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TEMA 3: LA IGLESIA EN LA EVANGELIZACIÓN DE EUROPA1 La evangelización de Europa marca el inicio de la Edad Media. Los pueblos bárbaros han asolado Occidente. Ganarlos para el Evangelio no es destruir su cultura. Los reyes bárbaros aceptaron poco a poco que Jesús es el Señor. Por su parte, el Imperio de Oriente aún tenía claro que Jesús es el Señor. Lo celebra sacramentalmente en la Eucaristía para la que construía grandes basílicas. Los siglos V-VI supusieron el bautismo de las primeras naciones de Europa. Entre los siglos VIIX los pueblos del Norte y del Este entraron a formar parte de la Iglesia. La acción de Dios unificaba los corazones. El reconocimiento de un Único Señor, Cristo Jesús, permitió el nacimiento de la sociedad cristiana. La convicción de que el hombre es, después de los ángeles, la criatura más noble y la que posee más claramente la imagen de Dios hizo nacer el proyecto de un Imperio Cristiano renovado. El Emperador debía mirar a los pueblos bajo una ley que era superior a sí mismo. Un gran esfuerzo moral impregnó la Edad Media: defensa de la vida y de la familia, valor de la educación, condena de la usura, recomendación constante de la paz y de la tregua de Dios, derecho a la propiedad unido al principio del bien común. Estos eran los principios que subyacían en el Imperio. Luego, Carlomagno o los Reyes germánicos cometieron errores porque eran humanos y pecadores. Pero no era igual una sociedad impulsada por el libro sagrado del Corán, en la que se promovía la violencia como medio de expansión.
1. LA CRISTIANIZACIÓN DE LOS PUEBLOS BÁRBAROS A mediados del siglo V las invasiones de los pueblos bárbaros en el Occidente Romano estaban en su apogeo.El traslado de la capitalidad del Imperio a Constantinopla, llevado a cabo por Constantino tuvo importantes consecuencias. Por ello, los pueblos bárbaros aprovecharon que Occidente había quedado como lugar de más débil resistencia y se desplazaron desde el Norte y el Centro de Europa para invadir el Imperio Romano de Occidente: los visigodos, con su rey Alarico, saquearon Roma, pasando después a Hispania; los suevos, vándalos y alanos irrumpieron en Hispania. Por otra parte el Imperio Romano se encontraría también con el peligro de los hunos, acaudillados por Atila, un pueblo asiático que venía desde China hasta el Centro de Europa. El Papa san León Magno les frenó cuando se disponían a apoderarse de Roma, aunque exigiendo un fuerte tributo. En el año 476 fue destituido el último emperador romano de Occidente. COMENZABA LA EDAD MEDIA.
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Apuntes elaborados a partir de los libros de texto de religión católica de la editorial Casalsen sus distintas ediciones. Esta redistribución de temas y contenidos se hace para facilitar el trabajo en el aula y optimizar los recursos. Se ha usado también el Catecismo YouCat.
1.1 Conversión de los pueblos bárbaros Algunos de estos pueblos eran ya cristianos en el momento de la invasión, pero habían sido evangelizados por arrianos; así les sucedía a los visigodos. Otros se convirtieron directamente al catolicismo después de la invasión, como los francos.A la larga, tanto los arrianos como los paganos fueron convirtiéndose al catolicismo. Por ello, ante la invasión de los bárbaros la Iglesia asumió una doble misión: servir de intermediaria entre los vencedores y los vencidos para salvar lo bueno de la civilización caída, y atraer a los nuevos pueblos a la civilización y al cristianismo.
En el 496 se convertía Clodoveo, y con él los francos. En el 597, el papa S. Gregorio Magno enviaba a san Agustín de Cantorbery y otros cuarenta monjes a evangelizar las costas británicas. Poco antes, san Patricio había llevado la fe a Irlanda. Y los suevos eran evangelizados en Hispania por san Martín de Braga
1.2 La conversión de los visigodos (siglo VI) Los visigodos se asentaron en Hispania a comienzos del siglo V. Eran de religión arriana, pero convivieron con los católicos hispanos hasta mediados del siglo VI. El rey Leovigildo intentó unificar Hispania en la fe arriana. Esta política le hizo martirizar a su hijo Hermenegildo. Éste se había convertido al catolicismo por influencia de su esposa Ingunda. Los remordimientos por el crimen hicieron que Leovigildo aconsejara a su hijo Recaredo, heredero del trono, que se convirtiera al catolicismo. De esta manera, en el III Concilio de Toledo (589) Recaredo, instruido en la fe católica por el obispo san Leandro, abjuró públicamente el arrianismo y proclamó al catolicismo religión oficial del Estado.
