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SUBSIDIO PARA COMUNIDADES VISITA Y ASISTENCIA A LOS ENFERMOS CUASIMODO DE LA MISERICORDIA 2016

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PRESENTACIÓN El Papa Francisco nos ha convocado, a través de la Bula “Misericordiae Vultus” (El Rostro de la Misericordia), a celebrar con alegría y agradecimiento, el Año Santo de la Misericordia que se hace carne a través de gestos que son hoy signo del abrazo amoroso de Dios y se convierten en un desafío permanente para vivir una íntegra vida cristiana en los diversos ámbitos donde hombres y mujeres son diariamente discípulos misioneros de un Cristo que mira, se acerca, dialoga, toca, sana y salva. Reconocemos que Dios ha querido contar con nosotros para hacer presente su amor en medio de la ciudad. Ello exige de nosotros un proceso de conversión permanente que dialogue en comunidad y actúe en la realidad de todos los días con gestos sencillos a través de obras de misericordia, espirituales y corporales. Queremos, desde nuestra fe, aportar en la calidad de nuestra evangelización en un mundo tan marcado por la indiferencia, el maltrato, la violencia, los atropellos a la dignidad de las personas. Así estaremos sembrando nuevas semillas del Reino de Dios. La vivencia de estas realidades en lo cotidiano requiere la conformación de comunidades que estén al servicio de todos los hermanos y hermanas que sufren diversos tipos de vulneración para que, realizando procesos de discernimientos de los contextos y personas, fortaleciendo los vínculos, experiencias, y el sentido de comunidad en las y los agentes pastorales, promovamos una cultura de la Vida y de la Salud plena.

Pbro. Andrés Moro Vargas Vicario Pastoral Social Caritas Arzobispado de Santiago

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INTRODUCCIÓN La opción de la Iglesia en el acompañamiento a enfermos y sus familias se remonta a los inicios de nuestra humanidad donde concebimos como intrínseco la preocupación y asistencia a aquellos que nos son cercanos y es allí donde vivimos el real sentido de la solidaridad, reconociendo al otro/a como mi hermano/a, alguien que me pertenece y que comparte conmigo anhelos de felicidad y de búsqueda de Dios. “La enfermedad, sobre todo cuando es grave, pone siempre en crisis la existencia humana y nos plantea grandes interrogantes”1. Ante esta crisis, los y las agentes pastorales cumplen un servicio fundamental en el acompañamiento, sobre todo en los momentos donde renegamos de la presencia amorosa del Padre, donde nos sentimos perdidos y desesperados, preguntándonos ¿Por qué a mí?. “En estos momentos la fe es puesta a prueba pero a la vez revela toda su fuerza positiva. No porque la fe haga desaparecer la enfermedad, el dolor o las interrogantes, si no porque nos ofrece una clave donde podemos descubrir el sentido más profundo de lo que estamos viviendo; una clave donde la enfermedad puede ser la vía que nos lleva a una cercanía más estrecha con Jesús…”2 De esta forma, les compartimos el presente subsidio pastoral en este año santo de la misericordia, que tiene como fin animar a las y los agentes pastorales y sus comunidades parroquiales, educativas, hospitalarias, de movimientos, quienes, como testigos de la misericordia, desarrollan una vivencia significativa a través de la visita y asistencia a los enfermos y adultos mayores. Se revela la fiesta de Cuasimodo como signo eclesial de una Iglesia que está cerca de quienes sufren, consolando, animando y acompañando a enfermos y sus familias. “Jesús enseñó a sus discípulos a tener su misma predilección por los enfermos y necesitados, y les confió la tarea de atenderlos por medio de este sacramento (La Santa Unción)… Qué alegría da saber que en los momentos de dolor no estamos solos: el sacerdote y la comunidad cristiana, reunida junto al que sufre, alimentan su fe y su esperanza…”3

____________ Pastoral de Vida y Salud VPSC - Arzobispado de Santiago

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Mensaje del Santo Padre Francisco para la XXIV Jornada Mundial del Enfermo 2016. Confiar en Jesús Misericordioso como María: “Haced lo que Él os diga” (Jn. 2, 5) 2 Ídem 3 Audiencia General del Santo Padre Francisco sobre la Unción de los Enfermos. Plaza San Pedro, Ciudad del Vaticano Roma, miércoles 26 de febrero de 2014. ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

TEMARIO 

Presentación del Subsidio

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Introducción

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Temario

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Insumos por Etapas

1. Etapa de Discernimiento: “Con el corazón atento, miramos nuestra realidad” Mirada Creyente de la Realidad 2. Etapa de Preparación: “Preparamos nuestras manos para el encuentro” 2.1 Espiritualidad del Agentes Pastoral de Vida y Salud 2.2 Herramientas para el Acompañamiento al enfermo en su proceso de enfermedad 2.3 Herramientas para el Auto-Cuidado del Agente Pastoral 3. Etapa de Celebración: “Celebremos juntos la Vida y la Salud” 3.1 Los orígenes de cuasimodo, fiesta nacional 3.2 Guión Eucaristía Domingo de la Divina Misericordia 3.3 Procesión Fiesta de Cuasimodo 3.4 Compartir y Evaluación Comunitaria 4. Etapa de Acompañamiento: “Permanecemos en el Corazón de Jesús” 4.1 Oraciones para el acompañamiento en diversas situaciones 4.2 Salmos para orar con los enfermos 4.3 Lecturas bíblicas para orar con los enfermos 5. Contactos Pastoral de Vida y Salud – Domiciliaria y Hospitalaria

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1. ETAPA DE DISCERNIMIENTO: “CON EL CORAZÓN ATENTO, MIRAMOS NUESTRA REALIDAD…” Un discernimiento personal y comunitario no solo implica mirar la realidad, sino más bien, mirar de manera creyente nuestros contextos y ambientes estando atento a las realidades de dolor y viendo el paso de Dios en la ciudad, abriéndonos a la exigencia de esas realidades circundantes y abrir el corazón para hacer vida ese discernimiento. La mirada creyente de la realidad no es una tarea exclusiva de mentes privilegiadas. Muchos creyentes, a lo largo de la historia lo han hecho de forma espontánea. También nosotros la hacemos a nuestra manera, aun sin darnos cuenta de ello. Esto no quiere decir que sea una tarea exenta de dificultades. Tampoco significa que deba dejarse a la mera espontaneidad de cada uno. Es preciso tener unos criterios que nos aseguren la objetividad de nuestro análisis de la realidad. Son criterios que están al alcance de todos, especialmente si la lectura de la realidad se hace comunitariamente, en grupos, respondiendo al “ser Iglesia”, comunidad cristiana. La Lectura Creyente de la realidad es la acción personal, grupal y comunitaria encaminada a observar la realidad a partir de los hechos concretos en sus relaciones mutuas y en sus causas más profundas, para diagnosticar si esa realidad se encamina hacia el proyecto de Dios sobre la historia y, como consecuencia de este diagnostico transformar dicha realidad mediante una acción consciente, comprometida y evangelizadora. Pasos para una lectura creyente de la realidad Para la realización comunitaria de una lectura creyente de la realidad y que apunte a observar, diagnosticar y transformar, te proponemos los siguientes pasos:  

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Ponerse en manos de Dios para que abra nuestros ojos ante la realidad y que abra nuestro corazón para el discernimiento. Determinar comunitariamente dónde queremos fijar la mirada. Muchas veces tendemos a ser muy ambiciosos en la mirada y poco específicos lo que dificulta, en un futuro, un servicio concreto. Entrar en dialogo con las personas del sector que nos ayuden a identificar a personas que viven la enfermedad y que requieren acompañamiento. Vivir en relación cotidiana con el sector observado de manera que la realidad que observemos pueda ser un ambiente o medio concreto de un servicio permanente. Mirar e identificar las estructuras sociales y los servicios del sector para poder ver de qué manera se responde a la necesidad y generar redes de apoyo (consultorios, farmacias populares, municipalidades, Juntas de Vecinos, etc.) Identificar las relaciones, conexiones y causas de los hechos que surgen de la vida concreta y del foco a observar, determinando cuál es la causa de la problemática observada, en este caso: La soledad y el abandono de personas enfermas. Discernir, comunitariamente, el proyecto de Dios en esa realidad observada. De qué manera identificamos el paso de Dios en esa realidad de dolor y enfermedad y, por otra parte, aspectos que lo dificultan u obstaculizan.

Lo observado, diagnosticado y discernido, nos abre a la posibilidad de ir hacia la realidad con la intención de transformar-evangelizar, respondiendo a los gritos de tantos y tantas que sufren la ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

indiferencia y el dolor, la enfermedad y la pobreza. Es un camino que, sin duda, acrecienta el corazón de aquel que espera con brazos abiertos el abrazo de Dios, acrecentando también el corazón de las comunidades y sus agentes pastorales.4

2. ETAPA DE PREPARACIÓN: “PREPARAMOS NUESTRAS MANOS PARA EL ENCUENTRO…” Para dialogar con las realidades de enfermedad y dolor, es necesaria una preparación que nos permita responder de manera integral al acompañamiento de las personas y sus familias y velar por el propio cuidado del agente pastoral.

