SE NOS QUIERE DESVIAR DE NUESTROS FUNDAMENTOS

Nr. 6,7/ JULIO-AGOSTO 2009 AdventNews SE NOS QUIERE DESVIAR DE NUESTROS FUNDAMENTOS El enemigo procura apartar la mente de nuestros hermanos y herman

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Nr. 6,7/ JULIO-AGOSTO 2009

AdventNews SE NOS QUIERE DESVIAR DE NUESTROS FUNDAMENTOS El enemigo procura apartar la mente de nuestros hermanos y hermanas de la obra que consiste en preparar un pueblo capaz de subsistir en el día postrero. Sus sofismas están calculados para desviar la atención de los peligros y deberes de la hora presente. Inducen a despreciar la luz que Cristo vino a comunicar a Juan para su pueblo. Enseñan que los acontecimientos que están por sobrecogernos no son bastante importantes para prestarles atención especial. Anulan la verdad de origen celestial, y despojan al pueblo de Dios de su experiencia pasada para substituirla por una falsa ciencia. “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él.” (Jer. 6: 16.) Nadie intente derribar los fundamentos de nuestra fe, que fueron colocados en el principio de nuestra obra por el estudio de la Palabra acompañado de oración y por las revelaciones. Sobre este fundamento hemos edificado durante los cincuenta años que han transcurrido. Los hombres pueden suponer que han encontrado un camino nuevo, y que pueden colocar un fundamento más sólido que el que se colocó; pero es un grave engaño. Ningún hombre puede colocar otro fundamento que el que ya existe... ¿Acaso los primeros discípulos no tuvieron que hacer frente a las afirmaciones de los hombres? ¿No tuvieron ellos que escuchar falsas teorías, y luego responder con firmeza: “Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”? (1 Cor. 3: 11.) Así es cómo debemos mantener nuestra confianza hasta el fin. Poderosos mensajes han sido enviados por Dios y por Cristo a su pueblo, para apartarlo del mundo y conducirlo paso a paso en la clara luz de la verdad presente. Los siervos de Dios, cuyos labios eran tocados por el fuego sagrado, proclamaron el mensaje, y la declaración divina puso su sello sobre la autenticidad de la verdad proclamada... Por la oración y la confesión de nuestros pecados, debemos preparar el camino del Rey. Mientras lo hagamos, vendrá a nosotros el poder del Espíritu. Necesitamos la energía de Pentecostés, y ella vendrá porque el Señor prometió enviar su Espíritu. Nos esperan tiempos peligrosos. Todo aquel que tiene conocimiento de la verdad deberá despertarse y entregarse en cuerpo, alma y mente, bajo la disciplina de Dios. El enemigo nos persigue; debemos estar bien despiertos y prevenidos contra él; debemos revestir la armadura completa de Dios; debemos seguir las direcciones que nos han sido dadas por el espíritu de profecía. Debemos amar la verdad presente y obedecerla. Esto nos preservará de aceptar graves errores. Dios nos ha hablado por su Palabra, por los testimonios enviados a la iglesia y por los libros que han contribuido a explicar nuestro deber presente y la posición que debiéramos ocupar actualmente. Debemos prestar atención a las ad-

vertencias que nos han sido dadas línea tras línea, precepto tras precepto; si las descuidamos, ¿de qué excusa nos valdremos? JT, t. 3 págs. 275,276 Hay en la iglesia algunos que necesitan aferrarse a las columnas de nuestra fe, asentarse y hallar roca firme para su base, en vez de irse a la deriva sobre la superficie de la excitación y moverse por los impulsos. Hay en la iglesia dispépticos espirituales. Se han hecho a sí mismos inválidos, y su debilidad espiritual es el resultado de su propio curso vacilante. Son agitados de aquí para allá, por los variables vientos de doctrina, y con frecuencia quedan confundidos y arrojados en la incertidumbre porque se dejan llevar enteramente por su sentimiento. Son cristianos sensacionales, que siempre tienen hambre de algo nuevo y diverso. Las doctrinas extrañas confunden su fe, y ellos son inútiles para la causa de la verdad. TS t. 3 pág. 240

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2 Levantando los Fundamentos Por JEFFERY PIPPENGER. El viernes por la noche, cuando fuimos a un estudio bíblico en casa de mi hija, mi nieto me dijo que tenía un versículo para mí. Cuando empezamos, compartió el versículo del Salmo que había estado memorizando durante la semana. Se trataba del Salmo 11:3. “Si se destruyeran los fundamentos, ¿qué podrá hacer el justo?” Hoy los fundamentos del Adventismo son tan fuertes como siempre - pero han sido rechazados completamente por nuestra iglesia. Ésto se debe a que la gran mayoría de nuestros miembros no sabe cuáles son los fundamentos del Adventismo. En este sentido, todos somos responsables de rechazar los fundamentos. No es mi propósito expresar que sólo yo conozco dichos fundamentos, pero la posición de la iglesia actual necesita ser identificada y expuesta – porque la pluma inspirada ha hecho la pregunta, “Si se destruyeran los fundamentos, ¿qué podrá hacer el justo? La respuesta nos la da Isaías: “Reedificarás las ruinas antiguas, levantarás los cimientos puestos hace muchas generaciones, y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de calzadas para andar.” (Isaías 58:12). Lo que debemos hacer, si los fundamentos son destruidos, es reedificarlos; es decir, levantar los cimientos puestos hace muchas generaciones. Haciendo así, restauraremos las calzadas en qué andar. Esas calzadas para caminar son enfatizadas por Jeremías: “Así dice el Eterno: “Paraos en los caminos, y mirad. Preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso.” Pero dijisteis: ‘No andaremos.’También puse centinelas sobre vosotros, que dijesen: ‘Escuchad la voz de la trompeta. ’Ydijisteis: ‘No escucharemos.‘Por tanto, oíd, naciones; y observad, testigos, lo que les pasará. Oye, tierra. Yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis Palabras, y rechazaron mi Ley.” (Jeremías 6:16-19). Y nuevamente nos dice Jeremías: “Sin embargo, mi pueblo me ha olvidado, incensando a ídolos inútiles, que lo hicieron tropezar en sus caminos, en las sendas antiguas. Les hicieron andar por sendas y caminos desconocidos.” (18:15). Actualmente dichas sendas antiguas son prácticamente desconocidas por el Adventismo. Sin embargo, la restauración de dichas sendas es identificada como parte del trabajo logrado por el pueblo de Dios del tiempo del fin. El trabajo de restaurar los senderos antiguos toma lugar con resistencia dentro del mismo pueblo que declara: ‘No andaremos’ en los senderos antiguos; y cuando los vigilantes tocan la trompeta, identificando los senderos antiguos como los senderos seguros, ellos gritan - “No

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escucharemos.” Obviamente en la restauración de los senderos antiguos está involucrado el zarandeo Adventistaque precedealapurificacióncausadaporla ley dominical. Como laodicenses, ahora es tiempo de clamar como hizo David: ”Muéstrame, oh Eterno, tus caminos. Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación, en ti he esperado todo el día. Todas las sendas del Eterno son amor y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios.” (Salmo 25:4, 5, 10). En este tiempo, cuando hay conflicto entre quienes desean caminar en los antiguos senderos y quienes no, al Señor incumbe enseñarnos claramente Sus senderos. ”Enséñame, oh Eterno, tu camino, y guíame por senda de rectitud, a causa de mis enemigos.” (Salmo 27:11). El sendero claro del Señor es el sendero de la obediencia. “Guíame por la senda de tus Mandamientos, porque en ella me deleito. . .” (Salmo 119:35). Para caminar en el sendero de la obediencia, necesitamos someternos a la voluntad del Señor. “Fíate del Eterno de todo tu corazón, y no te apoyes en tu prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.” (Proverbios 3:5, 6). Cuando caminamos en los viejos senderos de la clara obediencia, sometiendo nuestra voluntad al Señor, Él iluminará la senda a través de su Palabra. ”Lámpara es para mis pies tu Palabra, una luz en mi camino.” (Salmo 119: 105). Cuando su Palabra ilumina claramente los viejos senderos de sumisión y obediencia – el sendero mismo brillará. “La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta llegar al pleno día.” (Proverbios 4:18). Eso que ilumina el sendero viejo por donde debemos andar, es ‘la palabra profética aún más segura.’ “Además tenemos la palabra profética aún más segura, a la que hacéis bien en estar atentos, como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el Lucero de la mañana salga en vuestro corazón. Ante todo, sabed que ninguna profecía de la Escritura vino por una interpretación privada del mismo profeta. Porque ninguna profecía vino jamás por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron inspirados por el Espíritu Santo.” (2a Pedro 1:19– 21). “El Señor tiene un sendero seguro para su pueblo, y ése es el sendero de la obediencia a su palabra. Esa palabra es dada a nosotros como nuestro guía.” (Bible Echo, 19 de Agosto de 1895). “A quienes han recibido la luz de la verdad. La Palabra de Dios es como una luz que resplandece en un lugar oscuro, señalando el sendero tan claramente que el ca-

3 minante, aunque iletrado, no necesita errar. Se percata que ‘la entrada de Sus palabras da luz: da entendimiento a los simples.’” (Signs of the Times, 20 de agosto, 1894). Hoy existen dos caminos dentro del Adventismo, y los viejos senderos han sido olvidados, negados y atacados. Ya es hora de empezar el trabajo de restaurar losviejossenderos. LoshitosantiguosdelAdventismo han sido quitados y el pueblo de Dios no lo sabe. La hermana White sólo identificó que “La palabra de Dios” ha señalado “el sendero tan claramente para que el caminante no se equivoque.” Con su referencia al “caminante,” ella está comparando el “sendero” para caminar con el camino de la santidad mencionado por Isaías. “Y habrá allí calzada, que se llamará Camino de Santidad. Ningún impuro andará por él. Será sólo para los que anden por ese Camino. Los impíos no andarán por él.” (Isaías 35:8). Incluso las vírgenes fatuas simbolizando al Adventismo, pueden encontrar el camino de la santidad si ubicaran y aceptaran las señales, y luego en fe inclinaran sus corazones hacia el camino de la santidad. “Establécete señales camineras, pon jalones altos, nota atentamente la calzada, el camino por donde te fuiste. Vuélvete, virgen de Israel, vuélvete a estas tus ciudades.” (Jermías 31:21). El obstáculo hoy es que las señales, los jalones altos, los límites del antepasado, han sido quitados, o cubiertos a lo menos por tradiciones y costumbres transmitidas de generación en generación. “No reducirás el límite de la propiedad de tu prójimo, señalado por los antepasados en la herencia recibida del Eterno tu Dios.” (Deuteronomio 19:14). El Señor advirtió al hombre que no removiera los linderos “antiguos”. “No remuevas los linderos antiguos que pusieron tus padres.” (Proverbios 22: 28). El Señor no solamente advirtió de remover los linderos “antiguos;” sino pronuncio una maldición sobre aquellos que lo hicieran. ”Maldito el que reduzca el límite de la propiedad de su prójimo.’ Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’” (Deuteronomio 27:17). Es hora de restaurar los viejos senderos. “El enemigo procura apartar la mente, de nuestros hermanos y hermanas, de la obra que consiste en preparar un pueblo capaz de subsistir en el día postrero. Sus sofismas están calculados para desviar la atención de los peligros y deberes de la hora presente. Él induce a despreciar la luz que Cristo vino a comunicar a Juan para su pueblo. Enseña que los acontecimientos inminentes no son de suficiente importancia para prestarles atención especial. Anula la verdad de origen celestial, y despoja al pueblo de Dios de su experiencia pasada, sustituyéndola por una falsa ciencia.

