SPACE, CULTURE, NATURE AND PLACE IN THE PROCESS OF SPANISH INNER RURAL REESTRUCTURING AREAS

ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura CLXXXIV 729 enero-febrero (2008) 143-154 ISSN: 0210-1963 ESPACIO, CULTURA, NATURALEZA Y LUGAR EN EL PROCESO DE R

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ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura CLXXXIV 729 enero-febrero (2008) 143-154 ISSN: 0210-1963

ESPACIO, CULTURA, NATURALEZA Y LUGAR EN EL PROCESO DE REESTRUCTURACIÓN DE LAS ÁREAS RURALES EN LA ESPAÑA DEL INTERIOR

SPACE, CULTURE, NATURE AND PLACE IN THE PROCESS OF SPANISH INNER RURAL REESTRUCTURING AREAS

Ángel Paniagua CSIC-CCHS-IPP [email protected]

ABSTRACT: This paper is a interpretation for the depopulated spaces of central Spain of the geographical theories of place. The approach is mainly constructive, with elements of Escobar point of view, Harvey’s theories and some Massey’s points of view. Consider two parallel levels in the conformation of place: an official level and an unofficial. The area of analysis is the river valley of Riaza in the province of Segovia (Spain).

RESUMEN: Este artículo es una interpretación fundada en las teorías geográficas del lugar para los espacios despoblados del centro de España. El acercamiento es principalmente constructivo, que recoge elementos teóricos de Escobar, Harvey y algunos puntos de vista de Massey. Considera dos niveles paralelos en la conformación del lugar: un nivel oficial y otro espontáneo. El área de análisis es el valle del río Riaza en la provincia de Segovia (España).

KEY WORDS: Culture, place, rural areas, qualitative analysis.

PALABRAS CLAVE: Cultura, lugar, áreas rurales, análisis cualitativo.

INTRODUCCIÓN

tiene una cierta tradición, la mayor de las veces de una forma positiva, ligada a datos demográficos. Pero, existen diversos planos que se pueden considerar en las áreas despobladas, lo que esta asociado, a su vez, a distintos niveles en la conceptualización y papel de estas áreas en los países desarrollados y en especial en aquellos con una extensa base geográfica. De esta forma es posible explorar el nuevo significado de los espacios despoblados de una manera nacional, en cuanto a su significado simbólico, pero también es posible analizar estos espacios despoblados en su dinámica más micro, ligada a fenómenos de carácter más comarcal o municipal y condicionada por nuevos procesos de tipo social o espacial a este nivel micro.

La Geografía rural es una subdisciplina de carácter espacial, pero en la literatura internacional especializada cada vez es más habitual que el espacio quede sustituido por categorías de análisis como la naturaleza, la cultura y su relación con unas determinadas normas de relación o actuación social, que no sólo incluyen las relaciones entre personas, sino que también abarcan a las relaciones entre instituciones. Uno de los principales rasgos que se ha querido ver en las aproximaciones post (modernas, modernistas) es la riqueza de la diferencia, de la ruptura de moldes, de transgredir lo establecido, de dotar de significado al matiz, ello conduce en el marco de la geografía rural a admitir la generación de microespacios condicionados por nuevos procesos de marginalidad, no únicamente espaciales, sino también sociales y culturales. El tema de la despoblación y sus repercusiones espaciales y ambientales ha sido objeto de atención desde distintos puntos de vista y en países como España esta literatura

En el contexto expuesto el principal objeto de este artículo es analizar como las identidades y valores asociados a un determinado espacio pueden adquirir muy diversas formulaciones y están notablemente confundidos con la dimensión ambiental de un determinado espacio y como los procesos de construcción, reconstrucción o



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deconstrucción cultural-ambiental-identitarios ligados a comunidades pueden entrar en conflicto con los espacios delimitados administrativamente y con las racionalidades políticas. Esto es sobre todo evidente en los espacios del interior de España, donde el notable proceso de despoblación desmanteló estructuras sociales, condicionó la gestión de las políticas públicas y transformó las estructuras político-administrativas, que se encuentran en un proceso de recomposición. Así, el espacio puede funcionar a dos niveles por una parte un nivel ligado al poder y otro nivel ligado a comunidades, valores e identidades, cada uno de estos dos niveles produce nuevos espacios o microespacios.

COMUNIDAD,

CULTURA Y LUGAR EN LA CONFORMACIÓN DE ESPACIOS RURALES

El debate en geografia sobre el espacio en muchas ocasiones se etiqueta como un debate sobre el lugar. Pero, la categoría de lugar es tremendamente cambiante, dado que establece relación con un sistema de valores dominante en la sociedad y con su uso, también cambiante de cada día, etapa histórica o grupo social. De esta forma también es posible considerar puntos de vista minoritarios sobre el lugar. Todo el espacio puede ser distribuido en lugares diferenciados entre ellos, pero esta distribución no es permanente, ni siquiera en términos de simultaneidad espacio-temporal. Sería posible establecer tres aspectos relativos al lugar a nivel general, como indica Agnew: 1) el sentido de localización, 2) el sentimiento de local y 3) el sentido de lugar (Agnew, 1987). El sentido de localización hace relación a un lugar respecto a otro, ello implica conocimiento del medio, no sólo circundante, sino también más lejano, pero también implica un sentido de diferencia de un sitio respecto a otro. El sentimiento de local, que se establece respecto a otros en el marco de un lugar concreto hace relación a un sentido de posesión del lugar y también de diferenciación social. Este sentido de local también se establece en relación a un determinado paisaje típico de un lugar concreto. El sentido de lugar se establece en relación a la formación de relaciones humano-espaciales en torno a un determinado sitio, tiene en consecuencia un carácter de tipo emocional y subjetivo. El lugar sería un sitio ARBOR CLXXXIV

