Artículo Original / Recibido 11/06/2014 - Aceptado 17/09/2014
SUSTENTABILIDAD PRODUCTIVA, ECONÓMICA Y SOCIAL DE UN SISTEMA DE PRODUCCIÓN GANADERO EN EL NORDESTE DE ENTRE RÍOS Productive, economic and social sustainability of a livestock production system in the northeast of Entre Rios GAETA, N.; MUÑOZ, G. Docentes e investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias Universidad Nacional de Rosario. Campo Experimental Villarino CC N° 14 (S2125ZAA), Zavalla- Santa Fe- Argentina.
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Resumen
Summary
El trabajo tuvo como objetivo principal analizar la sustentabilidad de un sistema agropecuario del nordeste de Entre Ríos aplicando una metodología sistémica e integral que capte la complejidad de los aspectos tanto biológicos como sociales, basada en el uso de indicadores productivo-económicos y sociales, de sencilla y fácil aplicación. Los objetivos secundarios fueron elaborar una propuesta para el subsistema de producción ovina y favorecer la comprensión de la problemática en dicha zona a partir del análisis de un sistema representativo. La estrategia metodológica de evaluación combinó el MESMIS con la propuesta de Cáceres integrando indicadores productivo-económicos: Rendimiento Ganadero Anual (kg/ha), Carga Animal Media Anual (CAMa en EV/ha) y Riesgo Económico (RE) con indicadores sociales: Responsabilidad Técnica y Cantidad de mano de obra contratada. Finalmente se construyó un Índice de Sustentabilidad Global (ISG) comparable con la sustentabilidad promedio regional. En los resultados se destacan: el indicador RE con un valor óptimo superior al regional debido a la diversificación de productos; la CAMa se ubica muy por debajo del referente regional; y la Cantidad de mano de obra contratada se presenta en desventaja si no se considera en su cálculo la mano de obra familiar. Por último, de la comparación entre el ISG Establecimiento con el ISG Región, cuyos valores fueron de 12 y 15 respectivamente, surge que el sistema presenta grados variables de sustentabilidad. Para mejorar se propone integrar al ovino para aumentar la carga animal, producir corderos de engorde y mejorar el estado sanitario a través del manejo del pastoreo.
The main objective of this work was to analyze the sustainability of an agricultural system in the northeast of Entre Rios applying a simple, easy-to-apply, comprehensive systemic methodology based on the use of productive-economic and social indicators, and capable of capturing the complexity of both biological and social aspects. The secondary objectives were to develop a proposal for the sheep production subsystem and to improve the understanding of the problem in this area from the analysis of a representative system. The methodological strategy of evaluation combined the MESMIS framework with Caceres' proposal and integrated the productive-economic indicators Annual Livestock Performance (kg/ha), Annual Average Stocking Rate (EV/ha), and Economic Risk with the social indicators Technical Responsibility and Amount of hired farm labor. Finally, we built a Global Sustainability Index (GSI) comparable to the average sustainability of the region. Our findings highlight that the Economic Risk indicator presented an optimal value, higher than the regional values, due to product diversification, whereas the Annual Average Stocking Rate indicator was much lower than the regional reference values, and the Amount of hired farm labor was also at disadvantage if family labor was not considered in the calculation. Finally, the comparison between the GSI for the system evaluated and GSI for the region, whose values were 12 and 15 respectively, showed varying degrees of sustainability in the system. To improve this situation, it is proposed that sheep be integrated to the system to increase the stocking rate, produce lambs for fattening, and improve the sanitary status through mixed or alternate grazing.
Palabras clave: sustentabilidad-sistemas-ganadería
Key words: sustainability-systems-livestock
Introducción En el presente trabajo se exponen algunos de los aspectos de la problemática abordada en el Trabajo Final “Análisis de la sustentabilidad de un sistema de producción ganadero situado en el nordeste de Entre Ríos” realizado en el marco de la Especialidad en Sistemas de Producción Animal Sustentable de la Facultad de Ciencias Agrarias-UNR. En términos muy generales, se podría decir que la sustentabilidad es el patrón que asegura a cada una de las generaciones futuras la opción de disfrutar, al menos, el mismo nivel de bienestar que disfrutaron sus antecesores (Solow, 1992). Un punto de acuerdo entre diferentes autores es que la sustentabilidad implica un cambio de visión acerca de la relación insumos/procesos. Esto es, minimizar el uso de insumos y a la vez maximizar la aplicación de procesos. Al decir de Resch (2003),
las tecnologías de procesos se deben intensificar para optimizar la aplicación de las de insumos, cuidando el medio ambiente y los recursos naturales. Fanatico et al. (1999) afirman que la producción animal sustentable optimiza el uso de la pastura mientras reduce la dependencia de grano y forraje cosechado; es redituable económicamente, ya que los costos por insumos químicos son reducidos; enfatiza prácticas alternativas de sanidad a bajo costo para reducir plagas, parásitos y problemas de estrés; además el estiércol y los forrajes pueden reducir también los costos de insumos y la erosión del suelo. En concreto, la producción sustentable de ganado dirige las preocupaciones sociales sobre la seguridad alimentaria y la degradación ambiental; ve al sistema entero, de manejo del suelo, agua, energía, mano de obra, tecnología y capital para satisfacer las metas, y desarrollar diversidad y resiliencia; en un
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Sustentabilidad productiva, económica y social de un sistema de producción ganadero en el nordeste de Entre Ríos
sistema integrado, los animales y las plantas se adaptan al sitio, los registros se guardan para medir el progreso y la comercialización se aborda con las habilidades y los intereses del establecimiento. Por otra parte, Earles (2002) advierte que los sistemas de producción sustentables deben simular naturaleza para crear una agroecología donde la biodiversidad es alta, se reciclan los nutrientes de la planta, el suelo es protegido de la erosión, el agua se conserva y no se contamina, la labranza se minimiza, y la producción bovina se integra con las plantas perennes, las cosechas anuales y con otra especie como la ovina. Según el autor, para los productores el significado de la sustentabilidad es al mismo tiempo solvencia económica, ingreso familiar decente y calidad de vida; y la actividad agropecuaria no será sustentable hasta que los productores tengan mercados confiables en los que la habilidad y el trabajo duro sean pagados justamente. Para Bustillo-García et al. (2008) el desarrollo sustentable, para serlo y diferenciarse del simple crecimiento, tecnificación, industrialización, urbanización o aceleración de los ritmos sociales, debe satisfacer ciertas condiciones, además de ser endógeno y autogestionado. Con todo ello podemos considerar a la sustentabilidad como un Metaconcepto ya que parte de principios generales y resulta de aplicación universal, donde la misma depende del sistema de valores y es así que se debe definir localmente, teniendo en cuenta la diversidad de pilares básicos: ambiental, socio-cultural, económico y productivo, y además es muy dinámico ya que está en un continuo cambio para poder permanecer, es así que es importante las metas trazadas como el camino que se eligió recorrer (Astier et al., 2008). Finalmente, debe tenerse en claro que el concepto de sustentabilidad involucra la interacción de múltiples elementos, con fuerzas, simultaneidades y reacciones mutuas que no pueden ser capturadas si no se utiliza un enfoque sistémico que intente representar, aunque sea parcialmente, la complejidad inherente de vínculo entre la naturaleza y la sociedad (Schuschny and Soto, 2009). Según García (1994), en el análisis sistémico hay cuatro elementos fundamentales que componen la estructura del sistema de producción: el entorno o frontera, los subsistemas, los flujos y los stocks o reservas. El entorno o frontera comprende las siguientes variables: ambiental, económica, política, sociocultural y espacial. Por ello supone, además de una aproximación a los sistemas prediales una aproximación a la región, su ecología y sus relaciones socio-económicas. Los flujos pueden ser de productos materiales o financieros, de energía, de información para entender el entorno, manejar la explotación agropecuaria y mejorar la toma de decisiones. Los stocks o reservas, son instrumentos de regulación de los flujos del sistema. El nivel de estas reservas constituye un indicador de la fragilidad o resistencia de los mismos. García (1994) concluye que el funcionamiento del sistema de producción es el proceso de intercambio de energía, productos e informaciones entre él mismo y su entorno, a través del tiempo. Las relaciones entre elementos y procesos constituyen la estructura de un sistema y la dinámica sistema es la evolución del funcionamiento de él en relación con los objetivos del productor y los cambios ocurridos en su entorno. La doble direccionalidad de los procesos es una de las dificultades del estudio de la dinámica de los sistemas.
