Sistema Nacional de Protección Civil Centro Nacional de Prevención de Desastres
INFORME SOBRE LAS CONDICIONES DE ESTABILIDAD DE LOS MACIZOS ROCOSOS UBICADOS EN LA COLONIA SAN LORENZO TOTOLINGA, MUNICIPIO DE NAUCALPAN DE JUÁREZ, ESTADO DE MÉXICO
Leobardo Domínguez M. 1 Andrés Ramírez S.2
Dirección de Investigación 1
DI/IEG-RG-08102003
Subdirección de Estructuras y Geotecnia 2 Subdirección de Riesgos Geológicos Octubre 2003
INTRODUCCIÓN En respuesta a la atenta solicitud de la Lic. María del Carmen Segura Rangel, Coordinadora General de Protección Civil de la SEGOB, para llevar a cabo una evaluación técnica sobre los sucesos ocurridos el día 29 de septiembre del presente año en la colonia San Lorenzo Totolinga, Municipio de Naucalpan de Juárez, Estado de México, dos investigadores del CENAPRED en coordinación con el Ing. Mario Gómez Dabdoub, Vocal Ejecutivo de Protección Civil del Municipio de Naucalpan, el Sr. Jorge Fragoso, Coordinador de Geología y Análisis de Riesgos de la Unidad de Protección Civil del mismo Municipio y el Sr. Fernando Trejo, Técnico en Análisis de Riesgos de la misma unidad, asistieron al sitio en cuestión el día 30 de septiembre para realizar un recorrido por la zona del siniestro y sus alrededores, con el fin de detectar posibles zonas de inestabilidad futura y delimitar las zonas de peligro. Durante la visita por la zona, se tuvo oportunidad de intercambiar ideas y opiniones con personal de Protección Civil del Estado de México, sobre el origen del problema y sus efectos en la población. A continuación se presenta un informe de las observaciones realizadas y se describen las recomendaciones derivadas de la visita de inspección. Objetivo El presente documento tiene como finalidad presentar una descripción de las observaciones realizadas durante la visita de inspección, así como establecer las causas que propiciaron la inestabilidad de los macizos rocosos; para ello se presenta una breve descripción geológica de los materiales que predominan en el sitio y se emiten algunas recomendaciones generales sobre el aseguramiento de la zona.
UBICACIÓN DEL SITIO El sitio en estudio se ubica al poniente del Valle de México, en la colonia San Lorenzo Totolinga perteneciente al Municipio de Naucalpan, Estado de México. En la fig. 1 se ha marcado, con un círculo cruzado, el sitio exacto donde ocurrió el desprendimiento de rocas que cobró la vida de dos personas, el pasado 29 de septiembre del presente año. Debido a las condiciones topográficas de la zona los habitantes han tenido que construir sus viviendas en terrenos muy escarpados y en muchas ocasiones en condiciones de alto riesgo. La colonia se asienta al interior de un complejo de barrancas aledañas al Arroyo Totolinga, formadas por peñas o cantiles de roca cuya altura promedio alcanza los 15 m. Se trata de una zona urbana densamente poblada, fig. 2, con diferentes niveles o estratos sociales, en los que se observan construcciones de buena calidad, edificadas a base de muros de mampostería confinada y losas de concreto reforzado.
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Estado de México
San Lorenzo Totolinga Naucalpan
Distrito Federal
Fig. 1 Localización del sitio DI/IEG-RG-08102003
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Fig. 2 Vista panorámica de la ladera opuesta al sitio del siniestro
BREVE DESCRIPCIÓN DE GEOMATERIALES De acuerdo con las observaciones realizadas en el sitio y con base en la descripción geológica de Marsal y Mazari (1969), sobre el tipo de suelos y rocas que predominan en el poniente del Valle de México, se puede afirmar que la colonia San Lorenzo Totolinga se encuentra ubicada dentro de la zona geotécnica denominada como Zona de Lomas. En este caso se pudieron observar tobas arenolimosas y brechas volcánicas muy cementadas (rocas blandas), conocidas localmente como tepetates. Estos materiales pertenecen a la “Formación Tarango”, que se extiende superficialmente por el poniente de la ciudad de México, incluyendo las zonas limítrofes del Estado de México, como Naucalpan. En términos generales se puede decir que estos materiales son muy resistentes y compactos por lo que, en condiciones inalteradas, presentan una gran resistencia a la compresión y una elevada capacidad de carga. Sin embargo, cuando están sometidos a condiciones climáticas extremas o cuando están en contacto con agua, pierden esa capacidad e inician un proceso de alteración o degradación que se manifiesta en forma de fisuras y agrietamientos superficiales; los cuales, posteriormente, propician la infiltración de agua o son ocupados por raíces que afectan las condiciones de estabilidad natural de las rocas.
