SAN JUAN DE LA CRUZ ( DE DICIEMBRE ) "...que sea yo menospreciado y tenido en poco"

Tu. XLVI, 1991 VERSIFICACIÓN EN BÉCQUER Y MARTÍ 485 Vengan daga, y corcel, y amor que mate: — ¡Eso es al fin vivir!l0. (Flores del destierro) ÁNGEL

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Tu. XLVI, 1991

VERSIFICACIÓN EN BÉCQUER Y MARTÍ

485

Vengan daga, y corcel, y amor que mate: — ¡Eso es al fin vivir!l0. (Flores del destierro) ÁNGEL ESTEBAN-P. DEL CAMPO Universidad de Granada.

SAN JUAN DE LA CRUZ (1542 - 14 DE DICIEMBRE - 1591) VIDA 1

".. .que sea yo menospreciado y tenido en poco". Estas palabras del santo dichas ante una imagen de Cristo con la cruz fueron, según parece, la razón de su vida. Aunque recibió de su orden importantes posiciones aceptadas con humildad, entre frailes y monjas que lo amaban halló también feroces perseguidores. Fue pobre desde su infancia. Sus padres Gonzalo de Ycpes y Catalina Álvarez, ganaban el pan como tejedores, con pocos recursos. Muerto el padre, muy joven, quedó en desamparo con su madre y sus hermanos mayores, Francisco y Luis. La madre fue a Torrijos o Gálvcz para pedir ayuda, que no consiguió, y a causa del hambre murió su hermano Luis. En Medina del Campo entró a un orfelinato. El administrador del Hospital de Nuestra Señora de la Concepción lo llevó a vivir allí donde se mostró servicial con los enfermos y amante de los libros; asistió al colegio de los jesuítas de 1559 a 1563. Entró al convento de Santa Ana de la orden de los Carmelitas. Pasó a la Universidad de Salamanca en 1565 y vivió en el

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TORRES-MORALES aludió a esla influencia en Bécquer y Martí..., pág. 138.

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Vida de San Juan de la Cruz, crisógono de Jesús, Madrid, Cd. preparada y anotada por Matías del Niño Jesús, Biblioteca de Autores Cristianos, 1982.

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los Carmelitas. Pasó a la Universidad de Salamanca en 1565 y vivió en el Colegio Carmelitano de San Andrés. La universidad contaba con grandes profesores entre ellos Fray Luis de León en teología y Francisco Sánchez, el Brócense, en gramática. En Medina del Campo —1567— cantó su primera misa; conoció a Santa Teresa de Jesús a qu ien prometió colaborar en la tarca de la Reforma de la Orden. Terminados sus estudios, Santa Teresa le sugirió hacer la primera Fundación de Carmelitas Descalzas en Duruclo, en una humilde casa. Abandonó a Duruclo y fundó en Mancera por segunda vez. En 1571 fue nombrado rector del Colegio de Alcalá. Un año después fue nombrado director espiritual de las Carmelitas del convento de la Encarnación de Avila. Los Calzados pidieron que Fray Juan dejara su cargo. Lo secuestraron en 1577, lo llevaron vendado y las manos atadas, ocultamente, al convento de Toledo; según testigos "metiéronlo en un hueco de una pared, poco más o menosque una sepultura, pero mucho másalto, sin luz" donde sufrió toda clase de ultrajes y de hambre. Logró huir a los nueve meses y, acogido por las Carmelitas, fue Prior del pequeño convento del Calvario. Viajó a fundar el primer convento de Descalzos en Andalucía y a otras partes entre ellas a Ávila para entrevistarse con Santa Teresa quien lo llamaba "mi medio fraylc". Fue elegido en Pastrana vicario provincial de Andalucía; se granjeó varios enemigos, uno de los cuales intentó que se le expulsara de la Orden. Fue reelegido por tercera vez prior de Granada en 1588 y en 1589 prior de Sevilla. Se desataron intrigas contra él, se intentó quitarle el hábito. En espera de una expedición a México con los descalzos, se trasladó a Ubeda para ayuda médica de "unas calenturillas". Fue allí mal tratado por el superior del convento, su enemigo. Sufrió muchos dolores de una intervención quirúrgica. Así en sus últimos días estuvo sometido a torturas. En Úbeda murió el 14 de diciembre de 1591 a los 49 afios. ¿A qué tañen? preguntó. Cuando le respondieron que a Maitines él dijo: "Gloria a Dios que al cielo lo iré a decir". Quedó hermoso su rostro "que parecía que echaba de sí claridad". OBRA

El más alto poeta lírico de la lengua española cifró su inspiración estética en la inspiración mística y alcanzó tal perfección formal y humana que sus poemas han logrado estremecer a generaciones de lectores por más de cuatrocientos años.

