CARTA DEL SUPERIOR GENERAL
“Progresad cada vez más” Queridos hermanos:
SAN PAOLO BOLETÍN OFICIAL INTERNO DE LA SOCIEDAD DE SAN PABLO “Progresad cada vez más” Carta del Superior general
Ya sabéis que la primera línea operativa del área “Espiritualidad y vida comunitaria”, aprobada por el VIII Capítulo general, establece que “el Superior general siga proponiendo cada año a toda la Congregación un tema programático para nuestra vida espiritual y apostólica, tomándolo de las Cartas de san Pablo y de los escritos del P. Alberione” (cf. Documento final 1.1.1 en Ser san Pablo vivo hoy. Reflexiones y Documentos de VIII Capítulo general, p. 222). Con el fin de cumplir esta línea operativa y dar continuidad al tema programático del Capítulo: “Ser san Pablo vivo hoy. Una Congregación que se lanza adelante”, en este sexenio considero importante, además de útil, proponeros para que reflexionéis en la oración las cartas que los estudios actuales atribuyen con seguridad a san Pablo. Las iré exponiendo siguiendo su más probable orden cronológico de redacción: la primera carta a los Tesalonicenses; la primera y segunda carta a los Corintios; las cartas a los Romanos, a los Gálatas, a los Filipenses y a Filemón. 1. El objetivo para nuestras reflexiones sobre las Cartas de san Pablo nos lo da nuestro propio Fundador: “Los hijos deben asemejarse al padre. Todos los amigos de san Pablo deben mirarle a él y conocer su espíritu. Cuanto más se leen y se profundizan las epístolas de san Pablo y su vida, tanto más se ama y se entra en el verdadero camino de la santidad y del auténtico espíritu del apostolado” (Vademécum, n. 631). Es decir: ¡merezcamos y seamos dignos del nombre que llevamos! Llamarse Paulinos equivale a declararse discípulos y fieles imitadores de san Pablo viviendo nuestra fe en Cristo y realizando nuestra tarea apostólica.
Año 80 – n° 417 – Marzo de 2005
2. En otros textos del beato Santiago Alberione percibimos con claridad el sentido turgente de la presencia del apóstol Pablo para nuestra Congregación y para toda la Familia Paulina. Así es1
cribió en el cuadragésimo aniversario de la Congregación: «La Familia Paulina se propone representar y vivir a san Pablo, hoy, pensando, actuando con entusiasmo, orando y santificándonos como haría san Pablo, si viviera hoy... Él se ha construido la Sociedad de San Pablo, de la que es el Fundador. No ha sido la Sociedad de San Pablo quien le eligió a él, sino él quien nos eligió a nosotros; más aún, nos engendró: “In Cristo Jesu per Evangelium ego genui vos”. Si san Pablo viviera, continuaría ardiendo en aquella doble llama de un mismo incendio: el celo por Dios y por su Cristo, y por los hombres de cualquier pueblo. Y para que le oyeran subiría a los púlpitos más elevados y multiplicaría su palabra con los medios del progreso actual: prensa, cine, radio, televisión... Es preciso conocer y meditar a san Pablo en su vida, obras y cartas; para pensar, razonar, hablar, actuar como él; e invocar su paterna asistencia» (San Paolo, octubre de 1954). En otra ocasión, explicó: «Toda la vida de la Familia Paulina ha venido de la Eucaristía, pero nos la transmitió san Pablo. De la Eucaristía porque Jesús es la vida, pero la Hostia santa para entrar en nuestros corazones, necesita que alguien la traiga. Y ha sido san Pablo quien ha realizado esta obra de comunicar la vida de Jesucristo... Todo es suyo. El Instituto fue inspirado por él. Él es el padre, la luz, el protector, el maestro, todo... La Familia Paulina, compuesta por muchos miembros, debe ser san Pablo vivo hoy en un cuerpo social» (Vademécum, n. 651). 3. Por expresa indicación del Fundador, la meditación y asimilación vital de las Cartas de san Pablo debe inspirar, con la misma intensidad, el compromiso de santificación personal y la total entrega al apostolado. San Pablo −como «el más completo intérprete del Maestro divino, que aplicó el evangelio a las naciones y las llamó a Cristo; él, cuya presencia en la teología, en la moral, en la organización de la Iglesia, en la adaptabilidad del apostolado e de sus medios a los diversos tiempos sigue siendo actualísima y sustancial» (San Paolo, julio-agosto de 1954)− constituye para nosotros los Paulinos el modelo del equilibrio necesario entre contemplación y acción. 2
4. Come sabemos, las Cartas de San Pablo no son siempre de fácil comprensión. Por ello, para leerlas con provecho, es necesario servirse de los instrumentos a nuestra disposición, como la exégesis y la hermenéutica, y teniendo en cuento la interpretación dada por el P. Alberione en orden al carisma paulino. La finalidad de la exégesis es la de ayudar en la comprensión del texto bíblico para establecer el significado en el propio contexto cultural histórico. Después del concilio Vaticano II los estudios exegéticos, gracias también al aporte de numerosas ciencias y disciplinas humanas, han alcanzado un desarrollo de ámbito mundial. Una síntesis cualificada acerca de la investigación exegética la encontramos en el documento La interpretación de la Biblia en la Iglesia, publicado por la Pontificia Comisión Bíblica (1993); y una ulterior actualización la tenemos en Actas de la jornada celebrativa para el 100° aniversario de Fundación de la Pontificia Comisión Bíblica (2003). La interpretación dada por el P. Alberione a la persona y a las Cartas de san Pablo constituye, para nosotros los Paulinos, la primera mediación de referencia para comprender la aplicación que él ha hecho al carisma paulino; éste, en efecto, sin la referencia a san Pablo sería impensable. Prueba de ello es, en los comienzos de la Sociedad de San Pablo, la constante conexión entre san Pablo y el Apostolado de la Prensa, con la frecuente cita de la frase atribuida al arzobispo de Maguncia, Mons. Wilhelm Ketteler: “Si san Pablo viviera hoy, se haría periodista”. Los resultados de la exégesis y la mediación interpretativa para el carisma paulino han de someterse a una lectura hermenéutica. Para explicarnos mejor, podemos decir así: mientras los estudios exegéticos nos ayudan a entender el sentido de una perícopa de san Pablo en su contexto histórico, la lectura hermenéutica interroga sobre el significado originario de dicha perícopa partiendo de los problemas de hoy en la sociedad, en la cultura, en la comunidad eclesial, en la comunicación y en la Congregación con el fin de asegurar que el carisma paulino, por una parte, se funda en san Pablo y, por otra parte, que cumple hoy –en fidelidad dinámica a la voluntad del Fundador, inspirado por Dios y aprobado por la Iglesia–, el apostolado de la comunicación. 3
5. El texto que propongo ahora a vuestra meditación −la 1ª carta a los Tesalonicenses− se atiene a los antedichos criterios. Encontraréis aquí la explicación exegética, la interpretación del P. Alberione, la aplicación a la compleja realidad de hoy en que estamos llamados a obrar como Paulinos. El planteamiento y la exposición de los argumentos intentan ser de fácil lectura y comprensión para todos. Naturalmente quienes cuentan con conocimientos más sólidos en el campo exegético, hermenéutico y carismático-paulino están invitados a poner sus talentos a servicio de los demás Paulinos para ulteriores profundizaciones. Hago notar que el presente estudio no pretende ser exhaustivo; trata más bien de ser un testimonio que intenta activar un proceso de ahondamiento y de enriquecimiento con el aporte de contribuciones diversas, después que el texto haya sido meditado y asimilado por cada Paulino. Ello hará que la reflexión orante personal sobre el texto base, activando la fe y la inteligencia de cuantos aman nuestro maravilloso carisma –que no puede vivirse plenamente sin la centralidad de san Pablo– se ensanche a la coparticipación comunitaria, hacia la “re-escritura” participada de los descubrimientos de cada uno. Este trabajo conjunto y esta coparticipación, que miran a hacer crecer a cada persona y a las comunidades, me ha inspirado también el título “Progresad cada vez más”, tomado de un versículo de la misma carta (4,1). PRIMERA CARTA A LOS TESALONICENSES I. INTRODUCCIÓN Cada texto bíblico tiene su contexto histórico, cultural, religioso y social que lo ha provocado. Conocer este contexto es muy importante para comprender el texto, pues permite evitar lecturas no contextualizadas, pietísticas o fundamentalistas. Por eso, antes de adentrarnos en el texto de 1Tes tratamos de conocer la ciudad de Tesalónica, la fundación de la comunidad cristiana, el perfil de sus cristianos y de la carta que recibieron de Pablo, Silas y Timoteo. 4