ANTECEDENTES De acuerdo con información proporcionada por habitantes del lugar y por el personal de protección civil del municipio, en años pasados ya habían ocurrido desprendimientos y caídas de roca, aunque de menores dimensiones y sin graves consecuencias para la población.
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Ello se pudo corroborar al observar los huecos que han quedado en las paredes de rocas aledañas a la zona del siniestro, fig’s. 3 y 4. Cabe mencionar que en algunos casos han sido los mismos habitantes de la localidad quienes han optado por derribar de manera controlada los fragmentos de roca, especialmente aquellos que visiblemente estaban a punto de caerse y por lo tanto representaban un riesgo para sus vidas. No es extraño que cotidianamente existan pequeñas caídas en la zona, favorecidas por la presencia de la población y el crecimiento de la mancha urbana, que en muchas ocasiones originan flujos de aguas residuales hacia los mantos rocosos, o bien, por fugas en los sistemas de agua potable. El crecimiento de plantas y árboles son otras causas que contribuyen a la inestabilidad de los fragmentos de rocas debido al empuje que ejercen sus raíces como una cuña de presión.
Fig. 3 Hueco de más de 2 m de diámetro en las paredes de roca
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Fig. 4 Huecos de antiguos caídos de roca en las zonas aledañas al lugar del siniestro
PROBLEMÁTICA Para fines de este documento se ha considerado conveniente delimitar a la zona en estudio de la colonia San Lorenzo Totolinga, en una franja en forma de “s” alargada delimitada al norte por la configuración que guardan los cantiles y al sur por la Av. Escalera, Fig. 5. No obstante, se aclara que el sitio del derrumbe fue local y se representa en la Fig. 5 con un círculo cruzado. Cabe comentar que en la zona existen otras áreas similares con problemas de inestabilidad, las cuales deberán ser estudiadas para prevenir futuros accidentes.
Ch im alp op oc a
SAN LORENZO TOTOLINGA
lera Esca Av. . Av
Tlatelolco
ia rab Sa co s i nc Fra
4a Cda. de Escalera
Av .Es ca ler a
Chimalpopoca
Av. Escalera
Can al d e Mo cte zum a
la R iver a
Fig. 5 Delimitación de la zona en estudio entre la línea de cantiles y la Av. Escalera
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Respecto al desprendimiento de rocas ocurrido el pasado 29 de septiembre en la cuarta cerrada de la Av. Escalera, éste se debió principalmente al empuje gradual que ejercieron las raíces de árboles y plantas a lo largo de los planos de agrietamiento existentes, fig. 6. Asimismo, el agua de lluvia infiltrada en las grietas fue otro factor que contribuyó a la desestabilización de los grandes fragmentos de roca, ejerciendo un empuje horizontal en dirección hacia las casas ubicadas al pie de las peñas y lubricando la superficie de contacto. Es posible que a este problema también haya contribuido la falta de apoyo en la base de la peña por la ausencia de fragmentos de roca que se hayan desprendido en épocas pasadas, esta situación se pudo observar en otros sitios aledaños a la zona de falla.
Raíces de árboles y plantas
Fig. 6 Hueco dejado por el desprendimiento de rocas. Obsérvense las raíces que abarcaban los 15 m de altura que tienen los peñascos
Durante el recorrido realizado a lo largo de los cantiles que limitan por el norte a la colonia San Lorenzo Totolinga, se pudieron distinguir varios puntos considerados como potencialmente peligrosos, debido al intenso agrietamiento de los macizos rocosos. En la mayoría de los casos dentro de las grietas se encuentran raíces de árboles o plantas que aumentan el fracturamiento y su posibilidad de falla, lo que se puede observar en la fig. 7. En este caso también se puede observar que las rocas separadas por el agrietamiento en la base, ya no proporcionan sustento al resto del macizo rocoso que queda por arriba, fig. 8. Esta situación, como ya se mencionó, es peligrosa por las grandes dimensiones de los cantiles que queda sin sustento.
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Fig. 7 Agrietamiento en la base de los cantiles y detalle de las raíces entre las grietas
Un aspecto que llama la atención en las áreas aledañas al sitio donde ocurrió el desprendimiento de rocas, es la franja o espacio que han dejado los habitantes entre sus casas y los cantiles de roca, que en cierta forma funciona como una franja de seguridad, fig. 9. Sin embargo, como sucedió el pasado 29 de septiembre, dicha franja no fue lo suficientemente grande para evitar daños a la población, ya que en algunos casos el espacio era de tan sólo 2 ó 4 metros. Cabe comentar que hay casos donde no existe ninguna franja de seguridad y las casas han sido construidas prácticamente al pie de las peñas, e inclusive, las paredes verticales de roca forman parte de las construcciones, fig. 10. En este sentido, el tipo de viviendas formarían las zonas de mayor riesgo si los cantiles se encuentran agrietados o mantienen condiciones de inestabilidad local, que propician caídas con dimensiones diferentes.
