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Sientiendo El Favor De Dios Enfoque en la vida Todos podemos sentir el favor de Dios. Usted puede sentir la presencia de Dios en su vida a través del arrepentimiento, del bautismo en agua en el nombre de Jesús y con la llenura del Espíritu Santo—que es Dios morando en usted. “Que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros" (Hechos 17:27). “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).

Una mirada a la Palabra Una niña de cuatro años estaba asustada por una tremenda tormenta. Después del fuerte sonido de un trueno, ella saltó de la cama, corrió hacia la alcoba de sus padres, y se escondió entre ellos. El padre intentó calmarla diciéndole que Dios cuidaba de ella. Ella contestó, “¡yo sé eso Papá, pero ahora mismo necesito a alguien de carne y hueso!” ¿Se ha sentido usted alguna vez así sobre Dios? Si sólo yo pudiera sentirlo. ¿Cómo sé con toda seguridad que mi vida tiene la aprobación de Dios? Estos sentimientos son universales porque la necesidad humana más grande es sentirnos aceptados. Vamos a lo largo de toda la vida persiguiendo de una manera tangible como suplir esta necesidad. Entramos en relaciones en las que somos aceptamos, valorados, y queridos; pero nosotros raramente lo experimentamos de una “manera real.”

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Hemos creído la mentira que dice que nuestro valor es determinado por la calidad y nivel de nuestro desempeño. ¿Cómo podemos acabar con esta búsqueda inútil y experimentar el amor real e incondicional? La respuesta está en el injustificado, inmerecido y gratuito favor de Dios. ¡Dios la invita a sentir Su favor—favor en “¡carne y hueso!” María, la madre de Jesús, es indiscutiblemente la más conocida de todas las mujeres de la Biblia. Su nombre es reconocido alrededor del mundo, y la importancia de su papel en la historia es reconocido ampliamente. Ella fue la primera en oír que Dios estaba a punto de irrumpir en la historia con el nacimiento del Mesías, y María fue la primera en oír Su nombre, Jesús. ¡El nombre Jesús es explicado en Mateo 1:21: “Porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” Jesús vino a ofrecerle el último favor de Dios a la humanidad—¡la salvación! Repasemos rápidamente la historia como es relatada en Lucas 1:26-56. María, una mujer joven sin gran posición social o riqueza, se comprometió en matrimonio con un carpintero llamado José. Un día cuando ella estaba en sus quehaceres diarios, un ángel se le apareció y le dijo, “¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.” El ángel le dijo que ella había sido escogida para concebir a Jesucristo, el Salvador del mundo. La humanidad recibiría un regalo extraordinario a través de ella. La respuesta de María fue: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.” Ella no dijo, “Permítame pensar sobre esto,” o “yo le dejo saber después,” o “yo estaré sumamente ocupada de los próximos nueve meses, intente de nuevo en otro momento.” María simplemente le dijo sí a Dios y a Su plan para su vida. La salvación se hizo disponible para toda la humanidad debido a su confianza y obediencia. Ella aceptó el toque de Dios en su vida. La última vez que se menciona a María en la Biblia es cuando está con otros creyentes orando en Jerusalén después de la resurrección de Jesús, esperando la venida del Espíritu Santo (Hechos 1:14). Miremos por qué María “halló el favor de Dios,” cómo ella sentía el favor de Dios, y el resultado del favor de Dios en su vida. La preparación de María Durante el tiempo de preparación de María, antes de que sintiera el favor de Dios, podemos ver varias cualidades en su vida. •

Humildad. Probablemente en sus años de adolescente, la edad del compromiso en el primer siglo, María nunca pensó de ella como alguien extraordinario. Sin ninguna duda ella adoraba a Dios y tenía la sublime esperanza, como lo hacía cada mujer judía, que ella podría ser escogida para llevar el Mesías. Pero ella no hubiera usado las palabras tales como “muy

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favorecida” y “bendita entre las mujeres” para describirse ella misma. María se veía simplemente como alguien que amaba a Dios y que era privilegiada de servirle de cualquier manera que ella pudiera. •

Fe. “¿Cómo será esto?” preguntó María (verso 34). Ella habló de curiosidad, no de duda. Podemos asumir que ella sentía turbación de estar embarazada siendo soltera. El ángel respondió, “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” (verso 35). La fe sencilla de María y la prontitud para hacer la voluntad de Dios, trajo la bendición de Dios a su vida (verso 45).