1. La ciudad de Tesalónica La fundación de Tesalónica tuvo lugar el año 315 a.C. por obra de Casandro, uno de los generales de Alejandro Magno. Como principal ciudad de Macedonia, disponía de puerto militar y comercial para la exportación de los productos agrícolas y de los minerales que constituían las dos mayores riquezas macedonias. Pasó a ser la capital de Macedonia en el 146 a.C., año en que se inauguró la vía Egnacia, carretera romana que, pasando por Tesalónica, unía Roma con Asia Menor. Podemos imaginarnos el comercio interno y externo de la ciudad. Las calles y el puerto permitían exportar e importar mercancías de todo el mundo. Para alojar a las personas provenientes de todas partes, con la propia cultura, tradiciones y religión, la ciudad disponía de una infraestructura básica (pensiones, posadas, saunas, teatros, plazas públicas, santuarios, prostitución...). En los campos se cultivaba uva, aceituna y fruta en general; se criaban ovejas, pero las tierras estaban en manos de unos pocos propietarios (latifundistas). Del mar, muchos pescadores extraían el alimento para los armadores, comerciantes, marineros, soldados, funcionarios públicos, inspectores, albañiles, capataces, artesanos, herreros, una infinidad de personas, sin trabajo y vagabundos (He 17,5), que se las arreglaban provocando tumultos. Tesalónica era una ciudad de población híbrida. Entre los muchos motivos de este mestizaje estaban el constante traslado de las tropas militares, de los comerciantes y de los predicadores de recetas de felicidad. La ciudad tenía grupos de itálicos y orientales sirios, egipcios y judíos (que poseían una sinagoga, cf. He 17,1). Nuestras grandes metrópolis, convertidas en ciudades cosmopolitas, nos ayudan a entender mejor como era Tesalónica. Brevemente, en esta ciudad había personas de todo el mundo buscando sobrevivir. Cada grupo étnico traía su propia cultura, lengua y creencias. Todo esto no debió facilitar la aceptación de Pablo y Silas como anunciadores de Jesucristo y, peor aún, predicadores heridos en el cuerpo, cuyo anuncio sufre una fuerte oposición (cf. 1Tes 2,1-2) por parte de los judíos (2,15-16; He 17,5ss). Añádase luego la existencia de escuelas filosóficas (estoi5
cos, cínicos) no siempre bien intencionadas o transparentes en sus objetivos (sofistas y otros; cf. el comportamiento transparente de Pablo y de sus compañeros en 1Tes 2,2-6). Semejante realidad suscitaba interés por todo lo concerniente al fenómeno religioso, originando una fusión (y confusión) de divinidades. En primer lugar, el culto al emperador romano (cf. He 17,7), vigoroso en la ciudad. La tendencia oriental a divinizar a reyes (y emperadores) echó raíces también en el imperio romano. En Tesalónica hay vestigios de un templo dedicado a Julio César y de un sacerdote de Augusto, el “hijo de Dios”. Las ciudades que, como Tesalónica, se adherían al culto imperial recibían del senado romano grandes beneficios materiales (dinero), de modo que oponerse a la divinización del emperador entrañaba graves consecuencias, pues equivalía a ponerse contra el progreso y el bienestar de la ciudad, chocando contra la ideología de la “pax romana”, que garantizaba a todo el imperio “paz y seguridad” (cf. 1Tes 5,3). En segundo lugar, estaba difundido el culto a Dionisos, originariamente dios de la vegetación, luego el dios del vino y de la embriaguez. Parece que algunas de las recomendaciones de 1Tes 4-5 (4,3-8; 5,7-8) se refieran a este culto, además de a la espera de la vida futura (cf. 1Tes 5,1-11). Además de la potente presencia del judaísmo en Tesalónica, es necesario referirse a la importancia del culto al dios egipcio Serapis (Osiris). Entre sus diversas funciones, estaba la de ser guardián del mundo inferior y fuente de toda vida y de toda curación. Esto, amén de orientarnos hacia lo que hoy llamamos inculturación, denota cómo los cultos egipcios fueran fuertes en esta ciudad. Algunas otras divinidades estaban presentes y recibían culto en Tesalónica, como, por ejemplo, Afrodita, la diosa griega del amor y de la belleza. Podemos ya imaginarnos las dificultades de Pablo y de sus compañeros en la comunicación y transmisión de los mensajes en el ambiente pluralista y sincretista de esta ciudad. La carta muestra que el esfuerzo de Pablo y compañeros tuvo éxito: los cristianos tesalonicenses abandonaron los ídolos y pasaron al servicio del Dios vivo y verdadero (1Tes 1,9). 6
Desde el punto de vista político, Tesalónica estaba bajo la jurisdicción del imperio romano y gobernada por una elite (polemarcas, magistrados y militares), ayudados por un consejo (llamado demos), que preparaba las leyes y decretos (1Tes 5,12-13 habla de los dirigentes que se afanan por la comunidad, demostrando que Pablo tiene una visión totalmente diversa acerca del poder). Es muy probable que ningún cristianos de la ciudad perteneciese a estas instancias superiores, si bien Lucas alude a mujeres de la alta sociedad entre los miembros de la comunidad (He 17,4; cf. más abajo, n. 3). De todos modos, podemos imaginar el impacto de algunas recomendaciones de Pablo a personas que nunca habían sido escuchadas o jamás habían tenido poder de decisión; recomendaciones como la de 1Tes 5,21: “Examinadlo todo, y quedaos con lo bueno”. Además de la elite dominante, en la ciudad existía una especie de clase media, constituida fundamentalmente por funcionarios públicos (inspectores y cobradores; no puede olvidarse que Roma recaudaba fuertes tributos), militares jubilados, arquitectos y otros. Pero la mayoría del pueblo era pobre. En Tesalónica había muchos esclavos y descargadores del puerto, que no participaban en las decisiones, no eran pueblo. En la mentalidad de la época, era imposible subir de clase social, pues el sistema privilegiaba al grande, al poderoso, y esto, como siempre, no admitía descensos en la escala social. Recuérdese asimismo que en la cultura griega sólo los esclavos se sometían a los trabajos manuales y pesados. Nótese, ya desde ahora, la actitud de Pablo trabajador (1Tes 2,9) y lo que él recomienda a los ociosos (5,14). También es necesario tener presente que es la primera vez que Pablo escribe una carta a una comunidad, llamándola ekklesia (iglesia, comunidad, familia). Esta palabra evoca la kajal hebrea (asamblea del pueblo de Dios). Llamar a estos pobres tesalonicenses ekklesia significaba reconocerles el status de ciudadanos. 2. Fundación de la comunidad Para hablar del comienzo de la comunidad cristiana de Tesalónica nos valdremos tanto de las indicaciones de Lucas (He7