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“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él.” (Jer. 6: 16). “Nadie intente derribar los fundamentos de nuestra fe, que fueron colocados en el principio de nuestra obra por el estudio de la Palabra acompañado de oración y revelaciones. Sobre este fundamento hemos edificado durante los cincuenta años que han transcurrido. Los hombres pueden suponer que han encontrado un camino nuevo, y que pueden colocar un fundamento más sólido que el que se colocó; pero es un grave engaño. Ningún hombre puede colocar otro fundamento que el que ya existe. Muchos, en el pasado, intentaron establecer una fe y principios nuevos; mas ¿por cuánto tiempo permaneció en pie su edificio? Pronto cayó, porque no estaba fundado sobre la Roca.” (Gospel Workers, 306). En el Adventismo actual nuestra experiencia pasada ha sido robada; y esa experiencia pasada es dónde y cuándo los fundamentos fueron establecidos al inicio de nuestro trabajo. Se nos advirtió dicho acontecimiento. “Después que pasó el tiempo cuando esperábamos la venida de Cristo, Dios confió a sus seguidores fieles los principios preciosos de la verdad presente. Estos principios no fueron dados a quienes no participaron en la predicación de los mensajes del primer ángel y del segundo. Fueron dados a los obreros que habían participado en la causa desde el comienzo. Los que pasaron por estas experiencias deben ser tan firmes como una roca en su apego a los principios que nos han convertido en adventistas del séptimo día. Deben ser obreros juntamente con Dios al confirmar el testimonio y al afirmar la ley entre sus discípulos. Los que participaron en el establecimiento de nuestra obra sobre un fundamento de verdad bíblica, los que conocen los postes indicadores que han señalado el camino correcto, deben considerarse como obreros del valor más elevado. Cuando hablan de las verdades que les han sido confiadas, lo hacen basándose en una experiencia personal. Estos hombres no deben permitir que su fe cambie a infidelidad, ni que el estandarte del tercer ángel sea arrebatado de sus manos. Deben mantener firme hasta el fin su confianza del principio. El Señor ha declarado que la historia del pasado se repetirá cuando entremos en la obra final. Hay que proclamar ante el mundo todas las verdades que él ha dado para estos últimos días. Hay que fortalecer cada pilar que él ha establecido. Ahora no podemos alejarnos del fundamento que Dios ha colocado. No podemos entrar en ninguna nueva organización, porque esto significaría apostatar de la verdad.” (Manuscript 129, 1905). Los que tuvieron “parte” en la predicación de los mensajes del “primero y segundo ángel” son esos “obreros” “que habían participado en la causa desde el co-

4 mienzo;” son “esos que pasaron” esas “experiencias” de “predicar los mensajes del primero y segundo ángel.” Son quienes “participaron en el establecimiento de nuestra obra sobre el fundamento de la verdad bíblica,” y son quienes “conocen los postes indicadores que han señalado el camino correcto.” A esos obreros pioneros fueron confiadas “verdades.” Esas verdades son las verdades fundamentales que son “el comienzo de” nuestra “confianza;” el comienzo que debemos sostener firmemente “hasta el fin.” Aún nosotros, como pueblo, no entendemos más las verdades fundamentales que fueron establecidas durante la historia de los mensajes del primero y del segundo ángel. Más alarmante que ésto es que hemos puesto, tan ingenuamente, nuestra confianza en otros que han rechazado directa o indirectamente esas verdades fundamentales. Aunque dichas verdades fundamentales han sido rechazadas por nuestros dirigentes; y se han perdido de vista por la mayoría de la membrecía, todavía son tan fuertes y sanas como alguna vez fueron. “Nuestra fe con referencia al mensaje del primero, el segundo y el tercer ángel, era correcta. Los grandes hitos por los cuales hemos pasado son inconmovibles. Aún cuando las huestes del infierno intenten derribarlos de sus fundamentos, y triunfar en el pensamiento de que han tenido éxito, no alcanzarán su objetivo. Estos pilares de la verdad permanecen tan incólumes como las montañas eternas, sin ser conmovidos por todos los esfuerzos de los hombres combinados con los de Satanás y su hueste. Podemos aprender mucho, y debemos estar constantemente escudriñando las Escrituras para ver si estas cosas son así. El pueblo de Dios ha de tener ahora sus ojos fijos en el santuario celestial, donde se está realizando el servicio final de nuestro gran Sumo Sacerdote en la obra del juicio, donde él está intercediendo por su pueblo” (Evangelismo, pág. 166). Se nos ha advertido varias veces que cuando la historia del Adventismo se desenvolviera, las verdades fundamentales serían atacadas. “Los grandes hitos de la verdad, que nos muestran nuestro rumbo en la historia profética, deben ser cuidadosamente protegidos para que no sean demolidos y reemplazados con teorías que producirán confusión antes que luz verdadera. Me fueron mostradas las teorías sumamente erróneas que han sido presentadas una vez y otra. Los que abogan por esas teorías presentan declaraciones de las Escrituras, pero las interpretan y las aplican mal. Las teorías que supuestamente eran correctas, en realidad no lo eran; y sin embargo muchos pensaban que eran justamente las teorías que debían presentarse al pueblo. Hay que estudiar diligentemente las profecías de Daniel y Juan.” (Mensajes Selectos, tomo 2, 117). “Cuando vengan hombres que cambien de su lugar un alfiler o pilar del fundamento que Dios ha establecido por su Santo Espíritu, permítase que hombres maduros,

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que fueron colonizadores o pioneros en nuestra obra, hablen claramente; y déjese hablar también a quienes ya están muertos, mediante el reimprimir de sus artículos en nuestros periódicos. Junten los rayos de luz divina que Dios ha dado mientras ha llevado a su pueblo paso a paso en el camino de la verdad. Esta verdad soportará la prueba del tiempo y del juicio.” (Manuscritos, volumen 1, 760). Las verdades fundamentales que fueron establecidas durante los mensajes del primero y segundo ángel, son identificadas como linderos o calzadas. Son las verdades referentes a los cimientos o la plataforma. Estas verdades tienen una conexión directa entre sí; y dicha conexión solidifica, conjunta y completamente, los cimientos. Por tanto, esas verdades fundamentales se identifican como estacas y clavijas. “No se escuchen interpretaciones que aflojarían aún un alfiler o quitarían un pilar de la plataforma de la verdad. Interpretaciones humanas, la recepción de fabulas, echarán a perder su fe, confundirán su entendimiento, y harán que su fe en Cristo Jesús no tenga efecto.” (Manuscritos, tomo 1, pág. 55). “Escuche ni por un momento las interpretaciones que aflojarían un alfiler, o quitarían un pilar, de la plataforma de la verdad. Las interpretaciones humanas y la recepción de fábulas, estropearán su fe, enredarán su conocimiento, y rendirán inútil su fe en Cristo Jesús.” (Manuscript, vol 1, p. 55). “Las verdades que han sido comprobadas por la obra manifiesta de Dios, habrán de estar firmemente en pie. No permitáis que nadie se atreva a cambiar de lugar un alfiler o una sola piedra fundamental de la estructura. Quienes intentan socavar los pilares de nuestra fe, se encuentran entre los que la Biblia reconoce como los que ‘se apartarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y doctrinas de demonios.’” (Manuscript, vol. 1, p. 55). ”Ningúna clavija debe ser cambiada del fundamento de nuestra fe. La verdad todavía es la verdad. Aquellos que están indecisos se deslizarán hacia teorías erróneas; y finalmente se encontrarán contrariando las pruebas anteriores respecto a qué es verdad. “Los viejos hitos deben conservarse, de modo que no perdamos nuestra orientación.” (Manuscript Release, tomo 1, pág. 56). Los linderos (o sendas antiguas) son esas estacas y clavijas que no deben ser quitadas. Esos linderos o calzadas llegaron a un punto específico en la historia, y llegaron en un orden específico. Los linderos y la ubicación de las calzadas deben ser conservados, porque es por la aplicación de estos linderos originales que el pueblo de Dios será manifestado e identificado ante el mundo “Las cosas que serán.” “La proclamación de los mensajes del primero, segundo, y tercer ángel, ha sido localizada por la Palabra inspirada. No debe alterarse ni la parte más mínima.

