SISTEMAS DE RIEGO POR CANALES: TAMAÑO DEL SISTEMA Y ESTRUCTURA DE LA AUTORIDAD 1

SISTEMAS DE RIEGO POR CANALES: TAMAÑO SISTEMA Y ESTRUCTURA DE LA AUTORIDAD 1 DEL Robert C. Hunt RESUMEN Se ha supuesto que todos los sistemas de ri

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SISTEMAS DE RIEGO POR CANALES: TAMAÑO SISTEMA Y ESTRUCTURA DE LA AUTORIDAD 1

DEL

Robert C. Hunt

RESUMEN Se ha supuesto que todos los sistemas de riego deben tener una autoridad constituida y que todos los sistemas de riego grandes deben tener una autoridad centralizada. Se revisa la escasa bibliografía que pone a prueba estas afirmaciones, y se presentan los resultados de un estudio comparativo sistemático. Se definen los conceptos “sistema de riego ”, “tamaño del sistema de riego ”, y “estructura de la autoridad del sistema de riego”. Se construyen las variables que miden estos conceptos, y se muestran las medidas de un muestreo propositivo. Se encontró un puñado de pequeños sistemas de riego sin estructuras de autoridad. Una revisión de los datos muestra que, en sistemas que tienen entre 700 y 458,000 hectáreas, no existe una relación entre tamaño y estructura de la autoridad. Además, un sistema de riego de 458,000 hectáreas es manejado por los agricultores. Conclusiones: 1) existen sistemas de riego sin autoridad constituida y 2) sistemas grandes no requieren de una autoridad central. INTRODUCCIÓN Se supone que los sistemas de riego por canales requieren de una estructura de autoridad si la construcción y funcionamiento van a ser 1

Edición original: 1988 “Size and the structure of authority in canal irrigation systems” Anthropological Research (antes Southwestern Journal of Anthropology) vol. 44, num., pp. 335 -355. Traducción de J. Palerm Viqueira.

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exitosos, y que todos los sistemas de riego grandes requieren de autoridad centralizada. Estas dos creencias no demostradas son superficialmente plausibles y han sido ampliamente usadas por los estudiosos para interpretar datos arqueológicos, históricos y etnográficos. Cuando estas proposiciones se discuten (lo que es raro), la autoridad se considera necesaria para lograr la acción coordinada y controlar la competencia: [E]l control del riego, y quizá también la instalación, hace esencial un poder central fuerte. (Linton, 1939 : 286, sobre los Betsileo de Madagascar) [E]l riego ... impuso la necesidad de una sociedad muy integrada, ya que sólo por un control estricto se puede mantener un sistema elaborado de canales y se puede repartir el agua. (Bushnell, 1957: 56, sobre el formativo tardío en Perú, énfasis añadido) Los más importantes de estos sistemas de riego debieron haber sido construidos y administrados por un cuerpo de oficiales del riego dirigidos por un gobierno centralizado pre- incaico. (Forbes, 1955: 8, sobre Perú, énfasis añadido) Con la publicación del libro de Wittfogel Despotismo Oriental en 1957, los estudiosos empezaron a concentrarse en la relación positiva entre la autoridad central y el tamaño del sistema de riego (a pesar del hecho de que Wittfogel claramente está tratando todos los tipos de obras hidráulicas y no únicamente los sistemas de riego; véase Mitchell, 1973). La actividad hidráulica a gran escala ... efectivamente requiere de muchas de las exigencias técnicas y sociales que Wittfogel indica. Tanto la mo vilización de grandes cantidades de trabajo para la construcción y el mantenimiento de tales obras, como el reparto de agua sobre bases equitativas entre comunidades en competencia, son factores que por igual requieren la presencia de una autoridad superior. (Wheatney, 1971: 298, sobre China, énfasis añadido).

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Aún no hay evidencia de un sistema maya de control del agua tan amplio como para requerir de una administración estatal. (Bronson, 1978: 279, sobre los mayas de las tierras bajas, énfasis añadido) Estas creencias generales están en la forma de dos proposiciones nomotéticas: 1) todos los sistema de riego por canales tienen una autoridad constituida para su administración y 2) todos los grandes sistemas de riego por canales tienen un autoridad administrativa centralizada. Estas proposiciones contienen tres conceptos que se refieren a entidades empíricas: el sistema de riego en si, el tamaño de ese sistema de riego, y la estructura de autoridad que administra ese sistema. En este ensayo pongo estas propuestas a prueba examinando y, espero, reduciendo la incertidumbre asociada con ellas. En tanto una proposición particular se utiliza para interpretar datos o sirve como fundamento para otras proposiciones, entonces la incertidumbre que contiene es tan importa nte como su contenido. Una estrategia central para reducir la incertidumbre que contiene una proposición general es hacer sus conceptos lo menos ambiguos posible. Tal y como han sido utilizados en la bibliografía, los tres conceptos mencionados son menos claros de lo que podrían ser. Ningún autor define precisamente qué se entiende por “un sistema de riego ” o por “tamaño grande”, y pocos han tan siquiera especificado a qué tamaño se están refiriendo. No son más precisos los conceptos de autoridad central, fuerte poder central, gobierno centralizado, o administración estatal. La medidas de estos conceptos también han sido confusas o poco confiables al aplicarse a los datos particulares. Estas dos fuentes de incertidumbre inhiben nuestro juicio de la validez interna de las proposiciones (ver Campbell y Stanley, 1963). Además, la forma más general de las proposiciones ha sido cuestionada por un estudio de caso, desde entonces suplementado por casos adicionales, en el cual Netting (1974-b) propone que un sistema de riego puede existir y persistir sin ninguna autoridad organizada. ESTUDIOS PREVIOS La estrategia central para intentar confirmar una generalización sobre