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Entonces, se destaca que el grado de complejidad de un sistema es función directa del número y tipo de sus elementos y la relación entre los mismos. A su vez, en todo sistema se distinguen subsistemas que están formados por un conjunto de interrelaciones estructurales y funcionales que se vinculan directamente con el sistema pero poseen sus propias características (Venegas y Siau, 1994). Para el sistema que se aborda en este trabajo, resulta interesante considerar la jerarquía horizontal de los subsistemas. Un sistema de producción agropecuario es abierto y complejo. Estas características son muy evidentes en los sistemas sociales y biológicos, donde puede resultar muy difícil definir el límite del mismo, pero es imprescindible hacerlo. Así, vemos que el abordaje puede requerir de un límite más amplio y para ello es posible considerar al metasistema que es un conjunto de sistemas relacionados entre sí con un objetivo en común. Un modelo de sistemas de producción que encontramos en nuestro país es el ganadero. Estos son subsistemas del sistema de producción. Este concepto resulta sumamente útil para establecer los límites del subsistema ganadero que vamos a considerar en este trabajo. Asimismo, para lograr comprender la complejidad del funcionamiento de una unidad de producción agropecuaria es esencial considerar el grupo familiar como parte del sistema. Se trataría entonces de triangular la información proveniente del grupo familiar con la referente al predio rural y sus variados recursos; y la interacción permanente con su entorno productivo, socioeconómico y ecológico. Se consideran a los agricultores familiares (AF) a aquellos representativos de unidades productivas donde la propiedad de los medios de producción (o al menos parte de ellos), la provisión de una parte de la mano de obra y la gestión del establecimiento se encuentran reunidos en un grupo de personas que poseen entre sí lazos de sangre o casamiento (Abramovay, 1992). Componen una clase en transición con un activo proceso de diferenciación, entre las otras dos clases básicas del capitalismo rural, los empresarios y los asalariados. Es interesante destacar que en las unidades familiares, la racionalidad está vinculada a la maximización de un ingreso global, no diferenciando las retribuciones al trabajo de aquellas correspondientes al capital y al resto de los recursos productivos involucrados. Al no tomar en cuenta el costo de la mano de obra familiar, pueden adoptar estrategias de producción que un empresario consideraría no rentable. Como parte de estas estrategias se puede mencionar la realización de actividades extraprediales. Entonces como principales estrategias de permanencia en la actividad agropecuaria de los AF encontramos la diversificación productiva, la maximización de la mano de obra familiar y la minimización de los costos de producción entre otras. Dado que, en general, los AF posean una menor dotación de recursos, no puedan desligarse del trabajo físico, realizando al mismo tiempo el control de las actividades productivas. Según Murmis (1974) y Giberti (1985), estas características proporcionan verdaderas ventajas comparativas a los AF respecto a las empresas capitalistas, expresadas en mayores producciones, puesto que el dominio directo de las condiciones de producción les permite potenciar la capacidad productiva de sus predios (Cloquell et al., 2007). A modo de cierre y habiéndose ya expuesto los conceptos e ideas seleccionados para el marco teórico referencial, resulta conveniente destacar cuáles deben ser los fines de un sistema sustentable:
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Mantener o mejorar la productividad pero reducir los riesgos Aumentar los servicios ecológicos y socioeconómicos Proteger la base de recursos y prevenir la degradación de suelos, agua y agro-biodiversidad Ser viable económicamente Ser socialmente aceptable y culturalmente compatible
La problemática abordada se centra en la sustentabilidad de un establecimiento agropecuario del nordeste de Entre Ríos que al momento no ha sido evaluada en los términos en que se plantea la sustentabilidad en este trabajo, ni tampoco ha sido analizada aplicando un enfoque sistémico. Si bien presenta características que son comunes a otros establecimientos de esta zona, posee singularidades que deben ser valoradas con relación al contexto local en particular, abarcando tanto sus componentes naturales como sociales. Por otra parte, se advierte un subsistema de producción ovina que no ha sido desarrollado en su máxima potencialidad pero que es susceptible de ser mejorado e integrado para aumentar la sustentabilidad del sistema que lo engloba.
Considerando que este establecimiento tiene características que lo sitúan como representativo de la región, los resultados obtenidos podrán constituir un aporte al conocimiento y comprensión de la problemática agropecuaria del nordeste de Entre Ríos. Objetivo general Conocer y analizar la sustentabilidad de un establecimiento agropecuario del nordeste de Entre Ríos a través de la aplicación de indicadores productivos-económicos y sociales. Objetivos particulares Explorar una metodología que capte la complejidad del sistema e integre tanto los aspectos biológicos como sociales, a la vez que sea accesible por su sencillez y facilidad de aplicación. Elaborar una propuesta alternativa para el subsistema de producción ovina que permita mejorar la sustentabilidad productiva, económica y social del sistema. Favorecer la comprensión de la problemática en el nordeste de Entre Ríos a partir del análisis de un sistema que en gran parte la representa.
