SETENTA Y CINCO AÑOS DE LA SOCIEDAD APICOLA

SETENTA Y CINCO AÑOS DE LA SOCIEDAD APICOLA 22 de Setiembre del 2009 Para saber el por qué de la necesidad de tener una sociedad de apicultores, es ne

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SETENTA Y CINCO AÑOS DE LA SOCIEDAD APICOLA 22 de Setiembre del 2009 Para saber el por qué de la necesidad de tener una sociedad de apicultores, es necesario conocer algo de apicultura. Comencemos por saber que antes de la llegada de la Apis melífera melífera, existían muchos tipos de insectos y entre ellos algunos que se especializaban en producir miel. Antonio Bierzychudek describe en su libro de apicultura argentina el comportamiento y las utilidades que daban las avispas: de ellas “se coge miel de doce especies de avispas”. Estas y muchas otras anécdotas se describen en este manual. En 1834 llega desde Francia Bernardino Rivadavia con la primera colonia de abejas que se instala en el Parque Ferrando en Colonia del Sacramento, donde tenía una propiedad este ex-presidente argentino (según el historiador Álvaro Pintos). Así nace una nueva industria para nuestro país. Enumeraremos los primeros autores de esta actividad que nos ocupa, en un merecido homenaje. En 1858 los piamonteses que venían de Florida a Colonia ya trabajaban las colmenas y junto con ellos, Doroteo García, comerciante de tierras, quien tenía una extensa actividad apícola. En 1866 Esteban Elena desde Colonia Suiza y como ministro de la agropecuaria, viaja a Europa y trae materiales apícolas que luego vende a la granja Alfonso Roth. En 1875 se funda el pueblo de Nuevo Berlín con una colonia de alemanes, entre ellos Thomiez Fulff, abuelo de las hermanas Dieringer, quienes dedicaron su vida al cultivo de las abejas. En 1890 comienza la gran obra individual de Antonio Malaquina, pionero en importar materiales para las abejas, en trabajos técnicos, en presentación y organización de eventos y en incorporar reinas italianas. Por la importancia de la actividad que él realizó, el día de su cumpleaños, 14 de junio, es considerado día del apicultor en el Uruguay. En 1892, Sixto Pereda y Alonso desde Nueva Palmira, desarrolla intensamente esta actividad. Según los anuarios que se encuentran en la biblioteca de la Asociación Rural, hay muchos pioneros y entre ellos se destacan Pablo Listre, Larrañaga, Aguilar, Buschental y Ordoñana. Desde Minas se describe el pedido de ayuda de Juan Sampere a la ARU por la demanda que le hacen sus vecinos por 100 colmenas que tiene ubicadas en plena ciudad y la defensa que hace Antonio Caravia. (Anuarios de la ARU 1873/74) El Dr. José Luis de la Peña y Luis de la Torre hablan del cambio de reinas en el anuario de 1876.

