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INDIVIDUO-SOCIEDAD 1.
La relación individuo / sociedad.
Este tema es un tema clásico de la Sociología, ya que sobre él se ha escrito mucho, a lo largo de toda la historia de la Sociología. Acerca de la sociabilidad o no del ser humano. Existen dos posturas contrapuestas entre los distintos pensadores: 1) Defiende que el hombre es resultado de la sociedad. 2) La radical individualidad del hombre respecto al medio social. Lo cierto es que la problemática relación entre el individuo y la sociedad ha sido formulada de tan diversas maneras, que finalmente ha acabado por convertirse en un dilema. Básicamente puede ser enunciado de la siguiente manera: • ¿son las características de los individuos causas o efectos de la sociedad en la que viven? • ¿es el individuo el que influye en el medio social o es el medio el que influye en el individuo? Planteado así, este tema no sólo ha acabado por convertirse en un dilema, sino que además presenta la complejidad de ser un dilema circular del tipo: qué fue antes el huevo o la gallina... el individuo o la sociedad... Pues bien, la relación que se establece entre el individuo y la sociedad ha de ser planteada en términos de interacción. En esta interacción que se produce entre individuos y medio social, no es únicamente uno de estos dos el que influye en el otro (los individuos en el medio social, o el medio social en los individuos), sino que la interacción es mutua, los individuos influyen en la sociedad y ésta en el individuo. Esta postura del justo medio no siempre ha sido la que ha predominado, y para ser aceptada por la Sociología de hoy tendría que ser aclarada. Además, este es un dilema que tiene enormes implicaciones filosóficas. Así, por ejemplo los nazis decían en su propaganda: " tú no eres importante, tu pueblo si; y más recientemente Margaret Tatcher, primera ministro británica, afirmaba contundentemente: " no existe la sociedad, existe el individuo". La Sociología contemporánea, se inclinaría más del lado de la sociedad: la conducta de las personas está condicionada por el medio social en el que viven. Ahora bien, hemos dicho condicionada, pues la Sociología acepta que el individuo, y en mayor medida los grupos sociales, pueden actuar sobre el medio y modificarlo. Por ello, más que de influencia de uno sobre otro, debemos hablar de un proceso peculiar de interacción, denominado retroalimentación o en términos anglosajones, de un proceso de feedback, según el cual individuo y sociedad se necesitan recíprocamente, pues de la misma manera que los individuos forman la sociedad, la sociedad está formada por individuos, por lo que ambos han de ser concebidos en relación. Ahora bien, en lo que unos y otros estarían de acuerdo es en la tesis de que nadie vive una vida individual, nadie, ni siquiera Robinson Crusoe. Precisamente el relato de Robinson es un buen ejemplo de cómo la puesta en práctica de todo lo aprendido en sociedad puede llevar a alguien a sobrevivir en soledad, a hacer del medio natural un medio habitable, un medio social. Robinson sobrevivirá en aquella isla gracias a que tenía muy bien aprendidas las normas, usos, habilidades y costumbres de su sociedad. (propias de la sociedad inglesa). Por ejemplo el pasaje en el que el autor de este libro narra cómo Robinson se quita la ropa para nadar hasta su barco, embarrancado, en busca de herramientas y objetos, y, por decencia ante sí mismo, decide no quitarse ni los calcetines ni el chaleco, o también la relación que establece con Viernes, el único indígena de la isla, a quien intentará someter por un proceso de aculturación propio de la cultura anglosajona en sus territorios de ultramar. Recordamos lo dicho por Aristóteles: el hombre sólo es hombre en sociedad, fuera de ella o es una bestia o es un dios. Así entendido, fuera de la sociedad sólo pueden sobrevivir o los superhombres o las bestias. Robinson es un ejemplo claro de lo primero. Otro ejemplo, esta vez de lo segundo y en el extremo opuesto, es el de los niños salvajes. Niños nacidos y criados fuera de la sociedad que, para ser reintegrados, a ella, han de ser sometidos a un proceso de socialización en el cual se le enseñan las ideas, normas, creencias, usos, costumbres, habilidades y técnicas del grupo o sociedad al cual se integran. Este proceso de socialización, de hecho, no es algo que sólo se aplique a los niños salvajes, pues se trata de un paulatino proceso de aprendizaje que sufrimos todos, sólo que no nos resulta ni doloroso ni traumático, pues lo vivimos desde la infancia y, por decirlo así, casi sin enterarnos. Y es precisamente este proceso de socialización el que nos va a ayudar a comprender la relación entre el individuo y la sociedad. Comenzaremos, pues, por definir en qué consiste el proceso de socialización.
