TALLER DE ESCRITURA ATELIER D'ECRITURE

TALLER DE ESCRITURA ATELIER D'ECRITURE En primer lugar, se ha procedido a la comprensión y comentario de un fragmento de la obra María bonita cuyo a

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TALLER DE ESCRITURA

ATELIER D'ECRITURE

En primer lugar, se ha procedido a la comprensión y comentario de un fragmento de la obra María bonita cuyo autor es Ignacio Martínez de Pisón y de otro de El desorden de tu nombre, cuya mano creadora es Juan José Millás.

Les élèves de Première LV1 espagnol ont étudié, en premier lieu, deux extraits de romans espagnols contemporains: María Bonita d'Ignacio Martínez de Pisón, et El desorden de tu nombre, dû à la main créatrice de Juan José Millás.

En segundo lugar, la propuesta a los alumnos de que redacten una continuación de uno de los dos fragmentos ha permitido que la fantasía se apodere de todos, revelando aún más las cualidades de cada uno, dando rienda suelta a su pluma.

En deuxième lieu, la proposition faite aux élèves de rédiger une suite à l'un des deux extraits a permis que l'imagination s'empare de tous et que se révèlent encore plus les qualités littéraires de chacun, donnant libre cours à leurs plumes.

Cabe señalar que la historia de María y la langosta es la que más cosquillas ha hecho en la imaginación de los alumnos de español en primer idioma.

L'histoire de Marie et du homard est celle qui a le plus titillé l'imagination des élèves de la Première LV1.

La calidad de estas obras artísticas sólo merece que sean perennizadas. Por ello, transcribo lo que cada autor/a me ha dado y las publico aquí aprovechando que es la Semana de las Artes. Escriba anónimo He aquí los dos fragmentos desencadenantes de la revelación de la fantasía de nuestros alumnos :

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La qualité d'écriture de ces ouvrages artistiques mérite qu'ils soient pérennisés. C'est la raison pour laquelle j'ai transcrit ce que chaque auteur/e m'a donné, et je les publie ici, à l'occasion de la Semaine des Arts. Scribe anonyme Voici les deux fragments déclencheurs de la révélation de l'imagination de nos élèves:

1.- Fragmento de El desorden de tu nombre, Juan José Millás, Alfaguara, 1987. « Desde que nos casamos toda nuestra vida se ha ido organizando en función de sus intereses, de su carrera. Yo he ido renunciando poco a poco a mis aspiraciones para facilitarle a él las cosas y ahora que empieza a triunfar soy incapaz de ver qué parte de ese triunfo me corresponde a mí. Claro, que yo podría haber hecho como otras compañeras, que se casaron y no por eso dejaron de trabajar. Pero Carlos, muy sutilmente, me fue reduciendo a esa condición de ama de casa quejumbrosa, justo la imagen de mujer que más odio. Y ahora ya soy mayor para ponerme al día. Una mujer necesita ganarse un salario para no acabar siendo una asalariada de su propio marido. Claro que las cosas no parecen así. Mi marido y yo somos una pareja en cierto modo envidiable. Él es un buen profesional y yo tengo estudios universitarios. Y tuve un trabajo que dejé, porque me gustaban la casa y la familia, etc.. Todo es mentira » 2.- Fragmento de El desorden de tu nombre, Juan José Millás, Editorial Anagrama, 2000. « El señor Torres había pedido langosta para todos. El camarero nos fue sirviendo los platos y yo me encontré de golpe ante una enorme langosta, las antenas dobladas sobre las hojas de lechuga, las pinzas señalándome, los negros ojos muertos mirándome. Yo nunca había visto de cerca una langosta, y su aspecto casi monstruoso me infundía cierto respeto.Venga, María, que no te va a morder, dijo el señor Torres con un guiño burlón. Yo me ruboricé, lo había notado, se habían dado cuenta de que aquélla era la primera langosta que veía en mi vida, y ahora todos los de la mesa estarían pendientes de mí, de cómo me las arreglaría con ella. Agarré nerviosa las tenacillas y, al ir a levantar la langosta con la otra mano, lo hice con tal torpeza que se me resbaló entre los dedos y cayó aparatosamente sobre el borde del plato, la tripa y las patas hacia arriba. El señor y la señora Torres intercambiaron uan rápida mirada de suficiencia. Yo, sintiéndome impotente, sofoqué un gemido: tenía que enfrentarme nuevamente a esa langosta, y tenía que hacerlo ante la atenta mirada de aquellos dos señores, que parecían dispuestos a acoger con carcajadas una nueva torpeza mía » FANTASÍA ESTUDIANTIL « Al mirar a esos dos señores sentía en mí que iba aumentando una tensión. Poco a poco mi cuerpo caliente se ponía a temblar. Y, de repente, la langosta había puesto el pie en la mesa y empezó a hablar. Les expliqué a los señores Torres que no 2