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Una descripción y procesamiento de varios vinos y bebidas refrescantes con miel se hace en el anuario de la ARU de 1880. Froilán Machado desde Minas habla de sus colegas apicultores en el anuario de ARU de 1875. Muchos son los departamentos que en forma individual trabajan en apicultura, destacándose Maldonado, Lavalleja, Colonia y Paysandú (o por lo menos son de los que tenemos mayor información). La creación de grupos de apicultores en distintos lugares del país, el aumento de la producción y del número de productores favorecen y estimulan la formación de una entidad apícola. Uruguay fue importador de miel desde 1920 hasta 1929, año en que el BROU hace una experiencia de exportar, la cual no tiene continuidad. Después de ésto se junta la miel por parte de los productores, la cual es mal vendida, pagada a largos plazos y a los precios que decidían los industriales. Se comercializa la miel entonces en forma clandestina a la Argentina y a Brasil. Los productores existentes aumentan el número de colmenas y la producción por colmena. La abundancia de enjambres naturales y el comienzo de la cría de reinas hacen crecer el sector rápidamente. Empieza la producción de cajones con marcos móviles, equipos de extracción de miel y también aparecen aquellos que adulteran la miel y la venden a los comercios. En 1928 se había creado la Sociedad de Apicultores Uruguayos que organiza la primer expo-apícola nacional junto con la Asociación Rural del Uruguay. Esta última organizó eventos en reiteradas oportunidades y en todos ellos incluyó al sector apícola, otorgándole medallas y certificados por los aportes que los productores independientes realizaban en ese momento (miel en panales, distintos envases y sobre todo color y humedad de la miel). El 22 de setiembre de 1934 se reúne en Montevideo un grupo de productores e inician una asociación conjunta con entidad propia, formándose la Asociación de Apicultores del Uruguay, hoy Sociedad Apícola Uruguaya. Queda integrada esta Asociación Apícola y se destaca en esta primer acta: a) una cuota para trabajar y b) aceptar como socios fundadores a todos aquellos que iniciaron la institución. Todo esto sucedía en la Casa de Italia “Sociedad Italiana”, en la calle 18 de Julio 1360, Montevideo. Durante dos años queda constituída esta Asociación liderada por el Dr. Ielpo, quien también fuera el impulsor del departamento apícola del Laboratorio de Ciencias Veterinarias. Fueron muchas las iniciativas llevadas adelante por este grupo de productores; se destaca la promoción de la producción y la estimulación a aumentar el número de personas en esta actividad. A pesar de esto, personas del gobierno de ese momento estudiaban nuevamente la importación de miel para satisfacer la demanda interna, que según ellos no era abastecida.

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El primer presidente de esta Asociación, el Dr. Vet. José Ielpo, fue líder e impulsor de esta actividad que hoy nos ocupa. Fue nombrado en varias oportunidades para presidir la Comisión Asesora al Ministerio de Ganadería; también se destacó su labor como docente en el INIA y el Rubino. Sus referencias se encuentran en el libro “La Historia de la Apicultura en el Uruguay”. El 11 de junio de 1936 se realiza la 43ª reunión de la Asociación de Apicultores del Uruguay y en esa instancia se deja constancia, entre otras cosas, de las actividades cumplidas por la comisión en los festejos del día de la miel. También continuarían en sesión permanente hasta el sábado 13, día que se realizó la asamblea anual. En el acta Nº 44 del 22 de junio de 1936, se da cuenta del escrutinio realizado el sábado anterior: 13 votos obtuvo la lista ganadora con el lema “Por el engrandecimiento de la apicultura”, sub-lema “Por la unidad apícola” y 8 votos el sub-lema “Por el engrandecimiento de la Asociación de Apicultores del Uruguay”. La comisión quedó integrada por las siguientes personas: Presidente Sr. Uruguay Mones y Vice-Presidente Sr. Francisco Rodríguez Ycart. También integran Juan Pouso, Rossi, Luis Pereyra y otros. En el acta Nº 45 del 2 de julio de 1936 se reúne el Consejo Directivo bajo la dirección del Sr. Francisco Rodríguez Ycart por la muerte en esos días del Sr. Uruguay Mones. En la misma acta se lee una carta del Dr. Ielpo en la cual renuncia a su cargo en la Comisión Directiva. También se recibe una nota de la Liga de apicultores para fusionarse con ellos, la cual es considerada pero no resuelta, postergándose su unión. Algunos datos de Francisco Rodríguez Ycart: su padre era uruguayo y se enroló en la marina argentina y él nace en Pergamino, República Argentina. Fueron 8 hermanos y al fallecer su madre, a los 7 años, viene al Uruguay junto con un hermano a vivir con su tía. De familia muy pobre, su tía es costurera y no los puede atender como es debido, por lo que tiene que salir a trabajar. Su primer trabajo es de lector de un hombre ciego, llamado Alfredo Rodó, quien vivía con dos hermanas y a su vez tenía otro hermano que era José Enrique Rodó. Durante diez años está en este oficio y a los 17 años, esta familia lo recomienda al Laboratorio Bayer, donde comienza sus actividades. Es enviado a Buenos Aires para prepararse y cuando regresa ocupa puestos de importancia, Luego pasa al Laboratorio Greco y en 1945 funda un laboratorio que fracasa. En 1950 don Francisco Rodríguez Ycart junto con Luis Alberto Bravo y el biólogo Kopp fundan el Laboratorio Lio Fil. Esta institución tiene gran éxito por haber creado un producto que prolongaba la acción de los antibióticos. En 1996 se vende Lio Fil.. Su dedicación y entrega a la Asociación apícola fue total y en forma desinteresada; comienza promoviendo la producción y el consumo de la miel; se interesa muchísimo por la vida de las abejas y por esta causa conoce a Simón Serebrenick que en ese momento estaba a cargo de una quinta de frutales. Era de origen ruso y venía con un vasto conocimiento de la apicultura y también de los idiomas francés, inglés, ruso y español. Entre ambos emprenden un ambicioso y poderoso proyecto de desarrollo de la apicultura. Uno aportó su capacidad técnica en la materia y el otro aportó su infraestructura y llevaron adelante por largo tiempo, un elogioso trabajo de la Asociación Apícola. La escuela de apicultura de la SAU lleva el nombre de Simón Serebrenick, en honor a la dedicación, amor y entusiasmo que puso ese hombre desde el principio en esta actividad. Fue líder en la comunicación, en la extensión apícola y también debe ser destacado como uno de los pioneros en crianza de reinas en nuestro medio. Fue uno de los que introdujo reinas italianas y en su criadero se dedicó a esa raza.

