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Pontificia Universidad Católica de Chile Escuela de Psicología Técnicas Gestálticas Docente: Virginia Espinosa Ayudante: Eduardo Herrera
Seminario MILTON H. ERICKSON
Francisca León Lorca.
Es difícil estudiar la técnica psicoterapeútica desde el propio trabajo de Milton Erickson, pues éste se negó a sistematizar su obra y herramientas, pues creía que cada terapeuta debe desarrollar un estilo terapéutico de acuerdo a su medida, y la de cada paciente. Por lo que para conocer sus técnicas y estilos, debemos recurrir a sus discípulos, como Jay Haley, Hudson O’Hanlon y Zeig, entre otros. Las revolucionarias técnicas de Erickson, impactaron e influenciaron a muchas de las corrientes psicológicas (sistémica, programación neurolingüística, terapia breve, entre otras) de hoy y varias de sus herramientas son actualmente bastante populares. Erickson nació en 1901, desde la infancia sufrió de muchas enfermedades y en la temprana adolescencia sufrió de una primera crisis de poliomielitis, dé la cual milagrosamente logró surgir y llevar una vida normal. Mientras estuvo larguísimos periodos en cama y sin poder hablar, comenzó a observar a las personas a su alrededor (provenía de una familia muy numerosa), captando los tonos y expresiones corporales y luego descubriendo todo un lenguaje implícito que acompañaba al de las palabras. Este periodo le dejó como herramienta la observación profunda y la capacidad de comunicación no-verbal. El haber sacado provecho de un periodo tan difícil, le entregó uno de los principales principios orientadores de su terapia y su vida, los aspectos más limitantes de las personas pueden ser redefinidos hacia un fin positivo. Toda situación problemática es una oportunidad de crecer. (Araneda y Valenzuela 1986) Milton H. Erickson estudió psiquiatría y psicología, perteneció a múltiples y variadas organizaciones como la American Psychological Association, American Psychiatry Association, fue presidente de la Asociación Americana de Hipnosis y participó como docente en varias universidades y aportando con seminarios y revistas regularmente; además de mantener siempre una práctica terapéutica muy exitosa. (Zalaquett, 1986) Erickson ha sido descrito como un terapeuta estratégico, ya que tiene un rol activo, iniciando la acción terapéutica y diseñando un plan de acción adecuado para el paciente. (Haley, 1980) Zeig (En Robles 1991) sistematiza la terapia ericksoniana como terapia cortada a la medida, inicialmente planteando una meta, un objetivo en la terapia, que debe ser “envuelta como regalo”, el objetivo debe tener un formato que le resulte cómodo al
paciente (a través de métodos indirectos) y no un simple objetivo que se deba cumplir como tarea. Para que ésta surja efecto debe ser cortada a la medida del paciente particular, que encaje dentro del estilo y que tenga el carácter de único y particular, que entrega más significado. Este debe estar inserto en un proceso, en un contexto y entregado con cierta ceremonia para que adquiera sentido en una terapia. Por último, una de las claves de Erickson es lo que Zeig llama utilización, basado en utilizar para la terapia todos los recursos que presenta el paciente, incluso los que son parte del motivo de consulta, es necesario saber que es valioso para el paciente y reformulárselo en pos de la sanidad.
La terapia debe ser un acto emocionalmente significativo, debe tener un drama como las telenovelas. La hipnosis es una forma de envolver una idea, de hacer que un recurso del paciente se le presente como algo que desea hacer, sin darse cuenta, se aliviará de su síntoma. En cualquier estado de conciencia, tanto en terapia como en la enseñanza, Milton H. trabaja con el mismo objetivo final: hacer surgir potenciales y recursos ocultos en cada persona, por si mismo, creando experiencias de descubrimiento. Incluso, muchas veces no existía conciencia para el paciente de si estaba utilizando la hipnosis o no. (Zeig, en Robles 1991)
Principios de terapia La base más relevante para la teoría y práctica de Erickson es la integridad (Zalaquett, 1986), el tratar al otro como un ser humano completo, lo que implica que las personas como sistema poseen integridad, el sistema busca restablecer la totalidad, la persona ya es todo lo que necesita ser, sólo se debe rescatar e integrar los recursos que no sabe que tiene.