chos) como de las de Paolo en la carta, aunque en algunos detalles Pablo y Lucas no concuerdan. Dejaremos aparte los detalles, dando prevalencia a las informaciones de Pablo. Estamos en el año 50, durante el segundo viaje misionero de Pablo (He 15,39–18,22), acompañado por Silas (Silvano), Timoteo y probablemente por Lucas. La característica más importante de este viaje es la entrada de la Palabra en el continente europeo por la ciudad de Filipos y, luego, la de Tesalónica. Lucas no informa de que, a estas alturas, Roma hubiera recibido ya el mensaje. Para él, Pablo es pionero y roturador, y en este impulso misionero Europa está recibiendo el primer anuncio de salvación. Los avatares de Filipos los conocemos gracias al relato de He 16. Escribiendo a los tesalonicenses, Pablo dice simplemente que en Filipos “hemos sido maltratados y ultrajados” (1Tes 2,2a). Lucas narra abundantemente estos hechos. Se supone que los evangelizadores hayan llegado a Tesalónica ostentando aún las llagas de la flagelación sufrida. En vez de avergonzarse, están llenos de audacia (Pablo, en 2,2b, usa la palabra parresía=audacia, tener “caradura”, osar) y anuncian el Evangelio de Dios en medio de grandes luchas. Pablo no da detalles de estas “grandes luchas”, pero con cierta sensibilidad y con la ayuda de Hechos, podemos recomponer el escenario. 1. La competición entre los muchos predicadores de felicidad, que aprovechan la fragilidad humana y, con segundas intenciones, explotan al pueblo (1Tes 2,3-7). 2. Los conflictos con los judíos de la ciudad; envidiosos porque Pablo les sustrae “adoradores de Dios” (He 17,5ss), le persiguen violentamente (1Tes 2,15-16; 3,4). 3. La condición social de Pablo, que se pone a nivel de los pobres y de los esclavos, trabajando con las propias manos (4,11; 2Tes 3,6-12), noche y día (1Tes 2,9). 4. La tensión política con el imperio romano y el culto imperial. La acusación contra Pablo es la de subversión política: anuncian a otro rey, transgrediendo los decretos de César. (En la pasión, a Jesús se le hace una acusación semejante, Lc 23,5; Jn 19,12). A pesar de este contexto hostil y la aparente fragilidad de Pablo y compañeros, no obstante las tribulaciones que los tesalonicenses y también los evangelizadores soportan (1Tes 1,6), surge en Tesalónica, bajo el impulso del Espíritu Santo, una comunidad cristiana gozosa. 8
3. Perfil de los cristianos de Tesalónica He 17,4 habla de las mujeres nobles que se adhieren a la predicación de Pablo. Si diéramos crédito a las informaciones de Lucas, tendríamos en Tesalónica una comunidad cuyo poder económico (y político) estaría en el vértice de la pirámide social. Pero conviene recordar que Lucas crea por propia cuenta muchas escenas de los Hechos concernientes a Pablo, permitiéndonos de poner en duda su información. Algunos años después de haber dado comienzo a las comunidades cristianas en Macedonia (Filipos y Tesalónica), Pablo estimula a los corintios a la colaboración solidaria con los cristianos pobres de Jerusalén, informando de que las comunidades macedonias, aun encontrándose en una situación de indigencia y de tribulación, con grande gozo se han mostrado solidarias. Surge espontáneo preguntarse quién de los dos tiene razón en cuanto al perfil social de los cristianos tesalonicenses: ¿Pablo o Lucas? Es evidente que debemos dar crédito a Pablo, descubriendo el rostro pobre de las comunidades de Macedonia, a no ser que identifiquemos a las personas de elite mencionadas por Lucas con los ociosos recordados por Pablo en la carta, tema que vuelve con fuerza en 2Tes. Siguiendo las indicaciones de Lucas respecto a la composición de la comunidad cristiana de Tesalónica, nos encontramos con el fenómeno del pluralismo étnico y cultural. En el relato de la fundación de la comunidad (He 17,1-9), Lucas nos presenta a Pablo que se dirige a los judíos en la sinagoga de la ciudad. Como resultado del anuncio de Jesucristo durante tres sábados, algunos de ellos se convencieron y se unieron a Pablo y Silas (17,4). Es el primer grupo étnico que compone la comunidad. Parece que los judeocristianos de Tesalónica fueran una minoría. Sorprendentemente, también una multitud de adoradores de Dios (prosélitos) acepta el anuncio de Pablo y abraza la fe. Adoradores de Dios eran todos los no judíos que creían en el Dios de Israel y estaban dispuestos a aceptar cierto número de prescripciones morales del judaísmo. Era el grupo más consistente de la 9
comunidad, y ciertamente estos adoradores de Dios habían estado antes incorporados a la sinagoga. De aquí la revuelta feroz de los judíos de Tesalónica contra Pablo y Silas. El tercer grupo que compondrá la diversidad cultural y étnica de la comunidad es el de los muchos griegos. El detalle tiene importancia, pues los griegos no frecuentaban la sinagoga como los adoradores de Dios. Esto significa que Pablo no debe haber limitado su predicación a la sinagoga, sino que buscó “otros púlpitos” para la transmisión del mensaje. Este tercer grupo hace que la comunidad cristiana sea portadora de novedad, distinguiéndose del judaísmo, cuya identidad radicaba en la nítida distinción de razas, creando un muro de separación (cf. Ef 2,1ss). Pablo llama ekklesia a estas personas de etnias y culturas diversas. La palabra ekklesia, en el pensamiento de Pablo, puede tener diversos significados: asamblea, iglesia, comunidad, familia. Hay en Tesalónica una ekklesia-familia entre las más diversificadas. El status que acomuna a todos es el di hermanos (1,4; 2,1.17, etc.). Pablo es madre y padre (2,7-12). Sin duda fue Pablo quien introdujo en la iglesia primitiva esta forma de trato entre los miembros de una comunidad: hermanos. 4. La primera carta a los Tesalonicenses No sabemos cuánto tiempo haya estado Pablo en Tesalónica; ciertamente su permanencia no se limitó a tres semanas (cf. He 17,2). El hecho es que fundó una iglesia doméstica, una nueva familia –quizás en casa de Jasón– y le dio una organización básica, instituyendo también animadores (1Tes 5,12-13). La comunidad –o tal vez las comunidades– de esta ciudad (como las otras fundadas por Pablo) era numéricamente pequeña y se reunía en una casa. En Tesalónica la hostilidad contra Pablo (1Tes 2,15-16) creció y él tuvo que huir para poder salvar la vida, refugiándose en Berea (He 17,10), mientras la persecución continúa en Tesalónica, ahora contra la comunidad (1Tes 2,14). La evangelización de la comunidad de Tesalónica había quedado incompleta. Faltaban aún muchas cosas. También en Berea surgieron tensiones provoca10
das por los judíos de Tesalónica, y Pablo es llevado a Atenas (He 17,13-15). Él mismo explica el estado de ánimo con que vive en esta ciudad: «No pudiendo resistir más, resolvimos quedarnos solos en Atenas, y enviamos a Timoteo, nuestro hermano y ministro de Dios en el evangelio de Cristo, con la misión de confortaros y alentaros en vuestra fe, para que nadie se deje desalentar por estas tribulaciones. Pues bien sabéis vosotros mismos que son parte de nuestra vocación. Durante nuestra estancia entre vosotros os predecíamos ya que habríamos de tener tribulaciones, como realmente ha sucedido. Bien lo sabéis. Por esto, no pudiendo resistir ya más, le envié para que me informara de vuestra fe; no fuera que os hubiese tentado ya Satanás y hubiera resultado estéril nuestro trabajo» (1Tes 3,1-5). Mientras Timoteo va a Tesalónica, Pablo intenta hablar de Cristo resucitado a las elites intelectuales de Atenas, acabando en fracaso. Sobe esta ciudad nada más se nos dirá en los Hechos y en las Cartas. Frustrado y amargado, Pablo va a Corinto (He 18,1ss) y trabaja con sus propias manos, como los dos tercios de la población esclava de esta ciudad. Poco después acaeció lo que nos cuenta en 1Tes 3,6-10: «Ahora Timoteo, ha regresado de Tesalónica y nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y de vuestro amor, y de cómo conserváis constantemente un afectuoso recuerdo de nosotros, deseando vivamente vernos, lo mismo que nosotros a vosotros. Con todo ello, y principalmente por vuestra fe, nos habéis procurado un gran consuelo en medio de las presentes tribulaciones y congojas. Ahora nos parece vivir de nuevo, porque vosotros os mantenéis firmes en el Señor.¿Cómo podremos agradecer a Dios todo este gozo que nos habéis proporcionado ante nuestro Dios? Noche y día le pedimos con renovada insistencia que nos conceda veros personalmente y poder contemplar así lo que falta todavía a vuestra fe». Era a comienzos del año 51. En Corinto, Pablo, Silvano y Timoteo escriben a la comunidad, sobreabundando en agradecimiento a Dios y exhortando a la comunidad a crecer en la fe, en el amor y en la esperanza. (Algunos estudiosos ven en 1Tes dos cartas escritas en tiempos diversos. No vamos a entrar en estos detalles). El clima de la carta está caracterizado por un antes y por un después de la ida de Timoteo a Tesalónica y su regreso. Antes: 3,1: Pues bien, no pudiendo resistir más (en greco, me stégontes denota ansiedad, una situación límite); después: 3,8: Ahora 11
