TEMA 13: FENOMENISMO Y ESCEPTICISMO EN HUME

TEMA 13: FENOMENISMO Y ESCEPTICISMO EN HUME • Con él alcanza el empirismo inglés su culminación doctrinal y adquiere la fuerza revolucionaria que par

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SOBRE EL ESCEPTICISMO DE HUME
SOBRE EL ESCEPTICISMO DE HUME GUILLERMO LUIS PORRINI Abstract: The use of the terminology and ethical trends satisfactory, having in mind the nua

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TEMA 13: FENOMENISMO Y ESCEPTICISMO EN HUME •

Con él alcanza el empirismo inglés su culminación doctrinal y adquiere la fuerza revolucionaria que partirá de él



Hume rompe drásticamente con la tradición metafísica occidental que va desde Heráclito hasta Leibniz, e inicia el movimiento que lleva a las modernas filosofías antimetafísicas



Considera a la metafísica como resultado de un infructuoso esfuerzo de la vanidad humana que quiso penetrar en una esfera de objetos absolutamente inasequible al entendimiento



Si queremos hacer verdadera filosofía se hace preciso inquirir antes el poder y la capacidad del entendimiento humano



Se quita a la metafísica el fundamento que la sostenía. En su lugar quedará la teoría del conocimiento, como pondrá, sobre todo, de manifiesto el pensamiento de Kant.

IMPRESIONES E IDEAS

• •



En Hume la tesis distintiva del empirismo-todo nuestro conocimiento se origina en la experiencia- utiliza, para su formulación, una terminología distinta a la de Locke.



Para Hume es más correcto afirmar que toda idea se deriva de una impresión, pues no todo contenido de conciencia es una idea, sino que es conveniente distinguir entre impresiones e ideas, debiéndose entender estas últimas como las imágenes que conserva la memoria y la imaginación de las impresiones.



Al igual que Locke, Hume deja bien claro que no hay ideas innatas ni principios innatos, sino que todos los contenidos de la conciencia emanan de la experiencia sensible. Pero en Hume toma la idea un sentido más estricto. Utiliza para designar los contenidos de conciencia, no el término idea, sino el de percepción. Las percepciones son:

1. Impresiones: Son las sensaciones o aprehensiones primeras, más vivas e inmediatas, y provenientes ya de la percepción externa ya de la interna 2. Ideas: Son los contenidos mediatos, reproducidos, y constituyen el mundo de lo pensado. Con el material recibido de la experiencia podemos efectuar combinaciones que ensanchan y enriquecen considerablemente nuestro caudal cognoscitivo. Esto se realiza por medio de la asociación de ideas. La aportación de Hume, en este aspecto, es su formulación de las leyes de tal asociación, en la que reconoce tres formas: semejanza, contigüidad espacio

temporal y causalidad. Esta nueva terminología para designar los contenidos de la mente tiene importantes consecuencias teóricas que podrían quedar resumidas así: 1. Lo decisivo a la hora de comprender la asociación de ideas simples para formar ideas complejas es el paso de lo vivaz a lo débil, es decir, la pérdida de vivacidad que experimentan nuestras vivencias cuando pasan a ser ideas de la memoria o de la imaginación. Para Hume, las impresiones no sólo son primeras genéticamente, sino que tienen una cualidad que las coloca por encima de las ideas, la de depararnos una imagen más precisa e intensa de lo que expresan. 2. Esta comprensión de cómo se originan las ideas a partir de las impresiones es el modo que tiene Hume de plantear el criterio que, según él, permite conocer las ideas distinguiéndolas como tales de lo que son meramente términos CONOCIMIENTO INTUITIVO Y CONOCIMIENTO DEMOSTRATIVO Impresiones del sentido externo: las relaciones de espacio y tiempo •

El conocimiento intuitivo reside simplemente en la seguridad de las impresiones facticias



Entre estas impresiones, a las que conviene certeza inmediata, intuitiva, cuenta Hume, de modo preferente, la relación espacial y temporal de los contenidos de la sensación, esto es, la fijación de la coexistencia y sucesión de las impresiones elementales.



