Revista de Estudios de Arqueología Bastetana

BASTE TA NI A Revista de Estudios de Arqueología Bastetana C E N T R O D E E S T U D I O S D E A R Q U E O L O G Í A BA S T E T A N A Nº 00 AÑO ISS

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BASTE TA NI A Revista de Estudios de Arqueología Bastetana

C E N T R O D E E S T U D I O S D E A R Q U E O L O G Í A BA S T E T A N A

Nº 00

AÑO ISSN 2012 0000-0000

Bastetania Revista del Centro de Estudios de Arqueología Bastetana URL: http://bastetania.ceab.es/ Edita: Asociación de Estudios de Arqueología Bastetana

Equipo Editorial: DIRECCIÓN: Andrés Mª Adroher Auroux (Universidad de Granada) SECRETARÍA: Carmen López Pertíñez (Instituto Gómez-Moreno de la Fundación Rodríguez-Acosta, Granada) SUBSECRETARÍA: Julia García González (Universidad de Granada) REDACCIÓN: Juan Antonio Salvador Oyonate (Centro de Estudios de Arqueología Bastetana) MAQUETACIÓN: Alejandro Caballero Cobos (Centro de Estudios de Arqueología Bastetana) SOPORTE TÉCNICO Y DISEÑO WEB: Antonio Correa Ramón (Universidad de Granada)

Consejo de Redacción: Manuel Acién Almansa (Universidad de Málaga) Jose Antonio Caro Gómez (Universidad de Córdoba) Francisco Contreras Cortés (Universidad de Granada) Pilar Corrales Aguilar (Universidad de Málaga) María Ángeles Gómez Ródenas (Museo de Santa Clara, Murcia) José Luis López Castro (Universidad de Almería) Ángel Isac Martínez de Carvajal (Universidad de Granada) Ignacio Muñiz Jaén (EcoMuseo del Río Caicena, Almedinilla, Córdoba) Virginia Page del Pozo (Museo de Arte Ibérico “El Cigarralejo” Mula, Murcia) Vicente Salvatierra Cuenca (Universidad de Jaén) Rubí Sanz Gamo (Museo de Albacete) Consejo Asesor: Javier Baena Preysler (Universidad Autónoma de Madrid) Ángela Franco Mata (Conservadora jefe del Museo Arqueológico Nacional, Madrid) Dominique García (Université d’Aix-en-Provence) Michael Kulikowski (Pennsylvania State University) Francesca Mermati (Università Federico II, Napoli) Lourdes Roldán Gómez (Universidad Autónoma de Madrid) Margarita Segarra Lagunes (Università Roma 3) Administración: Centro de Estudios de Arqueología Bastetana Camino Viejo de Cortes, s/n 18800 Baza (Granada) [email protected] Portada: Coordinación del nº 1 (2012): Andrés María Adroher Auroux © Edición: Asociación de Estudios de Arqueología Bastetana ©Textos: Sus autores © Dibujos y fotografías: Sus autores ISSN: en tramitación 2

Bastetania, artículo de prueba1, julio de 2012, pp. 2-12 ISSN: 0000-0000

UNA GORRONERA NAZARÍ. ESTUDIO, EVOLUCIÓN E HIPÓTESIS SOBRE SU CRONOLOGÍA Y PROCEDENCIA. A Nasrid Gorronera. Study, Evolution and Hypothesis over its chronology and origin. LÓPEZ PERTÍÑEZ, M. Carmen Instituto Gómez-Moreno de la Fundación Rodríguez-Acosta (Granada) [email protected] Fecha de recepción: 00/00/2012 Fecha de aceptación: 00/00/2012