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donde se desarrolla la vida. Este concepto de desarrollo de la vida sería el diferenciador respecto al de espacio. Otro concepto que habitualmente aparece ligado al lugar es el de paisaje, en todo caso el paisaje es la expresión formal visible de un determinado lugar, con el que se relacionan los habitantes que en él viven. En todo caso el lugar ha tenido una evolución larga en el marco de la Geografía Humana, lo que remarca su importancia en términos epistemológicos, incrementada por los muchos flecos que tiene el concepto. Como se ha apuntado las aproximaciones al lugar vienen desde variadas tendencias de la Geografía, ello como luego comprobaremos, influye en el estudio del lugar en la propia Geografía Rural. Así, se podría decir que los geógrafos adoptan un acercamiento en relación al estudio del lugar. El lugar no es único, ni tampoco lo es la perspectiva en su estudio. Un mismo lugar puede ser analizado desde diversos planteamientos teóricos y de esta forma el propio investigador juega un papel relevante en la coproducción de conocimiento. El desarrollo del concepto del lugar tendrá un hito decisivo en relación a la geografía humanística. Influida por las corrientes de la filosofía existencialista o fenomenológica, hará especial hincapié en los espacios particulares, vividos o sobre la experiencia sobre el espacio. La cuestión no es diferenciar lugares, sino establecer las asociaciones entre las experiencias en el espacio y el espacio abstracto o no vivido. De esta forma se puede establecer una clara continuidad espacial entre la articulación de espacios vividos y no vivido. De ello se deriva que un lugar no puede ser concebido únicamente como una localización. Es preciso “singularizar” adecuadamente el lugar. Dicha singularización vendrá sobre todo de su visualización (en forma de un determinado paisaje), del sentido de comunidad o finalmente del tiempo vivido (en forma de recuerdo de transformación del espacio). La clave de esta interpretación del lugar esta en condensar la esencia del lugar que determina el sentido de pertenencia al mismo y las categorías básicas dentro del lugar y fuera del lugar. Estas dos categorías se definen en el espacio humano frente a un espacio abstracto. Esta característica tendrá una notable relevancia en todas las geografías posmodernas y en la propia geografía humana ambiental y rural (también en las aproximaciones desde la sociología ambiental y rural) más contemporánea.

Desde el estructuralismo, también se utilizará la noción de lugar, pero de una manera muy diferente a la establecida por la geografía humanística (Johnston, 1991). El lugar se establece como categoría de exclusión de unos grupos sociales respecto a otros. Además el propio significado del lugar evoluciona de una manera muy rápida bajo los procesos de compresión espacio-temporal, la acumulación flexible y los procesos más típicos de la post modernidad. Desde este punto de vista el lugar forma parte del capital fijo que entra en conflicto con otras formas de capital móvil. Una buena parte del pensamiento del geógrafo Harvey parte de este supuesto y de las posibles fórmulas para engranar la parte fija y móvil de los procesos globales del reciente capitalismo. El pensamiento de David Harvey se mueve entre dos grandes parámetros, por una parte las tensiones alrededor del lugar, como elemento fijo en el marco de un capital móvil; por otra parte, el lugar como elemento de exclusión o de diferenciación de unos grupos sociales respecto a otros en forma de jerarquías espaciales (p.e. Harvey, 1996). Las directrices de Harvey incorporan algunos elementos aprovechables al argumento de la presente contribución, en especial las relaciones que genera entre medio ambiente, lugar y espacio rural y urbano. Harvey plantea que la distinción entre medio ambiente rural y urbano no es más que una convención, establecida de una forma arbitraria, fruto en definitiva de una posición ideológica de lo que es rural y lo que es urbano. Así, cuando hablamos de medio ambiente rural o urbano lo hacemos en relación a un entorno más o menos inmediato, pero nunca como categoría analítica de consideración científica (Harvey, 1996: 118-119), de esta forma las tensiones

entre estructuras dominantes (móviles) y las estructuras espaciales (fijas) serían hasta cierto indiferenciadas de las convenciones institucionales o sociales y en consecuencia, –en una interpretación propia– serían repetitivas en distintos sitios del mundo. Pero este punto de vista no es ni mucho menos unánime. Así, Doreen Massey, que en cierta medida contesta a Harvey, fundamenta su tesis en tres elementos: la conexión entre un lugar y un determinado sentido de identidad; la autenticidad de un lugar en un contexto histórico; la necesidad de un claro sentido de separación entre el lugar y el resto del mundo. Estas características plantean que el lugar es un proceso, que el lugar se define también desde fuera, que el lugar reúne múltiples identidades e historias y, por último, que la singularidad del lugar se define por múltiples interacciones (Massey, 2005). Pero, detrás de estas líneas maestras el pensamiento de Massey, reúne algunas características de cierta relevancia en el estudio del espacio rural. Desde su punto de vista se deduce, lo que constituye una apreciación propia, que no se puede hablar de categorías rurales y urbanas, más que como agregación de múltiples lugares e identidades rurales, en el marco de una consideración post del espacio. Para su análisis se fundamenta en el análisis binario de la realidad espacial-social, que permite la coproducción del conocimiento. Admite la existencia de numerosos discursos para la exploración del espacio, que se ligan a tres grandes características o esferas: la heterogeneidad del espacio en la relación de los elementos que participan en la coproducción de dicha heterogeneidad, la esfera de las relaciones de poder en todas sus formas, que tiene una consideración principalmente social y política; la esfera de la coevaluación. En este punto es interesante como Massey resuelve el problema de los procesos globales y la realidades ligadas al lugar, que en nuestra opinión, es donde se diferencia de los (neo) estructuralistas: plantea, recurriendo al pensamiento de Escobar (2001) y Dirlik (1998), la interactuación. Es decir, el lugar no sería un elemento pasivo en la recepción de los procesos globales, ni tampoco sería una simple victima (en relación a la aparición de espacios neutros), sino que existirían procesos de retroalimentación, y en todo caso cada lugar podría incorporar elementos de defensa del lugar (en la terminología elaborada por Escobar). Estas estrategias de defensa o de resistencia del lugar, pueden ser estructuradas de diferente forma en cada lugar (Massey, 2005: 103), y también tendrían diferentes ARBOR

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Como en toda la discusión del lugar, un aspecto esencial son los bordes del lugar geográfico. En la discusión de los mismos, se ha llegado a argumentar que el verdadero lugar es el hogar (en su sentido amplio, pero también más íntimo). La sociología rural ha desarrollado notablemente este concepto alrededor de la denominación dwelling, ligada a la adquisición de un lugar en el espacio rural, que ha sido incorporada al pensamiento geográfico (Cloke, Jones, 2001). A menudo se llega a establecer una asociación entre hogar y lugar, uno ligado al espacio poseído y otra al espacio comunitario o construido, esta dicotomía o asociación también será muy utilizado en la geografía y sociología rurales. La propia interacción hogar rural-personas para singularizar los lugares, tendrá notable relevancia en los estudios rurales.