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2. El proceso de socialización. La socialización. En un sentido amplio, este concepto hace referencia a las transformaciones que sufren los individuos, como consecuencia de su interacción con otros individuos con los que se relacionan de alguna manera. Pero en un sentido más estricto, que es el que vamos a seguir aquí, la socialización hace referencia al proceso que sigue todo individuo desde su nacimiento, y por el cual aprende e interioriza los requerimientos de la sociedad en la que vive. De otra forma, es el proceso por el cual el niño aprende a convivir con otros, al mismo tiempo que va formando su propia personalidad. Por eso este concepto se relaciona estrechamente con el aprendizaje y la Psicología. Precisamente por ser un proceso de aprendizaje, podríamos pensar que la socialización es algo que se sitúa en la infancia, que sería algo así como una materia más a aprender por el niño, pero lo cierto es que la socialización es un proceso que dura toda la vida del individuo. Y aunque tiene una gran importancia en las primeras fases de la infancia, no acaba en el período de escolarización. Salvador Giner recoge tres momentos de esa socialización: 1) Socialización primaria: es la que tiene lugar en la infancia y, sin duda, es la más importante, pues en ella se interiorizan los aspectos más importantes de la sociedad. En definitiva es en esta etapa donde el niño aprende a "saber a qué atenerse" y qué esperar de su propia conducta y de la de los demás; aprende a comportarse como hijo, como alumno, como amigo... Es importante señalar que en esta etapa de la socialización, el individuo es completamente acrítico, recibe toda esa información al mismo tiempo que va formándose su propia personalidad. 2) Socialización secundaria: esta etapa se caracteriza por aprender, más concretamente, todos aquellos valores que corresponden a las funciones que el individuo va a desarrollar en la vida adulta. Se refiere a todos aquellos aspectos que tienen que ver con la socialización profesional o política del individuo. Éste interioriza aquellas normas que tienen que ver con su mundo profesional e ideológico, y así habrá personas que interioricen una mayor agresividad, o compañerismo, o individualismo, o afán de lucro, o creatividad etc... 3) Socialización terciaria: si nos fijamos en los dos primeros momentos de la socialización, parece como si el individuo tuviera un muy estrecho margen de elección frente a lo que la sociedad le impone. En esta tercera etapa se hace referencia a todos aquellos adultos que, por los motivos que fueren, se sienten desengañados o descontentos con todo lo aprendido dentro de un determinado contexto cultural, y deciden asumir o interiorizar las normas y valores de otra cultura o sociedad. Es el caso de lo que a veces denominamos "crisis" adultas, cuando un individuo ya formado e instalado en la sociedad, decide romper con esa situación y cambiar drásticamente de estilo de vida, asumir una nueva cultura por motivos religiosos, o psicológicos o éticos.
Ahora bien, este proceso de socialización no sucede porque sí, sucede porque existen unos agentes sociales que son como los "encargados" de llevarla a cabo. Así pues veamos, cómo se define agente social y cuáles son los agentes de socialización más importantes.
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3. Agentes de socialización. Antes hemos definido socialización en sentido amplio como las transformaciones que sufren los individuos, como consecuencia de su interacción con otros individuos con los que se relacionan de alguna manera. Si nos acogemos a esa definición, los agentes sociales serían el conjunto total de los actores sociales con los que, de alguna forma, se relaciona el individuo. En esta relación los agentes sociales transmiten, de un modo u otro, la cultura social al individuo, es decir, intentan formar su personalidad social mediante la transmisión de los valores, normas y concepciones de la cultura en la que viven. Entre los agentes sociales más importantes, cabe distinguir: 9
La familia: si hemos dicho que aquí usaremos el concepto de socialización referido al proceso que sigue todo individuo desde su nacimiento, y por el cual se aprenden e interiorizan los requerimientos de la sociedad en la que vive, sería difícil encontrar un agente de socialización más importante que la familia, pues es en ella donde comienza, y de forma más intensa, a producirse este proceso de aprendizaje e interiorización de las pautas sociales. Si la relacionamos con los tres momentos que hemos señalado en el proceso de socialización, la familia sería especialmente importante en la socialización primaria, por ser el agente social en el cual el individuo se adapta e interioriza las normas sociales. Además, la familia no sólo es el lugar en donde nace el niño, sino también el agente socializador en el que tienen lugar las relaciones sociales más profundas y persistentes. En este sentido, no hay más que pensar en la enorme influencia que tienen para el individuo distintos tipos de experiencias familiares: hay abundantes estudios sociológicos que relacionan, por ejemplo, las conductas violentas de un individuo con los malos tratos sufridos en su entorno familiar, o existe una relación entre el interés familiar por los estudios y el rendimiento académico que obtiene el individuo. La familia es, pues, el principal agente socializador y en ella es en donde se adquieren la mayor parte de las creencias, actitudes, valores. normas y prejuicios que, consciente o inconscientemente configurarán la personalidad social del individuo.