Si bien se trata de una investigación de tipo exploratoria, a partir de la información regional y los datos parciales que se conocen, se podría suponer que el nivel de sustentabilidad es bajo.
Materiales y Métodos La evaluación propuesta incluye la aplicación de dos metodologías que por sus características particulares se complementan y permiten desarrollar una estrategia metodológica integradora: Marco para la Evaluación de Sistemas de Manejo de Recursos Naturales Incorporando Indicadores de Sustentabilidad (MESMIS) y la Metodología propuesta por Cáceres. a.- MESMIS El MESMIS desarrollado por Masera et al. (2000) es adecuado ya que se utiliza como una herramienta metodológica para evaluar la sustentabilidad de sistemas de manejo. Es un planteo que trata de entender las limitaciones y posibilidades que van surgiendo de la interacción entre las dimensiones ambiental, económica, productiva y social en un contexto particular que abarca no sólo el establecimiento sino también los ámbitos local y regional. El MESMIS permite analizar un mismo sistema hoy y a lo largo del tiempo, compararlo y evaluar en qué grado es más sustentable e identificar los puntos críticos para cambiarlos. La sustentabilidad se concibe de manera dinámica, multidimensional y específica a un determinado contexto socio-ambiental y espacio temporal. Los sistemas de manejo sustentables son aquellos que permanecen cambiando, para lo cual deben tener la capacidad de ser productivos, de auto-regularse y de transformarse, sin perder su funcionalidad. A su vez, estas capacidades pueden ser analizadas mediante un conjunto de atributos o propiedades sistémicas fundamentales, que son: productividad, resiliencia-confiabilidad-estabilidad, autogestión, equidad y adaptabilidad (Astier et al., 2008). Concretamente, el MESMIS propone un Ciclo de evaluación organizado en Pasos sucesivos que conducen a la integración ordenada de todos los elementos del sistema: - determinación del objeto de estudio en un tiempo, - determinación de fortalezas y debilidades de los sistemas, - selección de indicadores estratégicos, - medición y monitoreo de los indicadores, - presentación e integración de los resultados,
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conclusiones y recomendaciones, y volvemos al comienzo donde el tiempo es otro y empieza el ciclo de nuevo.
Belcher et al. (2004) nos aproxima una definición concreta cuando afirma que los indicadores son parámetros con los que se puede evaluar la sustentabilidad de un sistema complejo ya que sirven para monitorear cambios a través del sistema, incluyendo los componentes económicos y biofísicos. Dentro de los indicadores de sustentabilidad se encuentran indicadores sociales, económicos y ambientales. En realidad un indicador que pertenece a una dimensión específica, puede también afectar a otras (Astier y Hollands, 2007). En síntesis, los indicadores cuidadosamente seleccionados (o indicadores estratégicos) deben conformar un conjunto sólido que proporcione información sobre los atributos de sustentabilidad y los procesos relevantes que tienen lugar en el sistema de manejo a evaluar. Por todo lo expuesto es que se seleccionó el MESMIS como uno de los métodos de evaluación mediante el cual se pueden analizar los datos en torno a la discusión de la sustentabilidad del sistema, y a la vez, hacer operativo este concepto. Para el caso del establecimiento en estudio ofrece la ventaja de imponer una mirada sistémica e interdisciplinaria conducente a una mayor comprensión de la complejidad. b.- Metodología propuesta por Cáceres Esta herramienta está orientada a operativizar y aplicar el concepto de sustentabilidad a nivel de sistemas de producción en explotaciones agropecuarias durante períodos más o menos prolongados de tiempo. El uso de los indicadores para valorar la sustentabilidad de los sistemas agropecuarios se los puede enfocar desde dos perspectivas distintas: estados o procesos (Cáceres, 2005-2006). El enfoque de estados hace referencia al valor que asumen un conjunto de atributos -características relevantes, propias de los sistemas estudiados, y necesarias para su existencia y reproducción- que determinan la situación de un sistema en un momento dado de su
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devenir histórico; complementariamente, el de procesos destaca la necesidad de conocer cómo se modifican estos atributos a través del tiempo. Considerando la información disponible sobre los atributos del sistema estudiado, se decidió instrumentar la perspectiva de estados, dejándose para un futuro proyecto la aplicación del enfoque de procesos. El enfoque de estados se vincula con mediciones puntuales del sistema estudiado y a su vez pretende conocer cuál es la condición de un sistema en un determinado momento de la historia, el cual se compara con estándares más generales que permiten determinar si el sistema evaluado es o no sustentable. Para ello, se requiere disponer de una gran cantidad de información sobre las características y comportamiento del sistema, la que permite definir un “umbral de sustentabilidad”. Dicho umbral debería haber sido definido previamente a partir del conocimiento disponible sobre el sistema y el criterio técnico. Asimismo, es posible fijar un segundo umbral que podría definirse como “umbral crítico” y que debe situarse por debajo de la posición del umbral de sustentabilidad y su ubicación debería corresponder con aquella en la que el sistema comenzaría a desestabilizarse y probablemente a colapsar. De esta forma se define un plano constituido por tres sectores con características propias. Un sector superior en el que se ubicarían los sistemas productivos “sustentables”, un área intermedia en la que se
posicionarían los que observan “grados variables de sustentabilidad” y, por último, un espacio ubicado por debajo del umbral crítico, en el que se ubicarían sistemas productivos que muestran severos desajustes desde el punto de vista de la sustentabilidad y que podrían estar en una situación de “probable colapso y descomposición”. El enfoque de estados permite conocer principalmente tres cuestiones: qué sistemas son calificados como “sustentables” y cuáles como “no sustentables”; identificar cuáles se encontrarían en un estado crítico y en un posible proceso de desestabilización y colapso; y saber cuál es el grado de sustentabilidad relativa de los sistemas estudiados con relación a cada uno de los restantes sistemas productivos analizados. Se trata de una herramienta sencilla que permite realizar una lectura objetiva de la situación en que se encuentran cada uno de los aspectos medidos por los índices. En esta presentación se utilizaron los índices parciales IP (índice productivoeconómico) e IS (índice social) y el índice final ISG (índice de sustentabilidad global) para comparar el sistema con la región. En todos los casos (IP, IS e ISG), mientras mayor sea el puntaje obtenido, mejor será la condición socioeconómica a la que hacen referencia.