2.1 ESPIRITUALIDAD DEL AGENTE PASTORAL DE VIDA Y SALUD5 (Agentes pastorales que visitan enfermos en domicilios, hospitales u hogares de la larga estadía)

La espiritualidad es un estilo de vida o manera de vivir según las exigencias del Evangelio. Hablar de espiritualidad no es hablar de una parte de la vida sino de toda la vida; es hablar de la presencia del Señor en nuestra vida y en la comunidad cristiana. Podemos decir que la espiritualidad del agente de pastoral de la salud es un vivir la vida según el espíritu de Jesús misericordioso, quien pasó haciendo el bien, curando y sanando toda enfermedad y dolencia. Por lo tanto, vivir la relación con Dios en el servicio a los que sufren es la expresión de una manera particular de vivir la vida en el espíritu. El amor de Dios por nosotros es un amor gratuito e incondicional que nos lanza a comunicarlo a cuantos nos rodean y de manera especial a todos los que sufren. Aparecida nos invita a hacer de nuestras comunidades un centro de irradiación de la vida en Cristo para que el mundo crea (Cf. Aparecida 362). Jesús nos pide ser misericordiosos como su Padre y con su vida nos muestra claramente el camino. Se conmueve profundamente frente al dolor y sufrimiento de los hombres. Vivir la vida según el espíritu de la misericordia es hacer presente el amor y ternura de Dios junto a los que sufren con actitudes, gestos y palabras sanadoras. Es una espiritualidad generadora de esperanza y de vida. El Dios que ha resucitado a Jesús es un Dios que ofrece vida en donde los hombres causan muerte. El agente de pastoral está llamado a ser presencia pascual al lado de los que sufren. Vivir como hombres y mujeres resucitados es orientar nuestra vida hacia un amor creador y una solidaridad generadora de vida. Nuestra cercanía y acompañamiento serán camino de esperanza, de resurrección. Esta convicción profunda da a nuestro servicio a los enfermos una dimensión de culto: es el sacramento de la presencia, es cuando el servicio se hace contemplación. Una relación profunda en el Señor que nos lleva a "ver a Cristo en el enfermo y ser Cristo para el enfermo". El Evangelio de San Mateo se constituye para nosotros en una fuente permanente de espiritualidad: "En 4

Algunas ideas planteadas en este punto son extraídas del texto: “Lectura Creyente de la Realidad” EFAM – Escuela de Formación para Animadores Misioneros – Pastoral Misionera Arquidiocesana – Salta. 5 Guía para la Pastoral de la Salud en América Latina y el Caribe: “Discípulos Misioneros en el Mundo de la Salud” CELAM, 2010. Pág. 81-86 ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis". El descubrir a Cristo en el enfermo nos llama a estar atentos a su Palabra, a alimentarnos del pan de vida, a tener una actitud contemplativa y orante. Sin esta referencia al Señor y a su Palabra, nuestro anuncio perdería su horizonte, su eficacia. Estamos llamados a conjugar mística y compromiso, contemplación y acción. Es una espiritualidad encarnada que exige una actitud de disponibilidad y apertura para escuchar inquietudes, problemas, angustias, sufrimientos y esperanzas. Es una espiritualidad vivida desde lo cotidiano: se nos pide dar razón de nuestra esperanza, ser luz y sal de la tierra. Benedicto XVI nos propone el programa del buen samaritano: "un corazón que ve". Este corazón ve dónde se necesita amor y actúa en consecuencia. San Juan Pablo II, en su carta apostólica “Salvici Doloris” (22), nos dice que buen samaritano es aquel que sabe:   

Detenerse: pararse, encontrar tiempo y espacio, no pasar de largo, estar dispuestos a cambiar programa, no permanecer indiferentes. Acercarse: para escuchar, comprender, compartir, acompañar. Darse: hacerse don, cargar y cuidar, hacerse prójimo, vendar heridas con óleo y vino. Hospedar al hermano en nuestro corazón, para que se sienta como en su casa. Ser compañía silenciosa y cariñosa, presencia maternal de la Iglesia que arropa con su ternura y fortalece el corazón (Cf. Aparecida 420).

A la escucha de la Palabra del Señor, aprende a leer, desde la fe, la experiencia del sufrimiento y del dolor, a descubrir la acción de Dios y a vivirlos con esperanza. El agente de pastoral ha aprendido que el servicio al enfermo no se puede realizar sin el sacrificio y la renuncia. De aquí nace la fuerza de abandonarse en el Señor, la capacidad de dar sin esperar recompensa, la superación de la repugnancia, el saber comprender las más diversas situaciones, la apertura y disponibilidad hacia todos, la sensibilidad, el don de la gratuidad. Es persona contemplativa, de silencio y oración. Sabe acercarse con delicadeza y respeto al misterio del sufrimiento, no para explicarlo ni para defender a Dios, sino para testimoniar la presencia del Señor que ama, solidariza y acompaña. Encarna los valores evangélicos de la comprensión, la misericordia, el amor, la entrega, la alegría. A ejemplo de Jesús, Buen Pastor, es fiel a la misión de comunicar vida y estar al servicio de la vida. Benedicto XVI nos invita a contemplar a los santos de la caridad, portadores de luz en la historia; a hacer del servicio un culto agradable a Dios, a celebrar la liturgia de la caridad (Cf Deus caritas est 40). María, la Madre de Jesús, se presenta como modelo en el cuidado y "en el servicio de caridad a su prima Isabel, con la cual permaneció unos tres meses, para atenderla durante el embarazo... Es una mujer que ama... Lo vemos en la delicadeza con la que en Caná se percata de la necesidad en la que se encuentran los esposos, y lo hace presente a Jesús". ... La hora de la madre llegará solamente en el momento de la cruz, que será la verdadera hora de Jesús. Cuando los discípulos hayan huido, ella permanecerá al pie de la cruz. La mujer de la esperanza nos enseña a estar al lado del que sufre y acompañarlo con el valor y la ternura de una madre. ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

2.2 HERRAMIENTAS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO AL ENFERMO EN SU PROCESO DE ENFERMEDAD6 2.2.1 Viaje al mundo del enfermo Reconocer a un enfermo es entrar en un mundo diferente. La enfermedad plantea al hombre serio problemas en planos muy diversos. En el plano físico, la enfermedad es un acontecimiento que impone: fatiga, dolor, hundimiento. La enfermedad bloquea al hombre y la mujer a pesar suyo, invade la conciencia, domina y esclaviza la voluntad, amenaza con destruir lo que se tiene y lo que se es. Una extraña sensación se apodera de uno mismo, mi cuerpo está contra mí. También la relación con los demás se transforma. La enfermedad lleva al enfermo a prestarse una atención exclusiva, a replegarse sobre sí mismo, a sentirse como el único en sufrir. Se estrecha su horizonte: una habitación, unos movimientos, unos pocos gestos. Se percibe a sí mismo como una carga para los demás. Quizá debe ser ayudado en todo: comer, cambiarse, satisfacer sus necesidades más elementales. Se siente en una situación de dependencia que modifica profundamente la relación que antes tenía con otros: ahora se halla siempre en el lugar del que recibe. En muchos casos, la comunicación con los demás se hace difícil; a veces, se falsea o desaparece: “los que vienen a verme hablan de cosas sutiles” (Sal. 41, 7). El enfermo palpa la fragilidad de su ser, que hasta ahora creía firme y seguro; le ronda la idea de la muerte; acecha quizá la rebeldía y el escándalo; vuelve una y otra vez parecidos interrogantes ¿por qué? ¿Por qué a mí? ¿Qué habré hecho yo?...

2.2.2 Claves para ayudar al enfermo a vivir su enfermedad como experiencia de gracia Para vivir sanamente el proceso de su enfermedad y de su muerte, cada enfermo necesita la ayuda y el apoyo de alguien que sepa acompañarle con un estilo de presencia nuevo: una presencia inspirada y dinamizada por amor; una presencia que sabe adaptarse a cada persona, respetándola profundamente en su historia, sus creencias, etc.; una presencia que le ayuda al enfermo a echar mano de sus recursos curativos, a liberarse de todo aquello que le angustia y hacer sufrir; una presencia que sea capaz de reavivar en él las ganas de vivir y le permita encontrar el "sentido" a cuanto le pasa, convivir con su enfermedad, asumir serena y cristianamente lo incurable y la muerte. La primera ayuda al enfermo es luchar con él contra el dolor, quitarlo si es posible, o al menos aliviarlo y mitigarlo "el evangelio es la negación de la pasividad ante el sufrimiento" "Entra dentro del plan providencial de Dios el que el hombre luche ardientemente contra cualquier enfermedad y busque solícitamente la salud para seguir desempeñando sus funciones en la sociedad y en la Iglesia... Los médicos y todos los que de algún modo tienen relación con los enfermos han de hacer, intentar y disponer todo lo que consideren provechoso para aliviar el espíritu y el cuerpo de los enfermos". 6

"Vademécum para acompañar enfermos de modo personalizado" Recopilación realizada por el Dr. Padre Pietro Magliozzi y el Dr. José Alvear. Extraído de http://humanizar.uc.cl/acompanamiento-espiritual - 27 enero 2016 ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

Otra ayuda -no menos importante- es compartir con el enfermo la nada fácil tarea de vivir su dolor sanamente: afrontarlo con realismo, asumirlo conscientemente, apropiarse de él e interrogarlo beneficiosamente en su existencia, conferirle un sentido, llenarlo de amor y vivirlo en la esperanza. Pero ¿cómo prestar esta ayuda al que sufre? No es fácil. No sirven las recetas prefabricadas. Cada persona es irrepetible y su experiencia es personal y singular. Ofrecemos algunas claves o pistas para realizar esta delicada misión. a. Acercarnos al enfermo No se puede ayudar al que sufre a distancia. Hay que acercarse a él y adentrarse en lo que está viviendo, movidos por la compasión y el deseo de consolar, alentar y servir de apoyo. Es preciso hacerlo sin prisas, con tacto y con respeto, sin paternalismos, dejando y facilitando que el enfermo sea el protagonista. La solidaridad tiene un poder curativo: activa y hacer presente al que sufre el amor de los hermanos y de Dios. Las horas de soledad para el enfermo son demasiado largas. Las acortan tan sólo la cercanía y el calor humano de quien se acerca para visitarle. b. Acompañarle en su camino El camino que cada enfermo recorre generalmente es largo y costoso y pasa por múltiples y variadas etapas y momentos de ánimo. Hay que acompañarle en su camino, respetar su ritmo, ofrecerle lo que necesita en cada situación. Acompañar al enfermo implica: Mostrarle cercanía, confianza y amor; preocuparse por todo sin preocupar; conmoverse con todo sin compadecer; aguantar sus rarezas sin incomodarse; hacer el bien sin crear dependencia; infundir ánimo, fuerza y esperanza; estar disponible sin imponer. "Cuando estamos con personas que sufren, suele resultar evidente que es muy poco lo que podemos hacer para ayudarlas, fuera de estar presentes, de caminar junto a ellas como el Señor camina junto a nosotros. Esto nos resulta frustrante porque nos gusta ser "reparadores". No solo queremos controlar nuestro destino, sino también el de los demás. Por eso nos produce frustración cuando lo único que podemos hacer por los que sufren es estar presentes para ellos, orar con ellos, convertirnos, en efecto, es un amigo silencioso de la presencia y el amor de Dios" c. Escuchar al enfermo La persona herida encuentra alivio cuando tiene la oportunidad de contar y compartir lo que lleva en su interior. Dejar que afloren las angustias escondidas, las esperanzas frustradas, supone un respiro interior para el que sufre. No es fácil escuchar. Se requiere sensibilidad, capacidad para sintonizar, saber leer lo que el otro nos dice con sus palabras y, sobre todo con sus silencios, sus gestos, su mirada... Escuchar es un arte. Hay que aprenderlo y adiestrarse en él. Saber escuchar exige ponerse en lugar del que sufre, acoger su historial personal, percibir el impacto que el sufrimiento tiene en cada persona, saber implicarse pero sin caer en el pozo del ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