RESUMEN: Las gorroneras-ménsula, registradas con los nº de registro: 41.228 y 41.227 del Museo de la Alhambra, son unas piezas de nueva adquisición que pudimos contemplar en la pasada exposición organizada por el Patronato de la Alhambra en la primavera de 2010, “La Alhambra crece”. Por suerte pueden contarse hoy entre sus fondos. Estas piezas son excepcionales por su buen estado de conservación, su minucioso trabajo de talla y por tratarse de piezas completas, conservando íntegramente tanto su zona interna (trabada en la fábrica) como externa (decorativa). Su estudio se abordará desde distintos niveles: desde un punto de vista funcional, podremos reconstruir su ubicación y funcionamiento, y a través de su morfometría, estimar a qué tipo de puertas acompañaría. Formalmente se analizará su decoración y sus paralelos; comparativamente podremos revisar los ejemplos nazaríes que convivieron con este tipo de gorroneras. Aunque su procedencia exacta sigue siendo una incógnita, su posible pertenencia a algún rincón de los palacios nazaríes de la Alhambra y Generalife, resulta palpable y su develamiento nos arroja un poco más de luz a la hora de completar el panorama, siempre salpicado de lagunas, de la carpintería arquitectónica nazarí. PALABRAS CLAVES: Carpintería, arquitectura, s. XIV, arte nazarí, Alhambra. ABSTRACT: The gorroneras-mensula, recorded in the register of the Alhambra Museum with the entry numbers 41.228 and 41.227, are recently acquired pieces that we had the opportunity of admiring during the last exhibition organised by el Patronato de la Alhambra in the spring of 2010, “La Alhambra Crece” (“The Alhambra Grows”). Fortunately, we can now count them as part of our collection. These are exceptional pieces, as they are excellently preserved, with detailed carving and because they are complete pieces, entirely conserving their internal area (joined at works) as well as the external parts (decoration).This study will be approached from different levels: from a functional point of view, we could reconstruct their location and how they worked and through their morphology try to guess to what type of doors they might have been part of. The decoration and its parallel will be formally analyzed; also we could compare and check the nasrid examples that coexisted with this type of gorronera. Although their precise origin is still unknown, is quite obvious they belong to some corner within the nasrid palaces of the Alhambra and Generalife. This discovery could shed some light and help to fill in the picture of the nasrid architectural carpentry, always so full of loopholes. KEY WORDS: Carpentry, architecture, XIV century, nasrid art, Alhambra. 1 El presente estudio es un extracto y adaptación del trabajo que se presentó dentro del espacio “Pieza del mes del Museo de la Alhambra, febrero, año 2011”. Aquí nos sirve únicamente, como ejemplo de aplicación de las normas de presentación de originales y para visualizar el resultado final de maquetación de los trabajos que se irán publicando en esta página. 3

Una gorronera nazarí. Estudio, evolución e hipótesis sobre su cronología y procedencia.

INTRODUCCIÓN Esta gorronera, junto a su compañera, registradas con los nº de registro: 41.228 y 41.227 del Museo de la Alhambra, son unas piezas de nueva adquisición que pudimos contemplar en la pasada exposición organizada por el Patronato de la Alhambra en la primavera de 2010, “La Alhambra crece”. Lo excepcional en ambas, frente al resto de las piezas conocidas de este tipo, es que se encuentran completas; tanto su parte externa, como la interna, la que iría embutida en la obra, se conservan sin alteraciones significativas mostrándonos toda su envergadura y su característico extremo en forma de “arpón”. En la cabeza aparece el orificio cilíndrico, con sus paredes protegidas por una chapa de hierro, para el gorrón. La pareja de gorroneras está realizada en madera de nogal, lo que permitió la realización de una talla minuciosa, casi como encaje. Las dimensiones de la nº de registro 41.227 (muy similares a las de su compañera) presentan un vuelo (la zona que queda visible, fuera del muro) de 22 a 23 cm. Curiosamente presentan una huella por presión y una señal incisa a continuación de la cenefa de rosetas que debe corresponder a su asiento en la obra. El costado alcanza los 11 cm., el papo 17 cm. El diámetro interno del orificio para el gorrón, incluyendo el grueso de la chapa es de 7,5 cm.; recordar que la chapa metálica que hace de forro de estos orificios, forma un cilindro, dejando visible la madera de la propia pieza en el fondo; la protección del fondo no es necesaria debido a que el gorrón no llega a rozar en esta zona por la holgura que debe existir2, para hacer factible el montaje de la puerta. El diámetro externo del mismo, que se genera al doblar la chapa y clavarla alrededor del orificio en la madera, es de 10,5 cm. La longitud total de la pieza es de 63 cm., de los cuales 40 cm. irían embutidos en la obra. En la zona de la cola el costado y el papo disminuyen un poco sus proporciones, hasta conseguir mediante unos cortes, una forma parecida a la cola de milano, o arpón, como la hemos denominado anteriormente, con la que se contribuiría a mejorar el anclaje de la pieza en la fábrica. Como hemos comentado en otras ocasiones, denominamos “gorronera”, al elemento que alberga el gorrón (parte superior del eje) de una puerta, para facilitar su sujeción y giro, sin intervenir en exceso en el movimiento de la misma (de ahí su nombre) (Lám. 2). En la bibliografía más antigua, no se suele hacer diferenciación entre gorronera (la parte superior) y quicialera (la parte inferior) en la que se embuten las correspondientes terminaciones del eje de una puerta, pero hoy se ha llegado a diferenciar entre ambas, ajustándose con el término una mayor precisión de contenido (Torres Balbás, 1956 / Pavón Maldonado, 1967). 2 Diferencia mínima de dimensión (± 5 cm) que debe existir entre la longitud del eje de la puerta (dimensión menor) y la distancia entre zona interior de la gorronera y la quicialera (dimensión mayor). 4 Bastetania, 0, artículo de prueba, pp. 2-12 / ISSN: 0000-0000