era normal que se burlaran de mí y que, de todas maneras, ellos no podrían hacer mejor que yo. Heridos los adultos, empezaron a coger a la langosta pero cada vez se les resbalaba de sus manos. Se enojaron, se enfurecieron e hicieron aspavientos a diestra y siniestra. Por fin, agotados, claudicaron. María miraba que la langosta la veía haciéndole un guiño malicioso » Orianna SOUL ++++++++++ Al ver aquella langosta, mi corazón se puso a llorar y ¡mientras sus negros ojos muertos me miraban se puso a cantar! Me cantó: « Tengo, tengo la camisa naranja y los ojos negros. No te preocupes. Come, come, come... No tengas miedo. Voy a volverme loco. Loco, loco, loco porque soy marisco! » Por fin, para acabar su discurso, la langosta me deseó "buen aprovecho". Estupefacta, me levanté de la mesa y me puse a correr para salir del restaurante. Y al mismo tiempo me desperté de esa pesadilla. Victoria PEYROT y Mélanie LANCIEN +++++++++++ La atmósfera era insoportable, me dolían las tripas y sentí que las lágrimas me inundaban la cara. De repente, la langosta abrió los ojos... Me dijo: « ¡La madre que me parió. ¿Estoy alucinando? ¿Me estoy volviendo loca? ¿No? » Pero no soñaba... ¡Todos hacían silencio y miraban a la langosta con ojos terribles!

En este intenso silencio, el marisco pegó un grito tan fuerte que los vasos se rompieron. En aquel momento el misterioso animal me dijo: « Pero, ¿qué estás haciendo tú María, María Bonita?¡Estoy vivo, pero intentas matarme! Mira a tus amigos humanos: han comido a mis propios amigos. Mi mujer y mi familia me están esperando en el fondo del mar, sé que no quieres comerme, que no quieres ser una asesina como los demás; llévame al mar con mi familia, con mis hijos, mis pobrecillos... » Me sequé las lagrimas, me levanté con ese inocente marisco en mis brazos y corrí hasta el cuarto de baño. Le miré por última vez antes de tirarlo a los aseos. Camille DUPON-LAHITTE y Lucile BAIOCCO 3

++++++++++ Era como si ella fuera una bailarina de flamenco que no podía coger sus castañuelas. Después de haber hecho muchas torpezas, una tras otra, empezó a llorar. De repente la langosta empezó a levantarse en medio de la mesa, de pie, en el centro de mi plato. La lechuga tuvo mucho miedo y ya había saltado del mismo plato, corriendo hasta la salida lo más rapido que podía, todos le gritaban « corre corre pequeñita lechuguita » pero era muy lenta y el camarero era muy rápido. ¡En menos de cinco minutos de deporte intensivo, la lechuga estaba de nuevo en un plato lleno de salsa de ajo asquerosa que la estaba poniendo súper mal! A los camareros no les importaba. Todos estaban burlándose de mí y de mi langosta súper sexy, especialmente los Torres, quienes ahora estaban llorando de tanto reírse. Pero cuando la langosta empezó, con la boca grande y muy abierta y con toda su voz a cantar la Macarena, todos se callaron y el rostro del señor Torres se inmovilizó y su rostro se iba descomponiendo. Todos los camareros intentaban recoger a la langosta pero ahora no sólo estaban cantando, sino que también estaban bailando y entonces resulta imposible. « Por delante, a la izquierda, por detrás, a la, derecha... » « DALE A TU CUERPO ALEGRÍA MACARENA QUE TU CUERPO ES PA' DARLE ALEGRÍA Y COSA BUENA DALE A TU CUERPO ALEGRÍA MACARENA » ¡EEEH MACARENA AY! Tuve tanto miedo que la maté con mi cuchillo! Nunca más he probado langosta. Tara FOX y Nevik MARTORELL +++++++++ De nuevo cogí la langosta y me precipité sobre ella, para esta vez mostrarles a todos 4