Resultados y Discusión Para la descripción del sistema se utiliza un diagrama que muestra los elementos, niveles, relaciones y jerarquías (ver Gráfico Nº1). La representación destaca la mirada holística por sobre las particularidades, dejando para más adelante el detalle pormenorizado de cada uno de los elementos y sus relaciones. Asimismo, se presenta una revisión de la historia del estable-cimiento y una resumida reseña de la región para situar la evalua-ción en un contexto social, económico y político particular. Pasos del MESMIS: 1 - Determinación del objeto de estudio en un tiempo (la mayor parte de la información fue obtenida de la encuesta realizada al productor) Ubicación del establecimiento El establecimiento en estudio está situado en la zona rural de la ciudad de Chajarí en la Colonia Santa Juana, sobre la Ruta Provincial Nº1, dentro del Departamento Federación, NE de la Provincia de Entre Ríos a 57º y 58º 40` de longitud O y a 30º 15` y 31º 10` latitud S. Historia del establecimiento Comenzó hace 110 años con el bisabuelo del actual propietario, quien lo heredó en 1996 y hasta el 2002 se dedicó a comprar vacas de invernada para engordarlas y venderlas al frigorífico. Luego, inició un proceso de capitalización en producción de cría logrando recién en el año 2011 ser propietario de todas las vacas. Durante el período 2000-2006 trabajó en sociedad realizando hotelería, pero como demandaba mucho trabajo y costaba demasiado engordarlos, cuando aumentó el peso de faena abandonaron el negocio. En la actualidad se dedica a la producción ganadera desarrollando las siguientes actividades: cría de vacunos de la raza Hereford como actividad productiva principal, cría de potrillos pura sangre para la venta y producción de ovinos con una majada Corriedale para consumo y venta.
vacunos por constituir el principal sustento económico y el subsistema ovinos para la propuesta de mejora del sistema. Límite del sistema El límite físico del sistema está dado por las 450 has afectadas al establecimiento. Características específicas del sistema bajo estudio El sistema se caracteriza por ser abierto y muy complejo, denota una jerarquía de tipo horizontal con predominancia hacia el subsistema cría de vacunos, es sinérgico, persistente en el tiempo, resiliente por lo diversificado y con un grado de autonomía moderado ya que depende de los insumos agropecuarios, en su mayoría para uso veterinario. En el Gráfico N° 1 se lo representa según lo que Giberti (1966) afirma: “La esencia de la producción agraria constituye, en esencia, una función de tierra, capital y trabajo. Las relaciones que guardan entre sí estos factores directos de la producción determina el grado de intensidad de las explotaciones.” Elementos que integran el subsistema cría de vacunos Mano de obra / Trabajo El trabajo es de tipo familiar y la familia está constituida por la madre y tres hijos varones. Uno de ellos, Médico Veterinario, es el apoderado y administrador del establecimiento, y otro trabaja con el peón; la madre colabora con las tareas administrativas en general. Un peón permanente realiza las labores habituales y eventualmente contratan peones transitorios para tareas acotadas y específicas. También hay una empleada permanente que se encarga del sector La Chacrita. Tierra Superficie del campo: 450 has de tenencia propia. Paisaje: el clima es subtropical con un régimen pluvial 1.000 a 1.200 mm; la vegetación típica es de bosque abierto, bosques en galerías y pastizal natural, pastos cortos de porte medio y en matas.
Si bien coexisten tres subsistemas de especies diferentes vacunos, equinos y ovinos- se describirá el subsistema cría de
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Gráfico Nº 1: Representación de los elementos y las relaciones del sistema en estudio.
Referencias: SS (Subsistema), AB (Alimento Balanceado), IA (Inseminación Artificial).
Tipos de suelo: el suelo es de tipo planicie ondulada con gilgai (pendientes suaves), con un Horizonte B textural denso y susceptibilidad a la erosión hídrica como limitantes. Son tierras potencialmente aptas para ganadería, agricultura convencional, menos en los bajos que es condicionalmente apta. Hay dos tipos de suelos: Molisoles en la mayor parte del campo y Entisoles en la parte baja donde existen los Tajamares; éstos están ubicados de oeste a este y donde pasa el arroyito “El Yacarecito” se divide el campo en dos. Estos tipos de suelos se usan para alimentar el ganado (pastizales naturales para cría y recría), cítricos, explotaciones forestales y horticultura. Agua: la napa freática está a una profundidad moderada. Es de buena calidad y apta para el consumo humano y animal. Tipo de explotación: todos los lotes se utilizan para la cría de vacunos de forma extensiva menos El Cuadro que, de las 18 has, se destinan 6 u 8 para verdeo de raigrás o avena según el año; en el N°4 están siempre los ovinos juntos con vacunos. Capital Infraestructura -Apotreramiento del campo en 8 potreros: El N°1 de 35 has, el N°2 de 20 has, el N°3 de 50 has, el N°4 de 57 has, Sarandí de 150 has, La Bota de 85 has, El Cuadro de 18 has y el Silo de 33 has. -Maquinarias/Vehículos: un tractor, una desmalezadora, una hoyadora, un rowen y un chimango, una camioneta y un auto para uso del campo -Instalaciones: la Chacrita de 2 has ocupadas por la casa principal de los dueños, la del peón y dos casas más que actualmente no se usan; 2 galpones; 2 corrales de encierre y manga, cada uno con
baño para bovino y ovinos respectivamente; 1 balanza y 1 rampa de embarque. También hay otro sector de corrales para ovinos en el potrero Nº 4. Categoría de animales y genética: vacas, vaquillonas de primer entore, terneros, toritos, toros; todos de raza Hereford que por selección logró que sólo un 10 % de los animales fueran astados. Aproximadamente 280 cabezas. Ingresos al sistema o “Inputs” Con respecto a la mano de obra consideramos la fuerza de trabajo tanto de los empleados como de la familia dueña del establecimiento. Como insumos incluimos los granos de maíz, sorgo; semillas para la implantación de raigrás o avena; descartables de uso veterinario e insumos de laboratorios veterinarios; como combustible el gasoil; compra de algún reproductor; pajuelas de semen de toro; instrumentos para realizar inseminación artificial, compra de alimento balanceado para recría y de sales minerales. Los ingresos provienen de la venta de vacunos, ovinos, yeguarizos. Como “inputs” generales que entran a un sistema de tipo abierto consideramos la radiación solar y la lluvia. Y que entran y salen son la información, energía y materia. Egresos del sistema u “outputs” Se venden terneros recién destetados a engordadores o invernadores y ocasionalmente vacas de descarte para frigorífico, corderos u ovejas viejas para venta en la puerta del establecimiento; y se comercializan potrillos pura sangre. También sale el dinero de costo de insumos agropecuarios, veterinarios; y de costos fijos y variables; etc. Como productos de desecho del campo podemos considerar los animales muertos realizando la quema de los restos en el lugar del campo donde fue encontrado.