5 Ninguna autoridad humana tiene más derecho de cambiar la ubicación de estos mensajes que el que posee para sustituir el Antiguo Testamento por el Nuevo. El Antiguo Testamento es el Evangelio expresado en figuras y símbolos. El Nuevo Testamento es la realidad. El uno es tan esencial como el otro. El Antiguo Testamento presenta lecciones provenientes de los labios de Cristo, y esas lecciones no han perdido su fuerza en detalle alguno. “El primer mensaje y el segundo se dieron en 1843 y 1844, y ahora estamos bajo la proclamación del tercero; pero aún ahora hay que seguir proclamando los tres mensajes. Ahora es tan esencial, como en cualquier tiempo pasado, que se los repita a los que están buscando la verdad. Debemos hacer resonar su proclamación mediante la pluma y la voz; debemos mostrar su secuencia y la aplicación de las profecías que nos conducen al mensaje del tercer ángel. No puede haber un tercer mensaje sin un primero y un segundo. Debemos proclamar al mundo estos mensajes mediante publicaciones y conferencias que muestren en el ámbito profético las cosas que han sido y las que serán.” (Mensajes Selectos, tomo 2, 121). Con todo el énfasis que la inspiración ha hecho para mantener los fundamentos del Adventismo, hay muy pocos que siquiera saben con certeza cuáles son las verdades fundamentales. La Hermana White ha identificado los fundamentos y la plataforma claramente, sin embargo aún no los conocemos. “La advertencia ha venido: Nada se permitirá entrar que perturbe el fundamento de nuestra fe, sobre el cual hemos estado construyendo desde que el mensaje llegó en 1842,1843,y1844. Yo estaba en este mensaje, y desde entonces he estado ante el mundo, fiel a la luz que Dios nos ha dado. Nos hemos propuesto no quitar nuestros pies de la plataforma en que fueron puestos mientras día a día buscábamos al Señor con oración ferviente, buscando luz. ¿Usted piensa que yo podría dejar la luz que Dios me ha dado? Debería ser como la Roca Eterna. El Señor me ha estado guiando desde que dicha advertencia fue dada.” (Review and Herald, 14 de april, 1903). Los cimientos o la plataforma representan el “mensaje” proclamado por los milleritas antes del 22 de octubre de 1844. Esas verdades fundamentales fueron la plataforma que sostuvo los pilares de la verdad que fueron levantados por el conocimiento correcto del santuario inmediatamente después del 22 de octubre de 1844. Dichas verdades fundamentales todavía son el mismo mensaje que debemos proclamar hoy. ”Dios no está dando un nuevo mensaje. Nosotros debemos proclamar el mensaje que en 1843 y 1844 nos sacó de las otras iglesias.” (R&H, 19 de “Dios nos pide que demos nuestro tiempo y fuerza al trabajo de predicar al mundo los mensajes que agitaron a los hombres y mujeres en 1843 y 1844. (Manuscrito, 760). ”Esos que se levantan como maestros y líderes en nuestras instituciones deben ser sólidos en la fe y en los

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principios del mensaje del tercer ángel. Dios quiere que su pueblo sepa que tenemos el mensaje tal como Élnoslodioen1843y1844.” (GeneralConference Bulletin, April 1, 1903). Las verdades que fueron proclamadas “de 1840 - 44” son las verdades fundamentales que hoy debemos continuar proclamando. “Todo los mensajes dados de 1840-1844 deben tener la misma fuerza ahora, porque hay muchas personas que han perdido sus comienzos. Los mensajes deben ir a todas las iglesias. “Cristo dijo, ‘Dichosos vuestros ojos porque ven, y vuestros oídos porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.’ [Mat. 13:16, 17]. Dichosos los ojos que vieron las cosas que se vieron en 1843 y 1844. “El mensaje fue dado. Y no debe haber tardanza en repetir el mensaje, pues las señales de los tiempos se están cumpliendo; el trabajo de cierre final debe hacerse. Una gran obra se hará en un corto tiempo. Un mensaje se dará prestamente por el pueblo elegido de Dios, que irá en aumento hasta llegar a un fuerte clamor. Entonces Daniel estará en pie sobre su heredad, para dar su testimonio.” (Manuscrito, tomo 21, pág. 437). Las verdades fundamentales proclamadas “De 1840 44” tienen una conexión directa con el mensaje del fuerte pregón del tercer y cuarto ángel de Apocalipsis catorce y dieciocho – no obstante el pueblo de Dios, en general, ¡no lo sabe! ”Las verdades que nosotros recibimos en 1841, ‘42, ‘43, y ’44, hoy deben ser estudiadas y proclamadas. Los mensajes del primero, segundo, y tercer ángel serán en el futuro proclamados con un fuerte clamor. Ellos se darán con una determinación seria y con el poder del Espíritu.” (Manuscrito, tomo 15, 371). Esos hitos del Adventismo son aquellas verdades conectadas con el primero, segundo y tercer ángel; verdades que llegaron a la historia durante el movimiento millerita. “El tiempo transcurrido en 1844 fue un período de grandes eventos, que abrió ante nuestros asombrados ojos la purificación del santuario que se llevaba (y se sigue llevando) a cabo en el cielo; y tuvo una decidida relación con el pueblo de Dios sobre la tierra; [también con] los mensajes del primero, segundo, y tercer ángel. Se desplegó el estandarte en el cual estaba inscrito: “Los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” Uno de los hitos de este mensaje fue el templo de Dios, visto en el cielo por su pueblo amante de la verdad, y el arca que contenía la ley de Dios. La luz tocante al día de reposo, del cuarto mandamiento, resplandeció con sus fuertes rayos en el camino de los transgresores de la ley divina. La no inmortalidad de los malvados es un antiguo hito. No puedo recordar nada más que pueda colocarse bajo el título de los antiguos hitos. Toda esta lloradera sobre el

6 cambio de los hitos antiguos es pura imaginación. (Manuscrito 13, 1889, publicado en Counsels to Writers and Editors, pág. 30). Cuando reconozcamos que “No tenemos ningún mensaje nuevo;” y que nuestro mensaje hoy sigue equivaliendo a los mensajes proclamados “de 1840 – 44,” somos confrontados con el trabajo de regresar a los viejos senderos del Adventismo para poder entender qué verdades fueron las proclamadas entre 1840 y 1844. Cuando tomamos el trabajo de investigar esos viejos senderos, descubrimos que el mensaje proclamado durante esa época es el mensaje que se presentó en el diagrama de 1843. También encontramos que todos los predicadores milleritas usaron exclusiva-mente el diagrama de 1843 en sus presentaciones. José Bates habla del papel del diagrama de 1843:” En mayo, 1842, una Conferencia General fue convocada en Boston, Massachutes. En la inauguración de esta reunión, Charles Fitch y Apolos Hale, dos hermanos de Haverhill, presentaron las profecías ilustradas de Daniel y Juan (Daniel y Apocalipsis), que habían sido puestas sobre tela con los números proféticos. . . . Había aquí más luz brillando en nuestro sendero. Estos hermanos habían estado haciendo lo que el Señor había mostrado a Habacuc en visión hace 2,468 años, por decir, Habacuc 2:2-3: “El Eterno me respondió: “Escribe la visión, y declárala en tablas, para que se pueda leer de corrido. Porque la visión es para el tiempo fijado. Llegará a su fin, y no fallará. Si tardara, espérala, que sin duda vendrá, y no fallará.” “Después discutir un poco el tema, por voto unánime se decidió tener trescientas litografías similares, las cuales pronto se terminaron. Fueron llamadas “Los Diagramas del 43.” Ésta fue una conferencia muy importante.” (e Autobiography of Joseph Bates, p. 263). Bates y los milleritas comprendieron que haber producido el diagrama fue un cumplimiento profético; y aún más, Bates nos informó que todos los milleritas estaban “enseñando de los mismos diagramas cronológicos que Guillermo Miller usó”,que eran“todas de un mismo sello”. Había solamente un mensaje en ese periodo de tiempo y era el mensaje presentado en el diagrama pionero de 1843. “Hoy nuestra historia muestra que había centenares enseñando de las mismas gráficas usadas por Guillermo Miller, siendo todas de un mismo sello. Entonces existía la unidad de todos sobre ese mismo tema, la venida del Señor Jesús en cierto tiempo específico, es decir, en 1844.” (Joseph Bates Early SDA Pamphelets, 17). Cuándo se nos dice que, “Dios no nos está dando unnuevo mensaje” y que“Nosotros debemos proclamar el mensaje que en 1843 y 1844 nos sacó de las otras iglesias,” nos corresponde entender que el mensaje aprobado es el mensaje representado en el diagrama pionero de 1843. Jaime White identifica que el diagrama utilizado

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en esa época fue un componente de la “fe original”. (“Los Viejos Senderos”). ”Fue durante el testimonio común, de los conferenciantes del segundo advenimiento y de las revistas, cuando permanecimos en “la fe original,” que la publicación del diagrama se tornó un cumplimiento de Habacuc 2:2-3. Si el diagrama era un asunto de la profecía (y aquellos que lo niegan dejan la fe original), entonces sigue que el año 457 a.C. fue el año de fechar el inicio de los 2300 días proféticos de Daniel 8:14. Fue necesario que 1843 fuera la primera fecha de ser publicado el diagrama, para que “la visión” se “tardase,” o que debía haber un tiempo de tardanza, o que la banda de vírgenes estuviera dormida; y dormidas sobre el gran tema del tiempo justo antes de que fueran despertadas por el clamor de medianoche.” (Second Advent Review & Sabbath Herald, tomo 1, número 2, Jaime White). El mensaje representado en la gráfica de 1843 es un componente integral de la “la fe original” sobre la cual los pioneros estuvieron afincados; y hoy al final del mundo deberíamos estar de pie donde los pioneros estuvieron mientras transitaban por los viejos senderos. La inspiración aprobó que la producción del diagrama de 1843 fue dirigida por la mano del Señor; y aún más, advirtió que el diagrama no debiera alterarse. ”He visto que el diagrama de 1843 fue dirigido por la mano del Señor, y que no debe ser alterado; que las cifras eran como él las quería; que su mano cubrió y ocultó una equivocación en algunas de las cifras, para que nadie pudiese verla, hasta que la mano de Dios se apartase.” (Primeros Escritos, 75). Si rechazamos el hecho de que el mensaje fundamental es el mensaje que fue proclamado de 1840 – 1844 no simplemente estamos negando los fundamentos, pero también rechazando la inspiración de la hermana White. “La advertencia ha venido: nada habrá de ser alterado en manera alguna como para cambiar el fundamento sobre el cual hemos estado construyendo desde que el mensaje comenzó en 1842, 1843, y 1844. Yo estuve presente en este mensaje, y desde entonces he estado en pie ante el mundo, leal a la luz que Dios nos ha dado. Nos hemos propuesto no quitar los pies de la plataforma donde fueron puestos cuando día a día procurábamos al Señor con la oración seria y ferviente, en busca de luz. ¿Usted piensa que podía yo dejar la luz que Dios me ha dado? Ese mensaje es como la Roca de las Edades. Me ha estado sirviendo de guía desde que fue dado.” (Review & Herald, 14 de abril, 1903). El mensaje fundamental fue presentado por Guillermo Miller y sus socios, pero fue Miller a quien la inspiración identifica como el representante específico de dicho mensaje fundamental. “Millares de personas abrazaban la verdad predicada por Guillermo Miller, y se levantaban siervos de Dios con el espíritu y el poder de Elías para proclamar el men-

