Tema 10: La personalidad. Amenazas y defensas

Tema 10: La personalidad. Amenazas y defensas. MAPA DE CONTENIDOS PERSONALIDAD TEORÍAS MEDIDA DEFENSA Intrapersonales Proyectivas Afrontamiento

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Tema 10: La personalidad. Amenazas y defensas. MAPA DE CONTENIDOS

PERSONALIDAD

TEORÍAS

MEDIDA

DEFENSA

Intrapersonales

Proyectivas

Afrontamiento

Situacionistas

No proyectivas

Mecanismos

Interaccionistas

Definición La personalidad no tiene una definición concreta, pero sí podemos decir que es algo propio de cada individuo que sirve para diferenciarlo de los demás, que consiste en una tendencia a comportarse de una forma, a responder del mismo o similar modo ante diferentes situaciones, y que se trata de una organización coherente de rasgos. El concepto de personalidad es próximo al temperamento, como base biológica que no se puede cambiar mediante factores externos, y al carácter, construido desde el temperamento, en el cual intervienen factores externos como la educación y la voluntad.

Teorías de la personalidad Intrapersonales: En ellas se pone el énfasis en los factores individuales internos como los deseos, aspiraciones, traumas… Aquí se incluyen el psicoanálisis, la psicología humanista, y todas aquellas que acentúan las bases biológicas y enumeran rasgos de la personalidad.

o La teoría de la personalidad de Freud. La base de ésta teoría es la existencia de un conflicto entre distintas partes o aspectos de la personalidad: se trata del hecho que podemos llamar escisión del yo, donde el sujeto se ve agobiado por pensamientos, impulsos o

comportamientos que no puede dominar o simplemente vive la experiencia de la contradicción en la voluntad. Freud explicó el conflicto como la lucha entre diferentes centros psíquicos, como si en la personalidad se dieran tres sujetos en vez de uno solo: ello yo y superyó. Al principio la mente del niño es sólo ello, impulsividad pura regida por el principio de placer, siendo la boca la zona erógena dominante (fase oral); a partir del segundo año de vida el niño descubre la existencia de la autoridad, que le pone límite a sus impulsos, apareciendo así el principio de realidad, por el cual una parte del ello se separa del resto constituyendo el núcleo de la personalidad, el yo (fase anal); el superyó aparece como consecuencia del complejo de Edipo, donde el niño renuncia a su madre como objeto sexual y toma al padre como modelo de referencia, esto sucede en torno a los 4-5 años y necesita asentarse hasta la pubertad, donde la sexualidad genital se define. El yo aparece sometido a presiones internas (ello y superyó) y externas (medio social). El equilibrio psíquico exige un yo fuerte capaz de mantener a raya a los otros dos, satisfaciendo sus demandas y las de la sociedad.

o La personalidad en la psicología humanista. Maslow y Rogers. La psicología humanista considera a la persona como algo distinto y superior a la suma de sus condiciones (psicológicas, biológicas, ambientales). Según Maslow, cada individuo tiene una naturaleza interna, esencialmente buena (o al menos neutra), donde los impulsos destructivos surgen como consecuencia de la frustración, por ello se debe desarrollar la parte de buena de la naturaleza mediante la autorrealización (psicología del hombre autorrealizado). En la misma línea, Carl Rogers habla del sí mismo como la estructura interna que da unidad a los aspectos de la personalidad. El sí mismo es una estructura cambiante aunque relativamente estable, por ello la psicología debe buscar que el paciente mejore su sí mismo mediante el proceso de convertirse en persona.

o Teoría de rasgos. El psicoanálisis clasifica a los individuos en función de la posible detención en una de las fases del desarrollo psicosexual (oral, anal...). Lo más frecuente, sin embargo, es que no aparezcan teorías puras de tipos, sino que éstos se definan en función de rasgos o factores fácilmente identificables. Autores como R. Cattell proponen teorías de rasgos en las que éstos aparecen como continuos y donde

cada individuo se sitúa en un punto entre los dos términos extremos, distinguiendo 16 factores básicos diferentes. En 1961, dos investigadores de las Fuerzas aéreas estadounidenses, E.C. Tupes, y R.E Christal, utilizaron las medidas de rasgos de Cattell, y encontraron 5 factores recurrentes. Este trabajo fue replicado por W.T. Norman, que también encontró que 5 grandes factores eran suficientes para explicar muchos tipos de personalidad.

A

estos

factores

Norman

los

denominó

Extraversión,

Agradabilidad, Conciencia, Estabilidad Emocional y Cultura. En la actualidad, el modelo de más aceptación es el de los big five que considera cinco grandes factores (OCEAN) a partir de los cuales pueden organizarse las diferencias entre los individuos: 

Estabilidad emocional: Individuo sereno, seguro y autosatisfecho.