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Relaciones posibles entre los elementos del sistema Un pequeño porcentaje de la superficie del establecimiento está destinada a la producción de equinos quedando la mayor parte para la cría de vacunos; junto a éstos últimos se encuentran los ovinos compartiendo un único potrero. Se podría decir que el productor ha diversificado predialmente para poder mantener o mejorar las ganancias. La mano de obra es muy escasa y por ello no intensifica. La madre colabora realizando algunas tareas contables, pagando los impuestos, y trámites en general; junto con el hermano que trabaja allí, viven de los ingresos del campo. El productor, además de encargarse del establecimiento, ejerce la profesión liberal como Médico Veterinario especialista en equinos. El peón es analfabeto, oriundo de Feliciano, donde está la esposa y tres hijos en edad escolar que los visita cada 10 días para quedarse 3 días con ellos. Actualmente vive en el establecimiento, ocupando una casa con las siguientes comodidades: cinco habitaciones, una sala con cocina económica, dos baños y un hogar a leña; no tienen gas natural pero si tienen electricidad y agua apta para consumo. El propietario consulta a un abogado y un contador que lo asesoran mensualmente. Está afiliado a la Sociedad Rural de Chajarí y tiene contacto con otros productores de la zona de manera informal. Anualmente asiste a alguna charla y/o jornada. El ciclo anual de producción lo considera de abril a marzo que es cuando realiza el destete y venta de los terneros de 8 meses aproximadamente. Estaciona el servicio en primavera aunque también utiliza el servicio de contra estación. La cría de vacunos es de forma extensiva a campo, excepcionalmente rota a los animales de potrero y hace 3 años que utiliza Inseminación Artificial a celo detectado en vacas vacías. Para alimentar a los animales utiliza mayormente el pastizal natural, sobre el cual no realiza mejoras. Únicamente suplementa a los toritos en recría con un verdeo de invierno (raigrass o avena según el año), compra maíz quebrado o sorgo y un concentrado proteico vitamínico–mineral, y suministra alimento balanceado. A las vacas les coloca un complejo vitamínico-mineral 2 o 3 veces por año. Durante todo el año suplementa a todas las categorías y especies de animales con fósforo ya que es un factor limitante para la producción del ganado vacuno en todo Corrientes, N de Entre Ríos, S de Misiones y E de Formosa (Mufarrege, 2004), siendo necesario corregirla mediante el suministro de mezclas minerales con fósforo y sal. El manejo sanitario lo realiza el mismo productor y el mayor problema que enfrenta son las querato-conjuntivitis y carcinomas del globo ocular, ya que las condiciones climáticas típicas de la región -temperaturas y humedad intensas- favorecen el desarrollo de estas enfermedades. Se suma a esto la presencia de vectores (mosca) y la raza, dado que los animales Hereford suelen presentar la mucosa y la piel alrededor del ojo no pigmentadas. Por ello, para minimizar el factor racial selecciona los animales de reposición con “anteojeras” en dos momentos del ciclo: al destete y al primer servicio; también selecciona por tamaño corporal y fertilidad en terneras. En lo referente a la comercialización, toda la producción va hacia el mercado interno: los terneros se venden para feet lot, las vacas de consumo a matarifes locales (en Federación, Feliciano o Chajarí) y los reproductores (toros) a productores de la zona. Realiza venta directa a particular o con un intermediario consignatario-comisionista. Como gastos de comercialización tiene las
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comisiones y el dta/dte más la guía aparte. En la zona es más común que se venda el ternero de invernada pero hay productores que realizan el ciclo completo. Según el propietario, en la zona durante los últimos 20 años la producción de cría ha sufrido importantes cambios, ya que bajó el stock de la hacienda, hay productores que se pasaron a citrus o a soja, y los que quedaron están mejorando la producción o están invirtiendo en el campo haciendo alambrados, por ejemplo. Desde su punto de vista, realiza cría de vacunos porque se trata de una actividad de fuerte arraigo cultural-familiar y porque en cualquier momento del año puede disponer de los animales para la venta. Como desventajas, señala que los ciclos son largos en comparación con la agricultura que es más rentable a corto plazo. Asimismo, destaca su preocupación sobre qué pasará con el manejo de la tierra en un futuro. El contexto local donde se inserta el establecimiento y su influencia El establecimiento se localiza a tan solo 17 Km. de Chajarí, ciudad de 30.655 habitantes (INDEC, 2001) con un crecimiento intercensal del 47,26% (1991 al 2001). La citricultura constituye la base productiva principal y a su vez genera un conjunto de actividades secundarias que origina una considerable demanda de mano de obra. También se desarrollan otras producciones como la cría de vacunos, la explotación forestal de eucaliptus y pinos, y la industria maderera. Desde esta localidad se envían frutas frescas a mercados nacionales e internacionales y jugos concentrados elaborados con una moderna tecnología. Ubicación del sistema en un metasistema o complejo agroalimentario Al analizar la ubicación del sistema se observa una jerarquía de tipo vertical. El metasistema es la Región Mesopotámica, encontrándose varios Sistemas dentro del mismo: Sistemas de producción, Políticas provinciales, Educación, Economía regional, Población, Medio Ambiente, etc. Dentro de Sistemas de producción tenemos como subsistema (SS) a la cría de vacunos, SS ovinos y SS equinos por ejemplo. Por otra parte, si lo ubicamos dentro del Sistema Agroalimentario Cárnico, el sistema elegido se encuentra dentro del SS Producción Primaria, donde depende del SS Insumos (producción y distribución) y SS Comercialización. Información vinculada al subsistema ovino Obtenida de las entrevistas realizadas al productor y al empleado de la Oficina de Extensión Rural Chajarí-INTA, y de un mail respondido por la Secretaria de Cultura de Chajarí. La cantidad de ovinos que posee es de alrededor de 124 cabezas, más que suficiente como para que el productor los considere dentro de su sistema. El productor utiliza Corriedale porque cree que “es una raza más de carne, más rústica… el cordero es más pesado… 60 % carne y 40 % lana…”. Aplica un plan sanitario básico. Tiene problemas de abigeato por lo cual no utiliza el pastoreo de tipo mixto o alterno entre bovinos y ovinos, sino que los coloca en un potrero alejado de la Ruta Provincial Nº 1 (que linda con su establecimiento) Puede llegar a vender corderos entre los meses de octubre a diciembre, estacionando la oferta. También vende alguna oveja vieja para consumo aunque el productor afirma que como no hay mercado, lo consumen gente cercana al establecimiento o que ha trabajado en el mismo. El subproducto lana lo comercializa a través de la cooperativa lanera de la sociedad Rural de Chajarí, donde es clasificada
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como cruza fina o cruza gruesa, y luego llevada a Barracas de Curuzú Cuatiá (Corrientes) para ser industrializada. El productor señala que la producción de ovinos en la zona está creciendo en los últimos años debido a la Ley Ovina Nacional por la cual se puede acceder a créditos ya sea para la compra de reproductores (carnero o vientres), arreglar alambrados u otras instalaciones, o para sembrar una pastura. Desde su punto de vista, la desventaja de esta producción es el abigeato ya que ocasiona numerosas pérdidas productivas y económicas. Cabe mencionar que no es costumbre en la ciudad y alrededores el consumo de cordero, lo más cercano es en San Jaime de la Frontera a unos 80 km. de distancia donde se realiza la Fiesta del cordero.
