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Índice • Introducción • Ambientación histórica • Reino visigodo • En torno a San Pedro de la Nave • Emplazamiento • Descubrimiento de la iglesia • Traslado y estado actual • El edificio • Probabilidad de un edificio anterior • El edificio visigodo • Materiales y técnicas de construcción • Arquitectura • Decoración • Epigrafía V. Análisis arqueológico • Conclusiones • Otros edificios religiosos del reino visigodo I. INTRODUCCIÓN San Pedro de la Nave es una reliquia de la arquitectura y arte ornamental visigodo. Reliquia por venerable y también por rara, pues iglesias como esta quedan muy pocas ( Quintanilla de las Viñas en Burgos , San Juan de Baños en Palencia, San Fructuoso de Montelios en Portugal o Santa Comba de Bande en Orense ), todas ellas en parajes remotos, circunstancia a la que deben su casual conservación. Vista exterior de San Pedro de la Nave. Son restos de lo que un fueron rutilantes edificios extendidos por todo el occidente peninsular. En el centro de todo este panorama se hallaba Mérida, antigua capital de la provincia romana de Lusitania y que Leovigildo pretendía como capital, aunque tuvo que conformarse con Toledo, más modesta en la época. Mérida se convirtió en una especie de pequeño Bizancio, un foco artístico con presencia de grandes personalidades altamente cualificadas, mientras el resto de la península continuaba con la tradición romana en decadencia. El reino visigodo, en el siglo VII, Beneficiado por los intercambios culturales y por las relaciones internacionales, estaba entrando en una fase de prosperidad, sobre todo después del año 587, año en el que los visigodos dejaron el arrianismo y se convirtieron al catolicismo. España va a ser durante más de cien años el país con mayor nivel de vida de todo el occidente europeo y esplendor, cosa que se refleja en una arquitectura mucho mejor que la de sus vecinos. A este esplendor se encargaría de poner fin la invasión del mundo árabe. De todos los magníficos edificios religiosos y civiles que había en Mérida y lugares como Badajoz, Béjar y Lisboa han llegado hasta nosotros una multitud de miembros arquitectónicos, labrados unos a la manera clásica, otros a la bizantina o conforme a invenciones de las bárbaros, que se han conservado porque los musulmanes los reaprovecharon para sus construcciones, pero de los edificios no ha quedado resto. 1
Es por eso por lo que San Pedro de la Nave, junto con las demás iglesias antes señaladas, edificios modestos y casi insignificantes en su día, vienen a llenar el vacío. El edificio estuvo a punto de sucumbir a principios de este siglo cuando se hizo el traslado de la iglesia entre los años 1930 y 1932 desde la ribera del Esla hasta su actual emplazamiento, en la aldea del Campillo, debido a la construcción de un embalse en la zona. • AMBIENTACIÓN HISTÓRICA 1. EL REINO VISIGODO Procedentes del sur de Francia, desde la Aquitania , y actuando como federados del emperador romano, el pueblo visigodo entra en la península para expulsar al pueblo vándalo. Sus primeras incursiones son de modo militar, pero más tarde, tras ser expulsados de Aquitania por los francos en la batalla de Vouillé, en el año 507, se establecen en la Hispania romana del momento, de manera definitiva. Durante doscientos largos años crean un reino, con capital en Toledo, pero las dificultades exteriores se complican con la debilidad interna de la monarquía, que era electiva. En el último tercio del siglo VI algunos reyes visigodos intentaron la organización del territorio y la fusión del pueblo romano, con el que convivían en la península. El principal fue Leovigildo (573−589). Venció a los suevos, bizantinos y pueblos del norte, pero no logró la unificación religiosa. Su hijo, Recaredo, le sucedió y bajo la influencia de Leandro, arzobispo de Sevilla consiguió la unidad religiosa convirtiendo al pueblo visigodo del arrianismo al catolicismo, en el año 587. Dos años después, en el III Concilio de Toledo, el catolicismo fue declarado religión oficial del pueblo visigodo. Desde entonces la iglesia tuvo mucha importancia. En el siglo VII se consigue la unidad territorial tras la expulsión de los bizantinos. Se logró también una mayor aproximación entre visigodos e hispanorromanos. En el año 654 Recesvinto unificó la legislación para todo el territorio. En los últimos años de reinado de Recesvinto hubo constantes guerras civiles. El débil poder monárquico no podía dominar a los nobles. Tras la muerte del rey Witiza en el año 710 los nobles formaron dos bandos: uno el de los familiares de Witiza y otro el de el de los seguidores de Rodrigo. Este finalmente sube al poder y la familia de Witiza pide ayuda a los musulmanes del norte de África. Estos acuden y vencen a Rodrigo en la batalla de Guadalete. Tras esta victoria conquistan los demás territorios hasta hacerse con la capital visigoda, Toledo, y terminan con el reino visigodo en el año 711. 