SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO N 19 VISIÓN PROSPECTIVA DE LA CADENA DEL MAÍZ AL 2030

PROYECTO MINCYT-BIRF: ESTUDIOS DEL SECTOR AGROINDUSTRIA SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO N° 19 VISIÓN PROSPECTIVA DE LA CADENA DEL MAÍZ AL 2030 Brieva,

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PROYECTO MINCYT-BIRF: ESTUDIOS DEL SECTOR AGROINDUSTRIA

SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO N° 19 VISIÓN PROSPECTIVA DE LA CADENA DEL MAÍZ AL 2030

Brieva, Susana Silvia Visión prospectiva de la cadena de maíz al 2030 / Susana Silvia Brieva y Ana María Costa. - 1a ed. - Buenos Aires: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, 2014. E-Book. ISBN 978-987-1632-34-3 1. Ciencia. 2. Agroindustria Alimentaria. I. Costa, Ana María CDD 338.476

Fecha de catalogación: 01/09/2014

PROYECTO MINCYT-BIRF: ESTUDIOS DEL SECTOR AGROINDUSTRIA

SERIE DOCUMENTOS DE TRABAJO N° 19 VISIÓN PROSPECTIVA DE LA CADENA DEL MAÍZ AL 2030 Susana Brieva y Ana María Costa

Consorcio: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Universidad Nacional del Litoral (UNL) Asociación Civil GRUPO REDES – Centro REDES Fundación Banco Credicoop (FBC)

El contenido de la presente publicación es responsabilidad de sus autores y no representa la posición u opinión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES, OCTUBRE DE 2013.

AUTORIDADES ■

Presidenta de la Nación

Dra. Cristina Fernández de Kirchner ■

Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva

Dr. Lino Barañao ■

Secretaria de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva

Dra. Ruth Ladenheim ■

Subsecretario de Estudios y Prospectiva

Lic. Jorge Robbio ■

Director Nacional de Información Científica

Lic. Gustavo Arber ■

Director Nacional de Estudios

Dr. Ing. Martín Villanueva

PROYECTO

MINCyT-BIRF:

ESTUDIOS

DEL

SECTOR

AGROINDUSTRIA El Proyecto fue desarrollado bajo el contrato de servicios de consultoría firmado entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva representado por el Lic. Jorge Robbio, subsecretario de Estudios y Prospectiva y el Consorcio representado por el Ing. Carlos Casamiquela, presidente del INTA, el Dr. Albor Cantard, rector de la UNL, el Dr. Lucas Luchilo, presidente del Grupo REDES y el Lic. Darío Dofman, director ejecutivo de la FBC. El Proyecto fue conducido por una Mesa de Coordinación integrada por los representantes institucionales del Consorcio: Roberto Bocchetto (INTA) - director del Proyecto; Matías Ruiz (UNL); Fernando Porta (Grupo REDES) y Gustavo Marino (FBC) – administrador del Proyecto. La compusieron además los coordinadores de las tres actividades del Proyecto: Actividad 1: Ana María Ruiz (INTA) (agosto 2011–marzo 2012) y Javier Vitale (INTA) (abril 2012–setiembre 2013); Actividad 2: Graciela Ghezan (INTA); Actividad 3: Eduardo Matozo (UNL). Por su parte, integraron el equipo técnico central como Especialistas Seniors, Javier Medina Vásquez (Consultor Actividad 1); Fernando Porta (Actividad 2) Marcelo Grabois (UNL) - Actividad 3; y Emanuel Buenamelis (Consultor Sistema de Información). El Proyecto fue asistido por un Consejo Asesor integrado por: María Cristina Añón (SIDCA – CONICET – UNLP); Ricardo Cravero (Q Innova); Gustavo Idígoras (Business Issue Management); Héctor Laiz (INTI); Carlos León (PROSAP); Mercedes Nimo (COPAL); Consolación Otaño (MAGyP); Enzo Zamboni (Diagramma SA). El Proyecto contó como contraparte del Consorcio el siguiente Equipo Técnico del Ministerio, Dirección Nacional de Estudios: Martín Villanueva (director), Alicia Recalde, Manuel Mari, Ricardo Carri, Adriana Sánchez Rico, Miguel Guagliano, Vanesa Lowenstein y Nicolás Hermida; Dirección Nacional de Información Científica: Gustavo Arber (director), Sergio Rodríguez, Natalia Djamalian y Sebastián Balsells.

1

ÍNDICE PRÓLOGO ..................................................................................................................................................... 3 1.

Introducción........................................................................................................................................... 8

2.

Diagnóstico de las fuerzas impulsoras ........................................................................................... 10

2.1. Producción y comercio de maíz ....................................................................................................... 10 2.2. Mercado de energía y alimentos. .................................................................................................... 14 2.3. Estructura productiva y aprovechamiento interno de la producción de maíz .......................... 29 2.4. Productos de la molienda de maíz. ................................................................................................. 39 2.5. Innovaciones científico-tecnológicas. ............................................................................................. 48 2.6. Síntesis de variantes estratégicas e incertidumbre críticas identificadas en la cadena de maíz para el análisis prospectivo ............................................................................................. 56 3.

Interrogantes estratégicos y escenarios de la cadena de maíz al 2030 ................................... 58

3.1. Escenario 1: “Primarización todo sigue igual”............................................................................... 61 3.2. Escenario 2: “Sin rumbo” .................................................................................................................. 63 3.3. Escenario 3: “Industrialización y desarrollo”.................................................................................. 64 4.

Bibliografía ........................................................................................................................................... 66

ANEXO ......................................................................................................................................................... 70

2

PRÓLOGO El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación se propuso estudiar las trayectorias en el desarrollo de tecnologías y estrategias innovadoras de las principales cadenas agroindustriales y la industria de alimentos en general, en línea con los objetivos nacionales de desarrollo. En el marco del “Programa para Promover la Innovación Productiva y Social”, desarrolló el Proyecto “Estudios del Sector Agroindustria”, con el apoyo financiero del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento. El Consorcio integrado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Universidad Nacional del Litoral (UNL), la Asociación Civil Grupo REDES (Centro de Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación Superior – Centro REDES) y la Fundación Banco Credicoop (FBC) fue el encargado de ejecutar el Proyecto. El INTA tuvo bajo su responsabilidad la coordinación del Consorcio y la dirección del Proyecto, mientras que la Fundación Banco Credicoop actuó como administrador. El Proyecto se desarrolló entre agosto de 2011 y setiembre 2013. Las actividades del proyecto han sido desarrolladas en estrecha articulación con el nivel directivo y los equipos técnicos de la Subsecretaría de Estudios y Prospectiva Secretaría de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del Ministerio. Además, contó con un Consejo Asesor compuesto por calificados referentes del ámbito público y privado del sistema de innovación y del sector agroindustrial. El Proyecto tuvo como finalidad analizar el estado del arte, las tendencias y prospectiva de la agroindustria alimentaria argentina en el contexto mundial, haciendo foco en el procesamiento de alimentos y planteando una estrategia de innovación tecnológica e 3

institucional que contribuya al desarrollo nacional y regional con inclusión y equidad social. El Proyecto fue diseñado para contribuir a los siguientes objetivos generales: -Incrementar

la

competitividad

de

la

agroindustria

alimentaria

argentina,

procurando una mayor densidad tecnológica, perfil innovador y valor agregado. -Impulsar la dinámica y el esfuerzo innovador de la agroindustria alimentaria, detectando obstáculos para mejorar la competitividad sistémica y la capacidad de industrialización. -Expandir el desarrollo de tecnologías y estrategias innovadoras, privilegiando el desarrollo territorial, la producción limpia y la salud ambiental. -Identificar estrategias que mejoren el ingreso, el empleo, la calidad de vida de las regiones y la inserción competitiva de las PyME agroindustriales. -Fortalecer la capacidad de formulación y gestión de las políticas públicas para asegurar impactos sustanciales de la innovación tecnológica e institucional. Se seleccionaron cinco cadenas agroalimentarias con potencialidad para alcanzar los objetivos propuestos: maíz, carne porcina, lácteos bovinos, olivo y frutas finas. Estas cadenas fueron seleccionadas por su potencial de crecimiento productivo e innovación, agregado de valor, y aporte al desarrollo social y regional, contribuyendo a identificar patrones de innovación tecnológica e institucional relevantes para orientar la estrategia futura del sector agroalimentario. Los factores de cambio de la industria alimentaria argentina fueron agrupados en tecnológicos e institucionales, incluyendo además las acciones y medidas de política 4

que, actuando interactivamente, pueden vigorizar la construcción social de futuro. Los factores

tecnológicos

comprenden

las

tecnologías

transversales

al

sistema

agroalimentario y las específicas de cada cadena seleccionada para el estudio. Las transversales abarcan las tecnologías de procesamiento de alimentos, la aplicación de tecnologías en los campos de la calidad integral y la producción limpia (prevención y mitigación), junto a las tecnologías emergentes (biotecnología, nanotecnología y TIC). Los factores institucionales (no tecnológicos) fueron asociados específicamente con los marcos regulatorios, poniendo foco en el análisis de los sistemas de calidad y de propiedad intelectual. La integración del análisis del sistema agroalimentario y las cadenas seleccionadas con los factores de cambio -considerando el marco nacional y mundial- permitió delimitar el estudio diagnóstico de la situación actual, el relevamiento de tendencias y la construcción de futuros. A partir de ese conocimiento, se elaboró una Agenda de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I) que señala, por una parte, los factores tecnológicos e institucionales críticos para promover la innovación de la agroindustria alimentaria argentina y, por otra, las acciones e instrumentos de política pública que pueden orientar el trayecto hacia el escenario deseable al año 2030. Este escenario está consustanciado con los objetivos de desarrollo del país que se aproximan a través de los propios del proyecto. El proyecto se desarrolló sobre la base de tres actividades: Actividad 1: Prospectiva tecnológica y no tecnológica. Elaboró tendencias y generó conocimientos prospectivos sobre los alimentos y la industria alimentaria mundial. Caracterizó y estudió las tendencias de las tecnologías de procesamiento de alimentos, las comprometidas con la calidad integral y la producción limpia,

contemplando

también

las

tecnologías

emergentes

(biotecnología,

5

nanotecnología y TIC). Sobre esa base, construyó escenarios al 2030 de la agroindustria alimentaria argentina y de las cadenas agroindustriales seleccionadas. Actividad 2: Diagnóstico técnico y socio-económico. Elaboró el diagnóstico socio-económico y relevó la problemática tecnológica de las cadenas agroindustriales seleccionadas. Identificó las restricciones y requerimientos de las empresas para mejorar su desarrollo socio-técnico y competitivo. A partir de ese conocimiento, analizó la conducta y desempeño de las cadenas agroalimentarias seleccionadas con la finalidad de identificar los patrones tecnológicos y los determinantes de su dinámica innovadora, así como los principales obstáculos al proceso de innovación en la industria de alimentos. Actividad 3: Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva (VTeIC). Instaló y aplicó los recursos que posibilitan ejecutar procesos de VTeIC con fuentes nacionales e internacionales. Estudió el estado de la técnica y tendencias de las cadenas agroindustriales seleccionadas y, a su vez, seleccionó y analizó segmentos tecnológicos que

constituyen

puntos

críticos

para

el

desarrollo

de

estos

sectores.

Complementariamente, relevó las capacidades de producción de conocimiento científico-tecnológico, institucional y formación de recursos humano (RRHH) a nivel mundial y nacional. Cada actividad conformó un grupo de trabajo con profesionales de las cuatro instituciones del consorcio. Estos grupos de trabajo interactuaron además con diferentes especialistas internos y externos. El Proyecto mantuvo un diálogo fluido con los actores del sector gubernamental, del sistema científico-tecnológico y del sector productivo, tanto a nivel nacional como internacional a través de una consulta-dirigida a expertostecnólogos (70), consulta-abierta a expertos (encuesta “Delphi”: 420), encuesta virtual a empresas (180), entrevista presencial en profundidad a empresas (105), y talleres de trabajo entre los equipos técnicos y especialistas (250).

Este intercambio fue 6

complementado por encuentros de síntesis y validación con el Consejo Asesor y las instancias de decisión política y equipo técnico del Ministerio. El trabajo integrado de las tres actividades posibilitó generar los siguientes estudios: marco conceptual y metodológico del Proyecto; diagnóstico y prospectiva de la industria alimentaria mundial y argentina al 2030; estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento de alimentos; incertidumbres críticas de la agroindustria alimentaria argentina en el contexto mundial; conducta y dinámica innovadora de empresas en las cadenas agroalimentarias; conducta, dinámica y patrones tecnológicos de las cadenas agroalimentarias seleccionadas; capacidades de I+D del sistema agroalimentario y cadenas de valor; marcos regulatorios en la industria de procesamiento de alimentos; vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de las cadenas y segmentos tecnológicos seleccionados; y visión prospectiva de las cadenas agroindustriales seleccionadas al 2030. Estos 23 estudios se publican en la Serie Documentos de Trabajo del Proyecto. Estos trabajos constituyen a su vez la base de referencia para fundamentar los contenidos del documento-síntesis del Proyecto: “Trayectoria y prospectiva de la agroindustria alimentaria argentina: Agenda estratégica de innovación”. Cabe resaltar por último que este Proyecto ha servido para avanzar en la construcción de un modelo de organización y gestión orientado a estudiar la industria alimentaria argentina con anclaje regional y territorial. A partir de esta experiencia, es posible consolidar un espacio de trabajo interinstitucional concebido como un observatorio que articule las actividades en ciencia, tecnología e innovación con las oportunidades y problemas del desarrollo agroalimentario, buscando sustentar la formulación e implementación de la política científico-tecnológica nacional en el marco del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva – “Argentina Innovadora 2020” y del proceso de integración del MERCOSUR y de la región sudamericana. 7

1. INTRODUCCIÓN El maíz es uno de los cereales más cultivados en el mundo, ocupando el tercer lugar luego del arroz y el trigo. Este grano representa un insumo clave para gran cantidad de industrias debido a que posee múltiples usos, que abarcan desde la alimentación humana y el forraje para animales destinados a la obtención de carne y leche, hasta la producción de energía, fabricación de productos farmacéuticos y cosméticos, papel, textiles, pegamentos y elaboración de bio materiales como plásticos biodegradables. La industrialización del maíz es una de las actividades agroindustriales que genera mayor valor agregado, y posee suma relevancia por su capacidad de generación de empleo e inversión en distintos sectores que contribuyen al desarrollo local y regional. Argentina es un importante productor de maíz, con alrededor de 28 millones de toneladas estimadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) para la campaña 2012/2013, ocupa el quinto lugar del total mundial producido1, sin embargo envía la mayor parte de la producción en forma de comodities (grano) que es transformado en los países de destino, en detrimento del mayor aprovechamiento y agregado de valor a nivel interno. El presente documento, se organiza de la siguiente manera: en primer lugar se enumeran y describen un conjunto de fuerzas impulsoras identificadas en la producción de maíz, referidas al mercado de granos, de energía y alimentos, a la estructura productiva y aprovechamiento del cereal y a innovaciones científico-tecnológicas que

1

Según cifras estimadas por el USDA, en 2012/13 la producción de Estados Unidos alcanza a 272,4 millones de toneladas, China 200 millones de toneladas, Brasil 70 millones de toneladas, Unión Europea (27 Estados) 54,64 millones de toneladas y Argentina 28 millones de toneladas.

