo en materia criminal (Constitución Española 1978: artículo 120.2)19. 18

Como es sabido, «viva voz» significa «Expresión oral, por contraposición a la escrita», segunda acepción, DRAE (1992). 19 En el Capítulo Primero, «De la oralidad, publicidad y lengua oficial», del Título III, «De las actuaciones judiciales», de la Ley Orgánica del Poder Judicial se determina: «Las actuaciones judiciales serán predominantemente orales, sobre todo en materia criminal, sin perjuicio de su documentación» (Poder Judicial 1985: artículo 229.1). Sobre los informes orales del fiscal y las partes en el juicio oral, véase Enjuiciamiento Criminal (1882: artículos 734-737); véase

15

La intellectio20 puede ser considerada una operación no constituyente

de

discurso,

en

la

medida

en

que

su

funcionamiento no produce directamente discurso retórico, a diferencia de la inventio, la dispositio y la elocutio. Esta operación es decisiva para la puesta en marcha de la serie de operaciones retóricas constituyentes y no constituyentes de discurso

y

intellectio

regula

el

continúa

funcionamiento

activada

en

la

de

todas

pronunciación

ellas.

La

oral

del

discurso, durante la cual el orador examina las reacciones de los oyentes a su discurso, en función de las cuales puede reconducir

el

mismo,

modificando

no

sólo

la

pronunciación,

también Jurado (1995: artículo 48.3). La Ley de Enjuiciamiento Criminal establece en su Título III, «Del procedimiento abreviado para determinados delitos», redactado conforme a la Ley Orgánica 7/88, lo siguiente: «Terminada la práctica de la prueba, el Juez o Presidente del Tribunal requerirá a la acusación y a la defensa para que manifiesten si ratifican o modifican las conclusiones de los escritos inicialmente presentados y para que expongan oralmente cuanto estimen procedente sobre la valoración de la prueba y la calificación jurídica de los hechos» (Enjuiciamiento Criminal 1882: artículo 793.6, párrafo primero), donde es importante la expresión «expongan oralmente», en la medida en que la exposición oral es distinta de la lectura. De gran interés es la Exposición de Motivos de esta Ley, por la defensa de la oralidad en el proceso que hace Manuel Alonso Martínez: «No desconoce el Ministro que suscribe que la aplicación y cumplimiento de la nueva Ley, singularmente en los primeros años, tropezará con graves dificultades, siendo la mayor de todas ellas la falta de costumbres adecuadas al sistema acusatorio y al juicio oral y público. Educados los españoles durante siglos en el procedimiento escrito, secreto e inquisitorial, lejos de haber adquirido confianza en la Justicia y de coadyuvar activamente a su recta administración, haciendo, como el ciudadano inglés, inútil la institución del Ministerio público para el descubrimiento y castigo de los delitos, han formado ideas falsas sobre la policía judicial y se ha desviado cada vez más de los Tribunales, mirando con lamentable recelo a Magistrados, Jueces, Escribanos y Alguaciles, y repugnando figurar como testigos en los procesos. [...]» (Enjuiciamiento Criminal 1882: Exposición de Motivos).

16

sino incluso estructuras y elementos referenciales y textuales que

ha

obtenido

en

su

realización

de

las

operaciones

constituyentes de discurso.

3.2. Operaciones constituyentes de discurso.

En las operaciones constituyentes de discurso, que hacen posible la existencia del discurso retórico en cuanto a su referente

—inventio—,

en

su

nivel

macroestructural



dispositio— y en su nivel microestructural —elocutio— y que son previas a la memoria la

oralidad

éstas.

de

Para

oralidad

la

las

supone

y a la actio/pronuntiatio, no radica

retórica

de

operaciones una

manera

tan

constituyentes

influencia

o

directa de

como

en

discurso

la

condicionamiento

en

la

realización y en el resultado de cada una de ellas, en la medida en que estas operaciones son activadas para producir un discurso que va a ser comunicado oralmente. Igualmente, la memoria y la actio/pronuntiatio influyen en dichas operaciones (Gómez Alonso 1997). La oralidad está presente en la elocutio, operación de la que depende la configuración final del discurso retórico como construcción

textual.

principalmente

asentada

La en

elocutio, la

como

microestructura,

operación produce

el

nivel textual en el que entran en contacto comunicativo el orador

y

los

oyentes:

este

nivel

es

punto

de

llegada

del

orador en su elaboración textual y punto de partida del oyente en

su

interpretación.

La

inmediatez

comunicativa

que

hace

posible la oralidad implica una firme y directa confluencia entre orador y oyente en el discurso. Por otro lado, muchos de los

recursos

de

expresividad

lingüística

de

la

elocutio

(García Berrio 1994: 69 ss.) tienen una raíz eminentemente 20

A propósito de la intellectio, véase Chico Rico (1987: 93 ss., 1989) y Albaladejo (1989: 65-71).

