SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS. EL CASO DE AGRICULTURA FAMILIAR Y ELABORACIÓN DE VINO EN LOS VALLES CALCHAQUÍES. ORGANIZACIÓN Y TRANSFORMACIONES

Título: SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS. “EL CASO DE AGRICULTURA FAMILIAR Y  ELABORACIÓN DE VINO EN LOS VALLES CALCHAQUÍES. ORGANIZACIÓN Y  TRANSFORM

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Título:

SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIAS. “EL CASO DE AGRICULTURA FAMILIAR Y  ELABORACIÓN DE VINO EN LOS VALLES CALCHAQUÍES. ORGANIZACIÓN Y  TRANSFORMACIONES” 

Autores: Osvaldo López, Ana Muller y Ernesto Abdo Colaboración de Pablo Usandivaras.

PERTENENCIA INSTITUCIONAL: Subsecretaria de Agricultura Familiar- Delegación Salta. Equipo Valle Calchaquí Sur

Correos electrónicos: "Ana Müller" [email protected] "Osvaldo Dante Lopez" [email protected] “Ernesto Abdo” [email protected]

Salta, Agosto 2012

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“Agricultura Familiar y elaboración de vino en los Valles Calchaquíes. Organización y transformaciones”

Un hombre de las viñas habló, en agonía, al oído de Marcela. Antes de morir, le reveló su secreto: - La uva --le susurró-- está hecha de vino. Marcela Pérez-Silva me lo contó, y yo pensé: Si la uva está hecha de vino, quizá nosotros somos las palabras que cuentan lo que somos. (La uva y el vino de Eduardo Galeano)

Resumen: Buscamos a partir de un trabajo de sistematización recuperar y compartir los conocimientos generados por las organizaciones de pequeños viñateros de los Valles Calchaquíes Salteños. Nos centramos en “La Agricultura Familiar y la elaboración de vino en los Valles Calchaquíes. Organización y transformaciones”. Entendiendo que el objeto de esta sistematización es el proceso de los pequeños productores vitivinícolas de los Valles Calchaquíes, dentro del escenario nacional y en complementariedad con las instituciones del Estado que los acompañan. Las organizaciones con las que se llevo adelante este trabajo son la Cooperativa Vitivinícola de Cafayate y los Valles Calchaquíes y la Asociación Calchaquí de Elaboradores de vino artesanal y casero y se centra en la experiencia de la implementación de una seria de acciones de políticas públicas que dan un fuerte apoyo e impulso hacia una mayor equidad en la vitivinicultura argentina. Esta metodología, como así también el producto final de la sistematización, sus contenidos o resultados reflejarán las principales reflexiones críticas, debates y descubrimientos de los y las participantes del proceso de sistematización que a la vez fueron partícipes de la experiencia sistematizada. La sistematización no se centra en los resultados obtenidos o en el impacto logrado, sino que se centra en el desarrollo de la experiencia, en el proceso mismo, en su dinámica, en sus avances, en sus rupturas, en sus retrocesos1. El Eje de nuestro trabajo es la pregunta de investigación: ¿Cómo inciden el “saber hacer”, el proceso organizativo, y la participación institucional para que los vitivinicultores del Valle Calchaquí puedan intervenir en las políticas para su sector?

Palabras claves: vitivinícola, diferenciación, cooperativismo, participación, organización, articulación, protagonismo, sistematización, elaborador, artesanal.

I. Introducción: Nuestra sistematización nace conversando, revisando las concreciones y proyectando el futuro. Antes de recorrer el camino transitado y las experiencias que aquí compartiremos, este equipo quiere hacer una pequeña reflexión del concepto “desarrollo rural”. No queremos categorizar a las experiencias rurales que se presentan en la sistematización dentro de la denominación desarrollo rural. Si bien las razones son muchas, no quisiéramos cansar desde un inicio a quien nos lee. Nos alcanza sostener que la agricultura familiar se caracteriza por una gran diversidad desde todos los aspectos en que se la mire: la producción, los modos de producir, la diversidad de actores, de personas, de culturas, de historias, de pueblos. A partir de allí, creemos que el concepto desarrollo predefinió mucho tiempo la existencia de “un desarrollo”. Eso significa implícitamente que otras estrategias como las que existen 1

Ana Bieckel. La sistematización participativa para descubrir los sentidos y aprender de nuestras experiencias. Revista la Piragua N° 23, pág. 18. (2006)

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dentro de la Agricultura Familiar, se encuentran fuera de esa categoría por ser diferentes, no son desarrolladas, incluso siendo validas en sus medios por ser eficientes, sustentables y no agresivas con el ambiente y las pautas culturales. Sirven de ejemplo en este mismo sentido, las representaciones de la palabra “subdesarrollo”, palabra que nos acompañó gran parte de nuestra crianza. Subdesarrollados eran países, comunidades, culturas, pueblos hasta incluso continentes enteros, subdesarrollados por no cumplir con “determinadas condiciones”. En la actualidad la Real Academia Española define este concepto como el “atraso de un país o región, que no habría alcanzado determinados niveles socioeconómicos y/o culturales”. En nuestro continente se viven fuertes vientos de cambio, durante los últimos años se sienten profundas transformaciones. Latinoamérica y Argentina están dando lugar a nuevas formas de ver, entender, leer y comunicar el mundo, “nuestro mundo donde caben y existen muchos mundos”. Por todo ello, creemos que es un buen momento para comenzar a prescindir de este concepto (desarrollo), aunque su empleo provenga desde las mejores intenciones. No sabemos por cuál debería ser reemplazado, ni creemos que ello sea necesario para este trabajo. De lo que tenemos certeza es que tanto en nuestros ámbitos, en nuestras labores, como en los caminos de los pueblos, de las organizaciones y de sus modos de vivir, la gente no protagoniza las transformaciones para llegar a un “estadio superior” o a un “mayor desarrollo”; apuesta a conquistar y contar con los mismos derechos de todos los ciudadanos y ciudadanas, valorizándose por aquello que los hace iguales y por aquello que los diferencia del resto de los pueblos que constituyen una nación diversa como la nuestra. Es nuestro deseo que el sentido de esas transformaciones se oriente en un “mejor vivir” o un “buen vivir” (concepto aymara que reemplaza la definición “calidad de vida” directamente vinculada a la categoría desarrollo). Pensar en términos de “buen vivir” es hoy la base fundamental de las nuevas constituciones de Bolivia y Ecuador, y contienen un peculiar sentido en vastos sectores de la agricultura familiar de la región andina de nuestro país. Este concepto ayuda a interpretar nuestro presente desde la diversidad de nuestro continente y nos permite repensar el futuro desde nuevos horizontes transformadores. Es esencial, incluso en este trabajo, creer que acompañamos esos procesos de cambio, de reivindicación y visibilización, apostando a que entre todos podemos construir un mejor vivir para la ruralidad de nuestro país y que para eso caminar juntos es un gran inicio. I.1 Identificación de la experiencia y breve descripción del abordaje metodológico La experiencia que se seleccionó en nuestra provincia para sistematizar fue “La Agricultura Familiar y la elaboración de vino en los Valles Calchaquíes. Organización y transformaciones”. Este territorio conecta cuatro municipios de nuestra provincia y a los productores viñateros de gran parte del Valle Calchaquí. El objeto de esta sistematización es el proceso de los pequeños productores vitivinícolas de los Valles Calchaquíes, dentro del escenario nacional y en complementariedad con las instituciones del Estado que los acompañan. Buscamos a partir de esta herramienta reflexionar sobre el rol de las instituciones y sus técnicos; sobre las intencionalidades y los horizontes que permiten la construcción conjunta y la complementariedad junto a los productores y las productoras, creyendo que es un camino válido el de contribuir a la visibilización y legitimación del sector de la agricultura familiar, con el claro objetivo de lograr condiciones de mayor equidad. En este recorrido nos hacemos eco de las palabras de Oscar Jara2, cuando reconoce que la sistematización de experiencia busca integrar coherentemente las palabras y los actos, productos de las prácticas sociales, generando nuevos conocimientos y capacidad transformadora del contexto y de cada uno de los actores involucrados. La sistematización es un instrumento para conocer mejor la realidad y nuestra ubicación en ella. Esta herramienta es tomada como un proceso de educación popular, que en su esencia se basa en un 2

Oscar Jara. Sistematización de experiencias t corrientes innovadoras del pensamiento latinoamericano. Una aproximación histórica. Revista la Piragua N° 23, pág. 7 (2006)