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La escuela: si la familia es el primer agente socializador, en el tiempo y en importancia, la escuela actúa como un importantísimo complemento en ese proceso. También situado dentro de la etapa de socialización primaria, la escuela no cumple sólo con la función de transmitir determinados conocimientos, (lo que ya en sí mismo supondría un proceso de asimilación de la cultura en la que se vive) sino que, además, el papel socializador de la escuela se extiende a unos determinados valores y actitudes que, explícitamente en algunos casos y sutilmente en otros, se van inculcando a los niños. Así, por ejemplo, la disciplina adquiere una dimensión más amplia que la que rige en el entorno familiar; el rigor en el trabajo y el cumplimiento de tareas que tan importante será para la vida adulta, tienen también su origen en la escuela, y determinadas posturas ideológicas (religiosas y políticas) también se configuran en el individuo desde la escuela. De ahí la gran importancia que las sociedades modernas otorgan a la escuela como agente socializador. Hay que recordar, no obstante, el papel complementario que cumple la escuela en el proceso socializador respecto de la familia. Decimos esto porque en la actualidad, y como consecuencia de la forma de vida que imponen los hábitos sociales contemporáneos (fundamentalmente el hecho de que los padres y madres suelen trabajar fuera de casa), no son pocos los padres que reclaman que sea la escuela la principal encargada de socializar a sus hijos. Es esta una situación problemática, pues si bien es cierto que el grado de complejidad de nuestra cultura ha llevado a tal acumulación de conocimientos que imposibilita el que los padres puedan transmitírselos ellos solos a sus hijos, también lo es que hay tareas que los padres, como agentes socializadores primarios, no pueden delegar en las escuela, como son la educación emocional del niño o la transmisión de valores éticos, que en gran medida configurarán después su comportamiento social.
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Relaciones entre iguales: en la familia y en la escuela el niño no está en el mismo nivel de igualdad respecto de los adultos, asume un papel subordinado respecto de los mayores. El proceso socializador recibe un espaldarazo definitivo cuando el niño asume las relaciones que se establecen entre un grupo de iguales. Con este término nos referimos a los grupos que se forman de niños de la misma edad, y que actúan muchas veces fuera de la observación de los adultos. En ellos el niño aprende a desempeñar papeles distintos de los que viene representando en la familia y en la escuela; allí es hijo, hermano, alumno... en los grupos de iguales aprende a comportarse como amigo, compañero de juegos o deporte, líder, "bicho raro", o cual sea su función en el grupo de iguales. Aunque este tipo de relaciones es especialmente importante durante la adolescencia, cuando el individuo va fraguando su propia personalidad, lo cierto es que existen relaciones entre iguales en distintos momentos de la vida. Así, podríamos establecer las siguientes agrupaciones por edades: la niñez, los grupos de jóvenes, a grupos de adultos, primera vejez y senectud. Y es interesante observar cómo existen a menudo ceremonias o ritos específicos que marcan la pertenencia o el paso a uno de esos grupos de edad; los antropólogos recogen información sobre distintos ritos iniciáticos que dan acceso al mundo de los adultos. En las sociedades modernas esos ritos son más sutiles: así la asistencia a determinadas fiestas o locales, por ejemplo, indica el grupo de edad en el que se sitúa el individuo.
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Medios de comunicación de masas: si la familia, la escuela y los grupos de iguales son los agentes socializadores de toda la vida, los medios de comunicación de masas son un producto característico de las sociedades contemporáneas. El hecho de que sean algo mucho más reciente que el resto de agentes socializadores, no debe confundirnos respecto de la enorme importancia que tienen en el citado proceso. Prensa, libros, radio, pero sobretodo televisión, son poderosísimos instrumentos de información, pero también de formación, y como consecuencia, de manipulación ideológica con una incidencia muy importante en las ideas, costumbres y comportamientos de los individuos. Detenerse en demostrar la eficacia en la transmisión de determinados valores por parte de los medios de comunicación de masas, sería algo así como descubrir el Mediterráneo, algo ya suficientemente probado. A modo de simple exposición, diremos que la capacidad de los medios de masas de uniformar las conductas, valores, creencias, etc. de la gente se debe al poderosísimo radio de influencia que tiene; en todas las casas hay una radio, un televisor, a todos los lugares del mundo llegan los periódicos, cada vez es mayor el número de personas que cada día reciben idénticos mensajes, eslóganes publicitarios, contenidos informativos... Por tanto, la capacidad que tienen los medios de comunicación para formar, informar y manipular socialmente a las personas les convierte en el agente socializador más eficaz hoy.