2. EN TORNO A SAN PEDRO DE LA NAVE El entorno histórico de la iglesia no es el de una zona marginal, sino el de una región de importancia creciente y destacada actividad para la monarquía visigoda cuyos últimos representantes, como Childansvinto, Recesvinto y Wamba, mantienen vínculos familiares con la comarca del Duero. Childansvinto inicia una medida de distanciamiento de la corte toledana al elegir como lugar de enterramiento una iglesia a orillas del río Duero con el propósito de formar un nuevo panteón real fuera de Toledo. Esto queda demostrado por los restos arqueológicos encontrados en 1979, en el que se encontró el cuerpo de un hombre de similares características a las del rey. Recesvinto construyó la iglesia de San Juan de Baños, que dista poco más de cien kilómetros de San 2
Pedro de la Nave. Wamba es el nombre del último de estos tres reyes, nombre que coincide con el de un pueblo de la zona de Zamora en el que se han encontrado tras restauraciones en su iglesia mozárabe capiteles visigodos y frisos con hojas de acanto, similares a los de San Fructuoso de Montelios y Talamanca del Jarama. • EMPLAZAMIENTO • DESCUBRIMIENTO DE LA IGLESIA Tradicionalmente se había venido clasificando esta iglesia como una más de repoblación. En 1906 Gómez Moreno, tras haberla estudiado en profundidad, presentó el edificio por primera vez dentro del Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones. Para justificarse se basaba en la documentación histórica que indicaba su pertenencia a la orden benedictina, diciendo que el edificio parece existir ya en el año 907, y en esa época las técnicas empleadas eran muy distintas. A partir de este momento se reconoce el edificio como una iglesia de repoblación. • TRASLADO Y ESTADO ACTUAL San Pedro de la Nave ha sido el primer edificio en ser desarmado totalmente y trasladado a otro lugar. Las obras se llevaron a cabo por Alejandro Ferrat entre los años 1930 y 1932. En el transcurso de estas se produjo el hallazgo de nuevos documentos epigráficos : la serie más numerosa es la de veintidós estelas romanas. Planta actual y reconstrucción del edificio tras el traslado en 1930. Inicialmente, la iglesia se encontraba a orillas del Esla dominando un espacio natural, aspecto que hoy día se ha perdido al situarse en un pueblo cercano , el Campillo, pueblo que finalmente se eligió tras barajarse otras posibilidades. IV. EL EDIFICIO • PROBABILIDAD DE UN EDIFICIO ANTERIOR Algunos de los fragmentos decorativos encontrados en el interior de la iglesia plantean la problemática de la existencia de un edificio anterior al conocido, del que nada queda en pie. Estos elementos decorativos son impostas de arenisca blanca más fina que el material usado para el resto de la decoración con motivos visigodos muy extendidos como rosetas de cuatro pétalos que se suceden para formar círculos de botón central. Este tema predomina mucho en los frisos e impostas de muchos monumentos así como otros elementos decorativos de diversos edificios paleocristianos y visigodos como San Juan de Baños en Palencia, pero está ausente en el resto de la decoración de San Pedro de la Nave. • EL EDIFICIO VISIGODO a. Materiales y técnicas En San Pedro de la Nave se aprecia una clara uniformidad del material y regularidad en la técnica. La 3
sillería es de piedra arenisca. El sistema de labra de sillares así como sus formas y dimensiones parecen supeditarse a las posibilidades del material y el sistema de empleo es practico. Los recursos de San Pedro de la Nave son peculiares y deben incluirse en un conjunto de conocimientos correspondientes a una escuela o a fórmulas transmitidas. En cuanto a la técnica constructiva se aprecia la falta de argamasa o de cualquier tipo de mortero. El asiento a hueso de los sillares debe interpretarse como una consecuencia directa de la exactitud de la obra. El uso de grapas de madera parece corresponder al edificio visigodo y no a una remodelación posterior. b. ARQUITECTURA La iglesia tiene una