M. Carmen López Pertíñez

Lám. 1: Gorronera nazarí del Museo de la Alhambra, (nº registro: 41.227). Dibujo de Manuel López Reche. Foto M. C. López Pertíñez

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Estas piezas, y sus correspondientes ingenios metálicos para facilitar el giro, ya se utilizaban en época romana y serían habituales en las construcciones del área mediterránea durante toda la época Antigua. Como ocurre en época nazarí, los mecanismos y soluciones más simples, se ocupaban de cerrar los espacios de tipo doméstico, con puertas de poca envergadura y peso, que sufrían numerosas remodelaciones y adecuaciones en intervalos de tiempo relativamente cortos.

Lám. 2: Partes de una puerta. Dibujo M. C. López Pertíñez. Fotografías de la gorronera (arriba) y la quicialera (abajo) de la puerta de Dos Hermanas. (fotos M. C. López Pertíñez)

Mientras que las puertas defensivas, en las murallas de las ciudades, o en los castillos fortificados, eran de gran envergadura, estaban reforzadas con más elementos metálicos, incluso chapadas (Fernández Puertas, 1980), y tenían un uso continuado durante siglos. Esto ha hecho que algunas de estas últimas, se conserven en todo o en parte hasta nuestros días, quedando más o menos intactos sus sistemas de movimiento en la quicialera (Meseguer Santamaría y García Martínez, 1995 / Serra Rafols, 1942), aunque lamentablemente son muy fortuitos los casos en que se han llegado a conservar las zonas altas de la propia puerta y por ende las gorroneras. Recodar por último, la importancia a nivel arqueológico de este tipo de elementos, especialmente de las quicialeras, ya que, son indicativas de la presencia de un vano-puerta dentro de una construcción. Lamentablemente, el mayor deterioro de los muros y paramentos, especialmente en las partes altas, hacen desaparecer la información que éstos pueden ofrecernos sobre las gorroneras, entre otros elementos.

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Para nuestra suerte, encontramos edificios completos de época nazarí de diverso carácter, en los que se mantienen, en uso, ejemplos de gorroneras en su contexto original que aportan datos sobre sus variantes y excelente adecuación a las necesidades concretas de cada espacio. Como venimos diciendo, su denominador común es el ser piezas lo suficientemente potentes y bien instaladas, como para mantener la verticalidad de una puerta, y facilitar su movimiento. Podríamos agruparlas o clasificarlas en función de varios aspectos: por un lado el aspecto mecánico (paralelas al muro o perpendiculares al muro), por otro estarían los aspectos relacionados con sus características físicas y materiales (ménsulas, diteles, capialzados, alfarjes, etc.), y por otro el aspecto decorativo (talladas, mocárabes, ataujeradas, pintadas, etc.). En todas ellas encontramos una característica invariable: un bloque de madera potente que se introduce en el muro (paralelo o perpendicularmente a éste), es el que alberga la caja para el gorrón.