que yo podía conseguirlo. Claro, todo esto después de mirarlos con la mirada menos agradable, asesina. ¡Ya se enteraría el señor Torres! Justo delante de ellos, ante sus propios ojos, le di la vuelta a la langosta con suavidad, agarré el cuchillo y empecé a apuñalarla, se movía de un lado para otro, me miraba con aquellos repugnantes ojos negros, pero tenía que hacerlo, debía comerme a esa langosta, por mi bien. Al mismo tiempo de arrancarle la pinza, rezaba para que ningún trozo volara por encima de la mesa, pero por lo visto se escapó del plato. Eso es, María, soy la mejor, enséñales que puedes con esa langosta que por lo que parecía me estaba obedeciendo. De reojo miré a la señora y el señor Torres, ambos estaban boquiabiertos, en aquel instante, no pude aguantarme, me reí a carcajadas, pero eso sí, para mis adentros. Pues, ya está, que llegue el segundo plato, estoy preparada para lo que sea. Marina CORMARY +++++++++ Otra vez decidí intentar amaestrar al monstruo sacado del agua sólo para que aterrizara en mi plato. Cogí una pata y la masqué con mis dientes. Un gusto horrible me invadió la boca. De asco, la eché a la cara del señor Torres. La gente que estaba en la mesa se quedó estupefacta y esperó su reacción con impaciencia. Asombró a todo el mundo cuando tomó su pan y me lo lanzó : aterrizó en mi pelo. Enseguida, se la lancé de nuevo. Entonces se inició una batalla campal entre nosotros. La señora Torres intentó pararla sin éxito. Cuando todo lo que se encontraba en la mesa fue a parar al suelo, se levantó, se reajustó la corbata y pagó la cuenta delante de todos los camareros estupefactos por esta escena surrealista. Juliette DUCLOS y Diego de ARMAS +++++++++ Intenté tomarla otras veces, pero ella caía en el plato como para decirme que no era rica. Cada vez que caía, los señores Torres reían y yo no sabía lo que tenía que hacer. Poco a poco iba sintiéndome cansada y para sacarme de mi estupor una vocecilla me despertó... Al principio creí que estaba soñando pero la voz no se callaba... La voz vino de mi plato... ¡Era la langosta! Tenía miedo, no sabía qué hacer... porque no era normal, los animales no hablan. La langosta me dijo que no tenía que comerla porque no estaba muerta y quería ir al mar. Como no contesté, me preguntó cómo me sentía... No sabía qué contestar, me dijo que no era posible, pero la escena era tan auténtica que empecé a creer en ella. Después la langosta me dijo que yo podía salvarla y que era una amiga para toda la vida. Pensé que no podía comérmela porque estaba viva y porque sus largas pinzas 5