17

oral,

por

su

constitución

fónica,

como

es

el

caso

de

la

aliteración o de la paronomasia, y por su fundamentación en la linealidad del significante, como sucede con la anáfora o con el quiasmo. Las

partes

vinculadas

orationis

tanto

(Albaladejo

a

la

1989:

o

partes

del

dispositio

82-108),

discurso

como

presentan

a

retórico,

la

una

inventio

organización

conectada con la comunicación oral del discurso. La sucesión de

las

partes

del

discurso

responde

no

solamente

a

la

estructura lógica del discurso, sino también a la linealidad de

la

oralidad,

escritura,

no

que,

permite

a la

diferencia vuelta

de

atrás

la

linealidad

del

receptor

de

la

en

su

interpretación; así, el exordium, introducción del discurso, y, sobre todo, la peroratio, con su recapitulación, son partes estratégicamente situadas al comienzo y al final del discurso, respectivamente, en función de la interpretación del discurso oral, que es recibido por el oyente de modo lineal. La conciencia de la oralidad del discurso que tiene el orador

actúa

en

las

diferentes

operaciones

retóricas

constituyentes de discurso determinando la configuración de éste

en

los

operaciones.

niveles La

discursivos

conciencia

de

correspondientes la

oralidad

a

funciona

dichas como

ahormadora del discurso, conduciéndolo a la construcción más idónea para la comunicación oral, tanto en lo referencial como en lo textual. Por su parte, la interpretación que, desde su perspectiva de auralidad discursiva, lleva a cabo el oyente está vinculada también a su conciencia de la oralidad de la comunicación en la que participa. Esta conciencia forma parte de

la

conciencia

retórica,

gracias

a

la

cual

el

orador

construye y pronuncia un discurso en una variedad diafásica (Coseriu 1981: 305-306) con entidad propia21. 21

A la conciencia retórica está unida la realización de los distintos estilos en la oralidad retórica (Curtius 1976: I, 217 ss.; Auerbach 1969: 30 ss.; Coseriu 1981: 28-29; García Berrio 1994: 100-102).

18

4.

DIÁLOGO

RETÓRICOS.

La

INTRADISCURSIVO

LA

DIÁLOGO

INTERDISCURSIVO

EN

LOS

DISCURSOS

INTERACCIÓN RETÓRICA.

presencia

discurso

Y

del

retórico

dispositivo

tiene

una

de

sermocinatio

en

el

incidencia

en

la

importante

oralidad del discurso, ya que supone el desdoblamiento o la multiplicación de la voz del orador, que, además de la voz principal, conductora del discurso en una función similar a la que tiene la voz narrativa en el género literario narrativo, ha de asumir las voces correspondientes a las personas a las que

hace

expresiones constituir

hablar

en

su

monológicas, diálogo,

o

discurso

en

estilo

individuales, con

que

intervenciones

directo no

que

con

llegan

a

constituyen

diálogos, con las consiguientes adaptaciones lingüísticas, que pueden llegar a ser auténticas transformaciones vocales del orador en dichas personas, del tipo de las que se producen en el género narrativo y en el teatral. Así pues, en el discurso retórico puede haber diálogo intradiscursivo, diálogo interno, situado en el ámbito de la sintaxis pragmática (Albaladejo 1982a,

1982b),

es

decir,

en

la

textualización

de

la

comunicación, en la inclusión de la pragmática en la sintaxis semiótica,

en

el

interior

del

texto.

Este

dialogismo

constituye una transposición de la polifonía bajtiniana a la oralidad de un solo discurso retórico, con las consiguientes exigencias propias de todo discurso referido (Bajtin 1989: 141 y ss.). Pero la relación entre el diálogo y el discurso retórico no se limita a la presencia en éste de diálogos internos, sino que

concierne

también

a

la

interacción

retórica,

que

es

interacción entre orador y oyentes, entre discursos retóricos y también entre éstos y otros discursos no retóricos. Esta interacción

entra

en

la

estructura

de

diálogo

como

forma

19

general de la comunicación lingüística en el sentido en que ésta es planteada como interacción discursiva por Voloshinov (1992: 118-137). El discurso retórico es interacción (López Eire 1995: 139; van Dijk 1997: 7-11). La

intellectio,

apoyada

en

la

inmediatez

comunicativa

asociada a la oralidad, hace posible la interacción entre el oyente y el orador que se da en el discurso retórico con las reacciones de aquél, que constituyen una forma de respuesta, ante

las

cuales

el

orador

puede

reaccionar

modificando

su

proyecto de discurso y, en definitiva, el discurso mismo. La relación entre discursos que se da en las situaciones retóricas en las que hay polifonía retórica, relativa a varios discursos, constituye un diálogo interdiscursivo, un diálogo global de carácter oral cuyos componentes son discursos. Esta interacción se produce en las situaciones retóricas en las que son pronunciados varios discursos; tales situaciones pueden ser de varias clases, dependiendo del género retórico al que pertenezcan retóricas

los en

discursos

las

que

que

se

acogen.