MÉNSULAS-GORRONERA Las ménsulas con función de gorronera, existen desde la Antigüedad, encontrándonos ejemplos diseminados a lo largo del tiempo por todo el Mediterráneo. Llamamos así a las piezas cúbicas o paralelepípedas que sobresalen perpendicularmente al muro a uno o ambos lados de un vano, para servir de gorronera. Podemos encontrar variaciones e “híbridos”, realizados en época moderna, difíciles de clasificar entre este tipo de gorroneras y las anteriores. Pero los ejemplares más genuinos, tienen unas características físicas muy similares al caso que nos ocupa (Lám. 1). Entre otros muchos ejemplos, citaremos las gorroneras de piedra en el “Patio de la casa del primer ministro” o “casa de Yafar” de Medina Azahara (s. X), algunas de época taifas como la del convento de Santa Fe de Toledo, conservada en el Museo Arqueológico Nacional, otras hudíes, como las que debieron ostentar (hoy pueden verse restituidas) las puertas del arco que se abre al pórtico N. en el Alcázar Seguir, actual Museo de Santa Clara en Murcia y por último, y también restituidas, las que podemos encontrar en el patio del las Doncellas y en el patio del Yeso, del Alcázar de Sevilla. Ya del periodo nazarí contamos excepcionalmente con una pareja de ménsulas-gorroneras de mármol, con decoración tallada de mocárabes, pertenecientes a la Casa de Chapiz en Granada, y conservadas también en el Museo de la Alhambra (Marinetto Sánchez, 1995: 390). Pese a la mayor durabilidad de la piedra frente a la madera, estas piezas son las únicas con decoración de mocárabes que han llegado hasta nosotros realizadas en este material. Para nuestro estudio son especialmente interesantes por presentar en su forma unos rasgos que veremos repetidos en las ménsulas-gorroneras de madera: la cola en forma de arpón. Además constituyen la versión en piedra de las gorroneras de mocárabes de madera, que son una variedad decorativa dentro de lo que estamos llamando ménsulas-gorroneras.

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La mayor parte de las ménsulas-gorroneras de madera (con o sin carcasa de mocárabes) que debieron existir en época nazarí, se han perdido, quizás por ser piezas que sobresalen del muro, que pueden estropearse con más facilidad, o por tener elementos decorativos llamativos y resultar accesibles (hay muchos ejemplares aserrados). En muchos edificios solamente queda constancia de su existencia, por la huella característica que se queda en el muro, por suerte no siempre arreglada con yeserías, como encontramos en Alcázar Genil, la Casa de los Girones (Granada), Casa de los Gigantes (Ronda), el pórtico oeste del patio del Haren (Alhambra), en la alcoba Este de la Sala de las Dos Hermanas, entre otras. Algunas fueron sustituidas por gorroneras modernas para solucionar la continuidad en el funcionamiento de cierre correspondiente; de otras solo se conserva un testigo en la pared, y, como muchas de estas huellas se camuflaban después bajo paneles de yesería, hay un gran número de ellas de las que no tenemos ni siquiera constancia de su existencia. En cambio si se han conservado más cantidad de ménsulas-gorroneras en casas nazaríes del siglo XV y moriscas de los primeros momentos del siglo XVI, como las que pueden verse en el Palacio de Dar al-Horra, Casa nazarí de Zafra, Casa Horno de Oro, … o la desaparecida Casa de las Monjas o Beatas, cuyos restos se conservan, en su mayor parte, entre los fondos del Museo Arqueológico Provincial de Granada.

Lám. 3: Las dos ménsulas gorroneras del siglo XIV. Derecha, gorronera del Museo de la Alhambra nº registro 41.228. Izquierda gorronera del Oratorio del Partal conservada en el Museo de la Alhambra, nº registro 2.679. Dibujos: Manuel López Reche. Fotos: M. C. López Pertíñez.

Los dos únicos ejemplares de ménsulas-gorroneras de madera que se han conservado hasta nuestros días y que conocemos por el momento, fechables en el s. XIV, son las conocidas como gorroneras 8 Bastetania, 0, artículo de prueba, pp. 2-12 / ISSN: 0000-0000