me daban un poco de miedo. Trazamos un plan para escaparnos del restaurante y sobre todo de los Torres y los camareros que hicieron todo lo posible para detenernos. Cuando creí que nadie me miraba, puse la langosta en el suelo. Mientras me ocupaba en parecer una chiquilla buena, la langosta ataba los cordones de todos los que estaban sentados a la mesa : los ataba entre sí. Vino a decirme que su trabajo estaba terminado y que empezábamos la segunda etapa de nuestro plan. Me levanté para ir a los aseos y mi madre quería acompañarme, pero como estaba atada a la mesa, cayó. Era la diversión que necesitábamos para escaparnos. Nos dirigimos hacia la salida y fuimos al mar. Por ahí embarcamos en un buque. Cuando fuimos a otro país, para ganar dinero, dimos un pequeño espectáculo, donde canté y la langosta bailó. Éramos muy conocidas y después de empezar en la calle, dimos nuestro espectáculo en teatros famosos delante de cientos de personas. Un día, un hombre vino a verme y me sacudió. Le pedí que me dejara pero siguió sacudiéndome. Oí una voz que me decía que tenía que despertarme.... Pensé que no estaba durmiendo. Abrí los ojos y ¡vi delante de mí el restaurante y no el teatro como pensé! ¡Todo era un sueño! Megan GRAINGER +++++++++ De repente, mi langosta salió de mi plato. Me sofoqué porque no comprendía cómo era posible que un animal muerto pudiera resucitar y andar. Las otras personas me miraron con congoja y el señor Torres gritó: « ¡Cógela, cógela ! ». La langosta me miró e hizo un guiño. ¡Me quedé boquiabierta!. Las otras langostas empezaron a andar mirándome. Estaban en el acuario del centro de la sala del restaurante. Todas las personas se levantaron gritando: « ¡¿Qué pasa, qué pasa?! » Y el señor Torres rezó. Los camareros caminaron sobre las langostas que « estaban corriendo » por toda la sala. ¡No sabía que las langostas pudieran agitarse tan rápido!. La mía vino hacia mi silla en la que yo estaba sentada. Me dijo: « Eres nuestra Reina y haremos todo lo que quieras. Estaba completamente perdida cuando de repente un despertador se puso a sonar: « ¡María, ya es hora de levantarse! ¡Vas a llegar tarde a la escuela! » ¿¿Mi madre?? En efecto, estaba en un sueño con mi profesor de francés y su familia en un mundo 6

paralelo... Caroline TOUCHE +++++++++ Puedo hacerlo, puedo hacerlo, me repetí en mi mente. Pero, ese marisco tan feo sí que me daba miedo. Había cogido a la langosta entre mis dedos, y de repente, vi una, en el suelo. Era la de la señora Torres. Me burlé y reí tan fuerte que todo el mundo estaba mirándome con mirada burlona. Yo no les hice caso y me sentí muy bien. En exactamente cinco minutos, había terminado mi langosta. De hecho, estaba deliciosa. Esta señora que se creía más fuerte que yo, finalmente, había pedido patatas fritas porque esto, a diferencia de la langosta, no era tan difícil de comer. Estaba súper contenta y decidí pagar la comida de todos porque sin ellos, nunca habría comido langosta. Julie GANTE +++++++++ De repente, las langostas se pusieron a moverse sin que nadie supiera por qué... El señor y la señora Torres empezaron a gritar. Nuestros camareros y los cocineros llegaron corriendo y preguntaron qué estaba pasando. Claro, reía interiormente a carcajadas porque ya había imaginado esta escena en mi mente. Las langostas empezaron a comer las hojas de lechuga como si hubieran resucitado y tuvieran hambre. En cuanto hube acabado de comer mi ensalada, mi langosta me miró sonriéndome y me guiñó el ojo. En aquel momento no entendí por qué me había guiñado el ojo, pero cuando alcé la mirada y vi a las demás langostas, lo entendí inmediatamente: habían subido sobre el señor y la señora Torres y desde su cabeza les cosquillearon la nariz. En realidad, querían vengarme de la burla de los dos señores. Charline HEUDRE +++++++++ Comer esta langosta era lo que menos quería hacer. ¡Me estaba mirando! Veía en sus ojos negros que me estaba amenazando. No podía mantener su mirada pero también sentía los ojos del señor Torres a mi izquierda. ¿Pues qué estás esperando María? ¡Cométela! Me dijo su mujer. Giró la cabeza como para pedir al señor Torres que no me obligara a comer aquella langosta pero sólo alcancé a balbucear algunas palabras 7