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enfoque constructivista del proceso del conocimiento, diferenciándose sustancialmente de los enfoques conductivistas, según la definición de Ana Bickel que continúa diciendo: “con esta dimensión la sistematización no se limita a la simple descripción y relato de acciones y resultados de las experiencias, sino que debe permitir la construcción de nuevos conocimientos, de manera interactiva entre los y las participantes, desde sus vivencias subjetivas de las experiencias, desde sus “prácticas sentí – pensada” en un contexto condicionado y las teorías que las sustentan”. El producto final de la sistematización, sus contenidos o resultados reflejarán las principales reflexiones críticas, debates y descubrimientos de los y las participantes del proceso de sistematización que a la vez fueron partícipes de la experiencia sistematizada. Hablamos entonces de sistematización participativa porque no es un proceso individual realizado por un especialista sino un proceso colectivo donde cada participante aporta desde su experiencia individual para construir una visión colectiva de la experiencia realizada. Así se constituye un nuevo conocimiento para cada persona y para la institución u organización participante. En este sentido, independientemente del resultado que vamos obteniendo, la sistematización se convierte en un proceso de aprendizaje para todos y todas las/os participantes. A diferencia de la evaluación, la sistematización no se centra en los resultados obtenidos o en el impacto logrado, sino que se centra en el desarrollo de la experiencia, en el proceso mismo, en su dinámica, en sus avances, en sus rupturas, en sus retrocesos3. Nuestra sistematización participativa se basó en la realización de entrevistas individuales y grupales, reuniones, análisis de documentos y de legislación pertinente. En principio se definieron los objetivos y el eje de la misma, poniendo en concordancia los intereses de las organizaciones como los de nuestra institución. El plan de sistematización y la reconstrucción histórica fueron tareas compartidas a partir de diferentes charlas y reuniones entre técnicos y dirigentes. La recolección y ordenamiento de la información como así también el análisis e interpretación se realizó en diferentes momentos a partir de lecturas y relecturas, conversaciones, buscando entender porqué sucedieron las cosas de una u otra manera, profundizando en los hilos conductores buscando descubrir entre todos los sentidos políticos. I.2 Los actores involucrados Esta experiencia cuenta con una gran diversidad de actores involucrados, lo que hace a su complejidad, pero también a un punto de interés para su sistematización. Ellos son: - Productores de la Agricultura Familiar vinculados al vino: Cooperativa Vitivinícola de los Valles Calchaquíes (Trassoles) con producción de vinos de alta gama, en los varietales Torrontés, Malbec, y Cabernet y Asociación Calchaquí de Elaboradores de Vino Artesanal y Casero (ACEVAC),que producen vinos artesanales con distintas cepas y cortes, siendo las principales variedades Torrontés, uva Criolla, Malbec, Cabernet, Syrah, Bonarda, Moscatel de Alejandría. También variedades de mesa y pasa como Benegas, Cereza, Alfonso Lavalle, Sultanina. Cada elaborador realiza las vinificaciones entre 500 y 4.000 litros en bodegas caseras, y su producto se caracteriza por resaltar la tipicidad del lugar y el cuidado artesanal. Las dos organizaciones trabajan articuladamente, pero se diferencian en función de los procesos de producción con los que elaboran el vino y el producto final que producen (teniendo en cuenta además la regulación y categorización que existe desde el INV para cada uno de estos productos). - El Estado, que se hace visible desde distintas instituciones involucradas: ¾ Estados Municipales: Cafayate, Animaná, San Carlos y Angastaco ¾ Estado Provincial: representado por la Mesa Vitivinícola, que nuclea instituciones y organizaciones sociales vinculadas a esta temática para discutir políticas públicas y asignación de fondos. Además se contó con la participación de la 3

Ana Bieckel. La sistematización participativa para descubrir los sentidos y aprender de nuestras experiencias. Revista la Piragua N° 23, pág. 18. (2006)

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Secretaría de Asuntos Agrarios de la provincia de Salta, organismo encargado de ejecutar acciones y fondos públicos para el sector. ¾ Estado Nacional: “materializado” en tres instituciones (tomados como actores) que trabajan en el territorio: - Subsecretaría de Agricultura Familiar (SSAF- Salta), - Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA- AER Cafayate), - Instituto Nacional de Vitivinicultura ( INV Cafayate)

II. Situación inicial y su contexto En los Valles Calchaquíes empieza nuestro andar. Es un camino de cornisa, que se abre entre los cerros de la cordillera en la provincia de Salta. Este recorrido lo hacemos junto a los pequeños productores de uvas de estos valles, muchos de ellos creadores y “criadores” de vinos. Andamos juntos, nosotros desde una institución del Estado Nacional, cumpliendo la función de técnicos de apoyo, y ellos nucleados en dos organizaciones que trabajan conjuntamente por el reconocimiento y por políticas públicas que favorezcan y apoyen a su sector. Son productores nucleados en la Cooperativa Vitivinícola de los Valles Calchaquíes y en la Asociación Calchaquí de Elaboradores de Vino Artesanal y Casero (ACEVAC). Nuestra sistematización se sitúa en el proceso histórico y organizativo de estos agricultores familiares vinculados, en este caso, a la producción del vino. Como toda sistematización este es un recorte de la realidad, es una herramienta con la cual buscamos analizar y revisar el camino recorrido, los aportes, las conquistas, los actores involucrados y reflexionar de manera colectiva conversando sobre las debilidades y fortalezas de este proceso que se encuentra aún en plena construcción y del cual los productores y productoras son protagonistas directos de las transformaciones. La estrategia que se sistematiza en este trabajo se basó en articulaciones y complementariedades entre diferentes instituciones y las dos organizaciones que desde diferentes modelos productivos se reconocen como pequeños productores vitivinícolas: - ACEVAC, que nuclea a más de 40 familias de productores inscriptos en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). Los productores cultivan parcelas de vid entre ½ ha y 5 has, con destino al mercado, las uvas se venden para consumo fresco, pasas y las variedades con potencial de vinificación sirven para elaborar los distintos productos, vinos blancos, rosados, tintos y Mistela. Muchos de estos productores diversifican sus producciones con frutales de caroso y nueces, también especies como el pimentón, comino y anís. - Cooperativa Trassoles, que con más de 11 años de existencia cuenta actualmente con más de 60 socios. Son productores que cultivan la vid, también con distintos propósitos en pequeñas superficies, sumando entre todos los asociados una superficie cultivada de 45 has. Gran parte de la uva producida pertenece a la variedad Torrontés, elaborando un vino blanco de gran finesa aromática. Todos ellos corrieron los límites de lo posible generando propuestas y lineamientos de las políticas públicas para su sector. Superaron históricas rivalidades entre los diferentes pueblos, trascendieron los límites geopolíticos de sus municipios y proyectaron propuestas conjuntas. Obtuvieron un mismo proyecto para dos maneras diferentes de hacer vino: el tradicional vino patero hoy regulado por el INV como vino casero y/o vino artesanal- y el vino fino (industrializado), con importantes volúmenes de producción conjunta mediante la cooperativa. Son dos modos de transformar la uva en vino, son muchas familias apostando a continuar revalorizando el trabajo comunitario, sus historias, sus identidades, su cultura y en un mismo proyecto proponen -a partir de los fondos obtenidos por las retenciones a los vinos de exportación- brindar apoyo a las cadenas de valor de la uva y del vino enfocándose en los pequeños productores.

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II.1 Los antecedentes Algunos antecedentes de estas organizaciones se remiten a más de 11 años, donde los elaboradores de vino casero y/o artesanal venían trabajando conjuntamente con el Programa Social Agropecuario, luego Subsecretaria de Agricultura Familiar (SsAF MAGyP), con proyectos productivos y prediales. De manera paralela, los productores que se encuentran asociados en la Cooperativa TRASSOLES, nombre popular por el cual se conoce a la misma por ser la marca con la que se comercializa su vino, fueron fuertemente acompañados durante varios años por los técnicos del INTA- AER Cafayate. Este acompañamiento a los productores ya sea desde la SSAF Salta, o desde los técnicos del INTA de Cafayate fue fundamental a la hora de la formulación y de la ejecución del proyecto, trabajado conjuntamente con los dirigentes de ambas organizaciones. Para abordar el proceso organizativo de ACEVAC y TRASSOLES recuperamos los relatos de las entrevistas y de algunas reuniones. Nos interesa empezar por aquí, ya que las organizaciones son las protagonistas de la experiencia y de sus propios desafíos. Hoy podemos decir que estos productores se han consolidado como actores políticos, plantearon la necesidad de las convergencias, de la interinstitucionalidad y fueron los “estrategas” para ubicarse en el escenario desafiando las negociaciones. La Cooperativa nació en el año 2000 y hoy cuenta con más de 60 socios. Sobre su nacimiento la comisión directiva relataba: “Los objetivos que teníamos en ese momento era mejorar el precio de uva, que se pagaba a precio muy bajo y no se podía negociar con las bodegas, o te pagaban poco o no te la recibían. Después seguimos trabajando haciendo montones de proyectos hasta que llega este nuevo proyecto a pedido de los socios: hacer una bodega con todo el equipamiento necesario como para que no solamente podamos mejorar el precio de uva, sino también podamos hacer vino, vender y mejorar el valor del producto. Nos llegaron los primeros subsidios para la construcción del galpón, que fue a medias. Después llegó la plata de las retenciones también desde Nación y con eso prácticamente se termina la fase más urgente para poder elaborar nuestro vino (…) Durante este proceso lo que tuvo un valor muy importante fue la confianza que han tenido los socios en aguantar, en juntarse y después la confianza que han tenido en el consejo de administración, si no hubiera habido esa confianza, esto hubiera sido casi imposible o hubiera tardado mucho más tiempo. Esa confianza que también se dio en la unión entre la cooperativa y los elaboradores4” Para algunos el desenvolvimiento de la Cooperativa en estos años ha sido un estímulo para que los elaboradores de vino casero busquen una organización que los identifique y les permita hacerse ver y escuchar. La unión entre estos dos grupos, entre las dos organizaciones, encuentra sus inicios en distintos momentos, aunque el proceso tiene diferentes instancias que permitieron construir la confianza, conocerse, intercambiar sus realidades, generando propuestas y acciones. Los antecedentes y momentos que las dos organizaciones identifican como bisagra para reconocer el trabajo conjunto fueron: a) Fiestas del Vino Artesanal; b) Desastre natural del granizo el 22 de enero del 2009, que puso en estado de emergencia a los pequeños productores vitivinícolas de Cafayate; c) Viaje de capacitación a la Bodega del productor Juan Diápolo, a finales del 2004 en el Albardón provincia de San Juan, del mismo participaron 17 productores; d) Capacitaciones con enólogos de diferentes bodegas de Cafayate; e) Acompañamiento de técnicos del PSA/SsAF-, mediante proyectos de inversión de equipos de vinificación comunitario y nuevos sistemas de conducción en vid. a) En el caso de la Fiesta del vino artesanal, cabe decir que la misma surge desde el corazón de la Cooperativa, en este sentido recuerdan sus socios que dentro de la “Coope”, si bien todos son 4