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En este homenaje solo resaltaré las obras mas importantes de don Francisco Rodríguez Ycart, un luchador incansable en favor del sector apícola. Mantenerse en comunicación con el interior del país a través de cartas y sus artículos en la prensa fueron sus medios para conservar al sector siempre vivo. En esos momentos los problemas de la apicultura eran diferentes a los de hoy en día y eran más importantes y decisivo. Se tuvo que padecer malvendiendo la producción lo cual fue el problema más grave de esa época. Se hicieron toda clase de estrategias para vender la miel; hasta vendérsela al estado para que éste la comercializara por medio de Subsistencias; se vendió miel a precios irrisorios a la Argentina y a Brasil. Se comercializó en el mercado interno con pagos diferidos que llegaron en oportunidades a cobrarse un año mas tarde. Con tenacidad y constancia, Rodríguez Ycart acompañó cada uno de esos momentos, luchando por el bien de la entidad. Una y otra vez se hace cargo Rodríguez Ycart de la conducción de la Asociación de Apicultores uruguayos. A partir de mayo de 1957 la Asociación de Apicultores cambia su denominación y comienza a llamarse Sociedad Apícola del Uruguay, de acuerdo a planteos de la Sociedad Rural del Uruguay, donde se integra como filial. La Sociedad Apícola cumple su mayor logro cuando el Sr. Jorge Rodríguez Baldrich, hijo de don Rodríguez Ycart, hace su primera exportación a Alemania en el año 1963. A partir de esa fecha cambia la forma de encarar la apicultura. ¡Comienza una nueva era! Todos aquellos inconvenientes que muchas veces declaraba Malaquina con 300 colmenas y otros, que no sabían a quien vender la miel y si lo hacían cuando la cobrarían, se transforman en otros problemas: los envases, fletes e insumos. El propio Rodríguez Baldrich que tenía 1.000 colmenas, comenzó una exportación con envases de segundo uso. Estos cambios profundos y radicales para el sector fueron en beneficio de la apicultura en general. Según relatos del Sr. Federico Weicht de Quesería Helvética y del Sr. Lhéritier de URIMPEX, que en otro momentos desarrollaré; los inconvenientes pasados al comprar miel del interior del país, cristalizada y sucia, en tanques de diferentes tamaños, y filtrarlas y pasarlas a tanques que venían de la Argentina en admisión temporaria, fueron toda una aventura. Según Ariel Simoncelli, productor y luego exportador de miel, radicado en Mercedes, la miel para la exportación la calentaba en las taipas de hacer el queso de la cooperativa local y luego la filtraba y envasaba (aunque no es este el lugar, pero quiero puntualizar que las exportaciones se inician con Ariel Simoncelli y la Cooperativa CALAS en el año 1962 al puerto de Macao y luego en 1963 lo hace Rodríguez Baldrich. Así lo reconocieron ambos en entrevistas realizadas aunque la primera exportación no figura en los registro del BROU ni del Banco Central). Todo lo que significa exportar la miel y tener un mercado seguro y constante, ha sido hasta la fecha lo mas atrayente de nuestra producción. Hubieron otros logros en las distintas presidencias de Ycart. La revista El Apicultor Americano fue obra suya. Siendo el redactor responsable y editor de la misma, cedía un espacio a la Sociedad Apícola para exponer sus actividades y hacer sus aportes técnicos y gremiales.