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Grieta
Bloque en movimiento
Fig. 8 Bloque agrietado que ha dejado sin sustento al resto del macizo ubicado por arriba
~3m
Fig. 9 Espacio o pasillo entre los cantiles y las casas
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Fig. 10 Viviendas ubicadas aledañas o al pie de los cantiles de roca
Una situación que se torna muy desfavorable en la zona es la gran concentración de viviendas, no sólo en la parte baja de los cantiles, si no también en la corona de éstos. En esta zona existen construcciones de hasta seis niveles que se encuentran edificadas prácticamente al borde u hombro de los cantiles, fig. 11, lo que resulta aún más peligroso para los habitantes ubicados al pie, ya que en muchos casos no sólo serían las rocas las que podrían caer, si no también las construcciones ubicadas arriba. Por otra parte, las posibles fugas de drenaje o de la red de agua potable de las viviendas ubicadas en la parte superior, podrían contribuir más a la inestabilidad de las peñas, ello sin tomar en cuenta el peso adicional de las construcciones. Finalmente, se hace mención de la infinidad de casos en los que se observaron fragmentos de roca de diferentes tamaños, que se encuentran en condiciones muy precarias de estabilidad, fig. 12. En la mayoría de los casos son las raíces de árboles y plantas las que han propiciado el agrietamiento en estas formaciones rocosas, las cuales podrían caer en los patios de las casas o inclusive en las azoteas. Esta situación representa un alto riesgo para las familias debido al tamaño de los bloques que podrían caer; por ello, resulta indispensable iniciar una campaña de remoción que permita retirar los bloques sueltos. Estas labores deberán realizarse de manera controlada utilizando solamente equipos manuales que permitan la demolición paulatina de los bloques rocosos.
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Fig. 11 Construcciones ubicadas en la corona de los cantiles de roca
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Fig. 12 Bloques de roca en condiciones precarias de estabilidad
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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES El desprendimiento de rocas ocurrido el pasado 29 de septiembre del 2003, se debió principalmente al empuje gradual que ejercieron las raíces de árboles y plantas entre los planos de agrietamiento de las formaciones rocosas. A esta situación también contribuyó el agua infiltrada entre las grietas, ejerciendo una presión adicional y una lubricación entre los planos de contacto. Por ello, resulta recomendable que se realicen campañas de deforestación en esta zona y evitar el crecimiento futuro de árboles en la parte alta de los cantiles, especialmente en las zonas aledañas a las paredes verticales. Se recomienda mantener un continuo monitoreo y revisión de los sistemas de drenaje, alcantarillado y agua potable para prevenir fugas que faciliten la infiltración de agua hacia los mantos rocosos. La instalación de un sistema de monitoreo que permita detectar el movimiento de las rocas resulta poco recomendable debido a la forma de falla de estos materiales, los cuales son muy frágiles y que sólo requieren de pequeños desplazamientos antes de su falla. La implementación de una franja de seguridad de mayores dimensiones a la que existe en algunos puntos de la zona, resulta muy recomendable para prevenir mayores daños a la población. Deberá tomarse en cuenta que esta franja de seguridad corresponderá a por lo menos una distancia equivalente a la altura de los cantiles. Convendría iniciar una campaña de remoción controlada de los bloques que se encuentran en condiciones precarias de estabilidad o francamente sueltos; para ello, se recomienda que los trabajos se realicen en forma manual con pico y barreta. Para la ejecución de estos trabajos se deberá delimitar una zona de seguridad o de trabajo. Por ningún motivo se deberán utilizar voladuras con explosivos por el riesgo que esto tiene para la población, y por que podrían provocar un mayor agrietamiento de las rocas. La inyección de lechadas de cemento o de resinas epóxicas para estabilizar este tipo de materiales podría ser recomendable siempre y cuando se tenga un control muy preciso de las presiones de inyección, ya que de no ser así, se podrían provocar empujes horizontales entre las grietas y consecuentemente el desprendimiento de fragmentos de roca. La utilización de algún método adicional de estabilización, como el uso de anclas también es recomendable, sólo si se cuenta con personal especializado para la realización de este tipo de obras. Para ello se recomienda la participación y/o contratación de alguna firma especializada en mecánica de rocas o mecánica de suelos.
REFERENCIAS Marsal R. J. y Mazari M. (1969), El Subsuelo de la ciudad de México, Facultad de Ingeniería, UNAM, Dirección General de Publicaciones 2ª edición, México.
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SECRETARÍA DE GOBERNACIÓN Lic. Santiago Creel Miranda Secretario de Gobernación Lic. María del Carmen Segura Rangel Coordinadora General de Protección Civil
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Autores: Leobardo Domínguez M. y Andrés Ramírez S.