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Obediencia. Las preguntas que María no hizo son significantes. Preguntas tales como: “¿Qué pensará Jose?” “¿Qué pensarán las demás personas de mí?” “¿Qué me irá a suceder?” En tales circunstancias, no nos sorprenderíamos si María hubiera vacilado en ese momento. Y si estas preguntas pasaron por su mente, ella las re-chazó rápidamente. Por el contrario, ella expresó su obediencia: “Hágase conmigo conforme a tu palabra.” Ella puso en riesgo su posición social, su matrimonio, incluso su estilo de vida, por causa de la voluntad de Dios.

Reflexión de la vida ¿Si de repente su vida fuera interrumpida por el anuncio de un ángel, cual cree usted qué sería su reacción? ¿Se emocionaría? ¿Se asustaría? ¿Sería renuente? ¿Un poco de cada uno? ¿Si Dios le dijera hoy que Él tiene un plan especial para su vida, cómo reaccionaría usted? ¿Aceptación? ¿Feli-cidad? ¿Miedo o duda? ¿Siente usted que puede confiar en Él completamente y que Él sólo quiere lo mejo

La Confirmación de María María recibió confirmación del favor de Dios en su vida de diferentes fuentes:

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El Mensajero de Dios. Dios confirmó Su voluntad a través de Su mensajero Gabriel (verso 26). El ángel le dijo: “¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres . . . No temas, porque has ha-llado

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gracia delante de Dios.” Dios ya había extendido Su favor a María antes de que ella se hubiera rendido a Su plan, pero la única prueba hasta ese momento era la palabra del ángel, el mensajero de Dios. •

Confirmación Interna. “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” (verso 35). La palabra “sombra” significa envolver. Lo que iba a suceder en la vida de María era que una fuerza mayor; el poder del Altísimo, el Espíritu Santo, la envolvería alrededor. Cubrir con la sombra nos hace pensar en la protectora presencia de Dios cerniéndose sobre ella. “El Señor es contigo” (verse28).

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Confirmación Externa. Elizabeth que estaba llena del Espíritu Santo, confirmó el favor de Dios en la vida de María. “Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre” (versos 41-42). Ella reconoció a través de la iluminación sobrenatural y entendió que María llevaba en su vientre al Mesías—¡el Salvador del mundo!

La Participación de María Después de la confirmación del favor de Dios en su vida, María se llenó de gozo, y se expresó mediante en uno de los cánticos de alabanza más hermosos que jamás se han registrado (versos 46-55). •

Alabanza. María se regocijó por lo que Dios había hecho en su vida y lo que Él iba a hacer por las próximas generaciones (versos 46-47). Magnificar quiere decir agrandar o amplificar. Cuando María recibió la confirmación del Espíritu Santo en su vida, su respuesta para su vida fue poner la atención en Dios y magnificarlo.

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Testimonio. Debido a la señal interior, una vida recién concebida estaba dentro de ella, María ahora sabía de la santidad, la misericordia, el poder, y la fidelidad de Dios (versos 49-55). El toque del Espíritu Santo la hizo estallar en alabanza perfecta y acción de gracias a Dios.

La Palabra en mi vida ¿Qué bendición necesito más de Dios? ¿Cómo puedo sentir yo el favor de Dios en mi vida? El Espíritu Santo es la aprobación de Dios, aceptación, y bendición en nuestra vida. El Espíritu Santo es la presencia real de Dios la cual nosotros podemos sentir. Cuando nosotros recibimos el Espíritu Santo, llegamos a ser parte de la familia de Dios; pertenecemos, importamos, y somos aceptados. No somos más ningunos marginados o ciudadanos del segunda clase; ahora somos parte de Su familia.

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¡Apliquemos las lecciones que aprendimos de la vida de María para determinar cómo podemos también sentir la presencia de Dios! Mi Preparación ¿Cómo me preparo yo para sentir el favor de Dios? El favor puede interpretarse como la sorprendente gracia. Si queremos sentir la gracia de Dios como María lo hizo, debemos poseer las mismas cualidades—fe, humildad y obediencia. •

Fe—Creer a la Palabra de Dios. El primer paso para sentir el favor de Dios es creer lo que la Biblia enseña. Romanos 3:23 dice, “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” La humanidad perdió el favor de Dios debido al pecado, pero a través de Jesucristo podemos reconectarnos con Dios. Romanos 5:8 dice, “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Hebreos 11:6 nos dice, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios.” La fe es aceptar la Palabra de Dios, confiar en Él, y obedecer Su Palabra.

