Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: 2444-‐8338 Vol. 2, Art. 3 pp: (14-‐19), Octubre-‐Diciembre 2015, disponible en: www.rdsinapia.es
El Espacio Taller en la escuela infantil de primer ciclo Antonia Serrano Ríos
Escuela Infantil Pública El Trébol, Madrid, Comunidad de Madrid, España
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RESUMEN: Despertar la sensibilidad ante las situaciones, que llamamos cotidianas, pero que para un buen educador, son situaciones educativas. Observarlas y responder ante distintas demandas que acontecen en el grupo de niños y niñas con la adecuada intervención y oportuna actitud. Con estas premisas diseñamos el Espacio Taller, zona instalada con diversidad de materiales respetando un orden estético y una disposición espacial pensada para el desarrollo de diversas propuestas educativas relacionadas con la competencia artística y creativa. PALABRAS CLAVE: Espacio Taller, atellier, tallerista, materiales, cuidado estético, propuestas educativas y exposición, creatividad, arte infantil. I. INTRODUCCIÓN Esta experiencia de diseño y creación de un Espacio Taller para nuestra escuela nace por una iniciativa del equipo educativo y su compromiso con los niños y niñas, de ofrecerles un escenario en el que puedan investigar, facilite la acción individual, la experimentación, el descubrimiento y la creatividad. Nos decidimos a investigar para poner al día la información de la que disponíamos cada uno de cara a responder adecuadamente a las expectativas que nos estábamos planteando. De esa manera procedimos a procurarnos diversos cauces de formación, organizando dos seminarios en los que participó el equipo al completo y se propició la asistencia a varios fórum y jornadas relativas al tema. Durante todo nuestro proceso de acercamiento pudimos ver y leer en diversos artículos, revistas y libros, las experiencias de talleres como actividad educativa, o incluso en algunas, la creación de espacios taller dentro del propio aula, pero lo más habitual era encontrar que casi toda esta documentación estaba referida a experiencias y propuestas educativas para el segundo ciclo de educación infantil. En nuestro caso, no se trata de una actividad llamada taller, sino de un espacio concreto, dedicado íntegramente a esta finalidad; se trata de un escenario denominado Taller en el que se encuentran materiales, recursos muy diversos, mobiliario, documentación y ambientación propia, en el que un educador, para nosotros tallerista, dedicado exclusivamente a esta labor, se encarga de organizar los materiales, ambientar el espacio, preparar propuestas de acción educativa para los grupos de niños y niñas con de manera periódica acuden al Taller, así como se responsabiliza de recoger y crear la documentación pedagógica de los procesos que allí se producen cada día.
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Revista Digital de Educación Sinapia, ISSN: 2444-‐8338 Vol. 2, Art. 3 pp: (14-‐19), Octubre-‐Diciembre 2015, disponible en: www.rdsinapia.es II. DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA Destinamos un aula a la instalación del espacio taller, considerando el Taller como una actividad tan importante como el resto de programas que se desarrollan en el centro (psicomotricidad, biblioteca, juego heurístico…), por esta razón era conveniente destinar un espacio amplio del centro al Taller y así comenzar la aventura. Tras los distintos procesos de formación seguidos, sobre la organización y dinámica del taller, las propuestas que se pueden desarrollar, los materiales que se pueden introducir… decidimos sentarnos y pensar conjuntamente en el diseño de nuestro espacio taller, reflexionando detenidamente, entre otros, sobre los siguientes aspectos: Espacio-‐ambientación Desde el inicio de nuestra “vida” en la Escuela Infantil El Trébol, cuidamos escrupulosamente, cada espacio del centro y su ambientación, por ello el espacio taller no podía escaparse de este criterio que consideramos como un agente educador más dentro de nuestro Propuesta Educativa, y que supone un objetivo a trabajar en cada una de nuestras propuestas de programación. Para nosotras el espacio juega un papel muy importante en la vida del centro (en las propuestas educativas a los niño y niñas, en la exposición a las familias, en la convivencia del equipo educativo, como propuesta de participación para las familias, en la comunicación, en nuestro proyecto de identidad…). Cada espacio está