La contigüidad es dada, por tanto intuitivamente con las impresiones, y de tales hechos existe en el espíritu humano un conocimiento enteramente seguro y libre de toda duda.



No hay que pasar por alto, no obstante, que esta facticidad absolutamente cierta de las impresiones es, para Hume, simplemente la de su existencia como representaciones



En este sentido y limitación comprende el conocimiento intuitivo, no sólo los hechos de la experiencia interna, sino también los de la externa, pero al precio de que los últimos propiamente sean una especie de los primeros, un saber de meros estados de representación

Impresiones del sentido interno: la semejanza •

Un conocimiento demostrativo de certeza también perfecta es el que se basa en la impresión de semejanza. Poseemos una clara y distinta impresión de la igualdad o desigualdad y sus diversos grados en las sensaciones.



Esta impresión consiste, en el conocimiento de la capacidad de semejanza de nuestro propio hacer, y pertenece, por tanto, a las impresiones del sentido interno. Esta impresión concierne a las formas de la comparación de las dimensiones que efectuamos en los contenidos dados en la representación, y no es otra cosa que un análisis de las legalidades con las que esto ocurre



En realidad, para Hume, la matemática es la única ciencia demostrativa, por dos razones:

1ª Porque no se refiere a otra cosa que a las posibles relaciones entre contenidos de representación; 2ª Porque nada afirma acerca de la relación de éstos con un mundo real •

Prevalece en Hume el principio de Hobbes según el cual el objeto de la ciencia es lo cuantitativamente determinable, y esto no versa, en rigor, sobre el ser sino sobre el acontecer en la naturaleza

La explicación psicológica de la inherencia: el yo como un haz de representaciones •

Para Hume, no es demostrable ninguna afirmación sobre el mundo externo: todo nuestro saber se limita a la comprobación de impresiones y a la relación de estas representaciones entre sí.



La realidad misma del concepto de sustancia es indemostrable



La percepción interna muestra sólo actividades, estados, propiedades



Si se hace abstracción de éstos, no queda nada de la res cogitans de Descartes; sólo el hábito del enlace constante de las representaciones se halla en la base del concepto de espíritu: incluso el yo es un haz de representaciones

LA CRÍTICA DE HUME A LA METAFÍSICA Un nuevo concepto de filosofía •

Hume es el empirista más radical en su crítica a la metafísica, así como el que programáticamente la lleva a cabo de un modo más completo y exhaustivo



Es, pues, con Hume con quien se profundiza en la crisis de la idea clásica de la filosofía (metafísica) haciéndose paso una comprensión nueva de sus objetivos y de su tarea.



Hume cree llegado el momento de sustituir la metafísica tradicional por otro tipo de filosofía, pero que sólo asumiría de la metafísica tradicional el



concepto que ésta tenía de ser teoría, y no doctrina teológica más o menos camuflada y edificante. En ningún caso, ni cuando trata problemas teóricos ni cuando se ocupa de cuestiones prácticas, debe exigirse a este conocimiento teórico y reflexivo que sea plenamente evidente, es decir, que constituya un saber absoluto y último



Precisamente el error de la metafísica tradicional ha sido querer penetrar en temas que son, de suyo, absolutamente inaccesibles para el pensamiento, por rebasar lo que nos muestran los sentidos



Simplemente hay que ajustarse a la experiencia y describir lo que ésta nos muestra, pues no hay que olvidar que el hombre es un ser que no sólo es racional, sino que está sujeto a pasiones y que, en vista de ello, el principal objetivo de la metafísica es servir de instrumento para el quehacer cotidiano

LA CRÍTICA AL PRINCIPIO DE CAUSALIDAD La relación causal no se comprende analíticamente





De una causa no puede derivarse lógicamente su efecto; en la representación de un efecto no se halla la de su causa



No puede, pues, comprenderse analíticamente la relación causal. Esta forma del pensar sólo se explica mediante la asociación de las ideas. Por la repetición de la misma serie de representaciones y por el hábito que advertimos de sucederse unas a otras, se origina una interna coacción que nos lleva a representarnoslas unas tras otras, y a esperar que unas sigan a otras.