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del Oratorio del Partal, actualmente en el Museo de la Alhambra (López Pertíñez, 2006: 351), y las gorroneras que son objeto del presente estudio. Ambas se realizaron en el mismo taller, posiblemente por los mismos artesanos, y en las mismas fechas. Las gorroneras del Oratorio del Partal, fueron consideradas como de Yusuf I (López Pertíñez, 2006: 353-354), por asociación ha dicho edificio, en el que estuvieron instaladas como un elemento decorativo más de su fachada, no sabemos desde qué fecha, acompañado a una puerta de dos hojas con talla de pergamino en los cuarterones. Aunque no encontramos referencias al respecto en el Diario de Obras (Torres Balbás, 1969: 76), probablemente fuese el propio Torres Balbás quién desmontó dichas gorroneras durante los procesos de restauración que realizó en este edificio hacia el año 1930, pasándolas, por esa circunstancia, a los fondos del Museo de la Alhambra. Con motivo de dicha intervención se llegaría a reconstruir el cierre original del Oratorio con unas puertas con gorroneracapialzado, en el interior del grueso del muro, como hoy las vemos, cuyos restos debían ser evidentes bajo los alicatados y los adornos del intradós del arco de entrada, al ser desmontados durante los trabajos de restauración del edificio. Con motivo de la presente revisión hemos contrastado los datos correspondientes a dichas gorroneras y comprobando que estaban reutilizadas en este edificio en un momento muy posterior a su construcción; posiblemente se incluyeron en el muro, junto al resto de los adornos y yeserías que podemos ver en algunas fotografías históricas3, en alguna obra de remodelación de cariz “romántico”, realizada en época moderna (s. XIX). Estas dos gorroneras están realizadas en madera de nogal y presentan cortes en la zona de la cola que afinan su extremo a la vez que acortan la longitud total de la pieza. Para el caso de la número de registro 2.679, la longitud máxima es de 32,4 cm. y el vuelo es de 24,5 cm. El papo es de 20,4 cm. y el costado de 7,8 cm. En este ejemplar encontramos una tocadura sobre el contrapapo, como techillo, que debió colocarse en la reutilización moderna. Su compañera debió tener otro añadido del mismo tipo. En algún momento, quizás para facilitar su colocación en el Oratorio, se aserraron en el extremo, rebajándose el volumen y llegando a hacer desaparecer, no solo la cola sino también parte de la decoración de las piezas; presumiblemente éstas, al igual que las gorroneras que son motivo del presente trabajo, debieron ostentar una cenefa de rosetas enmarcando la decoración de cada cara. Observamos, entre otros deterioros, las líneas incisas de parte de la cinta de lo que fue dicha cenefa de rosetas. Además de estas alteraciones relacionadas con arreglos y reutilizaciones, encontramos un desgaste general sobre toda la superficie decorada de estas piezas, que ha hecho que las aristas de la talla se hayan suavizado hasta quedar romas, llegando a “emborronarse” los detalles del dibujo, dando 3 Muchas de estas fotografías pueden consultarse en el Archivo del Patronato de la Alhambra, ahora más accesible gracias a la página “recursos de investigación Alhambra” que ha creado dicho Patronato: http://www.alhambra-patronato.es/ria/ 9 Bastetania, 0, artículo de prueba, pp. 2-12 / ISSN: 0000-0000

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la impresión de estar “rodadas”; posiblemente estuvieron aguantando las inclemencias meteorológicas durante mucho tiempo, quizás desde antes de ocupar el lugar por el que recibieron su nombre (Lám. 3). CONCLUSIONES FINALES Los únicos ejemplares de ménsulas-gorroneras del siglo XIV que han llegado hasta nuestros días son las conocidas como del Oratorio del Partal y las nazaríes del presente estudio, ambas conservadas en el Museo de la Alhambra. Sus similitudes son evidentes, pudiéndose afirmar por el momento, que pueden ser piezas realizadas en un mismo momento y posiblemente en un mismo taller. Las principales incógnitas que nos plantean son su cronología y ubicación exactas dentro de los palacios de la Alhambra y Generalife, ya que podemos dar por sentado que se trata de piezas granadinas. A nivel cronológico hoy podemos descartar que sean piezas vinculadas al reinado de Yusuf I, asociación motivada por la ubicación que hasta los años 1920-1930 tuvieron las llamadas gorroneras al Oratorio del Partal; tras estas últimas revisiones, hoy desechamos esta vinculación, no solo por las evidencias que dejó claras Torres Balbás con su intervención en dicho edificio, sino también por las alteraciones observables en estas piezas provocadas, muy posiblemente y en su mayor parte, por su reutilización en época moderna dentro del Oratorio. Revisando las características formales de los temas decorativos que estas cuatro piezas ostentan, hemos podido encontrar grandes posibilidades de asociación con rasgos estilísticos de algunas yeserías, hasta el punto de poder pensar que fue algún artesano familiarizado con los trabajos de yeso quién las realizara. En el trazado de los temas vegetales encontramos una clara disposición organizada, de cada uno de sus elementos, según una composición cuyas líneas generales se trazarían con escuadra y compás. Sobre esas directrices, y como ocurre en otros trabajos decorativos nazaríes, se desarrollarían los tallos y palmetas, permitiendo pequeñas variaciones en sus terminaciones. Palmas y tallos son de talla lisa, sin estriaciones ni modulaciones en su interior (sin digitaciones talladas); aunque pudieron tener división de foliolos, volutas, etc. marcadas por la terminación polícroma, hoy prácticamente desaparecida. Los motivos son de pequeño tamaño y están tallados sin juego de planos sobre un fondo excavado de poca profundidad. Aunque tras el análisis formal de sus elementos decorativos, hemos podido arrojar algo más de luz sobre la cronología de estas piezas, centrándola en la primera década del siglo XIV, sigue siendo un misterio su procedencia. En el caso de las gorroneras del Oratorio del Partal, cabe pensar que aunque no fueron de este edificio, sí pudieron ser de alguno de los palacios de Muhammad III, adyacentes al Partal, o incluso de alguna otra parte de la Alhambra. En el caso de las gorroneras nazaríes de reciente 10 Bastetania, 0, artículo de prueba, pp. 2-12 / ISSN: 0000-0000