Extraversión: Individuo sociable, afectuoso y orientado a la diversión.



Apertura mental: Personas orientadas a la novedad, imaginativas e independientes.



Afabilidad: Individuo confiado, amable y colaborador.



Responsabilidad: Personas organizadas, cuidadosas y disciplinadas.

Situacionistas: Hacen hincapié en los factores ambientales, negando la personalidad como constitución interna del sujeto, admitiendo la personalidad como un conjunto de hábitos aprendidos que se expresan en unos patrones estables de conducta del

organismo. El más claro ejemplo es el conductismo radical de John Watson y Burrus Skinner (ver tema 6). Interaccionistas: Interpretan la personalidad como el resultado de la interacción entre el sujeto y el ambiente. Así la personalidad se entiende como los procesos afectivos y cognitivos desarrollados en el medio social. Aquí se incluyen el canadiense Albert Bandura y Erik Erikson.

o Teorías de la interacción sujeto-medio Las teorías de Albert Bandura y Julian Rotter conciben la personalidad y su manifestación conductual como el resultado de la interacción de cogniciones, aprendizajes previos y la influencia ambiental. Bandura destaca la retroalimentación entre cognición y ambiente. El sujeto valora la situación de una forma y esta valoración produce una conducta, que al realizarla provoca unos resultados que influyen en las expectativas en situaciones futuras. Las expectativas de cada sujeto generan su propia percepción del valor de su conducta y definen las condiciones en que ésta puede considerarse como exitosa o fracasada. La eficacia que nace de las propias expectativas y valoraciones es la autoeficacia, donde la conducta puede ser vista como consecuencia de la propia inutilidad o como un desafío para mejorar. Rotter diferencia dos tipos de personalidad definidas por su locus de control, o centro al que uno asigna la responsabilidad de lo que le ocurre. Las personas con locus de control interno son las que están convencidas de que pueden controlar su futuro, mientras que, quienes tienen un locus de control externo piensan que su vida depende del azar y de las decisiones de los demás. En la misma línea, la profecía autocumplida se basa en el hecho de que el individuo se convenza realmente de algo para que él mismo ponga las condiciones que harán efectivo eso mismo de lo que está convencido.

Estudio y medida de la personalidad. Hay tres métodos básicos para estudias la personalidad: la entrevista personal, la observación en el entorno y los test de personalidad, siendo los test proyectivos los de más importancia, pues consisten en presentar al sujeto un estímulo ambiguo y pedirle que lo interprete o realice alguna tarea, revelando así sus ideas, sentimientos y deseos, por lo que es comprensible que sea el psicoanálisis y las teorías próximas las que hacen mayor hincapié en estas pruebas. Las Asociaciones libres son un método consistente en pedir al sujeto que diga lo primero que se le ocurra, de forma espontánea y sin censura, ante la palabra, imagen o idea que se le

presenta. El propio Freud hizo uso de este método en el contexto de las entrevistas buscando el origen de la neurosis, el significado de un sueño o las razones de un comportamiento, sin embargo, fue Jung quien lo desarrolló y lo dotó de autonomía y precisión. Cuando el sujeto no sigue las instrucciones, balbucea o tarda demasiado estamos ante un indicio de complejo, es decir, que la palabra ha removido algo oculto en el sujeto que el psicólogo deberá encontrar.

Entre los test proyectivos el más conocido es el Test de Rorschach, que consiste en un repertorio de 10 láminas con manchas en las que el sujeto debe decir qué figuras adivina. La evaluación tiene en cuenta el tiempo, los fallos, el número de respuestas, el tipo de figura y las categorías más específicas (paisajes, órganos sexuales...). La interpretación de este test es compleja y requiere una formación específica por parte del psicólogo.

Propuesto por Morgan y Murray, el Test de apercepción temática (ver tema 9) consiste también en mostrar una serie de láminas ante las que el sujeto debe expresar sus reacciones,

pero a diferencia del anterior, en este test se presentan dibujos reconocibles y lo que se le pide al sujeto es que invente una narración con ellos, las cuales son leves proyecciones disfrazadas de la vida y preocupaciones reales del sujeto. Los Test de dibujos consisten en pedir al sujeto que realice un dibujo, siendo el más completo el test HTP (house- tree-person) donde la casa representa el ambiente familiar, la persona a la personalidad social, y el árbol a la personalidad profunda.