pronuncian

En

las

situaciones

discursos

de

género

judicial, el diálogo interdiscursivo, con su correspondiente polifonía

retórica,

está

constituido

por

los

discursos

que

pronuncian los acusadores y los defensores, debiendo tenerse en

cuenta

que,

dado

que

los

oradores

de

estos

discursos

mantienen entre sí un orden de intervención, los discursos pronunciados

posteriormente

son

en

parte

respuesta

a

los

pronunciados antes. Los discursos constituyen un entramado de interrelaciones y respuestas que los enlaza sobre la base de que

tratan

de

una

planteamientos

a

interdiscursivo

se

retóricas

en

las

misma

causa

y

propósito

de

produce

también

que

se

presentan aquélla.

pronuncian

en

diferentes El

las

diálogo

situaciones

discursos

de

género

deliberativo, los cuales tienen su principal realización en el espacio

político,

(Cazorla

1985),

sobre en

el

todo que

en

el

tienen

ámbito

parlamentario

lugar

sesiones

con

20

intervenciones de varios oradores pertenecientes a diversos grupos

parlamentarios.

En

el

ámbito

electoral

del

espacio

político el diálogo interdiscursivo no suele producirse en una misma situación retórica con la misma intensidad que en las sesiones parlamentarias, ya que lo más frecuente es que en un acto electoral intervengan oradores de la misma o parecida ideología; en este ámbito dicho diálogo puede extenderse a la relación

que

oradores

de

se

establece

distintas

entre

discursos

ideologías

en

pronunciados diferentes

por

actos

electorales. En las situaciones retóricas propias de discursos de género demostrativo o epidíctico también se da el diálogo interdiscursivo a partir de la relación entre los discursos que pronuncian los distintos oradores en un acto organizado para

conmemorar

un

hecho

histórico

o

celebrar

un

acontecimiento político; la trascendencia política de estos discursos hace que, a propósito de ellos, aunque no se tomen decisiones, se presenten, muy matizadas, las confrontaciones que

se

dan

entre

los

discursos

deliberativos

de

carácter

político. Son

de

gran

pluricomunicativa interrupciones

importancia

oral

que

de

la

oradores

que

en

esta

interacción no

están

en

organización retórica el

uso

de

las la

palabra llevan a cabo sobre el discurso del que son oyentes22. Las

intervenciones

de

los

oradores

están,

en

general,

perfectamente reguladas en las situaciones retóricas de los distintos

géneros;

hay

prohibición

explícita

de

las

23

interrupciones en el ámbito parlamentario , lo cual no impide que a veces se produzcan dichas interrupciones, de carácter 22

Sobre la interrupción conversacional, véase Bañón (1997); en la oratoria parlamentaria, véase Carbó (1992). 23 El Reglamento del Congreso de los Diputados prescribe: «Nadie podrá ser interrumpido cuando hable, sino por el Presidente, para advertirle que se ha agotado el tiempo, para llamarle a la cuestión o al orden, para retirarle la palabra o para hacer llamadas al orden a la Cámara o a alguno de sus miembros o al público» (Congreso 1982: artículo 70. 3).

21

excepcional salvo en algunos casos, como el de la oratoria parlamentaria mexicana entre 1920 y 1960, en la que, a pesar de estar prohibidas, son frecuentes y no son impedidas por la presidencia de la sesión (Carbó 1992: 25). Las interrupciones parlamentarias suponen una ruptura de los espacios reservados a los discursos y también de los discursos mismos, dentro de cuyos límites institucionales se sitúan de este modo voces que no son introducidas por los oradores que están pronunciando los discursos. Las interrupciones son posibles solamente en la oralidad de los discursos. La interacción retórica hasta ahora expuesta se produce entre

discursos

y

otras

formas

de

intervención

pública

de

índole oral. Una interacción relacionada con la retórica puede darse también con participación de lo oral y lo escrito, con respuestas discursos

no

sólo

orales,

retóricos.

Es

sino

lo

también

que

sucede

escritas,

cuando

un

a

los

discurso

retórico oral genera respuestas que se materializan en textos de crítica retórica, en textos periodísticos, en discusiones y comentarios

escritos,

etc.