sufrimiento, mantener la justa distancia que permite seguir siendo uno mismo, conservar la autonomía y la claridad para poder ayudar. "Estar a la escucha. Escuchar es ante todo una actitud. Es tratar de comprender al otro con sus sufrimientos, sus deseos y su esperanza, sin juzgarle ni condenarle. Escuchar es prestar atención no solamente a las palabras, sino también al cuerpo, al lenguaje no verbal: su cuerpo, sus lágrimas, sus tristezas, su sonrisa y sus caricias, sus gritos de rabia. Hay que estar atento a ese lenguaje sencillo y concreto para captar los sufrimientos y las penas del otro, sus deseos y sus esperanzas, sus límites, sus heridas interiores... Escuchar es estar abierto y disponible con el otro para acoger lo que quiere dar, a veces todas sus rebeldías y tinieblas, pero también toda la belleza de su corazón. Pero esta escucha, esta proximidad no siempre son fáciles. Pueden hacer tambalear nuestras seguridades. Escuchar atentamente al otro es captarle en el interior de sí mismo, comprenderle y amarle; es atreverse a mirar la cizaña y el buen trigo de su campo poniendo palabras justas sobre la realidad sin culpabilizarle; es también confiar en la vida que hay en él" d. Comprender y acoger La acogida y comprensión de las relaciones del que sufre es un medio terapéutico que alivia el peso del corazón herido. Por el contrario la incomprensión constituye un dolor sobreañadido para quien está sufriendo y se queja. Cuando actuamos así nos convertimos en consoladores inoportunos y falsos, como los amigos de Job, que en lugar de llevar alivio y paz, provocan su irritación y se sublevan contra todos. Frente a los desahogos de quien culpa a Dios por los sufrimientos, muchos se sienten llamados a salir en defensa de Dios. Ánimo, resignación... son palabras inútiles cuando hay dolor. No sirven para nada. Dice más el silencio de quien acompaña con cariño y respeto que los consejos, razones y explicaciones racionales, "Vinagre en la llaga, ir sin ropa en el río, es cantar coplas al corazón apenado" (Prov. 25,20). "Es fácil decir palabras bonitas, dar toda clase de consuelos y explicaciones cuando no te duele nada o no estás "cogido" por el sufrimiento. Es fácil hablar de una realidad dura y buscarle soluciones desde fuera. Pero si está en ti y experimentas la impotencia tuya y de los otros, necesitas de ese hondo silencio para acoger. El silencio es la palabra que te revela su Presencia, porque todo su ser se hace silencio. Lo necesitas para "aguantar" con paz. Dios se hace también silencio en esos momentos. Él es tu paz". e. Fomentar en él actitudes saludables El enfermo puede adoptar ante el sufrimiento que le aqueja actitudes y comportamientos positivos y fecundos o negativos y estériles. Unos le permitirán afrontar y vivir el dolor de forma constructiva. Otros, por el contrario, harán más insoportable y destructivo su dolor. El que acompaña al enfermo ha de ayudarle a discernir sus actitudes y comportamientos y cultivar los que son positivos. He aquí una lista: mantener una actitud vital, confiar y colaborar activamente con el personal sanitario, asumir la propia debilidad, paciencia activa, no volverse mimoso, exigente o acaparador, sentirse útil, preocuparse por los otros, no abusar de los que le cuidan, ser agradecidos, ser indulgentes con los otros, centrarse en los aspectos positivos. ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

"Le doy gracias a Dios porque me ha dado la fuerza de ver mi realidad, pero me ha dado la gracia de ver la de los demás; de detectar el sufrimiento de todos, de no pensar que el mío es el peor, sino sólo el mío, y que el de los otros es fuerte, punzante, angustioso... Porque es el suyo... He descubierto que se puede dar amor y hacer felices a los demás con muy poco: recordar su nombre, una sonrisa, una palmada, un ¿cómo estás?, un chiste, una expresión de comprensión... una escucha" f.

Pedagogía para asumir el dolor

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Alimentar una actitud de realismo. No somos los únicos en sufrir. Aceptar que somos limitados. Recordar el estímulo ejemplar de otros enfermos. Usar los medios normales: medicamentos, ratos de descanso, contacto con la naturaleza. Fijar la atención en el presente e intentar vivirlo. "No os agobiéis por el mañana" Orar. Compartir con Cristo el dolor. Descubrir la misteriosa presencia del Señor, acompañante excepcional y fiel. Aceptar la realidad. Confiar en Dios y abandonarse en sus manos.

g. Encontrarle sentido Como dice V. Frankl en su libro “El hombre en la búsqueda de sentido” (1996), la sanación se produce mediante el hallazgo de sentido. La búsqueda seria de sentido, la voluntad de dar con el sentido, mantienen al hombre en el camino que conduce a una salud auténticamente humana. Acompañar al que sufre en su camino para encontrar sentido al dolor, es una de las maneras de ayudarle a vivirlo sanamente "dentro de cada sentimiento humano aparece inevitablemente la pregunta por el sentido. Sólo el hombre, cuando sufre, sabe que sufre y se pregunta por qué. Y sufre de manera humanamente más profunda si no encuentra una respuesta satisfactoria" (Salvici Doloris 9) "El dolor solo tiene sentido desde la perspectiva del plan del Padre, como una configuración real con Cristo, por la obra del Espíritu Santo. Por la cruz " completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Jesucristo a favor de su cuerpo". Gracias, Jesús, porque has querido asociarme de este modo especial a tu cruz. Dame fuerza y serenidad para llevar esta cruz hasta lo que tú quieras. Para llevarla incluso con alegría. Ya sabes que tengo miedo. Gracias, madre porque tú también estás conmigo, animándome y ayudándome" h. Ayudarle a purificar la relación con Dios El sufrimiento es ocasión para la maduración y el ahondamiento de la experiencia de Dios. Así le sucedió a Job. Sólo el sufrimiento, con el ocultamiento y la ausencia de Dios que ha supuesto, le permitirá encontrarse con el ministerio de Dios y confesar: "yo te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos" (Job 42, 2-6). La relación sana con Dios, especialmente en el sufrimiento, requiere una purificación constante. Pues fácilmente proyectamos en Él nuestros temores, deseos, pensamientos... y no nos relacionamos con Él tal cual es. Al final de la noche oscura del sufrimiento experimentamos, como ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

Job, el misterio vivo de Dios, fuerte en la debilidad, presente en la ausencia, elocuente en medio del silencio. En el corazón del dolor nos espera siempre el amor de Dios. Un Dios que sufre con nosotros para que nosotros aprendamos a amar con Él y como Él. "Dejadas de lado estas horas negras, yo encontré en mi enfermedad muchas cosas positivas. Empezaré a enumerarlas citando un mejor y más íntimo conocimiento de Dios. Creo haber dicho que, por fortuna y sobre todo por la gracia, viví siempre en la fe y en un amor a Dios que era algo normal en mi vida. Dios era realmente mi Padre, Jesús mi amigo y compañero. Pues bien: en la enfermedad he sentido más cercana esta paternidad y ese compañerismo. Sólo la gracia de Dios ha podido mantenerme alegre en estos últimos años. Y confieso haberla experimentado casi como una mano que me acariciase" i.

Implicar a la comunidad

Los múltiples desafíos del dolor son una llamada a la comunidad, que debe ser consciente de que cada vez que uno de sus miembros está herido, todo el organismo sufre. "Por que el cuerpo no es un miembro, sino muchos... si un miembro sufre, con él sufren todos los miembros" (1 Co 1,26) "La presencia abundante de amigos (¡cómo pude constatar la fraternidad que crea la fe evangélica!), su ayuda material y espiritual, colaboró también a hacer posible lo que parecía imposible. Era como el recordatorio permanente, como las señales que me indicaban que Dios no se olvidaba de mí y me enviaba a los hermanos para hacerme presente su amor de Padre. Sí, es Dios mismo quien nos ama en el ame a los seres que nos rodean" "Acercaos, pues, a los enfermos con el mismo respeto, discreción y cariño con que lo hacía Jesús, ejercitad con ellos vuestras dotes de paciente y amorosa escucha, dejad que surjan espontáneos sus desahogos y, cuando encontréis la ocasión propicia y oportuna, habladles con suave persuasión de Aquél que dijo: Venid a mí todos los que os sentís fatigados y abatidos, que yo os aliviaré (Mt 11, 28). Ayudadles a ver que en el encuentro espiritual con Jesucristo, en la compañía y comunión con él, Dios se convierte en nuestra Vida inseparable, en el Médico (Ex 15, 26) que escucha el clamor de su pueblo (Ex 3, 7), que endereza a los que ya se doblan (Sal 145, 8), que sana los corazones desgarrados y venda sus heridas (sal 146, 3) Al anunciar a Jesucristo a los enfermos, hagan eco del mensaje tocante a la salud ya anticipado por los profetas: Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los abatidos de corazón: Ánimo, no temáis! Mirad que viene vuestro Dios (Is 35, 3s), mensaje que él vino a convertir en realidad. Aseguradles que entra dentro del plan providencial de Dios el que el hombre luche ardientemente contra cualquier enfermedad y busque solícitamente la salud, para que pueda seguir desempeñando sus funciones en la sociedad Contribuid, mediante vuestra visita pastoral, a despertar en los enfermos esa salud de Cristo sembrada en su interior ya desde el momento del bautismo por la gracia del Espíritu Santo, y exhortadles a la unión espiritual con Jesús, ya que quien está unido al Señor se hace un solo espíritu con él (1 Cor 6, 17). Así experimentarán, como San Pablo, que incluso cuando se sienten débiles, habita en ellos la fuerza de Cristo (2 Cor 12, 9-11).