Fili Geron, elaborador. Fragmentos de una reunión grupal entre dirigentes de la Cooperativa y de ACEVAC para la sistematización

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pequeños viñateros, había dos tipos de productores: los que producían sólo uva y los que hacían uva y además vino casero. En el año 2007 el secretario José Zuleta había sugerido hacer una fiesta del vino artesanal, recuerda que la idea era “reunirnos en un lugar. Cuando hacemos esa primera intentona, lo hacemos desde la Cooperativa, organizamos todo, y ahí aparecen los elaboradores de vino casero que eran parte de la Cooperativa, y otros que no eran socios”5. En ese momento se conocen, o se “reconocen” los elaboradores de la zona norte y la zona sur de los valles. Surgen varios intercambios. Con el correr de los años se arman comisiones de elaboradores de vino casero que organizan la fiesta y van desplazando de ese lugar a la Cooperativa, que siempre está presente, pero que va transformando su rol y su participación. Durante enero del 2011 se realizó la 4ª Fiesta del Vino Artesanal, en la Plazoleta Gral. Güemes de la ciudad de Cafayate. Se presentó como un encuentro de pequeños productores del NOA, Cuyo y el Sur de Bolivia, organizado por la Cooperativa de Productores Vitivinícolas Cafayate – Valles Calchaquíes Ltda., y la Asociación Calchaquí de Elaboradores de Vino Artesanal y Casero. Los partes de prensa que promocionaban el evento decían que el objetivo de este encuentro era “rescatar las tradiciones en la elaboración de vinos caseros, intercambiar experiencias de trabajo y de producción, repasar las normativas, exponer, proyectar videos y degustar sus productos”. Para los dirigentes y socios de estas organizaciones el trabajo cooperativo y asociativo tiene un gran valor. Al respecto, uno de los elaboradores, fundador de la asociación decía que “quedó demostrado que trabajando en forma de cooperativa, trabajando en forma de unidad se pueden conseguir cosas”. b) Fili Gerón contaba sobre el desastre natural del granizo del 2009; para él esa fecha también fue un momento muy importante en la alianza construida entre elaboradores y la Cooperativa, al respecto nos decía: “a través del desastre natural el 22 de enero de 2009, cuando un granizo muy grande afectó a los pequeños productores, nos juntamos en la plazoleta donde la Coope ya se sabía reunir y empezaron a llegar los pequeños, para ver qué podíamos hacer. Viajamos a Salta a ver si podíamos conseguir un subsidio para los pequeños productores que tenían su pequeña huerta y que el granizo había destrozado, los que tenían sus plantas frutales o los que teníamos uvas y que habíamos perdido todo. Al principio me sorprendió la separación entre los elaboradores y la Cooperativa, ¿por qué no quieren que estemos dentro de la Coope? Después nos dimos cuenta que los pequeños elaboradores no podíamos estar porque si bien coincidimos en lo que hacemos: vino; a mí como pequeño productor no me conviene darle toda la uva a la coope porque pierdo mi vino casero, mi mistela, gano con esa pequeña producción más que vendiendo sólo la uva”6. Durante esa misma reunión nos decía Luis Fabián, presidente de la cooperativa, que “los productores de uva, que son elaboradores de vino casero tienen la misma realidad que nosotros, quizás un poco más de uva. Muchos de ellos han avanzado, tienen algo definido, como la marca, o ya vienen trabajando en la elaboración de su vino casero y tienen un poco más agilizado el tema de la comercialización, pero tienen la misma realidad en la parte económica, en la parte social. Todos somos pequeños”7. c) Viaje de capacitación Esta fue la primera iniciativa de los elaboradores de salir a conocer otros productores con una escala similar de producción e inversión económica. Entre las variadas averiguaciones se obtuvo el dato de un elaborador artesanal muy pujante de la provincia de San Juan, por vía telefónica invitó a los elaboradores a 2 jornadas de intercambio en su finca, esto entusiasmo a la gente y se conformó un nutrido grupo de distintas procedencias del valle calchaquí salteño para viajar. La visita fue un éxito porque Juan tenía muy organizada su estructura productiva, 7 has. de viñedo con una bodega bien equipada y un lugar de ventas muy llamativo que gustó mucho a los salteños. Cada vez que se da un 5

José Zuleta, Fili Geron, Sergio Cisneros y Luis Fabián. Fragmentos de reunión grupal entre dirigentes de la Cooperativa y ACEVAC para la sistematización 6 Fili Geron 7 Luis Fabián. Fragmentos de reunión grupal entre dirigentes de la Cooperativa y ACEVAC para la sistematización

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encuentro en la zona de cuyo los elaboradores tienen el agrado de conversar con Juan y otros muchos amigos que se van sumando. d) Capacitaciones Luis Asmet fue el primer enólogo de Cafayate que apoyó a los elaboradores. Se pudieron organizar 3 talleres de enología, uno en San Carlos, otro en Santa Rosa y otro en Angastaco, también se pudo realizar, gracias a la intervención de Asmet, una práctica de laboratorio en análisis de vino en la bodega el Porvenir, esto ayudó a comprender lo importante de evaluar los vinos químicamente como una herramienta más en toda la elaboración. También se trabajó con el asesoramiento del enólogo Carlos Rodríguez de la bodeguita de Animaná, en la vendimia y en la elaboración en Santa Rosa. e) Acompañamiento de técnicos del PSA/SsAF-, mediante proyectos Los proyectos en la línea vitivinícola fueron al principio para pequeños grupos de elaboradores, con equipamientos básicos, acercamiento y mayor conocimiento del INV y posteriormente se avanzó en equipamientos compartido entre las comunidades vecinas y en una mayor articulación con otros elaboradores más distantes. Actualmente dentro de la organización ACEVAC, se sigue un principio parecido debido a las distancias entre los elaboradores, los tiempos de utilización de la maquinarias y costos de transporte entre las distintas zonas de producción. Los procesos organizativos tienen un fuerte componente de inquietudes de la comunidad, de los elaboradores y agricultores locales, sin embargo el apoyo desde diferentes instituciones fue fundamental para profundizar el camino, los conocimientos, las articulaciones. Los diferentes momentos que fueron fortaleciendo los lazos y vínculos tienen que ver con nuevas posibilidades a partir de herramientas legales o programas desde el Estado, junto a la constante actitud innovadora y desafiante de los viñateros. Los elaboradores de vino artesanal, desde un recorrido distinto al de Trassoles, también han desafiado las complejidades de conformarse como organización, este grupo une familias del sur y del norte del valle Calchaquí, ellos se juntaron a partir de las fiestas del vino artesanal, de capacitaciones, y de la gestión de una Marca colectiva que los identifica. Esta marca hoy se conoce como “ Calcha Killa “Cosecheros de la Luna”, y se trabajó de manera conjunta en su gestión y su registro con la Subsecretaria de Desarrollo Local y Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social, quién acompañó tanto en el asesoramiento como en la presentación de los formularios ante el I.N.P.I. (Instituto Nacional de Propiedad Industrial). Marca colectiva es una herramienta que nace en 2008 con la Ley 26.355, surge desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y se constituye como un sistema de registro comercial para grupos de trabajos colectivos. Por otro lado, pero con el incentivo de ese mismo Ministerio, se realizaron a nivel nacional, durante el 2010 y el 2011, varios encuentros para conformar la Federación Nacional de Elaboradores de Vino Casero y Artesanal. ACEVAC fue parte activa en esos espacios. Esta Federación nace tras los siguientes objetivos: 1) Representar a las organizaciones de vino casero de todo el territorio Nacional; 2) Articular la interlocución con los organismos públicos y privados vinculados a los intereses del sector; 3) Favorecer y ejecutar acciones que fortalezcan los proyectos productivos, mediante la capacitación, participación, intercambio, solidaridad y cooperación; 4) Fomentar la estrategia familiar y asociativa para el desarrollo local; 5) y por último, Ejecutar acciones que contribuyan a restaurar la matriz productiva nacional especialmente en el segmento del minifundismo. Si nos centramos en la relación TRASSOLES y ACEVAC, vemos que la visión de los integrantes de la cooperativa cuando comenzaron era agruparse, identificar a todo el sector de pequeños productores. Sin embargo, Luis Fabián reflexiona que tiempo más tarde vieron que por un lado estaban los viñateros -no hacen vino, solo producen uva- y por otro, los productores que hacían vino patero, hoy conocidos como los elaboradores de vino casero. “Pensamos cómo juntarnos para pechar para un mismo lado. Y una opción fue la fiesta del vino artesanal para juntarnos y conocernos”8. A 8

Luis Fabián. Pte de la Cooperativa Trassoles. Entrevista realizada durante el proceso se sistematización