indefinibles. Aquel monstruo en mi plato me trastornaba. Me levanté y corrí a los baños. ¡María! gritó el señor Torres. Se levantó y me siguió corriendo. Miré por detrás para ver si me alcanzaba y me choqué con un camarero. Me caí y el hombre, perdiendo el equilibrio, soltó su plato. Entonces un enorme cangrejo aterrizó frente a mí. Empecé a llorar. El señor Torres me cogió del brazo y me forzó a levantarme. Pidió perdón al camarero y empezó a reñirme pero ya no escuchaba nada. No me quedaba otra alternativa sino comer a la langosta que me estaba esperando en el plato. Me senté y empecé a comer, cerrando los ojos para huir de la mirada de la langosta, bajo el silencio pesado de los invitados. Terminamos la cena normalmente, sin ningún incidente. Después del postre pagamos y volvimos a casa. Me acosté y el señor Torres vino a desearme buenas noches. ¿Ves? No fue tan horrible comerse la langosta, me dijo antes de irse. Cansada, cerré los ojos. Pero ya sentía las pinzas de la langosta rasgándome el estómago. Fernand LOUISNARD +++++++++ Me encontraba muy presionada, no tenía derecho a otro error porque la mínima torpeza haría que todos los clientes del restaurante se echarían a reír. Sabía perfectamente que era lo que el señor y la señora Torres estaban esperando. Tenían un único deseo: que la langosta se me resbalara de nuevo de los dedos. Pero no podía darles gusto: querían ejercer presión en mí, deseaban que yo demostrara ser mas fuerte de lo que en realidad era, me decían que no era más que una langosta, aunque a mí me parecía enorme y que querían ponerme en ridículo. Y por suerte, al lado de nuestra mesa, vi a un hombre que comía exactamente lo mismo que nosotros. Miré entonces cómo había que hacer para comer una langosta y antes de que el Señor y la Señora Torres se dieran cuenta, ya había acabado de pelar perfectamente la langosta. Cuando observaron que lo había logrado, se quedaron callados durante algunos minutos antes de que el Señor Torres reprodujera la misma torpeza que yo había hecho y antes de que él pudiera reaccionar, él había derramado todo el contenido de su plato sobre su mujer.

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Así como lo dice un refrán francés: al final resulta ser el regador quien ha sido regado. Jordan DUCAY +++++++++ La bestia estaba boca arriba, no podría defenderse si yo la atacara ahora. Viendo a mi tía que atacaba a la suya con la ayuda de sus cubiertos, agarré los míos, el tenedor en la mano izquierda y el cuchillo en la mano derecha; comencé por desembarazarme de tenazas peligrosas de la cosa, mi tío contuvo la risa, pero no me importaba de lo concentrada que estaba en mi combate contra la bestia: sin sus pinzas era verdaderamente ridícula pero seguía siendo repugnante. Finalmente me propuse pelarla como a una gamba, pero sólo para las patas era fácil separarlas y ya se encontraban en el mantel blanco. Acabo esmerándome en esta tarea con las manos, en una lucha considerable; acabo abriéndole el abdomen, pero la carne blanca en el interior no parecía comestible, buscaba en otro lugar, pero lo había revuelto todo sin encontrar nada, acabo pensando que el mío estaba vacío. Pero un ruido repugnante me hizo volver a la realidad, era mi tío quien aspiraba el interior de las tenazas amenazadoras. ¿Era esto? Sí, en efecto, porque mi tía se puso a hacer lo mismo, y mirando el interior no pudo aspirar esa sustancia infame, que se encontró en el estómago de mi tío. Timothée VILLEMUR +++++++++ …. Una nueva torpeza mía. Fue lo que ocurrió cuando traté de quitarle la piel a la langosta. De nuevo la había puesto en el plato, todo recto. Y con determinación , el pulgar y el índice de cada mano fueron colocados en la cabeza y en la cola del animal. Aguantando mi respiración antes de actuar, sentí todas las miradas de los comensales apuntadas como cañones, sobre mis dedos. En ese preciso momento me sentí afectada por el mismo nerviosismo de un nuevo actor de teatro antes de su representación. Era el momento crucial. Con toda mi fuerza tiré. Pero nada, ninguna reacción: la piel estaba totalmente inmóvil sobre la carne de la langosta. Una palabra estuvo a punto de salirme de la boca, todas las fuerzas estaban contra mí. ¿Por qué tanto encarnizamiento? Toda la 9