diseñado para comunicar y vivirlo de maneras distintas. Centrándonos en el espacio taller, tomamos las cualidades imprescindibles que deben cumplir las distintas zonas del centro, para partir de ellas: • Espacio acogedor, habitable. • Espacio que continúe en la línea de nuestro Proyecto de Identidad. • Espacio que facilita las relaciones, encuentros e intercambios. • Espacio que ofrezca diversidad de zonas de acción, exploración, transformación…. • Espacio con distintos ambientes, con cuidado estético, ordenado, con diversidad de materiales, colores apropiados, luz,…. • Espacio que documenta procesos de aprendizaje y exponga las creaciones de los niños y niñas. Unimos siempre al espacio la ambientación, distinguiéndolo de decoración (termino que no nos parece apropiado porque nosotros deseamos crear un entorno creíble, real y que influya sobre la acción de las personas que allí actúan), como dos palabras utilizadas al unísono, porque todo espacio tiene que estar ambientado. ¿Qué queremos decir cuando hablamos de espacio-‐ambientación? Queremos indicar que las zonas ofrecen esa característica habitable, armónica, y con un cuidado estético. Ambientar el espacio taller, ha sido para nosotras cuidar los detalle; con luces; con creaciones de los niños y niñas, empleando para ello, por ejemplo, estructuras metálicas colgadas del techo; colgando a distintas alturas bolas de papel creadas con los grupos que pasan por el Taller; disponiendo en ramas de árboles elementos explorados y traídos al taller de las zonas de exterior…. La ambientación en este lugar, como en otros del centro, tiene que ser significativa, para que pueda diferenciarse de la mera decoración. Significativa principalmente para los niños y niñas, pero también para el resto de miembros que conforman la escuela. Nos hemos preguntado que cosas son significativas para los niños y niñas de 2 años, o de 1 año o mejor aún, de 8 meses… ¿Un taller enfocado a la creación de los planetas?, ¿realizar
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naves espaciales con el cartón de los rollos de papel higiénico? Creemos que debemos acercarnos mucho más a los intereses que se despiertan de manera natural en estas edades; debemos propiciar talleres de manipulación, de descubrimiento, de luces-‐sombras, con materiales cercanos a su vida, a su existencia real actual, al momento vital, a la estación de año en la que se está; propiciar situaciones en las que puedan descubrir de forma natural y espontánea otras posibilidades, otros colores, otros sonidos… Estos intereses son los que hemos procurado que ambienten el espacio taller de nuestra escuela.
Ubicación del mobiliario fijo El mobiliario fijo en nuestro caso se trata, básicamente, de estanterías y otros muebles que puedan utilizarse como contenedores. Las estanterías se utilizan para colocar el material plástico, folios de colores, rotuladores, temperas, pinturas de dedos, pinceles, brochas, rodillos, etc. Lo más importante es ordenar estos materiales usando recipientes adecuados, que permitan una buena clasificación y una presentación suficientemente estética y cromática como para que llame la atención de los pequeños. Los muebles que utilizamos como contenedores son para todo el material reciclado, bien clasificado, que puede ser utilizado para construcciones y otras creaciones. El mobiliario fijo puede organizarse en el espacio taller, tanto para la organización del material, como para la separación de espacios. En nuestro caso, decidimos que dos muebles contuvieran el material plástico paralelo a la pared, y uno de ellos se ubicara para delimitar el espacio taller en dos zonas: -‐ Una zona para la expresión plástica, el arte, con todo el material para ello, incluidos caballetes. -‐ La otra zona para la manipulación de materiales naturales, uso de retroproyector y mesa de luz. Además del mobiliario que acabamos de mencionar, consideramos como mobiliario fijo, o material fijo, los taburetes para poder sentarse, que en nuestro caso decidimos que fueran en la línea del respeto de lo natural, y elegimos que fueran secciones de troncos de árboles cortados en diferentes podas.
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Incluimos también, los paneles de documentación pedagógica, que en el espacio taller se encuentran en una de las paredes, utilizados para documentar los procesos de aprendizaje que se desarrollan en esta zona, y la exposición de creaciones realizadas por los niños y niñas.