forma planimétrica compleja. Se yuxtaponen la forma de cruz griega con la forma basilical paleocristiana de Villa Fortunatus y en las iglesias visigodas de Santa María de Melque (Toledo) y Santa Comba de Bande (Orense). Planta de San Pedro de la Nave El conjunto de muros de San Pedro de la Nave componen un rectángulo que tiene unas medidas de 20,80 x 17,60 metros del que sobresalen tres rectángulos menores correspondientes a la capilla mayor, o abside, y a los pórticos de la cara norte y sur. Estos tres cuerpos salientes corresponden a los ejes principales de las naves internas que forman un crucero cuyo espacio central no coincide con el centro geométrico del rectángulo principal. El abside es el elemento mejor conservado de todo el edificio. Forma una habitación independiente unida al cuerpo principal y con tres muros externos de 80 cm de ancho. Las tres naves están separadas por arcos apoyados en pilares. Los pórticos sobresalen del rectángulo principal y se disponen en los extremos del eje menor del crucero. Interiormente estos pórticos miden 3,20 m de ancho por 2,55 m de largo. En la planta del edificio se aprecia que las habitaciones son ámbitos arquitectónicos de carácter individual que unidos componen un edificio existente. • DECORACIÓN Los elementos arquitectónicos de San Pedro de la Nave no se hubieran considerado tan trascendentes si no hubieran ido acompañados de esta ornamentación. Es de talla a bisel, y sirvió para afianzar la datación visigoda. Se distinguen dos estilos decorativos dentro del edificio: −El primero: que aparece en las zonas inferiores, de temas simbólicos, no naturalistas, que ha sido poco estudiado. −El segundo: más rico y variado, con temas figurados animalísticos, vegetales y humanos. Es el que mas atención despierta, por los capiteles iconográficos. 4
El primer estilo corresponde a un largo friso de altura entre 28 y 30 cm. Este friso en la capilla hace de imposta de la bóveda, en el arco toral hace de cimacio y en las naves hace de friso. A esta banda principal deben añadirse los marcos de las ventanas de la capilla, los capiteles del arco toral y las impostas de las puertas exteriores. Los temas son de carácter simbólico y de orden geométrico salvo algunos detalles vegetales, animales y algunas representaciones humanas muy estilizadas. Lo habitual es colocar dos o tres círculos secantes que contienen cruces, rosetas y molinetes, con algún motivo de relleno y medios círculos cubriendo los ángulos. Aparece un horror vacui dentro de una arquitectura dominada por la sencillez. La decoración no es un embellecimiento posterior a la construcción, sino que ha sido prevista desde el inicio como elemento de mayor resalte. Decoración del muro oriental de la Capilla. El segundo estilo es un conjunto decorativo de distribución más variada que el primero, relacionada siempre con elementos arquitectónicios adecuados. Ocupa las impostas de los pequeños arcos abiertos entre las naves laterales y el crucero, y abarca las basas, capiteles y cimacios de las columnas de los cruceros. Estos relieves han sido estudiados por Schlunk y son la parte más conocida de toda la iglesia. Los temas se repiten en las impostas y combinan tallos ondulados que sirven de marco de frutas, flores y aves. En las columnas del crucero se representan los temas de la mayor complejidad de todo el mundo visigodo. Son temas vegetales, animales y figuras humanas que combinan con métodos originales y siguen un programa iconográfico. Las basas son historiadas, al igual que los capiteles, entre los cuales se encuentran los dos más conocidos que representan temas del Antiguo Testamento como Daniel en la fosa de los leones y también El sacrificio de Isaac. Capiteles de Daniel en la fosa de los leones (izquierda) y El sacrificio de Isaac (derecha). Imposra de la nave occidental. • EPIGRAFÍA En San Pedro de la Nave existe un pequeño número de rótulos, de diversos tipos y época. Los capiteles estás están rotulados explicando la escena representada. V. ANÁLISIS ARQUEOLÓGICO La iglesia sufrió un complejo proceso de obras, con errores, alteraciones y cambios de plan, intervenciones de varios artistas, reparaciones y restauraciones desde la Edad Media hasta nuestros días. Todas estas fases se han podido distinguir arqueológicamente con bastante exactitud a base de los datos existentes en el propio edificio y la documentación del traslado. Gracias al traslado se pudieron hacer estudios minuciosos que conjuntamente