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mediano o largo plazo sabían que debían separarse, porque son modos diferentes de producir, y por ello son necesidades distintas. Los elaboradores han ido tomando más participación, tanto en la organización como en la fiesta. “Nosotros queríamos ese proceso, de alguna manera lo planteamos hace 4 años. Para la cooperativa era y es fundamental que el pequeño productor viñatero siga haciendo pequeñas producciones de uva y que no abandone la actividad”. Era parte de los problemas por los cuales surge en su momento esta organización, los pequeños viñateros abandonaban la actividad por no saber o no tener dónde colocar su producción, su uva. “En Cafayate y los alrededores hoy el pequeño productor viñatero sabe que hay una cooperativa, que recibe 500 kilos en una camioneta o en un carro chico, pero además, saben que pueden recibir plata o vino por su producción, un rico vino fraccionado como el de TRASSOLES”9. Los pequeños productores tienen economías que se complementan, incluso con esas dos “categorías” de viñatero puro, y/o viñatero/elaborador. Un socio dice que él se queda más tranquilo con tener esas dos opciones, porque cuando deje o se canse de hacer vino, puede seguir produciendo uva y solamente entregar a la cooperativa. La cooperativa apostaba en principio a que se identifique al sector. “El proceso era identificarnos, conocernos, ir juntos y después separarnos para que cada uno se maneje con su política, con sus formas y sus necesidades”10. Todos los actores involucrados en esta sistematización y en la experiencia coinciden en que estos productores se han constituido como sujetos políticos, porque que se juntaron, se acompañaron ya que han tomado una actitud transformadora de sus contextos. Modifican o buscan hacerlo, cambian las condiciones y proponen acciones desde su perspectiva como sector y como ciudadanos. Para Cristina Sanz, Delegada Provincial de la SsAF, este tema es central en la experiencia, y en muchas otras experiencias vinculadas a la agricultura familiar que se encuentra organizada. “De alguna manera fue comenzar a analizar juntos qué está pasando, tanto con sus productos como con al acceso a derechos. Pensar como se sienten, y como exigen sus derechos. Hoy los pequeños productores han apostado a la construcción de su legitimidad, hoy ocupan un lugar en la mesa de discusión”. Se han legitimado, visualizándose también como sujetos de derecho; desde ahí las exigencias, con propuestas concretas, en muchos casos llevadas a cabo por ellos mismos. “La Cooperativa ya tiene años de funcionamiento, años de demostrar que desde la agricultura familiar es posible pensar en cuestiones concretas, sostenibles en el tiempo y legítimas”11.

II.2 Los Valles y su producción vitícola (saber hacer vino) Para pensar el “saber hacer” recuperamos el recorrido del elaborador artesanal Santiago 'Sacha' Haro Galli”12, quien escribió que “el vino “Patero” en los Valles Calchaquíes es un tipo de vino muy popular y muy buscado en el norte argentino, es conocido generalmente por ser dulzón y “machador” (embriagador), por ser generoso en alcohol, poco estacionado y que se lo solía comprar suelto. Los vinos pateros eran y muchos de ellos siguen siendo “pisados con los pies”. Sacha, es uno de los dirigentes de los vinos caseros, él realiza una investigación sobre este vino, y escribe un artículo en el que comienza rescatando el concepto del libro “Vocabulario del Vino” de César A. Alurralde. Define el autor: “Patero: vino producido en forma artesanal mediante el pisado de la uva, sobre el lagar o piletones. De mucha graduación alcohólica”. Para Sacha, la mayoría de las bodeguitas de su región extraían el mosto o jugo de las uvas, efectivamente pisándolas “pata-pila” o con los pies descalzos, como se hicieran los primeros vinos, entre los persas, griegos o romanos, hace miles de años. El 9

Luis Fabián Luis Fabián. 11 Cristina Sanz, Delegada provincia de la Subsecretaria de Agricultura Familiar- Salta. Entrevista realizada durante el proceso de sistematización 12 Santiago “Sacha” Haro Galli. Artista, periodista y elaborador de vino artesanal de Cafayate, socio fundador de ACEVAC. Fragmentos extraídos del blog: http://vinoartesanalcafayate.blogspot.com/p/el-vino-pateroen-los-valles-calchaquies.html. 10

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filtrado se hace de forma natural, por decantación”, en la actualidad muchos siguen empleando esta técnica, usan botas de goma o tienen prensas que suplantan a los pies. Para él muchos vinos pateros o caseros, tienen detalles “de lujo”, como la minuciosa tarea de seleccionar y despalillar, o quitar el vástago del racimo de forma manual. “Desde hace años las pequeñas bodegas familiares han complementado la historia de hacer vino con la mejora de las condiciones higiénicas y tecnológicas en la elaboración del vino “patero”, han elevando su calidad basándose en las técnicas artesanales tradicionales, lo que para ellos les da una identidad propia a estos vinos que, para Sacha se diferencian por ser más naturales y generosos, en parte gracias a tener pequeñas viñas de producción orgánica y madurar bien toda la uva”. “Los vinos pateros, son de color rosado y claretes, predominando la variedad de uva Criolla, que dice la historia es la descendiente de las primeras uvas que llegaron y se adaptaron a nuestro continente, por lo cual ya se la reconoce como variedad nativa de Sudamérica al igual que la cepa blanca conocida como Torrontés. Gracias a esas adaptaciones, son muy resistentes a las enfermedades y de buen grado de maduración. En los vinos caseros también hay varietales como Syrah, Malbec, Cabernet y algunas combinaciones”. En su artículo recuerda que “recién en el año 2002, el INV creó una categoría para los vinos pateros, que hoy se conoce como “Vino Casero”. En cada cosecha el Instituto analiza los vinos para autorizar su “circulación” y entregar fajas de seguridad o estampillas para adherir sobre cada corcho. Uno se debe registrar, y después del control de cada elaboración quedamos habilitados para dar a conocer nuestros vinos.” Para Sacha “lo que diferencia los vinos caseros de los vinos finos es la identidad. Hoy un buen “Patero” es más tradicional, es un vino de producción familiar y de distribución limitada, visitar las bodeguitas permite entender cómo se hacen estos vinos, las etapas de producción, la paciencia y el amor de la familia artesana, y el ¡Salud! unido a un chorrito para la Pacha Mama, para que la Madre Tierra proteja y dé una buena cosecha, para alegrarnos el espíritu” 13. Las uvas de los pequeños productores tienen otros cuidados, dados por la naturaleza de la agricultura familiar, por la escala de las producciones, por la cultura albergada en el espíritu criador o quizás por todo ello junto. Esta es una referencia de la Agricultura Familiar, lleva implícita otra manera de producir alimentos que viene dada por la manera de relacionarse con la tierra. Es en general, lo que señalábamos al principio: una forma de producir que no agota la naturaleza, es amable con el ambiente y ecológicamente sustentable.

III. Preguntas de investigación: ¿Cómo inciden el “saber hacer”, el proceso organizativo, y la participación institucional para que los vitivinicultores del Valle Calchaquí puedan intervenir en las políticas para su sector? Esta pregunta contiene conceptos que nos interesa mirar más de cerca, con más detenimiento: ¾ El saber hacer: lo interpretamos como un concepto amplio, ya sea desde los modos y tradiciones de elaboración, hasta los aspectos que diferencian éste de cualquier otro vino según sus características culturales, históricas, y/o productivas. ¾ El proceso participativo: tanto de la cooperativa como de la asociación. La organización de estos actores y sus alianzas. ¾ La participación institucional: acompañamiento técnico territorial, proyectos y articulaciones, teniendo en cuenta la especificidad de cada institución. Desafíos y oportunidades de la complementariedad. ¾ El escenario en el que se interviene: la creación de la Subsecretaría de Agricultura Familiar (SsAF), del fondo vitivinícola y las nuevas legislaciones del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), sin perder de vista el escenario nacional en el que los productores vitivinícolas se desenvuelven.

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Santiago “Sacha” Haro Galli.

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Emergentes: Un punto que nos interesó indagar con este proceso sistematizador fue el rol de las mujeres en la producción vitivinícola y en las organizaciones con las que trabajamos. Creemos que allí hay un camino por andar, proponer acciones y líneas de trabajo ya que durante las entrevistas pudimos reconocer que las mujeres son parte activa de la producción de uvas, de los vinos y de las organizaciones, pero no se las visualiza. “En la cooperativa los más visibles, los que hablan y gestionan son varones, pero existe una segunda línea de fierro en la que hay mujeres, que son muchas y que participan en reuniones y capacitaciones del INV, INTA y de la SsAF, pero no en espacios ampliados y/o públicos 14”. IV. Hipótesis de trabajo: Hipótesis General: La organización de los productores, su saber hacer genuino y la articulación con las instituciones del territorio y las vinculadas a la actividad vitivinícola, cuando están presentes y desarrolladas de manera equilibrada, generan las condiciones propicias para que los pequeños viñateros participen efectivamente en las políticas públicas del sector vitivinícola. V. Objetivos: Objetivo general: - Reflexionar sobre el rol de las instituciones y sus técnicos, el proceso organizativo de los productores y su saber hacer, que permitan la construcción conjunta y la complementariedad, contribuyendo a la visibilizacion y legitimación del sector de la Agricultura Familiar, como a su efectiva participación en políticas públicas del sector vitivinícola.