nos parece vivir (literalmente: estar vivos). Muerte-vida, muerteresurrección. Podemos, pues, sintetizar los motivos por los cuales se escribió esta carta: las buenas noticias traídas por Timoteo, que hablan de la fe activa de los tesalonicenses, del amor compartido entre ellos y con Pablo, hasta el punto de sentir recíproca nostalgia y el deseo de un re-encuentro, de la firme esperanza que anima la vida de la comunidad. Timoteo debió traer también preocupaciones; por eso los capítulos 4 y 5 contienen exhortaciones a la comunidad. Pablo escribe preocupado por la todavía débil fe de los tesalonicenses (1Tes 3,10) y lo expresa tanto en la carta como en las futuras visitas que podrá hacer a Tesalónica. 5. Importancia de la carta Estamos ante el primer documento escrito del Nuevo Testamento. En Corinto, a comienzos del año 51 –a 20 años de la resurrección de Cristo– nace el primer libro del NT. Es una carta colectiva: Pablo, Silvano y Timoteo –en este orden–. Aunque la figura de Pablo destaca, es una carta a seis manos y tres corazones. Pero no siempre será así. Quien tenga interés por este tema (un poco árido y técnico), descubrirá cómo poco a poco Pablo va abandonando la primera persona del plural para adoptar el “yo”, aunque en la presentación inicial de las cartas se presente acompañado por otras personas. Obsérvese un detalle: al tiempo de las cartas paulinas no existe aún un evangelio escrito (Marcos aparece, probablemente, hacia el año 68). Pero mientras, Pablo no teme hablar explícitamente de “Evangelio”. Otro particular significativo: siendo el primer texto escrito del NT y dirigido a una mayoría de no-judíos, 1Tes lanza un reto en cuanto al diálogo con las culturas. No debe olvidarse además que Pablo, poniéndose a escribir, ha creado un nuevo medio de evangelización: la carta. No se limitó a los medios tradicionales (predicación y catequesis directas), sino que innovó, haciéndose presente con el escrito donde no podía ir personalmente. El primer texto de Pablo sirve asimismo para poder relevar el desarrollo de su pensamiento. Justo por este motivo profundiza12
remos en sus cartas, siguiendo en lo posible su orden cronológico. Además, es importante tomar conciencia, ya desde ahora, de que las cartas de Pablo no son textos especulativos o teóricos sino textos que conciernen al día a día de las personas y comunidades. Son textos profundamente pastorales y vinculados a la vivencia. II. LA CARTA Y SUS PRINCIPALES TEMAS La carta está construida sobre un trípode (es la primera vez que esto aparece en el NT), conocido como “virtudes teologales” y son las columnas sobre las que se fundó la comunidad tesalonicense: fe, amor, esperanza –en este orden–. Cada una de estas virtudes tiene una calificación: la fe es activa, el amor es capaz de sacrificarse y la esperanza es perseverante: «Presentamos a Dios, nuestro Padre, la actividad de vuestra fe, la eficacia de vuestro amor y la firmeza de vuestra esperanza en nuestro Señor Jesucristo» (1,3). Estos tres temas no están delimitados con nitidez, fruto probablemente de las dificultades redaccionales y de los textos dictados. A excepción del la dirección y del saludo inicial (1,1) y final (5,28), la carta tiene dos grandes secciones. La primera comprende los tres primeros capítulos y la segunda los capítulos 4 y 5. La primera sección (1,2–3,13) está marcada por la acción de gracias que Pablo, Silvano y Timoteo dirigen a Dios en sus oraciones por la buena marcha de la comunidad. Esto podemos notarlo en 1,2 («Continuamente damos gracias a Dios por todos vosotros...») y en 3,9 («¿Cómo podemos agradecer a Dios todo este gozo que nos habéis proporcionado...?»). En 4,1 se produce claramente un cambio. Desaparece el tema del agradecimiento a Dios con gozo y surge la exhortación encaminada a la vida de la comunidad: «En fin, hermanos, os pedimos y os exhortamos en el nombre de Jesús, el Señor...». Esta exhortación se extiende prácticamente hasta el final de la carta. En la primera sección se nota un Pablo que reprime el deseo de hablar de sí mismo para dar espacio a la acción de gracias por la comunidad. De ahí el clima que caracteriza los primeros tres capítulos. 13
1. “Continuamente damos gracias a Dios...” (1,2–3,13) a. Actividad de la fe (1,4-10). En un clima de continua acción de gracias («sin cesar», v. 3), la carta desarrolla el tema “la fe activa de los tesalonicenses”. ¿Cómo acaeció esto en la fundación de la comunidad y tras la partida de los misioneros? Se debió a la acogida de la Palabra con el gozo del Espíritu Santo entre muchas tribulaciones. Las tribulaciones son las persecuciones que la comunidad afrontó tras la partida de Pablo (cf. 2,14). Para los tesalonicenses la persecución fue el termómetro de la propia fe. Resistieron ejemplarmente, tanto que se hicieron imitadores de Pablo y del Señor, y de ello se habla hasta en Acaya (donde está Pablo mientras escribe). En segundo lugar, la fe activa de esta comunidad se caracterizó por la difusión de la Palabra, de modo que también los tesalonicenses han pasado a ser misioneros. Y, en fin, aunque no sea lo último en importancia, se comenta la conversión desde los ídolos al servicio del Dios vivo y verdadero, esperando la venida del Hijo. La fe activa de los tesalonicenses provocó denuncia y ruptura: tuvieron que abandonar a los ídolos, denunciándoles come productores de esclavitud y muerte. No se trata simplemente de cambiar religión, dado que en 1,9 encontramos la contraposición frontal, como cosas inconciliables, entre los ídolos que provocan la muerte y el Dios verdadero que suscita la vida. La adhesión al Dios viviente presupone la ruptura con cuanto engendra muerte y un compromiso permanente con la vida que nace de Dios y se enraíza en una sociedad justa y fraterna. No es fácil ni romántico pasar del compromiso con los ídolos a la adoración y al servicio del Dios vivo y verdadero. Este paso puede ocasionar sufrimiento y persecución. Sugerencias para una lectura paulina: En un clima de acción de gracias a Dios, 1. leer la historia de la propia vocación y el camino de la propia comunidad («Sabemos muy bien, hermanos queridos de Dios, que habéis sido elegidos»); 2. considerar la importancia de la palabra de Dios como alimento para cada uno de nosotros, para la comunidad y como semilla que esparcimos en la cultura de la comunica14
ción; 3. tener presente que para Pablo y para los tesalonicenses vivencia (testimonio), anuncio de la Palabra y tribulación son realidades estrechamente unidas; más aún, no obstante las tribulaciones, los tesalonicenses se alegran en fuerza del gozo del Espíritu Santo; 4. la fe activa de los tesalonicenses les hizo misioneros más allá de las propias fronteras. ¿Qué importancia tiene esto para nosotros? 5. Vivimos en una sociedad llena de ídolos de toda especie, mucho más que en Tesalónica. Los “medios” no cesan de fomentar las idolatrías. ¿Qué significa esto para nosotros? 6. Fe activa, amor capaz de sacrificios y firme esperanza fueron las columnas sobre las que se construyó la comunidad de Tesalónica. Además de los consejos evangélicos, ¿cuáles son las “columnas” de mi comunidad? 7. Fe, amor, esperanza corresponden, grosso modo, al trinomio alberioniano mentecorazón-voluntad. ¿Qué significa esto para nosotros? 8. Hay en esta perícopa una presencia discreta de la Trinidad. Como ejercicio, puede tomarse nota de lo que Pablo dice sobre el Padre, sobre el Hijo y sobre el Espíritu Santo. 9. Por primera vez, en el primer escrito de Pablo, aparece el tema ekklesia-familia y la palabra hermanos. ¿Qué importancia tiene esto para nosotros?