La ubicación de todo este material fijo, tiene que estar bien pensada, para que permita el trabajo en distintas zonas y no sea obstáculo, ni para el quehacer de los niños y niñas, ni para la labor de la tallerista. Tipología del material y su organización en el espacio Tenemos que prestar espacial cuidado a la selección del material que disponemos en el espacio taller, y evitar el síndrome “Diógenes”. El material del espacio taller tiene que tener un sentido, sentido para realizar investigaciones, para descubrir, para manipular, para crear, y no todo el material permite estas acciones. En nuestro caso hicimos la siguiente clasificación: -‐ Material plástico: temperas, pinturas de dedos, rotuladores, pinceles, brochas, folios de colores, papel continuo, papeles de distintas texturas (celofán, charol, pinocho,…), ceras de colores, rodillos, etc. -‐ Material natural: piñas, conchas, lanas, algodón, arena, lentejas, judías, garbanzos, telas, cestos de mimbre, palos de madera (de árboles), piedras, castañas, nueces, piñas, etc. -‐ Material reciclado: Hueveras, tubos de cartón de distintos tamaños, bandejas de corcho y cartón, tapones, embudos, etc. -‐ Material audiovisual: retroproyector con proyección en pantalla y mesa de luz. -‐ Material de exposición: para exposición tanto de creaciones como de documentación pedagógica, decidimos utilizar cartón pluma. La organización de todo este material se resume en dos zonas, una con todo el material plástico, y otra con el material natural, reciclado y audiovisual.
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Entre ambas zonas no hemos establecido ninguna separación física, de manera que pueda comunicarse la una con la otra. Es la disposición del material lo que indica cada zona, pero en ciertas propuestas educativas, pueden compartirse unos materiales con otros, como por ejemplo la plástica con los elementos naturales, en una sesión de manipulación con frutos de otoño y gamas de colores que se pueden observar en esta época del año a consecuencia de una menor luz ambiental, al mismo tiempo puede haber propuestas con el retroproyector de hojas de árboles y fondos de papel celofán que ambientan de distinta forma debido a la proyección de la luz. La organización del material, en el espacio taller, es imprescindible y va relacionada con el Arte, con las gamas cromáticas, con un orden artístico que de por sí ambienta el espacio y se dispone con mayor atracción a ser usado.
Una vez diseñado el espacio taller, nos disponemos a pensar en la organización de los grupos de niños y niñas para acudir a este espacio.
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Los grupos deben ser reducidos en cuanto al número, contamos con grupos de edad de 0-‐1 años, de 1-‐2 años y de 2-‐3 años que siguen la ratio que establece el Decreto 18/2008, de 6 de Marzo, del Consejo de Gobierno por el que se establecen los requisitos mínimos de los centros que imparten primer ciclo de Educación Infantil en el ámbito de la Comunidad de Madrid. Con estos requisitos, pudimos descubrir que parecía un reto poder asistir al aula taller con 5 niños y niñas, y que no transcurriera mucho tiempo en poder pasar unos grupos y otros. Pero el reto se convirtió en meta, y la tallerista de nuestro centro, recibiendo formación específica para poder desarrollar actividades en este espacio, recibe todos los días dos grupos de 5 niños de distintas edades para ofrecerles muy distintas propuestas con la que descubrir y representar. III. CONCLUSIÓN La creación del espacio taller en la Escuela Infantil El Trébol, nos ha llevado a una constante búsqueda de oportunidades para ofrecer ofrecer a los niños y niñas, así como a una reflexión permanente sobre la ambientación de los espacios y lo que comunicamos en ellos; al análisis por parte de todo el equipo educativo de los proceso documentados en los que investigar el quehacer de los pequeños y sacar debidas conclusiones para nuestro quehacer educativo. ¿Realmente nuestro centro habla de nuestro Proyecto Educativo?, esa es la pregunta que lanzamos para tener coherencia de lo que hablamos y de lo que proyectamos en el Centro, esa pregunta nos reta permanentemente a imaginar como darle plena coherencia a lo que hacemos en el día a día para hacer real lo que proponemos en nuestro Proyecto. El taller en este caso, ha resultado un oferta educativa, para nuestros alumnos, exquisita y motivadora, y sin duda también ha proyectado nuestros Principios Pedagógicos a través de nuestras acciones educativas. Nuestro Taller, como seguramente todo lo demás que hacemos en la Escuela Infantil El Trébol, no ayuda a hacer bueno el pensamiento de Loris Malaguzzi de que “lo que no se ve, no existe”, pues convencidas estamos de que nuestro quehacer ayuda a existir de verdad aquello en lo que de verdad creemos, una apuesta educativa de excelencia para los más pequeños de nuestros ciudadanos. IV. REFERENCIAS Vecchi, V. (2013). Arte y creatividad en Reggio Emilia. El papel de los talleres y sus posibilidades en Educación Infantil. Madrid. Editorial Morata. Reggio Children (2005). Children, Art, Artists: The Expressive Languages of Children, the Artistic Language of Alberto Burri. Reggio Emilia. Ed. Reggio Children. Hoyuelos, A. (2006). La estética en el pensamiento y obra pedagógica de Loris Malaguzzi. Barcelona. Octaedro.
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