7 saje. Como Juan, el precursor de Jesús, los que predicaban e-se solemne mensaje se veían movidos a golpear el hacha sobre la raíz del árbol y así exhortar que los hombres diesen frutos de arrepentimiento.” (Primeros Escritos, pág. 233). Hablando de Miller, la inspiración lo llama “El mismo mensajero.” ”El instigador de todo mal no trató únicamente de contrarrestar los efectos del mensaje del advenimiento, sino de destruir al mismo mensajero. Miller aplicaba, con sentido práctico, la verdad bíblica a los corazones de sus oyentes, reprendía sus pecados y turbaba el sentimiento de auto complacencia; y sus palabras claras y contundentes despertaron en ellos la animosidad. La oposición que manifestaron los miembros de las iglesias contra su mensaje, alentó a las clases bajas a ir aún más allá; y hubo enemigos que conspiraron para quitarle la vida al salir del local de reunión. Pero hubo ángeles guardianes entre la multitud, y uno de ellos, bajo la forma de un hombre, tomó el brazo del siervo de Dios, y lo puso a salvo del populacho enfurecido. Su obra no estaba aún terminada, y Satanás y sus emisarios se vieron frustrados en sus planes.” (Conflicto de los Siglos, pág. 385). Las conclusiones de Miller no sólo fueron producidas mediante su esfuerzo humano, sino que fueron enviados ángeles para ministrarle respecto a dichas verdades proféticas. ”DIOS envió a su ángel para que moviese el corazón de un agricultor, que antes no creyera en la Biblia, y lo indujese a escudriñar las profecías. Los ángeles de Dios visitaban repetidamente a aquel varón escogido, y guiaban su entendimiento para que comprendiese las profecías que siempre habían estado veladas al pueblo de Dios.” (Primeros Escritos, 229). Los ángeles que habían guiado la mente de Miller, continuaron en su presencia al ser proclamado el mensaje encomendado. “Los ángeles de Dios acompañaron a Guillermo Miller en su misión. Firme e intrépido, proclamaba el mensaje que se le había confiado.” (Primeros Escritos, pág. 231). El mensaje fundamental del Adventismo fue el mensaje traído a través del ministerio de Guillermo Miller. Dicho mensaje fue representado en el diagrama de 1843, el cual todos los milleritas proclamaron en unidad; y fue representado en el diagrama de 1843, producido a través del cumplimiento de la profecía de Habacuc. Ese mensaje también se encuentra en el diagrama de 1843 que, según la hermana White, fue dirigido por la mano del Señor y no debe ser modificado. En el Adventismo actual,nuestra iglesia rechaza tres de las verdades representadas en dicho diagrama; y al hacer así destruye otras tres profecías representadas en el mismo. Los fundamentos han sido destruidos y el pueblo de Dios,en general, no lo sabe.

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Hay otra manera de demostrar que Guillermo Miller es el mensajero que colocó las verdades fundamentales del Adventismo. “La obra de Dios en la tierra presenta, siglo tras siglo, sorprendente analogía en cada gran reforma o movimiento religioso. Los principios que rigen el trato de Dios con los hombres son siempre los mismos. Los movimientos importantes actuales concuerdan con los de antaño, y la experiencia de la iglesia en tiempos pasados encierra lecciones de gran valor para nuestros tiempos. (Conflicto de los Siglos, pág. 391). La historia millerita fue un “gran” “movimiento religioso;” y los “movimientos importantes” del pasado “paralelan” a ese movimiento porque “el trato de Dios con el hombre” es “siempre el mismo”. Más de una vez la hermana White compara a Miller con Juan el Bautista. El trabajo de Miller ha sido paralelo al de Juan y al de otros mensajeros que fueron levantados durante esos grandes movimientos religiosos del pasado. Miller como m e nsajero de un movimiento religioso paralela a Juan, Moisés, Noé, Elías y, en el ámbito profético, al de Cristo mismo. Las características proféticas de la historia relacionada con Miller, Juan, Moisés, Noé, Elias y Cristo, son siempre las mismas. Algunas de las historias proveen más detalles proféticos que otras, pero la estructura profética básica de todas las historias es idéntica. Consideraremos tres de esas características para identificar que Miller es el hombre a quien el Señor usó para establecer los fundamentos del Adventismo; y al hacerlo, también levantaremos los fundamentos de muchas generaciones. Los grandes movimientos reformatorios comienzan con un “tiempo del fin.” El “tiempo del fin” caracteriza el cumplimiento de una profecía que dentro de su cumplimiento arroja luz profética con respecto a la próxima época de la historia sagrada. Cuando el “tiempo del fin” llega, hay estudiosos de la profecía que empiezan a comprender el aumento de conocimiento relacionado con la próxima época de la historia sagrada. “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará”. (Daniel 12:4). Conforme el conocimiento profético incrementa, un mensaje de verdad presente es reconocido como aplicándose a esa época de la historia sagrada. “En la parábola de la simiente de mostaza no sólo se ilustra el crecimiento del reino de Cristo, sino que en cada etapa de su crecimiento la experiencia representada en la parábola se repite. Dios tiene una verdad especial y una obra especial para su iglesia en cada generación. La verdad, oculta a los hombres sabios y prudentes del mundo, es revelada a los humildes y a los que son como niños. Exige sacrificios. Tiene batallas que pelear y victorias que ganar. Al principio son pocos los que la defienden.” (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 56).

8 “En cada época hay un nuevo desarrollo de la verdad, un mensaje de Dios al pueblo de esa generación. Las viejas verdades son todas esenciales; la nueva verdad no es independiente de la vieja, sino un desarrollo de ella. Es únicamente comprendiendo las viejas verdades como podemos entender las nuevas. Cuando Cristo deseó revelar a sus discípulos la verdad de su resurrección, comenzó “desde Moisés, y de todos los profetas,” y “declarables en todas las Escrituras lo que de él decían.” Pero es la luz que brilla en el nuevo desarrollo de la verdad la que glorifica lo viejo. Aquel que rechaza o descuida lo nuevo no posee realmente lo viejo. Para él la verdad pierde su poder vital y llega a ser solamente una forma muerta.” (Palabras de Vida del Gran Maestro, 98). Conforme la luz profética aumenta, el Señor escoge un hombre como el representante de ese mensaje. El mensajero no siempre es un profeta. El mensajero es usado por el Señor para formalizar un mensaje específico para esa generación, y las verdades fundamentales para esa generación son así establecidas. Conforme la historia avanza el Señor le da poder al mensaje formalizado. Cuando al mensaje se le da poder, un proceso de prueba de vida o muerte comienza dentro de la generación que es confrontada con el mensaje formalizado de ese tiempo. Al recibir el mensaje poder, e iniciarse el proceso de prueba, se levantan también los enemigos del mensaje y del trabajo relacionado. Tras las actividades de los enemigos viene una manifestación del poder de Dios, culminando con algún tipo de juicio. Al juicio le sigue un chasco. Después del chasco hay un trabajo identificado para el pueblo de Dios, pero en última instancia el pueblo deja de hacer el trabajo. Sabemos que el año 1798 fue el “tiempo del fin” para la historia de los milleritas; y que en 1798 se cumplió la profecía identificando al papado recibiendo una herida mortal. “Pero en el tiempo del fin, el rey del sur contenderá con él. Y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo y muchas naves. Entrará en las tierras, inundará y pasará.” (Daniel 11:40). También entendemos que Daniel capítulo siete enseña que no fue hasta después que “el cuerno pequeño” habló “palabras” contra elAltísimo, entonces fue “quitado;” y “uno como Hijo de hombre vino en las nubes del cielo, y vino al Anciano de días;” empezando así el juicio (investigador). “Hablará palabras contra el Altísimo, a los santos del Altísimo quebrantará, y tratará de cambiar los tiempos y la Ley. Y serán entregados en su mano por un tiempo, dos tiempos y medio tiempo. Pero se sentará el tribunal en juicio, y le quitarán su dominio, para que sea destruido por completo y para siempre.” (Daniel 7: 25,26). En el “tiempo del fin” en 1798, había estudiantes de profecía que empezaron a correr “de aquí para allá” en la

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palabra profética de Dios, en cumplimiento de Daniel capítulo doce. Conforme el conocimiento profético fue aumentando, el Señor levantó a Guillermo Miller para formalizar el mensaje de esa época. La regla profética principal que Guillermo Miller empleó fue el principio día- por-año. En 1840 el imperio otomano cayó, cumpliéndose así la profecía de Apocalipsis 9:14-15; y el principio día- por-año de la profecía bíblica, que Miller y sus socios habían estado enfatizando tanto, fue confirmado como correcto, y recibió un gran impulso el mensaje formalizado antes por Miller. ”En la fecha misma que había sido especificada, Turquía aceptó, por medio de sus embajadores, la protección de las potencias aliadas de Europa, y se puso así bajo la tutela de las naciones cristianas. El acontecimiento cumplió exactamente la predicción. Cuando ésto se llegó a saber, multitudes se convencieron de que los principios de interpretación profética, adoptados por Miller y sus compañeros, eran correctos, con lo que recibió un impulso maravilloso el movimiento adventista. Hombres de saber y de posición social se adhirieron a Miller para divulgar sus ideas, y de 1840 a 1844 la obra se extendió rápidamente.” (Conflicto de los Siglos, pág. 383). El impulso del mensaje del primer ángel está señalado en Apocalipsis capítulo diez, cuando la hermana White nos informa que se trata de “nada menos que el personaje de Cristo Jesús” teniendo el librito (de Daniel) abierto en su mano. Entonces fue que recibió gran impulso el mensaje del primer ángel. “Entonces vi descender del cielo a otro ángel poderoso, envuelto en una nube, y el arco iris sobre su cabeza. Su rostro era como el sol, sus piernas como columnas de fuego. Tenía en su mano un librito abierto. Puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra.” (Apocalipsis 10:1-2). Mientras la importancia del ángel caracteriza la autoridad del mensaje, el librito fue abierto marcándose así el inicio de un proceso probatorio, porque a Juan se le dijo que fuera y tomara el librito y lo comiera. Según la experiencia de Jeremías y Ezequiel, quienes al igual comieron el librito, entendemos que dicho comer marca el principio de un proceso probatorio entre el pueblo Dios. La prueba es en relación a cómo el pueblo de Dios responde al mensaje contenido en el libro comido. “Cuando recibía tus palabras, yo las devoraba, y tu Palabra fue el gozo y la alegría de mi corazón; porque tu Nombre se invocó sobre mí, oh Eterno Todopoderoso. No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía. Me senté solo, porque me llenaste de indignación ¿Por qué ha de ser perpetuo mi dolor, y mi herida desahuciada y sin cura? ¿Serás para mí como algo ilusorio, como agua inestable? Por eso, así dice el Eterno: “Si te conviertes, te restauraré, y estarás delante de mí. Y si entresacas lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y no tú a ellos. Y te pondré