El sentimiento de esta coacción interna, que nos induce a creer que una idea produce otra, acaba por concebirse como necesidad real, como si el objeto de una representación provocara la realidad de otro o determinara su existencia en el tiempo

CUESTIONES DE HECHO Y RELACIONES ENTRE IDEAS Para el mundo fenoménico, no son válidas las deducciones. Esto obliga a replantear en estos términos la distinción entre: 1. CUESTIONES DE HECHO: Proposiciones acerca del mundo externo 2. RELACIONES DE IDEAS: Proposiciones deductivas. Ciencias de la geometría, del Álgebra y de la Aritmética y en definitiva toda proposición que sea intuitiva o demostrativamente cierta



LA COSTUMBRE COMO FUNDAMENTO ÚLTIMO DE NUESTRAS CREENCIAS Puesto que no es la razón la que rige nuestras inferencias causales hay que atribuir éstas inferencias a la experiencia:



A partir de nuestras experiencias pasadas llevamos a cabo una cierta inducción, lo que Hume llama un razonamiento experimental. Pero no siquiera esta inducción es la responsable de que, respecto a muchos y diversos procesos, seamos capaces de anticipar el futuro.



La solución de Hume consiste en afirmar que, al haberse creado la mente unos determinados hábitos asociativos en virtud de su experiencia pasada, puede anticipar determinados efectos al ver determinadas causas o viceversa.



Es la costumbre la que, según Hume, constituye el último fundamentos de nuestras creencias sobre el mundo de los fenómenos.



Con su crítica de la causalidad Hume pone de manifiesto la limitación del conocimiento humano de los fenómenos, que nunca puede equipararse al conocimiento riguroso que podemos establecer entre ideas. No obstante, la relación causal, en la medida en que se apoya en la experiencia pasada, tiene un valor canónico, es decir, constituye una exigencia a la que han de ajustarse nuestros conocimientos para ser aceptables

LA NEGACIÓN DE LA IDENTIDAD PERSONAL •

Esta negación se plantea en los siguientes pasos: 1. En ningún momento tenemos una percepción de nosotros mismos. Cuando se emprende la crítica a la noción del yo, va a resultar que este proceso de comprobación no se puede cumplir 2. Ni hay experiencia del yo ni puede haberla, dado el carácter atómico de nuestra vida perceptiva 3. La creencia en el yo no se deriva propiamente del contenido concreto de nuestras percepciones, como ocurre en el caso de la inferencia causal, sino del hecho mismo de que experimentamos. De ahí que Hume hable de la noción del yo como una “ficción” de la mente, término que Hume no utiliza en el caso de las inferencias causales. En conclusión, desde esta perspectiva, el yo se reduce, según frase consagrada de Hume, a ser un “haz o colección de diferentes percepciones” NEGACIÓN DE LA DEMOSTRABILIDAD DE LA EXISTENCIA DE DIOS



No es más que una aplicación de los argumentos expuestos antes al problema de la inferencia de la existencia de Dios a partir del mundo.



Podríamos resumir la crítica de Hume del siguiente modo:

1. El valor de la inferencia causal se minimiza a medida que disminuye la semejanza entre los términos de la relación, en la medida en que la fuerza de nuestras inferencias causales depende de la semejanza que puede haber entre los hechos que hemos conocido del pasado y los que estamos tratando de comprender ahora 2. Puesto que del mundo no tenemos conocimientos precedentes, la aplicación de lo que Hume llama razonamiento experimental es problemática, al no existir una experiencia pasada en la que apoyarse

3. No se puede decir, en rigor, que se infiere la existencia de un creador infinito de la existencia del mundo, pues si el efecto refleja y se ajusta a la causa, y el efecto es finito como lo es evidentemente el mundo, entonces sólo se puede decir con seguridad que la causa es finita

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