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2.3 HERRAMIENTAS PARA EL AUTO-CUIDADO DEL AGENTE PASTORAL PARA EL TRABAJO COMUNITARIO: Para acompañar a otros/as, el agente pastoral de vida y salud debe ser acompañado por su comunidad. No podemos concebir la vida en la pastoral como “solo una acción social”, sino más bien como un servicio que se discierne y vive en comunidad, hacemos juntos la pastoral. Al reconocer que acompañar situaciones de dolor y vulnerabilidad, sobre todo cuando se acompañan enfermedades, situaciones de pobreza, conflictos familiares, duelos, etc. es muy complejo, y aparecen ciertos mitos como por ejemplo: “El agente pastoral no se cansa si lo que hace, lo hace por Dios”; “Ya tendré tiempo para descansar”. Es por eso que a continuación presentamos algunas herramientas básicas para el auto-cuidado del agente pastoral en la vivencia comunitaria. Las y los invitamos a reunirse en comunidad y trabajar la siguiente ficha. Es necesario que alguna persona de la comunidad asuma el liderazgo de la actividad. a. Introducción: ¿Qué es el auto-cuidado? Cuidarse, cuidar y ser cuidado son funciones naturales indispensables para la vida de las personas y la sociedad, en tanto son inherentes a la supervivencia de todo ser vivo. Al cuidar se contribuye a promover y desarrollar aquello que hace vivir a las personas y a los grupos. Es así como cuidar representa un conjunto de actos de vida que tiene por objetivo hacer que ésta se mantenga, continúe y se desarrolle. La promoción del auto-cuidado es una estrategia necesaria para la búsqueda del bienestar integral en la vida cotidiana y lograr así el desarrollo humano. Por tanto, el autocuidado es una práctica que involucra líneas de crecimiento en las que toda persona debe trabajar cotidianamente para tener un desarrollo armónico y equilibrado. Estas líneas de crecimiento que propician un desarrollo integral se relacionan con la dimensión emocional, física, estética, intelectual y trascendental del ser, a través del desarrollo de las habilidades afectivas, cognoscitivas y sociales. Te invitamos a conversar con tu comunidad las siguientes preguntas: ¿Consideramos que necesitamos auto cuidarnos? ¿De qué manera? ¿Han tenido experiencias de auto-cuidado comunitario? ¿Cuáles? ¿Que implicaría en el futuro no cuidarnos / personal y comunitariamente? b. Importancia del Auto-cuidado Los problemas asociados con las demandas propias del trabajo y de las relaciones psicosociales que el trabajo promueve con los beneficiarios de los programas y proyectos pueden afectar profundamente a los agentes pastorales responsables de su implementación. Una relación desadaptativa y adversa, un sobre-involucramiento en el trabajo y también una falta apreciable de recursos frente a la naturaleza del trabajo, pueden ser algunas de las causas de un colapso, en el que pueden distinguirse tres dimensiones:

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Agotamiento emocional: Se refiere a la pérdida o desgaste de los recursos emocionales de los individuos. Deshumanización o despersonalización: Que implica el desarrollo de actitudes negativas e insensibles hacia los receptores del trabajo (niños, padres de familia, directivos). Falta de realización personal: Tendencia a evaluar el propio trabajo de forma negativa.

c. Pistas para implementar acciones de auto-cuidado El cambio que lograríamos si efectivamente practicáramos un verdadero auto-cuidado en cada uno de nosotros, afectaría positivamente tanto a los equipos de trabajo como a las personas y familias destinatarias de los proyectos o programas. Para la comunidad seríamos un modelo de vida saludable, tendríamos mejor comunicación con las personas, mayor credibilidad, mejores resultados en trabajos en conjunto. Al interior del equipo mejoraríamos las relaciones interpersonales, mejoraría el clima laboral, trabajando más a gusto. Se aprovecharía mejor el tiempo, con una mejor atención en calidad y cantidad, alcanzando una mayor realización personal y colectiva. d. Trabajo Práctico en comunidad: “Nos comprometemos a Actuar…” El facilitador pide a cada participante que en una cartulina, elabore un compromiso de autocuidado con: Su cuerpo: cuidado de sus manos, pies, ojos, hábitos saludables del sueño, alimentación saludable, revisión médica, ejercicio físico por ejemplo. Su parte psicológica y espiritual: manejo de conflictos, agotamiento, estrés, crisis de fe. Su parte mental: fortalecimiento de habilidades cognitivas, ejercicios ara la memoria, para salir de la rutina y rigidez, etc. Su parte social y relacional: celebraciones o salidas con la pareja, con las familias, amigos, etc. El facilitar recoge los compromisos y los coloca en el altar como ofrenda para el momento de la celebración de cierre del taller. e. Celebración Comunitaria Preparar un momento de oración tomando el Salmo 23. Invitar a los y las participantes a sentir la presencia de Jesús Buen Pastor que nos hace reposar, que nos lleva a aguas tranquilas, nos sirve a la mesa, nos perfuma la cabeza, nos fortalece… y nos enseña a cuidarnos para poder trabajar con salud y entusiasmo en su obra. Para terminar cada participante agradece la vida, el trabajo, sus capacidades para cuidarse y practicar hábitos saludables, de igual forma hace oración pidiendo fortaleza y voluntad para hacer realidad su compromiso con el auto-cuidado. En círculo, cantar el Padre Nuestro o un canto de fraternidad, de hermandad y solidaridad con el otro.

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3. ETAPA DE CELEBRACIÓN: “CELEBREMOS JUNTOS LA VIDA Y LA SALUD” 3.1 LOS ORÍGENES DE CUASIMODO, FIESTA NACIONAL7 El fin de semana siguiente a Semana Santa se celebra la Fiesta de Cuasimodo, uno de los festejos más importantes del valle central de Chile. La gran procesión es el momento cúlmine de meses de preparación, donde se adornan los caballos, las bicicletas y los carros con gran esmero. Cuasimodo es una colorida fiesta de fe y tradición. A mediados del siglo XVI, el Concilio de Trento expresó la necesidad de comulgar al menos una vez al año en torno a la solemnidad de la Pascua. Muy pronto, esta norma se extendió en América. Dada la importancia de la comunión, los sacerdotes organizaron un recorrido anual para dar la Eucaristía a los enfermos y todo aquel que no pudiera asistir a la iglesia. Sin embargo, debido a los peligros de la época y la inseguridad en los caminos rurales, era necesario que el sacerdote y su comitiva fueran protegidos. Así, las comunidades de la zona se propusieron espontáneamente para escoltar a la comitiva religiosa. Todos los años se cumplían con esta tradición que tenía como segunda misión la de recordar la resurrección del Señor: el milagro central de la fe cristiana. Hay registros de que en la época de la República, la fiesta de Cuasimodo se había desvalorizado por ser una fiesta “popular”. Sin embargo, sobrevivió por siglos y se sigue celebrando hoy en día. Es una fiesta cargada de fe, tradición y alegría. a. Significado de Cuasimodo A esta procesión anual se la denominó Cuasimodo. La palabra Cuasimodo proviene de la frase en latín “Quasi modo géniti infantes” que significa “Como niños recién nacidos” y es la primera del texto con la que comienza la misa del domingo siguiente al Domingo de Resurrección. b. Símbolos de la fiesta Tan importante es esta fiesta para la vida religiosa chilena que seis símbolos de esta tradición campesina han sido reconocidos por el gobierno como “monumentos nacionales”. Estos símbolos son tres esclavinas, un palio, una custodia y un coche.    

El Pañuelo que reemplazó al sombrero del huaso, como señal de respeto. La Esclavina, tomada de la vestimenta sacerdotal El Estandarte de las Cofradías La Campana para anunciar la llegada del Santísimo, y en muchos casos el Palio para protegerlo.  Blanco y Amarillo son los colores principales, tomados del emblema papal. El colorido lo proporcionan los carros, caballos y ciclistas adornados, los Santos y figuras, la carroza o coche del Santísimo, los arcos de flores.

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Contenido extraído de http://santuarionacional.cl/fiesta-del-cuasimodo/ Revisado el 23-02-2016

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La Fiesta de Cuasimodo no es sólo una expresión de religiosidad, también es un fuerte símbolo de la tradición chilena de campo, un testimonio vivo de su historia, creencias y folklore. Es una prueba de fe y devoción del pueblo chileno, expresada con alegría y mucho esfuerzo. El rito es una procesión acompañada de gritos y cantos (una aclamación muy conocida es: Santo, Santo, Santo, Señor de los Ejércitos; y responden todos a coro: Llenos están los cielos de la majestad de Vuestra Gloria; Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo). Las casas de los enfermos que van a ser visitados están adornadas con flores y algunas ponen un altar junto a la puerta en el camino. Todo concluye en una celebración de la Eucaristía, que en algunos lugares es el comienzo de la procesión.

