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SANTA LUISA - PRIMERAS FUNDACIONES Buenas tardes: Estamos seguros de que conocéis a estos invitados que tenemos aquí con nosotros: Ellos son Vicente de Paúl y Luisa de Marillac. Hace 350 años que murieron, pero siguen vivos. ¿Sabéis por qué? Porque son santos y los santos no mueren, se quedan presentes en sus obras y en aquellos que siguen su espíritu. Hoy celebramos la fiesta de Santa Luisa. Ella murió el día 15 de marzo de 1660 y Vicente de Paúl, el día 27 de septiembre también de 1660. Por eso este año es un año jubilar, lleno de alegría para todos nosotros. Pues, os vamos a contar algunas cosas de Luisa de Marillac, y por qué decimos que está viviendo en sus obras, en las obras que hoy realizan sus seguidoras, las Hijas de la Caridad. Luisa de Marillac quería mucho a los pobres, a los que sufrían por alguna causa y por entonces, en el siglo XVII, en París, donde ella vivía, había mucha pobreza, sobre todo a causa de las guerras. Conoció a Vicente de Paúl que también tenía un corazón muy grande y pensaron en cómo podían dedicar su vida a los que estaban sufriendo tanto. Luisa fue conociendo también a algunas jóvenes de las aldeas cercanas a París que estaban deseosas de trabajar con ella ayudando, curando, enseñando,…, Y las reunió en su casa para que fueran aprendiendo a hacerlo con mucho cariño y a servir a los pobres con respeto y con tanto amor como si se lo estuvieran haciendo al mismo Jesús. Estas jóvenes fueron las primeras Hijas de la Caridad. Y éstas que os presentamos, las primeras obras que realizaron. Os contamos:
Los "niños abandonados"
(año 1.638)
En 1638, Luisa organizó a las Damas y Hermanas para el cuidado de los niños huérfanos. Había muchos en París en ese tiempo. Fue su tarea principal. Tenía un cariño especial por los niños. Ella, no había conocido a su mamá… Hospitales
(año 1.640)
En las salas del hospital general y centro sanitario más famoso de Francia, se apiñaban enfermos y moribundos. En un mismo camastro, se instalaban hasta seis enfermos. Así sucedía que enfermos atacados no muy fuerte por la fiebre morían al poco tiempo de ingresar contagiados por otros mucho más graves que ellos. Santa Luisa quiere organizar lo mejor y San Vicente les recomendaba a las hermanas que para acercarse a los pobres, lo tenían que hacer con humildad, dulzura y mansedumbre. Presos y galeotes
(año 1640)
a Vicente de Paúl le nombraron "capellán general de las galeras reales". Las galeras eran naves de guerra movidas por galeotes. Generalmente eran criminales a los que se les condenaba a cumplir este castigo. Les pegaban latigazos para que lo hicieran más deprisa. Cuando no estaban en las naves, permanecían en prisión. Allí se les alimentaba con un poco de agua y un mendrugo de pan. Santa Luisa les mandaba a la Hermanas con comida y ropa limpia. Luisa sabía que el trabajo entre los galeotes era "uno de los trabajos más difíciles y peligrosos". Por eso mandaba a las más valientes y les decía:
"… nunca les habléis fuerte aunque ellos griten; cuidadlos a todos con ternura, pero especialmente a los que más os maltraten."
Las "pequeñas escuelas"
( En el año 1641)
En sus visitas a las aldeas, Luisa se da cuenta que uno de los males de la sociedad de su tiempo era la ignorancia. Por eso, cuando llega a un poblado, lo primero que hace es preguntar si hay maestra. Si no existe, ella misma se empeña en preparar a una joven. En 1641, Luisa inaugura las "pequeñas escuelas" para la educación de las pobres niñas de París. En estas "pequeñas escuelas" pone mucho cariño y cuidado. Les dice a las Hermanas que tienen que enseñar de una manera sencilla y práctica: que las niñas aprendan a leer y a escribir y a ser buenas mujeres y amas de casa. Los mendigos
(año 1653)
El "Hospicio del Nombre de Jesús" comenzó a funcionar el año 1653. Un generoso hombre había colaborado con la ayuda material; del señor Vicente, fue la iniciativa. Luisa de Marillac también brindó su aporte. Este albergue era un verdadero "patio de los milagros". Los mendigos ingresaban convertidos en piltrafas humanas. Pronto, se les colocaba en condición de "ganarse el sustento" y "ser útiles con sus manos". Los hombres hilaban o tejían; las mujeres, cosían o remendaban. Un trabajo adecuado y remunerado era el remedio contra el aburrimiento y la soledad; las dos calamidades del anciano.