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"No ha habido nunca, dice Dámaso Alonso, un místico que uniera la más alta contemplación a la más alta intuición artística..."2. Y Pedro Salinas: San Juan de la Cruz inventa la poesía más rica en extrañeza y misterio de visión. Su mundo, en el aire, colgado entre lo irreal por los hilos de las palabras exactas y las metáforas incalculables, en unos versos se nos hace el nuestro, familiar, conocido; y de pronto en otros nos asombra por lo ajeno, por lo remoto, por lo imposible. Con materiales sensibles, en seres y cosas vistas nos hace las más largas, misteriosas y penetianies avenidas hacia una simbólica de la vida arrebatada por amor 3.

Los llamados poemas mayores de San J uan son tres: Noche oscura del alma. Cántico espiritual y Llama de amor viva. Los poemas menores son diez y nueve, casi todos en metro popular, en los cuales se incluyen diez romances. Estos son de variado valor lírico. Los hay de gran altura como "Aunque es de noche", "Entróme donde no supe", "Tras de un amoroso lance", "El pastorcico", "Vivo sin vivir en mí", "Por toda la hermosura". Hay versos que quedan en el lector con una impresión permanente de lo eterno. El elogio de la fuente: Qué bien sé yo la fonte que mana y corre aunque es de noche. La definición imposible de una eterna paradoja: Y quédeme no sabiendo toda ciencia trascendiendo. La caza en las alturas: Y fui tan alto tan alto que le di a la caza alcance. El contraste vida y muerte que recuerda a Santa Teresa: Vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero porque no muero.

2 DAMASO ALONSO, La poesía de San Juan de la Cria, Madrid, Aguilar, 1966, cap. vi. 'PEDRO SALINAS, Ensayos de literatura hispánica, Madrid, Aguilar, 1958, pág. 174.

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La satisfacción de la vida en un ...no sé qué que se alcaliza por ventura4.

Hemos de revisar brevemente el poema menor 'Tras un amoroso lance" y los tres poemas mayores.

CANCIÓN XVIII

Pertenece a los llamados "Poemas menores" que carecen de los comentarios hechos por el Santo a los poemas mayores, es decir el Cómico, La Noche y la Llama. Con un tema de cetrería, conocido en composiciones de cancionero "en que los lances de amor humano y su arriscado volar están expresados por medio de cetreras imágenes de la caza de altanería"5. Aquí el azor o neblí va tras la caza. Pero el azor o neblí es el yo, es el poeta transformado en ave. Es un vértigo de altura tras el cual se percibe el supremo esfuerzo humano para llegara Dios, allá en la profundidad del espíritu. Un hombre alcanzando lo inalcanzable, un hombre alcanzando lo imposible, con esfuerzos de caída y reposo y en el anhelo de llegar a la caza con ánimo de vencerla. Nadie, solo los escogidos, pueden saber de esta lucha que vence la flaqueza y toma angustiosa respiración para dar a la caza divina el alcance de amor. Mas hay entre todas estas poesías menores una que particularmente nos mueve. Está basada en la técnica de cancionero, y su tema no es más que la trasposición a lo divino de uno scm ¡popular. El juego de sus imágenes forma una alegoría simbólica como las que ya hemos estudiado. Creo que la fuerza de esta composición reside en la índole sustancial de la alegoría6. Todas las cuatro estrofas explicativas se reducen a un significado que está en el estribillo: "que le di a la caza alcance".

4 La Una. HELENA IÍSGUERRA O.C.D. escribió un hermoso folleto titulado "Dichos de luz y amor para el camino": apotegmas de San Juan de la Cruz con motivo del Cuarto Centenario de la muerte del Santo, 1991. 5 6