9 para este pueblo por fuerte muralla de bronce. Pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y defenderte —dice el Eterno—. Y te libraré de mano de los malos, y te redimiré de mano de los fuertes.” (Jeremías 15:16-21). Véase también Ezequiel capítulo 3. Después de la autorización del mensaje y el inicio del proceso probatorio, las denominaciones protestantes cerraron sus puertas contra el mensaje millerita, caracterizándose así las actividades de los enemigos de ese trabajo y mensaje particular. Entonces en el verano de 1844 el Espíritu Santo fue derramado en cumplimiento del clamor de medianoche, y la manifestación del poder de Dios fue registrada en la historia sagrada. El clímax del clamor de medianoche llegó cuando el juicio (investigador) comenzó, presentándose el Gran Chasco. Entonces fue el tiempo para los pocos fieles levantarse y medir el templo de Dios, y dedicarse al trabajo relacionado con el entendimiento del santuario, la ley de Dios, el Sábado, y el mensaje del tercer ángel. Un tiempo después el pueblo de Dios cesó en proseguir dicho trabajo. “No era la voluntad de Dios que Israel peregrinase durante cuarenta años en el desierto; lo que él quería era conducirlo a la tierra de Canaán y establecerlo allí como pueblo santo y feliz. Pero “no pudieron entrar a causa de incredulidad.” (Hebreos 3: 19). Perecieron en el desierto a causa de su apostasía, y otros fueron suscitados para entrar en la tierra prometida. Asimismo, no era la voluntad de Dios que la venida de Cristo se dilatara tanto, y que su pueblo permaneciese por tantos años en este mundo de pecado e infortunio. Pero la incredulidad lo separó de Dios. Como se negara a hacer la obra que le había señalado, otros fueron los llamados para proclamar el mensaje. Por misericordia para con el mundo, Jesús difiere su venida para que los pecadores tengan oportunidad de oír el aviso y de encontrar amparo en Él antes que se desate la ira de Dios.” (Conflicto de los Siglos, pág. 511). La historia millerita se cumplió al terminarse la profecía de los 2300 años de Daniel 8:14; y la historia de Ciro marca el comienzo de esos 2300 años. El “tiempo de fin” considerado en el contexto de la historia de Ciro, fue el cumplimiento de los setenta años de cautiverio mencionados en Jeremías 25:12: “Y cuando se cumplan los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a esa nación por su maldad —dice el Eterno—, y a la tierra de los caldeos; y la convertiré en desierto para siempre.” En Daniel capítulo nueve versículo dos, vemos a Daniel representando a los estudiantes de profecía, en esa época, como corriendo “de aquí para allá,” según se describe en la palabra profética de Dios. “En el primer año de su reinado, yo, Daniel, entendí por la Escritura, por la Palabra del Eterno al profeta Je-

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remías, que la asolación de Jerusalén había de concluir en setenta años.” Daniel reconoció el cumplimiento de la profecía de Jeremías como el anuncio profético de que ya era el tiempo para que los judíos salieran de Babilonia y reconstruyeran a Jerusalén. Ciro es el hombre que reconoció este trabajo y formalizó el mensaje con su decreto. Tómese nota que aunque Ciro es un tipo de Cristo, no es profeta. Tampoco lo fue Miller. “Y ahora, precisamente en el tiempo en que Dios había dicho que habría de reedificar su templo de Jerusalén, movió a Ciro como agente suyo para que discerniera las profecías concernientes a él mismo, y bien conocidas por Daniel; y le indujo a conceder su libertad al pueblo judío.”(Profetas y Reyes, pág.408). Después Ciro comenzó a apartarse en su propósito de ayudar a los judíos en terminar su trabajo. En Daniel capítulo diez, el ángel Gabriel luchó con Ciro tres semanas para poder ayudarlo a tomar la decisión correcta respecto al trabajo que había comenzado, pero cuándo Gabriel no pudo hacer más, entonces Cristo, también llamado Miguel, vino e intercedió con Ciro. Con la llegada de Miguel, el mensaje de Ciro fue autorizado; al igual que Cristo es aquel ángel, en Apocalipsis capítulo diez, quien concede autoridad al mensaje de Miller. “Mientras Satanás estaba procurando influir en las más altas potestades del reino de Medo-Persia para que mirasen con desagrado al pueblo de Dios, había ángeles que obraban en favor de los desterrados. Todo el cielo estaba interesado en la controversia. Por intermedio del profeta Daniel se nos permite vislumbrar algo de esta lucha poderosa entre las fuerzas del bien y las del mal. Durante tres semanas Gabriel luchó con las potestades de las tinieblas, procurando contrarrestar las influencias que obraban sobre el ánimo de Ciro; y antes que terminara la contienda, Cristo mismo acudió en auxilio de Gabriel. Este declara: “El príncipe del reino de Persia se puso contra mí veintiún días: y he aquí, Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y yo quedé allí con los reyes de Persia.” (Dan. 10:13). Todo lo que podía hacer el cielo en favor del pueblo de Dios fue hecho. Se obtuvo finalmente la victoria; las fuerzas del enemigo fueron mantenidas en jaque mientras gobernaron Ciro y su hijo Cambises, quien reinó unos siete años y medio.” (Profetas y Reyes, págs.418-419). Las actividades de los enemigos de esa época están marcadas por el decreto que detuvo la obra, poco antes del segundo decreto de Darío. “La obra del templo progresó lentamente durante el reinado de Cambises. Y durante el reinado del falso Esmerdis (llamado Artajerjes en Esdras 4: 7), los samaritanos indujeron al impostor sin escrúpulos a que promulgara un decreto para prohibir a los judíos que reconstruyeran su templo y su ciudad.” (Profetas y Reyes, pág. 345).

10 Aunque no tenemos, en la historia de Ciro, una especifica identificación de la manifestación del poder de Dios como siendo el próximo hito, sí está establecida en la base de las características proféticas identificadas en las otras líneas proféticas que describen cada gran movimiento reformatorio. Los hitos proféticos, así como todas las verdades bíblicas, están establecidos sobre la base del testimonio de dos o tres. Cuando consideramos estas líneas sagradas de profecía, descubrimos que más de tres veces la manifestación del poder de Dios es identificada como siguiendo a las actividades enemigas de la obra y el mensaje; y sólo antes de ilustrarse el juicio. El juicio en esta historia está ubicado en el tercer decreto, cuando la soberanía nacional es devuelta a los judíos, concediéndoseles cumplir el juicio contra ambos crímenes, el civil y el religioso.. “Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría que tienes de tu Dios, pon jueces y magistrados, que administren justicia a todo el pueblo que está del otro lado del río, a todos los que conocen las leyes de tu Dios; y al que no las conozca, se las enseñarás. Y el que no cumpla la Ley de tu Dios y la ley del rey, sea prontamente condenado a muerte, destierro, multa o prisión.” (Esdras 7: 25-26). Luego de esta ilustración del juicio encontramos identificado el chasco. “Esdras había esperado que una gran multitud regresaría a Jerusalén, pero se quedó chasqueado por lo reducido del número de los que habían respondido al llamamiento.” (Profetas y Reyes, pág. 450). “El numero que aceptó el llamado para salir de Babilonia, fue desalentador y pequeño, Esdras había esperado que una gran multitud regresara.” (Review and Herald, 13 de febrero, 1908). Quienes regresaron deberían asumir la obra de terminar y reconstruir a Jerusalén, pero poco después cesaron sus esfuerzos de terminarla. Hay otras características dentro de la estructura profética de cada gran movimiento reformatorio que aún no hemos identificado. Los tratos de Dios con los hombres durante los grandes movimientos religiosos siempre son los mismos; y así como en el tiempo millerita y la época de los tres decretos, y la misma historia de Cristo, las características proféticas son idénticas. El “tiempo del fin” en la historia de Cristo fue su nacimiento que marcó el cumplimiento de la profecía de Isaías en el capitulo siete y el versículo catorce.”Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: La virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y se llamará Emanuel (Dios con nosotros). En el nacimiento de Cristo hubo varios estudiantes de la profecía que identificaron y reconocieron su nacimiento. Había Simeón y Anna, los pastores en las colinas, y los reyes magos del oriente. El aumento de cono-

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cimiento, y consecuente reacción adversa, está representado por las acciones de Herodes y la vida de Cristo. “Herodes invitó entonces a los magos a entrevistarse privadamente con él. Dentro de su corazón, rugía una tempestad de ira y temor, pero conservaba un exterior sereno, y recibió cortésmente a los extranjeros. Indagó acerca del tiempo en que les había aparecido la estrella, y simuló saludar con gozo la indicación del nacimiento de Cristo. Dijo a sus visitantes: “Andad allá, y preguntad con diligencia por el niño; y después que le hallareis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.” Y así diciendo, los despidió para que fuesen a Belén.” (Deseado de Todas las Gentes, pág. 44). “Y Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombre.” (Lucas 2:5). En consecuencia del aumento de conocimiento, se levantó un mensajero para formalizar el mensaje de ese tiempo. “En esos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea. Decía: ¡Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado! Este es aquel de quien el profeta Isaías dijo: Voz que clama en el desierto. Preparad el camino del Señor. Enderezad sus sendas. Juan llevaba un vestido hecho de pelo de camello, y un cinto de cuero en su cintura. Y comía langostas y miel silvestre.” (Mateo 3:1-4). El mensaje formalizado fue autorizado cuando un símbolo de la divinidad descendió (el Espíritu Santo descendiendo sobre Cristo). “Tan pronto como Jesús fue bautizado, subió del agua. Y en ese momento, el cielo se abrió, y Jesús vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y una voz del cielo dijo: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco.” (Mateo 3:16- 17). Fue el bautismo de Cristo lo que autorizó el mensaje de Juan. “Yendo al templo donde estaba él enseñando, le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces esto? ¿y quién te dio esta autoridad?” Esperaban que afirmase que su autoridad procedía de Dios. Se proponían negar un aserto tal. Pero Jesús les hizo frente con una pregunta que al parecer concernía a otro asunto e hizo depender su respuesta a ellos de que contestaran esa pregunta. “El bautismo de Juan —dijo,— ¿de dónde era? ¿del cielo, o de los hombres?” Los sacerdotes vieron que estaban en un dilema del cual ningún sofisma los podía sacar. Si decían que el bautismo de Juan era del cielo, se pondría de manifiesto su inconsecuencia. Cristo les diría: ¿Por qué entonces no creísteis en él? Juan había testificado de Cristo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” Si los sacerdotes creían el testimonio de Juan, ¿cómo podían negar que Cristo fuese el Mesías? Si declaraban su verdadera creencia, que el ministerio de Juan era de los hombres, iban a provocar una tormenta de indignación, porque el pueblo creía que Juan era profeta.