Esto implica que cada parte del sistema es valiosa, es necesario en la terapia entender todas las partes y desarrollarlas buscando una mejor forma de expresión, alineada con la totalidad de las necesidades de las personas. Se debe encontrar el aspecto positivo de cada aspecto negativo, porqué lo ayuda o porqué lo necesita; a esto se le llama reencuadre. Se supone una valoración del síntoma, puesto que esta es la mejor opción que el paciente ha podido encontrar en un momento dado con los recursos disponibles. La integridad también implica que el Inconciente es importante, que posee una sabiduría, el terapeuta debe confiar en el propio inconciente del paciente, pues conoce qué es lo mejor para la persona en cada momento y además posee muchas habilidades útiles para las necesidades del paciente. El terapeuta debería buscar el que las personas realicen una actividad, que logren un cambio real, una actividad interior (experiencial) o externa (conductual), lo que requiere que tanto terapeuta como paciente adquieran responsabilidad. Dentro de la utilización y encuentro de los propios recursos del paciente Erickson pretendía utilizar a favor de la cura las pautas de experiencia y conducta del paciente, el lenguaje, motivaciones, el propio síntoma y las resistencias. Podemos utilizar estas pautas al servicio del cambio, alterar o obstruir estas pautas o el establecimiento de pautas nuevas. Una gran diferencia con otros tipos de terapia, es el que en ésta se busca un cambio o resolución de problemas en el menor tiempo posible y donde no es un requerimiento la toma de conciencia o insight, de hecho muchas veces realizaba intervenciones terapéuticas, provocando cambios importantes, sin que los sujetos siquiera supieran que los habían tratado. Esta importancia dada al tiempo implica un rol activo y estratégico por parte del terapeuta y una gran flexibilidad tanto en la búsqueda de técnicas adecuadas para cada paciente como en el cambio de ellas si no han resultado efectivas. Erickson veía el cambio como un continuo o una bola de nieve, creía que si lograba establecer un cambio en las pautas, por pequeño que sea, también la pauta-síntoma podrá cambiar y se armará un proceso de cambio. En la terapia, como un continuo de la hipnosis, se busca inicialmente aceptar al paciente como un todo y luego generar una sincronización o pareo, donde se establece un contacto verbal y no verbal con el paciente, el terapeuta incorpora en su propia conducta las
observaciones que ha realizado de su paciente. (Araneda y Valenzuela 1986) A Milton Erickson se le ha pensado como un actor en términos de control de su “actuación” y Guilligan incluso refiere que utilizaba su cuerpo como un instrumento musical, sintonizando su ritmo con la danza conductual del sujeto. (En Araneda y Valenzuela 1986) Una vez que se ha realizado el pareo, el terapeuta comienza una conducción, introduciendo recursos existentes y la introducción de pequeñas nuevas conductas en su actuación, generando un cambio en el paciente. Dentro de esta terapia “hipnótica” la comunicación simbólica y comunicaciones a niveles múltiples de conciencia y entendimiento adquiere gran importancia, gracias a su experticia en la comunicación no verbal y la gran perspicacia sobre las necesidades no manifiestas del otro, Erickson practicaba con mucho éxito el trasmitir diferentes mensajes simultáneamente, actuando de forma sutil y a veces inconciente sobre los problemas del paciente. Erickson tiene una idea de ciclo vital familiar muy parecida a la de Erik Erikson, donde cada etapa implica tareas que cumplir y dar paso a una siguiente etapa, el individuo está inserto en un círculo social y social íntimo que lo afecta.. Si una fase se estanca o entra en crisis, surge un síntoma. La etapa que vive el paciente determina la terapia, no importa si pareciera que el síntoma estuviera desconectado a la fase del ciclo, la terapia es distinta para un adulto joven que para un anciano. (Haley, 1980) Dentro de este enfoque en la resolución de problemas, es importante la valoración y utilización de todos los recursos disponibles, tanto los del paciente, como los del terapeuta, el grupo familiar y la comunidad, para satisfacer las necesidades de cada paciente (Zalaquett, 1986).
Herramientas y Técnicas Algunas herramientas que utiliza la terapia Ericksoniana son: Empleo del espacio y la posición: donde alterando las claves visuales y auditivas, se propone cambiar la orientación del paciente y con ello su conducta. Se prescriben cambios en el espacio y la posición de las personas en la habitación. Siembra de ideas: desde el inicio de las entrevista, se va dando énfasis en ciertas ideas o frases que luego en una etapa más avanzada de la terapia pueden ser retomadas con mayor facilidad.
