REV. P JESÚS EMILIO RAMÍREZ, S.J. ( )

REV. P JESÚS EMILIO RAMÍREZ, S.J. (1904 - 1981.) Por: José Rafael Goberna, S.J. El P. Jesús Emilio Ramírez González, S.J. nació en Yolombó (Departamen

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REV. P JESÚS EMILIO RAMÍREZ, S.J. (1904 - 1981.) Por: José Rafael Goberna, S.J. El P. Jesús Emilio Ramírez González, S.J. nació en Yolombó (Departamento de Antioquia, Colombia) el 25 de abril de 1904. Fueron sus padres Dn. Emiliano Ramírez Arias, médico, y Dña. Sixta González y él fue el mayor de 10 hermanos, de los cuales cinco con él ingresaron en la Compañía de Jesús y una de sus dos hermanas se hizo religiosa. Su educación primaria la recibió en su pueblo natal y la secundaria la hizo en el Colegio de San Ignacio de Medellín, en donde se graduó de Bachiller. En 1919 entró en el Noviciado de la Compañía de Jesús en Chapinero, Bogotá, y aquí continuó luego del Noviciado los estudios de Humanidades y filosofía hasta 1926, en que se graduó en filosofía. A continuación fue enviado a los EE.UU. para estudiar ciencias en el Boston College (Weston, Massachusetts) y allí recibió el grado de M.A. (Master of Arts) en 1927. En este mismo año pasó a la Universidad de San Luis (Saint Louis University, Saint Louiss, Missouri) para hacer estudios de geofísica, recibiendo el grado de M.S. (Master of Science) en 1931. Con el fin de aprender también el alemán fue enviado seguidamente a hacer sus estudios sacerdotales de teología al Ignatiuskolleg en Valkenburg (Holanda); aquí se ordenó de sacerdote en 1934 y recibió el grado de Licenciado en Teología en 1935. Después de completar sus estudios sacerdotales en Bélgica, regresó en 1936 a la Universidad de San Luis para hacer el doctorado en ciencias geofísicas, el cual lo obtuvo en 1939 con su renombrada tesis sobre la naturaleza y origen de los microsismos mediante el método de estaciones tripartitas, orientada y dirigida por el célebre sismólogo jesuita James B. Macelwane, decano de la Escuela de Postgrado de la Universidad. Ya para esta fecha el nombre del P. Ramírez era bien conocido, sobre todo en el campo de la sismología, por los varios artículos de investigación, que había escrito y publicado en revistas nacionales y extranjeras y por las conferencias dadas en centros y academias científicas y por su asistencia como delegado de Colombia a reuniones internacionales (Congreso Meteorológico Internacional de Varsovia, 1935). De este modo cuando en 1938 en el apoyo del mismo P. Macelwane solicitó a varias organizaciones científicas su patrocinio tanto moral como económico para establecer en Bogotá una moderna estación sísmica sus más autorizados directivos se lo concedieron sin límites y la Carnegie Corporation de Nueva York le envió en 1939, el primer donativo económico para comprar los instrumentos sísmicos más modernos en esa época. Con esto se apresuró a encargar la construcción de los primeros equipos sísmicos para la proyectada estación. A mediados de ese mismo año, una vez terminados sus estudios de grado y obtenido el título de Ph. D. en geofísica, regresó a Colombia y se dedicó inmediatamente a preparar y dirigir la construcción del edificio, en que habían de colocarse los instrumentos sísmicos, que ya estaban en construcción. Este edificio, situado en la parte alta e los predios del Colegio de San Bartolomé La Merced, quedó concluido en 1941. Al mismo tiempo fueron recibiéndose e instalándose varios de los equipos encargados, de modo que el 21 de septiembre se pudo inaugurar oficial y solemnemente el "Instituto Geofísico de los Andes Colombianos" con las Secciones de Meteorología y Sismología bajo la atención del R.P.

Simón Sarasola como Director y el R. P. Jesús E. Ramírez como Subdirector; en 1943, debido al traslado definitivo del P. Sarasola a la Habana, fue el P. Ramírez nombrado como Director, cargo que desempeñó hasta su muerte. La actividad del nuevo Director no se redujo al mero trabajo diario y rutinario del Instituto Geofísico, sino que se extendió principalmente al profesorado y a la promoción de las ciencias sismológicas y geofísicas no solo en Colombia sino de un modo especial en toda Latino América. 1._ Actividad docente._ Ya durante sus estudios ejerció el profesorado de español y latín en el Saint Francis Xavier High School de Nueva York en 1927 y 1928. Fue instructor de geofísica en la misma Universidad de San Luis de 1937 a 1939. Después de su regreso a Colombia en 1939 fue profesor más de 20 años seguidos de diversas materias; durante los años de 1940 a 1960 desempeño con pequeñas interrupciones el cargo de profesor de física, de inglés y de francés en el Colegio de San Bartolomé La Merced; igualmente desde 1940 hasta 1956 fue profesor de mineralogía y ciencias en las Facultades Eclesiásticas de la Pontificia Universidad Javeriana desde 1945 organizó durante varios años cursillos de prospección geofísica para profesionales y en ese mismo año de 1945, al establecerse en la Universidad Nacional de Colombia el Instituto de Estudios Superiores, el P. Ramírez fue elegido como miembro fundador y a la vez nombrado conferencista de la misma Universidad; y cuando en ella se creó la Facultad de geología y geofísica en 1951 el P. Ramírez fue nombrado profesor ordinario de geofísica, cargo que desempeñó hasta 1960, en que tuvo que renunciar a él al ser nombrado Rector de la Universidad Javeriana. Por esta misma causa tuvo que renunciar a los demás puestos de enseñanza, pero sin embargo en los años posteriores por períodos más o menos largos siguió con frecuencia dando cursos regulares o seminarios y conferencistas sobre sismología y geofísica tanto en el mismo Instituto Geofísico como en las aulas de la Universidad Javeriana y de otros centros universitarios. Así al cesar en el cargo de Rector de la Universidad Javeriana aceptó la invitación de la fundación Ford para ser su profesor visitante desde marzo de 1968 hasta marzo de 1969 en la Universidad Católica del Perú en Lima; Igualmente fue uno de los profesores en el cursillo de formación de técnicos sismólogos celebrado en Fúquene en 1968; aceptó el cargo de profesor de geofísica en la Universidad Tadeo Lozano en 1969, que ejerció por unos dos años, y en la misma Universidad Javeriana participó en un curso especial para profesionales sobre ingeniería antisísmica en 1972. Con todo sus principales esfuerzos de dirigieron en gran parte a promover el desarrollo de la sismología y de la geofísica tanto en Colombia como en Latinoamérica. 2._ Promoción de la sismología y geofísica._ Al encargarse en 1943 de la Dirección del Instituto Geofísico continuó recogiendo la documentación histórica sobre los temblores ocurridos en Colombia desde los primeros años de la colonia, ampliando así el breve resumen, que había publicado ya en inglés en 1933; de ese modo los resultados llegaron a publicarse en varias ediciones de su historia de los terremotos en Colombia. Por otra parte ya en 1945 inició la formación de la Biblioteca de Geofísica colombiana en el Instituto Geofísico hasta convertirla en los años posteriores en la mejor se su clase en Colombia; el catálogo de las obras y trabajos sobre geofísica y geología de Colombia existentes en la Biblioteca del Instituto consta de varios