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un relación estadística es el análisis comparativo sistemático. Hasta ahora la relación entre tamaño y centralización de la autoridad en sistemas de riego ha sido examinada en cuatro estudios comparativos: Millón (1962), Mencher (1966), Kappel (1974), y Earle (1978). Cada uno de estos estudios contiene grandes cantidades de incertidumbre. La muestra de Millon incluye siete casos, cuatro de ellos en aquel momento publicados (los Sonjo, un pequeño cacicazgo [chiefdom] de Tangañica; el sistema de los 12-Go en Japón; Pul Eliya en Ceilán; y el material temprano de Geertz sobre Bali). Los tres casos adicionales se derivaron de fuentes en aquel momento no publicadas (el relato de Fernea sobre los El Shabana en el sur de Irak; el relato de un sistema “tribal” en el Hadramaut; y el propio material de Millon sobre varios pueblos en el valle de San Juan Teotihuacán en México). Millon midió el tamaño y la estructura de autoridad de estos siete sistemas “relativamente pequeños” y concluyó que “no hay una relación clara entre el grado de centralización de la autoridad y el tamaño del sistema de riego o la cantidad de ge nte que depende del sistema. Además, la práctica de la agricultura de riego, no ha, aparentemente, llevado a un crecimiento substancial de la autoridad central” (Millon, 1962: 56). Aunque se restringe a “sistemas relativamente pequeños”, estos resultados cuestionaron la creencia general sobre la relación entre tamaño y autoridad. Las conclusiones de Millon han sido aceptadas por Wolf (1966: 26, n. 8), Price (1971), Lees (1973), y Mitchell (1973). Mencher (1966) comparó dos áreas del sur de la India, centrándose en la nucleación de pueblos, la centralización de los reinos, y la ecología de obras hidráulicas y el transporte por tierra en Kerala y Madras. Encontró que los pueblos muy nucleados, las carreteras más desarrolladas, y los reinos más integrados estaban asociados con las áreas de menor precipitación pluvial y obras de riego más grandes, de esta manera apoyando la creencia general. Kappel (1974) seleccionó diez y siete sociedades del Outline of World Cultures y midió tres variables: 1) tamaño y densidad de población, 2) tamaño de las obras de riego, y 3) grado de centralización de la

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autoridad para la toma de decisiones. Concluyó que según aumenta el tamaño y densidad de población, también aumenta la centralización política y el tamaño de los sistemas de riego. Earle (1978) comparó sus datos de Hawai con otros cuatro pequeños sistemas de riego que abastecen a un solo pueblo (Pul Eliya, Ifugao, Moala, y los Sonjo). Concluyó que los roles gerenciales parecen estar más relacionados con la matriz social que con las demandas del riego. (Earle, 1978: 135). Los resultados de estos estudios son equívocos en el caso de Millon y Kappel y débiles en el caso de Mencher y Earle. La muestra de Earle no exhibe ninguna variación en la estructura de la autoridad y muy poca en el tamaño. Como consecuencia, poco se puede aprender de la relación entre los dos conceptos. Mencher, en efecto, hace un estudio de variación concomitante en una región de la India. Como Clignet (1970) y Przeworski y Teune (1970) han mostrado, este diseño de investigación no permite la identificación de todas, o aun las principales fuentes de variación en la variable dependiente. Los estudios comparativos de Millon y Kappel tienen una validez interna débil. Millon define su variable de tamaño como acres regados y como población. Cuando de hecho usa acres regados, sin embargo, en algunas casos está midiendo otros fenómenos: el tamaño de un pequeño reino en Bali y el área bajo el control político de una tribu en Irak. Esta práctica introduce una incertidumbre masiva en la relación resultante entre las dos variables. Los resultados de Millon han sido cuestionados por Bennett (1974), que llamó la atención a lo pequeño de la muestra y el rango limitado de tamaños de los sistemas de riego analizados, y por R. Hunt y E. Hunt (1976) que levantaron dudas sobre sus medidas. Kappel (1974 : 162) llama a la variable tamaño “extensión del riego ” y lo define como millas de canal, acres regados, o el tamaño relativo del sistema según reportado por los etnógrafos. Sin embar go, sus resultados se expresan en unidades de casas, pueblos, distritos y de gobierno, haciendo entonces difícil la comparación con los datos

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originales. Además, su variable de autoridad se refiere a toda la sociedad, y no al sistema de riego per se. Finalmente, si aceptamos su medida de tamaño la conclusión de Kappel en el texto no concuerda con los datos presentados en el Cuadro 13.2, “Relaciones de tamaño de riego y tamaño de población” (Kappel, 1974: 164). En conclusión, han sido identificados problemas serios con los conceptos y sus medidas tan y como han sido usados en los estudios comparativos, y por lo tanto la validez interna de estos estudios está comprometida. Además, como las muestras usadas no tienen una relación conocida a cualquier universo, la validez externa de estos estudios es también extremadamente baja. Como consecuencia se ha obtenido poco o ningún “conocimiento ” sobre la relación entre tamaño del sistema de riego y estructura de la autoridad. ESTE ESTUDIO Este ensayo presenta algunos de los resultados de una investigación comparativa sistemática sobre la estructura de autoridad de sistemas de riego por canales 1 . Para evaluar la posibilidad de que las proposiciones nomotéticas son correctas, se definieron estrechamente los conceptos de sistema de riego, estructura de autoridad administrativa, y tamaño; se construyeron medidas de estructura de autoridad y tamaño; y estas variables se midieron en una pequeña muestra propositiva. Universo y muestra El universo para este estudio se restringe a sistemas de riego por canales en Estados. Desde la publicación de Despotismo Oriental, de Wittfogel, las discusiones sobre sistemas de riego con autoridad centralizada han, cuando menos, tenido implícito que el Estado está involucrado. Es de importancia crítica que cada caso en la muestra tenga el potencial de estar políticamente centralizado, un criterio que las bandas y probablemente los cacicazgos [chiefdoms] no llenan. Los Estados tienen un centro político (por definición), capas de administración territorial, y organizaciones periféricas (pueblos,

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grupos de parentesco, grupos étnicos, corporaciones), cualquiera de las cuales puede en principio ofrecer la estructura de autoridad para un sistema de riego por canales. En los Estados, entonces, una elecció n, al menos potencial, debe ser realizada sobre cuál nivel de autoridad va a manejar un sistema de canales. Para facilitar el acceso a los datos, el universo para este estudio debe además restringirse a Estados naciones modernos. Aunque el mundo actualmente contiene más de 100 mil sistemas de riego por canales2 pocos han sido descritos. La mayoría de los estudios accesibles han aparecido desde 1970 y tratan de condiciones contemporáneas. Datos de investigaciones históricas sobre sistemas de riego serían una adición valiosa a este estudio, pero como tal investigación es muy costosa y tardada, pocos lo han hecho (el estudio de Glick sobre Valencia [1970] es el mejor ejemplo; y los otros poquísimos estudios incluyen a Kelly [1982], Stone [1984], y Ludden [1985]). La unidad de muestra --El sistema de riego Un problema persistente en estudios nomotéticos es encontrar una unidad estable de análisis. En un ensayo reciente Kelly indica que “el sistema de riego” parece funcionar como un concepto analítico clave, pero que usualmente se deja sin definir. Cita una de las pocas definiciones existentes en la bibliografía: “Un sistema de riego es un arreglo por el cual el agua se lleva de una fuente a un área que necesita agua para facilitar la producción de los cultivos deseados” (Kelly, 1983: 881, citando a van der Mere, 1968: 720). La descripción de van der Mere dice cosas que son ciertas sobre los sistemas de riego, pero no permite fijar lo discreto [discreteness] del sistema y por lo tanto no tiene utilidad para decidir donde están las fronteras entre tales sistemas. La ambigüedad y multitud de definiciones en la unidad de análisis contribuye tal cantidad de incertidumbre a los estudios sobre sistemas de riego que sus resultados están seriamente debilitados. Un ejemplo de ello hace esto claro. En el estudio comparativo de Millon (1962) incluye a los El Shabana, un grupo tribal del sur de Irak estudiado por