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ritmos temporales (Massey, 2005: 141), pero en el pensamiento de Massey quedan ligadas sobre todo a relaciones de conflicto. Al admitirse un comportamiento diferencial de cada lugar, se admite una “constelación de trayectorias” de los lugares, dentro de un marco natural y cultural. Estas trayectorias en definitiva no tendrían un final claro, dado que se encuentran en un estado permanente de inestabilidad que en cada momento trata de ordenarse mediante procesos yuxtapuestos de negociación. La defensa del lugar, competencia, consenso y disenso sobre los valores culturales A finales de los años ochenta, muchos geógrafos inician una línea de trabajo alrededor de la teoría social y los cambios culturales. En este contexto, el lugar adquiere una validez como transgresión. La expresión dentro del lugar o fuera del lugar hace referencia a grupos sociales, clases sociales, etnicidad..., unas personas con más poder que otras establecen lo adecuado para un determinado lugar. No aceptar lo adecuado para un lugar, significa ponerse fuera de las normas establecidas del lugar y por tanto comportarse como fuera del lugar. Utilizando una expresión de Bordieu, el lugar conforma un “estilo de vida” dominante. Este punto de vista ha tenido un notable arraigo en los espacios rurales. Esta perspectiva de los geógrafos culturales críticos hace que asocien el lugar, su medida y las relaciones de poder de una forma compleja. El lugar en definitiva se entendería a través de conflictos culturales y sociales, perspectiva que también ha tenido una notable influencia en el desarrollo último de la geografia rural. En todo caso, el lugar no es un producto de las relaciones sociales, sino que constituye un elemento, relevante en la creación, mantenimiento o transformación de las relaciones de dominio en un lugar. A través de este punto se establece la relación con las corrientes críticas más tradicionales en la geografía. En definitiva, en la actualidad es posible indicar que el debate alrededor del lugar se sitúa entre el lugar como producto social y el constructivismo del lugar, y la propia Geografia rural no escapará a esta tendencia. Que el lugar es un producto social es, de esta forma, la principal aserción de los geógrafos humanos críticos, lo que la aleja de su aspecto natural. Entiende hasta cierto punto que la relaciones lugar-sociedad adquieren un sólo sentido y que las relaciones sociales (edad, sexo, clase) condicionan la ARBOR CLXXXIV

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creación del lugar. Respecto a esta postura cabe situar el constructivismo social, que acepta una mutua interacción entre el lugar y las relaciones sociales, y en consecuencia advierte que el lugar antecede a las propias relaciones sociales y la propia construcción y medida del espacio. Las relaciones sociales no pueden concebirse sin un lugar o un espacio. Pero este punto de vista, como pondremos de manifiesto, puede ser contestado, sin duda. Diversas vías intermedias o híbridas han sido reconocidas en el actual debate sobre el lugar, una de ellas es la de Soja (1996) quien a fines de los años ochenta e inicios de los noventa, habla de un tercer espacio (vivido), con distintas dimensiones, que refleja el tránsito entre un espacio percibido y las prácticas espaciales. Esto constituye una crítica hacia la geografía de las relaciones binarias, pero en cambio apoya, parcialmente, una vía de análisis centrada en múltiples planos superpuestos, en la que centraremos nuestro análisis. La consideración de múltiples espacios estructurados o regulados y la pervivencia en paralelo de otros no regulados, con múltiples relaciones entre ambos niveles. En todo caso, aun con la notable tradición de los estudios sobre el lugar, en el marco de los estudios sobre procesos sobre globalización tiende a diluirse o a presentar problemas analíticos, como tienden a expresar todos los estudiosos del lugar. ¿Qué valor tiene el lugar en la actual geografía (rural o ambiental) –lo que también se podría extender a la sociología? La combinación de los medios de comunicación masiva, la sociedad del consumo, una notable movilidad, tiende a homogeneizar el espacio. Muchos de los espacios en los que desarrollamos nuestra vida se repiten en el espacio y constituyen realidades territoriales al margen del entorno. De esta forma dentro de las corrientes posmodernistas en geografia se plantea el concepto de no lugar, ligado a todos los hitos espaciales que se repiten en el territorio, como puede ser una carretera, un hotel. El campo de la geografía del turismo ha puesto de manifiesto notablemente la dualidad entre lugares y no lugares y en su marco se ha desarrollado el concepto de autenticidad, que deriva notablemente de la identidad con un espacio y su estado más o menos natural o más o menos transformado. Esta última dicotomía entre lugar y no lugar realza su valor en los estudios rurales, al abordar espacios en general poco transformados o ligados a actividades culturales que asociamos a la tradición o a la historia de una determinada zona.

En este debate último sobre el lugar se pueden observar dos niveles: 1.

En realidad en la geografia rural se reproducirán, si cabe con más avidez, los debates generales de la geografia sobre el lugar y sobre su validez como categoría de análisis en el mundo actual. Pero, ¿cómo hacer operativo el análisis del lugar, en el marco de espacios despoblados del centro de España? Una de las principales características que se pueden asignar al lugar es su carácter de proceso. La reiteración en el discurso y en la (re) utilización del lugar es lo que confiere tal carácter a un sitio. Desde tal perspectiva los lugares nunca están terminados, dado que se construyen por su utilización diaria, tanto en términos de una aproximación realista como constructiva. Así, la construcción del lugar y sus bordes tendrían notable importancia en la generación de identidades sociales. En todo caso, el lugar ha servido para establecer la exclusión habitual de ciertos grupos sociales. Las investigaciones sobre el lugar conceden una notable relevancia al poder de los individuos en la generación del lugar a un micronivel de análisis, donde se realiza una utilización efectiva de la idea de lugar, sin aclarar con precisión si se trata de agrupaciones de individuos, de un individuo tipo o de los procesos de individualización de las sociedades posmodernas. Así, habitualmente el lugar ha sido asociado en relación a lugares pequeños. Entonces, el diseño del lugar a otras escalas geográficas de análisis puede conferir una identidad política a las mismas, una región o un estado, puede ser concebido como un lugar. Así, el lugar puede jugar un notable papel en el mundo posmoderno caracterizado por la hipermovilidad, al cualificarlo. De esta forma el lugar puede