volúmenes, dos de los cuales han sido ya publicados. Como fruto de sus excursiones y de sus clases de mineralogía, formó también un pequeño museo con ejemplares de minerales seleccionados. En años posteriores el P. Ramírez continuó trabajando en la ampliación de la red sísmica de Colombia. Con el decidido apoyo económico de la Federación Nacional de Cafeteros logró en 1949 el establecimiento de la estación sismológica en la Finca Experimental del Café en Chinchiná (Departamento de Caldas); con igual apoyo por parte de la Dirección de Salinas del Banco de la República estableció en el mismo año la estación de Galerazamba en la costa Norte (Departamento de Bolivar). a) Con ocasión de la celebración del año Geofísico Internacional (Julio, 1957, a Diciembre, 1958) el P. Ramírez desarrolló una actividad extraordinaria en la planeación y ejecución del programa presentado por Colombia. Personalmente consiguió que los EE.UU. prestasen al Instituto Geofísico un equipo de radiosonda, modelo C-4, que se instaló en un edificio especialmente construido para este servicio dentro de los predios de la Universidad Javeriana y se mantuvo funcionando desde febrero de 1958 hasta de fines de 1967, colaborando con las demás naciones americanas en las investigaciones de la ionosfera. Cooperando igualmente con los servicios de los EE.UU. aceptó también el mantenimiento técnico de otro equipo de radiosonda, tipo Cossor, instalado en el aeropuerto de Cartagena desde 1961 hasta 1966. A estos estudios de la alta atmósfera añadió el P. Ramírez los de la atmósfera inferior mediante equipos analizadores de la contaminación ambiental, especialmente de las partículas radioactivas. Para eso cooperó con la Oficina Naval de Investigación de Washington (Office of Naval Research) manteniendo el funcionamiento de una bomba de aire con filtros adecuados para captar y retener las partículas radioactivas, que luego se analizaban y se determinaban su naturaleza y cantidad. Naturalmente que el mismo interés lo mantenía en mejoramiento del servicio sísmico, que necesitaba de un número mayor de estaciones, ya que las tres existentes no podían cubrir toda el área sísmica de la nación. Aprovechando, pues, la oportunidad de establecerse en la Isla del Santuario de Fúquene una serie de nuevos equipos para contribuir a las investigaciones internacionales del Año Geofísico Internacional el P. Ramírez logró que el Instituto Geográfico Militar instalase también una estación sismológica, aumentando así la red sísmica colombiana hasta cuatro estaciones. Claro está que aún así el número era insuficiente para llenar las necesidades de la nación; por lo tanto continuó manteniendo el esfuerzo por seguir ampliando la red sísmica de Colombia. Por este motivo en 1957 aprovechó la oportunidad de lograr que los EE.UU. incluyesen a Bogotá en su plan de establecer una red mundial de sismógrafos estandarizados y en 1962 la estación de Bogotá fue una de las primeras del sistema en ponerse al servicio internacional. A fines de 1961 una Comisión internacional de sismólogos de Suramérica recomendó el establecimiento por lo menos de dos estaciones sísmicas más en Colombia, una hacia el norte y otra hacia el suroeste de Bogotá. No fueron pocos los obstáculos que tuvo que vencer, pequeños los esfuerzos que tuvo que hacer, durante los años siguientes hasta establecer las dos estaciones recomendadas, una en Bucaramanga, como veremos más adelante, y la otra en Pasto.

Con el apoyo económico del Instituto Colombiano Agropecuario (I.C.A.) se pudo establecer en 1971 una nueva estación en su Finca Experimental de Obonuco al pie de la ladera del volcán Galeras en Pasto (Nariño); de este modo en 1972 la red sísmica de Colombia contaba con seis estaciones sísmicas permanentes. Sin embargo estos progresos todavía no llenaban las necesidades nacionales, ya que el desarrollo de construcciones tanto en edificios elevados como en represas hidrológicas estaba requiriendo los conocimientos de otros valores y parámetros sísmicos, tales como los valores de aceleración, de atenuación, riesgo sísmico, etc. La oportunidad de empezar a estudiar estos nuevos problemas se le presentó al P. Ramírez cuando en 1970 la Comisión de estudio del Canal Interoceánico terminó sus trabajos en Chocó y aprobó la entrega del grupo de acelerógrafos, que mantenía en varias ciudades de Colombia, al Instituto Geofísico para que continuase manteniendo su funcionamiento en las ciudades, que juzgase más adecuadas; anteriormente el Instituto había atendido el mantenimiento de esos equipos durante varios años para dicha Comisión, en las ciudades de Bogotá, Cali, Cartagena, Barranquilla, Montería y Medellín; desde entonces se han seguido manteniendo con el aporte económico de COLCIENCIAS en las principales ciudades anteriores. Con el fin de realizar varios proyectos de investigación en la región de Bucaramanga la OEA (Organización de Estados Americanos) financió la compra de equipos sísmicos para establecer dos nuevas estaciones temporales es esa región y con la ayuda económica de COLCIENCIAS se instalaron en 1974 las estaciones temporales de San Andrés y EL Centro (Departamento de Santander), que mantuvieron funcionando durante cinco años. Dadas las facilidades y el prestigio del Instituto Geofísico el U.S. Geological Survey (Servicio Geológico de los EE.UU) invitó al P. Ramírez a participar en el nuevo sistema de Observatorio de Investigación sísmica (S.R.O. = Seismic Research Observatories), que proyectaba establecer con los nuevos sismógrafos digitales en diversas naciones. Bogotá es la única estación de Latinoamérica, que pertenece a eta nueva red sísmica desde 1975. Naturalmente todo este aumento de instrumental sísmico en la estación de Bogotá requeriría nuevos locales y un aumento de personal; Tampoco el P. Ramírez dejó de luchar hasta ir consiguiendo ambos objetivos. Primero en 1967 construyó un edificio para la instalación de las Oficinas, Biblioteca y salón de conferencias al lado del antiguo edificio de la Iosonda en la parte alta de los predios de la Universidad Javeriana, pero muy pronto resultó totalmente insuficiente para el desarrollo del Instituto y así trató de conseguir ayuda económica de varias organizaciones para edificar una construcción mucho más amplia de dos plantas al lado de la anterior, de modo que pudiese contener tanto la Biblioteca como la Hemeroteca y la Mapoteca con el pequeño Museo mineralógico y al mismo tiempo la oficina de la Dirección y del personal técnico y administrativo junto con un taller de mecánica y garaje. b) Ciertamente todo lo anterior había requerido muchos esfuerzos y mucha constancia y los resultados eran considerados de gran importancia tanto para la nación como para diversos servicios internacionales; sin embargo su influjo para la promoción y el desarrollo de la sismología tanto en Colombia como en la América Latina era relativamente escaso. En cambio este influjo empezó a aumentar rápidamente a medida que el P. Ramírez fue conectándose con las organizaciones científicas tanto nacionales como internacionales y tomando parte activa en sus reuniones.