DÁMASO ALONSO, Op. DÁMASO ALONSO, Op

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Darle a lacaza alcance, llegar él como alcón hasta la elusiva presa, tan alta, es un esfuerzo que se cumple en cada una de las estrofas, no es un esfuerzo que se cumpla por pasos: 1 - Perderse de vista y así alcanzar la caza. 2- Salto ciego y oscuro en la oscuridad: alcance de la caza. 3- Fuerza del abatimiento: alcance de la caza. 4- Rapidez del vuelo y esperanza: alcance de la caza. Al dejarnos envueltos en la musicalidad nos desvía de esta conclusión. Esa música de altura repetida que nos detiene antes de llegara la caza y en la serie de obstáculos que son vencidos frente al tiempo: quedar falto en el vuelo, una conquista en lo oscuro, la rendición y el abatimiento, la esperanza nos va sorprendiendo y como envolviendo en el asombro que creyendo subir con el poeta se detiene en la suprema altura y el sometimiento de la caza. Hay que repetir esta poesía con lodo su encanto para penetrar más en ella y quedar gozando en la fuerza de una imagen que en vez de avanzar va siendo explicada en el estatismo de cada estrofa. Tras de estas coplas pares hay una caza casi imposible y hay un esfuerzo también supremo. Hasta aquella presa quiso el alma llegar y el esfuerzo fue cumplido. Tras la musicalidad de la estrofa el termino de "subí tan alto, tan alto que le di a la caza alcance" refluye sobre el lector con la invasión de la subida subrayada en la repetición y como que lo saca también de sí para obedecer a un extraño rapto. Y comprendemos al tiempo el esfuerzo de traducción de una intimidad sin expresión directa donde /a presencia del infinito trata de realizarse en el exterior mediante una palabra de la cual carece. En esta poesía como en casi todas las otras se percibe el triunfo del encuen tro místicoy el placerde un hallazgoqucal lector sorprende y eleva en el intento de compartirlo. Pero que además, en la resonancia de la imagen engrandecida por el poeta, la colma de belleza. La poesía en sí es una hermosa poesía que bien podría simbolizar el amor humano tal como está en su origen en el cancionero, pero que por el poder de la expresión nos lleva más alto y, para decirlo con el poeta, con "un no sé qué que se alcanza por ventura".

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CANCIÓN XVIH OTRAS DE EL MISMO A LO DIVINO 7

Tras de un amoroso lance, y no de esperanza falto, volé tan alto, tan alto, que le di a la caza alcance. 1. Para que yo alcance diese a aqueste lance divino, tanto volar me convino que de vista me perdiese; y, con todo, en este trance en el vuelo quedé falto; mas el amor fue tan alto, que le di a la caza alcance. 2. Cuando más alto subía deslúmhreseme la vista, y la más fuerte conquista en oscuro se hacía; mas, por ser de amor el lance, di un ciego y oscuro salto, y fui tan alto, tan alto, que le di a la caza alcance. 3. Cuanto más alto llegaba de este lance tan subido, tanto mis bajo y rendido y abatido me hallaba; dije: No habrá quién alcance; y abatímc tanto, tanto, que fui tan alto, tan alto, que le di a la caza alcance. 4. Por una extraña manera mil vuelos pasé de un vuelo, porque esperanza de cielo tanto alcanza cuanto espera; esperé solo este lance y en esperar no fui falto, pues fui tan alto, tan alto, que le di a la caza alcance. ' Fecha incierta. La copiamos según el manuscrito de Sanlúcar. Es un alarde poético en honor de la "agresividad" de la esperanza cristiana. La inspiración en el arte de cetrería está bien patente, aunque desconocido el patrón original vuelto "a lo divino".

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SUBIDA AL MONTE CARMELO Y LA NOCHE OSCURA

San Juan de la Cruz conoció y gustó de las obras de Boscán y Garcilaso y por ellas fue influido; también fue influido por la obra de Sebastián de Córdoba titulada "Obras de Boscán y Garcilaso trasladadas a materias cristianas y religiosas" '. Para Garcilaso noche es soledad o desvío amoroso, es pecado en Córdoba, para San Juan, la cárcel y los oscuros caminos que penetra el alma para alcanzar la unión divina, y la visión de la aurora que da su luz. La Noche es un viaje, un viaje con salida y con llegada, relatado por la primera persona del poeta en función de la Amada. De los poemas mayores es el único que utiliza la primera persona. Diciente expresión que sitúa al poeta dentro de sí y haciendo confidencialmente el recuento de su viaje. La salida es una morosa salida que se extiende a cuatro liras y solamente en lacuaria se sabe la dirección que lleva. La salida está rodeada de circunstancias: noche, ansias en amores, dicha, ©cuitamiento, sosiego. El símbolo se centra en el lugar, en el tiempo, en el interior y en el ocultamiento. En la segunda está el disfraz. La tercera es la noche dichosa, en perfecta conciliación, y ya con la iluminación opuesta a la luz, la luz del corazón. Esa luz era guía para llegar a alguien oculto. La narración en sí dice mucho de una narración real de escape pero a través de el la está el "no sé qué" de la búsqueda y el "no sé qué" de aquella noche en que atrevidamente deja el yo su propia morada para llegar a los brazos de un alguien presente en la hondura de sí mismo. Entonces está la más hermosa de las liras: Oh noche que guiaste Oh noche amable más que la alborada Oh noche que juntaste Amado con Amada Amada en el Amado transformada.