En este sentido, es preciso considerar la notable interacción entre la creación del lugar y la memoria. La memoria es selectiva en función de la historia y también de los grupos sociales y tiende a crear dispares autenticidades (en el sentido habitualmente utilizado por los geógrafos del turismo) alrededor de un mismo lugar. De esta forma, sería posible estimar, en el mundo actual, que el análisis del lugar a través de los del lugar y los del no lugar, como categoría binaria, está hasta cierto punto vencida, por la dificultad de encontrar un punto de referencia claro. Pensamos que el lugar es un sitio concreto, de confluencia, tanto de agentes, como de personas, pero tendemos a pesar que un lugar puede ser diseñado sobre planos paralelos múltiples, entre los que se pueden establecer relaciones de conflicto (que han sido las de mayor fundamento en la literatura), pero también de colaboración o de coexistencia. A este respecto, de notable utilidad para la investigación que planteamos, es preciso introducir la discusión sobre los acercamientos sobre la defensa en la construcción del lugar, ligados a movimientos sociales y estrategias políticas. Este argumento, principalmente ligado a la aportación de Escobar (2001), pensamos que tiene notable validez de trabajo para el centro despoblado de España.

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2.

Un acercamiento constructivista social al lugar. Pone su énfasis en la relevancia de los actores sociales en la construcción del lugar. Este enfoque es seguido sobre todo por los acercamientos de género y posestructuralistas. Un acercamiento fenomenológico al lugar, que se funda en la vivencia del lugar y en vivir en un lugar “único” y no repetible.

desempeñar un papel de relevancia, por ejemplo, en la generación del concepto de nación. Y el propio concepto de nación engloba habitualmente una imagen idealizada de la comunidad ligada a un determinado lugar concreto, muy a menudo a lugares pequeños y “naturales”. Pero la propia proyección de unas características de un lugar, se puede utilizar como proyección de identidades regionales o nacionales.

En consecuencia, consideramos dos elementos básicos en nuestro análisis del lugar. Por una parte, el diseño del lugar sobre planos espaciales paralelos, entre los que ocasional o periódicamente pueden surgir relaciones de consenso, disenso o competencia, en especial, consideramos dos tipos de planos, uno que podríamos denominar plano oficial o estructurado y otro que podríamos denominar plano espontáneo o no estructurado; por otra parte, el valor, de las estrategias –sociales y políticas– de defensa del lugar, en sus fases de desarticulación, articulación o rearticulación, como dimensión temporal que se reproduce con diferentes ritmos en cada lugar de una determinada área. ARBOR

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OBJETIVOS, Nº

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METODOLOGÍA Y ÁREA DE ESTUDIO

Objetivos El objetivo de esta investigación es establecer el peso de los factores culturales y propiamente ambientales en los procesos de rearticulación espacial y social en el centro de España, sobre un caso de estudio, el valle del río Riaza. En concreto se trata de establecer el peso de la comunidad en los procesos de rearticulación espacial fundados en factores de tipo cultural y ambiental. Se acepta que los procesos de desmantelamiento social y en consecuencia los procesos de reconfiguración de las estructuras comunitarias afectan de una forma notable, los procesos de rearticulación espacial y, en especial, el papel que en este proceso de rearticulación espacial cobra la gestión de los recursos culturales y naturales. Las zonas despobladas, pero con notables procesos de recuperación no sólo en los factores más tangibles, sino también en los más intangibles son un buen instrumento de estudio de la emergencia de nuevos espacios. La generación de microespacios ligados a procesos comunitarios puede generar (o estar fundada en) una relación de conflicto, pero también de competencia o de colaboración, con las estructuras establecidas. Metodología y descripción del área El valle del río Riaza es una zona situada en el extremo sureste de la provincia de Segovia y que comprende en una relativa corta distancia áreas de montaña, campiña o piedemonte y una zona más tradicional de páramo. En ella están comprendidos municipios de alto valor monumental, declarados conjuntos histórico-artísticos como Ayllón o Maderuelo o zonas de alto valor cultural como la zona de los pueblos rojos. Esta zona, como otras muchas del interior de España, se ha visto afectada por un grave problema de despoblación, que ha ido parejo a una desaparición de municipios y absorción por los núcleos de población de mayor tamaño, principalmente Ayllón y Riaza. Pero este proceso de concentración administrativa también ha supuesto la (auto) marginación de algunos municipios, como Maderuelo, a pesar de un notable patrimonio monumental. En estos dos sitios, la existencia de un notable patrimonio, estará en la base de su reemergencia en el contexto del área de estudio. ARBOR CLXXXIV

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En el marco del valle del río Riaza el análisis se ha centrado principalmente en dos áreas: 1) Maderuelo, un pueblo medieval amurallado que siempre ha tenido categoría de municipio y que se ha resistido a formar parte de mancomunidades, rodeada por un parque natural, el parque natural de la hoces del río Riaza, con una de las colonias de buitres más importantes de España; y 2) la Sierra de Ayllón, un área de montaña que administrativamente depende de Riaza y Ayllón, pueblos de origen medieval. Se trata de un área caracterizada por los denominados pueblos rojos, una zona de arquitectura singular, que hasta los años sesentasetenta constituían municipios independientes, pero que fruto del proceso de despoblación fueron absorbidos por las cabeceras provinciales. A su vez cada área considerada se encuentra en una zona geográfica diferente, desde el páramo castellano, y un área de montaña media. La distancia entre estas dos áreas es de unos 25-30 kilómetros. La metodología ha consistido en desarrollar un programa de entrevistas con un guión preestablecido a personas señaladas en distintos sitios de la zona, habitualmente también con responsabilidad administrativa o asociativa. Se ha buscado que los entrevistados tuvieran diferente extracción social y representaran diferentes generaciones. También se ha realizado un vaciado de la revista comarcal “El Noreste de Segovia” y se han seleccionado noticias o eventos relativos a proceso de diferenciación espacial y social. Asimismo se ha realizado un análisis documental fundado en los textos o informes generados principalmente por las instituciones municipales o (supra) municipales del área de estudio.