Durante sus estudios de postgrado precisamente por sus conferencias fue elegido miembro de la Academia de Ciencias de San Luis, Missouri, y de la Academia de Ciencias de Missouri; poco después como reconocimiento al mérito de sus investigaciones también el Capítulo de San Luis de la asociación científica del SIGMA XI lo eligió como miembro en 1945. Ya en Colombia muy pronto ingresó en la mayor parte de las organizaciones científicas nacionales, algunas de las cuales fue miembro fundador y llego a ser presidente de gran parte. La primera que lo recibió fue la Academia de Ciencias Matemáticas, Físicas y Naturales en 1944 y en los años posteriores prácticamente perteneció a todas las demás; la lista es numerosa. Aprovechando la oportunidad que le ofrecía la asistencia a las reuniones ordinarias, a los congresos y conferencias, con frecuencia presentaba ponencias, informes y proyectos de estudio e investigación sobre sismología y geofísica y también sobre otras ciencias, de modo que fue despertando el interés por ellas y logrando el apoyo y la cooperación para su difusión y promoción en el ambiente y en el medio científico colombiano. Pero a la vez se valió del mismo método para promover este interés en las demás naciones latinoamericanas. En este aspecto merece mención especial su asistencia como representante y delegado de Colombia a las reuniones y congresos de las organizaciones internacionales, en las que tomaba parte activa con sus informes, ponencias, proyectos e intervenciones para fomentar el desarrollo de las ciencias geofísicas sobre todo en los países andinos. Oportunidades como estas se le presentaron al asistir como delegado oficial de Colombia a la reunión mundial de Directores de los Servicios Meteorológicos celebrada en Washington en 1947 y como presidente de la Comisión colombiana a la Conferencia Regional del Hemisferio Occidental para el Año Geofísico Internacional en Río de Janeiro (Brasil) en julio de 1956; igualmente su asistencia como invitado especial de la UNESCO a la Reunión de Dirigentes de los Consejos de Investigación Científica de América Latina en Buenos Aires (Argentina) en julio de 1966; su participación activa en la Conferencia Panamericana sobre el Proyecto del Manto Superior de la Tierra en la Ciudad de Méjico en marzo de 1968 y en la Conferencia sobre Problemas de la Tierra Sólida celebrada en Buenos Aires en Octubre de 1970 para preparar el Programa Geofísico Andina. Naturalmente entonces ya o necesitaba ser representante o delegado de Colombia, pues era especialmente invitado por estas organizaciones internacionales a sus reuniones como consultor y asesor en sus proyectos y programas. En esta condición asistió a la reunión de los representantes de los países andinos y de los centros responsables del Proyecto Multinacional de Ciencias de la Tierra para el Programa Regional del Desarrollo Científico y Tecnológico de la OEA ( Organización de los Estados Americanos), celebrado en Lima en abril de 1971. Así fue su asistencia a las reuniones siguientes: a la del grupo de trabajo sobre el Perfil Sísmico al Sur del Perú, que fue ampliado a toda América del sur en marzo de 1972; a la de los presidentes de Geodinámica sobre la Placa de las Américas en Río de Janeiro en marzo de 1973; al XIII congreso Científico del Pacífico como miembro nacional del II Grupo de Trabajo del Comité Inter-Unión de Geodinámica, en Vancouver (Canadá) en Agosto de 1975. Por otra parte trataba de patrocinar y promover todo lo que sirviese para fomentar la sismología y la geofísica en Latinoamérica y en especial la formación de organizaciones científicas, que colaborasen eficazmente en estos programas. Por eso aceptó la invitación de la UNESCO para participar en la reunión de Expertos sobre la creación de un Centro Regional Latinoamericano de Sismología en Lima (Dic. 1963), en la cual se aprobó la

formación de dicho centro con el nombre de "CERESIS" (Centro Regional de Sismología para América del Sur), y en adelante no sólo participó activamente en sus asambleas sino que fue su presidente desde 1972 a 1975 y colaboró eficazmente en sus proyectos y programas de investigación. De igual modo intervino en la constitución de la Asociación Latinoamericana de Sismología e Ingeniería Antisísmica (ALSIA) en Santiago de Chile en 1961 y en la formación de la Asociación Latinoamericana de Geofísica en Madrid (1979) lo mismo que en la Asociación de Editores de Ciencias (1976), haciéndose miembro fundador de ellas. Aunque no pertenecen al campo de la sismología y geofísica, sin embargo no podemos menos de destacar aquí su extraordinaria actividad en el campo educativo, especialmente durante el tiempo de su Rectorado de la Universidad Javeriana (1960 a 1966), manifestaba tanto en la ampliación de la planta física y en la creación de varias facultades como en la asistencia y participación en las Asambleas y Conferencias de las organizaciones universitarias tanto nacionales como internacionales. Muy larga es la lista de las reuniones, asambleas, congresos, seminarios, de diversas asociaciones y organizaciones científicas y educativas de muy variadas materias, a las que asistió y en las que participó activamente ya como delegado y representante oficial de Colombia o ya como especialmente invitado por las mismas organizaciones. No era, pues, nada extraño que muchos profesionales tanto del extranjero como nacionales le consultasen frecuentemente sobre problemas científicos o programas de investigación proyectados para Colombia y que tratasen de conseguir su colaboración en muchos de ellos. Claro está que toda esta actividad y participación en las reuniones, asambleas y conferencias de las organizaciones regionales e internacionales tuvo un extraordinario influjo en la promoción de la sismología geofísica en los países latinoamericanos, sin embargo este influjo dependía y estaba basado en gran parte en el prestigio y aprecio científico, de que el P. Ramírez gozaba en el mundo científico sobre todo por sus investigaciones y publicaciones. 3._ Investigación._ a)_ Durante sus estudios de postgrado cooperó en las investigaciones, que sobre las oscilaciones atmosféricas y sus relaciones con las oscilaciones sísmicas se estaban realizando en la Universidad de San Luis bajo la dirección del P.J.B. Macelwane, decano del "Graduate School" y director del " Instituto of Geophysics", y quien para ellas había diseñado el "microbarógrafo electromagnético ". Estas investigaciones sirvieron de fundamento al P. Ramírez para desarrollar bajo la orientación del mismo P. Macelwane la que había de tener más resonancia por su aplicación posterior, tal fue la que realizó en 1938-1939 con trabajo de tesis para su doctorado en geofísica. En ella mediante el método llamado de "estación tripartita", propuesto por el P. Macelwane, llegó a la conclusión de que los microsismos no eran ondas estacionarias sino ondas viajeras y en gran parte producidas por tormentas atmosféricas, de cuyo centro proceden y con él se trasladan y cambian de dirección, la importancia de este resultado se manifestó cuando a partir de 1943 el Servicio Aerológico Naval de los EE.UU. (U.S. Naval Aerological Service) aplicó este método para determinar la posición y traslación de los huracanes del Atlántico y de los ciclones del Pacífico, especialmente durante los años de la guerra mundial.