Objetivos específicos: - Dar cuenta de la importancia de las organizaciones y su capacidad transformadora como así también el aporte en este sentido del trabajo articulado y la complementariedad entre diferentes actores. - Evaluar la participación de las distintas instituciones vinculadas al territorio y a la actividad vitivinícola, como su grado de articulación y potenciación. - Reconocer el escenario y las implicancias de la actividad vitivinícola en los valles calchaquíes, comprendiendo la situación de desventaja de los pequeños productores por las condiciones de mercado y del sistema capitalista. - Profundizar sobre el rol de las mujeres y de la familia en la actividad vitivinícola y su participación en las organizaciones VI. El proceso de intervención y su contexto. Para esta sistematización hacemos un recorte de la intervención, pues se viene trabajando durante muchos años desde las diferentes instituciones en territorio, como así también desde el interior de ambas organizaciones. Es importante que quede claro que el momento o las acciones que sistematizamos deben ser comprendidas dentro de un proceso más largo, un proceso que es anterior y que permitió contar con fortalezas, desafíos y construcciones para llevar adelante la experiencia y los proyectos. Las experiencias son procesos socio-históricos dinámicos y complejos, individuales y colectivos que son vividos por personas concretas, son procesos vitales que están en movimiento y combinan dimensiones objetivas y subjetivas de la realidad. Son procesos que nos marcan, nos impactan, nos condicionan, nos exigen, nos ayudan a definirnos. 14

Diego Kalman, Jefe AER INTA Cafayate

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VI.1 Periodo de la sistematización 2010-2011 En este caso la experiencia que sistematizamos se sitúa dentro de condiciones de un contexto general vinculado a situaciones particulares de la vitivinicultura. Por este motivo creemos que acercarnos al escenario es un punto central para comprender las complejidades de este proceso, al que nos ajustaremos a sistematizar desde el 2010 hasta marzo del 2011. En este periodo, a partir de los fondos generados con un porcentaje de las retenciones a las exportaciones del vino, se contó con financiamiento para fortalecer la cadena de valor vitivinícola en los Valles Calchaquíes. Estos fondos que se renuevan cada año desde el 2009- son controlados por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y son ejecutados en su mayor medida por las provincias. El objetivo de estos fondos es fortalecer y apoyar a los agricultores familiares o pequeños productores de uva y/o vino. En el 2009 se crea el Programa de Asistencia para la Cadena de Valor Vitivinícola Argentina mediante la Resolución 249/2009; con la cual se busca generar “acciones tendientes al mejoramiento de las condiciones de competitividad de los pequeños y medianos productores y elaboradores vitivinícolas con dificultades para integrarse en la cadena productiva (…) a través de acciones que generen y promuevan el desarrollo de esquemas asociativos de pequeños y medianos productores y establecimientos procesadores; la implementación de planes integrados y articulados de negocios vitivinícolas; el fortalecimiento y articulación de la institucionalidad; el apoyo y promoción para la adopción de nuevas tecnologías y procesos que contribuyan a la expansión del sector vitivinícola, y el desarrollo e implementación de herramientas de diferenciación”15.

VI.2 El proyecto: formulación y gestión En la provincia de Salta a partir de la participación y articulación de las organizaciones de pequeños productores e instituciones vinculadas, se formuló un proyecto que expresaba dos formas de dar valor agregado desde la agricultura familiar a la producción de uva. Durante el 2010 estas dos organizaciones gestionaron la cuota anual de las retenciones correspondiente a nuestra provincia. La propuesta trabajada entre las organizaciones, la SsAF y el INTA AER Cafayate, buscaba disponer ese financiamiento para: 1) Terminar la construcción y el equipamiento de la Bodega de la Cooperativa Trassoles. Se preveía un apoyo financiero de $1.800.000 para concluir esta etapa y contar con el proceso de vinificación propio. En este sentido ya se venía trabajando a paso lento pero firme . 2) Apoyo para equipamiento y refacción de bodegas familiares a lo largo del Valle Calchaquí, uniendo el corredor de la Ruta Nacional N° 40, desde Angastaco a Tolombón. Se destinaron $1.200.000 a 39 elaboradores de vino casero y/o artesanal, en este caso con presencia y compromiso de los municipios. Estos productores hoy se encuentran nucleados en la Asociación Calchaquí de Elaboradores de Vino Artesanal y Casero (ACEVAC). 3) La provincia propuso extender estas acciones de apoyo, y para ello subsidió y distribuyó 21.840 litros de alcohol vínico entre 48 elaboradores de vinos caseros del Valle Calchaquí salteño para la producción de mistela artesanal. Cabe destacar que desde esta experiencia se realizaría el marco legal con que el INV regule la actividad para los elaboradores caseros que

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Resolución 249/2009. Sec. de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos, creación del Programa de Asistencia para la Cadena de Valor Vitivinícola Arg. en http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/150000-154999/152600/norma.htm

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hoy se encuentran desprovistos de esas herramientas que les permitan comercializar legalmente este producto. Este proyecto fue uno de los pocos en el país que tuvo en un corto período de tiempo un impacto directo y concreto sobre los destinatarios. Los fondos, que nacieron con el objetivo de fomentar la redistribución, encontraron en estos valles un buen mecanismo para que el Estado apoye a los agricultores familiares vinculados a esta producción. La experiencia dejó muchos aprendizajes, fue generadora de nuevos desafíos y habilitó a la articulación y complementariedad entre diversas instituciones y organizaciones de la sociedad civil. El proyecto se formuló y se gestionó conjuntamente. VI 3. Momentos de implementación Observando el rol de los municipios, se puede decir que fueron actores estratégicos en las negociaciones para la concreción del proyecto; fueron además las entidades encargadas de recibir los fondos destinados a los elaboradores de vino casero ($1.200.000). Por otro lado, durante la ejecución del proyecto se vio un fuerte trabajo de interacción entre las organizaciones y las instituciones que formularon la propuesta, esto llevó a una complementariedad tanto en el acompañamiento exhaustivo de la implementación del proyecto, como en el relevamiento y en la búsqueda de presupuestos para las inversiones que se debían realizar. Este seguimiento fue una tarea compartida y coordinada entre los técnicos de la SsAF y los dirigentes de ACEVAC, se organizó la logística, la compra conjunta de los equipamientos, y el seguimiento en la rendición de los fondos utilizados en las obras de infraestructura de las “salas de elaboración y/o venta de vino casero”. Los municipios se encargaron de administrar los fondos, efectuar los pagos y realizar la rendición correspondiente a la provincia. Las complejidades en la ejecución del proyecto de los elaboradores estaban vinculadas a que, eran 39 salas de elaboración de vino casero, todas ellas en condiciones muy dispares y con necesidades diferentes. Se realizó un relevamiento de cada familia y se acordó adjudicar un fondo equitativo para cada uno de los productores. Se plantearon equipamientos comunitarios para la zona sur y otros para la zona norte, debido a que las distancias hacen imprescindible esta división para el uso de los mismos. Posteriormente se realizó una lista con las cantidades que se necesitaban de cada producto y se buscaron los presupuestos necesarios. Finalmente contamos con 6 proveedores para la compra del total del equipamiento, más los corralones y los presupuestos para el pago de la mano de obra para cada refacción de las salas de elaboración. Los cuatro municipios debían coordinar entre ellos los giros para realizar el pago a cada proveedor, esto implicó un grado mayor de complejidad a la ejecución del proyecto. Otro tema esencial fue la logística de los traslados de las compras realizadas, para ello se debió hacer una ajustada coordinación con los proveedores –la mayoría establecidos en la zona cuyana de nuestro país- para utilizar de la manera más eficiente los fletes. Cabe mencionar que el INV fortaleció sus vínculos con las dos organizaciones y con las instituciones en territorio a partir de este proyecto. Se contó con su asesoramiento en los diferentes rubros. Posteriormente esta interacción se intensificó con la implementación del subsidio del Alcohol Vínico para la elaboración del mistela. Esta institución acompañó muy de cerca la distribución, los análisis, las habilitaciones, y el registro de los elaboradores caseros que se encontraban aun fuera del “sistema” controlado por la misma. No es un dato menor mencionar que a partir de estas acciones se sumaron más de 60 elaboradores caseros a los registros de esta institución. El caso de la cooperativa fue más simple pues se realizaron todas las compras de equipamiento a un solo proveedor establecido por la Secretaria de Asuntos Agrarios, y por otro lado se realizó un contrato con una empresa constructora encargada de la obra de la bodega. VI. 3 Las organizaciones y las instituciones, articulaciones y complementariedades

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La articulación interinstitucional, la complementariedad y el escenario en el que se llevó adelante y nuestro trabajo cotidiano son fortalezas y aprendizajes que pueden contribuir a otras experiencias; otros grupos de trabajo, como así también a nuestra propia dinámica como equipo socio-territorial interdisciplinario. Los “puntos fuertes” que se desprenden de este proceso de intervención, y sobre los que queremos profundizar son la participación de las organizaciones, la articulación y complementariedad entre instituciones y dichas organizaciones. Intentamos compartir, además, una aproximación al escenario en el que se dio la intervención y las razones por las cuales resultó para muchos una experiencia exitosa. La mayoría de los entrevistados y de los actores involucrados en la experiencia veían como algo destacable la articulación o la vinculación entre los diferentes actores, la construcción de acuerdos superando las disputas, los desacuerdos y/o las diferencias. Esta experiencia fue posible gracias a muchos años de organización, de trabajo compartido y de los lazos de confianza que se fueron tramando en innumerables reuniones, conversaciones, discusiones y acuerdos. Se contó además, con el apoyo político de los cuatro intendentes mediante notas de avales y su participación en diferentes reuniones con funcionarios nacionales y provinciales. Durante las gestiones del proyecto también se dio un intenso trabajo conjunto entre dirigentes y técnicos que realizaron viajes a Buenos Aires para presentar la propuesta ante funcionarios del Ministerio de Agricultura, en estas oportunidades se explicó la importancia del mismo y las disidencias con otros proyectos que se venían impulsando desde el gobierno provincial. En junio del 2010 dirigentes y técnicos participaron en calidad de invitados del acto realizado en el Salón de las Mujeres Argentinas en la Casa de Gobierno, donde se desarrolló el acto de la firma del convenio de las provincias viñateras con el Estado nacional, en el marco de la implementación del Programa de Asistencia para la Cadena de Valor Vitivinícola Argentina. En este acto la presidenta Cristina Fernández de Kirchner entregó los fondos de las retenciones de vino de exportación a los gobernadores de las provincias productoras de vino, estos fondos fueron presentados como líneas de apoyo para los pequeños y medianos viñateros. Meses más tarde se declaró al vino como bebida nacional, dándole un fuerte impulso y apoyo desde el Estado. El proyecto trascendió las inversiones que se realizaron en cada una de las bodegas. El proceso de aprendizaje nos permitió a todos los involucrados incorporar nuevos mecanismos de trabajo, fortaleciendo los lazos de articulación interinstitucional con las entidades que se encuentran en territorio y acercando las políticas públicas a las organizaciones que vienen transitando este camino y reconocen las necesidades y las proyecciones necesarias para su sector. Reflexionaba Diego Kalman (Jefe de la Agencia de Extensión Rural del INTA de Cafayate) que “han sido las mismas organizaciones del territorio el vaso comunicante, fueron quienes demandaron e invitaron a la convergencia institucional, los técnicos tratamos de concentrarnos en las cosas que nos hacían converger, y así se logró llevar adelante una buena experiencia de articulación entre las instituciones de apoyo que se encuentran en el territorio”. A su vez, la articulación fue producto de un proceso que se viene desarrollando desde hace tiempo, tanto desde las organizaciones como desde las instituciones del Estado que trabajan en territorio. Creemos que esto se enmarca en un proceso de fortalecimiento y dentro de lo que viene decantando en el Valle Calchaquí desde una perspectiva de articulación interinstitucional. En este sentido compartía con nosotros Cristina Sanz que para ella “se dio una conjunción interesante entre el equipo de la Subsecretaría de la zona, conjuntamente con el equipo territorial de INTA donde se ha podido compatibilizar una estrategia, junto a una visión de algunos municipios respecto de una gestión de la política pública para la agricultura familiar. Otro factor a tener en cuenta es que se viene reconstruyendo el Estado, con un rol fuerte en la gestión; en la promoción; en la regulación; presente y con un contenido distinto, eso ha contribuido también en nuestros vínculos con las organizaciones. Hoy no es un trabajo de enfrentamiento con el Estado, eso cambió mucho. En los ´90 se intervenía