b. Retrato del evangelizador y fe activa (2,1-19). La primera impresión que se prueba al leer el capítulo 2 es que la acción de gracias haya desaparecido. Pero en realidad sigue ocupando exactamente el centro del texto, entre el comportamiento de los misioneros (2,1-12) y la acogida que los tesalonicenses les reservaron (2,13-19): «Por todo ello damos continuamente gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios que os predicamos, la abrazasteis no como palabra de hombre, sino como lo que es en verdad, la palabra de Dios, que permanece vitalmente activa en vosotros, los creyentes» (2,13). Antes de este versículo encontramos un retrato del agente de pastoral, cuyas principales características queremos resaltar, teniendo presente los centenares de predicadores que engañaban al pueblo en Tesalónica. 1. Audacia. Marcados aún por los sufrimientos y por los insultos de Filipos, Pablo y sus compañeros se 15
llenan de parresía (audacia) para anunciar el Evangelio. 2. Transparencia. Pablo no adula a sus destinatarios; éstos pueden reconocer la rectitud. Cuando ello no es posible, los evangelizadores se someten al juicio de Dios, que ve y escruta. 3. Amor capaz de sacrificios. Pablo podía hacer valer sus propios derechos de apóstol y exigir che la comunidad le mantuviera materialmente, pero no acude a tal derecho. 4. Ternura materna. Pablo se parangona a la madre, que no sólo nutre y acaricia al hijo, sino que es capaz de dar la propia vida (cf. Jn 15,13; 1Tes 2,7 puede traducirse de diversos modos). 5. Firmeza paterna. Según los paradigmas culturales de la época, tocaba al padre la responsabilidad de hacer que el hijo llegase a ser un ciudadano. De aquí los verbos del v. 12: exhortar, animar, alentar. Para acoger la palabra de Dios, los tesalonicenses tuvieron que acoger al pobre y al sufriente, o sea a Pablo y compañeros como mensajeros de la buena noticia del Reino. Si no hubieran acogido a Pablo y Silas, la palabra de Dios en Tesalónica hubiera pasado sin ser percibida. Esto porque la palabra de Dios viene a nosotros en la historia, en los acontecimientos, mediante personas no siempre elegantes y ricamente presentables. El tema de la persecución vuelve en la carta (2,14-16), de forma fuerte, y a los cristianos se les pone junto a las iglesias de Judea, del Señor (cf. Jn 15,20) y de los profetas, signo de que la fe activa y la perseverante esperanza han incidido en su camino. Sugerencias para una lectura paulina: En un clima de acción de gracias a Dios, 1. confrontar la propia vida de Paulino con las características del apóstol apenas presentadas; 2. revisar los objetivos de nuestra consagración y misión: qué vamos buscando; 3. el mundo de la comunicación es un campo marcado por intereses no siempre transparentes y claros. Lo que decimos (mensaje) ¿corresponde a lo que pensamos y vivimos? ¿Pablo nos dice algo al respecto? 4. “Está bien ser importante, pero es más importante ser bueno”. Pablo no duda en romper los paradigmas comportamentales de su tiempo, comparándose a una madre con los tesalonicenses. Reflexionar sobre nuestras relaciones en la comunidad y cómo tratamos a los destinatarios de nuestros contenidos; 16
5. Pablo se considera madre y padre de las comunidades que ha fundado, mostrando que hay una fecunda paternidad no física. ¿Nos sugiere algo esta realidad? 6. ¿Qué puede decirnos esta perícopa además de lo que hemos considerado?
c. Fe activa y amor capaz de sacrificios (3,1-13). El tema de la fe activa continúa en el capítulo 3, acompañado del amor capaz de sacrificios. Los autores de la carta están ansiosos y no se dan descanso ante la posibilidad de ver invalidado todo el trabajo evangelizador en Tesalónica. Reaparece el tema de la “tribulación” – palabra técnica en las cartas paulinas, denotando las presiones y opresiones che caen sobre el agente de pastoral en un contexto de tensión y de conflicto. Pablo temía que la tribulación hubiera sofocado la fe, que el miedo hubiera derrotado la esperanza. De aquí el estado de ánimo suyo y de los compañeros: «No pudiendo resistir más...» (3,1), a pesar de haber advertido a la comunidad, de viva voz, acerca de las tribulaciones que la misión habría implicado. Este es un aspecto interesante y muy actual. El primer texto del NT pone juntas misión y tribulación, evangelización y persecución. La misión tiene lugar en un campo de intereses contrarios al proyecto de Dios. Pablo lo demuestra afirmando que hay un “Tentador”, un adversario que podrá inutilizar el trabajo misionero. Sin ahondar ahora la cuestión, este tema lleva a pensar en el misterio del mal y en la lucha que el cristiano conduce para oponer el bien al mal. Timoteo va a Tesalónica con estas preocupaciones y vuelve con buenas noticias acerca de la fe y el amor de los tesalonicenses (3,6). La fe activa de la comunidad, capaz de resistir a las persecuciones ha reconfortado a Pablo y compañeros; y ello es motivo de agradecimiento a Dios. Percibimos, in 3,6-13, un clima de amor que sella todas las relaciones: amor entre los miembros de la comunidad y fuera de ella: «Que el Señor os haga crecer más y más en el amor entre vosotros y para con todos, como nosotros lo tenemos para con vosotros» (3,12). La fe activa ha provocado la ruptura con los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, y el signo concreto de dicha fe ha sido la creación de la 17
comunidad cristiana, cuyo aglutinante es el amor que no conoce fronteras: los miembros de la comunidad se aman recíprocamente y derraman amor hacia afuera, amando a todas las personas. El amor entre los misioneros y la comunidad busca nuevos encuentros: “...deseando vivamente vernos, lo mismo que nosotros a vosotros» (3,6b). Pablo desea transformar estos futuros encuentros en ocasiones para la profundización de la fe. Sugerencias para una lectura paulina: En un clima de acción de gracias a Dios, 1. recordar las tribulaciones superadas, la serenidad tras momentos en que nos hemos visto como Pablo («No pudiendo resistir más...») y el gozo de ver encaminados y logrados nuestros grandes o pequeños proyectos apostólicos; 2. la misión paulina no se agota en un libro, vídeo, CD, etc. («... poder completar así lo que falta todavía a vuestra fe»); es necesario ser creativos y valientes. Esto ¿nos sugiere algo? 3. El amor de los tesalonicenses entre ellos y hacia Pablo es el resultado de la fe activa. Dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, los tesalonicenses formaron la comunidad, comprometiéndose a crear nuevas relaciones entre ellos, haciendo de la comunidad un espacio donde se elabora el proyecto de una nueva sociedad. ¿Son fraternas nuestras comunidades? El clima que en ellas se respira ¿es diverso del de la sociedad competitiva y excluyente en que vivimos? 4. Pablo vislumbra “el misterio del mal” (Tentador) entre el mensaje transmitido por los evangelizadores y los destinatarios. Hay que profundizar este tema, recordando al Fundador: oponer la buena prensa a la mala prensa...
2. “...os pedimos y os exhortamos en el nombre de Jesús, el Señor...” (4,1–5,27) Comienza la parte exhortativa de la carta. No se trata ni de imposiciones (leyes venidas de fuera) ni de simples consejos que pueden ser rechazados. En la gran ciudad de Tesalónica ha surgido un núcleo cristiano, que ha aceptado el reto de abandonar los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero. Este cambio ha 18
traído algunas consecuencias: 1. La comunidad, por pequeña que sea, viviendo la novedad anunciada por Pablo y sus compañeros, deviene fermento transformador en la gran ciudad; sal de la tierra y luz del mundo, según las palabras del Discurso de la Montaña; pasta nueva sin levadura de malicia (cf. 1Cor 5,6-7), según las palabras de Pablo. 2. Si la comunidad cristiana, en su interior, da espacio a las costumbres y a las relaciones injustas y opresoras de las que está rodeada, cesa de ser fermento. Pablo se enfurece cuando esto sucede, por ejemplo, en las comunidades de Corinto. 3. La comunidad, pues, es portadora de un ethos (ética), un comportamiento nuevo, que ilumina y ennoblece todas las relaciones dentro y fuera de sí. Tal es el sentido de la expresión “hijos de la luz” en 5,5. En el bagaje de Timoteo, yendo al encuentro de Pablo y Silas en Corinto, no había sólo buenas noticias. Hasta aquí hemos visto el lado luminoso de los tesalonicenses; en efecto, Pablo ha comenzado la carta hablando de las cosas buenas de la comunidad. Ahora, detrás de las exhortaciones para una ética cristiana en la gran ciudad, podemos entrever que el fermento de la sociedad injusta y desigual amenazaba contaminar las relaciones comunitarias. Por eso las exhortaciones de la carta que, más o menos, van hasta el final. a. Amor capaz de sacrificios (4,1-8). La carta comienza afirmando que los tesalonicenses, aun siendo casi todos paganos, pertenecen al número de los elegidos de Dios (1,4). Queda superada así la barrera de la raza. Luego se indica el objetivo de esta elección, o sea, cuál es la voluntad de Dios: «vuestra santificación» (4,3). Si la carta pide y exhorta acerca de la sexualidad es porque el comportamiento de los «los paganos, que no conocen a Dios» (4,5b) ha pervertido las relaciones en la comunidad. La expresión «el propio cuerpo» (v. 4), algunos la traducen con «la propia esposa»; de todos modos se ve que Pablo trata de esbozar una especie de teología del cuerpo (o de la sexualidad, o del matrimonio), desarrollada luego en otras cartas (por ejemplo, 1Cor). Para comprender la novedad del mensaje, basta recordar que en la cultura griega la materia (el cuerpo) merece casi sólo desprecio y está destinada a la destrucción. Por consiguiente al 19
hombre le queda únicamente una salida: usar, disfrutar, aunque ello entrañe oprimir a otra persona. La ética cristiana afirma que el cuerpo, destinado a la resurrección, es el medio por el que nos relacionamos. El cuerpo (y la sexualidad) ha sido creado para la relación y su destino último es la santidad. Este hecho hace nuevas todas las relaciones humanas: de la persona consigo misma, con los demás, con las cosas y también con Dios. Sugerencias para una lectura paulina: 1. Dios quiere nuestra santificación, y ésta es un proceso ininterrumpido. Los beatos Giaccardo y Alberione comprueban que el apostolado paulino es un camino, nuestro camino de santificación. Sin él, el Paulino no se santifica. 2. El cuidado de mi cuerpo y el respeto al cuerpo del otro es la prueba de que me amo a mí mismo y amo a los otros. 3. Nuestra sociedad hedonista frecuentemente desfigura el cuerpo de las personas creadas a imagen y semejanza de Dios. Como seguidores de Pablo y comunicadores del Evangelio, debemos tener otra visión, otra teología del cuerpo humano, medio a través del cual establecemos comunicación y comunión con las personas. ¿Veo estos temas ”como los paganos que no conocen a Dios”, o como portador de una buena noticia paulina? 4. Poner el texto en relación con el voto de castidad. 5. En nuestra gran Familia contamos con un Instituto llamado Santa Familia. ¿Qué conocimiento tengo de él, qué hago por él?