PREGUNTAS A SANTA LUISA Y A LOS DEMÁS PERSONAJES: ♦ 1ª.- Nos han contado que la 1ª que se ofreció para
servir a los pobres fue Margarita Nassau. ¿Qué fue lo que más te gustó de ella? Respuesta: Era muy afable y dulce con los pobres. Los amaba con ternura. Y los respetaba mucho. Nos pareció al Señor Vicente y a mí, que marcaba el camino a las demás.
♦ 2ª.- ¿Por qué tus preferidos eran los niños?
¿Quisiste ser para ellos la madre que nunca tuviste? Efectivamente. Yo no conocí a mi madre y me resultaba fácil identificarme con los niños que tampoco la tenían. Por eso derrochaba amor, cariño y desvelos hacia ellos.
NIÑOS ABANDONADOS:
♦ 1ª.- ¿Te sentiste feliz acogiendo y cuidando a
estos niños abandonados? Respuesta: Sí. Muy feliz. Ellos se merecen todo el cariño ♦ 2ª ¿Dónde los encontrabais ?
Respuesta: Por todos los sitios. Había demasiados, por las calles, a la puerta de la casa, de las iglesias… En cualquier lugar. Era necesario pensar en un sitio para ellos y en personas que los amaran y cuidaran. PRESOS Y GALEOTES
♦ 1ª.- ¿Qué admiráis más en las Hijas de la
Caridad? Respuesta: Su valentía, su entrega , el cariño con el que nos tratan y nos traen los alimentos y la ropa… y todo lo que necesitamos ♦ 2ª.- ¿Por qué lo hacéis? Respuesta: Hemos visto que no son tratados como personas. Y por muchos delitos que hayan cometido, ellos son hijos muy queridos de Dios Tienen derecho a ser tratados con dignidad, respeto y amor
HOSPITALES
♦ 1ª.- Muchas Hijas de la Caridad morían
contagiadas por los enfermos que cuidaban. ¿Cuál era la respuesta de los demás?
Respuesta: Era muy bonito.: Siempre estábamos dispuestas para sustituirlas y nos ofrecíamos para ir a los lugares más difíciles y con más riesgo ♦ 2ª.- Ha cambiado mucho la forma de cuidar a los
enfermos. ¿verdad? Respuesta:: Mucho. Hoy hay muchos más medios, pero los enfermos de hoy como los de entonces, esperan que se les cuide con amor y alegría. Sentirse queridos. MENDIGOS ♦ 1ª.- Y a vosotros ¿Cómo os trataban las
Hermanas? Respuesta: Siempre con una cara sonriente, nos ofrecían la sopa bien caliente y ropa limpia. Eran para nosotros como verdaderas madres.
♦ 2ª.- Qué sentíais al hacerlo? Respuesta: Mucha alegría. Y el corazón se nos llenaba de agradecimiento
por sentirnos invitadas por Dios a una vocación tan grande.
ESCUELAS ♦ 1ª.- ¿Qué medios teníais para enseñar a los niños? Respuesta: Muy pocos, pero lo hacíamos con mucho amor y sacrificio. ¡Tenían tantos deseos de saber…! Cada cosa que aprendían nos animaba a seguir trabajando por ellos. ♦ 2ª.- Qué es lo que te resulta más difícil en la
educación de hoy? Respuesta: Encontrarme con niños y niñas que no saben valorar el tener tantas facilidades para adquirir una buena formación
Y desde hace más de tres siglos, las Hijas de la Caridad viven el ejemplo de sus santos Fundadores. Nos despedimos felicitando a Santa Luisa en su aniversario, cantando: “Canto en recuerdo a la mujer que se entregó a la caridad Canto a la vida y la ternura de Luisa de Marillac”.