DISCURSOS

SOBRE EL VALLE DEL RÍO

RIAZA

En la presente contribución, como se exponía, sólo se trata de analizar la multiplicidad de discursos paralelos a nivel de lugar o microlugares en un mismo área, que trata de romper, a la vez que concretar, la relación binaria lugarglobal, los del lugar-no lugar, por otra visión más múltiple y compleja. Como se indicaba en secciones previas en la presente contribución se admite un nivel oficial o regulado en la configuración del espacio, que habitualmente está en los agentes y actores institucionales y que es posible

seguir a través de sus discursos, tanto escritos como narrativos.

Los discursos dominantes y oficiales son aquellos generados por actores públicos o semipúblicos que conforman las directrices esenciales de actuación en el área. Dentro de ellos habría que considerar discursos gregarios, de los dominantes, caracterizados por su ausencia de creatividad o señas de identidad propias.

CUADRO 1.

ÁNGEL PANIAGUA

En todo caso, aun considerando sólo los agentes institucionales comarcales y municipales, no es posible indicar que todos tengan un discurso que podríamos considerar oficial, dado que es posible admitir: discursos dominantes y discursos secundarios.

pacios construidos de carácter singular a nivel nacional o regional, como el área de los denominados Pueblos Rojos o Pueblos Negros, en un área de notable calidad ambiental y más características de la zona y de algunos notables conjuntos históricos monumentales, uno de los más característicos es el de Maderuelo. 4. La existencia de un espacio con bordes delimitados históricamente mediante las comunidades de Villa y Tierra, como la de Maderuelo o Ayllón (Cuadro 1). PRINCIPALES CUESTIONES ESPACIALES Y CULTURALES DE RELEVANCIA PÚBLICA EN EL VALLE DEL RÍO RIAZA Cuestiones relevantes en la zona según la prensa local, con influencia en los aspectos culturales y ambientales Transformación social

Los discursos no oficiales o secundarios son aquellos que forman parte, principalmente, de agentes de base municipal con una posición que no participa de las directrices generales para el conjunto del área. Entre ellos, también es posible considerar un discurso espontáneo o no regulado, que gira alrededor de asociaciones o de diversos actores (incluso individuales) cualificados dentro del área.

Pioneros sociales Desigual vida social entre verano e invierno Impacto urbano Despoblación y progreso social Inmigración Nuevos pobladores Aspectos ambientales Gestión de áreas protegidas

La posición entre estos dos discursos evidencia asimismo la posición de los actores que los sustentan en relación al espacio y hacia diversos lugares más concretos. Esta posición es variable dado que depende tanto de cambios en las relaciones entre agentes, como de coaliciones entre ellos, fruto de la aparición de nuevos intereses y de la generación de nuevas expectativas.

Uso público del parque natural Clima y abastecimiento de agua Deficiente conservación de la arquitectura popular Naturaleza-funcionalismo Aspectos culturales Feria medieval de Ayllón Extinción del pastoreo Conjuntos monumentales

Discursos oficiales sobre el valle del río Riaza

Aspectos tecnológicos y socioeconómicos Medio rural como inicio de la actividad profesional

El discurso dominante agrupa a los principales ayuntamientos, junto a agencias de tipo subprovincial, pero también incluye el de algunas personas consideradas pioneras en los signos actuales de identidad de la zona. Este discurso dominante engloba varias áreas: 1. Una visión multifuncional del valle del río Riaza, como expresión de un espacio de vida, de ocio, de trabajo y de una elevada calidad ambiental, concretada en la existencia del Espacio natural protegido de las Hoces del río Riaza y de diferentes masas de vegetación. 2. Una perspectiva de marginación espacial, tanto en el contexto nacional, como regional o provincial, que también se manifiesta dentro de la zona en términos espaciales y sociales. 3. La existencia de es-

Turismo y mercado de viviendas Desarrollo de la política agraria Internet Fuente: El Nordeste de Segovia, 2004-2006. Elaboración propia.

1. La visión multifuncional del espacio del valle del río Riaza, es uno de los principales ejes del discurso. Esta visión multifuncional, no esta sólo ligada a actividades, sino que abarca los distintos aspectos de la vida social: el trabajo, la residencia y el ocio. De esta forma se advierte que se trata de un espacio donde es posible generar nuevo empleo, donde existen notables posibilidades para establecerse y vivir y por último, con un notable potencial para el ARBOR

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ocio. Fundado en este carácter polivalente del espacio se pretenderán desarrollar políticas de carácter social, como es la recuperación de la población y su asentamiento en un entorno espacial de calidad. En este contexto se admite la llegada de nuevos pobladores, consecuencia de una demanda laboral no cubierta en la propia zona en empleos ligados a la agricultura-ganadería, la construcción y la hostelería, pero que incorpora también la llegada de nuevos pobladores más cualificados. Algunos eslóganes, como “En Ayllón lo tienes todo”, resumen este punto de vista. La delimitación del área del valle del río Riaza no aparece de forma clara entre todos los agentes, en algunos aparece ligado a la zona de valle del río Duratón, como ocurre en el caso de la agencia CODINSE, asociado a las parecidas características entre ambas zonas. Pero en el caso del resto de agentes si que se establece alrededor únicamente del valle del río Riaza, o incluso a alguna parte del mismo únicamente: la sierra, el valle o el páramo, pero siempre se advierte un sentido de clara delimitación. A ello contribuye también la pervivencia en los usos y costumbres de delimitaciones de tipo histórico, como son las comunidades de Villa y Tierra. En esta delimitación del valle del río Riaza como conjunto cobran notable relevancia las delimitaciones administrativas, como conjunto periférico en la región de Castilla y León y en la provincia de Segovia, como área de transición o borde con las regiones de Madrid y Castilla-La Mancha, o como área de claro tránsito respecto a otras provincias de la propia región, como las de Soria, principalmente, o de Burgos, de forma secundaria. “... La Comarca Nordeste de Segovia está enclavada en el extremo oriental de la provincia de Segovia (...). Por su situación, la comarca se encuentra alejada de los principales ejes de desarrollo socioeconómico, tanto provinciales como regionales...” (cursiva propia) Codinse, p. 1.