Sin embargo esta misma aplicación descubrió en los años posteriores que el proceso era mucho más complejo de lo que parecía no sólo por el movimiento de los centros atmosféricos sino sobre todo por la multiplicidad de las ondas producidas y la naturaleza del medio por donde pasaban. Esto hizo que durante los años siguientes se multiplicasen y ampliasen los estudios y las investigaciones sobre las diversas clases de ondas, que constituían los microsismos. Como consecuencia la Oficina Naval de Investigaciones (Office of Naval Research) contrató en 1948 con la Universidad de San Luis un nuevo proyecto de investigación sobre el origen y la naturaleza de otra serie de ondas microsísmicas de período de 0.2 a 0.5 segundos, que con frecuencia se presentaban superpuestas a las ordinariamente producidas por los huracanes y los ciclones. A la vez se investigarían el origen y la naturaleza de las oscilaciones atmosféricas y su relación con las oscilaciones microsísmicas, cuyo estudio ya se había empezado en 1937 y 1938. Naturalmente el P. Ramírez fue invitado a formar parte del grupo, que iba a desarrollar estas investigaciones. Con una beca de la Fundación Simón Guggenheim pasó en San Luis un año (marzo, 1947- marzo, 1948) trabajando es este proyecto. Durante varios años siguió manteniendo su interés en estas investigaciones, escribió numerosos artículos y dio muchas conferencias sobre sus resultados y en 1952 participó en un Simposio sobre Microsismos, celebrado en Nueva York con el patrocinio de la Oficina Naval de Investigaciones, de la División de Investigación Geofísica de la Fuerza Aérea y del Consejo Nacional de Investigación de los EE.UU. Por igual motivo durante el año Geofísico Internacional prestó especial atención a las observaciones de los microsismos, registrados en las estaciones sísmicas colombianas y luego publicados en los Boletines del Instituto correspondiente a 1958. b)._ Sin embargo en adelante fue prestando cada vez más atención a otros campos de investigación relacionados con la sismología. Al regresar de los EE.UU. en 1939 y encargarse de las clases de física en el Colegio de San Bartolomé y luego de ciencias en la Universidad Javeriana planeó y realizó una serie de excursiones científicas con sus alumnos por varias regiones interesantes del país. En 1940 con un grupo de alumnos escaló la cima del Nevado del Cocuy (Boyacá) y en 1941 ascendió el Nevado del Tolima; en 1945 exploró el Volcán Ruíz (Caldas). Posteriormente tuvo oportunidad de visitar otros volcanes, como el Galeras en 1958 y los volcancitos de lodo de Galerazamba (Atlántico) en 1948. Durante estos mismos años realizó varias excursiones geológicas a diversas regiones no lejanas de Bogotá, también con grupos de alumnos como prácticas de clase. Tuvieron especial importancia las verificadas en 1955 por regiones más lejanas en busca de minerales radioactivos, para lo cual había adquirido detectores de esta clase de minerales. Con varios ingenieros hizo en 1953 una exploración de la cueva de los Guácharos en el Departamento del Huila. Anteriormente también con ingenieros había realizado en 1946-1947 una investigación sísmica sobre las vibraciones producidas en las calles de Bogotá por el tráfico de buses y trolleys con el fin de tratar de eliminar o aminorar el daño causado a los edificios y a las calles Cuando se presentó a la investigación internacional el Proyecto del año Geofísico el P. Ramírez no sólo se interesó por su promoción y ejecución en Colombia, para lo cual fue nombrado presidente de la Comisión Nacional de Colombia, sino que cooperó muy

activamente con las organizaciones internacionales, asistiendo a sus reuniones y tomando parte en la realización de los programas y proyectos generales. A partir de 1965 circunstancias especiales hicieron que el P. Ramírez se interesase e intensificase cada vez más su esfuerzo por promover las investigaciones sísmicas y geofísicas en la Nación. Sismólogos y científicos extranjeros se interesaron en el estudio de los numerosos sismos, que estaban ocurriendo al sur de Bucaramanga y buscaron la cooperación del Instituto Geofísico para un proyecto de investigación intensiva de este fenómeno, notado hacia algún tiempo por Sismólogos extranjeros. A pesar de los intentos realizados durante los cuatro años siguientes para obtener y asegurar el apoyo económico de algunas instituciones extranjeras para conseguir la compra de los equipos necesarios, que permitieran montar por lo menos dos estaciones sísmicas en el Departamento de Santander para investigar el origen y la naturaleza de ese notable aumento de sismicidad, no fue posible conseguirlo. Con todo el P. Ramírez ni se desanimó ni desistió del proyecto por la importancia, que le concedía a la realización de esa investigación, sobre todo cuando el 29 de julio de 1967 un terremoto de magnitud 6.0 causó en la región 20 muertes, más de medio centenar de heridos y de 10 millones de pérdidas. 2) Como resultado del apoyo financiero ofrecido por la O.E.A. (Organización de Estados Americanos) en la reunión de Lima de 1971 para fomentar las investigaciones sísmicas en Latinoamérica y mejorar las estaciones sísmicas existentes y establecer algunas más, con este apoyo el P. Ramírez obtuvo la aprobación de un proyecto de investigación sísmica en cooperación con el Instituto Sismológico de Caracas (Observatorio Cajigal) sobre el origen y naturaleza de la sismicidad en los Santanderes y zonas próximas de Venezuela. De ese modo se consiguieron nuevos equipos y con el valioso patrimonio de la Universidad Industrial de Santander y de COLCIENCIAS y el gentil ofrecimiento de INCORA se pudo establecer de nuevo en 1972 la estación de Bucaramanga en la Finca de Llano Grande al sur de Girón. Con esto se establecía la base para realizar en los años siguientes varios proyectos de investigación. c)._ Pero para entonces estaban ya muy adelantados los preparativos para otra serie de investigaciones todavía más importantes y extensas. En efecto ente los proyectos, que se estaban realizando intencionalmente en el campo de la geofísica por recomendación de la Comisión Internacional de Geofísica para el estudio y conocimiento del Manto Superior de la Tierra, se encontraba la ejecución de perfiles y geotraversas geofísicas. Como contribución a este esfuerzo internacional las instituciones científicas americanas acordaron en las reuniones de Lima (septiembre, 1966) y Méjico (marzo, 1968) llevar adelante un proyecto de investigación sobre los Andes Centrales, llamado "Programa Geofísico Andino, que luego fue extendido a toda la América, y entre cuyos temas estaba la ejecución de dos perfiles o traversas geofísicas al sur del continente. Naturalmente el P. Ramírez, que participó en varias de estas reuniones internacionales, trató de realizar también en el sur-oeste de Colombia una investigación similar, movido sobre todo por las nuevas teorías de las placas tectónicas, que presentaban una aplicación novedosa a la estructura geofísica de esa región. Aprovechando varias visitas a Alemania propuso a los Directores de los Institutos Geofísicos de Frankfurt, Gotinga y Hamburgo la realización de un proyecto de refracción sísmica en la región suroeste de Colombia; a pesar de que esas instituciones aprobaron el proyecto y estaban dispuestas a cooperar en su ejecución e incluso algunos de sus directivos vinieron a Colombia en 1970 para inspeccionar la región y estudiar las facilidades para su realización, tampoco fue