La Ley Nacional de Recuperación de la Ganadería Ovina Nº 25.422, ya sancionada en el 2001, ofrece un marco apropiado para recuperar esta actividad permitiendo al productor diversificar sus perfiles productivos. Asimismo, Entre Ríos adhiere a dicha Ley desde el año 2002 y se aplica a través del Decreto N° 4835. 2 - Identificación de los puntos críticos del sistema y selección de los criterios de diagnóstico e indicadores Con el objetivo de poder comparar la sustentabilidad del sistema propuesto con la del promedio de la región, se agruparon los puntos críticos, criterios de diagnóstico e indicadores en 5 posibles atributos para cada una de las 2 dimensiones. (Tabla 1 y 2).
a.Dimensión Productivo – Económica Tabla 1: Dimensión Productivo-Económica: atributos, puntos críticos, criterios de diagnóstico e indicadores posibles. Atributos Productividad
Puntos críticos
Criterios de diagnóstico
Rendimientos económicos medios Eficiencia económica
Indicadores posibles Ingreso Neto Margen Bruto (U$$/ha)
Eficiencia de producción media
Eficiencia productiva
Rendimiento ganadero anual (Kg/ha) Carga animal media anual (EV/ha)
Eficiencia reproductiva media
Eficiencia reproductiva
Porcentaje de preñez (%)
Diversidad económica alta
Diversificación de productos Riesgo económico
Media a alta dependencia de insumos y factores externos Toma de decisiones regida por políticas de estado
Autosuficiencia
Porcentaje de destete (%) Estabilidad -Resiliencia –Confiabilidad Autogestión
Grado de dependencia de insumos externos Nivel de autofinanciamiento
b.Dimensión Social Tabla 2: Dimensión Social: atributos, puntos críticos, criterios de diagnóstico e indicadores posibles. Atributo Productividad Estabilidad – Resiliencia – Confiabilidad Adaptabilidad
Puntos críticos
Criterios de diagnóstico
Escasa mano de obra
Indicadores
Fortalecimiento de la mano de obra Como vive el peón permanente Calidad de vida
Cantidad de mano de obra contratada
El peón es analfabeto
Capacitación y formación de los integrantes Generación de conocimientos y prácticas Migración
Equidad
Difícil la búsqueda de mano de obra
Autogestión
Poca comunicación con otros productores de la zona Falta de asesoramiento por profesionales con formación agroecológica
Fortalecimiento del proceso de aprendizaje Capacidad de cambio e innovación Migración hacia grandes ciudades Participación, control y organización Trabajo en equipo e interdisciplinario
3 - Medición y monitoreo de los indicadores seleccionados para cada dimensión A partir de los datos disponibles se procedió a analizar los descriptores para los que a su vez se proponen indicadores: - Productivos-Económicos: Rendimiento Ganadero anual (Kg/ha), Carga Animal Media Anual (EV/ha) y Riesgo Económico. - Sociales: Responsabilidad Técnica y Cantidad de mano de obra contratada.
Índices de calidad de vida
Tipo, estructura, proceso de toma de decisiones Responsabilidad técnica
a. Dimensión Productivo – Económica 1° IP (Índice Productivo): Rendimiento Ganadero anual (RG)t Determina la producción anual de carne en kilos de carne por unidad de superficie ganadera en el año (Freddi y Galli, 2009). Ventas (kg) – Compras (kg) ± Diferencias de inventario (kg) RGt (kg/ha) = Superficie ganadera (ha) Resultado: RGt (kg/ha) = 70
Los valores de referencia corresponden a los promedios de la zona norte de Entre Ríos (Revista Agromercado 2011).
Si tomamos como referencia la Tabla Nº3 se observa que el valor hallado para el sistema en estudio se encuentra 7 Kg de carne/ha/año por debajo del valor correspondiente a la región.
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Sustentabilidad productiva, económica y social de un sistema de producción ganadero en el nordeste de Entre Ríos
Tabla 3: Escala y condición para el indicador Rendimiento Ganadero anual.
tos distintos vendidos por el establecimiento. Para poder evaluarlo se construye un Índice de Riesgo. Consideramos sustentable el sistema cuando realiza la venta de 3 o más productos.
Escala
Condición
1
Corrientes con 50 Kg de carne/ha/año
Resultado: actualmente se venden 5 productos: terneros, toritos, vacas descarte, corderos y equinos.
2
San Luis con 52 Kg de carne/ha/año
3
Norte de E. Ríos con 77 Kg de carne/ha/año
Tabla 6: Valor del indicador Riesgo Económico anual en una escala nominal
4
Villaguay con 104 Kg de carne/ha/año
2° IP: Carga Animal Media anual (CAMa) Señala la cantidad de animales promedio por unidad de superficie ganadera en el año. La cantidad de animales se expresa en equivalente vaca (EV) (Cocimano et al., 1975). Los coeficientes de EV se obtienen de las Tablas de Equivalencias Ganaderas (Carrillo, 2001). ∑ [# animales por categoría * Coef. EV] CAMa (EV/ha) =
Cantidad de productos vendidos
Valor del Indicador RE
1
1
2
2
3
3
4
4
5 5 De acuerdo a la Tabla N°6 el valor de RE es 5.
Superficie ganadera (ha)
Resultado: CAM (EV/ha) = 0,36
Si utilizamos como referencia la Tabla N°4 se observa que el valor hallado para el sistema en estudio se encuentra por debajo del valor correspondiente a la región.
b. Dimensión Social 1° IS (Indicador Social): Responsabilidad Técnica (RT) Indica la condición del asesoramiento con relación al tipo de formación que tiene quien asesora el establecimiento.
Tabla 4: Escala y condición para el indicador Carga Animal Media anual.
Resultado: el sistema recibe asesoramiento únicamente por parte del mismo productor que es Médico Veterinario.