11 La multitud esperaba la decisión con intenso interés. Sabían que los sacerdotes habían profesado aceptar el ministerio de Juan, y esperaban que reconocieran sin reservas que era enviado de Dios. Pero después de consultarse secretamente, los sacerdotes decidieron no comprometerse. Simulando ignorancia, dijeron hipócritamente: “No sabemos.” “Ni yo os digo con qué autoridad hago ésto,” dijo Jesús.” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 544). El mensaje de Juan no sólo quedó autorizado en el bautismo, sino que en esa ocasión Cristo fue al desierto para ser tentado. Así como Miguel descendió para autorizar el mensaje de Ciro; y descendió el ángel, en Apocalipsis capítulo 10, para autorizar el mensaje de Miller, la paloma había descendido para autorizar el mensaje de Juan. Y así como Juan en Apocalipsis capítulo 10 tomó el librito y lo comió, marcando así el inicio del proceso probatorio, también Cristo fue inmediatamente al desierto para ser probado. Después de ésto encontramos las actividades enemigas de la obra y el mensaje de Juan. La acción que marca este hito específicamente, es cuando el Sanedrín decide que Cristo debe morir, y no que toda la nación perezca. “Entonces Caifás, que era el sumo sacerdote de aquel año, les dijo: “Vosotros no sabéis nada, ni os dais cuenta de que conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.” (Juan 11:40-50). Después de este hito, debe verse una manifestación del poder de Dios que paralela la manifestación del poder manifestado en la experiencia millerita del Clamor de Medianoche. “El Clamor de Medianoche no fue llevado tanto por argumento, aunque la prueba bíblica era clara y concluyente. Lo acompañó un poder impulsador que movió el alma. No hubo duda, ningún cuestionamiento. En ocasión de la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén, el pueblo reunido que había venido de toda parte del mundo para guardar la fiesta, se congregó en el Monte de los Olivos; y mientras se unieron a la multitud que acompañaba a Jesús, captaron la inspiración del momento y ayudaron a aumentar el clamor, ‘¡Bienaventurado es el que viene en el nombre del Señor!’ [Mat. 21:9]. De igual manera los incrédulos que se reunieron en ocasión de las conferencias adventistas, algunos por curiosidad, otros sólo para ridiculizar, sintieron el poder convincente acompañando el mensaje, ‘¡He aquí, el Esposo viene!’” (e Spirit of Prophecy, vol. 4, p. 250). Esta manifestación del poder de Dios concluyó con una ilustración del juicio en la cruz del Calvario, sólo para ser seguida de un chasco. “Fuí transportada al tiempo cuando Cristo entró triunfalmente en Jerusalén. Los gozosos discípulos creían que él iba a tomar entonces el reino y reinar como príncipe temporal. Siguieron a su Rey con grandes esperanzas, cortando hermosas palmas, sacando sus ropas exte-

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riores y extendiéndolas con celo entusiasta por el camino. Algunos le precedían y otros le seguían, clamando: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” La excitación perturbó a los fariseos, y desearon que Jesús reprendiese a sus discípulos. Pero él les dijo: “Si, éstos callaran, las piedras clamarían.” La profecía de Zacarías 9:9 debía cumplirse; sin embargo los discípulos estaban condenados a sufrir un amargo chasco. A los pocos días siguieron a Jesús al Calvario, y le vieron sangrante y lacerado en la cruz cruel. Presenciaron su agonía y su muerte y lo depositaron en la tumba. El pesar ahogaba sus corazones; ni un solo detalle de lo que esperaban se había cumplido, y sus esperanzas murieron con Jesús. Pero cuando resucitó de los muertos y apareció a sus discípulos entristecidos, las esperanzas de ellos revivieron. Le habían encontrado de nuevo.” (Primeros Escritos, pág. 244). Los discípulos entonces recibieron la tarea del llevar el mensaje de la cruz al mundo, pero dejaron de cumplir con su tarea y decidieron regresar a la pesca. “Allí hay una lección para todo cristiano. Habrá de hacer la obra que Cristo hizo mientras estuvo en la tierra. ‘¿No sabéis,’ dijo Él, ‘que en los negocios de mi Padre me conviene estar? Vine para mostrar lo que el Señor requiere de todo el que ganara la vida eterna. La obra de Cristo fue realizada según la ley del servicio, y él nos dice, ‘Sin mí nada podéis hacer.’ Después de su ascensión apareció a sus discípulos, que habían regresado de la pesca. Tan cansados y desanimados estaban que al principio no reconocieron Su voz. Les preguntó si habían pescado algo, y la triste respuesta fue dada. ‘Hemos trabajado toda la noche, y nada hemos cogido.’ En tonos claros y tranquilos sonaron las palabras de Cristo sobre las aguas, ‘Lanzad la red al lado derecho de la barca, y encontraréis.’ Se apresuraron a cumplir su orden, sin embargo diciendo al mismo tiempo, ‘Hemos trabajado toda la noche sin éxito; no es posible que tengamos éxito ahora.’ Pero el éxito que siempre sigue a la obediencia coronó sus esfuerzos. No pudieron sacar la red, tan llena estaba de peces. Inmediatamente se olvidaron del infructuoso trabajo de la noche. Vieron a Jesús como un Salvador resucitado, y creyeron en él. De este milagro aprendieron la lección que todos necesitan aprender, que sin la cooperación de Cristo, todo trabajo será difícil y sin provecho.” (Signs of the Times, 23 de mayo, 1900). La historia de los milleritas, la historia de los tres decretos, y la historia de Cristo, empiezan con un “tiempo del fin.” El “tiempo del fin” marca el inicio de un aumento progresivo de luz profética, que ilumina el siguiente período de historia sagrada. Mientras se desarrolla la luz, el Señor selecciona un mensajero que Él utiliza para formalizar el mensaje para esa generación. Posteriormente el Señor autoriza el mensaje, mientras simultáneamente marca el inicio del proceso probatorio. Las actividades de los enemigos de esa obra son entonces manifestados, y

12 después existe una manifestación del poder de Dios. Dicha manifestación culmina en una ilustración del juicio que es inmediatamente seguida por un chasco. Luego al pueblo de Dios se le asigna una tarea, que en un punto del tiempo deja de cumplir. Cada movimiento reformatorio cubre el mismo terreno. La historia de Moisés es un tipo de la historia de Cristo. Moisés profetizó que el Señor levantaría un profeta como él. “Porque Moisés dijo a los padres: ‘El Señor vuestro Dios os levantará de entre vuestros hermanos, un profeta como yo. A él oiréis en todo lo que os diga.” (Hechos 3:22). Aunque faltara un específico cumplimiento profético para el “tiempo del fin” en la historia de Moisés, aún el nacimiento de Moisés puede ser identificado como el “tiempo del fin” en esa historia, pues Moisés era un tipo de Cristo y el “tiempo del fin” en la historia de Cristo era su nacimiento. El nacimiento de Moisés identifica la futura época de liberación del antiguo Israel de la esclavitud de Egipto. Moisés gastó sus primeros doce años en la escuela de educación superior conducida por su madre; y luego fue a las escuelas de Egipto, representando así un aumento de conocimiento. Este aumento simbólico de conocimiento fue continuado mientras el Señor llevó a Moisés al desierto por cuarenta años para recibir un aumento de conocimiento aún más importante mientras atendía ovejas en una escena campestre. El mensaje fue formalizado en ocasión de la zarza ardiente, y luego Moisés regresó a Egipto para cumplir con su obra. “Le dijo el Eterno, “He visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, he oído el clamor que les arrancan sus opresores, pues conozco sus angustias. Y he descendido a librarlos de mano de los egipcios, y a sacarlos de este país para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, que mana leche y miel; la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor de los israelitas ha llegado hasta mí, y he visto la opresión con que los egipcios los maltratan. Ven, por tanto, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas.” (Éxodo 3:7-10). Antes de Moisés llegar a Egipto, Cristo descendió y autorizó su obra. “En el camino, en una posada, el Señor salió al encuentro de Moisés, y quiso matarlo.” (Éxodo 4:24). Moisés había pasado por alto la circuncisión de su hijo, y no hubiera tenido el poder espiritual necesario para lograr su trabajo en Egipto al ser desobediente a ese rito. “Mientras se alejaba de Madián, Moisés tuvo una terrible y sorprendente manifestación del desagrado del Señor. Se le apareció un ángel en forma amenazadora, como si fuera a destruirle inmediatamente. No le dio ninguna explicación; pero Moisés recordó que había desdeñado uno de los requerimientos de Dios, y cediendo a la persuasión de su esposa, había dejado de cumplir

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el rito de la circuncisión en su hijo menor. No había cumplido con la condición que podía dar a su hijo el derecho a recibir las bendiciones del pacto de Dios con Israel, y tal descuido de parte del jefe elegido no podía menos que menoscabar ante el pueblo la fuerza de los preceptos divinos. Séfora, temiendo que su esposo fuese muerto, realizó ella misma el rito, y entonces el ángel permitió a Moisés continuar la marcha. En su misión ante Faraón, Moisés iba a exponerse a un gran peligro; su vida podría conservarse sino sólo mediante la protección de los santos ángeles. Pero no estaría seguro mientras tuviera un deber conocido sin cumplir, pues los ángeles de Dios no podrían escudarle.” (Patriarcas y Profetas, pág. 261). Moisés no sólo fue autorizado en esta ocasión, sino su esposa, como mujer representando proféticamente a la iglesia, realizó el acto de circuncisión. La prueba ilustrada aquí identifica un proceso probatorio que la iglesia confronta, mientras identifica que la iglesia y sus miembros deben participar en el acto de la circuncisión del corazón durante el tiempo probatorio. La prueba de Moisés paralela el bautismo de Cristo. En ambos hitos el mensaje es autorizado y se identifica una prueba. El bautismo es, desde luego, un tipo de circuncisión, pues ambos son una promesa de acatamiento. “COMO cuarenta días después del nacimiento de Jesús, José y María le llevaron a Jerusalén, para presentarle al Señor y ofrecer sacrificio. Ello estaba de acuerdo con la ley judaica, y como substituto del hombre, Jesús debía conformarse a la ley en todo detalle. Ya había sido sometido al rito de la circuncisión, en señal de su obediencia a la ley.” (Deseado de Todas las Gentes, pág. 34). “Quienes se someten al solemne rito del bautismo se comprometen, ante el universo celestial, a salir del mundo. Ellos han asumido su posición bajo el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel, para ser obreros junto con Dios, y, como tal, hacer conocer Su voluntad a quienes persisten en el pecado. Habrán de escudriñar las Escrituras diligentemente, sintiendo que es de suma importancia entender qué dice el Señor. Habiendo conocido Su voluntad, habrán de cumplirla de corazón, recordando que la verdad es la semilla que deben sembrar para poder levantar una cosecha para Dios. Pero muchos que pretenden creer la verdad no están esforzándose como debieran en la perfección del carácter.” (Review & Herald, 19 de septiembre, 1907). Cuando Moisés regresó a Egipto, en Éxodo capítulo cinco él presentó el mensaje de la reforma tocante al Sábado. Cuando Israel aceptó el mensaje, el Faraón se llenó de ira con la decisión de Israel de no más trabajar en Sábado, y aumentó la producción de ladrillos; y también ordenó que los hebreos juntasen su propia paja. Es así como vemos ilustradas las actividades de los enemigos de esa obra y mensaje. Esto fue seguido por la manifesta-