con otras documentaciones permiten distinguir claramente las fases. Planta de San Pedro de la Nave. Arriba primera fase. Debajo segunda fase. Fijando la atención en la planta apreciamos una peculiar combinación de un edificio de planta centralizada con otro de planta basilical. Tras el análisis pormenorizado de su estructura se puede asegurar que esta planta no se debe a un capricho constructivo ni a una pugna entre dos conceptos distintos de la estructura del templo, sino que se debe al fenómeno generalizado entre la arquitectura religiosa de ir construyendo sucesivamente el edificio en varias etapas cambiando el proyecto por variaciones de tipo estilístico, funcional o económico. Arqueológicamente se ha apuntado la posibilidad de que la idea básica probablemente tendría crucero 5
y habitaciones para lo monjes reclusos, ya que se trata de una iglesia monástica. Este primer proyecto, solo realizado parcialmente tras quedar inacabado, corresponde a una iglesia centralizada, del tipo que se conserva en Santa Comba de Bande (Orense), que se conserva en pie sin grandes alteraciones, los brazos de la cruz con un cimborrio en el centro, la capilla a oriente y el pórtico a occidente. También conserva un aposento abierto al interior de la iglesia en el ángulo noreste del crucero y las excavaciones han demostrado la existencia de otros tres en los ángulos restantes, más dos cámaras a ambos lados del pórtico. El cimborrio solo puede sustentarse bien si existen las cuatro naves en los ángulos, como en Santa Comba de Bande. En el caso de San Pedro de la Nave solo puede explicarse la ausencia de estas por amputación del proyecto original. Tras estudios arqueológicos se ha comprobado que el mundo visigodo utilizaba unidades de medida y sistemas de modulación similares entre los edificios. Utilizaban métodos elementales, determinados por las propias características del material. En San Pedro de la Nave la modulación se reduce al uso sistemático de una medida equivalente a 80 cm. Esta medida se ha dado también en otros edificios del cristianismo primitivo peninsular en iglesias como el Germo, Recópolis, la basílica de San Pedro de Mérida, San Fructuoso de Montelios, la iglesia de la Veracruz o San Pedro de Balsemao. En cuanto a la primera fase decorativa se aprecia la falta de una decoración orgánica y se limita a simples franjas de sillares, mas estrechos, a una cierta altura, con repertorio simbólico que sirve para vincular ventanas, arcos y puertas dentro de una misma estructura. Junto a esta sencillez en el concepto funcional encontramos una ordenación interna de temas muy simplistas, en la que no se abandona el sistema de círculos contiguos con pequeños temas de relleno. Encontramos un amplio repertorio del primer estilo que demuestra la intervención de varios artistas. Repertorio de la primera fase decorativa. Se produjo una reforma basilical, evidente tras estudios arqueológicos, que demostraron que una equivocación de origen en el corte de la sillería y su correspondiente replanteo fue la causa de la deformación del crucero. La imposibilidad de componer la bóveda equilibrada en este espacio irregular llevó a modificar la idea original y añadir las cuatro columnas adosadas a la nave longitudinal, para que con el vuelo de las impostas correspondientes se corrigiera el efecto de la planta. Tras detectar este error se decide una reforma general que afecta también al tipo de edificio y a la decoración. Sin alterar demasiado la parte oriental, que debía estar al nivel del friso, se hace un planteamiento distinto del sector occidental, con tres naves paralelas que responden al sistema basilical. El cambio en el proyecto supuso la formación de una planta renovada, adaptada a otros usos y realizada con distinto módulo. Ahora se pretendía suprimir al máximo el aspecto cruciforme de la iglesia hasta llegar a una estructura axial de tres naves paralelas, cosa que se consiguió eliminando un número de sillares del crucero que pegaban con las dos naves longitudinales formando una ventana geminada con arcos de herradura en cada nave. Tras esta reforma la decoración experimentó cambios y se crea el segundo estilo. Ahora la decoración es el complemento lógico y proporcionado de unos elementos constructivos en los que hay normas de composición. Esta decoración se encuentra en los planos verticales de las impostas, basas, capiteles y cimacios, siguiendo una iconografía clásica. Repertorio del segundo estilo decorativo.