posible obtener y asegurar el apoyo financiero necesario; en vista de esto el P. Ramírez buscó el apoyo necesario en los EE.UU. y fue el Director del Departamento de Magnetismo Terrestre de la Carnegie Institución de Washington, Dr. L. Tholas Aldrich, quien lo patrocinó y quien consiguió la cooperación de varias Universidades e Instituciones científicas y el apoyo económico de la National Science Foundation de los EE.UU. Por parte de Colombia fue el P. Ramírez quien consiguió el patrocinio económico de COLCIENCIAS, del Instituto Geográfico Agustin Codazzi y de otras Instituciones nacionales y extranjeras lo mismo que la colaboración técnica y logística de varias Universidades y otras organizaciones tanto de Colombia como de Ecuador, Perú e incluso de la Universidad de Kiel (Alemania). De este modo se pudo realizar de febrero a marzo de 1973 el trabajo de campo del gran proyecto cooperativo multinacional, conocido con el nombre de PROYECTO NARIÑO, en el que trabajaron más de 70 científicos y técnicos de 7 instituciones extranjeras y de 9 colombianas para atender 35 estaciones sísmicas portátiles, con las cuales se registraron 60 fuertes explosiones y 200 más pequeñas hechas en el mar y en tierra. Los principales resultados de estas investigaciones se publicaron en diversas revistas científicas extranjeras y luego se recogieron en una publicación del Instituto Geofísico, editada por el P. Ramírez y el Dr. Aldrich. Como suele ocurrir una investigación sobre un problema o una materia suscita nuevos problemas y nuevas incógnitas y así ocurrió también en este caso; lo cual dió motivo tanto al P. Ramírez como a otros científicos anteriores para seguir promoviendo nuevas investigaciones sobre los problemas suscitados por las anteriores. Así, se proyectó la siguiente, llamada Nariño II, orientada a hacer “estudios sobre la estructura de los Andes occidentales en Colombia, especialmente sobre las zonas de baja velocidad y obducción” para resolver la ambigüedad de interpretación entre el grupo de la Universidad de Wisconsin y el de la Universidad de Kiel, que había planteado el Nariño I. No tenía la misma extensión ni tampoco tomaría parte tanto número de técnicos y organizaciones ni la misma cantidad de instrumentos, sin embargo no por eso era menos importante ni tenía menos interés. Fue también patrocinada por COLCIENCIAS, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y por supuesto por el Instituto Geofísico lo mismo que por la Universidad de Wisconsin, apoyada económicamente por la National Science Foundation. Durante los meses de Agosto, Septiembre, Octubre y parte de Noviembre de 1976 y bajo inmediata dirección del P. Ramírez y el Dr. R.P. Meyer de Wisconsin, se realizó una serie de explosiones a lo largo de tres perfiles en el Departamento del Valle y de uno en el Departamento del Valle y de uno en el Departamento de Santander con 8 unidades sísmicas, equipadas cada una con tres sismómetros portátiles. Además en Bucaramanga con los mismos equipos situados en un círculo de 200km de diámetro, se observaron durante cinco días los sismos naturales de la región y un perfil, dirigido hacia el norte, con explosione en la cantera de Cementos Diamante. También en esta ocasión los problemas geotectónicos sin resolver eran numerosos y por lo tanto requerían nuevos estudios y nuevas investigaciones. De este modo las mismas entidades continuaron promoviendo nuevas investigaciones y así se llegó a concretar otro proyecto de mayor extensión y magnitud, en el cual volvieron a participar algunas de las instituciones del Nariño I y alguna otra nueva, utilizándose ahora también métodos magnéticos y sísmicos de refracción profunda, para conocer mejor las estructuras geofísicas y geológicas del occidente colombiano como continuación de los proyectos