2. EL NACIMIENTO DEL MONACATO. Al terminar las persecuciones durante el Imperio Romano, algunos cristianos, deseosos de entregar su vida por entero a Dios, marcharon a los desiertos de Egipto para entregarse a una vida de soledad, trabajo, oración y ayuno. Para imitar a Jesucristo se propusieron observar los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia. Entre los primeros solitarios o eremitas destacaron S. Pablo el Ermitaño y S. Antonio Abad. Más tarde S. Pacomio organizó la vida eremítica convirtiéndola en una vida de comunidad, bajo la autoridad de un superior y con unas Reglas para este género de vida. Había nacido el monacato. El monacato se extendió desde Egipto. Con S. Agustín llegó a África y con S. Martín de Tours a la Galia (Francia). Ya en el siglo VI, San Benito daba un fuerte impulso al monacato con su conocida Regla. San Benito nació en Nursia (Italia) y se retiró a Subiaco para vivir como ermitaño. Pronto se le unieron imitadores y para albergarlos construyó, cerca de Nápoles, el famoso monasterio de Montecasino. Desde allí se
extendieron los monasterios por toda Europa. La Regla benedictina se resumía en este lema: “ORA ET LABORA” (reza y trabaja). La liturgia y el trabajo manual se unieron a la labor educativa y de conservación y transmisión de los manuscritos de la antigüedad clásica. Los benedictinos fueron los verdaderos civilizadores de los bárbaros. Junto a la fe cristiana les enseñaron artes, ciencias y diversos oficios. Junto a los monasterios se construyeron pueblos y ciudades.La rama femenina de los benedictinos fue iniciada por santa Escolástica, hermana de san Benito.
3. El CRISTIANISMO Y LA INVASIÓN ISLÁMICA En el 711 los musulmanes vencieron a los visigodos en la batalla de Guadalete. Comenzó así la penetración islámica en la Península Ibérica, que no fue detenida hasta el 718 con la resistencia de D. Pelayo y de las tropas cristianas de Covadonga. La reconquista española duró ocho siglos. La penetración islámica en Francia tuvo su freno gracias a Carlos Martel (abuelo de Carlomagno). En el 732 venció a los mahometanos en la batalla de Poitiers. Al mismo tiempo los musulmanes fracasaban en un segundo ataque a Constantinopla. El Islam era frenado en Oriente y en Occidente. El mundo conocido se dividía en dos partes: bajo el signo de la Cruz de Cristo se encontraban las tierras comprendidas entre la Gran Bretaña y Constantinopla, entre Alemania y el Sur de Italia; bajo el símbolo de la media luna se sometían los pueblos desde los Pirineos hasta el Norte de la India pasando por el Norte de África, Arabia, Palestina, Siria, Mesopotamia y Persia. La fe islámica arraigó tanto en estas zonas que, con la excepción de España y Portugal, ninguna ha vuelto a abrazar el cristianismo.
Durante la reconquista, en España, los mozárabes eran los cristianos que habían quedado en ciudades musulmanas después de la invasión de la Península Ibérica. En un primer momento gozaron de libertad para vivir su religión y vieron respetadas sus costumbres, pero cayeron sobre ellos grandes impuestos. Más adelante, se desencadenó una persecución contra ellos, dando lugar a mártires como S. Eulogio de Córdoba.
4. EL IMPERIO CRISTIANO CAROLINGIO Y EL SACRO IMPERIO ROMANOGERMÁNICO 4.1 El imperio cristiano carolingio Desde que Carlos Martel detuvo al Islam en Poitiers comenzó la hegemonía franca en Europa. Pipino el Breve, hijo de Carlos Martel, solicitó el reconocimiento del Papa, quien le ungió como soberano rey de los francos. Fue el comienzo de una alianza entre el Papado y Francia que duraría 10 siglos. Cuando Italia se vio atacada por los lombardos, el emperador de Oriente no envió apoyo al Papa y se limitó a ordenarle que expulsara a su invasor. El Papa Esteban III pidió ayuda al rey de los francos, Pipino. Éste acudió rápidamente, rechazó a los lombardos y entregó los territorios liberados al Papa. Esto
fue el origen de los Estados Pontificios. Los Papas se convirtieron en señores temporales, sin perder su papel de Cabeza de la Iglesia y jefes espirituales de la cristiandad. A la muerte de Pipino, en el 768, su hijo Carlos se convirtió en rey de los francos. En la Navidad del año 800 el Papa León III coronó a Carlomagno como Emperador del Imperio Romano de Occidente. Había nacido la cristiandad. Los pueblos convertidos a la fe católica reconocían un soberano espiritual, el Papa, y un soberano temporal, el Emperador. El soberano temporal se encontraba por debajo del espiritual. El Occidente cristiano recobró así de alguna forma su unidad política. Pero la confusión entre el poder espiritual y el temporal entrañaba un grave riesgo. Se había iniciado la semilla de lo que sería la lucha de las investiduras. Más adelante los señores civiles querrían intervenir indebidamente en el nombramiento de cargos eclesiásticos.