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desde la política focalizada y había -se puede decir- un trabajo desde los “kioscos” institucionales. Había una fragmentación de toda la intervención pública y hoy en día estamos tratando de tener una perspectiva territorial, y compatible con una estrategia desde los territorios. La creación de nuestra Subsecretaría contribuye muchísimo en ese sentido porque es cambiar la perspectiva, profundizar un enfoque que ya se venía dando en algunas provincias.” Para ella, “el rol de la Subsecretaría fue clave en estos proyectos, porque hay un equipo con inserción en el Valle Calchaquí, con presencia en el terreno y con un acompañamiento continuo a procesos productivos y organizativos”16. La articulación es consecuencia también del escenario en donde se desenvuelven las políticas públicas en nuestro país. Hoy la presencia desde una institucionalización mayor es fundamental, contar con un Estado más fuerte permite otro punto de partida en el marco del acompañamiento de la gestión que generan las organizaciones de la agricultura familiar, aportar fondos da una inserción distinta. “Antes andábamos en un contexto de resistencia. Eso cambió, aunque aún hay muchas cosas por modificar y ojalá tuviéramos más presupuesto para la agricultura familiar y que la misma fuera más visible”17. Los técnicos del equipo de la SsAF involucrados en la experiencia destacan que “el acompañamiento durante todos estos años permite que uno como técnico se sienta seguro, tenga argumentos, pueda sentarse en tres meses a preparar un proyecto con el INTA y las organizaciones, que sepa qué es lo que hay que hacer y en la mesa de discusión pueda defender la propuesta construida entre todos”. Para este caso fue sustancial la defensa del proyecto frente a otras ideas que existían sobre qué hacer con esos fondos y el hacerlo, como dijera Cistina Sanz, “con el componente de la pasión y el convencimiento de parte de los productores y del equipo. En este camino de convergencias y complementariedades, nos encontramos con el INV, cuya participación, según Daniel Farina -jefe de la Delegación Cafayate del INV- fue cumplir la función de auditor de los fondos que se están utilizando en todo el país para el desarrollo de la actividad vitivinícola de los pequeños y medianos productores. Desde este rol esta institución fue profundizando su participación en el apoyo y seguimiento del proyecto del valle Calchaquí salteño que se intensificó con la compra del alcohol vínico para la elaboración del mistela artesanal. Es a raíz de la implementación de la primera parte del proyecto (equipamiento de la bodega de Trassoles e inversiones en las salas de elaboración de vino casero), que nace la experiencia del mistela, y según Farina se da por una iniciativa del gobierno provincial. Con un fuerte apoyo del INV y la aprobación de las organizaciones de viticultores, “se decidió apoyar la elaboración de mistela con la compra de más de 20.000 litros de alcohol de uva a una destilería de San Juan. Esto permitió elaborar mistela con los requerimientos del INV. Este trabajo se hizo por primera vez en el país y debió ser por vía de excepción debido a que no está normada la elaboración de mistela artesanal. Salta está haciendo punta en poder conseguir una resolución favorable para este producto tan típico de la producción campesina. Por esa razón es importante para nosotros como Institución y para los productores”18. Juan Maceira, Director Nacional de Programas de Desarrollo Regional del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, considera que el escenario donde se desarrolló esta experiencia fue favorable por varias razones y entre ellas por el cambio de perspectiva del Estado. “Hay un replanteo de las políticas públicas y del rol del Estado con respecto a los años 90, digamos que hoy es diametralmente opuesta. Antes atendíamos a esta población desde los programas de contención de la pobreza, ahora es distinto, hay que sacar a esa gente de la pobreza y mantener su estilo de vida, su patrimonio cultural, su acervo cultural pero con otras condiciones de vida. Sacar de la pobreza da muchos derechos, y no hay que renunciar a la cultura, habrá cosas que tienen que cambiar como todos, y cosas que no. No creo que la condición para que sean objeto de las políticas es que sean pobres, hoy la condición es que sean productores familiares, pequeños elaboradores de vino casero, que tienen una estructura de producción, utilizan los factores de producción de manera distinta a la economía 16

Cristina Sanz Cristina Sanz 18 Daniel Farina, Jefe del Instituto Nacional de Vitivinicultura- Delegación Cafayate. Entrevista realizada durante el proceso de sistematización. 17

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capitalista tradicional. Antes se pensaba que había que incorporarlos en la economía capitalista, tenía que ser un productor capitalista, la cosa era capitalizarlo para que sepa vender, todos los pequeños productores tenían que ser empresarios. Hay muchas contradicciones en la historia porque el vino patero fue ilegal desde la época de la colonia, desde que empieza la industria vitivinícola, con la ley de vinos el vino patero era ilegal. Los que hacían vino patero eran “clandestinos”, a pesar que el vino patero se consumía en todo el país, estaba restringido, y así no había controles ni cuidados y estaban prohibidos. Después de la crisis de 2001, las normas se flexibilizan para que la gente sobreviva, allí se genera la necesidad de reconocer a los elaboradores de vino patero como agentes económicos, de auto sustentación”19. Por ello en el 2002 se creó la categoría de vino casero, permitiendo la incorporación de los pequeños a los marcos legales de elaboración, y este año 2011 aparece la nueva categoría de vino artesanal que amplía los “permisos” para las cantidades que pueden producir y comercializar estos sectores. VII. Situación actual y su contexto En los Valles Calchaquíes durante el año 2010 se implementaron nuevas estrategias de abordaje territorial desde el Estado Nacional conjuntamente con organizaciones sociales. El proceso, las disputas y los resultados fueron considerados “alentadores”, teniendo en cuenta el posicionamiento de los pequeños productores vitivinícolas ante un mercado exclusivo y elitista como lo es el “mundo” del vino. El correcto manejo de fondos públicos impacto directamente en las condiciones de producción de muchas familias de pequeños productores de uva de los valles. Este año 2011 ya sea en la situación de los productores vitivinícolas como en la del proceso de sistematización que se viene sistematizando, nos encuentra en diferentes actividades. Actualmente estamos con la distribución del equipamiento adquirido; con alcohol de uva, los controles del INV y la elaboración de mistela artesanal en las barricas y con el desafío de que aparezca el marco legal que contemple su producción en pequeña escala y de modo artesanal. El INV delegación Cafayate que también regula esta actividad tiene que completar un informe sobre el desempeño de los elaboradores con el manejo del alcohol de uva y la producción organizada de Mistela, esta experiencia tienen que ser aprobada a nivel nacional, para permitir la producción de acuerdo a la estructura y organización de los pequeños productores, este nuevo protocolo permitiría ingresar en la comercialización legal de este producto en forma definitiva. La colaboración que presta la cooperativa para avanzar en el Mistela artesanal es central porque uno de los principales requerimientos es que el alcohol se descargue en una bodega y desde ahí sea administrado y distribuido, por lo que dirigentes de ambas organizaciones tienen que coordinar acciones para el manejo del alcohol. Lo más importante: nos encuentra organizados y activos. A la cooperativa abriendo nuevos desafíos y preocupaciones, a las instituciones que los acompañamos viendo cómo contribuir en ese proceso, con la bodega a punto de ser inaugurada en la vendimia 2012, generando otro escenario y capacidades que se deben implementar para que así sea. ACEVAC se propuso formalizar la organización que los nuclea, generando acuerdos entre las dos zonas que componen la asociación: el sur y el norte, Cafayate y Angastaco. Los encuentra a cada uno de los productores estrenando los tanques y realizando las obras de refacción de las salas de elaboración, de degustación y venta de los vinos caseros. Desde otro punto de análisis es importante mencionar que TRASSOLES y ACEVAC encontraron un lugar concreto en la Mesa Vitivinícola, espacio convocado por el gobierno de la provincia como un lugar de encuentro entre todos los sectores productivos vinculados a esta actividad. Una mesa hoy compuesta por funcionarios provinciales del Ministerio de la Producción, Bodegas de Salta (Cámara empresarial de las grandes bodegas de la provincia), una asociación, algo incipiente que nuclea a 19 Juan Maceira. Director Nacional de Programas de Desarrollo Regional, Subsecretaria de Economía Regionales. MINAGRI. Entrevista realizada durante el proceso de sistematización.