Por tanto y resumiendo: 1. Socialización primaria (familia, escuela) 2. Socialización secundaria (mundo profesional, político) 3. socialización terciaria (medios de comunicación de masa)
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Sociedad y grupos sociales.
En el primer tema del curso definíamos la Sociología con un término deliberadamente ambiguo: el estudio de los colectivos humanos. Sin embargo ahora ha llegado el momento de precisar un poco más esa ambigüedad, pues hay muchos colectivos y de muy diversas características. En este tema analizaremos: los grupos, los agregados y las categorías sociales. 9
Grupos sociales: son la unidad mínima sobre la que trabaja la Sociología y se definen como una pluralidad de individuos (dos o más) que interactúan entre sí sobre una base regular. Esto último, el actuar de forma regular, es muy importante para definir un grupo. Así, un ejemplo de grupo sería la familia, o los compañeros de una fábrica, o los integrantes de un club deportivo. En todos estos casos, el integrante de un grupo espera del resto de los miembros unas determinadas pautas de conducta, que no esperaría de aquellos que no pertenecen al grupo (un miembro del grupo tendría mucho menos reparo en pedirle dinero a un integrante de su grupo, que a otro individuo que no formara parte de él). Hemos dicho que lo que caracteriza al grupo es que existe una base regular sobre !a que interactúan. Atendiendo a si esa base regular es algo más o menos cercano al individuo, podemos distinguir entre grupos primarios y secundarios. 1.
Grupos primarios. Constituidos por los más cercanos emocionalmente al individuo, aquellos en los que predominan los lazos afectivos: la familia, el grupo de amigos.
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Grupos secundarios. Lo constituyen personas que interactúan con regularidad, pero cuyas relaciones son más impersonales y, habitualmente, persiguen la consecución de fines prácticos específicos, por ejemplo los integrantes de un club social o deportivo.
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Agregados sociales: son los conjuntos de personas que están en el mismo lugar, al mismo tiempo, por ejemplo los espectadores en un cine, o los pasajeros de un autobús, pero no les une ninguna otra cosa.
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Categorías sociales: aquí no se trata de una reunión física de personas, sino de una agrupación estadística de personas, de individuos que comparten algún tipo de característica particular, como la profesión, el nivel de renta o el ser propietarios de un determinado modelo de coche. Hay que recordar que todas las clasificaciones en ciencias sociales son convencionales. No siempre es fácil delimitar claramente el alcance de una u otra. En los casos que hemos señalado anteriormente las diferencias estaban en función de la mayor o menor regularidad en las relaciones de los integrantes. Pero existe la posibilidad de movilidad, de transformación. Así, un mero agregado como el de los viajeros del autobús, puede llegar a desarrollar relaciones más estrechas si se ven involucrados en un accidente, o en una convocatoria de huelga que anule el viaje. O un grupo secundario puede, debido a las continuas reuniones, establecer igualmente un mayor grado de intimidad o cercanía emocional,
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5 El individuo y el medio social. De nuevo volvemos aquí al dilema circular de quién influye en quién. Desde la perspectiva histórica, los grandes teóricos de la Sociología, sostienen que el medio social se impone al individuo: así lo entienden Comte, Marx, Durkheim... y únicamente Weber se decanta a favor de la gran influencia que el individuo ejerce sobre el medio. Pero ahora vamos a enfocar esta cuestión desde otro punto de vista, matizando lo que se entiende por medio social y distinguiendo en él varios planos. Es un hecho que un individuo solo difícilmente podrá influir sobre la totalidad del medio social, pero sí quizás sobre una pequeña parte. Así, para acercamos a esta problemática, debemos tener en cuenta, en primer lugar, las diferentes dimensiones de "lo social". Efectivamente es difícil que el problema del hambre en el mundo, por ejemplo, dependa únicamente de la voluntad de los alumnos de esta clase (todo el mundo está de acuerdo en que es un problema y que hay que resolverlo, pero la solución pasa por la intervención activa de determinadas instituciones, no únicamente de la voluntad de los individuos). Sin embargo, la actuación de esos mismos individuos en las decisiones que adopte su grupo de amigos, o compañeros de deporte o clase, puede ser determinante para influir en la decisión del grupo. Es más, la unión de varios individuos puede formar un grupo social lo suficientemente fuerte como para influir sobre el medio; si no sobre la totalidad, sí al menos sobre alguna de sus partes, y conseguir de esta forma