Nariño I y II. En proyecto, denominado Nariño III, participaron 20 científicos de Alemania, Estados Unidos y España y unos 24 de Colombia y numerosos auxiliares de campo. La financiación esta vez fue conseguida por los mismos patrocinados por diversas instituciones de sus naciones; durante el mes de marzo y parte de abril de 1978 se realizaron 78 explosiones en el mar y 10 en tierra, registradas por 21 sismógrafos portátiles manejados por otros tantos grupos de técnicos dirigidos por el P: Ramírez y el Dr. R.P. Meyer. Mientras se analizaron y correlacionaron los datos obtenidos el P. Ramírez con el Dr. Meyer fueron preparando un nuevo proyecto cooperativo con el que se pudiesen continuar las investigaciones, que se habían hecho anteriormente sobre el “nido” de sismos del sur de Bucaramanga, y sobre todo que permitiese descubrir la correlación entre las estructuras de la región y las del occidente colombiano. Con el nombre de “Continuación del Estudio de la Zona Sísmica de Bucaramanga, Colombia”, que se consideró como Nariño IV por extenderse hacia la región occidental con el fin de estudiar la relación estructural de ambas regiones, se organizó este nuevo proyecto con el patrocinio la financiación de COLCIENCIAS y el National Science Foundation. En este caso el proyecto pretendía estudiar las estructuras geofísicas y geológicas mediante la propagación de las ondas sísmicas, provenientes de los temblores naturales y registradas en sismógrafos portátiles, situados a distintas distancias y azimutes durante varios meses; el trabajo de campo se ejecutó durante ocho semanas en los meses de junio, julio y agosto de 1979 con 13 sismógrafos portátiles en unión de las ocho estaciones colombianas. A los pocos meses de terminados estos trabajos ocurrieron los dos destructores terremotos, que causaron graves y lamentables daños en el occidente colombiano. Estos desgraciados sucesos ofrecieron al P. Ramírez una nueva oportunidad para desplegar su espíritu de investigación, promoviendo y organizando programas de estudio y grupos de profesionales, que se comprometiesen a realizarlos, en especial sobre las causas y efectos del gran terremoto y tsunami de Tumaco (Diciembre, 12, 1979). También en esta ocasión logró el apoyo económico tanto de la UNESCO y del CERESIS como de la Universidad de Wisconsin, la cual envió técnicos y varios sismógrafos portátiles para registrar durante un mes con la colaboración logística del Instituto Geográfico Agustín Codazzi las réplicas en diversos puntos de Nariño, Cauca, Valle y Ecuador. Con el fin de estudiar los cambios, que el terremoto hubiera causado en el fondo del mar alrededor del epicentro procuró promover la realización de otro proyecto de refracción sísmica en la región marina y terrestre del suroeste colombiano con la cooperación de otras instituciones tanto nacionales como extranjeras pero ya no logró ver realizado este nuevo esfuerzo. d). OTROS PROYECTOS .- Teniendo en cuenta lo demorado y engorroso que son los trámites de preparación, presentación, aprobación e implementación de estos proyectos y de las necesarias importaciones y exportaciones de tantos equipos y materiales extranjeros, pudiera suponerse que la realización y atención de tantos proyectos mantendrían totalmente ocupado y absorbido al P. Ramírez, sin embargo todavía sacaba tiempo y energía para promover, proyectar y ejecutar otras investigaciones. Entre ellas es necesario mencionar por su importancia el proyecto “Multinacional Geo-científico de Colombia y Venezuela sobre los Andes del Norte”, realizado de 1974 a 1976 con el aporte financiero de la O.E.A. (Organización de Estados Americanos) y de COLCIENCIAS con el fin de estudiar simultáneamente la sismicidad de las regiones sísmicas de ambos lados de la frontera próximas a la falla de Boconó y al nido sísmico de Bucaramanga.

De gran importancia fue igualmente el proyecto multinacional, denominado SISAN (“Sismicidad de los Andes del Norte”), desarrollado también simultáneamente por Colombia, Bolivia, Ecuador y Perú en 1975 –1978 con el aporte financiero de la O.E.A. y de COLCIENCIAS mediante el cual se trató de dar un primer paso en el mejoramiento del servicio sismológico latinoamericano y de recoger el mayor número de datos sísmicos para poder preparar el mapa de riesgo sísmico y el código de construcciones sismoresistentes en las naciones participantes. La realización de este proyecto, aunque limitada, abrió el camino para la preparación de otro más amplio y extendido a casi todas las naciones sur-americanas y que con el nombre de SISRA (“Riesgo Sísmico de la Región Andina”) fue aprobado en 1980 por todas las naciones, miembros del CERESIS y que actualmente está siendo financiado por los EE.UU., el CERESIS y las naciones participantes, después de varios años de esfuerzos por conseguir la financiación necesaria. Tampoco en este el P. Ramírez pudo ver la realización de este proyecto, al que había consagrado grandes esfuerzos y esperanzas. Aunque no intervino personalmente en la implementación del proyecto de investigación sobre la “geoconductividad eléctrica” de la región suroccidental de Colombia, sin embargo lo apoyó decididamente y colaboró de varias maneras en su ejecución, la Carnegie Institution de Washington había realizado una serie de estudios sobre la geoconductividad eléctrica en las capas superiores de la corteza terrestre en la región central de suramérica con el fin de investigar no sólo su naturaleza sino sobre todo su relación con las corrientes eléctricas de la alta atmósfera. Para extender estos estudios a la región norte del “ahorro eléctrico” (electrojet) de la alta atmósfera ecuatorial, el Director del Departamento de Magnetismo Terrestre de la Carnegie Institution de Washington, Dr. Th. Aldrich, preparó un programa de investigación de la geoconductividad eléctrica en el suroeste colombiano mediante el empleo de dos variógrafos magnéticos. Con la colaboración del Instituto Geográfico “Agustin Codazzi” , del Instituto Geofísico (Universidad Javeriana) y del Instituto Geofísico del Perú, el Dr. Clemente Garavito, director del Planetario Municipal de Bogotá se encargó de la adecuada ubicación, instalación, mantenimiento y observación de estos equipos, situados cerca de Palmira y de Buenaventura durante los meses de febrero a septiembre de 1976. 4.- PUBLICACIONES.- Es natural que este prestigio y aprecio tanto dentro como fuera de Colombia se debiera en gran parte a sus escritos y publicaciones, pues los medios que el hombre tiene para trasmitir a otros tanto sus ideas y conocimientos como su entusiasmo y aliento, son no sólo la palabra hablada por medio de clases, conferencias, sino también la palabra escrita. El P. Ramírez estaba muy consciente de esto y por lo mismo junto con sus múltiples trabajos de clases, conferencias y conversaciones, no dejó pasar ocasión de escribir y publicar informes y ponencias en la mayor parte de las numerosas reuniones, asambleas, seminarios y congresos, a que asistió, sino también artículos y monografías en gran número de revistas y publicaciones tanto nacionales como extranjeras. Prueba de ello es el centenar y medio de títulos de trabajos publicados, que forman su bibliografía, y algunos otros de conferencias sin publicar. El principal objetivo era tratar de difundir tanto en Colombia como en las demás naciones americanas los conocimientos sobre sismología y geofísica y a la vez despertar y promover el interés y crear el ambiente sobre estas materias e investigaciones. Como consecuencia, a pesar de la gran variedad de temas tratados en sus escritos, una gran mayoría trata sobre materias y problemas de sismología y geofísica. Por lo mismo