b. Amor capaz de sacrificios (4,9-12). La carta elogia el amor que circula entre los miembros de la comunidad y fuera de ella («en toda Macedonia»). Así y todo, visto que el amor es dinamismo que ni se cierra ni se detiene, Pablo aconseja progresar cada vez más en esta dirección. Y, como persona práctica que es, va enseguida al grano, o sea, muestra cómo traducir este amor en el día a día. Había en Tesalónica personas que pesaban sobre la comunidad, llevando una vida ociosa (quizás fuesen personas ricas y no acostumbradas a trabajar, o personas que, ante la inminente vuelta del Señor, habían dejado de trabajar, viviendo una estéril espera). La carta exhorta a estas personas a trabajar con las propias manos, causando así dos efectos: dejar de ser un peso para 20
la comunidad (aspecto interno) y dar ejemplo de un vida digna y honrada para los de fuera (aspecto externo). Sugerencias para una lectura paulina: 1. Amar es una tarea que no se agota ni nos agota. Nunca llegaremos al culmen del amor fraterno: «Queremos exhortaros, hermanos, a que progreséis todavía más». ¿Dónde me encuentro en el mandamiento del amor? 2. En el contexto cultural de Tesalónica, sólo los esclavos trabajaban manualmente. El trabajo, pues, discriminaba a las personas, creaba clases y excluía. ¿Tiene esto repercusiones en nuestras comunidades? 3. Trabajando con las propias manos, los tesalonicenses llegaron a ser un espejo para “los de fuera”. ¿Inspira esto la relación dador de trabajo-empleados en nuestra Congregación?
c. Firme esperanza (4,13-18). La catequesis inicial de Pablo daba ciertamente espacio al tema de la parusía, la segunda venida del Señor, como algo inminente. Esto debe haber excitado las expectaciones de le personas de la comunidad, algunas de las cuales habían dejado de trabajar. Otras vivían en la desesperación, porque algunos de sus seres queridos habían muerto antes de la parusía y, por consiguiente, habían sido privados del encuentro con el Señor. El mensaje de Pablo comienza hablando de esperanza (4,13) y acaba pidiendo mutua consolación (4,18). También en este aspecto, la comunidad cristiana es portadora de una novedad que fermenta a toda la sociedad: «No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos, para que no os aflijáis como los que no tienen esperanza» (4,13). El eje central de la esperanza cristiana es la muerte y resurrección de Jesús (tema desarrollado en 1Cor 15). En la parusía, ni los muertos ni los vivos quedarán privados de la plena comunión con el Señor. d. Perseverante esperanza (5,1-11). La carta pasa a tratar “cuando” sucederá la parusía. Y arrincona tudas las certezas, repitiendo lo que la comunidad ya sabía: la segunda venida del Señor no es previsible. La única certeza es que Cristo vendrá sin preavisar. La imagen del ladrón durante la noche es significativa y si, por una parte, deslegitima cualquier especulación, por otra presenta 21
la única actitud posible: la vigilancia. En otras palabras, una esperanza perseverante. El tema halla resonancias en el Antiguo Testamento y también en la predicación de Jesús. El contraste entre tinieblas y luz pone de relieve lo que la carta quiere grabar en la comunidad: los cristianos son hijos de la luz, actúan de día, son portadores de novedad incluso en el campo de la esperanza. Se les parangona al soldado bien pertrechado y pronto para la venida del Señor. Y sus armas son bien conocidas: fe, amor, esperanza.
mínimo de organización, la carta deja entrever cómo considera Pablo el servicio de la autoridad y la respuesta que los miembros de la comunidad dan a quien les dirige “en el Señor”. “Trabajar duro” es el mismo verbo usado por Pablo para hablar de su difícil tarea diaria (1Cor 4,12; 15,10; Gál 4,11; Flp 2,16). Al final de varias exhortaciones (5,14-22), que descubren otras sombras en la comunidad, la carta termina con un deseo en forma de oración (5,23), retomando el tema de la esperanza en el día de la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Sugerencias para una lectura paulina: 1. La fe activa nos lleva a abandonar los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero. Respuesta de la fe activa es la formación de comunidades que viven nuevas relaciones dentro y fuera del propio ámbito, relaciones marcadas por el amor. Viviendo así, las comunidades miran con esperanza al futuro y más allá de la historia personal y colectiva. ¿Qué espacio ocupa la esperanza en mi vida y en la vida de la comunidad? La Congregación ¿tiene un futuro? ¿Hay signos de esperanza? ¿Comunico esperanza, o soy «como los que no tienen esperanza»? 2. Los años pasan y yo me preparo a mi encuentro definitivo con el Señor. ¿Cómo ilumina la esperanza esta preparación? 3. La Familia Paulina va creciendo de número en el cielo. Como los tesalonicenses, que no cesaban de amar a sus queridos difuntos, sigamos también nosotros amando a nuestros hermanos que nos han precedido en el camino de la vida eterna. 4. Pablo se confundió respecto a la inminente segunda venida. ¿Cómo aceptas tú esto? 5. Para un Paulino, ¿qué significa vigilancia, ser hijo de la luz? Pablo habla del soldado bien pertrechado y armado. ¿Sirve esto también para un Paulino?
Sugerencias para una lectura paulina: 1. ¿Cómo es mi relación con las autoridades “que trabajan duro” entre nosotros: crítica sistemática, adulación servil o “amor especial”? 2. Reflexionar sobre el voto de obediencia. 3. En 5,14-15 Pablo ofrece algunas orientaciones sobre la corrección fraterna. ¿Cómo repercute esto en mí y en mi comunidad? 4. El texto ¿me sugiere otras cosas? 5. ¿Qué he aprendido profundizando 1Tes?