4.2 La expansión de la Iglesia en Europa Oriental La Iglesia continuó su expansión hacia el Norte. S. Bonifacio fue el gran apóstol de Alemania. Derrotó a los dioses germanos desafiando al dios Thor, dios del trueno. El dios estaba representado por un viejo roble, sagrado para los germanos. Bonifacio taló el árbol mostrando que no era más que una criatura y no el Dios vivo.Los monasterios se multiplicaron por Alemania, contribuyendo a su evangelización. En la época carolingia, el curso medio del Danubio señalaba la frontera con los pueblos eslavos, que se extendían por el centro y el este del continente europeo. A comienzos del s. IX estos pueblos, a excepción de los croatas, eran aún paganos.S. Cirilo y S. Metodio fueron los evangelizadores y padres de la cultura de los eslavos. Para favorecer sus catequesis, decidieron crear una liturgia en eslavo. Cirilo tuvo que componer una escritura adecuada ya que los eslavos no tenían alfabeto. Así pudieron traducir la Sagrada Escritura a la lengua eslava. De esta invención del alfabeto cirílico arranca la literatura eslava.
4.3 El Sacro Imperio Romano Germánico El Imperio carolingio vio su ocaso a mediados del s. IX. La división entre los hijos de Carlomagno y el ataque y saqueo musulmán de Roma fueron su causa y sus síntomas. En el año 962 el Papa Juan XII coronó un nuevo emperador: Otón I, rey de los germanos. Era un momento difícil para el pontificado.
El s. X, la llamada “edad de hierro”, supuso una excesiva intervención de las familias italianas en
la Sede de Pedro. El nuevo Imperio Santo, Romano y Germánico, nació bajo el signo de un desequilibrio. El rey era fuerte y el Papa era débil. Los emperadores se acostumbraron a intervenir en asuntos eclesiásticos, incluso en la elección del sucesor de S. Pedro.
5. LA REFORMA GREGORIANA La situación a la que había llevado el orden feudal, en el que la sociedad se veía sometida a los abusos continuos, dio lugar a un gran movimiento reformista dentro de la Iglesia. Se pretendía luchar contra los grandes vicios que sufría la cristiandad, entre los que destacaban: la simonía (compra-venta de
oficios y dominios eclesiásticos), la poca ejemplaridad del clero (que a menudo no guardaban el celibato) y el problema de la investidura laica (expuesto ya anteriormente como provisión de cargos eclesiásticos por parte de los poderes seculares). El problema tenía su origen en el olvido del fin sobrenatural de la Iglesia. La reforma gregoriana (que toma nombre del papa Gregorio VII) propuso una renovación espiritual de toda la Iglesia. Dicha reforma estableció las normas que regirían la vida del clero, ampliando el celibato. El texto de Gregorio VII, Dictatus Papae¸ dictaminó la separación entre el poder de la Iglesia y del Estado, quedando la elección del Papa en manos de los cardenales. Además, la reforma afectó a la liturgia, tomándose como referencia el rito romano. El canto gregoriano llegó a su madurez en esta época. 6. EL CISMA DE ORIENTE Y SUS CAUSAS Al caer el Imperio de Occidente, el Imperio Oriental permaneció con su capital en Bizancio. La Iglesia Oriental dio una cierta primacía al patriarca de Constantinopla, aceptando plenamente la obediencia al Papa. En el siglo VI el emperador Justiniano intentó restaurar el antiguo Imperio romano. Los bizantinos reconquistaron el Norte de África, parte de Italia y el sur de Hispania. Fue una época de esplendor que se manifestó en el arte y la cultura. Sin embargo, el alejamiento entre las Iglesias de Oriente y Occidente dieron lugar a un cisma que es fiel reflejo del viejo litigio entre los imperios romanos de Oriente y Occidente. Las tensiones entre las dos sedes fueron en aumento en los siglos IX y X por diversas causas: -
El culto a las imágenes. Es la llamada cuestión iconoclasta. En el 726 el emperador bizantino León III decidió suprimir el culto a las imágenes. Esta decisión fue rechazada por el Papa. Sin embargo, los sucesores de León III siguieron siendo iconoclastas hasta la emperatriz Irene. El II concilio de Nicea (787) restableció el culto a las imágenes sagradas. En Oriente, el problema continuó.
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La cuestión del “filioque”. Un problema teológico a la hora de explicar el misterio de la Santísima Trinidad.
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La relación disciplinar. Los patriarcas de Constantinopla no querían estar sometidos a la autoridad del Papa de Roma. Cuando Miguel Cerulario fue elegido como patriarca de Constantinopla emprendió una campaña
contra Roma y ordenó el cierre de las iglesias y monasterios de rito latino-romano. El papa León IX le envió unos delegados pero él se negó a recibirlos, por lo que se llegó a una excomunión mutua.