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El tema es floral, basado en composiciones de tallos ondulantes con flores, frutos y aves entre sus ramas, adoptando una disposición de banda continuada. En los espacios más amplios, como en los capiteles, encontramos figuras humanas y escenas veterotestamentales. Resulta sorprendente la ausencia de cruces, tema principal del primer estilo. La decoración es similar a otros edificios visigodos como Santa María en Quintanilla de las Viñas, donde encontramos bandas paralelas decoradas de manera similar. Hasta ahora las reformas que se habían hecho en el edificio fueron en el momento de la construcción y en época visigoda. A partir de ahora se van a hacer otras reformas pero en época medieval y posteriores. En este siglo se han llevado a cabo grandes restauraciones, antes de su traslado al Campillo. VI. CONCLUSIONES San Pedro de la Nave es el edificio mejor conservado que conocemos y el que mayor número de elementos constructivos y decorativos posee. Ninguna iglesia o construcción civil de la época mantiene en pie tantos elementos ni existen series de piezas escultóricas de mayor complejidad. Su conocimiento se ha basado en la identificación y clasificación de Gómez Moreno a principios de siglo y en los estudios iconográficos fe Schlunk. Al efectuarse el traslado y la restauración entre 1930 y 1932 se descubrieron nuevos datos. La primera conclusión es que San Pedro de la Nave debe clasificarse como iglesia cuyo aspecto actual integra sin diferencias claras varias fases constructivas. Es por ello que no debe caerse en el error de analizar el edificio catalogándolo como construcción visigoda. Se ha publicado una carta de arqueología de la región puesto que no había estudios sobre la función del edificio en la zona. Esta carta permite aproximar la iglesia a un contexto geográfico y cronológico. Así puede llegarse a la conclusión de que la estructura primitiva del territorio era distinta de lo admitido tradicionalmente (discurría la calzada romana de Via de la Plata y había algunas mansiones cercanas). La descripción y medición detallada del edificio hace posible establecer que toda la obra arquitectónica primitiva es el resultado de la ampliación de las técnicas locales de cantería y un diseño ideal. Toda la obra se basa arquitectónicamente en módulos de 80 cm de largo, aunque al tratarse de un trabajo de cantera al hacer los sillares se han dado errores. Este fallo no permitía construir una bóveda estable y el error se solucionó colocando cuatro columnas en los ángulos y modificando la estructura. Esta modificación afectó en la planta del edificio, que pasó de ser cruciforme a basilical con la cruz inscrita en el rectángulo y también a la decoración. Arqueológicamente se ha venido diciendo que el proceso constructivo puede sintetizarse en cuatro fases: 1ª FASE: En el lugar de la iglesia existía un poblado de origen romano y una pequeña iglesia de la que se respetó el sitio de la capilla, y a la que corresponden los soportes del altar hoy restaurado, algunos frisos con círculos secantes (encontrados en el traslado) y las columnas del arco toral. Esta iglesia preexistente debía ser una sala rectangular amplia y sencilla, con una mínima decoración, en la capilla y en la puerta principal, que fue derribada para levantar un edificio completamente distinto. Alzado externo de San Pedro de la Nave 2ª FASE: La iglesia se proyecta como un edificio centralizado con capilla y pórtico en los extremos de los brazos de la cruz y habitaciones para monjes reclusos en los ángulos. El módulo empleado tiene 80 cm de longitud y es una unidad de uso frecuente en edificios cristianos primitivos de la Península 7
Ibérica. Todos los muros tienen un ancho uniforme de 80 cm y las habitaciones corresponden a múltiplos exactos en sentido longitudinal, pero no en el transversal por un error de replanteo provocado por el tratamiento como contrafuertes de los ángulos de la cruz principal, debido a ello el cuadro central resultó 3,20 x 3,40 m y la obra se suspendió a nivel de la séptima hilada en la parte oriental y la tercera o cuarta hilada en la occidental. A pesar de ello, el edificio estaba ya en uso por sus futuros ocupantes, ya que un monje comenzó a grabar junto al arco toral el hologorio que debía servirles para regular sus oraciones. La decoración de esta iglesia monacal está concebida como un largo friso a nivel de la séptima hilada, sin función arquitectónica, que se amplía en los marcos de las ventanas y capiteles. Los temas son de tipo geométrico y simbólico, sin componer escenas, basados en un programa en el que predominan la cruz y el símbolo eucarístico del racimo de uvas. Los artistas son varios, de calidad muy distinta, formados en talla en madera tradicional de la que proceden los temas más intrascendentes. Su obra quedó incompleta y fue rematada posteriormente con equivocaciones sobre el plan primitivo. Los elementos decorativos del pórtico occidental no llegaron a colocarse y se reutilizaron luego como simples sillares. 