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adquisición por el Museo de la Alhambra, cualquier intento de ubicarlas es pura especulación. En el Instituto Gómez-Moreno4 se conservan unas fotografías de estas piezas, tomadas en las inmediaciones del Hotel Alhambra Palace, presumiblemente en las fechas en que fueron desmontadas de su lugar original; si las fotos pueden fecharse por su aspecto y contexto, entre los años 1920 a 1940, ese mismo intervalo, aunque demasiado amplio, sería el aplicable por el momento, a la fecha de aparición, descubrimiento o “extracción” de las gorroneras. Lo más probable es que pertenecieran a algún edificio privado de la Alhambra (Generalife o Partal), sin descartar la opción de que se encontraran en alguna otra construcción de la ciudad, quizás un conocido monumento del primer periodo nazarí (Cuarto Real de Santo Domingo). También podrían haberse encontrado durante una obra en alguna casa con aspecto más humilde que las guardara en su interior, fuera de la vista, como ocurrió en aquellas casas de la Calle Alamillos o en la Placeta de Villamena, entre tantas otras.

BIBLIOGRAFÍA - Fernández Puertas, 1980. Antonio FERNÁNDEZ PUERTAS: “Puertas chapadas hispanomusulmanas”, Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos. Granada, Universidad, 1980-81, pp. 163-176. - López Pertíñez, 2006. M. Carmen LÓPEZ PERTÍÑEZ: La carpintería en la arquitectura nazarí. Granada, Instituto Gómez-Moreno de la Fundación Rodríguez-Acosta, 2006. - Marinetto Sánchez, 1995. Purificación MARINETTO SÁNCHEZ: “Gorronera: cimacio”, Arte islámico en Granada. Propuesta para un Museo de la Alhambra. Granada, Comares, 1995, p. 390. - Meseguer Santamaría y García Martínez, 1995. S. MESEGUER SANTAMARÍA y E. GARCÍA MARTÍNEZ: “Elementos arquitectónicos: goznes de puerta en la provincia de Albacete”, en AlBasit: Revista de estudios abacetenses, nº 37, 1995, pp. 315-325. - Pavón Maldonado, 1967. Basilio PAVÓN MALDONADO: “Quicialeras califales”, Al-Andalus (Crónica Arqueológica de la España Musulmana LX). Madrid, 1967, pp. 439-444. - Serra y Rafóls, 1942. J. de C. SERRA I RAFÓLS: “Sobre unos ejes o quicios de la puerta de la ciudad de Baetulo (Badalona)”, Archivo Español de Arqueología (Varia). Madrid, 1942, nº 46, pp. 71-75. - Torres Balbás, 1956. Leopoldo TORRES BALBÁS: “Quicialeras hispanomusulmanas.”, Al-Andalus (Crónica Arqueológica de la España Musulmana XXXIX). Madrid, 1956, nº 2, vol. XXI, pp. 359-373. - Torres Balbás 1969. Leopoldo TORRES BALBÁS: “Diario de obras en la Alhambra: 1930-1936”, Cuadernos de la Alhambra. nº 5. Granada, Patronato de la Alhambra, 1969. p. 76. 4 Archivo del Instituto Gómez-Moreno de la Fundación Rodríguez-Acosta. (carpeta “maderas”, s/r) 11 Bastetania, 0, artículo de prueba, pp. 2-12 / ISSN: 0000-0000

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