sus temas no son de profunda y extensa investigación, sino más bien temas ocasionales de difusión y exposición para poner al entendimiento del público los tópicos del momento. Así, fuera de las obras de mayor volumen y extensión, como su investigación para el doctorado, las “Nociones de Prospección Geofísica” con el Dr. Luis G. Durán, la “Historia de los Terremotos en Colombia” y la “Bibliografía de Geología de Colombia” y su “Primer Suplemento…”, sus demás publicaciones son monografías y trabajos cortos sobre sus excursiones, sobre temblores del momento, sobre informes y ponencias para congresos y reuniones científicas, discursos para actos académicos, resultados de investigaciones etc. Bastantes de ellos están publicados en inglés en revistas y publicaciones extranjeras, buscando la mayor divulgación. 5). RECONOCIMIENTO Y HONORES Ciertamente el nombre y los trabajos del P. Ramírez y sus investigaciones eran casi más conocidos y estimados en el mundo científico extranjero que en el nacional. Por eso gran parte de los científicos y profesionales extranjeros, que venían o pasaban por Colombia, no dejaban de visitar el Instituto Geofísico para obtener información y asesoría del P. Ramírez o para consultar y discutir con él programas y proyectos de investigación sobre materias y problemas relacionados con la sismología, la geología. La minería, las construcciones de represas, carreteras y edificios altos, etc. Y no pocas veces incluso para buscar su colaboración en los proyectos de investigación en estas materias. Pero además era especialmente apreciado en las instituciones científicas tanto nacionales como internacionales, de muchas de las cuales era miembro y representante oficial de Colombia. Por eso muchas veces ya no necesitaba ser representante oficial de Colombia para asistir a sus reuniones y asambleas, sino que era personalmente invitado para participar activamente en ellas y esto aún tratándose de instituciones y organizaciones internacionales, a las que Colombia no estaba adherida ni tampoco tenía representación en ellas. Así en 1954 fue invitado a dar una serie de conferencias sobre sus investigaciones en la Universidad Nacional de Santo Domingo, República Dominicana; igualmente en 1954 y 1956 fue invitado por el Director del Observatorio Cajigal en Caracas para asesorarlo en el montaje de varios equipos sísmicos y dar varias conferencias. Pero sobre todo fue invitado a participar en la Conferencia Mundial de Ingeniería Sísmica en San Francisco, en 1956; al Simposio Interamericano sobre los Usos Pacíficos de la Energía Nuclear en Brookhaven (U.S.A., 1957); al Seminario Regional (Latinoamericano) sobre Sismología y Construcciones antisísmicas en Santiago de Chile (1961); a la Reunión de Especialistas en Sismología, convocado por la UNESCO en París (1962); a la XVII Asamblea General de la Asociación Internacional de Sismología Física del Interior de la Tierra en Lima (1973); al Segundo Congreso Latinoamericano de Geología en Caracas (197 ); al Seminario sobre Riesgo Sísmico y Volcánico en Costa Rica (1975); al XIII Congreso Pacífico de Ciencia en Vancouver (Canadá, 1975); a la XVI Asamblea General de la Unión Internacional de Geodesia y Geofísica en Grenoble (Francia, 1975); y varios otras de menor importancia y significación. No es, pues, extraño que fuera también invitado de un modo especial por Gobiernos extranjeros a visitar sus principales centros científicos y también por varias organizaciones científicas. Así fue invitado a la celebración del Bicentenario de la Smithsonian Institution de Washington en 1965; a la celebración del Sesquicentenario de la Sociedad Geográfica de Francia (París, 1971). Por el Gobierno alemán fue invitado a la celebración del Bicentenario del nacimiento de Humboldt en 1969 y por la Academia de Ciencias a visitar varios centros científicos de Alemania; lo mismo por la Academia de

Ciencias de la U.R.S.S. los de Rusia y por el British Council a visitar los de Inglaterra y finalmente con un grupo de sismólogos de Sur América a visitar los de China continental. CONDECORACIONES Y HONORES En vista de la labor desarrollada tanto personal como institucional y de los servicios prestados en el orden científico y social era muy lógico y natural que fuera premiado y condecorado muchas veces tanto en Colombia como en otras naciones. En Colombia se le condecoró oficialmente con la Orden de San Carlos en el grado de Oficial (1967), con la Gran Cruz de la Orden al Mérito Julio Garavito (1971), con la Medalla Guillermo Lee Stiles del Ministerio de Comunicaciones (1972) y con la Medalla Cívica “Camilo Torres” (1973). Igualmente instituciones particulares le otorgaron sus máximos honores; la Sociedad Colombiana de Ingenieros, de la que había sido presidente, le honró con la condecoración “Francisco José de Caldas” (1964) y el Colegio Máximo de las Academias le condecoró con Medalla del Patronato Colombiano de Artes y Ciencias (1964). Instituciones extranjeras reconocieron también sus méritos confiriéndole diversos honores; entre merecen citarse el nombramiento de “Comendador en la Orden de las Palmas Académicas” (Commandeur dans l’Orden des Palmes Académiques) hecho por el Ministerio de Educación Nacional de Francia y presentado por el mismo presidente Gral. Charles de Gaulle durante su visita a Colombia, el “Premio Latinoamericano Provincia Santa Fe 1969 y Medalla de Oro en Ciencias de la Tierra” por la Argentina (1970); el Premio Regional de Simología para América Latina (CERESIS) y ya como honor póstumo, que no llegó a recibir, la Academia Cosmología Nova de Munich (Alemania, 1980) le otorgó poco antes de su muerte la “Nicolaus Copernicus Medaille” por sus servicios en la conservación de la herencia Humboldtiana en Colombia. Finalmente su nombre pasa a la historia de las Ciencias de la tierra no sólo de Latinoamérica sino del mundo al haber sido incluida su biografía en el Director Biográfico de J. Cattell “American Men of Science” desde 1964 y en el “WHO’s Who in the World” (1971-1972); ademas fue incluida en la obra alemana “International Prominenz, Ausgabe:Tatoinamerika” (1965) y por la UNESCO en “Instituciones Científicas y Científicos Latinoamericanos”, obra publicada por el Centro de Cooperación Científica para América Latina (Montevideo, 1965). ULTIMOS AÑOS._ La actividad desplegada constantemente por el P. Ramírez fue extraordinaria y siempre parecía incansable; su excelente salud ciertamente le favoreció y por lo mismo mientras estuvo al frente del Instituto Geofísico pocas veces suspendió sus trabajos y quehaceres diarios para tomarse un descanso algo prolongado. La primera enfermedad seria se le presentó en 1978, ya a la edad de 74 años, en forma de oclusión intestinal de carácter maligno, que le obligó a someterse a una delicada operación quirúrgica, cuyo tratamiento le duró bastantes meses; a pesar de las molestias correspondientes, tan pronto pudo moverse, no dejó de asistir diariamente temprano a su oficina en el Instituto. En el mes de enero de 1979 un accidente automovilístico vino a aumentar sus molestias anteriores con la ruptura de una pierna, que lo hizo regresar al hospital y someterse a una nueva operación quirúrgica, que le imposibilitó para caminar durante varios meses; pero