3ª FASE: Un nuevo equipo de constructores y decoradores acometió la terminación del edificio con un planteamiento distinto dirigido a la realización de una iglesia basilical. Para ello, colocaron cuatro columnas en la nave longitudinal y formaron un cimborrio regular de 3,20 x 3,20 m, perforaron las cámaras laterales convirtiéndolas en naves corridas, suprimieron los muros occidentales para transformarlas en arquerías y completaron la obra anterior de puertas y ventanas con algunas modificaciones; su unidad de medida es el pie clásico, de unos treinta centímetros de longitud. La decoración de esta fase se destina a elementos arquitectónicos específicos y los temas se distribuyen de acuerdo con la colocación e importancia de cada uno de estos. Hay ahora un artista o diseñador principal con varios ayudantes y la libertad de ejecución se supedita a un programa iconográfico en el que predominan temas naturales y figuras humanas. La intención del programa es exaltar la oración y el sacrificio como vía de salvación. La unión de ambas series decorativas da el repertorio completo de monumentos posteriores en los que pudo influir como conjunto. La segunda fase pretende construir una iglesia pública de planta basilical con decoración más didáctica que simbólica y de estructura abierta y diáfana en lo posible, frente a los ambientes cerrados e independientes del primitivo edificio monástico. 4ª FASE: Tampoco esta segunda etapa llegó a concluirse, ya que no hay resto de los elementos destinados al sector occidental, o este se arruinó pronto por no ser contrarresto suficiente para el empuje del crucero. Coincidiendo con las primeras citas documentales hacia el siglo X se debieron realizar los pilares y arcos occidentales, reformados desde entonces en varias ocasiones. El resultado de la última restauración hacia 1930 es una síntesis que pretende unificar las dos fases visigodas y la mozárabe, completando el conjunto con unos muros y techumbres modernos demasiado llamativos, de modo que las imágenes que hoy vemos de San Pedro de la Nave corresponden a unas formas y volúmenes que no son en absoluto visigodas. Hay pues, en San Pedro de la Nave dos iglesias visigodas distintas, una monacal cruciforme y otra pública basilical, ambas inscritas por un cambio de dirección en las obras y un cambio de destino, con los que se quería corregir los errores del primer proyecto. A parte del contenido espiritual que enriquece el edificio con una decoración muy compleja, la historia cercana de la región ofrece otros elementos complementarios. Su situación de pequeña capitalidad de la iglesia, adoptada por monjes de Celanova, está dedicada a los Santos Julián y Basilisa. La autobiografía de San Valerio, de la propia época visigoda, permite crear el ambiente en el que se creó el edificio y sirve para encuadrar a San Pedro de la Nave en la segunda mitad del siglo VII. VII. OTROS EDIFICIOS RELIGIOSOS VISIGODOS 8
En el reino visigodo se levantan construcciones religiosas, fomentadas por la iglesia, por ordenes monacales o por autoridades de la época. Hay iglesias de tipología típica de planta basilical, siguiendo las líneas de la tradición tardorromana. Se pueden señalar distintos tipos: 1º TIPO: Edificios basilicales de tradoción paleocristiana con tres naves y ábside único (que podía variar) y la cubierta de madera. Ejemplos son: −San Juan de Baños en Palencia: Fue encargada por Recesvinto en el año 611, como consta en una inscripción del arco toral. Actualmente está reformada y en época de la repoblación se transformó la cabecera. La planta era basilical con transepto acusado en planta. Poseía tres ábsides de testeros rectos no tangenciales , dejando entre ellos amplios espacios libres al exterior. A los pies encontramos un pórtico cuadrado que recuerda tipos orientales