13 ción del poder de Dios en las plagas que fueron traídas contra Egipto. El climax de las plagas fue el juicio sobre los primogénitos, e inmediatamente los hebreos se encontraron entre el ejército del Faraón y el Mar Rojo. “La historia del antiguo Israel es un ejemplo patente de lo que experimentaron los adventistas. Dios dirigió a su pueblo en el movimiento adventista, así como sacó a los israelitas de Egipto. Cuando el gran desengaño, su fe fue probada como lo fue la de los hebreos cerca del Mar Rojo. (Conflicto de los Siglos, págs. 510-511). Después de ésto Moisés asignó al pueblo la obra de prepararse para recibir la ley. “El Eterno dijo a Moisés: “Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana. Que laven sus vestidos, y estén preparados para el tercer día, porque al tercer día descenderá a la vista de todo el pueblo, sobre el monte Sinaí.” (Éxodo 19:10-11). El pueblo inició la obra, pero antes que Moisés terminara de recibir la ley, el pueblo había detenido la obra y se encontraba danzando alrededor del becerro de oro. Cada gran movimiento reformatorio es el mismo. En los parámetros de estas historias encontramos el argumento principal que identifica a Guillermo Miller como el hombre que el Señor usó para establecer el fundamento del Adventismo. El mensajero en cada uno de estos movimientos es marcado por el Señor como estableciendo el fundamento de esa generación. En el tiempo de Ciro, pero antes del segundo decreto de Darío, se completó el fundamento del templo. “Y cuando los albañiles del templo del Eterno echaron los cimientos, se presentaron los sacerdotes vestidos de sus ropas, con trompetas, y los levitas hijos de Asaf con címbalos, para alabar al Eterno según ordenó David rey de Israel. Cantaban, alababan y daban gracias al eterno diciendo: ‘Porque es bueno, porque su amor es para siempre hacia Israel.’Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo y alababa al Señor, porque se había echado el cimiento de la casa del Eterno.” (Esdras 3:10-11). El mensaje fundamental en el tiempo de Cristo fue proclamado y establecido por Juan el Bautista, a quien la Hermana White a menudo compara con Guillermo Miller. “Y al confesar sus pecados, eran bautizados por él en el Jordán. Cuando Juan vio que muchos fariseos y saduceos venían a su bautismo, les decía: “¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? ‘Producid frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis en vuestro interior. ‘Tenemos a Abrahán por padre’. Por que os digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos de Abrahán. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles. Todo árbol que no da buen fruto será cortado y echado en el fuego. A la verdad, yo os bautizo en agua para arrepentimiento. Pero el que viene después de mí,

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cuyas sandalias no soy digno de llevar, es más poderoso que yo. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano. Limpiará su era, allegará su trigo en el granero, y quemará la paja en el fuego inapagable.” (Mateo 3:6-12). El mensaje fundamental en la historia de Cristo fue proclamado por Juan, y consistió de bautismo, confesión de pecado, arrepentimiento, una advertencia de la ira que era inminente, mientras identificaba que el Señor divorciaría al antiguo Israel y reuniría para sí a un pueblo nuevo. También indicaba la promesa de la dispensación del Espíritu Santo. Juan fue usado para establecer el mensaje fundamental de su tiempo, así como los fundamentos del templo fueron establecidos dentro de la historia del decreto de Ciro. El mensaje fundamental en la historia de Moisés era que el Señor deseaba sacar a los hebreos de Egipto para que lo adoraran. El fundamento de ese mensaje de adoración es el mensaje de reforma que Moisés inició cuando vino a Egipto. Ese mensaje era el Sábado, que es el fundamento de la verdadera adoración. Por tanto cuando consideramos los grandes movimientos reformatorios del pasado, que según la inspiración son siempre los mismos y se paralelan unos a otros, encontramos que el mensajero de cada historia es el que el Señor usa para establecer los fundamentos. La inspiración identifica a Guillermo Miller como el mensajero de su época; y su mensaje, según los historiadores y los pioneros, era el mensaje ilustrado en el diagrama pionero de 1843. El mensaje ilustrado en el diagrama de 1843 es el único mensaje que proclamaron todos los predicadores milleritas. Por tanto el mensaje en dicho diagrama es el mensaje millerita proclamado desde 1840 hasta 1844; y ese mensaje es el mensaje fundamental del Adventismo. Actualmente el liderazgo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha descartado ese mensaje, sustituyendo fábulas provenientes de las iglesias caídas de Babilonia, quedando así destruidos los fundamentos. En el pasado hemos discutido el hecho de que los hombres, en el Instituto de Investigación Bíblica de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, han adoptado el sentir del protestantismo apóstata tocante al “continúo” en el libro de Daniel. Siendo así, ellos rechazan el sentir pionero de las profecías de los 1290 años y los 1335 años, encontradas en Daniel 12:11-12. “Desde el tiempo que sea quitado el continuo hasta la abominación desoladora habrá 1.290 días. Bienaventurado el que espere y llegue hasta 1.335 días.” (Daniel 12:11-12). El “continuo,” las profecías de los 1290, y los 1335, años están todos ilustrados en el diagrama de 1843; y cuando se determina que el “continuo” representa el ministerio de Cristo en el santuario según sugiere el liderazgo actual, entonces se elimina la habilidad de identificar el año 508 d.C. como el tiempo cuando el “continuo” (o

14 paganismo) habría de ser quitado. El ministerio de Cristo en el Santuario celestial empezó en el año 31 d.C., y no existe apoyo histórico para evento alguno, llevado a cabo en 508, que pueda entenderse como siendo quitado, en ese punto, el ministerio de Cristo en el Santuario. Por tanto al rechazar el entendimiento fundamental millerita tocante al “continuo,” se destruye el significado simbólico del “continuo” y las dos profecías de tiempo representadas en el diagrama. Aunque los hombres en el Instituto de Investigación Bíblica lo niegan, cuando se identifica el “continuo” como el ministerio de Cristo en el Santuario, también se destruye la profecía de los 2300 años de Daniel 8:14. Ésto es muy sencillo reconocer, pero ignorado totalmente por quienes sostienen la opinión que el “continuo” representa el ministerio de Cristo en el Santuario. Lo sencillo de esta lógica se encuentra en el mismo fundamento del Adventismo, ubicado en Daniel 8:14. Pero el versículo catorce es simplemente la respuesta a la pregunta hecha en el versículo trece. “¿Hasta cuándo durará la visión del continuo, de la prevaricación asoladora, y del pisoteo del Santuario y del ejército?” Después de la visión cubriendo la historia desde los medos hasta Roma papal, según se establece en los primeros doce versículos de Daniel capítulo ocho, Daniel oye un diálogo entre algunos seres celestiales. En el versículo trece se hace una pregunta sobre duración de tiempo. La pregunta es concerniente a “cuánto tiempo” duraría, respecto a dos entidades especificadas. (Estoy enterado que la palabra hebrea traducida como “cuánto tiempo” puede entenderse como “cuándo,” pero el contexto de la discusión en el versículo trece y catorce identifica que la palabra hebrea traducida como “cuánto tiempo” está identificando una duración de tiempo. Es obvio que los traductores de la versión Reyna Valera pensaban igual, pues tradujeron la palabra como “cuánto tiempo” no “cuándo.” La duración de tiempo es el tema de la visión concerniente al continuo y la abominación desoladora). El continuo y la abominación desoladora habrían de “pisotear tanto al santuario y el ejército” por cierto período de tiempo. Durante ese período de tiempo el continuo (paganismo) y la abominación desoladora (el papismo) pisotearían al santuario y al ejército. El entendimiento fundamental del “continuo” fue primero considerado e identificado por Guillermo Miller como paganismo. Este entendimiento fundamental fue predicado por Miller y sus asociados que predicaron lo que se llama “el clamor de la hora del juicio.” El entendimiento de Miller tocante al “continuo” es aprobado mediante la inspiración en el libro Primeros Escritos, página 74, cuando la Hermana White declara: “Entonces ví en relación al ‘continuo’ (Daniel 8:12) que la palabra ‘sacrificio’ fue suministrada por la sabidu-