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Fue por mucho tiempo la única publicación que existió en el país. Tuvo un primer ejemplar en 1949 y a principios de 1954 y hasta fines de 1958 se mantiene dicha revista. Además de transmitir temas de interés, la revista unió todo el interior con la capital, cosa que en ese momento no era fácil. Fue un trabajo muy arduo, en el cual se destacaron entre los materiales que yo reuní, los grupos de Maldonado, Lavalleja y Paysandú. Llevó adelante como vicepresidente el primer Congreso Nacional de Apicultura realizado en Paysandú el 26 de agosto de 1953, junto con el Ing. Francisco Mosquera que lo presidió. En él se cuestionó duramente al estado por su nula colaboración con el sector. Los dirigentes cambiaron, vinieron personas con ideas diferentes, mas conservadoras. Así fue que pasó por la dirección de la SAU el Sr. Antonio Grisi y otros más de los que no tengo referencias. El Sr. Artigas Deurado, con más tiempo y dedicación continuó los cursos que dictaba la SAU. Su obra mayor dentro de la Sociedad fue la construcción del salón donde hoy se dictan las clases. Para eso utilizó aportes de la Sociedad, de la Asociación Rural del Uruguay y de ésta también recibió el espacio físico para construirlo y su mano de obra personal y desinteresada. Este galpón es el que recibe hoy a tanta gente y ha sido y seguirá siendo el lugar de los mayores eventos de la institución. Retoma nuevamente Rodríguez Ycart la conducción de la SAU y con ella retoma el boletín informativo que con el tiempo se transforma en una revista: “Actualidad Apícola”. La apicultura comienza sus grandes cambios y él acompaña uniéndose con idóneos y profesionales de nuevas generaciones de apicultores que él había formado, quienes impulsan a la SAU a su máximo desarrollo. Don F. Rodríguez Ycart fallece el 7 de abril de 1989. En el principio de esos cambios empieza a actuar como bibliotecario el Dr. Walter Fierro quien con el tiempo y su dedicación llega a ejercer la presidencia. Debemos marcar una diferencia entre la época pasada, donde se luchaba por las oportunidades para colocar la producción, y la época a que nos referiremos, con mercados seguros, constantes y crecientes. En este nuevo periodo se multiplican las instituciones que promueven la apicultura, entre ellas el Movimiento de la Juventud Agraria, el Centro de Estudios Apícolas, el Instituto Nacional de Colonización, el Plan Norione. Las líneas de crédito del BROU se ampliaron. Las organizaciones no gubernamentales (ONG), utilizaron la apicultura para promover fuentes de ingresos y generar mano de obra en todo el territorio nacional. Las características de la producción apícola ofrecían oportunidades a la gente para mejorar su calidad de vida, trabajando en ella con poca inversión en sus inicios. Fue así que se multiplicaron las cooperativas apícolas y las entidades dedicadas al rubro específicamente y por supuesto el número de productores. El PREDEG, FIDA, PENTA, la Corporación Nacional para el desarrollo y otros organismos públicos interfirieron promocionando el desarrollo del sector.