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incidirán en el futuro desarrollo de la agroindustria. Por último, se plantean una serie de interrogantes estratégicos respecto al comportamiento de estos factores a futuro y se construyen tres escenarios al año 2030 para la cadena de maíz. Además, se presenta en anexo el proceso metodológico para la construcción de los escenarios posibles.

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2. DIAGNÓSTICO DE LAS FUERZAS IMPULSORAS 2.1. Producción y comercio de maíz

2.1.1. Descomoditización de la exportación de grano de maíz y transformación interna de productos de mayor valor agregado (Incertidumbre crítica). El maíz es el cultivo de mayor área sembrada y cosechada del mundo, es el más producido y consumido, y conforma un mercado en el que participan una amplia cantidad de países. Entre 2001 y 2011 la producción mundial de maíz creció a una tasa anual acumulada del 2,7% anual. En el mismo período el consumo mundial de maíz también creció en un 2,7%, el comercio lo hizo en 1,9% mientras los stocks se redujeron en un 2,9% (Gráfico 1).

10

Gráfico 1: Tasa de crecimiento anual acumulada de la producción, consumo, comercio y stocks mundiales de maíz, período 2001-2011. 3,0% 2,0% 1,0% 0,0% -1,0% -2,0% -3,0% -4,0%

T.a.a

Produccion

Consumo

Comercio

Stocks

2,7%

2,7%

1,9%

-2,9%

Fuente: elaboración propia con datos de USDA En el periodo 2000 – 2010 la producción mundial de maíz creció en 43%, registrándose aumentos en los principales países productores como Estados Unidos de alrededor del 35%, China del 56%, Brasil 79%, India con 66%, México 40% y Argentina con el 25% (Gráfico 2); En el mismo período las exportaciones mundiales de maíz crecieron el 15%.

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Gráfico 2: Evolución de la producción, consumo y comercio mundial de maíz,

Miles T N

campañas 2000/01-2010/11, en miles de TN. 900000 800000 700000 600000 500000 400000 300000 200000 100000 0 2000/01 2001/02 2002/03 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08 2008/09 2009/10 2010/11 Produc c ión

Cons umo

Comerc io

Fuente: elaboración propia con datos de USDA. En los últimos años, la configuración del mercado mundial de maíz ha ido cambiado lentamente, a partir de la progresiva desaparición de China como exportador, el estancamiento de las exportaciones de Estados Unidos, la reducción de las importaciones de la Unión Europea (UE), por la incorporación de nuevos países en el bloque europeo que son fuertes productores de este grano2, y el creciente peso de las ventas de Brasil y Argentina, a lo que se suma el dinamismo de las importaciones de Medio Oriente y México. Las proyecciones del USDA indican que en los próximos años la producción europea continuaría su ritmo creciente, a la vez que prevé un incremento

2

Estos países incorporados al bloque de la UE destinan una proporción importante de la producción de maíz a la producción de etanol generando mayor valor agregado al producto primario.

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del consumo, especialmente para usos industriales como los biocombustibles, ya que sus volúmenes de producción de carnes se mantendrían relativamente constantes. Argentina produce el 2,7% de la producción mundial de maíz, valor que representa el 14% del comercio internacional y el 0,9% del consumo global de maíz. El principal destino de la producción de grano de maíz en Argentina es la exportación, que capta entre el 60% y 70% de la producción que se comercializa sin transformación3. Este volumen termina utilizándose como grano forrajero con distintos valores agregados en los destinos habituales. Las exportaciones argentinas de granos de maíz presentan un elevado coeficiente de exportación (dos tercios de la producción se derivan externamente como grano) en comparación a otros países exportadores, como Estados Unidos que sólo exporta el 25% de su producción primaria derivando internamente el 75% restante (Pastor, 2004). De la producción destinada al mercado interno, el 38% se utiliza como materia prima para la industria de alimentación animal4 y sólo el 8% de los granos es utilizado en la industria de molienda húmeda y seca 2%. En la última década la utilización de maíz en distintos procesos industriales o transformación en proteína animal ha ido en aumento, no obstante la incorporación de mayor valor agregado a la producción primaria continua siendo baja. El maíz también constituye una fuente alternativa para generar bioenergía a partir de su almidón y biogás/bioelectricidad a partir de efluentes de la producción animal que constituye un biofertilizante de mucho valor nutricional para los suelos agrícolas.

3

Tanto la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)/Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) como el USDA plantean tendencias positivas para el sector agrícola argentino, proyectando que en la próxima década las exportaciones argentinas de maíz serán un 83% superior a las actuales. 4 El 18% es demandado por el sector bovino, el 17 por la industria avícola y el 3 % por el sector porcino.

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La industrialización del maíz representa una de las actividades agroindustriales que genera mayor valor agregado, por una parte permite obtener gran número de productos que se consumen en forma directa o son insumos de otras industrias, y por otra avanzar en el procesamiento e industrialización de la producción, transformando la estructura productiva primaria orientada a la exportación de comoditties de bajo valor agregado.

2.2. Mercado de energía y alimentos. La preocupación mundial por el cambio climático, sumado al aumento de la demanda de energía y la volatilidad de los precios del petróleo han llevado a la búsqueda de fuentes alternativas al modelo energético vigente, basado preferentemente en combustibles fósiles, como el petróleo. Los biocombustibles pueden reemplazar parcialmente a los combustibles fósiles, y actualmente se obtienen esencialmente de recursos agrícolas (biocombustibles de primera generación)5 y se dividen en dos cadenas principales de producción: la de bioetanol y la del biodiesel. Si bien no existe posibilidad que los biocombustibles constituyan la base de la matriz energética -al menos en el actual contexto tecnológico- dado que aun computando otras materias primas no competitivas con los alimentos no representan una alternativa a la sustitución del petróleo, significan una oportuna alternativa complementaria y son la mejor manera de estirar la vigencia del actual modelo energético, con la ventaja de poder hacerlo manteniendo prácticamente inalteradas las estructuras tecno-productivas, comerciales y financieras del negocio petrolero (Patrouilleau, 2012).

5

La producción de biocombustibles de primera generación se basa en materias primas comestibles, como la caña de azúcar y el aceite de soja, los de segunda generación, emplean materias primas no comestibles como la jatropha o las microalgas y utilizando tecnología tradicional y los de tercera generación se producen con tecnologías de vanguardia utilizando celulosas no comestibles como residuos de madera o variedades de pastos.

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El conflicto inherente en los biocombustibles de primera generación radica en que la materia prima para su obtención es también alimento, y su utilización en alguna medida afecta el precio de la comida. Según la teoría, al competir en dos mercados (alimento y energía) estas materias primas tienen un valor comercial mayor al de biomasa no comestible, tendiendo a incrementar su precio. Por otra parte, la biomasa comestible normalmente requiere de suelos ricos en nutrientes y con abundancia de agua, incrementando la producción de biocombustibles la competencia por el uso de la tierra. En el escenario agrícola de los próximos años, el desarrollo y efectos de los biocombustibles implicarán efectos de distinta índole, que aun cuando resulta difícil de visualizar la magnitud de los mismos, serán importantes en la dinámica de los mercados nacionales e internacionales.

2.2.1. Aumento de la producción de etanol en base maíz (Incertidumbre crítica). La seguridad en la disponibilidad de la energía necesaria para mantener y expandir la calidad de vida actual domina el espacio de las decisiones estratégicas de la política mundial, los países buscan disminuir su dependencia de los combustibles fósiles y encontrar una alternativa funcional a los ajustes de emisiones que deben hacer los países desarrollados en relación al cambio climático. La energía es un insumo cada vez más escaso y más caro que preocupa a los Estados, que han iniciado procesos de diversificación de las fuentes de aprovisionamiento y del tipo de energía empleado. Las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE) señalan que la participación de los biocombustibles en el mercado energético mundial pasaría del 1% al 4% en 2030. Según estas estimaciones, la demanda de biocombustibles en el consumo global de energía para el transporte podría cambiar entre 5 y 10%, impulsado por las políticas europeas y chinas de mezclar sus combustibles fósiles con biocombustibles, como también por la política de seguridad 15

energética que los Estados Unidos han puesto en marcha a fin de diversificar sus fuentes de aprovisionamiento y los tipos de energía usados. En el año 2007 la producción de etanol (16,3 mil millones de galones) representaba el 85% de la producción mundial de agro carburantes. Los dos complejos (azúcar-etanolBrasil y maíz-etanol-Estados Unidos) significan más del 86% de la producción mundial de etanol, en tanto al biodiesel (cerca de 2,9 mil millones de galones) se le atribuye el restante 15% de la producción de agro carburantes. Estados Unidos encabeza la producción y el consumo de maíz destinado a la elaboración de bioetanol. Según las proyecciones realizadas por el USDA para la temporada 20102011, la producción de maíz alcanzó 340 millones de toneladas, de las cuales, se destina a producir bioetanol 117 millones de toneladas, algo menos del 35%. Los cálculos del Consejo Internacional de Granos (International Grains Council, IGC) señalaron que el maíz destinado a la fabricación de bioetanol en todo el mundo en el mismo período logró el 16%. La política americana y la de otros países de promoción de biocombustibles se fundamenta en varios factores, como el alto precio que se espera para el petróleo, el objetivo de disminuir la dependencia energética de combustibles fósiles y de proveedores inestables, el compromiso de bajar los niveles de gases emitidos a la atmósfera, entre otros factores que sostienen la producción de biocombustibles, y por ende, a la demanda que se espera de commodities agrícolas dirigida a la producción de energía. El consumo del maíz para bioetanol se ha incrementado notablemente desde la campaña 2008/096. En promedio, la producción de bioetanol desde la campaña 2002/03 a 2006/07 alcanzó 45 millones de toneladas, cifra que puede elevarse a 144 millones de toneladas

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Entre el año 2000 y el 2008 la producción de etanol en los Estados Unidos (EEUU) captó el 36,4% del aumento de la demanda mundial de maíz, siendo la producción de etanol de ese país responsable de entre el 40% y el 60% del aumento del consumo mundial de maíz. Además, EEUU fue responsable del 89% del incremento de la demanda estadounidense en la campaña 2005-2006.

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en la campaña 2014/15. La producción de bioetanol a base de maíz se produce casi en su totalidad en Estados Unidos, con proyecciones previstas de 123 millones de toneladas para la campaña 2014/15. En la próxima década se espera que la producción de etanol se duplique en Estados Unidos, esto significa que al final del período casi la tercera parte de la producción de maíz de ese país se destinará al biocombustible. También China, Brasil y hasta Argentina incrementarán sustancialmente su producción de energía renovable. En el caso de bioetanol, menos del 10 por ciento de la producción global se comercializa internacionalmente. Sin embargo, se espera que el comercio internacional crezca rápidamente en los próximos años ya que el incremento en el consumo y la expansión de la producción a nivel global no coincidirán geográficamente. A fin de diversificar la matriz energética, actualmente, existen en el país numerosas empresas argentinas y multinacionales dedicadas a la producción de biocombustibles, cuya actividad está regulada por la ley Nº 26.093 (Régimen de Regulación y Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles), que establece que en el año 2010 el 5% del diesel consumido en Argentina tiene que ser biodiesel. La norma establece para el año 2012 el uso obligatorio de Bioetanol (5%) mezclado con naftas. Según los datos oficiales, la Argentina a principios de esta década (2010) demandaría 600.000 metros cúbicos de biodiesel y 250.000 metros cúbicos de etanol. Para ello se otorgan incentivos a la inversión e incentivos fiscales7. La Ley y su reglamentación orientan la promoción hacia el autoconsumo y el mercado interno. Para producir con destino a la exportación el aliento radica en la brecha del orden del 20% en las retenciones, que media entre exportar poroto de soja y un bien industrial como los biocombustibles.

7

Entre los incentivos a la inversión se considera la devolución anticipada de IVA y/o amortización acelerada de bienes de uso y exención en el impuesto a la ganancia Mínima presunta por tres ejercicios consecutivos, así como incentivos fiscales como la exención al Impuesto a los Combustibles Líquidos y Gaseosos, a la Tasa de Gasoil y a la Tasa Hídrica.

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En un país eficiente en la producción de materias primas, como Argentina, donde la industria del bio-combustible está en su inicio es posible acceder a importantes mercados en crecimiento. En este marco, una de las decisiones a tomar por los productores nacionales es exportar biodiesel o etanol8. Se suma a esta cuestión los posibles efectos sobre la producción de biocombustibles que puede implicar la reciente estatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), que es posible que acentué el uso de recursos fósiles no renovables. En los años 2007-2008, Argentina era un actor pequeño en materia de producción de combustibles verdes, actualmente con una capacidad instalada de 2,5 millones de toneladas (que se cuadriplicó en los últimos tres años), es el cuarto productor de biodiesel (luego de Alemania, Estados Unidos, Francia y Brasil)9. Este proceso se basa en la exportación de alrededor de 20 plantas, entre las que se destacan las aceiteras que poseen el 56% de la capacidad instalada ubicadas mayoritariamente en Santa Fe aprovechando las ventajas e infraestructura y el polo aceitero ya instalado. Le siguen en importancia grandes plantas independientes (24%) que operan sin materia prima, pero poseen capital de trabajo y acceso a los puertos, y pequeños independientes (20%) con plantas chicas enfocados al mercado interno, sin capital de trabajo ni materia prima propia10. Argentina cuenta con un conjunto de empresas que elaboran etanol en base a caña de azúcar en el noroeste del país11, más recientes son las instalaciones y proyectos que emplearan maíz y se localizarán mayoritariamente en la provincia de Córdoba en la zona núcleo maicera. Al respecto, las inversiones en nuevas plantas de producción de etanol, los desarrollos tecnológicos asociados y los gastos propios de su producción generaran a mediano plazo un efecto positivo sobre la economía estimulando la

8 Las proyecciones estiman que en la Argentina, en 2014, habrá entre 8 y 10 plantas productoras de etanol en base a grano de maíz, la mayoría en la provincia de Córdoba; de hecho, existe ya una en funcionamiento y otra comenzará a producir dentro de tres meses (www.todoagro.com.ar/documentos/2012/.../alejandrosaavedra.pptx) 9 Las exportaciones de biodiesel entre enero y octubre del 2010 sumaron u$s 994 millones. 10 Cámara Argentina de Energías Renovables –CADER-, 2010 11 En Argentina, la producción de etanol como componente de las naftas comienza con el programa de alco-nafta iniciado en la década del ´80 con el empleo de caña de azúcar como materia prima.