Donde nos detenemos en el asombro de un yo desapareciendo, de una noche obrando, de una oscuridad tenebrosa que se torna amable. El poeta, el hombre, el espíritu ha sido poseído para desaparecer en otra presencia. Desde este climax de unión se desciende hacia la paz del que "quedó dormido", la Amada le regalaba y el abanico de los cedros soplaba. •DÁMASO ALONSO, Op. cit., pág.

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Hay más aire, el aire del alma, el aire del espíritu. Y hay la imagen hermosa de esparcir los cabellos, el herir del cuello y la suspensión de los sentidos. Hasta llegar a la lira final del olvido, del rostro sobre el Amado, de la cesación de todo expresada en aquel "dejóme" y en el dejar los problemas, dolores, angustias y aun placeres humanos, uniéndose a las ñores, pero ya lejos de la amada.

SUBIDA DEL MONTE CARMELO CANCIONES

En que canta el alma la dichosa ventura que tuvo en pasar por la oscura noche de la fe, en desnudez y purgación suya, a la unión del Amado. 1. En una noche oscura, con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada; 2. a escuras y segura por la secreta escala, disfrazada, ¡oh dichosa ventura a escuras y encelada, estando ya mi casa sosegada; 3. en la noche dichosa, en secreto, que naide me veía ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía sino la que en el corazón ardía. 4. Aquesta me guiaba más cierto que la luz del mediodía adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde naide parecía. 5. ¡Oh noche que guiaste!; ¡oh noche amable más que la alborada!; ¡oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada!

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6. En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. 7. El aire del almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería, y todos mis sentidos suspendía. 8. Quédeme y olvídeme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo y déjeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado.

CÁNTICO ESPIRITUAL

En la oscuridad de la prisión, adolorido por los golpes de sus hermanos los Calzados, en la extrema limitación del espacio y en medio del desaseo y la incomodidad, San Juan de la Cruz concibió el más hermoso de los Cánticos del amor. Allí se junta la naturaleza a la eternidad y se expresa la razón de la presencia infinita en el mundo creado. San Juan de la Cruz repitió en su interior el cantar de Salomón y a su imitación escribió la historia, con la fiebre de la sulamita por el más grande y sabio de los Reyes de Israel. Salomón refirió su propia historia terrenal mientras San Juan desposeído de toda riqueza y de toda hermosura carnal, vio en aquel canto el amor que pocos pueden vislumbrar. El Cántico de San Juan es un símbolo de los caminos místicos: purgación, iluminación y unión por los cuales el espíritu en pureza se levanta del polvo hasta la fusión total con la Divinidad. Consta de 40 liras y habla de una historia dialogada de la Esposa y el Esposo con alguna interpelación de la creación. En la primera parte la esposa va por los campos en la búsqueda. Expresa con precisión la psicología del enamoramiento: pregunta al Amado dónde está, pide información, y manifiesta el valor de enfrentarse a las fieras, interroga a los bosques y recibe respuesta: la hermosura de los sotos viene de Esa presencia. No quiere mensajeros, no vive donde vive, le increpa su herida, lo llama lumbre de sus ojos; quiere morir con su

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presencia, busca en la fucnic sus ojos que I leva en sus entrañas y al propio tiempo pide que los aparte: Apártalos Amado...

La breve intromisión denuncia la I legada del Esposo y la respuesta es la más hermosa de las estrofas: Mi amado las montañas Los valles solitarios, nemorosos Las ínsulas cstrañas Los ríos sonorosos el syluo de los ayres amorosos. La noche sosegada Al par de los levantes del aurora La música callada La soledad sonora

La cena que recrea y enamora.