3.2 GUIÓN EUCARISTÍA DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA - CICLO C 8 a. Introducción Queridas y queridos Hermanos, hoy nos reunimos en este tiempo pascual para celebrar la fe en comunidad. Concluimos la semana que comenzó el Domingo de la Resurrección, y que constituye, para la liturgia, un único Día de fiesta, fiesta que queremos compartir con tantos hermanos nuestros que por motivos de enfermedad o ancianidad no pueden estar presentes hoy en esta celebración. Queremos tener muy presentes en el corazón de esta comunidad a nuestros hermanos ausentes y a quienes os visitarán luego, los agentes pastorales de vida y salud y los ministros extraordinarios de la comunión que, semana a semana, los acompañan y llevan a nuestro Señor Sacramentado a muchos hogares de nuestro sector parroquial. Hoy queremos extender la celebración de la eucaristía, peregrinando juntos hacia la casa de algunos hermanos nuestros para llevar al Señor que sana y acompaña. Las y los invitamos a ponerse en pie y cantar junto al coro para dar comienzo a esta celebración. En lugar del Acto penitencial puede realizarse el rito de bendición y aspersión del agua. b. Liturgia de la Palabra Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 5, 12-16 La primera comunidad cristiana, ya presidida por Pedro (3), comienza a crecer en su fe a Jesús Resucitado, y por la práctica de la caridad. Segunda lectura: Apocalipsis 1, 9-11a Cristo Resucitado es el Primero y Último, el Dios Viviente que, en medio de los avatares del mundo, nos dice: "No temas". 8

Ideas centrales tomadas de http://veritasl.blogspot.cl/2013/04/guion-divina-misericordiacanonizacion.html visitada el día 23 de febrero 2016. ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

Luego de la segunda lectura puede proclamarse la Secuencia pascual, optativa para este día, aunque aconsejable, para ilustrar la idea del “único Día de fiesta” a la que aludimos al referirnos a la Octava. Evangelio: Juan 20, 19-31 En el evangelio de hoy, Jesús se muestra resucitado a sus discípulos mostrándoles sus manos y el costado, signos de la dolorosa pasión que hoy son revelación de la misericordia de Dios. Las y los invitamos a ponerse en pie y escuchar la proclamación del santo evangelio. Se proclama el Evangelio. c. Oración de los fieles R. Ten misericordia de nosotros y del mundo entero (5) +Por nuestra Iglesia y el Santo Padre, el Papa Francisco, para que unidos por el vínculo fraterno de la caridad, seamos, para el mundo, icono vivo del Resucitado, que nos llama a ser un solo cuerpo y vivir la misericordia. R. + Por nuestros gobernantes y legisladores para que vivan su servicio público en justicia, solidaridad y verdad. R. +Para que los que se sienten invadidos por la tristeza espiritual, por intercesión de María, Madre de misericordia, experimenten los consuelos celestiales. R. + Por nuestros hermanos enfermos y adultos mayores para que reciban de nosotros el abrazo misericordioso de Dios que se hace pequeño y sale al encuentro. R. + Por muchos hermanos nuestros que prestan el servicio de acompañar y asistir a los enfermos de nuestra comunidad para que, siendo signo visible del amor de Dios, sean testigos de misericordia a imagen de Jesús. R. +Para que nosotros, aprendamos a contemplar más profundamente y a vivir más intensamente el misterio de la Misericordia de Dios, "fuente de alegría, de serenidad y de paz", a la vez que "condición para nuestra salvación". (Cf. Su Santidad Francisco, Bula Misericordiae vultus, n. 2, de convocación al Jubileo Extraordinario de la Misericordia). R. Oración "Oh, Padre, que en el día domingo reúnes a tu pueblo para celebrar que el Primero y el Último, el Viviente, ha vencido a la muerte, danos la fuerza de tu Espíritu para que, rotas las cadenas del mal, te rindamos el libre tributo de nuestra obediencia y de nuestro amor, para reinar con Cristo en la gloria. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén". d. Presentación de las Ofrendas (Para quienes realicen peregrinación de cuasimodo) ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

+ Presentamos al Señor los símbolos de nuestra fiesta, tan propia y querida del centro de nuestro país, cuasimodo… presentamos al Señor:    

El Pañuelo que reemplazó al sombrero del huaso, como señal de respeto. La Esclavina (manto-poncho), tomada de la vestimenta sacerdotal El Estandarte de las Cofradías La Campana para anunciar la llegada del Santísimo, y en muchos casos el Palio para protegerlo.  Bandera con Blanco y Amarillo, colores principales, tomados del emblema papal. Los signos quedan dispuestos en el altar para la procesión de cuasimodo al término de la Eucaristía.

+ Presentamos al Señor Pan y Vino, símbolos del trabajo de hombres y mujeres que serán cuerpo y sangre de Jesús. Acompañamos el momento de la colecta, cantando junto al coro. e. Comunión Puede impartirse la Bendición solemne de Pascua.

3.3 PROCESIÓN DE CUASIMODO Se sugiere que, al término de la Eucaristía o, en su defecto, en la Homilía, el sacerdote pueda contar de qué se trata la fiesta de cuasimodo (se puede apoyar de la reseña que se encuentra en el mismo subsidio). La idea de generar esta introducción a la peregrinación, es llenar de sentido el signo que se realizará en la comunidad. a. Preparación Previa: El equipo de Vida y Salud en conjunto con los Ministros Extraordinarios de la comunión, elijen algunos hogares para hacer el signo de ir en peregrinación con la comunidad. La idea es que sean enfermos a los que acompañen de manera habitual y que cuenten, previamente, con el sacramento de la reconciliación. Cuando los hogares sean elegidos, quienes acompañan habitualmente a ese enfermo y su familia, se acercan y cuentan del signo que se quiere realizar con ellos y su reseña, de manera de dar sentido al gesto. Se pide que la familia pueda hacer un altar fuera de su casa y se acuerda la hora de la visita. b. Peregrinación El sacerdote va acompañado de acólitos y la comunidad parroquial, se acompaña el trayecto con cantos (pascuales) y oraciones. c. Rito de la Comunión en el hogar del enfermo9

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http://www.curas.com.ar/Rituales/Enfdif.htm visitada el día 25 de febrero 2016 ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

Ritos iniciales - La paz del Señor este con vosotros/contigo. R: Y con tu Espíritu. (Colocando el Santísimo Sacramento sobre el corporal, lo adora diciendo:)

- Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del altar. R: Sea por siempre bendito y alabado. (Rocía al enfermo y la habitación con agua bendita, diciendo:)

- Que esta agua nos recuerde nuestro Bautismo y a Cristo que por nosotros y por nuestra salvación muró y resucito. Acto penitencial - Hermanos: para participar con fruto en esta celebración, comencemos por reconocer nuestros pecados: (Pausa)

Yo confieso... (Sigue la absolución del sacerdote:)

- Dios, Todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la Vida Eterna. R: Amén. Liturgia de la Palabra (breve) (1) “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, dice el Señor, y yo lo resucitare en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida.” (Jn. 6, 5455) Palabra de Dios. (2) “Permaneced en mí, como yo permanezco en vosotros, así como el sarmiento no puede dar fruto sino permanece en la vid, tampoco vosotros sino permanecéis en mi.” (Jn. 15, 4) Palabra de Dios. Padre nuestro - Y ahora todos juntos invoquemos a Dios con la oración que el mismo Cristo nos enseñó: Padre nuestro... (El sacerdote muestra la sagrada forma diciendo:)

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- Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, felices los invitados al banquete Celestial. R: Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para salvarme. - Cuerpo de Cristo. R: Amén. Rito de conclusión - Oremos: Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, te suplicamos con fe viva que el Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que nuestro hermano/a acaba de recibir, le conceda la salud corporal y la salvación eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. R: Amén. - La bendición de Dios Todopoderoso: Padre +, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y permanezca para siempre. R: Amén.

3.4 COMPARTIR Y EVALUACIÓN COMUNITARIA: Luego de concluida la celebración de cuasimodo, las y los invitamos a generar un espacio comunitario de compartir y evaluación. En este espacio se busca poner al centro aquello que suscitó esta actividad a la luz del año santo de la misericordia. La idea es compartir experiencias de encuentros personales y comunitarios y de qué manera se vuelve una experiencia que se prolonga en el tiempo como un servicio permanente de la comunidad hacia quienes más sufren y que por su condición (enfermedad o ancianidad) no pueden acercarse a celebrar la Eucaristía. A continuación algunas preguntas que ayudarán en el compartir: 1. ¿Qué suscitó en ustedes la celebración de cuasimodo? (En el momento de preparación con el enfermo y su familia, en el compartir comunitario, en el seguimiento y acompañamiento, etc.)

2. ¿De qué manera acompañan cotidianamente a los enfermos y adultos mayores en su comunidad? 3. ¿Consideran necesario motivar a otros/as hermanos de la comunidad en el servicio de visita y asistencia a los enfermos y adultos mayores de la comunidad? ¿Por qué? 4. ¿Consideran necesaria la formación y el acompañamiento para vivir de manera plena e integral el servicio a los enfermos y adultos mayores? 5. ¿De qué manera nos desafía como comunidad lo vivido?

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4. ETAPA DE ACOMPAÑAMIENTO: “PERMANECEMOS EN EL CORAZÓN DE JESÚS” El acompañamiento a enfermos, adultos mayores y sus familias está nutrido por la experiencia humana que tenemos sobre el dolor y la esperanza, nuestros procesos de fe y conversión y por el gran regalo de la Palabra de Dios y la tradición de la Iglesia. En esta etapa del presente subsidio, encontrarán oraciones y textos bíblicos para el acompañamiento a enfermos y sus familias subdivididos en oraciones para diversos tiempos y situaciones, salmos y lecturas bíblicas.