18

demanda global, especialmente en las comunidades rurales donde se localizan las plantas de producción, a la vez que contribuyen a la creación en el área de influencia de nuevos puestos de trabajo. Según la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO), la producción de bioetanol alcanzó en 2011 un total de 134.000 toneladas, un 39,7% más con respecto a 2010. Dado que los volúmenes que se obtienen de bioetanol son exiguos en relación a la producción de biodiesel, los biocombustibles derivados de la caña de azúcar y del maíz sólo se comercializan en el mercado interno. De acuerdo a las estimaciones de CARBIO, la producción de biocombustibles crecerá un 20% durante 2012, para alcanzar los 3 millones de toneladas de biodiesel, previéndose un crecimiento de la capacidad instalada superior al 40%. Para fines de 2012 se espera un crecimiento de la capacidad instalada que permitirá producir entre 750.000 y 1 millón de toneladas extras, es decir un 40% más de los 2,4 millones de toneladas con que cerró 2011. Desde la Cámara, sin embargo, consideran que la tendencia y el ritmo de fuerte crecimiento que registra el sector desde 2008, con índices de incremento del 65,6% en 2009; 53,9% en 2010 y 33,7% en 2011, sería casi imposible de sostener a lo largo del tiempo. El destino del volumen de biodiesel mantendrá la actual distribución entre el mercado interno (que capta el 31% en 2011 de las ventas) y el externo que mantiene una demanda sostenida. En base a las estructuras arancelarias actuales, es posible que la decisión se centre en la exportación de biodiesel, dado que enfrenta menores barreras de acceso y tiene ventajas competitivas dado la eficiencia de nuestro país vis-à-vis la del resto de los competidores. 19

Según CARBIO, en 2009 se exportaron cerca de 1,2 millones de toneladas de biodiesel, por unos 200 millones de dólares, principalmente a la Unión Europea. Este rubro, siguiendo los indicadores actuales puede seguir creciendo ya que la mayoría de los países desarrollados tiene previsto aumentar el nivel del corte, hasta llegar al 20% (Voloj y Di Paola, 2010). A corto plazo las expectativas cifradas en el biodiesel pueden desplazar y competir por el uso de tierras dedicadas a la producción de maíz, con efectos en los diferentes usos del grano, al presionar hacia la reducción de la superficie dedicada al cultivo de maíz y al incremento de los precios en el mercado de tierras aptas para la producción. A esta incertidumbre crítica relacionada a la competencia entre la producción de etanol y biodiesel se suma la competencia dentro de la cadena de maíz por el destino de la producción hacia otros usos, como la industria alimenticia y la exportación. Los biocombustibles representan una opción interesante en la agregación de valor para los países emergentes como Argentina, que además de producir biodiesel y etanol en base a soja, maíz y caña diversificara los riesgos hacia la producción mediante el uso de materia prima no competitiva con el uso alimentario, transformándose en un productor competitivo y diversificado a nivel mundial. Esta alternativa requiere la promoción de estudios de investigación y desarrollo de base biotecnológica y profundizar estudios sobre “cultivos alternativos”, y mayor conocimiento de los co-productos derivados y su uso (Patrouilleau, 2012).

20

2.2.2. Mayor interdependencia entre la producción de biocarburantes y la producción de alimentos (Invariante estratégica). Desde finales de 2006, la confluencia de una serie de factores desencadenó un proceso de rápido incremento de los precios que vino a evidenciar que la alimentación competía directamente con la energía en los mercados de cereales, oleaginosas y otros productos agrícolas básicos. El crecimiento de la demanda de alimentos entre 1987 y 2007 fue del 2% anual, pero los productos utilizados en la producción de biocombustibles son los que registraron mayores tasas de crecimiento, maíz (3,1%), oleaginosas (4,3%), aceites vegetales (5,6%), en tanto el azúcar registró un incremento del 2,4%. (Rosell y Viladomiu, 2008). Las crisis de los mercados de energía pueden afectar a los mercados alimentarios. En este sentido, desde el punto de vista de la oferta, cuando el producto de valor marginal del mercado de los biocombustibles (neto de los costos de las materias primas de cultivo, incluidos los ingresos por productos secundarios) supera el del mercado de los alimentos, el cultivo se desviará a la producción de biocombustibles. Si bien hasta mediados del 2000 las estimaciones no contemplaban que el impacto de la demanda de granos para la producción de combustibles pudiera ser tan significativo, los informes tanto de la OCDE/FAO como el USDA consideran el fenómeno de los biocombustibles como la clave del desempeño esperado en la próxima década en los mercados agropecuarios12. La mayor producción de biocombustibles tiene efectos también en otros productos agroindustriales, que son sustitutos o complementarios de

12

Hasta hace unos años atrás, el precio bajo del petróleo hacía económicamente inviable la producción de estos combustibles. En la actualidad, con la consideración de costos ambientales y las perspectivas de un petróleo caro y escaso para los próximos años, la generación de combustibles a partir de la tierra agrícola representa una alternativa rentable en términos sociales pero no en términos privados, dado que, por el momento, en prácticamente todos los países productores se requiere de subsidios públicos para hacer cerrar la ecuación económica de estas actividades.

21

bienes agrícolas, y cuyos mercados son afectados, en algunos casos, por el lado de la demanda (el encarecimiento del maíz traslada demanda hacia otros granos, como el trigo), en otros, por el lado de los costos de producción (el encarecimiento del maíz incrementa los costos de producción de carnes). Tanto la OCDE/FAO como el USDA consideran que los biocombustibles serán determinantes de los resultados de los mercados agropecuarios en los próximos años, debido a que el principal productor y exportador de commodities agrícolas, los Estados Unidos, ha profundizado la campaña de promoción de los biocombustibles, en forma tal que parece irreversible. La decisión de Estados Unidos, y sus implicancias a futuro, es la clave para explicar el impacto de los biocombustibles en los mercados agroindustriales. Cabe señalar que mientras los mercados agrícolas son altamente protegidos y subsidiados, disminuyendo la competitividad de los países en desarrollo, no sucede lo mismo con el mercado de la energía, indicando que, la vinculación del mercado agrícola con el energético a través de los biocombustibles representa una oportunidad para los mercados emergentes. Si bien los biocombustibles tendrán efectos positivos sobre los precios de las commodities, también puede acarrear mayor inestabilidad en los mercados. La volatilidad, en particular de los precios, puede ser más elevada a la evidenciada en períodos anteriores, debido que ahora las condiciones de los mercados agropecuarios dependen no sólo de cuestiones estructurales inherentes a ellos mismos (producción, consumo, stocks, etc.) sino también de factores que tienen que ver con los mercados energéticos (en especial, el precio del petróleo), con las políticas públicas que se definan en materia de biocombustibles y con el desarrollo de los biocombustibles denominados de segunda generación, que son aquellos que están tratando de sustituir a los granos y sus derivados por otras materias primas que no compitan con los alimentos13.

13

Cuando estas tecnologías sean viables desde el punto de vista económico reducirán la demanda de cultivos alimentarios y forrajeros para la producción de etanol y biodiesel.

22

2.2.3. Volatilidad de las cotizaciones en los mercados de commodities agrícolas (Incertidumbre crítica). En los próximos años la evolución del mercado agropecuario mundial estará cada vez más estrechamente vinculada con lo que suceda en el mercado de combustibles. El precio del petróleo, los esfuerzos de varios países por disminuir la dependencia energética a combustibles fósiles, y el compromiso asumido de bajar los niveles de gases emitidos a la atmósfera impulsaran la producción de biocombustibles y con ella, la demanda de productos del sector agropecuario. Garzón (2007) considera que el impacto de los biocombustibles será probablemente mayor en los mercados de commodities que en el propio mercado energético ya que es muy limitada la capacidad de abastecer la demanda global de combustibles líquidos a partir de biocombustibles, las estimaciones indican que destinando toda la producción mundial de granos se logra cubrir menos del 20 % del consumo global de combustibles. A corto y mediano plazo se espera mayor volatilidad en las cotizaciones de las commodities, que pasan a depender, además de las condiciones de demanda y producción propias de cada mercado, de los vaivenes de los mercados energéticos (del precio del petróleo, de los costos de producción de energía a partir de otras fuentes, etc.) y también de las políticas públicas que los países definan en relación y a la promoción de los biocombustibles14. En sus últimos informes de perspectivas, la OCDE / FAO y el USDA coinciden en forma más o menos explícita, que se está frente a un proceso de cambios estructurales que, como tales, permitirán mantener los precios de las commodities a valores históricamente elevados, y que estos cambios de mediano y largo plazo son y serán liderados por un proceso firme en la producción de biocombustibles. 14

La tendencia mundial del precio los biocombustibles está correlacionada positivamente con el precio del petróleo, si el barril de petróleo sube los biocombustibles se convierten en rentables y crece su demanda haciendo subir su precio.

23

Un estudio de la OCDE-FAO (2007), indica que los biocombustibles tendrán un fuerte impacto sobre la agricultura entre 2007 y 2016, con incrementos por encima de la media de los precios agrícolas de los últimos diez años. Los granos van a costar entre 20% y 50% más (Agricultura de Conservación –AC-, FAO, 2007). Los precios de los alimentos suben a ritmo acelerado en Europa, China, India y los Estados Unidos, con procesos en este último país de agflación -la inflación de los productos agrícolas- en 2008 alcanzó al 4.2%, superando el aumento del 2.9% de 2007 (OCDE, 2008). En este sentido la producción de etanol a partir de maíz presionará a corto y mediano plazo sobre los precios del mercado mundial de maíz15. La relación entre precio del maíz y precio del petróleo es unidireccional. La reducida relevancia de los agrocarburantes (en este caso del etanol producido con maíz) como combustibles, explica que el precio del maíz no tenga influencia en el precio del petróleo. Igualmente se aprecia una correlación entre el precio del petróleo y los de los aceites vegetales (Gráficos 3 a y 3 b). En relación a los precios, la demanda para producir bioetanol representa un factor que incide en el precio del maíz, dado que esta industria absorberá cantidades crecientes de maíz ante una oferta de grano estimada como no muy elástica, al menos en el corto plazo. Este aumento llevará a que ocurra lo mismo con el precio del etanol, considerando que una parte relevante de su costo deviene del maíz, a la vez que aumentarán los precios de los alimentos que provienen de industrias que emplean al maíz como materia prima, entre ellas, la aviar, bovina y porcina.

15

El precio más directamente afectado por la demanda por bio-combustibles ha sido el precio del maíz, debido a que este producto representa la opción tecnológica usada por los EE.UU. para la producción de etanol. Durante el periodo 2005-08 su precio ha aumentado en promedio en 25.7% anual, principalmente por el acelerado crecimiento de su demanda; mientras que en el 2000 la demanda de maíz para etanol representaba alrededor del 12% de la demanda interna de maíz en Estados Unidos, esa participación ha subido a alrededor del 32% en el 2008.

24

Gráfico 3.a.: Relación entre el precio del grano de maíz y el precio del petróleo, período 2002/2011 (en u$s americanos por TN y por barril). u$s/TN - u$s/barril

350,00

300,00

250,00

200,00

150,00

100,00

50,00

0,00 Maíz Petróleo

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

102,16

105,19

111,78

98,41

121,59

163,26

223,25

165,54

186,01

291,78

26,28

28,85

38,30

54,43

65,39

72,71

97,66

61,86

79,63

110,95

Gráfico 3.b.: Relación entre el precio de los aceites vegetales – soja y girasol- con el precio del petróleo, período 2002/2011 (en u$s americanos por TN y por barril) 120,00

u$s /TN

A c eite de S oja 1600,00

A c eite de G iras ol 100,00

Petróleo

1400,00 1200,00

u$s /barril

1800,00

80,00

1000,00 60,00 800,00 600,00

40,00

400,00 20,00 200,00 0,00

2002

2003

2004

A c eite de S oja

430,64

500,28

A c eite de G iras ol

621,43

650,00

26,28

28,85

Petróleo

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

590,45

495,75

551,50

799,74

1133,79

734,41

1144,54

713,11

673,00

1693,65

787,02

924,83

1215,82

1041,67

1186,00

38,30

54,43

65,39

72,71

97,66

61,86

1621,84

79,63

110,95

0,00

Fuente: elaboración propia con datos de Index Mundi. http://www.indexmundi.com/es/precios-de-mercado/ 25

El impacto de la profundización en la producción de biocombustibles será directo y por ende mayor sobre los cereales, el azúcar, las oleaginosas y los aceites, dado que estos commodities cuentan en menor o mayor medida con las condiciones técnicas y económicas para ser utilizados como insumos en la producción de energía. Pero, no caben dudas que los efectos de la mayor producción de biocombustibles llegarán también al resto de productos agroindustriales, dado que éstos son, en algunos casos, productos sustitutos de los bienes antes mencionados (tanto en la producción como en el consumo), en otros, productos que utilizan como insumos a los anteriores (caso de las carnes y los lácteos), y por ende todos se encuentran vinculados con las condiciones de mercado de los commodities agrícolas "energéticos"16. La producción de etanol y biodiesel a partir de materias primas agrícolas puede incrementar los precios de éstas a través de dos mecanismos. De manera directa: por reducción de la oferta de dichos productos para consumo humano o por el incremento en la demanda para uso como biocombustibles, o bien por ambas razones. De manera indirecta: por la sustitución de cultivos destinados al uso humano, por cultivos para usos energéticos, por el incremento en la demanda de productos que sustituyen a los cultivos energéticos en la alimentación animal y humana (por ejemplo maíz y trigo), y por el incremento en los costos de alimentación de animales (cuya producción se destina al consumo humano como por ejemplo el uso del maíz y de la soja en la alimentación de ganado lechero y vacuno, cerdos y aves). El horizonte no está completamente despejado, vislumbrándose focos de incertidumbre sobre factores que no pueden anticiparse. A los tradicionales (vinculados con el clima, las enfermedades, los cambios en las barreras arancelarias y para arancelarias, las políticas de los Estados, entre otros) se le suma la incertidumbre que rodea al mercado energético a nivel mundial, que harán que la evolución del mercado de biocombustibles 16

La profundización en la producción de biocombustibles será directo, dado que son utilizados para su producción, por ejemplo, el trigo para la generación de biomasa, el maíz y la caña de azúcar para la producción de etanol y las oleaginosas para la producción de bio diesel.

26

vaya de la mano con el precio del crudo y las cuestiones geopolíticas que rodean el sector.