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Fernea (subsecuentemente publicado en 1970). Millon mide el tamaño del sistema de riego por la cantidad de hectáreas que ocupa la tribu. Sin embargo, los ingenieros de riego irakies, nombrados y pagados por la nación, tenían una autoridad administrativa del conjunto del sistema, y varias unidades de la tribu recibían agua de los canales nacionales que administraban. El territorio cubierto por el sistema de riego y su burocracia era entonces mucho mayor que el territorio ocupado por la tribu. Esta situación es intolerable en estudios nomotéticos, ya que ninguna comparación entre sistemas es posible si dos o más unidades de análisis son utilizadas. En estudios nomotéticos cada variable debe ser medida en sistemas idénticamente definidos. Debemos entonces tener una forma de identificar un sistema de riego particular. Como cualquier estudio comparativo a gran escala tiene obligadamente que depender de la bibliografía existente, en las fuentes secundarias la unidad de muestra utilizada debe ser identificable. Idealmente, la unidad debe ser definida de tal manera que sea también aplicable a fuentes arqueológicas e históricas. La siguiente definición es un intento de especificar cómo encontrar las fronteras de sistemas de riego particulares: un sistema de riego por canales se compone de 1) una obra de toma o compuerta [a facility (gate, offtake)] que toma agua de un canal natural y la desvía de su curso natural cuesta abajo y, 2) las obras de control subsecuentes (canales, compuertas, campos) que guían el agua que fluye sobre la superficie a las plantas cultivadas hasta que esta agua es absorbida por la tierra o fluye sobre la superficie fuera del alcance de las obras de control3 . La variable de autoridad administrativa Todas las teorías sobre la centralización del control, o carencia de él, conciernen la organización del poder. En el largo plazo quisiéramos tener algunas respuestas a preguntas fundamentales sobre el poder en el contexto del riego: ¿Quiénes tiene poder sobre el agua?, y ¿cómo y por qué tienen ese poder? Los que tienen poder sobre el agua ¿tienen poder sobre otras cosas? Los que tienen otras fuentes de poder ¿tienen

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poder sobre las decisiones sobre el agua? Y, finalmente, ¿hay una direccionalidad entre poder sobre el agua y poder sobre otras cosas? El poder ha sido notoriamente difícil de definir, observar y medir, especialmente a partir de bibliografía secundaria. Los pocos relatos extensos sobre el conflicto en la bibliografía sobre riego parecen claramente reflejar diferencias de poder llevados a decisiones sobre riego (Gallin, 1966; van der Mere, 1971; E. Hunt, 1972). Aunque estos casos tienen una fuerte validez interna, no hay justificación para generalizar a partir de ellos a toda una comunidad, a un sistema en su conjunto, o a un lapso de tiempo substancial (i.e. su validez externa es baja). Como es problemático medir el poder; y hacerlo, a partir de las fuentes existentes, es poco menos que imposible, el énfasis en este ensayo será en la estructura de autoridad para la administración de los sistemas de riego. Un contexto casi universal de poder, especialmente en Estados, es que la autoridad puede ser definida como el derecho legítimo de ejercer poder. La autoridad es raramente irrelevante al poder y por momentos probablemente lo mapea bastante bien. La autoridad se puede medir de forma relativamente fácil (comparada con el poder) tanto en el campo como en la bibliografía secundaria. La expresión “autoridad centralizada” aparece repetidamente en discusiones sobre sistemas de riego por canales, y sin embargo raramente se define o usa consistentemente. En un artículo reciente Kelly (1983) ha iniciado la tarea de segmentar esta área confusa en dimensiones separadas. Nota dos conceptos mayores que han sido involucrados en discusiones previas sobre la centralización de la autoridad: 1) La configuración interna de la autoridad entre roles de un sistema y 2) la relación exter na de estos roles del riego a roles en otros sistemas sociales, especialmente el sistema político del Estado. Kelly (1983: 883) sugiere los términos “centralización/ descentralización” para designar la dimensión de la organización interna, para indicar “el grado en el cual los roles de riego están jerárquicamente configurados y la autoridad de la tarea de riego esté concentrada”. Sugiere “articulación/ autonomía ” para indicar el grado en el cual la organización de riego está vinculada, o es independiente

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del Estado. La separación que hace Kelly del concepto de autoridad centralizada en estas dos dimensiones es potencialmente muy útil. Pero como el termino “centralizado” puede referirse a cualquiera de estas dos dimensiones, sugiero “concentrado/ disperso” para los extremos de la dimensión de la coherencia interna de la autoridad. Un sistema sin autoridad constituida tendrá un máximo de dispersión de la autoridad, en contraposición a concentrada, y podrá ser denominada “acéfala ”. Un sistema con un sistema de autoridad constituida puede denominarse “unificado”. La proposición nomotética que estamos investigando afirma, en efecto, que todos los sistemas de riego por canales son unificados. La definición de autoridad centralizada más prominente en la bibliografía se refiere a la clase de vínculo entre los roles de autoridad en un sistema de riego y las entidades externas, usualmente el Estado 4 . Esta articulación está en el meollo de la teoría de Wittfogel y es el concepto de centralización que Millon maneja en su estudio comparativo. Debemos notar, sin embargo, que todos los sistemas de riego por canales en Estados modernos están articulados de alguna manera con el Estado. Aun las comunidades de regantes más independientes suelen tener alguna tipo de permiso legal para organizarse y son frecuentemente personas jurídicas (R. Hunt, 1987) 5 . Esta dimensión (la dimensión de Kelly “articulado/ autónomo ”) es el centro [focus] de este ensayo. Una manera de plantear la pregunta es si la autoridad sobre las decisiones y actividades al interior del sistema de riego están localizadas al interior o al exterior del sistema de riego. Una estructura administrativa debe contener trabajo que debe realizarse e individuos que realicen el trabajo. En la administración de un sistema de rie go por canales, varias tareas y roles están involucrados. Varias tareas de trabajo universalmente encontradas han sido identificadas en sistemas de riego por canales, incluyendo la construcción del sistema físico, la captura de agua del medio, el reparto del agua una vez capturada, mantenimiento del sistema físico, solución de conflictos, y contabilidad. También se encuentra a veces drenaje y tareas rituales. Si una estructura de autoridad es responsable por estas tareas, entonces los roles administrativos deben existir para