también ahora tan pronto pudo caminar apoyado en un bastón volvió a ocupar su puesto de trabajo en el Instituto. Suficientemente repuesto de estos quebrantos no dudó en tomar parte en la visita a las instituciones sismológicas de la China Continental realizada a fines de Agosto y principios de Septiembre por un grupo de sismólogos de varias naciones suramericanas. Sin embargo a pesar de la aparente mejoría y sensible restablecimiento el cáncer siguió minando rápidamente su fortaleza y afines de Agosto de 1980 los malestares intestinales le obligaron a someterse a un nueva operación de reconocimiento quirúrgico, el cual puso de manifiesto la avanzada invasión del mal, que los médicos diagnosticaron como irreversible. A pesar de una rápida y aparente recuperación a fines de Septiembre la metástasis se presentó con fuertes dolores en el hombro y brazo izquierdo, haciéndosele difícil y doloroso su movimiento. A partir de este momento, aunque su ánimo no decayó, su actividad necesariamente tuvo que reducirse; siguió yendo al Instituto por las mañanas durante un par de horas. Terminó la preparación de un trabajo, que había ofrecido presentar para el Seminario de Riesgo Sísmico, convocado para mediados de Octubre en San Juan (Argentina); sin embargo ya no se sintió con fuerzas para viajar tanto a la reunión oficial del CERESIS, cuyo representante oficial de Colombia era, ni tampoco al Seminario para el que había preparado el trabajo prometido. Lentamente pero irremediablemente su salud iba empeorando y los malestares intestinales eran cada vez más frecuentes y serios, acompañados de caídas de tensión. A fines de Noviembre en uno de esos trastornos creyó llegado su fin y de manos de su hermano P. Emilio recibió el Sacramento de los enfermos durante la concelebración eucarística. Con todo logró reponerse un poco y durante varios días todavía se presentó en el Instituto dirigió la preparación de la fiesta de aguinaldo, que desde muchos años atrás solía ofrecer a los empleados con sus esposas e hijos pocos días antes de las Navidades; a pesar de su visible decaimiento hizo el esfuerzo de estar presente en esta celebración el día 19 de Diciembre; sin embargo todos se dieron cuenta de su mal estado de salud y que su ánimo no era de fiesta, pero no se imaginaron que su fin estuviera tan cerca y que esa fuera la última vez, que lo veían con vida. En efecto, ese fue el último día que estuvo en el Instituto; los días siguientes continuó comunicándose ocasionalmente por teléfono desde su habitación en San Bartolomé La Merced; aunque solía salir algunos ratos a pasear a la azotea, sus fuerzas se iban agotando sensiblemente por las dificultades en alimentarse y así hasta esta distracción tuvo que suspenderla a fines de Diciembre. Su cabeza en cambio se mantuvo despejada y consciente durante todo el tiempo, pero en los últimos días empezó a sentir dificultad en hablar; el 2 de Enero me llamó por teléfono para decirme algo, que no pude entender bien; al día siguiente por la mañana decidí ir a verlo para aclarar lo que había querido decirme, pero al llegar a San Bartolomé hacia las 11 y media me informaron que hacía casi una hora que había tenido una fuerte baja de presión, de la que estaba recobrándose. Entré a su habitación y lo encontré a pie, pero muy fatigado y con gran dificultad para hablar; lo ayudé a echarse en la cama y me despedí; esa fue también mi última despedida en vida, pues a los dos días cerca de las 11 y media de la mañana su vida se extinguió tranquilamente. Pocas veces durante su enfermedad se le notaron manifestaciones de dolor y cuando se le preguntaba si sentía fuertes dolores, siempre contestaba que no. Las exequias se celebraron a mediodía del 6 de Enero en la Iglesia de la Soledad y a pesar de ser día de fiesta y temporada de vacaciones, por lo cual el anuncio de su

muerte fue poco conocido, la asistencia fue concurrida y un buen grupo de sus amistades y antiguos discípulos acompañaron sus restos hasta el cementerio central. Posteriormente fueron llegando las múltiples y sentidas manifestaciones de condolencia a medida que la noticia de su fallecimiento iba siendo conocida por las numerosas instituciones, a que pertenecía, y por las amistades y conocidos tanto de Colombia como de muchas naciones extranjeras. BIBLIOGRAFIA Ramírez, J.E., (1931) “The Earthquakes of August 29 and September 1, 1930, in the New Madrid Region”. Bull. Seism. Soc. Am., Vol. 21, No. 2, 159 – 167. Ramírez, J.E., (1933) “Earthquake History of Colombia” Bull. Seism. Soc. Am., Vol. 23. No. 1, 13 – 22. Ramírez, J.E., (1935) “Boletin de Sismología” Revista Javeriana. T4 No 20., 343 – 355. Ramírez, J.E., (1937) “Microbarographic Oscillations” Proceedings of the Missouri Academy of Sciences. Vol. 3, 132. Ramírez, J.E., (1937) “Recent Seismic Activity in the Departamento de Nariño, Colombia” Bull. Seism. Soc Am., Vol. 27 No. 3, 211 – 223. Ramírez, J.E., Macelwane J.B., (1938) “The Electromagnetic Microbarograph and its Performance”. Transactions American Geophysical Union, Washington. 19th Annual Meeting, 125 – 128. 1938. Ramírez, J.E., (1938) “Algunas Notas sobre el Terremoto Colombiano de 4 de Febrero de 1938” Revista Javeriana. Bogotá. T. 9 No, 45. 340 – 344. Ramírez, J.E., (1938) “The Colombian Earthquake of February 5, 1938”. Earthquakes Notes. Vol 10, Nos. 1 – 2, 15. Ramírez, J.E., (1938) “Saint Louis Station Bulletin” September 1938 Pags 16 – 17. Ramírez, J.E.,(1938) “Preliminary Bulletin of the Central Station of the Jesuit Seismological Asociation” Nos 5, 14, 29, 36. Ramírez, J.E., McTigue, A.C., (1938) “Preliminary Bulletin of the Central Station of the Jesuit Seismological Asociation” No 39 . Ramírez, J.E., McTigue, A.C., (1939) “Preliminary Bulletin of the Central Station of the Jesuit Seismological Association” No 3. Ramírez, J.E., (1939) “The Chester, Illinois Landslide” Proceedings of the Missouri Academy of Sciences. Columbia MO. Vol 4, No 6, 168 – 169. Ramírez, J.E., (????) “Air Oscillations and Ground Oscillations” Earthquakes Notes. Vol 10, Nos 1 – 2, 18.

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