y africanos. Tiene una curiosa cabecera similar a la de Santa María del Trampal en Alcuescar (Cáceres). Gran diafanidad de las naves, que están nítidamente concebidas como muestra de la pervivencia del concepto basilical antiguo. Vista exterior y distintas estados de San Juan de Baños. −San Pedro de Balsemao (Portugal): Es una iglesia basilical de tradición paleocristiana, Se dispone en tres naves y cabecera de ábside único recto. Se desarrolla más la nave central que las colaterales, más estrechas estas últimas, tendiendo a convertirse en espacios estancos. Se está produciendo una enclaustración de las naves laterales, como en Quintanilla de las Viñas, Posiblemente por razones litúrgicas. Tiene columnas exentas flanqueando las pilastras pegadas al muro, estrechando así el paso al ábside. Los capiteles son reaprovechados. Planta de San Pedro de Balsemao. −Cabeza de Griego en Segobriga (Cuenca): Es un edificio basilical de tres naves separadas por arquerías que descansan en pilares cuadrangulares. El ábside es único y ultrasemicircular. Planta de Cabeza de griego. 2º TIPO: Edificios de tres naves con crucero y cabecera. Hay tres tipos de transepto: −Acusado en planta −No acusado en planta −De mayor longitud del tramo A veces se encuentran cámaras a los lados del transepto, como sacristías. A los pies podía haber pórticos con ediculos o no −Santa María en Quintanilla de las Viñas (Burgos): Solo se conserva el crucero y la cabecera. Constaba de tres naves. El pórtico tenía edículos a los lados. El crucero no es acusado en planta, pero en sus extremos tiene dos habitáculos simétricos, que son las cámaras−sacristía. Se encontró un epígrafe en el arco toral que alude a una mujer: Flamola. Los muros se componen de enormes sillares perfectamente 9
escuadrados. Las naves tienen una tendencia a desarrollar la nave central, con mayor anchura. Las naves colaterales, mas estrechas, tienden a convertirse en espacios estancos (por la liturgia). El transepto tiene el mismo ancho que el ábside. 3º TIPO: Plantas de cruz griega inscrita en un rectángulo y la cabecera. Los brazos de la cruz no sobresalen del rectángulo. Es un prototipo al que se llega después de al edificio. −San Pedro de la Nave (Zamora) Vista exterior y planta de San Pedro de la Nave. −Santa María de Melque (Toledo): Es muy controvertido este edificio, ya que se discute si es mozárabe (siglo IX) o hispanovisigodo. Está construido con sillares de hiladas irregulares, aunque se sigue una tendencia a la regularización. El remate del muro se hace por medio de una cornisa, que no es medieval: son baquetillas (molduras de dos líneas que recorren todo el muro por el techo). El tímpano es irregular en el testero. Se encuentra la disposición cruciforme completa, pero la disposición basilical no se desarrolla por completo, al carecer de la parte que formaría la nave colateral sur. Tiene un ábside único plano al exterior y ultrasemicircular al interior. Aparecen las naves −sacristía al este del transepto y al oeste de la nave colateral norte. Pórtico a los pies sin edóculos . Planta de Santa María de Malque. −San Pedro de la Mata (Toledo): Tiene una disposición de planta de cruz griega inscrita en un rectángulo, ábside único de testero recto. En la cabecera no sobresale el ábside, ya que queda incluido en la plana basilical al desarrollarse esta hasta la misma altura. Los brazos del transepto tampoco sobresalen, salvo por el lado norte, que no se ha desarrollado la planta basilical por completo, y queda un aspecto escalonado. La parte suroeste de la planta basilical se ultradesarrolla y sobrepasa los pies del edificio, acentuando el aspecto escalonado. Solo tiene dos naves ya que la que debería ser colateral norte no está. Planta de San Pedro de la Mata. −Santa Comba de Bande (Orense): Posee una planta cruciforme inscrita en otra basilical. Posee dos brazos abovedados y un pórtico a los pies con edículos a los lados. El cimborrio está formado por una bóveda de aristas hecha con ladrillos para aligerar el peso (era un recurso hispanorromano) cuya disposición es de espina de pez. Los muros se componen de grandes sillares de granito de corte y tamaños irregulares que tienden a la regularidad. El ábside es único, de testero recto y sobresale de la cabecera. Vista exterior y planta de Santa Comba de Bande. 