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llevarlos a efecto. Sistemas con autoridad constituida están encabezados por un oficial ejecutivo en jefe 6 [chief executive officer (CEO)], definido como el oficial responsable por el reparto de agua en la obra donde el sistema toma el agua del medio natural. Varios ayudantes subordinados pueden también ser responsables del reparto. Todas o algunas de las otras tareas del sistema de riego pueden ser realizadas por este personal. El oficial ejecutivo en jefe usualmente debe reportarse con una persona o personas que ocupan un rol o conjunto de roles (Ministerio de Riego, Junta de Directores, etc) 7 . Todos los sistemas de riego contienen el rol de agricultor. Para algunas tareas (por ejemplo mantenimiento y construcción), se requieren grandes cantidades de trabajadores. Estos trabajadores pueden ser empleados de tiempo completo del sistema, o pueden ser agricultores cuya responsabilidad es realizar este trabajo, o pueden ser trabajadores empleados temporalmente para realizar la tarea requerida en ese momento. Un rasgo de sistemas de autoridad es la cédula [charter] para tal autoridad. Todos los sistemas administrativos formalmente constituidos para el riego por canales tienen algún tipo de cédula para la autoridad de manejar el sistema. La variable cédula de autoridad tiene tres valores con contenido empírico en sistemas de riego por canales: el gobierno nacional, la comunidad de regantes, y privada 8 . Estos términos se refieren a la fuente de legitimidad para el ejercicio de la autoridad del oficial ejecutivo en jefe sobre la distribución de agua en la compuerta. Con una cédula del gobierno nacional, el centro de la comunidad política (un ministerio o un oficial conectado directamente al jefe de estado) tiene la responsabilidad directa para operar el sistema de riego, designa al oficial ejecutivo en jefe, y formula las reglas para operar el sistema. En tiempos modernos los individuos que ocupan una posición de oficial ejecutivo en jefe en sistemas con una cédula del gobierno nacional, generalmente tienen una educación formal en ingeniería civil o agrícola, les pagan un salario en dinero y, frecuentemente, aparecen en el presupuesto del gobierno central. Tienen un estilo de vida, aspiraciones y frecuentemente residencia urbana. Los estándares

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y sanciones para su desempeño están fijados por el ministerio a cargo de supervisar la irrigación (R. Hunt sin fecha-b). Los sistemas con una cédula de una comunidad de regantes suelen llamarse nativos, tradicionales o basados en la comunidad (Beardsley, 1963; Coward, 1976, 1979; Maass y Anderson, 1978). En estos casos un grupo corporado de derecho-habientes del agua (la comunidad de regantes) elige o designa al oficial ejecutivo en jefe, quien tiene la responsabilidad directa de operación de la compuerta. Este individuo frecuentemente no tiene una educación formal en ingeniería y es generalmente un miembro del grupo corporado y un usuario directo del agua. Puede no recibir ninguna recompensa directa. Lo menos monetarizado que esté el sistema, lo más posible que la recompensa será en la forma de descarga del trabajo de mantenimiento, agua o tierra adicional, o productos en especie. Sólo hasta muy recientemente su recompensa ha sido en la forma de dinero. Tales individuos generalmente son residentes de aldeas o pueblos rurales, tienen un estilo de vida rural, y pocas aspiraciones significativas urbanas. Los estándares y sanciones para ejecutar los deberes del cargo están determinados y llevados a cabo por el grupo corporado. Por lo menos dos de los casos reportados involucran lo que puede llamarse un consorcio de comunidades de regantes: Valencia en España y la Asociación del Agua del Río King en Fresno, California. En ambos casos un cierto número de comunidades de regantes están localizados sobre un río y combinan sus esfuerzos para tratar varios asuntos comunes. Aunque tales consorcios no son estrictamente sistemas de riego como lo definimos más arriba, su cédula de autoridad proviene de los agricultores, y en este sentido son como comunidades de regantes (R. Hunt sin fecha-b). Los sistemas de riego con cédulas privadas son administrados por individuos que en efecto se dan a sí mismos la cédula. Esto comúnmente ocurre cuando un empresario financia la construcción del sistema. La mayoría de los casos que conozco involucran empresas agrícolas relativamente muy capitalizadas en América Latina (especialmente ingenios azucareros) (véase Barkin y King, 1970; Ronfeldt, 1973). Tales empresarios individuales tienen características

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muy variadas; pueden ser comerciantes, caciques (jefes políticos) generados localmente, o capitalistas extranjeros. En casi todos los casos el sistema de riego más bien se ve como perteneciente al empresario, y no a la nación o a un grupo de agricultores (R. Hunt sin fecha-b). Entre estos tipos de cédulas, se exhibe bastante variación en la cantidad de tareas por las que es responsable el ejecutivo en jefe, y que tan abajo del sistema se extiende su responsabilidad. Las comunidades de regantes son las más densamente organizadas desde este punto de vista: el puesto que es responsable de la distribución de agua es también responsable por el mantenimiento, contabilidad, y para las primeras etapas (y en algunas casos casi todas) de solución de conflictos (véase R. Hunt, 1978, sin fecha -b). Estas responsabilidades se extienden hasta el nivel del agricultor. Los sistemas con una cédula del gobierno nacional son mucho más variables. Algunos toman la responsabilidad por todo hasta la compuerta de la parcela (el esquema de Gezira en el Sudán es el mejor ejemplo de esto [Dishoni, 1966; Farbrother, 1973]). Otros sólo toman responsabilidad por la distribución y mantenimiento en el nivel de los canales principales, dejando las demás tareas y la distribución y mantenimiento de niveles menores a otras organizaciones o a ninguna organización (véase R. Hunt sin fecha-a para una discusión in extenso). La pregunta de si un sistema de riego tiene una autoridad constituida, puede ser contestada usando los conceptos discutidos más arriba. Un sistema sin un sistema de autoridad carece de un oficial ejecutivo en jefe. Los sistemas pueden ser unificados (un sistema de autoridad con un ejecutivo en jefe está presente) o acéfalos (ningún sistema de autoridad y ningún oficial ejecutivo en jefe). La cédula de autoridad es la variable que se utiliza en este ensayo para medir la estructura de autoridad administrativa. La cédula es la fuente de autoridad para el oficial ejecutivo en jefe, quien es responsable de llevar a cabo las decisiones de distribución en la obra de toma [head-facility]. La escala de esta variable es nominal. Sus valores tal y como se han aislado son: 1) gobierno nacional, 2)