En todo caso, una buena parte de este discurso oficial sobre el valle del río Riaza, queda ligado a su vez con el discurso y los objetivos relativos a los espacios rurales de la administración pública de Castilla y León, y en consecuencia, no se trata de un discurso independiente. Se coincide sobre todo en lo relativo a la valorización del patrimonio natural y cultural y el mantenimiento de la población y propiciar la aparición de nuevos residentes en el medio rural. Esta estrategia de nuevos pobladores tiene dos claras ARBOR CLXXXIV

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vías: la población urbana y la integración de inmigrantes, en relación a lo cual está el problema de la vivienda y las nuevas tecnologías. El eslogan oficial del área “vive, trabaja y disfruta”, y que incluye una mayor calidad de vida y la tranquilidad, trata de trasladar hacia el exterior una identidad en positivo, por el atractivo del área y sus posibilidades de todo. La apertura de la zona incluso en el marco nacional sería uno de los objetivos. Se pone como ejemplo, que incluso la gente mayor es la que está más de acuerdo, “dado que tenía ‘pena’ de los pueblos vacíos y les gusta la gente que viene de fuera y el progreso de nuestros pueblos” (MP, Ayllón, agosto de 2006). Algunos de los municipios más relevantes del área también presentan un discurso parecido, alrededor del significado de la arquitectura popular, el patrimonio cultural y el propio paisaje. Sin duda en este contexto municipal, uno de los ejemplos más notorios es el ayuntamiento de Maderuelo, antigua cabeza de la Comunidad de Villa y Tierra de su nombre. Municipio que liga el proceso de éxodo rural a la creación del pantano de Linares, y que, en tal contexto, concede una notable relevancia a los que no migraron en una zona de débil población. Uno de los ejes de recuperación de la identidad es la promoción medieval de la villa: “Maderuelo siglo XII es de todos”, que trata de establecer un “viaje a la edad media” de este pueblo de: “dos calles paralelas donde se apiñan 150 vecinos en vetustas casas de piedra y adobe, las fachadas llenas de capiteles, estelas, lápidas y símbolos de ignotos orígenes y significados; bajo ellas corre, de punta a punta del caserío, un pasadizo soterrano donde la conseja sitúa el tesoro nunca hallado de don Álvaro de Luna, que fue el octavo señor de esta villa...” (periódico elpaismayo2004’escapadas/maderuelo).

Así, el patrimonio cultural tanto en relación a tradiciones, como en relación al conjunto arquitectónico, constituyen las señas de identidad de este municipio, que plantea una estrategia al margen del conjunto del área. En todo caso, la identidad ligada al medioevo, en forma de recuperación de identidades, pero también de puesta de relieve de un patrimonio arquitectónico, también se advierte en Ayllón, con su fiesta estival “Ayllón Medieval”. 2. La marginalidad espacial ligada a su posición geográfica de límite en las delimitaciones administrativas, apa-

En todo caso, la despoblación también aparece notablemente ligada al sentimiento de marginación, con la “no identidad”, o con una transformación de la identidad ligada “a los que se fueron y ahora vienen de Madrid”. Estos procesos sociales de transformación de las identidades tendrían, por tanto, varias fases: 1) su arranque hace unos 30 años, ligado a un proceso de notable despoblación, con una emigración selectiva de jóvenes y mujeres. Ello conduce a una negación del propio espacio ligado a “un estado de ánimo de depresión” o “de imposibilidad de vivir de la zona”. La emigración principalmente tiene como destino Madrid, “el que no vale es el que se queda y el que vale a Madrid”, pero también estaban mal vistas las personas que venían de fuera; 2) en los últimos 15 años, junto al fenómeno de la despoblación existen otros, como el de nuevos pobladores y sobre todo “gente convencida de la zona”, lo que se asocia con un mayor dinamismo: “La verdad, los que estamos aquí somos los que hemos sido capaces de crear” (MMM, Campo S. Pedro, agosto 2006), en el plano socioeconómico coincide con una cierta crisis de la agricultura y ganadería y un mayor dinamismo de otros sectores; 3) un fenómeno más reciente, de los últimos siete u ocho años es la llegada de inmigrantes extranjeros, especialmente en el núcleo de Riaza, mientras que la influencia de Madrid es de “paso y de fin de semana”. La gente más dinámica de la zona o bien nunca se fue o nunca rompió los lazos, los procesos de cambio se asocian “a la gente que esta aquí”, a los del valle: “la gente se queda aquí, por vocación”. Cada vez más la zona es considerada como un lugar óptimo para el inicio de la

actividad profesional. De cualquier forma se insiste que “no existe debate sobre la identidad de la zona (ligado a la despoblación), quizás debido a aquello que somos menos y tocamos a más.” (MMM, Campo S. Pedro, agosto 2006). En esta última fase la profesión de agricultor adquiere prestigio, en el marco de una sociedad más plural. En ciertos casos, la marginalidad es advertida dentro del contexto regional, pero no en el marco provincial, donde aparece asociada a una zona de transición o bisagra entre la propia provincia de Segovia a la que pertenece y la de Soria, con la que es colindante. A veces se establece “una sensación de frontera”. La prestación de servicios especializados, sobre todo los sanitarios, no favorece la identidad del área tampoco, dado que están dispersos en la provincia de Burgos, Valladolid, Segovia e incluso Madrid. En cualquier caso se advierte que la propia extensión geográfica de Castilla y León, limita la generación y utilización de recursos.

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rece como un componente básico en los discursos sobre el valle del río Riaza , que engloba diversos procesos de tipo socioeconómico, natural e incluso de tipo legal, en todo caso este concepto de margen tiene sobre todo una vertiente espacial, que engloba un plano espontáneo, junto a otro que supone la construcción de jerarquías en la práctica, pero que no enlaza al menos de una forma directa con ningún tipo de marginación social. La “sensación de abandono” tendría eminentemente un componente espacial. A ello contribuye un poblamiento denso, con una distancia media entre municipio inferior a los cuatro kilómetros, ligada a algunos núcleos de mayor tamaño. Esta densidad en el poblamiento, con muchos pueblos alrededor de 50 habitantes, compensa la notable pérdida de población producida durante las décadas de 1960 y 1970, a lo que contribuye también un notable tejido asociativo cultural.

3. La existencia de valores naturales y culturales es otro componente importante del discurso oficial. En efecto, un eje del discurso oficial es la existencia de áreas de protección natural, en concreto la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de las Hoces del Riaza y la Reserva Natural de las Hoces del Río Riaza, declarada en septiembre de 1987, sobre una extensión de 6.540 has., y que afecta sobre todo a los municipios de Maderuelo y Montejo de la Vega de la Serrezuela. En abril de 1992, se inició el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Espacio Natural de Hoces del Río Riaza. Este espacio se ha incluido en la Red Natura 2000. También se ha incluido en la Red Natura 2000, concretamente en agosto de 2000, como Lugar de Interés Comunitario, la Sierra de Ayllón, sobre una superficie de 15.770 has. Respecto a la conciencia ambiental, en este discurso oficial se advierte que “... existe una percepción de que en el medio rural se cuida el medio ambiente y por tanto no son necesarias medidas especiales para protegerlo, (los espacios que) sufren un deterioro, causado por la falta de uso de estos territorios...” (CODINSE).