4º TIPO: Plantas basilicales de tres naves contraabsidados. Surge tradicionalmente en África, de las basílicas paleocristianas. El contraábside adquiere una función martirial (construyen un ábside en frente del altar a la persona que ha erigido el edificio), con el tiempo ambos ábsides cobran la misma importancia. En los siglos VI, VII, y VIII se construyen iglesias contraabsidadas desde el inicio de la construcción. En algunas del siglo X aparece el contraábside con función funeraria. −San Pedro de Alcantara (Málaga): Construida en el siglo VI es un edificio contraabsidado con ábsides semicirculares y tres naves. El ábside a occidente cumple una función funeraria. Las naves están separadas por arquerías que se apoyan en pilares rectangulares. Posee cámaras−sacristía pegadas a la cabecera (lo normal es que estuvieran próximas pero no pegadas). Estas cámaras se identifican con iglesias orientales, y se llaman pastofhorixe (pastoforios). La cabecera en el exterior tiene un aspecto 10
recto porque los pastoforios envuelven el ábside semicircular. Planta de San Pedro de Alcantara. −Casa Herrera (Badajoz): Es un edificio basilical contraabsidado de tres naves separadas por arquerías apoyadas en pilares. El ábside oriental está envuelto por los pastoforios, mientras que el ábside occidental tiene una única cámara, al sur, a la que se accede desde el exterior y no tiene acceso al interior. Planta de Casa Herrera. −El Germo (Córdoba): Es un edificio basilical contraabsidado en la línea de los anteriores, con tres naves separadas por arquerías que apoyan sus arcos sobre pilares cuadrangulares. No posee ninguna cámara. Planta de el Germo. 5º TIPO: Santa Lucía del Trampal en Alcuescar (Cáceres): este es un tipo de iglesia paradigmática y toda una excepción en la arquitectura hispanovisigoda. Tiene una extraña disposición. Es un edificio de planta basilical con tres naves. Posee tres ábsides de testeros rectos dispuestos en paralelo y separados unos de otros al exterior. Lo normal es que el ábside central sea el altar y los laterales las capillas, pero en este caso los tres ábsides son altares y dan al transepto, y entre este y las tres naves se produce un estrechamiento a modo de pasillo que no se da en ninguna otra iglesia. No se sabe muy bien para que servía, pero pudo ser empleado a modo de iconostasio. Se le da mayor importancia a la nave central, que se desarrolla más que las colaterales. Encontramos dos cámaras a los lados de las naves laterales, a los pies de la iglesia el nartex con edículos. Planta de Santa Lucía del Trampal. 6º TIPO: San Fructuoso de Montelios (Portugal): Es una iglesia funeraria construida para el enterramiento de Fructuoso, por ello tiene aspecto de mausoleo. Fructuoso fue el gran reformador monástico, que murió hacia el año 655. La disposición es de planta de cruz griega, con tres brazos en forma de arco de herradura, y el cuarto de los lados rectos para el pórtico. Todos los espacios están cubiertos por cúpulas apeadas en muros exentos y en un anillo interno de columnas. Hay una notable jerarquía de volúmenes desde el cuerpo central. Tiene aire de arquitectura romana en su magnífica sillería, en los tímpanos modulados, en los frontones y en la articulación de sus paramentos. Los capiteles son corintios hechos para la iglesia. Se ha indicado su posible relación con el mausoleo de Gala Placidia pero desde aspectos constructivos y formales no es posible porque son planteamientos muy distintos: Gala Placidia tiene una gran simpleza estructural frente a la complejidad de la estructura cupulada interna de Fructuoso. Puede que esté inspirado en los mausoleos hispanorromanos que construían los patricios para enterrarse, dado que esta es una iglesia funeraria. Planta de San Fructuoso de Montelios. 7º TIPO: Era el tipo mas sencillo pero no se conserva ninguno. Consistían en una planta de una sola nave rectangular con un ábside único. Debían ser de materiales tan pobres que no se ha conservado ningún ejemplo. BIBLIOGRAFÍA Bango, I.G. y Abad, C.
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Arte Medieval I, Historia 16, Madrid, 1996. Durliat, M. Introducción al arte medieval en Occidente, Madrid, 1971 V.V. A.A. Enciclopedia de Historia del Arte, Espasa Calpe, 1997 V.V. A.A. Summa Artis, Espasa Calpe. Palol, P. De y Ripoll, G. Los Godos en el Occidente europeo. Ostrogodos y visigodos en los siglos V−VIII, Madrid, 1988. SAN PEDRO DE LA NAVE Y LA ARQUITECTURA RELIGIOSA EN EL MUNDO VISIGODO
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