2.2.4. Posibilidad de elaboración de co-productos (Incertidumbre crítica). La molienda de maíz para la producción de etanol da lugar a un co-producto, los Granos Secos de Destilería con Solubles (DDGS), que pueden ser usados como alimento de animales, pero particularmente en comida de rumiantes como el ganado bovino. Dado el importante aumento que se espera en la oferta de granos destilados en países productores de etanol (en particular Estados Unidos), se estima que éstos se abaratarán en relación a los demás alimentos para animales, disminuyendo el costo de producción de aquellas carnes que mejor se adapten al consumo de estos subproductos. Como los granos destilados se adaptan mejor a la dieta nutricional del ganado bovino, se espera entonces que los costos se abaraten en la producción de carne vacuna en relación a los costos de producción de las otras carnes. Los Granos de Destilería de maíz Desecados/Solubles (DDGS) son ampliamente utilizados en la alimentación de ganado, se recuperan en la destilería y contienen todos los nutrientes del maíz entrante menos del almidón, y tienen un mínimo de tres veces la cantidad de nutrientes que el maíz entrante. Los DDGS típicamente se analizan en 27% proteína, 11% grasa y 9% fibra, y contienen todo el aceite, la proteína y nutrientes del maíz original en aproximadamente un tercio del peso del maíz. Debido a la fermentación, los aminoácidos, la grasa, los minerales y las vitaminas restantes aumentan aproximadamente al triple en la concentración comparada a los niveles encontrados en maíz. El valor energético de los DDGS difiere según se lo consuma fresco, recién procesado o se lo almacene. En el caso del DDGS - con menos del 12% de humedad- su

27

conservación requiere de 4 meses, resultando relativamente fácil formular y manejar raciones para las distintas producciones pecuarias17. Asimismo el valor alimenticio, los contenidos de nutrientes, digestibilidad y características físicas de DDGS son ampliamente variables, causando incertidumbre a los consumidores. Los DDGS de diferentes proveedores, y eventualmente diferentes fuentes del mismo proveedor, a menudo varían en calidad, sumándose a esta cuestión la ausencia de métodos estandarizados de muestreo. Otra fuente de incertidumbre respecto al aprovechamiento y comercialización de los DDGS, se encuentra asociada al costo del transporte que resulta una limitante para el crecimiento del mercado de DDGS fuera del cinturón maicero. Además del problema del costo, la industria transportadora todavía se muestra dubitativa a la hora de transportar los DDGS a causa del problema de la volatilidad. De esta manera, en un escenario donde la cuestión energética será clave, la producción de maíz podrá contribuir a la integración agrícola-pecuaria-agroenergética –industrial, a nivel local y regional. Esto sería mediante la configuración de polos de desarrollo en medianas ciudades del interior del país (ante la posibilidad de producir bioetanol y utilizar los expeler derivados en la alimentación animal, particularmente en la industria porcina y aviar) potenciando de esa forma la generación/incorporación de valor agregado a nivel regional, ya que resolverían el déficit energético y permitirían mayor independencia energética. La producción y comercialización de los subproductos de la agroindustria se convierte en un elemento central para la generación de empleo y valor agregado. Si bien es importante la generación de energía y subproductos destinados a la alimentación pecuaria primaria, el componente realmente dinamizador es la agroindustria que posibilita potenciar la sinergía entre las producciones energéticas y pecuarias generando

17

En Estados Unidos el WDGS (húmedo) con 65% de agua la conservación está en el orden de 8 a 15 días, dependiendo de la temperatura, requiriéndose experiencia para formular raciones en bovinos, presentando dificultades para el uso en raciones de cerdos y aves.

28

productos finales para consumo regional, nacional e incluso con destino de exportación (Saavedra y Begenisic, 2013).

2.3. Estructura productiva y aprovechamiento interno de la producción de maíz 2.3.1. Competitividad interna de la producción de maíz (Incertidumbre crítica) En Argentina el área cultivada de maíz representa aproximadamente el 11% del área total sembrada con cereales y oleaginosas, concentrando el 30% del área destinada a cereales. La producción de maíz se concentra en la región pampeana y aporta alrededor del 93% de la producción total de maíz. Las principales provincias productoras de esta región son Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. En menor medida, la producción también se desarrolla en las regiones del Noroeste Argentino (NOA) y Noreste Argentino (NEA) en las provincias de Santiago del Estero, Chaco Tucumán y Salta. En la Tabla 1, se observa la participación relativa de las principales provincias productoras de maíz en el total nacional. Entre los factores que otorgan competitividad al maíz argentino en los mercados debe destacarse la calidad del producto y, en términos relativos a otros países productores, los menores costos de producción. De acuerdo a la información de la ex Secretaría de Agricultura Ganadería Pesca y Alimentación (SAGPyA) en el año 2006, el cultivo demanda cerca de 8000 toneladas de semilla híbrida fiscalizada por el Instituto Nacional de Semillas (INASE)

y alrededor del 10% de la facturación total de agroquímicos se

relaciona con el cultivo de maíz (70% de los herbicidas, 20% de los insecticidas y 9% de los curasemillas) (Programa Nacional de Cereales INTA, 2009).

29

Tabla 1: Participación relativa de las principales provincias productoras de maíz sobre el total nacional, campañas 2000/01-201/11, en % Campañas 00/0 1

01/0 2

02/0 3

03/0 4

04/0 5

05/0 6

06/0 7

07/0 8

08/0 9

09/1 0

10/1 1

Región Pampeana Buenos

36,0

27,5

28,4

33,4

30,6

29,8

28,0

32,1

27,6

35,9

35,8

Córdoba

27,4

38,4

40,9

26,4

34,5

36,0

41,0

39,7

48,5

29,8

24,9

Santa Fé

16,5

14,2

12,7

17,1

14,7

13,7

12,1

11,5

12,2

17,7

15,4

1,5

1,7

1,9

2,7

1,0

3,0

2,3

2,2

0,7

2,8

7,3

Chaco

1,2

2,5

2,2

2,2

1,1

2,5

2,2

1,9

0,7

1,4

2,0

Tucumán

1,8

1,7

0,4

0,7

0,9

0,9

1,2

0,9

1,9

1,3

1,8

Salta

1,1

1,0

0,8

0,9

0,6

1,2

1,0

1,0

1,4

1,6

3,2

Aires

Entre Ríos Región NEA

y

NOA Santiago del Estero

Fuente: elaboración propia con datos de Estimaciones Agrícolas, Dirección de Información Agrícola y Forestal, Mininisterio de Agricultura, Ganadería y Pesca. Desde mediados de la década del ´90 los rendimientos de maíz en Argentina se incrementaron significativamente superando la tasa media mundial y la de otros países exportadores. En la campaña 2006/07 la productividad por hectárea, en condiciones

30

climáticas favorables se elevó a 7,67 TN/ha18. En los últimos diez años, el maíz argentino avanzó en materia de rendimientos a nivel mundial, la tasa de crecimiento entre 2000 y 2010 fue del 48,73 por ciento, con alrededor de 8 TN/ha. Estas cifras ubican a la Argentina en el noveno lugar en la escala de países con mejores rendimientos en la producción de maíz. (Programa de Inserción Agrícola – Asociación Maíz Argentino MAIZAR, 2011). Según el Programa Nacional de Cereales del INTA (2009) en comparación con otros países competidores, Argentina dispone para el cultivo de un elevado nivel tecnológico. La tecnología del cultivo de maíz en la Argentina ha experimentado cambios de fondo durante la última década, entre los cuáles deben destacarse la expansión del cultivo realizado bajo siembra directa, la creciente adopción de fertilización, el desarrollo y adopción de híbridos simples, la disponibilidad de híbridos transgénicos19 con resistencia a insectos y a diversos herbicidas, la alternativa del cultivo de maíz de segunda siembra, y el surgimiento o consolidación de mercados para especialidades de maíz. Argentina produce maíz duro colorado o Flint, dentados y harinosos20. De los maíces flint, la especialidad de mayor relevancia no es Organismos Genéticamente Modificados (OGM)21, a las que se suman el de maíz pisingallo (popcorn) y maíces de alto contenido de aceite (MAV). Si bien la expansión de la superficie sembrada con maíz en la Argentina puede incrementarse a través de los desarrollos biotecnológicos mediante la implantación de maíces Bt resistentes al barrenador del tallo y tolerantes al glifosato, que permiten el

18

La tasa de incremento de los rendimientos en el decenio 1997-2007 ha sido bastante elevada (3.22%), y se mantiene cercana al 3% en los últimos cinco años. Los rendimientos promediaban las 3,0 t/ha a inicios de los años ´80, 4 a 4,5 TN/ha en la primera mitad de los años ´90 y 6.0 t/ha en las campañas 2002/03 y 2003/4. (Programa Nacional de Cereales INTA, 2009). 19 Respecto de la presencia de OGM en partidas de grano de maíz, en general la autorización de nuevos eventos en Argentina acompaña las que ocurren en la Unión Europea. 20 Los maíces harinosos corresponden a un grupo numeroso de razas que se localizan tanto en la zona de altura del NOA como en las zonas bajas del NOA y NEA. 21 El maíz colorado duro o tipo “Plata” tradicional si no es transgénico recibe una bonificación en el precio en el mercado de la UE.

31

cultivo en zonas consideradas hasta el momento marginales para la producción de maíz, encuentra una fuerte competencia territorial en el cultivo de soja, que desde mediados de los 90, inició un fuerte proceso de expansión de la frontera agrícola y de sustitución de las producciones tradicionales en las principales zonas productoras de granos de Argentina. Desde el punto de vista agronómico la sustitución de maíz por soja en los sistemas productivos se explica por la simplicidad asociada a la producción de soja transgénica resistente al herbicida glifosato, que facilita notablemente el control de malezas y la inclusión de la soja en campos marginales, donde el manejo con otros cultivos o soja no transgénica resultaría más costoso y complicado22. La rentabilidad puede estar asociada a precio, rendimiento o costos. La ventaja de la soja, respecto de otros cultivos no sólo proviene del margen que puede obtenerse, frente al alza de precios, sino también por el bajo costo de implantación, relacionado con la escasa o nula aplicación de fertilizantes, el empleo de semilla propia o comprada mediante “bolsa blanca” 23 y que tiene menos riesgo “productivo” ya que logra rendimientos aun cuando las lluvias sean escasas, es decir la ventaja principal del cultivo es la rentabilidad asociada al capital invertido para sembrarlo.

2.3.2. Crecimiento y

desarrollo de

la industria

argentina

de alimentos

balanceados (Invariante estratégica). Los alimentos balanceados representan un insumo clave en la cadena de valor de animales de producción. La intensificación de la producción bovina, avícola y porcina ha generado un crecimiento sostenido en los últimos años de la producción de alimentos

22

http://www.acsoja.org.ar/mercosoja2006/Contenidos/Workshops/agroneg_02.pdf En el maíz también es posible la siembra de maíz Bt, no obstante desde el punto de vista de la sostenibilidad económico-comercial, el maíz Bt al ser una semilla híbrida, exige la reposición vía recompra de semilla por parte del productor en cada campaña evitando el fenómeno de “bolsa blanca” que se presenta en la soja (Lavarello, 2003).

23

32

balanceados. Esta tendencia ,según los analistas, continuará en aumento impulsado por las mejoras en el nivel de ingreso per cápita en los países en desarrollo, donde se espera que continúen produciéndose cambios en la demanda agregada y en la composición de la

canasta

de

consumo

de

commodities

agrícolas,

aumentando

más

que

proporcionalmente el tamaño del mercado de proteínas animales. Según el IGC, la demanda mundial de todos los granos del sector de alimentos balanceados seguirá aumentando. Entre el año 2000 y 2011 los seis principales países productores de alimentos balanceados incrementaron la producción, destacándose los aumentos de China que casi triplica la producción y Brasil que la duplica (Tabla 2).

Tabla 2: Principales países productores de alimentos balanceados País

2000

2011

Incremento %

Estados Unidos

142.000

155.200

9

EU-27

124.346

148.874

20

China

57.000

110.210

183

Brasil

34.400

66.000

92

México

20.958

27.689

32

Fuente: elaboración propia con datos de la asociación de Fabricantes de alimentos Balanceados de Ecuador (AFABA) y Feed International Watt Desde 2006 a 2011, a nivel latinoamericano se ha registrado un incremento de más de un 25% en la producción de alimentos balanceados. La crisis mundial, el alza en el precio de los granos, el impacto de la industria del etanol y la volatilidad cambiaria, entre otros factores ocurridos en el último quinquenio, han contribuido a que la producción de alimentos balanceados en Latinoamérica haya experimentado un lento crecimiento, particularmente en los últimos tres años. No obstante, cabe resaltar que en general en este período se ha registrado un aumento de poco más de un cuarto en la producción de 33

estos insumos básicos para la industria pecuaria (Ruiz, 2011). Brasil y México lideran este proceso mediante la producción del 70% de los alimentos balanceados de la región, valor que cuando se suma la producción de Argentina alcanza el 81% (Tabla 3).

Tabla 3: Producción de alimentos balanceados/año, países latinoamericanos (miles de TN) 2006

2007

2008

2009

2010

Brasil

48,420

56,400

61,600

58,400

61,000

México

25,205

26,200

26,600

27,000

28,100

Argentina

5,820

11,300

11,500

11,500

14,196

Colombia

4,050

3,100

3,150

3,150

4,108

Venezuela

3,656

3,600

3,650

3,650

4,017

Perú

1,820

1,800

1,830

1,830

3,245

Chile

3,740

3,060

3,100

3,100

2,439

Fuente: extraído de: http://www.wattagnet.com, datos preliminares/año Argentina ocupa el 14 puesto en cantidad de toneladas anuales fabricadas de alimentos balanceados a nivel mundial24, la intensificación de la producción bovina, avícola y porcina generaron a nivel nacional un crecimiento sostenido de la producción de alimentos balanceados, de más del 10 por ciento anual. De acuerdo a estimaciones del sector, el consumo del año 2008 fue de 13,5 millones de toneladas frente a los 8,5 millones de un quinquenio atrás, es decir un 58,9 por ciento de incremento para el período 2004-2008 (Tabla 4). La alimentación representa más del 75% del costo de producción, razón que impulsa a los sistemas productivos a mejorar la eficiencia a través del logro de mejores índices de

24

Federación Europea de Fabricantes de Alimentos Balanceados FEFAC, Federación Internacional de Industrias de Alimentos IFIF, 2009. 34

conversión, que redundarán en menos kilogramos de alimento gastado por kilogramos de carne producido. Esta relación indica que el consumo de alimento balanceado seguirá creciendo a corto y mediano plazo conforme la mayor productividad esperada en el sector ganadero y avícola. En el año 2011, en Argentina se destinaron a industrialización 4.125.244 toneladas de maíz. El 64% se empleó para la elaboración de balanceado, el 31% ingresó al proceso de molienda húmeda y el 5% restante se sometió a las operaciones que comprende la molienda seca.