mesa seguía miraándome fijamente. Finalmente todos prorrumpieron en risas, mi rostro cambió de color, más rojo que el púrpura. Mi vecino levantó la langosta y en aquel momento comprendí, las pinzas, los ojos, la piel, las antenas, ¡todo era de plástico, plástico y plástico! Loïc PEROT +++++++++ Entonces agarré nuevamente a la langosta, con educación, pero cuando la tomé vi que las pinzas se movían hacia mí y sin darme cuenta la tiré al suelo. Todas las miradas estaban dirigidas hacia mí, cuando el camarero, que tenía prisa, puso el pie en mi langosta y ante todos se cayó. Enseguida fue un fuego artificial de comida lo que salía de la charola del camarero y cayó sobre todos los clientes. Nadie entendió lo que ocurrió realmente pero hubo un ruido confuso cuando de repente, una mujer gorda se levantó y dijo con voz furiosa: « ¡Es escandaloso! ¡Es escandaloso! ¡Nunca volveré a este restaurante! » Desde aquel episodio comprendí que nunca mas comería langostas. Léa SIEBENBOUR +++++++++ Sueño de la langosta El monstruo gigante me perseguía raudo, corriendo con sus pies innumerables como sobre ruedas. Su cabeza era la de una langosta cuyos ojos me fijaban con tal intensidad que sentía que yo me consumía en sus llamas. Hacía aspavientos por todas partes para librarme de su influencia – ¡en vano!. Lo último que sentí fue su soplo en mi nuca. Entonces me agarró con su inmensa lengua, sobre la que resbalé hasta su barriga como sobre un tobogán. « ¡Esta es mi venganza! », la oí gritar por dentro. Visité mi cárcel. Era bastante grande, muy húmeda pero caliente. Agradable, a final de cuentas. Si la langosta quería torturarme, mejor hubiera elegido un hogar mas frío. Ahí me encontré bien. Además, la última víctima de mi secuestradora había dejado su bolso, en el que había un montón de cosas interesantes de las cuales algunos libros. Empecé la lectura de la célebre novela de Julio Verne porque la barriga de una langosta me parecía el lugar adecuado para ello. Débilmente bamboleaba por el paso 10

del marisco, mi espíritu viajaba tranquilamente cuando sucedió la desgracia. Enseguida, mi vehículo pegó un grito terrorífico como nunca antes había oído. Vi que un arpón traspasaba el interior de su boca. En pocos minutos fui al aire libre entre miles de langostas muertas, agonizando en un barco. « ¡He sido yo la que la he matado! ¡He sido yo, soy un vil monstruo, yo! » Así me desperté. Marlène PELLETIER-CHAMBURE

+++++++++ Estoy triste de que los hombres todavía piensen que las mujeres deben quedarse en casa para hacer las tareas del hogar: cocinar, … Ellas no ganan salarios por sus trabajos y no son recompensadas. El trabajo de las mujeres en casa es normal para los hombres. Así pues decidí que esto iba a cambiar. Yo había pensado en todo para encontrar un trabajo, un piso, para coger a mi hijo conmigo y vivir con él: el hombre de mi vida. Desde hace algunos meses estoy tratando de encontrar trabajos y ahorrar dinero. He cocinado para mi vecino que está solo. Me ayudó con las tareas del hogar.... Pero un día en que pensaba decirle a mi marido que no iba, murió en el camino cuando regresaba a casa. La noticia fue brutal. Estaba obviamente muy afectada por la muerte de mi marido a pesar de mi salida. Todos mis ahorros se gastaron para que descansara en paz en un lugar tranquilo y lujoso. Así que finalmente terminé sola con mi hijo en esta casa con encanto, pero me doy cuenta de que es muy difícil encontrar trabajo cuando una es mujer, porque nadie quiere una mujer en sus negocios. Célia BLANCHOT +++++++++ Pero hoy he decidido rebelarme y hablar con este tipo de machistas. Le diré que yo también tenía sueños, los cuales no pude hacer realidad por amor a él. Es la verdad, ¿por qué ha de ser la mujer quien no pueda mantenerse en pie?. No Pienso en serio que todas las mujeres que están en la misma situación que yo, 11