4.1 ORACIONES PARA EL ACOMPAÑAMIENTO EN DIVERSAS SITUACIONES a. Oraciones para acompañar a enfermos en sus domicilios10 

La enfermedad no es la última palabra

Mi corazón sufre por esta enfermedad (vejez) que me impide vivir como antes. Oh Dios pon en este corazón tu esperanza, ilumínalo ahora con la luz de la victoria final. Hazle ver que mi vida no se identifica con esta enfermedad (vejez), que hay tanto que puedo todavía hacer, ofrecer, agradecer, alabar y aceptar. Dame creatividad, dame fuerza, dame esperanza para continuar a caminar hacia tus ideales, fines y objetivos. Hazme sentir que mi hombre interior sigue desarrollándose cada día más a imagen del hombre nuevo y espiritual del hombre perfecto que es Cristo Jesús y de María Virgen, nuestra Madre. Amén. 

El Dios de la vida plena

Oh Señor, Dios de lo imposible, Dios de salud y salvación, permíteme salir del pequeño mundo de mi casa y entrar en sintonía con tu mundo de infinito Amor. Haz que mi vida comparta tu Belleza, Bondad, Verdad y Unidad. Haz que mi persona viva tu Paz, Plenitud, Alegría y Autenticidad. Haz que mi espíritu sea lleno de Bienaventuranza, libre de cualquier esclavitud, puro y cada vez más imagen y semejanza Tuya. Bendición de Dios: Que todo tu ser tome alas de águilas para volar hacia Mí. 

Desde el repliegamiento sobre uno mismo, a la mirada puesta en Dios

Ayúdame, oh Señor Jesús, a aceptar mi situación actual: con sus angustias, dificultades y penas. Hazme descubrir que mi inutilidad es sólo aparente. Ayúdame a ofrecerte mi vida y mi persona doliente, con un gesto libre y lleno de amor. Santifica mi existencia y mi sufrimiento humano; y haz que siempre me dirija más completa y definitivamente, hacia Ti y tu Reino.

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Oraciones extraídas de trípticos de oraciones en el contexto de la III Semana Nacional del Enfermo – Comisión Nacional de Pastoral de la Salud, Pastoral Social Caritas Chile. ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

Bendición: Que el Dios de amor habite en tu corazón, sostenga tu fidelidad a su nombre y te ayude a dar frutos sobrenaturales. 

En la soledad, el Señor está presente

Antes que yo te llame, oh Señor, mi Dios, tú estás aquí, en lo más profundo de mí; sé que Tú estás presente en lo más íntimo de mi ser, como presencia infinita. Unido a Ti, me siento como un niño que siente, en la suya, la mejilla de su madre. Tú estás aquí y siento en mí una gran calma. Tú estás aquí y mi alma reposa y se serena. Tú estás aquí, me miras y es como si un sol me iluminará y abrigará. Por la prueba que estoy pasando, mi Dios, permíteme apreciar la dulzura de tu presencia y tu amistad. Bendición: Que la dicha de Cristo resucitado habite en ti e ilumine todos tus días. b. Oraciones para acompañar a enfermos en el Hospital 

Letanía de la Sanación Integral (Repetir las frases) Señor, que yo vea, Señor, que yo oiga Señor, que yo camine Señor, que yo recupere la salud Señor, que yo sea perdonado por mis peca-dos Señor, que mi corazón se abra a tu amor Señor, que mis temores desaparezcan Señor, que yo tenga fe Señor, que yo ame a mis hermanos Señor, que yo perdone a mis enemigos Señor, que sea sanado de mis rencores Señor, que sea fuerte en los momentos de duda Señor, que sea liberado de la mentira Señor, que sea liberado del poder de las ti-nieblas Señor, que sea exonerado de cada complicidad con el mal Señor, que sea preservado de las acechanzas del maligno Señor, que yo acoja la Luz Señor, que yo haga tu Voluntad Señor, que yo te ore con fe plena Señor, que yo crea en tu gloriosa resurrección Señor, que yo espere en la fuerza de tu amor Señor, que yo espere en el poder de la sanación Señor, que yo sane de mis enfermedades Señor que yo tenga confianza en ti Señor, que yo te adore como mi único Dios. Amén.

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El Hospital, viña mística de Dios

En esta hospitalización, Oh Señor, te veo presente en cada funcionario y profesional de la salud: bendícelos y dales tus manos, ojos, oídos y corazón para hacer con pasión divina su trabajo. Te veo en mí y en cada enfermo en tu dolorosa pasión: transforma el dolor en salud o resurrección. En esta viña mística de tu presencia transforma nuestro dolor en Amor. Amén. 

Del sufrimiento vivido en soledad a uno vivido con Dios Tú, Señor, mi Dios, eres la respuesta a todo lo que vivo ¡En la noche que atravieso, eres mi luz! ¡En las dudas que me asaltan, eres mi certidumbre! ¡En las interrogantes que me confunden, eres mi justa respuesta! ¡En el aislamiento que me entristece, eres presencia! ¡En el desierto que me rodea, eres plenitud! ¡En la angustia que me oprime, eres paz! ¡En la desorientación que me desplaza, eres mi estabilidad! ¡En el sufrimiento que me hiere, eres la roca donde afianzarme! ¡En la debilidad que se apodera de mí, eres mi fuerza! ¡En las lágrimas que yo derramo, eres mi consolación! ¡En la tristeza que me da pena, eres mi alegría! ¡En la pobreza en la cual me encuentro, eres mi riqueza! Bendición: Que la Paz de Dios que adelanta cada inteligencia, guarde tu corazón y tus pensamientos en Cristo Jesús.

c. Oraciones para acompañar a enfermos en la Santa Comunión Oración de reparación Enfermo: Mi Señor y Salvador Jesucristo, estoy cansado y enfermo. Mi cuerpo se ha vuelto tan débil, pero Tú vienes a mí porque ya sabes que tengo necesidad de tu amor especial. Me alegro en lo hondo de mi corazón que vengas a mí. Te amo como alguien que sabe que todo lo que soy y tengo lo he recibido de tu mano. Ven Señor Jesús; ven a salvarme y santificarme. Amén. Ministro: Antes de recibir la Santa Comunión, reconozcamos que somos pecadores. Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante…. Señor ten Piedad, Todos: R. Cristo ten piedad, Todos: R. Señor ten piedad, Todos: R. Palabra de Dios Jn 6,51-56

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«Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si al-guien come de este pan, vivirá para siem-pre; y el pan que yo les voy a dar, es mi car-ne, por la vida del mundo». Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo le resucitaré el último día». Palabra del Señor. Todos: Gloria a Ti, Señor Jesús. Sacramento Todos: Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo ten piedad de nosotros. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo danos la paz. Ministro: Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. ¡Dichosos los invitados a la cena del Señor! Todos: Señor no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanar-me. Ministro: El Cuerpo de Cristo Enfermo: Amén Después de la comunión Enfermo: para Ti vivo; Jesús, por Ti quiero morir. Tuyo soy por la vida y por la muerte, amén. Lo que tú quieras, Señor; que yo viva lo que Tú quieras. Gracias por todo. Que sea lo que Tú deseas. COMUNION ESPIRITUAL (Para quien no puede recibir la Comunión sacramental) Enfermo: Señor Jesús, mi estado actual no me permite recibir tu Cuerpo y tu Sangre. Hoy puedo recibirte sólo espiritualmente. Me es posible alcanzarte en lo más íntimo de mi ser, donde es tu morada y donde tú me esperas. Creo, de hecho, que tú estás presente en lo más hondo de mí, como un manantial de agua viva que nutre mi fe, sustenta mi esperanza, acrecienta mi fuerza de amar y suscita el deseo total y gozoso de tu gloria y de la salvación de todos mis hermanos y hermanas. A este manantial inagotable quiero comunicarme ahora con todo mi espíritu. Amén.

d. Oraciones para acompañar a personas con capacidades diferentes Nuestra Iglesia está haciendo importantes y novados esfuerzos por acercarse de una nueva forma a las personas con capacidades diferentes que son parte de las comunidades parroquiales, escolares, etc. Son hermosas algunas experiencias de catequesis y la integración de niños y niñas que tienen dificultades de movilidad en recintos escolares. Pero aún queda un desafío que abordar desde la ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

Pastoral de la Salud, en el acompañamiento especializa-do a estas personas y sus familias. Aquí dejamos algunas herramientas que pueden ayudar en este camino. 

La Vida con habilidades diferentes

Dame, Señor, la sola cosa necesaria: el abandono Dame, Señor, la sola cosa necesaria: mantener mi alma en estado de apertura y abandono; en estado de ofrenda y pobreza; en estado de esperanza y sed; en estado de amor y confianza, para que nada en mí sea un obstáculo para alcanzar el don inefable que Tú estás listo para concederme. Excava mi alma, para que yo esté disponible. Excava mi alma, para llenarla mejor de tu Amor, de tu Paz, de tu Alegría. Haz que me deje llevar por Ti. Bendición: Dios, Felicidad absoluta, que personalmente ha sembrado en tu corazón la sed de infinito, te llene con su Plenitud de vida. 

Pedir, pero esperar lo mejor de Dios

(Oración de un ex deportista internado en un centro de rehabilitación por un accidente que lo dejó discapacitado)

Yo quería ser fuerte para alcanzar el éxito, pero Él me hizo débil, para que aprendiera la grandeza de la humildad y obediencia. Yo quería tener salud para hacer grandes cosas, pero Él me envió la enfermedad, para que pudiera hacer cosas mejores. Yo quería tener riquezas para ser feliz, pero Él me envió la pobreza para que pudiera ser pru-dente y sabio. Yo quería tener poder para ser apreciado por los hombres, pero Él me dio la debilidad para que experimentara la necesidad de Dios. Yo deseaba una compañera para no vivir solo, pero Él me dio un corazón para que pudiera amar a todos mis hermanos. Yo había pedido cosas que pudieran alegrar mi vida, pero recibí la vida para gozar de todas las cosas. Así, no tuve nada de lo que había pedido; pero recibí mucho más de cuanto había esperado. Casi a pesar mío, mis plegarias no expresa-das, fueron oídas. Soy el hombre más maravillosamente colmado de dicha. 