Tabla 4: Evolución del uso de alimentos balanceados en la Argentina, Coeficiente Equivalente Alimento (CEA)* en toneladas Productos

2004

2008

Incremento (%)

Bovinos carne

2.520.000

3.285.550

30

Bovinos leche

1.428.975

3.593.000

151

Aves parrilleros

2.352.900

3.710.210

58

Aves

1.153.368

1.448.550

25

Cerdos

739.200

1.074.150

70

Otros

389.055

466.600

20

Total

8.583.498

13.578.06

58

ponedoras

0 *Valor estimado que permite inducir los kilos de alimento balanceado necesarios para producir 1 kg de carne. Fuente: elaboración propia con datos de Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (CAENA) Entre el periodo 2005-6 y 2010-11 la participación de la producción de alimentos balanceados en el total de la molienda pasó de 48% a 64% (Gráfico 4). 35

El consumo en los últimos años superó los 5 millones de toneladas de alimento completo en fórmulas en las que el maíz participa en un 60 por ciento de la conformación. Según la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (CAENA), la transformación del maíz en carne vacuna, como en aves o porcinos, se encuentra en enorme crecimiento, siendo el sector avícola uno de los principales consumidores de maíz en el mercado interno. Las expectativas del sector se basan en que el avance de la frontera agrícola y las transformaciones en los sistemas de producción bovina promueven el engorde a corral, estimándose que cerca del 80% de los bovinos que van a faena han consumido en alguna etapa de su vida concentrados (alimentos balanceados) comerciales o elaborados en el establecimiento, de los cuales 42 por ciento (5 millones de cabezas) provienen de engorde de corral.

Gráfico 4: Cambios en la participación relativa de los subproductos de la industria de maíz 2010 /11

2005 /06 Molienda s ec a 7%

Molienda húmeda 45%

Molienda húm eda 31%

Molienda s eca 5%

A limento balanc eado 48%

Alim ento balanceado 64%

Fuente: elaboración propia con datos de USDA

36

La producción de balanceado tiene como principal destino a la actividad avícola, que en conjunto aporta entre el 75% y el 67% del total producido a nivel nacional, con una relación parrillero/ponedora de 3:1. Le sigue en orden de importancia el balanceado destinado a bovinos de carne y leche, con una participación del 23%. Según estimaciones del sector, el volumen de balanceado destinado a la alimentación de bovinos de carne registró en los últimos años el crecimiento relativo más elevado, con un aumento del 276%, debido al desarrollo de sistemas de producción cárnicos intensivos25. Además, la incorporación de mayor tecnificación en los sistemas de alimentación condujo al incremento del alimento balanceado con destino a la producción porcina en un 122% y de tambo en alrededor del 79%26. La producción porcina que creció en forma ininterrumpida en diez años, sumado a la implementación de tambos con sistemas de alimentación intensivos, que combinan el pastoreo directo con altos niveles de suplementación o manejan rodeos en condiciones de encierro a la intemperie (feed lot) y/o estabulado (bajo techo) impulsaron el aumento del consumo de balanceados. El crecimiento de estas producciones influyó además en la inclusión del silaje de maíz como reserva alimenticia. Las estimaciones indican que a corto y mediano plazo la producción bovina junto a la aviar y el porcino, aumentarían el consumo de balanceados, al mismo tiempo que crecen sus producciones totales y el consumo de carnes alternativas en la población, incrementando así el uso de maíz y otros granos en la formulación de las raciones.

25 El volumen de balanceado con destino a la alimentación de bovinos de carne es el de mayor crecimiento debido a los sistemas de producción intensivos o semi-intensivos como feed lot, creep-feeding y la terminación del ganado vacuno en los establecimientos agropecuarios dedicados al engorde, que además incorporaron máquinas e instalaciones completas con el propósito de elaborar sus propios alimentos. 26 Según CAENA la industria de la nutrición animal en el período 2004 - 2006, experimentó un crecimiento de más del 22%. Los principales protagonistas de este crecimiento fueron los mercados de alimentos para bovinos y pollos parrilleros (más de 3 millones de toneladas de balanceados producidas para cada uno). El resto corresponde al sector porcino (1,5 millones de tn), ganadería lechera (1,3 millones), avicultura de postura (1,2 millones), mascotas (400.000 toneladas) y a las actividades que requieren de alimentos balanceados, como chinchillas (100.000 toneladas).

37

2.3.3. Inserción de la industria de alimentos balanceados en el mercado regional e internacional (Incertidumbre crítica). El comercio internacional de alimentos balanceados en Europa ha experimentado durante los últimos años un interesante desarrollo, convirtiendo a países como Bélgica y los Países Bajos en importantes demandantes de esta clase de productos. Este panorama abre una oportunidad interesante para la expansión de las exportaciones del rubro. Por otra parte, en el período 2000 – 2005, África contribuyó con el 20% del incremento del consumo de calorías, ubicándose por encima de China (16,4%) y la India (18,2%), con una tendencia que no parece cambiar, por lo menos durante la próxima década. Cuando millones de habitantes en esos lugares hacen un pequeño cambio en su dieta, hacia alimentos más elaborados e ingieren mayor cantidad de proteínas de origen animal (básicamente carne porcina y aviar) aumenta exponencialmente la demanda de balanceados para el engorde de esas especies. Históricamente, el desarrollo de la industria de alimentos balanceados a nivel nacional estuvo fuertemente determinado por la organización de la industria avícola, a partir de procesos de integración que caracterizan a la producción de aves. Sin embargo, la coyuntura internacional actual brinda al sector la oportunidad de potenciar su expansión de forma independiente. Actualmente la mayor parte de la producción de balanceados y premezclas son consumidos en el país, siendo incipientes las exportaciones sobre todo de alimentos para mascotas a países del continente americano y asiático27. Hasta el momento, el poder de negociación de Argentina es bajo respecto a Brasil, México, Estados Unidos o China, debido a que Argentina no dispone aún de importantes volúmenes negociables. A esta condición se suman las posibles restricciones asociadas a barreras arancelarias y

27

De acuerdo a la Fundación Export.Ar sobre datos de Tradstalweb los envíos argentinos de preparaciones para alimentación de animales se incrementaron en un 135% en el período 2001-2005, siendo Chile el principal destino (63%).

38

sanitarias en el comercio internacional, los costos de fletes y las medidas de política económica e institucional que pueden conspirar en el incremento de los volúmenes destinados al mercado regional e internacional.

2.4. Productos de la molienda de maíz. El sector de la industria de la molienda de maíz posee un alto nivel de desarrollo tecnológico y sus productos son la base de la industria alimenticia, farmacéutica, biomateriales y nuevos desarrollos de tecnología avanzada. Según estimaciones de MAIZAR, este sector podría demandar unas 3 millones de toneladas de maíz en la campaña 2016/2017. Así, la producción de los productos de la molienda húmeda - gluten feed, gluten meal, almidón, dextrosa sólida, fructosa, aceite de maíz, glucosas, maltosa, jarabes, mezcla, colorante, caramelo, maltodextrina, gluten de maíz y almidones modificados y colas, entre otros, se triplicaría28.

2.4.1. Creciente valorización y oportunidades en el mercado de alimentos para productos con mayor valor agregado derivados de la industria de maíz (Invariante estratégica). A nivel mundial en el período comprendido entre 1998 y 2008, las exportaciones de subproductos derivados de la molienda seca crecieron a una tasa promedio anual del 12%, mientras en Argentina la tasa promedio de crecimiento fue superior a la media mundial (18% anual).

28

Por ejemplo, como una forma de agregar valor, en la industria de molienda seca argentina considera implementar sellos de calidad asociados al origen (denominación de origen, indicación geográfica, marcas colectivas, entre otras) como forma de agregación de valor de las economías regionales, como por ejemplo alimentos a base de maíz andino.

39

Las exportaciones de la molienda seca son lideradas por Estados Unidos (10%), Alemania (11%) y Francia (9%). Argentina destina la mayoría de su producción al mercado externo, su participación en el comercio mundial es del 2% (Chile es el destino más relevante de las exportaciones argentina), siendo las harinas con vitaminas el principal producto de exportación. Entre los posibles y potenciales demandantes se destacan Japón, Estados Unidos, Alemania, China, Chile y México. Según los datos aportados por la Cámara de Industriales de Maíz por Molienda Seca en Argentina, este sector podría consumir 1 millón de toneladas de maíz hacia el año 2017 y también triplicar la producción actual de todos sus productos –harina de maíz, sémolas o polenta y trozos o grits-. La industria alimentaria se enfrenta a cambios en el perfil de los consumidores y en sus hábitos y prácticas alimentarias, las que se orientan a cubrir necesidades nutricionales y dietéticas a través de la demanda de alimentos de mayor valor agregado, entre los que se destaca la i. producción de alimentos funcionales y de reducción del riesgo de enfermedades, ii. de alimentos sanos y nutritivos, iii. edulcorantes y golosinas y iv. aceite de maíz. En cuanto a i. en los últimos años se asiste a un rápido crecimiento del mercado de los alimentos funcionales. Este concepto surge como uno de los primeros pasos en el camino hacia la nutrición óptima y personalizada, enfocada a la promoción integral de la salud y a la reducción del riesgo de ciertas enfermedades (Silvera Rodríguez, et al 2003). A nivel internacional, es creciente la exigencia de los consumidores por obtener productos con propiedades nutricionales diferentes y aptas para distintos sectores de la población con problemas nutricionales e intolerancia a algunos alimentos, como así también el deseo de cambiar los hábitos alimenticios para tener una vida saludable. Ante estos requerimientos la iniciativa de las empresas es introducir en el mercado alimentos innovadores mediante la utilización de materias primas no tradicionales (maíz, soja) para 40

elaborar nuevos productos (harinas especiales, premezclas para elaborar pastas, fideos listos para preparar, snacks, polentas, entre otros) que satisfagan este nicho de mercado. Por ejemplo en Argentina es incipiente la producción y comercialización de polentas fortificadas29, como así también la tendencia a producir nuevos productos de calidad diferenciada, como en el caso de los consumidores celiacos, a través de un sello de calidad que apunta a ese nicho de mercado, destacando que el producto es “apto para celiacos”. Respecto a ii., a nivel mundial las exportaciones de cereales para desayuno han mostrado un gran dinamismo en los últimos años, con un crecimiento del volumen exportado del 11% promedio en la última década. Este incremento se debe principalmente a la creciente concientización de los consumidores respecto a temas referidos a la salud y a la dieta equilibrada (Goizueta, 2013). Entre estos productos se encuentran los cereales para desayuno (obtenidos por inflado, tostado o laminado) que se utilizan generalmente como sustituto de productos tradicionales de panadería, y las barras de cereal (que tienen como insumo los cereales procesados más el agregado de otros ingredientes que se compactan). En América del Norte la expansión del consumo de cereales para desayuno se verifica en el segmento de los adultos, mientras que en América Latina esta expansión es liderada por el segmento infantil. Las estrategias de las empresas para captar los nichos de mercado, dependerán del tipo de consumidor que quieran captar. En el caso de los niños, las estrategias tendrán que ver con las formas, los colores, los gustos, el packaging, etc.30, mientras que en el caso de los adultos, lo que atrae la compra es la

29

La tendencia de las empresas de industrialización de estos productos, es desestacionalizar el consumo de polenta. Existe una lógica de consumo estacional (asociado al período invernal) y un patrón de consumo generacional (bajo consumo en los estratos más jóvenes de la población). También por ser un alimento de baja elasticidad consumoingreso, reacciona relativamente poco frente a aumentos en el ingreso de los consumidores. 30

Por un lado, los cereales de desayuno incorporó como servicios adicionales al producto juguetes o figuritas relacionadas a dibujos animados o películas de moda. Así se atrajo al segmento de los niños, relacionando la imagen del

41

conveniencia, a practicidad, el cuidado de la salud y la estética, entre otras características. Anualmente en Europa, el consumo per cápita de cereales para desayuno varía desde 0,5 kg en Italia a 8 kg en Irlanda. En Argentina, el consumo anual per capita de cereales para desayuno se estima para el 2009 en 0,5 kg. Desde el punto de vista de la oferta, las barras de cereal pueden ser potenciales competidoras del segmento de golosinas, sin embargo desde el punto de vista de la demanda el efecto sustitución es casi nulo. En los últimos años el consumo en el mercado interno ha experimentado un importante crecimiento, ya que han sido aceptadas rápidamente por los consumidores al asociarlas a lo natural y al cuidado de la salud. El consumo de cereales para desayuno también se incrementó a nivel nacional en los últimos años, ya que existen en el mercado marcas para todos los segmentos de poder adquisitivo, sin embargo en Argentina aún no son productos considerados de primera necesidad razón por la cual no están presentes en la canasta básica de alimentos. En este sentido, para incrementar su ingesta, se han llevado adelante estrategias de difusión del consumo en los estratos sociales de menor ingreso relativo, por ejemplo a través de algunos planes sociales de gobiernos provinciales que incorporan bolsitas económicas de cereales para desayuno. En cambio ha tenido gran aceptación entre los consumidores los cereales adosados a los yogures. Respecto a la tendencia y volatilidad de los precios, hay dos incentivos importantes para transformar los granos en cereales para desayuno y barras de cereales: a) la creciente

cereal para desayuno con los juegos. Por otro lado, para afianzar el mercado adulto, se focalizó en la practicidad de los cereales para desayuno y las barras de cereales, difundiéndose su presencia en las oficinas, así como la imagen de producto light para atraer al segmento femenino fundamentalmente (IERAL, 2011).