e. Amor capaz de sacrificios y firme esperanza (5,12-27). Las peticiones y las exhortaciones continúan, y es difícil agruparlas alrededor de algunos temas comunes. Llama nuestra atención la exhortación a tener “consideración” y “amor especial” a los animadores (5,12-13). De ellos se dice que trabajan duro, haciéndose cargo de la comunidad. Además de informarnos de que existía un 22
III. LA CARTA EN EL P. ALBERIONE Y CONSECUENCIAS PARA NOSOTROS HOY 1. ¿Cómo leyó e interpretó el P. Alberione la primera carta a los Tesalonicenses? Hojeando los escritos del Fundador, pueden relevarse algunas reflexiones suyas sacadas de esta carta paulina. Las recuerdo brevemente. 1.1. En 1967, décimo nono centenario del martirio de los Apóstoles Pedro y Pablo, el Primer Maestro traza una síntesis de 1Tes en estos términos «En Tesalónica (Salónica) san Pablo había fundado una iglesia floreciente, según los Hechos de los Apóstoles. “Con la fuerza de los milagros y con manifestaciones del Espíritu Santo, san. Pablo afirma que su predicación en Tesalónica fue tal en las pruebas y en los carismas espirituales que produjo la plena conversión de todos los tesalonicenses”. 23
Expulsado por intrigas de los judíos, san Pablo escribió esta carta para animar a los tesalonicenses y les alaba por su perseverancia, el celo por el Evangelio y su fervor en las persecuciones, sintiendo no poder volver donde ellos. Después de los informes presentados por Timoteo, que les había visitado, san Pablo se sintió consolado. En la segunda parte exhorta a la santidad, a la caridad, al trabajo. Alude al fin del mundo. En particular, recuerda los deberes hacia los superiores eclesiásticos, hacia los hermanos y hacia Dios. Vivir según el espíritu para el día de la recompensa eterna. “La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vosotros”» (San Paolo, diciembre de 1966). 1.2. La afirmación de san Pablo: «Ahora bien, esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación» (1Tes 4,3) la cita con abundancia el P. Alberione, a veces sólo sugiriéndola, en sus escritos y meditaciones a las Instituciones de la Familia Paulina, como el verdadero programa para toda la vida. Una santificación que halla en Cristo Divino Maestro Camino, Verdad y Vida el modelo único e insustituible: la santificación es una progresiva cristificación de la mente, del corazón y de la voluntad. A san Pablo, que se presenta a los tesalonicenses como “modelo” por “el modo de vivir y de agradar a Dios” (cf. 1Tes 4,1), lo indica el Primer Maestro como la “forma” para la santificación de los Paulinos. La perfección paulina es la unidad de “santificación y apostolado”; unidad dinámica, porque está llamada a “lanzarse adelante, progresando un poquito cada día”. 1.3. Un tema de las cartas a los tesalonicenses, que el P. Alberione subraya con regularidad, es la laboriosidad (cf. 1Tes 4,11 y 2Tes 3,7-13) como una virtud contrapuesta al ocio y al hacerse mantener. Tras haber dicho que “san Pablo fue un gran trabajador”, comenta para los Paulinos: “El trabajo del Paulino (Sacerdote y Discípulo) tiene una característica: Jesús-Obrero trabajando producía pobres cosas; san Pablo producía esteras militares llamadas cilicios; en cambio el Paulino ejerce un apostolado directo, dan24
do con el trabajo la verdad, realizando un oficio de predicación, convertido en misión y aprobado por la Iglesia... El trabajo nos acerca a Dios, que es acto puro, infinito y eterno. Cuanto más pasa el hombre de la potencia al acto, tanto más imita a Dios” (San Paolo, enero de 1954). 1.4. La advertencia a los tesalonicenses para que tiendan a la santidad (cf. 1Tes 4,3) da motivo al P. Alberione para hablar de los contenidos del apostolado paulino e indicar el criterio editorial en cuanto a hagiografías y biografías: “La santidad de Dios tal como se revela en la persona del Verbo encarnado, presenta aspectos sublimes que espantan. En cambio, si la vemos reflejada y como desmontada en un alma más cercana a nosotros, con nuestras mismas miserias, sujeta a sostener idénticas luchas, entonces se nos muestra más accesible y hasta fácil... En este sentido es como el apóstol debe proponer a los santos para imitarlos. No debe enrolarse con los hagiógrafos que retratan la fisonomía moral de los santos en circunstancias tan excepcionales y en una atmósfera tan alta que les hacen parecer distantes al punto de percibirlos sólo por una evanescente imagen aureolada, subidos al cielo de la propia gloria, inalcanzables... Si se quiere hacer resaltar cómo la gracia divina actúa de acuerdo con el esfuerzo humano del santo y en la exacta medida en que él realiza tal esfuerzo, es preciso sentir y hacer sentir la estricta pertenencia del santo a nuestra vida terrena” (AE, 269-271). 1.5. En la exhortación de san Pablo a los tesalonicenses: «Orad sin cesar» (1Tes 5,17), el P. Alberione presenta la práctica regular de la meditación cotidiana como una forma de oración constante: “Pero ¿cómo orar continuamente y atender al mismo tiempo a los deberes del propio estado? ¿No es imposible? No, no hay dificultad, y para conseguirlo es preciso: 1) practicar los ejercicios espirituales; 2) transformare en oración las acciones comunes. El recogimiento habitual prepara nuestra unión y nuestra transformación en Dios: una conversación con Dios, cada día más íntima y afectuosa, que se prolongue a lo largo del día aun en medio de las ocupaciones” (UPS, II 59, nota 5). 25
1.6. Las referencias explícitas del P. Alberione a 1Tes, indicadas en esta rápida reseña, tienen ante todo el valor de resaltar algunos temas de fondo muy apreciados por el Fundador y que han guiado la vida personal y la actividad fundacional. Además, encauzan hacia una investigación documentada y profundizada para valorar la incidencia de san Pablo en el pensamiento y en las obras de P. Alberione. 2. Consecuencias para nosotros hoy en día Queriendo, como Paulinos de hoy, interpretar nuestro carisma en la sociedad, en la Iglesia, en la comunicación y en la realidad de la Congregación actuales a la luz de los contenidos de 1Tes, creo que puedan evidenciarse principalmente los siguientes temas. 2.1. Como sabemos, 1Tes es el primer escrito del Nuevo Testamento y ha sido mérito de san Pablo el introducir el uso de la palabra escrita, en forma de carta, para actuar la predicación. En ello encontramos el origen remoto de lo específico de nuestro carisma en la Iglesia que, por inspiración de Dios, el beato Santiago Alberione codificó en el valor clave de predicación, primero con la prensa, luego con todos los mass media y hoy con la comunicación multimedial y en red. No somos una simple casa editora católica, sino que somos portadores de un nuevo estilo de vida apostólica y de una nueva manera de evangelización. A partir de 1914, el carisma paulino es una “revolución de mentalidad y de método pastoral”. 2.2. La comunicación epistolar de san Pablo se realiza en un contexto de “oración continua”: san Pablo ora agradeciendo a Dio por cuanto ha sucedido en su encuentro con los habitantes de Tesalónica. El ejemplo de san Pablo −propuesto y codificado de modo ejemplar por el P. Alberione en Oraciones de la Familia Paulina− es un modelo de referencia para nuestra oración, entendida como un entrelazado fecundo de oración henchida de acción y de acción henchida de oración. 26
2.3. La carta de san Pablo resalta la totalidad del proceso de evangelización en Tesalónica: la llamada de Dios a los paganos, la función de la predicación de los colaboradores del Evangelio, la respuesta generosa de los tesalonicenses que abandonan los ídolos, asimilan el ejemplo del Apóstol y se hacen modelos en la fe, esperanza y caridad, resistiendo incluso a las persecuciones. Los tesalonicenses pasan de idólatras a creyentes y de discípulos a modelos de vida cristiana. A comienzos del tercer milenio, Juan Pablo II, con la carta apostólica Novo millennio ineunte (2001), movilizó a toda la Iglesia para reencontrar “el empuje [evangelizador] de los orígenes” (n. 40). En este contexto, el apostolado paulino, injertado en la acción de toda la Iglesia, está llamado a una fidelidad dinámica respecto al Fundador en el cometido de valorizar para el Evangelio “los instrumentos más rápidos y eficaces” de cada época histórica. Y pues hoy la comunicación ha llegado a ser un fenómeno complejo que afecta a la vida privada, social y mundial, hasta el punto de transformarse en una verdadera cultura inédita, el carisma paulino no puede limitarse a la adopción de los nuevos medios de comunicación. La fidelidad a la Iglesia nos pide la audacia de repensar en clave comunicativa la totalidad del proceso de evangelización: la voluntad de Dios que llama a todos y siempre a la salvación, el rol personal y comunitario de los Paulinos convocados a predicar con una modalidad original, la capacidad receptiva y la efectiva respuesta de los destinatarios de hoy, la perseverancia en el saber hacernos “todo a todos”, siendo capaces de unir en la obra evangelizadora las cualidades de “madre y padre”, o sea la ternura y la firmeza que san Pablo nos enseña. 2.4. El empeño total en la evangelización de Tesalónica, descrito por san Pablo, nos estimula a recuperar y a meditar la reiterada invitación del P. Alberione a observar con ojos sobrenaturales la fatiga del “trabajo” en la obra evangelizadora. Si se las priva de la inspiración sobrenatural, la abundante presencia del trabajo y la laboriosidad constante y organizada, requerida por nuestro apostolado, se transforman fácilmente en un mecanismo operativo que puede incluso bordear la pura y simple ocupación. 27