Te ofrezco, Señor

Te ofrezco, Señor, lo que soy y tengo, tú eres generoso y sabrás devolvérmelo multiplicado. Te ofrezco mi cuerpo, mi vida física, mis límites, mi vida afectiva, sentimental, cognitiva, mis deseos y anhelos. Te ofrezco mis proyectos y esperanzas, mis amigos/as y quien me acompaña, cura y ayuda. Te ofrezco mis lágrimas, penas, problemas, mis vergüenzas e impotencias. Haz que todo esto se transforme en bienaventuranza, agrade-cimiento y en aceptación, y todo lo viva, cada mañana al despertar y cada noche al dormir por tu gloria y por la Salvación de tu viña de la cual me siento orgullosamente un/a obrero/a. Amén.

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e. Oraciones para acompañar a personas que sufren depresión 

Oración 1

Señor Jesús, tú has conocido el fracaso, la traición, la tortura. Has conocido el calvario en la tierra; sin embargo no te desesperaste, sino que continuaste confiando en tu Padre. Mantén encendida, en nuestros corazones, la llama de la esperanza. Haz que podamos apreciar las cosas bellas del mundo y no lo feo y lo sórdido. Ayúdanos a apreciar la bondad de los otros que, a través de nuestro amor, aumentará. Haz que tanto tu propio amor como tu propia esperanza, brillen a través de nosotros, para que el calva-rio de los demás pueda verse también iluminado con tu Gloria. La mayor parte de la vida nos resulta trágica, ¿Dónde estás Tú, oh, Dios? ¿Es que así lo deseas? Entonces, ¿por qué debería yo luchar? ¿Puedes darme una señal de esperanza? Tu Hijo luchó y acabó en una cruz. ¿Qué resucitó? ¿Qué significado tiene esto? ¿La esperanza está, entonces, en esta resurrección? Pues, sí. Hace ya más de dos mil años que nació Jesús, Luz del mundo. Y su luz continúa brillando en medio de las tinieblas, hasta el día de hoy, pese a que el mundo se halla en un estado calamitoso. ¿La causa?... La ceguera voluntaria, para no ver la esperanza, no ver la Luz. Yo estoy deprimido, Señor. Me he apagado. Si Tú no me alumbras en medio de esta oscuridad, ¿Qué puedo esperar yo? ¡Ilumíname, Señor! ¡Confío en Ti! 

Oración 2

He perdido la fuerza, la esperanza, la gana de vivir, todo se ha vuelto gris, sin sabor ni color, sin sentido. Tú Cristo Jesús puedes ayudarme, socorrer-me, acompañarme, llenar este vacío insoportable. Despierta mi confianza en ti, mi amor, mi esperanza para agarrarme a tu divinidad y seguir viviendo. Cuántos santos y santas han pasado por una noche oscura como la mía y han seguido orando, haciendo el bien aun sin gusto, y cumplieron con su vida y su proyecto vital; que yo también o Cristo médico y Buen Samaritano, sea salvado/a de este bloqueo y pueda regresar a gozar de Ti y de la vida para alabarte, agradecerte, glorificarte en cada momento de mi jornada. Gracias Señor Jesús por todo lo que harás por mí y sobre todo por tu presencia a mi lado ahora. Amén. f.

Oraciones para acompañar a Personas Mayores



La enfermedad y la edad cambian el modo de ver la vida

Señor, la enfermedad y la edad avanzada ha venido a golpear la puerta de mi vida; son un trago amargo, una experiencia dura, difícil de aceptar; han venido a revolucionar mi vida, han deshecho mis proyectos, han interrumpido mi trabajo. Y sin embargo, Señor, ahora veo, todo, con otros ojos: mi vida, tan frágil, es un regalo precioso; he descubierto, ahora, el valor de las cosas pequeñas, de los detalles insignificantes; ahora entiendo lo que significa depender de los demás; lo que significa necesitar de todos. También, he experimentado, Señor, la soledad, la angustia, la preocupación, pero, al mismo tiempo, el afecto y el cariño de muchos. Aunque me resulta difícil, te digo: Señor, hágase tu voluntad. Bendice a los que me ayudan y a los que sufren como yo. Y si quieres, concédeme la mejoría, a mí y a los demás. Amén. ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

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Señor, tengo sed de Ti

Sí, Señor, en esta fase de mi vida tengo una gran sed; tengo sed de tu luz, para iluminar mi camino. Tengo sed de la paz que sólo Tú puedes dar; tengo sed de ver tu rostro de dulzura y de ternura. Tengo sed de liberación y de plenitud; de vida y de inmortalidad. Bendición: ¡Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, te llene de su riqueza, de su luz y de su gracia! 

Aceptación y agradecimiento de la edad

Gracias Señor por el tiempo de vida que me has dado, por las experiencias, todas oportunidades de crecimiento en la fe en ti, en el amor y la esperanza. Gracias Señor por las relaciones y comunidades a las cuales pertenecí, que me han mostrado tu rostro trinitario y me han enseñado a amar, a perdonar, a tener compasión, a construir el Cuerpo Místico de Cristo. Gracias por las pérdidas de mi vida, pérdidas de personas queridas, de salud, de funciones, papeles, porque en esta pobreza siento que crece en mí otra riqueza. Mi yo interior vinculado a Ti, Dios todopoderoso en el Amor. Gracias por los sufrimientos y las alegrías, por los miedos y las esperanzas, por las pruebas, desafíos y logros de mi vida, porque me hicieron avanzar en el camino de la vida y cooperar contigo a construir el Reino de Dios. Gracias por todo lo que ahora sufro, por mi soledad actual, tristeza y dificultades; se que esta es sólo un pasaje hacia una vida mucho mejor, ilumina esta fase de mi vida, dale sentido, riégala con tu preciosa Sangre y me sentiré lleno/a de Ti, liberado/a, purificado/a por Ti, divinizado/a por ti y con ti, cada día que querrás regalarme. Amén. g. Oraciones para acompañar a Personas Solas 

Quédate conmigo, Señor

¡Señor, mi Dios, en la soledad que me aplasta, en la noche que atravieso, me vuelvo hacia Ti, que eres mi refugio, mi compañía y mi salvación! A pesar de los servicios que me otorgan y de la presencia con que me rodean, mi alma está triste e inquieta. Me siento solo/a y desamparado/a. ¡Que mi ruego llegue hasta ti! ¡Te suplico, mi Dios, pon oído a mi queja y hazme sentir tu presencia! ¡Quédate conmigo, mi Dios, porque atardece! ¡Quédate conmigo cuando todo parece desaparecer! ¡Quédate conmigo, porque inmenso es mi sufrimiento y mi vacío interior! ¡Quédate conmigo, porque sin Ti es noche en mi corazón! Quédate conmigo. Hazme fuerte en la lucha. ¡Señor, Tú eres mi roca, mi amparo, mi defensa! ¡Ponme a la sombra de tus alas! ¡Escóndeme bajo tu manto de luz! Bendición: Cristo Jesús y su Madre la Virgen María, te abracen y te llenen de serenidad y paz interior.

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En la soledad, Jesús es presencia

En Jesús crucificado, Tú, oh Señor, eres el Dios estrechamente vinculado a cada hombre, que hace suya la miseria humana, que es azotado en nuestras torturas, que sangra en nuestras heridas, que llora en nuestras lágrimas, que transpira en nuestro sudor, que sufre en cada hombre que sufre, que agoniza en cada hombre moribundo, que muere en cada hombre que muere. 

La presencia de Dios

Señor Jesús, en el silencio de mi casa, siento tu presencia. Te siento vivo, aun en otra dimensión, te siento conmigo, compartir mis dolores, sufrimientos y problemas. Siento que me aceptas así como soy, me estimas y valorizas con mis virtudes y defectos, pero, sobre todo, siento que me ofreces en cada encuentro o acontecimientos, ocasiones de crecimiento y santificación de mi vida. Gracias Jesús por estar aquí conmigo. Por favor pon tu mano sobre mi cabeza y déjame tu bendición. ¡Te amo Jesús! 

Una alianza inquebrantable

Oh Dios, todo empezó con la relación trinitaria de tu Palabra (Jn 1,1), la alianza de Abrahán se transformó en la alianza de un pueblo; la alianza de Israel se transformó en la alianza de la comunidad Iglesia; la alianza de esta Iglesia y de sus santos y santas se transforma en mi alianza contigo. Nada y nadie podrá separarme de ti, nada y nadie podrá impedir que juntos vamos construyendo el maravillo-so y eterno Reino del Amor. Gracias Señor Dios por asociarme contigo a este proyecto y misterio de salvación. Amén.

4.2 SALMOS PARA ORAR CON LOS ENFERMOS SALMO 23 (22) EL SEÑOR ES MI PASTOR 1 Salmo de David. El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. 2 Él me hace descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas 3 y repara mis fuerzas; me guía por el recto sendero, por amor de su Nombre.

frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa. 6 Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy largo tiempo. SALMO 41 (40) ACCIÓN DE GRACIAS DE UN ENFERMO RESTABLECIDO

4 Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque tú estás conmigo: tu vara y tu bastón me infunden confianza.

1 Del maestro de coro. Salmo de David. 2 Feliz el que se ocupa del débil y del pobre: el Señor lo librará en el momento del peligro.