42

valoración de los consumidores por estos productos, que queda reflejado en la tendencia que muestran sus precios internacionales; b) la menor volatilidad (relativa) de sus precios respecto a los de las commodities agrícolas (menor riesgo de mercado). Acerca de iii, cabe señalar que a nivel internacional, los edulcorantes como producto sustituto del azúcar han cobrado relevancia ganando un espacio en las preferencias de los consumidores, tanto en el consumo de las familias y personas que demandan productos bajos en calorías, como en los procesos industriales para la elaboración de alimentos y bebidas. Desde su introducción hasta la fecha la fructosa de maíz como edulcorante ha ganado participación en este mercado. Los edulcorantes procedentes del maíz y los de origen artificial ganaron espacio en el mercado de los endulzantes. Dentro de los edulcorantes, el jarabe de maíz de alta fructosa HFCS (High-fructose corn syrup) se considera hasta el presente y al menos en los próximos 10 años, como el principal competidor frente al azúcar. La sacarosa y la fructosa, que son sustancias GRAS (Generally Recognised as Safe, en castellano «generalmente reconocidas como seguras», calificación otorgada por la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos), son los principales edulcorantes provenientes del azúcar que se encuentran naturalmente en los alimentos o que se agregan como azúcares en edulcorantes de maíz o en jarabes. Estos edulcorantes adicionan propiedades funcionales a los alimentos mediante sus efectos en las características sensoriales (el sabor de las melazas), físicas (cristalización, viscosidad), microbianas (preservación, fermentación) y químicas (caramelización, antioxidación). La fructosa ha reemplazado a la sacarosa en muchos alimentos y bebidas por su poder edulcorante y propiedades funcionales que realzan el sabor, el color y la estabilidad del producto. La fructosa también sinergiza el potencial edulcorante de la sacarosa y de 43

otros edulcorantes no nutritivos. Por otra parte, debido a la necesidad de obtener sustancias de bajo costo y alto rendimiento representa el endulzante calórico más ampliamente utilizado, desplazando a la sacarosa. Desde sus inicios en la década del 80, la tendencia de los edulcorantes de maíz es creciente, en parte debido a su utilización como insumo de la industria de golosinas y bebidas. En Estados Unidos, hasta el año 2000 la demanda de edulcorante registró una tasa de crecimiento acelerada, el consumo se ha mantenido estable a partir del año 2001, mostrando signos de recuperación en los años 2005 y 2006, y una caída entre 2007 y 2011 que no ha sido lo suficientemente fuerte como para revertir el patrón de comportamiento (Secretaría de Economía México, 2012). En Argentina el consumo interno de edulcorantes de maíz en el año 2003 fue de 13 kg./hab/año, representando casi el 25% del total de edulcorantes consumido en el país, mientras que los sustitutos no calóricos, con un consumo de 8 Kg./hab/año, alcanzan algo menos del 15% de participación, en ambos casos medidos como equivalente azúcar (Álvarez, 2003). La fructuosa se emplea en bebidas sin alcohol y aperitivos, correspondiendo el 42% a bebidas gaseosas, alcohólicas, jugos, entre otras. Además, se utiliza en tortas y galletas, no sólo por su poder edulcorante sino también por sus cualidades como humectante y texturizador. Las ventas externas de edulcorantes de maíz se encuentran en franco crecimiento, incrementándose en los últimos años la participación de la fructosa dentro del total de edulcorantes de maíz exportados, en detrimento de la glucosa. A este proceso ha contribuido la instalación de plantas elaboradoras de bebidas y jugos en los países vecinos y la tendencia mundial hacia la sustitución del azúcar refinado por este jarabe.

44

En relación a iv., en los últimos años, la producción mundial de aceite de maíz ha presentado una tendencia creciente, con una tasa de crecimiento superior al 1,5% anual, tendencia que fue acompañada por un incremento en el comercio internacional. A este aumento ha contribuido la mayor utilización del aceite de maíz por parte de la industria alimenticia. Estados Unidos es, históricamente, el principal productor con una participación cercana al 48%. Sin embargo, China es el país con la mayor tasa de crecimiento de la producción pasando a ocupar el segundo puesto con una participación del 11% (FAO, 2009). En Argentina, la elaboración de aceite de maíz muestra una tendencia estable, y por su volumen de producción ocupa el 4º lugar en importancia, aunque sólo representa el 1% del total de los aceites vegetales elaborados. En el mercado global, Argentina aporta el 3% del total comercializado y se ubica como sexto exportador mundial. Las ventas al exterior de aceite de maíz muestran una tendencia creciente entre el año 2001 y el año 2010 con un incremento del 125 %, siendo aproximadamente el 30% aceite de maíz refinado (Gráfico 5). En el mercado doméstico, el consumo de aceite de maíz es bajo, estimándose en 350 gramos por habitante/año comparado con el consumo de los aceites tradicionales de girasol y soja, no sólo por hábito de consumo sino porque además el precio de venta al consumidor es casi tres veces mayor que el de girasol (Franco, 2011). Dadas las características del proceso de obtención, las empresas del sector no elaboran aceite en forma exclusiva, sino una gran variedad de productos que se obtienen de la molienda, así el volumen de producción de aceite de maíz está asociada con la variación de la demanda de los otros productos de la molienda.

45

Gráfico 5: Exportaciones de aceite de maíz, en volumen y valor, período 2001/2010. 35000

30

30000

25

20

TN

20000 15 15000 10

Millones U$s /año

25000

10000 5

5000 0

0 2001

2002

2003

2004

2005

E x portac ión en volúmen (TN)

2006

2007

2008

2009

2010

E x portac ión en valor (u$s /año)

Fuente: elaboración propia con datos de la Cámara Argentina de Fructuosas, Almidones, Glucosas, Derivados y Afines, C.A.F.A.G.D.A. y el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, INDEC. El producto refinado se consume como aceite puro de maíz y se emplea para la preparación de aceites mezcla, mayonesas y salsas. Otra parte de la producción se destina al mercado externo y, a diferencia del resto de los aceites vegetales, el de maíz se comercializa básicamente refinado y fraccionado.

46

2.4.2. Oportunidad producción de plásticos biodegradables ácidos orgánicos, aminoácidos, vitaminas, espumas y nuevas enzimas derivadas de la industria de maíz (Incertidumbre crítica). Los plásticos son productos sintéticos, fabricados por polimerización de compuestos derivados del petróleo que es una fuente no renovable de energía, y no son biodegradables. Si bien hay métodos para reciclar plásticos, en el caso de los envases de alimentos estos procesos son muy limitados, ya que los materiales que los componen están formados por estructuras difíciles o casi imposibles de separar en capas o partículas menores. Debido a estos inconvenientes, el tratamiento de los plásticos descartados como basura se ha vuelto un problema ambiental cada vez más serio. El desarrollo de plásticos biodegradables obtenidos a partir de fuentes renovables como las plantas constituyen una oportunidad y solución frente a los problemas ambientales derivados de los plásticos descartados. Un material es biodegradable cuando puede ser degradado a sustancias más simples por la acción de organismos vivos, y de esta manera ser eliminado del medio ambiente. Los plásticos basados en polímeros de plantas tienen una estructura que puede ser destruida por los microorganismos. La producción de biomateriales o nuevos materiales biodegradables como los bioplásticos, representa una industria de mayor sofisticación y avanzada tecnología. La principal materia prima para producirlos es el grano de maíz. La demanda adicional de gran valor agregado que significa esta industria es muy significativa para la cadena del maíz. Hasta el momento Argentina no participa de esta industria, en tanto en Estados Unidos y otros países se ha regulado mediante leyes la priorización de compras realizadas por el Estado otorgando preferencia a los bienes producidos con biomateriales antes que a otros convencionales (MAIZAR, 2010).

47

Estos desarrollos proponen la posibilidad de desarrollar en esta cadena agroindustrial nuevos productos que potencien la generación de valor agregado y privilegien a mediano y largo plazo la preservación del medio ambiente en la utilización de los subproductos de la industria de maíz asociada a la producción de energía renovable y la investigación y desarrollo (I+D+I) en biotecnología y genética.

2.5.

Innovaciones científico-tecnológicas.

La innovación y cambio tecnológico en la industria alimenticia juega un papel crucial en la generación de nuevos productos y en la implementación de procesos eficientes y seguros que den respuestas a las demandas de los mercados locales y globales y contribuyan a procesos de desarrollo con inclusión. A continuación se describen un conjunto de innovaciones científico-técnicas que emergen como fuerzas impulsoras en el desarrollo tecnológico de la industria alimenticia en base a maíz.

2.5.1. Desarrollo

de

variedades

(híbridos)

de

maíz

con

características

diferenciales, usos específicos y mayor calidad nutricional (Invariante estratégica). El Sistema Científico y Tecnológico Argentino, tanto público como privado, ha mantenido un nivel alto en la investigación y desarrollo en germoplasma de maíz. Desde 1998 en Argentina se cuenta con la posibilidad de utilizar varietales de maíz transgénicos (o genéticamente modificados, GM) resistentes a insectos lepidópteros, particularmente efectivos para el control del barrenador31. Además, se espera cierto desarrollo referido a

31

Los diferentes eventos de maíz Bt aprobados en Argentina permiten controlar no solo al barrenador del tallo sino también a otros lepidópteros (control parcial) plaga como la isoca de la espiga, la oruga cortadora y el gusano cogollero, mientras que los eventos con resistencia a coleópteros recientemente aprobados permiten controlar los gusanos de la raíz.

48

la resistencia a la sequía y a la mayor eficiencia en la utilización del nitrógeno, un nutriente que es cada día más crítico para el maíz. En Estados Unidos existen avances en ambos objetivos (tolerancia a la sequía y aprovechamiento del nitrógeno) con la generación VT Triple disponible en el mercado estadounidense. Estos híbridos con “genes apilados” tienen resistencia al glifosato, al barrenador y a insectos del suelo. Este último carácter es el que le permite un mayor desarrollo radicular. La generación de maíces a bajas temperaturas, junto con la obtención de maíces tolerantes a sequía y con alta salinidad constituye uno de los mayores desafíos para el mejoramiento de las características agronómicas del maíz, no sólo en Argentina sino a nivel mundial. A estos desarrollos se suman los ensayos a campo de maíces con alto contenido del aminoácido esencial lisina. Comúnmente todas las variedades de maíz con alta lisina obtenidas por mejoramiento tradicional, provienen de los maíces mutantes con incrementada acumulación de proteínas de reserva con alto contenido de lisina en el endosperma. La ingeniería genética ha permitido el desarrollo de variedades de maíz “Alta lisina-alto aceite" que contienen 36% más de lisina que el maíz convencional dentado amarillo (ArgenBio, 2012). Otros desarrollos, dirigidos a la alimentación animal, incluyen maíces más digeribles, con mayor cantidad de proteína, con mayor contenido de aceite y cuyos aceites contienen más vitamina E. A nivel de comercio internacional son cada vez más estrictas las exigencias frente a la presencia de micotoxinas, que se constituyen muchas veces en barreras paraarancelarias. Al respecto, ante la insuficiencia de un diagnóstico (y prácticas de remediación) de la contaminación de granos con micotoxinas, su importancia por regiones y factores epidemiológicos, los esfuerzos se han encaminado a disponer de un diagnóstico sobre la problemática de micotoxinas en la producción y acopio de maíz, a fin de reforzar la credibilidad del país en los foros de negociaciones internacionales y su 49

reputación como país productor de grano con alto nivel de inocuidad (Programa nacional de cereales – INTA, 2009). De acuerdo a las demandas en los mercados internacionales (especialmente Europa) algunas industrias de molienda plantean la necesidad de continuar y profundizar la investigación en nuevas variedades de maíz no OGM, a fin de lograr la inserción en mercados considerados más dinámicos (Informe actividad 2 del Proyecto MINCyT-BIRF: Estudios del Sector Agroindustria).

2.5.2. Mejoras en el proceso de extrusión alimentos - tendencia al desarrollo de equipos de doble tornillo (Incertidumbre crítica). En la tecnología de extrusión, los equipos extrusores combinados o no con expansores están disponibles para la industria alimenticia. La extrusión, es un proceso que combina diversas operaciones unitarias como el mezclado, la cocción, el amasado y el moldeo. Un extrusor de alimentos es un aparato que facilita el proceso de moldeado y reestructuración de los ingredientes alimentarios. Esta constituido, por una bomba de tornillo en la que el Alimento es comprimido y trabajado hasta la obtención de una masa semisólida que es impulsada a través de un pequeño orificio (Fellows, 2006). Existen básicamente dos tipos de extrusores, los de tipo seco (Dry extrusion) y los que trabajan con inyección de agua o con el agregado de vapor (Wet extrusion). Independientemente del tipo de extrusión los equipos constan de un alimentador, el preacondicionador o cámara de preacondicionado, la cámara de extrusión y la matriz de salida. El sistema de extrusión ofrece ilimitadas posibilidades y se caracteriza por su simplicidad de operación y mantenimiento, reducida inversión y bajo costos operativos. En general son tecnologías que se las clasifica bajo el nombre de procesos de altas temperaturas y 50

tiempos cortos o HTST (por sus iniciales en inglés “High temperature, short time”). El proceso de "extrusión en húmedo ", consiste en el mismo procedimiento que la extrusión en seco, solamente que cuando el grano molido entra en la cámara de acondicionamiento donde la presión es baja (presión atmosférica), se inyecta vapor de agua y de allí se traslada directamente al barril de extrusión donde también se agrega vapor de agua, pero, presurizada (Braun, 2001). Los extrusores monotornillos funcionan como una “bomba de fricción”, es decir el material es transportado por el efecto arrastre, en tanto el mecanismo de transporte de los extrusores de doble tornillo es muy diferente. Estos últimos consisten en verdaderas “bombas positivas”, donde los filetes de ambos tornillos “solapan o penetran cada uno dentro del canal del otro, ofreciendo ventajas, tales como un mejor control de la operación y mayor diversidad de productos. Los extrusores monotornillo ofrecen todavía alternativas para la cocción de los cereales debido a los menores costos operativos, de inversión y de mantenimiento (Cuggino, 2008). Si bien las demandas de los consumidores estimularán las mejoras en los procesos de extrusión en la elaboración de alimentos listos para consumir flackes, postres, etc., no existen en Argentina desarrollos en el tema extrusión, siendo la tecnología de doble tornillo extranjera, fabricada bajo licencia.

2.5.3. Inversión en tecnologías de proceso (equipos y maquinarias) y desarrollos tendientes al mejoramiento de maquinarias para la molienda (Incertidumbre crítica). De acuerdo a la encuesta Delphi realizadas en el marco del Proyecto MINCyT-BIRF: Estudios del Sector Agroindustria, entre las principales inversiones en tecnologías de proceso (ya sea por reemplazo o mejora de los equipos y maquinarias), se espera que a mediano plazo la industria de molienda de maíz se oriente por ejemplo, a inversiones 51

hacia tecnologías de clasificación y purificación para la producción de grits con granulometría necesaria que satisfaga los requerimientos específicos de los clientes, y/o el empleo de degerminadoras para la optimización del grano. En el largo plazo las expectativas se centran en el desarrollo de equipos automatizados para clasificar granos por dureza y en el desarrollo de equipos secundarios versátiles degerminadoras, plansifter, etc., para la molienda seca que permitan sustituir las importaciones actuales. De las entrevistas realizadas en la Actividad 2 del mencionado Proyecto se desprende un acceso diferencial - en función de su capacidad y volumen de producción e inserción en los mercados – a los desarrollos e innovaciones tecnológicas. Mientras las empresas líderes y medianas incorporan tecnologías de producto y/o proceso que les permite participar en mercados más exigentes y dinámicos, la incorporación de nuevos equipos y maquinarias en un conjunto de Pequeñas y Medianas Empresas (PyME) es escasa, aun cuando el nivel de obsolescencia de sus plantas es alto y requiere en muchos casos de innovaciones radicales. El

conjunto de

empresas de

mayor

dimensión

entrevistadas, no

manifiesta

problemáticas para la inversión y la innovación tecnológica, asociando las mismas en caso de no realizarlas a decisiones puramente comerciales o de estrategia de negocio. Tampoco mencionan problemáticas productivas. En cambio, las empresas de menor tamaño manifiestan dificultades de índole económica para la realización de mejoras o de innovaciones, ya sea por “falta de demanda” o por excesivo “atraso tecnológico” (Goizueta, 2012). A las cuestiones presupuestarias y de costos planteadas por las empresas en las entrevistas, se suma que la mayoría de los desarrollos de equipos y maquinarias son de origen extranjero y no existen empresas locales especializadas en el control de procesos de industrialización de maíz.