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comunidad de regantes, y 3) privado. Los sistemas de riego con una cédula de autoridad nacional (o provincial) están políticamente centralizados (es decir, controlados por el Estado). Los sistemas con una cédula de una comunidad de regantes o con una cédula privada claramente no están controlados por el Estado; sin embargo pueden estar articulados con instituciones de fuera. La variable de tamaño Tres distintas medidas del tamaño de un sistema de riego han sido utilizados en la bibliografía. La población contenida en las fronteras de un sistema ha sido utilizado por Millón (1962) y Earle (1970). El largo del canal principal o el largo total de los canales ha sido propuesto por Kappel (1974). Finalmente, la extensión total (área) del sistema también ha sido utilizado por Millón (1962) y Earle (1978). Además, distinciones tales como complejidad tecnológica han sido atractivas para algunos, mientras que la complejidad organizativa ha sido atractiva para otros (véase Netting, 1974-a; Spooner, 1974; Uphoff, 1986). Sin embargo la bibliografía no nos dice nada sobre dónde y cómo va uno a medir estos rasgos. El uso por una población de un sistema de riego por canales, como una medida de tamaño, es un concepto atractivo por varias razones, pero las dificultades en conceptualizar y medir son grandes y no han sido superadas. Un problema primario es decidir a quién se va a contar. Si uno se concentra en los agricultores, entonces hay que decidir si se quiere decir los terratenientes, los productores directos (que no suelen ser los mismos), y/o los trabajadores agrícolas (que pueden ser parcial o totalmente distintos de las categorías anteriores). Un complicación adicional es que dentro de sus fronteras algunos sistemas de riego por canales contienen pueblos grandes (y quizá ciudades), en los que pocos de los residentes están conectados directamente con el agua de los canales de riego (por ejemplo Valencia; Fresno, California). Los extensiones de unidades censales casi nunca están trazados en términos de los rasgos hidrológicos y por lo tanto no distinguen entre regantes y no regantes. El tamaño de la población dentro de las fronteras de un sistema de riego puede

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entonces estar correlacionado con muchos otros factores, tales como tecnología, el precio de la tierra, y fuentes de empleo, más que con el tamaño del sistema de riego. Todas estas dificultades podrían ser resueltas, teniendo el tiempo y los recursos. Por el momento, sin embargo, la población de un sistema de riego no es ni un concepto claro ni uno que pueda ser medido a partir de la bibliografía secundaria. El largo del canal principal y el largo total de los canales del sistema serían medidas muy instructivas, de tenerlas. Cuando menos, una relación entre la extensión del sistema y el largo de los canales nos diría algo sobre la carga probable de mantenimiento 9 . Para mi no está claro que el largo de un sistema de canales va a correlacionarse con una variación en la estructura administrativa, aunque podría ser. Pero los largos de los sistemas de canales sólo muy raramente están reportados en la bibliografía secundaria, y por lo tanto el concepto, no importa cuan interesante, no puede ser convertido en una variable útil. La extensión total ha sido el sentido usual del tamaño de un sistema de riego por canales. Aunque nadie lo ha definido, la mayoría de los autores aparentemente se refieren al área de los campos regados por el sistema, mediados en acres o hectáreas. Una ventaja de este concepto es que muchos autores (o los documentos del gobierno) publican algún dato de la extensión del sistema. La extensión es entonces tanto un medida útil como posible aunque no es única útil imaginable. Las dificultades no obstante existen con los datos publicados de la extensión de un sistema dado. Los responsables del sistema pueden estar motivados a inflar su extensión, particularmente si es un sistema manejado por el gobierno federal. Generalmente un sistema está diseñado para alcanzar un cierto tamaño, y aunque nunca lo alcance, el tamaño designado continua siendo la cifra oficial para ese sistema. En algunos sistemas la cantidad de tierra regada en un año dado es una función de la cantidad de agua almacenada. Esto es cierto del sistema de las 53 hectáreas de Pul Eliya (Leach, 1961) y de un sistema de 100,000 hectáreas en el noroeste de México (Hunt, 1982 notas de trabajo de campo). ¿Cuál es entonces la extensión del sistema --el número mayor de hectáreas que han sido alguna vez regadas en ese

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sistema, el número promedio de hectáreas, el número designado de hectáreas, o el número de hectáreas bajo riego en esta estación? Seleccionar el número promedio como representando el número administrativamente relevante es tentador, y pondría el menor énfasis en el tamaño designado, ya que éste está ocasionalmente demasiado inflado. Para trabajar con la bibliografía secundaria, sin embargo, la pregunta carece de sentido, ya que prácticamente nadie da la fuente del número usado, y mucho menos cómo se define ese número. Para medir el tamaño de un sistema de riego, aún más útil que los anteriores datos, sería la relación entre el número de compuertas de canal y la extensión del sistema en su conjunto. Esto sería significativo, ya que identificaría la cantidad de puntos de decisión en el sistema (cada compuerta debe ser operada; y cuantas más operaciones de compuerta, más decisiones tomadas) y muy bien podría servir como un índice de la densidad administrativa. Sin embargo estos datos raramente se tienen. La definición del tamaño de un sistema de riego debe estar vinculada con la definición del sistema mismo. Si estamos intentando correlacionar dos o más variables, estas variables deben ser medidas con la misma unidad básica de muestreo, en este caso un sistema de riego. El sistema se definió en términos de una obra de toma [headfacility] y las estructuras de control que conducen el agua fuera de su sistema natural de drenaje. La autoridad administrativa se midió por el tipo de cédula de autoridad re sponsable de esa obra [facility]. El tamaño del sistema, a su vez, es la extensión (medida en hectáreas) de los campos que son regados a partir de esa obra de toma [headfacility]. Tiene una escala de relación. Es muy difícil saber cómo relacionar la extensión con el uso casual de términos como “grande”, “extenso”, y “enorme ” que tan frecuentemente se encuentran en la bibliografía. Un trabajo importante para el futuro será el calibrar estos juicios intuitivos sobre el tamaño con la medida consciente de la extensión. RESULTADOS