Despertar y desenganche: se alienta a la independencia y a eliminar fusiones en las familias, especialmente en hijos esquizofrénicos, donde se buscan recursos para lograr la autonomía o separación del vínculo patológico. Luego se trabaja con la familia. Ofrecimiento de una alternativa peor: el terapeuta puede dar directivas en un sentido, discordante con las ideas del paciente, para que realice lo opuesto, que sin embargo está alineado con el tratamiento. Ilusión de alternativas: se dan a elegir dos alternativas comparables no dando posibilidad de escape, cosa que cualquier elección va a ser deseable. Aliento de una recaída: se puede ofrecer paradójicamente una recaída frente a una mejora que no corresponde a un avance real, evitando la real recaída. Analogías, cuentos y metáforas: se pueden utilizar para reflejar las problemáticas y sugerir soluciones, y son útiles aunque no estén conectadas con el paciente aparentemente o no le hagan sentido.
Hipnosis Erickson utilizaba un método para todo tipo de terapia en que se conectaba en un nivel profundo con el paciente, adoptaba su tono, su ritmo de respiración, sus movimientos, en fin su estilo y una vez que lo adoptaba insertaba pequeños cambios en su conducta, que generaba cambios en el paciente (Araneda y Valenzuela 1986). Desde la perspectiva de Erickson, no hay límites claros entre hipnosis y psicoterapia, en ambos se busca acceder a los recursos inconcientes del paciente. (Araneda y Valenzuela 1986) La hipnosis, según Zeig (En Robles 1991), principal seguidor de Erickson, es una forma de hacer que la gente escuche los propios consejos, “envolver las ideas” y entregárselas como un regalo a los pacientes. Hacer que se desarrollen las potencialidades que todos tenemos escondidas. Erickson toma la hipnosis como una forma de acceder a una comunicación más significativa y eficiente. El trance hipnótico puede ser muy diferente a lo que nos imaginamos, no es necesario que estemos o parezcamos estar dormidos, sino simplemente cuando imaginamos o soñamos despiertos, cuando trabajamos una respiración particular y estamos en contacto con nuestro mundo interno. En este estado podemos utilizar o recuperar nuestros recursos y comunicar cuerpo y mente, generando una mayor conección con el inconciente. (Abia y Robles, 1993)
Cuando Erickson inducía un trance, una de sus metas era confundir y distraer la vigilancia consciente del sujeto y sus limitaciones autoimpuestas, de modo de flexibilizarlo y posibilitar el surgimiento de nuevas experiencias. En este estado se facilita el aprendizaje y la apertura al cambio. (Araneda y Valenzuela 1986) El método hipnótico de Milton H. además de ser otra técnica, que conserva todos los principios de su terapia, y que durante el trance combina con las mismas herramientas.; afecta toda la metodología terapéutica en cuanto a la conexión con el paciente. Terapia e hipnosis son un continuo y se prefiere inducir el trance sólo cuando parece ser el método más correcto para ese paciente en ese momento particular.
La terapia Ericksoniana es toda una escuela que se deriva del talento único de este gran hombre. No cualquiera puede ser Milton H. Erickson, pero el enfoque de su terapia, sus principios y herramientas nos pueden ser útiles en nuestro modo personal de ser terapeutas.
Referencias Araneda, C. , Valenzuela, P. (1986). Comunicación no verbal en psicoterapia (Tesis para optar al título de Psicólogo, Pontificia Universidad Católica de Chile). Haley, J (1980). Terapia no convencional. Buenos Aires : Amorrortu editores. O'Hanlon W. H. (1993). Raíces profundas. Barcelona: Ediciones paidós. Robles, T. (1991). Terapia cortada a la medida: un seminario ericksoniano con Jeffrey K. Zeig. México: Instituto Milton H. Erickson de la Ciudad de México Editorial. Robles, T., Abia, J. (1993). Autohipnosis. México: Instituto Milton H. Erickson de la Ciudad de México Editorial. Zalaquett, M. (1986). Un acercamiento al enfoque Ericksoniano. Santiago: Escuela de Psicología, Pontificia universidad Católica de Chile.