La primera estrofa es la personificación del amado en la naturaleza; dicha en exclamación de una frase averbal en que los nombres se destacan uno a uno: montañas, valles, islas, ríos, silvo de aires. Y sigue: noche, música, soledad, cena. Así lo recibe ante su presencia verdadera y así satisface al alma la llegada del amado. El amado no solo se ha trocado naturaleza, sino también noche, soledad y cena: es la iluminación. La fuerza de San Juan de transformar a Dios en sus obras. Unidos continúan en plena naturaleza, donde hay raposas, rodas, vientos y olores, flores para El, búsqueda de soledad y guarda del Amado; pero el Esposo obra para defenderla y alejar los peligros y aislarla tras un muro. La visión de la unión recuerda al manzano del paraíso y a la reparación. Parte de la bellísima estrofa: En la interior bodega de mi amado bebí y cuando salía por toda aquesta vega ya cosa no sabía y el ganado perdí que antes seguía.

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Repite la misma idea c inicia la de las guirnaldas para los dos, el cabello, la gracia que en ella imprimen los ojos del amado, su propio embellecimiento y la soledad. La íntima unión mientras la llama consume y Aminadab o el mal se alejan. Todo el bellísimo cántico trata, como otros poemas de San Juan, de la experiencia mística como salida y llegada y de la unión como expresión del éxtasis. También de la visión del mundo, del recorrer la presencia en el mundo de quien lo creó y lo vive.

CÁNTICO RSPIRITUAL

(Parle final - La Unión) 26. El la interior bodega de mi Amado bebí, y, cuando salía por toda aquesta vega ya cosa no sabía y el ganado perdí que antes seguía. 27. Allí me dio su pecho, allí me enseñó ciencia muy sabrosa, y yo le di de hecho a mí sin dejar cosa; allí le prometí de ser su esposa. 28. Mi alma se ha empicado Y todo mi caudal en su servicio; ya no guardo ganado, ni ya tengo otro oficio, que ya sólo en amar es mi ejercicio. 29. Pues ya si en el ejido de hoy más no fuere vista ni hallada, diréis que me he perdido, que, andando enamorada, me hice perdidiza, y fui ganada. 30. De flores y esmeraldas, en las frescas mañanas escogidas, haremos las guirnaldas, en tu amor floridas y en un cabello mío entretejidas.

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31. En sólo aquel cabello que en mi cuello volar consideraste, mirástele en mi cuello y en él preso quedaste, y en uno de mis ojos le llagaste. 32. Cuando tú me mirabas, su gracia en mí tus ojos imprimían: por eso me adamadas, y en eso merecían los míos adorar lo que en ti vían. 33. No quieras despreciarme; que, si color moreno en mí hallaste, ya bien puedes mirarme después que me miraste, que gracia y hermosura en mí dejaste. 34. La blanca palomica al arca con el ramo se ha tomado, y ya la tortolica al socio deseado en las riberas verdes ha hallado. 35. En soledad vivía y en soledad ha puesto ya su nido, y en soledad la guía a solas su querido, también en soledad de amor herido. 36. Gocémonos, Amado, y vamonos a ver en tu hermosura al monte y al collado, do mana el agua pura; entremos más adentro en la espesura. 37. Y luego a las subidas cavernas de la piedra nos iremos que están bien escondidas, y allí nos entraremos, y el mosto de granadas gustaremos. 38. Allí me mostrarías aquello que mi alma pretendía, y luego me darías allí tú, vida mía, aquello que me diste el otro día:

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39. El aspirar del aire, el canto de la dulce Filomena. el soto y su donaire en la noche seTena, con llama que consume y no da pena. 40. Que nadie lo miraba... Aminadab tampoco parecía; y el cerco sosegaba, y la caballería a vista de las aguas descendía.