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medianos productores, la Cooperativa TRASSOLES y la Asociación de Elaboradores de Vino Artesanal y Casero; además participan como asesoras las instituciones que vienen trabajando en la zona acompañando los procesos técnicos y organizativos, como el INTA y la SsAF. La situación actual también nos brinda la oportunidad de esta sistematización, que nos permite reflexionar sobre el camino recorrido y el camino aún por recorrer. En este sentido, vemos que se abren nuevos desafíos, tareas sobre las cuales hay que seguir trabajando y fortaleciendo a las organizaciones y a nuestro trabajo como Equipo territorial. Cuando analizábamos “por qué” fue posible esta experiencia y sus gratos resultados, Cristina Sanz, opinaba que “el proyecto fue una etapa más del proceso de construcción y se dio por la coincidencia de diferentes causas: hubo un sector organizado posicionado en un entramado institucional favorable, y una apertura del gobierno de la provincia para leer y apoyar una propuesta concreta para el agregado de valor de la cadena vitivinícola” y agregaba “ la producción de vino tiene mucho que ver con una cuestión cultural profunda, hablar del vino en el Valle Calchaquí en sistemas campesinos, es una propuesta que cierra”20. Para Juan Maceira el proceso de Salta fue exitoso “porque existen muchos actores interesados, que tienen ideas de cómo usar esos fondos, no se improvisó. La provincia fue permeable a aceptar esos proyectos, a considerarlos y ponerlos en la mesa. Hay que reconocer que, por un lado hubo una permeabilidad de la provincia que permitió que esto se haga pero también hubo una organización sólida que obligó a que la provincia reaccione. Podés decir que torcieron la mano porque estaban organizados, pero eso se puede tomar como una agresión, y sería bueno para las organizaciones también que puedan reconocer que la provincia fue flexible y que finalmente accedieron a financiar un proyecto que era genuino, que estaba bien organizado, no que era perfecto porque tiene sus imperfecciones, pero que está caminando. Lo fundamental, lo original fue primero la organización de los productores que terminaron siendo beneficiarios del proyecto, después el acompañamiento que tuvieron desde nuestros técnicos en el territorio, por último el convencimiento de que este era el camino de parte de todos los actores. Hubo y hay una gimnasia interinstitucional, eso hay que reconocerlo, fue muy bueno, nosotros vamos entendiendo como agentes públicos nacionales que también están la provincia y los municipios”21 Según Osvaldo Domingo (presidente de la Cámara Empresarial de Bodegas de Salta) “al vino de la cooperativa le falta técnica y ése debería ser un nuevo desafío. Hay que aprender a usar toda la infraestructura de la nueva bodega. La tecnología ayuda a hacer un mejor vino y más cantidad, pero no garantiza que sea un buen vino. Hay que apoyarlos para que tengan acceso a la tecnología, pero todo empieza en el viñedo. Lo que hay que reconocer es que la Cooperativa tiene una cosa fundamental: el trabajo justo, en eso tiene un arma importante para comercializarlo. Digamos que si es un buen producto, hecho con buena tecnología, sumado al trabajo cooperativo, el trabajo justo, puede ser algo imparable. Para nosotros les falta promocionar su vino acá en Cafayate. No creo que les sirva tanto venderlo a Buenos Aires porque allá una botella que vale 25 pesos en la góndola, a vos te lo pagan 6, 7 u 8 pesos, para una empresa está bien, porque producen 5 millones, 20 millones, 200 millones, pero a ellos que producen 50 mil botellas les conviene más generar una marca fuerte y que la gente lo venga a buscar, que se constituya como un atractivo más de Cafayate. De esa manera lo van a vender a 25 y no a 8, y se ahorrarían el tema de la logística, que no es un tema menor. El manejo del cultivo es otro punto fundamental. Si no cuentan con una uva sana no habrá buen vino por más tecnología que se tenga. Los vinos se definen en el viñedo. ¿Vos querés tener un vino de guarda? Dale más concentración, que tenga menos cantidad, que no esté sombreado el racimo, pero tampoco que esté quemado. La calidad viene del buen manejo de viñedo. La tecnología puede hacer muchas cosas buenas y también muchas cosas malas. Para 20

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Cristina Sanz Juan Carlos Maceira

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Bodegas de Salta donde se tiene que poner la ayuda desde ahora, es en el viñedo, en eso hay que apoyar a todos los productores de Cafayate, acercar herramientas en la parte técnica a los pequeños productores para que hagan mistela, vino patero o casero, que hagan vino fino en la cooperativa como así también para los que quieran vender las uvas a las bodegas de la zona”22. VII.1 Trabajo, diferenciación y comercialización de la Agricultura Familiar A partir de aquí podemos introducirnos en un tema central del proceso: la comercialización de los productos de la Agricultura Familiar. Comercializar no es solo vender, al dar a conocer sus productos dan a conocer su trabajo, su vida, su historia, su cultura. Un producto de la agricultura familiar tiene implícito mucho más que la materia prima, con o sin valor agregado incorporado, es historia y es otro modo de producción. Es el reconocimiento del trabajo de muchos años, de los saberes trasmitidos de generación en generación; es la capacidad de innovación y renovación que le pone a los productos cada nuevo integrante que asume esta tarea. La comercialización es el momento en que se puede transferir, compartir y dar valor a lo realizado, es la fuente de ingreso de estos productores. Los productos de la Agricultura Familiar son diferentes, y es un desafío poder comunicar y dar valor a esas diferencias, no sólo por generar mejores condiciones de cambio e intercambio, sino además, porque es otro medio por el cual se revaloriza, se visibiliza y se comparte la cultura de la ruralidad de nuestro país. Este es un nuevo desafío que ocupa las proyecciones de cada uno de los actores involucrados, y sobre todo de los que en sus vinos o en sus uvas tiene también expectativas económicas y de incorporación al “mercado”, pero en condiciones más equitativas, transformando las que siempre les fueron impuestas y que fomentaron con ello las desigualdades. Buscamos entonces diferenciar y legitimar no sólo los actores políticos que surgen de la Agricultura Familiar, sino también sus productos, creemos que en el campo de lo organizativo ya van trazando un camino que les implicó correr los límites de lo posible, y que por ahora han podido conquistar legitimidad, han podido pasar de la resistencia a generar y concretar propuestas para el sector, han sabido ingresar al campo sin tener miedo al hecho de disputar poder para hacer escuchar su voz, y en ese mismo camino tener voto en los ámbitos en los que se toman las decisiones. En este mismo sentido cobra gran importancia el preguntarnos sobre el saber hacer, indagamos sobre aquello que diferencia y que se vuelve una potencialidad en sus productos. El saber hacer de los vinos de los pequeños productores, en este caso, es tomado como un elemento que los diferencia de otros vinos, porque les da identidad, a su trabajo de cada día, al conocimiento, y a la historia que se esconde en cada vino y que se quiere compartir. Para el INTA, para el gobierno provincial y fundamentalmente para las organizaciones, la comercialización es un tema a abordar, desarrollar y consolidar. Según Diego Kalman “el plan de comercialización es algo que necesitan, ellos han tenido experiencias de comercialización siempre, pero es algo que se tiene que mejorar, sobre todo las condiciones de negociación, en eso podemos aportar. En este sentido lo que me asusta es el tema comercial-financiero de la Cooperativa, ya que es una escala que desborda a la economía de cada uno de sus integrantes, de sus socios. En cambio, la de los elaboradores artesanales es la escala familiar, no hay otro orden de magnitud. En eso nos tenemos que poner a pensar todos los que queremos que les vaya bien, incluso Luis Fabián decía que ahora empieza la historia más complicada. No podemos desconocer que hay gente que podría estar esperando que tropiecen y que el tropiezo sea en grande, que sea vistoso. Tan grande es la bodega, tan grande puede ser el tropiezo. Sera despacio, año a año, las instituciones que los acompañamos tenemos que saber que van a pasar muchos años hasta que se puedan afianzar, es un trabajo paulatino y de a poquito” Otro aspecto importante que señala Kalman es que “los elaboradores artesanales tiene la cualidad implícita, porque el elaborador artesanal tiene la ventaja de la diversidad, esa es una potencialidad” 23. 22

Osvaldo Domingo Presidente de la Cámara empresarial Bodegas de Salta. Entrevista realizada durante el proceso de sistematización 23 Diego Kalman, INTA AER Cafayate