Escala
Condición
1
Corrientes 0,35 EV/ha
2
San Luis 0,34 EV/ha
3
Norte de E. Ríos 0,54 EV/ha
4
Villaguay 0,72 EV/ha
Tabla 7: Escala y condición utilizadas para evaluar la Responsabilidad Técnica (adaptado de Nasca et al., 2006) Escala
Se considera que el sistema es sustentable si el valor de los indicadores es igual o superior a la media de la región con lo cual la condición evaluada a campo por los IP es convertida en un valor numérico tomado de una escala nominal elaborada para este análisis en particular. Entonces, los dos IP toman un valor denominado “factor de corrección” (FC) que permite realizar un ajuste de su valor final (Tabla N°5). Los FC pueden producir un leve aumento o disminución del valor numérico asignado originariamente al IP (Cohën y Manion, 1990). Tabla 5: Factor de corrección para Rendimiento Ganadero anual y Carga Animal Media anual en una escala nominal. Variable/ha/año
FC para RGt y CAMa
20% inferior a la media zonal
1
10% inferior a la media zonal
2
Igual a la media zonal
3
10% mayor a la media zonal
4
20% mayor a la media zonal
5
Según la Tabla N°5 ambos IPs son inferiores a la media zonal con lo cual el valor de cada indicador es de 2 para RGt y de 1 para CAMa. 3° IP: Riesgo económico anual (RE) Determina el nivel de diversificación de la producción en el año como una medida del riesgo económico: a mayor diversificación menor riesgo. Se determina en función de la cantidad de produc-
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Condición
1
Sin asesoramiento técnico
2
Asesorado por personas sin formación agroecológica
3
Asesoramiento esporádico por técnicos formados en agroecología
4
Asesoramiento moderado por técnicos formados en agroecología
5
Asesoramiento permanente por técnicos formados en agroecología
Según la Tabla N°7 el valor del indicador de RT es 2. 2° IS: Cantidad de mano de obra contratada (CMC) Se tiene en cuenta el número de empleados permanentes y/o temporarios. Resultado: un empleado asalariado permanente y uno transitorio. Tabla 8: Escala y condición utilizadas para evaluar la cantidad de mano de obra contratada. Escala
Condición
1
Sin personal contratado
2
1 empleado asalariado permanente y 1 empleado transitorio
3
2 empleados asalariados permanentes y 1 empleado transitorio
4
3 empleados asalariados permanentes y 2 empleado transitorio
5
Más de 4 asalariados permanentes
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De acuerdo a la Tabla N°8 el valor del indicador de CMC es 2. Consideramos que un sistema es sustentable cuando al menos hay un asesoramiento esporádico por técnicos formados en agroecología y cuenta con 2 empleados asalariados permanentes; entonces, el valor umbral de ambos indicadores es igual o superior a 3 en una escala nominal que va del 1-5. 4 - Presentación e integración de los resultados Actualmente, la integración de los resultados en el análisis de la sustentabilidad es un área abierta de investigación. Para este trabajo en particular, se priorizó la utilidad para la toma de decisiones sobre los cambios necesarios para mejorarla. En este sentido, fue primordial la elección de procedimientos que transparentan las bondades y problemas del sistema. Tabla 9: Resultado de los indicadores seleccionados para el establecimiento y la región. RG
CAM
RE
RT
CMC
E
2
1
5
2
2
R
3
3
3
3
3
Tabla 10: Resultado de los índices productivo-económicos total, social total y de sustentabilidad global para el establecimiento y la región. IPT
IST
ISG
E
8
4
12
R
9
6
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a) Primer procedimiento: Índice de sustentabilidad y el enfoque de los estados La finalidad de este procedimiento fue obtener un solo valor o índice agregado para cada sistema evaluado, llamado índice de sustentabilidad (Taylor et al., 1993) con el agregado del enfoque de los estados (Cáceres, 2005-2006). En la Tabla N° 9 y 10 se presentan de manera conjunta los resultados obtenidos para los distintos indicadores considerados y los
índices totales productivo (IPT) y social (IST), y el índice de sustentabilidad global (ISG), tanto para el establecimiento (E) como para la región (R). Un sistema agropecuario será sustentable si la suma del IPT y IST, es decir el ISG, es igual o mayor que quince, valor que se seleccionó para establecer el umbral de sustentabilidad porque es el valor correspondiente al ISG de la región. Asimismo, es posible fijar un segundo umbral con un valor de diez que se define como el umbral crítico. Por último, se precisó un tercer umbral llamado umbral óptimo de 25 correspondiente a la suma de los IPT e IST cuando alcanzan el máximo valor posible. El valor adjudicado a cada uno de los umbrales mencionados se construyó a partir del análisis de las características de la región y del establecimiento. En el Gráfico Nº2 se puede comparar la sustentabilidad desde la perspectiva de los “estados” para el establecimiento, la región y el óptimo del Norte de Entre Ríos estudiados en 2011. La línea horizontal azul representa la posición del “umbral de sustentabilidad”, el cual delimita las explotaciones “sustentables” (hacia arriba) de las “no sustentables” (hacia abajo). La línea horizontal roja representa la posición del “umbral crítico”. En este caso el sistema bajo análisis está ubicado entre ambas líneas, lo que indica que se sitúa en un área intermedia con “grados variables de sustentabilidad”. Esta situación de pérdida de sustentabilidad se podría encuadrar en la propuesta de Ruttan (1992) y Viglizzo (1994) para las agriculturas extensivas de bajos insumos donde comentan que es posible detectar puntos críticos que debieran ser controlados. b)Segundo procedimiento “diagrama tipo amiba” (Brink et al., 1991) Se trata de un diagrama de tipo radial donde cada uno de los indicadores escogidos para el análisis representa un eje por separado, con las correspondientes unidades. Se construye un índice para cada indicador, que representa el porcentaje de la situación analizada con respecto a un valor óptimo (Ver Tabla N°11). Posteriormente, cada sistema se grafica uniendo con una línea los puntos correspondientes al valor del sistema para cada eje, al igual que el óptimo, obteniéndose una figura geométrica específica para cada sistema (Ver Gráfico N°3). De este modo sencillo, se visualiza en forma integrada y comparada el nivel de cobertura para cada indicador exponiendo a la vez las bondades y limitaciones del sistema evaluado.
Gráfico 2: Medición de la sustentabilidad desde la perspectiva de los “estados” de Cáceres (2005-2006).
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Sustentabilidad productiva, económica y social de un sistema de producción ganadero en el nordeste de Entre Ríos
Tabla 11: Ponderación de indicadores para la construcción de la amiba. Indicador
Óptimo
%
Región
%
Establecimiento
%
Rendimiento ganadero
5
100
3
60
2
40
Carga animal media
5
100
3
60
1
20
Riesgo economico
5
100
3
60
5
100
Responsabilidad tecnica
5
100
3
60
2
40
Cantidad de mano de obra contratada
5
100
3
60
2
40
Gráfico 3: Evaluación del establecimiento con la región y el óptimo, utilizando un diagrama tipo Amiba.