52

2.5.4. Desarrollo de biomateriales y film biodegradables no tóxicos para recubrimiento de alimentos y aumentar la vida útil con características resistentes en la contención de los alimentos (Incertidumbre Crítica). Se definen como bioplásticos a aquellos materiales fabricados a partir de recursos renovables (por ejemplo almidón, celulosa, melazas, etc). Se dice que un material es biodegradable cuando puede ser degradado por microorganismos para originar moléculas sencillas asimilables por el ambiente. Los bioplásticos actualmente se producen a partir de los cultivos o sus desechos o a través de la fermentación bacteriana. La mayoría de los procesos emplean almidón como materia prima debido a su disponibilidad, sus antecedentes como parte de plásticos compostables, y a que es económicamente competitivo con el petróleo (Argenbio, 2004). La principal materia prima para producir bioplásticos es el grano de maíz, y la innovación es de tal envergadura que todos los países industriales, desde los más avanzados hasta los países en desarrollo se preparan para participar de esta industria que abarca los plásticos, textiles, automóviles y entre otras, la electrónica. Si bien Argentina

no participa de este sector de avanzada y de gran potencial,

reemplazando plásticos y películas actualmente usados. Existen desarrollos promisorios. Por ejemplo, a nivel experimental, investigadoras de una institución pública lograron crear un film de material plástico fabricado con nanopartículas de almidón de maíz sobre una placa de mandioca que presenta múltiples usos para la industria. La novedad tecnológica es la inclusión de los nanocristales que le otorgan al material las propiedades de ser flexible, biodegradable, biocompatible, no tóxico, comestible, translúcido, inodoro e insípido, con una buena adhesión además a cualquier otro material y alta resistencia a la manipulación (Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, 2011). Estas nanopartículas son de almidón de maíz waxy, o sea un producto de muy bajo costo, pero con importantes propiedades. El 53

potencial de mercado del film biodegradable es enorme debido a que puede ser utilizado en una gama muy variada de industrias, entre ellas, la alimentaria, farmacéutica, cosmética, higiene y cuidado personal y hasta el marketing. El proyecto cumple con estándares de competitividad y calidad internacionalmente aceptados, que hace posible su exportación en Latinoamérica e incluso en los países desarrollados. Por el momento los biomateriales poseen un elevado precio, en comparación con los materiales plásticos sintéticos commodities no biodegradables. De acuerdo a los expertos, en el mercado actual, los bioplásticos tienen inserción en algunos nichos de mercado, pudiendo llegar a cubrir hasta un 10% del mercado total de aplicaciones en plásticos en Europa, que es de 40 millones de toneladas (INTI, 2006)32.

2.5.5. Desarrollo de enzimas con características específicas para su utilización en los procesos de fermentación (Invariante estratégica). Actualmente, la ingeniería genética contribuye a la biosíntesis de enzimas recombinantes de gran pureza, que aportan mayor calidad al producto final, y optimizan los procesos de producción de alimentos. Los progresos que se están realizando actualmente en esta área permiten augurar el desarrollo cada vez mayor del uso de enzimas en la industria alimenticia. Entre los desarrollos biotecnológicos se encuentra el desarrollo de enzimas con características específicas para su utilización en los procesos de fermentación en distintos sectores. Entre las tendencias mundiales de I+D definidas en el informe de los tecnólogos en el Proyecto se señala el desarrollo de enzimas recombinantes para la separación de ciclos extraños para el desarrollo del sabor y aroma.

32

En http://www.inti.gov.ar/sabercomo/sc39/inti6.php

54

De acuerdo a la encuesta Delphi del Proyecto precedente, se espera que en Argentina se desarrollen enzimas con características específicas para su utilización en la transformación del almidón de maíz y sus derivados.

2.5.6. Producción más limpia (Invariante estratégica). De acuerdo al Observatorio de Prospectiva Tecnológica Industrial (OPTI)33, la industria alimentaria posee un papel crucial en la contribución al desarrollo sostenible a través de la reducción de la cantidad de las materias primas utilizadas, el empleo de métodos de producción más seguros, limpios y con menor consumo de materiales. Para ello, tiene que contemplar los conceptos de protección del medio ambiente tanto desde el diseño, desarrollo e instalación de empresas como de los nuevos procesos y productos, teniendo en cuenta la protección, minimización, recuperación y reciclado de efluentes y residuos como parte sustancial del sistema productivo de la empresa. En cuanto a la producción limpia (prevención y mitigación) las acciones de las empresas se orientan al tratamiento de efluentes de la molienda húmeda, con una tendencia al esfuerzo en el ahorro de agua/tonelada/maíz – la relación utilizada es de 3 de agua/ 1 de maíz, y a la reutilización de las aguas de lavado34. De acuerdo a las encuestas DEPHI realizadas en el Proyecto del Ministerio, se espera la generación de tecnologías que contribuyan a la disminución del uso de sulfito y que mejoren la calidad de los efluentes generados.

33

Agroalimentación. Tendencias tecnológicas a mediano y largo plazo. OPTI. Ministerio de Ciencia y Tecnología. España. En www.opti.org. 34 Goizueta, M. (2013). Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena del maíz. Proyecto MINCyT-BIRF: Estudios del Sector Agroindustria. Serie Documentos de Trabajo N* 6. Buenos Aires, Julio. Cap. 5.

55

2.6.

Síntesis de variantes estratégicas e incertidumbre críticas identificadas en

la cadena de maíz para el análisis prospectivo Para la construcción de los escenarios se partió de las fuerzas impulsoras identificadas previamente, clasificadas como Invariantes estratégicas o incertidumbres críticas según la posibilidad de conocer con cierto grado de certeza su comportamiento futuro, identificándose 16 fuerzas impulsoras -6 invariantes estratégicas y 10 incertidumbres críticas- para la cadena de maíz (Cuadro 1).

Cuadro 1: Invariantes estratégicas e incertidumbre críticas en la cadena de maíz Invariantes estratégicas

Incertidumbres críticas

2.1. PRODUCCIÓN Y COMERCIO DE MAÍZ 2.1. Descomoditización de la exportación de grano de maíz /producción y exportación de productos de mayor valor agregado. 2.2. MERCADO DE ENERGIA Y ALIMENTOS 2.2.2. Mayor interdependencia entre la

2.2.1 Aumento de la producción de etanol en

producción

base maíz

de

bicarburantes

y

la

producción de alimentos

2.2.3. Volatilidad de las cotizaciones en los mercados de commodities agrícolas 2.2.4. Posibilidad de elaboración de co-productos

2.3. ESTRUCTURA PRODUCTIVA Y APROVECHAMIENTO INTERNO DE LA PRODUCCION DE MAÍZ 2.3.2. Crecimiento y desarrollo de la

2.3.1. Competitividad interna de la producción de

industria

maíz

argentina

balanceados

de

alimentos

2.3.3. Inserción de la industria de alimentos balanceados

en

el

mercado

regional

e

internacional 2.4. PRODUCTOS DE LA MOLIENDA DE MAÍZ

56

2.4.1.

Creciente

oportunidades

valorización

en

el

mercado

y

2.4.2. Oportunidad producción

de

plásticos

de

biodegradables ácidos orgánicos, aminoácidos,

alimentos para productos con mayor

vitaminas, espumas y nuevas enzimas derivadas

valor agregado derivados de la industria

de la industria de maíz

de maíz 2.5. TECNOLOGÍA 2.5.1. Desarrollo de variedades (híbridos)

2.5.2 Mejoras en el proceso de extrusión

de maíz con características diferenciales,

alimentos tendencia al desarrollo de equipos de

usos

doble tornillo

específicos

y

mayor

calidad

nutricional. 2.5.5.

2.5.3.

Desarrollo

características utilización

en

de

enzimas

específicas los

para

procesos

con

Desarrollo

de

biomateriales

y

film

biodegradables no tóxicos para recubrimiento de

su

alimentos

y

aumentar

la

vida

útil

con

de

características resistentes en la contención de

fermentación.

los alimentos.

2.5.6. Producción más limpia

2.5.4. Inversión en tecnologías de proceso (equipos y maquinarias) y desarrollos tendientes al mejoramiento de maquinarias para la molienda

57

3.

INTERROGANTES ESTRATÉGICOS Y ESCENARIOS DE LA CADENA DE MAÍZ AL 2030

El análisis prospectivo se concreta con la construcción de escenarios alternativos para la cadena de maíz en el horizonte 2030. Para construir estos escenarios se plantea una serie de interrogantes estratégicos que deberán responder a los distintos factores – incertidumbres críticas- identificados (Cuadro 2).

Cuadro 2: Desdoblamiento de los interrogantes estratégicos en la cadena de maíz Escenario 1: Incertidumbre crítica

Primarización: todo sigue igual

Escenario 3:

Escenario 2:

industrialización

sin rumbo

y

desarrollo

Interrogante estratégico: ¿Cambiará la inserción argentina en el mercado internacional de productora de grano de maíz hacia la generación de productos con mayor valor agregado? Descomoditización de

Argentina

la

exportando grano, sin

desarrollo

interno

industrial de la cadena

incrementar

la

de la industria de

de maíz. Consolidación

el

transformación

de las PyME en los

exportación

grano

de

maíz

de y

continúa

transformación interna

transformación

de

valor agregado.

productos

de

y

Insuficiente

Apoyo

de

maíz.

y

mercados

mayor valor agregado.

desarrollo

interno

y

global.

Interrogante estratégico: ¿Cómo influirá la dinámica del mercado de energía en la cadena de maíz? Aumento

de

la

Sin

cambios

Precios del petróleo

Argentina profundizará

producción de etanol

significativos

en

la

no responderán a

la

en base maíz.

matriz

energética

los pronósticos y se

biocombustibles

frenaran

base a soja, maíz y

argentina.

las

expectativas sobre

política

caña de azúcar)

de (en y 58

el uso de bioetanol.

traccionará

la

demanda de maíz para bioetanol. Volatilidad cotizaciones

de en

mercados

las

Las

decisiones

los

Estados

Unidos

de

política

comercial

commodities

China

agrícolas.

incertidumbre mercado

de y

la

Alza de cotizaciones

Coordinación

del

políticas

petróleo

de

de

presionará a la suba

internacionales

y

generarán

los precios de los

acuerdos

el

granos.

mercado

en

el

internacional

en

energético

reduce la volatilidad de

de granos.

los

precios

de

los

granos. Posibilidad elaboración

de

de

No se logrará articular

La utilización de los

Aplicación de políticas

co-

eficientemente

DDGS

que

productos.

el

será

potenciarán

la

aprovechamiento de co-

compatible con los

articulación

productos.

incrementos

de

pecuaria-

producción

de

mediante la utilización

etanol.

agrícolaenergética,

de DDGS.

Interrogante estratégico: ¿Cuál será la dinámica y aprovechamiento interno de la producción maicera argentina? Competitividad interna

Intensificación

de la producción de

concentración

maíz.

agricultura, acentuando

sembrada con maíz

consolida

la

en función de los

terreno

territorial. Repliegue del

precios

los

maíz.

de

y

Incremento leve de

Crecerá la producción

la

la

de

competencia

superficie

maíz

que y

gana

base

al

aumento

de

la

granos y la industria

demanda

externa

e

de

interna.

de

alimentos

en

se

balanceados.

59

Inserción

Crecerá la industria de

Habrá una disputa

Intensificación de los

industria de alimentos

balanceados

balanceados

el

mercado

e

acentuarán

mercado

de en

regional

la

internacional.

mercado

en

el

entre producir para

sistemas

interno.

Se

el mercado interno

Crecimiento

o

industria de alimentos

en

el

externo.

ganaderos. de

la

internacional

Heterogeneidad de

balanceados

medidas

la industria. Escasa

mercado

para-

participación en los

externo. Aumento de

arancelarias y trabas a

mercados

transacciones con los

las

limítrofes.

mercados regionales y

las arancelarias,

exportaciones

de

alimentos balanceados.

en

el

interno

países

y

limítrofes,

dinamizando

el

empleo y la promoción del desarrollo territorial local y regional. Interrogante estratégico: ¿Qué oportunidades se presentarán para la producción de productos derivados de maíz? Oportunidad

en

la

Argentina no priorizará

Escaso

Promoción

de

ni desarrollará en forma

aprovechamiento

producción

de

plásticos

continua y sistemática

de

biomateriales

y/o

biodegradables ácidos

la

derivados

orgánicos,

biomateriales,

aminoácidos,

desaprovechando

vitaminas, espumas y

oportunidades

nuevas

enzimas

brinda la captación de

derivadas

de

nuevos mercados para

ambiente.

la molienda.

de

producción

la

industria de maíz.

producción

que

de las le

los

productos de

la

para

la

materiales

industria

de

biodegradables

molienda.

Se

potencia

el

que valor

destinaran escasos

agregado y privilegia la

recursos a la I+D.

conservación la

del

Promoción

industria

bioplásticos generación

de y de

innovaciones.

Interrogante estratégico: ¿Qué desarrollos tecnológicos requerirá la industria alimentaria de maíz? Mejoras en el proceso

Acceso diferencial a los

Desarrollo

Convergencia

de 60

de

extrusión

de

desarrollos

de

I+D,

tecnológico

políticas económicas y

alimentos y tendencia

acorde a la capacidad

diferencial

al

de

heterogéneo.

desarrollo

equipos

de

de doble

tornillo. Desarrollo

de

biomateriales

y

film

biodegradables tóxicos

no para

recubrimiento

y

negociación

y

y

tecnológicas incentivan el desarrollo

volumen de producción.

Políticas

La oferta y demanda de

promoción de I+D

tecnológico

I+D se orientará a la

discontinuas,

industria de molienda.

actividad

erráticas

primaria

de

sector público en I+D,

comparativas

de

coyuntura

político-

producción

maicera en

de los alimentos.

mercados externos.

los

protagónico

la

la

por

nacional

de

Rol

orientadas

aumento de la vida útil



y

basada en las ventajas la

científico

adaptando

económica nacional

desarrollando

e internacional.

tecnologías

del y que

facilitan procesos de

Inversión

en

inclusión

tecnologías

de

acumulación, a la vez

proceso

(equipos

maquinarias)

y

que

y

desarrollo

y

viabilizan de

el las

desarrollos tendientes

empresas PYME del

al

sector.

mejoramiento

maquinarias

para

de la

molienda.