también deberían rebelarse. Acabo de tener una gran idea: voy a crear un grupo de mujeres contra los hombres machistas. Este grupo será un grupo abierto a todas las mujeres. Cada una de ellas podría contar sus problemas y nosotros buscaríamos soluciones justas. Este grupo mostrará a la gente que la mujer no es inferior al hombre. ¡Basta de mentiras! Estamos en 1987, es tiempo ya de cambiar las cosas. Cuando Carlos se entere de la noticia, pienso que no va a ser feliz. Pero no me importa. ¡Quiero que cambien las cosas! Mathilde PECH +++++++++ Me encantaría tanto trabajar ahora. Esta vida no me corresponde... Cuando pienso que formaba parte de las mejores... Y a causa de Carlos, por amor por él dejé mi vida profesional. No puedo continuar así, voy a seguir un cursillo de capacitación para volver a ponerme a nivel. Despué llamaré a María Martínez Gómez, mi primera ama, quizás tenga algo para mí. Pero... ¿cómo voy a hacer con los niños? José, mi pequeñín de quince años como... No, son mayores, no necesitan tanto a su madre como antes. Y no voy a cuidarlos, estaré siempre aquí para ellos, lista para ayudarlos en el primer problema. Además, seré un mejor ejemplo y verán que las mujeres pueden hacer las mismas cosas que los hombres, contrariamente a lo que su padre intenta inculcarles. Yo sé que a Carlos no va a gustarle si trabajo de nuevo pero no me importa; ¡Ya no soporto esta condición de vida! He sido una esposa perfecta que hacía todo cuanto quería su marido. íMadre mía, empiezo a hablar como si viviera antes de la guerra! Es mucho más grave de lo que pensaba. Tengo que hacer algo... Lo oigo llegar. Voy a hablarle de todo esto y más le vale que no me diga que es imposible porque voy a demostrarle lo contrario. Marie POULIN ++++++++ 12

Encerrada en este yugo de perfecta ama de casa, cuidando de la limpieza y de la comida a jornada completa, no me puedo mover. Sin embargo, tengo que salir de esta situación si no me voy a asfixiar. Carlos está volviendo a casa. Hago de tripas corazón y decido hablarle. Empiezo a explicarle que quisiera trabajar de nuevo, pero no tengo tiempo para acabar mi frase que ya me ha interrumpido la palabra: « Cariño, dice con una gran sonrisa, has dejado tu empleo hace siglos, ¿por qué te gustaría recuperarlo? ¡Gano bastante dinero! ¿Sabes? No pienso que deberías complicarte la vida pensando en cosas demasiado complicadas para ti ». Después de una pequeña pausa, añade: Querida, ¿qué comemos por la tarde? Esas palabras me ponen chalada. De repente, me doy cuenta de que mi marido es un machista, que sólo me ve como una decoración, un objeto de prestigio que puede exhibir en sociedad. No le demuestro mi consternación, pero desde este momento, sólo pienso en una cosa: poner pies en polvorosa. Este proyecto me obsesiona, pero me enfrento sin cesar a problemas. Soy totalmente dependiente de Carlos en lo concerniente al dinero: sin su tarjeta bancaria, no tengo ni un duro. Entonces, ¿cómo puedo huir? Pasan los días y aumenta tanto mi ira como mi humillación. No hablamos de este episodio durante semanas, hasta el día en que Carlos, al volver del trabajo, me encuentra cocinando. Aspira el olor de los pimientos que están cociéndose, y me dice con un guiño burlón « Mi cocinerita, mira lo bien que huele, ¿qué más podrías pedir? Después de estas palabras, no puedo contenerme y con la sartén le doy un golpe violento. Aúlla de dolor, y le golpeo de nuevo. La salsa salpica por las paredes. Carlos se desmorona con estrépito. Un hilillo de sangre corre por el suelo. No pierdo la calma y sólo sonrío cuando exhala el último suspiro. ¡Por fin estoy libre! Louise BLANCHARD +++++++++ La verdad es que no me gusta mi vida actual. Pero estamos en un mundo donde la apariencia es más importante que lo demás y supongo que a cierta edad tienes que elegir entre una vida trivial y una vida « loca ». La primera supone dos hijos, un marido con un trabajo fijo, un salario bien pagado (para evitar cualquier problema financiero), un perro, una mujer siempre en casa y una casita blanca con un césped bien verde. Cada verano esta categoría de familia se marcha de vacaciones al mismo lugar, sin cambiar nunca de actividades ni frecuentar 13