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Sistemas sin autoridad constituida La vasta mayoría de los sistemas de riego por canales reportados en la bibliografía tienen una estructura de autoridad constituida. México tiene algo así como quince mil sistemas de riego, cada uno de los cuales tiene una autoridad constituida (véase Hunt sin fecha-a). De los sistemas de riego reportados para los Estados Unidos, todos tienen autoridad constituida, y lo mismo ocurre (hasta ahora) para el Japón, India e Indonesia. El número total de sistemas sin autoridad constituida reportado no es más de catorce. Así que hasta ahora la evidencia indica que la vasta mayoría de los sistemas tiene un organización formal de autoridad. Qué tan atrás en el tiempo se puede extender esta situación, no se sabe. Netting (1974-b, comunicación personal, 1983) ha discutido que un pequeño sistema en los Alpes Suizos no tiene ahora, y no ha tenido por cuando menos 800 años, cualquier forma de autoridad constituida para manejarlo. Earle (1978) ha presentado datos del Hawai contemporáneo que pueden ser interpretados en el mismo sentido, y de los Reyes (1980-a, 1980-b) ha presentado breves relatos de diez pequeños sistemas de riego en las Filipinas que carecen de autoridad constituida. Estos sistemas son todos pequeños en tamaño (menos de 20 hectáreas) y en el número de agricultores (menos de 30 agricultores). La relación entre tamaño y tipo de estructura de autoridad El Cuadro núm. 1 muestra la distribución de la variable de tipo de cédula en relación con la variable de ta maño. Son de remarcar el sistema más pequeño con una cédula del gobierno nacional, con 700 hectáreas (en Indonesia), y el consorcio de comunidades de regantes más grande, con 458,000 hectáreas (en los Estados Unidos). Entre estos dos extremos se encuentra tanto una cantidad de cédulas de comunidades de regantes, como una cantidad de cédulas del gobierno nacional. La interpretación de la cédula de autoridad debe ser sencillo. Un sistema con una cédula del gobierno nacional es claramente centralizado (controlado por el Estado), mientras que una cédula de

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una comunidad de regantes quiere decir que el sistema no está centralizado por el Estado. La interpretación de tamaño, sin embargo, es más difícil. Ningún comentarista de la bibliografía hasta ahora ha dicho qué tamaño de sistema sería “grande” o “pequeño ”. Calibrar esta variable con afirmaciones anteriores es, por lo tanto, imposible. Parece seguro que cualquier sistema arriba de 458,000 hectáreas sería considerado grande por cualquiera. Mi sospecha es que la mayoría de los comentaristas también verían un sistema de 10,000 hectáreas como grande. La conclusión principal que podemos extraer del Cuadro núm. 1 es que con un rango amplio de tamaños (700 a 458,000 hectáreas), el tamaño por si mismo no nos dice qué tipo de cédula es necesaria para operar un sistema de riego por canales. Tanto cédulas de comunidad de regantes (control local) como cédulas de gobierno nacional (control externo) pueden y efectivamente operan estos sistemas. En otras palabras, la centralización política (es decir, el control por el Estado) del riego por canales no es necesario entre 700 y 458,000 hectáreas. El tamaño en sí mismo no determina qué forma de control tiene el sistema (en este rango de tamaños). La validez interna de estos resultados es relativamente alta. Las definiciones de un sistema y de las dos variables medidas son bastante claras y fácilmente medibles a partir de la bibliografía secundaria. Si estas medidas son confiables y válidas, el rango de tamaños de sistemas de riego por canales que tienen cédulas de comunidades de regantes o del gobierno nacional sólo puede aumentar 10 . Hay limitaciones en la validez externa de los hallazgos dada la definición del universo usado para el estudio y el diseño del estudio (véase Campbell y Stanley, 1963, R. Hunt, 1979). La estrategia de muestreo fue tal que la relación de esta distribución de la muestra con el universo total de los sistemas de riego se desconoce. La muestra utilizada fue propositiva, y los propósitos eran 1) tener datos que fuesen analizables a partir de la bibliografía secundaria y, 2) maximizar el rango de los valores para cada variable. No es en ningún sentido una muestra aleatoria de nada y por lo tanto no puede ser

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tomada como representativa de la distribución de estas variables en cualquier universo. Ya que la muestra se limitó a Estados nacionales modernos, no se conoce en qué medida los resultados de este estudio puedan ser llevados a otros tipos de Estados, a Estados de otros períodos de tiempo y a sociedades sin Estado. DISCUSIÓN Es ampliamente afirmado que todos los sistemas de riego por canales deben estar unificados, y como hemos visto, esto no es estrictamente cierto. Pero la probabilidad de que cualquier sistema de riego, por arriba de, digamos, 100 hectáreas, sea unificado es muy alta. Si el tamaño de un sistema de riego por canales descrito arqueológica o etnográficamente es mayor que 100 hectáreas, parece bastante seguro que tiene o tuvo un sistema unificado de estructura de autoridad. Para cualquier tamaño por debajo de las 50 hectáreas, esto parece problemático. La existencia de sistemas acéfalos cuestiona la teoría de la organización para el riego, que refiere que los problemas inherentes en compartir el agua y llevar a cabo el trabajo exigen una autoridad constituida. La pregunta que se debe contestar con respecto a estos sistemas acéfalos pequeños, entonces, es cómo enfrentan las tareas que deben ser llevadas a cabo. Debe efectuarse el reparto, el mantenimiento, la contabilidad y la solución de conflicto. Los problemas más difíciles que enfrentan son probablemente el compartir agua en tiempos de escasez y tratar con aquellos que se benefician del agua de riego sin participar en las tareas [free riders]. Si en efecto estos problemas no existen, entonces la pregunta que debe contestarse es porqué están ausentes, cuando mucha experiencia nos lleva a esperar su presencia universal. El trabajo de campo en estos sistemas debería ser una alta prioridad para los antropólogos sociales del riego por canales. Wittfogel ar gumentó que tanto la construcción como la operación de grandes sistemas hidráulicos demandaban lo que en este ensayo se ha llamado una administración políticamente centralizada (es decir,

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controlada por el Estado). El Cuadro núm. 1 indica claramente que sistemas de riego por canales muy grandes pueden ser efectivamente operados por los agricultores. Si grandes sistemas de riego no necesitan o requieren la centralización política, entonces su existencia es el resultado del libre albedrío, y no de una necesid ad general. ¿Cómo podemos, entonces, proceder a tratar de explicar de una manera general, la distribución de sistemas de riego controlados por el Estado y por comunidades de regantes? Una de las primeras tareas es establecer qué se quiere decir por “grande ”. Hasta este momento la discusión ha sido casi sin números. Una de las consecuencias del estudio aquí reportado es el darnos cuenta que definir y establecer el tamaño de un sistema es crítico para la discusión de la relación entre tamaño y organización. Intuitivamente me parece que cualquier cosa mayor que 3,000 - 4,000 hectáreas debe ser llamada grande desde el punto de vista de la operación. En este tamaño y por arriba, es virtualmente seguro que más de una comunidad esté participando en el uso del sistema. Un pueblo puede fácilmente ser la unidad de operación de un sistema de riego, al ya existir relaciones complejas de relaciones y de sistemas de administración. Cuando un sistema se compone de dos o más pueblos, entonces una organización diferente (y probablemente de propósito especial) tiene que existir, y con ella vienen problemas de disciplina en relación con las reglas a seguir y los ingresos (R. Hunt, 1978, 1987). Una línea potencialmente promisoria de indagación es explorar si la clase de Estado tiene un efecto en el tamaño de los sistemas de riego y su tipo de administración. Es tentador decir que los Estados Unidos y Japón por ejemplo, difieren de México y la India. Pero los conceptos que utilizamos para captar estas diferencias son vitalmente importantes y no enteramente claros. Mientras el colonialismo por poderes industriales bien pueda tener que ver con esta situación, claramente no explica el caso de China. La India ha construido varios sistemas de riego controlados por el Estado desde su independencia y México fue políticamente independiente desde 1821, muchos antes de que sus sistemas de riego modernos fueran concebidos (véase