En la pastoral vocacional, durante el noviciado, en las varias etapas formativas es preciso presentar y ayudar a asimilar el valor casi sacramental de los medios y de las estructuras de apostolado así como la necesidad del trabajo. Hay que mostrar de forma fiel y convincente las reflexiones abundantes del Fundador sobre la laboriosidad paulina, que tiene en los 30 años de vida escondida de Cristo y en el trabajo manual de san Pablo los modelos que imitar. 2.5. La cualidad de la fe de los tesalonicenses, como la presenta san Pablo, puede constituir una referencia para los objetivos de perfección espiritual de los Paulinos. La constante visión integral de la formación paulina, instilada por el P. Alberione, halla fundamentos legítimos en nuestra carta: la vida cristiana caracterizada por fe, esperanza y caridad; progresar en continuación; ser hijos de la luz y del día; revestirse de la armadura de la fe, esperanza y caridad; examinar cada cosa y quedarse con lo bueno; fortificar todo el ser en Dios, etc. Merece un subrayado el aviso a “mejorar” lo que ya es bueno (1Tes 4,1.10). 2.6. La fe acogida cambia las costumbres de las relaciones de pareja que los tesalonicenses tenían cuando eran paganos. Al estilo de san Pablo, que presenta a sus interlocutores la visión cristiana del cuerpo y de la sexualidad, el apostolado paulino −valorizando la indicación del Fundador a “no hablar siempre de religión, pero de todo hablar cristianamente”− debe mejorar el compromiso para dar a conocer, hacer entender y hacer crecer en la opinión pública los valores cristianos, que caracterizan la vida individual y social. El contexto pluralístico, en que estamos llamados a vivir, nos compromete a elaborar una propuesta cristiana que no tenga sólo en cuenta la consabida preocupación de la ortodoxia, sino que tenga de mira la atención a los destinatarios. 2.7. La explicación de san Pablo sobre la suerte de los cristianos fallecidos antes de la venida del Señor glorioso, puede ser retomada por nosotros, refiriéndola a la costumbre alberioniana de recordar frecuentemente las verdades últimas. ¿En qué medida 28
influye sobre el carisma paulino lo que la fe cristiana dice acerca de la muerte, el juicio, el premio o el castigo eterno? No se trata, obviamente, de reexhumar obras clásicas sobre la muerte ni de cultivar el gusto de lo macabro, sino de anclar la vivencia a un significado de fe sobre el origen, el desarrollo y el término de nuestra existencia. 2.8. San Pablo habla de la vida de la comunidad como una consecuencia de la fe, don de Dios y respuesta humana. La vida comunitaria paulina “nació del apostolado y con vistas al apostolado” (UPS, I 285). Las indicaciones de san Pablo en 1Tes (cf. 4,912) tienden a construir una comunidad que, con la propia vida interna, da testimonio hacia fuera, adquiriendo así una dimensión misionera. In 5,12-22 el Apóstol exhorta al respeto del servicio de la autoridad, a vivir en paz, a la corrección fraterna, a la animación, a la paciencia con todos, a hacer el bien, a dar gracias, a non apagar el Espíritu, a examinarlo todo y quedarse con lo bueno. Apoyada en estos valores, la comunidad cristiana vive de la fuerza del Espíritu y deviene instrumento de su acción en la historia hasta la parusía. 2.9. En 1Tes san Pablo indica varias veces el objetivo de una predicación hecha no por mercenarios o por intereses materiales, sino por “colaboradores de Dios” (cf. 3,2): el anuncio, aunque hecho por hombres, es palabra de Dios, y tiene como efecto el dinamismo de la santificación en quien lo acoge como tal. Quienes han sido considerados por Dios “dignos de anunciar el Evangelio” (cf. 2,9) deben ofrecer una evangelización completa: no sólo anunciar los contenidos de la fe sino también ofrecerse como ejemplos de fe: “vosotros habéis seguido mi ejemplo y el del Señor” (cf. 1,6). La predicación paulina, para ser eficaz de modo sobrenatural, no puede desgajarse de la cualidad de la vida espiritual del apóstol de la comunicación. Las indicaciones del P. Alberione no admiten dudas: la pasión por la misión es proporcionada a la intimidad con Cristo Maestro Camino, Verdad y Vida. 29
IV. PASOS PARA UNA “LECTIO PAULINA” DE LA CARTA 1. Presupuestos: a. Comunitariamente es mejor (1Tes 5,27; Col 4,16); b. Atribuirle el status de palabra de Dios (1Tes 2,13); c. Tomarla como Palabra para nuestro hoy (1Cor 10,11; Rom 15,4); d. Tomarla como Palabra que nos forma integralmente (2Tim 3,16-17; Gál 4,19); e. Dejar que nos guíe hasta que Cristo viva en nosotros (Gál 2,20). 2. Atención a estos aspectos: a. Evitar las improvisaciones. Preparación previa; b. No tomar frases aisladas, fuera del contexto. Sugerencia: seguir la división de las perícopas adoptada aquí (una por cada encuentro). c. Evitar el espiritualismo, el divorcio entre oración y misión, por coherencia con Pablo y con nuestro carisma. 3. El “método” paulino: – Verdad, Camino, Vida = mente, voluntad, corazón = dogma, moral, culto... trinomios de integralidad, todo el hombre (cf. 1Tes 5,23). 3.1. Primer paso: Lectio (Lectura) → Verdad: ¿Qué dice el texto en sí mismo? VER. Leer el trozo (la perícopa) varias veces, con atención, sorpresa, novedad (esto puede hacerse como preparación remota); es un ejercicio de estudio. La explicación que hemos presentado puede servir de ayuda. 3.2. Segundo paso: Meditatio (Meditación) → Camino: ¿Qué nos dice el texto a nosotros, a mí? JUZGAR. Rumiar, confrontar, actualizar. El texto hoy, para mí, para mi comunidad, en mi país y continente, en el mundo globalizado, en los medios, en la cultura de la comunicación, etc. ¿Cómo ser san Pablo vivo hoy? Después de cada perícopa encuentras “sugerencias para una lectura paulina” y toda la parte III de esta carta está orientada a esto. 30
3.3. Tercer paso: Oratio/contemplatio (Oración/contemplación) → Vida: Transformarlo todo en oración/misión. ACTUAR. Agradecer, suplicar, alabar. ¿Cómo? Espontáneamente (preces, himnos, salmos escogidos... Flp 4,6; 1Cor 14,26; Col 3,16; etc.). Importante: no improvisar al estilo de: Vamos a rezar las Vísperas... o el Rosario... La oración debe ser la corona de la “Lectio divina”, y no puede desgajarse del “ser san Pablo vivo hoy” y del “hablar de todo cristianamente” en una cultura de la comunicación. Queridos hermanos: Concluyendo esta reflexión sobre la primera carta a los Tesalonicenses, me brota espontáneo recordar que, entre las numerosas enseñanzas de san Pablo, ocupa un lugar privilegiado el agradecer orando. Quiero desde este momento agradecer al Maestro divino todo el bien que suscite en nuestra Congregación con la guía de su Santo Espíritu y con el aporte de meditación y laboriosidad de todos los Paulinos; deseo alabarle por la preciosa ayuda recibida de los hermanos en la redacción de este texto. Invoquemos de María, Reina de los Apóstoles la gracia de “saber conservar y meditar en el corazón” todo lo que el Espíritu nos sugiera. El ejemplo de nuestros bienaventurados, PP. Santiago Alberione y Timoteo Giaccardo, nos ratifique en nuestro carisma; su santidad atestigua luminosamente que, cuando se vive el espíritu paulino, santidad y profesionalidad en la comunicación se encuentran perfectamente unidas. Como ellos, también nosotros no cesemos de recabar “en Jesús-Hostia... luz, alimento, consuelo, victoria sobre el mal” (AD 16) y autenticidad paulina. Con estos sentimientos, deseo a cada uno una gozosa y santa Pascua y a todos os saludo fraternamente en Cristo Resucitado. Roma, 24 de marzo de 2005 Jueves Santo, en el Año de la Eucaristía
P. Silvio Sassi Superior general 31
ÍNDICE Carta del Superior general “Progresad cada vez más”: presentación general
1
Primera carta a los Tesalonicenses
4
I.
Introducción
4
1. La ciudad de Tesalónica
5
2. Fundación de la comunidad
7
3. Perfil de los cristianos de Tesalónica
9
4. La primera carta a los Tesalonicenses
10
5. Importancia de la carta
12
La carta y sus principales temas
13
1. “Continuamente damos gracias a Dios...” (1,2–3,13)
14
II.
2. “...os pedimos y os exhortamos en el nombre de Jesús, el Señor...” (4,1–5,27) 18 III. La carta en el P. Alberione y consecuencias para nosotros hoy
23
1. ¿Cómo leyó e interpretó el P. Alberione la primera carta a los Tesalonicenses?
23
2. Consecuencias para nosotros hoy en día
26
IV. Pasos para una “lectio paulina” de la carta
30
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