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La situación de los elaboradores artesanales no es la misma situación que tiene la cooperativa, ellos están apostando a otra cosa, están en otro rumbo, están obligados a jugar otro juego con reglas que ponen otros, pero se le puede encontrar la vuelta por la vía de los mercados justos, de otro tipo de comercialización del vino fino. La estrategia de la Coope es que hoy se están homogeneizando, para poder diferenciarse después; de esta manera lo analizan Diego Kalman, Osvaldo Domingo, Cristina Sanz e incluso sus propios dirigentes. Para ellos puede servir la idea del saber-hacer, pero vinculado a la cuestión organizativa, política, reforzando los aspectos cooperativos. VII.2 Participación de los pequeños viñateros en el sector vitivinícola Otro de los desafíos de la situación actual es seguir fortaleciendo los procesos participativos y políticos dentro de la Agricultura Familiar y en los escenarios públicos, pensar en el recorrido es pensar en el hoy, y en el mañana. Para Luis Fabián “después de todo lo cosechado en el 2010/2011 como organización, cambiaron las cosas. Antes teníamos que ir preguntando, intentando acceder a la información, a pedir reuniones, hoy nos invitan. No sé si porque quieren hacerlo, pero me parece que entendieron que tienen que hacerlo, que los pequeños estamos y que somos parte. Hoy tenemos presencia como pequeños productores”. Para todas las instituciones que somos parte de este proceso, los elaboradores artesanales y la cooperativa son hoy actores políticos en territorio, y hay que pensar que el lugar que conquistaron no guarda relación ni con la superficie ni con los números que maneja el sector, sino con que se han hecho visibles; han desarrollado muy buenas capacidades de gestión; reflexiones que compartíamos con Diego Kalman y el equipo de la SsAF cuando realizábamos las entrevistas para esta sistematización. Para la Cámara de Bodegas de Salta, los nuevos desafíos que se abrieron con los fondos del Estado, deben estar orientados al “trabajo mancomunado de la zona”, después del 2010 y de la experiencia, su postura sobre el fondo de retenciones a los vinos de exportación, es que sean destinados a las personas que no tienen acceso al crédito. “Los pequeños minifundistas que quieren tomar un crédito no pueden porque le piden la cédula parcelaria de la finca, algunos no la tienen, o la tienen a nombre del abuelo, del bisabuelo, o son monotributistas, entonces capaz que le pueden dar sólo 5 mil pesos por familia. Por eso hay que fomentar la unión. Hay que ayudarlos, pero con una contrapartida: trabajar en una asociación, los elaboradores de vino casero por ejemplo se juntan a comprar botellas y ganan en precio por la cantidad. No creemos que todo es dar plata, se podría armar un programa que le ponga un ingeniero, un enólogo que los asesore, si seguiríamos con la teoría vieja, cada tipo va a querer un enólogo y eso no hace falta, puede trabajar con varios si están juntos. Una cosa es una economía de agricultura de tipo familiar, que es de subsistencia y estas acciones ayudan a vivir un poco mejor y otra cosa es una persona física o jurídica que tiene una empresa y hace un negocio, a ese no lo podés subsidiar. Que el Estado le de un crédito, a una tasa menor que a una gran bodega, pero que asuma el riesgo. Eso es lo que proponíamos desde la Cámara de Bodegas de Salta. A cierta escala subsidio, hasta cierto punto, y hasta cierta escala préstamo con tasa subsidiada”24. Nos pareció interesante que en la actualidad las cámaras empresariales puedan revisar sus posturas y reconocer el lugar de los pequeños productores. Por otro lado, tanto las organizaciones como los técnicos que trabajamos con ellos, debemos reconocer que hay otros actores y que en algunos puntos o contextos pueden ser incluso aliados estratégicos, sin que eso signifique estar renunciando a la legitimidad de los sectores populares y sus demandas. VIII. Aprendizajes que nos desafían y nuevos interrogantes Observar los tres componentes de la investigación, el saber hacer – la organización – la articulación, de esta experiencia, sirvió para entender la incidencia que ejercieron sobre las políticas públicas los vitivinicultores salteños. Estas dimensiones mostraron durante todas las entrevistas, la observación participante, al igual que en los grupos focales, que actuaron decisivamente para 24

Osvaldo Domingo, entrevista durante el proceso de sistematización

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fortalecer argumentos y antecedentes de los productores y dirigentes, permitiendo a las organizaciones acceder y participar con éxito en los distintos ámbitos públicos y del mundo vitivinícola. Retomar la reflexión acerca de la Agricultura Familiar en esta experiencia, ha sido un gran desafío para pensar desde otros universos de posibilidades y de definiciones. El sector con el que trabajamos tiene aun un fuerte rol de resistencia política, social y cultural frente a la concentración y a la extranjerización de la tierra, a los métodos extractivos y a la concepción del suelo y el agua como recursos al servicio de un productivismo insaciable. Queda aún por delante un camino difícil en el que se plantee la necesidad de discutir la distribución de la tierra y del agua, considerando las formas de producción vinculadas a la agricultura familiar, bajo la idea del “buen vivir”. Ello no sólo garantiza derechos elementales como el acceso a la tierra, a la salud, a la educación de la población rural sino también el derecho a la propia cultura, a la soberanía alimentaria y a respetar las formas propias de producción. Partiendo de esa base, creemos que si no hay cambios estructurales, se puede estar mejor preparado para resistir, que no es poco, pero en esencia las reglas del juego siguen siendo las mismas. Creemos que, por lo general, la definición de pequeño productor viene del espacio que le dejaron para subsistir, pequeños productores porque están trabajando pocas superficies. Pensar hoy en términos de Agricultura Familiar, no debe estar anclado en lo pequeño, en la pobreza, hay que superar la idea de que un productor o productora por ser minifundista solamente puede ser destinatario de políticas públicas de alivio. Pensar la Agricultura Familiar es desarrollar otras formas de producción, otras maneras de entender y de relacionarse con el mundo, más amables con su ambiente y con su familia. No podemos dejar además de mirar y hacer ver que dentro de la Agricultura Familiar se encuentran los campesinos, los indígenas, y que esa riqueza de la diversidad, no debe dejarse de remarcar y visibilizar. Creemos que con este trabajo de sistematización, hemos podido reforzar y compartir la certeza sobre la importancia de las organizaciones en la comunidad y su capacidad transformadora, también las fortalezas y los aportes del trabajo articulado y la complementariedad entre los diferentes actores. En este sentido es fundamental revalorizar la importancia del reconocimiento y la confianza de los sectores populares de la comunidad, como artífices de las transformaciones que creen necesarias para sus sectores. Una prioridad que desde aquí se desprende es lograr una agenda y líneas de trabajo interinstitucionales, pensando estrategias junto al productor/a familiar basadas en la diferenciación hacia un cultivo más sano, mostrando toda su tipicicidad. Desarrollando actividades de transformación y valor agregado que encuentren formas de comercialización teniendo en cuenta articulaciones regionales con organizaciones similares y producciones complementarias de la Agricultura Familiar. Dando mayor exposición y conocimiento de las producciones participando del mercado con el sello del trabajo asociado y agroecológico y compitiendo en forma aunada con todo con todo el espectro de la producción campesina. Una reflexión que también nos permitió hacer este trabajo es analizar el rol de las mujeres y su visibilización en el “mundo de la vitivinicultura”. Se pudo conversar sobre el tema, se reconoce que las mujeres están y son parte pero que los “espacios públicos” están generalmente ocupados por dirigentes varones, sin embargo para la mayoría de los entrevistados la visibilización de las mujeres es una tarea pendiente, una tarea que quedará plasmada en nuestras futuras planificaciones. Otro aprendizaje en este recorrido fue reconocer las potencialidades de incorporar esta herramienta, la sistematización, en nuestra dinámica de trabajo. Esto nos permitió un proceso de aprendizaje y de intercambio entre los saberes de las diferentes disciplinas que manejamos quienes formamos parte del equipo, desde este punto de partida se pudo fortalecer los lazos entre los compañeros,

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permitiéndonos además reflexionar sobre la experiencia vivida, los desafíos, los aprendizajes que nos quedan para este camino que seguimos transitando. Durante las últimas reuniones de esta sistematización compartíamos la necesidad que quede explícita nuestra intención de no hacer foco solamente en los recursos asignados, en el acceso a lo tecnológico o en la coyuntura particular con la que contaban los pequeños vitivinicultores –ya sea por los programas y políticas que los contemplan, como por el escenario donde se desenvolvieron-. Para nosotros la verdadera riqueza de esta experiencia radica en la ampliación de derechos conquistados, en la visibilización de los actores y su legitimidad. Creemos que eso podría ser motivador para otros procesos, organizaciones y/o equipos técnicos. La disputa y la construcción de legitimidad política es una realidad, hoy son tomados como referentes del sector y eso es un punto crucial para los pequeños productores vitivinícolas. Este avance se va expandiendo en otras organizaciones que tienen procesos organizativos parecidos, y que aun no han contado con un apoyo económico tan significativo; el caso, por ejemplo, de los pimentoneros de los Valles Calchaquíes. Por último, vemos que la vitivinicultura en Argentina es muy extensa, abarca varias regiones, y ha tenido una fuerte evolución en los últimos 20 años, transformándose en una actividad moderna, de gran desarrollo tecnológico y generadora de riquezas. Las políticas nacionales y la visión de las organizaciones del sector están apoyando este proceso con planes estratégicos, PEVI 2010-2020 y proyectos para garantizar un crecimiento sostenible y equitativo en la producción y comercialización de uvas y vinos. En este macro contexto, las organizaciones de agricultores familiares del valle Calchaquí Salteño, están trabajando para hacer conocer sus argumentos y propuestas, y en algunos casos aprovechando las grietas de las políticas para ampliar y mejorar su participación. Aunque todavía falta afianzamiento para sus economías, en esta experiencia los pequeños productores hicieron valer su trayectoria para participar de las políticas públicas del sector vitivinícola, trayectoria que se compone de un ensamblado complejo de su fuerza organizativa, su trabajo interinstitucional y su propio saber hacer.

IX. Bibliografía: Ana Bieckel. La sistematización participativa para descubrir los sentidos y aprender de nuestras experiencias. Revista la Piragua N° 23, (2006). Oscar Jara. Sistematización de experiencias corrientes innovadoras latinoamericano. Una aproximación histórica. Revista la Piragua N° 23, (2006).

del

pensamiento

X. Agradecimientos: - Cooperativa de productores vitivinícolas de Cafayate (TRASSOLES) - Asociación de elaboradores de vino artesanal y casero (ACEVAC) - Grupo Calcha Killa de elaboradores de vino artesanal. - Subsecretaria de Agricultura Familiar-delegación Salta - Diego Kalman, Jefe AER-INTA Cafayate - Juan Maceira, Director de la Subsecretaria de Economías Regionales (MINAGRI) - Daniel Farina, Jefe del Instituto Nacional de Vitivinicultura, delegación Cafayate - Secretaria de Asuntos Agrarios de la provincia de Salta - Municipalidades de Cafayate, Animana, San Carlos, Angastaco - Lorenzo Capece, presidente de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) - Osvaldo Domingo, Presidente de la Asociación Bodegas de Salta - Equipo de capacitación de la Secretaria de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar

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