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Kroeber, 1983). El concepto de “clase de Estado ” ha estado con nosotros por largo tiempo y escribimos de Estados agrarios, Imperios, Estados industriales, Estados mercantiles, etc. Pero todavía no veo evidencia que la dimensión o las dimensiones que captan estas diferencias hallan sido claramente formuladas, mucho menos operacionalizadas. Cualquier intento futuro de explicar alguna de la variación en los sistemas de riego con la variable “tipo de Estado nación” debe ser precedida por el trabajo de crear esa variable. Algunos factores pueden favorecer la presencia de sistemas políticamente centralizados (controlados por el Estado). El grado en que un Estado permite organizaciones locales fuertes legítimas puede ser un factor. La comunidad de regantes de cualquier tamaño involucra a más de un puñado de pueblos, impone disciplina sobre sus miembros y tienen el poder de recabar fondos. Algunos Estados pueden ver a tales entidades como competidoras por el poder y así desalentarlas tomando el control del riego en el nivel de Estado. Otros factores pueden incluir el control del Estado sobre la producción agrícola y el conocimiento de la dinámica de la política rural (véase R. Hunt, 1988) Otros factores pueden permitir o inhibir a las comunidades de regantes. Algunos Estados pueden tener tal variedad de fuentes de ingresos y poder que el control sobre los sistemas de riego por canales no es necesario para el mantenimiento del poder del Estado. O el desarrollo agrícola puede haber reducido la incertidumbre en el abasto de comida, a tal grado, que el Estado tiene menor necesidad de manejar la producción agrícola. La presencia de tales factores reduce la importancia del control del Estado sobre los sistemas de riego por canales. La tecnología de las comunicaciones afecta la velocidad con la que mensajes y personas pueden moverse en el sistema de riego. Las operaciones del sistema pueden entonces ser profundamente afectadas por cambios en esta tecnología. Contrariamente, pueden no ser afectadas, por lo menos desde el punto de vista de la organización social del control. El sistema de los 12-Go ha estado en operación,

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como comunidad de regantes, desde por lo menos 1600 después de Cristo (Beardsley, Hall y Ward, 1959), y los sistemas de Valencia han tenido la misma organización desde 1200 después de Cristo (Glick, 1970, Butzer et al, 1985). En ambos lugares la tecnología ha cambiado mucho en este período, como también el ámbito político; sin embargo la comunidad de regantes ha permanecido como la institución de riego dominante en ambos sistemas. No está aún claro para mí si los cambios tecnológicos en las comunicaciones va a efectuar necesaria mente una diferencia substancial en el tipo de cédula necesaria para operar estos sistemas de riego por canales de varios de miles de hectáreas. Algunos de los sistemas en el Cuadro núm. 1 tienen facilidades de almacén de agua y otros no. El efecto del almacén en la organización administrativa en esta muestra no es claro, pero el almacén es un fenómeno muy antiguo (obras de almacén existieron en Ceilán medieval y aún más temprano en el sur de la India [Murphy, 1957; Leach, 1959; Ludden, 1985]). El almacén reduciría la variación en la cantidad de agua disponible y extendería el uso del agua en términos estacionales. Pero el almacén también favorece la expansión del área regada, lo que a su vez extendería la presión de escasez, por lo tanto aumentando la carga administrativa. En estos momentos no es claro si el almacén tiene un efecto visible sobre la estructura de autoridad de un sistema de riego por canales. El concepto de centralización política usado en este ensayo es, claro está, limitado. Requiere un Estado, quizá un Estado “moderno ”. Y no es fácil considerar el aumento [accretion] de independencia de magnates locales en los orillas de Estados en decadencia. Aun en Estados modernos situaciones ambiguas aparecen, donde los administradores de una empresa del Estado tienen lealtades locales muy fuertes. Pero aun con todos estos problemas, me parece que el concepto de centralización política operacionalizada aquí está cerca del concepto de Wittfogel, cerca de las ideas presentadas por muchos autores, y hasta el momento parece funcionar bien al medir casos particulares.

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Los resultados del estudio aquí reportado son fuertemente contraintuitivos. Ningún sistema de riego por canales debiera poder existir sin una autoridad constituida. Sin embargo lo hacen. Y ningún sistema grande de riego por canales debiera poder funcionar administrado únicamente por agricultores. Sin embargo lo hacen y muy exitosamente. Debemos ser cautelosos con la asignación de confidencia de nuestras intuiciones en estos asuntos. CONCLUSIONES Este ensayo ha refinado el concepto de sistema de riego, construido variables para medir la estructura de autoridad administrativa y el tamaño de sistemas de riego, y medido estas variables en una pequeña muestra propositiva. Una meta mayor de este ejercicio era reducir la incertidumbre de las propuestas nomotéticas concernientes a la relación entre tamaño y estructura de autoridad en el riego por canales. Ha sido discutido aquí que 1) sistemas de riego por canales muy pequeños pueden ser operados sin autoridad constituida; 2) que sistemas de riego de tamaño considerable (459,000 hectáreas) pueden ser y son operadas por comunidades de regantes locales; y 3) que sistemas de riego por canales de tamaño pequeño (700 hectáreas) pueden ser y son administradas por gobiernos nacionales. La validez interna de estos resultados es bastante alta. La incertidumbre de estos resultados, cuando se compara con estudios previos, se reduce substancialmente. Su validez externa es más problemática. Estos resultados claramente cue stionan las propuestas estándar sobre la relación entre riego por canales y la estructura de autoridad. NOTAS 1

Varias asociaciones han dado apoyo para varias partes de este estudio. El American Council of Learned Societies me dio un fellowship en 1975-1976; y dos sabáticos de Brandeis han sido particularmente útiles. Agradezco a Arjun Appadurai, Sandra Barnes, y especialmente a Robert Netting su ayuda editorial y substantiva. Irene Winter ha sido, como de costumbre, de gran asistencia.