nunca a otras personas que podrían cambiar un poco la rutina anual. En conclusión, la típica familia de las películas norteamericanas que traduce una dosis impresionante de alegría falsa, que proviene del dinero de la industria cinematográfica pagada por el Estado. Pero esta familia no existe, y muy rápido cae el telon para dejar visible la realidad. Con respecto a la segunda vida, cada uno sueña como yo de una vida loca, una vida sin reglas ni leyes que lo permitan todo : que el dinero ya no exista, que el arte tenga un papel mayor en el desarrollo de cada persona (pintura, baile, canto, música, fotografía, teatro,.. son las llaves que cada niño puede coger en su mano), que la rutina diaria esté siempre rota por algún tipo de salida, actividad o acontecimiento y que las obligaciones desaparezcan como la neblina en los lagos de Escocia. Hoy en día, muchas mujeres como yo no han elegido la vida que querían. Encerradas en el círculo del amor, se olvidan de sus deseos más profundos para dedicarse a mimar a sus maridos, dejarles libertades, limpiar la casa y para completar la escena parir. Estoy harta de esta vida. Siempre me ha gustado la pintura. Cuando me casé, dejé los talleres de dibujo para tener más tiempo y poder ocuparme de la casa, de la compra y de lo demás. Pero se ha acabado este tiempo. Algunas veces pensé en suicidarme; pero no serviría para nada no poder vivir esta vida. La verdadera solución es otra... pero es muy arriesgada. Se tienen que cortar los problemas de raíz. El problema aquí es mi marido y su actual falta de consideración hacia mí. He intentado hablar del tema con él un montón de veces, y siempre ha resultado igual. Ahora no sé ni lo que le hallé cuando me enamoré. El otro día, compré un arma, y la escondí entre mis camisetas en el armario de la habitación. La verdad, es que llevo meses reflexionando, y ahora tengo un plan. Este martes haré lo que tengo que hacer. Mataré a mi marido, esconderé cualquier indicio y me marcharé para rehacer mi vida tal como yo quiero. Mélanie CENTENERO +++++++++ 14

Asi estaba yo, sentada con esos hombres, listos para reírse y humillarme un poco más cada vez que intentaba comerme a esa criatura infernal, cuya armadura parecía indestructible. En aquel momento, el momento preciso en que la vergüenza y el sentimiento de impotencia estaban a punto de destruir mis ultimas esperanzas, tuve una idea para salvarme: miré a la langosta a los ojos y grité « ¡Pero esta langosta huele mal! ¡No está fresca! ¡Esto es intolerable! ¡Yo quiero comer otra cosa! Florine FLOC'H y Corentin JOURDA

FIN

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Première LV1 Espagnol Orianna SOUL Victoria PEYROT y Mélanie LANCIEN Camille DUPON-LAHITTE y Lucile BAIOCCO Tara FOX y Nevik MARTORELL Marina CORMARY Juliette DUCLOS y Diego de ARMAS Megan GRAINGER Caroline TOUCHE Julie GANTE Charline HEUDRE Fernand LOUISNARD Jordan DUCAY Timothée VILLEMUR Loïc PEROT Léa SIEBENBOUR Marlène PELLETIER-CHAMBURE Célia BLANCHOT Mathilde PECH Marie POULIN Louise BLANCHARD MélanieCENTENERO Florine FLOC'H y Corentin JOURDA

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