Los llamados cuestionarios de personalidad son pruebas escritas en los que el sujeto debe responder “si”, “no”, “no sé”, o señalar una entre varias alternativas. La corrección de este tipo de pruebas se realiza de forma estandarizada, otorgando una puntuación a cada respuesta. A pesar de la aparente objetividad y precisión de estos cuestionarios, es dudoso que sus resultados sean más fiables que las pruebas proyectivas, puesto que, si bien elimina la influencia del examinador, se introducen otros como el excesivo peso concedido a la autopercepción del sujeto. Los cuestionarios de personalidad más utilizados son: 16FP (cuestionario de dieciséis factores de la personalidad): También conocido como test de Cattell de personalidad, que consta de 374 ítems a los que contestar “cierto”, “dudoso” o “falso”. NEO-PI-R (nuevo inventario de personalidad revisado): Evalúa los big five: estabilidad emocional, extraversión, apertura, amabilidad y responsabilidad, a través de 240 ítems en los que decir el grado de acuerdo-desacuerdo. MMPI (inventario multifásico de personalidad de Minnesota): Consta de 700 ítems en los que contestar “si”, “no”, “no sé”, muy útil para detectar el riesgo de trastorno mental al medir rasgos como la hipocondría o la paranoia.

Personalidad amenazada. Estrés, afrontamiento y mecanismos de defensa. Se conoce como estrés, o síndrome general de adaptación, la situación de presión o tensión psicológica que afecta a un organismo provocando ansiedad. Esta situación se desencadena mediante varios factores llamados estresores y entre sus síntomas aparecen la ansiedad, la falta de concentración, la irritabilidad y el insomnio. Ha sido el psicoanálisis el que ha llevado a cabo la enumeración y definición de los mecanismos de defensa, estrategias utilizadas por una personalidad que percibe amenaza y se autoengaña de alguna forma para no tener que afrontarla. Como mecanismo de defensa principal se señala la represión, por la cual se convierte en inconsciente aquello que no se quiere admitir; también destacan la negación, donde no se reconoce la realidad de lo que nos asusta, y la distorsión, engañándonos sobre las causas del problema o sus efectos (desplazando las emociones reprimidas de unas personas a otras). Además de la represión entre los mecanismos distorsionantes se encuentran: Sublimación: El impulso se canaliza hacia una forma más aceptable, es derivada hacia un nuevo fin. Una pulsión sexual se sublima hacia una finalidad no sexual, apuntando a objetos valorados socialmente, como la actividad artística y la investigación intelectual. Por ejemplo, el deseo de un niño por la exhibición, puede sublimarse mediante una carrera en el teatro. Proyección: Los sentimientos o ideas estresantes, son proyectados hacia otras personas u objetos cercanos. Negación: Es el mecanismo por el cual el sujeto trata aspectos evidentes de la realidad como si no existieran. Introyección: Es el mecanismo por el cual una persona incorpora elementos de la personalidad de otra. Regresión: Es un mecanismo que lleva a retomar el nivel de desarrollo anterior, más infantil. Por ejemplo, el comportamiento de los niños cuando nace un hermano (chuparse el dedo, orinarse, etc.). Formación reactiva: Detiene la aparición de un pensamiento doloroso, sustituyéndolo por otro más agradable. Aislamiento: Es un mecanismo por el cual se divorcian los recuerdos de los sentimientos, como manera de soportar los hechos.

Desplazamiento: Es un mecanismo por el cual, se desprende un hecho o persona de los sentimientos asociados, y éstos son adjudicados a otro hecho o persona. Es lo que suele suceder con las personas que desquitan sus frustraciones con sus mascotas. Condensación: Es un mecanismo por el cual, elementos del inconsciente se reúnen en una sola imagen u objeto. Consiste en la concentración de varios significados en un único símbolo. Racionalización: Se sustituye una razón real que no es aceptable, por otra que resulte aceptable. Los mecanismos de defensa nos permiten mantener el balance psicológico. Cuando estas técnicas no son suficientes, se experimentan desequilibrios como estrés y respuestas neuróticas como ansiedad y/o depresión, que frecuentemente son acompañadas por disfunciones biológicas, pérdida de sueño o apetito, enfermedades psicosomáticas como úlceras, etc. También pueden presentarse otras conductas más graves como el suicidio y los trastornos delirantes.

Algunos términos fundamentales

Carácter: Parte de la personalidad formada por la influencia de los factores externos como la educación y la voluntad. Proyección: Mecanismo de defensa por el que el sujeto atribuye a otras personas los propios motivos, deseos o emociones. Sublimación: Mecanismo de defensa por el que el yo dirige de forma inconsciente y voluntaria la energía psíquica asociada a un deseo hacia actividades no censurables. Represión: Mecanismo de defensa por el cual se convierte en inconsciente aquello que no se quiere admitir. Locus de control: El lugar al que uno asigna la responsabilidad de lo que ocurre. Es interno si la persona se convence de que tiene el control de su futuro. Temperamento: Base biológica de la personalidad. No se puede cambiar.

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