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Esta cantidad de sistemas es un tanteo informado [an educated guess]. Se sabe actualmente que México tiene unos quince mil sistemas de riego discretos, regando unas 5.0 x 106 hectáreas (DGDUR, 1982). Muchas naciones tienen un gran n úmero de sistemas de riego, incluyendo Japón, Filipinas, Indonesia, India, China, Rusia, España, Francia, Italia, los Estados Unidos, Colombia y Perú. Algunas de estas naciones tienen sistemas grandes, pero todas tienen un gran número de pequeños sistemas. Si cada una de estas naciones tiene alrededor de 2,000 sistemas, lo que parece conservador, entonces una cantidad de unos cien mil sistemas para el mundo en su totalidad parece razonable. La cantidad de hectáreas regadas en el mundo contemporáneo se conoce con considerablemente menos incertidumbre que la cantidad de sistemas de riego (Highsmith, 1965). 3

Hay algunos problemas con esta definición. Algunos sistemas tienen más de una compuerta de toma, como el sistema de los 12-Go en Japón (Beardsley, Hall y Ward, 1959). Se desconoce cómo esta situación afecta la definición. Otro problema potencial es que los sistemas de riego, tal y como se definen aquí, deben estar claramente aislados unos de otros. Sin embargo, en muchas partes del mundo, grandes áreas de tierras regadas son abastecidas por muchos sistemas de riego. La costa irrigada de Valencia, por ejemplo, tiene 120 kilómetros continuos de riego, con muchos sistemas pequeños cubriendo el territorio. Una pregunta de interés es si lo que pasa en las fronteras de estos sistemas modifica la definición de sistema presentada aquí. 4

Uno de los sentidos de autoridad centralizada es si existe o no una estructura administrativa. Esto se conceptualiza mejor como la presencia o ausencia de autoridad constituida. Como se indicó más arriba, otro de los sentidos es que la estructura administrativa interna es densa, o altamente organizada, etc (la dimensión de Kelly de centralización). Esta segunda dimensión no ha sido sistemáticamente estudiada. 5

En el artículo publicado con Eva Hunt en 1976, discutí que San Juan y Pul Eliya tenían sistemas centralizados de riego, ya que las élites locales estaban en control del riego y estaban conectadas estrechamente con el Estado. Actualmente creo que esto es un error. 6

El nombre para este rol principal no es muy bueno, pero no se ha encontrado uno mejor. El nombre que escogí nos da el sentido: 1) que el cargo tiene que ver con la ejecución de tareas, 2) que es el cargo ejecutivo más alto, y 3) que es un cargo. 7

La normatividad [policy] siempre está relacionada con sistemas de riego unificados. El cuerpo que se ocupa de hacer las normas es frecuentemente también la fuente de autoridad del ejecutivo en jefe. Este cuerpo puede o no delegar algunas

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o todas las decisiones a hacerse a algún subgrupo más pequeño. Muchos de los sistemas “nativos” [“indigenous”] más pequeños hacen decisiones basadas en la “tradición”, que es usualmente una decisión de normatividad efectuada en el pasado y a la que se le ha dado un status casi incambiable. Poco se ha publicado sobre los cuerpos que hacen las normas o cómo se hacen las normas. (Una excepción es Valencia, donde se ha dado gran atención a la Corte de Agua [véase Fairen Guillen, 1975]). La mayor parte de la bibliografía trata con cómo se lleva a cabo la normatividad, no cómo se hace la normatividad 8

Otro posible valor para esta variable es la cédula provincial. En la India, por ejemplo, la autoridad administrativa sobre muchos sistemas de riego por canales está investida en el gobierno (llamado Estado) provincial, no en el gobierno nacional. Estos no son el Estado, pero tienen muchas funciones de tipo estatal. Si la pregunta es si los agricultores o una autoridad política externa tienen la cédula del sistema, entonces claramente las provincias (Estados) de la India lo hacen y no los usuarios del sistema. Puede discutirse si los delegados gubernamentales delegan la autoridad a las provincias vía la constitución. Exactamente cómo esta situación deba medirse, aún no lo tengo claro. 9

Sería mejor, está claro, medir la carga de mantenimiento directamente, y un problema mayor con los estudios de riego por canales es que la cantidad de trabajo de mantenimiento requerido y llevado a cabo raramente se indican. 10

Esperaría que el tamaño mínimo para sistemas con una cédula del gobierno nacional decreciese. No esperaría encontrar sistemas substancialmente más grandes con cédula de comunidad de regantes.

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Cuadro Num. 1 Tamaño y cédula nombre y ubicación del sistema San Juan, México

tamaño tipo de cédula (hectáreas)

600 comunidad regantes 1963-1964

Tayuban, Java 700 Zanjera Danum, Filipinas 1,500 Vicente Guerrero (Durango) (Unidad de Riego) México 1,575 12-Go Japón 5,500 Moncada (Valencia) España 7,000 Morelia # 2 (Distrito de Riego num 20) México 8,000 New Cache La Poudre Estados Unidos 15,400 río Angat Filipinas 26,890 río Mayo (Sinaloa) (Distrito de Riego num 38) México 95,973 Fresno Estados Unidos 97,000 Chia-nan Taiwan 150,000 Hindiyah, Canal de la presa Irak 209,000 río King (California) Estados Unidos 458,000 Esquema del Gezira Sudán

fecha observación

gobierno nacional

fuente del tamaño y cédula notas trabajo de campo del autor

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notas trabajo de campo del autor E. Hunt y R. Hunt 1974; E. Hunt y R. Hunt 1976 ibid 19 n 47

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notas trabajo de campo del autor, Banco Mundial

notas trabajo de campo del autor, Banco Mundial

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1983

comunidad regantes 1970’s

comunidad regantes 1982 comunidad regantes 1950-1954 comunidad regantes 1968

gobierno nacional

1982

comunidad regantes 1969 gobierno nacional

gobierno nacional

ibid 22-23

notas campo Banco Maass y Anderson ibid: 1978: 298, cuadro 7.6 Takahashi 1970: 49 ibid:

de trabajo de del autor, Mundial 289, 313 49, 51, 120

1963-1964 DGDUR 1982 num 038: 5

notas trabajo de campo del autor, Banco Mundial

Maass y Anderson 1978: 175 Pasternak 1972: 39

ibid: 175, 179-182 ibid: 27 n. 8, 41

Fernea 1970: 163

ibid: 122-123

Maass y Anderson 1978: 147

ibid: 255-256 notas de trabajo de campo del autor 1987 ibid: 90

1982

comunidad regantes 1969 comunidad regantes 1968-1969 gobierno nacional

1956-1958

comunidad regantes 1969 Dishoni, 1966: 90

730,300 gobierno nacional

1963-196

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