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Este crecimiento vertiginoso fue integrado por la SAU y a su vez fue gestora de todos estos adelantos que hasta hace poco tiempo tuvimos. Solamente puedo en esta recopilación enumerar los hechos más significativos que marcaron la vida de la Sociedad Apícola del Uruguay. A partir de 1989 se hace cargo de la presidencia de la institución el Dr. W. Fierro impulsando áreas culturales, la integración latinoamericana, integrando a los productores del interior del país en regionales de la SAU y un laboratorio de análisis de miel. También resalta en un editorial que el proyecto de ley es rechazado por los apicultores en asamblea de la SAU. (Se sospechaba desde sus inicios que crearía impuestos). Otra de las cosas que rechaza enérgicamente es la miel adulterada. Impulsa también la producción orgánica de miel. Dentro de su periodo de actuación hubieron también factores perjudiciales para el desarrollo del sector como zafras con exceso de lluvia o con sequía. La varroa, hallada por primera vez en el Uruguay en 1979 por el Dr. Vet. Pedro Zunino, fue por momentos responsable de los bajos rendimientos de muchos apiarios del país. Últimamente los síndromes de desaparición o despoblación masivo de las colmenas han sido factores negativos en el desarrollo del sector y no imputables a grupo alguno de apicultores. A partir del año 1998 la Comunidad Económica Europea empieza a exigir plantas de extracción de miel acordes para la manipulación de los alimentos que iban a adquirir. Esto junto con el decreto del 5 de febrero de 1997 que creó el Registro Nacional de Propiedad de Colmenas, fue apoyado y divulgado por la SAU en todas sus formas. Para mayo de 1999 el presidente de la SAU era el Sr. Gabriel Rodríguez. En ese periodo se aprueba la ley Nº 17.115 de desarrollo apícola. En el año 2001 W. Fierro había regresado a la presidencia. Muchas cosas se han hecho en estos últimos tiempos y son por todos conocidas. El año pasado cambió nuevamente la directiva y hoy está en la presidencia el Dr. Ruben Riera. Productor de miel y actor de múltiples eventos apícolas , también defensor del gremialismo apicola. En estos últimos años la apicultura ha venido decayendo en forma vertiginosa. Esto lo advertimos en los kilos de miel exportados, y en las declaraciones juradas hecha al DIGEGRA. Cuando comencé con la apicultura, aprendí en San Javier a sacar miel con extractores de ocho cuadros manuales y un tanque con colador; con esas mieles se comenzaron las exportaciones. Hoy tenemos registros de colmenas, Ley de apicultura; Comisión Asesora; plantas de extracción habilitadas por profesionales; mas impuesto y nos comunicamos por E-mail. También tenemos menos productores y grupos de productores; menos organismos que apoyen al sector; menos exportadores y menos alumnos en las escuelas de apicultura. Pero lo mas grave de todo es que tenemos menos abejas y si estas no se terminan por causas naturales las terminamos fumigando. Será necesario revertir en forma urgente esta situación por quienes tienen el poderes de decisión.

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Felicito al Sr. Presidente de la Sociedad Apícola Uruguaya Dr. Rubén Riera por mantener esta institución en la búsqueda de alternativas positivas para el bienestar de las abejas y por ende del productor en el día que se cumplen sus 75 años de fundación ( como ha dado pruebas de ello), y por su intermedio, saludo a todos los dirigentes de esta y anteriores directiva y en forma muy especial a todos los productores.. También deseo el mayor de los éxitos en las gestiones emprendidas para mantener nuestras abejas sanas y salvas. Saluda a Ud. cordialmente. Pto. Agr. Juan José Cordara.

P.D, - Pido disculpas he olvidado de destacar a alguien, por su actividad, en el sector; es muy breve el plazo en que hago esta recopilación.

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- Aprovecho la oportunidad para poner en conocimiento de todos los apicultores que en la biblioteca de la Asociación Rural del Uruguay he encontrado, gracias a la amabilidad de la bibliotecaria Isabel Ma. Triay de un Manual de Apicultura manuscrito. Se trata de la segunda edición del manual escrito por Antonio Caravia y - entregado a la A.R.U. el 20 de enero de 1873. - Este manual que se conserva en un sobre y sus hojas están atadas por un hilo tuve la suerte, el orgullo y el placer de abrirlo a los 136 años de haber sido escrito por el primer hombre que redacto un libro de apicultura en el Uruguay Sr. Antonio Caravia.

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