5 Tú preparas ante mí una mesa,

3 El Señor lo protegerá y le dará larga vida,

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lo hará dichoso en la tierra y no lo entregará a la avidez de sus enemigos. 4 El Señor lo sostendrá en su lecho de dolor y le devolverá la salud. 5 Yo dije: "Ten piedad de mí, Señor, sáname, porque pequé contra ti". 6 Mis enemigos sólo me auguran desgracias: "¿Cuándo se morirá y desaparecerá su nombre?". 7 Si alguien me visita, habla con falsedad, recoge malas noticias y las divulga al salir. 8 Mis adversarios se juntan para murmurar contra mí, y me culpan de los males que padezco, diciendo: 9 "Una enfermedad incurable ha caído sobre él; ese que está postrado no volverá a levantarse". 10 Hasta mi amigo más íntimo, en quien yo confiaba, el que comió mi pan, se puso contra mí. 11 Pero tú, Señor, ten piedad de mí; levántame y les daré su merecido. 12 En esto reconozco que tú me amas, en que mi enemigo no canta victoria sobre mí. 13 Tú me sostuviste a causa de mi integridad, y me mantienes para siempre en tu presencia. 14 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, desde siempre y para siempre! ¡Amén! ¡Amén! SALMO 42 (41) NOSTALGIA DE LA CASA DEL SEÑOR 1 Del maestro de coro. Poema de los hijos de Coré.

La amargura del destierro 2 Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. 3 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de Dios? 4 Las lágrimas son mi único pan de día y de noche, mientras me preguntan sin cesar: "¿Dónde está tu Dios?". 5 Al recordar el pasado, me dejo llevar por la nostalgia: ¡cómo iba en medio de la multitud y la guiaba hacia la Casa de Dios, entre cantos de alegría y alabanza, en el júbilo de la fiesta! 6 ¿Por qué te deprimes, alma mía? ¿Por qué te inquietas? Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias, a él, que es mi salvador y mi Dios. 7 Mi alma está deprimida: por eso me acuerdo de ti, desde la tierra del Jordán y el Hermón, desde el monte Misar. 8 Un abismo llama a otro abismo, con el estruendo de tus cataratas; tus torrentes y tus olas pasaron sobre mí. 9 De día, el Señor me dará su gracia; y de noche, cantaré mi alabanza al Dios de mi vida. 10 Diré a mi Dios: "Mi Roca, ¿por qué me has olvidado? ¿Por qué tendré que estar triste, oprimido por mi enemigo?". 11 Mis huesos se quebrantan

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por la burla de mis adversarios; mientras me preguntan sin cesar: "¿Dónde está tu Dios?". 12 ¿Por qué te deprimes, alma mía? ¿Por qué te inquietas? Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias, a él, que es mi salvador y mi Dios. SALMO 91 (90) LA SEGURIDAD DEL QUE CONFÍA EN DIOS La protección divina en medio de los peligros 1 Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, 2 di al Señor: "Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío". 3 Él te librará de la red del cazador y de la peste perniciosa; 4 te cubrirá con sus plumas, y hallarás un refugio bajo sus alas. 5 No temerás los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día, 6 ni la peste que acecha en las tinieblas, ni la plaga que devasta a pleno sol. 7 Aunque caigan mil a tu izquierda y diez mil a tu derecha, tú no serás alcanzado: su brazo es escudo y coraza.

8 Con sólo dirigir una mirada, verás el castigo de los malos, 9 porque hiciste del Señor tu refugio y pusiste como defensa al Altísimo. 10 No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, 11 porque él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos. 12 Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; 13 caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes. Oráculo del Señor 14 "Él se entregó a mí, por eso, yo lo libraré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre; 15 me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré; 16 le haré gozar de una larga vida y le haré ver mi salvación".

OTROS SALMOS: Oración de un afligido: Salmo 102 "¡Ten confianza en el Señor! ¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor!" Salmo 27:14 "Pero tú Señor, eres mi escudo protector, eres mi Gloria, eres quien me reanima." Salmo 3:4 "Tú Señor, eres mi fuerza; ¡yo te amo! Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite". Salmo 18: 1-3 "Señor, mi protector, a ti clamo. No te niegues a responderme, ya puedo contarme entre los muertos. Oye mis gritos cuando te pido ayuda, cuando extiendo mis manos hacia tu santo ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

templo….¡Bendito sea el Señor, que ha escuchado mis ruegos! El Señor es mi poderoso protector; en él confié plenamente y él me ayudó. Mi corazón está alegre; cantaré y daré gracias al Señor." Salmo 28: 1-2, 6-7 "Bendito sea el Señor, que con su amor hizo grandes cosas por mí en momentos de angustia. En mi inquietud llegué a pensar que me habías echado de tu presencia; pero cuando te pedí ayuda, tú escuchaste mis gritos." Salmo 31: 21-22 "Recurrí al Señor y él me contestó, y me libró de todos mis temores. Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados. Este pobre gritó y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias. El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor." Salmo 34: 4-7 "¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y Salvador!" Salmo 42:5 "Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia. Por eso no tendremos miedo, aunque se deshaga la tierra, aunque se hundan los montes en el fondo del mar, aunque ruja el mar y se agiten sus olas, aunque tiemblen los montes a causa de su furia." Salmo 46: 1-2 "Cuando tengo miedo confío en ti. Confío en Dios y alabo su palabra; confío en Dios y no tengo miedo." Salmo 56:3-4 "Yo canto al Señor, que me da fuerzas. ¡Él es mi Salvador!" Salmo 118: 14 "A ti clamo, Señor, y te digo: ‘Tú eres mi refugio; tú eres todo lo que tengo en esta vida. Presta atención a mis gritos, porque me encuentro sin fuerzas." Salmo 142: 5-6

4.3 LECTURAS BÍBLICAS PARA ORAR CON LOS ENFERMOS Valor redentor del dolor: 2 Cor. Misterio del dolor: Job 42, 1-6. Coger la Cruz y seguir a Cristo: Lc 9, 23. El sufrimiento de aquí abajo no tiene proporción con la gloria del cielo: 2 Cor 4, 17. En el "mundo nuevo" no habrá ya dolor, ni pena: Apoc 7, 17; 21, 4. Paciencia y confianza: Eclesiástico 2:2-6. "He aprendido a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a tener de sobra que a no tener nada. A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece." Filipenses 4: 12-13 "Por eso no nos desanimamos. Pues aunque por fuera nos vamos deteriorando, por dentro nos renovamos día a día. Lo que sufrimos en esta vida es cosa ligera, que pronto pasa; pero nos trae como resultado una Gloria eternal mucho más grande y abundante. Porque no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ve son eternas. Nosotros somos como una casa terrenal, como una tienda de campaña no permanente; pero sabemos que si esta tienda se destruye, Dios nos tiene preparada en el cielo una casa eternal, que no ha sido hecha por manos humanas." 2 Corintios 4: 16-18, 5: 1-2. ________________________________________________________________________________________ PROGRAMA PASTORAL DE VIDA Y SALUD – VICARÍA DE PASTORAL SOCIAL CARITAS SANTIAGO CATEDRAL 1063, ENTREPISO - SANTIAGO CENTRO. TELÉFONO 227900730

"Dios ha preparado para los que lo aman cosas que nadie ha visto ni oído, y ni siquiera pensado." 1 Corintios: 9

5 CONTACTOS PASTORAL DE VIDA Y SALUD – DOMICILIARIA Y HOSPITALARIA Si necesitas formación o acompañamiento como comunidad parroquial para tu equipo de pastoral de vida y salud, o necesitas el contacto de los capellanes y encargados de pastoral hospitalaria para el acompañamiento a enfermos y administración de los sacramentos, te presentamos a continuación, los contactos por zona pastoral:

ZONA DEL MAIPO Coordinadora Zonal Hospital Dr. Sótero del Río

Hna. María Lichter Hna. Antonia Vergara

[email protected] [email protected]

228508093 99-8255660

ZONA ORIENTE Coordinadora Zonal Hospital Eloísa Díaz, La Florida

Sra. Patricia Silva Hna. Graciela Yáñez

[email protected]

222387585 222853407

ZONA OESTE Coordinadora Zonal Hospital El Carmen de Maipú

Hna. Cecilia Rodríguez Hna. Zulema Ceschi

[email protected] [email protected]

226773200 968164717

Coordinadora Zonal

Hna. Benita Castellanos Pbro. Diego Miranda

[email protected]

225216421

[email protected]

984765823

Sr. Patricio Navia

[email protected]

982255507

Pbro. Gerardo Cortés

[email protected] m

967354504

Sr. José González

[email protected]

994796205

ZONA SUR Hospital Padre Hurtado

Hospital Barros Luco Trudeau

ZONA NORTE Coordinadora Zonal Clínica Dávila Hospital Clínico Universidad de Chile Hospital Psiquiátrico de Santiago Instituto Nacional del Cáncer Hospital San José

Hna. Isabel Larrondo Pbro. Antonio Durana Pbro. Jesús Bonachía

[email protected] [email protected]

227775834 227351226 99-2186222

Sr. José Manuel Riesco

[email protected]

99-9277236

Pbro. José Tomás Salinas Pbro. Eduardo Mella

[email protected]

98-9230877 227373812

ZONA CENTRO Coordinadora Zonal Hospital Asistencia Pública – Posta Central Hospital San Borja Arriarán

Sra. Silvia Leonelli Pbro. Carlos Cornejo Pbro. Mauricio Aravena Sr. Rodolfo Manzor

[email protected] [email protected] m [email protected]

227900778 972708528

[email protected]

999911457

225552224

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Hospital Clínico PUC

Pbro. Patricio Astorquiza

[email protected]

974094027

Hna. Idilia Dall

[email protected]

223543789

Hospital San Juan de Dios

Pbro. Manuel Hervia

[email protected]

99-7450277

Coordinadora Zonal Hospital del Salvador

Sra. Edith Duarte Pbro. Patrick Hamilton

ZONA CORDILLERA [email protected]

222072 801 225753739

Hna. Guillermina Ruíz

978064884

Instituto Nacional del Tórax Instituto Geriátrico Eduardo Frei Instituto de Neurocirugía Dr. Alfonso Asenjo Clínica Santa María Hospital DIPRECA

Pbro. Patrick Hamilton Pbro. Patrick Hamilton

225753739 225753739

Pbro. Patrick Hamilton

225753739

Pbro. Antonio Durana Pbro. Guillermo Ellis

227351226

Hospital Dr. Luis Calvo Mackenna

Sr. José Luis Urra

[email protected] m [email protected]

985101361

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