3.1.

Escenario 1: “Primarización todo sigue igual”.

En el primer escenario a mediano plazo no se espera que ocurran cambios significativos en la matriz exportadora de la cadena de maíz. En función de las relaciones de precios favorables para la producción granaria, se continuara privilegiando la exportación de grano sin mayor transformación a los mercados existentes así como los envíos a nuevos mercados. Los incrementos en los rendimientos de la producción de maíz, no se traducirán en cambios en el ritmo y la tasa de industrialización, es decir la relación entre volúmenes exportados e industrialización será desfavorable para la industria de 61

transformación, limitando la participación de la industria de balanceados en los mercados de los países limítrofes y regionales y otras industrias derivadas de este cereal. Las políticas y decisiones de los países desarrollados a nivel internacional continuará generando volatilidad e incertidumbre en los mercados de granos, que en función de la tendencia alcista de los mismos reforzarán la primarización del sistema productivo nacional. Dado que en este escenario, no se prevén cambios significativos en la matriz energética argentina, en el mercado local la demanda de las plantas de etanol pujará con la industria alimentaria por la captación de volúmenes de grano para sus plantas de transformación. Por otra parte, la tendencia alcista que también alcanza a los precios de la soja, sumada a las facilidades de manejo de este cultivo, intensificará la competencia territorial entre la producción de maíz y soja, a favor de esta última, y la concentración de la producción primaria. Esta situación se verá favorecida por la estructura arancelaria que impulsará una mayor producción de biodiesel. La primarización del aparato productivo de esta cadena, atentara contra el desarrollo de tecnologías de producto y procesos dirigidos a la industria alimentaria con base a maíz. Las demandas tecnológicas de esta industria no formaran parte sustantiva de la agenda de I+D+I de las instituciones científico - tecnológicas nacionales, las empresas líderes continuaran canalizando las demandas de innovaciones técnicas en el mercado internacional de tecnología.

62

3.2. Escenario 2: “Sin rumbo” En este escenario, como resultado de los vaivenes en las políticas locales e internacionales, la industrialización de la producción maicera en Argentina resulta insuficiente, siendo el desarrollo industrial diferencial y heterogéneo, con escasa participación de las PyME en los mercados más dinámicos, desaprovechando las oportunidades que ofrece el mercado Interno y externo. Los cambios geopolíticos y decisiones de Estados Unidos, China y Brasil en materia energética, sumado a la exploración de nuevos yacimientos de petróleo y la regulación e intervención del mercado a nivel nacional a través de una empresa estatal desalientan la demanda de maíz para producir bioetanol y producen capacidad ociosa e interrupción de las inversiones en nuevas plantas. Si bien continúa la presión por el uso de la tierra, se incrementara levemente la superficie sembrada con maíz, en función de los precios y la demanda de la industria profundizando los procesos de concentración de la producción primaria. Este escenario se caracteriza por la escasa sostenibilidad en el tiempo de los procesos de desarrollo, debido a que durante los ciclos de auge para la industrialización no se logra crear condiciones que mantengan los aumentos de producción en el tiempo. Las políticas dirigidas a este sector son contradictorias, erráticas y contingentes en respuesta a las demandas, intereses y presiones de los distintos sectores de la cadena. La falta de políticas integrales se traducen en procesos “stop and go” en los diferentes eslabones y sectores productivos. Las políticas científico – tecnológicas dirigidas al sector serán erráticas y orientadas por la coyuntura político-económica nacional e internacional, desalentando las inversiones en I+D+I de las empresas. En esta línea las incorporaciones de innovaciones y tecnologías 63

de producto y procesos continuarán siendo diferenciales y heterogéneas. En este escenario, los incentivos para el aprovechamiento de productos derivados de la industria de molienda y los desarrollos tecnológicos serán discontinuos e irregulares.

3.3. Escenario 3: “Industrialización y desarrollo”. Este último escenario constituye una significativa oportunidad para el desarrollo de la industria en base a maíz. El mismo se caracteriza por un cambio en la matriz exportadora, que se orientara hacia la elaboración de la producción maicera y la búsqueda de mayor valor agregado a nivel interno. Se profundizará la política de producción de biocombustibles iniciada en la década del 2010 aumentando el corte obligatorio que traccionará la demanda de maíz por parte de las plantas de producción de bioetanol. El proceso de transformación del perfil netamente exportador de grano hacia una estructura productiva basada en la industrialización interna, requiere de subsidios y políticas de promoción y apoyo a las inversiones en plantas y nuevos equipos que permitan el abastecimiento del mercado doméstico así como avanzar en la generación de saldos exportables de etanol, alimentos balanceados y productos derivados para la alimentación humana. Para esta transformación, se coordinarán acciones y políticas con países limítrofes, principalmente con el Mercosur, a fin de promover el desarrollo local y regional. En esta línea se potenciará la articulación agrícola-pecuaria-energética, a través de la utilización de los co-productos de la industria de maíz. En este escenario se consolidarán políticas públicas de promoción y apoyo de la innovación tecnológica, procesos de integración horizontal y vertical orientados a la agregación de valor de la materia prima en origen, que dinamizarán la generación de empleo y el desarrollo local y regional. A la vez se estimulará y apoyarán las inversiones 64

en I+D+I en tecnologías de producto y proceso, acordes a las exigencias y requerimientos de los mercados locales e internacionales, en nuevas variedades de híbridos, desarrollo de biomateriales, equipos y maquinarias para esta industria. Los diferentes actores de la cadena –públicos y privados- avanzarán en la planificación estratégica de largo plazo, iniciaran procesos de articulación público-privada tendientes a acordar metas, objetivos y líneas de acción colectiva que potenciarán el desarrollo sustentable de la actividad maicera. Así, en este escenario, Argentina logrará participar en mercados más dinámicos y exigentes, que requirieren de políticas públicas activas para garantizar y facilitar la inserción y mejora de la competitividad de las PyME del sector.

65

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69

ANEXO Metodología para la construcción de escenarios de las cadenas productivas seleccionadas La técnica seleccionada para la construcción de los escenarios de las cadenas productivas fue el análisis morfológico, creado por F. Zwicky. El análisis morfológico implica el mapeo de la cadena a fin de obtener una perspectiva amplia de las posibles situaciones futuras. Los pasos básicos seguidos fueron (1) caracterización y diagnóstico prospectiva de la cadena productiva, (2) identificación y caracterización de las dimensiones críticas y fuerzas impulsoras, (3) construcción de una matriz multidimensional (matriz morfológica) cuyas combinaciones configuran los escenarios, (4) definición de la trama/lógica y narrativa de los escenarios, (5) evaluación de las implicancias estratégicas del escenario apuesta para la agenda futura de I+D+I. El objetivo del análisis morfológico es organizar la información de un modo pertinente y útil a fin de ayudar a estimular el pensamiento prospectivo-estratégico para la construcción de los escenarios. Una clave del proceso fue el conocimiento profundo por parte del equipo técnico sobre las cadenas productivas que resultó esencial para la construcción de los escenarios. Se utilizó el análisis morfológico para descomponer la cadena estudiada en dimensiones críticas y estudiar las posibles combinaciones de estas diferentes dimensiones, que constituyen a la configuración de los escenarios. Con la ayuda de expertos y los insumos generados por la encuesta Delphi se pudo reducir la incertidumbre sobre la materialización de las diferentes combinaciones o acontecimientos claves para el futuro de la cadena. La descomposición de la cadena por las dimensiones críticas necesitó de una reflexión profunda realizada a partir de los diagnósticos prospectivos por cadena. Estás dimensiones brindaron una visión integral/holística de la totalidad de la cadena estudiada. 70

La identificación de las Fuerzas Impulsoras (FI) se hizo retomando la información y el conocimiento generado. De esta manera las oportunidades y limitaciones de la cadena fueron agrupadas de acuerdo con las relaciones existentes entre ellas, posteriormente se relacionó cada una de las agrupaciones con los aspectos relevantes y se formuló una estructura que caracterizó de forma general cada conjunto; adicionalmente se construyó la definición y se describió la trayectoria y el estado actual de cada FI. Una vez identificadas las FI, se hizo necesario establecer cuáles de ellas afectaban de forma relevante a la cadena, para esto se evaluó con algunos expertos y los miembros del Consejo Asesor del Proyecto el impacto actual y futuro de las fuerzas; de este modo se logró priorizarlas. Una vez priorizadas, el equipo técnico evaluó la previsibilidad futura de cada fuerza, entendida ésta, como la posibilidad de conocer con cierto grado de certeza su evolución futura. A partir de ello se clasificaron las FI en Incertidumbres Críticas (IC) aquellas fuerzas con poco grado de previsibilidad e Invariantes Estratégicas (IE) aquellas que presentan un comportamiento contrario, es decir predeterminado. Las IC conforman la base para la construcción de los escenarios, ya que son estas fuerzas las que pueden tomar un comportamiento incierto en el mediano y largo plazo. De esta manera para cada una de estas IC, se definieron los interrogantes estratégicos que hacen referencia a las variaciones del comportamiento futuro. Finalmente, se esbozaron los escenarios a través de una lista de hipótesis que contempló el mantenimiento, o por el contrario, la ruptura de la IC. Estos estados futuros se integraron mediante una matriz de análisis morfológico estableciendo los tres estados futuros posibles para cada IC para el año 2030, evaluando la posible ocurrencia del escenario en un momento dado, dicha relación de ocurrencia puede variar dependiendo del escenario contextual de la Agroindustria Alimentaria Argentina que se tome como referencia. El equipo técnico realizó una evaluación interna de los escenarios para determinar que no

se

encuentren

incongruencias

entre

sus

componentes

o

planteamientos

71

contradictorios entre los mismos. Además, se los bautizó con nombres de alto grado de recordación, para permitir una mejor comprensión de sus características sobresalientes.

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PROYECTO MINCyT-BIRF: ESTUDIOS DEL SECTOR AGROINDUSTRIA Documento-Síntesis y Serie Documentos de Trabajo Documento-Síntesis: Trayectoria y prospectiva de la agroindustria alimentaria argentina: Agenda estratégica de innovación. Roberto Bocchetto; Graciela Ghezan; Javier Vitale; Fernando Porta; Marcelo Grabois y Ciro Tapia. Serie Documentos de Trabajo: 1.

Marco conceptual y metodológico del Proyecto. Roberto Bocchetto, Javier Vitale, Graciela Ghezan y Marcelo Grabois.

2.

Diagnóstico y prospectiva de la agroindustria alimentaria mundial y argentina al 2030. Marcelo Saavedra y Flory Begenisic.

3.

Estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento de alimentos. Norma Pensel (Comp.). − Estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento de alimentos a nivel mundial. Claudia González y Sergio Vaudagna. − Estado del arte y tendencias de la ciencia y tecnología del procesamiento de alimentos en Argentina. Claudia González, Sergio Vaudagna; Ricardo Rodríguez; Martín Irurueta; Mónica Chávez y Roxana Páez. − Tecnologías transversales del procesamiento de alimentos. Calidad Integral. Ricardo Rodríguez, Martín Irurueta y Sergio Vaudagna. Producción más limpia. Sergio Vaudagna y Claudia González. Biotecnología. Claudia González y Ricardo Rodríguez. Nanotecnología. Claudia González y Ricardo Rodríguez. Tecnologías de la información y comunicación (TIC). Martín Irurueta, y Marcelo Bosch.

4.

Incertidumbres críticas de la agroindustria alimentaria argentina en el contexto mundial. Javier Vitale; Ana María Ruiz, Carina Santi; Vanina Giraudo y Fernando 73

Solanes. 5.

Conducta y dinámica innovadora de empresas en las cadenas agroalimentarias. Fernando Porta y Patricia Gutti, con la colaboración en la construcción y análisis de la base de datos de: Héctor Bazque; Romina Amaya Guerrero; Carolina Cerrudo, Noelia Amarillo; Rodrigo Cajide y Fernando Peirano.

6. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena del maíz. Mercedes Goizueta. 7.

Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de carne porcina. Gisela Benes y Juan Erreguerena.

8. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de lácteos bovinos. Andrés Castellano. 9.

Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de olivo. Jésica De Angelis; Cecilia Fernández Bugna y Fernando Porta.

10. Conducta, dinámica y patrones tecnológicos de la cadena de frutas finas. María Laura Viteri y Gisela Benes. 11. Capacidades de I+D del sistema agroalimentario y cadenas de valor. Lucas Luchilo. 12. Marcos regulatorios en la industria de procesamiento de alimentos. − Calidad Integral. Gerardo Gargiulo. − Propiedad Intelectual. Germán Linzer y Ezequiel Paulucci. 13. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de maíz. Marcelo Grabois; Cristina Cámara; Daniel Scachi; Eduardo Matozo; María Victoria Luque; Clara De Hertelendy; Virginia Ferrero; Alejandro Regodesebes; Martín Patiño, y Rolando Gonzalez. 14. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de carne porcina. Marcelo Grabois; Cristina Cámara; Virginia Ferrero; María Victoria Luque; Alejandro Regodesebes y Ricardo Rodríguez. 15. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de lácteos bovinos. Marcelo Grabois; Cristina Cámara; Clara De Hertelendy; María Victoria Luque; 74

Alejandro Regodesebes y Ricardo Cravero. 16. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de olivo. María Victoria Luque, Cristina Cámara; Matías Ruíz; Marcelo Grabois y Facundo Vita. 17. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva de la cadena de frutas finas. Cristina Cámara; Marcelo Grabois; María Victoria Luque; Alejandro Regodesebes y María Elida Pirovani. 18. Vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva en tecnologías de procesamiento de alimentos. Marcelo Grabois (Comp.). −

Estudio de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva: envases activos e inteligentes. Miguel Guagliano; Adriana Sanchez Rico; Marcelo Grabois; Sergio Vaudagna y Cristina Cámara.



Estudio de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva: altas presiones hidrostáticas. Germán Linzer; Ezequiel Paulucci; Marcelo Grabois y Sergio Vaudagna.

19. Visión prospectiva de la cadena de maíz al 2030. Susana Brieva y Ana María Costa. 20. Visión prospectiva de la cadena de carne porcina al 2030. Ana María Costa y Susana Brieva. 21. Visión prospectiva de la cadena de lácteos bovinos al 2030. Mónica Mateos y Ciro Tapia. 22. Visión prospectiva de la cadena de olivo al 2030. Pablo Gómez Riera y Facundo Vita. 23. Visión prospectiva de la cadena de frutas finas al 2030. Pablo Gómez Riera; Iván Bruzone y Daniel Kirschbaum.

75

Godoy Cruz 2320 (C1425FQD) Ciudad Autónoma de Buenos Aires - República Argentina

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