En consecuencia las actuaciones en relación al medio ambiente se pone de manifiesto que deben estar dirigidas hacia la promoción cultural, al mantenimiento del patrimonio ARBOR

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arquitectónico y a la conservación del patrimonio cultural y también natural. En tal sentido, el bagaje cultural y ambiental constituirían las claves de identidad de la población y serían el elemento clave en la diferenciación (respecto a otras) de la propia área del valle del río Riaza. En esta forma se llega a apreciar un discurso que dualiza la realidad urbano-rural, y advierte que la simple declaración de área protegida, atrae “hordas de gente” que ponen en peligro la propia conservación del espacio natural (¿Parques naturales o parques de atracciones? Nordeste, enero 2005, 5). En cualquier caso, esto no queda exento de un cierto funcionalismo ligado a la naturaleza, y en concreto al principal espacio natural de la zona y la necesidad de que genere empleo en el área (Opinión, Nordeste, abril de 2005, p. 3). En términos sociales, las localidades más monumentales y con mayor patrimonio cultural, quedan ligadas a una cierta selectividad social, al ser donde se han asentado las familias tradicionales y más representativas de la zona. Ello genera también una dinámica social ligada a los intereses de “mi pueblo”, también en sitios más pequeños; con comunidades cerradas en su entorno social y con poca interacción con otras áreas del valle. 4. La existencia de unos límites históricos, un notable proceso de anexión de municipios y la generación de las intra identidades en el valle del río Riaza. Dentro de la zona del valle del río Riaza, la existencia de unos límites históricos en relación a las comunidades de villa y tierra, generó unas notables identidades dentro del área, polarizadas sobre los núcleos más grandes. Esta polarización de identidades, estableció rivalidades espaciales notables, hasta el inicio del proceso de despoblación. Con posterioridad, se reconoce que “nos entendemos bien entre los pueblos” (JIA-C. Ayllón, agosto 2006). Ahora, “la identidad se crea sola, por la influencia histórica de las comunidades de villa y tierra, el peso de la historia y la identidad espacial” (MMM, Campo S. Pedro, agosto 2006). En todo caso, el espacio del valle del río Riaza, no se puede considerar de una forma homogénea, existe una fragmentación de las identidades dentro de esta área por pueblos o por pequeñas comarcas, que se asocian, a la vez que están diferenciadas, con los núcleos más grandes, bien sea el propio Riaza o Ayllón. Incluso a un nivel más micro se podrían deslindar tres identidades: los pueblos de Riaza, donde vive gente importante, más elitista; Ayllón, con un ARBOR CLXXXIV

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proceso de recuperación sobre todo cultural; y, por último, Maderuelo, que es un proceso más incipiente. En este proceso influye la anexión de municipios que se produce alrededor de Ayllón que anexiona siete municipios entre 1968 y 1980 y Riaza que anexiona diez municipios en el año 1979. Los municipios anexionados corresponden sobre todo a la Sierra de Ayllón o sus estribaciones. Los municipios que a pesar de establecer fuertes y dependientes relaciones con alguno de los núcleos más grandes, no han sido absorbidos, plantean el rechazo ante tal posibilidad dado que: “nunca ha existido ni planteado una absorción, dado que perjudica, al imposibilitar hacer las cosas. La Diputación (Provincial de Segovia) concede fondos y cada municipio lo maneja a su antojo” (JIA, C. Ayllón, agosto 2006).

En la actualidad el discurso se establece sobre la conveniencia del notable proceso de creación de mancomunidades de municipios alrededor de Riaza (mancomunidad de Valle de Riaza), Ayllón (mancomunidad de Nordeste) y Campo de San Pedro (mancomunidad de Nuestra Señora de Hornuez), con la notable excepción del municipio de Maderuelo. Este proceso de creación de mancomunidades refleja, a su vez, la organización del espacio del valle del río Riaza. Discursos espontáneos sobre el valle del río Riaza Entre los discursos espontáneos sobre el valle del río Riaza cabe distinguir: 1) aquellos generados por agentes intermedios entre el plano oficial y no oficial, compuestos por presidentes de asociaciones de pueblos absorbidos administrativamente y por algún alcalde pedáneo y 2) aquellos totalmente espontáneos por personas con liderazgo o representativas en la comunidad. Normalmente se producen en las áreas más marginadas del valle y que han sido absorbidas administrativamente por otros municipios. Estos discursos están dominados por: 1) por el sentimiento de la identidad perdida, por una sensación de vacío y una notable distancia institucional e incluso geográfica respecto al resto del área. En algunos casos incluso se asocia a la “sensación de muerte del lugar” o de falta de salidas: “se encuentran lejos de la humanidad”. 2) Pero, también por la preocupación por el proceso de recuperación de las señas de identidad, que se ligan sobre todo a identidades físicas o paisajísticas y al patrimonio cultural, fundado en el valor

Incluso dentro de áreas con una notable identidad paisajística o arquitectónica popular, se establece una división de las identidades en relación a su composición social. Es decir, la diferenciación social, es un elemento secundario en la identidad, pero que sirve para generar microidentidades sobre todo en relación a pueblos concretos. Un caso de notable interés es el pueblo de Madriguera en la Sierra de Ayllón respecto al resto de los pueblos de la misma Sierra, todos ellos absorbidos administrativamente principalmente por Riaza. Madriguera, un pueblo donde han adquirido vivienda rústica personas señaladas en la vida pública de Madrid, queda señalado como un pueblo “fantasma”, de “nuevos ricos”, donde no existe una integración real de las personas que allí tienen casa con su entorno social o físico. Ello incide también en una cierta diferenciación funcional, así por ejemplo Madriguera sería el núcleo comercial, mientras que el resto de los pueblos de la Sierra de Ayllón tendrían todavía una base agrícola y ganadera. Algunas iniciativas como el turismo en sus distintas modalidades son las que están generando una identidad conjunta. En todo caso, la relación de pertenencia o de identificación con un espacio mayor (establecido oficialmente) no es nunca respecto al municipio de referencia administrativa, sino respecto a la provincia o la región. De esta forma, no existe una cadena clara de identidades, al saltar del