En el Gráfico Nº3 se destaca que el sistema establecimiento presenta ventajas por sobre la región en el indicador RE debido a la diversificación de productos. También se aprecia que el indicador CAMa es el más bajo, esto nos estaría señalando, por ejemplo, que se podría incrementar el número de animales con otra especie como la ovina. Con respecto a CMC, que se ubica por debajo de la región, es importante resaltar que en su cálculo no se incluyó la mano de obra familiar. Es evidente que en el sistema estudiado, la preocupación principal del productor no es la maximización de la rentabilidad sino proveer un confort mínimo a la familia a través de un trabajo digno, tratando de asegurar la continuidad de las generaciones futuras en la actividad rural a través de la generación de ingresos que les permitan reproducir el proceso productivo y cierto grado de acumulación. Además, se observa que el vínculo con el campo está asociado a una fuerte tradición familiar y a un sólido sentido de pertenencia con el espacio rural, productivo y social. El productor trabaja con un hermano y la madre, es decir, cuenta con la confianza que inspira trabajar con alguien de la familia. Otra cuestión ya señalada por algunas investigaciones, es que los productores familiares valoran la libertad y autonomía que alcanzan cuando pueden trabajar de manera independiente con cierto control sobre el proceso productivo, la toma de decisiones en el momento adecuado y el cuidado de la maquinaria e infraestructura de que disponen. De este modo, la situación familiar aporta a la sustentabilidad del sistema. Con respecto a la propuesta alternativa para el subsistema de producción ovina, y asumiendo que el productor decidiera abandonar el rol del ovino para consumo propio y lo transforme en comercial, numerosos investigadores exponen las ventajas que ofrece la asociación de especies para mejorar el control de las parasitosis. En la Región Mesopotámica, Haemonchus spp. encuentra condiciones favorables prácticamente todo el año,
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aunque en invierno y principios de primavera sean más limitadas tanto por lluvias como temperaturas la mayoría de los años (Suárez, Olaechea, Romero, Rossanigo, 2007). Una de las estrategias para demorar la aparición de la resistencia a los antihelmínticos (drogas antiparasitarias) es emplear un control integrado de los animales y pasturas: tratar de pastorear los potreros intercambiando distintas especies (ovino, bovino) o distintas categorías de las mismas especies (ovejas, corderos, etc.) (Ferrari y Speroni, 2005). El manejo del pastoreo rotativo alterno bovino–ovino facilita el control de las parasitosis gastrointestinales en ambas especies. Los parásitos internos conocidos como nematodos gastrointestinales constituyen una de las limitantes productivas más comunes en los sistemas de pastoreo directo (Ferrari y Speroni, 2005). Es así que en una misma región y época del año, puede variar la intensidad de las infestaciones en animales solo por la intensidad del pastoreo, por concentración de categorías jóvenes, o por cambios endócrinos relacionados con la preñez en la especie ovina (Suárez, Olaechea, Romero, Rossanigo, 2007). Ya desde un punto de vista económico y dado que Entre Ríos adhiere a la Ley Ovina Nº 25.422, se recomienda el engorde de corderos para desestacionalizar la oferta. Lamentablemente, este marco legal no resuelve los problemas de abigeato, ataques de fauna silvestre (zorros, jabalíes, perros abandonados hambrientos, etc.) ni la falta de mano de obra especializada, entre otros problemas que han conducido a que la producción ovina sea poco atractiva para los productores de la región. Si bien en este análisis nos enfocamos en los aspectos que pueden ser mejorados, no debemos perder de vista aquellos que hacen robusto al sistema en estudio: explotación de tipo familiar, alta diversificación dentro del sistema en subsistemas (cría de vacunos, ovinos y equinos), pastoreo de los animales en campo natural y moderado a bajo impacto hacia el medio ambiente.
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Conclusiones Los resultados que se obtuvieron demuestran que el sistema presenta grados variables de sustentabilidad. Sin embargo, resulta fundamental no perder de vista que se trata de una evaluación de estados, es decir, acotada a un período para comparar los valores de sustentabilidad obtenidos con aquellos que se consideran representativos de la región nordeste de Entre Ríos. En este sentido, resulta prioritario proponer una práctica de registro y procesamiento de datos que permita avanzar hacia una evaluación de procesos, que dé cuenta de cómo se van transformando los elementos que conforman el sistema así como las relaciones que se dan entre ellos, y las que hay entre el sistema y la región. Hecha esta aclaración, se advierte que la baja sustentabilidad podría estar en parte relacionada con la problemática regional ya que el establecimiento se ubica en una zona marginal con un bajo potencial productivo donde el paradigma de tipo reduccionista, como la “revolución verde”, ha fracasado como alternativa prometedora para mejorar la rentabilidad basada únicamente en el desarrollo agrícola. Otra cuestión, es la predominancia de políticas de coyuntura por sobre políticas a largo plazo. Es decir, la estrecha relación entre los factores económicos, socioculturales, tecnológicos y ambientales exige una visión sistémica e integradora superadora de la mirada productivista; una política agraria que aborde la complejidad considerando tanto los recursos humanos como los naturales en el largo plazo, más el fortalecimiento de las estructuras organizativas y de toma de decisiones de las comunidades rurales.
Avanzando hacia consideraciones más técnicas, se destaca la utilidad de construir el ISG que permite evaluar longitudinalmente la evolución de un sistema. A modo de orientación, se estima que en sistemas extensivos ganaderos, puede ser suficiente con realizar mediciones anuales durante un periodo no inferior a los cuatro o cinco años para poder reflexionar sobre la necesidad de seleccionar los indicadores más convenientes a fin de medir su sustentabilidad de una manera apropiada. Además si se midieran más resultados económicos, como ser el Margen bruto ($/ha), sobre todo considerando que involucra las relaciones insumo-producto, es suficientemente amplio y es comúnmente utilizado por los grupos de productores que trabajan en gestión como Cambio Rural y otros (Sarandón, 2010). También se podría agregar el indicador mano de obra familiar. En síntesis, sería fundamental mejorar la infraestructura (potreros, aguadas) para lograr una mayor eficiencia en el uso de las pasturas y el confort animal; controlar el pastoreo para aprovechar la máxima calidad de los pastos y evitar efectos nocivos sobre la pastura, el suelo y el ambiente; y asignar de manera diferencial los recursos en función del tipo de producción y de los requerimientos de cada categoría animal. Si se lograran implementar las pautas mencionadas, podría ser factible mejorar la sustentabilidad del sistema integrando el subsistema de producción ovina. Finalmente, los resultados y las reflexiones que surgieron a partir de la presente evaluación constituyen un aporte a la comprensión de la situación de la producción ovina en el nordeste de Entre Ríos y podrán ser utilizados por otros productores, asesores y profesionales de la región.
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