modificarlo. Así pues, cuando hablamos de relaciones individuo /medio social, debemos distinguir niveles de lo social. Algunos autores hablan de diferentes planos, según la generalidad a la que nos refiramos, y así distinguen el plano macro-sociológico, que englobaría a la cultura o civilización (plano éste en el que la incidencia del individuo es bastante reducida, pues es difícil que un solo individuo influya en toda la civilización), el micro-sociológico, que afectaría a las relaciones personales de distintos individuos, y el meso-sociológico, que ocuparía un espacio intermedio. Todas las clasificaciones son convencionales, así que más que adoptar una u otra, quedémonos con la idea de distinguir distintos planos para valorar cuál es la influencia del individuo sobre el medio, o viceversa. En cualquier caso, dado que la influencia que la sociedad ejerce sobre el individuo es evidente, conviene insistir en que la recíproca también se da. De no ser así, de estar siempre permanentemente el individuo sometido a la presión social sin posibilidad de actuar sobre ella, no se explicarían las transformaciones sociales ni las diferencias entre las distintas agrupaciones humanas. Esa era la crítica de Durkheim a la ley de los tres estados de Comte: si existiera un determinismo social tan aplastante, la intervención de los individuos se limitaría a sufrir, a padecer de forma pasiva unas determinadas relaciones sociales. Los enormes cambios de todo tipo vividos en la sociedad actual demuestran que esta relación no es unidireccional, no va únicamente de la sociedad al individuo, sino que existe una relación de feedback, de retroalimentación entre el individuo y la sociedad
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6 El teorema de Thomas. Un caso peculiar en esa relación individuo-sociedad, es el que se conoce como teorema de Thomas o el de la profecía que se cumple a sí misma. La definición del teorema es la siguiente: "si los individuos definen las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias." Esto es, cuando los individuos entienden que una situación se da de hecho, que es real (aunque lo cierto sea que es mentira, que la realidad no es sí), las consecuencias que se desprenden de esa situación falsa se convierten en reales, es decir, verdaderas. Existen varios ejemplos que explican claramente este teorema, por ejemplo: En la película , ¡Qué bello es vivir!, de Frank Capra, puede apreciarse este ejemplo. Sencillamente consiste en la propagación de un rumor, que es falso, según el cual el Banco ha quebrado, no tiene dinero. ¿Qué tiene esto que ver con el teorema de Thomas?, pues que la reacción de la gente, al asumir como real, como cierta, una circunstancia que en realidad es mentira (el Banco tiene liquidez, no ha quebrado), acaba por convertirla en real. Efectivamente, si uno oye, en la radio, en la televisión o en el bar, que el Banco donde tiene sus ahorros ha quebrado, antes de cerciorarse de si eso es verdad o no, de si está siendo engañado por una manipulación malintencionada de alguien, lo que hará ese individuo es correr hasta el Banco a ver si puede llegar a tiempo para sacar sus ahorros, antes de que el Banco ya no pague a sus clientes. Y eso mismo harán todos los clientes que hayan oído (y creído) el rumor. La consecuencia, ahora sí real, es que el Banco, al tener que devolver el dinero de sus clientes, se descapitaliza, se queda sin dinero y quiebra. Este mismo caso puede suceder a nivel global, p.e. la crisis de los llamados Tigres asiáticos, los países del Sudeste Asiático, que comenzó en Tailandia y que como un efecto dominó se extendió a Malasia, Filipinas, Hong Kong, Indonesia, Corea del Sur... llegando a afectar incluso a Rusia y Latinoamérica. En definitiva la especulación de Soros produjo una crisis de confianza de los inversores en estos mercados, lo que corrobora como veremos en el tema de la globalización, que la economía mundial cada día está más próxima a la percepción que de ella se tiene que a sus fundamentos reales. Es decir, la economía de hoy es más vulnerable a los ataques de los especuladores sin escrúpulos, ya que su virtualidad alienta la eficaz aplicación del teorema de Thomas: inventar un rumor y conseguir que sea verdad a la velocidad de las líneas telefónicas La profecía que se cumple a sí misma es, en el origen, una definición falsa de la situación que suscita una conducta nueva, la cual convierte en verdadero el concepto originariamente falso. Obviamente este es un teorema que afecta a las relaciones sociales humanas, no se encuentra en el mundo de la naturaleza. Por mucho que algún medio de comunicación haga predicciones falsas sobre el regreso del cometa Halley, eso no va a influir en su órbita. Pero el rumor de insolvencia del banco, o el de una crisis económica afecta al resultado real. La profecía de la quiebra llevó a su cumplimiento.
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