pueblo a la provincia o comunidad autónoma. A ello también contribuyen algunos casos de demandas de gestión administrativa de poblaciones reducidas, como es el caso de Siguero en el municipio de Santo Tomé. Pero esta identidad en relación a microáreas también se advierte que está ligada a un proceso de carácter temporal, es decir que tiene una estructura temporal, con tres claras fases: 1) en los años sesenta, donde nunca se aglutinaron esfuerzos, cada municipio tenía una dinámica independiente; 2) en los años setenta, hay “una ausencia de gente en la zona, con la mili se iban a la ciudad para no volver”, sólo se quedaron los ganaderos; 3) en la actualidad, no existe un retorno al pueblo, la mujer se va y el hombre cuando contrae matrimonio con una mujer de otro pueblo, finalmente se marcha al de ella. La gente de fuera sólo viene en verano. Ello apunta un cierto problema comunitario entre “los del pueblo de toda la vida” y “los nuevos”.

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de la arquitectura popular, esto ocurre sobre todo en la zona de la Sierra de Ayllón. De esta manera no existiría una identidad común a todo el valle del río Riaza, con una clara división entre la zona llana y la zona de sierra. Pero esta división a su vez encierra una escasa interacción entre los diversos pueblos, que se resume en la frase: “cada uno tira para su pueblo, lo que significa no compartir” (PMO, Negredo, agosto 2006). 3) Una visión de conflicto espacial y ambiental, que queda asociada a las demandas de mayores servicios e inversiones en los pueblos que fueron absorbidos administrativamente y que compensen los propios ingresos que genera la utilización de sus recursos. Un ejemplo sería el pueblo de Grado de Pico en la Sierra de Ayllón, donde se instalan molinos de viento que generan ingresos al municipio de Ayllón, sin reinvertirse –o advertirse su reinversión– en el propio pueblo (Nordeste, mayo 2006, p. 5). Otro caso sería el discurso del Fondo de Refugio de Aves respecto a las actuaciones en el espacio protegido derivadas de su calificación de espacio natural desplegadas por el poder regional (Nordeste, febrero 2006, p. 5).

Esta división social, esconde una nueva diferenciación socioeconómica más compleja entre el grupo de agricultores y el resto, que se puede establecer en cuatro subgrupos: 1) agricultores y ganaderos; 2) personas dedicadas a pequeños servicios y comercios; 3) personas “de Madrid” que montan negocios, de notable volatilidad; 4) profesionales liberales, sobre todo profesores de instituto o médicos. Entre estos cuatro grupos existen notables cambios en la concepción del lugar y ello genera disensos de una cierta complejidad, donde en ciertas ocasiones se contraponen las razones legales (los de fuera) y las costumbres (los de toda la vida). Existen así dos procesos paralelos, la pérdida o transformación de identidad social y una mayor exigencia de servicios Esa generación de nuevas identidades y de demanda de nuevos servicios presenta dos perspectivas principales: 1)

Las poblaciones de mayor permanencia en la zona, los de toda la vida, que demandan más servicios, no sólo de atención, sino de tipo lúdico, que concedan más vida al pueblo, sobre todo en los meses de invierno.

2) Las poblaciones ex urbanas en muchos casos fracasan en su objetivo de desarrollar alguna actividad en la zona: “Que bonito es venir a vivir en el pueblo, y qué mentira tan grande es ver la realidad. Una cosa es pasar un fin de semana ARBOR

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o los meses de verano en el medio rural, y otra muy distinta vivir el día a día. En un principio la idea era atractiva, vivir en el campo sin atascos, sin ruidos, con calidad de vida (...). Desde fuera parece muy bonito, de venir los fines de semana a vivir a diario cambia, pero un abismo, y no me refiero a la calidad de vida, que es impresionante e inmejorable, me refiero a los servicios que se ofrecen a estas poblaciones desde los distintos organismos (Castro, Nordeste, junio 2005, 5).

CONCLUSIONES Los acercamientos al lugar son diversos dentro de la geografía humana y reflejan posiciones tanto teóricas como propiamente ideológicas en el estudio del espacio. Habitualmente estas posiciones se han trasladado al estudio de los espacios despoblados o a los espacios rurales, con diversas adaptaciones. El acercamiento constructivista al espacio es uno de los pilares de la nueva geografía crítica, pero este acercamiento ofrece una notable diversidad de interpretaciones del papel de los diversos actores en la construcción del espacio. Como fundamento teórico de la presente contribución se ha escogido la utilización de niveles paralelos de estudio del lugar, a partir de la obra de Escobar y Dirlik. Se acepta que existe un nivel de construcción del lugar de carácter

En el primer nivel se pueden establecer diversos planos, entre los que cabe destacar: el carácter multifuncional del espacio, asociado a un entorno espacial de calidad, donde se incluye parcialmente la diferenciación del lugar y la diferenciación entre lugares; una sensación de marginalidad espacial, como espacio de tránsito y de frontera, no sólo administrativa, sino también física; la relevancia en la identidad de los valores tanto naturales como culturales del área, generados los primeros por el proceso de creación de áreas protegidas y los segundos más arraigados en la identidad tradicional; por último, la existencia de unos límites históricos aceptados, y la influencia en la nueva identidad de los lugares del proceso de anexión de municipios y de gestación de nuevas mancomunidades. En el plano más espontáneo el discurso esta dominado por la sensación de la pérdida de identidad a favor de los lugares que concentran el poder del área, pero también por el proceso de rearticulación del espacio ligado a movimientos de recuperación de las identidades perdidas, con una base más política-asociativa en algunos casos y de base más cultural en otras.

AGRADECIMIENTO El autor agradece el apoyo del MEC a través del SEJ2005-01587-GEOG.

BIBLIOGRAFÍA

Recibido: 30 de julio de 2007 Aceptado: 15 de octubre de 2007 154

oficial y otro de tipo más espontáneo, ambos generados en la propia área, entre los que existirían no sólo relaciones de conflicto, como habitualmente se ha considerado, sino también de colaboración.

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