LA LLAMA DE AMOR VIVA

Esta canción sobre el tema de llama o fuego trata, como lo afirma el título, de la íntima unión de amor con Dios. La sensación de esa unión la da en el fuego interior. Las otras poesías mayores, la Noche y el Cántico Espiritual, son camino y llegada,esta es presencia. Dios es fuego, fuegoque todo loarrasa pero tierno en el herir que llega al profundo centro del alma. Se trata de una poesía exclamativa, también la única: Para encarecer el alma el sentimiento y aprecio con que habla en estas cuatro canciones (léase estrofas) pone en todas ellas estos términos \oh\ y \cuán\ que significan encarecimiento afectuoso; los cuales cada ve/, que se dicen dan a entender del interior más de lo que se dice por la lengua. Y sirve el \oh\ para mucho desear y para mucho rogar persuadiendo... (SAN JUAN DE LA CRUZ, Obras completas...). Se trata de la más íntima y profunda de sus poesías, dedicada a Doña Ana de Peñalosa en 1584, a quien dice en el Prólogo: Alguna repugnancia he tenido, muy noble y devota señora, en declarar estas cuatro canciones que Vuesa Merced me ha pedido, porque por ser de cosas tan interiores y espirituales, para las cuales comúnmente falta lenguaje (porque lo espiritual excede al sentido) con dificultad se dice algo de la sustancia |...| aunque en estas canciones hablamos del más perfecto grado de perfección a que en esta vida se puede llegar que es la transformación en Dios... La poesía exclamativa es un hablar a la llama para hacer a ella una petición y para hacer una descripción. Pide que rompa la tela, que deshaga la vida en la dulzura del encuentro. Viene una serie de exclamaciones que

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tratan de describir una sensación: es una llaga que hiere suavemente, llaga de entrega y mano blanda, es toque delicado de eternidad sin deuda que mata y da vida. La tercera sobrecogedora estrofa ve la llama en lámparas de fuego que iluminan la oscuridad de la mente y producen calor y luz. La cuarta estrofa es lo que obran las lámparas de fuego: "aspirar sabroso", enamorar delicadamente. Aquí sí, como pensaba Menéndcz Pclayo, dan deseos de suspender para quedar en alabanza tras la voz de fuego que somos incapaces de captar en su trascendencia, pero que alcanzamos a percibir en la profundidad de una transformación.

LA LLAMA DE AMOR VIVA CANCIONES QUE HACE EL ALMA EN LA ÍNTIMA UNIÓN EN DLOS [SU ESPOSO AMADO]

1. ¡Oh llama de amor viva, que tiernamente hieres de mi alma en el más profundo centro!; pues ya no eres esquiva, acaba ya, si quieres; rompe la tela de este dulce encuentro. 2. ¡Oh cauterio suave! ¡Oh regalada llaga! ¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado!, que a vida eterna sabe y toda deuda paga; matando, muerte en vida la has trocado. 3. ¡Oh lámparas de fuego, en cuyos resplandores las profundas cavernas del sentido, que estaba oscuro y ciego, con extraños primores calor y lux dan junto a su querido! 4. ¡Cuan manso y amoroso recuerdas en mi seno donde secretamente solo moras.

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y en tu aspirar sabroso, de bien y gloría lleno, cuan delicadamente me enamoras! CECUJA HERNÁNDEZ DE MENDOZA

Instituto Caro y Cuervo.

EL GÉNERO NARRATIVO DE « EL CARNERO » EN RELACIÓN CON SU MOMENTO HISTÓRICO En su 'Amigo lector' de El Carnero, Juan Rodríguez Freyle plantea una intención historiográfica según la cual, en tosco estilo hará la relación sucinta y verdadera tanto de los que conquistaron el Nuevo Reino, como de los casos en él sucedidos'; no obstante. El Carnero abunda por un lado en imprecisiones cronológicas y onomásticas, y por otro lado se aplica con mayor entusiasmo a la descripción de lo anecdótico que a la de lo histórico. Este hecho —reconocido por la crítica— ha movido a considerar El Carnero como obra literaria, pues su identidad como género más parece la de una suma de 'historíelas'2, que la de un compendio histórico. Pero antes de exponer un juicio socio-histórico del género practicado por la obra en cuestión, desarrollemos teóricamente el concepto. Los géneros literarios (o tipología del discurso basada en la escritura) han sidoconsidcradostradicionalmcnte como: "Ladefinición nocientífica de la 'forma' y del 'contenido' de cicrias clases de discursos literarios (por

1 JUAN RODRÍGUEZ FREYLE, EíCarnero, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1979, págs. 22-23. En adelante nos remitimos exclusivamente a esta edición. 2 Término propuesto por Óscar Gerardo Ramos para aludir a los relatos que conforman El Carnero, "porque no son rigurosamente historias, ni leyendas sino hechos presumibles de historicidad, tal vez tejidos con leyenda y matizados por el genio imaginativo del autor que toma el hecho, le imprime una visión propia, lo rodea con recursos imaginativos y, con agilidad, le da una existencia de itlato cono". ÓSCAR GERARDO RAMOS, El Carnero: libro único de la colonia, en El Carnero, Mcdellín, Bcdout, 1985, pág. 34.

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