La

estructura

dialogística

fundamental del lenguaje permite, por tanto, la combinación de intervenciones orales y escritas en una cadena de la que no están excluidas las respuestas que, a su vez, puedan darse, con discursos orales e incluso escritos, a los textos escritos que

han

sido

(Voloshinov

respuesta

1992:

a

los

132-133);

se

discursos llega

orales

así

a

iniciales

un

diálogo

interdiscursivo no exclusivamente retórico, no completamente retórico, pero conectado con la retórica. La

forma

más

inmediata

de

interacción

retórica

con

constitución de diálogo interdiscursivo plenamente retórico es la oral, en la medida en que las intervenciones de réplica, algunas de ellas por alusiones, se producen a continuación del discurso que las genera. De igual modo que el diálogo tiene su forma

inicial

y

básica

de

configuración

asociada

a

la

oralidad, este diálogo interdiscursivo, que no en balde se

22

establece sobre la dimensión dialéctica de la retórica, es también fundamentalmente oral. El

diálogo

interdiscursivo

formado

por

diferentes

discursos retóricos se asienta sobre un conjunto de relaciones semióticas

entre

los

mismos.

La

correferencia,

las

implicaciones pragmáticas y las relaciones intertextuales que se

dan

entre

los

distintos

discursos

contribuyen

al

establecimiento de un entramado interdiscursivo retórico que refuerza la constitución sintáctica, semántico-extensional y pragmática del discurso global que es este diálogo.

5. ORALIDAD

Y ESCRITURA EN EL MODELO RETÓRICO.

El modelo de la comunicación retórica, que cuenta con el hecho retórico como categoría global y con el texto o discurso retórico

como

categoría

central,

tiene

que

acoger

y

representar la comunicación oratoria (o comunicación retórica oral),

destacando

primaria,

junto

su a

carácter

secundario

retórico

se

comprehensivo

carácter

la y

de

comunicación

comunicación derivado

de

retórica la

plantea

así

como

modelo

de

distintas

formas

las

escrita,

primaria. general de

la

retórica

Un y

de

modelo global,

comunicación

dirigida a influir en los receptores: no sólo los distintos géneros retóricos, sino también las distintas modalidades de comunicación

basadas

en

la

oralidad

y

en

la

escritura

encuentran su lugar en dicho modelo, que tiene una estructura semiótico-textual

encuadrada

pragmáticamente

(Albaladejo

1987). La elaboración actual del modelo retórico exige tomar en consideración la evolución histórica de la retórica, con el fin

de

situar

diacrónicamente

las

realizaciones

orales

y

escritas de los discursos retóricos y las reflexiones teóricas sobre las mismas.

23

No obstante, esta atención a lo oral y a lo escrito no debe hacerse duplicando la organización y la constitución del modelo,

sino

centrando

el

modelo

en

la

oralidad

y

estableciendo las oportunas indicaciones en las categorías del hecho

retórico

a

propósito

de

su

posible

asociación

a

lo

escrito en relación con la clase y las características del discurso retórico. De este modo, la configuración primaria del modelo está fundamentada en la oralidad, dada la inscripción de ésta en la constitución original y básica de la retórica, y sobre

dicha

conmutación

configuración

que

permite

primaria

la

inclusión

se

establece

de

la

una

configuración

derivada o secundaria, de carácter escrito, de la retórica. Clave

para

el

establecimiento

de

dicha

conmutación

es

la

categoría canal de la comunicación, pues su doble situación en el eje oral y en el eje escrito, junto con la configuración del discurso, determina la condición oral o escrita del hecho retórico. Esta doble condición apoya la inclusión en el modelo retórico

de

perspectiva (Petöfi,

la

posibilidad

multimedial

Vitacolonna,

como

a

cura

de

asociación,

la

de

di,

la

dentro

textología

1996),

de

los

de

una

semiótica medios

de

comunicación de masas a las categorías del hecho retórico. La oralidad fundamental del modelo retórico debe ir acompañada de todos

los

factores

que,

unidos

a

aquélla,

condicionan

la

comunicación, como la inmediatez, la visualidad, etc. Por otra parte, el modelo tiene en cuenta las implicaciones que en el código tiene el hecho de que la comunicación y, por tanto, el discurso

retórico

factores

de

sean

oralidad

orales

que

o

influyen

escritos, en

el

así

discurso

como

los

retórico

escrito. La

oralidad

se

presenta,

pues,

como

un

cimiento

imprescindible del modelo retórico, que, para dar cuenta de las

distintas

también aquélla.

la

posibilidades

escritura,

así

comunicativas como

la

retóricas,

relación

de

acoge

ésta

con

24

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