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ría del hombre, y no pertenece al texto; y que el Señor dio la correcta consideración a quienes predicaron el clamor de la hora del juicio. “Cuando existió unidad, antes de 1844, casi todos estuvieron unidos sobre la correcta consideración del ‘continuo;’ pero tras la confusión desde 1844, otras opiniones han sido abrazadas, y ha seguido tinieblas y confusión.” La falsa opinión respecto al “continuo” que actualmente es promovida por el liderazgo de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, es que el “continuo” identifica al ministerio de Cristo en el Santuario; y la Hermana White nos informa que este particular sentir vino “de ángeles que fueron expulsados del cielo.” En un manuscrito donde ella reprende a A.G. Daniells por promover falsas consideraciones del “continuo,” ella nos dice que vio los “consecuentes resultados” de aceptar la opinión del protestantismo apóstata tocante al “continuo” como siendo el ministerio de Cristo en el santuario, y dice que eso traería confusión. Dios no es el autor de confusión. ”Ahora he de decirles [que] cuando se me mostró este asunto, cuando el Pastor Daniells estaba levantando su voz como trompeta en defender sus ideas sobre el ‘continuo,’ los consecuentes resultados me fueron presentados. Nuestro pueblo se estaba confundiendo. Yo ví el resultado, y entonces me fueron dadas advertencias que si el Pastor Daniells, sin considerar el resultado, fuera así impresionado y se permitiera creer que se encontraba bajo inspiración divina, por doquier se sembraría el escepticismo en nuestras filas, quedaríamos expuestos a los mensajes de Satanás. Acérrima incredulidad y escepticismo se sembrarían en mentes humanas, y una extraña cosecha de mal sustituiría el lugar de la verdad.” (Manuscript Releaese, vol. 20, p. 21). Queda claro que el aceptar la idea de Daniells, de que el “continuo” representa el ministerio de Cristo en el Santuario, es contundentemente rechazado por la inspiración; y que es apoyada la opinión fundamental millerita de que el “continuo” representa al paganismo. Si creemos que el “continuo” representa el ministerio de Cristo en el Santuario, entonces el “continuo” no podía llegar en la historia antes de Cristo iniciar su ministerio en el Santuario en 31 d.C. Éste es el problema con los versículos trece y catorce. Si la visión concerniente al continuo y la abominación desoladora, está identificando la duración de tiempo que concluye al final de los 2300 años en 1844, entonces empezando el punto inicial de la visión debe acordar con el punto final. Si empezamos en 31 d.C., y añadimos 2300 años, destruimos la fecha de 1844, ¡y consecuentemente el Adventismo! Nadie argumenta que la abominación desoladora, en el versículo trece, es el poder papal; por tanto cuando interpretamos el versículo trece como diciendo “cuánto tiempo durará la visión” concerniente al ministerio de

15 Cristo en el Santuario que empezó en el año 538 d.C., estamos asignando un punto de partida que destruye la fecha de 1844. El punto de inicio más temprano que se puede asignar a la visión es el año 31 d.C.; y por consecuencia debemos ubicar la purificación del santuario hasta el año 2331. Si retenemos el entendimiento fundamental millerita de que el “continuo” representa el paganismo, y que la transgresión desoladora representa al poder papal, entonces la pregunta es: ¿Cuánto tiempo durará la visión concerniente al paganismo que empezó en la visión de Daniel capítulo ocho con los medos y los persas en 457 a.C., y la del papado que empezó en 538 d.C.?; entonces la profecía de los 2300 años proféticos tiene un cumplimiento perfecto en 1844. Cuando estamos equivocados sobre el “continuo” se destruye directamente la referencia sobre el “continuo” en el diagrama de 1843, y se elimina la capacidad de establecer las profecías de los 1290 y los 1335 años, ilustrados en el diagrama; y consecuentemente se destruye la profecía de los 2300 años. Díjose tanto de proteger las “estacas” y las “clavijas.” Recientemente, al estar considerando la profecía de tiempo de los 2520 años de Levítico 26, hay tres amigos que han enviado correos electrónicos al Instituto de Investigación Bíblica para saber cómo ellos entienden esta profecía, que desde luego también es representada en el diagrama de 1843. Uno de dichos correos también pregunta sobre la quinta y sexta trompeta, que también son ilustradas en el diagrama. Aquí está ese correo electrónico y la respuesta: Querido Pfandl, “Algunos amigos míos se encuentran bastante ocupados estudiando el antiguo diagrama de 1843, y están pensando en la profecía de los 2520 años que se encuentra en él; y también pensamos cómo el Islam de la quinta y sexta trompeta se conectan con el actual Islam. ¿Tiene usted alguna luz tocante a estas preguntas? Gracias por su consideración.” ¡Bendiciones! PR Respuesta: Querido PR: “El diagrama de 1843 fue usada por los milleritas con buen éxito, pero no todo en el diagrama está correcto. Uno de los asuntos concierne los 2520 años. Nótese por favor, que Judá no fue llevada cautiva en 677 a.C.; que el rey Manasés fue llevado a Babilonia por un período de tiempo, pero fue restaurado al trono y ordenó su casa antes de morir (2a Crónicas 33:14-16). Judá continuó como reino hasta 586 a.C. cuando Jerusalén fue destruida por los babilonios. El principio día-por-año no puede ser usado en Levítico 26:28. La biblia New American Bible traduce correctamente “Aumentaré el castigo por vuestros pecados siete veces.” El texto hebreo sólo tiene la palabra “siete,” y

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no existe referencia a un período de tiempo. “Siete (veces o tiempos)” es una expresión proverbial para una medida completa y plena de disciplina (también es usada en 26:21, 24, 28; Salmo 79:12). Siete era un número apropiado para plenitud en vista de la importancia de “siete” en la religión israelita. El principio día-por-año sólo debe usarse para períodos de tiempo en textos apocalípticos (Daniel y Apocalipsis). Fuera de estos libros Dios indicó claramente cuándo aplicó un día por un año (Números 14:34; Ezequiel 4:6). La mayoría de los intérpretes actuales no identifican al Islam con la quinta y sexta trompeta. Ver J. Paulien, R. Stefanovic, y J. Doukhan, sobre estos textos. Mientras el Islam es un asunto de actualidad, debemos evitar el interpretar las Escrituras basándonos con alguna revista o periódico. En las décadas del 60 y del 70, el comunismo era el gran mal; bueno, se ha ido. Actualmente es el Islam, pero ¿por cuánto tiempo? ¡No sabemos! Por ahora, el Islam no aparece en mi interpretación de las Escrituras.” Con saludo amable y mejores deseos, Gerhard Pfandl, Ph.D., Director Asociado, Instituto Investigación Bíblica. Con esa declaración el Instituto de Investigación Bíblica ha destruido la profecía de los 2520 años, y el Islam de la quinta y sexta trompeta. Allí se eliminaron dos más “estacas y clavijas” del fundamento del Adventismo. Haciendo eso, también rechazamos el Espíritu de Profecía, pues el Espíritu de Profecía apoya el entendimiento pionero de la quinta y sexta trompeta por lo menos nueve veces. ¡Nueve veces! Cuando la Hermana White apoya la predicción de Josías Litch sobre el colapso del Imperio Otomano, ella está apoyando el entendimiento pionero de la quinta y sexta trompeta. “En la fecha misma que había sido especificada, Turquía aceptó, por medio de sus embajadores, la protección de las potencias aliadas de Europa, y se puso así bajo la tutela de las naciones cristianas. El acontecimiento cumplió exactamente la predicción. Cuando esto se llegó a saber, multitudes se convencieron de que los principios de interpretación profética adoptados por Miller y sus compañeros eran correctos, con lo que recibió un impulso maravilloso el movimiento adventista. Hombres de saber y de posición social se adhirieron a Miller para divulgar sus ideas, y de 1840 a 1844 la obra se extendió rápidamente.” (Conflicto de los Siglos, pág. 383). Litch no fue el único millerita que enseñó esta verdad. Guillermo Miller y todos los milleritas enseñaron la verdad identificada por Litch y apoyada por la Hermana White en el pasaje previo. Litch es sencillamente el hombre que publicó el panfleto sobre el tema. Miller trató con la quinta y sexta trompeta como siendo el Islam en sus interpretaciones. El entendimiento millerita

16 de las trompetas está representado en el diagrama de 1843 que “fue dirigido por la mano del Señor” y que, según se nos ha dicho, “no debe ser alterado.” La quinta y sexta trompeta como el Islam también están representadas en el diagrama de 1850, preparado por Otis Nichols. La Hermana White declara tocante al diagrama de 1850: “Vi que Dios estaba en la publicación del diagrama hecho por el Hermano Nichols. Vi que había una profecía de este diagrama en la Biblia; y si este diagrama está designado para el pueblo de Dios, si [es] suficiente para uno, también lo es para otro; y si uno necesita un diagrama nuevo hecho en una escala mayor, todos lo necesitan por igual.” (Manuscript Releases, vol 13, p. 359). Se nos dice respecto al diagrama de 1850 que existe una “profecía en este diagrama en la Biblia;” y “que Dios estaba dirigiendo en la publicación del diagrama hecho por el Hermano Nichols.”Actualmente el Instituto de Investigación Bíblica nos dice que “la mayoría de intérpretes adventistas no identifican el Islam con las trompetas quinta y sexta,” y siendo así, ellos no sólo están destruyendo los fundamentos sino también están negando la luz sobre este tema provisto por la profetiza del Señor. Ya hemos mencionado en este artículo seis citas donde la inspiración nos dice cosas como: “Dios nos pide dedicar nuestro tiempo y fuerza a la obra de predicar al pueblo los mensajes que agitaron a hombres y mujeres en 1843 y 1844.” (Manuscript Releases, number, 760). Esas seis referencias, adjunto al apoyo de la predicción de Litch en el libro Conflicto de los Siglos, y las dos aprobaciones de ambos diagramas del 1843 y 1850, nos informan nueve veces que el mensaje fundamental representado en el diagrama de 1843 estaba“dirigido por la mano del Señor,” y que el mensaje allí representado “no debe ser alterado.” Como Juan el Bautista, Ciro, y Moisés, fueron usados por el Señor para establecer los fundamentos en sus generaciones, también Guillermo Miller fue usado por el Señor para establecer los fundamentos del Adventismo. La Hermana White identifica los mensajes de 1840 hasta 1844 como la “plataforma” y “fundamento” del Adventismo; mientras advierte repetidas veces al pueblo de Dios que los fundamentos serían atacados. Los “fundamentos” del Adventismo actual han sido destruidos mediante enseñanzas de teólogos modernos y la falta de entendimiento, sobre las verdades pioneras, entre la mayoría del pueblo de Dios en los tiempos del fin. Al identificar este hecho hemos levantado los fundamentos de la generación de Moisés, la generación de Juan el Bautista, y la generación de Ciro, en un esfuerzo de indicar cuáles son las sendas antiguas. Hay más para reconocer en conexión con el hecho de que los fundamentos han sido destruidos, y en nuestra próxima revista ilustraremos cómo el Instituto de Investigación Bíblica

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está equivocado en su análisis de la profecía de los 2520 años en Levitico 26. “Reedificarás las ruinas antiguas, levantarás los cimientos puestos hace muchas generaciones, y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de calzadas para andar.” (Isaías 58:12). “El tiempo ha llegado cuando debemos rehusar firmemente el ser apartados de la plataforma de la verdad eterna, la cual desde 1844 ha soportado la prueba.” (Manuscript Releases, vol 1, p. 53). ”Da al mundo el mensaje que dios te ha dado. No quites una clavija o un pilar del fundamento de nuestra fe. Predica la verdad como se nos ha dado por el Señor.” (Manuscript Releases, vol 1, p. 56). Continuación en Septiembre

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