Reflexión de la vida ¿Qué hizo Jesucristo por mí para que yo pudiera sentir el favor de Dios? ¿Por qué necesito la fe para sentir el favor de Dios? ser bautizados y recibir el Espíritu Santo (Hechos 19:1-6).

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Humildad—Arrepentimiento de mis pecados. El segundo paso para sentir el favor de Dios es el arrepentimiento. Sabemos que hay un paso más allá de simplemente creer. Pablo les dijo a los creyentes que encontró en Efeso, que ellos también necesitaban. Usted se puede preguntar, “¿Cómo podría Dios amarme? Si Dios supiera realmente quien soy yo, Él no querrá darme Su favor.” La buena noticia es que Dios sabe quien es usted y, sin embargo, usted puede sentir Su favor. II de Pedro 3:9 dice que Dios, “no quiere que ninguno perezca, sino que todos

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procedan al arrepentimiento.” El arrepentimiento es la verdadera humildad. Cuando nosotros comprendemos quién es Dios y lo que nosotros somos, entonces pedimos perdón y nos alejamos de nuestra vieja vida hacia una nueva vida en Cristo.

Reflexión de la vida ¿Por qué no el creer en Jesús es suficiente para traer el favor de Dios a mi vida? ¿Qué es arrepentimiento? Dios es el bautismo de agua en el nombre de Jesús. La palabra bautizar quiere decir sumergir, y en el primer siglo, la iglesia cumplió el mandato de Jesús con respecto al bautismo de agua sumergiendo a los creyentes en el nombre de Jesús. La manera apropiada para ser bautizada es en el nombre de Jesús: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).

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Obediencia—Bautismo de agua en el Nombre de Jesús. Después de que usted ha creído y se ha arrepentido, el próximo paso para sentir el favor de Dios.

Reflexión de la vida ¿Por qué necesito ser bautizada por inmersión en el nombre de Jesús para sentir el fav de Dios? (Lea Mateo 3:16; Marcos 16:15-16; Hechos 2:38, 41; Hechos 8:12, 38-39; Hechos 10:47-48; Hechos 19:5.)

¿Cuáles son los tres pasos que necesito dar para prepararme para recibir el favor de Dios en mi vida?

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Mi Confirmación—¿Cuándo sentiré el favor de Dios? Después de que usted se ha arrepentido y ha sido obediente a la Palabra de Dios con respecto al bautismo de agua en el Nombre de Jesús, usted está lista para la confirmación del favor de Dios en su vida—el Espíritu Santo. (Lea Efesios 1:13.) •

El Mensajero de Dios. La Biblia es el mensaje de Dios para la humanidad. Dios nos habla a través de Su Palabra escrita (II de Timoteo 2:15). Dios también se comunica con nosotros a través de la Palabra hablada. Romanos 10:14 declara, “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quién les predique?”

Reflexión de la vida ¿Cómo se comunica Dios conmigo hoy en día?

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La confirmación interna. La Biblia nos dice en Juan 4:24 que Dios es Espíritu y a menudo se refiere a Dios usando los términos Espíritu Santo o Espíritu de Dios. Una persona puede sentir realmente el poder de Dios que mora adentro. El Espíritu Santo le dará el poder para vivir una nueva vida. ¡Es la garantía de su herencia de vida eterna—sintiendo el favor de Dios para siempre! Quizás usted se ha hecho la pregunta similar a la de María, “¿Cómo será esto?” ¿Cómo experimento el poder de Dios en mi vida? En Juan 3:1-8 un hombre llamado Nicodemo quedo desconcertado por la declaración de Jesús: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” A todas las preguntas que Nicodemo propuso, Jesús le dio esta respuesta: “El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” ¡Estos versos de la Escritura nos muestran que naciendo del agua mediante el bautismo y naciendo del Espíritu recibiendo el Espíritu Santo, son necesarios para la salvación—¡este es el último sentir del favor de Dios!

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Reflexión de la vida ¿Qué es el Espíritu Santo? (Lea Efesios 1:13-14; Juan 14:15-20.) ¿Cómo sé que el Espíritu Santo es necesario para la salvación? (Lea Juan 4:24; Juan 3:3-8; Romanos 8:9-11.)

En el Libro de los Hechos, capítulo 2, verso 37, las personas le preguntaron a Pedro y a los apóstoles, “¿Harones hermanos, qué haremos?” Esta pregunta siguió al derramamiento del Espíritu Santo en el Día de Pentecostés (Hechos 2:1-4). La multitud que dio testimonio de este evento le preguntaron al Apóstol Pedro cómo podían ellos experimentar también esa bendición de Dios. Pedro les respondió: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:38-39).

Reflexión de la vida ¿Qué es el Espíritu Santo? (Lea Efesios 1:13-14; Juan 14:15-20.) ¿Cómo sé que el Espíritu Santo es necesario para la salvación? (Lea Juan 4:24; Juan 3:3-8; Romanos 8:9-11.)

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La confirmación externa. Hablando en lenguas según el Espíritu de Dios da que se hable, es la primera señal física del Espíritu Santo en su vida (Hechos 2:4; Hechos 10:45-46; Hechos 19:6). Así como la confirmación que Elizabeth le dio a María concerniente a lo que Dios había hecho en ella, hablar en lenguas es la confirmación para usted y para otros de que usted ha sido lleno con el Espíritu Santo. El favor de Dios en ningún momento fue más claro en la vida de María que en Hechos 1:14. La Biblia nos dice que María, la madre de

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Jesús, estaba en el aposento alto esperando la promesa del Espíritu Santo. El favor de Dios estaba en ella como la madre de Jesús, pero mucho

Reflexión de la vida ¿Cómo sé que el Espíritu Santo es para mí hoy en día? mayor fue el favor que ella recibió por su obediencia al volverse una seguidora de Jesús. ¡María fue llena con el Espíritu Santo!

Mi Participación. ¿Qué sucederá después de que sienta el favor de Dios? •

Adoración. Una respuesta digna al Espíritu Santo en su vida es la alabanza. ¡Entender el amor de Dios hacia usted y sentir Su favor en su vida, produce una espontánea y explosiva alabanza hacia Aquel que ofrece una aceptación incondicional!

Reflexión de la vida Si usted todavía no tiene el favor de Dios, usted se ha perdido del don más grande que jamás ha sido dado—el don del Espíritu Santo. Dios se deleita en usted y desea morar en usted. ¿Cómo sabré que he recibido el Espíritu Santo? (Lea Hechos 2:4; Hechos 10:45-46; Hechos 19:6.)

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Testimonio. Su vida se llenará de alegría la cual inundará a otros. Simplemente como María, sintiendo el favor de Dios involucra llevar a Jesús. Debemos llevarles a Jesús a aquellos que todavía no han experimentado Su aceptación amorosa (Hechos 1:8).

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Reflexión de la vida ¿Después de que he sentido el favor de Dios a través de la llenura del Espíritu Santo, qué requiere Dios de mí? (Lea Hechos 1:8; Hechos 4:33; Romanos 14:16.)

Una oración de la Palabra Señor, ayúdame a buscarte, a sentirte y a encontrarte. Yo sé que no estás lejos de mí (Hechos 17:27). He leído en Tu Palabra que el don de Su Espíritu es para mí (Hechos 2:39). Yo quiero responder a Tu voluntad para mi vida, como María te respondió: “Hágase conmigo conforme a tu palabra.”

Más de la vida . . . para esta semana Memorice este verso: Hechos 2:38-39 Lea este pasaje: Hechos 10 Conteste esta pregunta: ¿Oyó Dios las oraciones de Cornelio? ¿Recibió Cornelio el don del Espíritu Santo? ¿Se bautizó él en el nombre de Jesús? Aplique esto a su vida: Ahora usted sabe que Dios es su Padre amoroso quién oye y contesta sus oraciones. Su Padre Celestial sólo quiere lo mejor para su vida, y Él “no hace acepción de personas” (Hechos 10:34). Continúe buscándolo diariamente. Cuando usted ore, arrepiéntase de cualquier mal de palabra o de hecho; entonces pídale el don de Su Espíritu Santo. Si usted se lo pide, Él se lo dará. (Lea Mateo 7:711.) Cuando usted recibe el don del Espíritu Santo, usted hablará en una lengua desconocida, según el Espíritu de Dios le da que hable. (Lea Hechos 2:4.) Si usted no ha sido bautizada en el nombre de Jesús, tome una decisión para hacerlo en obediencia a la Palabra de Dios. ¿No está emocionada por tener el favor de Dios a través del plan de salvación del Nuevo Testamento? ¿Sabía usted que podemos tener el favor de Dios diariamente en nuestras vidas? Continuemos con la Lección 4 para averiguar cómo lo podemos hacer. “Finding God’s Favor” is a lesson from Book 1 of the Bible Study Series, More To Life Through God’s Word.

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